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Hartmut Maurer
Profesor ordinario emérito de la Universidad de Konstanz
ISBN 978-607-02-3437-8
CAPÍTULO PRIMERO
I. La Administración Pública . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1
1. El concepto de administración . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1
A. Los distintos conceptos de administración. . . . . . . . . . . . . . 1
B. La administración en sentido material . . . . . . . . . . . . . . . . . 3
C. Rasgos característicos de la administración en sentido ma-
terial . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5
2. La multiplicidad de manifestaciones de la administración . . . . 7
A. El objeto de la administración . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
B. Las funciones o fines de la actividad administrativa . . . . . . 7
C. Las consecuencias jurídicas para los ciudadanos de los ins-
trumentos de la actividad administrativa . . . . . . . . . . . . . . . 10
D. La forma jurídica de actuación de la administración . . . . . . 12
E. El grado de vinculación a la ley . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 12
F. La articulación de la organización administrativa The Russian
Political . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13
VII
B. Fundamento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 60
C. Repercusión sobre el derecho privado administrativo . . . . . 62
CAPÍTULO SEGUNDO
CAPÍTULO TERCERO
CAPÍTULO CUARTO
I. El reglamento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 349
1. El reglamento como norma jurídica e instrumento de la adminis-
tración . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 349
2. Los requisitos jurídicos de los reglamentos . . . . . . . . . . . . . . . . 350
A. Fundamento habilitante . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 351
B. Requisitos formales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 353
C. Los requisitos materiales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 355
D. Discrecionalidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 356
3. La disconformidad a derecho del reglamento y sus consecuen-
cias jurídicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 356
CAPÍTULO QUINTO
1. Clasificación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 516
A. Determinación del concepto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 516
B. Naturaleza jurídica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 516
C. Consideración global . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 517
2. Las funciones de las instrucciones administrativas . . . . . . . . . . 518
A. Clases de instrucciones administrativas . . . . . . . . . . . . . . . . 518
B. Delimitación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 521
3. Los efectos jurídicos de las circulares administrativas . . . . . . . 522
A. Eficacia jurídica interna . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 522
B. Eficacia externa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 524
C. Presupuestos de la eficacia externa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 529
4. La emanación de la instrucción administrativa; reglamento e ins-
trucción administrativa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 532
A. La emanación de la instrucción administrativa . . . . . . . . . . 532
B. Delimitación entre reglamento e instrucción administrativa 534
Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 539
Índice analítico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 545
LISTA DE ABREVIATURAS
XXI
PRESENTACIÓN
XXXVII
1
Véase los estudios de A. Gallego Anabitarte, “La influencia extranjera en el Derecho
administrativo español desde 1950 a hoy”, Revista de Administración Pública, 150, 1999,
pp. 75 y ss.; y M. Bacigalupo/F. Velasco, “Wirkungen der deutschen Verwaltungsrechtslehre
nach außen – am Beispiel Spaniens”, Die Verwaltung, 2003, pp. 333 y ss.
XLI
2
En los núms. 233 y 234-235 (1993) de la revista Documentación Administrativa, dedi-
cados a “El derecho administrativo en Alemania: tendencias actuales”, pueden encontrarse
varios artículos traducidos. Merecen ser destacadas también dos monografías: R. Stober,
Derecho administrativo económico, MAP, Madrid, 1992, traducida por S. González-Varas
Ibáñez; E. Schmidt-Aßmann, La teoría general del derecho administrativo como sistema,
INAP-Marcial Pons, Madrid, 2003, traducida por J. Barnés y otros.
3
Aquí hay que destacar dos obras: O. Mayer, Derecho administrativo alemán, traducida
del original francés por H. H. Heredia y E. Krotoschin, De Palma, Buenos Aires, 4 volú-
menes, 1949-1954; E. Forsthoff, Tratado de derecho administrativo, traducida por Legaz
Lacambra, Garrido Falla y Gómez de Ortega y Junge, IEP, Madrid, 1958.
mente los problemas y cuestiones que nos han ido saliendo al paso, a fin de
que el resultado global fuese lo más homogéneo y atinado posible.
Ma. José Bobes Sánchez, Ma. Mercè Darnaculleta i Gardella, José Gar-
cía Alcorta, Javier García Luengo, Alejandro Huergo Lora, Núria Magaldi,
Oriol Mir Puigpelat, Marc Tarrés Vives y Gabriel Doménech Pascual.
Capítulo primero
Administración pública
y derecho administrativo
I. La administración pública*
1. El concepto de administración
* El § 1 ha sido traducido por Oriol Mir Puigpelat, profesor titular de derecho adminis-
trativo de la Universidad de Barcelona.
Nt1
En España se utiliza también en ocasiones la palabra “administración” (públi-
ca) con este significado material/funcional, como sinónimo de función o actividad
administrativa, escribiéndose con minúscula para así distinguirla claramente de la
administración (pública) en sentido organizativo, escrita invariablemente con ma-
yúscula. A diferencia, sin embargo, de lo que ocurre en Alemania (y en el presente
libro, sobre todo en las páginas que siguen), donde constantemente se maneja dicha
palabra (en su traducción alemana de Verwaltung) en sentido material/funcional,
en España la doctrina suele preferir la expresión “actividad administrativa”. Así,
la doctrina española habla, por ejemplo, de actividad administrativa de ordenación
o policía, de actividad administrativa de servicio público o de actividad adminis-
trativa de fomento (siguiendo la célebre clasificación de Jordana de Pozas), y no
ya de administración ordenadora, administración prestacional o administración de
fomento. Por ello, sacrificando la literalidad en aras de una mayor claridad, en la
presente obra se ha optado por traducir el término Verwaltung (cuando se usa en
sentido material/funcional) por actividad administrativa; sólo excepcionalmente,
en los casos en que el autor también lo hace en el original alemán, se maneja la
expresión “Administración en sentido material” (con mayúscula, al no haber aquí
riesgo de confusión con la administración en sentido organizativo).
condicionada o sólo preordenada teleológicamente, en todo caso por cuenta ajena, sólo par-
cialmente planificadora, corresponsable y decisoriamente ejecutiva y configuradora de los
asuntos de la colectividad y de sus miembros como tales por parte de los administradores de
la colectividad encargados de ello”. Cfr. también Bachof, EvStL col. 3828; actualmente, con
una redacción algo distinta, Wolf/Bachof/Stober, VerwR § 2 marg. 12.
3
Así, sobre todo, Stern, quien, además, otorga un papel esencial al elemento organizati-
vo, a los órganos del Poder Ejecutivo como titulares de la función administrativa, surgiendo
con ello el riesgo de incurrir en círculo vicioso (Staatsrecht II, pp. 736 y ss.). Stern, en su
definición, comienza excluyendo negativamente la actividad de elaboración de normas, el
gobierno, la planificación pública, la defensa militar y la actividad judicial, y concibe luego
positivamente a la administración en sentido material como “el cumplimiento permanente,
bajo la propia responsabilidad, de las funciones de la colectividad, atribuido a los órganos
del Poder Ejecutivo y a determinados sujetos de derecho a ellos vinculados, y ejercido a
través de medidas concretas sujetas jurídicamente a fines preestablecidos (más o menos
especificados” p. 738).
4
La característica de la conformación distingue a la actividad administrativa de la acti-
vidad judicial. Los tribunales son llamados a resolver con fuerza de cosa juzgada los litigios
concretos que puedan producirse mediante la aplicación del derecho vigente. Actúan a ins-
tancia de parte y resuelven sin tener ningún interés en el asunto. Puede decirse, por ello, que
la actividad administrativa resulta más activa y la jurisprudencia más reactiva.
5
Ello diferencia a la actividad administrativa de la actividad legislativa, consistente en
la elaboración de regulaciones generales y abstractas que tienen por objeto una pluralidad
de casos imaginables. Aunque este criterio distintivo no debe ser sobredimensionado, puesto
que, por ejemplo, la actividad administrativa de planificación tiene también a menudo un
amplio alcance temporal y espacial y, viceversa, las leyes pueden referirse también a cues-
tiones muy concretas (leyes de caso único, leyes-medida).
Nt4
Así se traduce habitualmente este concepto de la Ordnungsverwaltung en Espa-
ña, donde ha tenido ya una amplia difusión.
A. El objeto de la administración
6
El concepto de policía no coincide totalmente con la actividad de ordenación. Se trata
de un concepto cuyo significado ha sufrido una progresiva reducción a lo largo del tiempo.
Mientras en los siglos XVII y XVIII comprendía toda la actividad administrativa interior
del Estado, en el siglo XIX pasó a limitarse a la actividad de ordenación (defensa frente
a peligros), para acabar refiriéndose, desde 1945, únicamente a la defensa general —no
sectorial-especializada— frente a peligros. De ahí que, por ejemplo, la actividad —sectorial-
especializada— de control y erradicación de las epidemias (objeto de la ley federal de epi-
demias) pertenezca ahora a la “administración sanitaria”, y no ya a la “actividad de policía
sanitaria”.
7
Cfr. Forsthoff, E., Rechtsfragen der leistenden Verwaltung, 1959 (donde se recogen
también las partes esenciales del trabajo supra citado); idem, Der Staat der Industriegesells-
chaft, 1971, pp. 75 y ss.; idem, Lehrbuch des Verwaltungsrechts, 10a. ed., 1973, pp. 370 y
ss.; cfr. además —también acerca de la evolución posterior—, Forsthoff, Ernest, Ronellen-
fitsch, Daseinsvorsorge als Rechtsbegriff. Aktuelle Entwicklungen im nationalen und euro-
päischen Recht, Blümel (coord.), 2003, pp. 53 y ss.; Pielow (ed.), Grundstrukturen öffentli-
cher Versorgung, 2001, pp. 353 y ss.; Schmidt, R., Die Liberalisierung der Daseinsvorsorge,
Der Staat 42, 2003, pp. 225 y ss.; Papier, Kommunale Daseinsvorsorge im Spannungsfeld
zwischen nationalem Recht und Gemeinschaftsrecht, DVBl, 2003, pp. 686 y ss.; Kersten,
Die Entwicklung des Konzepts der Daseinsvorsorge im Werk von Ernst Forsthoff, Der Staat,
vol. 44, 2005, pp. 543 y ss.; Schink, Kommunale Daseinsvorsorge in Europa, DVBl, 2005,
Nt6
Se emplea aquí la traducción del concepto de la Daseinsvorsorge manejada tra-
dicionalmente por la doctrina española.
pp. 861 y ss.; Weltli, Die kommunale Daseinsvorsorge und der Vertrag über eine Verfassung
für Europa, AöR vol. 130, 2005, pp. 529 y ss.
8
Cfr. al respecto Hermes, Staatliche Infrastrukturverantwortung, 1998; Trute, Regulie-
rung am Beispiel des Telekommunikationsrechts, Festschrift für Brohm, 2002, pp. 169 y ss.;
Voßkuhle, Beteiligung Privater an der Wahrnehmung öffentlicher Aufgaben und staatliche
Verantwortung, VVDStRL 62, 2003, pp. 266, 304 y ss.; Masing, Grundstrukturen eines Re-
gulierungsverwaltungsrechts, DV 36, 2003, pp. 1 y ss.; ibidem, Regulierungsverantwortung
und Erfüllungsverantwortung, VerwArch. 95, 2004, pp. 151 y ss.
9
No resulta posible distinguir con total nitidez la actividad administrativa de orienta-
ción de las actividades administrativas de ordenación, prestación y garantía. En este sen-
tido, las medidas de protección medioambiental sirven tanto a la defensa frente a peligros
(prohibición de contaminación atmosférica perjudicial para la salud) como a la mejora de
las condiciones de vida; la subvención, a su vez, por la finalidad perseguida, es actividad
administrativa de orientación, pero por los efectos concretos que tiene para su destinatario
individual es también actividad administrativa de prestación.
10
Ejemplos de la actividad administrativa de intervención son las limitaciones impues-
tas al tráfico rodado, la prohibición de actividades industriales, la expropiación forzosa o las
liquidaciones tributarias. A su vez, constituyen ejemplos de la actividad administrativa de
prestación las prestaciones asistenciales, las subvenciones o los servicios y establecimientos
públicos municipales.
11
Así, muchas prestaciones se hacen depender a menudo de determinadas obligaciones
(cargas, intervenciones en derechos), como ocurre, por ejemplo, cuando se subordina el pago
de una beca a la obtención de una buena nota en un examen o se somete la concesión de un
préstamo a bajo interés para la construcción de un edificio al cumplimiento de determinadas
directrices en el posterior alquiler de las viviendas.
Una misma medida puede tener simultáneamente carácter interventor y prestacional, ya
sea para el propio receptor de la prestación (suministro de agua con obligación de utiliza-
ción) o para terceros (subvención que mejora la posición competitiva del destinatario en
detrimento de los competidores no subvencionados).
En algunos ámbitos administrativos la prestación y la intervención se alternan, como
sucede, por ejemplo, con las limitaciones urbanísticas y el apoyo financiero en el marco
tanto de la protección medioambiental como del saneamiento de los cascos antiguos de las
ciudades.
Finalmente, la prestación y la intervención pueden ser empleadas indistintamente para la
satisfacción de determinados fines administrativos. La administración puede lograr el com-
portamiento deseado del ciudadano mediante mandatos o prohibiciones, pero también —y
quizá de forma más eficaz—, a través de impuestos (una medida de gravamen) o de subven-
ciones (una medida favorable). Así, por ejemplo, cabe evitar una sobreproducción indeseada
de productos agrícolas estableciendo contingentes y prohibiciones análogas, pero también
fijando gravámenes fiscales o subvencionando productos y actividades alternativos. Ilustra-
tivo resulta también el ejemplo de Jellinek, VerwR p. 22: “El exterminio de víboras podría
ser impuesto unilateralmente a los propietarios de tierras como una obligación de policía;
dará, sin embargo, posiblemente, mejor resultado, fijar una gratificación de 50 pfennigs por
cada ejemplar eliminado”.
12
Ejemplos: según el § 15 IV VersG deben disolverse las reuniones prohibidas (supuesto
de actuación administrativa reglada). Según el § 15 III VersG pueden disolverse las reunio-
nes que no hayan sido notificadas: aquí la disolución queda en el ámbito de la discrecio-
nalidad de la administración. Se volverá sobre ello y sobre el margen de apreciación de la
administración infra, en el § 7.
13
Ejemplos: la construcción de carreteras (se trata de un ejemplo siempre citado en
este contexto; debe, sin embargo, tenerse en cuenta que, pese a que la administración se en-
cuentre ciertamente “libre de ley” en lo relativo a la decisión de si, dónde y cómo construir
la carretera, está en cambio sujeta a lo dispuesto por la ley de carreteras respectiva y otras
normas legales en lo que concierne a la puesta en práctica de su decisión) o la instauración
de servicios y establecimientos públicos locales no impuestos legalmente.
14
Bibliografía sobre el § 1: Dürig, Verfassung und Verwaltung im Wohlfahrtsstaat, JZ
1953, pp. 193 y ss.; Forsthoff, Rechtsfragen der leistenden Verwaltung, 1959; Morstein-
Marx (coord.), Verwaltung, 1965; Badura, Auftrag und Grenzen der Verwaltung im sozialen
Rechtsstaat, DÖV 1968, 446 y ss.; Bachof/Brohm, Die Dogmatik des Verwaltungsrechts vor
den Gegenwartsaufgaben der Verwaltung, Referate mit Diskussion, VVDStRL 30, 1972, pp.
193 y ss.; Bull, Die Staatsaufgaben nach dem Grundgesetz, 2a. ed., 1977; Schuppert, Die
öffentliche Aufgabe als Schlüsselbegriff der Verwaltungswissenschaft, VerwArch, 71, 1980,
pp. 309 y ss.; Bachof, Verwaltung, en: EvStL, col. 3827 y ss.; Stern, Staatsrecht II, pp. 732
y ss.; Wahl, Zur Lage der Verwaltung Ende des 20. Jahrhunderts, DVG, pp. 1197 y ss.; M.
Schröder, Die Bereiche der Regierung und der Verwaltung, HStR III, 1988, § 67, en especial
el marg. 16; Bryde/Haverkate, Die Einheit der Verwaltung als Rechtsproblem, Referate mit
Diskussion, VVDStRL 46, 1988, pp. 181 y ss., con los trabajos que los acompañaron de Oe-
bbecke, DVBl. 1987, 866 y ss.; Sachs, NJW 1987, 2338; Schuppert, DÖV 1987, pp. 757 y
ss.; Wendt, NWVBl, 1987, pp. 33 y ss.; B. Becker, Öffentliche Verwaltung, 1989; Bullinger,
Verwaltung im Rhythmus von Wirtschaft und Gesellschaft, JZ 1991, pp. 53 y ss.; H. Dreier,
Zur “Eigenständigkeit” der Verwaltung, DV 25, 1992, pp. 137 y ss.; Roellecke, Verwaltung
und Verwaltungsrecht, DV 29, 1996, pp. 1 y ss.; König/Siedentopf (coords.), Öffentliche
Verwaltung in Deutschland, 1997; K. König, Der Verwaltungsstaat in Deutschland, Ver-
wArch. 88, 1997, pp. 545 y ss.; Burgi, Funktionale Privatisierung und Verwaltungshilfe,
1999; Schmidt, R., Die Reform von Verwaltung und Verwaltungsrecht, VerwArch. 91, 2000,
Nt8
El Kreis o Landkreis es el ente local supramunicipal más importante en Alema-
nia. Se trata de una corporación territorial dotada de importantes competencias ga-
rantizada tanto por la GG como por las constituciones de los diferentes Länder. Los
miembros que integran su órgano plenario (el Kreistag) son elegidos directamente por
los ciudadanos. También lo es, en la mayoría de Länder, el órgano unipersonal que lo
dirige (el Landrat), órgano que forma parte al mismo tiempo de la administración del
Land al que pertenezca el Kreis y que tiene, pues, una doble naturaleza local y estatal.
Nt9
En la sexta parte de la edición original de la presente obra (§§ 21-24), no in-
cluida en esta traducción (con la excepción del § 24, sobre las instrucciones admi-
nistrativas), se expone con detenimiento la organización administrativa alemana.
pp. 149 y ss.; Bullinger, Das Recht auf eine gute Verwaltung nach der Grundrechtecharta
der EU, Festschrift für Brohm, 2002, pp. 25 y ss.
Cfr. también los manuales de ciencia de la administración (provenientes de la perspectiva
jurídico-administrativa) de: Thieme, Verwaltungslehre, 4a. ed., 1984; ibidem, Einführung in
die Verwaltungslehre, 1995; Lecheler, Verwaltungslehre, 1988; Püttner, Verwaltungslehre,
3a. ed., 2000.
15*
El § 2 ha sido traducido por Oriol Mir Puigpelat, profesor titular de derecho adminis-
trativo de la Universidad de Barcelona.
der Verwaltungslehre, 3a. ed., 1888, vol. 1, p. 6). Cada etapa constitucional
tiene su propio tipo de administración.
Ello, por supuesto, no significa que la administración sea un mero com-
ponente de la Constitución o que el derecho administrativo pueda derivarse
sin más de la Constitución. La administración se encuentra también condi-
cionada por el contexto político, social, económico, tecnológico y cultural
de su tiempo, resultando determinantes no sólo los fenómenos y aconte-
cimientos que realmente se produzcan, sino también las concepciones y
expectativas que pueda haber en cada momento. La administración debe
reaccionar ante los retos de su tiempo valiéndose de los medios tecnológi-
cos que el mismo le brinde. Además, también hay funciones y estructuras
inherentes a toda administración, que existen con independencia del mo-
mento histórico y del contexto jurídico-constitucional. La administración
y el derecho administrativo se insertan así en el sistema de coordenadas de
una Constitución y un entorno que los condicionan. A su vez, ambos reper-
cuten sobre la Constitución.
No hay duda de que las revoluciones y transformaciones constitucionales
inciden sobre la administración. Ello, sin embargo, no suele producirse de
repente, sino con un cierto desfase temporal, puesto que las mismas deben
ser primero asimiladas y procesadas, para luego identificarse y materiali-
zarse las consecuencias que puedan tener para el derecho administrativo.
La alineación del derecho administrativo con el derecho constitucional es,
pues, un proceso lento, en el que participan en igual medida el legislador, la
jurisprudencia y la doctrina.16
16
Así debe entenderse la tan citada frase de Otto Mayer según la cual “el derecho cons-
titucional pasa, mientras el derecho administrativo permanece” (prólogo a la tercera edición
de su Manual de derecho administrativo), frase que, como muestra su contexto, respondía
al momento histórico en que fue pronunciada. La obra de Otto Mayer, surgida a finales del
siglo XIX, se debía al Estado de derecho liberal y representa, por ello, precisamente, un
buen ejemplo del condicionamiento constitucional del derecho administrativo. Por lo demás,
dicha afirmación acierta a poner de relieve los aspectos que se mantienen constantes de la
administración, también existentes.
17
El fundamento jurídico lo ofrecía el ius eminens, que atribuía a monarcas y príncipes
la prerrogativa de incidir en los derechos adquiridos (iura quaesita), esto es, en aquellos
derechos que estuvieran amparados en títulos jurídicos específicos (sobre todo, en los de-
rechos de la nobleza conferidos por el derecho estamental). A lo largo del tiempo, el ius
eminens, concebido en sus orígenes como un derecho excepcional, fue expandiéndose, hasta
convertirse en el fundamento del amplio conjunto de prerrogativas reconocidas a monarcas
y príncipes.
18
De todos modos, fue en dicho periodo cuando se desarrolló la denominada “teoría del
fisco”, según la cual los particulares debían soportar las injerencias del monarca en sus de-
rechos (adquiridos o fundamentados en el derecho natural), pero a cambio de obtener, en su
caso, una indemnización del fisco, erigido en persona jurídica autónoma de derecho privado
junto al monarca soberano revestido de autoridad. De dicha teoría provienen las conocidas
expresiones “tolera, pero liquida” y “el fisco como chivo expiatorio del Estado”.
19
Cfr., sobre todo, Robert von Mohl, Das Staatsrecht des Königreiches Württemberg,
2 vols., 1a. ed. de 1829-1832, 2a. ed. de 1840 (1a. parte: Derecho constitucional; 2a. parte:
A finales del siglo XIX el método de la ciencia del Estado fue reempla-
zado por el denominado método jurídico, según el cual no sólo debían reco-
pilarse y valorarse las normas jurídicas existentes, sino también —y sobre
todo— construirse los conceptos generales e identificarse los aspectos y
estructuras comunes del derecho administrativo. Con ello nació la parte ge-
neral del derecho administrativo. Esta nueva senda se inició en 1895-96 con
la publicación del manual de Otto Mayer, que contiene la exposición clá-
sica del derecho administrativo del Estado de derecho liberal. Su principal
objetivo es la sujeción de la actividad administrativa de intervención a los
límites propios del Estado de derecho, valiéndose para ello de los institutos
de la reserva de ley y del acto administrativo (como acto jurídico de inter-
vención). Por su claridad conceptual y coherencia interna, dicho manual,
objeto todavía de dos ediciones posteriores (1917 y 1924), ha ejercido —y
sigue ejerciendo, en sus aspectos fundamentales— una gran influencia so-
bre la doctrina y la práctica del derecho administrativo.20
Derecho administrativo); además, por ejemplo, Julius Schmelzing, Staatsrecht des Köni-
greichs Baiern, 2 vols., 1820-1821 (1a. parte: Derecho constitucional del Estado; 2a. parte:
Derecho de la administración del estado); Ernst von Moy, Lehrbuch des bayerischen Staats-
rechts, 3 vols., 1840-1846 (1a. parte: Derecho constitucional; 2a. parte: Derecho adminis-
trativo); Ludwig von Rönne, Das Staats-Recht der Preußichen Monarchie, 2 vols., 1a. ed.
de 1856-1863, 4a. ed. (4 vols.) de 1881-1884 (1a. parte: Derecho constitucional; 2a. parte:
Derecho administrativo). Los ejemplos podrían multiplicarse. Como regla general se incluía
el derecho administrativo en las entonces numerosas exposiciones del derecho estatal de los
Länder. Más adelante aparecieron manuales que se ocupaban únicamente del Derecho admi-
nistrativo, rebasando el ámbito territorial de los Länder; tales manuales seguían basándose
en el método de la ciencia del Estado, pero empezaron a abordar ya “teorías generales”. Así,
por ejemplo, Meyer, Georg, Lehrbuch des deutschen Verwaltungsrechts, 2 vols., 1883-1885
(la 4a. ed., a cargo de Duchow, es de 1913); Edgar Löning, Lehrbuch des deutschen Ver-
waltungsrechts, 1884; Karl Frhr. von Stengel, Lehrbuch des Deutschen Verwaltungsrechts,
1886.
20
Otto Mayer, nacido en 1846 en Fürth bei Nürnberg, comenzó ocupándose del derecho
administrativo francés, en su condición de abogado en la ciudad alsaciana de Mulhouse y,
sobre todo, como profesor en la Universidad de Estrasburgo, llegando a publicar incluso un
libro sobre el mismo (Theorie des Französischen Verwaltungsrechts, 1886). Ello influyó en
sus trabajos sobre el derecho administrativo alemán y, en especial, en su manual. Con su
“método jurídico” seguía también evoluciones similares del Derecho civil y constitucional
alemán de la época (en especial del segundo, en el que Carl Friedrich von Gerber y Paul
Laband habían desarrollado y defendido la línea jurídica o —en la terminología habitual—
positivista). Sin embargo, también tuvo precursores en el derecho administrativo alemán,
como, sobre todo, Friedrich Franz Mayer (Grundzüge des Verwaltungs-Rechts und Rechts-
verfahrens, 1857; Grundsätze des Verwaltungs-Rechts, 1862) y Otto von Sarwey (Allgemei-
nes Verwaltungsrecht, 1884), altos funcionarios ambos de la administración de Wurtemberg
(Mayer fue Oberamtmann, el equivalente del actual Landrat, mientras que Sarwey fue Sta-
atsrat y luego Ministro de Wurtemberg).Nt10 Cfr. sobre O. Mayer: Heyen, Otto Mayer. Stu-
dien zu den geistigen Grundlagen seiner Verwaltungsrechtswissenschaft, 1981; Hueber, Otto
Mayer. Die “juristische Methode” im Verwaltungsrecht, 1982; Schmidt-De Caluwe, Der
Verwaltungsakt in der Lehre Otto Mayers, 1999. Sobre F. F. Mayer: T. Ishikawa, Friedrich
Franz von Mayer. Begründer der “juristischen Methode” im deutschen Verwaltungsrecht,
1992. La ciencia de la administración tuvo, en la segunda mitad del siglo XIX, un nuevo
apogeo gracias a Lorenz von Stein (Verwaltungslehre, 8 partes, 1866-1884; Handbuch der
Verwaltungslehre, 3a. ed., 1887-1888), pero luego fue arrinconada casi totalmente por el
método jurídico. Cfr., sobre la evolución de la ciencia del derecho administrativo a lo largo
del siglo XIX, Dennewitz, pp. 41 y ss.; Stolleis, Geschichte, vol. 2, pp. 258 y ss., 381 y ss.
Nt10 Ya se ha explicado antes quién es el Landrat. El Staatsrat, a su vez, en el Reino de
Wurtemberg, era en aquella época una especie de ministro sin cartera. En el actual Land de
Baden-Wurtemberg el Staatsrat es un miembro honorífico del gobierno.
21
Cfr., sobre el surgimiento y la evolución de la jurisdicción contencioso-administrati-
va, Külz /Naumann (coords.), Staatsbürger und Staatsgewalt, vol. I, 1963; Baring (coord.),
Aus 100 Jahren Verwaltungsgerichtbarkeit, 1963; Rüfner, DVG III, 1984, pp. 909 y ss.; IV,
1985, pp. 639 y ss., pp. 1100 y ss.; Schmidt-Aßmann, en: Schoch/Schmidt-Aßmann/Pietz-
ner, VwGO, Einleitung, margs. 70 y ss.; Hufen, Verwaltungsprozeßrecht, § 2 margs. 6 y ss.
22
Deben mencionarse, sobre todo, las obras de Fritz Fleiner, Institutionen des deutschen
Verwaltungsrechts, 1a. ed. de 1911, 8a. ed. de 1928; Walter Jellinek, Verwaltungsrecht, 1a.
ed. de 1927, 3a. ed. de 1931; Julius Hatschek, Institutionen (luego Lehrbuch) des deutschen
und preußischen Verwaltungsrechts, 1a. ed. de 1919, 7a. y 8a. eds. de 1931 con adenda de
1932 (a cargo de Paul Kurtzig); Adolf Merkl, Allgemeines Verwaltungsrecht, 1927 (sobre la
base de la Teoría pura del derecho). Ulteriores referencias en Jellinek, cit., 3a. ed., 1931, pp.
98 y ss.; Stolleis, DVG IV, 1985, pp. 77 y ss.; idem, Geschichte, vol. 3, pp. 234 y ss.
23
Los manuales de derecho administrativo más influyentes de las primeras décadas que
siguieron a la segunda guerra mundial han sido, sobre todo, los de Ernst Forsthoff, Lehrbuch
des Verwaltungsrechts, vol. 1: Parte general, 1950, 10a. ed. de 1973; Hans J. Wolf, Verwal-
tungsrecht I, 1956 (en el índice bibliográfico incluido al inicio del presente libro se encontra-
rá la referencia de los demás volúmenes y ediciones posteriores de dicha obra); Hans Peters,
Lehrbuch der Verwaltung, 1949; Kurt Egon von Turegg, Lehrbuch des Verwaltungsrechts,
1950, 4a. ed. a cargo de Erwin Kraus de 1962. De gran influencia fue también una serie de
monografías de la época (fruto sobre todo de trabajos de habilitación),Nt11 como, sobre todo,
las de Bachof, Otto, Die verwaltungsgerichtliche Klage auf Vornahme einer Amtshandlung,
1951; Jesch, Dietrich, Gesetz und Verwaltung, 1961; Lerche, Peter, Übermaß und Verfas-
sungsrecht, 1961; Rupp, Hans Heinrich, Grundfragen der heutigen Verwaltungsrechtslehre,
2a. ed., 1991.
Nt11 Como es sabido, la Habilitationsschrift o escrito de habilitación es el trabajo elabo-
rado en Alemania, una vez alcanzado el grado de doctor, para la obtención de una plaza de
profesor de universidad.
24
Cfr., sobre los manuales citados: Studenikin/Wlassow/Jewtichijew, Sowjetisches Ver-
waltungsrecht, Allgemeiner Teil, 1950, traducción alemana de 1954; Bönninger/Hochbaum/
Lekschas/Schulze, Das Verwaltungsrecht der Deutschen Demokratischen Republik, Allge-
meiner Teil, 1957 (al respecto Ule, VerwArch. vol. 49, 1958, pp. 285 y ss.); Akademie für
Staats und Rechtswissenschaft der DDR (coord.), Verwaltungsrecht, Lehrbuch, 1979, 2a.
totalmente actualizada de 1988 (cfr. el detallado comentario sobre la 1a. ed. de Brunner,
DV 14, 1981, pp. 92 y ss. y de W. Schmidt, Der Staat 20, 1981, pp. 593 y ss.). En general,
sobre el derecho administrativo en la antigua DDR: Brunner, Einführung in das Recht der
DDR, 2a. ed., 1979, pp. 37 y ss.; Püttner, Zur Entwicklung des Verwaltungsrechts in der
DDR, Festschrift für Mampel, 1983, pp. 143 y ss.; Ule, Gesetzlichkeit in der Verwaltung
durch Verwaltungsverfahren und gerichtliche Kontrolle in der DDR, DVBl. 1985, pp. 1029
y ss.; Bönninger, Theorie des Verwaltungsrechts im administrativen System und im demo-
kratischen Rechtsstaat, NJ 1990, pp. 102 y ss.; K. König (coord.), Verwaltungsstrukturen
der DDR, 1991; Bernet, Entwicklung und Zustand der Verwaltungsrechtswissenschaft der
DDR, Der Staat 29, 1990, pp. 389 y ss.; Stelkens, Verwaltungsverfahren, 1991, pp. 9 y ss.;
Hauschild, Die örtliche Verwaltung im Staats- und Verwaltungssystem der DDR, 1991; R.
Schröder, Geschichte des DDR-Rechts, Jura 2004, pp. 73 y ss.; Stelkens/Sachs, StBS Einlei-
tung margs. 100 y ss.
Aunque tales leyes han sido después reemplazadas por normas más re-
cientes de los nuevos Länder del este, ponen de relieve la voluntad y la dis-
posición de iniciar una nueva etapa de democracia y estado de derecho tras
el desplome del régimen del SED.
3. El derecho administrativo en el Tratado de Unificación. La reunifica-
ción se produjo el 3 de octubre de 1990 con la entrada en vigor del Tratado
suscrito entre la República Federal de Alemania y la DDR sobre el esta-
blecimiento de la unidad de Alemania (Tratado de Unificación) de 31 de
agosto de 1990, aprobado por los parlamentos de la DDR (22 de agosto)
y la República Federal (23/24 de agosto) con la mayoría necesaria para
modificar las constituciones respectivas. Al establecimiento de la unidad
estatal debió seguir la consecución de la unidad jurídica. Las grandes dife-
rencias políticas, económicas, sociales y jurídicas existentes entre ambos
Estados impidieron que la adaptación jurídica pudiera hacerse mediante un
solo acto normativo, siendo necesario un gran número de disposiciones y de
regímenes transitorios. En un primer momento se discutió si el derecho de
la DDR (incluyendo las leyes aprobadas tras el 18 de marzo de 1990) debía
seguir en vigor de forma provisional, aun con reservas y limitaciones, o si,
en cambio, debía aplicarse el derecho de la República Federal (con algunas
limitaciones y condiciones) de manera inmediata en los nuevos Länder del
Este. Se optó por la segunda alternativa.
Los artículos 8o. y 9o. del Tratado de Unificación establecen lo siguiente:
Los nuevos Länder del Este se encontraron, así, con una regulación muy
compleja y poco clara, puesto que sus principios inspiradores (extensión del
derecho de la República Federal y mantenimiento provisional de la vigen-
cia del derecho de la DDR) fueron objeto de numerosas excepciones. Los
Anexos I y II del Tratado de unificación ocupan unas 350 apretadas pági-
nas del Diario Oficial Federal, afectando no sólo al derecho administrativo,
sino a todos los sectores del ordenamiento. A ello deben sumarse otras leyes
aprobadas en el marco de la unificación, como son la Ley de Inversiones en
la DDR, la Ley de Cuestiones Patrimoniales abiertas en la DDR y la Ley de
Impuestos Religiosos (como fundamento de los impuestos religiosos recau-
dados por los Länder).25
25
Una buena introducción en dicha materia la ofrece el libro de Stern/Schmidt-Bleibtreu,
Einigungsvertrag und Wahlvertrag, Verträge und Rechtsakte zur Deutschen Einheit, vol. 2,
6. La integración europea
A. Evolución
1990; este volumen viene acompañado de otros dos de los mismos autores: vol. 1: Staats-
vertrag zur Währungs, Wirtschafts und Sozialunion, 1990 y vol. 3: Zwei-plus-Vier-Vertrag,
1991. Cfr. además W. Schäuble, Der Vertrag, 1991 (Informe sobre las negociaciones del
Tratado del entonces ministro del Interior); Brunner, Was bleibt übrig vom DDR-Recht nach
der Wiedervereinigung? JuS, 1991, pp. 353 y ss.; Brachmann, Öffentliches Recht in den
neuen Bundesländern nach dem Einigungsvertrag, LKV 1991, pp. 12 y ss.; Stelkens, Fragen
zum Verwaltungsverfahrensgesetz nach dem Einigungsvertrag, DtZ 1991, 264 y ss.; Kloep-
fer/Kröger, Rechtsangleichung nach Art. 8 und 9 des Einigungsvertrages, DVBl. 1991, pp.
1031 y ss.; Degenhart, Deutsche Einheit und Rechtsangleichung – Öffentliches Recht, JuS
1993, pp. 627 y ss.; Stelkens/Sachs, StBS, Einleitung, margs. 118 y ss.
26
Los Estados fundadores de las tres comunidades fueron Francia, Italia, los tres Esta-
dos del Benelux (Bélgica, Holanda y Luxemburgo) y la República Federal de Alemania. Más
adelante ingresaron en ellas otros Estados europeos: el Reino Unido, Irlanda y Dinamarca
(1973), Grecia (1981), España y Portugal (1986) y Austria, Finlandia y Suecia (1995). A
ellos se sumaron, el 1o. de mayo de 2004, ocho Estados de Europa del Este (Estonia, Le-
tonia, Lituania, Polonia, la República Checa, Eslovaquia, Hungría y Eslovenia), Malta y
Chipre. Otros Estados han solicitado ya su adhesión.Nt12
Nt12 El 1o. de enero de 2007 se ha producido el ingreso de Bulgaria y Rumania.
27
La evolución ha venido marcada por los siguientes tratados: 1) los Tratados de fusión
de 1957 y 1965, en virtud de los cuales se fusionaron los órganos de las tres comunidades
(el Consejo de Ministros, la Comisión, la Asamblea Parlamentaria y el Tribunal de Justicia);
2) la denominada Acta Única Europea (EEA) de 1986, que amplió de forma considerable las
B. Presupuestos constitucionales
29
Pese al aseguramiento constitucional expuesto, tanto el Tratado de Maastricht como
la nueva redacción del artículo 23 GG fueron impugnados ante el BVerfG. El Tribunal des-
estimó los recursos interpuestos en parte por no reunir los requisitos de admisibilidad y en
parte por falta de fundamento (BVerfGE 89, 155). Sin embargo, llama la atención el carácter
restrictivo con que el Tribunal interpretó el Tratado de Maastricht, evidenciando una postura
más bien reservada.
30
Así, por ejemplo, la limitación de la regulación de la revisión de oficio contenida en
el § 48 VwVfG en detrimento del principio de protección de la confianza afecta sólo a los
actos administrativos contrarios al derecho comunitario, y no ya a los que (sólo) vulneren
el derecho alemán. A su vez, los §§ 97 y ss. GWB, que regulan la adjudicación de encargos
públicos,Nt15 en cumplimiento de las directivas comunitarias sobre contratación pública,
sólo resultan aplicables a aquellos contratos importantes que rebasen el umbral económico
fijado por tales directivas, de modo que los contratos de menor importe se siguen adjudican-
do según las reglas propias del derecho alemán (cfr. § 3 marg. 7 y § 17 margs. 32 y ss.). El
legislador alemán, ciertamente, podría haber extendido la regulación de matriz comunitaria
a todos los encargos públicos, pero no estaba obligado a ello.
Nt15 La expresión “Vergabe öffentlicher Aufträge” significa literalmente “adjudicación
de encargos públicos”, aunque en determinados contextos también podría traducirse como
“adjudicación de contratos públicos”. De hecho, esa es la expresión utilizada, por ejemplo,
para dar título a la versión alemana de la Directiva 2004/18/CE del Parlamento Europeo y
del consejo, del 31 de marzo de 2004, sobre coordinación de los procedimientos de adju-
dicación de los contratos públicos de obras, de suministro y de servicios (“Koordinierung
der Verfahren zur Vergabe öffentlicher Bauaufträge, Lieferaufträge und Dienstleistungs-
aufträge”). No obstante, hemos preferido emplear la traducción literal por la razón de que,
según la doctrina alemana dominante, la adjudicación de un “encargo público” da lugar a
la celebración de un contrato jurídico-privado, por lo que hablar aquí de contrato “público”
podría dar lugar a malentendidos (véase al respecto lo dicho por el autor infra, § 3 marg. 7,
y, sobre todo, § 17 margs. 31 y ss).
31
Cfr. al respecto Schmidt-Preuß, Festschrift für Maurer, 2001, pp. 797 y ss.;
Huber, ibidem, pp. 1165 y ss.
Bibliografía sobre el § 2: Cfr. las referencias doctrinales del § 1. Además: Dennewitz,
Die Systeme des Verwaltungsrechts, 1948; Bachof, “Über Entwicklungstendenzen im ge-
genwärtigen Verwaltungsrecht“, Staatsbürger und Staatsgewalt, 1963, pp. 3 y ss.; Badura,
Verwaltungsrecht im liberalen und im sozialen Rechtsstaat, 1966; Rüfner, Formen öffentli-
cher Verwaltung im Bereich der Wirtschaft, 1967; Ossenbühl, Verwaltungsrecht im sozialen
Rechtsstaat, StKV 1971, 57 y ss.; Häberle, “Leistungsrecht“ im sozialen Rechtsstaat, Fest-
schrift für G. Küchenhoff, 1972, pp. 453 y ss.; “Demokratie und Verwaltung“, Schriftenreihe
der Hochschule Speyer, vol. 50, 1972 (con numerosas contribuciones sobre la historia y el
estado actual de la administración); Achterberg, Einwirkungen des Verfassungsrechts auf
das Verwaltungsrecht, JA 1980, pp. 210 y ss. y pp. 273 y ss.; Meyer-Hesemann, Metho-
denwandel in der Verwaltungsrechtswissenschaft, 1981; Jeserich/Pohl/von Unruh (coords.),
Deutsche Verwaltungsgeschichte, 5 vols. y vol. de índices, 1983–1988 (zit. DVG); Stol-
leis, Geschichte des öffentlichen Rechts in Deutschland, 3 vols., 1988-1992-1999; idem,
Entwicklungslinien der verwaltungsrechtlichen Dogmatik im industriellen Zeitalter, BWV,
1990, 152 y ss.; idem, Verwaltungsrechtswissenschaft in der Bundesrepublik Deutschland,
Simon (coord.), Rechtswissenschaft in der Bonner Republik, 1994, pp. 227 y ss.; Robbers,
“Europäische Verwaltungsgeschichte, en R. Schulze (coord.), Europäische Rechts- und Ver-
fassungsgeschichte, 1991, pp. 153 y ss.; Ellwein, Perioden und Probleme der deutschen
Verwaltungsgeschichte, VerwArch. 87, 1996, pp. 1 y ss.; Hoffmann-Riem, Tendenzen in der
Verwaltungsrechtsentwicklung, DÖV 1997, pp. 433 y ss.
Bibliografía sobre el § 2 VI 3 (influencia del derecho comunitario sobre el derecho ad-
ministrativo alemán): Streinz, “Der Einfluß des europäischen Verwaltungsrechts auf das
Verwaltungsrecht der Mitgliedstaaten–dargestellt am Beispiel der Bundesrepublik Deuts-
chland“, en Schweitzer (coord.), Europäisches Verwaltungsrecht, 1991, pp. 241 y ss.; Ehlers,
Die Einwirkungen des Rechts der Europäischen Gemeinschaften auf das Verwaltungsrecht,
DVBl, 1991, pp. 605 y ss.; Engel, Die Einwirkungen des Europäischen Gemeinschaftsre-
chts auf das deutsche Verwaltungsrecht, DV 25, 1992, pp. 437 y ss.; Schmidt-Aßmann,
Deutsches und Europäisches Verwaltungsrecht – wechselseitige Einwirkungen, DVBl, 1993,
pp. 924 y ss.; Zuleeg/Rengeling, Deutsches und europäisches Verwaltungsrecht – wech-
selseitige Einwirkungen, Referate mit Diskussion, VVDStRL 53, 1994, pp. 154 y ss.; E.
Klein, Der Einfluß des Europäischen Gemeinschaftsrechts auf das Verwaltungsrecht der
Mitgliedstaaten, Der Staat 33, 1994, pp. 39 y ss.; Schoch, Die Europäisierung des Allge-
meinen Verwaltungsrechts, JZ, 1995, pp. 109 y ss.; Classen, Strukturunterschiede zwischen
deutschem und europäischem Verwaltungsrecht, NJW, 1995, pp. 2457 y ss.; Kahl, Hat die
EG die Kompetenz zur Regelung des Allgemeinen Verwaltungsrechts?, NVwZ, 1996, pp.
865 y ss.; idem, Europäisches und nationales Verwaltungsorganisationsrecht, DV 29, 1996,
pp. 341 y ss.; Schwarze (coord.), Das Verwaltungsrecht unter europäischem Einfluß, 1996;
idem, Konvergenz im Verwaltungsrecht der EU-Mitgliedstaaten, DVBl, 1996, pp. 881 y ss.;
Burgi, Verwaltungsprozeß und Europarecht, 1996; v. Danwitz, Verwaltungsrechtliches Sys-
tem und Europäische Integration, 1996; Sommermann, Europäisches Verwaltungsrecht oder
Europäisierung des Verwaltungsrechts? DVBl, 1996, pp. 889 y ss.; Classen, Das nationale
Verwaltungsverfahren im Kraftfeld des europäischen Gemeinschaftsrechts, DV 31, 1998,
pp. 307 y ss.; Kadelbach, Allgemeines Verwaltungsrecht unter europäischem Einfluß, 1999;
Schoch, “Die Europäisierung des Allgemeinen Verwaltungsrechts und der Verwaltungsre-
chtswissenschaft“, Die Wissenschaft vom Verwaltungsrecht, DV Beiheft 2, 1999, pp. 135 y
ss.; idem, Europäisierung des Allgemeinen Verwaltungsrechts und des Verwaltungsprozes-
srechts, NordÖR, 2002, pp. 1 y ss.; Huber, Das duale Regelungsregime als Sackgasse der
Europäisierung, Festschrift für Maurer, 2001, pp. 1165 y ss.; Brenner/Huber, Europarecht
und Europäisierung, DVBl. 1999, pp. 764 y ss.; 1999, 1559 y ss.; 2001, 1013 y ss.; Battis,
Verwaltungsrecht als konkretisiertes Gemeinschaftsrecht, DÖV, 2001, p. 988; Bergmann/
Kenntner (coords.), Deutsches Verwaltungsrecht unter europäischem Einfluß, 2002; Sch-
midt-Aßmann, Die Europäisierung des Verwaltungsverfahrensrechts, BVerwG-Festschrift,
2003, pp. 487 y ss.; Ruffert, Die Europäisierung der Verwaltungsrechtslehre, DV 32, 2003,
pp. 293 y ss.
32*
El § 3 ha sido traducido por Oriol Mir Puigpelat, profesor titular de derecho adminis-
trativo de la Universidad de Barcelona.
33
Ejemplo: el derecho urbanístico jurídico-administrativo establece y regula sólo las
relaciones jurídicas existentes entre el propietario y la administración urbanística, y no las
que pueda haber entre el propietario y sus vecinos. En el caso de que un vecino considere
que una obra previamente autorizada incumple las distancias mínimas impuestas por el dere-
cho urbanístico, sólo podrá dirigirse contra la administración, no pudiendo hacerlo también
contra el propietario. En cambio, el derecho privado regulador de las relaciones de vecindad
(§§ 906 y ss. BGB) sí contempla acciones directas entre propietarios de inmuebles. Por ello,
la postura del BGH que considera que las normas urbanísticas sobre distancias mínimas son
normas de protección a los efectos del § 823 II BGB (BGHZ 66, 354) es, cuando menos,
discutible.
34
Así, por ejemplo, el derecho urbanístico se contiene en el Código Urbanístico y en las
leyes urbanísticas de los Länder; el derecho de carreteras, en la Ley Federal de Carreteras y
en las leyes de carreteras de los Länder; el derecho del medio ambiente, en (entre otras) la
Ley Federal de Protección contra las Inmisiones, la Ley de Aguas, la Ley Federal de Pro-
tección de la Naturaleza y la Ley Federal de Protección del Suelo, así como en leyes com-
plementarias de los Länder; el derecho de la seguridad social, en el Código de la Seguridad
Social, y el derecho de la educación superior, en la Ley Marco de Universidades y las leyes
de universidades y de educación superior de los Länder.
35
Cfr., sobre las fuentes del derecho interno, infra, § 21.
Estado
Órgano
Ciudadano
Órgano
37
Cfr. Pietzcker, ZHR 162, 1998, pp. 456 y ss. (contrato de derecho privado); Schlette,
Die Verwaltung als Vertragspartner, 2000, pp. 152 y ss. (convenio de derecho público); Her-
mes, Gleichheit durch Verfahren bei der staatlichen Auftragsvergabe, JZ 1997, pp. 909, 914
y ss. (teoría de los dos niveles), todos ellos con ulteriores referencias; cfr. además infra, § 17
margs. 31 y ss.
38
Una visión panorámica de la actividad empresarial de la Federación le ofrece la publi-
cación anual del Ministerio Federal de Hacienda titulada Beteiligungen des Bundes. La ac-
tividad empresarial del Estado plantea dos cuestiones fundamentales. La primera, si resulta
constitucionalmente admisible, y la segunda —en caso de que se responda afirmativamente
a la primera—, si queda sometida a limitaciones jurídicas. Según las Leyes de régimen
municipal de los Länder, las empresas municipales sólo resultan admisibles cuando así lo
justifique el fin público perseguido (así, por ejemplo, el § 102 I de la GemO de Baden-Wur-
temberg). Con ello se convierte a la actividad empresarial en un instrumento de la actividad
administrativa municipal, quedando sometida a las limitaciones propias del derecho público
(derechos fundamentales y principios generales del derecho administrativo). El aspecto em-
presarial queda en un segundo plano, aunque no resulta irrelevante, puesto que la empresa
debe proporcionar beneficios al municipio (así, por ejemplo, el § 102 II de la GemO de
Baden-Wurtemberg). La jurisprudencia ha sido muy generosa en la aceptación de la concu-
rrencia del fin público: cfr., por ejemplo, BVerwGE 39, 329 (empresa funeraria municipal);
BayVGH BayVBl. 1976, 628; BVerwG DÖV 1978, 851 (ambas sobre el servicio municipal
de viviendas de alquiler para personas de rentas bajas); OVG Münster NVwZ 1986, 1045
(sauna municipal). Pese a ello, no basta con la finalidad de obtener un beneficio para la
hacienda municipal (así lo cree la doctrina mayoritaria; aunque también esto se ha visto
cuestionado, cfr. Cremer, DÖV, 2003, pp. 921 y ss.). Las normas que regulan esta cuestión
en el ámbito federal y de los Länder (cfr., por ejemplo, § 65 BHO y § 65 LHO de Baden-
Wurtemberg) ponen menos condiciones a la actividad empresarial. No obstante, debería ex-
tenderse el ejemplo municipal y someterse la actividad empresarial del Estado a limitaciones
semejantes. La tentación de hacer política económica valiéndose de la actividad empresarial
(mediante una determinada política de precios o de condiciones de venta, por ejemplo) se
verá pronto frenada por las condiciones fácticas y las leyes propias de la economía de mer-
cado. En cualquier caso, las pérdidas que puedan producirse en el ámbito empresarial no
pueden ser compensadas con ayudas provenientes de los presupuestos públicos.
Municipio
Relación de utilización
Relación de utilización Jurídico-privada
Jurídico-pública o
Jurídico-privada
Ciudadanos
Ciudadanos
39
De este modo, un municipio puede optar entre prestar el servicio de suministro de
agua (una función administrativa inmediata) mediante sus propios medios o encargar dicha
prestación a una sociedad anónima por ella controlada. La sociedad anónima es una empresa
de derecho privado, por lo que las relaciones que surjan entre ella y los usuarios sólo pueden
ser de Derecho privado. Si, en cambio, la administración decide prestar por sí misma el su-
ministro de agua (a través de una empresa municipal de distribución de agua), podrá configu-
rar la relación existente entre ella y los usuarios como una relación de derecho público o de
derecho privado. En este último caso coinciden una forma de organización jurídico-pública
y una relación de prestación jurídico-privada.
40
Una S. A. que explote el servicio de tranvía en determinadas partes del territorio mu-
nicipal se encuentra vinculada de forma inmediata al artículo 3 I GG, debiendo respetar por
tanto el principio de igualdad al fijar las tarifas (descuentos para estudiantes; en este sentido
BGHZ 52, 325). Cfr., además, BGHZ 29, 76 y BGHZ 65, 284, 287 (sometimiento al principio
de igualdad en la adjudicación de tierras para su colonización y en materia de suministro de
agua, respectivamente); BGHZ 91, 84, 96 y ss. (obligación de observar no sólo los derechos
fundamentales, sino también otros principios jurídico-públicos como, “en todo caso, los
principios básicos de la hacienda pública”); BGHZ 155, 166, 175 y ss. (vinculación al prin-
cipio de interdicción de la arbitrariedad derivado del artículo 3 GG, a la prohición de exce-
soNt21 inherente al principio del Estado de derecho y al derecho fundamental de audiencia;
no vinculación, en cambio, a las prescripciones de la VwVfG, salvo que recojan un mandato
constitucional o un principio general del derecho); OVG Lüneburg NVwZ 1990, 91 (some-
timiento a los derechos fundamentales, al principio de proporcionalidad y otros —en todo
caso, a los principios materiales del derecho público, y en especial a los principios básicos
de la hacienda pública— en la fijación —gradación— de los precios a cobrar por los parvu-
larios); BVerwGE 92, 56, 65 (los municipios, al celebrar contratos de derecho privado para
la satisfacción de funciones públicas ex § 138 BGB, se encuentran sometidos a la prohibición
de combinación prevista para los convenios jurídico-públicos en el § 59 II núm. 4 VwVfG).
BVerfGE 12, 205, 246 y ss. (sentencia de la televisión): como la radio y la televisión son de
competencia de los Länder, la Federación tiene también vedado el establecimiento de una
cadena de televisión federal bajo la forma del derecho privado.
Nt21 “Prohibición de exceso” (Übermaßverbot) es otra denominación que recibe a me-
nudo en Alemania el principio de proporcionalidad, como explica el autor infra, en el § 10
marg. 17 de la presente obra.
41
Cfr., sobre la vinculación inmediata a los derechos fundamentales, Hesse, VerfR.,
margs. 346 y ss.; Ehlers, Verwaltung in Privatrechtsform, 1984, pp. 212 y ss.; H. Dreier,
Grundgesetz, vol. I, 2a. ed., 2004, artículo 1, III margs. 65 y ss.; Starck, en von Mangoldt/
Klein/Starck, Grundgesetz, vol. I, 4a. ed., 1999, artículo 1, margs. 196 y ss.; Stern, Staats-
recht III, 1, pp. 1394 y ss. Resulta problemática la vinculación a los derechos fundamentales
(y la titularidad de derechos fundamentales) por parte de las denominadas sociedades de
economía mixta, aquellas sociedades participadas en parte por el Estado y en parte por par-
ticulares. La distinción entre el Estado y los socios particulares propuesta por la doctrina
es ciertamente plausible, pero no será siempre posible. No cabe aquí profundizar en dicha
cuestión, cfr. Dreier, cit. margs. 69 y ss.; Starck, cit. marg. 159; Rüfner, HStR IV (1992) §
16 marg. 81 y § 17 marg. 49; también BVerfG-K NJW 1990, 1783.
Nt24
Como se explica con detenimiento en la séptima y última parte de la edición
original alemana de la presente obra (§§ 25-31, dedicados al amplio conjunto de
medidas resarcitorias previsto por el derecho administrativo alemán), no incluida
en esta traducción, la institución de la responsabilidad por ejercicio del cargo o
Amtshaftung no agota el régimen alemán de responsabilidad extracontractual de
la administración. Junto a ella coexisten otras instituciones de origen legislativo y
jurisprudencial que la complementan como, por ejemplo, las figuras de la interven-
ción o injerencia equivalente a la expropiación (enteignungsgleicher Eingriff) y de
la intervención o injerencia expropiatoria (enteignender Eingriff), o la responsabi-
lidad por riesgo (Gefährdungshaftung). En el marco de las relaciones sometidas al
derecho privado, la administración alemana responde extracontractualmente con
arreglo a los §§ 839 y 823 BGB.
Nt25
La institución resarcitoria del Aufopferungsanspruch o acción derivada del sa-
crificio de derechos no patrimoniales es una creación de la jurisprudencia alemana
(a partir del principio general de indemnización del sacrificio especial contenido en
los §§ 74 y 75 de la introducción del código general territorial prusiano de 1794) di-
rigida a completar la protección ofrecida por la expropiación forzosa (Enteignung)
y aquellas otras figuras afines que sólo operan en caso de sacrificio de derechos de
contenido patrimonial. El autor le dedica el § 28 en la edición alemana de la pre-
sente obra.
B. Teorías delimitadoras
42
En este sentido Bettermann, NJW 1977, pp. 715 y ss.; Bachof, BVerwG-Festgabe
1978, pp. 9 y ss. Los distintos puntos de partida conducen también en parte a resultados
diferentes: el derecho de apropiación del Estado previsto en el § 928 II BGB es para Wolff,
derecho público, porque sólo le corresponde al Estado; en cambio, para Bachof y Better-
mann es derecho privado, porque no le es reconocido al Estado como sujeto revestido de
autoridad, sino como titular de patrimonio y participante en el tráfico jurídico-civil. Además,
según la nueva concepción puede haber derecho “común” o “compartido”, esto es, normas
jurídicas dirigidas tanto a sujetos particulares como a sujetos revestidos de autoridad y que
pertenecerán, según los casos, al derecho privado o al derecho público; así sucedería con
determinados preceptos del BGB (§§ 1 y ss., §§ 104 y ss., § 133, entre otros), con algunos
principios generales del derecho y con los artículos 9 III 2 y 48 II GG (lo cual resulta cues-
tionable).
43
Esta teoría guarda cierta relación con la de la subordinación. De algún modo la actua-
liza, al tener en cuenta que, hoy en día, la “autoridad” no se manifiesta sólo a través de la
actividad estatal de intervención, sino también a través de sus actividades de planificación y
de prestación.
44
La insatisfacción producida por las soluciones examinadas ha llevado a la doctrina de
los últimos años a elaborar nuevas teorías delimitadoras, llamadas a completar o a reempla-
zar a las anteriores. Entre ellas se encuentran la teoría de la importancia, según la cual las
regulaciones importantes, que afectan a cuestiones fundamentales o al conjunto de la vida
social, pertenecen al derecho público, mientras las regulaciones de detalle de menor impor-
tancia forman parte del derecho privado (Püttner, VerwR p. 80; idem, Festschrift für Maurer,
2001, p. 717); la teoría de la tradición, para la que debe mantenerse la calificación que ha
venido siendo habitual cuando no haya razones de peso que aconsejen un cambio (Püttner,
cit.; Bull, VerwR marg. 107); la teoría de la autoridad (Hoheitstheorie), en virtud de la cual
la actividad de los sujetos revestidos de autoridad debe considerarse, en principio, sujeta al
derecho público, especialmente adaptado al ejercicio de la autoridad (Zuleeg, VerwArch. 73,
1982, pp. 384, 393 y ss.); la teoría del valedor, para la que el derecho público es el conjunto
de normas reguladoras de relaciones jurídicas en las que al menos una de las partes aparece
como valedora del bien común —en virtud de otra relación jurídica que la legitime como
tal— (Achterberg, VerwR § 1 marg. 27); y la teoría de la competencia, según la cual debe
partirse de la competencia para desarrollar actuación estatal (Gern, ZRP 1985, 60 y ss.). No
puede profundizarse aquí en cada una de estas teorías. Basta señalar lo siguiente: las teorías
de la importancia y de la tradición, aunque pueden aportar asideros prácticos de utilidad,
no deben ser confundidas con teorías delimitadoras dogmáticamente fundadas; la teoría del
valedor traslada el problema a la cuestión del bien común, que no es menos controvertida, y
la teoría de la competencia no convence porque se basa en un círculo vicioso (hay derecho
público cuando existe un fundamento competencial jurídico-público), acaba llegando al mis-
mo resultado que la teoría del sujeto, ya superada (cfr. supra, marg. 14), y se ve obligada a
hacer concesiones ante el denominado derecho de elección de la administración.
45
Ejemplo: el funcionario F del Land L realiza unas declaraciones afirmando
que el empresario E ha maquinado para obtener una posición ventajosa en la adju-
dicación de encargos públicos, y E exige su rectificación. Caben tres posibilidades:
1) si F realizó tales declaraciones como sujeto particular (en una reunión privada,
por ejemplo), E dispondrá sólo de una acción jurídico-privada de rectificación con-
tra F. 2) si F las hizo como funcionario, con ocasión de la celebración de algún
negocio jurídico-privado (durante la negociación de la adjudicación de un encar-
go, por ejemplo), E gozará de una acción jurídico-privada de rectificación contra
el Estado, al que resultan imputables las declaraciones de su funcionario. 3) si F
realizó las declaraciones como funcionario, con ocasión del ejercicio de funciones
de autoridad (durante el trámite de debate conjunto del procedimiento integrado
de planificación Nt27 de una carretera, por ejemplo), E dispondrá de una acción
Nt28
Dichos preceptos regulan la acción jurídico-privada de enriquecimiento injusto.
48
La jurisprudencia opta por una u otra calificación en función de la finalidad perseguida
por el sujeto al acceder al edificio público: si pretendía realizar alguna actuación relacionada
con un asunto de derecho público (como, por ejemplo, solicitar una licencia urbanística) la
referida prohibición será jurídico-pública (OVG Münster, NJW 1998, 1425: estudiante y
doctorando en el edificio de la Universidad), y si, en cambio, acudía para celebrar algún ne-
gocio jurídico-privado (para vender material de oficina, por ejemplo), será jurídico-privada
(cfr. BGHZ 33, 230: fotógrafo en un registro civil; BVerwGE 35, 103: adjudicación de con-
tratos de I+D por parte del Ministerio Federal de Defensa). La doctrina mayoritaria parte, en
cambio, con razón, de la finalidad de la prohibición, considerándola jurídico-pública cuando
con ella se busque garantizar el correcto ejercicio de las funciones públicas desarrolladas
en el edificio, con independencia de la finalidad perseguida por el sujeto al que la misma
va dirigida (en este sentido, por ejemplo, Knemeyer, DÖV 1970, pp. 596 y ss.; idem, VBl-
BW 1982, pp. 249 y ss.; Ronellenfitsch, VerwArch. 73, 1982, pp. 469 y ss., con ulteriores
referencias; además BayVGH DVBl. 1981, 1010, abandonando su anterior jurisprudencia;
OVG Schleswig NJW 2000, 3440). Se discute también si la prohibición en cuestión es un
acto administrativo y si, como tal, requiere una previa habilitación legal específica (cfr. al
respecto las referencias acabadas de citar). Se trata de un acto administrativo, porque dicha
prohibición constituye una regulación de un caso concreto dotada de eficacia hacia el exte-
rior; pero no requiere una previa habilitación legal, porque la potestad de dictarla se deduce
ya de la competencia genérica de todo órgano administrativo (reconocida por el derecho
público) de velar por el correcto desarrollo del servicio en el ámbito espacial de su actividad
administrativa.
como el carácter global del contrato (cfr. sobre ello, con mayor detenimien-
to, infra, § 14 margs. 8 y ss.).
d) El uso de los servicios y establecimientos públicos, en especial de los
municipales (transportes públicos, abastecimiento de energía eléctrica, agua
y gas, parvularios, piscinas municipales, museos), puede ser configurado
en forma jurídico-pública o jurídico-privada, como se ha visto antes (supra,
marg. 9). Aquí no (sólo) habrá que interrogarse acerca de la atribución del
acto concreto, sino —en un paso anterior— acerca de la propia atribución de
la relación de utilización del servicio o establecimiento en su conjunto. En
consonancia con el principio de libertad de elección, resultará determinante
la voluntad de la administración competente de que se trate (el municipio,
por ejemplo), voluntad que podrá inferirse del contexto y, en particular, de
la regulación de la utilización del servicio o establecimiento. Servirán de in-
dicio el tipo de regulación de utilización (¿se trata de una ordenanza o de
condiciones generales de la contratación?), las formas jurídicas empleadas en
cada caso (la extinción de la relación jurídica de utilización, por ejemplo, ¿se
produce mediante revocación o mediante resolución contractual?), la forma
de remuneración (¿tasa o precio?) o la indicación de los recursos susceptibles
de interposición (¿se han indicado según lo dispuesto en el § 58 VwGO?).49
Cuando se reconozca la acción jurídico-pública de reclamación de ac-
ceso al servicio o establecimiento (como se reconoce, por ejemplo, en los
servicios y establecimientos públicos municipales, por imperativo de las dis-
tintas leyes de régimen municipal) habrá que calificar también de jurídico-
público al propio acceso a dicho servicio o establecimiento; el desarrollo
del servicio, sin embargo, puede seguir siendo configurado con arreglo al
derecho privado (teoría de los dos niveles).50
49
La denominación “establecimiento público” contenida habitualmente en las leyes de
régimen municipal (cfr. § 10 II GemO de Baden-Wurtemberg, § 19 I GemO de Hesse) no
debe llevar a la suposición de que se trata de un establecimiento o servicio configurado
en forma jurídico-pública; “público” significa aquí que el establecimiento o servicio está
abierto al público, esto es, a cualquier persona o, como mínimo, a un círculo de personas no
individualizado.
50
Ejemplo: la agrupación local del partido P solicita al alcalde la cesión del pabellón
municipal para celebrar un acto electoral. En el caso de que el pabellón municipal se encuen-
tre a disposición de las asociaciones del municipio como establecimiento público, la deci-
sión acerca de si debe cederse al partido P tendrá naturaleza jurídico-pública. No obstante,
el desarrollo concreto de la cesión (el “cómo”) puede ser sometido al derecho privado (regu-
lándose mediante un contrato de arrendamiento, por ejemplo). En este sentido BVerwGE 32,
333, 334; BVerwG NVwZ 1991, 59. Tampoco la obligatoriedad de la utilización del servicio
o de la conexión a la red de suministro (obligatoriedad fundada siempre en normas de de-
recho público) excluyen necesariamente un desarrollo jurídico-privado (cfr. BGH BayVbl.
1985, 27; HessVGH ESVGH 25, 59, 72: central productora de calefacción urbana; OVG
Lüneburg NJW 1977, 450; Frotscher, Die Ausgestaltung kommunaler Nutzungsverhältnisse
bei Anschluß- und Benutzungszwang, 1974, críticamente, con ulteriores referencias).
51
Cfr. al respecto BadWürttVGH ESVGH 25, 203 y DÖV 1978, 569 (piscina pública);
HessVGH ESVGH 27, 116 (parvulario). Una calificación unitaria es también posible en re-
laciones de servicio complejas. Así, en el ejemplo del pabellón municipal acabado de poner,
en lugar de la construcción en dos niveles expuesta, podría admitirse también la existencia
de un solo acto administrativo que contuviera las condiciones de la cesión, o de un solo
convenio de derecho público que regulara el “si” y el “cómo” de dicha cesión basándose en
las previsiones civilistas del contrato de arrendamiento; cfr. sobre ello Pappermann JZ 1969,
485 y ss.; Ossenbühl, DVBl. 1973, 289 y ss.; véase también infra, marg. 31.
