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Universidad Nacional de Luján

Trabajo de Tesis para optar al título de Doctor

Compactación del suelo producida por el


movimiento de tierra con fines deportivos
(Campos de polo) en el partido de Luján

Autor: Ing. Agr. Daniel Andrés Laureda


Director: Dr. Ing. Agr. Guido Fernando Botta

Año 2010


Agradecimientos:

A Guido Botta; a Héctor Rosatto; a César Caso; a Andrea


Pavese; a quienes facilitaron los lugares de ensayo.

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2
índice
> Resumen 4

> Summary 5

> Introducción y Antecedentes 6

> Objetivos del trabajo 15

> Hipótesis de trabajo 17

> Materiales y Metodología 18

> Resultados y discusión 45

> Consideraciones finales 77

> Conclusiones 80

> Bibliografía 81

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1. -Título
COMPACTACIÓN DEL SUELO PRODUCIDA POR EL MOVIMIENTO DE
TIERRA CON FINES DEPORTIVOS (Campos de polo) EN EL PARTIDO DE
LUJAN

2. - Resumen Técnico (máximo 500 palabras)

La nivelación de tierras es una forma de disturbio del suelo que altera


sus propiedades físicas. En Argentina la nivelación de tierras se ha extendido
también, con un objetivo diferente, la formación de campos deportivos. El
hecho de mover suelo quitando de un lugar para rellenar en otro, produce una
ruptura de la estructura con aumento del volumen ocupado por aire. Las
partículas se reacomodan de manera distinta a la original. Esto es tenido en
cuenta en el presente trabajo considerando un valor mayor en el volumen a
cortar respecto del volumen a agregar. No obstante, si se manejaran estos
valores, no alcanzarían a cubrir las necesidades de relleno, siendo necesario
incrementar el valor de manera tal que no resulte inferior al 50 %. Los
movimientos de suelo, producen a menudo una mezcla de horizontes edáficos.
Este efecto de empaque disminuye el volumen ocupado por los poros e
incrementa la densidad aparente y la tensión del suelo. Uno de los principales
problemas que se genera con la sistematización es la compactación del suelo.
Durante todo el trabajo, se producen distintos problemas, a saber: precisión de
la nivelación altimétrica; errores en la marcación del proyecto en el terreno, él
calculo de la cantidad de pasadas con la maquinaria para realizar el trabajo;
acierto en el grado de humedad del suelo y valor de las precipitaciones
ocurridas durante el movimiento de tierra. El presente estudio se realizó en
campos ubicados en el Partido de Luján. Sobre los mismos se efectuó un
proyecto de sistematización y el posterior movimiento de tierra. Sobre la base
de mediciones de compactación y análisis físicos del suelo se buscó la
influencia sobre el coeficiente de esponjamiento de cada variable interviniente.
Los objetivos principales del trabajo fueron, (i) realizar aportes cognitivos, que
admitan una transferencia tecnológica para el mejoramiento de la maquinaria
destinada a realizar las tareas de sistematización de suelos, con la finalidad de

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que se evite, o minimicen, el impacto de las mismas sobre los predios
destinados a campo de polo; (¡i) Buscar una solución de compromiso entre
tráfico y movimiento de suelo para eliminar la sobrecompactación producida al
realizar la sistematización; (iii) Aportar evidencia a la plataforma cognitiva
actual, relativa al comportamiento físico-mecánico de suelos sometidos al
movimiento de tierra con fines deportivos (iv) Caracterizar el comportamiento
mecánico de un suelo argiudol típico sistematizado con el fin de utilizarlo como
campo de polo. Los principales resultados obtenidos fueron; a) Se alcanzaron
índices de esponjamiento/compactación > 25 %, b) el impacto del movimiento
del suelo sobre el contenido de materia orgánica es menor al ocurrido sobre los
parámetros físicos, c) tanto la intensidad de tránsito de las maquinarias como el
peso de las mismas influyen sobre el índice de esponjamiento/compactación, d)
el pasaje de la maquinaria produce compactación a nivel subsuperficial. La
compactación superficial se da en mayor medida en el campo en uso, debido
esto al uso de las maquinarias de mantenimiento y de los caballos para el
juego.
Palabras clave: Campo de polo - sistematización - mecánica de suelos -
coeficiente de esponjamiento

3. Summary
The land leveling is a form of disturbance of the soil that alters its
physical properties. In Argentine the leveling of lands is also extended to a
different objective: the sport field construction. The movement of soil from one
place to another one produces a rupture of the structure with increase of the
volume occupied by air. The soil particles are reordered in a different form from
the original one. In this work, this is taking into account by considering a bigger
cut volume valué to complete than the real volume to add. Nevertheless, if
these valúes were managed, they would not reach to cover the filler necessities,
being necessary to increase the valué in such way that they were not inferior to
50%. The soil movements often produce a mixture of edafics horizons. This
packing effect diminishes the volume occupied by the pores and increases bulk
density and soil tensión. One of the main problems that are generated by the
land leveling is the compaction. When soil is compacted, non-accommodating
faces form smaller aggregates pores. During the whole work, different problems
appears, such as: leveling precisión; project mark errors in the land, the

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machinery passes calculation to carry out the work; soil moisture content at the
land leveling and the rain valué during the earth movement. The present study
was carried out in fields located in Luján district. In these fields, a land leveling
project and the later soil movement were made. In relation with the compaction
measuring and soil physical analysis, it was looked for the influence on the
swelling factor of each variable The main objectives of the work were (i) to carry
out knowledge contributions that allow a technological transfer to the
improvement of the machinery dedicated to the land leveling work. The purpose
is to avoid, or minimize the negative machinery effects in a polo field; (¡i) to look
for a commitment solution between traffic and soil movement to elimínate the
over-compaction in a land leveling work; (iii) to contribute with evidence to the
now-a-day knowledge platform, related to the soil physical-mechanical behavior
in soils subjected to soil movement with sport aims; (iv) to feature the
mechanical behavior of a typical argiudol soil in a land leveled polo field. The
more important results were: a) swelling factor valúes > 25%, b) the impact of
the soil movement on the organic mater content is smaller than the one
happened on the physical parameters, c) Both, the traffic intensity as well as the
machinery weight have influence on the swelling factor index/compaction d) the
machinery passes produces subsoil compaction. Top soil compaction is given,
in a further degree, in a field in use, due to the uses of maintenance
machineries and the horse transit for the game.
Keywords: Polo field - land leveling - soil mechanics - swelling factor

4. - Introducción y Antecedentes
La nivelación de tierras es una forma de disturbio del suelo que altera
sus propiedades físicas y es comúnmente conducida en campos para el cultivo
de arroz (Oriza sativa L.) (Brye 2005). En Argentina la nivelación de tierras se
ha extendido ampliamente, también, con un objetivo diferente, la formación de

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campos deportivos.

El desarrollo de estos campos requiere la modificación de superficies del


orden de 5 a 6 has según los casos, dentro de estas últimas dimensiones se
encuentran los campos dedicados a la práctica del polo. En nuestro país, la
provincia de Buenos Aires concentra gran parte de la citada actividad y dentro
de ésta tiene mucho desarrollo el cinturón ubicado entre 50 y 150 km de la
Ciudad de Buenos Aires.

Los campos destinados a tal fin, deben reunir características de diseño


tales que le permitan cumplir con diferentes requisitos, a saber, escurrimiento
de excesos de agua sin que queden superficies encharcadas, distribución
uniforme de humedad, horizonte superficial de espesor tal que asegure el
desarrollo de raíces de césped, superficie no dura ni compactada. Con el objeto
de alcanzar estas condiciones se torna necesario realizar lo que se conoce
como sistematización de la superficie, que consiste en cambiar la forma del
relieve original a una nueva que se acerque a los fines arriba enunciados,
considerando un movimiento de suelo de acuerdo a un proyecto.

En un sentido restringido al uso topográfico, “sistematizar” un terreno, es


ajustar la superficie del mismo a la de un plano proyecto, cuya inclinación
responda a las pendientes naturales o a las establecidas por el diseñador, de
modo de lograr el menor movimiento de tierra posible (Rodríguez Plaza, 2000).
Para poder realizar la sistematización se deben cumplir una serie de tareas o
etapas de trabajo; relevamiento, proyecto, replanteo, ejecución de obra y
control de la misma. (Laureda, 2005).

En la etapa de relevamiento se toman datos altimétricos


determinando una grilla regular de puntos, usualmente a 25 metros de distancia
entre sí en una superficie que varía entre 4 y 6 hectáreas aproximadamente;
datos altimétricos de los posibles lugares de destino de evacuación de los
excedentes hídricos que escurran del campo y datos relativos a la profundidad
de la capa arable. Con los datos obtenidos durante el relevamiento se analiza

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la superficie buscando modificar la misma para acercarse a las condiciones
necesarias para un campo de polo. Esto significa obtener pendientes y formas
adecuadas para lograr un correcto escurrimiento y distribución de humedad.

Definido el proyecto, el mismo se replantea en el terreno


marcando las alturas sobre las estacas que definen la grilla en el terreno. Esta
marcación es la guía que utiliza el ejecutor del movimiento de suelo.

Dado que el volumen de suelo a mover, generalmente es un valor alto,


que varía entre 2000 y 5000 metros cúbicos, resultaría muy costoso realizar el
proyecto considerando el agregado de tierra de fuentes externas al predio, por
lo cual éste se calcula considerando que se moverá solo suelo del lugar.

El movimiento de suelos no solo produce cambios en la


conformación superficial sino que trae aparejado modificaciones en otros
aspectos. La sistematización del suelo mejora la conservación del agua en las
tierras de secano. Sin embargo, los movimientos de suelo, producen a menudo
una mezcla de horizontes edáficos respecto a la estratificación original y puede
causar condiciones superficiales desfavorables después del movimiento
realizado, dependiendo ello, de la naturaleza de los mencionados horizontes
subsuperficiales. En un estudio llevado a cabo por Unger et al. (1990), se
verificó que la sistematización afectó perceptiblemente a la arena del suelo, el
limo, la arcilla, y el contenido de materia orgánica, así como la estabilidad de
los agregados. Pero los cambios fueron relativamente pequeños. Por lo tanto,
los autores mencionados, recomiendan la sistematización de suelos para
mejorar la productividad de los cultivos en suelos de secano. El mismo autor,
indica que, la estabilidad de los agregados, el contenido de materia orgánica,
arcilla, limo y arena fueron significativamente afectados por la nivelación o
sistematización del suelo. También como resultados de la sistematización, Brye
et al (2003) encontraron cambios en las relaciones entre propiedades físicas
del suelo y biológicas. Estos autores, evaluaron los efectos, a corto plazo, de la
nivelación de tierras sobre las propiedades físicas del suelo y biomasa
microbiana, encontrando variación en propiedades biológicas pero no en las

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físicas. Sin embargo, los mismos autores, en otro trabajo, indican que la
nivelación de tierras resultó en un substrato duro y somero, el cual redujo
efectivamente el volumen de suelo para el subsiguiente crecimiento de raíces
del cultivo en un 50 % (Brye, 2005). Preve et al (1990), sobre cultivo de arroz,
estudiaron cambios en la fertilidad del suelo y subsuelo expuesto a la
sistematización. En tanto que Juma et al (1993) analizaron la influencia de los
aspectos físicos del suelo, estructura y densidad aparente sobre la actividad
biológica.

Seino (1999) señala la importancia de considerar la desuniformidad de la


naturaleza física del suelo en los movimientos de suelos, debido a
establecimientos diferenciales que, por consolidación natural, generan pérdida
de precisión en la nivelación.

Sin embargo, además de los citados, uno de los principales problemas


que se genera con la sistematización es la compactación del suelo. La
compactación es, de acuerdo con Swan et al, (1987), el efecto de "empaque"
de una fuerza mecánica sobre el suelo. Este efecto de empaque disminuye el
volumen ocupado por los poros e incrementa la densidad aparente y la tensión
del suelo.
Earl (1977); Earl y Alexandrou (2001) analizaron el proceso de
compactación a través de la compresión por el método del plato. Earl (1977)
desarrolló un procedimiento para predecir la deformación utilizando un test de
compresión confinada. Ese trabajo sugiere que el comportamiento del suelo
durante compresión bajo el hundimiento de plato es gobernado por tres
procesos (i) compactación con stress lateral constante; (¡i) compactación con
incremento de stress lateral; (iii) compactación y movimiento lateral del suelo
en el mismo sentido, Liu et al (2004) obtuvieron volúmenes de compresibilidad
de estratos con arcilla y estratos de arena con valores de 6.38 x 10'8 y 5.71 x
10'9 m2. N’1.

