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Evangelio San Mateo 10:26-33 A QUIÉN SE DEBE TEMER

El temor de Jehová es el principio de la sabiduría; Y la ciencia de los santos es inteligencia: proverbios 9:10

Contexto: En aquel tiempo la respuesta a la misión fue la persecución, después de la caída de


Jerusalén año 70 d.C. el costo de ser discípulo era de sufrir persecución. Jesús se dirige a sus
discípulos consolándolos y les dice: no hay nada que ocultar, todo saldrá a la luz lo que paso
conmigo, ustedes proclamen mis palabras desde cualquier lugar y ante cualquier circunstancia. Sin
embargo, hoy en día, a veces la Palabra de Dios que sembramos cae en tierra buena, y otras veces
en tierra dura, eso no significa que hay dejar de predicar, enseñar, sino tenemos que seguir
predicando, visitando, compartiendo, proclamando la palabra de Dios.
26-27 No temáis
1. Ningún castigo físico, emocional, psicológico de los hombres tiene que quebrantarte el deseo
de servir a tu Señor; aunque otros piensen que eres culpable de infidelidad, desobediencia a
Dios, no es comparable con el destino que Dios tiene para ti. Los hombres pueden matar el
cuerpo físico; pero Dios puede condenar a muerte el alma.
2. Jesús les dice a sus discípulos no hay necesidad de esconder nada, el bien, el mal, el error, la
verdad, la mentira todo será descubierto, y será visto tal como es, y cada uno recibirá lo justo.
Por eso no es bueno Juzgar nada antes de tiempo, espera en el Señor, cuando el vuelva saldrá
a la luz las intenciones de tu corazón. Entonces será el juicio final, ay de aquellos que no
entienden la voluntad de Dios. Tarde o temprano llega la justicia de Dios, no hay mal que
dure para siempre.
3. La verdad triunfa sobre la mentira, y nosotros somos fruto de la verdad, Jesús nos dice: yo
soy la verdad, y para esto venido al mundo para dar testimonio de la verdad. Ahora
nosotros hemos nacido para vivir en la verdad y no en la mentira. Aunque la verdad no le
gusta escuchar a la gente, porque es como estuvieras echando la sal a la herida que está
abierta, en otras palabras, les duele. Pero Jesús nos dice: Vosotros sois la sal de esta tierra.

v. 28 No temáis
Los judíos sabían que la condena de Dios era algo aterrador. Nuestra vida inicia en EL plan de Dios
y se completa con el juicio. Aunque nuestra vida cristiana no es todo color de rosa, en la iglesia
sobrellevamos, conflictos, confusiones, egoísmo, chisme, preocupación, violencia psicológica,
división, son barreras que no nos permiten construir espacios de amistad con Dios.

Pero ay de aquellos que temen al hombre, ay de aquellos que pueden matar el cuerpo, feminicidas,
ay de aquellos que se salen del camino del Señor, ay de aquellos que esconden la palabra, ay de
aquellos que traicionan la voluntad de Jesús, ay de aquellos que hacen el mal, será para ellos muchos
años de tristeza; porque están atraídos por el pecado y vienen a perturbar la vida, la paz. Sobre ellos
Dios destruirá el cuerpo, el alma y serás condenado al infierno, al sufrimiento por siempre.
Ahora lo bueno es que Jesús viene a nosotros y nos dice: Temed a Dios, Aquel que un día he
escuchado su voz, y me ha resguardado como su hijo, hoy en día andamos con ÉL y probablemente
tu y yo nos esforzamos en guardar sus mandamientos día a día, porque a lado de nuestro Dios vales
la pena, aunque soy polvo, simplemente barro. Por eso le debo respeto, fidelidad, obediencia,
reverencia, Él es nuestro Creador. El no falla, aunque no mereces te sostendrá hasta el final.
Ahora entiendo que es temer a Dios, que nace de nuestra fe, y se construye en una relación íntima,
de honra y obediencia a su palabra.; es así, a Él le debemos todo.
Vs 29-30

Dios lo conoce todo, sabe tus pensamientos, tu futuro, tus intenciones de tu corazón, hasta cuantos
cabellos tiene, sabe de los pajarillos cuanto pesan, tiene el control de cual pajarillo puede caer a la
tierra, nada puedes esconder ante la vista de nuestro Señor, y como es Nuestro Creador tiene la
potestad sobre la vida y la muerte.
Vs 31 No temáis

Por como eres, porque puede ser que para todos no seas de su agrado; pero hoy una cosa quiero
que no olvides. En comparación con los pajaritos. Tu eres más importante, eres tan valioso, que
Jesús por amor envió a su hijo unigénito a morir por ti y por mí. Por eso, confía en Dios; aunque
vengas pruebas, aflicciones, enfermedad, preocupación, egoísmo, chisme, no te detengas, no te
separes del amor de Cristo, espera en El con temor.
Vs 32- 33 Y cualquiera que confiese en público mi nombre, no le negare delante de mi Padre que
está en los cielos y de los hombres, yo sé que los leales con Jesús a pesar de sus problemas son
personas de verdadero valor, y recibirán grandes recompensas. Aunque no podemos merecer nada
por nuestras debilidades de la mano de Dios; pero recibirán un regalo, quienes perseveran y en su
amor muestran fidelidad. Hoy te puedo animar, no te detengas, no tengas miedo de seguir
proclamando el mensaje que has recibido, dando testimonio de la verdad a todo el mundo.
Conclusiones. -
Hemos sido testigos muchas veces que, por causa del miedo, nos escondemos de la presencia de
Dios. Es el sentimiento negativo que tenemos todos, es el miedo, apareció desde que Adán y Eva
cayeron en pecado, Dios les fue a visitar; pero ellos se encondieron, y por causa del miedo muchas
personas tienen la vida triste y destruida hoy en día. ¿Porque en un vaso de agua nos ahogamos? y
en esta realidad solo Jesús, puede quitar el miedo y darnos su paz.

Recuerdan los discípulos aquella noche en el mar, tenían un enorme problema se estaban
ahogando; había oscuridad estaba cayendo la lluvia torrencial, los truenos, los relámpagos, los
vientos eran contrarios, y entonces las olas eran gigantescas, y el agua entraba al barco y estaban
con miedo de morir. Ahora entendemos que la mayoría de los problemas no están fuera de ti, sino
dentro ti, y cuando Jesús aparece los discípulos se asustan y dicen es una fantasma, es el miedo
bruto que te lleva al pánico y puedes pensar diferente, es solo Jesús que nos puede quitar de toda
aflicción, tiniebla, tormenta, miedo.
Y es el Buen Pastor que viene a nosotros a consolarnos y nos dice: temed a Dios en momentos
buenos y malos. Confiesa, proclama mi nombre a todos y yo no me avergonzaré de reconocerte
delante de los hombres en aquel día final tendrás tu recompensa.
Pr. Eduardo Arce Cruz

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