Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
I. Planteamiento
La seguridad es una prerrogativa inalienable que el Estado debe garantizar. Pero esta
obligación debe materializarse de tal forma que se garantice a los gobernados la defensa
de sus derechos y libertades, así como la certeza de que no se invadirá la esfera
de la vida privada.
Esta será la reflexión central sobre la que versará este trabajo. En forma sucinta
Intentaremos demostrar que en la búsqueda de dicha seguridad se pueden ver
conculcados derechos fundamentales como la libertad, la intimidad, la privacidad, la
protección de datos personales, el derecho a la propia imagen, a la libertad de transito,
de asociación y del debido proceso en el derecho administrativo.
II. Antecedentes
Autores como Francesc Guillén Lasierra (2019) y José Soto Galindo (2023), cada uno
por su lado, nos ofrecen una muy buena narrativa de los orígenes del uso de la
videovigilancia en el mundo occidental que vale la pena retomar para la construcción
de este ensayo.
El primer dato que se tiene del uso del video es a principios del siglo XX, siendo su
precursor el ingeniero estadounidense Frank B. Gilbreth1 quien experimento con
cámaras para monitorizar el comportamiento de los obreros en su fabrica. En ese
entonces el objetivo que se buscaba con la aplicación de esta herramienta
únicamente era mejorar y acelerar la producción industrial.
En la segunda mitad del siglo XX, con la aparición de nuevos fenómenos sociales
como el incremento sostenido de la delincuencial, la manifestación de hechos
vandálicos por grupos de la sociedad civil, la percepción generalizada de inseguridad
en los centros urbanos y los actos reivindicatorios de los llamados grupos terroristas,
propicio que los gobiernos vieran en la tecnología del video un nuevo uso: la vigilancia
y control del espacio publico.
Desde esta nueva óptica, en la década de 1950 algunos países de Europa empezaron
a utilizar cámaras para controlar el trafico de vehículos y como una medida para
reforzar la seguridad en bancos y centros comerciales.
En los años sesenta Estados Unidos de América y el Reino Unido instalaron en las
ciudades sistemas de videovigilancia para mantener el control de manifestaciones y
desórdenes en espacios públicos. Poco después, animados por una aparente eficacia,
otros países del mundo occidental adaptaron esta herramienta para la vigilancia de
infraestructura pública (escuelas y hospitales), transporte público y de la propiedad
privada.
A finales de los ochenta Francia, España e Italia aplicaron esta tecnología tanto para el
control de la criminalidad como para la vigilancia de grandes concentraciones de
personas.
III. Desarrollo
Para poder llevar a cabo este conjunto de las actividades se necesita de una figura
central, la policía, el recurso humano indispensable para concretar los planes y
programas de la autoridad. Sin embargo, como ya se mencionó en el apartado de
antecedentes, en el proceso de evolución de nuestras sociedades, las funciones que
se asignaron a las instituciones de seguridad fueron en aumento a tal grado que la
capacidad humana de protección y vigilancia no solo se torno complicadas sino
también insuficiente. Era necesario entonces la búsqueda de soluciones, encontrando
en la tecnología una herramienta de auxilio eficaz para los operadores. Entre otras
herramientas las cámaras de video, casi de forma natural, pasaron a formar del
equipo y logística de la labor policial. Aparece entonces un vinculo inseparable: la
vigilancia y seguridad pública.
2. Concepto de videovigilancia.
El surgimiento del sistema se ubica en la década de los ochenta, con los llamados
circuitos cerrados de televisión o CCTV, que permitía la captación de imágenes en un
monitor a blanco y negro, operando con un sistema completamente analógico. En la
actualidad estos sistemas han evolucionado hasta llegar a funcionar en un entorno
digital de red, con uso de equipos IP 3 (Internet protocol) y software especializado.
