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Movimientos Sociales

Un movimiento social es un actor político colectivo que juega un rol movilizador y de fomento
del cambio social, a través de acciones de contenido simbólico e identitario, a menudo poco
convencionales. Es decir, se trata de agrupaciones de individuos que comparten ciertos rasgos
identitarios (raza, clase social, orientación sexual) y que desafían conjuntamente el punto de vista
dominante sobre la realidad social.
A diferencia de otras organizaciones e instituciones dedicadas a la lucha por las reivindicaciones
sociales o la participación popular (como los partidos políticos y grupos de interés tradicionales), los
movimientos sociales suelen carecer de una estructura formal, esto es, de roles firmemente asignados
y acciones fijas. Normalmente, son agentes colectivos diversos e informales, que pueden tomar acción
política en diferentes sentidos: protestar para lograr un cambio de legislación, demandar nuevos
derechos, oponerse a decisiones gubernamentales, lograr cambios culturales significativos, entre otros
El término “movimiento social” es de uso común en el campo actual de la política, pero empezó a
utilizarse con ese sentido en el siglo XX, para nombrar a las agrupaciones temporales e informales
que surgen en torno a una causa específica, y que, una vez logrado su objetivo, suelen desaparecer o
desarticularse.
El origen del término se le atribuye al sociólogo alemán Lorenz von Stein (1815-1890), en su trabajo de
1850 Historia de los movimientos sociales franceses desde 1789 hasta el presente, en donde los define
como una agrupación de sectores sociales para alcanzar una cierta influencia colectiva sobre el
Estado. Sin embargo, el concepto adquirió su popularidad e importancia en la década de 1970, con la
formación de los llamados “grupos de acción cívica” (Bürgerinitiative, en alemán).
Características de los movimientos sociales
En general, los movimientos sociales se caracterizan por lo siguiente:
Son agentes sociales colectivos, compuestos por una cantidad variable de individuos que comparten un
cierto sentido de identidad o una causa común relacionada con el cambio social.
Tienen un carácter informal, o sea, carecen de estructura fija y representación única, y no deben
confundirse con las fundaciones o partidos políticos (de carácter más formal).
Suelen ser transitorios: surgen para hacer frente a un asunto o para demandar un cambio y, una vez
logrado (o no) el objetivo, suelen desarticularse o transformarse en otra cosa. Son, al mismo tiempo,
más duraderos y unificados que una simple serie de protestas.
Suelen manifestarse a través de actos multitudinarios, acciones de calle y llamados a boicot, usando
generalmente eslóganes y logotipos únicos, pancartas, firmas de peticiones y otras estrategias de
demostración de valor y presencia social.
Normalmente existen para hacer frente a temas de índole social, económica, racial, cultural, ecológica
o política, pudiendo pertenecer a cualquier orientación ideológica, ya sea revolucionaria o reaccionaria.
Suelen tener un origen espontáneo o autoconvocado, carecer de grandes financiamientos y también de
una dirigencia formal (en su lugar, suelen tener diferentes voceros o portavoces).
.Son desafíos planteados por personas con objetivos, creencias compartidas, comunes,es solidaridad
en interacción con la elite, oponentes y/o autoridades en conflicto.
Usan la propuesta, buscan establecer un nuevo orden de vida basados en su insatisfacción.
Son temporales y fuente de creatividad, aportan ideas, identidades e ideales a la sociedad.
Transforman par bien o mallos valores y las instituciones contribuyendo a construir la realidad.
Se clasifican en : proactivos: transformaciones de relaciones humanas- ecologismo, feminismo, etc
Revolucionario: utilizan estrategias de enfrentamiento y construccion de nuevos espacios depoder
(cambio desde fuera)
Reactivos: presentan resistencia en el nombre de la nacion, la etnia, la localidad, etc.(fundamentalismo)
Reformistas: Crean estrategias de institucionalizaciony de cooperacion con las instituciones
establecidas (cambio desde dentro)
Historia de los movimientos sociales
En un sentido estricto, los movimientos sociales han existido desde siempre, solo que con otros
nombres y otras lógicas políticas, y han sido siempre los agentes impulsores y, a menudo, ejecutores
del cambio en sus sociedades. Los grandes movimientos sociales de la historia contemporánea
surgieron en el seno de la sociedad industrial, entre los siglos XIX y XX, por ejemplo: el movimiento
obrero, el movimiento feminista, el movimiento hippie, el movimiento LGBT, entre otros.
Cada uno de ellos asumió una causa de índole social, económica, política y/o representativa, en un
intento por propiciar un cambio en las dinámicas del Estado, con mayor o menor éxito inmediato. A la
larga, sin embargo, estos grandes movimientos sociales forjaron la sociedad que hoy en día
conocemos y conquistaron numerosas libertades y cambios culturales a través de la presión colectiva.
Ejemplos de movimientos sociales
A lo largo de casi cincuenta años, las sufragistas se rebelaron contra el statu quo democrático.