52
Así Püttner, DVBl. 1975, 353 y ss.; Frotscher, HKWP vol. III, pp. 150 y ss.; BVerwG
DVBl. 1990, 154; BVerwG 2005, 1072 (suministro de calefacción urbana); OVG Koblenz
DVBl. 1985, 176; HessVGH DÖV 1994, 438 (mercado navideño); BayVGH NVwZ 1999,
1122 (fiesta mayor de Nuremberg); de un modo discutido, Ossenbühl admite (también) una
acción jurídico-pública de reclamación de utilización ejercitable directamente contra la so-
ciedad, cfr. DVBl. 1973, 289 (294); HKWP vol. I, pp. 387 y ss. Los litigios que se produzcan
entre la empresa de derecho privado y el usuario o solicitante del servicio tienen (pese a las
vinculaciones de derecho público a las que pueda estar sometida la empresa en el sentido del
derecho privado administrativo) carácter jurídico-privado, debiendo por ello ser ventilados
ante los tribunales civiles (BVerwG NVwZ 1991, 59; también Osterloh JuS 1991, 338 y ss.).
53
La relación jurídica de utilización del servicio de correos (esto es, las relaciones jurí-
dicas existentes entre la Deutsche BundespostNt30 y sus clientes) era considerada antes de
derecho público (cfr. por último BGHZ 98, 140, 143; BVerwGE 71, 85, 87), teniendo en la
actualidad —desde la reforma de la estructura de correos (cfr. § 7 PostG y § 9 I FAG, ambas
en la versión de la Ley de reestructuración del servicio de correos del 8 de junio de 1989,
BGBl. I p. 1026) y, sobre todo, desde la privatización de los tres ámbitos del servicio de
correos, el banco postal y las telecomunicaciones—,Nt31 sin excepción, carácter jurídico-
privado. Sólo su intervención en el marco de la notificación formal o garantizadaNt32 puede
seguir siendo considerada actuación de autoridad del servicio de correos (cfr. § 33 I PostG).
En cambio, la relación de utilización del servicio de ferrocarril ha sido siempre calificada de
jurídico-privada, de lo que se desprende, por ejemplo, que al comprar el billete se celebra
un contrato jurídico-privado de transporte (cfr. BGHZ 20, 102; BVerwGE 64, 202, 205);
sea como fuere, tras la privatización de la Deutsche Bundesbahn y de la Reichsbahn de la
anterior DDRNt33 ello resulta indudable. La nueva Deutsche Bahn, S. A. queda sometida al
derecho privado también en el resto de su actividad (cfr. BGH NJW 1997, 744: acción ne-
gatoria frente a inmisiones causadas por obras). La controversia acerca de si el ejercicio del
derecho de tanteo y retracto previsto en el anterior § 24 BBauG (actual § 24 BauGB) tenía
naturaleza jurídico-pública (así lo creyeron BadWürttVGH ESVGH 24, 101; OVG Münster
OVGE 23, 280; 27, 236) o jurídico-privada (BGHZ 60, 275, 279 y ss.) fue resuelta en favor
de la primera alternativa al modificarse dicho precepto en 1976 (se introdujo el inciso “me-
diante acto administrativo” en el § 24 IV BBauG, actual § 28 II BauGB); dicha controversia
no sólo suministró un interesante material argumentativo, sino que sigue siendo de actuali-
dad en casos análogos no resueltos por el legislador (cfr. BadWürttVGH VBlBW 1983, 77
y NVwZ 1992, 898, calificando de acto administrativo al ejercicio del derecho de tanteo y
retracto contemplado en el § 25 de la Ley Forestal de Baden-Wurtemberg y en el § 46 de la
Ley de Protección de la Naturaleza de ese mismo Land; también el BayVGH BayVBl. 1994,
657 en relación con el ejercicio del derecho de tanteo y retracto contenido en el artículo 34
de la Ley de Protección de la Naturaleza de Baviera).
Nt30 La Deutsche Bundespost era la anterior empresa pública federal que monopolizaba
el servicio de correos.
Nt31 La citada Ley de reestructuración del servicio de correos del 8 de junio de 1989
(Poststrukturgesetz) había dividido ya previamente a la Deutsche bundespost en tres em-
presas públicas diferenciadas: la Deutsche Bundespost Postdienst (servicios postales), la
Deutsche Bundespost Postbank (banca postal) y la Deutsche Bundespost Telekom (servicios
de telecomunicaciones), convertidas luego, a lo largo de los años noventa, en sociedades
anónimas de capital público y privado.
Nt32 Véase, sobre la notificación formal o garantizada (förmliche Zustellung), infra, § 9
marg. 70 y la nota allí incluida sobre la traducción de dicho término.
Nt33 La Deutsche Bundesbahn y la Reichsbahn eran las anteriores empresas públicas
nacionales que monopolizaban el transporte por ferrocarril en la República Federal y la
DDR, respectivamente.
B. Fundamento
54
Con dicha finalidad se acude, sobre todo —aunque no sólo—, a las previsiones del
derecho de obligaciones, con las que se colman las lagunas de las distintas relaciones obli-
gacionales de derecho público. Resultan entonces de aplicación, por ejemplo, el principio de
buena fe (§ 242 BGB), así como las disposiciones sobre el cómputo de los plazos (§§ 187 y
ss. BGB, cfr. BVerwGE 44, 45, 47 sobre el § 193 BGB), sobre la impugnación de las decla-
raciones de voluntad (§§ 119, 123 I BGB), sobre responsabilidad por incumplimiento de la
prestación obligacional (§§ 275 y ss. BGB), sobre el depósito (§§ 688 y ss. BGB), sobre la
gestión de negocios ajenos (§§ 677 y ss. BGB) y, según BGHZ 59, 303, incluso las previsio-
nes sobre el saneamiento por vicios ocultos en la compra o, según OVG Hamburg GewArch.
1975, 20, las de la promesa pública de recompensa (“promesa pública de recompensa de
derecho público” como fundamento jurídico de la concesión de una subvención).
57
La analogía comporta normalmente sólo una remisión a las consecuencias jurídicas,
y no a su base jurídica: el depósito jurídico-público desarrollado a partir de los §§ 688 y ss.
BGB no prevé cuándo la administración puede tomar una cosa en depósito (la incautación y
el comiso tienen su propio fundamento en el derecho público), sino cómo debe custodiarse
la cosa depositada, cómo debe producirse la restitución, etcétera. Y, sobre todo, la gestión
de negocios ajenos (§§ 677 y ss. BGB), que también puede resultar aplicable en el derecho
público, no otorga título jurídico alguno que pueda servir para legitimar prerrogativas de
intervención más amplias de la administración.
58
En el ejemplo del pabellón municipal antes puesto (cfr. marg. 26) resulta innecesario
configurar “el segundo nivel” de forma jurídico-privada, puesto que la relación jurídico-
pública de utilización del servicio, que de hecho no ha sido objeto todavía de regulación
jurídico-pública general, puede ser complementada con las disposiciones jurídico-civiles
relativas al contrato de arrendamiento que sean compatibles con la misma. A mi juicio, tam-
poco hay nada que objetar a que la concesión de un préstamo se someta, de forma unitaria,
como subvención, al derecho público (aplicando, en lo que proceda, los §§ 488 y ss. BGB y
demás preceptos del BGB).
las razones fácticas y jurídicas que justifiquen, en cada caso, si y en qué me-
dida resulta todavía necesario acudir al “derecho privado administrativo”. 59
59
Bibliografía sobre el § 3 I: Stern, Das allgemeine Verwaltungsrecht in der
neueren Bundesgesetzgebung, JZ 1962, pp. 265 y ss., pp. 297 y ss.; Rupp, Grund-
fragen der heutigen Verwaltungsrechtslehre, 1965; 2a. ed. de 1991; Bachof/Brohm,
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Probleme des Verwaltungsprivatrechts, DVBl. 1983, pp. 422 y ss.; idem, Verwaltung in
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Verwaltungshandelns an das öffentliche Recht, DÖV 1984, 872 y ss.; von Danwitz, Die Ben-
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VerwArch. 86, 1995, pp. 531 y ss.; Unruh, Kritik des privatrechtlichen Verwaltungshande-
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öffentlichem Recht, JZ 1963, pp. 41 y ss.; Bullinger, Öffentliches Recht und Privatrecht,
1968; Menger, Zum Stand der Meinungen über die Unterscheidung von öffentlichem und
privatem Recht, Festschrift für Hans J. Wolff, 1973, pp. 149 y ss.; Pestalozza, “Formen-
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öffentlichem Recht und Privatrecht, DÖV 1974, pp. 188 y ss.; Bachof, Über öffentliches Re-
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Rechts und des Privatrechts, VerwArch. vol. 73, 1982, pp. 384 y ss.; Ehlers, Verwaltung
in Privatrechtsform, 1984, pp. 30 y ss.; Gern, Neuansatz der Unterscheidung des öffent-
lichen Rechts vom Privatrecht, ZRP 1985, pp. 56 y ss.; D. Schmidt, Die Unterscheidung
von privatem und öffentlichem Recht, 1985; Peine, Öffentliches und Privates Nachbarrecht,
JuS 1987, pp. 169 y ss.; Bullinger, Öffentliches Recht und Privatrecht in Geschichte und
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Recht–Abgrenzungsprobleme bei der Benutzung öffentlicher Einrichtungen, JuS, 1992, pp.
809 y ss.; J. Schröder, Privatrecht und öffentliches Recht. Zur Entwicklung der modernen
Rechtssystematik in der Naturrechtslehre des 18. Jahrhunderts, Festschrift für Gernhuber,
1993, pp. 991 y ss.; Lorenz, Kirchenglocken zwischen öffentlichem und privatem Recht, JuS,
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Privatrecht als wechselseitige Auffangordnungen, 1996; Püttner, Öffentliches und privates
Recht, Festschrift für Maurer, 2001, pp. 713 ff; Larenz/Wolf, Allgemeiner Teil des Bürgerli-
chen Rechts, 9a. ed., 2004, § 1 margs. 1 y ss.
Sobre el § 3 IV: Hermann Weber, Beitragsrückgewähr nach irrtümlich angenommener Mit-
gliedschaft in Zwangsverbänden, JuS, 1970, pp. 169 y ss.; Middel, Öffentlich-rechtliche Willen-
serklärungen von Privatpersonen, 1971, pp. 57 y ss.; Kluth, Rechtsfragen der Verwaltungsrechtli-
chen Willenserklärung, NVwZ 1990, pp. 608 y ss.; de Wall, Die Anwendbarkeit privatrechtlicher
Vorschriften im Verwaltungsrecht, 1999 (fundamental); Dötsch, Schuldrechtsreform und öffentli-
ches Recht, NWVBl, 2001, pp. 385 y ss.; 2002, pp. 140 y ss.; Geis, Die Schuldrechtsreform und
das Verwaltungsrecht, NVwZ, 2002, pp. 385 y ss.; Stumpf, Die Verjährung öffentlich-rechtlicher
Ansprüche nach der Schuldrechtsreform, NVwZ, 2003, pp. 1198 y ss.
Jurisprudencia sobre el § 3: BGHZ 52, 325 (S. A. prestadora del servicio de tranvía,
vinculación a los derechos fundamentales); BGHZ 58, 386 (aplicabilidad de las disposi-
ciones jurídico-privadas en el ámbito jurídico-público); BGHZ 154, 146 (cajas de ahorros,
vinculación a los derechos fundamentales); BGHZ 155, 166 (principios del derecho privado
administrativo); BGH DVBl. 1984, 1118 (vinculación a las prescripciones del derecho tribu-
tario por parte de la Administración que actúa con sometimiento al derecho privado); OVG
Koblenz NVwZ 1984, 316 (¿impugnación de las declaraciones jurídico-administrativas de
voluntad según los §§ 116 y ss. BGB?). Cfr. también sobre la problemática Derecho público-
Derecho privado las referencias jurisprudenciales contenidas en los margs. 22 y ss.
60*
El § 4 ha sido traducido por Gabriel Doménech Pascual, profesor agregado de derecho
administrativo de la Universidad Cardenal Herrera-CEU.
Hay que distinguir forma y contenido. A través de las fuentes del derecho
se originan, por razón de su forma, disposiciones jurídicas y, por razón de
su contenido, normas jurídicas. La terminología, ciertamente, todavía no es
uniforme, pero en lo sucesivo ha de ser empleada en este sentido. Las dispo-
siciones jurídicas se corresponden con las fuentes del derecho. Las normas
jurídicas son regulaciones de alcance vinculante general, esto es, regulacio-
61
Se discute si la teoría de las fuentes del derecho posee en general algún valor cog-
noscitivo en el derecho administrativo o si no debiera renunciarse a ella en favor de los
conceptos de disposición jurídica y norma jurídica. Crítico al respecto se muestra Ipsen,
VerwR, margs. 84 y ss., cuya referencia a la Constitución en este contexto, sin embargo, no
permite avanzar, porque entonces habría que aclarar su carácter de fuente del derecho y su
obligatoriedad. Cfr. sobre ello, desde una perspectiva teórico jurídica y de los fundamentos,
K. F. Röhl, Allgemeine Rechtslehre, 2a. ed., 2002, §§ 64 y ss.; Rüthers, Rechtstheorie, 1999,
margs. 217 y ss.
Derecho comunitario
Derecho comunitario originario: tratados constitutivos
Derecho comunitario derivado: reglamentos y directivas
Derecho federal Constitución
Leyes
Reglamentos
Ordenanzas
Derecho de los Länder Constitución
Leyes
Reglamentos
Ordenanzas
62
Seguidamente, se tratará con más detalle, en primer lugar, las fuentes del derecho de
la esfera jurídica alemana (II-V). Dado que no existen diferencias dogmático-estructurales
entre las correspondientes fuentes del derecho federal y del derecho de los Länder, se ofrece
un tratamiento común. A continucación se considerará más detalladamente la relación entre
derecho federal y derecho de los Länder (VI), algunas cuestiones relativas a la teoría de la
A. La Constitución
dictado “en calidad de ley” por los órganos legislativos a través del proce-
dimiento legislativo. Ley en sentido material, por el contrario, es toda nor-
ma jurídica en el sentido descrito supra, marg. 4, esto es, toda regulación
de alcance vinculante general. Es cierto que los dos conceptos coinciden
ampliamente en la práctica, dado que la mayor parte de las normas jurídicas
—al menos de las esenciales— han sido promulgadas bajo la vista de una
ley formal. Pero no siempre coinciden perfectamente, sino que forman dos
círculos que se entrecruzan.63
El concepto dual de ley trae su causa de la doctrina jurídico pública del
siglo XIX, y guarda una estrecha relación con la competencia, restringida a
la edicción de leyes, que se otorgaba al Parlamento del constitucionalismo.
El concepto de ley en sentido propio (material) quedaba reservado para las
intervenciones en la libertad y la propiedad en el seno de la relación general
Estado-ciudadano (cfr. supra, § 2, marg. 5). El concepto de ley sólo en sen-
tido formal servía para explicar y, en su caso, justificar otras competencias
del Parlamento (en especial, la de aprobación del presupuesto). Con la evo-
lución hacia una democracia parlamentaria, la distinción entre ley material
y ley formal ha perdido su fundamental función de distribución de las com-
petencias, dado que el Parlamento, en su condición de órgano supremo del
Estado, está llamado a regular todas las cuestiones políticas esenciales, al
margen de que la limitación de las leyes materiales a los actos de interven-
ción se haya quedado obsoleta. Es por ello que en la doctrina se ha postula-
do en parte el abandono de la distinción (sobre todo, Hesse, VerfR, margs.
502 y ss.). No obstante, ésta tiene todavía su justificación, porque así las
normas jurídicas se destacan respecto de los restantes actos parlamentarios,
y también porque las mismas pueden ser dictadas no sólo por el Parlamento.
La ley formal posee “rango y predicado de una decisión democrática
de la mayoría” (Ipsen, VVDStRL 10, 75). Su sobresaliente significado ju-
rídico-constitucional y jurídico-político resulta de que: es dictada por el
Parlamento, representante inmediato del pueblo; es elaborada a través de
un procedimiento provisto de especiales garantías, público, que asegura po-
63
A la categoría de las leyes sólo en sentido formal pertenecen la aprobación de determina-
dos tratados internacionales (artículo 59 II 1 GG), la aprobación del presupuesto (artículo 110
II 1 GG, cfr. al respecto BVerfGE 38, 121, 127; BVerfGE 58, 45, 48), así como la aprobación
de otros planes (cfr. a modo de ejemplo ilustrativo la Ley de Construcción de Carreteras Fe-
derales, en su redacción del 15 de noviembre de 1993, BGBl. I, p. 1878), amén de las leyes de
caso único y las leyes medida (cfr. BVerfGE 25, 371, 396 y ss.: lex Rheinstahl; BVerfGE 95,
1, pp. 15 y ss.: circunvalación sur de Stendal, aprobación de un plan por ley). Leyes en sentido
sólo material serían los reglamentos y las ordenanzas (cfr. al respecto infra, margs. 16 y 20).
C. Reglamentos
64
Al igual que hay leyes sólo en sentido formal, puede haber excepcionalmente re-
glamentos sólo en sentido formal; es posible que se prescriba la forma de reglamento para
determinadas medidas que (sin duda alguna) no constituyen normas jurídicas, como, por
ejemplo, las resoluciones de incorporación a un municipio Nt35 dictadas por el gobierno de
un Land, o las resoluciones expropiatorias dictadas por un Regierungspresident. Nt36 Esto,
ciertamente, no puede conducir a un abuso de las formas. Cfr. al respecto BVerfGE 18, 154
y BVerwG DÖV 1974, 426, en relación con resoluciones de incorporación a un municipio.
Nt35 Un Eingemeindungsbeschlüß es el acto jurídico en virtud del cual un municipio o
ciudad quedan fusionados en —incorporados a— otro municipio o ciudad de mayor tamaño.
Nt36 Literalmente, presidente del Gobierno. No se trata, sin embargo, de un órgano equi-
parable a su homónimo español, sino de órganos administrativos periféricos integrados en el
escalón territorial intermedio de la organización de algunos Länder.
sino también derogar o modificar mediante una ley formal los reglamentos
promulgados (primacía de la ley).65
El instrumento del reglamento es imprescindible en el Estado moderno.
El mismo sirve, en primer término, para aligerar la carga del Parlamento,
que ni está llamado a, ni tampoco está en posición, por razones temporales
y objetivas, de regular él mismo todos los pormenores, en especial los de
índole más técnica. El reglamento posibilita, además, una rápida adaptación
a las cambiantes circunstancias, lo que con frecuencia es necesario precisa-
mente en el caso de las cuestiones técnicas particulares. Y, finalmente, a tra-
vés de reglamentos de instancias inferiores pueden ser tenidas en cuenta las
diferencias regionales. Por otra parte, al reglamento le faltan el basamento
democrático directo de la ley formal y las garantías del procedimiento legis-
lativo. Este “déficit” se compensa mediante la dependencia respecto de la
ley parlamentaria, pero, con todo, subsiste el peligro de que el peso pesado
de la producción jurídica se desplace hacia el Ejecutivo, toda vez que lo
“fundamental” a menudo se vuelve virulento en el detalle.66
El reglamento está, en cierto modo, en la encrucijada entre el Legisla-
tivo y el Ejecutivo. Es ejecución de la ley al tiempo que legislación. Dado
que, en el marco de las correspondientes regulaciones jurídicas, en prin-
cipio cualquier órgano del Ejecutivo puede ser habilitado para dictar un
reglamento, cabe pensar en las más diversas disposiciones reglamentarias,
por razón de su contenido, ámbito de validez y significado. La gama abarca
desde el código de la circulación establecido por el ministro federal de trá-
fico, que afecta diariamente a quienquiera que participe en el tráfico, hasta
el reglamento de policía promulgado por un alcalde para regular la moda-
lidad de limpieza de las calles preceptiva en el lugar. Formalmente se trata
en ambos casos de la misma figura jurídica —a saber, de normas jurídicas
dictadas por el Ejecutivo—, por más que se aprecie un claro desnivel en la
producción normativa de la administración.
65
Sobre la remisión normativa al Ejecutivo, así como sobre el reglamento en general,
cfr. infra, § 13.
66
Soluciones intermedias, que ciertamente tampoco están exentas de problemas, son las
reservas de aprobación y otras reservas de colaboración del Parlamento. Cfr., al respecto,
infra, § 13 marg. 10, y Maurer, StaatsR § 17, margs. 153 y ss., con ulteriores referencias.
D. Ordenanzas Nt37
Nt37
Traducimos Satzung por ordenanza, porque ésta es la denominación que tradi-
cionalmente se utiliza en el lenguaje jurídico español para designar a las disposi-
ciones reglamentarias dictadas por las Entidades locales, que sin duda alguna cons-
tituyen las Satzungen cualitativa y cuantitativamente más relevantes. No obstante
lo cual, debe señalarse que las disposiciones reglamentarias dictadas en virtud de
su autonomía por algunas administraciones corporativas, como las universidades y
los colegios profesionales, y que en el derecho alemán constituyen Satzungen, en
el derecho español suelen recibir el nombre de estatutos.
a) Concepto. Las ordenanzas son normas jurídicas dictadas por una per-
sona jurídica de derecho público para la regulación de sus propios asuntos.
Entre las personas jurídicas de derecho público figuran sobre todo los muni-
cipios y los Landkreise, así como, por poner algunos ejemplos, las universi-
dades, las cámaras de comercio e industria, la administración de la seguridad
social, los colegios de médicos y los entes de radiodifusión. La ordenanza se
diferencia de la ley formal y del reglamento en que no procede del Estado
(legislador estatal, órganos del Ejecutivo estatal), sino de organizaciones jurí-
dicamente independientes, aunque también encuadradas en el Estado.67
b) Órgano competente. La respuesta a la cuestión de quién, dentro de
cada persona jurídica, está facultado para dictar ordenanzas depende del de-
recho aplicable a la correspondiente persona. En el caso de las Corporacio-
nes integradas por miembros, lo son (raramente) éstos en su conjunto o (la
mayoría de las veces) los órganos representativos elegidos por aquéllos. 68
67
Las más importantes son las ordenanzas municipales: ordenanzas relativas a la exac-
ción de tributos, a la utilización de establecimientos municipales, a la recogida de basuras;
el plan de urbanismo (§ 10 I BauGB). También merecen citarse las ordenanzas dictadas en
el ámbito universitario, tales como, por ejemplo, las que regulan el doctorado y la habilita-
ción. En correspondencia con las leyes y los reglamentos que únicamente lo son en sentido
formal, también puede haber ordenanzas sólo en sentido formal (aprobación del presupuesto
del municipio a través de ordenanza). No son ordenanzas los reglamentos internos del Par-
lamento y de otros órganos activos, porque no proceden de una persona jurídica y, además,
sólo producen efectos jurídicos en las relaciones orgánicas internas (cfr. infra, § 24, marg.
12).
68
Así, en los municipios, están facultados los órganos colegiados inmediatamente re-
presentativos (pleno, consejo, etcétera). Esto no permite concluir que el pleno es un ór-
gano legislativo en el sentido de la división de poderes. Aunque ha sido elegido “como
un Parlamento” y es, asimismo, competente para dictar normas jurídicas, está encargado
principalmente —tanto en sentido cuantitativo como en sentido cualitativo— de desempeñar
3. La costumbre
A. Concepto y requisitos
Derecho, así como al artículo 12 I GG— que el legislador estatal debía adoptar él mismo
las decisiones fundamentales, para cuya delimitación cabía utilizar la llamada teoría gradual
relativa al artículo 12 I GG. Cfr., además, BVerfGE 101, 312, 324 (Estatuto profesional de
los abogados). Por las mismas razones, según la doctrina dominante y la jurisprudencia,
también las ordenanzas municipales que intervienen en la libertad y la propiedad necesitan
un fundamento legal, cfr. BVerfGE 6, 247, 250 y ss. (Incorporación y utilización forzosas de
establecimientos municipales); BVerfGE 90, 359, 362 y ss. (Prohibición de productos de un
solo uso por razones de protección del medio ambiente); crítico al respecto Maurer, DÖV
1993, pp. 188 y ss.
70
La verificación de la costumbre tropieza forzosamente con una multitud de cuestiones,
lo que, comprensiblemente, suscita hoy dudas acerca de la existencia —real y de princi-
pio— de la misma: ¿Hay una práctica efectiva? ¿Qué contenido y alcance tiene la práctica?
¿Existe una práctica suficientemente reiterada a lo largo del tiempo como para dar lugar al
nacimiento de una norma consuetudinaria? ¿Existe la convicción jurídica? ¿En qué circulo
de personas debe concurrir la convicción jurídica? ¿Qué ocurre si alguna persona o algunos
grupos de ese círculo de manera excepcional, temporal o duradera no observan la práctica o
B. Ámbito de validez
71
Ejemplos: Se ha afirmado la existencia de una costumbre en los siguientes casos: pre-
tensión de indemnización por el padecimiento de un sacrificio especial (BVerwGE 4, 6, 14 y
ss.; BGHZ 16, 366, 374); facultad de la administración de dictar un acto administrativo para
el cumplimiento de funciones administrativas de autoridad (BVerwGE 19, 243, 245); regla
jurídica según la cual la norma posterior desplaza la anterior (BVerwGE 85, 289, 292; 111,
200, 210); elementos de la acción de restablecimiento de la situación alterada (BVerwGE
94, 100, 103); obligación de los abogados de llevar toga ante los tribunales (BVerfGE 28,
21, 28 y ss.); cementerio obligatorio y reserva de autorización para sepultura privada (OVG
Lüneburg DVBl. 1994, 871); además como observancia: conservación de caminos (OVG
Lüneburg OVGE 15, 455, 459 y ss.); carga urbanística eclesial (OVG Münster DÖV 1976,
677; BVerwG DVBl. 1979, 116; VerfGH NRW DÖV 1983, 28); derecho de los vecinos de
un municipio a extraer agua medicinal de un manantial (Hess VGH ESVGH 31, 113). Como
los ejemplos muestran, pueden tener un fundamento jurídico consuetudinario tanto los prin-
cipios generales y las instituciones jurídicas como las regulaciones particulares. La opinión
sostenida antiguamente según la cual los maestros disponían, con arreglo a la costumbre, de
un limitado derecho a castigar ha quedado obsoleta (desaparición de la convicción jurídica,
leyes escolares contrarias). Los planes de urbanismo no pueden originarse consuetudinaria-
mente (BVerwGE 55, 369, 377 y ss.), si bien, excepcionalmente, pueden quedar derogados
o cuando menos perder su funcionalidad mediante una costumbre (BVerwGE 26, 282, 284
y ss.; 54, 5, 7 y ss.; 85, 273, 281 y ss.; BVerwG NVwZ 1994, 281; crítico Baumeister,
GewArch. 1996, pp. 318 y ss., quien sostiene la opinión de que en estos casos los planes
de urbanismo no pierden su funcionalidad, sino que se vuelven contrarios a derecho). La
cuestión de si un plan de urbanismo, como consecuencia de la pérdida de su funcionalidad,
ha perdido su vigencia puede ser objeto de un recurso contencioso-administrativo directo de
control de normas con arreglo al § 47 II 1 VwGO (BVerwGE 108, 71); el plazo de dos años
del § 47 II 1, consecuentemente, no rige en este caso (la cuestión queda abierta todavía en
BVerwGE 108, 71, 73). Cfr. además Gröpper, Gewohnheitsrecht, Observanz, Herkommen
und unvordenkliche Verjährung, DVBl. 1969, pp. 945 y ss.; Wittholm, Gewohnheitsrecht als
Eingriffsermächtigung, 1997.
B. ¿Derecho judicial?
74
Así, sobre todo, Wolff/Bachof/Stober, VerwR I § 25, margs. 2 y ss.; con reservas,
BVerwGE 42, 222, 227.
75
El principio de proporcionalidad —un “principio general del derecho administrativo”
(BVerwG DÖV 1971, 858)— está reconocido desde hace mucho tiempo y, de esta manera,
se ha consolidado consuetudinariamente, pero también resulta de la ley fundamental (de
los concretos derechos fundamentales, del artículo 19 II GG y del principio del Estado de
derecho), ha sido regulado de manera susceptible de generalización en algunos ámbitos jurí-
dicos, por ejemplo en el derecho de policía, y, finalmente, puede deducirse de los “principios
jurídicos”.
nuamente y que, por ello, pueden ser designados como “derecho judicial”.
En la esfera jurídico-administrativa, éste forma parte de los principios ge-
nerales del derecho administrativo, aunque los mismos tampoco pueden ser
equiparados sin más al derecho judicial, ya que éstos hacen las veces de la
ley, mientras que aquél sirve, sobre todo, a su interpretación, concreción y
desarrollo ulterior. La expresión “derecho judicial”, por lo demás, no ha de
inducir a error: mientras el legislador puede actuar configurando según sus
propias ideas, por más que se encuentre limitado en diversos aspectos por
la Constitución y los hechos, el juez debe partir del derecho vigente, para
integrarlo y concretarlo en caso de lagunas y dudas. El derecho judicial, por
consiguiente, únicamente puede originarse en el marco del derecho legal;
sólo puede haber derecho judicial que concreta o completa, pero no que
corrige, la ley. Dentro de estos lindes, es no sólo legítimo, sino también
irrenunciable.76
76
No pueden tratarse aquí con más detalle los fundamentos del “derecho judicial” y sus
consecuencias, que plantean problemas jurídicos teóricos, dogmáticos y constitucionales.
Sólo después de haberlos aclarado, cabe resolver la cuestión de si el “derecho judicial”
constituye una fuente del derecho. Para más detalles, cfr., por ejemplo, Esser, Richterrecht,
Gerichtsgebrauch und Gewohnheitsrecht, Festschrift für Fritz von Hippel, 1967, pp. 95 y ss.;
H. P. Schneider, Richterrecht, Gesetzesrecht und Verfassungsrecht, 1969; J. Ipsen, Richterre-
cht und Verfassung, 1975; idem, Verfassungsrechtliche Schranken des Richterrechts, DVBl,
1984, pp. 1102 y ss., con ulteriores referencias; Raiser, Richterrecht heute, ZRP, 1985, pp.
111 y ss.; Leisner, Richterrecht in Verfassungsschranken, DVBl, 1986, pp. 705 y ss.; F. Mü-
ller, Richterrecht, 1986; Richterliche Rechtsfortbildung, Festschrift der Juristischen Fakultät
zur 600-Jahr-Feier der Universitäts Heidelberg, 1986 (con las correspondientes contribu-
ciones de varios autores); Sendler, Überlegungen zu Richterrecht und richterlicher Rechts-
fortbildung, DVBl, 1988, pp. 828 y ss.; Gusy, Richterrecht und Grundgesetz, DÖV 1992,
pp. 461 y ss.; Söllner, Der Richter als Ersatzgesetzgeber, ZG, 1995, pp. 1 y ss.; Rüthers,
Rechtstheorie, 1999, margs. 235 y ss.
El BVerfG ha reconocido que los tribunales tienen la función y la potestad de desarrollar
el derecho, pero al mismo tiempo ha hecho hincapié en los límites derivados de la vincula-
ción a la ley y al derecho contemplada en el artículo 20 III GG, cfr. BVerfGE 34, 269, 286
y ss. (caso Soraya, indemnización por daños morales producidos por la vulneración del
derecho al libre desarrollo de la personalidad); BVerfGE 65, 182, 190 y ss. (compensaciones
sociales debidas a los trabajadores en caso de concurso); BVerfGE 69, 315, 369 y ss. (Brok-
dorft, § 80 VI 2 VwGO en su antigua redacción); BVerfGE 71, 354, 362 y ss. (beneficio fis-
cal, con referencia al principio de igualdad); BVerfGE 74, 129, 152 (renta empresarial, con
referencia al artículo 2 I GG en relación con el principio del Estado de derecho); BVerfGE
96, 375, 394 y ss. (responsabilidad médica). Cfr. también la interesante decisión BVerwGE
85, 323, que rechaza el establecimiento por parte de los tribunales de una regulación general
y abstracta, ya que ello vulnera el principio de división de poderes (compensación por per-
juicios causados por el ruido en exámenes escritos).
77
Cfr., sobre los reglamentos especiales, § 8 marg. 31, y sobre las instrucciones admi-
nistrativas, infra, § 24.
78
Caso: A es detenido por la policía en el curso de una manifestación y retenido durante
unas horas. A pretende que se esclarezcan judicialmente los hechos (§ 113 I 4 VwGO por
analogía). El tribunal contencioso-administrativo debe examinar si la detención es compa-
tible con los correspondientes preceptos de la ley de policía (del Land en cuestión) y, en
caso afirmativo, si ésta es acorde con la ley fundamental y si fue interpretada y aplicada
de conformidad con la misma. En cambio, el BVerwG, que interviene eventualmente como
instancia de revisión, sólo puede examinar la conformidad con la Constitución de la deten-
ción (artículo 2 II, 104 GG) y, adicionalmente, de acuerdo con la disposición especial del §
137 I núm. 2 VwGO, si ha sido vulnerado un precepto de la ley del Land de procedimiento
1. Leyes formales. Las leyes dictadas por el Bundestag son derecho fe-
deral. Las dictadas por los Parlamentos de los Länder constituyen derecho
de los Länder. La distribución de las competencia legislativas resulta de los
artículos 70 y ss. GG.79
2. Reglamentos. Es claro que los reglamentos dictados por órganos fede-
rales en virtud de la habilitación de una ley federal son derecho federal, y
que los reglamentos dictados por autoridades de los Länder en virtud de una
ley habilitante del Land son derecho de los Länder. Lo dudoso y discutible
es cómo hay que calificar los reglamentos emitidos por órganos de los Län-
der al amparo de una ley federal. La respuesta depende de si se atiende a la
habilitación (derecho federal) o al órgano que dicta el reglamento (derecho
de los Länder).80
3. Ordenanzas. Con frecuencia se las contrapone, en calidad de “derecho
autónomo”, al derecho estatal (leyes formales, reglamentos). Eso no signi-
fica, sin embargo, que las mismas formen una tercera esfera jurídica, al lado
del derecho federal y del de los Länder. Las personas jurídicas de derecho
público que dictan reglamentos se integran en el Estado, ora en la Federa-
ción ora en los Länder. Las ordenanzas, por consiguiente, deben calificarse
bien como derecho federal bien como derecho de los Länder.
4. Costumbre. La costumbre, en su condición de ordenamiento paralelo
al de las fuentes del derecho escritas, no puede insertarse por sí misma en
administrativo cuyo tenor literal coincide con uno de la Ley Federal de Procedimiento Ad-
ministrativo (cfr. infra, § 5 marg. 21).
79
Muy a menudo sucede que una determinada materia administrativa está regulada tanto
por el derecho federal como por el de los Länder. Es el caso, por ejemplo, del derecho urba-
nístico, regulado cuando menos por el Código Urbanístico (derecho del planeamiento urba-
nístico) y las leyes de edificación de los Länder (derecho de la edificación). Una situación
mixta se origina cuando la Federación dicta únicamente leyes marco, es decir, leyes que son
susceptibles y están necesitadas de desarrollo por parte del derecho de los Länder (artículo
75 GG), tales como la Ley Marco Reguladora de la Función Pública, por un lado, y las leyes
de funcionarios de los Länder, por otro. Las leyes federales que —como es regla general—
deben ejecutarse por los Länder en calidad de asunto propio, se complementan la mayoría de
las veces mediante disposiciones competenciales e instrucciones administrativas. Respecto
de la calificación del derecho preconstitucional, es decir de las disposiciones jurídicas dicta-
das antes de la promulgación de la ley fundamental y todavía vigentes, hay que observar los
artículos 124 y ss. GG; cfr., además, el artículo 125 GG para el caso de modificación de las
competencias legislativas.
80
El BVerfG afirma con razón la segunda alternativa (BVerfGE 18, 407); también Hess.
StGH DÖV 1970, 132; Stern, Staatsrecht I, p. 723; H. Schneider, Gesetzgebung, 3a. ed.,
2002, marg. 651; de otra opinión Wilke, en von Mangoldt-Klein, Das Bonner Grundgesetz,
2a. ed., vol. III, 1974, artículo 80 Anm. V 4c (p. 1929).
81
A favor de la primera alternativa, BVerfGE 61, 149, 203 y ss., siguiendo los con-
vincentes razonamientos de Rupp, Festschrift für Mühl, 1981, pp. 566 y ss.; a favor de la
segunda alternativa, Ule, Verwaltungsgerichtsbarkeit, 2a. ed., 1972, § 137 apartado I 2 d; a
favor de utilizar las dos alternativas Stern, Staatsrecht I, p. 723 (“y”). Si la costumbre tiene
únicamente un carácter complementario, compartirá —en correspondencia con la tercera
alternativa— el rango de la norma de referencia.
82
Cfr. BVerwGE 2, 22; 26, 305, 309; 55, 337, 339; BVerwG DÖV, 1971, 857, con co-
mentario de Bachof; además, BVerwGE 78, 347, 351 y ss.; Hardt, Die Revisibilität der allge-
meinen Verwaltungsgrundsätze, DVBl 1973, 325 y ss.; Kopp/Schenke, VwGO, § 137 margs.
5 y ss., con ulteriores referencias. Adicionalmente, la revisibilidad de los principios genera-
les del derecho administrativo puede fundamentarse también sobre la base del § 137 I núm.
2 VwGO (leyes de procedimiento administrativo de los Länder concordantes con la VwVfG
dictada por la Federación), BVerwGE 111, 162, 172.
– En el ámbito de las leyes formales: las leyes abstractas y generales prevalecen sobre
83
las leyes que las ejecutan. Así, la Ley de Régimen Municipal prevalece sobre las leyes de
incorporación de un municipio a otro dictadas a su amparo, cfr., Püttner, Unterschiedlicher
Rang der Gesetze? DÖV 1970, pp. 322 y ss.; Maurer, Festschrift für Obermayer, 1986, pp. 95
y ss., en especial pp. 101 y ss.
– En el ámbito de los reglamentos: los reglamentos de los órganos administrativos supe-
riores prevalecen sobre los de los órganos administrativos subordinados, como expresamen-
te disponen las leyes de policía, cfr. § 11 Bad.-Württ.PolG, § 75 I HSOG.
84
Sobre las regulaciones locales, cfr., por ejemplo, § 4 IV Bad.-Württ.-GemO; § 6 V
Nds.GemO; § 6 V Nds.GemO; § 7 VI NRWGemO; Gern, Deutsches Kommunalrecht, 3a. ed.,
2003, margs. 297 y ss., con ulteriores referencias. El BVerfG ha admitido explícitamente la
nulidad limitada de reglamentos y ordenanzas —en relación con un reglamento de protec-
ción de la naturaleza dictado en virtud de una ley de un Land—, cfr. BVerfGE 103, 332, 388
y ss. En la doctrina, cfr. Maurer, Bestandskraft für Satzungen? Festschrift für Bachof, 1984,
pp. 215 y ss.; idem, Abgestufte Rechtsfolgen bei Gesetzesverstöβen der Verwaltung?, en Hill
(coord.) Zustand und Perspektiven der Gesetzgebung, 1989, pp. 233 y ss.; Ossenbühl, Eine
Fehlerlehre für untergesetzliche Normen, NJW, 1986, pp. 2805 y ss.; Morlok, Die Folgen
von Verfahrensfehlern am Beispiel von kommunalen Satzungen, 1988; Schmaltz, Rechsfol-
gen der Verletzung von Verfahrens- und Formvorschriften von Bauleitplänen nach § 214
BauGB, DVBl. 1990, pp. 77 y ss.; J. Schmidt, Möglichkeiten und Grenzen der Heilung von
Satzungen nach § 215a BauGB, NVwZ 2000, pp. 977 y ss.; Battis, en Battis/Krautzberger/
Löhr, Baugesetzbuch, 9a. ed., 2005, §§ 214-216. Sobre la reforma de los §§ 214 y ss. BauGB,
Erbguth, Rechtsschutzfragen und Fragen der §§ 214 y 215 BauGB im neuen Städtebaurecht,
DVBl. 2004, pp. 802 y ss.; Kupfer, Das Fehlerfolgenregime im Bauplanungsrecht (§§ 214 y
ss. BauGB), DV 38, 2005, pp. 493 y ss.
85
Sobre el tema, Hoppe, Der Rechtsgrundsatz der Planerhaltung als Struktur- und
Abwägungsprinzip, DVBl, 1996, pp. 12 y ss.; Hoppe/Henke, Der Grundsatz der Planerhal-
tung im neuen Städtebaurecht, DVBl. 1997, pp. 1407 y ss.; Sendler, Plan- und Normerhal-
tung vor Gericht, Festschrift für Hoppe, 2000, pp. 1011 y ss.; Dolde, “Der Rechtsgrundsatz
der Planerhaltung im neuen Baugesetzbuch”, Bauer/Breuer y otros (coords.), 100 Jahre All-
gemeines Baugesetz Sachsen, 2000, pp. 429 y ss.
B. Clasificación de la costumbre
86
Ejemplo: el BVerwG, en su decisión del 15 de diciembre de 1972, DVBl. 1973, 496,
dedujo inmediatamente del artículo 14 I GG el uso del colindante (la facultad del propietario
de usar especialmente la vía pública que linda con su finca) sin tener suficientemente en
cuenta el correspondiente precepto del § 7 I FStrG. Si el tribunal hubiera partido del § 7 I
FStrG, hubieran resultado las siguientes posibilidades: 1) el § 7 I FStrG contempla también
el uso del colindante; en este caso no hubiera sido necesario recurrir al artículo 14 I GG;
2) el § 7 I FStrG excluye el uso del colindante; el BVerwG debiera haber elevado entonces
una cuestión de inconstitucionalidad ante el BVerfG contra dicho precepto, por vulnerar el
artículo 14 I GG; 3) el § 7 I FStrG no contempla el uso del colindante en modo alguno; el
recurso inmediato al artículo 14 I GG hubiera estado entonces —pero también sólo enton-
ces— justificado; 4) el § 7 I FStrG es equívoco en lo que respecta al uso del colindante; en
tal caso éste debía haber sido interpretado de conformidad con la Constitución, afirmándose
el uso del colindante en vista del artículo 14 I GG. Cfr. también Maurer, DÖV 1975, pp. 223
y ss.
87
Ejemplos: la costumbre constitucional (por ejemplo, la acción derivada del sacrificio
de derechos no patrimoniales, caso de tener el rango del derecho constitucional consuetudi-
nario, cfr. supra, marg. 22) no puede ser eliminada o limitada mediante una ley formal. El
reglamento de policía de un Regierungspresident Nt38 prevalece sobre la observancia del
lugar (OVG Münster OVGE 6, pp. 11 y ss.).
Nt38 Véase supra, nota 4.
88
Caso: A formula una pretensión de impugnación contra una liquidación tributaria que
le ha sido dirigida. El tribunal contencioso-administrativo (VG) opina: a) que la liquidación
se basa en una ordenanza incompatible con el artículo 3 I GG; b) que la liquidación tributaria
se basa en una ley formal y postconstitucional contraria al artículo 3 I GG. ¿Cómo ha de
decidir el VG? Caso a): el tribunal mismo puede declarar definitivamente la inconstituciona-
lidad de la ordenanza para el caso concreto. Anulará, pues, la liquidación por el motivo de
que es contraria a derecho, ya que la ordenanza es nula y, en consecuencia, aquélla carece de
la necesaria cobertura jurídica. Caso b): al tribunal no le está permitido declarar imperativa-
mente por sí mismo la inconstitucionalidad de la ley —siquiera para el caso concreto—, sino
que debe elevar una cuestión al BVerfG con arreglo al artículo 100 I GG para que éste decida,
La discusión, que gira sobre todo en torno al artículo 100 I GG, aunque
también se extiende a otros aspectos jurídico-constitucionales, procesales-
constitucionales y contencioso-administrativos, no puede ser abordada aquí
en todos sus pormenores.89
Sólo resta hacer una observación: el funcionario, en caso de duda sobre
la validez de una norma jurídica aplicable —como en general también en
los casos de cuestiones jurídicas importantes y de gran alcance— se dirigi-
rá a sus superiores, para dar lugar de esa manera a una aclaración general.
Éste es, por regla general, el camino jurídicamente indicado, aunque resulta
improcedente cuando hay que decidir inmediatamente o en un corto plazo,
como, por ejemplo, respecto de la detención de una persona, la licitud de
una manifestación o la autorización de una exposición de venta. En tales
casos especiales, en los que el conflicto entre la Constitución y la ley es
ineludibe para el funcionario, éste queda facultado para decidir inaplicando
la ley si la considera inconstitucional después de haberla examinado con el
mayor cuidado posible. El artículo 100 I GG no habla en contra de esta so-
lución, ya que dicho precepto se anuda a la competencia de los Tribunales
para tomar la última decisión (cfr. al respecto infra, § 7 marg. 4) y, por lo
tanto, no comprende a los órganos administrativos, que actúan bajo reserva
de confirmación judicial.
bb) Reglamentos y ordenanzas. Dado que el artículo 100 I GG sirve a la
protección de las leyes parlamentarias y queda limitado, en consecuencia,
a las leyes formales, el mismo no interviene en este contexto. En su lugar
se aducen las vinculaciones resultantes de la estructura jerárquica de la ad-
ministración y de la distribución de competencias, así como, sobre todo, la
seguridad jurídica, que prohibiría que un funcionario administrativo sos-
layase una norma jurídica y la dejase inaplicada en un caso concreto. Esta
opinión tropieza, no obstante, con la tesis según la cual las normas jurídicas
89
Cfr., al respecto, además de los citados autores, sobre todo Bachof, AöR vol. 87,
1962, pp. 1 y ss. En la jurisprudencia, la cuestión apenas ha tenido relevancia, cfr. BVerfGE
12, 180, 186 (El tribunal se había manifestado sobre el tema tan sólo esporádicamente,
pero apuntando, con todo, que el funcionario puede controlar la conformidad de la ley con
la Constitución y que no está obligado a la aplicación de una ley inconstitucional, cfr. al
respecto Bachof, op. cit., pp. 7 y ss.); BFinHE 68, 361, 363 (en sentido negativo); Bad-
WürttVGH VBlBW 1987, 420 (en principio, en sentido positivo).
90
En la doctrina y la jurisprudencia se han defendido todas las posturas imaginables.
Cfr. Kopp, Das Gesetzes- und Verordnungsprüfungsrecht der Behörden, DVBl, 1983, pp.
821 y ss.; Pietzcker, Inzidentverwerfung rechtswidriger untergesetzlicher Rechtsnormen
durch die Verwaltung, DVBl, 1986, pp. 6 y ss.; Schmidt-Aβmann, Gefährdungen der Rechts-
und Gesetzesbindung de Exekutive, Festschrift für Stern, 1997, pp. 745, 758 y ss.; Wehr,
Inzidente Normverwerfung durch die Exekutive, 1998; Stern, Staatsrecht III 2, pp. 1347
y ss.; Sachs, StBS § 44 marg. 86; Wolff/Bachof/Stober, VerwR § 28 margs. 20 y ss.; OVG
Saarland NVwZ 1990, 172; 1993, 396 (en contra).
91
En BVerwGE 75, 142 = DVBl. 1987, 481, con comentario de Steiner, el tribunal ex-
plica que ni el órgano administrativo superior ni el municipio mismo pueden declarar, en vía
principal, la nulidad de un plan de urbanismo, si bien el municipio está facultado y obligado
a derogar, en un procedimiento formal con arreglo a los §§ 2 BBauG, un plan de urbanismo a
su juicio contrario a derecho. En BVerfGE 112, 373, 381 y sigs., se discuten una serie de po-
sibilidades —aunque en líneas muy generales— y, seguidamente, se expone que la autoridad
de protección de la naturaleza ha de inaplicar un plan de urbanismo contrario a derecho que
se opone a lo establecido en un reglamento de protección de la naturaleza. También el BGH
se ha mostrado reservado: ha declarado que los titulares del órgano encargado de autorizar
la edificación actúan de manera contraria a los deberes inherentes a su cargo cuando aplican
un plan de urbanismo nulo, y que están obligados a indicar al solicitante las objeciones exis-
tentes contra la eficacia del plan; lo que queda sin respuesta es cómo deben comportarse a
continuación (BGH NVwZ 1987, 168, 169).
8. Derecho comunitario
A. Derecho comunitario
92
Cfr. al respecto Mutius/Hill, Die Behandlung fehlerhafter Bebauungspläne durch die
Gemeinde, 1983; Volhard, NVwZ, pp. 105 y ss.; Jäde, BayVBl. 1988, pp. 5 y ss.; Engel,
NVwZ 2000, pp. 1258 y ss.; Herr, Behördliche Verwerfung von Bebauungsplänen, 2003,
con ulteriores referencias. Mientras que antes los tribunales contencioso-administrativos
negaban la competencia de rechazo de los órganos encargados de otorgar las licencias de
edificación, la misma se afirma ahora por el OVG Lüneburg NVwZ, 2000, 1061.
93
En este contexto se plantea la cuestión de qué ocurre cuando una directiva no se
transpone dentro del plazo establecido. Ésta adquiere entonces eficacia inmediata dentro de
los Estados miembros, aunque en principio sólo en favor de los ciudadanos y sólo bajo el
presupuesto de que su contenido sea incondicionado y suficientemente determinado. Por otra
parte, puede nacer también una pretensión de resarcimiento de daños y perjuicios. Además,
de la directiva (todavía no transpuesta) pueden resultar efectos anticipados, en especial para
la interpretación (conforme con la directiva) del derecho alemán. Cfr. al respecto Streinz,
Europarecht, margs. 384 y ss.; Jarass/Beljin, Unmittelbare Anwendung des EG-Rechts und
EG-rechtskonforme Auslegung, JZ, 2003, pp. 768 y ss.; Schliesky, Die Vorwirkung von ge-
meinschaftsrechtlichen Richtlinien, DVBl, 2003, pp. 631 y ss. Sobre la pretensión de resar-
cimiento de daños y perjuicios, cfr. infra, § 31, margs. 6 y ss.
94
El centro de gravedad de la producción normativa radica en el consejo (Consejo de
Ministros), integrado por un miembro del gobierno de cada uno de los Estados miembros,
el Ministro competente en cada caso o su representante. El Parlamento Europeo no tiene
(todavía) potestad legislativa propia, pero sí relevantes facultades de consulta, colaboración
y codecisión en el marco de la producción jurídica del consejo. La Comisión, integrada (ac-
tualmente) por 25 miembros objetivamente independientes, designados por los gobiernos de
los Estados en colaboración con el Parlamento Europeo, es predominantemente un órgano
ejecutivo, aunque también está facultada para dictar normas en el marco de las correspon-
dientes delegaciones. El Tribunal de Justicia Europeo (EuGH), integrado por 25 miembros
también designados por los gobiernos de los Estados, y que tiene su sede en Luxemburgo,
tiene que decidir sobre la interpretación y la aplicación del derecho comunitario. Otro ór-
gano —aunque no de la EG, sino de la EU— es el “Consejo Europeo”, integrado por los
jefes de Estado y de Gobierno de los Estados miembros y por el presidente de la Comisión.
El Consejo “dará a la Unión los impulsos necesarios para su desarrollo y definirá sus orien-
taciones políticas generales” (artículo 4 I EUV). Este precepto muestra que dicho órgano
no puede adoptar resoluciones jurídicamente vinculantes, si bien, en virtud de la autoridad
y posición de sus miembros, tiene la posibilidad de establecer orientaciones políticamente
determinantes.
95
Cfr. BVerfGE 75, 223, 244; 85, 191, 204; BVerwGE 87, 154, 158 y ss.; EuGH NJW
1964, 2371; H. P. Ipsen, Europäisches Gemeinschaftsrecht, 1972, pp. 255 y ss.; Oppermann,
Europarecht, § 11 margs. 1 y ss.; Zuleeg, VVDStRL 53, 1994, pp. 159 y ss. La “primacía
en la aplicación”, entendida en este sentido, no puede ser confundida con la primacía en la
aplicación mencionada supra, marg. 50. Allí se trataba de que, en la resolución de casos
concretos, primero hay que “aplicar” la ley, sin que sea lícito recurrir inmediatamente —en
desconexión con las correspondientes regulaciones legales— a la Constitución. Aquí se trata
de solucionar una colisión normativa.
96
Cfr. al respecto, en relación con las regulaciones de la competencia, la instructiva con-
tribución de Köhler, EG-Recht, nationales Wettbewerbsrecht und Verbraucherschutz, JuS,
1993, pp. 447 y ss.; adicionalmente, supra, § 2 marg. 36.
97
En BVerfGE 37, 271, 277 y ss. (mientras I), el tribunal todavía partía de la base de que
en las Comunidades Europeas no existía una protección de los derechos fundamentales homo-
logable al estándar alemán, y afirmó su competencia mientras la situación se mantuviera. En
BVerfGE 73, 339, 375 y ss. (mientras II), el tribunal expone que, ahora, también en las comu-
nidades está garantizada una protección suficiente de los derechos fundamentales, por lo que
niega su competencia mientras éste sea el caso. Así, pues, el “mientras” —tras la resolución
”quizás” (BVerfGE 52, 187, 202 y ss.)— se invirtió, por así decirlo. En la sentencia-Maastricht,
el BVerfG continúa esta jurisprudencia (BVerfGE 89, 155, pp. 175 y ss.). La declaración del
BVerfG de que él ejerce su jurisdicción en Alemania sobre la aplicabilidad del derecho comu-
nitario derivado en una relación de cooperación con el EuGH, en la cual el EuGH garantiza
la protección de los derechos fundamentales en todos los casos particulares y en todo el te-
rritorio de las comunidades europeas, y en la que el BVerfG puede limitarse, por ello, a una
garantía general del estándar inalienable de los derechos fundamentales (BVerfGE 89, 155,
175), ha provocado en la doctrina irritaciones y dudas (cfr. al respecto, por ejemplo, Tomus-
chat, EuGRZ 1993, pp. 489 y ss.; Hommelhof/P. Kirchhof (coords.), Der Staatenverband der
Europäischen Union, 1984; Schwarze, NJ 1994, 1 y ss.; Schröder, DVBl. 1994, pp. 316 y ss.;
Tietje, JuS, 1994, pp. 197 y ss.; Zuck, Das Gerede vom gerichtlichen Kooperationsverhältnis,
NJW, 1994, pp. 978 y ss.). En su resolución relativa al mercado de plátanos, del 7 de junio de
2000 (BVerfGE 102, 147), el BVerfG aclara su posición, subrayando, en relación con BVerfGE
73, 339, que las exigencias del artículo 23 I GG se satisfacen “si la jurisprudencia del EuGH
asegura con carácter general una protección efectiva de los derechos fundamentales frente a
los actos de poder público de las comunidades que pueda estimarse igual en lo esencial a
la ordenada como inalienable por la ley fundamental y, especialmente, que garantice con ca-
rácter general el contenido esencial de tales derechos” (p. 164). Acto seguido, extrae de ello las
consecuencias procesales pertinentes en relación con los recursos de amparo y las cuestiones
prejudiciales que aleguen la vulneración de derechos fundamentales por obra de disposiciones
de derecho comunitario derivado. Aquéllos son a priori admisibles sólo cuando muestren en
su motivación que la situación jurídica europea, incluida la jurisprudencia del EuGH, ha evo-
lucionado después de la publicación de la sentencia-mientras II (BVerfGE 73, 339, 378 y ss.)
hasta hundirse por debajo del estándar de los derechos fundamentales exigible (así, BVerfGE
102, 147, 164). Como esto no ha sucedido en caso concreto alguno, las cuestiones de inconsti-
tucionalidad han sido inadmitidas.
9. Derecho internacional
98
Bibliografía sobre el § 4: Ross, Theorie der Rechtsquellen, 1929; Hensel, Die Ran-
gordnung der Rechtsquellen, HdbStR vol. II, 1932 pp. 313 y ss.; Hans J. Wolff, “Rechts-
grundsätze und verfassunggestaltende Grundentscheidungen als Rechtsquelle”, Gedächt-
nisschrift für W. Jellinek, 1955, pp. 33 y ss.; Höhn, Gewohnheitsrecht im Verwaltungsrecht,
1960; Jesch, Gesetz und Verwaltung, 1961, pp. 9 y ss. (hay traducción al español de Manuel
Herrero, Ley y Administración: estudio de la evolución del principio de legalidad, IEA,
Madrid, 1978); Bachof, Die Prüfung- und Verwerfungskompetenz der Verwaltung gegenüber
dem verfassungswidrigen und dem bundesrechtswidrigen Gesetz, AöR vol. 87, 1962, pp. 1 y
ss.; Menger, “Die allgemeinen Grundsätze des Verwaltungsrechts als Rechtsquellen“, Fest-
schrift für Bogs, 1967, pp. 89 y ss.; Starck, Der Gesetzesbegriff des Grundgesetzes, 1970;
Meyer-Cording, Die Rechtsnormen, 1971; R. Dreier, “Probleme der Rechtsquellenlehre“,
Festschrift für Hans J. Wolff, 1973, pp. 3 y ss.; Öhlinger, Der Stufenbau der Rechtsordnung,
1975; P. Kirchhof, Rechtsquellen und Grundgesetz, BVerfG-Festschrift, 1976, vol. II, pp. 50
y ss.; Schmidt-Aβmann, Die kommunale Rechtsetzung im Gefüge der administrative Hand-
lungsformen und Rechtsquellen, 1981; E.-W. Böckenförde, Gesetz und gesetzgebende Ge-
walt, 2a. ed., 1981, en especial pp. 210 y ss.; D. Merten, Das System der Rechtsquellen, Jura,
1981, pp. 169 y ss., pp. 236 y ss.; von Olshausen, Die (Rechts–)Quellen des Verwaltungs-
rechts, JA 1983, pp. 177 y ss.; Wahl, Der Vorrang der Verfassung und die Selbständigkeit des
Gesetzesrechts, NVwZ 1984, pp. 401 y ss.; P. Kirchhof, Revisibles Verwaltungsrecht, Fest-
chrift für Menger, 1985, pp. 813 y ss.; Ossenbühl, Gesetz und Recht ― Die Rechtsquellen im
demokratischen Rechtsstaat, HStR III, 1988, § 61 margs. 1 y ss.; Tettinger, Normtypen im
deutschen Verwaltungsrecht, DV 22, 1989, pp. 291 y ss.; Maurer, Rechtsfragen kommunaler
Satzgungsgebung, DÖV, 1993, pp. 184 y ss.; Jamrath, Normenkontrolle der Verwaltung und
Europäisches Gemeinschaftsrecht, 1993; Starck (coord.), Rangordnung der Gesetze, 1995;
Heintzen, Das Rangverhältnis von Rechtsfindung im Verwaltungsrecht, 1999; H. Schneider,
Gesetzgebung, 3a. ed., 2002; Ossenbühl, Allgemeine Rechts- und Verwaltungsgrundsätze ―
eine verschüttete Rechtsfigur?, BVerwG-Festschrift, 2003, pp. 289 y ss.
A. Antecedentes históricos
99*
El § 5 ha sido traducido por Marc Tarrés Vives, profesor lector de derecho administra-
tivo de la Universitat Oberta de Catalunya.
100
Cuando en las otras partes de esta obra se cita la “VwVfG”, se trata, a menos que se
diga lo contrario, de las disposiciones concordantes, por su contenido y número de parágra-
fo, con las leyes de procedimiento administrativo de la Federación y de los Länder.
101
Cfr. Knauth/Wagner, Landesverwaltungsordnung für Thüringen, 1927 (Texto y co-
mentario); Verwaltungsrechtsordnung für Württemberg. Entwurf eines Gesetzes mit Begrün-
dung, 1931, en el mismo sentido Mass, Die Verwaltungsrechtsordnung für Württemberg,
1996 y Maurer, NVwZ 1998, p. 943. Cabe señalar además el caso de Austria cuya Ley
General de Procedimiento Administrativo data de 1925 y sigue vigente en lo sustancial (cfr.
al respecto Antoniolli/Koja, Allgemeines Verwaltungsrecht, pp. 602 y ss.). La misma fue
tomada de algunos Estados vecinos (Checoslovaquia, Polonia, Yugoslavia) e influyó a su vez
sobre el derecho alemán. Los legisladores extranjeros, en parte, se ocuparon tempranamente
de este tema, cfr. Ule (coord.), Verwaltungsverfahrensgesetze des Auslandes, vol. 2, 1967.
B. Proyectos de ley
102
Cfr. sobre ello Ule, Die Kodifizierung des Verwaltungsverfahrensrechts, DVG V,
1987, pp. 1162 y ss., con ulteriores referencias.
103
Existe una publicación independiente: Musterentwurf eines Verwaltungsverfahrens-
gesetzes (EvwVerfG, 1963), 1964, 2a. ed., 1968, con un anexo de la “versión muniquesa”.
El establecimiento de una comisión Federación-Länder para la elaboración de un proyecto
modelo responde a la concepción del federalismo cooperativo, por la que se persiguen re-
gulaciones comunes a través del trabajo conjunto y el acuerdo. Parecidos proyectos modelo
han sido elaborados en otros ámbitos; cabe citar, por ejemplo, la regulación modelo de la
edificación de 1959/2002, que ha servido de base para las regulaciones de la edificación de
los Länder, o el proyecto modelo de una ley policial unificada de la Federación y los Länder
1977/1986, que ha servido como patrón para las leyes policiales de la Federación (Ley Fe-
deral de Protección de las Fronteras) y de los Länder.
C. Leyes paralelas
Vwv&G SGB AO
D. Modificaciones de la VwVfG
104
Cfr. de forma más detallada sobre estas modificaciones Henneke, Knack, VwVfG, § 1
margs. 11 y ss.; Kopp/Ramsauer, VwVfG, Einfühung margs. 29 y ss.; Stelkens/Sachs, StBS,
2. La significación de la VwVfG
105
La excepción, entre otras, de las iglesias obedece al derecho de autonomía del artículo
140 GG/artículo 137 III WRV. La misma no procede, en consecuencia, cuando las iglesias
ejercen por delegación funciones estatales. La exclusión de sectores de actividad adminis-
trativa estatal resulta, en parte, de su especial estructura (caso de la persecución penal), en
parte, de su tradicional regulación especial (casos del derecho tributario y del derecho de la
seguridad social, cfr. supra, marg. 2) y, en parte, de la expectativa de que algunos de esos
sectores se extinguirán paulatinamente (así la legislación sobre compensación de cargas y
reparaciones de guerra). La aplicación limitada de la VwVfG a los exámenes se comprende
por sí misma (resultaría un sinsentido permitir la representación en el examen de bachillera-
to), cfr. además infra, § 19 marg. 24.
106
Cfr. al respecto las referencias contenidas en Bonk/Schmitz, StBS § 1 margs. 242 y
ss.; Blümel (coord.), Die Vereinheitlichung des Verwaltungsverfahrensrechts, 1984; Blümel/
Pitschas (coords.), Reform des Verwaltungsverfahrensrechts, 1994; idem (coord.), Verwal-
tungsverfahren und Verwaltungsprozeb im Wandel der Staatsfunktionen, 1997; Ziekow (co-
ord.), Beschleunigung von Planungs- und Genehmigungsverfahren, 1998.
107
Ejemplo: Para la ejecución del BauGB rigen en parte las normas de procedimiento de
las Leyes de urbanísticas de los Länder (es el caso del control de conformidad de los pro-
yectos singulares con las normas de planificación urbanística, según el § 29 BauGB). En sí,
A. Planteamiento
Todos los Länder han aprobado, sin excepción, sus correspondientes le-
yes de procedimiento administrativo (LVwVfG), lo cual era comprensible
a la luz de la regulación de compromiso contenida en el § 1 III VwVfG.
Estas leyes fueron aprobadas por los Länder del Oeste poco después de
que lo fuese la VwVfG, mientras que en el caso de los Länder del este se
dictaron poco después de la reunificación. Cabe diferenciar tres modelos
distintos:1) leyes integrales, 2) leyes de remisión y 3) leyes de integración.
Las mismas se diferencian por el modo de recepción de la ley federal, aun-
que todas ellas conducen al mismo resultado: unas leyes de procedimiento
administrativo cuyo contenido coincide con el de la VwVfG. Ciertamente,
existen algunas divergencias, pero las mismas sólo afectan al ámbito de
aplicación, a las disposiciones finales y a ciertas particularidades del dere-
cho de cada Land.
1) Leyes integrales. La mayor parte de los Länder han aprobado su ley de
procedimiento administrativo a modo de texto completo y articulado cuyo
contenido se corresponde —incluso en la numeración de los parágrafos—
con el de la VwVfG.
2) Leyes de remisión. Cuatro Länder (Berlín, Baja Sajonia, Renania Pala-
tinado, Sajonia) remiten en bloque a la VwVfG y, de esta manera, la asumen
—como ley del Land— en su ámbito. La regulación que efectúa la recepción
se complemeta simplemente —en correspondencia con lo que también hacen
las leyes integrales— con disposiciones preliminares sobre el ámbito de aplica-
ción, disposiciones finales y algunas normas adicionales. Mediante la remisión
global, el legislador se ahorra la “transcripción” de los preceptos de la VwVfG,
y el operador jurídico, el examen en detalle de si —y en qué medida— existe
realmente una coincidencia entre el derecho federal y el derecho del Land.108
estas disposiciones, en tanto que legislación de los Länder, no están cubiertas por la cláusula
de subsidiariedad. Sin embargo, como los Länder podían aprobar y de hecho han aprobado,
al amparo del § 1 III VwVfG, sus propias leyes de procedimiento administrativo, la cláusula
de subsidiaridad establecida en ellas produce aquí sus efectos.
108
Existen, sin embargo, determinadas diferencias en los tipos de remisión. Mientras en
Berlín (desde 1997), Renania Palatinado y Sajonia debe aplicarse la VwVfG de la Federación
“en la versión vigente en cada momento” (remisión dinámica), en Baja Sajonia rige la ver-
sión determinada en cada momento por la legislación del Land: actualmente, la versión de 23
de enero de 2003 (BGBl. I, p. 102), cfr. la ley del Land del 16 de diciembre de 2004 (GVBl.
p. 634) (remisión estática sucesiva). En el primer caso, las modificaciones de la VwVfG fe-
deral producen un efecto inmediato en el ámbito del Land; en el segundo, el legislador del
Land, si pretende mantener la correspondencia con la VwVfG, debe volver a pronunciarse
tras cada modificación de la legislación federal (lo que efectivamente sucede en Baja Sajo-
nia). La remisión dinámica plantea objeciones constitucionales por razones derivadas de los
principios democrático, del Estado de derecho y del Estado Federal, cfr. en general sobre
la remisión BVerfGE vol. 47, pp. 285, 311 y ss.; Schenke, Festschrift für Fröhler, 1980,
pp. 87 y ss.; Brugger, VerwArch. 78, 1987, pp. 1 y ss.; Klindt, DVBl, 1998, pp. 373 y ss.;
en particular, sobre las arriba citadas leyes de remisión; Ehlers, DVBl, 1977, pp. 693 y ss.;
Obermayer/Riedel, VwVfG, Einleitung margs. 61 y ss.; diferenciando, Schenke, cit., p. 114.