Con esta nueva tecnología ahora es posible que una gran cantidad de video o
imágenes puedan estar almacenados en la Ilamada “nube", acceder a la información
desde cualquier lugar del mundo, contar con una capacidad casi ilimitada de
procesamiento y transferencia de datos y poder almacenar gran cantidad de
información sin necesidad de contar con equipos fijos de computo, software y
servidores.
Ejemplos del primer tipo de instrumentos son el Foro Europeo para la Seguridad
Urbana, organismo que emitió la “Carta para el Uso Democrático de la Vigilancia por
Video”, donde se establecen los principios que deben tomarse en cuenta para la
adopción de dicha herramienta:
“Legalidad
Necesidad.
Proporcionalidad.
Transparencia
Supervisión independiente
Participación de los ciudadanos” 6.
“Legalidad.
Objetivo legítimo.
Necesidad.
Idoneidad.
Proporcionalidad.
Autoridad judicial competente.
Debido proceso.
Notificacíon del usuario.
Transparencia.
Supervisión pública.
Integridad de las comunicaciones y sistemas.
Garantias para la cooperación internacional.
Garantias contra el acceso ilegitimo y derecho al recurso efectivo”8.
En el régimen jurídico mexicano no existe una Ley Federal que regule la instalación y
uso de la videovigilancia por parte de entidades publicas o por particulares. Tampoco
existe una norma general que garantice que la información generada por los equipos y
sistemas de videovigilancia sea tratada aplicando los principios mínimos de
confidencialidad, integridad y seguridad.
Los avances en esta materia los encontramos en las Entidades Federativas que han
comprendido que es necesario contar con algún tipo de disposición normativa que
permita su regulación, esfuerzo encomiable pero que ha sido construido sobre la base
de una serie de principios que desde su particular óptica consideran relevantes y
necesario.
Así las cosas, desde 2008 la Ciudad de México cuenta con la Ley que Regula el Uso
de Tecnología para la Seguridad Pública del Distrito Federal, instrumento a través del
cual se norma la ubicación, instalación y operación de equipos y sistemas tecnológicos
a cargo de la secretaria de Seguridad Pública.
En el Estado de Yucatán desde 2018 esta vigente la Ley de Videovigilancia del Estado,
marco normativo donde se establecen las bases para la adquisición, ubicación,
instalación y operación de las cámaras de videovigilancia y los sistemas y equipos
tecnológicos complementarios, así́ como para la recopilación, sistematización,
resguardo, custodia, administración, uso, suministro e intercambio de la información
que de ellos provenga.
Otros estados que cuentan con una legislación especifican sobre videovigilancia son
Aguascalientes, Baja California Sur, Colima, Durango y Morelos.
Como ya se menciono, todos estos ejercicios son elogiables ya que han incorporado en
su legislación respectiva principios y normas del derecho internacional (el caso mas
acabado es la Ley que Regula el Uso de Tecnología para la Seguridad Pública del
Distrito Federal), pero el esfuerzo es insuficientes dada no solo la velocidad con la que
avanza la tecnología sino también por los alcances del sistema de videovigilancia que
se están aplicando en el país. De forma inmediata tendríamos que estar ya trabajando
en como incorporar en la legislación vigente los principios de supervisión independiente,
la integridad de las comunicaciones y sistemas, las garantías contra el acceso ilegitimo
y el derecho al recurso efectivo señalados en Los Principios Internacionales sobre la
Aplicación de los Derechos Humanos a la Vigilancia de las Comunicaciones.
V. Conclusiones
BIBLIOGRAFÍA
1. Ruiz, Samuel, G. Seguridad Pública en México. Problemas, Perspectivas y
Propuestas. México, UNAM.
.
Ibarra Sanchez, E. Videovigilancia y Seguridad Pública. Recuperdo de
www.juridicas. umam.mx
2. Revista Constructos Criinologicos. Vol. 01, Núm. 01, Julio 2021 . Los
sistemas de videovigilancia para prevenir la delincuencia:lecciones
aprendidas.Gian Guido Nobili*