Earl y Alexandrou (2001) confirmaron la ocurrencia de estos procesos y


evaluaron la precisión de los modelos para predecir los procesos de
deformación que ocurren, efectuando el test en un suelo franco arenoso.

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Comprobaron que con el progreso de la compactación, el proceso de
deformación transcurre a través de un estado transicional hasta alcanzar la
más ampliamente reconocida forma de desarrollo de un cono invertido de suelo
compactado directamente bajo el plato, el cual se movió con el plato causando
movimiento y compactación lateral de suelo.

Un variado número de autores vinculan la compactación a factores tales


como el tráfico y el peso de la maquinaria agrícola.

Según Botta et al, (2002), el tráfico vehicular es el principal responsable


de la compactación inducida en suelos bajo producción, siendo la textura y su
contenido de humedad los aspectos más relevantes en relación a la reducción
del espacio poroso. En tal sentido, estableció que en suelos arcillosos son
mayores los riesgos de compactar el subsuelo a niveles que limiten la
producción agrícola como mayor será también la persistencia del daño
realizado. Alakukku (1996) determinó que la compactación inducida por el
tráfico vehicular persistía entre 3 y 11 años en suelos con porcentajes de arcilla
entre el 6% y el 85%, aún con períodos de congelamiento del suelo en
profundidad, cuando el mismo fue transitado con altas cargas sobre el eje. El
número de veces en que el sustrato es transitado, también es un factor
determinante de la compactación inducida. Tanto la densidad aparente como la
profundidad y la superficie de suelo compactado, aumentan progresivamente
con el número de pasadas (Jorajuria y Draghi 1997 y Botta et al., 2004).

Los parámetros para caracterizar los efectos del tránsito son múltiples.
La densidad aparente y la resistencia a la penetración son frecuentemente
usadas para la caracterización del grado de compactación de un suelo y del
efecto producido por las labranzas (Balbuena et al., 1995). La medición de
resistencia a la penetración de un suelo a través del penetrómetro de cono
tiene la ventaja de ser fácil, rápida y económica; al tiempo que provee datos
que pueden ser sencillamente analizados (Perumpral, 1987). Se ha intentado
también relacionar la resistencia a la penetración de un suelo con la capacidad

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de las raíces para colonizarlo. Es generalmente aceptado que valores de
resistencia a la penetración de 1,5 MPa reducirían el crecimiento de las raíces,
y de 2 o más MPa lo impedirían (Treadgill, 1982).

En cuanto al peso de la maquinaria, Botta et al., (2006), indican que el


peso de la maquinaria en combinación con el tráfico de la misma son los
responsables de la compactación en suelos bajo producción, siendo la textura y
su contenido de humedad los aspectos más relevantes en relación a la
reducción del espacio poroso. En tal sentido, estableció que en suelos
arcillosos son mayores los riesgos de compactar el subsuelo a niveles que
limiten la producción agrícola como mayor será también la persistencia del
daño realizado.

En relación a la humedad, Baver et al. (1972) sostienen que la friabilidad


es la facilidad para desmenuzarse. Es el estado de humedad que representa la
mejor condición para la labranza. La cohesión es mínima; existe la humedad
suficiente para minimizar el efecto cementante que domina en la consistencia
dura y por otro lado no hay agua suficiente para la formación de películas en
los contactos entre las partículas y producir la adhesión existente en el estado
plástico. Richard et al. (1999) observaron que la porosidad estructural
disminuía linealmente a medida que se incrementaba el contenido de agua al
momento de tránsito con el implemento agrícola, siendo éste superior cuanto
mayor era la porosidad estructural en el momento previo al tránsito. A medida
que el suelo se va secando, se incrementa la energía de impacto requerida
para fracturar horizontes, es decir que el suelo se vuelve menos quebradizo
(Jia et al., 1998). La compactación subsuperficial observada en un suelo franco
arenoso es explicada, en parte, por la coincidencia de los estados de humedad
óptimos para labranza, con los que producen la máxima compactación
(Cisneros et al., 1997).

Sánchez Girón et al (2001) realizaron un estudio de compactación y


compactabilidad en suelos de diferentes regiones del área irrigada de España.
En él se citan que los estudios de compactación de suelos se han focalizado en

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el desarrollo de modelos empíricos y semiempíricos de la relación entre el
stress de compresión del suelo y su densidad aparente. Además de considerar
el análisis de uno de esos modelos, encontraron que el comportamiento fue
condicionado por el contenido de agua a compactación y por el stress normal
aplicado.

Busscher et al (2000) y Topp et al (2003), citado por Bachmann et al,


2006) señalan que la fuerza de los suelos trabajados varía rápidamente con los
cambios en el contenido de humedad, determinando el tiempo posible de
transitabilidad. Peng et al (2003) citan que la estructura de poros del suelo y la
conductividad hidráulica cambian durante la compactación.

Peng et al, (2004) en sus resultados sugieren que la evaluación de la


vulnerabilidad del suelo a la compactación debe considerar la condición inicial
del suelo, señalando que cuanto más gruesa es la textura del suelo, más baja
la densidad aparente, más alto el potencial mátrico, más bajo es el stress de
precompresión. El stress de precompresión decreció exponencialmente con el
incremento del contenido de agua inicial. El contenido de agua y la
permeabilidad del aire decrecen después de la compactación. La estructura de
poros del suelo y la conductividad hidráulica cambiaron durante la
compactación.

El hecho de mover suelo quitando o cortando de un lugar para


rellenar o agregar en otro, produce una ruptura de la estructura con un
aumento del volumen ocupado por aire. Posteriormente, con el movimiento de
la maquinaria (peso), lluvia o riego, las partículas se reacomodan de manera
distinta a la original. Esto es tenido en cuenta al hacer el proyecto
considerando un valor mayor en el volumen a cortar respecto del volumen a
agregar.

El Servicio de Conservación de Suelos de los Estados Unidos cita que el


volumen comprendido en un metro cúbico de tierra, en su condición natural,
aumenta al aflojarse por causa de la excavación. Esto se conoce como
“aumento de volumen”. Cuando esta misma tierra se tira en una zona de

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terraplén y se compacta, su volumen disminuye. La disminución, con relación a
su volumen original, se conoce como pérdida de volumen. Algunas de las
razones expuestas para explicar el factor de pérdida de volumen
aparentemente alto requerido en la nivelación de terrenos, son: 1.- La mayor
parte de los materiales movidos en la nivelación de terrenos forman la capa
superficial (arable) con un alto contenido de materia orgánica y con un peso
relativamente bajo por unidad de volumen original; 2- Las áreas de excavación
del terreno están sujetas a una compactación considerable debido al equipo
que se emplea en el movimiento de tierra. (USSCS, 1972).

Rodríguez Plaza (2000) cita para trabajos de sistematización


coeficientes de aumento del volumen de desmonte respecto del de terraplén
del Servicio de Conservación de Suelos de los Estados Unidos, que varían
entre el 15 y el 50 % en función del tipo de suelo y la profundidad de corte
desde 0 a 1 metro de profundidad.

No obstante, si se manejaran estos valores, no alcanzarían a cubrir las


necesidades de relleno, siendo necesario incrementar el valor de manera tal
que no resulte inferior al 50 %. Un ejemplo en el que se trabajó con un
porcentaje del 44 % se completó con agregado extra. En Mendoza, en
sistematizaciones similares con fines de riego para cultivos de vid, también
utilizan porcentajes superiores al 50 %. (Brandi, 1998, com.pers.).

Algunas de las razones que podrían justificar el uso de estos valores


podrían surgir de la siguiente explicación.
Durante todo el trabajo, se producen distintos errores, a saber: precisión de la
nivelación altimétrica realizada -los valores de ingreso para el cálculo expresan
las cotas al centímetro y cada punto representa una superficie de 156.25 m2 a
625 m2 lo cual representa 1,56 a 6,25 m3 de tierra respectivamente; errores en
la marcación del proyecto en el terreno -replanteo-, estimados en el orden del
centímetro; errores en el movimiento de tierra con la maquinaria, del orden de 2
a 3 centímetros (diferencia obtenida en base a controles de trabajos y
diferencias respecto del valor del proyecto admitidas); errores en la precisión

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en la toma de los datos durante el control del trabajo, del orden del centímetro;
cantidad de pasadas con la maquinaria para realizar la compactación;
características de la maquinaria con la cual se realiza la compactación; grado
de humedad antes y durante la realización del trabajo; precipitaciones ocurridas
durante el movimiento de tierra.

Según Luis Rodríguez Plaza (2000), la textura del suelo a


mover influye directamente en el porcentaje de esponjamiento. La textura tiene
influencia sobre la resistencia al rodamiento que ofrece el suelo a la máquina.
Esta resistencia depende de las propiedades intrínsecas del material (textura)
que compone al suelo original (García y Piedade, 1989). La resistencia a rodar
es otro problema que se produce en los suelos de baja capacidad portante,
existe una relación directa entre la compactación del suelo, el peso de la
máquina y la resistencia a rodar de la misma (Botta et al., 1998).

El movimiento de tierra con equipos pesados no se realiza con un 100 %


de eficiencia, ya que parte del material se pierde en el acarreo, pero muy
especialmente, por la compactación del material. Por estas razones, en un
cálculo aproximado del movimiento de tierra, se recomienda incrementar en un
30 % el volumen calculado (Peña Me Caskill, 1995).

Si bien los diferentes aspectos enumerados pueden influir no hay una


clara definición de cual o cuáles de estos afectan en mayor medida y generan
en consecuencia la necesidad de utilizar un coeficiente mayor o si esto es
debido en su mayor medida a las condiciones físicas del suelo o si la
compactación por el tránsito de la maquinaria incrementa dicho valor.

Por otra parte, el área definida por el eje Pilar-La Plata, donde se da la
mayor parte de estos trabajos, está conformada por suelos complejos y
asociaciones de difícil manejo en su sistematización. De la revisión bibliográfica
no surge un tratamiento en detalle en relación a la generación del llamado
factor de “esponjamiento”. En los casos en que se presentan valores, estos se
relacionan a clases texturales sin antecedentes de carácter experimental que

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fundamenten los mismos. Por otra parte, los datos existentes, al no
corresponder al país, no aseguran que se ajusten a las características de
nuestros suelos.

5. - Objetivos del trabajo.

5.1. - Objetivos direccionales (finalidad)

a) Realizar aportes cognitivos, que admitan una transferencia


tecnológica para el mejoramiento de la maquinaria destinada a realizar las
tareas de sistematización de suelos, con la finalidad de que se evite, o
minimicen, el impacto de las mismas sobre los predios destinados a campo de
polo.
b) Buscar una solución de compromiso entre tráfico y movimiento de
suelo para eliminar la sobrecompactación producida al realizar la
sistematización.

c) Aportar evidencia a la plataforma cognitiva actual, relativa al


comportamiento físico-mecánico de suelos sometidos al movimiento de tierra
con fines deportivos.

5.2. - Objetivos específicos operacionales

*Aportar conocimientos relativos a la incidencia de la compactación


producida por la maquinaria en el movimiento de suelos (sistematización) con
relación a la cantidad de suelo a agregar y así, poder seleccionar la alternativa
más aconsejable según suelo a desplazar.

‘Encontrar posibles relaciones entre la compactación producida en las


tareas de sistematización y los factores de la intensidad del tráfico, peso y
número de pasadas (Mg.km.ha-1), en suelos removidos con fines no
productivos.

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‘Estudiar el efecto del tipo y textura del suelo sobre el índice de
esponjamiento e interpretar valores que puedan ser utilizados como normales
en suelos sistematizados.

‘Caracterizar el comportamiento mecánico de un suelo argiudol típico


sistematizado con el fin de utilizarlo como campo de polo.

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6. - Hipótesis de trabajo a contrastar:

6.1. - Hipótesis de trabajo a contrastar:

1. Con independencia de la humedad edáfica, el impacto de la


sistematización es mayor sobre la densidad aparente y la resistencia a la
penetración que sobre la materia orgánica.

2. Sin perjuicio de su mayor capacidad portante, los suelos sistematizados,


reciben el impacto del tráfico y del pisoteo animal.

3. La distribución de la compactación subsuperficial producida por tráfico


en las tareas de sistematización, es debida al peso de la maquinaria
utilizada en dicha tarea.

4. El estado mecánico del suelo no es el único factor que incide sobre el


índice de esponjamiento del mismo.

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7. - Materiales y Métodos

7.1. - Del lugar de instalación de los ensayos:

Los ensayos se realizaron en 2 lotes de 5 hectáreas cada uno ubicados


en el partido de Luján. Uno cercano a la intersección de las rutas 6 y acceso
Oeste (34°31’38” latitud sur, 59° 02’ 08” longitud oeste) y otro en cercanías de
Opendoor (34° 27’ 29” latitud sur, 59° 05’ 33” longitud oeste). Figura 1.

