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Trabajo integrativo final: el caso

de los movimientos sociales.

Alumno: Gustavo Toledo Vásquez


Catedra: Intervención y Diversidad Social
Docente: Valeria Athina Del Pilar Boll Henríquez
Fecha: 06 noviembre 2023
Introducción

Los movimientos sociales son una manifestación de la participación ciudadana


y la búsqueda de cambios en la sociedad. A lo largo de la historia, estos
movimientos han desempeñado un papel crucial en la promoción de la
igualdad, la justicia y la defensa de los derechos humanos. Desde protestas
masivas hasta organizaciones comunitarias, los movimientos sociales han sido
una herramienta poderosa para generar conciencia, movilización y
transformación en diferentes ámbitos. En las últimas décadas, el surgimiento y
la expansión de los movimientos sociales han sido especialmente notables. Las
redes sociales y las tecnologías de la comunicación han facilitado la conexión y
la movilización de personas en torno a causas comunes, permitiendo que las
voces de los movimientos sociales sean escuchadas a nivel global. Desde el
movimiento feminista, el movimiento por los derechos civiles, el movimiento
ambientalista hasta los movimientos estudiantiles, los movimientos sociales
han desempeñado un papel crucial en la promoción de la igualdad, la justicia y
la defensa de los derechos humanos. En esta introducción, exploraremos la
importancia y el impacto de los movimientos sociales en la sociedad
contemporánea, destacando su capacidad para desafiar las estructuras de
poder establecidas y promover cambios significativos.
Desarrollo

I.- Trayectoria de los Movimientos Sociales

Los movimientos sociales “podemos definirlos como un tipo de acción colectiva


-no la única forma de acción colectiva- que posee una cierta densidad
organizacional, una cierta duración en el tiempo y que se plantea la
conservación o la transformación de la sociedad en su conjunto, o de un ámbito
dentro de ella” (Garreton, et. Al.2011). En este mismo contexto es que
podemos definir y analizar los Movimientos Feministas y los Movimientos
Medioambientales:

Movimiento Feminista:

Los movimientos feministas se caracterizan por intentar “acabar con la


subordinación, desigualdad y opresión de las mujeres y lograr, por tanto, su
emancipación y la construcción de una sociedad en que ya no tenga cabida las
discriminaciones por razón de sexo y género” (Castells, 1996:10).
El movimiento feminista ha experimentado diversas transformaciones,
demandas y hitos a lo largo de su historia. A continuación, se presentan
algunos de los principales:

1. Primera ola feminista: Esta etapa se desarrolló durante los siglos XIX
y principios del XX, y se centró en la lucha por los derechos de las mujeres,
especialmente el derecho al voto. Un hito importante de esta etapa fue la
Convención de Seneca Falls en 1848, donde se redactó la Declaración de
Sentimientos y Resoluciones.

2. Segunda ola feminista: Surgió en la década de 1960 y se extendió


hasta los años 80. Durante esta etapa, se luchó por la igualdad de derechos
civiles, sexuales y reproductivos, así como por la eliminación de la
discriminación de género en el ámbito laboral. Un hito destacado fue la
publicación del libro “El segundo sexo” de Simone de Beauvoir en 1949.

3. Tercera ola feminista: Esta etapa se inició en los años 90 y continúa


en la actualidad. Se caracteriza por la diversidad de voces y la inclusión de
perspectivas interseccionales, que consideran la intersección de género con
otras formas de opresión, como la raza y la clase social. Un hito importante de
esta etapa fue la Marcha de las Mujeres en Washington D.C. en 2017.

4. Cuarta ola feminista: Esta etapa se ha desarrollado en la última


década y se caracteriza por el uso de las redes sociales y la tecnología como
herramientas de activismo feminista. Se ha centrado en temas como el acoso
sexual, la violencia de género y la igualdad en el ámbito digital. Un hito
relevante fue el movimiento #MeToo, surgido en 2017, que visibilizó la
magnitud del acoso sexual en la sociedad.