Algunos de los más conocidos movimientos sociales de la historia son:
El movimiento sufragista. Con este nombre se conoció al movimiento internacional en pro del
derecho femenino al voto, cuyo punto de partida fue la fundación de la Women’s Franchise
League (“Liga del sufragio femenino”) en Inglaterra en 1889. A lo largo de casi cincuenta años, las
sufragistas se rebelaron contra el statu quo democrático en la mayoría de las naciones de Occidente,
reclamando que se reconociera a las mujeres como sujetos políticos con derecho a decidir en la política
de su país. Durante las primeras dos o tres décadas del siglo XX, lo consiguieron.
El movimiento obrero u obrerista. Fue un importante movimiento social internacional de la clase
obrera, que buscó desde prácticamente los inicios de la sociedad industrial moderna unificar a
los trabajadores industriales y permitirles ejercer una presión conjunta para ampliar sus derechos civiles
y laborales y mejorar las malas condiciones de vida que tenían. A lo largo de tres reuniones
internacionales (1864, 1889 y 1920), los principales movimientos obreros del mundo se agruparon en
torno a ideales políticos (el comunismo, el anarquismo, entre otros) para combatir a través de métodos
pacíficos e insurreccionales a la sociedad de clases que los discriminaba.
El movimiento por los derechos civiles en Estados Unidos. Fue un conjunto de luchas civiles
ocurridas entre 1956 y 1969 en los Estados Unidos. Este movimiento, protagonizado por
los ciudadanos afrodescendientes, reclamaba el fin de la segregación y la plena igualdad de derechos
para ciudadanos de cualquier color de piel. Su punto de inicio fue la negativa de Rosa Parks a ceder su
puesto en el autobús a un individuo de piel blanca, y finalizó con el asesinato del párroco y líder social
Martin Luther King en 1968.
El movimiento de liberación de la mujer. Formó parte de una corriente de pensamiento crítico y
filosófico mayor: el feminismo, y surgió en la década de 1960 en distintos países de Occidente y se
mantuvo activo hasta 1980. Luchó por la igualdad de oportunidades laborales y sexuales entre
hombres y mujeres, propuso cambios económicos y promovió una visión social humanista para abolir
el patriarcado tradicional y superar la desigualdad de género. Uno de sus grandes logros fue la
legalización de los anticonceptivos orales y que su uso no dependiera del consentimiento de los
esposos, como era la usanza de la época.
El movimiento hippie o jipi. Nacido en los años 60 en los Estados Unidos, fue un movimiento
pacifista, liberal y contracultural, heredero de la llamada generación beat. Proponía una visión menos
materialista del mundo contemporáneo, que veía con buenos ojos el amor libre, la experimentación con
las drogas, la búsqueda de verdades místicas o trascendentales, y se oponía a la guerra, al
consumismo y al conservadurismo cultural. El movimiento hippie tuvo un impacto enorme en la cultura
occidental, tanto es así que tuvo presencia en muchos otros países, especialmente durante la Guerra
de Vietnam y otros instantes álgidos de la Guerra Fría. Su legado contracultural fue recogido luego por
otros movimientos sociales y tendencias culturales contemporáneos, como el neo-hippismo y el new
age.
El movimiento de liberación LGBT. También conocido como el movimiento por una libre orientación
sexual, nació en 1969 en Nueva York, Estados Unidos, con una multitudinaria marcha de protesta por
los disturbios de Stonewall, en los que numerosos travestis y homosexuales fueron detenidos por la
policía sin otra razón que la libre expresión de su sexualidad. Este movimiento reivindicó la necesidad
de una sociedad más libre en materia sexual, así como la necesidad de una ampliación de derechos
para la colectividad LGBT (Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales), tales como el matrimonio
entre personas del mismo sexo, la adopción por parejas homosexuales y la despenalización de la
homosexualidad. Este movimiento fue heredero de numerosas iniciativas similares del siglo XIX, y se
considera un importante precursor de los colectivos LGBT de la actualidad.
El movimiento indígena o indigenista. Con este nombre se suelen agrupar los diferentes
movimientos sociales de reivindicación del legado de los pueblos originarios en América Latina, en
oposición abierta a la tradición racial impuesta durante siglos de dominio colonial europeo, que otorga a
la cultura europea la primacía por encima de la indígena y la afroamericana. Muchos de estos
movimientos indígenas son, asimismo, movimientos campesinos más o menos afiliados con una
perspectiva política de izquierda revolucionaria (como el zapatismo mexicano). Sin embargo, existen
numerosas variantes de este movimiento en los ámbitos educativos, culturales, lingüísticos, políticos e
incluso territoriales. Gracias a la lucha de estos colectivos, muchos países latinoamericanos han
reivindicado su origen aborigen y han dispuesto nuevas leyes para preservarlo.
Movimiento antiglobalización. Referido en ocasiones como “movimiento altermundista” o
“altersistema”, se trata de un conjunto de movimientos sociales provenientes de corrientes políticas
muy distintas, que a finales del siglo XX se agruparon para oponerse abiertamente a la globalización,
por considerarla un proceso peligroso para la humanidad, que beneficia únicamente a las grandes
corporaciones trasnacionales y que atenta contra la soberanía política y cultural de las naciones. En el
seno de este movimiento convergen posturas muy distintas, algunas anticapitalistas, ecologistas,
nacionalistas e incluso religiosas, cuyo punto común es manifestar su deseo por una alternativa al
mundo globalizado.

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