□ Dolores

□ ShnPMro
R. O del URUGUAY
©Baradero
. o Nueva Palmira Florencio

B “Sánchez

C«r<Mlo

□ Zérate

o Campana
San Antonio
Capila
0 del Señor o Rosario
Carmen
©de Areco JuanL.
San Femando© _ , .. Cotonía d*i
t ®®San Isidro
LUján ^Vicente López
“Sacramento □ Santa Lucía
Q Canelones
Caseros, -Buenos Aires
□ Mercedes Merlo© e>Mor^.
Lomas be
□ Supacha Marcos Palo Zam°" ® ®Berazategui
Florencio®
Varete aEnscrwdn
Plata ^Montevideo

eCaóuel» nSenVIeerte
o Magdalena

□ Brandsen

o Roque Pérez

oRanchos
oChascomús

Figura 1: Ubicación de los sitios


de ensayo

Ensayo en establecimiento en cercanías Ruta 6 y


acceso Oeste (Sitio 1)

El suelo del sitio de ensayo en su estado original corresponde a


un Argiudol típico, fase inclinada fina, illítico, térmica (Soil Taxonomy 1994),
perteneciente a la serie Solís, cuyas características generales son:

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La región está cubierta uniformemente por un manto loéssico
de más de dos metros de espesor. Este material, denominado loess
"Bonaerense por Frenguelli y loess ’Post-Lujanense" por Tricad, es rico en
vidrio volcánico, anfiboles, piroxenos y minerales de arcilla del grupo de las
¡Hitas (el porcentaje de arcilla es de aproximadamente 17 %).
El paisaje está compuesto por lomas alargadas y planicies
suavemente onduladas, recortadas por vías de drenaje. En las posiciones más
elevadas y mejor drenadas se desarrollan Argiudoles típicos; en las pendientes
se encuentra Argiudoles típicos, inclinados; en las posiciones más planas y
algo deprimidas evolucionan a Argiudoles ácuicos; en las partes bajas
adyacentes a los cursos de agua, se encuentran Natracuoles típicos y
Natracualfes típicos.

Descripción de las Unidades taxonómicas


Se halla en lomas alargadas y pendientes cortas del paisaje ondulado.
Profundidad: muy profundo (225 cm).
Desarrollo: fuerte (A1 - B1 - B211 - B22t - B23t -Cea).
Drenaje: bien drenado.
Alcalinidad: sin alcalinidad.
Salinidad: no salino.

Características del horizonte superficial A1 (Ap-A12)


Espesor: 22 cm.
Materia orgánica: bien provisto: 4.51%
Textura: franco - limosa a franco - arcillo - limosa.

Características de los horizontes subsuperficiales

El horizonte B1, de 14 cm de espesor, tiene textura franco - limosa y


estructura en prismas moderados. Pasa al horizonte B2t potente, de 79 cm,
dividido en tres subhorizontes: B211, B22t y B23t; la textura es de franco-arcillo-
limosa a arcillo - limosa, la estructura es en prismas moderados, y presenta
abundantes barnices.

19
El B3, de 39 cm de espesor, tiene textura franco - limosa, está
estructurado en bloques y presenta abundantes barnices.

El Cea se encuentra a los 154 cm de profundidad, con un espesor de


más de 70 cm; su textura es franco - limosa y tiene abundante carbonato de
calcio pulverulento y en concreciones; los moteados de hierro - manganeso
son escasos. El perfil típico y datos analíticos que presenta se pueden ver en la
tabla 2:

Tabla 2: Datos analíticos del perfil

HORIZONTES Ap A12 B1 B21t B22t B23t B3 Cea

Profundidad (cm) 0-15 16-22 23-35 35-60 65-80 90-110 120-150 160-220

Carbono Orgánico (%) 1.74 1.35 0.93 0.63 0.50 0.31 0.22 0.14

Nitrógeno Total (%) 0.24 0.14 0.10 0.085 0.075 0.058 0.042 -

Arcilla (<2 p) 21.2 25.5 24.9 33.2 47.5 33.0 23.0 15.8

Limo (2-20 |i) 32.3 34.7 29.8 29.3 20.8 31.2 32.9 28.7

Limo (2-50p) 75.6 70.8 67.2 61.3 50.0 63.0 72.7 79.9

Arena fina (100 - 0.3 0.2 0.3 0.4 0.4 0.4 0.5 0.4
250|im)

PH 5.4 5.3 5.5 5.5 5.8 6.0 6.0 7.5

pH en H20 (1: 2.5) 5.8 5.8 6.0 6.2 6.5 6.4 6.4 7.9

Cationes de cambio (m.e .100g1 )

Ca++ 11.4 12.7 12.0 13.8 18.3 17.2 16.5 -

Mg++ 2.9 2.5 3.1 4.5 6.5 6.4 3.8 -

Na+ 0.2 0.1 0.2 0.1 0.2 0.2 0.3 0.5

K+ 1.4 1.0 0.9 1.3 2.3 2.4 2.3 2.4

El ensayo (sitio 1) se ubicó a la vera de la ruta 6, aproximadamente a 2


km del cruce ruta 6 y acceso Oeste en dirección a Torres (Figura 2).

20
Figura 2: Imagen aérea del Sitio 1

7.1.2. - Ensayo en establecimiento en cercanías de Opendoor (Sitio 2)

El suelo del segundo sitio de ensayo también en el partido de


Luján, se corresponde en su estado original a un suelo Argiudol Típico (Soil
Taxonomy 1994). El sitio preciso se puede ver en la Figura 3. Es un suelo
oscuro, profundo, con fuerte desarrollo, su aptitud es agrícola, se encuentra en
una amplia llanura relativamente alta, ocupando una loma plana dentro de la
subregión Pampa Arenosa, transición a la subregión Pampa Ondulada alta,
moderadamente bien drenado, desarrollado sobre sedimentos loéssicos franco
limosos, no salino, no alcalino en pendientes de 0-0.5 %.

El suelo es moderadamente bien drenado, escurrimiento lento,


permeabilidad moderada a moderadamente lenta, la mayoría son de uso
agrícola y con capacidad de uso llw, algunos de los suelos de la zona poseen
limitaciones por encharcamientos temporarios. Localización 34° 27’ 29” latitud
sur, 59° 05’ 33” longitud oeste, con pendiente clase 1, gradiente de 0,5 a 1% (las
pendientes originales fueron modificadas); escurrimiento grado 3, medio;
permeabilidad grado 3, suelo bien drenado; rocosidad y pedregosidad grado 0.

21
Figura 3: Imagen aérea del Sitio 2

El paisaje está compuesto por lomas alargadas y planicies


suavemente onduladas, recortadas por vías de drenaje. En las posiciones más
elevadas y mejor drenadas se desarrollan Argiudoles típicos; en las pendientes
se encuentran Argiudoles típicos, inclinados; en las posiciones más planas y
algo deprimidas evolucionan Argiudoles ácuicos; en las partes bajas
adyacentes a los cursos de agua, se encuentran Natracuoles típicos y
Natracualfes típicos.

Descripción de las Unidades taxonómicas


Se halla en lomas alargadas y pendientes cortas del paisaje ondulado.
Profundidad: muy profundo (160 cm).
Desarrollo: fuerte (Ap - A - BA - Bt1 - Bt2 -BC).
Drenaje: moderadamente lento; drenaje clase 4
Alcalinidad: sin alcalinidad.
Salinidad: no salino.

22
Características del horizonte superficial A1 (Ap-A12)
Espesor: 18 cm.
Materia orgánica: bien provisto: 5.49%
Textura: franco - limosa a franco - arcillo - limosa.

El perfil típico y los datos analíticos del suelo del ensayo se pueden ver en la
tabla 3:

Tabla 3: Datos analíticos del perfil

Ap A E Bt1 Bt2 BC C Ap
HORIZONTES

Profundidad (cm) 0-18 18-34 34-59 59-86 86-107 107-140 140 a + 0-18

2.76 2.26 0.59 0.41 0.26 0.12 0.06 2.76


Carbono Orgánico (%)
0.280 0.204 0.064 0.051 0.044 SD SD 0.280
Nitrógeno Total (%)
22.6 22.8 15.0 33.3 19.3 14.0 7.7 22.6
Arcilla (<2 p)
20.5 21.4 17.1 11.5 16.1 15.1 13.9 20.5
Limo (2-20 pi)
51.8 49.2 50.4 39.6 47.9 43.1 46.8 51.8
Limo (2-50pi)

Arena fina (100 - 4.1 3.9 3.6 1.8 3.7 7.5 7.2 4.1
250pim)
5.9 6.7 6.8 6.9 7.1 7.2 7.7 5.9
pH
6.1 6.8 7.1 7.2 7.4 7.6 7.9 6.1
pH en H20 (1: 2.5)

Cationes de cambio (m.e. 100g1:)


22.4 19.2 10.3 10.2 7.6 5.4 4.6 22.4
Ca++
2.6 2.9 7.2 6.1 3.3 2.1 SD 2.6
Mg++
0.2 0.2 0.1 0.1 0.1 SD SD 0.2
Na+
2.3 1.8 1.5 3.8 5.9 6.6 6.9 2.3
K+

23
7.2. - Maquinarias
7.2.1. - Tractores utilizados en el sitio 1

Los tractores del ensayo (Figuras 4, 5 y 6) son los comúnmente utilizados


en estas labores y la potencia de los mismos, responden a los valores modales
obtenidos en estudios previos realizados en la región bajo estudio.
Corresponden a un tractor Deutz A70 y un tractor Deutz A85 con “motor chico”.
Las características de los dos tractores se pueden ver en la tabla 5.

Figura 4: Tractor Deutz A70

Figura 5: Tractor Deutz A85 (Con motor chico)

24
Tabla 5: Características de los tractores utilizados en los ensayos realizados en
el sitio 1.
Características de los tractores Deutz A70 Deutz A 85
“Motor chico”
Tracción 2WD 2WD
Potencia en el motor (kW) 47.4 58
Peso total con lastre (kN) 43 44.1
Peso eje delantero (kN) 12.9 13.1
Peso eje trasero (kN) 30.1 31
Rodado delantero 750.20 750.34
Rodado trasero 15.00-34 15.00-34
Estado de los rodados delanteros y traseros Regular Regular
Altura de los tacos ruedas motrices (mm) 29 27
Presión de inflado delantero (kPa) 160 160
Presión de inflado trasero (kPa) 100 90

7.2.1.1. - Implementos de labranza y movimiento del suelo utilizados en el


sitio 1
La maquinaria utilizada para el laboreo y movimiento de suelos fue:

Pala de arrastre de 3 m3 de capacidad (figura 6), pala de arrastre de 3 m3 de

capacidad John Deere (figura 7), rastra de discos y dientes (figuras 8, 9 y 10),

Hoja niveladora de arrastre Grosspal de 3 metros de ancho de implemento

(figura 11) y rabasto nivelador de fabricación en serie, origen Salta, de 6 metros

de ancho (figura 12).

Figura 6: Pala de arrastre

25
Figura 7: Pala de arrastre John Deere

Figura 8: Rastra de discos y de dientes

Figura 9: rastra de discos y dientes

26
Figura 10: Detalle de los discos de la rastra de discos

Figura 11: Hoja niveladora de arrastre Grosspal

Figura 12: rabasto nivelador

27
7.2.1.2. • Tractores y herramientas utilizadas para el mantenimiento en el
sitio 1

Para el mantenimiento del sitio 1 se utiliza un tractor John Deere 5403


(figura 13), cuyas características técnicas se presentan en la tabla 6.

Figura 13: tractor John Deere 5403

Tabla 6: Características del tractor John Deere utilizado en el sitio 1.


Características de los tractores John
Deere
5403
Tracción 2WD
Potencia en el motor (kW) 48
Peso total con lastre (kN) 45
Peso eje delantero (kN) 14.9
Peso eje trasero (kN) 30.1
Rodado delantero 750-16F2
Rodado trasero 16.9-30R4
Estado de los rodados delanteros y traseros Bueno
Altura de los tacos ruedas motrices (mm) 40
Presión de inflado delantero (kPa) 160
Presión de inflado trasero (kPa) 80

28
Figura 14: Tándem de cuerpos helicoidales para corte

7.2.2. - Tractores utilizados en el sitio 2

Los tractores que trabajaron en el ensayo (Figuras 15 y 16) son los


comúnmente utilizados en estas labores y la potencia de los mismos, responde
a los valores modales obtenidos en estudios previos realizados en la región.
Corresponden a un tractor Deutz AX120 y un tractor Deutz A85 con “motor
2114” Las características de los dos tractores se pueden ver en la tabla 7.