Movimiento Medioambientalista:

Los movimientos ambientalistas operan desde una vereda opuesta al modelo


económico capitalista, dado a que este último privilegia el crecimiento
económico por sobre el resguardo a los recursos naturales. Esto a generado
diversas reacciones en los movimientos medioambientalistas cuestionando sus
formas de operar. En este mismo contexto podemos decir que “surgen como
respuesta los nuevos movimientos ambientales, donde se considera el
ambiente como un nuevo derecho de ciudadanía, como un problema político
que requiere de la participación de la población en la gestión ambiental y, en la
organización social para la satisfacción de sus necesidades y el mejoramiento
de la calidad de vida de las comunidades” (Santana, 2005:11).
El movimiento medioambientalista ha experimentado diversas
transformaciones, demandas e hitos a lo largo de su historia. A continuación,
se presentan algunos de los principales:

1. Conservacionismo: Esta corriente se desarrolló a finales del siglo


XIX y principios del XX, y se centró en la protección de los recursos naturales y
la conservación de la biodiversidad. Un hito importante de esta etapa fue la
creación del Servicio de Parques Nacionales de Estados Unidos en 1916.

2. Ecologismo: Surgió en la década de 1960 como respuesta a la


preocupación por los efectos negativos de la industrialización y la
contaminación en el medio ambiente. Se demandaba una mayor conciencia
ecológica y la adopción de políticas de protección ambiental. Un hito relevante
fue la publicación del libro “Silent Spring” de Rachel Carson en 1962.

3. Movimiento por la justicia ambiental: Esta corriente se desarrolló a


partir de los años 80 y se centra en la conexión entre la degradación ambiental
y las desigualdades sociales, especialmente en comunidades marginalizadas.
Se demanda una distribución equitativa de los beneficios y cargas ambientales.
Un hito importante fue la protesta de los activistas de Warren County contra la
disposición de residuos tóxicos en 1982.

4. Movimiento por el cambio climático: Este movimiento se ha


intensificado en las últimas décadas debido a la preocupación por el
calentamiento global y sus impactos. Se demanda una acción urgente para
reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y promover energías
renovables. Un hito relevante fue la firma del Acuerdo de París en 2015.

II. Políticas Públicas y Movimientos Sociales:

Las políticas públicas se configuran como un aporte sustancial en la calidad de


vida de los pueblos indígenas puesto que “son instrumentos clave de
organización de las sociedades actuales, ya que no solo codifican normas y
valores sociales, sino que contienen modelos de sociedad” (Figueroa, 2015)
En el ámbito indígena, para Hale (2004) en Navarrete (2010) en los Estados
Latinoamericanos existe una disgregación entre los derechos culturales y los
derechos políticos y económicos. Esto se presenta a través de un desarrollo
por parte de los Estados hacía la cultura: lenguaje, tradiciones y educación
bilingüe, pero separada de la adquisición y posicionamiento de derechos
políticos y control sobre medidas que afectan su vida.
Una política pública latinoamericana que busca garantizar los derechos del
movimiento indígena es la Declaración de las Naciones Unidas sobre los
Derechos de los Pueblos Indígenas (UNDRIP, por sus siglas en inglés),
adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2007. Aunque
no es una política pública específica de un país en particular, es un instrumento
internacional que ha sido adoptado y aplicado por varios países de América
Latina.

La UNDRIP está dirigida hacia todos los pueblos indígenas de América Latina y
tiene como objetivo principal reconocer y proteger los derechos colectivos e
individuales de los pueblos indígenas. Algunos de los derechos consagrados
por esta declaración incluyen:

1. Derecho a la autodeterminación: Los pueblos indígenas tienen el


derecho a determinar libremente su condición política, económica, social y
cultural, así como a mantener y fortalecer sus instituciones políticas, jurídicas,
económicas, sociales y culturales (Artículo 3).
2. Derecho a la tierra y territorio: Los pueblos indígenas tienen el
derecho a la propiedad, posesión y control de las tierras, territorios y recursos
que tradicionalmente han ocupado, utilizado o adquirido, así como el derecho a
participar en la toma de decisiones sobre el uso y aprovechamiento de dichos
recursos (Artículos 26 y 32).
3. Derecho a la participación y consulta: Los pueblos indígenas tienen
el derecho a participar plenamente, en igualdad de condiciones, en todos los
asuntos que les conciernen y a ser consultados de buena fe, mediante
procedimientos apropiados y en su propio idioma, antes de adoptar medidas
legislativas o administrativas que les afecten (Artículos 18 y 19).
4. Derecho a la preservación de la cultura y el patrimonio: Los pueblos
indígenas tienen el derecho a mantener, controlar, proteger y desarrollar su
patrimonio cultural, conocimientos tradicionales, expresiones culturales y
prácticas espirituales, así como a disfrutar y acceder a su propia cultura,
religión y ceremonias (Artículos 11 y 12).