Aunque la remisión dinámica resulta problemática desde el punto de vista constitucional y
debería ser rechazada en principio, debería resultar admisible precisamente en el ámbito de
las leyes de procedimiento administrativo, dado que éstas emanan de principios del Derecho
administrativo general que rigen, en gran medida, de manera uniforme en toda la Federación
y han sido establecidas para lograr una concordancia de contenido; a esta misma conclusión
llegan Ule/Laubinger, Verwaltungsverfahrensrecht, § 8 marg. 16; Kopp/Ramsauer, VwVfG,
Einführung marg. 9. Los defensores de la postura contraria tampoco consideran que las leyes
de remisión de Berlín, Renania Palatinado y Sajonia son nulas sin más, sino que afirman
—mediante una interpretación conforme a la Constitución o mediante una nulidad parcial—
una asunción de la VwVfG federal en su versión original (remisión estática), lo cual, a la
vista del claro tenor de esa regulación, difícilmente puede justificarse.
109
Schleswig-Holstein ya había aprobado en 1967 una Ley de Administración del Land
(LVwG) que no sólo contenía, en conexión con el proyecto modelo (cfr. supra, marg. 4), una
regulación del procedimiento administrativo, sino también de otras materias (organización
administrativa, elaboración de reglamentos y ordenanzas, Derecho de policía, ejecución for-
zosa de actos administrativos). Esta ley permaneció en vigor tras la aprobación de la VwVfG
de 1976, aunque las normas relativas al procedimiento administrativo fueron adaptadas a la
nueva ley federal, lo cual pudo hacerse sin dificultad dado que en las normas anteriores ya se
habían inspirado en el proyecto modelo. Las diferencias, sin embargo, son mayores que en
otros Länder. Las mismas se manifiestan en el plano formal con una diferente numeración
de los parágrafos y en el aspecto material con algunas regulaciones especiales, por ejemplo
en lo concerniente al acceso a los expedientes (§ 88 LVwG) y a la ineficacia de los conve-
nios administrativos contrarios a derecho (§ 126 III LVwG). Mecklenburg-Vorpomerania
adoptó las prescripciones de la VwVfG a modo de ley integral, completándola con normas
adicionales relativas al procedimiento de notificación administrativa, al procedimiento ad-
ministrativo de ejecución forzosa, así como a la supervisión (especializada y de servicio) de
los órganos administrativos (cfr. sobre ello Meyer, en Knack, § 1 marg. 48).
cias, con todo, conciernen sólo a algunos aspectos marginales, de modo que
la concepción de un derecho del procedimiento administrativo de contenido
concordante compartido por la Federación y los Länder (aún) no se ha visto
seriamente perjudicada. Esta concepción también debería persistir una vez
que los proyectados cambios referentes a la relación entre la Federación y los
Länder sean acordados e implementados luego por ambas partes en el plano
legislativo. En la esfera de la jurisprudencia, la homogeneidad en la interpreta-
ción y el desarrollo de la legislación de procedimiento administrativo se ha ga-
rantizado a través de la revisión ante el BVerwG, limitada fundamentalmente
a casos de infracción del derecho federal, aunque excepcionalmente aquélla
puede sustentarse en la infracción de preceptos de las leyes de procedimiento
administrativo de los Länder, cuando concurra el presupuesto de que el co-
rrespondiente precepto “concuerde, con arreglo a su tenor literal, con la Ley
de Procedimiento Administrativo de la Federación” (§ 137 I núm. 2 VwGO).
B. Aplicabilidad
110
Las leyes de tributos locales, empero, no se remiten de forma íntegra a la AO, sino
—a veces incluso modificándolas— a partes determinadas o preceptos de la misma. De esta
manera, sin embargo, no debe verse limitada la aplicabilidad de la Ley General Tributaria,
sino que deben citarse expresamente las correspondientes normas de este texto legal ade-
cuadas para su aplicación por parte de la administración tributaria local. Es dudoso que este
método, que comporta un complejo catálogo de referencias, resulte más conveniente que
una remisión completa. El conjunto entero de la actividad administrativa tributaria, estatal y
local, queda así determinado por la AO y, de este modo, por una regulación jurídica del pro-
cedimiento administrativo homogénea. Pero ésta sólo rige para el auténtico procedimiento
administrativo (el de primera instancia), porque para los procedimientos de recursos admi-
nistrativos y judiciales resultan de aplicación otros textos legales, a saber: la Ley General
Tributaria y la Ley de la Jurisdicción Tributaria en el Ámbito de la Actividad Financiera
Estatal (cfr. § 347 AO y § 33 VwGO) y la Ley de la Jurisdicción Contencioso-Administrativa
en el caso de la actividad tributaria local. Así, por ejemplo, contra una liquidación tributaria
de la administración federal cabe interponer recurso administrativo con arreglo al § 347 AO
y una pretensión de impugnación ante el Tribunal de lo Tributario de acuerdo con el § 40
de la FGO; contra una exacción local, en cambio, cabe formular recurso administrativo y la
posterior pretensión de impugnación ante el Tribunal de lo Contencioso-Administrativo, con
arreglo a los §§ 68 y 42 VwGO.
5. Dimensión europea
111
Cfr. al respecto BGHZ 155, 166, 175 y ss. (Derecho privado administrativo); BVerw-
GE 114, 84, 85 (enjuiciamiento de la anulación de una disposición de uso militar según § 49
II núm. 3 VwVfG); OLG Brandenburgo NVwZ 1999, 1142 (aplicación correspondiente del §
20 VwVfG en el procedimiento de adjudicación); Ehlers, Erichsen/Ehlers, VerwR, § 2 marg.
82; Stelkens/Schmitz, StBS § 1 margs. 97 y ss., pp. 130 y ss.; Kopp/Ramsauer, VwVfG, Ein-
führung, margs. 50 y ss.
112
El ejemplo clásico lo ofrece la revisión de oficio de subvenciones contrarias al derecho
comunitario, cfr. infra, § 11 margs. 38a y ss.
Bibliografía sobre el § 5: Cfr. los comentarios a la VwVfG supra citados, así como Ule/
Laubinger, Verwaltungsverfahrensrecht, 4a. ed., 1995. Además: Rietdorf, Zum Musterent-
wurf eines Verwaltungsverfahrensgesetzes, DVBl, 1964, pp. 293 y ss., pp. 333 y ss.; Reto
Suhr, Möglichkeiten und Grenzen der Kodifizierung des allgemeinen Teils des schweizeris-
chen Verwaltungsrechts, 1975 (con numerosas referencias a la problemática de los princi-
pios y a la evolución alemana); Ule, Das Verwaltungsverfahrensgesetz, DVBl. 1976, pp. 421
y ss.; Maurer, Das Verwaltungsverfahrensgesetz des Bundes, JuS, 1976, pp. 485 y ss.; Sch-
mitt Glaeser (coord.), Verwaltungsverfahren, Festschrift für den Boorberg Verlag, 1977 (con
diferentes aportaciones a cuestiones fundamentales y singulares de la VwVfG); Dittmann,
Verwaltungsverfahrensgesetz und Schule, en: Birk/Dittmann/Erhardt, Kulturverwaltungsre-
cht im Wandel, 1981, pp. 62 y ss.; Bullinger, Die Verwaltungsverfahrensgesetze und ihre
Interpreten, VBlBW, 1982, pp. 225 y ss.; Kopp, Zehn Jahre Verwaltungsverfahrensgesetze.
Anspruch und Wirklichkeit – eine Bilanz, DV 20, 1987, pp. 1 y ss.; Hill, Zehn Jahre Verwal-
tungsverfahrensgesetz, Speyerer Arbeitshefte 78, 1987; Klappstein/v. Unruh, Rechtsstaat-
liche Verwaltung durch Gesetzgebung. Entstehung und Bedeutung des Schleswig-Holstei-
nischen Landesverwaltungsgesetzes für das rechtsstaatliche Verwaltungsrecht, 1987; von
Unruh, Kodifiziertes Verwaltungsrecht, NVwZ, 1988, pp. 690 y ss.; Stelkens, Die Rolle der
Verwaltungsgerichte bei der Umsetzung der Verwaltungsverfahrensgesetze, NWVBL, 1989,
pp. 335 y ss.; Allesch, Die Bedeutung des § 2 Abs. 2, núm. 1 der Verwaltungsverfahrensge-
setze im Kommunalabgabenrecht, DÖV 1990, pp. 270 y ss.; Henneke, 30 Jahre LVwG, 20
Jahre VwVfG – Stabilität und Flexibilität des Verwaltungshandelns, DÖV, 1997, pp. 768 y
ss.; Ehlers, Das Verwaltungsverfahrensgesetz im Spiegel der Rechtsprechung, DV 31, 1998,
pp. 53 y ss.; DV 37, 2004, pp. 255 y ss.; Schmitz, Moderner Staat–Modernes Verwaltungs-
verfahrensrecht, NVwZ, 2000, pp. 1238 y ss.; Bonk, 25 Jahre Verwaltungsverfahrensgesetz,
NVwZ, 2001, pp. 636 y ss.; Hoffmann-Riem/Schmidt-Aßmann (coord.), Verwaltungsver-
fahren und Verwaltungsverfahrensgesetz, 2002; Wahl, Fehlende Kodifizierung der förmli-
chen Genehmigungsverfahren im Verwaltungsverfahrensgesetz, NVwZ, 2002, pp. 1192 y
ss.; Pokorny, Die Bedeutung der Verwaltungsverfahrensgesetze für die wissenschaftlichen
Hochschulen, 2002; Ehlers, Der Anwendungsbereich der Verwaltungsverfahrensgesetze,
Jura, 2003, pp. 30 y ss.; cfr. además las referencias contenidas en § 19.
Capítulo Segundo
Conceptos fundamentales
del derecho administrativo
§ I. El principio de legalidad
de la administración1*
1*
El § 6 ha sido traducido por Marc Tarrés Vives, profesor lector de derecho administra-
tivo de la Universitat Oberta de Catalunya.
2 El artículo 20 III GG está pensando particularmente en las leyes en sentido formal;
sin embargo, resulta también de aplicación para la normación delegada, los reglamentos y
ordenanzas, en el marco de la delegación legislativa. El artículo 20 III GG no comprende el
113
A. Definición
B. Fundamento
derecho europeo, aunque éste resulta igualmente vinculante por imperativo del propio dere-
cho nacional. El principio de primacía de la ley obliga a la administración a tener un com-
portamiento legal, pero no dice nada directamente acerca de cuáles son las consecuencias
que resultan de la infracción de ese deber. No obstante, debe existir algún tipo de sanción,
si no se quiere que dicho principio quede vacío de contenido. El derecho vigente cuenta con
un amplio abanico de diferenciadas consecuencias ante este tipo de vicios: los reglamentos y
las ordenanzas contrarios a derecho son nulos, con la excepción de que determinados vicios,
en particular de procedimiento, son irrelevantes inmediatamente o después del transcurso
de un determinado lapso de tiempo (cfr. § 4 marg. 41a); los actos administrativos contrarios
a derecho suelen ser, por regla general, meramente impugnables y anulables, pero nulos en
casos excepcionales (cfr. infra, § 10 margs. 20 y ss.); los convenios contrarios a derecho son
nulos en los supuestos contemplados por el § 59 de la Ley de Procedimiento Administrativo
(VwVfG), y jurídicamente eficaces en los restantes casos (cfr. § 14 margs. 36 y ss.).
3 Ejemplo: El Regierungspräsident concede al empresario A, que se encuentra en una
difícil situación financiera, una subvención por un importe de 10,000 euros a cargo de los
fondos previstos en el presupuesto para este fin y en las condiciones fijadas por las directri-
ces del Ministerio de Economía. No hay ley alguna que regule el otorgamiento de este tipo
de subvención. B, competidor de A, estima que la subvención es contraria a derecho por vio-
lación del principio de legalidad. ¿Con razón? Teniendo en cuenta que no existe ley alguna,
no es el principio de primacía de la ley el que debería traerse a colación, sino el de reserva,
porque la concesión ha sido concedida sin habilitación legal (cfr. infra, marg. 14).
de una regulación jurídica, pero ésta puede adoptar no sólo la forma de una
ley, sino también la de otros actos jurídicos, como la del reglamento o la de
la ordenanza. Según la concepción tradicional, los reglamentos satisfacen las
exigencias de la “reserva de ley” cuando y en la medida en que cuenten, a su
vez, con la cobertura de una ley formal, y su contenido haya sido determinada
por ésta (cfr., art. 80 I GG). En tiempos recientes se ha adoptado de nuevo una
posición más matizada, y —en función de la importancia de la materia objeto
de regulación— o bien se exige exclusivamente una ley formal (reserva de ley)
o bien se considera suficiente un reglamento (reserva de disposición jurídica).4
4
Sobre la relación entre ordenanza y reserva de ley, cfr. lo que ya se ha dicho supra, §
4, marg. 17. La costumbre no constituye una base legal suficiente desde el punto de vista de
la reserva de ley. Aunque otra cosa rige, según la jurisprudencia del Tribunal Constitucional
Federal (BVerfGE 34, 293, 303; 54, 224, 234, en relación con el artículo 12 I GG) Nt1Nt para
la costumbre preconstitucional, pues, según el artículo 123 I GG, Nt2 el derecho anterior
sigue aplicándose con independencia de su rango y fuente de produción, en la medida que
su contenido no sea incompatible con el de la ley fundamental. Debe añadirse, no obstante,
que el legislador está obligado a confirmar o reemplazar mediante regulaciones legales en
sentido formal la costumbre aún existente en el ámbito reservado a la ley.
Nt1 “Todos los alemanes tienen el derecho de elegir libremente su profesión, su lugar de
trabajo y de formación profesional. El ejercicio de la profesión puede ser regulado por ley
o en virtud de una ley”.
Nt2 “El derecho vigente con anterioridad a la constitución del Parlamento Federal man-
tendrá su vigencia mientras no contradiga la presente Ley Fundamental”.
6
La teoría del contenido esencial ha sido objeto de crecientes críticas e incluso de re-
chazo en la doctrina. Se le reprocha un exceso de generalidad e indeterminación. Sin embar-
go, tales objeciones pierden peso cuando se observa atentamente el significado y los límites
de la teoría de la esencialidad: 1) La teoría de la esencialidad sólo entra en juego más allá de
la tradicional reserva de ley existente en materia de actividad administrativa de intervención,
la cual se mantiene inalterada y no queda reducida a las decisiones esenciales. 2) La parte
ampliada de la reserva de ley tiene su basamento en la dimensión de los derechos funda-
mentales y, en correspondencia, no resulta constituida, sino concretizada, por la teoría de la
esencialidad. 3) Esta teoría de la esencialidad no entra en juego cuando la exigencia de una
regulación legal, para el caso concreto, resulta ya de la propia ley fundamental. 4) La reserva
de ley ampliada vale tan sólo para las relaciones entre el ciudadano y el Estado, no para la
esfera interna del Estado ni, en especial, tampoco para la delimitación de competencias en
dicha esfera, cfr. BVerfGE 84, 212, 226. En la jurisprudencia del BVerfG pueden encontrar-
se, ciertamente, numerosas formulaciones que permiten mantener abierta la posibilidad de
una ampliación más allá de la dimensión de los derechos fundamentales (“especialmente”,
“sobre todo” para la realización de derechos fundamentales), pero más bien parece que han
sido efectuadas con carácter profiláctico; en todo caso, no consta que exista decisión alguna
del BVerfG en la que se haya afirmado efectivamente una ampliación semejante.
D. Ámbitos particulares
7
Es dudosa y discutida la relación entre la reserva de Parlamento y la habilitación para
elaborar reglamentos del artículo 80 I GG y, con ella, la relación entre la teoría de la esen-
cialidad y el mandato de determinación o certeza del artículo 80 I 2 GG. En la doctrina y en
la jurisprudencia se han sostenido distintas posiciones, las cuales pueden reducirse —a pesar
de algunas diferencias en aspectos puntuales— a dos alternativas distintas. Según la primera
de ellas, debe distinguirse entre ambos y, por lo tanto, debe procederse a un examen en dos
pasos: ¿Estamos ante una cuestión esencial? Si es así, entonces no es posible la delegación.
Si no es así, entonces sí es posible la delegación, pero la habilitación debe estar suficiente-
mente determinada con arreglo al artículo 80 I 2 GG. Según la otra postura, las exigencias
de esencialidad y determinación coinciden y se apoyan mutuamente. La cuestión entonces es
únicamente la de qué es lo que debe tomarse como punto de partida: la teoría de la esenciali-
dad, que hay que interpretar desde la perspectiva del mandato de determinación, o el manda-
to de determinación, que debe interpretarse, a su vez, a la luz de la teoría de la esencialidad.
La jurisprudencia del BVerfG no es uniforme, cfr. sobre la segunda postura BVerfGE 58, 257,
277 y ss., y sobre la primera BVerfGE 91,148, 162 y ss.; además Bryde, en: Munich/König,
Grundgesetz-Kommentar, artículo 80 marg. 21; Busch, Das Verhältnis des Art. 80 Abs. 1 S.
2 GG zum Gesetzes- und Parlamentsvorbehalt, 1992, pp. 114 y ss.; Cremer, Art. 80 Abs. 1 S.
2 und Parlamentsvorbehalt, AöR, 122, 1997, pp. 248 y ss.; cada uno de ellos con ulteriores
referencias al respecto. Si se interpreta el artículo 80 I 2 GG en un sentido puramente formal,
hay que recurrir adicionalmente a la reserva de Parlamento y a la teoría de la esencialidad; si
se interpreta en sentido material, será preciso examinar también en su seno los requisitos de
la teoría de la esencialidad. La segunda alternativa es preferible.
11
Si se sigue la jurisprudencia, entonces la subvención concedida a A, en el ejemplo
citado supra (marg. 3), sería jurídicamente admisible. Si se sigue la opinión contraria, en-
tonces sería inválida por falta de habilitación legal.
14 Cfr. sobre ello BVerfGE 33, 303, 337; 43, 291, 313 y ss. (regulación legal del numerus
clausus en el ámbito de la enseñanza superior a la vista de lo previsto en el artículo 12 I GG);
OVG Berlín DVBl. 1975, 905 (regulación legal sobre subvenciones a la prensa a la vista del
artículo 5 I 2 GG); OVG Münster NVwZ 1991, 174 y BVerwGE 90, 112 (regulación legal
para subvenciones a una asociación dedicada a la llamada prevención de las sectas juveniles,
a la vista del artículo 4 I, II GG, cfr. también supra, marg. 14). Cfr. adicionalmente, sobre
subvenciones a la prensa —en términos aún muy contenidos— BVerfGE 80, 124, 131 y ss.
Aquí sólo puede apuntarse este novedoso aspecto de la dogmática de los derechos funda-
mentales; una posición crítica sobre los derechos prestacionales de carácter fundamental
sostiene, por ejemplo, Hesse, VerfR marg. 289.
GE 47, 46, 80 y ss.; BVerwGE 47, 194, 198 y ss.), la separación de la escuela por falta de
rendimiento (BVerfGE 58, 257, 268 y ss.), la no autorización para pasar a un curso superior
(BVerwGE 56, 155, 157 y ss.), el establecimiento obligatorio de idiomas extranjeros (BVerw-
GE 64, 308, 312 y ss.), la propaganda política en la escuela (BayVerfGH DÖV 1982, p. 691).
No son medidas esenciales, en cambio, la introducción de la reforma ortográfica (BVerfGE
98, 218, 250 y ss.; en sentido crítico Roth, BayVBl. 1999, pp. 257 y ss.), la introducción de
la semana de cinco días (BVerwGE 47, 201, 205 y ss.), las modalidades del procedimiento de
examen, las cuales no tienen influencia directa sobre la decisión misma del examen (BVerwG
DVBl 1981, p. 1149), o la determinación de la nota requerida para pasar de curso (BVerwG
DVBl 1998, p. 969).
18 Cfr. sobre el grado de densidad normativa, BVerwGE 57, 360 (educación sexual);
Niehues, DVBl, 1980, 465 y ss., con ulteriores referencias; sobre la delimitación de lo que
el Parlamento debe regular por sí mismo y lo que puede remitir al titular de la potestad re-
glamentaria, cfr. BVerfGE 58, 257, 276 y ss. La reforma ortográfica en el ámbito escolar, en
el caso concreto enjuiciado por el BVerfG, se apoyaba sobre las disposiciones de una Ley
escolar que regulaban los objetivos generales de la formación y la educación en la escuela,
así como las funciones de la escuela elemental (§§ 4, 11 Ley escolar de Schleswig-Holstein).
Se trataba exactamente de una cuestión de densidad de regulación. La cuestión era, en par-
ticular, si estas regulaciones legales generales bastaban o era necesaria una regulación legal
concreta que se ocupara precisamente de la reforma ortográfica. El Tribunal Constitucional
se decantó por la primera alternativa (BVerfGE 98, 218, 250 y ss.), ignorando, sin embargo,
las grandes implicaciones que la reforma ortográfica tenía más allá del ámbito escolar. Por el
contrario, en el caso sobre el pañuelo en la cabeza (uso por parte de una maestra musulmana
de un pañuelo en la cabeza por motivos religiosos), el Tribunal Constitucional consideró
necesaria una habilitación legal específica (BVerfGE 108, pp. 282, 302 y ss.).
También en el ámbito escolar, la regulación hasta la fecha vigente contenida en ins-
trucciones administrativas debe ser tolerada para un cierto periodo transitorio, hasta que
se establezca la regulación legal, en la medida en que esto resulta indispensable para el
funcionamiento de los centros escolares, cfr. BVerfGE 58, 257, 280 y ss. y BVerwGE 64,
308, 317 y ss., ambas con ulteriores referencias. La jurisprudencia procede aquí de un modo
bastante generoso, lo que podría deberse principalmente a que la cuestión de si el principio
de esencialidad ha sido ha sido o no respetado en el caso concreto, sólo difícilmente puede
responderse. La jurisprudencia, por lo demás, ha otorgado periodos transitorios análogos
también en otros casos, cfr. BVerfGE 33, 303, 347 y ss. (admisión en la Universidad); BVerf-
GE 76, 171, 189 (directrices corporativas para los abogados); BVerwGE 41, 261, 266 (deber
de prestar servicios médicos en casos de necesidad); BVerwGE 48, 305, 312 y ss. (titulación
de los ingenieros); BVerwGE 51, 235, 242 y ss. (autorización para el transporte terrestre de
mercancías). Una crítica sobre este tema en Pieroth, VerwArch. vol. 68, 1977, pp. 217 y ss.
los ministerios de Interior y Justicia); para más detalles, en relación con la potestad de organi-
zación, infra, § 21 margs. 51 y ss. y Maurer, Staatsrecht, § 8 marg. 22.
Bibliografía sobre el § 6: Jesch, Gesetz und Verwaltung, 1961; Rupp, Grundfragen der
heutigen Verwaltungsrechtslehre, 1965, 2a. ed., 1991, pp. 113 y ss.; Ossenbühl, Verwaltungs-
vorschriften und Grundgesetz, 1968, pp. 208 y ss.; Selmer, Der Vorbehalt des Gesetzes, JuS,
1968, pp. 489 y ss.; Starck, Der Gesetzesbegriff des Grundgesetzes, 1970, pp. 273 y ss.; Krebs,
Vorbehalt des Gesetzes und Grundrechte, 1975; Kisker, Neue Aspekte im Streit um den Vorbe-
halt des Gesetzes, NJW, 1977, pp. 1313 y ss.; Pietzcker, Vorrang und Vorbehalt des Gesetzes,
JuS, 1979, pp. 710 y ss.; Niehues, Der Vorbehalt des Gesetzes im Schulwesen, DVBl, 1980, pp.
465 y ss.; E.-W. Böckenförde, Gesetz und gesetzgebende Gewalt, 2a. ed. 1981, esp. pp. 375 y
ss.; Bauer, Der Gesetzesvorbehalt im Subventionsrecht, DÖV, 1983, pp. 53 y ss.; Bethge, Par-
lamentsvorbehalt und Rechtsatzvorbehalt für die Kommunalverwaltung, NVwZ 1983, pp. 577
y ss.; Jarass, Der Vorbehalt des Gesetzes bei Subventionen, NVwZ 1984, pp. 473 y ss.; Eberle,
Gesetzesvorbehalt und Parlamentsvorbehalt, DÖV, 1984, pp. 485 y ss.; Kloepfer, Der Vorbe-
halt des Gesetzes im Wandel, JZ, 1984, pp. 685 y ss.; Erichsen, Schule und Parlamentsvor-
behalt, Festschrift für die Juristische Gesellschaft zu Berlin, 1984, pp. 113 y ss.; Wahl, Ge-
setzgeber und Juristenausbildung, DVBl, 1985, pp. 822 y ss.; Götz/Klein/Starck (coords.), Die
öffentliche Verwaltung zwischen Gesetzgebung und richterlicher Kontrolle, 1985; von Arnim,
Zur “Wesentlichkeitstheorie“ des Bundesverfassungsgerichts, DVBl, 1987, pp. 1241 y ss.; P.
Becker, Parlamentsvorbehalt im Prüfungsrecht, NJW, 1990, pp. 273 y ss.; Sendler, Gesetzes
und Richtervorbehalt im Gentechnikrecht, NVwZ, 1990, pp. 231 y ss.; Wahl/Masing, Schutz
durch Eingriff, JZ, 1990, pp. 553 y ss.; A. Roth, Verwaltungshandeln mit Drittbetroffenheit
und Gesetzesvorbehalt, 1991; Stober, Der Vorbehalt des Gesetzes und Verwaltungsvorschrif-
ten im Subventionsrecht, GewArch, 1993, pp. 136 y ss.; Erichsen, Vorrang und Vorbehalt
des Gesetzes, Jura, 1995, pp. 550 y ss.; Kopke, Rechtschreibreform auf dem Erlaßwege? JZ,
1995, pp. 874 y ss.; Ders., Die verfassungswidrige Rechtschreibreform, NJW, 1996, pp. 1081
y ss.; Gassner, Parlamentsvorbehalt und Bestimmtheitsgrundsatz, DÖV, 1996, pp. 18 y ss.; F.
Becker, Staatliche Zuwendungen an Parlamentsfraktionen und der Vorbehalt des Gesetzes,
NWVBl. 1996, pp. 361 y ss.; Haltern/Mayer/Möllers, Wesentlichkeitstheorie und Gerichts-
barkeit. Zur institutionellen Kritik des Gesetzesvorbehalts, DV 30, 1997, pp. 51 y ss.; Wehr,
Grundfälle zu Vorrang und Vorbehalt des Gesetzes, JuS, 1997, pp. 231 y ss., 419 y ss.; Seiler,
Der einheitliche Parlamentsvorbehalt, 2000; Maurer, Zur Organisationsgewalt im Bereich der
Regierung, Festschrift für K. Vogel, 2000, pp. 331, 337 y ss.; Ibler, Grundrechtseingriff und
Gesetzesvorbehalt bei Warnungen durch Bundesorgane, Festschrift für Maurer, 2001, pp. 145
y ss.; Hömig, Grundlagen und Ausgestaltung der Wesentlichkeitslehre, BVerwG-Festschrift,
2003, pp. 273 y ss.
Jurisprudencia sobre el § 6: BVerfGE 33, 1 (sentencia de cabecera, régimen penitencia-
rio); BVerfGE 33, 125 (médico especialista, autonomía de las corporaciones para dictar orde-
nanzas); BVerfGE 49, 89 (sentencia sobre el asunto de la central nuclear de Kalkar, densidad
de la regulación); BVerfGE 57, 295 (radiofusión privada); BVerfGE 58, 257 (centros escola-
res); BVerfGE 76, 1, 74 y ss. (permiso de residencia para extranjeros); BVerfGE 76, 171, 184
y ss. (directrices corporativas para el ejercicio de la abogacía); BVerfGE 77, 170, 230 y ss.
(tratados internacionales); BVerfGE 80, 124, 131 y ss. (subvenciones a la prensa); BVerfGE
83, 130, 142, 151 y ss. (ponderación de la libertad artística y la protección de la juventud,
procedimiento administrativo); BVerfGE 84, 212, 226 f.; 88, 103 115 f. (regulación legal de
la libertad de asociación: cierre patronal; huelga de funcionarios); BVerfGE 98, 218, 250 y
ss. (reforma ortográfica); BVerfGE 105, 279, 303 y ss. (advertencias del gobierno federal);
BVerfGE 108, 282, 306 y ss. (uso del pañuelo en la cabeza por parte de una maestra en la
escuela). Cfr. además las referencias en el texto.
BVerwGE 6, 282; 58, 45; BVerwG DVBl. 1978, 212 ( ambas relativas a subvenciones);
BVerwGE 47, 194; 64, 308 (centro escolar); BVerwGE 57, 130 (nota de la formación en
prácticas de estudiantes de Derecho); BVerwGE 65, 323, 325 f. (regulación de la evaluación
para el acceso a la profesión médica); BVerwGE 90, 112 (ayudas financieras a una asociación
religiosa); BVerwGE 90, 359 (fundamento legal de una ordenanza municipal); BVerwGE
115, 189 (Laserdorme: ¿prohibición en virtud de una cláusula general de policía?); BVerw-
GE 121, 103 (fundamento legal para los subsidios a funcionarios); BVerwG DVBl. 2003, 139
(preferencia de las mujeres en el otorgamiento de subvenciones en el sector vitivinícola).
OVG Münster NVwZ 1982, 381 (subvenciones); BayVerfGH DÖV 1982, 691 (centros es-
colares); BayVerfGH BayVBl. 1984, 528 (reserva de ley y planificación); OVG Münster DVBl.
1989, 1162 (programa de discriminación positiva en favor de las mujeres, el establecimiento
de cuotas requiere un fundamento legal); VerfGH Berlin DVBl. 1995, 428 (clausura de teatro
estatal); NRWVerfGH DVBl. 1999, 1243 (unificación de los ministerios de Interior y Justicia por
parte del presidente del Land).
21*
Los epígrafes I, II y III de este § 7 han sido traducidos por Núria Magaldi, profesora
ayudante de la Universidad de Barcelona.
22 Si, por ejemplo, el dueño de un establecimiento permite actuaciones delictivas en su
local (conducta) y, por ello, no cumple con “la diligencia exigida para la dirección y explo-
tación de su negocio” en el sentido de los §§ 4, 15 GastG (supuesto de hecho), entonces la
administración tiene que revocar la licencia concedida (consecuencia jurídica).
Estas cuatro fases nunca aparecen aisladas las unas respecto de las otras,
sino que están recíprocamente relacionadas: el hecho o conducta debe ave-
riguarse y concretarse en consideración a un determinado supuesto de he-
cho legalmente previsto; para la interpretación de la ley es preciso tener en
cuenta el caso concreto y las circunstancias que lo rodean. La aplicación
jurídica no es sólo una concatenación de deducciones lógicas sino también
un proceso de cognición valorativo.
23 Las normas jurídicas típicas de las que aquí se trata, construidas según el esquema
condicional “si-entonces”, deben diferenciarse de las normas jurídicas orientadas a un fin,
que se encuentran, sobre todo, en el derecho de la planificación, cfr. en este sentido lo dicho
en el marg. 63, así como también, de forma más detallada, en Brohm, NVwZ 1988, p. 798.
24
El control jurisdiccional de la administración se pone en marcha sólo cuando el ciu-
dadano implicado formula la correspondiente pretensión ante los tribunales contencioso-
administrativos (“No hay juez sin demandante”). Esta potestad de control de los tribunales
tiene una cierta eficacia ex ante, en el sentido de que los órganos administrativos tienen que
contar con la posibilidad de una eventual interposición de un recurso y, (también) por ello,
deben esforzarse por dotar de la suficiente cobertura jurídica a las medidas que adopten.
2. La discrecionalidad de la administración
A. Concepto
Supuesto de hecho X
cobrar una de entre treinta y cincuenta euros, el órgano administrativo puede determinar él
mismo la cuantía concreta, siempre que se mueva dentro de dicho margen.
26 El § 40 VwVfG no específica nada acerca del concepto o de la admisibilidad de la
discrecionalidad, sino que los da por supuestos y regula únicamente los límites legales para
su ejercicio. Lo mismo cabe decir respecto del § 114 VwGO, el cual establece los límites
jurídicos del ejercicio de la discrecionalidad desde la perspectiva del control jurisdiccional
contencioso-administrativo. El § 40 VwVfG se corresponde, por su parte, con el § 5 AO 1977
y con el § 39 I 1 del libro I del SGB.
27 Según el § 48 StVO, toda persona que no respete la normativa de tráfico está obligada,
previo emplazamiento efectuado por las autoridades administrativas correspondientes, a to-
mar parte en unos cursos sobre tráfico y circulación. No hay duda de que dichas autoridades
no tienen que imponer tales cursos a todo infractor de normas de circulación, sino que el
hacerlo o no queda dentro de su ámbito o esfera de discrecionalidad. Por otra parte, el uso de
perturbadora, puesto que difumina las fronteras entre las normas permisivas
y las obligatorias. No obstante, es también posible que una norma legal no
utilice expresamente el término “debería”, pero de su finalidad y su contex-
to global se desprenda una interpretación en este sentido (cfr. lo que se ha
dicho respecto de la “simple” discrecionalidad en el marg. 9). 30
C. El sentido de la discrecionalidad
Cfr.
30 sobre la discrecionalidad intencionada BVerwGE 72, 1, 6; BVerwGE 105, 55, 57
y también en DVBl. 1998, p. 145 con comentario favorable de Schwabe; BayVGH NVwZ
2001, 931. En la doctrina se muestran escépticos en relación con la figura de la discrecionali-
dad intencionada, rechazándola en algunos casos, Sachs, StBS § 40 margs. 28 y ss. (“tomada
con la mayor de las reservas”); Gerhardt, en: Schoch/Schmidt-Aßmann/Pietzner (coords.),
VwGO, § 114 marg. 20 (“se impone la reserva al respecto”); Volkmann, Das “intendierte”
Verwaltungsermessen, DÖV, 1996, pp. 281 y ss. (crítico en su totalidad); Borowski, Inter-
diertes Ermessen, DVBl, 2000, pp. 149 y ss. (“a la vista de los peligros vinculados a esta
figura jurídica, el derecho administrativo se las arreglaría mejor sin ella”); Erbguth, Rückna-
hmefrist und “intendiertes” Ermessen, JuS, 2002, pp. 333 y ss.; Pabst, Intendiertes Ermes-
sen und Normauslegung, VerwArch 93, 2002, pp. 540 y ss., (“dudosa y superflua”); mejor
acogida aunque con dudas al respecto, Hennecke, Snack, VwVfG, § 40 marg. 35; acogiendo
positivamente la figura Beuermann, Intendiertes Ermessen, 2002; desde la perspectiva del
derecho urbanístico: Hoppe, Durch Soll-Vorschriften “intendierte” Ziele der Raumordnung
und ihre Bezüge zu “intendiertem Ermessen”, Festschrift für Maurer, 2001, pp. 625 y ss.
31 Ejemplos: La disolución de una manifestación que no ha sido debidamente comu-
nicada sirve claramente para garantizar el orden y la seguridad pública, pero también para
asegurar la observancia del plazo de comunicación. Si tiene lugar una manifestación no
comunicada, en tal caso el funcionario correspondiente debe examinar si se han podido de-
rivar perjuicios de la misma y, en su caso, cuáles son —por ejemplo, para el tráfico, para los
BVerwG ZBR 1972, 279; BGH NJW 1987, 1329 (en materia de función pública y de derecho
notarial respectivamente); sobre las instrucciones administrativas, véase con mayor detalle
infra, § 24.
por la norma habilitante, según los cuales aquel estaba facultado para ejercer la
potestad discrecional.34
Entrando al detalle es posible establecer la siguiente tipología de los vi-
cios en el ejercicio de potestades discrecionales (tanto en la jurisprudencia
como en la doctrina existen diversas clasificaciones y variadas denomina-
ciones; no obstante, sí puede hablarse de un amplio acuerdo en cuanto a los
contenidos materiales de las mismas):
Cfr. BVerwGE 15, 196, 199; 31, 212, 213. Ejemplo: A, que vive en las
proximidades de una iglesia, solicita a la policía que actúe en relación con
el sonido de las campanas de la misma, que tiene lugar a temprana hora y
de forma molesta; la autoridad administrativa competente no hace nada por-
que, erróneamente, cree que no es competente para dictar órdenes contra la
iglesia en cuestión, cfr. VG Würzburg, BayVBl. 1972, p. 23; Maurer, JuS,
1972, pp. 330 y ss.; otra cuestión es bajo qué presupuestos la policía, en el
caso concreto, estaba autorizada y tenía que actuar, cfr. BVerwGE 68, 62;
90, 163 así como Laubinger, VerwArch, vol. 83, 1992, pp. 623 y ss.
F. La reducción de la discrecionalidad
alemana, debe tenerse muy en cuenta, por ejemplo, el artículo 6 I GG (cfr. BverwGE 42, 133
y también BverfGE 51, 386, 396 y ss.). En la decisión discrecional sobre la concesión a un
partido político de un permiso de aprovechamiento especial para la colocación de carteles y
propaganda política en la calle deben considerarse, además, los derechos de los artículos 5 I
y 21 I GG (BverwGE 56, 56).
38 Así, las autoridades policiales, a pesar de tener una sustancial libertad para el ejercicio
de su discrecionalidad, están obligadas a intervenir en determinados casos, como, por ejem-
plo, en supuestos de grave peligro para bienes jurídicos esenciales (cfr. BverwGE 11, 95, 97;
Drews/Wacke/Vogel/Martens, Gefahrenabwehr, pp. 369 y ss., con ulteriores referencias al
respecto).
39 El permiso de aprovechamiento especial de vías públicas se concede de forma discre-
cional (cfr. supra); sin embargo, deben ser tenidos en cuenta, también, los artículos 21 I y 38
I GG cuando se trate de los carteles electorales de partidos políticos durante el desarrollo de
una campaña electoral (BverwGE 47, 280, 283).
40** Los epígrafes III y IV de este § 7 han sido traducidos por Marc Tarrés Vives, profesor
futuros— que no puede volver a ser realizada por los tribunales ni, por lo
tanto, controlada a posteriori por ellos, hay que aceptar como base de la de-
cisión la “apreciación” hecha por el órgano administrativo.42
Todas estas tres concepciones, agrupadas aquí de forma simplificada
bajo la denominación común de “margen de apreciación”, parten todas de
las mismas consideraciones: mediante el empleo de conceptos jurídicos in-
determinados, el legislador habilita a la administración para adoptar deci-
siones bajo su propia responsabilidad, las cuales sólo limitadamente pueden
ser controladas por los tribunales; en favor de estas tesis hablaría: que los
conceptos jurídicos indeterminados permiten diferentes valoraciones; que
ya por razones lógico-normativas no puede haber sólo una única solución
correcta; que la administración posee mayor pericia y experiencia y está
más próxima a los problemas administrativos concretos; que ciertas deci-
siones son irrepetibles o imposibles de defender, y que debe reconocerse a
la administración, en tanto qué poder público autónomo, un ámbito de res-
ponsabilidad propia, incluso frente al poder judicial.
La mayor parte de la doctrina se encuentra alineada con la teoría del mar-
gen de apreciación; sin embargo, es cada vez más frecuente que se subraye
que la existencia de un concepto jurídico indeterminado no basta por sí
sola; antes bien, únicamente puede afirmarse un margen de apreciación no
completamente revisable por los tribunales cuando y en la medida en que el
órgano administrativo haya sido habilitado por la correspondiente ley para
efectuar una apreciación concluyente (es la llamada teoría de la habilitación
normativa).43
La teoría de la habilitación normativa, que en el ínterin se ha converti-
do en dominante, tiene la ventaja de que en ella el margen de apreciación
Verwaltungsrecht, JZ 1955, pp. 97 y ss.; reproducido también, con una “advertencia para
1979” en Bachof, Wege zum Rechtsstaat, 1979, pp. 154 y ss.; idem, Neue Tendenzen in der
Rechtsprechung zum Ermessen un zum Beurteilungspielraum, JZ 1972, pp. 641 y ss.; idem,
”Diskussionsbeitrag“, Götz/Klein/Starck, Die öffentliche Verwaltung zwischen Gesetzge-
bung und richterlicher Kontrolle, 1985, pp. 179 y ss.; Ule, Zur Anwendung unbestimmter
Rechtsbegriffe im Verwaltungsrecht, Gedächtnisschrift für W. Jellinek, 1955, pp. 309 y ss.;
idem, Rechtsstaat und Verwaltung, VerwArch 76, 1985, pp. 1 y 9 y ss.); idem, Verwaltungs-
prozessrecht, 9a. ed., 1987, pp. 6 y ss.; Wolf, Verwaltungsrecht I, 7a. ed., 1968, § 31 I c 4
(pp. 167 y ss.).
Cfr. en este tema Schmidt-Aßmann, en Maunz/Dürig, Grundgesetz, artículo 19 IV,
43
2003, margs. 191 y ss.; idem, VerwR, pp. 217 y ss.; Sachs, StBS § 40 margs. 161 y ss.; Wahl,
NVwZ, 1991, pp. 410 y ss., con otras referencias; BVerwGE 94, pp. 307, 309 y ss.; 100, 221,
225 y ss.
44 Existe acuerdo, sin embargo, acerca de que sólo excepcionalmente hay que reconocer
la existencia de un margen de apreciación y, además, acerca de que el mismo se limita a la
subsunción, a la aplicación de la ley en el caso particular, sin extenderse a la averiguación de
los hechos, ni a la interpretación (en abstracto) de los conceptos jurídicos indeterminados.
artículo 19 IV GG, que exigiría un control judicial integral —de los aspec-
tos jurídicos y fácticos— de las medidas administrativas.45
b) La jurisprudencia. Inicialmente, el BVerwG no revisaba los conceptos
jurídicos indeterminados más que de un modo limitado, pero luego pronto
pasó a sostener la tesis según la cual tales conceptos —salvo excepciones—
son susceptibles de control íntegro por parte de los tribunales, de tal modo
que la administración no dispone de margen alguno de apreciación. Las
excepciones deben estar justificadas por especiales razones, así como po-
der desprenderse de la correspondiente regulación legal (BVerwGE 94, 307,
309; 100, 221, 225 —en ambas, se rechaza la existencia del margen en los
respectivos casos enjuiciados—).46
El BVerfG ha seguido la misma línea, si bien ha sido más severo a la hora
de admitir excepciones cuando se enjuiciaban restricciones de los derechos
fundamentales. El tribunal subraya que los órganos jurisdiccionales de lo
contencioso-administrativo están obligados, en principio, a revisar ilimita-
Cfr.
45 sobre la inclusión de los conceptos jurídicos indeterminados en la teoría de la
discrecionalidad, especialmente Meyer/Borgs, VwVfG, § 40 margs. 17 y ss.; Obermayer,
VwVfG, 1a. ed., 1983, § 40 margs. 11 y ss.; Starck, Festschrift für Sendler, pp. 167 y ss.;
sobre el rechazo del margen de apreciación, Rupp, Grundfragen, pp. 212 y ss.; idem, Fests-
chrift für Zeidler, pp. 455 y ss.; con referencia al artículo 19 IV GG, por ejemplo, Ibler,
Berliner Comentar zum Grundgesetz, artículo 19 IV, 2001, margs. 257 y ss.; idem., Rechts-
pflegender Rechtsschutz, pp. 183 y ss. y reiteradamente; Koop/Ramsauer, VwVfG, § 40
margs. 73, todos con ulteriores referencias.
46 Un margen de apreciación fue negado, por ejemplo, en BVerwGE 15, 207, 208 (“im-
portante motivo” en el sentido de la Ley sobre Cambio de Nombre); BWervGE 24, 60, 63 y
ss. (“carácter de monumento histórico de un edificio”); BVerwGE 45, 162, 164 y ss. (“caso
especial” y “razones de salud pública”, en el sentido del § 3 III de la Ley Federal de la
Profesión Médica); BVerwGE 71, 75 (bienestar de la colectividad); BVerwGE 86, 101 y ss.
(exigencia de equidad, rendimiento y eficiencia en los hospitales); BVerwGE 65, 19, 21 y
ss. (en interés de la asistencia médica de la población); BVerwGE 68, 267, 271 (periculum
in mora); BVerwGE 81, 12, 17 (efectos ambientables injustificables según el estado de la
ciencia); BVerwGE 88, 35, 37 y ss. (sentido de la expresión “necesidad” con relación a la
afectación de un inmueble a un interés público particular según el § 37 I del Código urba-
nístico; BVerwGE 94, 307, 309 (calificación vitivinícola); BVerwGE 100, 221, 225 (examen
oficial para personas que ejercen la curandería); BVerwGE 107, 245, 253 y ss. (“ausencia”
de un colaborador en el servicio de protección frente a catástrofes).
La decisión del BVerwG del 16 de diciembre de 1971 (BVerwGE 39, 197) relativa a la
calificación de las publicaciones dañinas para la juventud no introdujo cambio alguno de
tendencia, contrariamente a lo que en un principio había considerado la doctrina; en este sen-
tido Bachof, JZ 1972, 208 y ss.; Ossenbühl, DÖV, 1972, pp. 401 y ss.; Erichsen, VerwArch.
vol. 63, 1972, pp. 337 y ss. Lo mismo vale para la decisión de la Sala de Conflictos de los
Tribunales Federales (GemS-OGB), del 13 de febrero de 1970, a propósito del § 131 de la
Ley General Tributaria de 1919 (BVerwGE 39, 355).
47 Cfr. al respecto, sobre todo, BVerfGE 84, 34 y 59 (examen estatal de juristas y médi-
cos); además, las decisiones de Sección del BVerfG sobre el derecho de exámenes NVwZ,
1992, 55 y NJW, 1993, 917. —La existencia de un margen de apreciación fue rechazada en:
BVerfG 11, 168, 191 y ss. (permiso para empresa de taxis); BVerfGE 15, 275, 282 (multa);
BVerfGE 61, 82, 111 (autorización de instalación nuclear); BVerfGE 64, 261, 279 (concesión
de permiso penitenciario); BVerfGE 83, 130, 148 (calificación de revistas peligrosas para la
juventud); por el contrario, fue afirmada en: BVerfGE 39, 334, 354 (rechazo de un aspirante a
funcionario por falta de lealtad constitucional); sobre la posibilidad y la licitud, en principio,
de un margen de apreciación BVerfGE 49, 89, 136; 61, 82, 111; 83, 130, 148; 84, 34, 50;
cfr. también en sentido afirmativo, si bien con tendencia restrictiva, BVerfGE 88, 40, 56 y
ss.— JZ, 1993, 784, con comentario de Pietzcker (reconocimiento de un interés pedagógico
especial para la autorización de una escuela primaria privada).
48 Véase, por ejemplo, BVerwGE 8, 272 (paso al curso inmediatamente superior); BVerw-
GE 75, 275 y (limitadamente) BVerfGE 88, 40, 56 y ss. (interés pedagógico especial en
la autorización de una escuela primaria privada, en el sentido del artículo 7 V GG); Bad-
WürttVGH ESVGH 24, 225 y OVG Lüneburg OVGE 24, 327 (en los dos casos, decisiones
relativas a la necesidad de crear una escuela especial).
49 Véase, por ejemplo, BVerwGE 21, 127; 60, 245; 97, 128, 129 (evaluación del servicio
de un funcionario por parte de su superior); BVerwGE, 61, 176, 185 y ss. (control de la leal-
tad a la Constitución de un aspirante a funcionario); confirmado por el BVerfG DVBl. 1981,
p. 1053, así como por el BAG (Tribunal Federal de lo Social) NJW, 1981, p. 71 (control de
la lealtad a la Constitución en caso de contratación de una maestra en calidad de empleada
laboral); BVerwGE 92, 147, 149 (aceptación de la relación funcionarial de por vida); BVerw-
GE 106, 263, 266 y ss. (destitución de un funcionario en prácticas por falta de rendimiento);
BVerwGE 111, 22, 23 (aptitud de un soldado para un determinado servicio); BVerwGE 115,
58, 60 (selección para el servicio de transporte postal).
50 Véase BVerwGE 12, 20 (comité consultivo de personal); BVerwGE 59, 213 (control
de la aptitud de un arquitecto por un comité de expertos independientes, con arreglo a los
§§ 4, 16 de la Ley para el Ejercicio de la Profesión de Arquitecto de Baden-Würtemberg);
BVerwGE 62, 330, 337 y ss. (apreciación de las variedades de trigo por un comité de ex-
pertos independientes, con arreglo a la Ley sobre el Comercio de Semillas); BVerwGe 72,
195 (admisión a cotización en bolsa por parte de la Junta directiva de la Bolsa); BVerwGE
91, 211, 215 y ss. (calificación de una revista como peligrosa para la juventud por parte del
organismo federal de control, de acuerdo con los §§ 1, 8 y ss. de la Ley sobre la Difusión
de Publicaciones Peligrosas para la Juventud (GjSM), tema aún abierto en BVerfGE 83, 130,
148), cfr., finalmente, BVerwGE 99, 371, 377 y ss. (comisiones para la selección de jueces
en los nuevos Bundesländern).
51 Cfr. sobre las decisiones basadas en prognosis, por ejemplo, BVerwGE 79, 208, 213 y
ss. y 82, 295, 299 y ss. (amenaza para el buen funcionamiento del servicio de los taxis y para
el interés público circulatorio derivada de nuevas autorizaciones de taxi), y sobre los estu-
dios y evaluaciones de riesgos (BVerwGE 72, 300, 316 ss., y 81, 185, 190 y ss. (precaución
de los peligros inherentes a la explotación de centrales nucleares según las exigencias del
estado de la ciencia y de la técnica, con arreglo al § 7 núm. 3 de la AtomG, igualmente en la
medida de que tales efectos pueden resultar de la intervención de terceros); BVerwG DVBl
1999, pp. 1138 (con relación al § 13 I núm. 4 de la GenTG).
52 Cfr. BVerwGE 26, 65, 77; 39, 291, 299 (relación de puestos de trabajo que permite la
apreciación de “necesidades de servicio justificativas del traslado de un funcionario”); crf. al
respecto Schmidt-Aßmann, en: Maunz/Dürig, artículo 19 IV marg. 202.
expertos si fuere necesario. Es por ello que sí habrá que considerar la alegación
del candidato según la cual su respuesta a una pregunta del examen era correcta
o, al menos, defendible. Una solución defendible, consecuente y razonada con
argumentos de peso no puede ser valorada como falsa, aun cuando el exami-
nador la haya calificado como incorrecta. En la práctica resulta claro que esto
no comporta grandes cambios, pues, desde hace ya tiempo, los examinadores,
al menos en el caso de los exámenes de derecho, centran su atención no en el
resultado alcanzado por el candidato, sino en el aspecto de si el candidato ha
tratado adecuadamente los problemas planteados y ha desarrollado para ellos
una solución convincente en sí misma. Exactamente esto es lo que pretende el
BVerfG.53
En lo que se refiere a decisiones análogas a las de los exámenes y a las
apreciaciones relativas a funcionarios, vale mutatis mutandi el mismo cri-
terio, a cuyo efecto hay que tener en cuenta que aquí los controles científi-
cos especializados de corrección apenas pueden ser relevantes.
El margen de apreciación en las decisiones de los comités independientes
de composición plural se ha justificado aduciendo el carácter sui generis de
tales decisiones, que descansa precisamente sobre la cooperación de los re-
53 Las decisiones del BverfG relativas al derecho de exámenes han suscitado numero-
sas opiniones doctrinales. Especialmente crítico Ibler, Rechtspflegender Rechtsschutz im
Verwaltungsrecht, 1999, pp. 371 y ss., quien, yendo más allá, también exige y justifica con
detenimiento un control judicial del margen de apreciación. Cfr. además Niehues, NJW
1991, 3001 y ss.; ibidem, Schul- und Prüfungsrecht, 2, 3a. ed., 1994, margs. 399 y ss.; Theu-
ersbacher, BayVBl. 1991, 649 y ss.; Redeker, NVwZ 1992, 305 y ss.; Cebas, NVwZ 1992,
609 y ss.; von Mutis/Sperlich, DÖV 1993, 45 y ss. con ulteriores referencias. La jurispru-
dencia contencioso-administrativa, en el ínterin, se ha adaptado a las decisiones del BVerfG
y ha realizado ulteriores precisiones, especialmente en lo que se refiere a la motivación de
las decisiones sobre exámenes, al procedimiento y al control de los exámenes, cfr. sobre
la motivación: BVerwGE 91, 262; 92, 132; 99, 185; BVerwG DVBl. 1998, p. 971; sobre el
procedimiento: BVerwGE 92, 132; 94, 64; 98, 210; 99, 208; 106, 369; 107, 363; sobre el
control: BVerwGE 96, 126; 98, 324; 104, 203; sobre la rectificación y repetición del exa-
men (BVerwG NJW 2003, p. 1063; BVerwG NVwZ 2002, p. 1375); sobre la prohibición de
empeoramiento en caso de nueva valoración: BVerwG 109, 211 (cfr. también en este tema
Kingreen, DÖV 2003, pp. 1 y ss.) —el contenido de las referidas sentencias se entrecruza
parcialmente. Cfr. además BVerwGE 95, 237 (habilitación)—; BVerwGE 99, 74 (margen de
apreciación específico de los exámenes: “impresión general de los resultados”, con arreglo al
§ 5 d IV DRiG); OVG Münster NVwZ 1995 (valoración de un trabajo escrito). Con relación
a la más temprana jurisprudencia del BVerwG: BVerwGE 8, 272; 12, 359; 38, 105, 110 y ss.,
70, 143; DÖV 1980, p. 380.
Si bien las decisiones del BVerfG conciernen a exámenes profesionales que, por consi-
guiente deben ser considerados a la luz del artículo 12 I GG, las mismas deberían resultar en
lo esencial válidas para todo tipo de exámenes.
4. Imbricaciones y soluciones
apreciación, cfr. BVerfGE 83, 130, 148. Todavía cabe esperar un ulterior desarrollo. Sobre la
problemática de la competencia técnica, cfr. Lutz, NJW 1988, p. 3195.
55
e) Los tribunales de otros órdenes jurisdiccionales sostienen idéntica concepción, aun-
que allí la cuestión del margen tiene menor actualidad, cfr. en la jurisdicción civil BGHZ
72, 211, 215 (protección de monumento histórico); BGHZ, 145, 59, 109 (confianza en la
independencia e imparcialidad del notario); en el orden social, cfr. la jurisprudencia del
BSozG favorable al margen de apreciación: BSozGE 43, 153, 158 y ss.; 47, 3, 6; cfr. también
Meyer-Ladwig, Sozialgerichtsgesetz, Kommentar, 7a. ed., 2002, § 54 marg. 27c. En lo que
atañe al BFinH, cfr. BFinHE, 81, 572; 122, 28, 29 y ss.
56 Así, por ejemplo, en BVerwGE 46, 175, 176 y ss., se afirma brevemente: “La existen-
cia de una necesidad de servicio para un traslado es, en tanto que concepto jurídico indeter-
minado, plenamente susceptible de control por los tribunales, pero la subsiguiente decisión
discrecional sólo puede puede ser controlada desde el punto de vista de los vicios que afec-
tan el ejercicio de las potestades discrecionales”.
Existe también un tipo de disposición combinada cuando el órgano administrativo debe
respetar conceptos jurídicos indeterminados en el ejercicio de su discrecionalidad obligado
a respetar conceptos jurídicos indeterminados en el ejercicio de su discrecionalidad. Ejem-
plo: El órgano competente dispone de discrecionalidad para la selección y nombramiento
de candidatos a la función pública, pero aquél debe orientarse por la aptitud, la capacidad y
el rendimiento especializado del aspirante (artículo 33 II GG) —conceptos jurídicos inde-
terminados que confieren al órgano administrativo un margen de apreciación susceptible de
control limitado—; cfr. BVerwG, DVBl. 1982, p. 198.
57 Esto vale, según BVerwGE 18, 247, 250, para el § 35 II BBauG (ahora § 35 II BauGB),
que reza: “Los restantes proyectos (es decir, los proyectos de construcción en suelo no urba-
nizable) pueden ser autorizados en casos concretos, si su ejecución no comporta un perjuicio
al interés público”. Cuando se constate —declara el BverwG— que ningún interés público
se opone a los proyectos de construcción (supuesto de hecho), no es entonces concebible
que existan ulteriores consideraciones a tener en cuenta en el ejercicio de la discrecionali-
dad que, pese a todo, todavía pudieran justificar una denegación de la autorización (en esta
interpretación, no obstante, también juega un papel determinante el artículo 14 I GG relativo
a la garantía del derecho de propiedad). Cfr. adicionalmente BVerwGE 15, 207, 211 [sobre
la noción de “razón importante”, prevista en el § 3 de la Ley sobre Cambios de Nombre
(Namenänderungsgesetz)].
D. Toma de postura
60
En este sentido, principalmente, Rupp, Grundfragen der heutigen Verwaltungsrechts-
lehre, pp. 177 y ss.; NJW 1969, pp. 1273 y ss.; adicionalmente, entre otros, Lohmann, Die
Zweckmässigkeit der Ermessensausübung als verwaltungsrechtliches Rechtsprinzip, 1972,
especialmente, pp. 41 y ss.; Soell, Das Ermessen der Eingriffsverwaltung, 1973, pp. 116 y
ss.; 368 y ss. En sentido contrario, sobre todo, Ossenbühl, DÖV 1968, p. 618 y ss.; DÖV
1970, p. 84 y ss.
61
Si la garantía de la tutela judicial (ya) no se adecua a los tiempos o a las circunstancias,
entonces es asunto del constituyente legitimado democráticamente restringirla. Es inadmisi-
ble anticipársele mediante una interpretación restrictiva. Por lo demás, debe llevarse cuidado
con las limitaciones precipitadas del artículo 19 IV GG. La tutela judicial es una conquista
del Estado de derecho que ya se postulaba en el siglo XVIII, que se ganó luchando de manera
esforzada y gradual a lo largo del siglo XIX y, que, finalmente —tras la terrible regresión del
régimen nacionalsocialista— se logró plenamente con el artículo 19 IV GG. Esta evolución
no debería invertirse a la ligera, ni siquiera parcialmente. Cfr. sobre el tema, acertadamente,
Bachof, Festschrift für Dürig, 1990, pp. 319 y 339 y ss.).
Festschrift für Dürig, pp. 319 y ss., con ulteriores referencias). Debe notarse,
además, que el control efectuado por la Jurisdicción contencioso-administra-
tiva se limita a cuestiones de derecho y que sólo cabe en la medida en que se
trate de la vulneración de derechos subjetivos del ciudadano. De ningún modo
puede decirse, pues, que la administración quede cubierta por una red de con-
troles jurisdiccionales contencioso-administrativos. Es claro que la solución de
las cuestiones jurídicas exige una y otra vez el esclarecimiento de cuestiones
fácticas. La administración tendrá aquí la primera palabra, puesto que ella po-
see, o cuando menos puede procurarse fácilmente, los conocimientos técnicos
específicos de su correspondiente ámbito de actuación. Pero de ello no deben
extraerse conclusiones prematuras contrarias al control judicial. Los tribunales
tienen únicamente que reconstruir las apreciaciones de hecho de los órganos
administrativos. Si subsisten dudas, éstas pueden ser despejadas mediante el
recurso a los peritos. Esto ocurre, por lo demás, también en el ámbito de la
actuación administrativa en una medida nada despreciable. Así, por ejemplo,
cuando un Landrat, firma una controvertida autorización industrial y asume
con ello la responsabilidad de la misma, se apoyará para decidir, en lo relativo a
cuestiones técnicas, en el juicio de sus servicios técnicos o, incluso, de expertos
ajenos a la administración.
g) En resumen, cabe afirmar que los conceptos jurídicos indeterminados,
en principio, pueden y deben ser completamente revisados por los tribuna-
les. Las excepciones sólo admisibles allí donde, por razón de la especial
situación en la que se adopta la decisión o de la singular materia, la revisión
judicial no es posible o no lo es en toda su extensión. Las excepciones de-
sarrolladas por la jurisprudencia resultan, en estas condiciones, defendibles.
Una mera habilitación legislativa dirigida a las autoridades administrativas
para efectuar una apreciación con carácter definitivo no resulta suficiente,
puesto que el artículo 19 IV GG no contempla la posibilidad de limitar la
tutela judicial mediante ley. Una habilitación de este tipo sólo resulta cons-
titucional, y como tal susceptible de ser tomada en cuenta, cuando obe-
dezca a un supuesto de hecho excepcional y lo regule. Además, sólo cabe
considerar un margen de apreciación —o una habilitación para efectuar una
apreciación, visto desde la perspectiva de la teoría normativa de la habilita-
ción— cuando se aplican conceptos jurídicos indeterminados al caso con-
creto (subsunción). La extensión del margen a la interpretación abstracta de
los conceptos jurídicos indeterminados debe ser, por el contrario, rechaza-
da; la misma conduciría a la descomposición del derecho y a la inseguri-
62 Ejemplo: La cuestión relativa a cómo hay que interpretar, con carácter general, el
concepto jurídico indeterminado “honorabilidad”, en el sentido del § 4 I núm. 1 GastG (Ley
de Establecimientos de Restauración), debe ser aclarada por la jurisprudencia. A la adminis-
tración, por lo tanto, sólo se le puede otorgar, eventualmente, un margen de apreciación para
decidir si en el caso concreto el solicitante posee o no la honorabilidad requerida por aquella
disposición legal.
63 Cfr. Sobre la libertad de configuración planificadora y sus límites susceptibles de con-
trol judicial, en relación con el planeamiento urbanístico: BVerwGE 34, 301; 45, 309; 90,
329; en relación con la planificación sectorial: BVerwGE 48, 56; 52, 237; 71, 166; 72, 282;
84, 123; 98, 339; 100, 370; 104, 144 (carreteras federales); BVerwGE 55, 220; 72, 15; 85,
155 (planificación hidrológica: lago dragado); BVerwGE 56, 110; 75, 214; 87, 332 (planifi-
1991, pp. 409 y ss.; Frowein (ed.), Die Kontrolldichte bei der gerichtlichen Überprüfung
von Handlungen der Verwaltung, 1993 (estudio de derecho comparado); Ossenbühl, Ge-
danken zur Kontrolldichte in der verwaltungsgerichtlichen Rechtsprechung, Festschrift für
Redeker, 1993, pp. 55 y ss.; Di Fabio, Risikoentscheidungen im Rechtsstaat, 1994; Sen-
dler, Die neue Rechtsprechung des Bundesverfassungsgerichts zu den Anforderungen an die
verwaltungsgerichtliche Kontrolle, DVBl, 1994, pp. 1089 y ss.; Brohm, Ermessen und Beur-
teilungsspielraum im Grundrechtsbereich, JZ, 1995, pp. 369 y ss.; Di Fabio, Die Ermes-
sensreduzierung, VerwArch, 86, 1995, pp. 214 y ss.; Hain/Schlette/Schmitz, Ermessen und
Ermessensreduktion —ein Problem im Schnittpunkt von Verfassungs— und Verwaltungs-
recht, AöR 122, 1997, pp. 32 y ss.; Sieckmann, Beurteilungsspielräume und richterliche
Kontrollkompetenz, DVBl, 1997, pp. 101 y ss.; Schmidt-Aßmann, Die Kontrolldichte der
Verwaltungsgerichte: Verfassungsrechtliche Vorgaben und Perspektiven, DVBl, 1997, pp.
281 y ss.; Brinktrine, Verwaltungsermessen in Deutschland und England, 1998; Smeddinek,
Der unbestimmte Rechtsbegriff–strikte Bindung oder Tatbestandsermessen, DÖV, 1998, pp.
370 y ss.; Ibler, Rechtspflegender Rechtsschutz im Verwaltungsrecht. Zur Kontrolldichte bei
wertenden Behördenentscheidungen, 1999; Pache, Tatbestandliche Abwägung und Beur-
teilungsspielraum, 2001; Berg, Die Verwaltung und ihre Richter–Bindungswirkungen von
Verwaltungsentscheidungen im Prozeß, Festschrift für Maurer, 2001, pp. 529 y ss.; Bullin-
ger, Flexibilität moderner Verwaltung und Gerichtsschutz des Bürgers, ibidem, pp. 565 y
ss.; Ramsauer, Rechtsschutz durch nachvollziehende Kontrolle, BVerwG-Festschrift, 2003,
pp. 699 y ss.; Rode, § 40 VwVfG und die deutsche Ermessenslehre, 2003; J. Hoffmann,
Neues zum Beurteilungsspielraum im KJHG-SGB VIII, ZfJ, 2003, pp. 41 y ss.; Schmieder,
Risikoentscheidungen im Gentechnikrecht, 2004.
Jurisprudencia sobre el § 7. Sobre la discrecionalidad: BVerwGE 31, 212 (vinculación
de la discrecionalidad); BVerwGE 42, 133 (apreciación de carácter discrecional relativa a la
expulsión de un extranjero); BVerwGE 39, p. 235 (derecho a obtener una decisión discrecio-
nal no viciada relativa al acceso a un servicio o establecimiento público); BVerwGE 56, 254
(licitud constitucional de los conceptos jurídicos indeterminados y de la discrecionalidad;
interpretación; consideraciones discrecionales); BVerwGE 62, 86 (admisión en el plan de ne-
cesidades hospitalarias: discrecionalidad para actuar, margen de apreciación y discrecionali-
dad de planificación); BVerwGE 64, 186 (reducción del deber general de urbanización de los
municipios al deber de adoptar determinadas medidas de urbanización); BVerwGE 71, 228
(discrecionalidad en derecho de extranjería, reunificación familiar con la segunda esposa);
BVerwGE 72, 1 (discrecionalidad “uniforme“ e “intencionada“); BVerwGE 75, 86 (naturali-
zación: ponderación discrecional, exigencia de tomar en cuenta el interés general, fidelidad
a la Constitución); BVerwGE 81, 185 (margen de apreciación en el derecho nuclear); BVerw-
GE 95, 15 (consideraciones discrecionales en el caso de reconocimiento previsto en el § 8a
IV, num. 7, StVZO); BVerwGE 102, 282 (dicrecionalidad en la elección conforme al § 4 I
2, UIG); BVerwGE 104, 154 (ponderacion de la discrecionalidad para el otorgamiento de
una autorización de excepción); BVerwGE 108, 1, 17 y ss. (¿discrecionalidad en el caso de
acciones de restitución?); BVerwGE 116, 332 (discrecionalidad en caso de reclamación de
intereses de acuerdo con el § 49a IV VwVfG).
Sobre el concepto jurídico indeterminado y el margen de apreciación, cfr. las referencias
en los margs. 35 y 36; sobre la denominada discrecionalidad de planificación, las referencias
en marg. 63.