Figura 15: Tractor Deutz AX 120

29
Figura 16: Tractor Deutz A85, con motor 2114

Tabla 7: Características de los tractores utilizados en los ensayos realizados en


el sitio 2.
Características de los tractores Deutz AX Deutz A85
120 motor 2114
Tracción 2WD 2WD
Potencia en el motor (kW) 88 46.8
Peso total con lastre (kN) 57.8 31.4
Peso eje delantero (kN) 17.4 9.4
Peso eje trasero (kN) 40.4 21.9
Rodado delantero 650- 16 650- 16
Rodado trasero 23.1-30 18.4-38
Estado de los rodados delanteros y traseros Bueno Bueno
Altura de los tacos ruedas motrices (mm) 40 40
Presión de inflado delantero (kPa) 200 180
Presión de inflado trasero (kPa) 110 120

7.2.2.1. - Implementos de labranza y movimiento del suelo utilizados en el


sitio 2

La maquinaria utilizada para el laboreo y movimiento de suelos fue:


Pala de arrastre Grosspal de 4m3 de capacidad (figura 17)
Pala de arrastre de 3 m3 de capacidad John Deere (figura 7)
Rastra de discos y dientes (figuras 8, 9 y 10).
Hoja niveladora de arrastre Grosspal de 3 metros de ancho de implemento
(figura 11). Rabasto nivelador, de fabricación en serie, origen Salta, de 6
metros de ancho (figura 12).

30
El cambio en las herramientas utilizadas en el sitio 2 respecto del 1 está
dado por la incorporación de la pala de arrastre Grosspal de mayor capacidad
(4 m3) (figura 17).

Figura 17: Pala de arrastre para movimiento de suelo Grosspal

7.2.2.2. - Tractores y herramientas utilizadas para el mantenimiento


en el sitio 2
Se utiliza en esta actividad un tractor Massey Ferguson que se muestra
en la figura 18 y cuyas características técnicas se presentan en la tabla 8.

Figura 18: tractor Massey Ferguson utilizado en el sitio 2

31
Tabla 8: Características del tractor utilizado en el sitio 2.

Características de los tractores Massey


Ferguson

Tracción 2WD
Potencia en el motor (kW) 32.6
Peso total con lastre (kN) 20.6
Peso eje delantero (kN) 6.2
Peso eje trasero (kN) 14.4
Rodado delantero 650- 16
Rodado trasero 16.9-34
Estado de los rodados delanteros y traseros bueno
Altura de los tacos ruedas motrices (mm) 37
Presión de inflado delantero (kPa) 200
Presión de inflado trasero (kPa) 110

Figura 19: Tándem de máquinas helicoidales de corte

Figura 20: Tractor y tándem de corte

32
7.3. - Diseño experimental
El estudio se realizó en dos lotes de aproximadamente 10 hectáreas de
superficie, 600 por 300 y de 650 por 350 metros cada uno según los casos,
ubicados en los sitios 1 y 2 respectivamente (Figuras 21 y 22).

Figura 21: Lote de ensayo en el sitio 1

Figura 22: Lote de ensayo en el sitio 2

En cada sitio se efectuó un relevamiento planialtimétrico -nivelación


areal- con la ubicación planimétrica de cada punto según una cuadrícula de 25
x 25 metros. Cada punto se materializó con una estaca de madera de 80 cm de
largo por una pulgada de espesor. El relevamiento se efectuó con nivel de
anteojo Modelo Wild NAK2 precisando la ubicación de cada punto al centímetro

33
sobre una mira de nivelación telescópica de aluminio, con graduación al
centímetro colocada al lado de cada estaca. Se relevaron además puntos que
representaran posibilidades de desagüe, de manera que permitiesen la salida
del agua, una vez efectuado el movimiento de tierra. Con los datos del
relevamiento se efectuó el modelo (proyecto) de movimiento de tierra
consistente en modificar la forma del terreno creando condiciones aptas para
su utilización como campo de polo (pendientes adecuadas para la no
acumulación de agua). En una planilla de cálculo se volcaron los datos
planialtimétricos y a partir de los mismos se realizaron una serie de
anteproyectos de los cuales surgió el modelo definitivo. Este se replanteó en el
terreno marcando sus alturas sobre las estacas dispuestas en el terreno,
definiendo las alturas de corte y relleno. Para la señalización se utilizaron
precintos de diferente color, según se tratara de los niveles correspondientes a
la modificación de la superficie o a los desagües. La distinción entre corte y
relleno se realizó pintando las cabezas de las estacas con un color distinto
según fuese el caso (corte o relleno). Los datos planimétricos -coordenadas
rectangulares- y altimétricos -cotas- presentes en la planilla de cálculo, fueron
utilizados para obtener los planos con curvas de nivel y vistas tridimensionales
de cada unidad de estudio, tanto en su conformación original, como en la
posterior, de acuerdo al proyecto. En base al proyecto replanteado se ejecutó
el movimiento de tierra con los distintos equipos de maquinaria descriptos.
Efectuado el movimiento de tierra se realizó la medición de control,
nuevamente con el mismo equipo mencionado (nivel y mira) corrigiendo las
alturas alejadas del proyecto en más de 4 centímetros aproximadamente.
Terminado el movimiento del suelo y ajustada la forma al modelo, se efectuó la
medición de compactación.
La maquinaria utilizada y secuencia de tareas de movimiento de suelo
determinó los tratamientos.
Las variables relacionadas con compactación fueron la resistencia a la
penetración (R.P.) con penetrómetro registrador, la densidad aparente (DAP)
con sonda nucleogammamétrica, infiltración básica (IB) y porosidad total del
suelo (PTS) tomados sobre el terreno.
Los puntos de toma de dichas variables, se ubicaron planimétricamente

34
mediante la determinación de sus coordenadas "X" e "Y". Se utilizó para ello
una Estación Total Pentax PCS-215 de 1500 metros de alcance en distancia,
con +/- 5 mm + 3 ppm de precisión en la distancia y 5” en la precisión angular
(Figuras 23.24 y 25).

Figura 23: Estación Total Pentax PCS-215

Figura 24: Detalle de la medición con la estación total

35
Figura 25: Determinación de coordenadas "X" e "Y" para la variable resistencia
a la penetración medida con penetrómetro registrador.

Se ubicó el equipo en un punto que se determinó como estación y desde


allí se relevaron los puntos de muestreo, ubicándose sobre los mismos con un
prisma de reflexión total y bastón, provisto de un nivel esférico para asegurar la
verticalidad del conjunto. La distancia máxima alcanzada no superó, en este
ensayo los 150 metros, por lo que se aseguró la ubicación planimétrica de los
puntos de muestreo dentro del centímetro (Figuras 26 y 27). Los datos
obtenidos se archivaron en una colectora Hewlett Packard 48GX, equipada con
el software desarrollado por la firma Runco S.A., y luego se volcaron en un
programa del tipo CAD que permitió determinar la distancia entre los puntos
mencionados, en los distintos tratamientos, y descartar los que se encuentran
muy próximos y cuyo valor de (R.P., DAP, IBC y PTS.) pudiera corresponder a
una muestra disturbada por una toma anterior en el mismo sitio o muy próximo
a él.

36
Figura 26: Ubicación del equipo para relevar los puntos de muestreo

Figura 27: Prisma de reflexión total y bastón con detalle del prisma.

37
7.4. - Los tratamientos

Los tratamientos fueron determinados por la secuencia de tareas


empleadas para realizar el movimiento del suelo, así como la maquinaria
empleada. Se presentan algunas diferencias respecto de los tratamientos
originales propuestos debidas a limitaciones propias de las maquinarias
utilizadas por los ejecutores del movimiento de tierra.
Tratamiento 1 (T1) testigo, suelo sin realización de labores (igual para
los dos sitios).
Tratamiento 2 (T2) en el sitio 1, el trabajo se inició con palas de
arrastre individuales en cada tractor (no en tándem). El Deutz A70 con la pala
“tipo ladrillera” y el Deutz A85 con la pala John Deere, con pasadas hasta
totalizar los m3 de movimiento de tierra según proyecto sin laboreo previo con
rastras de discos.
Tratamiento 2 (T2), la secuencia de tareas en el sitio 2 comenzó con la
remoción del terreno con 4 pasadas de rastra de discos a efectos de
desagregar el suelo. Siguieron las pasadas con palas de arrastre, de la
siguiente forma: Tractor AX 120 con pala Grosspal; Tractor Deutz 85 con pala
John Deere, efectuando las pasadas hasta totalizar los m3 de movimiento de
tierra según proyecto.
En ambos sitios, para finalizar este tratamiento, se realizaron 4
pasadas con rastra de discos y dientes, pasadas con hoja de arrastre
niveladora Grosspal y por último 3-4 pasadas de rabasto nivelador.
Tratamiento 3 (T3), el trabajo se inició con palas de arrastre individuales
en cada tractor (no en tándem). Utilizando la pala “tipo ladrillera” y la pala John
Deere, con pasadas hasta totalizar los m3 de movimiento de tierra según
proyecto. No se efectuó laboreo previo con rastra de discos. Posteriormente
siguió la aplicación de 4 pasadas de rastra de discos y dientes. Luego el pasaje
de hoja niveladora de arrastre. Tres pasadas de rabasto nivelador
(longitudinal, transversal, y al sesgo u oblicua). Este tratamiento se realizó para
ambos sitios, diferenciándose solamente en los tractores utilizados, en los
campos actualmente en uso, con los de dos años de realizados.

38
Luego de tres meses de finalizado el trabajo de movimiento de tierra, el
sitio 1, necesitó, para corregir imperfecciones, rellenar con arena y tierra
usando la pala de arrastre y hoja niveladora de arrastre. En los tratamientos 2
y 3 se efectuó el control de niveles del terreno, verificando la correspondencia
de los mismos con el proyecto, como se mencionara. Se debe indicar que el
equipo descripto: tractores, rastras, palas de arrastre, hoja niveladora y rabasto
son los empleados comúnmente en este tipo de trabajo.

7.5. - De las variables físicas experimentales del suelo vinculadas a


la compactación y sus métodos de medición:

7.5.1. - Caracterización del suelo

El suelo fue caracterizado en forma previa a los ensayos de movimiento


de terreno. Se realizaron, en cada sitio, los ensayos para obtener las curvas de
compactibilidad características Proctor (1933) (ASTM-D-698-58 T) tomados en
el intervalo de 0 a 300 mm de profundidad con el equipo que se muestra en la
figura (Figura 28).

Figura 28: Equipo para medir la humedad de máxima compactación.

39
Densidad aparente en seco (DAP), para tres intervalos de profundidad: 0
a 150 mm, 150 a 300 mm; 300 a 450 mm. Se midió con sonda núcleo-
gammamétrica Troxler 3440. Se realizaron 6 repeticiones por subtratamiento
de tránsito.
Resistencia a la Penetración (RP) hasta los 450 mm de profundidad con
penetrómetro de cono (ASAE S313) con principio de medición de esfuerzos por
puente extensométrico electrónico y profundidad por ultrasonido (SCOUT 900).

La conductividad hidráulica (K) se midió con permeámetro de laboratorio.


La porosidad se realizó por horizontes tomando como base la densidad de
partícula del suelo en cuestión (2,65 Mg/m3) con muestras no alteradas.

7.5.2. Densidad Aparente

Figura 29: Equipo completo de Sonda gammamétrica Troxler 3440 para


medición de la densidad aparente del suelo agrícola.

La DAP y la humedad (H) del suelo al momento del tráfico


fueron medidas con sonda núcleo-gammamétrica por el método de atenuación
de rayos gamma, mientras que la humedad se evalúa por retrodispersión de

40
neutrones y se integran los datos a través del software específico de una sonda
Troxler 3440. La medida se da para tres intervalos de profundidad: 0 a 150 mm,
150 a 300 mm y de 300 a 450 mm. Para la medición en el intervalo de 300 a 450
mm, la sonda se calibra para la medición en trinchera "trench” y se coloca en un
pozo de 300 mm de profundidad (Figura 29).
La elección de estos intervalos respondió a las siguientes razones: el
intervalo de 0 a 150 mm de profundidad fue para obtener datos de densidad
aparente en superficie, el de 150 a 300 mm fue para tener un dato intermedio del
perfil de suelo a estudiar, y la elección del intervalo 300 - 450 fue por razones
operativas de la sonda, del suelo y del penetrómetro SCOUT 900, ya que este
instrumental mide como máximo hasta los 450 mm de profundidad.