Es importante destacar que la aplicación de la UNDRIP varía en cada país y


existen desafíos en su implementación plena. Sin embargo, esta declaración ha
sido un instrumento importante para promover y proteger los derechos de los
pueblos indígenas en América Latina.

En el ámbito nacional, una política pública que busca garantizar los derechos
del movimiento indígena es la Ley Indígena, específicamente la Ley N° 19.253,
promulgada en 1993. Esta ley está dirigida hacia los pueblos indígenas
reconocidos por el Estado chileno, como los mapuches, aimara, rapa nui, entre
otros.

La Ley Indígena tiene como objetivo principal reconocer y proteger los


derechos de los pueblos indígenas en diversas áreas, como la tierra y los
recursos naturales, la participación política, la cultura y la educación. Algunos
de los derechos consagrados por esta ley incluyen:

1. Derecho a la tierra y territorio: La ley establece mecanismos para la


restitución y protección de tierras indígenas, reconociendo la propiedad
comunitaria y la posibilidad de solicitar la constitución de comunidades y
asociaciones indígenas (Ley N° 19.253, Artículo 7).
2. Derecho a la consulta y participación: La ley establece la obligación
de consultar a los pueblos indígenas en proyectos o medidas que puedan
afectar sus derechos e intereses, y garantiza su participación en la toma de
decisiones (Ley N° 19.253, Artículo 6).
3. Derecho a la cultura y la educación: La ley promueve el respeto y la
valoración de la cultura indígena, así como el acceso a una educación
intercultural bilingüe que reconozca y promueva la identidad y los
conocimientos indígenas (Ley N° 19.253, Artículos 17 y 18).
4. Derecho a la salud y desarrollo social: La ley busca garantizar el
acceso de los pueblos indígenas a servicios de salud culturalmente adecuados,
así como a programas de desarrollo social que consideren sus necesidades y
particularidades (Ley N° 19.253, Artículo 20).

Es importante destacar que, a pesar de los avances que representa la Ley


Indígena, existen críticas y demandas de los propios movimientos indígenas,
quienes consideran que aún no se han cumplido plenamente los derechos
reconocidos en esta ley y que persisten desafíos en términos de
reconocimiento, participación y autodeterminación.

III.- Aplicación modelo de intervención comunitario con énfasis en la


participación ciudadana

El modelo de intervención comunitario con énfasis en la participación


ciudadana puede ser aplicado de manera efectiva en los movimientos
feministas ambientales e indígenas, ya que promueve la participación activa de
las comunidades en la toma de decisiones y en la búsqueda de soluciones a
problemáticas específicas. Este enfoque reconoce la importancia de empoderar
a las personas y fomentar la participación colectiva para lograr cambios
significativos.

En el caso de los movimientos feministas ambientales, este modelo de


intervención puede ser utilizado para abordar las desigualdades de género en
relación con la protección y cuidado del medio ambiente. Se busca promover la
participación de las mujeres en la toma de decisiones sobre políticas
ambientales, así como visibilizar y abordar las problemáticas específicas que
enfrentan las mujeres en relación con el medio ambiente, como la exposición a
sustancias tóxicas o la falta de acceso a recursos naturales.
En el caso de los movimientos indígenas, este modelo de intervención puede
ser utilizado para fortalecer la participación y autodeterminación de las
comunidades indígenas en la gestión y protección de sus territorios y recursos
naturales. Se busca promover la participación de los pueblos indígenas en la
toma de decisiones sobre proyectos de desarrollo que puedan afectar sus
derechos y territorios, así como fortalecer sus capacidades para la gestión
sostenible de los recursos naturales.

Algunas estrategias que pueden ser utilizadas en este modelo de intervención


comunitario incluyen la realización de talleres y capacitaciones para fortalecer
las habilidades y conocimientos de las comunidades, la creación de espacios
de diálogo y participación, la promoción de redes y alianzas entre diferentes
actores, y la implementación de proyectos piloto que sean liderados por las
propias comunidades.