64*** El § 8 ha sido traducido por Marc Tarrés Vives, profesor lector de derecho adminis-
trativo de la Universitat Oberta de Catalunya.
65 Sin duda, existen derechos subjetivos no solamente en la relación ciudadano-Estado,
sino también en la relación Estado-ciudadano, así como en la relación entre personas jurídi-
cas de derecho público. El Estado tiene, por ejemplo, el “derecho” de imponer al ciudadano,
bajo determinados requisitos legalmente previstos, limitaciones urbanísticas, obligaciones
tributarias, etcétera; cfr. Bauer, DVBl, 1986, pp. 208 y ss. En estas páginas vamos a centrar-
nos exclusivamente en la dirección ciudadano-Estado.
66 Ejemplo extraído del derecho privado: El § 433 BGB (norma relativa al contrato de
compraventa) es una disposición jurídica de carácter objetivo; obliga al vendedor a la en-
68
El artículo 19 IV GG se concreta y realiza a través de la VwGO. Una acción dirigida
contra un comportamiento (pretensión) contrario a derecho de la administración es, según
el § 42 II VwGO, admisible únicamente si el demandante puede invocar que se ha visto
lesionado en sus derechos, esto es, que la vulneración de sus derechos aparenta ser, cuando
menos, posible (BVerwGE 95, 333, 335); dicha acción estará fundada, según § 113 VwGO,
únicamente si los derechos del demandante han sido efectivamente vulnerados. Si bien los
§§ 42, 113 VwGO sólo son aplicables de forma inmediata para las pretensiones de impug-
nación y obligacional en relación con actos administrativos, lo cierto es que también deben
considerarse correlativamente aplicables para las pretensiones generales de condena. El § 42
II VwGO excluye, según la doctrina mayoritaria, la denominada acción popular; al mismo
tiempo, sin embargo, este precepto deja claro que una acción no puede fundarse tan sólo en
la mera afectación de intereses económicos, políticos, éticos o similares, sino que debe tra-
tarse de una afectación de intereses que estén jurídicamente protegidos y, con ello, elevados
a la condición de derechos subjetivos. Lo mismo vale para el resto de jurisdicciones (FGO,
SGG, etcétera). Obviamente, el legislador puede ampliar la capacidad para interponer una
pretensión más allá de la propia afectación jurídica (§ 42 II VwGO), así lo hace, de hecho,
en numerosas ocasiones (por ejemplo, en el caso de asociaciones para la protección de la
naturaleza, reconocidas según § 61 BNatSchG, y para las cámaras de comercio del § 8 IV
HandwO).
destacó tempranamente como criterio que el círculo de los potenciales interesados debe ser
suficientemente determinado y delimitable, cfr. BVerwGE 27, 29, 33; 52, 122, 129). En el
caso concreto se trata, sobre todo, de si la norma sirve al equilibrio de los distintos intereses
de los propietarios de fincas y del promotor urbanístico de una determinada zona, y de si
los mismos se unen en un destino común, con la consecuencia de que si bien el promotor
debe tolerar restricciones en interés de los vecinos, también puede esperar a cambio que los
vecinos observen esas limitaciones.
El BVerwG se ha pronunciado en un gran número de decisiones sobre la protección de
los vecinos en el derecho de la planificación urbanística —incluyendo el carácter protector
de los planes de urbanismo (cfr. BVerwGE 94, 151, 154 y sigs.)—, mientras que sobre
la protección de los vecinos en el derecho de la edificación, dictado por los Länder, son
los Tribunales Superiores de lo Contencioso-Administrativo los que deciden en última
instancia (cfr. § 137 I VwGO). El BVerwG sostuvo en un primer momento la postura de
que el § 34 I BBauG/BauGB, que regula la admisibilidad de proyectos urbanísticos en
la zona interior no planificada, y el § 35 II BBauG/BauGB, que regula la admisibilidad
de proyectos urbanísticos en la zona exterior, no poseían una función protectora vecinal
(así BVerwGE 32 173, en relación con el § 34; y BVerwGE 28, 268, en relación con el
§ 35 II). Pronto se apreció, sin embargo, que una exclusión general de la protección de
los vecinos en estas zonas era difícilmente sostenible. El tribunal aceptó, por ello, que la
pretensión vecinal podía apoyarse directamente, de manera excepcional, sobre el artículo
14 I GG, en especial cuando la licencia urbanística o su aprovechamiento modificasen
persistentemente la situación previa de la finca y, de esta manera, afectasen a los vecinos
de manera grave e insoportable (BVerfGE 32, 173, 178 y ss.; correlativamente, a favor de
una pretensión apoyada en el artículo 2 II GG, en caso de perjuicios para la vida y la salud
derivados del aprovechamiento de una finca: BVerwGE 52, 211, 222 y ss.). Esto parecía
también consecuente. Puesto que, bajo estos presupuestos (de acuerdo con los antiguos
criterios de delimitación) el límite de la vinculación social de la propiedad había sido
rebasado, el vecino debía poder defenderse —recurriendo subsidiariamente al artículo
14 I GG— contra una licencia urbanística tal. Posteriormente, el BVerwG desarrolló, sin
embargo, el principio de consideración, que obliga jurídico-objetivamente al promotor a
tener en consideración el entorno, en especial las fincas vecinas, y que excepcionalmente
adquiere un carácter jurídico-subjetivo protector de los vecinos “cuando hay que conside-
rar de manera específica al tiempo que individualizada intereses dignos de protección de
un circulo de terceros reconociblemente delimitado” (BVerwG DVBl, 1981, 928: edificio
de gran altura al lado de una pequeña vivienda en la zona interior no planificada; BVerwG
NVwZ 1989, 666: ruido procedente de un mercado de bebidas en la zona interior no
planificada; BVerwGE 52, 122: pocilga en la zona exterior; BVerwG DVBl, 2005, 702:
instalación de energía eólica al lado de una zona de vuelo sin motor). Si bien el anclaje de
este principio era inicialmente dudoso, el BVerwG explicó después que el mismo resultaba
de las regulaciones de rango meramente legal contenidas en el Código Urbanístico, y lo
dedujo del elemento del supuesto de hecho normativo “adaptarse“ en el sentido del § 34 I
BauGB, así como del elemento del supuesto de hecho normativo “intereses públicos” en
el sentido del § 35 II BauGB. El “mandato de consideración”, que más tarde se extendió
a otros ámbitos, por ejemplo a la zona interior planificada en el sentido del § 30 BBauG/
BauGB (cfr. BVerwGE 67, 334, sobre el § 15 I BauNVO), y que fue recogido, asimismo,
por los Tribunales Superiores de lo Contencioso-Administrativo para el derecho de la
Edificación, se ha desarrollado hasta convertirse en una clausula general jurisprudencial
que, ciertamente, permite soluciones adecuadas al caso concreto, pero que también abre
a la casuística las puertas de par en par, y conduce a resultados apenas previsibles. Dado
que el mandato de consideración cubre todos los ámbitos relevantes para el derecho de las
relaciones de vecindad, no hace falta el recurso inmediato al art. 14 I GG, máxime cuando
aquél plantea exigencias menos elevadas que éste. El BVerwG defiende ahora —apelando
a la competencia de regulación del legislador con arreglo al artículo 14 I 2 GG— la postura
según la cual la protección de los vecinos existiría “en principio sólo en la medida en la
que el legislador la haya normado” (BVerwGE 101, 364, 373; igualmente BVerwGE 107,
215, 219; cfr. además ya BVerwGE 89, 69, 78; BVerwG NVwZ 1996, 888). Si todavía
existieran déficits, cabría interpretar conforme con la Constitución, a la vista del art. 14 I
GG, las disposiciones urbanísticas pertinentes, en beneficio de la protección de los veci-
nos (BVerwGE 101, 364, 372). El artículo 14 I GG queda, por así decirlo, “en la reserva”,
para el caso de que fallen el mandato de consideración y la interpretación conforme con la
Constitución (cfr. al respecto infra, marg. 12).
Aquí no podemos adentrarnos en los pormenores del tema. Para más detalles al respecto,
cfr. los manuales sobre derecho urbanístico, así como Wahl, Abschied von den “Ansprüchen
aus art. 14 GG”, Festschrift für Redeker, 1993, pp. 245 y ss., en especial pp. 364 y ss.; Battis,
Baurechtlicher Nachbarschutz in Gebieten nach § 34 BauGB gemäβ art. 14 GG un dem Gebot
der Rücksichtnahme, Festschrift für Weyreuther, 1993, pp. 305 y ss.; Schmidt-Preuβ, DVBl,
1994, pp. 288 y ss. (comentario a BVerwGE 94, 151); Kraft, Entwicklungslinien im baurech-
tlichen Nachbarschutz, VerwArch. 89, 1998, pp. 264 y ss.; Jäde, Das Bauplanungsrechtli-
che Rücksichtnahmegebot–Grundlagen und aktuelle Entwicklungen, JuS, 2000, pp. 132 y ss.;
Durr, Die Entwicklung des öffentlichen Baunachbarrechts, DÖV, 2001, pp. 625 y ss.
peligro se logra evitar si, por el contrario, se tienen en cuenta los derechos
fundamentales, entre los cuales se incluye el artículo 19 IV GG y que cons-
tituyen la base de los derechos subjetivos.
a) Los derechos fundamentales constituyen indiscutiblemente derechos
de defensa frente a actuaciones estatales, y no sólo frente a injerencias in-
tencionadas sino, en su caso, también contra aquellas lesiones incidentales
de la libertad o la propiedad causadas a través de actuaciones estatales.
Siempre que no entren en juego derechos fundamentales especiales, se re-
currirá al artículo 2 I GG el cual, en tanto que derecho de libertad general
según la amplia interpretación que de él ha hecho el BVerfG, otorga el de-
recho al individuo a que no se le impongan cargas o perjuicios que no se
hallen cubiertos constitucionalmente (BVerfGE 9, 83, 88; 19, 206, 215; 29,
402, 408; 97, 332, 340 y ss.; BVerwGE 30, 191, 198). No obstante, el legis-
lador puede decidir si y en qué medida quiere otorgar derechos subjetivos,
aunque debe en todo caso respetar los derechos fundamentales. Desde el
punto de vista de la primacía en la aplicación de la ley (cfr. supra, § 4 marg.
50) es correcto examinar, respecto de las normas jurídicas aplicables, en
primer lugar, si estas deben servir a los intereses individuales y, con ello,
si fundamentan derechos subjetivos. Si la respuesta es negativa, tienen que
invocarse los derechos fundamentales. Si estos, para el caso concreto, con-
ceden derechos de defensa, entonces y según cual sea la situación jurídica,
debe optarse por una de las siguientes posibilidades: interpretar como cons-
titucional la (aún dudosa) norma jurídica, considerarla inconstitucional por
no servir a la función de protección individual, o recurrir directamente al
derecho fundamental en juego en aquellos casos en los que la regulación
legal muestre lagunas.
Tanto en la doctrina como en la jurisprudencia se tiende a conceder una
consideración cada vez mayor a la perspectiva constitucional.70
70 Esto vale sobre todo para los casos problemáticos de protección de terceros (protec-
ción del vecino en materia urbanística, protección de los concurrentes en el derecho eco-
nómico y en el derecho de la función pública). En este sentido, el BVerwG había afirmado
subsidiariamente una pretensión vecinal urbanística sobre la base del artículo 14 GG o,
incluso, directamente al amparo del artículo 2 II GG (cfr. supra, marg. 9). Dicha acción
carece hoy en día de virtualidad, pues las normas urbanísticas y el mandato de consideración
que éstas contienen cubren la totalidad de dicho ámbito. Si, no obstante, resultaran lagunas
o la interpretación conforme a la Constitución tampoco prosperara, entonces cabría volver a
tenerla en consideración. Así, no es sostenible, al menos con carácter general, la posición de
Wahl (Festschrift für Redecker, pp. 264 y ss.), según la cual las leyes en materia urbanística
mediatizan el artículo 14 GG, por lo que no puede deducirse ninguna pretensión directamen-
te del artículo 14 I GG. Sin duda es cierto que el legislador tiene que configurar con detalle
2. La relación jurídico-administrativa
A. Concepto
Cfr.
73 en este tema Wahl, en Schoch et al., VwGO, § 42 apdo. 2 margs. 121 y ss., es-
pecialmente marg. 128; Würtenberger, VerwProzR margs. 71 y ss.; además, con carácter
general sobre la problemática (no del todo resuelta) de los derechos subjetivos en el dere-
cho comunitario, Burgi, Verwaltungsprozess und Europarecht, pp. 51 ss.; v. Danwitz, Zur
Grundlegung einer Theorie des subjektiv-öffentlichen Gemeinschaftsrechts, DÖV, 1996, pp.
481 y ss.; Classen, Der einzelne als Instrument zur Durchsetzung des Gemeinschaftsrechts?
Zum Problem der subjektiv-öffentlichen Rechte kraft Gemeinschaftsrecht, VerwArch, 88,
1997, pp. 645 y ss.; Ruffert, Dogmatik und Praxis des subjektiv-öffentlichen Rechts unter
dem Einfluss des Gemeinschaftsrechts, DVBl, 1998, pp. 69 y ss.; Kokott, Europäisierung
des Verwaltungsprozessrechts, DV 31, 1998, pp. 335, 348 y ss.; Ehlers, Die Europäisierung
des Verwaltungsprozessrechts, 1999, pp. 45 y ss.; Schoch, Individualrechtsschutz im deut-
schen Umweltrecht unter dem Einfluss des Gemeinschaftsrechts, NVwZ, 1999, pp. 457 y ss.;
ibidem, Die Europäisierung des Verwaltungsprozessrechts, BVerwG-Festschrift, 2003, pp.
507, 516 y ss.
B. Significación práctica
76 Ejemplo: En la fijación del trazado de una autopista federal, unos son partidarios del
trazado norte, otros del sur, unos terceros defienden que no se construya la autopista y los
cuartos abogan en todo caso por la construcción siempre que no atraviese su población.
También puede hablarse de una relación jurídica tripolar si, con motivo del procedimiento
para otorgar una licencia urbanística o una autorización ambiental integrada, un vecino entra
en juego en calidad de tercero.
77 Cfr. Bachof, VVDStRL vol. 30, 1972, pp. 231 y ss.; Schmitt Glaeser, en: Lerche/Sch-
mitt Glaeser/Schmidt-Aßmann, Verfahren als staats-und verwaltungsrechtliche Kategorie,
1984, pp. 84 y ss. (donde se designa a la relación jurídico-administrativa incluso como una
forma de actuación administrativa); Häberle, BayVBl, 1977, p. 748; idem, Die Verfassung
des Pluralismos, 1980, pp. 248 y ss.; Achterberg, VerwR § 20 margs. 32 y ss.; J. Martens,
Die Praxis des Verwaltungsverfahrens, especialmente margs. 29 y ss.; Ipsen, VerwR marg.
163. Por el contrario, posturas escépticas e incluso negativas en Mayer/Kopp, VerwR, p.
330; Löwer, NVwZ, 1986, p. 794; Schmidt-Aßmann, DVBl, 1989, pp. 539 y ss.; idem, Ve-
rwR, pp. 255 y ss.; Meyer, VVDStRL vol. 45, 1987, p. 272; Pietzcker, DV 30, 1997, pp. 281
y ss.; Detterbeck, VerwR marg. 415; de forma más restrictiva también en Bachof, VVDStRL
vol. 45, 1987, p. 279, y Häberle, ibidem, p. 253. Cfr. finalmente Bauer, DV vol. 25, 1993,
pp. 315 y ss., quien con razón se vuelve contra un falso posicionamiento estricto y aboga
por no liquidar, sino más bien completar, la teoría de las formas de la actuación adminis-
trativa mediante la relación jurídico-administrativa. Recientemente también se ha intentado
aprehender jurídicamente los problemas especiales de la actividad administrativa informal
recurriendo a la noción de relación jurídica, cfr. al respecto, por ejemplo, Bauer, VerwArch.
vol. 78, 1987, p. 241; pp. 259 y ss.; Schulte, DVBL, 1988, pp. 512 y 513 y ss.).
78 Así, por ejemplo, la relación prestacional de la seguridad social (§§ 30 y ss. SGB I),
la relación tributaria (§§ 37 y ss. AO), la relación funcionarial (§§4 y ss. BBG, §§ 2 y ss.
BRRG), la relación subvencional (cfr. al respecto Zacher, VVStRL vol. 25, 1967, pp. 325 y
ss.), la relación de uso de los establecimientos y servicios públicos (cfr. en este tema Erich-
sen, en: Erichsen/Ehlers, VerwR, § 29 margs. 32 y ss.) y la relación derivada del ejercicio de
funciones de inspección (cfr. en este tema Gröschner, Das Überwachungsverhältnis, 1992).
A. Definición y origen
79 Cfr. en este tema Otto Mayer, VerwR I, pp. 101 y ss. (Derecho administrativo alemán
I, pp. 144-145 nota del traductor); W. Jellinek, VerwR, p. 122 con ulteriores referencias, p.
341, donde tras destacar que “las relaciones de especial sujeción” reemplazan el fundamento
legal que normalmente sería necesario, afirma de manera plástica: “El maestro puede repri-
mir y encerrar expeditivamente al alumno negligente”.
tutela judicial existe, cuando menos para las medidas fundamentales adop-
tadas en el seno de la relación (cfr. al respecto, sobre todo, Ule, VVDStRL,
vol. 15, 1957, pp. 133 y ss.).
No es necesario realizar aquí una exposición detallada sobre la evolución
del tema y las aceradas críticas que el mismo suscita.80
La ruptura decisiva se produjo finalmente a través de ya la citada an-
teriormente sentencia del BVerfG del 14 de marzo de 1972 (BVerfGE vol.
33, p. 1 —ejecución de las penas— cfr. supra, § 6 marg. 18), en la cual —
sin efectuar un análisis de las concepciones tradicionales— se afirma que
los derechos fundamentales se aplican igualmente en materia de ejecu-
ción de penas y que no pueden ser limitados en su ejercicio más que bajo
las condiciones de general aplicación. En la jurisprudencia y en la doc-
trina predominante se impuso rápidamente a partir de entonces la única
postura correcta, según la cual los derechos fundamentales, la reserva de
ley y la tutela judicial (artículo 19 IV GG) también valen en las relaciones
Estado-ciudadano designadas tradicionalmente como relaciones de suje-
ción especial. La relación especial de sujeción ha perdido su función y ha
sido liquidada. Cfr. sobre ello supra, § 6 margs. 17 y ss.81
Es indiscutible, con todo, que estas relaciones ofrecen efectivamente
ciertos rasgos propios y que, en consecuencia, precisan de regulaciones
especiales adecuadas a los mismos. Pero, como ocurre en cualesquiera
otros casos, éstas deben ser perfectamente conformes con las exigencias
del Estado de derecho, en particular, deben dictarse mediante ley o sobre la
base de una ley y ser enteramente acordes con los derechos fundamentales.
Tampoco la “relación de sujeción general” constituye una extensa relación
jurídica, sino tan sólo una designación genérica que tiene por objeto las
más diversas relaciones jurídicas de orden particular (cfr. supra, margs. 18
y ss.). Bien mirado, en realidad sólo existen relaciones jurídicas particula-
res, cuyos rasgos aparecen más o menos definidos. Resulta, por lo tanto,
indicado —a fin de evitar equívocos— renunciar totalmente a la expre-
Cfr.
80 sobre ello, por ejemplo, en lo que atañe al ámbito escolar, las exposiciones de
Evers y de Fuss, con el consiguiente debate, en el ámbito de la reunión de profesores de dere-
cho público del año 1964, VVDStRL, vol. 23, pp. 147 y ss.
81 Sorprendentemente, la misma parece tener más vida de lo que pudiera suponerse tras
la referida decisión del BVerfG. Precisamente en los últimos años, una larga lista de autores
han adoptado una posición favorable a la relación de sujeción especial —si bien con un
alcance limitado, viendo en ella sólo una categoría jurídico-administrativa o la base para
justificar especiales facultades de imponer limitaciones—, cfr. las referencias indicadas en
N. Klein, DVBl, 1987, pp. 1102 y 1103 y ss.).
Abhängigkeit des subjektiven öffentlichen Rechts, DVBI, 1996, pp. 641 y ss.; Masing, Die
Mobilisierung des Bürgers für die Durchsetzung des Rechts, 1997; R. Schmidt, Die Stellung
des Konkurrenten im Vermaltungsprozeß, JuS, 1999, pp. 1107 y ss.; Dürr, Die Entwicklung
des öffentlichen Baunachbarrechts, DÖV, 2001, pp. 625 y ss.; Wernsmann, Klagearten und
Klagebefugnis im Konkurrentenrechtsstreit, DV 36, 2003, pp. 67 y ss.; Rupp, Unsicherheiten
zum Thema des subjektiven öffentlichen Rechts, Festschrift für Badura, 2004, pp. 995 y ss.;
Schmidt-Preubß, Kollidierende Privatinteressen im Verwaltungsrecht. Das subjektive öffentli-
che Recht im multipolaren Verwaltungsrechtsverhältnis, 2a. ed., 2005; Wernsmann, Die bea-
mtenrechtliche Konkurrentenklage, DVBI, 2005, pp. 276 y ss.
Sobre el § 8 II: Achterberg, Rechtsverhältnisse als Strukturelemente der Rechtsordnung,
Rechtstheorie, vol. 9, 1978, pp. 385 y ss.; idem, Die Rechtsordnung als Rechtsverhältni-
sordnung, 1982; Häberle, “Das Verwaltungsrechtsverhältnis-eine Problemskizze”, en idem,
Die Verfassung des Pluralismus, 1980, pp. 248 y ss.;Fleiner-Ferster/Ohlinger/Krause, Re-
chtsverhältnisse in der Leistungsverwaltung, VVDStRL 45, 1987, pp. 152 y ss. (ponencia y
debate) con anotaciones de Ehlers, DVBI, 1986, pp. 912 y ss.; Hill, NJW, 1986, pp. 2602 y
ss.; Löwer, NVwZ, 1986, pp. 793 y ss.; Schnapp, DÖV, 1986, pp. 811 y ss.; Gröschner, Das
Überwachungsverhältnis, 1992; Pietzcker, Das Verwaltungsrechtsverhältnis-archimedis-
cher Punkt oder Münchhausens Zopf?, DV 30, 1997, pp. 281 y ss.; Gröschner, Vom Nutzen
des Verwaltungsrechtsverhältnisses, DV 30, 1997, pp. 301 y ss.; von Danwitz, Zu Funktion
und Bedeutung der Rechtsverhältnislehre, DV 30, 1997, pp. 339 y ss.; Peters, Nebenpflichten
im Verwaltungsrechtsverhältnis?, DV 35, 2002, pp. 177 y ss.; Waldhoff, Vertrauensschutz im
Steuerrechtsverhältnis, DStJG, vol. 27, 2004, pp. 129 y ss.
Sobre el § 8 III: Krüger und Ule, Das besondere Gewaltverhältnis, Referate mit Dis-
kussion, VVDStRL 15, 1957, pp. 109 y ss.; Evers, Das besondere Gewaltverhältnis, 1972;
Fuß, Personale Kontaktverhältnisse zwischen Verwaltung und Bürger, DÖV, 1972, pp. 765
y ss.; Erichsen, Besonderes Gewaltverhältnis und Sonderverordnung, Festschrift für Hans
J. Wolff, 1973, pp. 219 y ss.; Ronellenfitsch, Das besondere Gewaltverhältnis-ein zu früh
totgesagtes Rechtsinstitut, DÖV, 1981, pp. 933 y ss.; idem, Das besondere Gewaltverhältnis
im Verwaltungsrecht, DÖV, 1984, pp. 781 y ss.; Loschelder, Vom Besonderen Gewaltver-
hältnis zur öffentlich-rechtlichen Sonderbindung, 1982; Thiele, Abschied vom “besonderen
Gewaltverhältnis”? ZBR, 1983, pp. 345 y ss.; Ule, Rechtsstaat und Verwaltung, VerwArch
76, 1985, pp. 129 y ss.; Merten (coord.), Das besondere Gewaltverhältnis, 1985; Luthe,
Besonderes Gewaltverhältnis und “Sachstrukturen”, DVBI, 1986, pp. 440 y ss.; cfr. Igual-
mente las referencias indicadas supra, en § 6.
Jurisprudencia sobre el § 8 I: BverfG DVBI, 1989, p. 1247 y DVBI, 2002, p. 1633 (preten-
sión formulada por los concurrentes a la provisión de plaza de funcionario, medidas cautela-
res); BverwGE 1, 159 (fundamentos del derecho público subjetivo); BverwGE 11, 95; 37, 112
(derecho a intervención policial); BverwGE 16, 187; 30, 347; 80, 270; OVG Münster NJW
1980, p. 2323 (acción planteada por los competidores en el marco de la autorización de acti-
vidades industriales); BverwGE 30, 191; 60, 154 (acción planteada por los competidores en el
marco del derecho relativo a la obtención de subvenciones); BverwGE 39, 235 (derecho a una
decisión discrecional exenta de vicios); BverwGE 64, 186 (derecho a la ejecución de determi-
nadas medidas urbanizadoras); BverwGE 64, 325, 331 y ss. (¿derecho a la observancia de una
norma de procedimiento?); BverwGE 75, 285 (legitimación de un extranjero residente en un
país vecino para recurrir una autorización en materia de energía atómica); BverwGE 80,127;
115, 89; BverwG DVBI, 2004, p. 317 (pretensión formulada por los concurrentes a la provi-
sión de plaza de funcionario); BverwGE 89, 327 (relación jurídica y acción declarativa según
§ 43 I VwGO); BverwGe 98, 118, 120 y ss. (aplicación de la teoría de la norma de protección);
BverwGE 101, 157 (protección contra el ruido); BverwGE 101, 364, 371 y ss. (regulación
legal de la protección vecinal según artículo 14 I 2 GG); BverwGE 107, 215 (vulneración
legal en el sentido del § 47 II VwGO, el mandato de ponderación como norma de protección);
BverwGE 112, 135 (invocación abusiva de la propiedad formal de una finca para fundamentar
la legitimación). Cfr. Adicionalmente las referencias en el texto, especialmente en el tema de
derechos de vecindad en el ámbito urbanístico).
Sobre el § 8 III: BverfGE 33, 1 (ejecución de pena: control de la correspondencia); cfr.
además las referencias indicadas supra, en § 6.
Capítulo Tercero
La actividad administrativa:
el acto administrativo formas
de actuación de la administración
183
hecho referencia, ya que se manifiesta según el caso en una u otra forma sin
que se le pueda englobar de forma satisfactoria en alguna.
Por último, debe mencionarse en este repaso provisional que la admi-
nistración también actúa bajo formas de derecho privado, de forma que los
actos jurídicos de derecho público mencionados deben completarse con la
referencia a los actos jurídicos de derecho privado de la administración.
De derecho público
De derecho privado
Actos jurídicos
Actuación material, mera
actuación administrativa
En el ámbito de las
relaciones externas
En el ámbito de las
relaciones internas
Generales- Concretos
abstractos
Generales- Concretos
Unilateral Bilaterales
abstractos
1
El § 9, así como la introducción que le precede, han sido traducidos por Javier García
Luengo, profesor titular de derecho administrativo de la Universidad de Oviedo.
2 La mayor parte de los reparos que se han planteado frente al concepto establecido
por la opinión dominante (y con ello frente al contenido en el § 35 VwVfG), se refieren
sólo a cuestiones de detalle o simplemente de formulación (véase, Wolff/Bachof/Stober,
VerwR II § 45, marg. 15). Las diferencias de fondo con el concepto mayoritario se plan-
tean generalmente por la inclusión o el énfasis de determinados efectos jurídicos del acto
administrativo como, por ejemplo, cuando se considera elemento decisivo la firmeza del
acto (Martens, DVBl, 1968, pp. 322 y ss.), o cuando se pone de relieve el carácter del acto
administrativo como acto cognitivo procesal (Renck, BayVBl, 1973, pp. 365 y ss.; también
del mismo autor, Festschrift für Knöpfe, 1996, pp. 291 y ss.). Plantea un abandono del con-
cepto tradicional de acto administrativo Brohm que parte del proceso de decisión y define el
acto administrativo como “la conclusión vinculante para la administración de un proceso de
análisis de la información y formación de la voluntad realizado en el marco del ejercicio de
sus potestades, con independencia de que contenga o no una regulación vinculante para el
ciudadano”. (VVDStRL, 30, 1972, p. 286, también, pp. 320 y 354, críticos con esta posición
en la discusión, entre otros, Quaritsch, p. 318, Vogel, p. 325 y Kopp, p. 348). Por más que
estas nuevas orientaciones sean dignas de consideración, no son admisibles de lege lata.
3 Una determinación del concepto más precisa y expresiva debería reducir el elemento
“de autoridad”, que se predica de la medida en la que el acto administrativo consiste —y que
equivale a “jurídico-pública”— por “jurídico-administrativa”, y subrayar el dictado unilate-
ral del acto administrativo para distinguirlo de los contratos sobre potestades administrativas
(distinción que todavía no se planteaba como necesaria para la doctrina que fijó el concepto
tradicional). Así se definiría el acto administrativo como “la regulación jurídico-administra-
tiva y unilateral de un caso concreto realizada por un órgano administrativo y con efectos
externos”. Puesto que en esta formulación simplemente se clarifican los elementos que ya
contiene el concepto legal, sin que haya diferencias de fondo entre ambos, nos vamos a ceñir
en lo sucesivo a los términos de dicha definición legal.
A. Regulación
4
El concepto de regulación no presupone, frente a lo que sostiene un sector de la doctri-
na, que la misma tenga que ser adoptada de forma unilateral. En este sentido, el contrato, que
se compone de dos declaraciones de voluntad concurrentes, es también una regulación (véa-
se infra, § 14). No obstante, es cierto que el acto administrativo es una regulación unilateral,
lo que queda reflejado en el concepto legal de acto administrativo al incluirse el elemento de
que el acto tiene que ser emitido “por un órgano”.
B. De autoridad
indemnización por daños, con lo que recibirá solamente docientos marcos. Si el funcionario
estima que la compensación es antijurídica ¿qué vía procesal debería emplear? La impugna-
ción de la compensación no sería posible dado que no estamos ante un acto administrativo,
por lo que B debería plantear una pretensión de condena contra la administración por impor-
te de mil marcos basándose en la argumentación de que la compensación era antijurídica e
ineficaz. Sobre la compensación, en general, debe señalarse que la misma es válida y posible
en el ámbito del derecho público, aplicándose los §§ 387 y ss. del Código Civil (BVerwGE
77, 19, 20 y 21). La declaración de la compensación no es un acto administrativo, sino, al
igual que la realizada por un ciudadano, una declaración de voluntad unilateral y recepticia
(BVerwGE 66, 218, 220; Tribunal Financiero Federal (BfinH) NVwZ 1987, 1118; Tribunal
Superior de lo Contencioso-Administrativo de Baviera, (BayVGH) NJW 1997, 3392). En el
proceso contencioso sólo se puede proceder a una compensación derivada de una obligación
ajena al proceso —esto es, una obligación que sólo podría exigirse en el seno de otro proce-
so, como, por ejemplo, la indemnización por responsabilidad administrativa en un proceso
ordinario y no contencioso— cuando la misma haya sido determinada en una decisión con
fuerza de cosa juzgada por el tribunal competente o cuando la existencia de la misma no
sea contestada por las partes, en otro caso el tribunal de lo contencioso debe paralizar el
proceso, según el § 94 de la Ley de la Jurisdicción Contencioso-Administrativa (VwGO),
hasta que se decida sobre la obligación que se pretende contraponer a la sustanciada ante él
(BVerwGE 77, 19, 24 y ss.; BVerwG NJW 1999, 169 recogida también en JuS 1999, 830
con un comentario de Hufen). Esta conclusión no es pacífica, basándose la opinión contraria
en lo dispuesto en el § 17 II 1 de la Ley Orgánica de los Tribunales (GVG) según el cual el
Tribunal de la Jurisdicción competente tiene que resolver la litis teniendo en cuenta todas las
circunstancias jurídicas relevantes del caso; sin embargo, el citado § 17 II 1 GVG presupone
la unidad del objeto del proceso algo que no se da en el supuesto que aquí se examina, ya que
se trata, en este caso, de dos obligaciones que como tales no se encuentran en ninguna rela-
ción objetiva entre sí. En tal sentido, el Tribunal Federal de lo Contencioso-Administrativo
BVerwG NJW 1999, 160; Würtemberg, VerwProzR, margs. 158 y ss.; en contra, Schenke,
VerwProzR, marg. 165. Véase, sobre la compensación en general, Ehlers, Die Aufrechnung
im öffentlichen Recht, JuS 1990, pp. 777 y ss.; Detterbeck, Grundfragen der Aufrechnung
im Verwaltungsprozess, DÖV 1996, pp. 889 y ss.
9
Cuando se aplica la teoría de los dos niveles (Zweistufentheorie) al otorgamiento de
subvenciones o la autorización de un establecimiento público, la decisión que corresponde
al primer nivel sobre el otorgamiento o la autorización (la decisión sobre el si) tiene carácter
jurídico-público y constituye, por tanto, un acto administrativo, mientras que el desarrollo
final correspondiente al segundo nivel (la decisión sobre el cómo) tiene carácter jurídico
privado (véase § 3 marg. 26 y § 17 margs. 11 y ss.).
10 El presidente federal realiza una actuación jurídico-constitucional cuando sanciona
y promulga las leyes (artículo 82 GG), y jurídico-administrativa cuando separa del servicio
a un funcionario (según la Ley del Funcionariado); el presidente del Bundestag realiza una
actuación jurídico constitucional cuando convoca a una sesión de la Cámara y jurídico-
administrativa cuando decide sobre el reintegro de los costes de las campañas electorales
(BVerfGE 27, 152, 157; y 28, 97, 102 y 103).
15
Al respecto, pueden consultarse las consideraciones al hilo de la regulación del Wind-
surf en el lago de Constanza (Bodensee) que hace el Tribunal Superior de lo Contencioso-
Administrativo de Baden-Württemberg BadWürttVGH VblBW 1987, 377 con un comenta-
rio de Maurer, pp. 361 y 362.
16
Como ejemplos se citan los siguientes: la orden dirigida a A para que elimine el hielo
cada vez que se forme (sentencia del Tribunal Superior de lo Contencioso-Administrativo
con sede en Münster (OVG Münster) (OVGE 16, 289); o la orden frente a B para que abra
su presa cada vez que el agua la desborde cierto nivel (Wolff/Bachof/Stober, VerwR I § 45
marg. 79).
17
En la doctrina domina, en cuanto al resultado final, también el consenso sobre la ca-
lificación como actos administrativos de estas regulaciones o, en todo caso, su clasificación
entre los actos administrativos (véase Erichsen, en Erichsen/Ehlers, VerwR § 12 marg. 48
con más referencias).
Nt2
El precepto se refiere a la posibilidad de que la autorización necesaria para que
un vehículo que alcance más de 6 km/h circule por las vías públicas alemanas se
emita de forma global, a instancias generalmente del fabricante o del comercializa-
dor, para todos los vehículos de un determinado tipo y previa la superación de las
correspondientes pruebas.
D. Órgano
27, BVerwGE 117, 322, 327), un reglamento jurídico (Ehlers, DVBl. 1987, pp. 972 y ss.),
un hecho jurídico (Hansmann, en Landmann/Rohmer, Umweltrecht, vol. 1, § 40 BimSchG
marg. 28) o la constatación objetiva de un hecho (Kluth, NVwZ 1987, pp. 960 y 961). Debe
considerarse correcta, en este sentido, la calificación de este supuesto como constatación ju-
rídicamente vinculante de un supuesto de hecho (véase, en la 13a. edición de esta obra, el § 9
marg. 36a). Un problema similar se plantea —en el contexto de las medidas para favorecer el
reciclaje de envases— con la llamada “denuncia del reiterado incumplimiento de la cuota de
reciclaje” contemplada en el § 9 II 2 del Reglamento de Envases (Verpackungsverordnung)
del 21 de agosto de 1998 (BGBl. I p. 2379) emitida por el Gobierno Federal y que tiene como
consecuencia que determinadas medidas en favor del mercado de las bebidas se eliminan
y se extinguen los deberes específicos correspondientes; en estos casos, según el Tribunal
Federal de lo Contencioso-Administrativo, BVerwGE 117, 322, 326 y ss., nos encontramos
también ante una resolución de carácter general (Allgemeinvefügung).
19
El
hecho de que los actos administrativos sean dictados unilateralmente por un órgano
no excluye ni los derechos de participación de los interesados en el procedimiento admi-
nistrativo (por ejemplo, el derecho de audiencia), ni que el dictado de un acto presuponga
el consentimiento del interesado (los llamados actos administrativos necesitados de con-
sentimiento, como el nombramiento de un funcionario o la matriculación). Cuando un acto
administrativo necesita del consentimiento, el particular que ha de prestarlo puede evitar que
el acto administrativo se dicte pero no puede condicionar de ninguna manera el contenido
material de la regulación en sí. La cuestión sobre si el acto necesitado de consentimiento y
dictado sin que éste se haya producido debe considerarse ineficaz (provisionalmente) o invá-
lido y recurrible, se ha de resolver dependiendo de la situación jurídica concreta, aunque en
caso de duda debe optarse por la primera alternativa. Véase, también, infra, § 14, marg. 19.
20
Ejemplo: El órgano superior de la administración periférica del Land (Regierungs-
präsident)Nt4 ordena al presidente de un distrito (Landrat)Nt5 que proceda a decretar de-
molición de la segunda vivienda de X que ha sido construida de forma ilegal. La orden es
vinculante para el presidente del distrito, pero sólo tiene eficacia dentro de la organización
administrativa, siendo la resolución de demolición dictada por el presidente comarcal la
que constituye un acto administrativo. Esta última resolución será la que puede ser objeto
de impugnación contenciosa por parte de X. Si la orden de servicio afectase a una actividad
material, se podría actuar elevando una pretensión de condena en contra de la medida admi-
nistrativa de ejecución tomada por el Landrat.
Nt4 El Regierungspräsident es la figura que dirige todas las ramas de la administración
periférica de un Land en su circunscripción siempre que no sean competencia de algún tipo
Una consideración más detenida merecen los supuestos del traslado in-
terno de un funcionario y el cambio de las funciones asignadas a un funcio-
nario dentro del mismo órgano administrativo.22
Según la jurisprudencia anterior el traslado interno de un funcionario era
normalmente un mero acto interno, pero excepcionalmente podría tratarse
de un acto administrativo cuando afecta al funcionario también en su con-
dición de persona que tiene sus propios derechos frente a su empleador (en
tal sentido, el Tribunal Federal de lo Contencioso-Administrativo en su re-
solución recogida en BVerwGE 14, 84 y todavía el Tribunal Superior de lo
Contencioso-Administrativo con sede en Lüneburg (OVG Lüneburg) en la
recogida en DÖV 1981, 107). Esta jurisprudencia estaba condicionada por
razones de tutela judicial ya que según la interpretación entonces vigente
sólo se podía ofrecer dicha tutela admitiendo las pretensiones jurídico-ad-
ministrativas del funcionario afectado en sus derechos si mediaba un acto
administrativo. Tras la entrada en vigor de la Ley de la Jurisdicción Conten-
cioso-Administrativa (VwGO) se ha impuesto progresivamente el plausible
principio de que la vía contenciosa debe estar abierta ante cualquier vulne-
ración de derechos con independencia de que la misma se derive de un acto
administrativo o de otro tipo de medida de la autoridad, con lo que se ha
abierto la posibilidad de una calificación jurídica de los traslados internos
que no esté condicionada por consideraciones de tutela judicial: dado que el
traslado interno se limita por definición al ámbito interno de la administra-
ción y es, por tanto, un tipo de orden de servicio, el funcionario afectado en
sus derechos individuales puede elevar una pretensión de condena contra la
administración con la finalidad de que se revise su traslado.23
22 Caso práctico: (BVerwGE 60, 144) A está empleado como jefe de servicio en la oficina
del presidente comarcal (Landratsamt) y hasta ahora estaba destinado como jefe del servicio
que se encargaba de ejercer las competencias en materia de protección civil y prevención
de catástrofes, por disposición del presidente comarcal ahora va a ser destinado al departa-
mento encargado de las compensaciones a los damnificados por la Segunda Guerra Mundial
(Lastenausgleich); con este traslado no se verán afectadas sus retribuciones como jefe de
servicio pero A no está de acuerdo con el traslado ya que entiende que su trabajo actual es
más interesante y, además, que su “traslado” lleva implícito el reproche de que no cumplió
con las tareas que desempeñaba hasta ahora de forma adecuada, o, al menos, eso se podrá
interpretar en su círculo de conocidos. ¿Cómo podría valorarse la resolución del presidente?
¿De qué medios de impugnación dispone A?
23 En el caso arriba planteado estamos ante un traslado interno (Umsetzung) porque A
permanece en el mismo órgano en el que ya prestaba sus servicios y no se cambia tampo-
co su grado como jefe de servicio (su empleo en el sentido de status jurídico) y como ya
vimos dicho traslado debe ser considerado como un mera orden de servicio y no como un
acto administrativo, por lo tanto no cabe aquí elevar una pretensión de impugnación (Anfe-
chtungsklage), sino que debe plantearse una pretensión de condena (Leistungsklage), que,
no obstante, va a exigir también, en este caso y dado el precepto especial en tal sentido
que se contiene en el § 126 III de la Ley Marco de la Función Pública (BRRG), el previo
agotamiento de la vía de recurso administrativa. La exigencia de legitimación activa que
también para las pretensiones de condena se deriva del § 42 II de la Ley de la Jurisdicción
Contencioso-Administrativa (VwGO) se debe entender cumplida en el caso en cuestión ya
que A puede hacer alegar que se han vulnerado sus derechos individuales (concretamente su
derecho a la personalidad recogido en el artículo 2 I de la Ley Fundamental, GG).
Véase, sobre esta problemática en profundidad —y sobre los presupuestos y límites
del traslado interno—, la sentencia del Tribunal Federal de lo Contencioso-Administrativo
(BVerwG) recogida en BVerwGE 60, 144. Sobre la revisión del traslado interno ilegal la
sentencia del BVerwG recogida en BVerwGE 75, 138 (el funcionario debe se trasladado de
nuevo a su anterior puesto de trabajo lo que no excluye que vuelva a ser objeto de traslado,
siempre que esta vez se cumplan los requisitos legalmente exigidos para el mismo). Las
mismas reglas se aplican a los supuestos en lo que se cambian son las tareas que competen al
funcionario, véase, en tal sentido, la sentencia del BVerwG en DVBl. 1981, 495 y BVerwGE
98, 334, 335 y 336. Por contra, cuando el traslado es externo (Versetzung), esto es cuando
el funcionario es enviado a otro órgano, sea éste de la misma administración o de otra, es-
taremos ante un acto administrativo (impugnable), véase la sentencia del BVerwG recogida
en BVerwGE 60, 144, 147. Tampoco son actos administrativos y deben ser calificadas como
ordenes de servicio la retirada por el Servicio de Información Federal (Bundesnachrichten-
dienst) al funcionario o al soldado de su condición de personal de confianzaNt7 y la deci-
sión por la que se excluye a un funcionario de la realización de una actividad concreta al
entenderse que concurre una causa de abstención según el § 21 VwVfG (véase la sentencia
del BVerwG recogida en NVwZ 1994, p. 785). Por contra, según el Tribunal Superior de lo
Contencioso-Administrativo con sede en Lüneburg (OVG Lüneburg), el cambio de destino
de un profesor de teología a otra materia debido a quejas eclesiásticas constituye un acto
administrativo (sentencia del citado tribunal recogida en DVBl. 2000, p. 713).
Nt7 El autor se refiere aquí a la Sicherheitsbescheid que es una resolución que acredita la con-
dición de personal de confianza del interesado y le permite, por ejemplo, acceder a determinada
información confidencial y, por consiguiente, a los puestos en los que se trabaja con la misma.
24 Esta regla se aplica, por ejemplo, a la denegación del paso al curso siguiente; a la no
autorización para presentarse al examen de bachillerato, o a las sanciones escolares (véase la
sentencia del Tribunal Superior de lo Contencioso-Administrativo de Baden-Württemberg,
BadWürttVGH, en DÖV 1984, 767 relativa a la imposición de una sanción de permanencia
en el centro docente cuando la clase ha terminado —Nachsitzens—). Por contra, la califi-
cación de un trabajo escolar es sólo un acto de trámite o de preparación en el proceso para
superar un nivel de estudios y, por tanto, no constituye un acto administrativo (véase supra,
marg. 9).
25 Caso práctico: B solicita una licencia para determinadas obras de construcción en un
sector no planificado (§ 35 del Código Urbanístico —BauGB—). La oficina del presidente
comarcal que es el órgano competente para otorgar la licencia remite la solicitud al ayunta-
miento en el que está situado el predio para que emita la autorización a la que se refiere el
§ 36 del Código Urbanístico, dado que el ayuntamiento niega la autorización, la oficina del
presidente comarcal deniega la licencia basándose en dicha falta de autorización por parte
del municipio. B entiende que dicha negativa a autorizar su solicitud es ilegal y quiere saber
contra quién debe dirigir su impugnación. En este sentido debe señalarse que la autorización
—que tiene el mismo significado que la aprobación— por parte del ayuntamiento no es un
acto administrativo sino una declaración puramente interna de la administración (como han
señalado tanto el Tribunal federal de lo contencioso-Administrativo, BVerwGE 28, 145 y
NVwZ 2986, 556; como la sala de lo civil del tribunal federal competente en materia civil y
penal, Bundesgerichtshof, BGHZ 65, 182, 185, siendo está la doctrina dominante), lo que se
deriva de la siguientes razones: el procedimiento de concesión de la licencia es tramitado por
el órgano competente para dictar la licencia, en este caso la oficina del presidente comarcal
(Landratsamt), que es el único que se va a manifestar externamente —especialmente frente
al solicitante de la licencia—. Por su parte, el ayuntamiento tiene el derecho a intervenir,
dadas sus potestades en materia de planeamiento, para evitar la realización de proyectos de
construcción, que, afectando a zonas de su término municipal todavía no planificadas, no
se ajustan a sus previsiones sobre el planeamiento, pero su autorización o su negativa al
proyecto constituye una declaración dirigida al órgano competente para dictar la licencia y
permanece, por tanto, en el ámbito interno de la administración. Por tanto, B tiene que dirigir
su demanda no contra el ayuntamiento para que dicte la autorización, sino contra la oficina
del presidente comarcal para que emita la licencia de obras (aún cuando dicha administra-
ción hubiese estado dispuesta a dictar la licencia, pero no pudo hacerlo debido a la falta de
autorización por parte del municipio), y el tribunal de lo contencioso deberá pronunciarse in-
cidentalmente sobre la validez de la negativa a la autorización, de forma que cuando estime
que dicha negativa no fue válida, y no haya más obstáculos a la licencia, deberá condenar a
la oficina del presidente comarcal a dictar la correspondiente licencia de obras, de forma que
la falta de autorización será sustituida por la sentencia judicial (en tal sentido, el Tribunal
Federal de lo Contencioso-Administrativo en su resolución recogida en NVwZ-RR 2003,
719). Por otra parte, la negativa ilegal a la autorización por parte del municipio puede, según
el tribunal federal competente en materia civil y penal —BGH—, fundar frente al mismo
un derecho a indemnización por responsabilidad extracontractual de la administración y un
derecho a indemnización por una lesión para-expropiatoria en el patrimonio del particular
(véase BGHZ 65, 182; 99, 262, 273, y la resolución del BHG recogida en NVwZ-RR, 2003,
p. 403). Por otra parte, si la licencia se hubiese otorgado sin mediar la autorización del
municipio prevista en el § 36 del Código Urbanístico (BauGB), éste podría, presentando
una pretensión de impugnación (Anfechtungsklage), obtener la anulación de la licencia de
construcción (así, el Tribunal Federal de lo Contencioso-Administrativo en NVwZ 1986,
556 y BauR 1988, p. 694), La aplicación de esta última jurisprudencia a los supuestos en los
que la negativa a la autorización es ilegal y, por tanto, la impugnación de la denegación de
la licencia hubiera sido estimada, debe ser considerada demasiado formalista y ha sido, por
tanto, objeto, con razón, del rechazo por parte de la doctrina. Cuando el órgano competente
para otorgar la licencia es el municipio (lo que sucede, por ejemplo, cuando el municipio es
una gran ciudad que absorbe las competencias comarcales) entonces no se aplican las reglas
procedimentales del § 36 I 1 del Código Urbanístico, pero el municipio puede alegar el prin-
cipio material expresado en el § 36 I para la defensa de sus potestades de planeamiento y, en
consecuencia, ante el peligro de violación de las mismas, denegar la licencia de construcción
(en tal sentido, el Tribunal Federal de lo Contencioso-Administrativo en BVerwGE 121, 339
distanciándose parcialmente de la jurisprudencia anterior).
Entre las resoluciones judiciales del Tribunal Federal de lo Contencioso-Administrativo
que consideran que la aprobación de otro órgano no es un acto administrativo, cabe citar las
siguientes: BVerwGE 45, 12, 16 y 17 (sobre la aprobación prevista en el § 37 de la Ley Fe-
deral sobre Exiliados [BVFG]Nt8 en su anterior redacción); la recogida en DÖV 1975, 575
(sobre la aprobación prevista en el § 9 de la Ley Federal de Carreteras [FStG]); BVerwGE
67, 173, 174 y 175 (sobre la aprobación del ministro federal del interior para las nacionaliza-
ciones); BVerwGE 95, 333, 336 y 337 (sobre la autorización previa por parte del municipio
para que el órgano competente en materia de tráfico emita la orden prevista en el § 45 I b
2 del Reglamento de Tráfico, StVO); BVerwGE 99, 371, 373 y 374 (sobre la decisión de la
Comisión para la Elección de Jueces —Richterwahlausschüsse— sobre la adecuación de las
Jueces de la antigua RDA para prestar sus servicios tras la unificación); puede consultarse
para más referencias Stelkens, en Stelkens/Bonk/Sachs, VwVfG, § 35 marg. 95.
Nt8 Se trata de una Ley —Bundesvertriebenengesetz—que aborda diversas medidas a
favor de algunos colectivos de personas desplazadas como consecuencias del terror nazi, la
segunda guerra mundial o el régimen de la extinta RDA.
3. La resolución general
A. Concepto
26
Ejemplo: La orden para que se disperse una manifestación, véase supra, marg. 16.
B. Derecho aplicable
en BVerwGE 27, 181 y 221, 224 y ss. (ambas fundamentales); BVerwGE 92, 32, 34 (so-
bre el carril bus); BVerwGE 97, 214, 220 y 221 (zona de velocidad limitada); BVerwGE
97, 323, 326 y ss. (promesa de implantación de una señal de tráfico); BVerwGE 102, 316,
318 (colocación posterior de una señal de prohibido aparcar); DVBl. 2004, 518 (legitima-
ción para impugnar señales de tráfico). Lo mismo sirve para otras instalaciones relacionadas
con el tráfico, como, por ejemplo, las zonas de aparcamiento por horas (que constituyen
una modificación de la prohibición de aparcar), cfr. la sentencia del Tribunal Federal de lo
Contencioso-Administrativo en DÖV 1988, 694. El Tribunal Superior de lo Contencioso-
Administrativo de Baviera (BayVGH), que en un principio se resistió enérgicamente a la
A. La clasificación jurídica
36
Ejemplos: Todas las resoluciones de policía, las señales de tráfico que hacen los agen-
tes de policía según el § 36 del Reglamento de Tráfico (StVO), la prohibición de reuniones
según el § 15 I de la Ley de Reunión (VersG), las decisiones sobre tasas o las prohibicio-
nes de actividades económicas según el § 35 de la Ley sobre Actividades Empresariales
(GewO).
37 Ejemplos: La adquisición de la nacionalidad, el nombramiento como funcionario, o
la inmatriculación. El acto administrativo puede también referirse a una relación jurídica
de derecho privado (los llamados actos administrativos constitutivos con efectos jurídico-
privados-privatrechtsgestaltender Verwaltungsakt), como, por ejemplo, la autorización de
un contrato de enajenación de un solar a la que queda condiciona la eficacia del mismo.
También son actos administrativos constitutivos las autorizaciones y dispensas a las que nos
referiremos en los margs. 51 y ss.
40
Ejemplos: Todos los mandatos y prohibiciones (véase supra, marg. 44), las exma-
triculaciones, la separación del servicio de un funcionario, la denegación de la licencia de
construcción solicitada, la denegación de una beca. Por su parte, el acto administrativo de-
clarativo es en sí mismo “neutral”, debido a que si tiene efectos favorables o desfavorables
depende de las declaraciones anteriores o de lo solicitado por el particular. Así, una nueva
declaración sobre la antigüedad a efectos retributivos de un funcionario puede ser favora-
ble o desfavorable según lo que ya se le hubiera antes reconocido a esa persona o según lo
que se hubiese solicitado. Véase, sobre el carácter desfavorable de un acto administrativo
declarativo la resolución del Tribunal Federal de lo Contencioso-Administrativo recogida en
BVerwGE 72, 265, 267.
41
Ejemplo: A solicita una ayuda para la vivienda de 100 marcos alemanes al mes y sólo
se le concede por importe de 50, con lo que la prestación (favorable) contiene al mismo
tiempo la (desfavorable) desestimación de los otros 50 marcos solicitados.
42
Ejemplo: Si a un propietario de suelo se le fija mediante una resolución su contribu-
ción a los gastos de urbanización en la cantidad de 5.000 euros, entonces se deriva de dicha
resolución que él tendrá que pagar sólo 5.000 euros y no más (lo que es relevante de cara
a una eventual exigencia posterior de otra cantidad, véase infra, § 11 marg. 15). Por ello es
posible que en determinadas circunstancias una pretensión contenciosa contra la revisión
de una decisión que fija una contribución tenga pleno sentido y sea admisible (a pesar de
que dicha decisión sea un acto desfavorable y su revisión un acto favorable en sí), cuando y
porque el interesado pueda contar con que en el marco de una nueva determinación se pueda
fijar su contribución en una suma superior (véase la resolución del Tribunal Superior de lo
Contencioso-Administrativo de Baden-Württemberg [BadWürttVGH] recogida en VBVBW
1991, p. 222).
C. Permisos y dispensas
se declara, por tanto, la conformidad de la obra proyectada con el derecho vigente (parte
declarativa de la licencia de obras; que es en este sentido una especie de “certificación de la
falta de reparos”) y se autoriza la ejecución de las obras (parte dispositiva de la licencia de
construcción, “desbloqueo de la obra”). Por tanto, la inicial prohibición formal de construir
que rige con carácter general tiene por objeto posibilitar el desarrollo del procedimiento de
autorización. No obstante, mientras que antes —con la excepción de algunas pequeñas obras
insignificantes— la exigencia de licencia regía con carácter general, hoy —en el marco de
la corriente desreguladora— se ha prescindido de la misma en el caso de los edificios de vi-
viendas incluidos en el ámbito de aplicación de un plan, en el que se exige, como mucho, la
mera comunicación del proyecto a la administración competente en materia de urbanismo (el
llamado procedimiento de anuncio, procedimiento de comunicación o procedimiento libre
de licencia). No obstante, el proyecto de construcción debe ser, como antes, completamente
conforme con el derecho urbanístico material, pero falta el control preventivo garantizado
por la licencia urbanística, con lo que resulta obvio que esta simplificación procedimental
plantea nuevos problemas, especialmente de cara a la protección de los vecinos. Aquí no
podemos, sin embargo, profundizar en este tema, puede verse, al respecto, Brohm, Baurecht,
§ 4 marg. 14; Borges, Der Nachbarrechtsschutz im Freistellungsverfahren, DÖV 1997, pp.
900 y ss.; Martini, Baurechtsvereinfachung und Nachbarschutz, DVBl, 2001, pp. 1488 y ss,
con más referencias.
La misma función que cumple la licencia de construcción tienen los permisos para rea-
lizar actividades empresariales (como el permiso para los establecimientos hosteleros o el
necesario para un comercio al por menor) y las licencias de establecimientos según el § 4
de la Ley para la Protección contra las Inmisiones (BImSchG). Las expresiones “permiso”
(Erlaubnis) y “licencia” (Genehmigung) se usan como sinónimos, aunque en ocasiones eng-
loban también supuestos de dispensa (marginal 55).
45
Ejemplo: B construye sin la correspondiente licencia de construcción, por lo que la
autoridad urbanística puede decretar la suspensión de la construcción; sin embargo, la orden
de demolición de la construcción sólo es válida cuando la construcción contraviene también
preceptos urbanísticos materiales, con lo que una licencia solicitada debiera haberse denega-
do, véase, al respecto, las resoluciones del Tribunal Federal de lo Contencioso-Administra-
tivo recogidas en BVerwGE 3, 351; 19, 162, y en DÖV 1978, 413.
En este punto el autor hace también la equivalencia entre los términos Ausna-
Nt10
casos concretos. Al respecto, puede consultarse a Schwabe, JuS, 1973, pp. 133 y ss., quien
extrae la conclusión (excesiva) de que entre las prohibiciones con reserva de autorización
y las prohibiciones con reserva de exoneración sólo hay una diferencia gradual. Por otra
parte, el otorgamiento de la dispensa puede hacerse en interés del particular, pero también
exclusivamente en interés público, al respecto, el § 23 I de la Ley sobre Horarios Comercia-
les (LadenschlussG) y la resolución del Tribunal Federal de lo Contencioso-Administrativo
recogida en GewArch, 1974, p. 277, en este último caso es seguro que la dispensa no era
exigida por los derechos fundamentales.
Bibliografía y jurisprudencia sobre el epígrafe 3: Friauf, Das Verbot mit Erlaubnisvorbe-
halt, JuS, 1962, pp. 422 y ss.; Muβgnug, Der Dispens von gesetzlichen Vorschriften, 1964;
Schick, Das Verbot mit Anzeigevorbehalt, BayVBl, 1967, pp. 341 y ss.; Schwabe, Das Ver-
bot mit Erlaubnisvorbehalt, JuS, 1973, pp. 133 y ss.; idem, “Das sobenannte repressive Ver-
bot”, Festschrift für Folz, 2003, pp. 304 y ss.; Gusy, Verbot mit Erlaubnisvorbehalt-Verbot
mit Dispensvorbehalt, JA, 1981, pp. 80 y ss.; Gromitsaris, Die Unterscheidung zwischen
präventivem Verbot mit Erlaubnisvorbehalt und repressivem Verbot mit Befreiungsvorbe-
halt, DÖV, 1997, pp. 401 y ss. Las resoluciones del Tribunal Constitucional Federal recogi-
das en BVerfGE 20, 150 (Ley de Reunión) y BVerfGE 49, 89, 145 y ss. (autorización de una
central nuclear según el § 7 de la Ley sobre la Energía Nuclear [AtomG]); las resoluciones
del Tribunal Federal de lo Contencioso-Administrativo publicadas en BVerwGE 41, 1, 5 y
ss. (prohibición de la cláusula de garantía de valor estable); en DÖV, 1988, 423 (prohibi-
ción de la recepción de regalos por parte del director de una residencia procedentes de los
residentes); del Tribunal Superior de lo Contencioso-Administrativo con sede en Lüneburg
(OVG Lüneburg) publicada en OVGE 26, 343 (sobre el tráfico aéreo); del Tribunal Superior
de lo Contencioso-Administrativo con sede en Münster (OVG Münster) publicada en DVBl,
1994, 541 (sobre dispensa de la prohibición de reunión en el perímetro parlamentario); véa-
se, también, la resolución del Tribunal Federal de lo Contencioso-Administrativo recogida
en BVerwGE 71, 324 (sobre la práctica de la equitación en los bosques).
49 Las especialidades del acto administrativo real se refieren sobre todo al hecho de
que no sólo rige para el primer destinatario del mismo, sino también para sus sucesores en
el derecho, así, por ejemplo, en el caso de una orden de derribo urbanística la misma rige
también para los que hereden el predio afectado como consecuencia de una sucesión univer-
sal o por título particular, pero para explicar esto no es necesario acudir a la controvertida
figura del acto administrativo real cuando, además, la referencia a los sucesores muestra
la relación personal que subyace al acto. Con independencia de lo que se opine sobre los
actos administrativos reales, es cierto que los actos administrativos referidos a cosas rigen
por principio también para los sucesores sean éstos a título universal o particular. Así la
resolución del Tribunal Federal de lo Contencioso-Administrativo recogida en DÖV, 1971,
640; la del Tribunal Superior de lo Contencioso-Administrativo con sede en Koblenz (OVG
Koblenz) en NVwZ, 1985, 431; la del Tribunal Superior de lo Contencioso-Administrativo
con sede en Münster en NVwZ, 1987, 427; o la del Tribunal Superior de lo Contencioso-
Administrativo de Baden-Württemberg (BadWürtt VGH) en NVwZ 1992, 392. Otra opinión
sostiene el Tribunal Superior de lo Contencioso-Administrativo de Hessen (HessVGH) NuR
1986, 125 (en el caso de una sucesión a título particular); también el Tribunal Superior de
lo Contencioso-Administrativo con sede en Lüneburg en BRS 35 núm. 132; en la doctrina
von Mutius, VerwArch. Tomo 71, 1980, pp. 93 y ss. Entretanto en la mayor parte de las
regulaciones urbanística de los Länder se encuentran normas sobre la sucesión. También es
correcto que los actos administrativos con una regulación referida a cosas pueden tener efi-
cacia frente a terceros (así, la licencia de obras afecta también al vecino), pero esto también
puede darse en los casos de regulaciones referidas a personas, como, por ejemplo, demuestra
el nombramiento de un representante del Estado en el ámbito universitario.
a) Promesas y garantías
52 En la práctica las promesas y garantías juegan un papel muy relevante: así, la garantía
de dictar una licencia de construcción, la de ascender a un funcionario en la próxima ocasión
para ello, la de exonerar del llamamiento a filas; también la promesa de adoptar determina-
das medidas de urbanización, de publicar ciertas actas, de establecer una columna publicita-
ria para los carteles de la campaña electoral.
tido al menos para el caso más relevante de promesas, esto es para las ga-
rantías relativas a los actos administrativos (Zusicherung), al quedar éstas
positivamente reguladas en el § 38 de la Ley de Procedimiento Adminis-
trativo (VwVfG), que declara aplicables a estas garantías los preceptos que
regulan la firmeza de los actos administrativos (apartado 2), si bien bajo la
condición de que se mantengan los mismos presupuestos de hecho y de de-
recho (apartado 3).53
Para el resto de las promesas, esto es, para las promesas que no consti-
tuyen garantías según el § 38 de la Ley de Procedimiento Administrativo
(VwVfG), rigen según la doctrina mayoritaria, los principios del derecho
administrativo general (que ya se habían desarrollado), que se aplican tam-
bién, según la jurisprudencia del Tribunal Federal de lo Contencioso-Admi-
nistrativo, a las promesas en la relación funcionarial y en el ámbito militar
(véase las referencias, infra, marg. 61a). La aplicación analógica del § 38
de la Ley de Procedimiento Administrativo (VwVfG) es rechazada con el
argumento de que el legislador renunció a incluir en su ámbito de aplicación
las promesas relativas a la actuación material de la administración, con lo
que no hay una laguna en la regulación, aunque se puede contra-argumentar
b) Informaciones
sobre promesas en el ámbito militar relativas al empleo y al no traslado); BVerwGE 102, 81,
84 y 85 (promesa sobre el empleo como juez a prueba); DVBl, 1998, 640 (promesa en el
ámbito de un proceso competitivo entre funcionarios de dejar una plaza libre); resolución del
Tribunal Superior de lo Contencioso-Administrativo de Baden-Württemberg (BWürttVGH),
en VBlBW 1997, 18 (supuesta garantía sobre el nombramiento como funcionario y revisión
de oficio).
55 Así la declaración dirigida al funcionario F de su superior jerárquico en la que le seña-
la que “puede contar con un ascenso antes del 1o. de julio del siguiente año” puede ser tanto
una garantía (Zusicherung) como una mera información, dependiendo de que el superior este
dispuesto en nombre de la administración a contraer una obligación vinculante (para, por
ejemplo, evitar que el funcionario se vaya al sector privado) o que sólo se esté refiriendo a la
existencia de una situación normativa (teniendo en cuenta las normas sobre ascensos). A su
vez, si la declaración fuese una garantía sólo sería vinculante si la misma se hubiese dictado
por escrito (véase § 38 I VwVfG).
conjunto de este tipo de proyectos y sólo puede ser dictada cuando todos los
requerimientos jurídicos han sido examinados y aprobados, la resolución
previa se limita a algunos requerimientos de la licencia, pero decide sobre
los mismos de forma definitiva y vinculante, con lo que no anticipa, como
la garantía, un acto administrativo, sino que como decisión previa es en sí
misma un acto administrativo.56
Si tras la emisión de la resolución previa se modifica la situación de he-
cho o de derecho que la justificó, por ejemplo, el plan urbanístico aplicable,
la misma, a diferencia de la garantía (véase § 38 III VwVfG y, supra, marg.
60) mantiene su eficacia jurídica pero puede ser, llegado el caso, revocada
si concurre alguna de las causas de revocación.57
d) Autorización parcial
sirven como modelo para regulaciones similares del ámbito del procedi-
miento administrativo.59
Para terminar vamos a referirnos como última variante, por ahora, al acto
administrativo preventivo, figura que ha sido recientemente creada por el
Tribunal Federal de lo Contencioso-Administrativo (véase, su resolución
recogida en BVerwGE 81, 84, 94 y también en JZ 1989, 843 con nota crí-
tica de Püttner), y que se diferencia del acto administrativo provisional en
que es una resolución definitiva, pero que se dicta bajo la reserva de que la
concurrencia de sus presupuestos jurídicos —en el caso la concurrencia de
un grado alto de discapacidad— sea determinada por el órgano competente.
Dado que el acto administrativo preventivo ha sido desarrollado en el mar-
co de una serie de supuestos muy especiales es dudoso si, y en qué medida,
puede plantearse en otros contextos.60
derecho nuclear (asunto Alkem), véase, Rossnagel, DVBl. 1987, pp. 65 y ss.; Ronellenfitsch,
ET, 1986, pp. 797 y ss.; Burianek, NJW 1987, 2227 y ss.; Winkelbauer, JuS, 1988, pp. 691
y ss.