7.5.3. - Resistencia a la penetración


La R.P. fue evaluada con un penetrómetro de cono (ASAE S 313) hasta
los 450 mm, de profundidad con un intervalo de medición de 2.5 cm y el
principio de medición de esfuerzos por puente extensométrico electrónico y
profundidad por ultrasonido (SCOUT 900), la unidad del valor de resistencia a
la penetración es kPa. Se realizaron 20 mediciones por tratamiento, haciendo
un total de 1140 datos por tratamiento (Figura 30).

Figura 30: Medición de resistencia a la penetración y detalle del display del


penetrómetro.

41
7.5.4. Conductividad hidráulica

Un material puede ser considerado permeable si posee poros, grietas,


fisuras, a través de los cuales puede circular un fluido (gases, agua). La
conductividad hidráulica (K) es una medida de la facilidad con la que el agua
puede atravesar esos poros (permeabilidad K’). En general el agua se mueve
a través de un material poroso siguiendo la ley de Darcy. La conductividad
hidráulica del suelo varía notablemente en función de su contenido en
humedad, cuando el suelo no está saturado de agua la presencia de burbujas
de aire hace que la distribución de los canales de flujo se vea modificada
variando la conductividad hidráulica.
Si el perfil del suelo no está saturado, la tasa de infiltración es mayor a
causa del flujo a través de las grietas y fracturas mayores, que con la humedad
terminan cerrándose debido al hinchamiento de las arcillas. Si el suelo está
suficientemente seco, y dependiendo de su textura, la absorción capilar puede
hacer que, en las primeras etapas del flujo, la velocidad de infiltración también
sea mucho mayor que una vez establecido el estado estacionario. Entonces, el
valor de K decrece de manera exponencial a medida que disminuye el valor de
la humedad del suelo, K suele expresarse como el producto de la
permeabilidad del suelo K’, por la fluidez del agua a (Narro Farias 1994).

K = K' x 5
donde
K’ = permeabilidad del suelo
o = fluidez del agua en el suelo

La disminución citada, es tanto más brusca cuanto más gruesa es la


textura del medio sólido, en suelos como los del ensayo, el decrecimiento de K
es más brusco que en suelos con alto contenido de arcilla. Así pues, un suelo
arcilloso tiene menor densidad aparente y de ahí que tenga un mayor contenido
de agua a saturación. Además, los suelos arcillosos poseen muy pocos poros
grandes y una amplia distribución de tamaño de partículas; por eso se da una
disminución gradual del contenido de agua con el descenso del potencial. Por

42
el contrario, en suelos arenosos la mayor parte del agua se encuentra asociada
a los poros de mayores dimensiones, que drenan a succiones modestas; por
ello, en la región capilar se da un decrecimiento rápido del contenido de agua
en el suelo. En el presente ensayo, la conductividad hidráulica (K) se midió con
permeámetro de laboratorio facilitado por la FALLELA.

7.5.5. Porosidad

La porosidad se midió por horizontes con muestras tomadas


inmediatamente después de las labores. La porosidad fue calculada como base
de la densidad de partícula del suelo en cuestión (2,65 Mg/m3) con muestras no
alteradas.

7.5.6. Materia Orgánica

La materia orgánica se determinó en laboratorio sobre muestras


extraídas con barreno tanto en el testigo como en los campos sistematizados a
nivel del horizonte superficial. En estos se muestreó en los bordes y centro de
cada campo. (Figura 31).

Figura 31: Toma de muestra para análisis de materia orgánica

43
7.6. - De la oportunidad en que se tomaron los datos:

Atendiendo a la totalidad de los antecedentes específicos citados, los


tratamientos de movimiento de suelo fueron realizados en los lotes de ensayo
luego de realizar los relevamientos indicados en el apartado 6.5.

Luego de realizadas las labores de movimiento de suelo, se evaluaron las


variables respuesta vinculadas a la persistencia de la labor en función de la
intensidad de tránsito aplicada. Las intensidades de tráfico fueron calculadas a
partir del peso del equipo, su ancho de labor y el número de pasadas sobre el
terreno según propuesta de Botta et al. (1998), Botta et al. (2002), Botta et al.
(2004), Balbuena et al. (1995), Botta et al. (2006 a) y Botta et al. (2006 b).

44
8.- Resultados y Discusión

8.1. - Consideraciones para los dos sitios de ensayos (caracterización)

A efectos de independizar el parámetro resistencia a la penetración de


la humedad del suelo que pudiera enmascarar densificaciones, se tomó en
forma previa a la realización de las labores de cada tratamiento y de la toma de
este parámetro, la humedad en el perfil del suelo en los dos sitios de ensayo
(Tablas 8 y 9). Esta misma modalidad fue hecha también en las parcelas que
fueron asumidas como testigo.

Tabla 8: Campo de polo del Sitio ensayo 1: valores de humedad


gravimétrica en el perfil del suelo para el testigo previo al ensayo.

Humedad (%, p/p)

Intervalo de profundidad (mm) a) Testigo Sitio 1

0-150 22 a

150-300 22 a

300 - 450 21.5a

450 - 600 20 a
Letras distintas en sentido horizontal denotan diferencias significativas (P < 0,05 Tuckey).

Tabla 9: Campo de polo del Sitio de ensayo 2, valores de humedad


gravimétrica en el perfil del suelo para el testigo previo al ensayo.

Humedad (%, p/p)

Intervalo de profundidad (mm) a) Testigo

0-150 20 a

150-300 21 a

300 - 450 20.5 a

450 - 600 22 a
Letras distintas en sentido horizontal denotan diferencias significativas (P < 0,05 Tuckey).

Luego de la toma de los datos de humedad de suelo, no se encontró


influencia de ésta en los valores medidos de dicho parámetro (resistencia a la

45
penetración), en consecuencia se optó por trabajar con los datos tomados
inmediatamente después de las labores.
Tomando como base la propuesta de selección de neumáticos
del Manual editado por el NIAE (National Institute Agricultural Engineering)
(Dwyer y Febo 1987) resulta que, para todos los tractores utilizados en los
ensayos, los tamaños de sus neumáticos coinciden con la propuesta citada, y con
las aconsejadas por el fabricante del tractor (tablas 5, 6, 7 y 8).
Cabe aclarar que las presiones de inflado de todos los neumáticos
utilizados en los tractores probados estaban comprendidas dentro de los
intervalos de presiones recomendados por Dwyer y Febo (1987).
En cuanto a la condición original del suelo sin laboreo, que fuera
considerada como testigo, esta fue mecánicamente diferente. Comparando
ambos sitios de ensayo, tanto la resistencia a la penetración como los valores de
densidad aparente fueron mayores para el suelo del sitio 1 hasta los 350 mm de
profundidad (tablas 10 a 15). Esta situación fue predecible al momento de decidir
las condiciones mecánicas que se usarían como sustrato para el tráfico de labor.
Una menor capacidad portante (menores valores de RP y DAP) del suelo
sin presencia arbórea es justificable a través de la masa de los árboles presentes
en uno de los sitios testigo. La mayor densificación presentada por debajo de los
350 mm, es muy probable que se deba a las numerosas pasadas y al peso de los
equipos agrícolas que transitaran con anterioridad a este ensayo para realizar
labores comunes en la zona, esta situación es común en amplias zonas de la
región pampeana sometidas, coincidiendo con Botta et. al. (2002) a elevadas
intensidades de tráfico.

Tabla 10: Valores medios de resistencia a la penetración (kPa) medidos en


las parcelas testigo sin laboreo de los sitios de ensayo 1 y 2 en el perfil de
0 a 150 mm

Prof.(mm) 0 25 50 75 100 125 150

Testigo Sitio 1 466.6 a 872 a 1358 a 1868 a 1931 a 1970 a 1870.3 a

Testigo Sitio 2 363 b 733 b 1210 b 1328 b 1403 b 1291 b 1182 b

Letras distintas en sentido vertical denotan diferencias significativas (P < 0,05 Tuckey).

46
Tabla 11: Valores medios de resistencia a la penetración (kPa) medidos en
las parcelas testigo sin laboreo de los sitios de ensayo 1 y 2 en el perfil de
175 a 325 mm

Prof. (mm) 175 200 225 250 275 300 325

Testigo Sitio 1 1996 a 1743 a 1637 a 1501 a 1496 a 1501 a 1370 a

Testigo Sitio 2 1122 b 1117 b 1282 b 1305 b 1275 b 1243 b 1261 b


Letras distintas en sentido vertical denotan diferencias significativas (P < 0,05 Tuckey).

Tabla 12: Valores medios de resistencia a la penetración (kPa) medidos en


las parcelas testigo sin laboreo de los sitios de ensayo 1 y 2 en el perfil de
350 a 450 mm

Prof. (mm) 350 375 400 425 450

Testigo Sitio 1 1203 b 1110 b 1063 b 910b 921 b


Testigo Sitio 2 1324 a 1398 a 1486 a 1561 a 1552 a
Letras distintas en sentido vertical denotan diferencias significativas (P < 0,05 Tuckey).

Tabla 13: Valores medios de densidad aparente (Mg/m3) medidos para los
dos sitios de ensayo en el intervalo de 0 - 150 mm.

Prof.(mm) 0-150
Testigo Sitio 1 1.45 a
Testigo Sitio 2 1.16 b
Letras distintas en sentido vertical denotan diferencias significativas (P < 0,05 Tuckey).

Tabla 14: Valores medios de densidad aparente (Mg/m3) medidos para los
dos sitios de ensayo en el intervalo de 150 - 300 mm.

Prof.(mm) 150-300
Testigo Sitio 1 1.35 a
Testigo Sitio 2 1.3 a
Letras distintas en sentido vertical denotan diferencias significativas (P < 0,05 Tuckey).

Tabla 15: Valores medios de densidad aparente (Mg/m3) medidos para los
dos sitios de ensayo en el intervalo de 300 - 450 mm.

Prof.(mm) 300 - 450


Testigo Sitio 1 1.43 a
Testigo Sitio 2 1.41 a
Letras distintas en sentido vertical denotan diferencias significativas (P < 0,05 Tuckey).

47
En cuanto al parámetro infiltración básica se puede ver, en la tabla 16,
que la misma fue mayor y estadísticamente significativa (P< 0.05), para el
suelo del sitio 2. Esto, probablemente debido a que en el testigo de este sitio
los árboles eran de mucho menor tamaño que los del sitio 1 lo que produce una
menor densificación del suelo y se traduce en una mayor infiltración básica.
Esto parece concordante con las diferencias encontradas en resistencia
a la penetración y densidad aparente.

Tabla 16: Valores de infiltración básica en el rango de 0 - 200 mm de


profundidad para los dos sitios de ensayo.

Profundidad (mm) Sitio 1 Sitio 2

Ib (cm/h) 3.1 a 3.8 b

Humedad (%) 22 a 20 b
Dap. (g/cm3) 1.44 a 1.14b
Diferente letra, en sentido horizontal denotan diferencias significativas (P < 0.05 Tuckey).

Las curvas de compactibilidad características “Proctor”, (figuras 31 y 32)


realizadas a intervalos de 300 mm de profundidad, dentro del perfil de suelo
estudiado, muestran que en los dos sitios de ensayo, se producirá la máxima
compactación prácticamente a la misma humedad edáfica.

Figura 31: Curvas de compactación de suelo entre 0 - 300 mm (Test de


Proctor) en el sitio 1.

48
Figura 32: Curvas de compactación de suelo entre 0 - 300 mm (Test de
Proctor) en el sitio 2.

Los valores de concentración de nitritos en solución del suelo, obtenidos


por el método micro Kjeldhal, estaban en los valores correctos para los dos sitios
de ensayo.

Tabla 17: valores de concentración de nitritos (p.p.m.), sistema hortícola


para las dos condiciones de suelo en tres intervalos de profundidad.
Prof.(mm) Sitio 1 Sitio 2
0-150 14 a 13 a
150-300 13 a 12.5 a
300 - 450 8.4 a 7.7 a
Diferente letra, en sentido horizontal denotan diferencias significativas (P < 0.05 Tuckey).

Para finalizar este apartado y de acuerdo a los objetivos e hipótesis de


trabajo, en este apartado, se iniciará la temática de tomar la discusión de los
resultados de los sitios de ensayo por separado.

49
8.2. - Estudio de la respuesta del suelo a los tratamientos de laboreo
realizados en el sitio de ensayo 1.

8.2.1. - Resistencia a la penetración

La tabla 18 muestra los valores de humedad del perfil del suelo


estudiado. Como se puede ver, no hubo diferencias significativas entre estratos
para las dos condiciones de suelo utilizadas para el ensayo. Esto es muy
importante ya que, los resultados obtenidos, luego del tráfico, en el parámetro
resistencia a la penetración (Tablas 19, 20 y 21), se deberían al impacto del
mismo y no al factor humedad del suelo.