IV.- Intervención social y Trabajo Social:

Desde el trabajo social, existen diversas intervenciones innovadoras que


pueden llevarse a cabo desde una perspectiva participativa que involucre a los
movimientos sociales. Algunas de estas intervenciones podrían incluir:

1. Creación de espacios de participación y diálogo: El objetivo principal


de esta intervención sería promover la participación de los movimientos
sociales en la toma de decisiones y en la búsqueda de soluciones a
problemáticas sociales. Se pueden establecer mesas de diálogo, foros
comunitarios o grupos de trabajo con el fin de generar un espacio de encuentro
entre los diferentes actores involucrados. Los destinatarios serían los miembros
de los movimientos sociales y la comunidad en general.
2. Desarrollo de proyectos comunitarios autogestionados: Esta
intervención busca fortalecer la capacidad de acción de los movimientos
sociales y fomentar la autogestión comunitaria. Se podrían desarrollar
proyectos en conjunto con los movimientos sociales, brindando apoyo técnico y
recursos necesarios para su implementación. Los objetivos serían promover el
empoderamiento de la comunidad, la generación de ingresos y el
fortalecimiento de redes de solidaridad. Los destinatarios serían los miembros
de los movimientos sociales y la comunidad en general.
3. Sensibilización y educación popular: Esta intervención busca generar
conciencia y promover la participación ciudadana a través de procesos
educativos y de sensibilización. Se pueden desarrollar talleres, charlas,
campañas de comunicación u otras estrategias para informar y concientizar a la
comunidad sobre temáticas relacionadas con los movimientos sociales. Los
objetivos serían generar cambios de actitud y promover la reflexión crítica. Los
destinatarios serían la comunidad en general.
4. Promoción de la justicia social y los derechos humanos: Esta
intervención busca visibilizar y abordar las desigualdades y violaciones de
derechos que enfrentan los movimientos sociales. Se pueden llevar a cabo
acciones de incidencia política, campañas de denuncia, asesoría legal y
acompañamiento a las personas afectadas. Los objetivos serían promover la
justicia social y la defensa de los derechos humanos. Los destinatarios serían
los miembros de los movimientos sociales y las personas afectadas por las
problemáticas abordadas.

Estas son solo algunas posibles intervenciones innovadoras que pueden


llevarse a cabo desde el trabajo social desde una perspectiva participativa que
involucre a los movimientos sociales. Es importante adaptar las intervenciones
a las necesidades y contextos específicos de cada comunidad y movimiento
social.
Conclusión

En conclusión, los movimientos sociales feministas, ambientalistas e indígenas


son fundamentales para promover la justicia social y la igualdad en nuestras
sociedades. Estos movimientos han logrado generar conciencia sobre la
importancia de la equidad de género, la protección del medio ambiente y el
respeto a los derechos y la cultura de los pueblos indígenas. Han desafiado las
estructuras de poder y han impulsado cambios significativos en las políticas y
en la mentalidad colectiva. Sin embargo, aún enfrentan desafíos y resistencia.
Es fundamental seguir apoyando y fortaleciendo estos movimientos, ya que su
lucha es necesaria para construir un mundo más justo, inclusivo y sostenible.
Bibliografía

Herrera, M. (2019) Análisis sobre la diversidad socio cultural (identidad/


etnicidad) y Movimientos sociales. Apunte de clase unidad 1, Intervención y
diversidad social, Universidad UNIACC.

Herrera, M. (2019) Trayectoria de los movimientos sociales en América Latina.


Apunte de clase unidad 2, Intervención y diversidad social, Universidad
UNIACC.

Herrera, M. (2019) Políticas públicas y derechos sociales para la diversidad


social. Apunte de clase unidad 3, Intervención y diversidad social, Universidad
UNIACC.

Naciones Unidas. (2007). Declaración de las Naciones Unidas sobre los


Derechos de los Pueblos Indígenas. Recuperado de
https://www.un.org/development/desa/indigenouspeoples/es/declaracion-sobre-
los-derechos-de-los-pueblos-indigenas.html

Ley N° 19.253. (1993). Sobre protección, fomento y desarrollo de los indígenas.


Recuperado de https://www.leychile.cl/Navegar?
idNorma=3068&idVersion=1993-04-14

Las políticas públicas so que contienen


modelos de sociedad” (Figueroa, 2015)

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