60 Püttner estima que, en el caso concreto, el acto administrativo preventivo es una figura
superflua porque el mismo objetivo puede cumplirse a través de la imposición de una con-
dición resolutoria retroactiva (idea que respalda también Sachs, StBS § 43 marg. 195); sin
embargo, esto resulta dudoso, porque el órgano no adopta un acto después de examinar todos
los presupuestos jurídicos que puede ser revocado retroactivamente en el caso de que otro
órgano adopte más tarde una resolución negativa, sino que su acto administrativo desde el
principio se dicta bajo la reserva de que queda por examinar la concurrencia de un requisito
jurídico cuya concurrencia será determinada de forma vinculante por el órgano competente
con posterioridad. Por otra parte, debería probarse si, según el número 2 del § 36 II de la Ley
de Procedimiento Administrativo o según el núm. 2 del § 38 II del tomo X del Código de la
Seguridad Social (SGB X), aquí aplicable, es jurídicamente válida y posible una condición
resolutoria con eficacia retroactiva, más correcta, en este caso, sería la consideración de
estas resoluciones como un acto sometido a una condición suspensiva; sin embargo, Pütt-
ner tiene razón cuando señala que el acto administrativo preventivo se compagina mal con
la naturaleza del acto administrativo como resolución administrativa definitiva, ejecutiva
y ejecutoria. Puede que exista una necesidad práctica de regulaciones provisionales, pre-
ventivas y de naturaleza similar pero cabe preguntarse si es asumible subsumir todas estas
figuras en el concepto de acto administrativo, que por definición representa una regulación
definitiva dotada de firmeza y orientada a la clarificación y estabilización del derecho en un
caso concreto. Véase, también ahora Losch, NVwZ, 1995, pp. 235 y ss., que califica al acto
administrativo preventivo como una forma especial del acto administrativo provisional.
para que el acto pueda ser considerado existente, siempre y cuando dicha
notificación cumpla los requisitos a los que está sometida.62
En concreto, debe tenerse en cuenta que:
62 Ejemplo: Cuando un acto administrativo que debe ser dictado por escrito se notifica
sólo de forma oral, dicha resolución será anulable por defecto de forma, pero la notificación
se tiene por hecha y el acto es jurídicamente existente. Por contra, queda afectada la propia
notificación y, en consecuencia el acto no adquiere existencia jurídica cuando, por ejemplo,
debía haberse procedido a la notificación personal (véase la sentencia del Tribunal Federal
de lo Contencioso-Administrativo recogida en DVBl. 1987, 629, que permite bajo ciertas
circunstancias la elevación de una pretensión declarativa —según el § 43 I primera alterna-
tiva VwGO— contra este tipo de “no actos”) y, sin embargo, se procedió a una notificación
pública (véase infra, marg. 71).
63 Véase las sentencias del Tribunal Federal de lo Contencioso-Administrativo publica-
das en BVerwGE 29, 321 (notificación por un órgano incompetente) y en BVerwGE 44, 294
(falta de la notificación oficial de una licencia de construcción a un vecino).
64 Se entiende que el interesado ha tenido acceso cuando el acto administrativo notifi-
cado por correo es depositado en su buzón, siendo irrelevante si el particular abre su buzón
y lee su correo o no. En la práctica surgen numerosas dificultades y problemas. Véase, por
ejemplo, en relación a las notificaciones a empresas concursadas, Karst/Otten, NVwZ, 1994,
pp. 979 y ss.
65
Caso: (Sentencia del Tribunal Federal de lo Contencioso-Administrativo publicada
en NVwZ, 1988, 63) A es llamado a filas para cumplir el servicio militar mediante una re-
solución del 29 de abril de 1988 que la oficina comarcal de reclutamiento envía por correo
certificado el 2 de mayo de 1988. A recibe la carta certificada el día 3 de mayo de 1988 y
presenta el día 4 del mismo mes una solicitud para que se le reconozca objetor de conciencia,
además impugna el llamamiento a filas. ¿Tendrá éxito el recurso? Según el § 3 II de la Ley de
Objeción de Conciencia al Servicio Militar (KDVG), la solicitud de declaración de objeción
de conciencia suspende la posibilidad de que el recluta sea llamado a filas hasta que dicha so-
licitud sea denegada o revisada de oficio, a no ser que el interesado haya sido llamado a filas
antes de presentarla. Lo decisivo en este caso es, por tanto, decidir cuándo le fue notificada
a A la llamada a filas y, por tanto, está devino eficaz. Según el § 4 I VwZG se considera no-
tificada la resolución enviada por correo certificado al tercer día desde la entrega del escrito
al correo, a no ser que éste no haya sido enviado o haya sido enviado más tarde. Aplicando
esta regla el día en el que la notificación debe entenderse —ficticiamente— realizada será el
5 de mayo de 1988, y como A ya presentó el día antes la solicitud de reconocimiento como
objetor se debe anular el llamamiento a filas. Si el órgano hubiese enviado la resolución por
correo mediante cédula de notificación según el § 3 VwZG se hubiese tenido la resolución
de llamamiento a filas por notificada y eficaz el día 3 de mayo de 1988.
Nt11
La diferencia entre la simple notificación —Bekanntgabe— y la notificación
formal que se conoce con el término Zustellung es que ésta última está sujeta a
mayores formalidades tendentes a asegurar que el interesado recibe efectivamente
el acto notificado y a determinar el momento de la recepción. Así pues el régimen
de la Zustellung es más próximo al de nuestra notificación. Para garantizar la com-
prensión del texto vamos a traducir convencionalmente Zustellung como notifica-
ción garantizada.
VerwArch, 86, 1995, pp. 511 y ss.; A. Leisner, Die untätige Behörde, VerwArch. 91, 2000,
pp. 227 y ss.
Sobre el acto administrativo: Otto Mayer, Deutsches Verwaltungsrecht, 3a. ed., 1924,
t. I, pp. 59 y ss. y 72 y ss.; Volkmar, Allgemeiner Rechtssatz und Einzelakt, 1962; J. Mar-
tens, Zur Begriffsbestimmung des Verwaltungsaktes, DVBl, 1968, pp. 322 y ss.; von Mu-
tius, Rechtsnorm und Verwaltungsakt, Festschrift für Hans J. Wolff, 1973, pp. 167 y ss.;
Vogel, Die Lehre von Verwaltungsakt nach Erlass der Verwaltungsverfahrensgesetze,
BayVBl, 1977, pp. 617 y ss.; Obermayer, Das Dilemma der Regelung eines Einzelfalles
nach dem Verwaltungsverfahrensgesetz, NJW 1980, pp. 2386 y ss.; Löwer, Funktion und
Begriff des Verwaltungsakts, JuS, 1980, pp. 805 y ss.; F. Kirchhof, Der Verwaltungsakt
auf Zustimmung, DVBl, 1985, pp. 651 y ss.; Schenke, Formeller oder materieller Verwal-
tungsaktbegriff?, NVwZ, 1990, pp. 1009 y ss.; Engel, Plannungssicherheit für Unterneh-
men durch Verwaltungsakt, 1992; Appel/Melchinger, Rechtsanwendung und feststellender
Verwaltungsakt, VerwArch 84, 1993, pp. 349 y ss.; Erfmeyer, Der nichtmaterielle Verwal-
tungsakt-Rechtswidrige und überflüssige Fiktion, DÖV, 1996, pp. 629 y ss.; Renck, Für
einen formalisierten Verwaltungsakt, Festschrift für Knöpfle, 1996, pp. 291 y ss.; Gro-
mitsaris, Die Lehre von der Genehmigung, VerwArch 88, 1997, pp. 52 y ss.; Fehling, Der
Verwaltungsakt–Begriff und Bedeutung, JA, 1997, pp. 482 y ss.; Erichsen/Hörster, Die
Bekanntgabe von Verwaltungsakten, Jura, 1997, pp. 659 y ss.; Hansen/Meyer, Bekanntga-
be von Verkehrsschildern. Endlich Klarheit durch das BVerwG?, NJW, 1998, pp. 284 y ss.;
Druschel, Die Verwaltungsaktbefugnis, 1999; Schmidt-De Caluwe, Der Verwaltungsakt in
der Lehre Otto Mayers, 1999; idem, Die Wirksamkeit des Verwaltungsakts, VerwArch, 90,
1999, pp. 49 y ss.; Laubinger, Das “Endiviensalat-Urteil”—eine Fehlentscheidung? Zum
Begriff der Allgemeinenverfügung im Sinne von § 35 Satz 2 VwVfG, Festschrift für Ru-
dolf, 2001, pp. 305 y ss.; Kahl, Der Verwaltungsakt: Bedeutung und Begriff, Jura, 2001, pp.
505 y ss.; Bitter/Konow, Bekanntgabe und Widerspruchsfrist bei Verkehrszeichen, NJW,
2001, pp. 1386 y ss.; Ruffert, Der transnationale Verwaltungsakt, DV 34, 2001, pp. 453 y
ss.; H. Meyer, Der Verwaltungsakt in der Rechtsprechung des Bundesverwaltungsgerichts,
BVerwG-Festschrift, 2003, pp. 551 y ss.; Felix, Der Verwaltungsakt mit Dauerwirkung–
eine sinnvolle Kategorie des Allgemeinen Verwaltungsrechts?, NVwZ, 2003, pp. 385 y ss.;
Tschentscher, Der privatrechtsgestaltende Verwaltungsakt als Koordinierungsinstrument
zwischen öffentlichem Recht und Privatrecht, DVBl, 2003, pp. 1424 y ss.; Winkler, Nor-
menumschaltende Verwaltungsakte, DVBl, 2003, pp. 1490 y ss. (sobre la sentencia del Tri-
bunal Federal de lo Contencioso-Administrativo publicada en BVerwGE 117, 322); Ehlers,
Rechtsfragen der Existenz, der Wirksamkeit und der Bestandskraft von Verwaltungsakten,
Festschrift für Erichsen, 2004, pp. 1 y ss.; von Mutius, Zur “Verwaltungsaktsbefugnis”,
ibidem, pp. 135 y ss.; Blunk/Schroeder, Rechtsschutz gegen Scheinverwaltungsakte, JuS,
2005, pp. 602 y ss.
Jurisprudencia: Afirman la condición de acto administrativo: Las sentencias del Tribunal
Federal de lo Contencioso-Administrativo reproducidas en BVerwGE 12, 87 (asunto de la
ensalada de endivias sobre las resoluciones generales); BVerwGE 27, 181; BVerwGE 59,
221, 102, 316 (señales de tráfico, resoluciones generales); BVerwGE 57, 26, 29 y ss. (sobre
resoluciones que reconocen prestaciones y su distinción con los requerimientos de pago);
BVerwGE 58, 37 (licenciamiento de filas como acto administrativo declarativo); BVerwGE
60, 269 (determinación de la admisión en un plan de asistencia hospitalaria); BVerwGE 64,
325 (decisión que según el § 17 II 3 de la Ley Federal de Carreteras permite la ejecución
de un plan de obras en una carretera sin la correspondiente planificación); BVerwGE 70,
sido traducidos por María José Bobes Sánchez, profesora colaboradora de derecho adminis-
trativo de la Universidad de Oviedo.
Ocurre, sin embargo, una y otra vez, que un acto administrativo es, de he-
cho o bien según la opinión del afectado, antijurídico. El jurista —como el
médico— se preocupa, sobre todo, de los casos patológicos. Sus esfuerzos
sirven, no obstante, no sólo para depurar sino también para evitar potencia-
les infracciones jurídicas.
La doctrina sobre la antijuridicidad del acto administrativo se ocupa de
dos extremos: por un lado, de responder a la cuestión de cuándo es válido o
invalido un acto administrativo (infra, I), y, por otro, a la de cuáles son los
efectos jurídicos que se derivan de la invalidez de un acto administrativo
(infra, II-IV).
68
Ha de tenerse en cuenta, que la invalidez puede basarse no sólo en una incorrecta
interpretación o aplicación de las normas jurídicas correspondientes, sino también en una
comprobación insuficiente o en una valoración defectuosa de los hechos relevantes para la
decisión. Esto es lo que ocurre, por ejemplo, cuando la administración parte de un contenido
incorrecto y llega a un resultado ilegal. Esta “parte de hecho” juega en la práctica un papel
importante, siendo, a menudo, el problema principal. La solución de exámenes y deberes
naufraga siempre en esta cuestión porque el estudiante no comprende los “hechos” con cla-
ridad (Sachverhalt).
69
El pago de una tasa establecida en una resolución tributaria conforme a derecho no
convierte dicha resolución en antijurídica, sino que elimina simplemente la obligación de
pago. La resolución tributaria conforme a derecho permanece como fundamento jurídico
del pago. Las acciones para una devolución forzosa operan sólo si la resolución de la tasa
es anulada con efectos ex tunc. Una modificación legal posterior no concierne ya, en todo
caso, a la resolución de la tasa mientras no tenga (excepcionalmente) efectos retroactivos. La
retroactividad puede “curar” el acto administrativo antijurídico. Por ejemplo: el 1.3.1978 se
establece una resolución de una tasa, que deriva de una regulación de impuestos antijurídica
y es, por ello, ella misma ilegal. El 1o. de junio de 1978 el reglamento ilegal es sustituido
por un nuevo reglamento conforme a derecho, el cual entra en vigor a partir del 1o. de enero
de 1978. La notificación ha adquirido así —observada ex post— un fundamento jurídico
legal y es por ello tolerada como conforme a derecho. Véase BVerwG DVBl, 1970, p. 835;
BVerwGE 50, 2, 7 y ss. Es necesario, en todo caso, que la retroactividad del reglamento sea
legal.
72 Véase, sobre esta cuestión, con más detalle, Sachs, StBS § 44 margs. 54 y ss.; Dru-
chsel, Die Verwaltungsaktsbefugnis, 1999, quien, por cierto, exige una habilitación legal,
pero entiende que la misma se encuentra en el § 43 VwVfG; de modo distinto Osterloh,
JuS, 1983, pp. 220 y ss. La tan citada decisión BVerwGE 72, 265 no contradice la opinión
aquí compartida, porque en ella no se refiere sólo a la forma, sino también al contenido.
En BVerwGE 97, 117, 119 se plantea abiertamente la cuestión sobre si la administración
también necesita habilitación para la forma de actuación a través de acto administrativo,
y se señala que no debe existir en todo caso expresamente, sino que puede ser establecida
mediante interpretación.
Otra cuestión ligada a esta y que no siempre está clara, es aquella que trata sobre si ca-
reciendo de habilitación expresa la administración está facultada para concretizar e imponer
mandatos o prohibiciones a través de un acto administrativo. Ejemplo: La actividad de psi-
quiatra exige poseer una licencia según la Ley de Práctica de la Psquiatría, estando, por tan-
to, legalmente prohibida sin licencia; ¿puede la autoridad administrativa competente negar y
dirigir medios coactivos frente a la continuación de la práctica de una actividad de psquiatría
no permitida y, por tanto, prohibida mediante un acto administrativo a pesar de carecer para
ello de una habilitación expresa? (por ejemplo, en el sentido del § 15 II GewO para una ac-
tividad empresarial). Porque aquí no se trata de la forma de actuación de la administración
sino de la posibilidad de intervenir, es necesaria la habilitación legal; esta habilitación puede,
en todo caso, ser localizada en la cláusula general de policía, véase sobre esto BVerwGE 94,
269, 277 y ss.; Schenke, PolR, margs. 58 y ss.
73 El mismo resultado en BverwGE 50, 171; 59, 60; BayVGH BayVBl, 1997, 596; frente
a esto la prestación acordada contractualmente puede ser hecha valer mediante un acto ad-
ministrativo si la ley lo autoriza expresamente, así BverwGE 89, 345, 348 y ss. (Ciertamente
la habilitación legal exige en cuanto excepción estructural una justificación jurídica particu-
lar); ilícito es también el rechazo mediante acto administrativo de una acción de prestación
contractual reclamada por el ciudadano, en este sentido OVG Münster NJW, 1995, 003. A la
relación contractual se equiparan otras relaciones equivalentes, en particular las denomina-
das relaciones de deuda jurídico administrativas (véase sobre esto infra, § 28 margs. 2 y ss.).
Por eso rechaza el BadWürtt VGH (NVwZ 1990, 388), con razón, la exigencia por parte de
un municipio, mediante una resolución que impone una obligación de hacer (acto adminis-
trativo), de una responsabilidad por daños derivados de una relación de uso de un canal.
Ejemplo: Mediante un convenio administrativo el ayuntamiento se obliga a dictar una
dispensa de construcción, al constructor B el pago de 10000 euros (denominado contrato de
dispensa, véase, sobre esto infra, § 14 marg. 11). Si B se niega al pago de los diez mil euros,
entonces el ayuntamiento debe elevar una pretensión de condena al tribunal contencioso-
administrativo. Si hiciera valer su acción mediante una resolución que impusiera una obli-
gación de hacer (acto administrartivo), entonces estaríamos formalmente ante un acto admi-
nistrativo, pero sería —a falta de admisibilidad— antijurídico y anulable, siempre y cuando
esta irregularidad no sea considerada, en aplicación de una jurisprudencia ahora inequívoca,
como causa de nulidad. A la inversa, si el ayuntamiento se negara a conceder la dispensa, B
debería interponer una pretensión de condena (véase infra, § 14 marg. 54).
74
Véase BVerwGE 28, 1; 71, 354, 357 y ss. (reintegro del exceso pagado del sueldo);
BVerwGE 52, 183, 185 y ss. (reembolso de costes de formación carentes de base jurídica) y
BVerwGE 19, 243, 27, 245 (Indemnización por daños); en el mismo sentido Bethge/Detter-
beck, JuS, 1991, pp. 226 y ss.; otra opinión: Rupp, DVBl, 1963, pp. 577 y ss.; Renck, JuS,
1965, pp. 129 y ss.; Achterberg, VerwR § 20 margs. 81 y ss.; véase, también Hennek, en:
Knack, Vor § 35 marg. 39, con ulteriores referencias.
más sencillo a tal fin; esta consecuencia no es, sin embargo, extraída
por la jurisprudencia.75
La anterior cuestion controvertida, sobre si a la administración ca-
reciendo de fundamento legal se le permite exigir la devolución de
subvenciones o prestaciones parecidas mediante actos administrati-
vos, ha sido entre tanto regulada por el legislador y aceptada (§ 49 a I
2 VwVfG). El legislador ha incorporado así la denominada teoría del
reverso (Kehrseitentheorie), según la cual la reclamación tiene lugar
de la misma manera que la fundamentación de las relaciones de pres-
tación (BverwGE 20, 295, 297 y ss.; 40, 85, 89).
c) Ha de observarse finalmente que la forma del acto administrativo sólo
es válida, si se trata de una regulación jurídico-administrativa singu-
lar con efectos frente a terceros. Al igual que para las fuentes jurídicas
también para el acto administrativo se distingue entre forma y conte-
nido. La forma del acto administrativo sólo puede ser elegida, si tam-
bién existe un acto administrativo material, mientras que el legislador
no determine otra cosa.76
75
Ejemplo: La autoridad competente exige al funcionario B el pago de mil euros en
concepto de indemnización, porque es culpable de haber dañado un vehículo de servicio.
Se debe probar en primer lugar, si la orden es un acto administrativo o no. Si se tratara de
un acto administrativo, según la opinión mayoritaria sería antijurídica, porque la autoridad
competente no está autorizada generalmente a actuar, mediante acto administrativo, incluso
aunque la acción de indemnización estuviera fundada material y jurídicamente; sin embargo,
según la jurisprudencia, la actuación mediante acto administrativo sería posible y única-
mente debería examinarse si dicho acto es formal y materialmente conforme a derecho, en
particular debería examinarse el fundamento de la pretensión de indemnización por daños.
76 Según esto, es ilegal la renuncia de un contrato de arrendamiento (declaración de vo-
luntad jurídico-privada) o la emisión de una regulación general y abstracta (norma jurídica)
en la forma de un acto administrativo, véase BverwGE 18, 1 (establecimiento de una zona
de protección de agua mediante un acto administrativo en lugar de mediante un reglamento).
La tutela judicial se determina fundamentalmente según la forma (BverwGE 18,1; BverG
DÖV 1974, 426; BadWürttVGH VBlBW 1987, 377; OVG Greifswald DÖV 2000, 737), por
lo que también se podría interponer una pretensión de impugnación frente a una regulación
general y abstracta en la forma de un acto administrativo. Además el afectado puede —y
debe— interponer una pretensión de impugnación, si la autoridad que conoce del recurso
califica erróneamente una factura, es decir, una simple orden de pago del ayuntamiento, en
cuanto acto administrativo (así BVerwGE 78, 3 en contra de Renck, BayVBl. 1988, 409).
C. La validez formal
77
El acto administrativo ficticio ha sido empleado con fuerza en los últimos tiempos
con motivo de la aceleración del procedimiento y, por esa razón, ha encontrado una mayor
atención en la doctrina. No se trata, en realidad, de un acto administrativo, pero por impe-
rativo legal ha de observase la situación jurídica como si un acto administrativo se hubiera
pronunciado. La ficción legal no se limita a actos administrativos, sino que abarca también
otros actos jurídicos, por ejemplo, el acuerdo del ayuntamiento y la aprobación de órganos
administrativos superiores, según el § 36 II Bau GB (véase supra, § 9 marg. 30). Sobre
las cuestiones y problemas derivados de la ficción, véase Ortloff, Die fictive Baugenehmi-
gung, Festschrift für Gelzer, 1991, pp. 232 y ss.; Oldiges, Der fiktive Verwaltungsakt, UTR
2000, pp. 41 y ss.; Caspar, Der fiktive Verwaltungsakt–Zur Systematisierung eines aktuellen
verwaltungsrechtlichen Instituts, AöR 125, 2000, pp. 131 y ss.; además, en general, Jach-
mann, Die Fiktion im Öffentlichen Recht, 1998.
78 motivación sirve en principio al autocontrol del órgano, pues le obliga a asegurar que
su decisión sea, desde el punto de vista de los hechos y del derecho, exactamente meditada
y suficiente. La motivación también sirve al afectado, quien generalmente mediante la moti-
vación es desplazado al lugar de enjuiciar la legalidad del acto administrativo interponiendo,
en su caso, un recurso. La motivación facilita finalmente la revisión en el propio procedi-
miento de recurso porque el órgano administrativo competente, o bien el Tribunal de lo
Contencioso-Administrativo, pueden determinar según qué fundamentos y consideraciones
ha actuado el órgano administrativo.
D. La validez material
A. Aclaraciones conceptuales
realizable técnicamente.
Imposible jurídicamente es la obligación dirigida al propietario de la casa a un inmediato
desalojo de una vivienda arrendada (el contrato de alquiler le da al arrendatario el derecho a
habitarla; por tanto, el órgano administrativo debe dirigirse también al arrendatario), o una
licencia de construcción, según el § 136 BauGB, cuando los presupuestos de derecho para la
exigida construcción no se reúnen (véase BverwGE, 88, 97, 100 y ss.). El mandamiento de
derribo de un edificio perteneciente a varias personas pero dirigido a un solo copropietario
es, según la opinión del BverwG (BverwGE 40, 101, 103), conforme a derecho, pero sólo
puede ser ejecutado si el resto de copropietarios también ha recibido el correspodiente man-
damiento. Esta solución es dudosa; se trata más bien de que la disposición es temporalmente
ineficaz hasta su comunicación a todos los copropietarios.
83 Véase, sobre la eficacia de los actos administrativos supra, § 9 marg. 66. Aquí se trata
la allí mencionada “eficacia interna”.
es, por tanto, inicialmente eficaz y tampoco es por ello ejecutivo, o determi-
nados de sus efectos no pueden ser extraídos (véase infra, marg. 27).
d) Aplazamiento temporal. El acto administrativo es por regla general in-
mediatamente eficaz. El órgano puede, no obstante, disponer que sea eficaz
en un tiempo posterior o tras la producción de un acontecimiento incierto,
o que tras estas condiciones pierda posteriormente su eficacia (término y
condición, véase infra, § 12). También es posible que sea el propio desti-
natario del acto el que decida la introducción de un suceso condicionado, y
que con su conducta pueda provocar el comienzo o el fin de la eficacia del
acto administrativo.84
84
A este contexto pertenece también la retroactividad de los actos administrativos, que
es generalmente lícita, si bien, está sometida a límites de hecho y de derecho (véase, en par-
ticular Wolff/Bachof/Stober, VerwR II § 48 margs. 46 y ss.).
85 La autoridad que conoce del recurso no está interesada, en algunas ocasiones, en que
un recurso interpuesto tardíamente sea desestimado por una irregularidad formal, como es
el transcurso del plazo, sino en que a pesar del transcurso del plazo se decida objetivamente
sobre el asunto bien para anular el acto porque el recurso está fundamentado, bien para
confirmarlo porque las objeciones frente a la validez del acto administrativo no se sostienen.
Es dudoso si está autorizada para ello. La jurisprudencia y una parte de la doctrina admiten
esta opción pues consideran que pertenece a la discrecionalidad de la autoridad que conoce
del recurso decidir si desestima la interposición de un recurso tardío por inadmisible, o si
entra en el fondo del asunto a pesar del vencimiento del plazo; adoptada una decisión sobre
el fondo del asunto, lo sería en desarrollo de un procedimiento de recurso prescrito en el
87
Véase, para delimitar las cuestiones jurídico-públicas, supra, § 3 margs. 12 y ss., en
particular margs. 20 y ss.; en caso de inadmisibilidad de la vía contencioso-administrativa,
remisión a la jurisdicción competente, según el § 17 a II GVG.
1. Fundamento habilitante
¿Qué norma jurídica interviene como fundamento jurídico del acto
administrativo?
D. La tutela cautelar
89
La naturaleza jurídica del denominado efecto suspensivo del § 80 VwGO es contro-
vertida. Según la teoría de la eficacia, el mismo paraliza la producción de efectos jurídicos
del acto administrativo (así Erichsen/Klenke, DÖV 1976, 833 y ss.; Schoch, NVwZ 1991,
1122); según la teoría de la ejecutividad o de la ejecutoriedad, aquél no impide la eficacia,
sino sólo la ejecutividad del acto administrativo (Así BverGE 13, 1, 8; 24, 92, 98 ss.; 66,
218, 222; también Stern, VerwprozR, marg. 196). La teoría de la eficacia resulta preferible,
si se entiende que la eficacia sólo cae provisionalmente pero se restablece con efecto retro-
activo en caso de la confirmación judicial del acto administrativo (en este sentido Schenke,
VerwprozR, margs. 950 y ss.). La teoría de la ejecutividad conduce en la práctica al mismo
resultado, porque se deduce de un concepto de ejecución amplio, el cual no sólo comprende
los actos de ejecución administrativos, sino también todos los derechos y consecuencias de-
rivados del acto administrativo, por ejemplo, el uso de una licencia de construcción, el cobro
de una sanción impuesta por la infracción del acto administrativo (véase, Hufen, Verwpro-
zR, § 32 marg. 4). Si un acto administrativo no produce ningún derecho ni le corresponde
ninguna consecuencia, no es entonces —mientras continúe esta situación de suspensión—
eficaz, en todo caso esta situación sólo se puede aclarar con la falta de eficacia. Véase para
la problemática en su conjunto —con su propio enfoque— Renck, Verwaltungswirkungen,
rechtsmittelwirkungen und vorläufiger Rechtsschtuz, BayVBl, 1994, pp.161 y ss.
Ejemplo: Al conductor A le retiran la licencia de conducir según el § 4 StVG e interpone
un recurso. ¿Puede continuar conduciendo su coche?. El recurso tiene efectos suspensivos
según el § 80 I VwGO. Esto significa que la retirada de la licencia de conducir no produce en
principio sus efectos jurídicos y por ello el originario permiso de conducir permanece eficaz.
A. Presupuestos
A tiene, por tanto, aún un permiso de conducir válido. Si la autoridad competente en materia
de tráfico quiere evitar inmediatamente que A continúe conduciendo, debe imponer entonces
la ejecución inmediata, según el § 80 II núm. 4 VwGO. Esto presupone la existencia de un
interés público preponderante, que sólo pude ser aceptado si es evidente que el recurso de
A no tiene perspectiva alguna de éxito (porque aquél no puede tener ningún interés legítimo
en una prórroga) o por razones de peso expuestas en el caso, por ejemplo que A no sólo es
incapaz en general para conducir un vehículo según el § 4 I StVG, sino que también es un
conductor peligroso para el tráfico mientras se tramita el procedimiento de impugnación.
Véase sobre esto OVG Bremen DÖV 1979, 141, también BadWürtVGH DÖV, 1978, 450,
y J. Schmidt, DÖV, 1979, p. 573. La tutela cautelar de los actos administrativos con efectos
frente a terceros (Drittwirkung) es problemática (por ejemplo, una licencia de hostelería, la
cual perjudica a los vecinos en sus derechos), porque en estos casos no se trata sólo de la
relación Estado-ciudadano y, por tanto, del conflicto interés público-interés privado, sino
también de las relaciones con los terceros y sus derechos. El legislador ha regulado esta
constelación de casos en el § 80a VwGO, introducido mediante la 4a. modificación de la
VwGO del 17 de diciembre de 1990 (BGBl. I, p. 2809). (Sobre esta cuestión, consúltense
los manuales sobre derecho procesal contencioso-administrativo).
Ha de advertirse que el § 212a. I BauGB, en la redacción de 1997, excluye los efectos
suspensivos para el caso de la impugnación de una licencia de construcción u otras licencias
urbanísticas. Si el vecino quiere evitar la construcción inmediata, debe, según § 80a I núm.
2 VwGO, solicitar al órgano urbanístico competente la suspensión de la ejecución de la
licencia de construcción.
90*** El epígrafe IV de este § 10 ha sido traducido por Javier García Luengo, profesor
Nt13
Precepto que tipifica el equivalente a nuestro allanamiento de morada.
93 Ejemplo: A recibe el 1o. de marzo una resolución por la que le obliga a pagar una tasa
acompañada de la información sobre los recursos que proceden. El 15 de abril el órgano
competente le comunica que si no paga inmediatamente se procederá en vía ejecutiva. Si
se tratase de una resolución simplemente anulable, la misma sería eficaz y por el transcurso
del plazo de recurso, además, habría devenido firme con lo que A debería pagar (mientras
que la resolución no sea revisada de oficio, véase, al respecto, el § 11, margs. 47 y ss.). Si
la resolución estuviera afectada manifiestamente de una infracción especialmente grave el
afectado podría rehusar el pago y, si fuera necesario, impugnar la ejecución.
94 Ejemplo: K quiere adquirir de V una finca situada en el término municipal G y con-
cluye con V el correspondiente contrato de compraventa, pero el municipio ejerce frente
a V (véase el § 28 II 1 del Código Urbanístico —BauGB—) su derecho a la adquisición
preferente según el § 24 I núm. 2 del Código Urbanístico, con lo que el contrato que habían
concluido V y K pasa a regular la relación entre V y el municipio G (véase el § 28 II 2 del
Código Urbanístico en relación con el § 464 II del Código Civil). V no plantea recurso al-
guno contra esta operación, pero más tarde se niega a prestar su consentimiento para la ins-
cripción de la transferencia con el argumento de que el ejercicio del derecho de adquisición
preferente fue antijurídico. El municipio pretende judicialmente obligar a que se preste dicho
consentimiento. ¿Cómo debe enjuiciarse el supuesto? El tribunal de lo civil competente en
la materia sólo debe enjuiciar, con carácter prejudicial, si el acto administrativo por el que se
ejercitó la adquisición preferente es nulo de pleno derecho o eficaz, si no concurre ninguna
causa de nulidad, entonces el acto será —con independencia de su posible anulabilidad, que
aquí no debe ser examinada— eficaz y V será condenado a prestar su consentimiento para la
inscripción.
A. Problemática
Cfr.
101 sobre la nueva regulación del § 114 inciso 2 VwGO: BVerwGE 105, 55, 59; 106,
351, 363 y ss.; BVerwG NJW 1999, 2912; Tribunal Superior de Justicia de Münster (OVG
Münster), NVwZ, 2001, 1424; además, sobre la aportación tardía de la motivación en la
nueva doctrina; W. R. Schenke, “Reform” ohne Ende–Das Sechste Gesetz zur Änderung
der Verwaltungsgerichtsordnung und anderer Gesetze, NJW, 1997, pp. 81, 88 y ss.; Bader,
Die Ergänzung von Ermessenserwägungen im verwaltungsgerichtlichen Verfahren, NVwZ,
1999, pp. 120 y ss.; Dolderer, Die neu eingefügte “Ergänzung von Ermessenserwägungen“
im Verwaltungsprozess, DÖV, 1999, pp. 104 y ss.; R. P. Schenke, Das Nachschieben von
Gründen nach dem 6. VwGO-Änderungsgesetz, VerwArch., vol. 90, 1999, pp. 163 y ss.;
idem, Das Nachschieben von Ermessenserwägungen, JuS, 2000, pp. 230 y ss. (sobre BVerw-
GE 106, 351).
nida en cuenta, pero tampoco aquí debe atender a las ideas subjetivas de los
funcionarios, sino a la voluntad más objetiva del órgano administrativo.103
A. Generalidades
gen, JuS, 2000, pp. 230 y ss.; Schöbener, Der Ausschluss des Aufhebungsanspruchs wegen
Verfahrensfehlern bei materiell-rechtlich und tatsächlich alternativlosen Verwaltungsakten,
DV, 33, 2000, pp. 447 y ss.; Niedobitek, Rechtsbindung der Verwaltung und Effizienz des
Verwaltungsverfahrens, DÖV, 2000, pp. 761 y ss.; Pietztcker, Verfahrensrechte und Folgen
von Verfahrensfehlern, Festschrift für Maurer, 2001, pp. 695 y ss.; Brischke, Heilung fehler-
hafter Verwaltungsakte im verwaltungsgerichtlichen Verfahren, DVBl, 2002, pp. 429 y ss.;
Hufen, Fehler im Verwaltungsverfahren, 4a. ed., 2002; véase, además, las indicaciones en el
texto, en particular, marg. 40.
Jurisprudencia: BVerwGE 28, 1; 50, 171; NJW 1977, 1838 (licitud del acto administrati-
vo: pretensiones de funcionarios; pretensiones contractuales, devolución de prestaciones de
subvención); BVerwGE 45, 51 (principio de proporcionalidad: custodia policial); BVerwGE
19, 284; 84, 314 (Nulidad de actos administrativos); BVerwGE 40, 212, 216; 48, 336 (in-
exactitud evidente, rectificación); BVerwGE 12, 9; 62, 300, 306 y ss.; 110, 24, 162, 165 y
ss. (conversión de actos administrativos). BGHZ 21, 294; BSozGE 24, 162, 165 y ss. (nuli-
dad de actos administrativos); Tribunal Superior de Justicia de Luneburg (OVG Lüneburg)
OVGE 23, 391 (ilegalidad parcial).
Jurisprudencia sobre V (consecuencias de los defectos de procedimiento) en particular:
BVerwGE 66, 111; 68, 267; NVwZ, 1984, 578 (recuperación de la audiencia omitida en el
procedimiento de recurso); BVerwGE 38, 191; 85, 163; 106, 351, 363 y ss.; 109, 211, 216
(sobre la aportación tardía de la motivación en el proceso administrativo); BVerwGE 61, 45,
49 y ss.; 65, 287; 69, 90, 92 (irrelevancia de las infracciones de procedimiento en los actos
administrativos reglados: rechazo del reconocimiento como objetor de conciencia); BVerw-
GE 75, 214, 228; 78, 280 y 284 (causalidad de resultado del defecto de procedimiento);
BVerwGE 121, 297 (recuperación de una decisión discrecional después de la modificación
de la jurisprudencia; sobre esto Bader, JuS, 2006, 199).
104**** Los epígrafes I, II, III y IV de este § 11 han sido traducidos por Javier García
C. Firmeza formal
D. Firmeza material
105
La firmeza formal (imposibilidad de impugnación) comienza cuando los plazos de
recuso se agotan, cuando el afectado renuncia a la interposición de los recursos, o cuando no
cabe interponer recurso alguno o ya no puede interponerse por haberse agotado los recursos
ordinarios.
106
Cuando se entiende la firmeza material como equivalente al efecto vinculante del
acto administrativo se equipara la misma a la fuerza de cosa juzgada material, cuando, por
contra, se observa esta figura en relación con la revisión de oficio y la revocación su equi-
valente procesal sería la vinculación del órgano judicial a sus resoluciones. No obstante,
estas comparaciones no aportan mucho porque tanto la eficacia vinculante del acto como sus
posibilidades de revisión siguen sus propias reglas.
A. Base jurídica
107
Ejemplo: A ha sido nacionalizado mediante un acto administrativo (jurídicamente efi-
caz), de manera que todo tribunal y todo órgano administrativo debe partir de la nacionalidad
alemana de A, incluso si tienen dudas sobre la legalidad de su nacionalización. Sólo cabría
actuar de otra forma si la nacionalización fuese nula de pleno derecho, ya que un acto nulo
de pleno derecho no puede tampoco generar la vinculación al mismo como presupuesto de
hecho —Tatbestandswirkung—.
108 En el ámbito propio de la administración tributaria rigen para los actos administrativos
en general los §§ 130 y ss. de la Ley General Tributaria (AO) y para las liquidaciones tribu-
tarias los §§ 172 y ss. de la AO. Siempre que las leyes tributarias locales de los Länder se
remitan a la Ley General Tributaria (véase supra, § 5 margs. 22 y ss.), estos preceptos regirán
también para la revisión y revocación las resoluciones tributarias locales, entre otras, por
tanto, para las modificaciones de las resoluciones que fijan las contribuciones a los gastos de
urbanización según el § 127 I del Código Urbanístico —BauGB— (véase la sentencia del
Tribunal Superior de lo Contencioso-Administrativo de Baden-Württemberg publicada en
VBlBW, 1988, 138). En el ámbito de la Administración Social resultan de aplicación los §§
44 y ss. del tomo X del Código de la Seguridad Social (SGB X). Estos preceptos rigen tam-
bién, según el § 20 de la Ley Federal sobre Ayudas a la Formación —BAföG— (con algunas
modificaciones), para la revisión de ayudas concedidas de conformidad con la Ley Federal
sobre Ayudas a la Formación (véase, al respecto, la sentencia del Tribunal Superior de lo
Contencioso-Administrativo recogida en BverwGE, 78, 101). Las normas sobre revisión de
oficio y revocación de la Ley General Tributaria y el tomo X del Código de la Seguridad
Social son generalmente análogas a las previstas en la Ley Federal de Procedimiento Admi-
nistrativo, pero contienen, no obstante, algunas especialidades dignas de atención.
Como normas especiales que desplazan la aplicación de la normativa general pueden
citarse, por ejemplo; el § 15 de la Ley de Establecimientos de Restauración (GastG) respecto
a la autorización requerida para los mismos (véase la sentencia del Tribunal Federal de lo
Contencioso-Administrativo recogida en BVerwGE 81, 74, 78), el § 17 de la Ley sobre la
Energía Nuclear (AtomG) respecto a las autorizaciones en el ámbito de la energía atómica,
el § 47 de la Ley de Armas (WaffG) para los permisos de armas, el § 12 de la Ley Federal
de la Función Pública (BBG) respecto al nombramiento de funcionarios (BVerwGE 81, 282,
284). Las regulaciones sobre la revisión de oficio y la revocación que contenían las leyes
urbanísticas de los Länder han sido derogadas sin excepción, por lo que hoy rigen la revisión
de oficio y la revocación de las licencias urbanísticas los §§ 48 y ss. de la Ley de Procedi-
miento Administrativo.
Cuando la Ley de Procedimiento Administrativo no es aplicable ni existen preceptos
especiales, resultan de aplicación los —ya anteriormente reconocidos— principios generales
del derecho administrativo sobre la revisión de oficio y la revocación. Véase, al respecto,
sobre la revisión de oficio de actos favorables en el ámbito de las ayudas para compensación
de cargas en favor de los damnificados por la Segunda Guerra Mundial, las sentencias del
Tribunal Federal de lo Contencioso-Administrativo recogidas en BVerwGE 71, 261 y NVwZ
1989, p. 143 (véase, al respecto, infra, marg. 23).
Por último debe señalarse que los preceptos sobre revisión de oficio se aplican también
generalmente a aquellos actos que otorgan subvenciones de conformidad con el derecho de
la unión europea, siempre y cuando no existan disposiciones especiales, véase, al respecto,
sobre el tema y sobre las limitaciones a la protección de la confianza desde un punto de vista
comunitario, infra, margs. 38a y ss.
firmes y por una serie de causas tasadas en la ley, aunque en el caso alemán la ins-
titución se aplica a un mayor número de supuestos.
B. Aclaraciones conceptuales
Revisión
109
En la doctrina se mantuvo la opinión de que las reglas sobre la revisión de oficio del
§ 48 de la Ley de Procedimiento Administrativo (VwVfG) se podían emplear con actos que
originariamente eran conformes a derecho pero que por un cambio de las circunstancias se
convirtieron en ilegales (en tal sentido, Schenke, DVBl. 1989, pp. 433 y ss.; idem, BayVBl,
1990, pp. 107 y ss.; en contra de esta posición, Kopp, BayVBl, 1989, pp. 652 y ss.; Lehner,
DV, vol. 26, 1993, pp. 183 y ss.), el motivo que justificaba esta posición era que la revoca-
ción anteriormente sólo podía tener eficacia ex nunc (§ 49 II VwVfG), lo que traía como
consecuencia que las subvenciones que habían sido otorgadas mediante un acto administrati-
vo conforme a derecho y abonadas, pero que no habían sido empleadas de conformidad a su
finalidad por el beneficiario, no podía ya ser reintegradas. No obstante, entretanto, el legis-
lador ha regulado y resuelto este problema, mediante el § 49 III de la Ley de Procedimiento
Administrativo en la redacción del 2 de mayo de 1996, con lo que ya no existen tampoco
desde un punto de vista práctico, razones para sosterner una posición distinta a la que se
deriva de los principios dogmáticos expuestos. No obstante, hay que diferenciar de éste caso
C. Revisión parcial
ex tanc ex nunc
el del acto administrativo cuya ilegalidad se produce tras su emisión pero que se extiende
retroactivamente al momento en el que se dictó; en este caso estamos ante un acto admi-
nistrativo antijurídico desde el inicio al que se aplican las normas propias de la revisión de
oficio. Así, con razón, la resolución del Tribunal Federal de lo Contencioso-Administrativo
publicada en BVerwGE 84, 111.
110 También la revisión en el marco de un proceso de recurso puede limitarse a una parte
del acto administrativo afectado, aunque mientras en este caso el alcance de la revisión está
determinado por el alcance de la ilegalidad (el acto administrativo debe ser revisado en tanto en
cuanto es antijurídico y perjudica al particular en sus derechos, véase el § 113 I, primera frase,
VwGO), en el caso de la revisión de oficio o la revocación queda en gran parte a la decisión
discrecional del órgano administrativo la determinación del alcance que tendrá la revisión.
111 Ejemplos: Una prestación fijada inicialmente en mil marcos se ve revisada de oficio o
revocada por un importe de trescientos marcos. Una orden de derribo que se dirigía inicial-
mente contra todo un edificio, se limita a una parte de la edificación.
112 Si una prestación se revisa de oficio ex tunc entonces el soporte jurídico de las presta-
ciones ya abonadas se extingue y, en consecuencia, las prestaciones deben ser reintegradas;
sin embargo, cuando la prestación se revisa de oficio con efectos ex nunc se mantiene el so-
porte jurídico de las prestaciones ya abonadas, que, sin embargo, ya no existirá en el futuro,
con lo que el otorgamiento de las prestaciones debe suspenderse.
Esta clasificación, que es común, parte del supuesto normal que viene re-
presentado por la revisión de oficio o la revocación de todo un acto favora-
ble (y, por tanto, en perjuicio del ciudadano) o de todo un acto desfavorable
(y, por tanto, en beneficio del ciudadano), pero la modificación (revisión de
oficio o revocación parcial) del acto administrativo puede producir también
el efecto contrario.113
Desde el punto de vista del interés del ciudadano lo decisivo no es si el
acto modificado es favorable o desfavorable, sino si la modificación le afec-
ta favorable o desfavorablemente. No obstante, dado que la distinción entre
actos favorables y desfavorables se ha generalizado, y es adecuada cuando
se trata de la revisión de la totalidad del acto, se va a utilizar en lo sucesivo.
No obstante, debe destacarse que la modificación perjudicial para el ciuda-
113 Ejemplo: La resolución que fija una tasa puede ser modificada para aumentar la cuan-
tía ya fijada, porque la cuantía incial no era conforme con la regulación de la tasa en cuestión
(modificación de una acto desfavorable en perjuicio del ciudadano, véase la resolución del
Tribunal Federal de lo Contencioso-Administrativo publicada en BVerwGE 30, 132).
A. Desarrollo y problemática
ser revocado aunque sea también antijurídico (véase, aunque referidas a otros supuestos de
hecho, las sentencias del Tribunal Federal de lo Contencioso-Administrativo publicadas en
NVwZ 1987, 498 y BVerwGE 112, 80, 86, y la del Tribunal Superior de lo Contencioso-
Administrativo de Hessen publicada en ESVGH 53, 115, 117), con lo que pueden obviarse
cuestiones, que en el caso concreto tal vez resulten de difícil solución, como la de si el per-
miso era antijurídico o si concurren el resto de los presupuestos de la revisión de oficio.
119 Es admisible la revisión de oficio de una revisión de oficio o de una revocación, pero
la revocación de una revocación es mayoritariamente rechazada. Dicho rechazo es plau-
sible ya que cuando un órgano administrativo quiere volver a tener el acto administrativo
puede dictarlo de nuevo y si ello no fuera (ya) jurídicamente viable, ello demuestra que la
revocación de la revocación sería también cuestionable. Desde un punto de vista lógico
jurídico tanto la revisión de oficio como la revocación se podrían encadenar entre sí o una
con la otra indefinidamente y a voluntad, pero ya sólo por razones de claridad jurídica esto
no sería admisible jurídicamente más allá de los casos ya mencionados (véase, también al
respecto, Jellinek, VerwR, pp. 281 y 282); otra opinión contraria (fundamentalmente sobre
la legalidad de la revocación de una revocación) Ibler, NVwZ 1993, 451 y ss., con ejemplos.
Véase, para la revisión de oficio de una resolución de revisión de oficio, la sentencia del
Tribunal Superior de lo Contencioso-Administrativo de Baden-Würtemberg publicada en
NVwZ, 1992, 184.
124 Véase, para esta distinción las referencias a la jurisprudencia del Tribunal Federal de
lo Contencioso-Administrativo (BVerwG) hechas en el marg. 24. Resoluciones prestaciona-
les son, por ejemplo, el otorgamiento de becas y subvenciones, la fijación de la antigüedad
en el servicio que sirve de presupuesto a una prestación pecuniaria, o la certificación que
sirve de presupuesto a una exención de impuestos o tasas (véase la sentencia del Tribu-
nal Federal de lo Contencioso-Administrativo publicada en BVerwGE 104, 289, 301). Son
actos administrativos de otras clases, por ejemplo, las autorizaciones, las verificaciones, el
otorgamiento de la nacionalidad. Véase, también en este contexto la sentencia del Tribunal
Administrativo Federal en BVerwGE 85, 79 que aplica a la retirada de la documentación de
refugiado, que implica la revisión de oficio del reconocimiento del estatus de refugiado, en
parte las reglas del apartado segundo y, en parte, las del apartado tercero del § 48 VwVfG,
lo que se explica por una interpretación demasiado restrictiva del apartado tercero (véase, p.
84 de la resolución citada).
125 Con frecuencia se dice que en el caso de las resoluciones prestacionales se ofrece una
protección de la existencia (Bestandsschutz), mientras que el del resto de resoluciones se da
una mera protección patrimonial (Vermögensschutz), esto sólo es cierto desde un punto de
vista formal pero no desde uno material. Así, el legislador sigue la tendencia a satisfacer,
en principio, sólo los daños derivados de la confianza, lo que se consigue en el caso de las
resoluciones prestacionales a través de la compensación por la vía de la revisión de oficio
parcial, con lo que no hay una protección de la existencia completa, sino una protección de
la continuidad del acto en la medida amparada por la confianza protegible para impedir la
causación de un daño por confianza (véase, con detalle al respecto, Maurer, Festschrift für
den Boorberg-Verlag, pp. 236 y ss.; también en un sentido similar la sentencia del Tribunal
Federal de lo Contencioso-Administrativo publicada en BVerwGE 104, 289, 300 y 301).
126 El § 48 II de la Ley de Procedimiento Administrativo (VwVfG) regula sólo las re-
soluciones prestacionales, pero para las demás clases de actos administrativos del § 48 III
VwVfG se aplica también análogamente en este aspecto, ya que sólo hay diferencia en el
punto de referencia, que no será ya la revisión de oficio sino la indemnización económica.
127 Sobre el punto segundo debe señalarse que según la jurisprudencia del Tribunal Fede-
ral de lo Contencioso-Administrativo (BVerwG) se debía negar la protección de la confianza
cuando la antijuridicidad del acto administrativo recae en el ámbito de responsabilidad del
beneficiado, o sea cuando se le pueda atribuir objetivamente, lo que sucedía, sobre todo,
cuando la antijuridicidad traía su causa de la aportación de informaciones incorrectas por
parte del beneficiado, habiendo sido asumida esta regla en la segunda frase del § 48 II de
la Ley de Procedimiento Administrativo (VwVfG). Para apreciar esta circunstancia basta
determinar si el interesado aportó informaciones que eran objetivamente incorrectas y que
dichas informaciones fueron la causa de la antijuridicidad del acto administrativo, siendo,
por contra, irrelevante al respecto si concurrió culpa del interesado o si conocía o debía
conocer la incorrección de sus informaciones (véase las sentencias del Tribunal Federal de
lo Contencioso-Administrativo recogidas en BVerwGE 74, 357, 364 y en 78, 139, 142 y
143). No obstante, cuando la incorrección de las informaciones es propiciada por el órgano
administrativo, al suministrar, por ejemplo, un formulario de solicitud que conduce a errores,
entonces la responsabilidad por la antijuridicidad recae en su ámbito de responsabilidad y, en
consecuencia, no concurre la segunda causa de exclusión de la protección de la confianza (al
respecto, la sentencia del Tribunal Federal de lo Contencioso-Administrativo en BVerwGE
10, 12, 15); sin embargo, en caso de duda el interesado debe consultar al órgano administra-
tivo (véase la sentencia del Tribunal Federal de lo Contencioso-Administrativo en BVerwGE
105, 354, 361). Según la sentencia del Tribunal Federal de lo Contencioso-Administrativo
publicada en BVerwGE 74, 357, 364 no se producirá la protección de la confianza en caso
de informaciones incorrectas del beneficiario tampoco cuando el órgano administrativo haya
tenido corresponsabilidad en la antijuridicidad del acto, pero frente a la revisión de oficio en
estos casos se podría oponer, en determinadas circunstancias, la alegación de un abuso de
derecho según el § 242 del Código Civil (BGB). Este planteamiento constituye un desvío
innecesario ya que estas consideraciones se podrían realizar en el contexto de la ponderación
entre el interés a la protección de la confianza y el interés público a la revisión de oficio.
128 Ejemplos: El beneficiado ha realizado compras con los dineros recibidos, o ha co-
menzado la construcción de la instalación autorizada. En el caso de prestaciones periódicas
que sirven para satisfacer las necesidades vitales tales como retribuciones salariales, rentas,
becas, etcétera, se asume, por regla general, sin más que las mismas se han consumido (véase
las sentencias del Tribunal Federal de lo Contencioso-Administrativo en BVerwGE 8, 261,
269 y 19, 188, 191). De forma excepcional puede también fundamentar la protección de la
confianza las disposiciones realizadas con anticipación a un acto administrativo ya anuncia-
do (véase la sentencia del Tribunal Superior de lo Contencioso-Administrativo de Hamburgo
—OVG Hamburg— publicada en NVwZ 1988, 73).
129 Ejemplo: A W se le reconoce, mediante una resolución fechada el 1o. de febrero, su
derecho a recibir una ayuda para la vivienda. Con dicha ayuda alquila el 1o. de marzo una
vivienda más cara pero acorde con su situación que sólo puede financiar gracias a la citada
ayuda. El 1o. de junio el órgano competente revisa de oficio la resolución por considerarla
antijurídica [según el § 45 I y II del libro X del Código Social —SGB X—, que equivale al
§ 48 I y II de la Ley de Procedimiento Administrativo (VwVfG)]. Dadas las circunstancias
del caso concreto puede estar justificado que la resolución no sea revisada ni con efectos
ex tunc, ni con efecto ex nunc, sino que se revise con efectos al 31 de diciembre del año
en curso de forma que W siga recibiendo la ayuda para que pueda volver a adaptarse a las
nuevas (en realidad a las anteriores) circunstancias. Este ejemplo muestra también que en
el caso de resoluciones prestacionales se puede llegar a soluciones variables y adecuadas al
grado de protección que merezca la confianza mediante la limitación material o temporal de
la revisión de oficio.
tante, dada la especialidad de sus efectos, sobre todo para terceros y para
el tráfico jurídico en general, la balanza se inclinará con fuerza del lado del
mantenimiento de los mismos, véase, por ejemplo, la sentencia del Tribunal
Federal de lo Contencioso-Administrativo publicada en BVerwGE 54, 257
(sobre una autorización para el tráfico inmobiliario), o la del Tribunal Supe-
rior de lo Contencioso-Administrativo de Baviera —BayVGH— publicada
en NVwZ 1991, 992 (sobre una licencia para fraccionamiento de parcelas).
c) La consecuencia del reconocimiento de la protección de la confianza
es que en el caso de resoluciones prestacionales, según el apartado segundo,
no se puedan revisar de oficio, y, en el caso de los otros tipos de actos admi-
nistrativos, según el apartado tercero, no se puedan revisar salvo que medie
la correspondiente indemnización, siempre, en uno y otro caso, hasta donde
alcance la confianza digna de protección. Por otra parte, los apartados 2 y
3 sólo contienen o una prohibición de la revisión o un mandato de indem-
nización pero no agotan la regulación sobre la facultad de revisar de oficio,
que, en lo no abarcado por estos preceptos, queda a la decisión discrecional
contemplada en el apartado primero.130
La regulación de la indemnización contenida en el § 48 III de la Ley de
Procedimiento Administrativo (VwVfG) no limita la discrecionalidad del
órgano decisor sino que la aumenta, en vez de la anterior alternativa entre
revisar de oficio o no revisar, hoy hay tres posibilidades: revisar, no revisar
o revisar mediando indemnización.
130 El órgano competente podrá prescindir, por tanto, de la revisión de oficio a pesar de
que no haya una confianza protegible (por ejemplo, en caso de escasa importancia), aunque
el principio de legalidad, preponderante en caso de ausencia de confianza protegible, deja
pocas posibilidades al respecto. También podría, en caso de existencia de una confianza
protegible fundada por un acto administrativo revisable según el § 48 I y III de la Ley de
Procedimiento Administrativo (VwVfG), no revisar de oficio porque el interés del afectado
a la continuidad del acto administrativo tiene preferencia incluso frente a la posibilidad de
indemnización, sobre todo cuando dicha compensación económica no puede compensarlo
o no lo puede hacer suficientemente (en este mismo sentido, Göldner, DÖV, 1979, pp. 809
y ss.; Schenke, DÖV, 1983, pp. 322 y 323; también, aunque incidentalmente, el Tribunal
Constitucional Federal en BVerfGE 59, 128, 166 y ss., véase, al respecto, Pieroth, JZ, 1984,
978; en contra, Frotscher, DVBl, 1976, pp. 285 y 286; Erichsen, VerwArch 69, 1978, pp. 307
y 308; del mismo VerwR § 17, margs. 22 y 23 con más referencias; también la sentencia del
Tribunal Superior de lo Contencioso-Administrativo con sede en Münster —OVG Müns-
ter— en DVBl. 1980, 885, aunque esta sentencia resulta ya criticable al no haber tomado
suficientemente en consideración la “reserva de revocación” con que contaba el órgano en
cuestión).
C. Tramitación
trativo sin plazo alguno. La doctrina está también dividida, pero la Gran Sala del Tribunal
Federal de lo Contencioso-Administrativo se ha pronunciado a favor de la interpretación
más amplia comprensiva también de los errores de aplicación del derecho (véase la sentencia
publicada en BVerwGE 70, 356, 357 y ss.).
2) Comienzo del plazo: Según una interpretación, que antes era sostenida también por el
Tribunal Federal de lo Contencioso-Administrativo (véase la sentencia publicada en BVerw-
GE 66, 61), el plazo comienza a contar desde que el órgano tiene conocimiento de los he-
chos relevantes, o sea en el caso de los errores de aplicación del derecho desde el mismo
momento en el que se dictó el acto administrativo a revisar. Según otra interpretación el
plazo comienza a contar cuando el órgano tiene conocimiento de la antijuridicidad del acto
administrativo, o sea de los hechos o circunstancias que causan la antijuridicidad del acto.
Según una tercera interpretación, sostenida por la Gran Sala, el plazo comienza a contar
sólo cuando el órgano administrativo conoce todos los hechos relevantes para la decisión
de revisar de oficio, por tanto, cuando ha tomado conocimiento de los hechos relevantes
para el otorgamiento de la protección de la confianza y para la decisión discrecional sobre la
revisión de oficio (véase la sentencia publicada en BVerwGE 70, 356, 362 y ss.). Si se toma
la última interpretación el plazo no sería un plazo para la tramitación (que comienza tras el
conocimiento de la antijuridicidad del acto), sino un plazo para la resolución (que comienza
tras la aclaración de todos los presupuestos de hecho).
3) Concepto de órgano: Por último, es también objeto de discusión si el conocimiento
de los hechos se debe predicar del órgano administrativo o —de forma más estricta— de la
persona concreta competente dentro del propio órgano. La gran sala se ha pronunciado a
favor de la interpretación más estricta (véase BVerwGE 70, 356, 364).
que el órgano competente no hará ya uso de sus facultades de revisión de oficio; 2) Haya
confiado de hecho en esta circunstancia y realizado disposiciones en este sentido, y 3) Si se
produjese, a pesar de todo, la revisión de oficio sufriría un perjuicio irrazonable (en tal sen-
tido, la sentencia del Tribunal Federal de lo Contencioso-Administrativo en BVerwGE 110,
226, 236).
134 La remisión a los preceptos del Código Civil (BGB) es un reenvío a las consecuencias
jurídicas de dichos preceptos y no a sus fundamentos jurídicos. Los preceptos aplicables son
los §§ 818, 819, 820 y 822 del Código Civil. El afectado puede alegar según el § 818 III del
BGB la extinción del enriquecimiento, con lo que, una vez más, se garantiza la “protección
de la confianza” (véase, al respecto la resolución del Tribunal Federal de lo Contencioso-Ad-
ministrativo publicada en BVerwGE 25, 72, 81 y 82; pero también la recogida en BVerwGE
50, 265, 273). El § 49a II 2 de la Ley de Procedimiento Administrativo (VwVfG), en cuanto
ley especial frente al § 819 I del BGB, reduce considerablemente las posibilidades de alegar
dicha extinción del enriquecimiento, que no sólo no se producirá en caso de conocimiento
de las circunstancias que fundamentan la revisión de oficio, sino también en caso de desco-
nocimiento por negligencia grave. En cuanto a los intereses se rigen por la regla especial del
§ 49a III de la VwVfG.
135 Véase, para la distinción entre la revisión de oficio y el reintegro la sentencia del Tri-
bunal Federal de lo Contencioso-Administrativo (BVerwG) publicada en NJW, 1992, 328.
Si el órgano administrativo exige mediante una resolución el reintegro de una cantidad pa-
gada como consecuencia de un acto administrativo antijurídico debe considerarse, en caso
de duda, que al mismo tiempo ha querido revisar de oficio el acto administrativo que sirvió
de base a la prestación. En este sentido, con razón, la sentencia del Tribunal Federal de lo
Contencioso-Administrativo publicada en BVerwGE 67, 305, 313.
136 Ejemplo: El órgano administrativo revisa de oficio la autorización de una instalación
otorgada, según los §§ 4 y siguientes de la Ley de Protección contra las Inmisiones (BImS-
chG), a A quien había y podía confiar en la continuidad de dicha autorización, por tanto,
A puede reclamar —dependiendo de si la construcción de la instalación se ha iniciado o
incluso ya se ha concluido— los costes de los planos, los costes que conlleve la resolución
del contrato que se haya firmado con la empresa de construcción, los propios costes de la
construcción, etcétera, pero no va a recibir el valor objetivo que la instalación tiene en sí
misma.
137 La cuestión sobre cómo se debe calificar desde el punto de vista del derecho de la
propiedad el derecho a indemnización derivado del § 48 III VwVfG no es pacífica entre la
doctrina, en la medida en que se ha preocupado por discutir sobre este tema. Las posiciones
tempranas (véase, por ejemplo, Maurer, Festschrift für den Boorberg-Verlag, 1977, pp. 247
y ss.) han sido superadas por el desarrollo de la nueva dogmática jurídica sobre la expropia-
ción y la propiedad, hoy dicho derecho a la indemnización podría representar un supuesto
de determinación del contenido del derecho que debe dar lugar a indemnización según el
artículo 14 I 2 GG (véase infra, § 27, margs. 79 y ss.). Las eventuales pretensiones de in-
demnización por responsabilidad administrativa extracontractual o por una lesión análoga a
la expropiación que puedan surgir en el caso concreto no quedan excluidas por el derecho a
indemnización según el § 48 III VwVfG. Véase, al respecto, Kopp/Ramsauer, VwVfG, § 48,
margs. 140 y ss. con más referencias.
nes nacionales dejen pasar a propósito el plazo para así seguir otorgando
las subvenciones necesarias, en su opinión, en sus respectivos Estados. Por
último, el Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas ha señalado
en el caso ya citado que ni el principio de buena fe (en relación con com-
portamiento del órgano que otorgó la subvención), ni la alegación por parte
del receptor del cese enriquecimiento injusto se pueden oponer al reintegro.
Como resultado de todo esto el § 48 VwVfG cumple sólo la función de “re-
sorte para la ejecución” a favor del cumplimiento de la orden comunitaria
de reintegro. No obstante, la jurisprudencia del Tribunal de Justicia sobre la
retirada de ayudas de Estado está justificada, teniendo en cuenta las inequí-
vocas exigencias formales que contiene el artículo 88 del EGV, suficientes,
por sí mismas, para excluir generalmente la formación de la confianza en
los destinatarios de ayudas; pero esta jurisprudencia no debe entenderse
como de aplicación general, el propio Tribunal de Justicia ha reconocido
con carácter general la aplicación del principio de protección de confianza
tanto en el propio derecho comunitario como en su ejecución por las auto-
ridades nacionales, afirmación que se demuestra con dos sentencias poste-
riores del Tribunal de Justicia de las Comunidades que han reconocido la
aplicación en casos de revisión de oficio del principio de protección de la
confianza o del cese del enriquecimiento injusto (véase las sentencias de
este Tribunal publicadas en EuZW 1998, 499 y 603).138
A. En general
ción a partir del momento en el que se produjo el cambio de circunstancias aunque bajo las
exigencias de la protección de la confianza. En este sentido se ha orientado el legislador y
en la reforma del § 49 III VwVfG operada en 1996 se puede revocar con efectos retroactivos
—ex tunc— en los casos de subvenciones que no han sido empleadas de conformidad con su
finalidad (véase, al respecto, infra, marg. 44).
141 Ejemplo: X quiso establecer un quiosco de prensa en la acera del tramo de una ca-
rretera federal que atraviesa el Municipio Z y, a tal fin, solicitó el correspondiente permiso
para uso especial según el § 8 de la Ley de Carreteras (FStG), dicho permiso se le concedió
con la “reserva de revocación en cualquier momento”. Pasado un tiempo se revoca el per-
miso basándose en: 1) la mera existencia de la reserva de revocación, 2) el hecho de que el
D. Tramitación
147
Véase para el caso de las licencias urbanísticas con reserva de revocación la senten-
cia del Tribunal Supremo Federal en Materia Civil y Penal (BGH) recogida en NJW 1970,
1178 y en DÖV 1970, 421 con una nota crítica de Menger y Erichsen en VerwArch. vol. 61,
1970, pp. 384 y ss.; según la interpretación del BGH la revocación como consecuencia de
una reserva de revocación no da lugar a derecho a indemnización, ya que en estos casos sólo
hay posición jurídica restringida y la revocación sólo vendría a concretar las obligaciones
para con la sociedad. Pero en tales casos se plantea de forma perentoria la cuestión sobre
si la reserva de revocación era admisible y, en caso afirmativo, si el dictado de una licencia
urbanística bajo reserva de revocación no supone por sí misma una limitación a la propiedad
que debe generar indemnización, y que se concretaría con la revocación.
148***** Los epígrafes V, VI y VII de este § 11 han sido traducidos por Alejandro Huergo
149 Sobre la revisión de una resolución por la que se exige una tasa, véase BVerwGE, 27,
141. Existe un régimen especial para los actos administrativos dictados en aplicación de una
ley que más tarde es declarada nula o simplemente inconstitucional como resultado de la es-
timación de un recurso directo de inconstitucionalidad: véase § 79 II de la BVerfGG, §§ 183,
47 V 3 de la VwGO. Estos actos administrativos mantienen su existencia, pero ya no pueden
ser ejecutados. La prohibición de que sean ejecutados equivale, de hecho, a una revisión con
efectos ex nunc. Así, quien ya ha pagado no puede repetir, pero quien todavía no ha pagado
ya no tiene que hacerlo.
—— Si, una vez revocado el acto, tuviera que dictarse de nuevo un acto
con el mismo contenido, es decir, si el acto que pretende revocarse
es un acto reglado y siguen concurriendo los presupuestos para su
producción.
—— Si se oponen a la revocación otros motivos, como por ejemplo una
praxis que vincule a la administración (es decir, que hasta ese mo-
mento la administración no haya utilizado su potestad de revocación
en casos similares), el sentido y finalidad de la regulación jurídica
material aplicable el supuesto de que se trate, las especificidades del
150
Ejemplo: Al señor G se le prohíbe, por falta de honorabilidad, continuar ejerciendo
una actividad comercial con base en el § 35 de la GewO; sin embargo, la conducta posterior
del señor G permite sostener que ya no se encuentra afectado por esa falta de honorabilidad
(supuesto de modificación de la situación material, véase BVerwGE 28, 202, en esp. 204).
Una prohibición de ejercicio de actividad comercial se dicta en aplicación de preceptos le-
gales que después son derogados (supuesto de modificación de la situación jurídica, véase
BVerwGE 22, 16, 21 y ss.).
§ 48 I: discrecional § 48 I: discrecional
efectos ex tunc, sino sólo a partir del momento en que se produzca ese cambio de circuns-
tancias (BVerwGE 28, 202, 204 y ss.; 59, 5, 7 y ss.). Este resultado, que con seguridad es
plausible desde el punto de vista de la oportunidad, puede sostenerse también en el plano
dogmático si entendemos que el objeto del proceso no es una pretensión dirigida a que se
condene a la administración a revocar el acto, sino que el objeto es la impugnación de la
decisión administrativa de no revocar, es decir, de mantener, ese acto (aplicándose entonces
las reglas ya indicadas sobre el momento relevante).