Tabla 18: Campo de polo del Sitio ensayo 1: valores de humedad


gravimétrica en el perfil del suelo.
Humedad (%, p/p) Humedad (%, p/p) Humedad (%, p/p)

Intervalo de profundidad (mm) a) Testigo b) Recién terminado c) Campo en uso

0-150 22 a 20 a 21.3a

150-300 22 a 22 a 23 a

300-450 21.5a 22.3 a 23.5 a

450 - 600 20 a 21.2a 23.6 a


Letras distintas en sentido horizontal denotan diferencias significativas (P < 0,05 Tuckey).

Al mismo tiempo los resultados de las tablas 19, 20 y 21 coinciden, en


parte, con las conclusiones alcanzadas por Botta (2000), en cuanto a que, en
forma independiente del peso en el eje, el pasaje de los tractores induce
compactación subsuperficial del suelo. Pese a que el peso en los ejes de los
tractores utilizados no supera los 13.1 kN y los 31 kN en el delantero y trasero
respectivamente (Tabla 5), ninguno de los dos supera los 50 kN sugeridos por
Hákansson y Danfors (1981) para limitar la compactación al nivel superficial del
suelo, la compactación no pudo limitarse a dicho nivel, tal como fuera sugerido
por Van den Akker (1998); sin embargo, el mismo condiciona dicha posibilidad
a la utilización de rodados de gran superficie de apoyo. Las presiones medidas,
en el área de contacto rueda - suelo, fueron superiores a las estimadas en el
mismo trabajo y podrían también, en parte, ser responsables del problema de

50
compactación subsuperficial. Además de esto, los valores de resistencia a la
penetración del testigo (Tablas 19 y 20) superan hasta los 175 mm a los del
campo recién terminado. Esto es debido a las tareas de laboreo realizadas en
el mismo.

Tabla 19: Valores medios de resistencia a la penetración (kPa) medidos


para los tres tratamientos en el perfil de 0 a 150 mm.

Prof.(mm) 0 25 50 75 100 125 150

Testigo SIN USO 466.6 a 872 a 1358 a 1868 a 1931 a 1970 a 1870.3 a
Campo recién
149.1 b 331 b 1037 b 1600 b 1891 a 1906 a 1837 a
terminado
Campo en uso 1177 c 2220 c 2695 c 2547 c 2528 c 2518 c 2480 c
Letras distintas en sentido vertical denotan diferencias significativas (P < 0,05 Tuckey).

Tabla 20: Valores medios de resistencia a la penetración (kPa) medidos


para los tres tratamientos en el perfil de 175 a 325 mm.

Prof. (mm) 175 200 225 250 275 300 325

Testigo SIN USO 1996 a 1743 a 1637 a 1501 a 1496 a 1501 a 1370 a
Campo recién
1891 b 1896 b 1876 b 1847 b 2050 b 2037.9 b 2141 b
terminado
Campo en uso 2510 c 2438 c 2395 c 2274 c 2180 c 2003 b 2132 b
Letras distintas en sentido vertical denotan diferencias significativas (P < 0,05 Tuckey).

Tabla 21: Valores medios de resistencia a la penetración (kPa) medidos


para los tres tratamientos en el perfil de 350 a 450 mm.

Prof. (mm) 350 375 400 425 450

Testigo SIN USO 1203 a 1110 a 1063 a 910a 921 a


Campo recién
2007 b 2199 b 2295 b 2137 b 1813 b
terminado
Campo en uso 1582 c 1542.4 c 1435.5 c 1456.3 c 1344.5 c
Letras distintas en sentido vertical denotan diferencias significativas (P < 0,05 Tuckey).

La presión en el área de contacto, tanto para el rodado delantero como


para el trasero, fue superior también a las indicadas por Sánchez-Girón
Renedo (1996), quien recomendó no superar 45 kPa (Tabla 5), cuando el
número de pasadas que se realizan sobre el terreno se encuentra entre 5 y 10,
y mayor a los 50 kPa sugeridos por Alakukku (1996) para el tránsito de
tractores en inadecuadas condiciones del suelo.
Los efectos de la compactación, producidos por el tránsito del tractor,
llegaron a los horizontes subsuperficiales, aún con cargas en el eje inferiores a

51
las indicadas por Hákansson y Danfors (1981). La humedad presente en los
horizontes Bi y B2n al momento de la realización del tránsito, unido a la textura
de los mismos (Meek, 1996), arcillosa y arcillo-limosa respectivamente,
pudieron haber favorecido que la compactación se produjese ante las
sucesivas pasadas, en las labores realizadas, no solamente a nivel superficial,
como sugieren Botta et al. (2002), sino también en estratos más profundos del
perfil.
La reacción del suelo, ante el aumento de las labores y el uso en el
Campo en uso, determinó que los mayores incrementos en el parámetro
resistencia a la penetración se produjeran, respecto al Campo recién
terminado, en los intervalos de 0 a 275 mm de profundidad (figuras 33 y 34).
Este resultado, no coincide con lo encontrado por Botta (2000) quien señala la
situación inversa.

Profundidad (mm)

Figura 33: Incremento de la resistencia a la penetración del Campo en uso


con respecto al Campo recién terminado en el intervalo de 0 a 150 mm de
profundidad.

El tráfico de la maquinaria produjo resultados diversos. Solo hubo


diferencias significativas respecto al testigo, hasta diferentes niveles de
profundidad. En el campo recién finalizado éstas se presentaron hasta los 75
mm de profundidad (Tabla 19) luego de ésta y hasta los 150 mm de

52
profundidad no se registraron diferencias respecto al testigo. Es probable que
esto sucediera debido a la labor superficial de la maquinaria para la finalización
del movimiento de suelo al terminar el campo.

Profundidad (mm)

Figura 34: Incremento de la resistencia a la penetración del Campo en uso


con respecto al Campo recién terminado en el intervalo de 175 a 275 mm
de profundidad.

Los mayores efectos del paso de la maquinaria y de los animales se


produjeron en el intervalo de 0 a 50 mm de profundidad (Tabla 19 y figura 33)
con picos increméntales, en ese intervalo de 150% a 750% para el campo en
uso respecto al campo recién terminado. Los efectos del uso del campo
(animales y maquinaria) disminuyen a medida que aumenta la profundidad, los
incrementos medios fueron entre 8 y 20 % (Figura 34). Para terminar, en los
niveles de mayor profundidad, con una inversión de los valores absolutos de
resistencia a la penetración, siendo mayores para el campo recién terminado
en el intervalo de 300 a 450 mm de profundidad (tablas 20 y 21). Esto se podría
explicar de la siguiente manera: es probable que, luego de finalizadas las
labores, el número de pasadas de los equipos reemplace al factor peso, en la
responsabilidad de la compactación subsuperficial del suelo, tal como fuera
concluido por Botta et al. (2002) y Jorajuria (2001). Por otra parte, es probable,
que el suelo del campo recién terminado (traficado muy recientemente) no haya

53
podido recuperarse del impacto recibido por el elevado tráfico de la maquinaria
y, debido a la baja resiliencia de las capas subsuperficiales del mismo y al corto
tiempo transcurrido entre la finalización del campo y la medición de este
parámetro no pudo revertirse la situación de alta compactación. Esto coincide
con lo demostrado por Botta et al. (2007).
Otra posible explicación sería el hecho de que el trabajo realizado con
las maquinarias empleadas para el movimiento de tierra usualmente no supera
los 20 cm iniciales, a efectos de no generar modificaciones texturales en
superficie, que se producirían por la incorporación de horizontes
subsuperficiales al trabajar a mayor profundidad. De tal forma la capa
subsuperficial se transformaría en la base de apoyo de los equipos de trabajo y
por tanto ser susceptible del efecto de compactación con mayor resistencia a la
penetración coincidente con los resultados expuestos.

8.2.2. - Densidad aparente

La densidad aparente del suelo en el testigo sin tránsito siguió la misma


tendencia que el parámetro resistencia a la penetración, teniendo registros
elevados en la totalidad del perfil y superando, a nivel superficial, los valores
del campo recién terminado. A nivel superficial, 0 - 150 mm (Tabla 22), se
alcanzó el valor de 1.45 Mg/m3, indicado como restrictivo para alcanzar una
emergencia más rápida y completa en semillas de gramíneas (Hadas y Stibbe
1977).

Tabla 22: Valores medios de densidad aparente (Mg/m3) medidos para los
tres tratamientos en el intervalo de 0 - 150 mm.

Prof.(mm) 0-150
Testigo SIN USO 1.45 a
Campo recién terminado 1.4 a
Campo en uso 1.53 b
Letras distintas en sentido vertical denotan diferencias significativas (P < 0,05 Tuckey).

En el nivel de 150 a 300 y 300 a 450 mm de profundidad (Tablas 23 y


24), la densidad aparente, tanto en el campo recién terminado como en el

54
campo en uso superó al nivel crítico de 1.46 Mg/m3 mencionado por Vehimeyer
y Hendrickson (1948) para el desarrollo radical de gramíneas y por lo informado
por Daddow y Warrington (1984), para el umbral de crecimiento radical. La
homogeneidad en el estado mecánico del testigo, con un coeficiente de
variación del 1.2%, podría indicar que los efectos del paso de la maquinaria
durante la realización del campo de juego afectan en el largo plazo a la
totalidad de la superficie del suelo de los espacios deportivos estudiados, tal
como afirmaron Gaultney et al. (1982).

Tabla 23: Valores medios de densidad aparente (Mg/m3) medidos para los
tres tratamientos en el intervalo de 150 - 300 mm.

Prof.(mm) 150-300
Testigo SIN USO 1.35 a
Campo recién terminado 1.51 b
Campo en uso 1.72 c
Letras distintas en sentido vertical denotan diferencias significativas (P < 0,05 Tuckey).

Tabla 24: Valores medios de densidad aparente (Mg/m3) medidos para los
tres tratamientos en el intervalo de 300 - 450 mm.

Prof.(mm) 300 - 450


Testigo SIN USO 1.43 a
Campo recién terminado 1.72 b
Campo en uso 1.82 b

Siguiendo con el parámetro densidad aparente, en el campo recién


terminado y en el campo en uso no se diferenciaron significativamente entre sí,
pero se diferenciaron significativamente del testigo sin laboreo. Pareciera ser
que este parámetro se comportó metodológicamente con menor sensibilidad para
detectar las alteraciones producidas en el terreno por el tránsito de la maquinaria
para movimiento del suelo, que la resistencia a la penetración. Esta mayor
sensibilidad del valor de resistencia a la penetración para buscar una vinculación
al incremento de la compactación, podría deberse a que los intervalos
considerados en la medición son menores en el caso del penetrómetro usado (25
mm) que en el de la sonda gamma-métrica para medir la densidad aparente (50
mm).

55
8.2.3. Porosidad Total

En las tablas 25, 26 y 27 se pueden ver los valores de porosidad total del
suelo, los mismo arrojaron diferencias significativas (P< 0.05), para las dos
campos (en uso y recién terminado), en todo el perfil del suelo bajo estudio
respecto al testigo sin laboreo. Es importante notar que los valores de este
parámetro no fueron inferiores al 30%, valor citado, por gran número de
autores, como perjudicial para el crecimiento de las raíces de gramíneas y
leguminosas. Se debe destacar que, los valores de porosidad total, a nivel
superficial (Tabla 25), en el campo recién terminado, son mayores a los del
suelo testigo. Esto es correcto, ya que una mayor desagregación de suelo se
presenta en el campo recién terminado debido al reciente laboreo de la
maquinaria para movimiento del suelo. Si se observa la misma tabla se puede
corroborar que, en el campo en uso, la porosidad total es la menor de los
tratamientos, esto se debe al pisoteo de los animales y a las labores de
mantenimiento que requiere un campo en uso.

Tabla 25: Valores medios de porosidad total (%) medidos para los tres
tratamientos en el intervalo de 0 - 150 mm.

Prof.(mm) 0-150
Testigo SIN USO 45.2 a
Campo recién terminado 47.1 b
Campo en uso 42.2 b
Letras distintas en sentido vertical denotan diferencias significativas (P < 0,05 Tuckey).

Tabla 26 Valores medios de porosidad total (%) medidos para los tres
tratamientos en el intervalo de 150 - 300 mm.

Prof.(mm) 150-300
Testigo SIN USO 50.9 a
Campo recién terminado 43 b
Campo en uso 35.4 b
Letras distintas en sentido vertical denotan diferencias significativas (P < 0,05 Tuckey).

