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La enmienda

“Y envié a vosotros todos mis siervos los profetas, desde temprano y sin cesar,
para deciros: Volveos ahora cada uno de vuestro mal camino, y enmendad
vuestras obras, y no vayáis tras dioses ajenos para servirles, y viviréis en la
tierra que di a vosotros y a vuestros padres; mas no inclinasteis vuestro oído,
ni me oísteis.” Jer. 35:15.
Y envié a vosotros todos mis siervos los profetas
DIOS nunca se ha dejado sin una voz en este mundo. Desde que nuestros
primeros padres cayeron, DIOS dejó de hablarles a los humanos cara a cara,
con excepción de unos cuantos hombres a los que les llamamos profetas.
Desde Enoc, Noe, Moisés, Elías, Eliseo, Jeremías, etc., hasta Juan el Bautista,
DIOS les ha hablado a los hombres su mensaje por medio de sus sievos los
profetas.
Muchos de sus profetas han obedecido fielmente la voz de DIOS y han sido
portadores de ella también. Aunque esto les ha costado a la mayoría de ellos
el martirio, ellos no han dejado de anunciar el mensaje de DIOS para su amada
y caída humanidad. Y desde ellos a todos sus siervos les ha costado
humillaciones, apedreamientos y aflicción de espíritu porque gran parte de la
humanidad los ha ignorado, ellos han decidido junto con DIOS, sufrir por amor.
Desde temprano y sin cesar
Como lo mencioné desde nuestros primeros padres ha habido profetas, DIOS
siendo su mismo primer profeta al anunciar la primera promesa de salvación
“Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya;
ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.” Así DIOS desde
temprano y sin cesar se ha tomado muy en serio el destino de sus criaturas no
queriendo que nadie perezca en su pecado. Él, desde temprano y sin cesar,
nos ha dado a sus siervos escogidos, sus muy amados, obras de barro
escogidas, para predicar el mensaje de vuelta a Él. Llegando al punto de darnos
incluso a su Hijo Amado para que nosotros alcancemos la dicha del perdón.
Para decíos: Volveos cada uno de vuestro mal camino,
DIOS tiene este mensaje para cada uno, por cuanto todos pecaron Ro. 3:23
Volveos cada uno de vuestro mal camino. Sí hermano, Adán Y Eva, Isaías, los
profetas, los reyes, Israel y todos los gentiles y tú también han pecado y te
hallas destituido de la gloria de DIOS. Te guste o no, eres desde la planta de
tus pies hasta el tope de tu cabeza un pecador empedernido. Tú, que andas en
tus malos caminos no te has dado cuenta de tu condición de ceguera que te
llevará a la fosa común y al infierno.
Los malos caminos del ser humano son perversos y torcidos delante de DIOS y
ÉL no tendrá por inocente al culpable. El infierno es el lugar del castigo del que
nadie puede salir ni nadie puede tener una gota de agua de placer, pero es el
lugar al que por tus placeres desordenados en esta tierra, irás a parar. Nadie
ríe en el infierno, todos lloran y crujen los dientes.
Por eso es que DIOS te dice: Volveos cada uno de vuestro mal camino. Este fue
el mensaje que anunciaban todos sus siervos los profetas desde temprano y
sin cesar. La voluntad de DIOS no es que vivas una vida mala porque Él es un
DIOS santo, y como Él es tal, no puede tocar lo inmundo ni tener comunión
con los pecadores, a menos que, volveos cada uno de vuestro mal camino.
DIOS no ayuda ni bendice al que anda en malos caminos; Él no puede mirar
con agrado la mentira, el robo, las envidias, celos, contenciones y egoísmo. Él
tiene que castigar todo eso eternamente. Pero hoy aún estás a tiempo:
Volveos cada uno de vuestros malos caminos.
Si esto ha afligido tu conciencia y en verdad no quieres tener una relación
adversa con DIOS, tal vez te preguntes ¿qué debo de hacer para ser salvo?
Y enmendad vuestras obras
El llamado que DIOS hace es: y enmendad vuestras obras. Volveos de vuestros
malos caminos, pero no sólo eso sino enmendadlos. Corrige tu modo de vivir.
El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es
bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad. Y bajo este
principio también, no mintamos más, ni peleemos, ni hagamos más las cosas
de la carne. Porque los que hacen tales cosas no pueden estar en paz con DIOS.
Hemos de hacer frutos dignos de arrepentimiento, ser transformados en
nuestra manera de vivir. No hemos de hacer el mal de nuestras vidas pasadas
sino ser luz en el Señor. Porque el Señor nos ha llamado a vida y no a muerte.
La buena voluntad de DIOS es: vida en abundancia en Cristo Jesús. ¿Te puedes
dar cuenta de esto? Una transformación del corazón, pasar de las tinieblas a
la luz y ¿cómo puede ser esto posible, me preguntas?
Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores,
Cristo murió por nosotros. Ro. 5:8. Ésta es la buena noticia del Evangelio. No
tienes que vivir en tinieblas, eres llamado a la luz y vida eterna si tan sólo
confiesas tus pecados y le pides a Jesucristo que sea tu salvador. TU necesitas
un salvador, todos pecaron, tu necesitas: “enmendad vuestras obras” ¿Cómo,
preguntas? Cristo murió por nosotros.
Esa es la misericordia de DIOS. No tienes por qué enfrentar una lista adversa
de pecados, no tienes por qué pasar el resto de tu vida en el fuego eterno.
DIOS ha provisto a su Hijo para que vengas a Él y creas en Él y te salve de tus
pecados. Si a un condenado a muerte le ofrecieran esa gracia la aceptaría.
Déjame decirte que tú eres ese condenado a muerte. La aguja de la inyección
letal se está preparando a entrar a tu brazo. Si continuas en esa situación no
habrá más remedio que enfrentar la muerte segunda, la separación final de
DIOS para siempre.
Tú tienes hoy una oportunidad maravillosa de venir a Cristo y ser salvo, tienes
una oportunidad de enmendad tus obras. Si tu hasta hoy has vivido pisoteando
el Nombre de Jesús es necesario que te arrepientas. Si no le has dado ningún
fruto a DIOS digno de arrepentimiento, “En tiempo aceptable te oí, y en el día
de salvación te ayudé; y te guardaré” Is 49:8. Oyente mío, no dejes pasar está
oportunidad tan valiosa. Tu destino eterno está en juego. No lo postergues, no
procrastines para un día que tal vez nunca llegará. ¿Qué es lo que te está
deteniendo? Si tú acaso dices, ¿Yo me encomiendo a la virgen, a los santos o a
cualquier otra deidad antes que a JEHOVÁ? DIOS te dice:
Y no vayáis tras dioses ajenos para servirles,
Los ídolos de ellos son plata y oro, Obra de manos de hombres. Tienen boca,
mas no hablan; Tienen ojos, mas no ven; Orejas tienen, mas no oyen; Tienen
narices, mas no huelen; Manos tienen, mas no palpan; Tienen pies, mas no
andan; No hablan con su garganta. Sl 115:7. Pon atención a las advertencias
de la Biblia, ese camino por el que andas es adverso a la voluntad de DIOS.
¿Puede acaso tu imagen hacerte volver del mal camino? ¿Puede acaso
redimirte y darte perdón de pecados? ¿Puede darte el gozo de Jesucristo y una
vida santa? Si tu respuesta es sí a al menos una de mis preguntas podrías dudar
de mí, pero la Biblia es muy clara todos pecaron y nadie puede venir a DIOS
sino por el Hijo. Porque no hay otro Nombre bajo el cielo dado a los hombres
en el que podamos ser salvos. Aunque lo intentes por tus propios medios como
muchos que confían es su propia justicia, esto es, sus propias obras, al
contrario, tus buenas obras son como trapos de inmundicia. DIOS no le debe a
nadie, de hecho, eres tú el endeudado con DIOS desde el primer día que
pecaste en este mundo. Si tú no intentas salvarte a ti mismo, puede que
pertenezcas al grueso de la humanidad que no intenta dejar su pecado porque
están muertos en pecado.
Y viviréis en la tierra que di a vosotros y a vuestros padres,
Pero si tu aceptas esta invitación a la salvación, qué feliz, que gozoso, que
bonanza se hará en los cielos cuando tu Padre oiga a los ángeles cantar por un
solo pecador que se convierte. Que alegría, vivirás en la tierra que fluye leche
y miel, en el paraíso santo. En esa tierra Beula, tu y todos los redimidos de
JEHOVÁ. Donde todo es gozo, amor y paz.
Cuando tu llegues a esa mansión de oro y cristal bendecirás a DIOS por tan
grande don que te dio en la salvación mediante su Hijo Jesucristo. Verás a DIOS
y le alabarás por siglos mil. No habrá ya más temor de que la vida acabe porque
la muerte ahí no tiene cabida. Si tan sólo aceptas la invitación a Jesús, serás
una persona dichosa de andar con el Señor en sus caminos eternos por
siempre.
Mas no inclinasteis vuestro oído, ni me oísteis.
Y aún te digo que si te negares a esta cortes y cordial invitación que el Rey de
Gloria te ha hecho y si tuvieras en tan poco la sangre del Hijo de DIOS que dejó
el cielo y murió por ti, no habría ya más que hacer por tu alma. Todos los
medios de gracia se abrían agotado y no quedaría para ti más que una horrible
expectativa de juicio. Por eso mi amado oyente no esperes a que las últimas
palabras que escuches de DIOS sean “Más no inclinasteis vuestro oído, ni me
oísteis.”
Hermanos, confiemos y caminemos en la gracia que DIOS nos ofrece cada día
y amémosle por su sacrificio porque Él nos amó primero. El Señor les bendiga,
Amén.

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