El BVerwG ha cambiado su jurisprudencia precisamente para el supuesto de la prohibi-
ción de ejercer el comercio. En estos momentos defiende la tesis de que sólo debe tenerse
en cuenta la situación en el momento de la última decisión administrativa, no los cambios
posteriores (BVerwGE 65, 1, 2 y ss.; desde entonces es la jurisprudencia constante, NVwZ,
1991, 372; NVwZ-RR 1997, 621; confirmado por el Tribunal Constitucional en BVerfG-K
NVwZ, 1995, 1096). Para fundar su posición, el BVerwG invoca la modificación introducida
en el § 35 VI de la GewO, según la cual en estos casos de cambio de circunstancias y de
desaparición de la causa de incumplimiento del requisito de la honorabilidad, la adminis-
tración debe examinar nuevamente la situación a instancia del interesado, aunque siempre
A. Problemática
por una sentencia firme: BVerwGE 82, 272, 274 y ss.; 95, 86, 88 y
ss.).
—— Concurre alguno de los motivos de la reapertura del procedimiento
del § 51 I VwVfG (serán estudiados en el apartado b).
—— El interesado no pudo, sin culpa grave por su parte, hacer valer el
motivo que justifica la reapertura del procedimiento en una fase an-
terior, y en especial a través de un recurso.
—— La solicitud se presenta en el plazo de tres meses (§ 51 III VwVfG)
a contar desde el conocimiento de la causa que justifica la revisión
del acto.
153 Ejemplo: El señor C solicita la exención del servicio militar de acuerdo con el § 11
II de la ley que lo regula, debido a que sus padres desaparecieron en guerra. La solicitud es
desestimada por no haberse probado esa circunstancia; sin embargo ahora el señor C está en
condiciones de aportar testigos que confirman ese hecho. El procedimiento debe reabrirse
(BVerwGE 25, 241). Los informes periciales sólo se consideran “nuevas pruebas” cuando se
emiten después del dictado del primer acto administrativo y se refieren a circunstancias nue-
vas, no conocidas en aquel momento, es decir, cuando se refieren a nuevas pruebas (BVerw-
GE 95, 86, 90 y ss.). Esta regla se justifica con facilidad, pues en caso contrario bastaría la
obtención de un informe pericial nuevo para conseguir la reapertura del procedimiento. So-
bre el concepto de “nuevos medios de prueba” como circunstancia que legitima la reapertura
del procedimiento, véase BVerwG DVBl, 1982, 998; BVerwGE 82, 272, 275 y ss.
154 Así venía pronunciándose la jurisprudencia del BVerwG ya antes de la aprobación
de la VwVfG. Así, BVerwGE 19, 153, 155; 24, 115, 117. En la práctica este supuesto no se
aplica casi nunca. Véase BVerwGE 95, 86, 91, un caso en el que, en una solicitud en la que
se pretendía obtener una nueva decisión en un procedimiento disciplinario, se examina y se
deniega la posible aplicación de los apartados 6 y 7b del § 580 de la ZPO.
155 La opinión que aquí se defiende, que une la reapertura del procedimiento con las reglas
sobre la anulación y la revocación, no carece de oponentes (defienden esta misma tesis, por
ejemplo, Weides, Verwaltungsverfahren, pp. 332 y ss.; Meyer-Borgs, VwVfG, § 51 núms. 3
y ss.; la opinión dominante es la contraria: Ule/Laubinger, Verwaltungsverfahrensrecht, § 65
IV 1; Schenke, DÖV, 1983, pp. 330 y ss.; Selmer, JuS, 1987, pp. 363 y ss.; Erichsen, VerwR
§ 20 núms. 10 con más referencias; véase también BVerwG DVBl, 1982, 998). La opinión
contraria hace una separación neta entre el procedimiento de anulación o revocación de los
§§ 48 y 49 VwVfG y la reapertura del procedimiento del § 51. Mientras que en el primer
caso la revisión y la anulación o revocación serían, en principio, decisiones discrecionales
de la administración, en el segundo caso ésta debe llevar a cabo la revisión y, en caso de que
concurran los requisitos formales y materiales de la reapertura, dictar una nueva resolución
sobre el fondo. Esta tesis diferenciadora se opone, sin embargo, al tenor literal de la Ley y a
los antecedentes parlamentarios (BT-Drs. 7/910 p. 75); además, separa dos fenómenos que
están materialmente relacionados y lleva a la tramitación de dos procedimientos paralelos
con objetos muy similares pero con distintos requisitos y distintas consecuencias jurídicas
(anulación o revocación en un caso, reapertura del procedimiento en otro). Tampoco es una
tesis recomendable por motivos prácticos, pues para evitar el insatisfactorio resultado de que
la reapertura del procedimiento termine con una decisión que, aun constatando la ilegalidad
de la decisión adoptada en primer lugar, la confirme, basta emplear la reducción de la discre-
cionalidad; por otro lado, es justo la unión de la reapertura del procedimiento y los §§ 48 y
49 VwVfG la que permite tener en cuenta los casos especiales (véase supra, margs. 47 y ss.).
156 Esta opinión favorable al derecho subjetivo ya se había ido abriendo camino (aunque
con grandes vacilaciones y discusiones) antes de la aprobación de la VwVfG: véase BVerw-
GE 27, 297, 305 y ss. (sobre todo en relación con su fundamento constitucional); BVerwGE
44, 333; BGH DÖV 1973, 92; además Maurer, JuS, 1976, pp. 25 y ss. con más referencias.
La VwVfG de 1976 se adhiere a esta idea. El § 51 no pretende restringir los planteamientos
tradicionales sobre la reapertura del procedimiento, sino regular expresamente algunos de
los supuestos de la misma, de tal modo que cuando éstos se dan el ciudadano tiene derecho,
en todo caso, y siguiendo lo que venía reconociendo la jurisprudencia, a la reapertura del
procedimiento. Véase BVerwG NJW, 1981, 2595; BVerwGE 78, 332, 338 y ss.; 95, 86, 92;
121, 226, 230 y ss.; 122, 103, 107.
157 Ejemplo: El funcionario señor B solicita una ayuda para una estancia de reposo que
ha llevado a cabo después de sufrir una enfermedad. La solicitud es desestimada porque la
normativa vigente no reconoce derecho a percibir una ayuda para tal estancia. El señor B
comprueba que esa interpretación normativa se corresponde con la jurisprudencia del Tri-
bunal administrativo competente y renuncia a recurrir. Tres meses después el BVerwG dicta
una sentencia que interpreta de otro modo los preceptos legales y declara el derecho a recibir
ayudas para esos tratamientos. El señor B solicita, invocando esa sentencia, la reapertura del
procedimiento y la concesión de la ayuda inicialmente denegada.
158 En este sentido se pronuncia el BVerwG NJW 1981, 2595 (leading case); BVerwG
NVwZ, 1988, 143 (modificación de la jurisprudencia de los Tribunales de primera y segunda
instancia), BVerwG NVwZ, 1995, 1097 (cambio en la jurisprudencia del Tribunal Europeo
de Derechos Humanos). La jurisprudencia anterior era vacilante. La existencia de una obli-
gación de reabrir el procedimiento fue negada por BVerwGE 28, 122, 124 y ss. y BVerwG
DÖV 1978, 405, y sin embargo afirmada por BVerwGE 17, 256, 260 y ss. y 35, 234, 237, así
como por BSozGE 36, 120, 123 y ss. en caso de un cambio en la jurisprudencia de los tribu-
nales más altos. El § 51 VwVfG ha dejado deliberadamente sin responder esa cuestión (ver
BT-Drs. 7/910, pp. 764 y ss.). El § 48 II del SGB X establece una obligación (limitada) de
anular el acto y por tanto de reabrir el procedimiento. Véase también BVerwGE 27, 141, 142
y ss. acerca de los efectos de la declaración de nulidad de una ordenanza sobre la anulación
de un acto administrativo en casos similares.
A. Impugnación
B. Anulación y revocación
161 La anulación pone fin al recurso. El favorecido por el acto puede, si considera que la
anulación es ilegal, interponer recurso frente a ella.
Ejemplo: Si en el ejemplo anterior el vecino ha interpuesto recurso, la administración
puede anular la licencia sin más condiciones; el titular de la misma no puede oponerse
invocando la protección de la confianza y tampoco recibe, por tanto, una indemnización al
amparo del § 48 III VwVfG (aunque sí tal vez con apoyo en otros fundamentos jurídicos
como el artículo 34 de la GG o el § 839 del BGB o si se considera que el daño constituye una
forma de expropiación). Para un estudiado más detallado sobre el § 50 VwVfG, véase Re-
mmert, Die behördliche Aufhebung von Verwaltungsakten mit Doppelwirkung, VerwArch,
91, 2000, pp. 209 y ss.
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1992, pp. 479 y ss.; Preusche, Zum Ändern und Ersetzen angefochtener Verwaltungsakte,
DVBl. 1992, pp. 797 y ss.; Schnapp, Rücknahme von Verwaltungsakten, SGb 1993, pp.
1 y ss.; Lehner, Der rückwirkende Widerruf von begünstigenden Verwaltungsakten nach
dem Eintritt einer Sachverhaltsänderung, DV 26, 1993, pp. 183 y ss.; Bronnenmeyer, Der
Widerruf rechtsmässiger begünstigender Verwaltungsakte nach § 49 VwVfG, 1994; Sie-
belt/Eckert, Dritte als Rückforderungsadressaten im Verwaltungsrecht, DVBl, 1995, pp. 114
y ss.; Wickel, Bestandskraft im Umweltrecht, 1996; Gassner, Rücknahme drittbelastender
Verwaltungsakte im Rechtsbehelfsverfahren, JuS, 1997, pp. 794 y ss.; Stelzer, Was leistet
das Prinzip der Rechtssicherheit? DV 30, 1997, pp. 139 y ss.; Erichsen/Ebber, Das Wiede-
raufgreifen unanfechtbar abgeschlossener Verwaltungsverfahren gemas § 51 VwVfG, Jura,
1997, pp. 424 y ss.; Erichsen/Brügge, Die Rücknahme von Verwaltungsakten nach § 48
VwVfG, Jura, 1990, pp. 155 y ss.; Pauly/Pudelka, Verwaltungsprozessuale Folgenprobleme
des § 49a VwVfG, DVBl 1999, pp. 1609 y ss.; Bamberger, Rücknahme und Widerruf be-
günstigender Allgemeinverfügungen, DVBl, 1999, pp. 1632 y ss.; Sauerbaum, Widerruf und
Erstattung bei Geld-und Sachleistungsverwaltungsakten nach der Novellierung des Verwal-
tungsverfahrensrechts, VerwArch 90, 1999, pp. 361 y ss.; Schenke, Der Anspruch des Ver-
letzen auf Rücknahme des Verwaltungsakts von Ablauf der Anfechtungsfristen, Festschrift
für Maurer, 2001, pp. 723 y ss.; Hansmann, Der Bestandsschutz im Immissionsschutzrecht,
BVerwG-Festschrift, 2003, pp. 935 y ss. Sobre el principio de protección de la confianza,
véase supra, marg. 22.
Jurisprudencia sobre el § 11 I: BVerfGE 60, 253, 269 y ss. (sobre el significado de la
firmeza en el Estado de derecho); BVerwGE 48, 271 (firmeza de la denegación de una licen-
cia de construcción); BVerwG en DÖV 1977, 249 (firmeza de una resolución sobre el pago
anticipado de los costes de urbanización); BVerwG DÖV 1982, 941 (firmeza de los actos
administrativos con efectos frente a terceros).
1. Significado general
Con la fijación del contenido regulador del acto administrativo (un con-
tenido favorable, un perjuicio), se determinan al mismo tiempo sus lími-
tes. Si, por ejemplo, una notificación tributaria señala la cantidad de 1000
marcos, es dicho importe el que se exige, ni más ni menos; si se autoriza
la construcción de una casa de un solo piso, sólo puede construirse uno, no
varios. Los límites resultantes del contenido del acto administrativo que
resultan de una delimitación positiva pueden ser complementados de forma
negativa mediante unas restricciones adicionales. Es por ejemplo el caso
de una autorización para un restaurante que limita el despacho de bebidas a
las que no tienen alcohol o el permiso de trabajo a un extranjero para unos
determinados ámbitos de actividad.163
A menudo tan sólo se trata de una cuestión de formulación si el conte-
nido regulador del acto administrativo sólo se delimita de forma positiva o
también —mediante el empleo de limitaciones— de forma negativa. Estas
limitaciones existen sobre todo si el órgano administrativo disiente de la so-
163
Véase, además, los siguientes ejemplos actuales en la jurisprudencia, bajo el nombre
de “modos modificativos”: la autorización para el desempeño de un trabajo de transporte de
hormigón es otorgada con la limitación de que no se supere un determinado nivel de ruido
(BVerwG DÖV, 1974, 380); la construcción y explotación de una instalación de combustible
se autoriza estableciendo que sólo se utilice combustible que tenga un contenido de azufre
que sea como máximo del 1% (BVerwGE 69, 37).
B. Término y condición
C. Modo
165 Pero justamente por eso deben imponerse estrictos requisitos a la adopción de una
reserva de revocación. Véase, sobre esto y sobre el ejercicio de la reserva de revocación,
supra, § 11 marg. 41.
166 El carácter de acto administrativo del modo es, en todo caso, discutido, como Wolff/
Bachof/Stober, VerwR I, § 47, marg. 8; Kopp, VwVfG, § 36, marg. 29; Stelkens, en:
Stelkens/Bonk/Sachs, VwVfG, § 36, marg. 32; BVerwGE 85, 24, 26; BVerwG NVwZ 1990,
855; BadWürtt, VGH VBlBW, 1987, 292; otra opinión, Meyer/Borgs, VwVfG, § 36, marg.
19; Schenke, JuS, 1983, pp. 183 y ss.; Fehn, DÖV, 1988, p. 203; Erichsen, Jura, 1990, p. 217
(aunque, según su opinión, se cumplen todas las características de un acto administrativo con
arreglo al § 35 VwVfG).
Ejemplos: A obtiene una licencia de edificación con la obligación de colocar en la escale-
ra exterior un pasamanos. B obtiene un permiso de conducir con la obligación de someterse
cada cierto período de tiempo a un examen de la vista. C obtiene una autorización de derribo
con la obligación de pagar una indemnización de cincuenta mil marcos para la promoción de
la obra de vivienda social (véase BVerwGE 55, 135; 65; 139; además, sobre los límites cons-
titucionales de tales obligaciones, sentencia del Tribunal Constitucional Federal [BverfGE]
55, 249). Si la autorización de derribo es anulada o si C no hace uso de ella, también decae
la obligación de pago fijada por la obligación.
167 Supuesto de partida: G adquiere un restaurante y solicita la licencia necesaria según
el § 2 de la Ley sobre Establecimientos de Restauración (GastG) para la explotación del
mismo. La licencia es adoptada con la cláusula adicional de que G debe colocar aún un
dispositivo de protección contra el ruido, para evitar molestias al vecindario. Esta “cláusula
adicional” puede ser tanto un modo como una condición suspensiva (véase, sobre la difícil
delimitación práctica, infra, marg. 17); las diferencias jurídicas son relevantes.
168 Si, en el supuesto anterior, la “cláusula adicional” es un modo, entonces G puede
explotar inmediatamente su restaurante de acuerdo con una licencia eficaz. Si representa
por el contrario una condición suspensiva, sólo después de que se coloca un dispositivo de
protección contra el ruido existe una licencia eficaz que autoriza a explotar el restaurante.
169 Si en el supuesto anterior ha habido un modo, entonces éste puede ser ejecutado en
el procedimiento de ejecución administrativa, en el supuesto de que G no lo cumpla (véase,
infra, § 20). Si se trata por el contrario de una condición suspensiva, ya no es necesaria una
ejecución forzosa, porque la autorización aún no es eficaz y, por consiguiente, aún no puede
iniciarse la explotación del restaurante; es del interés de G provocar la eficacia de la autori-
zación mediante el cumplimiento de la condición.
170 En cualquier caso, la diferencia se suaviza de hecho si se piensa que el incumplimien-
to del modo permite la revocación del acto administrativo principal (véase § 49 II, núm. 2,
VwVfG y supra, § 11, marg. 42) y con ello puede tener consecuencias para la eficacia del
acto administrativo principal, y, por otro lado, el ciudadano puede evitar el modo no hacien-
do uso del contenido favorable que fue añadido al modo.
171 La clasificación jurídico-dogmática de la reserva del modo es aún cuestionable: bien
sea una mera indicación, un acto administrativo como modo, un preacto administrativo (por
ejemplo, una forma de promesa en sentido contrario), o bien un supuesto de reserva de revo-
cación (lo que sin embargo no es sostenible si se juzga la adopción posterior del modo como
una revocación parcial). Puesto que la reserva del modo debilita por un lado la firmeza del
acto administrativo en perjuicio del favorecido y tiene por eso carácter regulador, por otro
lado sin embargo —al igual que el propio modo— no es parte del acto administrativo, y debe
ser calificado como acto administrativo (“acto administrativo accesorio”), a no ser que se
pudiera ver en él un acto en sentido propio.
Véase, sobre esto Kloepfer, Der Auflagenvorbehalt bei Verwaltungsakten, Die Verwal-
tung, vol. 8, 1975, pp. 295 y ss.; Heinrich, Auflagen und Vorbehalt weiterer Auflagen bei
Erteilung einer Genehmigung nach § 16 GewO, GewArch, 1968, pp. 25 y ss.; OVG Münster
OVGE 23, 1.
Acto administrativo
con condición responsiva
Acto administrativo
con modo
Acto administrativo
con record de modo,
del que luego se hace uso
172 La tesis del modo modificativo fue desarrollada por Weyreuther (DVBl, 1969, pp. 295
y ss.; DVBl, 1984, pp. 365 y ss.) y adoptada por el Tribunal Federal de lo Contencioso-
Administrativo. Véase BVerwG DÖV 1974, 380: en este caso concreto se trataba de una
licencia de edificación de una empresa de transporte de hormigón que fue adoptada con
numerosas cláusulas accesorias denominadas “obligaciones especiales”, entre ellas, con la
núm. 11, la obligación de no exceder de un determinado nivel de ruidos. El tribunal concluyó
que: “la cláusula accesoria núm. 11 a analizar como modo no se refiere a una obligación de
realización especial y autónoma que se coloca junto a la concesión, sino que afecta de forma
inmediata al mismo plan que se presenta para la autorización y tiene por eso una función mo-
dificativa en cuanto a esta autorización; esta “obligación modificativa” provoca una modifi-
cación cualitativa de la autorización en relación con el objeto de la solicitud”. Se mencionan
como otros ejemplos la licencia de edificación con la obligación de construir un tejado plano
en lugar del tejado de sillín solicitado (véase Wolff/Bachof/Stober, VerwR I, § 47, marg. 11),
o el permiso de residencia para un extranjero con la obligación de no ejercer ninguna activi-
dad como comerciante autónomo en la República Federal de Alemania (Tribunal Superior de
Justicia de Hesse (HessVGH) DÖV 1978, 137). En la práctica, están también extendidas las
llamadas anotaciones verdes, con las cuales la autoridad que otorga la licencia de edificación
F. Cuestiones de delimitación
A. Reglas especiales
a) En lo que se refiere a los actos administrativos para los que existe una
pretensión, esto es, los actos administrativos reglados, las cláusulas acceso-
rias son en principio ilícitas, a no ser que —como es evidente— exista una
disposición especial, o que —como establece el § 36 I VwVfG—, mediante
una cláusula accesoria deba asegurarse que se cumple una condición esta-
blecida por la ley.175
b) En lo que se refiere a los actos administrativos discrecionales, las
cláusulas accesorias son por el contrario lícitas (§ 36 II VwVfG). Si corres-
ponde a la apreciación de la administración el hecho de adoptar o no un acto
administrativo, entonces debe ser competente también para adoptarlo con
una cláusula accesoria (es decir, con restricciones).
178
Bibliografía sobre el § 12: Kloepfer, Der Auflagenvorbehalt bei Verwaltungsakten, DV,
vol. 8, 1975, pp. 295 y ss.; Schachel, Nebenbestimmungen zu Verwaltungsakten, 1979; idem,
Nebenbestimmungen zu Verwaltungsakten, Jura, 1981, pp. 449 y ss.; Elster, Begünstigende
Verwaltungsakten mit Bedingungen, Einschränkungen und Auflagen, 1979; H. J. Schneider,
Nebenbestimmungen und Verwaltungsprozess, 1981; Mössle, Der Verwaltungsakt mit Ne-
benbestimmungen im Planungsrecht und der verwaltungsgerichtliche Rechtsschutz, BayVBl.,
1982, pp. 193 y ss., y 231 y ss.; Laubinger, Die Anfechtbarkeit von Nebenbestimmungen,
VerwArch, vol. 73, 1982, pp. 345 y ss.; Stelkens, Das Problem Auflage, NVwZ, 1985, pp.
469 y ss.; Fehn, Die isolierte Auflagenanfechtung, DÖV, 1988, pp. 2202 y ss.; Badura, Schutz
Dritter durch Nebenbestimmungen einer Planfeststellung oder Genehmigung, Festschrift für
Lukes, 1989, pp. 3 y ss.; Erichsen, Nebenbestimmungen zu Verwaltungsakten, Jura, 1990,
pp. 214 y ss.; Stadie, Rechtsschutz gegen Nebenbestimmungen eines begünstigenden Verwal-
tungsaktes, DVBl, 1991, pp. 613 y ss.; Pietzcker, Rechtsschutz gegen Nebenbestimmungen–
unlösbar? NVwZ, 1995, pp. 17 y ss.; Störmer, Rechtsschutz gegen Inhalts-und Nebenbestim-
mungen, DVBl, 1996, pp. 81 y ss.; Brenner, Der Verwaltungsakt mit Nebenbestimmungen,
JuS, 1996, pp. 281 y ss.; Schenke, Eine unendliche Geschichte: Rechtsschutz gegen Nebenbes-
timmungen, Festschrift für Roellecke, 1997, pp. 281 y ss.; Remmert, Nebenbestimmungen zu
begünstigenden Verwaltungsakten, VerwArch, 88, 1997, pp. 112 y ss.; Siekmann, Die Anfe-
chtbarkeit von Nebenbestimmungen zu begünstigenden Verwaltungsakten, DÖV, 1998, pp.
525 y ss.; Jahndorf, Rechtsschutz gegen Nebenbestimmungen, JA, 1999, pp. 676 y ss.; Axer,
Nebenbestimmungen im Verwaltungsrecht, Jura, 2001, pp. 748 y ss.; Sproll, Rechtsschutz
gegen Nebenbestimmungen eines Verwaltungsakts, NJW, 2002, pp. 3221 y ss.; Brüning, Ist
die Rechtsprechung zur isolierten Anfechtbarkeit von Nebenbestimmungen wieder vorausse-
hbar?“, NVwZ, 2002, pp. 1081 y ss.; Heitsch, Neben-und Inhaltsbestimmungen bei begünsti-
genden Verwaltungsakten: Kriterien für die Auswahl des passenden Regelungssystems, DÖV,
2003, pp. 367 y ss.; Hanf, Rechtsschutz gegen Inhalts-und Nebenbestimmungen zu Verwal-
tungsakten, 2003; J. Schmidt, Rechtsschutz gegen Nebenbestimmungen, VBlBW, 2004, pp. 81
y ss.; Sturm, Isolierter Rechtsschutz von Nebenbestimmungen?, VR, 2004, pp. 15 y ss.
Jurisprudencia sobre el § 12: BVerwGE 27, 263 (convocatoria condicionada para el ser-
vicio militar); BVerwGE 36, 145 (autorización de aguas con un modo); BVerwGE 60, 269
(anulación de un término); BVerwGE 65, 139 (autorización de derribo con obligación de
pago); BVerwGE 78, 114 (autorización para el transporte de mercancías, condición resolu-
toria); BVerwGE 81, 185 (autorización para una central nuclear con un modo); BVerwGE
85, 24 (fijación de una fianza jurídico-comunitaria como modo); BVerwGE 88, 348 (modo
para un salón de juegos); BVerwGE 90, 42 (“modo de finalidad” posterior, delimitación con
la modificación del contenido); BVerwGE 112, 221 (pretensión constitutiva de anulación
dirigida contra cláusulas accesorias, reserva de modo); BVerwGE 112, 263 (reserva de revo-
cación; tutela judicial); BVerwG DÖV, 1974, 380 y 563 (el llamado modo modificativo, en
este caso confirmado o negado); BVerwG NVwZ, 1990, 855 (naturaleza jurídica y determi-
nación del contenido del modo); BVerwG NVwZ-RR, 1996, 20 (posibilidad de impugnación
independiente del modo, resumen); BVerwG NJW, 1998, 94 (ilicitud de una obligación de
garantizar el precio de alquiler en las autorizaciones por mal uso); BayVGH BayVBl., 1986,
304 (reserva de revocación); véase, además, lo señalado en marg. 24.
Capítulo Cuarto
La actividad administrativa
las restantes formas de actuación
§ I. El reglamento1*
1. El reglamento como norma jurídica e instrumento de la administración
349
A. Fundamento habilitante
Cfr., al respecto, por ejemplo —en sentido por lo general coincidente—, los §§ 10 y
4
ss. Bad.-Württ, PolG; §§ 71 y ss., Hess, SOG; §§ 25 y sigs. NRW OBG. Tan sólo la compe-
tencia se regula de manera diferente. La competencia para dictar reglamentos de policía se
atribuye en parte al Pleno Municipal, no al alcalde. Todo esto se aplica a los “reglamentos
de policía”, pero no a las ordenanzas; porque aquéllos se dictan no en el ámbito de los
asuntos de gestión autónoma, sino en el de los asuntos de gestión por encargo (asuntos cuya
gestión está sujeta a instrucciones). Por eso están sometidos también a la supervisión de las
autoridades policiales superiores. Sobre los reglamentos de policía, con más detalle, cfr.
Vogel, Drews/Wacke/Vogel/Martens, Gefahrenabwehr, pp. 357 y ss., 484 y ss.; Götz, PolR
margs. 602 y ss.; Knemeyer, PolR margs. 55 y ss.; 451 y ss.; Schenke, PolR margs. 607 y ss.;
Hamman, Die Gefahrenabwehrverordnung–ein Gebrauchsklassiker des Ordnungsrechts?,
NVwZ, 1994, pp. 669 y ss.
Cfr.
5 al respecto, por ejemplo, BVerfGE 1, 14, 60 (de primera importancia); BVerfGE
8, 274, 307 y ss.; 65, 248, 259 y ss. (Ley de Precios); BVerfGE 19, 354, 361 y ss. (Ley de
precaución de cargas); BVerfGE 28, 66, 84 y ss. (Ley de la Administración Postal); BVerfGE
35, 179, 183 y ss. (Derecho tributario); BVerfGE 38, 348, 357 (Ley de Mejora de los Alqui-
leres); BVerfGE 42, 191, 200 y ss. (Ley de Transporte de Pasajeros); BVerfGE 55, 207, 225
y ss. (Ley de Funcionarios, Reglamento de actividades paralelas); BVerfGE 58, 257, 276 y
ss. (Derecho de la educación); BVerfGE 68, 319, 332 y ss. (tarifas de los médicos); BVerfGE
80, 1, 20 y ss. (regulación de la autorización para ejercer como médico); BVerfGE 101, 1, 31
y ss. (Reglamento sobre la cría de gallinas); BVerfGE 106, 1, 19 (modificación competencial
en el ámbito de la administración fiscal); adicionalmente, los estudios jurisprudenciales de
Leibholz/Rinck/Hesselberger, Grundgesetz, art. 80 margs. 136 y ss.; Hasskarl, Die Recht-
sprechung des Bundesverfassungsgerichts zu Art. 80 Abs. 1 S. 2 GG, AöR 94, 1969, pp. 85
y ss.
6 Ejemplo: La GastG, en su antigua redacción, contenía en su § 14 una habilitación
para la emanación de reglamentos sobre horarios de cierre, mientras que la nueva GastG
hace lo propio en su § 18. Los reglamentos dictados al amparo del § 14 GastG, en su antigua
redacción, pueden seguir siendo válidos, pues ambos fundamentos habilitantes coinciden
en lo esencial; pero aquéllos se habrían vuelto ineficaces si el § 14 GastG, en su antigua
redacción, hubiera sido derogado sin haber sido sustituido por un precepto equivalente. En
contra, en el sentido de la doctrina dominante, BVerfGE 9, 3, 12, jurisprudencia constante,
cfr. BVerfGE 31, 357, 362 y ss.: con limitaciones BVerfGE 78, 179, 198 (las resoluciones
del BVerfG se refieren, no obstante, siempre a habilitaciones preconstitucionales); BVerwG
NVwZ 1999, 1112; HessVGH ESVGH 37, 57, 61; diferenciando Wilke, AöR, vol. 98, 1973,
p. 234; rechazando Kotulla, NVwZ, 2000, pp. 1263 y ss., con numerosas referencias sobre
el estado de la cuestión.
B. Requisitos formales
sujetos a una aprobación del Consejo Federal, puede dirigir al Gobierno Fe-
deral un proyecto de reglamento que éste, ciertamente, no queda obligado a
aprobar, pero que en cualquier caso debe considerar y someter a discusión.
No existen reglas de procedimiento especiales. Pero sí se prevén, en gran
medida, derechos de colaboración de otros órganos. Así, con arreglo al artí-
culo 80 II GG, los reglamentos del gobierno federal allí mencionados nece-
sitan ya de la aprobación del Bundesrat. Y, más de una vez, el Bundestag se
reserva en la ley habilitante la aprobación del reglamento. Tiene lugar en-
tonces un procedimiento trifásico: habilitación mediante ley federal, ema-
nación del reglamento por el gobierno federal y aprobación del Bundestag.
A esta tradicional reserva de aprobación se ha añadido en tiempos recientes
toda una serie de distintas reservas parlamentarias (reserva de conocimien-
to, reserva de modificación, reserva de derogación y semejantes).8
En algunas leyes se ha previsto, además, la audiencia a asociaciones no
estatales, a expertos independientes o a “los círculos de interesados” (así, el
§ 51 BImSchG) antes de la promulgación del reglamento. Ello debe permitir
aprovechar los especiales conocimientos de estas organizaciones y perso-
nas y, más allá de eso, dar a las asociaciones la oportunidad de poner sobre
el tapete los intereses de sus miembros. La audiencia no constituye, por
regla general, un derecho procedimental de colaboración, sino que tiene lu-
gar, por así decirlo, en el campo previo de la “preparación” del reglamento.
Es por ello que la omisión de la audiencia no produce consecuencia alguna
sobre la eficacia jurídica del reglamento, lo que, sin embargo, no excluye
que, eventualmente, las asociaciones todavía tengan y puedan hacer valer
judicialmente un derecho a la audiencia.9
8
Aunque la reserva de aprobación no ha sido prevista expresamente por la Consti-
tución, ha sido reconocida por la BVerfGE 8, 274, 319 y ss. y la doctrina dominante. La
controvertida cuestión de si y en qué medida son lícitas las demás reservas ha sido objeto de
detenidas discusiones doctrinales (cfr. últimamente Uhle, Verordnungsgeberische Entschei-
dungsmacht und parlamentarischer Kontrollvorbehalt, NVwZ, 2002, pp. 15 y ss., con nu-
merosas referencias); esta cuestión conduce al derecho constitucional y allí debe ser tratada
con más detalle, cfr., Maurer, Staatsrecht, § 17 margs. 153 y ss.
Cfr. al respecto BVerfGE 59, 48 (participación de los sindicatos en la preparación de
9
regulaciones funcionariales); BayVGH BayVBl. 1981, 719 (audiencia del consejo de pro-
genitores); HessVGH NVwZ 1982, 689 (audiencia de asociación para la protección de la
naturaleza); H. Schneider, Gesetzgebung, margs. 263 y ss.; Ossenbühl, HStR III (1988) § 64
margs. 59 y ss. Si la participación de estas asociaciones y organizaciones no estatales hubie-
se sido concebida como un verdadero derecho de colaboración y, por ende, constituyese un
requisito para el reglamento, entonces la misma no sería constitucionalmente sostenible. En
la duda, pues, debe ser interpretada restrictivamente.
10
El BVerfG otorga al mandato de cita una especial importancia, probablemente algo ex-
cesiva, cfr. BVerfGE 101, 1, 41 y ss.; véase al respecto Müller-Terpitz, DVBl, 2000, pp. 237
y ss. La de si el mandato de cita rige también para los reglamentos dictados al amparo del
derecho comunitario es una cuestión discutida; BVerfGE 118, 70, 73 y ss. lo niega (para la
transposición de directivas), pero en la doctrina se afirma, entre otros, por Nierhaus, Bonner
Kommentar, artículo 80, 1988, marg. 327. Discutible puede ser la cuestión de si el artículo
80 I 3 GG se aplica directamente; pero si se atiende a la ratio de esta disposición (cfr. BVer-
fG cit.), entonces hay que aceptar en cualquier caso la aplicación (extensiva o analógica) al
Derecho comunitario.
11 La publicación tiene lugar en el Bundesgesetzblatt o en el Bundesanzeiger,Nt3 cfr. al
respecto artículo 82 I 2 GG y la Ley sobre la Publicación de Reglamentos del 30 de enero de
1950 (Sart. núm. 70), que hace uso de la reserva del artículo 82 I 2 GG. Sobre los pormeno-
res, Maurer, Bonner Kommentar, artículo 82, 1988, margs. 142 y ss.
Nt3 Se trata de dos diarios oficiales editados por el Ministerio Federal de Justicia. En el
Bundesgesetzblatt se publican las normas jurídicas federales más relevantes, principalmente
las leyes federales, determinados reglamentos, las decisiones a que se refiere el artículo 129
I GG, los fallos de las sentencias del BverfG, los actos del Presidente de la Federación, los
reglamentos internos del Bundestag y del Bundesrat y los tratados internacionales vigentes
en Alemania. En el Bundesanzeiger se publican, además de diversos actos carentes de carác-
ter normativo, determinados reglamentos y ciertas instrucciones administrativas.
D. Discrecionalidad
14 BVerwGE 111, 276, 278 y ss. (pistas de aterrizaje y despegue de aeródromos estableci-
das mediante reglamentos); al respecto, H. H. Rupp, NVwZ, 2002, pp. 286 y ss. La decisión
del BVerwG se produce bajo la presión del BVerfG, que, comprensiblemente, quiere evitar el
tener que ocuparse en primera instancia de los reglamentos por la vía del amparo, BVerfG-K
NVwZ 1998, 169 (pistas de aterrizaje y despegue), BVerfG-K, NJW 1999, 2031 (Reglamen-
to de profesores de autoescuela). Ésta es la solución procedente también por la razón de
que el recurso de amparo conduce simplemente a examinar la conformidad del reglamento
con la Constitución, pero no con el (resto) del ordenamiento jurídico, y además está sujeto
a un trámite de admisión para su resolución (§ 93a BVerfGG). La acción declarativa del
artículo 43 I VwGO, no obstante, sólo produce efectos inter partes. En cualquier caso, de
lege ferenda, sería mejor extender el control contencioso-administrativo de normas a todos
los reglamentos. Las observaciones efectuadas sobre la tutela judicial frente a reglamentos
valen igualmente para las ordenanzas.
Bibliografía sobre el § 13: Wilke, Bundesverfassungsgericht und Rechtsverordnungen,
AöR vol. 98, 1973, pp. 196 y ss.; Lepa, Verfassungsrechtliche Probleme der Rechtsetzung
durch Rechtsverordnung, AöR vol. 105, 1980, pp. 335 y ss.; Stern, Das Staatsrecht der Bun-
desrepublik Deutschland, vol. II, 1980, pp. 646 y ss.; Ossenbühl, Richterliches Prüfungs-
recht und Rechtsverordnungen, Festschrift für H. Huber, 1981, pp. 283 y ss.; idem, Re-
chsverordnung, HStR II, 1988, § 64; Hufen/Leiβ, Ausgewählte Probleme beim Erlaβ von
Baumschutzverordnungen, BayVBl, 1987, pp. 289 y ss.; véase, Danwitz, Die Gestaltungs-
freiheit des Verordnungsgebers, 1989; Lippold, Erlaβ von Verordnungen durch das Parla-
mentund Wahrnehmung des parlamentsvorbehalts durch Schweigen, ZRP, 1991, pp. 254
y ss.; Dittmann, Die Rechtsverordnung als Handlungsinstrument der Verwaltung, Biernat/
Hendler et al. (coords.), Grundfragen des Verwaltungsrechts und der Privatisierung, 1994,
pp. 107 y ss.; Uhle, Parlament und Rechtsverordnungen, 1999; Pielow, Neuere Entwicklun-
gen beim “prinzipalen” Rechtsschutz gegen untergesetzlichen Normen, DV 32, 1999, pp.
445 y ss.; Axer, Normsetzung der Exekutive in der Sozialvericherung, 2000, pp. 148 y ss.,
163 y ss., 212 y ss., 362 y ss. y passim; Schmidt-Aβmann, Die Rechtsverordnung in ihrem
Verhältnis zu Gesetz und Verwaltungsvorschrif, Festschrift für Vogel, 2000, pp. 477 y ss.;
Müller-Terpitz, Rechtsverordnungen auf dem Prüfstand des Bundesverfassungsgerichts,
DVBl, 2000, pp. 232 y ss. (sobre BVerfGE 101, 1); H. Schneider, Gesetzgebung, 3a. ed.,
2002, pp. 161 y ss.; von Danwitz, Rechtsverordnungen, Jura, 2002, pp. 93 y ss.; cfr. además
las explicaciones sobre el artículo 80 GG en los diversos comentarios a la Ley Fundamental.
Jurisprudencia sobre el § 13: cfr. las referencias del marg. 4 sobre el mandato de determi-
nación; además, BVerfGE 8, 274, 319 y ss. (reserva de aprobación en favor del Parlamento);
BVerfGE 41, 251, 265 y ss.; 55, 207, 225 y ss.; 58, 257, 277 (significado del artículo 80
GG para los reglamentos de los Länder); BVerfGE 91, 148 (acuerdo del Gobierno Federal
relativo a un reglamento); BVerfGE 101, 1 (Reglamento sobre la cría de gallinas); BVerfGE
106, 1 (redistribución, mediante reglamento, de la competencia territorial de las Direcciones
Superiores de Hacienda); BVerfGE 107, 1, 15 (limitación de la autonomía local median-
te reglamento). BVerwGE 59, 48 (participación prevista legalmente de los sindicatos en la
preparación de reglamentos); BVerwGE 70, 318; BVerwGE 85, 36 (reglamento regulador
del numerus clausus en el ámbito universitario, revisión judicial); BVerwGE 116, 347 (re-
glamento de policía contra perros de lucha); BVerwGE 117, 313 (cláusula de “despetrifica-
ción”: una ley de un Land modifica un precepto reglamentario y, al mismo tiempo, lo pone a
disposición del órgano competente para dictar el reglamento); BVerfGE NVwZ 2002, 1505
(derecho a la emanación de un reglamento); BadWürttVGH NVwZ 1992, 1105 (reglamento
sobre la cría de perros).
15** Traducido por M. Mercè Darnaculleta i Gardella, profesora lectora de derecho admi-
1. Fundamentos jurídicos
A. La regulación de la VwVfG
trativos, de manera que pocas de ellas pueden aplicarse a los convenios administrativos. Sí
es posible aplicar el § 3 (competencia territorial) y las reglas de procedimiento de los §§ 9
y ss. Es cuestionable hasta qué punto sucede lo mismo con el § 25 (asesoramiento e infor-
mación). El § 28 (audiencia), según su propia letra, se restringe a los actos administrativos y
tampoco parece tener acomodo respecto a las necesarias negociaciones contractuales, pero
merece atención aquí su idea básica: que los ciudadanos no deben resultar “atropellados” por
las medidas administrativas (el § 25 persigue este mismo propósito).
– Las disposiciones del BGB sólo se aplican por analogía, por lo cual ha de comprobarse si
en el caso concreto se cumplen los requisitos de una analogía legal. En cuanto a los efectos
de las irregularidades, se hace remisión específica a lo establecido en el BGB (§ 59 I). Sobre
la aplicabilidad en general de las normas jurídico-civiles en el derecho público, cfr. supra,
§ 3, margs. 28 y ss.).
17 Cfr. los §§ 53 a 61 del SGB X. La numeración de los artículos es correlativa a la de la
VwVfG, con un número menos cada uno. La excepción la constituye el § 53 II del SGB X,
el cual, para proteger a los destinatarios de los servicios, prohíbe los convenios de servicios
sobre los que exista un derecho legítimo, salvo que se trate de convenios de transacción o de
intercambio (cfr. al respecto los §§ 54 II y 55 III del SGB X).
VwVfG, aunque en gran medida sigan lo regulado por ésta. Tan sólo en el §
78 AO, que (en consonancia con el § 12 VwVfG) identifica a los interesados
en el procedimiento administrativo, se menciona también a “aquéllos con
los que la administración tributaria concluya o haya concluido un convenio
de derecho público”. Esta afirmación del derecho positivo es valorada de
forma diferente en la doctrina y en la jurisprudencia. Mientras que algunos
interpretan que la Ley General Tributaria, aunque no regula el convenio
administrativo, sí lo presupone (como muestra su § 78) y, por tanto, lo reco-
noce, otros, en cambio, deducen de esta falta de regulación, especialmente
en comparación con la VwVfG, la inadmisibilidad del convenio administra-
tivo en el derecho tributario y explican la mención incidental del § 78 de la
AO como un error de redacción. Pero estas referencias no van más allá. Ni
de los antecedentes de la Ley General Tributaria ni de su contexto general
se pueden extraer conclusiones a favor ni en contra. Que los acuerdos con-
tractuales no son totalmente extraños al derecho tributario lo demuestran el
§ 79 III de la Ley de Aduanas de 1961, el § 33 II de la Ley del Impuesto de
Sociedades y recientemente también el § 224a AO (aportación de objetos de
arte como pago de tributos), además de las disposiciones sobre convenios
del derecho tributario local, que se remonta hasta el siglo XIX.
Así, a falta de una regulación legal específica, son de aplicación los
principios generales del derecho administrativo, que a este respecto de-
ben entenderse a la luz de la especial naturaleza del derecho tributario. La
dificultad se atenúa considerablemente si se distingue entre la admisibili-
dad de la forma convencional (¿puede actuar la administración mediante
convenios?) y la admisibilidad del contenido contractual (¿es conforme a
derecho lo acordado?). Según los principios del derecho administrativo ge-
neral, la administración está autorizada a actuar mediante convenios en la
medida en que no se oponga a ello ninguna disposición legal. Una dispo-
sición contraria se encuentra en el § 155 I AO, según el cual los impuestos
se determinan mediante “resoluciones tributarias”, esto es, mediante actos
administrativos. De ello se deduce que está excluida una determinación de
impuestos mediante convenio. Lo mismo sucede con la fijación de otros
tributos, como los impuestos locales, las tasas, las contribuciones, etcétera.
Pero, por lo demás, en todo caso son posibles los convenios entre la admi-
nistración tributaria y los ciudadanos (incluso en relación con las resolu-
ciones sobre impuestos y demás tributos). Las posibilidades del contenido
contractual, por el contrario, son más restringidas, porque el ámbito jurídi-
co-material de la administración tributaria está considerablemente limitado
y le queda escaso margen para una actividad contractual autónoma. Pueden
C. Convenios urbanísticos
Es inevitable que una normativa sobre convenios que abarque todas las
áreas de la administración sea general y abstracta. Por eso, para algunas
áreas es lógico que existan disposiciones específicas sobre contratación, lo
cual presupone la elaboración de determinados tipos de convenio y, en con-
secuencia, el desarrollo de una normativa adecuada para cada uno. En algu-
nos ámbitos jurídicos esto ya se ha producido desde hace tiempo mediante
la práctica administrativa, la jurisprudencia y la doctrina. Sobre todo, en el
derecho urbanístico, que es donde se verifican en la realidad la mayor parte
de los convenios. El legislador lo ha tenido en cuenta y ha desarrollado las
regulaciones pertinentes. En primer lugar están los “convenios urbanísti-
cos”, regulados por primera vez en el § 6 de la Ley de Medidas Urbanísticas
y recogidos después, en 1977, por el Código urbanístico. El § 11 I BauGB
establece que los municipios están facultados para formalizar convenios ur-
banísticos con particulares (constructoras privadas, inversores, etcétera), y
expone una relación de posibles contenidos contractuales. Con arreglo al §
1 III 2 BauGB no es válido un convenio por el cual un municipio se compro-
mete a elaborar un plan urbanístico, pero los convenios entre el municipio y
los particulares en relación con el plan urbanístico y su realización sí están
expresamente reconocidos por la ley. Esto va en consonancia con la moder-
na tendencia hacia la cooperación en el derecho urbanístico (public private
partnership). Son posibles contenidos contractuales, según el § 11 I BauGB
la preparación o ejecución de medidas urbanísticas por un inversor privado
a su propia costa (convenios de planificación), el fomento y la aseguración
de los fines perseguidos con la planificación urbanística (convenios de eje-
cución del plan), la asunción de costes y demás gastos que le surjan al mu-
nicipio como consecuencia de las medidas urbanísticas (convenio de gastos
resultantes) y los relativos al suministro de energía. La enumeración no es
exhaustiva, tal como se deduce de la reserva del § 11 I (“en particular”), y
también del § 11 IV BauGB.20
Nt5
La institución analizada en este apartado se corresponde con la figura del contra-
to de derecho público o, específicamente, el contrato sobre actos y potestades pú-
blicas, que la doctrina española denomina normalmente convenio administrativo.
El término alemán utilizado en este libro para referirse a la mencionada institución
es Verwaltungsvertrag, esto es, literalmente, contrato administrativo. Sin embargo,
puesto que en nuestro ordenamiento la expresión contrato administrativo remite a
una realidad totalmente diversa, se ha sacrificado la literalidad en aras a una mejor
comprensión del texto.
A. Concepto
los comentarios al BauGB y los manuales sobre el derecho de obra pública, cfr. Erbguth/Wit-
te, Biete Planung, suche Grundstück–Möglichkeiten und Grenzen städtebaulicher Verträge,
DVBl, 1999, pp. 435 y ss.; Pietzcker, Probleme des städtebaulichen Vertrages, Festschrift
für Hoppe, 2000, pp. 439 y ss.; Brohm, Städtebauliche Verträge zwischen Privat-und Öffent-
lichem Recht, JZ, 2000, pp. 321 y ss.; Kahl, Das Kooperationsprinzip im Städtebaurecht,
DÖV, 2000, pp. 793 y ss.; Birk, Städtebauliche Verträge, 4a. ed., 2002; Hamann, Der Ver-
waltungsvertrag im Städtebaurecht, 2002; Lorz, Unzulänglichkeiten des Verwaltungsver-
tragsrechts am Beispiel der städtebaulichen Verträge, DÖV, 2002, pp. 177 y ss.; Grziwotz,
Städtebauliche Verträge und AGB-Recht, NVwZ, 2002, pp. 391 y ss.
21 Si falta la declaración de voluntad típica y necesaria para un convenio administrativo,
puede haber, en su caso, un acuerdo informal; cfr. al respecto infra, § 15, margs. 14 y ss.
portancia aclarar esta cuestión, ya que de ello depende cuál sea el derecho
contractual aplicable, cuál sea la normativa sobre la responsabilidad, qué
posibilidades de ejecución existen y qué procedimiento haya que seguir en
caso de conflicto.
Sin embargo, tampoco se ha de dar demasiado relieve a las diferencias
entre el convenio de derecho público y el contrato de derecho privado de la
administración. No se puede obviar que a menudo existen aproximaciones
mutuas e incluso coincidencias. Y esto se debe a diversos motivos. Por un
lado, el contrato en sí mismo se caracteriza por unas estructuras predefini-
das que son comunes a todas las áreas del derecho. Por otro lado, la legis-
lación actual sólo regula el convenio jurídico-público de forma muy gené-
rica y fragmentaria, de manera que es necesario recurrir continuamente, de
forma integradora, a las disposiciones sobre el contrato de derecho privado,
siguiendo también lo establecido en el § 62 inciso 2 VwVfG. En tercer lu-
gar, la normativa sobre contratos jurídico-privados en el ámbito de la admi-
nistración queda superpuesta y modificada (supra, § 3, margs. 6 y ss.) por
el derecho público, principalmente por los derechos fundamentales y los
principios generales de la administración (y también por los principios ad-
ministrativos recogidos por la VwVfG). Pero estas influencias recíprocas no
deben llevar a la confusión y a la equiparación, sobre todo porque el conve-
nio administrativo y el contrato de derecho privado tienen sus propios y es-
pecíficos ámbitos de aplicación. De cualquier modo, para resolver los casos
concretos ha de estarse a lo dispuesto en el respectivo derecho contractual.24
lares en la realización de funciones públicas” (cfr. el informe, NVwZ 2002, 834-835). Pero
también este convenio debería quedar limitado al derecho público.
25 Ejemplo: Queda a criterio de la administración local decidir si configura el reglamento
de utilización de la biblioteca municipal de forma jurídico-pública o jurídico-privada, pero,
si se decide por la forma jurídico-privada de utilización, todos los contratos que formalice a
este respecto serán también de naturaleza privada. La decisión general inicial predestina, por
tanto, todas las relaciones jurídicas particulares que surjan después.
26 Así, es indiferente la situación jurídica de las partes. El hecho de que una de las
partes contratantes o las dos la constituya un organismo público no determina por sí solo
la presencia de un convenio administrativo. Es posible incluso que un convenio entre dos
entidades gubernativas sea de naturaleza privada, por ejemplo, si el municipio A compra al
municipio B un vehículo con arreglo al § 433 BGB. De igual manera, es posible un convenio
administrativo entre dos particulares y, en caso de facultación especial por la ley, admisible,
como sucede con el acuerdo celebrado conforme al § 110 BauGB cuando el afectado y el
beneficiado por la expropiación son particulares, algo que sucede con gran frecuencia (la
autoridad expropiadora no es en sí parte del convenio, sino mediadora), o bien con la acep-
tación contractual de la obligación jurídico-pública de limpiar las calles (cfr. OVG Lüneburg
OVGE 27, 341, 343), o bien con la cesión contractual de un derecho (jurídico-público) de
rentas (cfr. BSozGE 70, 37, 39). Discrepan de esto Gern, Der Vertrag zwischen Privaten
über öffentlichrechtliche Berechtigungen und Verpflichtungen, 1977; Kasten/Rapsch, Der
öffentlich-rechtliche Vertrag zwischen Privaten–Phänomen oder Phantom?, NVwZ, 1986,
pp. 708 y ss., con notas adicionales. La VwVfG, en todo caso, no contempla los convenios
administrativos entre particulares (cfr. su § 1 I: actividad administrativa de las autoridades),
salvo que una de las partes o las dos actúen con funciones de autoridad (Erichsen, VerwR §
24, marg. 10); cfr. también al respecto BVerwG DVBl. 1992, 1295 (transmisión de la natu-
raleza jurídico-pública a un cementerio libre).
Las dificultades surgen cuando las obligaciones son, de por sí, neutrales
o indiferentes. Sobre todo, sucede con las obligaciones de pagar una canti-
dad de dinero, pues en sí mismas no son ni de derecho público ni de derecho
privado. En estos casos debe atenderse al fin de la obligación y al carácter
del convenio en conjunto: Si se obliga a un ciudadano al pago de un dinero
para obtener una determinada prestación oficial de la administración, esta-
mos ante un convenio administrativo, y no sólo si la actividad administrati-
va se promete o incluso se realiza en el convenio, sino también en el caso de
que, sin estar siquiera mencionada en él expresamente, constituya, no obs-
tante, la base del convenio (es el caso del llamado “convenio de intercambio
cojo”). Lo mismo debe suponerse cuando el particular no se comprometa
contractualmente al pago de una cantidad de dinero, sino a la transmisión
de un bien inmueble. La doctrina mayoritaria rechaza, con razón, la divi-
sión de tales convenios en una parte jurídico-pública y una jurídico-privada
(los convenios mixtos), que en consecuencia también deberían tener una
valoración jurídica diferenciada. La consecuencia es que se amplía sustan-
cialmente el ámbito de aplicación del convenio administrativo, pues basta
con que el acuerdo contractual contenga una obligación jurídico-pública
(no secundaria) o que siquiera se refiera a tal obligación, sin embargo, sólo
será así si las contraprestaciones del convenio están relacionadas entre sí.
También es posible que dos regulaciones contractuales independientes se
puedan concretar externamente en un mismo instrumento contractual; por
ejemplo, un contrato de compraventa de inmueble y un convenio de reden-
ción urbanística.27
su terreno las plazas de aparcamiento obligatorias, solicita además que se le dispense de esta
exigencia legal. La autoridad consiente en acceder a lo solicitado si A paga diez mil marcos
para la construcción de un edificio de aparcamientos que se construirá próximamente en las
cercanías. El convenio resultante es el siguiente: la administración se compromete a la conce-
sión de la dispensa y A, al pago de diez mil marcos (convenio de dispensa de construcción).
Se trata de un convenio de naturaleza jurídico-pública (cfr. BVerwGE 23, 213; BGHZ 32, 214;
56, 365, 368 y ss.; HessVGH DÖV 1984, 118), y lo sería también si sólo considerase la obli-
gación de A de pagar diez mil marcos, siempre que dicho pago tuviera por objeto la concesión
de la dispensa (cfr. BVerwGE 42, 331, 332 y 333 sobre convenios de gastos resultantes; no es
pacífico: entiende estos casos como contratos jurídico-privados Lange, JuS, 192, 503 y 504).
Cfr. también, a favor de la naturaleza pública del convenio, BVerwG NJW, 1976, 2360
(convenio de permuta de terrenos en relación con una disputa acerca de una contribución
especial); BGHZ 58, 386, 388 y 389; BGH DVBl. 1986, 409 (convenio de urbanización);
BGH JZ, 1973, 420, con comentario de Rüfner (cesión gratuita de una parcela como anticipo
de una futura contribución especial). El BGH tendía antes a concebirlos como contratos
de derecho civil (cfr. BGH DVBl. 1972, 824: convenio de cesión de terrenos con vistas a
una dispensa de construcción), pero posteriormente se ha acercado a la jurisprudencia del
BVerwG (sobre todo, cfr. BGHZ 56, 365, 367 y ss.). Pero la delimitación no siempre es senci-
lla. Probablemente estemos ante un contrato de carácter privado de compraventa cuando un
ciudadano venda a la administración un terreno para evitar una inminente expropiación (cfr.
BGHZ 84, 1, 3; 95, 1, 4). Según BVerwG MDR 1976, 874, también es jurídico-privado un
contrato entre un artista y el estado como organizador de una exposición, en tanto en cuan-
to la exposición se realice en cumplimiento de funciones públicas pero de forma privada;
también es privado, según la jurisprudencia (BVerwGE 92, 56, 58 y 59; BGHZ 153, 93, 96 y
97) el convenio urbanístico relativo al llamado modelo local (controvertido: cfr. Brahm, JZ,
2000, pp. 321 y ss.; Grziwotz, NJW 1997, pp. 237 y 238).
La polémica cuestión de si son de naturaleza pública o privada los convenios entre mu-
tualidades de salud (corporaciones de derecho público) y empresas privadas sobre el su-
ministro de material sanitario y otros instrumentos la resolvió el GemS-OBG a favor de la
segunda opción (BVerwGE 74, 368). Sin embargo, la decisión desde entonces ha quedado
obsoleta, al menos en lo que respecta al procedimiento, debido a la nueva regulación del §
51 II SGG en la versión de la Ley de Reforma de la Sanidad del 20 de diciembre de 1988
(BGBl. I, p. 2477), según la cual son competentes para conocer de los conflictos relacionados
con tales convenios los Tribunales de lo social. Pero eso solamente se refiere a la cuestión
procesal, con lo que el problema doctrinal de la naturaleza jurídica de estos convenios no ha
quedado resuelto legalmente, si bien puede suponerse que el legislador los entiende como
jurídico-públicos. Los convenios entre un organismo de servicios sociales (corporación de
derecho público) y las entidades privadas de la Asistencia Libre sobre la asunción de los
costes de asistencia sufridos por la organización privada con arreglo al § 93 II BSHG (los
llamados acuerdos de dieta asistencial), según la doctrina mayoritaria y la jurisprudencia,
son de naturaleza jurídico-pública; cfr. BGHZ 116, 339, 341 y ss., con notas adicionales;
BVerwGE 94, 202, 204).
34
No obstante, existe una cierta tendencia a allanar estas diferencias (por ejemplo, en
cuanto a los efectos de las irregularidades), lo cual no es posible sino de forma matizada.
Cfr., acerca del acto administrativo sujeto a consentimiento, supra, § 9, marg. 25.
35
A. Evolución
39 Cfr. Imboden, Der verwaltungsrechtliche Vertrag, 1958; Salzwedel, Die Grenzen der Zu-
lässigkeit des öffentlich-rechtlichen Vertrags, 1958; Stern, Zur Grundlegung einer Lehre des
öffentlich-rechtlichen Vertrages, VerwArch, vol. 49, 1958, pp. 106 y ss.; en contra se manifestó
Bullinger, Vertrag und Verwaltungsakt, 1962, pronunciándose una vez más contra el convenio
administrativo, pero teniendo en cuenta esta vez más adversarios y críticas. Acerca de la evo-
lución histórica, véase las referencias aportadas por Maurer, DVBl, 1989, pp. 799 y ss.
40 Las disposiciones sobre convenios ya figuraban en el proyecto de ley de 1963 (supra,
§ 5, marg. 5), lo que supuso un auténtico trabajo de pioneros, ya que los autores del borrador
se encontraban en gran medida en terreno aun no explorado. Esas disposiciones influyeron
ya en la doctrina y en la práctica jurídica, aunque también desataron intensos debates y,
en parte, fueron sometidas a una dura crítica, sobre todo la regulación de los vicios del §
59 VwVfG. Por eso tiene aún más significación que el legislador, acostumbrado a seguir
las sugerencias de la doctrina, aceptara sin apenas cambios las disposiciones del proyecto
relativas al convenio administrativo. Se puede ver ahí una invitación a la doctrina y a la
práctica jurídica a terminar de configurar la de por sí fragmentaria regulación de los conve-
nios de la VwVfG, a continuar su desarrollo y, en caso de duda, a interpretarla conforme a la
Constitución. Los pocos principios generales del derecho administrativo que hasta entonces
persistían en el ámbito del derecho de los convenios jurídico-públicos fueron incorporados a
la VwVfG, de forma que desde entonces nadie puede negar su reconocimiento al convenio-
administrativo.
41 Cfr. de nuevo, respecto la crítica fundamental, Burmeister, Referat auf der Staatsrechts-
lehrertagung 1992 mit anschließender Diskusion, VVDStRL 52, 1993, pp. 190 y ss.; Püttner,
Wider den öffentlich-rechtlichen Vertrag zwischen Staat und Bürger, DVBl, 1982, pp. 122
y ss., con réplica de Heberlein, Wider den öffentlich-rechtlichen Vertrag?, DVBl, 1982, pp.
763 y ss.; además, Püttner, Festschrift für Maurer, 2001, pp. 718 y 719.
Sobre la práctica contractual, cfr. Maurer/Bartscher, Die Praxis des Verwaltungsvertrags
im Spiegel der Rechtsprechung, 2a. ed., 1997; Bartscher, Der Verwaltungsvertrag in der
Behördenpraxis, 1997; Schlette, Die Verwaltung als Vertragspartner, 2000, pp. 235 y ss.;
además, los informes de la Presidencia del Gobierno de Stuttgart por Arnold, VerwArch, vol.
80, 1989, pp. 125 y ss., y Bulling, DÖV, 1989, pp. 277, 282 y ss. (aquí hay que señalar que
no se ha observado una actividad similar en el resto de Alemania, tal como han constatado
los estudios del autor), además de los informes de diferentes áreas de la administración y di-
stintos Länder en Hill (coord.), Verwaltungshandeln durch Verträge und Absprachen, 1990.
42 Acerca del convenio “involuntario”, esto es, el convenio para cuya formalización el ciu-
dadano no tiene auténtica capacidad de elección por haberle sido impuesta la prestación de
la administración, véase el detenido examen con consecuencias jurídicas de Schilling, Der
“unfreiwillige” Vertrag mit der öffentlichen Hand. Erscheinungsformen und Rechtsschutz,
VerwArch, vol. 87, 1996, pp. 191 y ss.
43
El nombramiento de los funcionarios debe realizarse mediante acto administrativo,
tal como se deduce de las leyes de funcionariado y de sus especiales disposiciones formales
(acerca de la anteriormente discutida situación legal, cfr. supra, marg. 21). También la lla-
mada a filas, la determinación de deudas tributarias y demás impuestos, los resultados de los
exámenes, etcétera, deben hacerse mediante acto administrativo.
44
Ejemplo: El permiso de obras puede y debe ser revisado de oficio o revocado en de-
terminadas circunstancias. La revisión de oficio y la revocabilidad, por tanto, deben quedar
recogidas en el convenio del permiso de obras mediante las correspondientes reservas. Pero
sigue planteando dudas si es suficiente con eso. Por lo demás, esta alternativa es especial-
mente peligrosa para el propietario del inmueble debido al § 58 I VwVfG, pues queda a mer-
ced del consentimiento escrito de los vecinos, siempre que sus derechos se vean afectados.
Es posible que hasta pasados varios años no se detecte la necesidad de ese consentimiento,
pero entonces se verá que éste no fue prestado y el permiso de obras será nulo.
47 Una forma más estricta es, por ejemplo, la escritura pública notarial, obligatoria, con
arreglo al § 62 inciso 2 VwVfG en combinación con el § 311b I BGB, para los convenios
administrativos en que se pacta la obligación de ceder un bien inmueble (cfr., en parte an-
teriores a la VwVfG, BGHZ 58, 386, 392 y ss.; 65, 368, 372; BVerwGE 70, 247, 254 y 255;
también la doctrina mayoritaria: Schlette, p. 466, con ulteriores referencias). La renuncia a
la forma escrita se da especialmente en los convenios en masa cotidianos, como los que se
perfeccionan para la utilización de una piscina pública municipal mediante la entrega de una
entrada. Si tal renuncia no está incluida en la reserva del § 57 VwVfG, lo cual es ampliamente
aceptado por la doctrina, se extrae de todos modos de la subsidiariedad de la VwVfG. Sólo
cabría preguntarse si una ordenanza sería suficiente. En los mencionados convenios cotidia-
nos del ámbito municipal, que carecen de consecuencias relevantes, habría que admitirlo. En
todo caso, las funciones de la forma escrita aquí no tienen relevancia.
Asimismo, existe también controversia, por ejemplo, acerca de si las declaraciones con-
tractuales deben plasmarse en un solo documento o pueden comprender escritos separados,
complementarios (intercambio de cartas); cfr. al respecto, con detalle, Weihrauch, Verwal-
tungsrechtlicher Vertrag und Urkundeneinheit, VerwArch, vol. 82, 1991, pp. 543 y ss.; OVG
Lüneburg NJW 1998, 2921 (la forma escrita exige la firma de ambas partes en un solo
documento). El BVerwG aún no ha resuelto de forma general esta cuestión, pero en casos
concretos ha declarado suficiente la declaración por escrito en dos documentos separados
(BVerwGE 96, 326, 332 y ss.).
48
Caso práctico: El alcalde del municipio M, que carece de buenas comunicaciones,
quiere fomentar el establecimiento de industria en su término municipal. El empresario E se
muestra interesado, pero le disuaden la situación desfavorable y los gastos adicionales con
ella relacionados. Después de diversas negociaciones, el municipio y E acuerdan mediante
convenio que en los primeros dos años se eximirá a E del impuesto de actividades indus-
triales y, en los dos años siguientes, se le bonificará con la mitad de dicho impuesto. ¿Cómo
debe juzgarse este convenio? Se trata de un convenio administrativo, pues trata del impuesto
de actividades industriales, de naturaleza jurídico-pública, pero es un convenio contrario a
derecho, pues la exención de los impuestos y tributos debe hacerse mediante las correspon-
dientes disposiciones legales (cfr. al respecto BVerwGE 8, 329; 48, 166, 168 y 169; 64, 361,
363; OVG Koblenz, NVwZ, 1986, 68).
a una subvención que le corresponde, o dona una suma de dinero o un terreno para la cons-
trucción de una guardería municipal.
Cfr. al respecto, con más detalle, Erichsen, VerwR § 26, margs. 9 y ss.; Schmidt-
52
Aßmann/Krebs, pp. 177 y ss.; Maurer, DVBl, 1989, pp. 804 y 805; BVerwGE 42, 331, 335
y 336 (convenio administrativo y reserva de ley); OVG Lüneburg DVBl, 1978, 179, 180 y
181 (renuncia, convenio administrativo y prohibición de desconexión de las prestaciones);
de forma general y básica sobre la renuncia a derechos fundamentales, Stern, Staatsrecht III,
pp. 887 y ss.
a) Sólo existe una consecuencia del vicio: la nulidad del convenio admi-
nistrativo contrario a derecho.
b) No se da nulidad ante cualquier infracción de derecho, sino sólo ante
las causas de nulidad enumeradas en el § 59 VwVfG.
53 Por esos motivos, antes de la citada legislación tales convenios eran ya rechazados
por la jurisprudencia y la doctrina mayoritaria; cfr. BVerwG DVBl. 1980, 686; BGHZ 71,
386, 390 y 391; 76, 16, 22. Pero esto no excluye también a los convenios relacionados con
el plan de urbanismo, que incluso han recibido el apoyo del legislador (supra, marg. 4).
Merece especial mención en este sentido el llamado convenio de proyectista del § 12 I 1
BauGB. La jurisprudencia había hecho ya previamente referencia a soluciones alternativas.
Así, es posible que en la ponderación se incluya, como interés privado o público, el interés
específico de un inversor privado en la aprobación de un determinado plan de urbanismo sea
incluido como interés privado o público en la ponderación del § 1 VII BauGB y que éste
incluso acabe constituyendo el punto de vista determinante (cfr. BVerwG DÖV 1981, 878),
o que el acuerdo sobre un plan de urbanismo en ciertas condiciones sea interpretado o rein-
terpretado de manera que el municipio asuma el riesgo para el caso de que un determinado
plan de urbanismo no se llegue a realizar (cfr. BGHZ 76, 16, 24 y ss.; más en profundidad,
BGH ZfBR 1984, 146).