56
Tabla 27 Valores medios de porosidad total (%) medidos para los tres
tratamientos en el intervalo de 300 - 450 mm.

Prof.(mm) 300-450
Testigo SIN USO 46 a
Campo recién terminado 35 b
Campo en uso 31.3 b

Como se puede ver en la tabla 25 el nivel superficial del suelo (0 - 150


mm) fue afectado por el movimiento y uso del suelo. Esto es importante, debido
a la influencia de la porosidad total a nivel superficial del suelo sobre el
crecimiento de la raíz del vegetal. Coincidiendo con Botta et al (2006), lo
anterior, esta basado en el hecho que, a nivel superficial es donde el
crecimiento de la raíz y la captación de nutrientes para el crecimiento son más
importantes. Estos resultados corroboran que, al pasar los tractores con
distintas presiones de inflado, pueden provocar severos daños al suelo por la
compactación superficial del mismo. A nivel subsuperficial, por debajo de los
150 mm los cambios medios en la porosidad total del suelo son
significativamente menores, porcentualmente, que a nivel superficial. Lo que si
llama la atención es que los efectos de la compactación, producidos por el
tránsito del tractor, llegaron a los horizontes subsuperficiales, aún con cargas
en el eje inferiores a las indicadas por Hákansson y Danfors (1981), es decir, la
compactación, en este nivel de profundidad, se debería más al número de
pasadas de los equipos que al peso de los mismos.

8.2.4. Materia orgánica

Con el objeto de evaluar los efectos de la sistematización en el


tenor de materia orgánica del suelo, se tomaron muestras en el suelo sin
remover utilizado como testigo, en el campo “recién terminado” y en el campo
“en uso”. Los valores obtenidos se detallan en la tabla 28.
Para cada campo (“Recién terminado” y “en uso”) se observan datos
obtenidos para ambos bordes y el centro del campo, además de los
correspondientes al testigo.

57
Tabla 28: Contenido de materia orgánica (%) para el campo recién
terminado, el campo en uso y el testigo en el sitio 1

Campo recién
Campo en uso Testigo
terminado
Valores (%) Valores (%)
Borde 3,37 a 3,28 a 4,51 b
Centro 4,04 a 4,47 a 4,51 a
Borde 2,97 a 3,9 b 4,51 b
MEDIA 3,46 a 3,88 ab 4,51 b
Letras distintas en sentido horizontal denotan diferencias significativas (P < 0,05 Tuckey).

Si se comparan los valores tanto del campo recién terminado como


campo en uso con el testigo se observa en general una disminución del
contenido de materia orgánica. No obstante, esta disminución no es constante
ya que en algunos casos no se presentan diferencias significativas.
En efecto, al realizar la distinción entre borde y centro del campo en su
comparación con el testigo, no se aprecian tales diferencias entre las muestras
tomadas en el centro respecto de las del control mientras que sí ocurre en los
bordes, a excepción de uno de ellos.
Esto podría ser explicado por el modo de operación del movimiento de
tierra, que acorde con el proyecto, retira suelo de los bordes y los lleva hacia el
centro del campo, reduciendo el espesor del horizonte superficial en los bordes.
La disminución del contenido de materia orgánica coincide con lo citado
por Unger et al (1990) que observa efectos en la textura, contenido de materia
orgánica y estabilidad de los agregados e indirectamente también con lo
mencionado por Preve (1990) en cuanto a cambios en la fertilidad luego de la
sistematización, con Juma et al (1993) en relación a efectos sobre la estructura
y actividad biológica y con Brye (2003) que también cita variación en la
actividad biológica.
No obstante las disminuciones observadas, estas son mínimas si se las
compara con los cambios citados en apartados anteriores, tanto en la
resistencia a la penetración como en la densidad aparente, que resultan con
claridad, de mayor significación.

58
Por último, en promedio, siempre en comparación con el testigo,
presenta más diferencia el campo recién terminado que el campo en uso.

8.2.5. índice de esponjamiento/compactación

En forma estricta el índice o Factor de esponjamiento (Swelling Factor)


(Geotechnical Design Manual USA, 2005) hace alusión al fenómeno de
expansión que se produce en los minerales componentes del suelo al ser
removido. Luego, al ser incorporado, se produce un reacomodamiento de
partículas y compactación tal como menciona el USSCS (1972) y Pratt (2004).
Cuando se efectúa el proyecto de sistematización o de movimiento de
suelo se preve un valor mayor en el volumen de desmonte o de corte respecto
del de relleno o terraplén (Rodríguez Plaza, 2000) (Laureda, 2005). El valor de
compensación elegido debería comprender ambos índices, el de expansión o
esponjamiento y el de contracción o compactación que luego le sucede.
De los datos de densidad aparente obtenidos, tablas 22, 23 y 24, se
puede observar que tanto en la situación de campo recién terminado como en
la de campo en uso, los valores de densidad aparente superan al testigo. Si se
toma a este último como control, se muestra en las tablas 29, 30 y 31 el
incremento en densidad en relación al testigo para los intervalos definidos. A
excepción del valor obtenido en el campo recién terminado para el intervalo 0 -
150 mm por las razones que fueran expuestas (laboreo reciente del suelo), los
restantes muestran aumentos que alcanzan casi el 30 %. Esto está de
acuerdo con lo citado por Brye et al (2003) en relación a que el movimiento de
tierra produce incrementos en la densidad aparente. Chopra (1999) efectuó la
estimación del factor de esponjamiento/compactación en suelos de Florida
mediante análisis de penetrometria y densidad aparente, encontrando valores
de 25 % para el factor de esponjamiento y 15 a 20 % para el factor de
compactación.

59
Tabla 29: Incrementos medios de densidad aparente (%) respecto del
testigo en el intervalo de 0 - 150 mm.

Prof.(mm) 0-150
Campo recién terminado -3.45
Campo en uso 5.52

Tabla 30: Incrementos medios de densidad aparente (%) respecto del


testigo en el intervalo de 150 - 300 mm.

Prof.(mm) 150-300
Campo recién terminado 11.85
Campo en uso 27.40

Tabla 31: Incrementos medios de densidad aparente (%) respecto del


testigo en el intervalo de 300 - 450 mm.

Prof.(mm) 300 - 450


Campo recién terminado 20.28
Campo en uso 27.30

La densidad aparente es afectada por el peso del suelo, incluida la


porosidad y el volumen que ocupa.
Teniendo en cuenta por un lado los valores de porosidad obtenidos y por
otro los de densidad aparente, es dable considerar que los cambios en esta
última variable son debidos al cambio en volumen generado por la modificación
(pérdida) de estructura y disminución de la porosidad, que a su vez son
también afectados como consecuencia de la compactación. Esto está de
acuerdo con lo que mencionan Brye et al (2005).
Entonces, el cambio en la densidad aparente del terreno sobre el cual se
efectuó el movimiento de tierra en relación al sitio control o testigo se considera
aquí como valor del factor de esponjamiento/compactación en acuerdo por lo
citado en Geotechnical Design Manual USA (2005).
De tal forma, tanto el uso como la intensidad de tráfico, en la medida que
son causa del proceso de compactación (Botta, 2002), (Jorajuria, 2001) Botta
(2006), son dos variables que deben ser tomadas en consideración como
partícipes del índice de esponjamiento/compactación.

60
8.3. - Estudio de la respuesta del suelo a los tratamientos de laboreo
realizados en el sitio de ensayo 2.

8.3.1. - Resistencia a la penetración

Tabla 32: Campo de polo del Sitio de ensayo 2, valores de humedad


gravimétrica en el perfil del suelo.
Humedad (%, p/p) Humedad (%, p/p) Humedad (%, p/p)

Intervalo de profundidad (mm) a) Testigo b) Recién terminado c) Campo en uso

0-150 20 a 19a 20.1 a

150-300 21 a 20 a 21 a
300 - 450 20.5 a 21.3a 22 a

450 - 600 22 a 22.1 a 22.6 a


Letras distintas en sentido horizontal denotan diferencias significativas (P < 0,05 Tuckey).

En la tabla 32, se muestran los valores de humedad de todo el perfil del


suelo estudiado. Al no haber diferencias significativas entre los distintos niveles
de profundidad se puede inferir que, los resultados obtenidos, luego de la toma
del parámetro resistencia a la penetración (Tablas 33, 34 y 35), se deben al
impacto del movimiento del suelo y tráfico de la maquinaria y no al factor
humedad del suelo.
De la misma forma que en el sitio de ensayo 1, tanto en el campo recién
terminado como en el campo en uso, se tomaron los datos de resistencia a la
penetración con penetrómetro (ASAE S313 2002). Los datos, así obtenidos, se
muestran en las tablas 33, 34 y 35.
Al analizar resistencia a la penetración, tanto el campo en uso como en
el recién terminado se diferenciaron significativamente respecto del testigo en
todo el perfil de suelo estudiado. Es importante destacar que, para el testigo sin
laboreo, en los niveles de 50 a 450 mm, se obtuvieron valores de resistencia a
la penetración que fueron desde 1210 hasta 1.552 kPa, superando los 1000
kPa, citados por Narro Parias (1994) como causantes de la reducción del
crecimiento radical.

61
Tabla 33: Valores medios de resistencia a la penetración (kPa) medidos
para los tres tratamientos en el perfil de 0 a 150 mm.

Prof.(mm) 0 25 50 75 100 125 150

Testigo SIN USO 363 a 733 a 1210a 1328 a 1403 a 1291 a 1182a
Campo recién
1133b 1807 b 2672 b 2752 b 2656 b 2433 b 2312 b
terminado
Campo en uso 1147b 1817b 2468 b 2768 b 2757 b 2656 c 2668 c
Letras distintas en sentido vertical denotan diferencias significativas (P < 0,05 Tuckey).

Este dato, no es menor, ya que dicha profundidad es crítica para la


germinación y emergencia de la semilla, igualmente los valores son muy
elevados, para una zona del perfil del suelo donde proliferan las raíces de un
gran número de especies. A partir de 425 mm de profundidad, se superó el
valor de 1.500 kPa, mencionado por Threadgill (1982) como factor de detención
en el crecimiento radical. Si se tienen en cuenta para el testigo los valores de
humedad (Tabla 32) y densidad aparente (Tablas 36, 37 y 38) en conjunto con
los resultados de resistencia a la penetración, podría aseverarse que el testigo
presenta un grado de precompactación que resultaría limitante para el
desarrollo radical en condiciones de baja humedad del suelo.

Tabla 34: Valores medios de resistencia a la penetración (kPa) medidos


para los tres tratamientos en el perfil de 175 a 325 mm.

Prof. (mm) 175 200 225 250 275 300 325

Testigo SIN USO 1122 a 1117 a 1282 a 1305 a 1275 a 1243 a 1261 a
Campo recién 2037 b
2154 b 2286 b 2277 b 2198 b 2079 b 2151 b
terminado
Campo en uso 2545 c 2335 b 2301 b 2324 c 2189 c 2115c 2042 c
Letras distintas en sentido vertical denotan diferencias significativas (P < 0,05 Tuckey).

Esta condición mecánica del sustrato brindaría en primera instancia una


mejora en la capacidad portante del suelo (Domínguez et al. 2000), la cual
podría atemperar, junto a los residuos vegetales sobre la superficie del suelo
(Torbert y Reeves, 1995), los efectos negativos del tráfico de vehículos para el
movimiento del suelo. Por otra parte, los incrementos de la resistencia a la
penetración significativos, para el campo en uso fueron en valores absolutos
relativamente uniformes y se produjeron desde los 350 a los 450 mm, tomando
valores de 20% a los 350 mm y de 51.7% a los 450 mm (Figura 35).

62
Profundidad (mm)

Figura 35: Incremento de la resistencia a la penetración del Campo en uso


con respecto al Campo recién terminado en el intervalo de 350 a 450 mm
de profundidad.

Se debe destacar que en este sitio de ensayo, el número de pasadas de


rastra de discos, fue mayor que en el sitio de ensayo 1, de todas formas los
efectos de la compactación producidos por el tránsito llegaron, también, a los
horizontes subsuperficiales, aún con cargas en el eje inferiores a las indicadas
por Hákansson y Danfors (1981).

Tabla 35: Valores medios de resistencia a la penetración (kPa) medidos


para los tres tratamientos en el perfil de 350 a 450 mm.

Prof. (mm) 350 375 400 425 450

Testigo SIN USO 1324 a 1398 a 1486 a 1561 a 1552 a


Campo recién
1882 b 1815 b 1675 b 1764 b 1800 b
terminado
Campo en uso 2259 c 2287 c 2451 c 2517 c 2731 c
Letras distintas en sentido vertical denotan diferencias significativas (P < 0,05 Tuckey).