A este respecto y al de las distintas acciones que entran aquí en consideración (ac-
ciones derivadas de una asunción contractual de riesgo, de una culpa in contrahendo, de
una responsabilidad patrimonial de la administración por ejercicio del cargo, etcétera),
cfr. Dolde/Uechtritz, Ersatzansprüche aus Bauplanungsabreden, DVBl, 1987, pp.
446 y ss.; Looman, “Ausverkauf von Hoheitsrechten“, Verträgen zwischen Bauherrn und
Gebietskörperschaften, NJW, 1996, pp. 1439, 1441 y ss.; Brohm, Baurecht, § 7, marg. 19;
Schlette, pp. 206 y ss., 269 y ss., con ulteriores referencias.
Esto significa que los convenios administrativos inválidos sólo son nu-
los en casos muy concretos, pero en las demás ocasiones son pese a ello
eficaces y su eficacia, inatacable. Al contrario del acto administrativo, no
es posible una impugnación por los afectados, ni una revocación mediante
recursos, ni una revisión de oficio por la administración, ni otras soluciones
alternativas.54
Asimismo, el § 59 VwVfG distingue entre convenios de coordinación y
de subordinación. El apartado 1 se aplica a todos los convenios administra-
tivos y se remite a las correspondientes disposiciones aplicables del BGB.
El apartado 2, por el contrario, sólo se aplica a los convenios de subordina-
ción y prevé para ellos causas de nulidad adicionales.
55 La exclusión del § 134 BGB tendría, sin embargo, peligrosas consecuencias, como
muestran los siguientes ejemplos: Un convenio de coordinación, aun con evidentes y graves
infracciones de preceptos jurídico-materiales, sería eficaz y vinculante. Igualmente sería
eficaz un convenio de subordinación que tuviera como objeto el nombramiento de un fun-
cionario y que, por tanto, contrariara la prohibición de forma convencional del § 54 inciso
1 VwVfG; o un convenio que obligara a la administración a conceder un permiso de obras
contrario a derecho, o que previera la exención de un impuesto establecido por ley, si en
todos estos casos, excepcionalmente, no pudiera recurrirse al § 59 II núms. 1 y 2 VwVfG: el
nombramiento contractual del funcionario sería firme y el impuesto legalmente establecido
no podría exigirse (cfr. la solución propuesta infra, marg. 51).
Cfr.
56 BVerwGE 89, 7, 10 y 11; 98, 58, 63 y 64; Schenke, JuS 1977, 288 y ss.; Wey-
reuther, Festschrift für Reimers, 1979, pp. 379 y ss.; Schimpf, cit. marg. 59, pp. 283 y ss.;
Gusy, DVBl, 1983, pp. 1227 y 1228; Efstratiou, cit. marg. 59, pp. 222 y ss.; Schmidt-Aß-
mann, Festschrift für Gelzer, pp. 125 y 126; Schlette, cit. marg. 59, pp. 549 y ss.
57 Cfr., sobre todo, BVerwGE 89, 7 (convenio de urbanización); BVerwGE 90, 310
(convenio sobre los gastos resultantes de la construcción); BVerwGE 98, 58, 63 y 64 (con-
venio de transacción); también BVerwGE 64, 361, 363 y 364; 84, 183, 185 y sigs.; 87, 77,
82 y ss. (convenio de exención urbanística); BVerwGE 52, 183, 189 y ss. (acuerdo sobre
el reembolso de los gastos de formación); BVerwGE DVBl, 1980, 686 y DÖV 1981, 878
(compromiso contractual de aprobar un plan urbanístico); BVerwGE NJW, 1980, 1294 (in-
fracción de una disposición de la legislación urbanística regional). Por otro lado, BayVGH
BayVBl, 1980, 719 (convenio de gastos resultantes); HessVGH DÖV, 1984, 118 (acuerdo
de cogestión); OVG Münster NVwZ, 1984, 522 (convenio de subvención); OVG Lüneburg
NJW, 1982, 2126 (contrato de compraventa con valoración alzada de los gastos de urba-
nización futuros); BayVGH NVwZ 1990, 979 (el llamado modelo local); BadWürttVGH
NVwZ, 1991, 583 (el llamado convenio de cargas derivadas); OVG Münster NVwZ, 1992,
988 (convenio de dispensa de aparcamiento). Por otro lado, BGHZ 76, 16, 22 (compromiso
contractual a aprobar un plan de urbanismo).
58 Así, en la doctrina mayoritaria cfr., por ejemplo, Henneke, en Knack, VwVfG, § 54,
marg. 19; Erichsen/Ehlers, VerwR § 26, marg. 26; Schlette (marg. 59), pp. 559 y ss.; otra
opinión: Schenke, JuS, 1977, 290. Por su parte, según la opinión de Krebs, VerwArch 72,
1981, p. 54 (y antes, Erichsen, Jura, 1994, 50 y 51), la nulidad en caso de infracción de la
prohibición de la forma convencional no se deriva del § 59 I VwVfG, sino directamente del
§ 54 inciso 1 VwVfG, ya que la administración, si existe algún precepto legal que se oponga
a ello, no puede celebrar convenios, por lo que no está capacitada para ello. Esta postura
no resulta convincente. El verbo poder simplemente expresa que la administración, dentro
de los límites de la frase encabezada por “siempre que”, está autorizada para contratar. Si
sobrepasa esos límites, el convenio es contrario a derecho, pero sobre las consecuencias de
esa invalidez no hay nada dicho todavía. Y más aún cuando el § 59 VwVfG pretende regular
de forma exhaustiva los casos de vicio. Por otro lado, el § 126 III Núm. 2 Schl.-Holst. LVwG
contiene una disposición especial según la cual la infracción de la prohibición de la
forma convencional subsana la ineficacia del convenio, para cuya impugnación se dispone
de un mes de plazo. Este precepto puede justificar para Schleswig-Holstein la conclusión
a contrario de que el convenio celebrado en contra de esa prohibición no es nulo, pero no
permite extraer conclusiones para las demás leyes de procedimiento administrativo.
Así, BVerwGE 70, 41, 44 y 45; Ehlers, DVBl, 1991, 613; Erichsen, Jura, 1994, 50;
59
contrarios a la prohibición de subsidio del artículo 87 I del EGV son nulos, en todo caso, si
su infracción del derecho comunitario ha sido determinada por la Comisión con arreglo al
artículo 88, apartado 3, del EGV. Pero sí existe polémica en torno a la situación jurídica en
el caso de que el convenio de subvención hubiera sido celebrado anteriormente, con lo que
se ha incumplido la prohibición de ejecución del artículo 88, apartado 3, tercera frase, del
EGV (esto es, el deber de informar a la Comisión de las subvenciones previstas y esperar a
su dictamen). En la doctrina, por ejemplo, se defiende la postura de que tal convenio será
provisionalmente ineficaz con arreglo al § 58 II VwVfG (consentimiento de la autoridad
facultada para intervenir) hasta la decisión definitiva de la Comisión (Spannowski, cit.
p. 310; Schlette, Die Verwaltung als Vertragspartner, 2000, pp. 555 y 556). Dado que es
obvio que el § 58 II VwVfG no encaja aquí, se impone en todo caso una interpretación
conforme al derecho comunitario, si bien ésta resulta difícil de justificar. Por eso hay que
estar de acuerdo con la opinión contraria: que el convenio de subvención contrario a la
prohibición de ejecución del artículo 88 III 3 EGV es nulo y, si la comisión se pronuncia
posteriormente de forma positiva al respecto, será necesaria una nueva celebración del
convenio (Remmert, EuR 2000, pp. 473 y ss.). Según una opinión intermedia, la infrac-
ción del mencionado precepto comunitario lleva sólo a la nulidad del convenio si es capaz
de desvirtuar la competencia (Oldiges, NVwZ 2001, pp. 634 y 635). Esta opción es en
principio plausible, pero en la práctica no siempre resulta fácil de aplicar. Cfr. también, al
respecto de todo esto, Ehlers, GewArch, 1999, 318 y 319, así como la resolución del BGH
NVwZ 2004, 636, que, si bien se refiere a un contrato civil (como a menudo sucede en este
terreno), resuelve idénticas cuestiones.
60 En principio, tiene las mismas consecuencias que con el acto administrativo (supra, §
10, margs. 35 y ss.). Si un convenio de dispensa de construcción es nulo, ni la administración
puede conceder el permiso de obras ni el ciudadano debe pagar la contraprestación pecunia-
ria prometida. En cuanto a la cuestión de si debe concederse la dispensa, debe estarse (de
nuevo) exclusivamente a las disposiciones aplicables (por ejemplo, el § 31 II BauGB). Por
otro lado, si un convenio contrario a derecho es eficaz, deben realizarse las prestaciones en
él previstas. El convenio constituye la base jurídica de esas prestaciones, y la referencia a su
invalidez es irrelevante en cuanto a la eficacia del convenio.
61 Ejemplo: Los padres del niño N celebran un convenio con el municipio para la asis-
tencia de N a la guardería. En el convenio se establece que la cuota depende del volumen
de ingresos netos de la familia, para cuyo cálculo el convenio (al contrario de la legislación
vigente) prevé, por simplificar, unas deducciones estandarizadas de los ingresos brutos. El
matrimonio paga al principio las cuotas resultantes de ese cálculo, pero después se da cuenta
de que el método legal de cálculo hubiera arrojado unos ingresos netos inferiores y, por
tanto, les hubiera correspondido una cuota menor. Entienden que el convenio es nulo en
su totalidad y exigen el reembolso de todas las cuotas abonadas, ¿es correcto? Solución:
En tanto en cuanto el cálculo contractual de los ingresos ha dado como resultado una cuota
superior al método (definitivamente) legal de cálculo, el convenio es nulo, pues la adminis-
tración ha exigido una contraprestación incorrecta (§ 58 II Núm. 4 SGB X, o bien § 59 II
Núm. 4 VwVfG). Pero el convenio sí que es eficaz, pues puede presumirse tal voluntad de
las partes, y a los padres se les ha de devolver solamente una (pequeña) parte de las cuotas
pagadas; cfr. OVG Berlín NJW 1982, 954; sobre la nulidad parcial, cfr. también BGHZ 65,
368, con ulteriores referencias (en cuanto a la anterior situación legislativa sobre el convenio
de urbanización); acerca de la admisibilidad de las cuotas de guardería escalonadas según los
ingresos, BVerfGE 97, 332.
62 En cuanto a la devolución o compensación según el principio del enriquecimiento
sin causa, cfr. BVerwG NJW 1980, 2538; sobre el abuso de derecho en la reclamación,
BVerwG NJW, 1974, 2247; BVerwGE 55, 337; OVG Münster DVBl, 1978, 305 y NJW
1980, 2093; sobre la denegación de la pretensión de cumplimiento, BVerwG NJW, 1974,
2250; sobre la exigencia de una parte de que se cumpla el convenio pese a la nulidad
por defecto de forma cuando ella misma ya ha realizado su prestación y ya no es posi-
ble una restitución material, OVG Lüneburg NJW, 1992, 1404. Según el OVG Koblenz,
NVwZ, 1992, 796, el ciudadano puede exigir la devolución de su prestación en virtud de
un convenio nulo aun si en el momento de celebrar el convenio pudo conocer o suponer
su nulidad (§ 814 Alt. 1 BGB no sería de aplicación en la pretensión de restitución del
ciudadano contra la administración).
63
Si la administración se compromete contractualmente a dictar un acto administrativo
contrario a derecho y el convenio no es nulo por no existir una causa de nulidad, deberá
dictar dicho acto administrativo (inválido) en virtud del convenio (válido). Por el contrario,
si la administración promete unilateralmente un acto administrativo contrario a derecho, en
principio está obligada a dictarlo, pero, bajo las condiciones del § 48 VwVfG, puede revocar
esa promesa (cfr. § 38 II VwVfG) y librarse así de la obligación. Opción negada por Meyer/
Borgs (VwVfG, § 54, marg. 77), que equiparan a este respecto el convenio con la promesa.
64 Cfr. Maurer, en: Hill (coord.), Zustand und Perspektiven der Gesetzgebung, 1989,
pp. 247 y 248.
65
Cuando Schlette, cit. marg. 59, pp. 541 y 542, tacha de exageradas las críticas de la
doctrina hacia la regulación de los vicios del § 59 VwVfG, se debe a que él mismo interpreta
de forma extensiva esa norma, pues, según él, comprende “todas las infracciones de ley no
totalmente insignificantes” y reduce, por tanto, el problema de los convenios administrativos
contrarios a derecho pero no nulos “a escasas infracciones marginales”. Considerado de esta
forma restrictiva, el § 59 VwVfG no debería resultar problemático.
66 Por lo demás, podrían desarrollarse de lege ferenda soluciones intermedias. Un ejem-
plo lo ofrece la Ley de Procedimiento Administrativo del Land de Schleswig-Holstein, que
en su versión de 2 de junio de 1992 (GVBl. p. 243), junto a las causas de nulidad (que se
corresponden con el § 59 I y II VwVfG), prevé también la ineficacia, que se puede hacer valer
en el plazo de un mes a partir de la celebración del convenio (§ 126 III). Como resultado,
esta ineficacia equivale a un derecho sometido a plazo a impugnar o a desistir del convenio.
En todos los actos jurídicos se plantea la cuestión de cuáles son las con-
secuencias de una modificación sobrevenida (posterior a la adopción del
acto) de las relaciones jurídicas o fácticas en que se basa. En cuanto al acto
administrativo, la cuestión se regula en el § 49 VwVfG y, para la promesa,
en el § 38 III VwVfG. Para el convenio administrativo es de aplicación el §
60 I 1 VwVfG, que parte de los principios tradicionales de la cláusula rebus
sic stantibus o la desaparición del fundamento económico. Según este prin-
cipio, cuando las circunstancias hayan cambiado tanto que de una parte ya
no se pueda esperar que se atenga a lo originariamente pactado, dicha parte
puede exigir una adaptación del convenio a las nuevas circunstancias. Si no
es posible tal adaptación o ésta no es razonable para alguna de las partes,
ésta puede rescindir el convenio. La pretensión de la adaptación se ha de
dirigir a la otra parte contratante, y la adaptación misma se realiza median-
te pacto contractual, supone la modificación del contenido del convenio y,
en caso necesario, puede obtenerse mediante la pretensión de condena. La
rescisión (planteable sólo de forma subsidiaria) es una declaración unilate-
ral de voluntad que se hace efectiva con la recepción por la otra parte del
convenio.
70 La anterior versión del § 61 I 2 VwVfG, vigente hasta 1998, suscitaba un debate sobre
si el sometimiento de la administración, o incluso del particular, precisa de la autorización
de la autoridad inspectora competente (cfr. BVerwGE 98, 58, 64 y ss.); Kowalksi, NVwZ
1992, p. 351 y 352; Bonk, StBS, § 61, marg. 22). Esta polémica quedó zanjada con la Ley de
Reforma de 1998 (supra, § 5, marg. 7). La introducción de la frase “la administración” deja
claro que solamente precisa de esa autorización el sometimiento de la administración. Esto
facilita en la práctica la celebración de convenios administrativos, pero también origina una
desigualdad de trato entre la administración y el ciudadano.
Los casos de conflicto casi siempre tratarán de que una parte contratante
exija a la otra el cumplimiento de sus obligaciones contraídas y que esta
última se niegue por supuesta nulidad del convenio, o bien que una parte ya
haya cumplido con sus obligaciones y, alegando la nulidad convenio, exija
la restitución de las prestaciones realizadas. Para resolver el litigio habrá
que partir de si el demandante tiene una acción de cumplimiento o una ac-
ción de reintegro jurídico-pública. En función de esto, deben considerarse
los siguientes puntos de vista (y, según las circunstancias, analizarlos con
mayor o menor profundidad):
1. ¿Convenio?
2. ¿Convenio administrativo?
En este sentido hay que resolver las siguientes cuestiones (de forma pa-
ralela al acto administrativo):
4. Consecuencias de la invalidez
5. ¿Abuso de derecho?
y ss.; Obermayer, Der nichtige öffentlich-rechtliche Vertrag nach § 59, VwVfG, Festschrift
zum 100jährigen Bestehen des Bayerischen Verwaltungsgerichtshofes, 1979, pp. 275 y ss.;
Tschaschnig, Die Nichtigkeit subordinationsrechtlicher Verträge nach dem Verwaltungsver-
fahrensgesetz, 1984; Blankenagel, Folgenlose Rechtswidrigkeit öffentlich-rechtlicher Ver-
träge? VerwArch, vol. 76, 1985, pp. 276 y ss.; Erichsen, Die Nichtigkeit und Unwirksamkeit
verwaltungsrechtlicher Verträge, Jura, 1994, pp. 47 y ss.; U. Stelkens, Von der Nichtigkeit
zur Vertragsanpassungspflicht. Zur Neuordnung der Fehlerfolgen öffentlich-rechtlicher Ver-
träge, DV 37, 2004, pp. 193 y ss.
Bibliografía sobre VI (vicisitudes de los convenios): Cfr. las referencias del marg. 52;
además: Fiedler, Zum Wirkungsbereich der clausula rebus sic stantibus im Verwaltungs-
recht, VerwArch, vol. 67, 1976, pp. 125 y ss.; Littbarski, Der Wegfall der Geschäftsgrundla-
ge im öffentlichen Recht, 1982; Kawalla, Der subordinationsrechtliche Verwaltungsvertrag
und seine Abwicklung, Jur. Diss. Konstanz, 1984; Stern, Die clausula rebus sic stantibus im
Verwaltungsrecht, Festschrift für Mikat, 1989, pp. 775 y ss.; Kokott, Entschädigungsfragen
bei der Ausübung des einseitigen Kündigungsrechts der Behörde beim öffentlich-rechtlichen
Vertrag, VerwArch, vol. 83, 1992, pp. 503 y ss.; Lorenz, Der Wegfall der Geschäftsgrund-
lage beim verwaltungsrechtlichen Vertrag, DVBl, 1997, pp. 865 y ss.; Schwerdtner, Ver-
waltungsverträge im Spannungsfeld unbedingter Vertragsbindungen und dem Interesse auf
Vertragsanpassung bei veränderter Sachlage, VBlBW, 1998, pp. 9 y ss.
Jurisprudencia sobre el § 14: BVerwGE 23, 213 (decisión fundamental, convenio de dis-
pensa de construcción); BVerwGE 42, 331 (convenio sobre los costes resultantes); BVerwGE
49, 359 (compromiso contractual para dictar un permiso —inválido— de obras; primera
instancia OVG Münster, DVBl, 1973, 696); BVerwGE 8, 327; 48, 166; 49, 125, 128 (acuer-
do sobre la exención de impuestos o contribuciones); BVerwGE 30, 65; 40, 237; 52, 183
(convenio sobre los costes de formación); BVerwGE 55, 337 (sobre el abuso de derecho en
la exigencia de restitución por nulidad del convenio); BVerwGE 64, 361; 84, 183; 87, 77
(acuerdo de redención en el derecho de contribuciones urbanísticas); BVerwGE 74, 78 (apo-
yo a la formación, pena contractual); BVerwGE 81, 312 (municipio–ferrocarril); BVerwGE
84, 236 (fomento municipal de la economía y prevención de emisiones); BVerwGE 89, 7
(convenio de urbanización: aplicación del § 59, apartado 1, de la VwVfG en combinación con
el § 134 BGB); BVerwGE 89, 345 (convenio de subvención; reintegro); BVerwGE 90, 310
(convenio sobre los costes resultantes de la construcción: requisitos jurídicos); BVerwGE 91,
200 (restricciones al convenio en el derecho de función pública; convenio sobre los costes
de formación); BVerwGE 92, 56 (distinción respecto del contrato de derecho civil; convenio
urbanístico: el llamado modelo local); BVerwGE 94, 202 (los acuerdos sobre los gastos de
hospitalización como convenios jurídico-públicos); BVerwGE 96, 326 (reconocimiento de
deuda: reembolso de los costes de formación a cambio de la nacionalización; forma escrita,
sometimiento a la ejecución conforme al § 794 I 5 ZPO); BVerwGE 97, 331 (convenio de
prestación de servicio en la explotación de una instalación de retirada de animales muertos,
adaptación a las nuevas circunstancias conforme al § 60 I VwVfG); BVerwGE 98, 58 (trans-
acción, sometimiento a la ejecución inmediata con arreglo al § 61 I VwVfG); BVerwGE 102,
119, 123 f. (acuerdo provisional de competencia entre el Bund y un Land); BVerwGE 104,
353 (aseguramiento contractual de una medida de protección de la naturaleza); BVerwGE
106, 345, 350 f. (acuerdo sobre proyecto, formulario); BVerwGE 111, 162 (sog. hinkender
Austauschvertrag, Koppelungsverbot). – BVerwG NJW 1974, 2247 y 2250 (convenio admi-
nistrativo inconstitucional); BVerwG DÖV, 1977, 206 (reconocimiento de deuda de Derecho
público); BVerwG NJW, 1980, 1294 (prohibición de desconexión de las prestaciones); BVer-
wG NJW, 1988, 662 (transacción, requisitos jurídicos); BVerwG NJW, 1994, 2306 (doble
naturaleza y eficacia de la transacción procesal); BVerwG NVwZ, 1994, 485 (prohibición
de desconexión de las prestaciones); BVerwG NVwZ, 1994, 1012 (acuerdo sobre desarrollo
urbanístico); BVerwG DVBl, 2002, 844 (adaptación del convenio); BVerwG DVBl, 2003,
1215 (nulidad de un acuerdo de aplazamiento; retrocesión).
BGHZ 56, 365 (convenio de dispensa de construcción); BGHZ 58, 386; 65, 368 (conve-
nio de urbanización); BGHZ 71, 386 (convenio de costes resultantes; culpa in contrahendo);
BGHZ 76, 16 (compromiso contractual para la aprobación de un plan urbanístico); BGHZ
87, 9 (convenio de cooperación, cauce jurídico); BGHZ 116, 339 (acuerdo sobre los gastos
de hospitalización en el sentido del § 93 II BSHG: convenio de derecho público); BGHZ
153, 93 (modelo local: contrato de derecho privado, control del contenido); BGH NJW,
1979, 642 (infracción de la prohibición de desconexión de las prestaciones, incumplimiento
de obligaciones públicas constitutivo de derecho a indemnización); BGH DVBl, 1986, 409
(culpa in contrahendo: cauce jurídico, presupuestos); BGH DVBl, 1994, 1240 (reembolso
de los costes de formación, certificación notarial, cauce jurídico).
OVG Münster OVGE 16, 12 y OVG Lüneburg OVGE 16, 471, 475 (acuerdo sobre el
cumplimiento de obligaciones de policía urbanística); OVG Münster OVGE 26, 180 (acuer-
do sobre los costes en la gestión sustitutoria); HessVGH ESVGH 26, 80 (costes de cana-
lización, desaparición del fundamento económico); BayVGH DVBl, 1977, 394 (pago de
las cuotas de canalización); OVG Münster DVBl, 1978, 308 (abuso de derecho en la recla-
mación de restitución por nulidad de un convenio); HessVGH NJW, 1983, 2831; BayVGH
BayVBl, 1987, 531; BadWürttVGH VBlBW, 1996, 218 (convenio sobre la exención del deber
de reserva de aparcamiento); BayVGH BayVBl, 1983, 730 y BadWürttVGH VBlBW, 1984,
377 (convenio de ayuda a la formación, pena contractual); OVG Münster NVwZ, 1984, 522
(convenio de subvención, reclamación de la competencia, ¿ineficacia?); BayVGH NVwZ,
1987, 814 (presupuestos concretos de un convenio, ejecución); BayVGH NVwZ, 1989, 167
(transacción, nulidad, desaparición del fundamento económico); BadWürttVGH NVwZ,
1991, 583 (el llamado convenio de cargas resultantes); OVG Lüneburg NJW, 1992, 1404 (el
llamado convenio de exceso de costes, forma escrita, pretensión de cumplimiento pese a
la nulidad formal del convenio); OVG Koblenz NVwZ, 1992, 796 (el llamado convenio de
intercambio cojo, infracción de la prohibición de desconexión de las prestaciones, reclama-
ción de daños y perjuicios pese al conocimiento de la nulidad del convenio); OVG Münster
NVwZ, 1992, 988 (sobre la nulidad con arreglo al § 59 I VwVfG en combinación con el §
134 BGB, interpretación del convenio conforme a la ley); OVG Saarland NJW, 1993, 1612
(modalidades de formalización contractual); OVG Lüneburg NdsVBl, 1994, 38 (convenio
de uso privativo); OVG Lüneburg NJW, 1998, 2921 (firma en un solo documento contrac-
tual); BadWürtt VGH NVwZ, 1996, 652 (convenio de utilización publicitaria, consecuen-
cias de la invalidez); OVG Münster NVwZ-RR, 2003, 147 (renuncia a la recaudación de la
contribución; BadWürtt.VGH VBlBw, 2004, 52 (convenio de intercambio, prohibición de
desconexión de las prestaciones).
2. Referencia jurídica
A. Clasificación jurídica
B. Presupuestos jurídicos
C. Consecuencias de la invalidez
D. Tutela judicial
3. Advertencias públicas
A. Determinación conceptual
B. Admisibilidad jurídica
C. Regulación legal
A. Delimitación y relevancia
B. Valoración jurídica
A. Perspectiva general
NuR, 1989, pp. 295 y ss.; Hill (coord.), Verwaltungshandeln durch Verträge und Abspra-
chen, 1990; R. Schmidt, Öffentliches Wirtschaftsrecht, 1990, pp. 494 y ss.; Hoffmann-Riem/
Schmidt-Aßmann (coord.), Konfliktsbewältigung durch Verhandlungen, 2 vols., 1990; Kunig/
Rublack, Aushandeln statt Entscheiden? Jura, 1990, pp. 1 y ss.; H. Dreier, Informales Verwal-
tungshandeln, StW, 1993, pp. 647 y ss.; Brohm, Rechtsstaatliche Vorgaben für informelles
Verwaltungshandeln, DVBl, 1994, pp. 133 y ss.; Dose, Kooperatives Recht, DV 27, 1994,
pp. 91 y ss.; Schlette, Die Verwaltung als Vertragspartner, 2000, pp. 216 y ss.; Volkmann,
Umweltvereinbarungen als Problem der verwaltungsrechtlichen Dogmatik, UTR, 2001, pp.
97 y ss.; Bull, VerwR margs. 242 y ss., 486; Erichsen, VerwR § 32 margs. 1 y ss.; Ipsen,
VerwR margs. 820 y ss.
84**** El § 16 ha sido traducido por José García Alcorta, doctor en derecho y abogado.
85 Los planes de un Land y los planes regionales están regulados en parte por la le-
gislación federal mediante la ROG y en parte por las leyes de planificación de cada Land.
Puesto que la Federación sólo posee competencia para establecer la legislación marco en
relación con la ordenación del territorio (artículo 75 I, núm. 4 GG), la ROG se limita a
los principios y regulaciones generales (§§ 18 y ss. ROG) que deben y pueden ser desa-
rrollados a cabo de forma más detallada por los legisladores de los Länder. Los planes
urbanísticos de los municipios tienen su fundamento jurídico en el Código urbanístico
(BauGB): el plan de uso de la superficie se extiende al conjunto del municipio y representa
el uso del suelo que se deriva del desarrollo de las obras proyectado para la ciudad en sus
rasgos fundamentales (§ 5 BauGB). El plan de urbanismo, que debe desarrollarse sobre la
base del plan de uso de la superficie, establece de forma jurídicamente vinculante el uso
del suelo dedicado a la construcción y a otros fines para unas concretas partes de las zonas
del municipio (§ 8 BauGB). Los planes de nivel inferior han de adaptarse a la planificación
territorial de los correspondientes de nivel superior (cfr., para la planificación urbanística,
§ 1 IV BauGB); frente a estos deberes de adaptación se encuentra el derecho del titular
inferior de la planificación a que sus planes sean tenidos en cuenta o incluso a participar
en la planificación realizada por las unidades administrativas superiores (el denominado
principio de la contracorriente). Cfr., en relación con los planes de ordenación del territo-
rio, con ulteriores referencias, Hoppe/Grotefels, Öffentliches Baurecht, 1995, pp. 63 y ss.;
Brohm, Baurecht, §§ 35 y ss.; Gubert/Muckel, Fälle zum Bau-und Raumordnungsrecht,
5a. ed., 2001, pp. 165 y ss.
86 De esta forma, el legislador parlamentario decide dónde y cuándo se construyen nue-
vas carreteras federales o se amplían las ya existentes (cfr., en relación con el plan de nece-
d) Planes en el ámbito del medio ambiente, como los planes sobre el pai-
saje (§ 6 de la Ley Federal de Protección de la Naturaleza —BnatSchG—),
planes para la conservación del aire limpio (§ 47 de la Ley Federal de Pro-
tección frente a las inmisiones —BimSchG—), planes de reducción de rui-
dos (§ 47a BImSchG), planes de eliminación de aguas residuales (§ 18a III
de la Ley sobre el Consumo y Protección del Agua —WHG—).
e) Planes de necesidades en el ámbito social, como por ejemplo los pla-
nes de necesidades en relación con los hospitales con arreglo a la Ley de
Financiación de los Hospitales (KHG), etcétera.87
sidades, BVerwGE 98, 339, 345 y ss.; 100, 388, 390 y ss.). Sobre la base de esta concreción
de las necesidades, el ministerio federal competente en materia de tráfico debe determinar,
con arreglo al § 16 FStrG, la planificación y el trazado. La determinación del trazado no es
un acto administrativo (impugnable), sino una instrucción administrativa interna (BVerwGE
62, 342, 344 y ss.; 104, 236, 251 y ss.). A ella le sigue el procedimiento integrado para la
aprobación del plan, con la correspondiente resolución aprobatoria, según el § 17 FStrG
(supra, marg. 4). Cfr. en relación con la planificación de carreteras, incluidas las referencias
al Derecho europeo y ambiental, Steiner, Strassen-und Wegerecht, Steiner, BesVerwR., V,
margs. 59 y ss.; Gottschewski, Zur rechtlichen Durchsetzung von europäischen Strassen,
1998, pp. 19 y ss.; Lautner/Metz, Bundesfernstrassenplanung–Von der Bedarfsermittlung
bis zur baulichen Realisierung, VR, 1996, pp. 253 y ss.
87 El objetivo de esta ley resulta de su § 1: “La finalidad de esta ley es la garantía eco-
nómica de los hospitales, para asegurar a la población la provisión, ajustada a sus necesi-
dades, de hospitales que dispongan de suficientes recursos para su funcionamiento y que
se responsabilicen de su propia administración, así como para contribuir a una asistencia
socialmente soportable”. Los planes se mencionan en el § 6 I: “Los Länder elaboran planes
de hospitales y programas de inversión para la realización de los fines mencionados en el
§ 1”. Las consecuencias resultan del § 8 I 1: “Los hospitales tienen, con arreglo a esta ley,
derecho al fomento, en tanto en cuanto estén contemplados en el plan de hospitales de un
Land y, en el caso de las inversiones, en el programa de inversiones según el § 9, apdo. 1,
núm. 1”. Cfr. respecto de los planes de necesidades relativas a los hospitales, de acuerdo con
anteriores redacciones de la Ley de Financiación de los Hospitales, BVerwGE 62, 86; 72,
38. Con arreglo a la interpretación del Tribunal Federal de lo Contencioso-Administrativo,
el (anterior) plan de necesidades relativas a los hospitales no era una norma jurídica ni una
resolución general (allgemeine Verfügung), sino “una medida administrativa de carácter in-
terno sin efectos jurídicos inmediatos externos […] todo lo más comparable con una orden
interna de servicio, mediante la cual el órgano administrativo competente del Land, con
arreglo al § 8 I 1 KHG (1972/1981) resulta obligado a adoptar una resolución de fijación del
plan (BVerwGE 72, 38, 45). Lo mismo vale también para el momento actual (en este senti-
do, Sodan, “Lebensmittel- und Gesundheitsrecht”, Achterberg/Püttner/Würtenberger (eds.),
Besonderes Verwaltungsrecht, II, 2a. ed., 2000, pp. 740, 793 y ss.).
B. Significado
2. Clasificación jurídica
los planes, las diferencias existentes según el sujeto que establece el plan,
sus destinatarios, su contenido, su campo de referencia, su duración tempo-
ral, sus efectos y su carácter vinculante, excluyen la posibilidad de aceptar
un concepto jurídico de “plan” uniforme y comprensivo. Es por ello que en
el derecho administrativo tampoco existe autónomamente la forma jurídica
de plan; antes bien, el plan representa una denominación global para muy
distintos fenómenos, que deben juzgarse cada uno según su particularidad y
las disposiciones jurídicas aplicables a ellos.
Puede realizarse una cierta delimitación únicamente en relación con la
planificación. Plan y planificación se mencionan a menudo y sin distinción
uno al lado del otro. Sin embargo, su significado no es el mismo. La planifi-
cación es la actividad que tiene por finalidad la adopción de un plan; el plan
es el producto de esa actividad (cfr. ya, en relación con esta diferencia, en
el tratamiento del acto administrativo, supra, § 9, marg. 7).
La planificación significa “fijación previsora de objetivos y anticipación
intelectiva de los comportamientos necesarios para su realización” (Wolff/
Bachof/Stober, VerwR, I, § 56, marg. 6); la planificación presupone por tan-
to una cierta medida de autonomía, tanto en relación con la fijación de obje-
tivos como también en la elección de los medios. Es por eso que, de acuerdo
con su naturaleza, el centro de gravedad de la planificación se encuentra en
el Legislativo y el Gobierno (la mayoría de las leyes son el resultado de una
planificación en este sentido y así, si se quiere, planes). En el ámbito de la
administración puede diferenciarse entre actividad de ejecución y actividad
de planificación. La primera se da en los supuestos de ejecución de precep-
tos legales o de las directrices adoptadas por el Gobierno; se encuentra de
esta forma preprogramada. La segunda, en cambio, puede fijar ella misma
sus objetivos y establecer el camino a seguir para lograrlos —dentro de los
fines y límites marcados por el legislador o el Gobierno—; se programa por
tanto a sí misma. Esta comparación no puede sin embargo conducir a enga-
ño, puesto que en la práctica los límites son difusos y se producen interfe-
rencias en la mayoría de las ocasiones. En este sentido, en la planificación
urbanística, que tiene su fundamento en la autoridad para la planificación
que ostentan los municipios, se mezclan la planificación autónoma y la eje-
cución heterónoma (en particular del § 1 V BauGB), una dentro de la otra;
le resta no obstante a los municipios un ámbito de libertad de configuración
en la planificación.92
93 Es dudoso si en este supuesto puede hablarse siquiera de un “plan”, puesto que se trata
únicamente de una colección de datos, incluso aunque su elaboración pueda exigir conoci-
mientos técnicos y valoraciones. Los datos, con todo, también pueden ser transmitidos bajo
ciertas presentaciones de objetivos y producir de esta forma un efecto estimulante; de esta
forma se aproxima el plan indicativo al plan orientativo.
94 El plan orientativo es el medio de configuración adecuado al Estado social: no obliga,
pero tampoco renuncia a influir en el diseño social, sino que intenta activar la iniciativa y
responsabilidad de los sujetos privados con la ayuda de la dirección global.
95
Como ejemplo de una regulación diferente puede citarse la Ley de Ordenación del
Territorio (§§ 5 y ss.): el programa de ordenación del territorio del Land, que en su primera
parte establece los principios de la ordenación del territorio para el Land, se adopta mediante
una ley del Parlamento del Land. El programa de ordenación del territorio del Land, que en
su segunda parte establece los objetivos de la ordenación del territorio para el desarrollo del
Land o de partes del mismo, se determina mediante un reglamento del Gobierno del Land;
los programas regionales de ordenación del territorio se adoptan mediante ordenanzas
por los titulares de la planificación regional, las comarcas y las ciudades no integradas en
comarcas, pero necesitan todavía la autorización del órgano de supervisión. La respectiva
forma jurídica determina al mismo tiempo los requisitos y los efectos jurídicos de los con-
cretos planes, además de su tutela judicial.
96
En el caso concreto, la determinación de la naturaleza de un plan puede conducir a
dificultades casi insuperables. Así sucede con el plan relativo al uso de la superficie. Se
adopta por el representante del municipio, requiere la autorización del órgano de supervisión
(§ 6 BauGB) y vincula no sólo al propio municipio, en particular para la elaboración de un
plan de urbanismo posterior (§ 8 II BauGB), sino, eventualmente, también a otras Adminis-
traciones (§ 7 BauGB); sin embargo, no produce ningún efecto jurídico inmediato para el
ciudadano, pero sí efectos mediatos, puesto que, por ejemplo, al decidir sobre la autorización
de proyectos urbanísticos en suelo no urbanizable, hay que examinar su compatibilidad con
el plan (§ 35 II BauGB). Según la opinión doctrinal dominante, el plan relativo al uso de la
superficie no puede subsumirse en una de las formas jurídicas tradicionales (ordenanza, acto
administrativo, convenio administrativo, actuación interna de la administración), sino que
representa una medida de autoridad sui generis, una fase del planeamiento configurada de
forma especial; en este sentido Grauvogel, en Kohlhammer-Kommentar zum BauGB, § 5,
margs. 156 y ss.; Brohm, Baurecht, § 6, marg. 12; Finkelburg/Ortloff, Öffentliches Baure-
cht, vol. 1, 5a. ed., 1998, p. 72 (“plan que vincula la planificación”); cfr. también BVerwG
NVwZ, 1991, 262 (en todo caso no es una norma jurídica o una disposición jurídica en el
sentido del § 47 I de la Ley de la Jurisdicción Contencioso-Administrativa (VwGO). Puesto
que el plan relativo al uso de la superficie debe cumplir con los requerimientos formales de
una ordenanza (como también lo revela la comparación con el plan de urbanismo), debe ca-
lificarse como una ordenanza tan sólo desde el punto de vista formal, esto es, como un acto
jurídico que se adopta mediante la forma de una ordenanza, pero que no constituye una nor-
ma jurídica vinculante con carácter general, sino que tiene (casi) un significado puramente
interno para la administración (análogo al plan presupuestario). Puesto que no fundamenta
derechos u obligaciones para los ciudadanos, ni siquiera constituye una norma jurídica en
sentido material y no puede ser impugnado a través del control de las normas por los
tribunales administrativos, según el § 47 VwGO, en este sentido, en cuanto al resulta-
do, BVerwG, NVwZ, 1991, p. 262: cfr., en todo caso, también BVerwGE117, 287, y sobre esto,
Kment NVwZ 2004, pp. 314 y ss.
98
Es seguro que existe una diferencia si el incentivo financiero otorgado para el estable-
cimiento de un negocio comercial en una determinada zona ha sido regulado en una ley de
subvenciones, ha sido previsto en el presupuesto mediante la determinación de los recursos
necesarios, ha sido recogido en el plan financiero del gobierno (§§ 9, 14 StabG) o ha sido
anunciado al público mediante una declaración del ministro competente.
Una cuestión distinta es la de si existe un derecho a la planificación, esto es, un
99
retroactividad impropia (en este sentido, la Sala primera) o entre eficacia hacia el pasado de
las consecuencias jurídicas y conexión retroactiva del supuesto de hecho (en este sentido, la
sala segunda). La diferencia entre ambas salas es —atendiendo a su resultado— únicamente
de carácter terminológico. En el primer supuesto, el ámbito temporal de validez de una
ley se extiende al pasado (una ley publicada el 1o. de marzo de 2002 debería aplicarse ya
desde el 1o. de agosto de 2001), en el segundo caso una ley que se aplica únicamente para
el futuro incluye (también) situaciones y relaciones jurídicas que se han originado ya en el
pasado (una ley publicada el 1o. de marzo de 2002 suprime desde el 1o. de abril las ayudas
de tipos de interés concedidas hasta entonces, pero afectando también a los contratos de
préstamo celebrados desde el 1o. de marzo de 2002). La admisibilidad de la retroactividad
debe juzgarse de acuerdo con el principio de protección de la confianza (el fundamento del
cual se hallaría en el principio del estado de derecho o en los derechos fundamentales). Se-
gún esto, la retroactividad auténtica (eficacia hacia el pasado de las consecuencias jurídicas)
es, en principio, ilícita; por el contrario, la retroactividad impropia (conexión retroactiva del
supuesto de hecho) es, en principio, lícita, pero debe ser suavizada, eventualmente mediante
regulaciones transitorias, con el fin evitar situaciones inicuas. Cfr. un resumen en BVerfGE
97, 67, 78 y ss.; 101, 239, 262 y ss.; más referencias en Maurer, Staatsrecht, § 17, margs.
105 y ss.
101 Cfr. sobre esto BVerfGE 30, 392 (Ley de Ayudas de Berlín): el legislador concedió
Este derecho parte de una modificación o supresión del plan y exige re-
gulaciones transitorias y ayudas de adaptación para aquéllos que han reali-
zado disposiciones de acuerdo con el plan y sufren a partir de este momento
pérdidas patrimoniales debido al abandono de aquél. Podrían de esta for-
ma, por un lado, realizarse las necesarias modificaciones del plan, y, por
103 Ejemplo: El órgano administrativo competente en materia de obras otorga una licencia
de obras a A pero dispensándole del cumplimiento de una disposición contenida en el
plan de urbanismo relativo a la altura del edificio. El vecino N objeta el otorgamiento de esta
dispensa y exige que se respete el plan de urbanismo. ¿Con éxito? El órgano administrativo
está vinculado a las disposiciones del plan de urbanismo, pero puede conceder en el caso
concreto una dispensa si no incumple unas condiciones determinadas (cfr. § 31 II BauGB).
Una pretensión judicial de N únicamente tendría éxito si 1) el otorgamiento de la dispensa
fuera objetivamente contrario a derecho y 2) la dispensa hubiera afectado a una disposición
relativa al derecho sobre las obras que protege al vecino y que actúa por ello como funda-
mento de un derecho subjetivo.
D. ¿Derecho a indemnización?
2. La actividad de subvención
107
El § 264 VII del Código Penal (StGB) contiene una definición legal; pero se limita
al supuesto de hecho penal del fraude en la subvención y no puede ser trasladado a otros
ámbitos, aunque proporciona un cierto punto de apoyo desde una perspectiva general. Con
arreglo a esta disposición (el § 264 del Código Penal), la subvención es una prestación a
empresas de recursos públicos con arreglo al derecho federal, al derecho del correspondiente
Land o al derecho comunitario, que se concede, al menos en parte, sin una contraprestación
en condiciones de mercado y que debe servir al fomento de la economía. La Ley de Subven-
ciones del 29 de julio de 1976 (BGBl. I, p. 2037) complementa el § 264 del Código Penal,
pero apenas tiene alguna significación. La terminología legal tampoco es unánime. El § 12
de la Ley de Estabilidad (StabG) alude a “ayudas financieras” (Finanzhilfe) y el § 14 de la
Ley de principios presupuestarios (HGrG) habla de “aportaciones” (Zuwendungen). Tal y
como resulta del contexto global y de las funciones de estas normas, se trata de determina-
dos tipos de subvenciones (el § 12 II de la Ley de estabilidad obliga al Gobierno federal,
al Bundestag y al Bundesrat a presentar un informe sobre subvenciones cada dos años; el
§ 14 de la Ley de principios presupuestarios se refiere a la evaluación de las subvenciones
en el presupuesto). Acerca de la Ley Suiza de Subvenciones del 5 de octubre de 1990, cfr.
Vallender, Wirtschaftsfreiheit und begrenzte Staatsverantwortung, 3a. ed., 1995, § 13, margs.
80 y ss.
Diferencias entre
Subvenciones de ahorro Subvenciones de prestación
(ventajas fiscales) (ayudas, préstamos, etcétera)
108 Ejemplo: De acuerdo con la Ley Relativa a los Precios de los Cereales, los molineros
deben abonar a los agricultores, además del precio de los cereales que se hubiese fijado, una
determinada prima adicional que el Estado les restituye. El Estado subvenciona a los agricul-
tores, pero conecta en la ejecución a los molineros, que se encuentran con el Estado en una
relación jurídico-pública de mandato en sentido amplio.
B. La concesión de la subvención
3. El préstamo subvencional
110
Con el fin de racionalizar su explotación agraria, A solicita, con cargo a los recursos
disponibles en los presupuestos, un préstamo por la cantidad de 30,000 euros. El préstamo
se otorga mediante resolución del órgano competente; a esta resolución se adjunta un escrito
hectografiado en el que, bajo referencia a las “Directrices generales de concesión del Minis-
terio de Agricultura”, se recogen las condiciones particulares sobre amortización, créditos y
eventual devolución anticipada.
111 Así, sobre todo, la jurisprudencia: BVerwGE 1, 308; 7, 180; 13, 47; 13, 307; 35, 170;
45, 13, 14; BGHZ 40, 206, 210; 52, 155, 160 y ss.; 61, 296, 299; BGH NJW 1997, 328; OVG
Saarbrücken, DVBl, 1972, p. 616; además, Ipsen, Öffentliche Subventionierung Privater,
1956, pp. 62 y ss.; idem, VVDStRL 25, 1967, pp. 298 y ss.; Stern, JZ, 1960, p. 519; Brohm,
Strukturen der Wirtschaftsverwaltung, 1969, pp. 181 y ss.; Stern, VerwprozR, marg. 90; Sch-
mitt Glaeser/Horn, VerwprozR, marg. 46; Kopp/Ramsauer, VwVfG, § 35, marg. 41; Stelkens/
Stelkens, StBS, § 35, marg. 72 y Bonk, StBS, § 54, margs. 47, 51; Jarass, JuS, 1980, p. 118;
crítico Rüfner, Formen öffentlicher Verwaltung im Bereich der Wirtschaft, 1967, pp. 372 y ss.;
en posición contraria, Zuleeg, Die Rechtsform der Subventionen; Bethge, JR, 1972, pp. 139 y
ss.; Bosse, Der subordinationsrechtliche Verwaltungsvertrag als Handlungsform öffentlicher
Verwaltung, pp. 94 y ss.; Henke, Das Recht der Wirtschaftssubventionen, pp. 11 y ss.
trato. Cabe imaginar, con todo, que el órgano administrativo esté dispuesto a
celebrar el contrato, pero no pueda llegar a un acuerdo con el solicitante acer-
ca de determinados aspectos (por ejemplo, el tipo de interés); la referencia a
la obligación de contratar tan sólo tiene utilidad entonces si las exigencias del
órgano administrativo son contrarias a derecho o abusivas.
B. Alternativas
115 En este sentido, Zuleeg, Rechtsform, en particular, p. 61; idem, Festschrift für Fröhler,
pp. 286 y ss. En Suiza, el legislador prescribe que la concesión de la subvención se realizará
C. Posición propia
Las tres propuestas de solución son preferibles desde un punto vista ju-
rídico-dogmático y práctico a la teoría de los dos niveles. Puesto que to-
das ellas persiguen el mismo objetivo —esto es la inclusión en el derecho
público del préstamo otorgado por la subvención— y todas permiten afir-
marlo con mayor vigor incluso, no existe ya, al menos por regla general,
necesidad alguna de sostener la teoría de los dos niveles. A esta última, no
obstante, debe reconocérsele históricamente el mérito de haber visto ya
de forma temprana el aspecto jurídico-público del préstamo subvencional,
y de haberle dado un tratamiento acorde con el marco de los conocimientos y
posibilidades entonces existentes.
La interpretación de derecho privado administrativo (cfr. marg. 23) ga-
rantiza el necesario sometimiento al derecho público (por ejemplo, al prin-
cipio de igualdad); pero pasa por alto el dato —no suministrado por la teoría
de los dos niveles—, de que al menos la concesión de subvenciones debe
vincularse con los fundamentos jurídicos y los objetivos del derecho públi-
co. Prescindiendo de esto, esta interpretación no está exenta de las dudas
que plantea el derecho privado administrativo. No existe obstáculo alguno
para una interpretación exclusivamente de derecho público, máxime cuan-
do puede recurrirse, en caso necesario, a las correspondientes (y escasas)
disposiciones sobre préstamos contenidas en el Código Civil.
La teoría del convenio administrativo, preferida por la nueva doctrina
en este contexto, parece en todo caso adecuada si la relación de préstamo
se configura individualmente; sin embargo, la concesión del préstamo está
por regla general ya predeterminada por la ley o por instrucciones adminis-
trativas. Al particular le queda tan sólo la posibilidad de, o bien aceptar el
convenio administrativo con las condiciones establecidas por la administra-
ción, o bien renunciar completamente a él. Esto no excluye la posibilidad
de afirmar la existencia de un convenio administrativo, como muestran los
correspondientes fenómenos que se producen en la esfera económico priva-
da. Pero la diferencia entre esta solución y un acto administrativo al que se
le añade un modo y unas condiciones se reduce prácticamente a cero. Por
ello se recurre en los supuestos normales al acto administrativo.117
La especificación de la forma jurídica que debe emplearse para conceder
la subvención depende de las cuestiones ya planteadas supra, (cfr. marg.
10b). La búsqueda de una solución idónea y en interés de la seguridad ju-
rídica aboga por que el legislador establezca una regla general en relación
con la forma jurídica de la concesión del préstamo (cfr. para Suiza, supra,
marg. 21). Hasta el momento sin embargo, esto no se ha producido —salvo
algunas excepciones—. Por lo tanto, en cada supuesto concreto, la adminis-
tración puede elegir la forma jurídica que parezca más oportuna. El Tribu-
nal de lo Contencioso-Administrativo debe partir en el supuesto litigioso de
la decisión de la administración y examinar su conformidad con el ordena-
miento jurídico. Puesto que la práctica favorece hasta el momento la teoría
de los dos niveles, debe aceptarse esta última en caso de duda. Con todo, la
117 Existe incluso el peligro de que el receptor de la subvención pierda garantías jurídicas
con la configuración contractual, garantías que conservaría sin embargo frente a un acto
administrativo. Debe así reseñarse que Menger, VerwArch, vol. 69, 1978, pp. 93 y ss. y en
Festschrift für W. Ernst, pp. 309 y ss., considera ilícito un acto administrativo con modos
o condiciones sin un amparo legal, y por ello exige un convenio administrativo, —en este
caso, sin embargo—, el ciudadano está expuesto a las mismas vinculaciones y limitaciones,
y debe no sólo tolerarlas, sino también sancionarlas con su firma.
Las reflexiones realizadas hasta ahora han partido del “supuesto estándar”
en el que el “préstamo” se concede de forma inmediata por la administración.
Sucede sin embargo, una y otra vez que un banco o otra entidad de crédito
privada se interpone, —sea un banco autónomo, o bien un banco erigido por
la administración para finalidades de este tipo, aunque organizado y que actúa
conforme al derecho privado—. Si el banco se encarga únicamente del pago
y, de esta manera, aparece como una ayuda ejecutiva para el Estado, no existe
diferencia alguna con el supuesto de que el pago sea realizado por la propia
caja pública. Pero también es posible que el órgano administrativo conceda la
subvención y el banco concluya el contrato de préstamo, disponiendo enton-
ces de un cierto margen de decisión en relación con las condiciones. En este
caso es indispensable aceptar la existencia de dos relaciones jurídicas conse-
cutivas. Se puede hablar, por tanto, de una teoría de los dos niveles, pero debe
notarse que la misma está condicionada por la inclusión de un tercero y por la
existencia de una “relación triangular” creada de esta forma.
4. Otras subvenciones
B. Avales
En relación con los avales del Estado se acepta la teoría de los dos nive-
les incluso por aquellos que se manifiestan contrarios a ella en otros casos:
el órgano administrativo se declara mediante un acto administrativo frente
al receptor de la subvención dispuesto para responder como fiador por las
obligaciones de este último, y concluye con el acreedor del receptor de la
subvención un contrato de aval jurídico-privado (con arreglo a los §§ 765 y
ss.) del Código Civil. De forma gráfica pueden representarse estas relacio-
nes jurídicas de la siguiente forma:
Acto administrativo
Estado Ciudadano
Otorgante de la subvención Receptor de la
subvención
Fiador Deudor
Contrato Contrato
de aval de préstamo
Acreedor Banco
JZ 1969, 69 (primas para fertilizantes comerciales); Ipsen (cfr. supra, marg. 12), pp. 63, 68
y ss.; Zuleeg, (cfr. supra, marg. 12), p. 11, con ulteriores referencias.
Ejemplo: De acuerdo con la Ley de Promoción del Cine, se abonan primas para aquellos
proyectos de películas que se considera que deben promocionarse. Las primas (sólo) deben
devolverse si el proyecto no se lleva a cabo en un plazo adecuado, de manera que no se
alcanza la finalidad de la subvención. La concesión tiene lugar mediante un acto adminis-
trativo, la obligación de devolución del pago por no alcanzarse la finalidad de la subvención
puede establecerse mediante una condición resolutoria o mediante un modo. La resolución
establece y regula una relación jurídica de subvención que finaliza únicamente cuando la
película concluye. La construcción jurídica del “acto administrativo en virtud de sumisión”
(así BVerwG y BGH cit.) es aquí superflua, puesto que se obtiene de forma más convincente
el mismo resultado con ayuda de las figuras jurídicas generales de la condición y el modo.
Nt7
Como ya hemos señalado, la expresión “Vergabe öffentlicher Aufträge” significa
literalmente “adjudicación de encargos públicos”, aunque en determinados contex-
tos también podría traducirse como “adjudicación de contratos públicos”. De he-
cho, esa es la expresión utilizada, por ejemplo, para dar título a la versión alemana
de la Directiva 2004/18/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, del 31 de marzo
de 2004, sobre coordinación de los procedimientos de adjudicación de los contratos
públicos de obras, de suministro y de servicios (“Koordinierung der Verfahren zur
Vergabe öffentlicher Bauaufträge, Lieferaufträge und Dienstleistungsaufträge”).
No obstante, hemos preferido emplear la traducción literal por la razón de que,
según la doctrina alemana dominante, la adjudicación de un “encargo público” da
lugar a la celebración de un contrato jurídico-privado, de modo que hablar aquí
de contrato “público” podría dar lugar a malentendidos.
119
Para más detalles sobre la construcción del contrato de aval de derecho público, Os-
senbühl, Die Bürgschaft im öffentlichen Recht, Festschrift Maurer, 2001, pp. 679 y ss.
Cfr.
120 en la jurisprudencia, BVerwGE 7, 89 (preferencia según el § 74 de la Ley Federal
Relativa a los Expulsados —BVFG—; teoría de los dos niveles, la decisión sobre la prefe-
rencia es un acto administrativo); BVerwGE 14, 65 (el mismo supuesto del § 74 BVFG: en el
supuesto concreto sólo de derecho privado); BVerwG DVBl, 1970, 866 (trato de favor según
el § 76 BVFG: relación jurídico-pública de favor); BVerwGE 34, 213 (minusválido, Berlín;
la disputa sobre la preferencia es en todo caso de derecho público); BVerwGE 38, 281 (venta
de inmuebles a precios reducidos a falta de un precepto legal sobre preferencia: de derecho
privado); en la doctrina, Ehlers, en: Schoch/Schmidt-Aßmann/Pietzner, VwGO, § 40, marg.
250, con ulteriores referencias; la propuesta de Kopp, BayVBl, 1980, pp. 609 y ss., de co-
nectar en este ámbito un acto administrativo con todos los contratos (de derecho privado y
de derecho público) por razones de tutela judicial no ha tenido seguidores.
en el lugar en el que se desarrolla la ejecución del contrato y no con las que resultan
aplicables en el lugar en el que tiene su domicilio el contratista.
Cfr.,
121 sobre esto, también el Reglamento del Consejo de la Unión Europea núm.
659/1999, sobre el procedimiento relativo al control de las ayudas, recogido en NVwZ 1999,
pp. 1090 y ss.; Oppermann, Europarecht, § 16, margs. 4 y ss.; Streinz, Europarecht, margs.
1016 y ss.; Rodi, Subventionsordnung, pp. 38 y ss. y passim; Kilb, Subventionskontrolle
durch europäisches Beihilferecht–Eine Übersicht, JuS, 2003, pp. 1072 y ss. No se puede
entrar aquí en detalle en las reglas de excepción; no obstante, se indican en el artículo 87 II c
del TCE, según el cual las ayudas concedidas con objeto de favorecer la economía de deter-
minadas regiones de Alemania, afectadas por la división, son acordes con el derecho comu-
nitario, cfr., sobre esto, la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea recogida en
EuZW 2000, 115 (Estado libre de Sajonia/Volkswagen). Acerca del control según el artículo
88 del TCE y sobre la devolución de ayudas concedidas de forma contraria a Derecho, cfr.
supra, § 11, margs. 38a y ss. y § 14, marg. 43a.
Bibliografía sobre el § 17: Cfr. las referencias en el § 3.
En particular, sobre la subvención: Ipsen, Öffentliche Subventionierung Privater, 1956;
Zuleeg, Die Rechtsform der Subventionen, 1965; idem, Die Zweistufenlehre, Festschrift für
Fröhler, 1980, pp. 275 y ss.; idem, Zur künftigen Entwicklung des Subventionsrechts, DÖV,
1984, pp. 733 y ss.; Götz, Das Recht der Wirtschaftssubventionen, 1966; Ipsen y Zacher,
Verwaltung durch Subventionen, ponencia y discusión, VVDStRL 25, 1967, pp. 257 y ss.;
Bleckmann, Subventionsrecht, 1978; Henke, Das Recht der Wirtschaftssubventionen als
öffentliches Vertragsrecht, 1979, idem, Entwurf eines Gesetzes über den Subventionsver-
trag, DVBl, 1984, pp. 845 y ss.; Jarass, Das Recht der Wirtschaftssubventionen, JuS, 1980,
pp. 115 y ss.; Menger, Probleme der Handlungsformen bei der Vergabe von Wirtschafts-
subventionen–mitwirkungsbedürftiger Verwaltungsakt oder öffentlich-rechtlicher Vertrag?
Festschrift für W. Ernst, 1980, pp. 301 y ss.; Friehe, Das Abwehrrecht des Wettbewerbers
gegen die Subventionierung eines Konkurrenten, JuS, 1981, pp. 867 y ss.; Ehlers, Die Han-
dlungsformen bei der Vergabe von Wirtschaftssubventionen, VerwArch. 74, 1983, pp. 112 y
ss.; Oldiges, Richtlinien als Ordnungsrahmen der Subventionsverwaltung, NJW, 1984, pp.
1927 y ss.; Flessa, 30 Jahre Zweistufentheorie, DVBl, 1985, pp. 1365 y ss.; Henseler, Staat-
liche Verhaltenslenkung durch Subventionen in Spannungsfeld zur Unternehmerfreiheit des
Begünstigten, VerwArch, vol. 77, 1986, pp. 249 y ss.; Schwarze, Subventionen im Gemein-
samen Markt und der Rechtsschutz des Konkurrenten, Gedächtnisschrift für W. Martens,
1987, pp. 819 y ss.; Papier, Rechtsformen der Subventionierung und deren Bedeutung für die
Rückabwicklung, ZHR, 152, 1988, pp. 493 y ss.; H. W. Arndt, Rückforderung von Subventio-
nen aufgrund Haftungserklärung Dritter, JuS, 1989, pp. 808 y ss.; Gusy, Subventionsrecht,
JA, 1991, pp. 286 y ss. y 327 y ss.; Ehlers, Die Kontrolle von Subventionen, DVBl, 1993,
pp. 861 y ss.; Dickersbach, Die Entwicklung des Subventionsrechts, NVwZ, 1993, pp. 846
y ss. y 1996, pp. 963 y ss.; Suerbaum, Die Subventionsrückforderung, JuS, 1998, pp. 635 y
ss.; Stober/Vogel (eds.), Subventionsrecht und Subventionspolitik auf dem Prüfstand, 1999;
Ehlers, Rechtsprobleme der Rückforderung von Subventionen, GewArch, 1999, pp. 305 y
ss.; Rodi, Die Subventionsrechtsordnung, 2000; Oldiges, Die Entwicklung des Subventions-
rechts seit 1996, NVwZ, 2001, pp. 280 y ss. y 626 y ss.; Gellermann, Verwaltungsvertragli-
che Subventionsverhältnisse im Spannungsfeld zwischen Beihilfekontrolle und Verwaltungs-
verfahrensrecht, DVBl, 2003, pp. 481 y ss.; Schwarz, Subventionsabbau im Spannungsfeld
von politischer Gestaltungsfreiheit und grundrechtlicher Bindung, JZ, 2004, pp. 79 y ss.
En particular, sobre el derecho de las adjudicaciones: Pietzcker, Die neue Gestalt des
Vergaberechts, ZHR, 162, 1998, pp. 427 y ss.; idem, Die Zweiteilung des Vergaberechts,
2001, con numerosas referencias; Schneevogel/Horn, Das Vergaberechtsänderungsgesetz,
NVwZ, 1998, pp. 1242 y ss.; Thieme/Correll, Deutsches Vergaberecht zwischen nationaler
Tradition und europäischer Integration, DVBl, 1999, pp. 884 y ss.; Schwarze (ed.), Die Ver-
gabe öffentlicher Aufträge im Lichte des europäischen Wirtschaftsrechts, 2000; Bross, Das
Vergaberechtsänderungsgesetz vom 26. 8. 1998–Umgereimtheiten und offene Fragen. Fests-
chrift für Geiss, 2000, pp. 559 y ss.; Byok/Jaeger (ed.), Kommentar zum Vergaberecht, 2000;
Boesen, Vergaberecht. Kommentar zum 4. Teil des GWB, 2000; REidt/Stickler/Glahs, Ver-
Nt9
Del alemán Stromeinspeisungsgesetz. En virtud de esta ley se establece la obli-
gación por parte de los operadores en el mercado eléctrico de recibir y remunerar
conforme a las tarifas establecidas la energía eléctrica producida en un régimen
especial.
gaberecht. Kommentar, 2000; Malmendir, Vergaberecht, quo vadis?, DVBl, 2000, pp. 963 y
ss.; Byok, Die Entwicklung des Vergaberechts, NJW, 2001, pp. 2295 y ss.; 2004, pp. 198
y ss.; Puhl, Der Staat als Wirtschaftssubjekt und Auftraggeber, VVDStRL, 60, 2001, pp. 456
y ss.; Pache, Der Staat als Kunde–System und Defizite des neuen deutschen Vergaberechts,
DVBl, 2001, pp. 1781 y ss.; Dörr, Das deutsche Vergaberecht unter dem Einfluss von Art.
19 Abs. 4 GG, DÖV, 2001, pp. 1014 y ss.; Burgi, Der Verwaltungsvertrag im Vergaberecht,
NZBau, 2002, pp. 57 y ss.; Otting, Die neue Vergabeverordnung, NVwZ, 2001, pp. 775 y ss.;
Röhl, Der Anwendungsbereich des Vergaberechts, JuS, 2002, pp. 1053 y ss.; H. Schröder,
Die Informationspflicht nach § 13 VgV im Spiegel aktueller Rechtsprechung, NVwZ, 2002,
pp. 1440 y ss.; J. P. Schneider, EG-Vergaberecht zwischen Ökonomisierung und umweltpoli-
tischer Instrumentalisierung, DVBl, 2003, pp. 1186 y ss.; Grzeszick, Vergaberecht zwischen
Markt und Gemeinwohl, DÖV, 2003, pp. 649 y ss.; Würfel/Butt, Ausschreibungspflicht für
städtebauliche Verträge?, NVwZ, 2003, pp. 153 y ss.; Leinemann, Die Vergabe öffentlicher
Aufträge, 3a. ed., 2004; Pünder, Zu den Vorgaben des grundgesetzlichen Gleichheitssatzes
für die Vergabe öffentlicher Aufträge, VerwArch, 95, 2004, pp. 38 y ss.
Jurisprudencia: EuGH (Tribunal de Justicia de la Unión Europea), DVBl, 2000, p. 118
(Alkatel: Examen de una decisión de adjudicación). BVerwGE 1, 308 (préstamo para la
construcción de vivienda con arreglo a la teoría de los dos niveles); BVerwGE 35, 170 (de-
volución de un préstamo concedido con arreglo a la teoría de los dos niveles); BVerwGE 58,
45 (fundamento jurídico de las subvenciones); BVerwGE 90, 112 (subvención y derechos
fundamentales); BVerwGE 104, 220 (reducción de una subvención concedida mediante una
instrucción administrativa); BVerwGE NJW, 1969, 809 (ayuda a fondo perdido, prima para
fertilizante comercial); BVerwG NJW, 1996, 1766 (concepto de subvención y finalidad de
la subvención); BVerwG DVBl, 2003, 139 (diferencias entre hombres y mujeres en cuanto
al fomento del sustento existencial; instancia previa ante el OVG Münster, NWVBl, 2002,
239; sobre esto, Wernsmann, JuS, 2002, pp. 959 y ss.); BVerwG DVBl, 2004, 126 (revisión
de una resolución por la que se concede una subvención contraria a una directriz de subven-
ciones). BGHZ 52, 155 (devolución de un préstamo concedido con arreglo a la teoría de los
dos niveles); BGHZ 57, 130 (ayuda a fondo perdido, prima para el cine); BGHZ 146, 202
(adjudicación); BGHZ155, 166 (subvención, derecho privado administrativo); BGH, NVwZ,
1985, 517 (devolución obligatoria de una ayuda abonada por un banco, vía judicial); BGH
NJW, 1997, 328 (“Aval-Hermes”;Nt10 teoría de los dos niveles); BGH DVBl, 2005, 848
(Derecho de las adjudicaciones). OVG Münster NVwZ, 1984, 522 (contrato de subvención,
pretensión judicial de los competidores); OLG Brandenburg NVwZ, 1999, 1142 (aeropuerto
Berlín-Brandenburgo; exigencias en relación con el procedimiento de adjudicación). Cfr. en
particular, las referencias en el texto.
Nt10 Del alemán “Hermes-Bürgschaft”. Se trata de un aval del Estado en virtud del cual éste
se compromete a transferir al acreedor que exporta una mercancía el importe monetario pa-
gado por el deudor en la moneda de su país cuando, con ocasión de limitaciones en el tráfico
de pagos entre los estados, no es posible para el deudor cumplir con el contrato por motivos
políticos o se produce una pérdida de las mercancías antes de su entrega.
1. Observaciones generales
A. Calificación jurídica
124 El EDV puede aplicarse en diferentes fases del procedimiento administrativo. Un acto
administrativo producido automáticamente, sin embargo, sólo existe cuando la decisión que
pone fin al procedimiento ha sido producida y redactada mediante una máquina, limitándose
la autoridad administrativa a poner en vigor este proyecto de decisión mediante su notifica-
ción a los destinatarios, notificación que, a su vez, también puede producirse “automática-
mente” (sobre la notificación electrónica, cfr. Polomski, pp. 172 y ss.).
125 La postura antiguamente defendida por Zeidler (Über die Technisierung der Verwal-
tung, 1959, en especial pp. 15 y ss.), según la cual, en el caso de los actos administrativos au-
tomatizados, habría que distinguir entre la actividad del funcionario administrativo (acción
de la administración) y la parte producida mecánicamente (manufactura administrativa), y
desarrollar para esta última regulaciones especiales relativas a sus vicios y a la responsabili-
dad, ha sido rechazada con razón (cfr. Bull, Verwaltung durch Maschinen, pp. 61 y ss.; Eri-
chsen, en: Erichsen/Ehlers, VerwR § 12 marg. 12, con ulteriores referencias), aunque sigue
siendo obligado reconocerle el mérito de haber llamado tempranamente la atención sobre el
problema.
B. Regulaciones especiales
126 Cfr. BVerfG NJW 1994, 574 (firma y reproducción del nombre en una liquidación
tributaria); BVerwGE 31, 326 (modo de escritura y derechos fundamentales); BVerwGE 40,
212 (incorrecciones evidentes y revisibilidad de las características claves en el caso de una
decisión sobre una pensión); BVerwGE 45, 189 (¿firma de una orden de llamamiento a fi-
las?); BVerwGE 48, 336 (decisión sobre ayuda para vivienda); BVerwG NVwZ, 1986, 198
(carnet de estudiante); BVerwG NJW, 1993, 1667 (decisión-EDV modificada manualmente);
OVG Bremen DÖV 1974, 353 (decisión sobre ayuda para vivienda); OVG Münster DÖV,
1974, 599 (comunicación de retribución); OVG Weimar, ThürVBl, 2000, 254 (liquidación
tributaria); OLG Frankfurt NJW 1976, 337 (¿firma de una multa?); cfr. también BFinH
NVwZ, 1985, 519 (liquidación tributaria, acto administrativo aparente).
A. Fundamentos generales
127 Hay una larga serie de ejemplos de exclusiones legales. Así, por ejemplo, el § 38a
StAG dice que: “queda excluida la presentación en forma electrónica de documentos en
cuestiones relativas a la nacionalidad”. Otros ejemplos se encuentran en los artículos 5
y ss. de la tercera Ley de Modificación de la VwVfG del 21 de agosto de 2002 (BGBl I, p.
3322); además de en Meyer, Knack, VwVfG § 3a marg. 9. Sobre las diferentes formas de
la firma y sobre la firma electrónica cualificada, aquí determinante, cfr. la Ley de Firma
Electrónica del 16 de mayo de 2001 (BGBl I, p. 876); sobre ello Roβnagel, DÖV, 2001,
pp. 221 y ss.; idem, NJW, 2003, pp. 469 y ss., con ulteriores referencias.
der öffentlichen Verwaltung, 1966, 2a. ed., inalterada 1997 (sobre ello Becker, DVBl,
1998, pp. 290 y ss.); W. Schmidt, Die Programmierung von Verwaltungsentscheidungen,
AöR 96, 1971, pp. 321 y ss.; Steinmüller, Automatische Datenverarbeitung und Recht, 2a.
ed., 1976; Eberle, Organisation der automatisierten Datenverarbeitung in der öffentlichen
Verwaltung, 1976; Popper, Rechtsprobleme der automatisierten Verwaltung, DVBl, 1977,
pp. 509 y ss.; Zielinski, Probleme der Automation in der öffentlichen Verwaltung, DV
10, 1977, pp. 197 y ss.; Grimmer, Die Automation und das Verhältnis der Verwaltung
zum Bürger, DÖV, 1982, pp. 257 y ss.; Scholz/Pitschas, Informationelle Selbstbestimmung
und staatliche Informationsverantwortung, 1984; H. Redeker, Der elektronisch übermit-
telte Verwaltungsakt, NVwZ, 1986, pp. 545 y ss.; Eberle, Die öffentliche Verwaltung vor
den Herausforderungen der Informationsgesellschaft, DV 20, 1987, pp. 459 y ss.; Giehl,
Moderne Informations-und Kommunikationstechniken–Auswirkungen auf die Strukturen
der öffentlichen Verwaltung, BayVBl, 1988, pp. 321 y ss.; Dörner/Ehlers, Rechtsproble-
me der EDV, 1989; Lazaratos, Rechtliche Auswirkungen der Verwaltungsautomation auf
das Verwaltungsverfahren, 1990; Polomski, Der automatisierte Verwaltungsakt, 1993; N.
Brugger, Das (baden-württembergische) Gesetz über die Zusammenarbeit bei der auto-
matisierten Datenverarbeitung, BWVPr, 1996, pp. 83 y ss.; Rosenbach, Verfahrensre-
chtliche Rahmenbedingungen für den Einsatz der elektronischen Datenverarbeitung in
der Verwaltung, NWVBl, 1997, pp. 121 y ss.; idem, Die elektronische Datenverarbei-
tung und das Verwaltungsverfahrensgesetz, NVWBl, 1997, pp. 326 y ss.; Klein/Stolz,
Rechtsfragen zum Internet für die Städte, Der Städtetag, 1997, pp. 390 y ss.; Bullerdiek,
Werkzeug Internet–Nutzungspotentiale für Verwaltungen, VR, 1998, pp. 90 y ss.; Groß,
Öffentliche Verwaltung im Internet, DÖV, 2001, pp. 159 y ss.; Roßnagel, Die elektronis-
che Signatur im Verwaltungsrecht, DÖV, 2001, pp. 221 y ss.; idem., Das elektronische
Verwaltungsverfahren. Das Dritte Verwaltungsverfahrensänderungsgesetz, NJW, 2003,
pp. 469 y ss.; Schmitz/Schlatmann, Digitale Verwaltung?–Das Dritte Gesetz zur Änderung
verwaltungsverfahrensrechtlicher Vorschriften, NVwZ, 2002, pp. 1281 y ss.; Schlatmann,
Anmerkungen zum Entwurf eines Dritten Gesetzes zur Änderung verwaltungsverfahrens-
rechtlicher Vorschriften, DVBl, 2002, pp. 1005 y ss.; ders., Verwaltungsverfahrensrecht
und elektronischer Rechtsverkehr, LKV, 2002, pp. 489 y ss.; Britz, Reaktionen des Verwal-
tungsverfahrensrechts auf die informationstechnischen Vernetzungen der Verwaltung, in:
Hoffmann-Riem/Schmidt-Aßmann (coords.), Verwaltungsverfahren und Verwaltungsver-
fahrensgesetz, 2002, pp. 213 y ss.; Storr, Elektronische Kommunikation in der öffentlichen
Verwaltung. Die Einführung des elektronischen Verwaltungsakts, MMR, 2002, pp. 579 y
ss.; Schmitz, Änderungen des Verwaltungsverfahrensrechts durch moderne Informations-
techniken, BVerwG-Festschrift, 2003, pp. 677 y ss.; Schliesky, Auswirkungen des E-Go-
vernment auf Verfahrensrecht und kommunale Verwaltungsstrukturen, NVwZ, 2003, 1322;
Laubinger, Elektronisches Verwaltungsverfahren und elektronischer Verwaltungsakt–zwei
(fast) neue Institute des Verwaltungsrechts, Festschrift für K. König, 2004, pp. 517 y ss.;
Büllesbach, eGovernment–Sackgasse oder Erfolgsstory, DVBl, 2005, pp. 605 y ss.; Sch-
mitz, Die Regelung der elektronischen Kommunikation im Verwaltungsverfahrensgesetz,
DöV, 2005, pp. 885 y ss.
Bibliografía sobre IV (protección de datos): Tinnefeld/Ehmann, Einführung in das Da-
tenschutzrecht, 3a. ed., 1998; Kloepfer, Informationsrecht, 2000, pp. 281 y ss.; Roßnagel/
Pfitzmann/Garstka, Modernisierung des Datenschutzrechts, 2001; Simitis (coord.), Kom-
mentar zum Bundesdatenschutzgesetz, 5a. ed., 2003. Bull, Der Einfluß der Datenschutzge-
setze auf die öffentliche Verwaltung, DÖV, 1983, pp. 829 y ss.; Knemeyer, Datenerhebung
und Datenverarbeitung im Polizeirecht, NVwZ, 1988, pp. 193 y ss.; Riegel, Zustand und
Entwicklungstendenzen des informationellen Befugnisrechts zur polizeilichen Aufgabener-
füllung: Licht, Schatten und Hoffnung, DÖV, 1994, pp. 814 y ss.; Schwabe, Wirrwarr im
Recht der polizeilichen Datenverarbeitung, DVBl, 2000, pp. 1815 y ss.; Rudolf, Datens-
chutz–Ein Grundrecht, Festschrift für Maurer, 2001, pp. 269 y ss.; Schenke, PolG marg.
176; Gola/Klug, Die Entwicklung des Datenschutzrechts in den Jahren 2004/2005, NJW,
2005, pp. 2434 y ss.
Jurisprudencia sobre el § 18: BVerfGE 46, 120 (transmisión de datos a través de la red
telemática del Servicio Federal de Correos); BVerfG NJW, 1994, 574 (reproducción del
nombre y firma en el caso de una liquidación tributaria automatizada); BVerwGE 40, 212
(revisibilidad de los signos-clave en el caso de una decisión sobre pensión); BVerwGE 45,
189 (firma en el caso de una orden de llamamiento a filas); BVerwGE 48, 336 (corrección
de una decisión sobre ayuda para vivienda); BVerwG NJW, 1993, 1667 (acto administrativo
automatizado con modificaciones manuales); BGHZ 99, 249 (responsabilidad en caso de
fallo de semáforo, responsabilidad informática).
Jurisprudencia sobre IV (protección de datos): BVerwGE 65, 1, 41 y ss. (sentencia del
censo: sentencia fundamental sobre el derecho a la autodeterminación informática); BVerf-
GE 78, 77, 84 y ss. (publicación de una incapacitación); BVerfGE 80, 367, 373 (libro diario);
BVerwGE 84, 375 (información sobre los datos almacenados por la Oficina Federal para la
Protección de la Constitución); BVerwGE 89, 14 (designación de un informador que había
recogido datos para el Servicio federal de protección de fronteras); BVerwGE 96, 147 (la
anotación “prestación social” colocada sobre el titular de una transferencia es ilícita).
Capítulo quinto
A. Concepto
1*
El § 19 ha sido traducido por Núria Magaldi, profesora ayudante de derecho adminis-
trativo de la Universidad de Barcelona.
469
1. La eficacia externa;
2. El objetivo u orientación perseguida, esto es, la adopción de un acto
administrativo o la conclusión de un convenio administrativo.
3 Objeto de este tipo de procedimiento son sólo proyectos concretos, referidos a un espa-
tentes —por ejemplo, en la Ley Federal de Carreteras— han sido suprimidas a favor de la
VwVfG con ocasión de la uniformización que se ha hecho de la regulación del procedimiento
administrativo; sin embargo cfr., por ejemplo, lo que aún se regula en el § 10 VIII BImS-
chG; el § 7 IV 3 AtomG en relación con el § 15 III y IV AtVfV. El § 3 II 5 BauGB prevé en
cualquier caso una notificación pública simplificada para el supuesto de cincuenta personas.
Las regulaciones sobre notificación pública han sido declaradas conformes con la Consti-
tución, véase BVerwGE 67, 206, 209; crítico al respecto se muestra, sin embargo, Blümel,
VerwArch, vol. 73, 1982, p. 5.
Cfr.
8 sobre los procedimientos plurifásicos BVerwGE 24, 23; 70, 365; 72, 300; 80, 207;
92, 185; 96, 258. Schmidt-Aβmann, Institute gestufter Verwaltungsverfahren: Vorbescheid
und Teilgenehmigung, BVerwG-Festschrift, 1978, pp. 569 y ss.; Selmer, Vorbescheid und
Teilgenehmigung im Immissionsschutzrecht, 1979; A. Weber, Vorbescheid und Teilgenehmi-
gung im Atomrecht, DÖV, 1980, pp. 397 y ss.; Ossenbühl, Regelungsgehalt und Bindungs-
wirkung der 1.Teilgenehmigung im Atomrecht, NJW, 1980, pp. 1353 y ss.; Selmer/Schulze-
Osterloh, Der Vorbescheid im verwaltungsrechtlichen Genehmigungsverfahren, JuS, 1981,
pp. 393 y ss.; J. Ipsen, Die Genehmigung technischer Groβanlagen. Rechtliche Regelung
und neuere Judikatur, AÖR, vol. 107, 1982, pp. 259 y ss.; Kutscheidt, Das gestufte Geneh-
migungsverfahren–Glanz und Elend eines Rechtsinstituts, Festschrift für Sendler, 1991, pp.
303 y ss.; Schmidt-Preuβ, Kollidierende Privatinteressen im Verwaltungsrecht, 1992, pp.
504 y ss.; Roβnagel, Teilgenehmigung, und vorläufiges positives Gesamturteil, DÖV, 1995,
pp. 624 y ss.; Schmidt-Preuβ, Das Atomrecht als Referenzgebiet des Verwaltungsrechts,
DVBl, 2000, pp. 767 y ss.; Stelkens/Stelkens, StBS § 35 marg. 184.
administrativo. Más bien se disponen una serie de reglas que sirven para la
aceleración de procedimientos que se desarrollan según lo previsto bien en
el §§ 63 y ss. VwVfG, bien en las correspondientes leyes sectoriales. De este
modo, el legislador quiere hacer frente a las quejas del sector económico
acerca de la excesiva duración de los procedimientos de autorización, así
como también al hecho de que los retrasos del procedimiento son a veces
atribuibles al propio recurrente, por ejemplo debido a la deficiente presenta-
ción de los documentos exigidos. A estos efectos, se entiende por empresas
u operaciones económicas las actividades económicas, incluyendo las que
se refieren a la producción de materias primas. No quedan incluidas, por el
contrario, las que sirven para la realización y desarrollo de la propia vida
privada (por ejemplo, permisos de construcción para la propia vivienda),
licencias para ejercer una profesión (por ejemplo, farmacias), actividades
cuyos fines sean de tipo caritativo o religioso (por ejemplo, la construcción
de un asilo) o de carácter científico (construcción de un laboratorio).
atómica viole el artículo 2 II GG (cfr. BVerfGE 46, 325; BVerfGE 52, 380;
BVerfGE 53, 39). Las exigencias procedimentales de los derechos funda-
mentales vinculan tanto al legislador, que deberá poner a disposición un
procedimiento efectivo desde el punto de vista de aquellos, como a la admi-
nistración, que debe interpretar, aplicar e incluso completar las normas pro-
cedimentales conforme a los derechos fundamentales. Cuanto más difícil
y complicada sea una decisión, mayores exigencias deben residenciarse
en la configuración del procedimiento.10
10 Cfr. sobre ello las ya mencionadas decisiones del BVerfG, que ofrecen una visión de
conjunto: BVerfGE 53, 30, 65 y 72 y ss. (voto particular); también Häberle, Grundrechte
im Leistungsstaat, VVDStRL 30, 1972, p. 43, especialmente pp. 86 y ss. y 121 y ss.; Hes-
se, Bestand und Bedeutung der Grundrechte in der Bundesrepublik Deutschland, EuGRZ,
1978, pp. 427, 434 y ss.; del mismo autor, VerfR margs. 358 y ss.; Redeker, Grundgesetz-
liche Rechte auf Verfahrensteilhabe, NJW, 1980, pp. 1593 y ss.; Goerlich, Grundrechte als
Verfahrensgarantien, 1981; Bethge, Grundrechtsverwirklichung und Grundrechtssicherung
durch Organisation und Verfahren, NJW, 1982, pp. 1 y ss.; Blümel, Grundrechtsschutz
durch Verfahrensgestaltung, idem (coord.), Frühzeitige Bürgerbeteiligung bei Planungen,
1982, pp. 23 y ss.; crítico se muestra Ossenbühl, Grundrechtsschutz im und durch Verfah-
rensrecht, Festschrift für Eichenberger, 1982, pp. 183 y ss.; Laubinger, Grundrechtsschutz
durch Gestaltung des Verwaltungsverfahrens, VerwArch 73, 1982, pp. 60 y ss.; Dolde,
Grundrechtsschutz durch einfaches Verfahrensrecht? NVwZ, 1982, pp. 65 y ss.; von Mutius,
Grundrechtsschutz contra Verwaltungseffizienz als Grundrechtsverstöβe, NVwZ, 1985, pp.
865 y ss.; para una visión sintética, Dreier, Grundgesetz, Kommentar vol. 1, 2a. ed., 2003, §
1 marg. 105.
La derivación de derechos procedimentales a partir de derechos fundamentales materi-
ales ha encontrado oposición en algún sector de la doctrina (cfr. Laubinger, op. cit., pp. 80
y ss.), así como reticencias de algunos autores, que exigen una consideración diferencia-
da y matizada (cfr. por ejemplo, Ossenbühl). Estas cautelas tienen una cierta justificación.
La tutela judicial efectiva ya está garantizada en el artículo 19 IV GG, por lo que recurrir
a derechos fundamentales materiales podría parecer bien superfluo, bien dogmáticamente
erróneo. Las consecuencias que esta teoría tiene, desde la perspectiva del procedimiento ad-
ministrativo, no son nuevas sino, por el contrario, bien conocidas en el marco del derecho
administrativo e incluso exigidas desde hace tiempo en tanto que requisito fundamental
derivado del principio de Estado de derecho. La teoría de la dimensión procedimental de los
derechos fundamentales materiales tiene también efectos relevantes en el ámbito del proce-
so: permite un recurso de amparo en el caso de una grave infracción procedimental, esto es,
“con trascendencia para los derechos fundamentales”. Esta teoría, además, pone el acento
en el sentido del derecho procedimental en sus distintas facetas. Por otra parte, el proceso no
puede actuar como una coartada jurídica. Las mejores garantías procedimentales (trámite de
audiencia, vista del expediente, etcétera) son inútiles cuando la decisión material adoptada
por un órgano administrativo es errónea. En primer plano, por lo tanto, debe colocarse,
ahora igual que siempre, la exigencia de una configuración jurídico-material de los derechos
fundamentales y la obligación de una decisión material correcta. En este sentido, el procedi-
miento tiene (sólo) una función auxiliar y no un valor propio.
11
Sería erróneo, por otra parte, pretender oponer el interés de la administración a un
procedimiento lo más informal posible frente al interés del ciudadano a un procedimiento
construido con las máximas garantías posibles. Y ello porque también el ciudadano tiene
interés en un procedimiento rápido, no conviniéndole un procedimiento excesivamente so-
brecargado de formalismos, mientras que, por su parte, la administración está vinculada a un
procedimiento que garantice un resultado óptimo.
B. La regulación de la VwVfG
12 Al segundo grupo pertenecen, por ejemplo, las sociedades colectivas (OHG), las unio-
nes sin personalidad jurídica, en tanto en cuanto se les atribuyan determinados derechos
(por ejemplo, el derecho de reunión y manifestación, según el artículo 8 GG), los partidos
políticos incluidas sus subdivisiones, los sindicatos, las facultades y sus departamentos, las
dependencias de un ayuntamiento. Es determinante, en cada caso, la titularidad, no el estatus
jurídico; en la medida en que se trate de derechos, basta la capacidad para ser interesado en
el procedimiento.
fica —igual que ocurre en el marco del derecho procesal— con la capacidad
de obrar general.
c) La capacidad para participar en el concreto procedimiento. Mientras
que el § 11 de la VwVfG regula quién puede ser, en general y de forma abs-
tracta, interesado en el procedimiento, el § 13 determina quién es interesado
en un procedimiento concreto. En este sentido es preciso diferenciar entre
dos grupos:
aa) Interesados por fuerza de ley son, según el § 13 I núms. 1-3 de la
VwVfG el solicitante, su oponente, el (potencial) destinatario de un acto ad-
ministrativo y la parte contraria del contrato.
bb) Interesados por llamamiento de la administración son, según el ar-
tículo 13 I núm. 4 de la VwVfG aquellos terceros que por medio de una
específica decisión de un órgano administrativo son llamados a participar
en el procedimiento, porque podrían verse implicados o afectados en sus
intereses jurídicos por el resultado del procedimiento (—mediante el acto
administrativo que se pretende adoptar o mediante el convenio administra-
tivo que se busca concluir) (cfr. al respecto con mayor detalle el § 13 II de
la VwVfG—). Este llamamiento, que se corresponde con la figura procesal
contemplada en el § 65 VwGO, otorga al tercero la posición de interesado
en el procedimiento administrativo con todos los derechos, obligaciones y
vínculos.
14
La obligación de prestar testimonio como testigo o de proporcionar el correspondiente
informe como perito existe en los procedimientos formalizados; en los otros casos, única-
mente si está específicamente previsto en la ley. Tomar y exigir promesa o juramento sólo
está permitido en los casos en que lo prevea una ley, y el último sólo mediante la interven-
ción de los Tribunales, cfr. sobre ello los §§ 26, 27 y 65 VwVfG.
Los interesados tienen el derecho a ver los expedientes que hacen refe-
rencia al procedimiento, en la medida en que sea necesario su conocimiento
para hacer valer sus intereses o para defenderlos. Este derecho está estre-
chamente vinculado con el trámite de audiencia, porque este último sólo
puede ejercerse de forma eficaz mediante el conocimiento de tales expe-
dientes. El derecho a la vista del expediente halla su fundamento en el prin-
cipio de publicidad del proceso en relación con las partes, así como también
en el principio de igualdad de armas de los interesados, y ocasionalmente
también en el principio del Estado de derecho y en el principio democrático.
Este derecho vale, en tanto que derecho procedimental según lo previsto en
el § 29 de la VwVfG, sólo para las personas interesadas en el concreto pro-
cedimiento (cfr. al respecto lo dicho supra, en el marg. 15) y, además, sólo
respecto de aquellos documentos que afecten a su posición jurídica. Desde
un punto de vista temporal se limita dicho derecho a la duración del concre-
to procedimiento (BVerwGE 67, 300, 303 y ss.). Es por ello que no puede
ejercerse el derecho previsto en el § 28 I de la VwVfG ni antes de iniciarse
el procedimiento, por ejemplo para valorar las posibilidades de éxito que
tendría una eventual solicitud de una licencia comercial, ni tampoco una
vez concluido el procedimiento (cfr. para la acotación del procedimiento
BVerwG DVBl. 2003, 1401). No obstante, tiene que garantizarse la posibi-
lidad de acceder a los documentos —como efecto derivado de este derecho
procedimental— tras la aprobación del acto administrativo, en la medida en
que ello sea necesario para el examen de otros recursos jurídicos posibles
(en este sentido, acertadamente, Ipsen, VerwR, marg. 932).
Las limitaciones se desprenden del § 29 II de la VwVfG. Según este pre-
cepto, el órgano administrativo no está obligado a dar vista del expediente,
en tanto en cuanto el adecuado cumplimiento de sus deberes y funciones
pueda verse perjudicado, o bien si con ello se entra en contradicción con
intereses, públicos o privados, que requieren el mantenimiento del secreto.
Ya el mismo tenor literal del precepto (“no obligado”) indica que el órgano
de la administración dispone de un cierto margen de discrecionalidad y que,
consecuentemente, tiene que ponderar los diversos intereses en juego.
la ventaja de que no se vincula con un derecho de libertad típicamente liberal, sino más bien
con un derecho de participación (democrática).
los datos de terceros); sobre ello no es posible entrar con más detalle en esta
sede. Cuestionable es, también, si conceptualmente es admisible la existen-
cia de un derecho subjetivo, en el sentido de orientarse a la consecución de
intereses propios y, por ello, referidos subjetivamente. Esta afirmación, sin
embargo, no prejuzga negativamente la existencia de un derecho de acceso
a la información sin presupuestos previos, simplemente muestra que nos
hallamos ante una figura jurídica de carácter y naturaleza particular.20
d) Derecho fundado constitucionalmente de acceso a la información en
poder de la administración. Como norma general, el derecho de acceso a la
información requiere la intermediación del correspondiente texto legal. Es
posible, sin embargo, si seguimos la doctrina establecida por una nueva de-
cisión del BVerwG, que este derecho se desprenda directamente del propio
texto constitucional (BVerwGE 118, 270). En el caso en cuestión, un empre-
sario solicitaba determinada información de la administración para poder
examinar las perspectivas de éxito de una solicitud para la concesión de uno
de los permisos numéricamente limitados previstos en la Ley sobre Trans-
porte de Pasajeros. El § 29 I VwVfG no era aplicable (cfr. lo dicho supra,
en el marg. 21). El BVerwG afirmó, no obstante, que el derecho de acceso
a la información se desprendía directamente del artículo 12 I GG. Cierta-
mente, los derechos de prestación deducidos a partir de derechos de libertad
no están, en este sentido, exentos de problemas. En el caso considerado, no
obstante, el obstáculo se puede salvar partiendo del hecho de que proporcio-
20 Cfr. Ibler, Zerstören die neuen Informationszugangsgesetze die Dogmatik des
deutschen Verwaltungsrechts?, Festschrift für Brohm, 2002, pp. 405 y ss.; Schoch,
Informationsfreiheitsgesetz für die Bundesrepublik Deutschland, DV 35, 2002, pp. 149 y
ss.; Bull, Informationsfreiheitsgesetze–wozu und wie? ZG, 2002, pp. 201 y ss.; Kloepfer,
Informationsrecht, 2002, pp. 400 y ss.; Gurlit, Konturen eines Informationsverwaltungs-
rechts, DVBl, 2003, pp. 1119 y ss.; Fluck/Wintterle, Zugang zu Umweltinformationen,
Die Rechtsprechung zum Umweltinformationsgesetz, VerwArch 94, 2003, pp. 437 y ss.;
Kloepfer/von Lewinski, Das Informationsfreiheitgesetz des Bundes (IFG), DVBl, 2005,
pp. 1277 y ss.; Schmitz/Jastrow, Das Informationsfreiheitsgesetz des Bundes, NVwZ,
2005, pp. 984 y ss.; Schoch, Das Recht auf Zugang zu staatlichen Informationen, DÖV, 2006,
pp. 1 y ss.
Sin duda, no es satisfactorio desde una perspectiva jurídico-política el hecho de que
existan simultáneamente, una junto a otra, dos leyes sobre acceso a la información. Ello
sobre todo porque la UIG ha sido promovida y determinada por una directiva comunitaria,
mientras que la IFG originariamente era derecho alemán, si bien tiene que ser contemplada
en su contexto internacional. Ambas leyes deberían, lo más rápidamente posible, ser re-
fundidas en un solo texto. Además, también sería necesario que en esta materia el derecho
federal y el derecho de cada uno de los Länder se acercaran, por ejemplo mediante la
aprobación de una ley modelo por parte del Bund o mediante una legislación simultánea
de uno y otros que, a su vez, se correspondiera con la VwVfG.
21
Problemática es, por ejemplo, la pretensión de que se mantenga el secreto según el
§ 30 VwVfG en el caso de que las solicitudes de información provengan de la prensa (por
ejemplo, § 4 de la Ley de Prensa de Baden-Württemberg), cfr. sobre ello Löffler, Pressere-
cht, vol. I, 4a. ed., 1997, § 4 LPG margs. 99 y ss.; Groβ, Zum presserechtlichen Information-
sanspruch, DÖV, 1997, pp. 133 y ss. Junto al § 30 VwVfG cabría la aplicación de las normas
relativas al secreto contenidas en otras leyes, por ejemplo en las leyes sobre función pública,
sobre protección de datos personales, etcétera.
22 Cfr. BGH DVBl, 1960, p. 520; DVBl, 1970, p. 861; JZ 1971, p. 227; BVerwGE 30, 40;
también Laubinger, Die Verwaltung als Helfer des Bürgers–Gedanken zur behördlichen Be-
treuungspflicht, cit., pp. 442 y ss.; Ule/Laubinger, Verwaltungsverfahrensrecht, § 26; sobre
el tema de la acción de responsabilidad Bender, Staatshaftungsrecht, 2a. ed., 1974, pp. 202
y ss.
23
En los §§ 14 y 15 SGB I se determinan unos amplios deberes de asesoramiento e
información, lo que a la vista de los problemas personales y materiales que el ámbito de las
prestaciones sociales plantean es, sin duda, comprensible y está plenamente justificado.
en cierta forma limitado; por el contrario, sustancialmente partidario se muestra BAG NJW
1981, 71, 73; cfr. también sobre ello Schoch, NJW 1982, 545 y ss.; F. Wagner, DÖV 1988,
278 y las referencias allí contenidas.
25 Un empresario solicita una subvención, sin proporcionar todos los datos exigidos so-
bre su empresa; en tal caso, su solicitud será denegada. Si el solicitante de una pensión se
niega al examen médico requerido para su concesión, la denegación de su solicitud estará
justificada si no existe ninguna otra forma de esclarecer los hechos y el implicado ha sido
advertido sobre el hecho de que una negativa podría tener, en su caso, consecuencias adver-
sas (BVerwGE, 8, 29; MDR, 1970, 532). Además, en caso de que se ejercite una acción de
resarcimiento de daños y perjuicios, la falta de colaboración puede valorarse como una con-
currencia de culpa de la víctima en el sentido del § 254 BGB (cfr. BGH DVBl, 1964, 146).
26 Así, por ejemplo, deberes de información según el § 22 I GastG o el § 17 I HandwO.
Cfr. además, los deberes de participación del § 60 y ss. del SGB I en el ámbito del derecho de
las prestaciones sociales, cuya inobservancia tiene como resultado la denegación o revocación
de una prestación.
H. Tutela judicial
A. Concepto
B. Significado
1219 (acceso del tutor a los documentos en poder de la autoridad de menores); BGH DVBl,
1960, 520; JZ 1971, 228 (deber de asesoramiento de la Administración); BVerwG MDR,
1983, 344 (no existe un derecho general a la información administrativa); BVerwGE 62,
169 (asistencia letrada en el caso de una entrevista para un solicitante de acceso a la función
pública). BVerwGE 69, 256, 263 y ss. (parcialidad de un funcionario).
28** El § 20 ha sido traducido por Núria Magaldi, profesora ayudante de derecho adminis-
C. Regulación legal
La VwVG distingue —al igual que las respectivas leyes de los Länder—
entre la ejecución de deudas pecuniarias y la ejecución de obligaciones
de hacer, no hacer o soportar, proporcionando para cada uno de estos dos
grupos las correspondientes regulaciones específicas (§ 1 y ss., § 6 y ss.
VwVG). De acuerdo con ello, en esta sede se tratarán ambos grupos por se-
parado (véase II y III).
Requisito previo exigido en ambos casos es, como ya se ha dicho, la
preexistencia de un acto administrativo como título de ejecución. Ello nos
lleva a realizar una serie de consideraciones al respecto.
A. Presupuestos
vale sustancialmente la regla general; no obstante, mientras que, según § 3 IIc VwVG, para
proceder con carácter general a la ejecución debe haber transcurrido una semana desde que
se notificó el acto administrativo que impone la obligación, en el caso de las liquidaciones
tributarias estas son, en principio, inmediatamente ejecutivas (cfr. § 80 II núm. 1 VwGO).
33 Además, en determinados casos se permite legalmente la ejecución forzosa adminis-
trativa de deudas pecuniarias jurídico-públicas aunque no hayan surgido en virtud de acto
administrativo e, incluso, la ejecución de deudas pecuniarias de naturaleza privada. Ello
debe reputarse contrario al sistema y es de lege ferenda rechazable. Cfr. con mayor detalle
Röber, Beitreibung privatrechtlicher Forderungen durch Verwaltungszwang, DÖV, 1982,
pp. 680 y ss.; Sauthoff, Privatrechtliche Forderungen und Verwaltungszwang, DÖV, 1989, pp.1
y ss.
B. Procedimiento
C. Tutela judicial
34
El embargo llevado a cabo por agentes de la administración es un acto administrativo
recurrible (véase BVerwG NJW, 1961, 332; BVerwGE 54, 314, 316). Contra las medidas de
ejecución que dispongan los Tribunales ordinarios o sus funcionarios ejecutivos caben los
remedios legales previstos en la ZPO.
35 Cfr. OVG Münster DÖV, 1976, 673; Bad.-Württ. VGH KStZ, 1981, 134; del mis-
mo NVwZ, 1993, 72; Schenke, VerwArch. vol. 61, 1979, pp. 220 y ss.; Schenke/Baumeister,
NVwZ 1993, 1, pp. 9 y ss.; Erichsen, en: Erichsen/Ehlers, VerwR § 21, marg. 8, p. 8 con
anotaciones y concordancias; también BVerwGE 27, 141 y BVerwG NVwZ, 1984, 168. A fa-
vor de un recurso contra la ejecución según § 767 ZPO véase, por el contrario, OVG Münster
JZ, 1965, 366 y 719 y, más recientemente, VG Freiburg NVwZ-RR, 1989, 514; a modo de
introducción puede consultarse Renck, NJW 1964, pp. 848 y ss.; NJW, 1966, pp. 1247 y ss.;
BayVBl, 1975, pp. 637 y ss. Cfr. también, sobre el estado de la cuestión, con ulteriores re-
ferencias sobre el tema, Pietzner, en: Schoch/Schmidt-Aßmann/Pietzner (coords.), VwGO §
167 margs. 58 y ss.; el mismo autor sostiene que la actual normativa bávara es válida, como
principio general, en todos los Länder (cfr. el marg. 69).
No obstante, existen algunas particularidades en la normativa de los Länder sobre las que
conviene llamar la atención. Así, por ejemplo, el § 21 de la Ley Bávara sobre Notificación
y Ejecución Forzosa Administrativa establece que las autoridades legitimadas para hacer
valer la pretensión en cuestión deciden “sobre todas las excepciones que se planteen en relación
con la obligación que se quiere ejecutar”. Si alguna de ellas estuviera fundada, entonces la
ejecución sería contraria a derecho por defecto del acto administrativo de cobertura. Por lo tanto,
el deudor puede, si quiere alegar, por ejemplo, compensación o prórroga, plantear la correspon-
diente excepción que, caso de ser rechazada, permitiría interponer contra el acto administrativo
en la que aquella se le deniega, la pertinente pretensión obligacional ante los Tribunales
contencioso-administrativos. Cfr. Bay. VGH Bay VBl, 1980, 51; 1984, 208; 1993, 600. Lo
mismo vale para Renania-Palatinado, véase el § 16 II Rhl. Pf. VwVG y OVG Koblenz DÖV,
1982, 414.
La VwVG prevé —al igual que las correspondientes leyes de los Län-
der— tres medios de ejecución forzosa: a) la ejecución subsidiaria; b) la
multa coercitiva con arresto domiciliario subsidiario, y c) la coacción di-
recta.
37
Ejemplo: Sobre A se impone, en virtud de un acto administrativo, la demolición de
una vivienda de su propiedad, construida ilegalmente. Si A no cumple, entonces el órgano
administrativo puede encargar al empresario U el derribo del edificio en cuestión. Por el
contrario, y como es lógico, no cabría ejecutar por vía de ejecución subsidiaria la prohibición
de ruido nocturno o el llamamiento de una persona para realizar el servicio militar.
38 Según la mayoría de las leyes de los Länder (cfr. por ejemplo el § 25 Bad.-Württ.-
VwVG o el § 59 I NRW VwVG) cabe la ejecución subsidiaria no sólo en los casos en los que
tiene lugar un encargo por parte de un órgano administrativo a un tercero (ejecución por ter-
cero) sino también cuando la administración actúa ella misma, sustitutivamente (ejecución
propia).
Ejemplo: la vivienda de fin de semana construida ilegalmente a la que nos referimos
anteriormente no será derruida por una empresa constructora privada por encargo de la ad-
ministración sino que lo hará esta, por medio de su propia empresa municipal. Esta extensión
de la ejecución subsidiaria a ámbitos de la coacción directa (cfr. para la delimitación de este
concepto el marg. 18) se explica, sustancialmente, por razones de tipo financiero, dado que
los costes de la ejecución subsidiaria los soporta el obligado, mientras que los de la coacción
directa, por el contrario —al menos sustancialmente— los soporta la administración. Sin
embargo, en los últimos tiempos se ha introducido en algunos Länder el reintegro de gastos
en algunos casos de coacción directa. Cfr. Erdmann, Die Kostentragung bei Maβnahmen des
unmittelbaren Zwangs, 1987.
Acto administrativo
Administración Obligado
Contrato
jurídico-
privado
Tercero
§§ 9 y ss. UZwG, así como también BGHSt 35, 379; BGH NJW 1999, 2533;
Schenke, PolR Rn. 559 y ss.41
Respecto de los apartados a y c. El órgano administrativo, en estos casos,
sólo puede aplicar los medios de ejecución expresamente mencionados, es-
tando, por lo tanto, prohibido el uso de cualquier otro medio no previsto,
por ejemplo, la privación a una persona de una prestación que le correspon-
de, el recurso a la movilización de la opinión pública y otros semejantes. 42
La elección del medio ejecutivo que vaya a ser utilizado es algo que, en
principio, pertenece al ámbito de apreciación discrecional de la administra-
ción. Sin embargo, y en todo caso, tienen que observarse, también aquí, los
principios de necesidad y de proporcionalidad (véase el § 9 II de la VwVG).
B. El procedimiento ejecutivo
C. Tutela judicial
ner, Bes.VerwR marg, 200. La terminología utilizada no es unánime; así, se utilizan, por un
lado, la expresión “ejecución inmediata” (como hace también la misma ley en el artículo
mencionado, el § 6 II VwVG) y, por otro, se habla también de actuación directa. El Pro-
yecto Marco de un Código de Policía utiliza con cautela ambos conceptos, así como también
lo hace la correspondiente normativa en los Länder de Baviera y Hesse, lo que ha planteado
algunas (innecesarias) dificultades de delimitación conceptual. En los dos casos se trata, en
realidad, de lo mismo, esto es, de una autorización a la policía o a la correspondiente auto-
ridad ejecutiva para actuar inmediatamente sin necesidad de un acto administrativo previo.
Si acaso, la diferencia entre ambas figuras estriba en que la ejecución inmediata puede ser
utilizada como medio coactivo contra una hipotética resistencia del obligado, mientras que
la actuación directa también es admisible como medida de policía cuando el obligado está de
acuerdo, por ejemplo, en el caso del propietario de un terreno que debe tolerar que una em-
presa privada, por indicación de la policía, proceda a la eliminación del aceite o combustible
filtrado en su terreno como consecuencia de un accidente. De todos modos, será necesario
atender, en cada caso, a la normativa específica concreta. La exposición que sigue utilizará,
simplificando de forma consciente, únicamente la expresión “actuación directa”.
46 En este sentido, la doctrina actualmente dominante, cfr. Götz, PolR marg. 422; Schen-
ke, en: Steiner, Bes.VerwR Rn, 202; Rasch, DVBL, 1992, pp. 209 y ss. (de otra opinión,
sin embargo, Ule/Rasch, Allgemeines Polizei-und Ordnungsrecht, 2a. ed., 1982, pp. 69 y
ss.): Hormann, Die Anwendung von Verwaltungszwang unter Abweichung von Regelvoll-
sctreckungsverfahren, 1988, p. 168; a favor de su concepción como acto administrativo, en
cambio, Drews/Wacke/Vogel/Martens, Gefahrenabwehr, pp. 438 y ss.; Mayer/COP, VerwR,
p. 391.
La coacción directa, por un lado, y la actuación directa, por el otro, no deben confun-
dirse. En el primer caso se trata de un determinado medio de ejecución, mientras que en el
segundo nos hallamos ante una medida de urgencia simplificada procedimentalmente, pero
que, desde un punto de vista material, representa una medida bien de ejecución subsidiaria,
bien de coacción directa.
B. Naturaleza jurídica
VGH DÖV, 1996, 762 (ilicitud del cobro de una multa coercitiva tras el cumplimiento de la
obligación contenida en el acto administrativo de cobertura); OVG Bremen DÖV, 1972, 391
(arresto domiciliario subsidiario); OVG Münster OVGE 27, 509 (ejecución de una orden de
demolición); OVG Münster DVBl, 1973, 924 (vertido de combustible, actuación directa);
OVG Schlesswig Holstein NVwZ 2000, 821 (fijación de una segunda multa coercitiva).
48*** El § 24 ha sido traducido por Gabriel Doménech Pascual, profesor agregado de dere-
C. Consideración global
50
La cuestión de si las instrucciones administrativas son fuentes del derecho es prin-
cipalmente un asunto de terminología. Si se limita el concepto de “fuente del derecho” al
derecho externo, hay que responder negativamente. Si, por el contrario, se refiere dicho
concepto a todas las disposiciones jurídicas, entonces hay que responder afirmativamente;
pero entonces debe distinguirse, a su vez, dentro las fuentes del derecho, entre las de derecho
externo y las de derecho interno. Si y en la medida en que se califiquen las instrucciones
administrativas mismas como derecho externo, deberán ser consideradas en cualquier caso
como fuentes del derecho.
pueden ser revisadas por los tribunales sólo limitadamente (cfr. al respec-
to infra, marg. 25).
c) Las instrucciones administrativas directivas del ejercicio de la dis-
crecionalidad (directrices discrecionales) determinan de qué manera debe
hacerse uso de la discrecionalidad otorgada a la administración. Deben ase-
gurar un ejercicio uniforme e igualitario de la potestad discrecional. 53
d) Las instrucciones administrativas supletorias de la ley se dictan cuan-
do en determinados ámbitos necesitados de una ordenación normativa falta
una regulación legal, bien porque ésta no existe en absoluto, bien porque,
aun habiéndola, es tan general que se hacen necesarias instrucciones que la
concreten. La distinción respecto de las directrices discrecionales es borro-
sa, sobre todo en este último caso. No obstante, en principio se diferencian
de aquéllas en que no concretan criterios de decisión predeterminados, sino
que precisamente los suministran.54
Con el creciente volumen de normación legal que también tiene lugar en
el ámbito de la administración prestacional, las llamadas instrucciones ad-
ministrativas supletorias de la ley pierden importancia (cfr. supra, § 6 marg.
13). Además, las mismas sólo son lícitas en la medida en que no resulte
afectada la reserva de ley.
B. Delimitación
orgánico y alegar que ha sido lesionado en sus derechos orgánicos por la infracción del re-
glamento interno (cfr. supra, § 21 marg. 28); G puede obtener eventualmente una decisión
inmediata solicitando la adopción de una medida cautelar conforme al § 123 GwGO. Sobre
la segunda cuestión: indudablemente, G puede aducir, en su calidad de miembro del órgano,
la antijuridicidad del reglamento interno. La pretensión contra las resoluciones dictadas a su
amparo, sin embargo, únicamente es admisible cuando sus derechos orgánicos puedan haber
sido lesionados por este motivo. Y éste sólo es el caso, excepcional, cuando mediante la
resolución se eleve el número necesario para lograr una determinada fracción de los miem-
bros del pleno municipal y ello conlleve que G pierda el status asociado a dicha fracción.
Tal vez un ciudadano pueda impugnar la resolución por otros motivos, pero su pretensión
no puede basarse en la infracción del reglamento interno, ya que esta infracción no le afecta
en absoluto. Según BVerwG DVBl, 1988, 79, un reglamento, de todos modos, puede ser
objeto de un recurso contencioso-administrativo directo de control de normas conforme al
§ 47 VwGO, cuando regule de manera abstracta y general los derechos de los miembros del
Consejo municipal.
B. Eficacia externa
a) Problema
Aunque las instrucciones administrativas producen efectos por sí mismas
sólo en el ámbito interno de la administración, también pueden alcanzar
una notable relevancia para el ciudadano, en la esfera externa. Porque nu-
merosas instrucciones administrativas determinan precisamente cómo han
de desempeñar los órganos y funcionarios sus funciones en dicha esfera
externa, frente a los ciudadanos. Al ser aplicadas por los órganos adminis-
trativos, dichas instrucciones obtienen una eficacia externa fáctica. Así, el
órgano competente deberá otorgar la subvención solicitada cuando concu-
rran los requisitos de la directriz correspondiente, y denegarla cuando no
concurran. En estos casos todavía no se plantean “problemas jurídicos”. Al
“pleito” se llega, en cambio, cuando el interesado cree que su solicitud ha
sido denegada en contra de lo establecido en la directriz y recurre por ello
ante los tribunales contencioso-administrativos. La acción sólo tiene pers-
pectivas de éxito si el solicitante puede apoyarse en la directriz, esto es, sólo
si puede hacer valer que la directriz tiene una eficacia vinculante no sólo
fáctica, sino también jurídica, y que la misma le otorga el correspondiente
derecho. De un tiempo a esta parte se reconoce generalmente que la efica-
cia vinculante fáctica de las instrucciones administrativas posee también
relevancia jurídica. Pero aún subsisten diferentes posturas en cuanto a la
justificación y la clase de esa eficacia jurídica vinculante.
ello no puede ser generalizada. Cfr. además BVerwGE 104, 220, 226 y ss.; también en esta
decisión se trataba de un caso muy especial (modificación de una instrucción administrativa
publicada mediante una instrucción administrativa no publicada, modificación retroactiva),
en el que, por lo demás, a pesar de sus peculiaridades, no se produjo el reconocimiento de la pro-
tección de la confianza. El OVG Münster GewArch. 1976, 290 alude al principio de protec-
ción de la confianza incluso respecto de la vinculación de la administración a una instrucción
administrativa contraria a derecho (concesión de una subvención en contra del fin fijado en
el presupuesto). Esto es tanto más criticable cuanto que nunca se ha protegido la confianza
en la permanencia y la obligatoriedad de una norma jurídica contraria a derecho. Por el con-
trario, el OVG Münster DVBl, 1980, 648 alude al principio de igualdad y subraya, con razón,
que “sólo mediante la resolución de otorgamiento de la subvención se crea el supuesto de
hecho que permite fundar la confianza del solicitante de la subvención en una determinada
praxis administrativa de acuerdo con lo dispuesto en la resolución”.
61 Así, Ossenbühl, BVerwG-Festschrift, 1978, pp. 433 y ss.; idem, HStR III, 1988, § 65
margs. 39 y ss.; idem, en Erichsen/Ehlers, VerwR, § 6 margs. 44 y ss.; K. Vogel, VVDStRL
24, 1996, pp. 162 y ss.; idem, Festschrift für Thieme, 1993, pp. 607 y ss.; Lorenz, Der Re-
chtsschutz des Bürgers und die Rechtsweggarantie, 1973, pp. 37 y ss.; Krebs, VerwArch 70,
1979, pp. 259, 269 y ss.; Beckmann, DVBl, 1987, pp. 616 y ss.; por último y una vez más
enfáticamente, Wahl, BVerwG-Festschrift, 2003, pp. 571 y ss.; cfr. además Hendler, UTR
1997, pp. 55 y ss., con ulteriores referencias, así como las referencias bibliográficas en el
marg. 25a. En la jurisprudencia se encuentran ocasionalmente resoluciones en las que se
efectúan remisiones directas a instrucciones administrativas; pero, por regla general, hay
que entender que se trata sólo de una manera abreviada de expresarse, no de una renuncia al
eslabón de la autovinculación.
62 Cfr. al respecto BVerwGE 72, 300, 320 y ss.; 107, 338, 340 y ss.; 110, 216, 218 y ss.;
114, 342, 344 y ss.). El BVerfG, hasta la fecha, se ha pronunciado sobre el tema sólo limitada
y distantemente; véase BVerfGE 78, 214, 227 (“caso especial” de la autorización de derecho
nuclear); BVerfGE 80, 257, 265 (en el caso concreto, no hace tratar de aclarar la cuestión de
si y en qué medida esta teoría es constitucionalmente sostenible). En la doctrina: Ossenbühl,
HStR III, 1988, p. 438; Hill, NVwZ, 1989, pp. 401 y ss.; Erbguth, DVBl, 1989, pp. 473 y
ss.; Gerhardt, NJW, 1989, pp. 2233 y ss.; Di Fabio, DVBl, 1992, pp. 1338 y ss.; Sendler,
UPR, 1993, pp. 321 y ss.; Jachmann, DV 28, 1995, pp. 17 y ss.; Jarass, JuS, 1999, pp. 108
y ss.; Ladeur, DÖV, 2000, pp. 217 y ss.; Uerpmann, BayVBl, 2000, pp. 705 y ss.; Kautz,
GewArch, 2000, pp. 235 y ss.; Faβbender, UPR, 2002, pp. 15 y ss.
63
La cuestión de la eficacia jurídica externa de las instrucciones administrativas ha co-
brado de un tiempo a esta parte también una dimensión jurídico-comunitaria. El EuGH
entiende que la trasposición de directivas comunitarias (cfr. supra, § 4 marg. 62) puede tener
lugar mediante instrucciones jurídicas con eficacia jurídica externa, si bien las instrucciones
administrativas del derecho alemán (en concreto, la TA Luft) no cumplen esta exigencia
(EuGH NVwZ 1991, 866, 868). Esta postura ha sido criticada en la doctrina alemana. Aquí
no se trata sólo de juzgar la eficacia jurídica de las instrucciones administrativas, sino tam-
bién de la cuestión de cuál de sus interpretaciones (la de los órganos de la Comunidad Eu-
ropea o la de los órganos nacionales) es la decisiva. Cfr. sobre el tema las posturas de Rupp,
JZ, 1991, pp. 1034 y ss.; Guttenberg, JuS, 1993, pp. 1006 y ss.; v. Danwitz, VerwArch, 1993,
pp. 73 y ss.; Doerfert, JA, 1999, pp. 949 y ss.; Wahl, BVerwG-Festschrift, 2003, pp. 589 y ss.
DVBl, 1978, pp. 34 y ss.). Cfr. al respecto, no obstante, la discusión sobre las llamadas ins-
trucciones adminsitrativas que concretan normas (supra, marg. 25a).
67 Ejemplo: S es llamado a filas poco después de haber comenzado sus estudios en una
escuela de ingeniería. S solicita el aplazamiento del servicio militar invocando una instruc-
ción administrativa del ministro federal de defensa según la cual un “periodo de formación
que se encuentra en un estadio ya avanzado”, en el sentido del § 12 IV 2 núm. 3 WPflG,
debe considerarse existente, en el caso de estudiantes de ingeniería, ya desde el comienzo
de los estudios, así como la correspondiente praxis administrativa. El órgano administrativo
69 Así, el reglamento interno común a los Ministerios Federales, parte especial (GGO II),
contiene disposiciones sobre la forma de las instrucciones administrativas emanadas por los
ministros federales.
70 La cuestión de si el Bundestag puede reservarse mediante ley la aprobación u otro tipo
de colaboración jurídicamente relevante en la emanación de determinadas instrucciones ad-
ministrativas por parte de un ministro federal debe responderse, en principio, negativamente.
Cfr. sobre ello Hömig, DVBl, 1976, pp. 858 y ss.; Sauerland (marg. 43), pp. 107 y ss., 324 y ss.
71 Así, Ossenbühl, Verwaltungsvorschriften und Grundgesetz, pp. 462 y ss.; Gusy, DVBl,
1979, pp. 720 y ss.; Lübbe-Wolff, DÖV, 1980, pp. 594 y ss.; OVG Berlin DÖV, 1976, 53
(anulada por BVerwGE 61, 15). El BVerwG tuvo que ocuparse de la pretensión contencioso-
administrativa de varios abogados que requerían información sobre unas directrices discre-
cionales relativas al derecho de extranjería no publicadas. El tribunal dejó explícitamente
abierta la cuestión de la existencia del deber de publicación, y declaró simplemente que, si
bien las personas interesadas en un concreto procedimiento administrativo (así como sus
abogados) tenían un derecho a la información sobre las correspondientes instrucciones ad-
ministrativas, no existía un derecho general de los abogados a ser informados, cfr. BVerwGE
61, 15 y 40. Asimismo, en relación con las “órdenes generales” en el ámbito de la asistencia
social, BVerwG DVBl, 1984, 1078. Según BVerwGE 104, 220, 224, la publicación no es un
requisito de eficacia de la instrucción administrativa.
72
Bibliografía: Rupp, Grundfragen der heutigen Verwaltungsrechtslehre, 2a. ed., 1991,
pp. 19 y ss.; idem, Die “Verwaltungsvorschriften” im grundgesetzlichen Normensystem,
JuS, 1975, pp. 609 y ss.; Hans H. Klein, Rechtsqualität und Rechtswirkung von Verwaltungs-
normen, Festschrift für Forsthoff, 1967, pp. 163 y ss.; Ossenbühl, Verwaltungsvorschriften
und Grundgesetz, 1968; Selmer, Rechtsverordnung und Verwaltungsvorschrift, VerwArch
59, 1968, pp. 114 y ss.; W. Schmidt, Gesetzesvollziehung durch Rechtssetzung, 1969; Men-
ger, “Vewaltungsrichtlinien―autonome Rechtsetzung durch die Exekutive?”, en Demokra-
tie und Verwaltung, Schriftenreihe der Hochschule Speyer, 1972, pp. 299 y ss.; Weyreuther,
Über die Rechtsnatur und die Rechtswirkung von Verwaltungsvorschriften, DVBl, 1976,
pp. 83 y ss.; Schenke, Der Rechtsschutz des Bürgers gegen Verwaltungsvorschriften, DÖV,
1979, pp. 622 y ss.; Breuer, Die rechtliche Bedeutung der Verwaltungsvorschriften nach §
48 BImSchG im Genehmigungsverfahren, DVBl, 1978, pp. 28 y ss.; Krebs, Zur Rechtset-
zung der Exekutive durch Verwaltungsvorschriften, VerwArch 70, 1979, pp. 259 y ss.; Sche-
ffer, Wachsende Bedeutung der Verwaltungsvorschriften, DÖV, 1980, pp. 236 y ss.; Brohm,
“Verwaltungsvorschriften als administrative Rechtsquelle―ein ungelöstes Problem des In-
nenrechts”, en Brohm (coord.), Drittes Deutsch-polnisches Verwaltungssymposium, 1984,
pp. 11 y ss.; Oldiges, Richtlinien als Ordnungsrahmen der Subventionsverwaltung, NJW,
1984, pp. 1927 y ss.; Beckmann, Die gerichtliche Überprüfung von Verwaltungsvorschrif-
ten im Wege der verwaltungsgerichtlichen Normenkontrolle, DVBl, 1987, pp. 611 y ss.;
Ossenbühl, Autonome Rechtsetzung der Verwaltung, HStR III, § 65; Ellwein, Verwaltung
und Verwaltungsvorschriften, 1989 (sobre el significado de las instrucciones administrativas
en la praxis); Osterloh, Typisierende Verwaltungsvorschriften im Steuerrecht, JuS, 1990,
pp. 100 y ss.; idem, Gesetzesbindung und Typisierungsspielräume bei der Anwendung der
Steuergesetze, 1992, en especial pp. 451 y ss.; Hill (coord.), Verwaltungsvorschriften, 1991;
J. Wolf, Die Kompetenz der Verwaltung zur “Normsetzung” durch Verwaltungsvorschrif-
ten, DÖV, 1992, pp. 849 y ss.; K. Vogel, Verwaltungsvorschriften zur Vereinfachung der
Sachverhaltsermittlung und “normkonkretisierende” Verwaltungsvorschriften, Festschrift
für Thieme, 1993, pp. 605 y ss.; K. Lange, Innenrecht und Auβenrecht, en Hoffman-Riem/
Schmidt-Aβmann/Schuppert (coords.), Reform des Allgemeinen Verwaltungsrechts, 1993,
pp. 307 y ss.; Hendler, Verwaltungsvorschriften zur Konkretisierung technischer Standards
im Umweltrecht, UTR, 1997, pp. 55 y ss.; Rogmann, Die Bindungswirkung von Verwal-
tungsvorschriften, 1998; Jarass, Bindungswirkung von Verwaltungsvorschriften, JuS, 1999,
pp. 105 y ss.; Kautz, Verhaltenslenkende Verwaltungsvorschriften und ihre unterschiedli-
che Bindungswirkung, GewArch, 2000, pp. 230 y ss.; Th. Koch, Probleme administrati-
ver Auβenrechtserzeugung am Beispiel der Verdingungsordnungen, VerwArch 91, 2000,
pp. 354 y ss.; Erichsen, Verwaltungsvorschriften als Steuerungsnormen und Rechtsquellen,
Festschrift für Kruse, 2001, pp. 39 y ss.; Guckelberger, Zum methodischen Umgang mit
Verwaltungsvorschriften, DV 35, 2002, pp. 61 y ss.; A. Leisner, Verwaltungsgesetzgebung
durch Erlasse, JZ, 2002, pp. 219 y ss.; Seibert, Die Entwicklung des Gleichheitssatzes auf
das Rechtssetzungs-und Rechtsanwendungsermessen der Verwaltung, BVerwG-Festschrift,
2003, pp. 535, 539 y ss.; Wahl, Verwaltungsvorschriften: Die ungesicherte dritte Kategorie
des Rechts, BVerwG-Festschrift, 2003, pp. 571 y ss.; Sauerland, Die Verwaltungsvorschrift
im System der Rechtsquellen, 2005; cfr. adicionalmente la bibliografía indicada supra, marg.
25a, sobre las llamadas instrucciones administrativas concretizadoras de normas.
Jurisprudencia: BVerfGE 40, 237 (regulación mediante instrucción administrativa de la
competencia de un órgano administrativo y del procedimiento administrativo y reserva de
ley); BVerfGE 78, 214 (los tribunales contencioso-administrativos no están vinculados por
las instrucciones administrativas); BVerfGE 100, 249 (competencia para dictar instrucciones
administrativas conforme al artículo 85 II GG).
BVerwGE 34, 278 y 36, 313 (carácter no vinculante de las instrucciones administrativas
interpretativas contrarias a derecho); BVerwGE 36, 323 (límites de las directrices
discrecionales); BVerwGE 44, 72, 74 y s. (directrices de subsidios, autovinculación de
la Administración); BVerwGE 52, 193 (ordenación de exámenes, delimitación entre
instrucción administrativa y reglamento); BVerwGE 55, 250 (instrucción administrativa
como “dictamen pericial anticipado”); BVerwGE 58, 45 (directrices relativas a
subvenciones, revisión judicial); BVerwGE 61, 15; 61, 40 (pretensión de publicación de
las instrucciones administrativas); BVerwGE 71, 342 (concreción del deber de asistencia
jurídico-funcionarial mediante instrucciones de subsidios); BVerwGE 71, 300, 320 y s.; 107,
338, 340 y ss.; 110, 216, 218 (instrucciones administrativas concretizadoras de normas);
BVerwGE 94, 326 y 335 (naturaleza jurídica de las ratios estándar previstas en el § 22
I BSHG); BVerwGE 100, 335 (directriz sobre derecho de extranjería, carece de eficacia
jurídica externa inmediata, eficacia jurídica externa a través del art. 3 I GG); BVerwGE
104, 220 (directriz sobre subvenciones: publicación, modificación); BVerwGE 116, 332,
333 (los tribunales, en principio, no están vinculados a las instrucciones administrativas);
BVerwGE 118, 379 (directriz sobre subvenciones); BVerwGE 121, 103 (las instrucciones
jurídico-funcionariales sobre subsidios no respetan la reserva de ley); BVerwGE 122, 264
(publicación); BVerwG DVBl. 1982, 195 (ordenación de exámenes: fundamento, eficacia
vinculante, interpretación); BVerwGE DVBl. 1988, 790 (revisión de un reglamento interno
a través del proceso contencioso-administrativo de control de normas con arreglo al § 47
VwGO).
BadWürttVGH ESVGH 23, 90 (disposición sobre el número de horas semanales obligatorias
de los maestros); OVG Berlin DÖV 1976, 53 (publicación de instrucciones adminis-
trativas); OVG Münster DÖV, 1985, 204 (eficacia vinculante de las instrucciones
administrativas); BadWürttVGH NVwZ, 1999, 547 (anulación de un acto administrativo
que infringe una instrucción administrativa); BayVGH DVBl, 2001, 311 (no cabe el recurso
contencioso-administrativo directo de control de normas previsto en el § 47 VwGO contra
una instrucción administrativa).
Bibliografía General
I. Tratados y manuales
539
II. Comentarios
1. Austria
2. Suiza
3. Liechtenstein
Las referencias hechas en negrita son para los parágrafos y de letra redonda
a los números marginales.
Abuso de derecho (Rechtsmißbrauch) 14 46, 58.
Acceso a los servicios y establecimientos públicos (Zulassung zu öffentli-
chen Einrichtungen) 3 26; 17 2.
Acción de cesación (Unterlassungsanspruch) 3 23.
Acción de rectificación de declaraciones lesivas del honor (Widerruf ehrver-
letzender Äußerungen) 3 23; 15 6; 26 44; 30 3, 12.
Acción de reintegro jurídico-pública (Erstattungsanspruch, öffentl.- rechtl.)
3 23 a; 11 36, 38; 14 46, 58.
Acción de restablecimiento de la situación alterada (Folgenbeseitigungsans-
pruch) 4 28; 15 6.
Acción negatoria (Unterlassungsanspruch) 3 27.
Acción popular (Popularklage) 8 5.
Aceleración del procedimiento (Verfahrensbeschleunigung) 5 5 a; 19 7 d y
ss.
Actividad administrativa de garantía (Gewährleistungsverwaltung) 1 16 b.
Actividad administrativa libre de ley (gesetzesfreie Verwaltung), 1 25; 6 13
y ss.
Actividad administrativa tributaria (Abgabenverwaltung) 1 18; 5 22; 11 10;
14 3.
Actividad informal de la administración (Verwaltungshandeln,informelles)
14 6; 15 14 y ss.
—— Simple (schlichtes) 15 1 y ss.
545
Concepto (Begriff) 9 4, 5.
Condición (Bedingung) 12 6 y ss.; 17 26, 29.
—— Constitutivo (gestaltender Verwaltungsakt) 9 45; 20 6.
—— Constitutivo de efectos jurídico-privados (privatrechtsgestaltender
Verwaltungakt) 9 45; 11 33.
—— Contrario al derecho comunitario (gemeinschaftsrechtswidriger Verwal-
tungsakt) 2 34; 11 10, 18, 38a.
—— General (Allgemeiner-) 19 21 c.
—— Medioambiental (Umwelt-) 19 21 b.
—— Fundada constitucionalmente (Verfassungsrechtlich begründeter) 19
21 d.
Invalidez (Rechtswidrigkeit)
Formal (formelle) 9 52.
Material (Materielle) 9 52.
—— Empresarial (erwerbswirtschaftliche) 3 8.
—— Sujeta al derecho privado administrativo (verwaltungsprivatrechtli-
che) 3 9.
Nulidad (Nichtigkeit).
—— Estructura (Aufbau) 10 29 c.
—— General (allgemeines) 19 3.
—— Formalizado (förmliches) 19 4.
—— Procedimiento en masa (Massenverfahren) 18 7.
—— Plurifásico (mehrstufiges –) 19 7 a y ss.
—— Procedimiento integrado para la aprobación de planes (Planfestste-
llungsverfahren) 19 5.
—— Procedimiento de recurso en vía administrativa (Rechtsbehelfsver-
fahren) 10 28; 19 6
Concepto 4 16; 13 1.
Control normativo (Normenkontrolle) 4 57; 13 18.
Derecho de los Länder (Landesrecht) 4 39; 13 4.
Derecho federal (Bundesrecht) 4 39; 13 4.
Discrecionalidad (Ermessen) 7 63; 13 15.
Forma (Form) 13 12.
Fundamento de la habilitación (Ermächtigungsgrundlage) 13 6 y ss.
Fundamentos constitucionales (Verfassungsrechtliche Grundlagen) 4 17.
Revocación (Widerruf).
Índice analítico
Las referencias hechas en negrita son para los parágrafos y de letra redonda
a los números marginales.
Abuso de derecho (Rechtsmißbrauch) 14 46, 58.
Acceso a los servicios y establecimientos públicos (Zulassung zu öffentli-
chen Einrichtungen) 3 26; 17 2.
Acción de cesación (Unterlassungsanspruch) 3 23.
Acción de rectificación de declaraciones lesivas del honor (Widerruf ehrver-
letzender Äußerungen) 3 23; 15 6; 26 44; 30 3, 12.
Acción de reintegro jurídico-pública (Erstattungsanspruch, öffentl.- rechtl.)
3 23 a; 11 36, 38; 14 46, 58.
Acción de restablecimiento de la situación alterada (Folgenbeseitigungsans-
pruch) 4 28; 15 6.
Acción negatoria (Unterlassungsanspruch) 3 27.
Acción popular (Popularklage) 8 5.
Aceleración del procedimiento (Verfahrensbeschleunigung) 5 5 a; 19 7 d y
ss.
Actividad administrativa de garantía (Gewährleistungsverwaltung) 1 16 b.
Actividad administrativa libre de ley (gesetzesfreie Verwaltung), 1 25; 6 13
y ss.
Actividad administrativa tributaria (Abgabenverwaltung) 1 18; 5 22; 11 10;
14 3.
Actividad informal de la administración (Verwaltungshandeln,informelles)
14 6; 15 14 y ss.
—— Simple (schlichtes) 15 1 y ss.
545
Concepto (Begriff) 9 4, 5.
Condición (Bedingung) 12 6 y ss.; 17 26, 29.
—— Constitutivo (gestaltender Verwaltungsakt) 9 45; 20 6.
—— Constitutivo de efectos jurídico-privados (privatrechtsgestaltender
Verwaltungakt) 9 45; 11 33.
—— Contrario al derecho comunitario (gemeinschaftsrechtswidriger Verwal-
tungsakt) 2 34; 11 10, 18, 38a.
—— General (Allgemeiner-) 19 21 c.
—— Medioambiental (Umwelt-) 19 21 b.
—— Fundada constitucionalmente (Verfassungsrechtlich begründeter) 19
21 d.
Invalidez (Rechtswidrigkeit)
Formal (formelle) 9 52.
Material (Materielle) 9 52.
—— Empresarial (erwerbswirtschaftliche) 3 8.
—— Sujeta al derecho privado administrativo (verwaltungsprivatrechtli-
che) 3 9.
Nulidad (Nichtigkeit).
—— Estructura (Aufbau) 10 29 c.
—— General (allgemeines) 19 3.
—— Formalizado (förmliches) 19 4.
—— Procedimiento en masa (Massenverfahren) 18 7.
—— Plurifásico (mehrstufiges –) 19 7 a y ss.
—— Procedimiento integrado para la aprobación de planes (Planfestste-
llungsverfahren) 19 5.
—— Procedimiento de recurso en vía administrativa (Rechtsbehelfsver-
fahren) 10 28; 19 6
Concepto 4 16; 13 1.
Control normativo (Normenkontrolle) 4 57; 13 18.
Derecho de los Länder (Landesrecht) 4 39; 13 4.
Derecho federal (Bundesrecht) 4 39; 13 4.
Discrecionalidad (Ermessen) 7 63; 13 15.
Forma (Form) 13 12.
Fundamento de la habilitación (Ermächtigungsgrundlage) 13 6 y ss.
Fundamentos constitucionales (Verfassungsrechtliche Grundlagen) 4 17.
Revocación (Widerruf).