8.3.2. - Densidad Aparente


La densidad aparente del suelo en el testigo sin tránsito registró valores
elevados en la totalidad del perfil (Tablas 36, 37 y 38). A nivel superficial se
superó el valor de 1.2 Mg m-3 indicado por Nasr y Seles (1995) para alcanzar

63
una emergencia más rápida y completa en gramíneas. En profundidad también
se encontraron valores que superan el nivel crítico de 1.46 Mg m-3 mencionado
por Vehimeyer y Hendrickson (1948) para el desarrollo radical de gramíneas y
de 1.6 Mg m'3 que establece el umbral de crecimiento radical según Daddow y
Warrington (1984).

Tabla 36: Valores medios de densidad aparente (Mg/m3) medidos para los
tres tratamientos en el intervalo de 0 - 150 mm.

Prof.(mm) 0-150
Testigo SIN USO 1.16 a
Campo recién terminado 1.62 b
Campo en uso 1.71 b
Letras distintas en sentido vertical denotan diferencias significativas (P < 0,05 Tuckey).

En general, en los dos campos, en uso y recién terminado, aumentó la


densidad aparente con respecto al testigo en todos los estratos, pero sin
alcanzar diferencias estadísticamente significativas entre ellos. Sin embargo,
en ambos tratamientos se produjeron los mayores incrementos de la densidad
aparente en el intervalo subsuperficial de 150 a 300 mm de profundidad.

Tabla 37: Valores medios de densidad aparente (Mg/m3) medidos para los
tres tratamientos en el intervalo de 150 - 300 mm.

Prof.(mm) 150-300
Testigo SIN USO 1.35 a
Campo recién terminado 1.73 b
Campo en uso 1.81 b
Letras distintas en sentido vertical denotan diferencias significativas (P < 0,05 Tuckey).

Tabla 38: Valores medios de densidad aparente (Mg/m3) medidos para los
tres tratamientos en el intervalo de 300 - 450 mm.

Prof.(mm) 300 - 450


Testigo SIN USO 1.41 a
Campo recién terminado 1.80 b
Campo en uso 1.89 b
Letras distintas en sentido vertical denotan diferencias significativas (P < 0,05 Tuckey).

64
En profundidad (300 - 450) el comportamiento respecto a aumentos de
densidad aparente es más estable aunque se siguen observando aumentos
con respecto al valor testigo de 1.41 Mg/m3 para esta profundidad (Tabla 38), lo
que indica que aún a estas profundidades y con bajos contenidos de humedad,
se producen efectos de aumento de este parámetro.

8.3.3. - Porosidad total del suelo

Tabla 39: Valores medios de porosidad total (%) medidos para los tres
tratamientos en el intervalo de 0 - 150 mm.

Prof.(mm) 0-150
Testigo SIN USO 56 a
Campo recién terminado 38.8 b
Campo en uso 35.4 b
Letras distintas en sentido vertical denotan diferencias significativas (P < 0,05 Tuckey).

De las tablas 39, 40 y 41, se puede verificar que el paso de la


maquinaria produjo reducciones estadísticamente significativas de la porosidad
total del suelo, esto sucedió a nivel superficial y subsuperficial. Por otra parte
hay que destacar que las reducciones de este parámetro fueron muy severas,
en los niveles subsuperficiales, para los dos campos, pero en especial para el
campo en uso.

Tabla 40: Valores medios de porosidad total (%) medidos para los tres
tratamientos en el intervalo de 150 - 300 mm.

Prof.(mm) 150-300
Testigo SIN USO 49 a
Campo recién terminado 32.4 b
Campo en uso 31.6 b
Letras distintas en sentido vertical denotan diferencias significativas (P < 0,05 Tuckey).

Considerando que en el campo en uso la reducción superó el umbral de


30% (28.6%) esta situación produce una reducción en el drenaje del suelo así
como el crecimiento vegetal. Se debe destacar que, resulta evidente, que el

65
paso de la maquinaria y el uso del campo han generado esta situación de alta
impedancia edáfica.

Tabla 41: Valores medios de porosidad total (%) medidos para los tres
tratamientos en el intervalo de 300 - 450 mm.

Prof.(mm) 300 - 450


Testigo SIN USO 46.7 a
Campo recién terminado 32 b
Campo en uso 28.6 b
Letras distintas en sentido vertical denotan diferencias significativas (P < 0,05 Tuckey).

8.3.4. Materia orgánica

Tabla 42: Contenido de materia orgánica (%) para el campo recién


terminado, el campo en uso y el testigo en el sitio 2

Campo recién Campo en uso Testigo


terminado
Valores (%) Valores (%)
Borde 5,41 a 2,98 b 5,49 a
Centro 4,77 a 3,69 b 5,49 a
Borde 3a 4,81 b 5,49 b
Media 4,39 a 3,69 b 5,49 c
Letras distintas en sentido horizontal denotan diferencias significativas (P < 0,05 Tuckey).

Al igual que se hiciera para el sitio 1, si se comparan los valores tanto


del campo recién terminado como del campo en uso con el testigo, se observa
una disminución del contenido de materia orgánica, pero a diferencia de lo que
ocurriera en aquel sitio, aquí en promedio resulta mayor en el campo en uso
que en el campo recién terminado. (Tabla 42).

No obstante, esta disminución no es constante, ya que si se discrimina


entre muestras tomadas en el centro y en el borde, siempre en relación al
testigo, en algunos casos no se presentan diferencias significativas.

66
No se presentan diferencias entre centro y borde respecto del testigo, si
bien se da el mismo modo de operación del movimiento de tierra, que se
explicara para el sitio 1.

La disminución del contenido de materia orgánica coincide con lo citado


por Unger et al (1990) que observó efectos en la textura, contenido de materia
orgánica y estabilidad de los agregados e indirectamente también con lo
mencionado por Preve (1990) en cuanto a cambios en la fertilidad luego de la
sistematización, con Juma et al (1993) en relación a efectos sobre la estructura
y actividad biológica y con Brye (2003) que también cita variación en la
actividad biológica.

No obstante las disminuciones observadas, estas son mínimas si se las


compara con los cambios citados en apartados anteriores, tanto en la
resistencia a la penetración como en la densidad aparente, que resultan con
claridad, de mayor significación.

8.3.5. índice de esponjamiento/Compactación

De acuerdo a lo ya citado en el apartado 7.2.5 se establecen los valores


de incremento medio en la densidad aparente para los campos “recién
terminado” y “en uso” respecto del testigo, a efectos de establecer un valor
para el índice o factor de esponjamiento/compactación (shrink/swell factor)
(Geotechnical Design Manual USA, 2005). Los mismos se detallan en las
tablas 43, 44 y 45.

Tabla 43: Incrementos medios de densidad aparente (%) respecto del


testigo en el intervalo de 0 - 150 mm.

Prof.(mm) 0-150
Campo recién terminado 39.7
Campo en uso 47.4

67
Tabla 44: Incrementos medios de densidad aparente (%) respecto del
testigo en el intervalo de 150 - 300 mm.

Prof.(mm) 150-300
Campo recién terminado 28.1
Campo en uso 34.0

Tabla 45: Incrementos medios de densidad aparente (%) respecto del


testigo en el intervalo de 300 - 450 mm.

Prof.(mm) 300-450
Campo recién terminado 27.7
Campo en uso 34.0

De los datos de densidad aparente obtenidos expresados en las tablas


36, 37 y 38, se puede observar que tanto en la situación de campo recién
terminado como en la de campo en uso, los valores de densidad aparente
superan al testigo. Si se toma a este último como control, se muestra en las
tablas 43, 44 y 45 el incremento en densidad en relación al testigo para los
intervalos definidos. Los resultados muestran incrementos importantes que en
el intervalo inicial de 0 a 150 mm, alcanza el 39.7 % en el campo recién
terminado, llegando casi hasta el 47.4 % en el campo en uso. En los otros dos
intervalos, 150 a 300 y 300 a 450 mm, los valores son similares, de alrededor
de 28 % para el campo recién terminado y del 34 % para el campo en uso.

9. Georreferencíamiento de la resistencia a la penetración

Los datos ya analizados de resistencia a la penetración son ahora


considerados teniendo en cuenta su ubicación espacial en x e y.
Esto pudo realizarse merced al uso de una Estación total, ubicando al
momento del muestreo cada uno de los puntos. Esta vinculación se efectuó en
el sitio 2 ya que es una de las situaciones de innovación en este trabajo, para
tratar de obtener un mapa de la resistencia a la penetración en un determinado
lote.

68
Figura 36: Datos de resistencia ala penetración para el campo recién
terminado para el intervalo de 0 a 150 mm de profundidad.

Los datos de resistencia a la penetración obtenidos se clasificaron en


tres categorías, según profundidad: de 0 a 150 mm; de 175 a 300 mm y de 325

69
a 450 mm. Esto se realizó en ambos tratamientos (Campo recién terminado
(Figuras 36 a 38) y Campo en uso (Figuras 39 a 41).

Figura 37: Datos de resistencia a la penetración para el campo recién


terminado para el intervalo de 175 a 300 mm de profundidad.

70
Figura 38: Datos de resistencia a la penetración para el campo recién
terminado para el intervalo de 325 a 450 mm de profundidad.

71
Figura 39: Datos de resistencia a la penetración para el campo en uso
para el intervalo de 0 a 150 mm de profundidad.

72
Figura 40: Datos de resistencia a la penetración para el campo en uso
para el intervalo de 175 a 300 mm de profundidad.

73
Figura 41: Datos de resistencia a la penetración para el campo en uso
para el intervalo de 325 a 450 mm de profundidad.

74
En cada uno de ellos se muestran vista de puntos, discriminados según
valores de resistencia a la penetración menores y mayores a 1500 kP. (Los
puntos simbolizados con círculo rojo, en cada figura, representan valores
mayores a 1500 kP); vista con líneas de igual resistencia a la penetración para
intervalos de 200 kP.; vista tridimensional para idénticos intervalos (200 kp).
Además se presenta, a modo de ejemplo, (Figura 42) el plano general
con la ubicación de los puntos de muestreo para la confección de los mapas
anteriores.

Figura 42: Plano general con la ubicación de los puntos de muestreo para
el campo recién terminado y el campo en uso del sitio 2.

La variabilidad citada con relación a la resistencia a la penetración en


ambos tratamientos, así como también la diferencia de compactación entre el

75
campo recién terminado y el campo en uso, se observa ahora en función del
espacio.
En este trabajo, la ubicación de los puntos de muestreo se determinó al
azar, no obstante resultaría de interés tomar los puntos de muestreo siguiendo
una grilla regular, en forma similar al levantamiento y proyecto altimétrico, de
forma tal de poder efectuar una comparación con el movimiento de tierra hecho
y las diferencias si las hubiere entre sitios en donde hubo agregado de tierra
(terraplén) y aquellos en donde se quitó tierra (desmonte).

76
10. Consideraciones finales

En los dos sitios de ensayo se superaron, a nivel superficial, el valor de


800 kPa, mencionado por Collis-George (1985), como posible en relación a
afectar la emergencia de semillas; a partir de los 250 mm de profundidad,
también para los dos sitios de ensayo, se sobrepasó el valor de 1500 kPa. Este
valor, se debe destacar, generalmente es indicado como capaz de producir una
disminución en la tasa de crecimiento radical (Cárter, 1988).
En acuerdo con Nasr y Seles (1995), las condiciones físicas del suelo,
generadas como consecuencia del tráfico y movimiento del suelo, podrían
ocasionar, en razón de su impedancia mecánica, una emergencia más lenta y
menos completa de las semillas de gramíneas comúnmente utilizadas en estos
sitios y con los fines establecidos, del mismo modo que una limitación al
crecimiento en los casos en que se realice implantación de estolones. Esto
implica que las máquinas correspondientes (sembradoras o de implantación)
tendrán que trabajar sobre un sustrato que ofrecerá un alto grado de
resistencia a la penetración y las plántulas deberán desarrollarse en un medio
adverso. Por lo expuesto, esto podrá ser más acentuado en los sectores de los
lotes de producción en donde coincidan los pasajes de los rodados de tractores
y las maquinarias de mantenimiento. Asimismo esta situación podría resultar
perjudicial para el normal andar de los caballos que se utilizan en el juego de
polo.
Según los resultados obtenidos, en los dos sitios de ensayo, el número
de pasadas tiene una relación muy marcada con la profundidad a la cual se
manifiestan los efectos del tránsito reiterado de la maquinaria tal como lo
indicara Danfors (1994), coincidiendo con Jorajuria (2001) y Botta et al. (2002,
2006, 2007 y 2009), entendiendo que, debido al bajo peso de los equipos
utilizados en los sitios de ensayo, el causante de la compactación
subsuperficial del suelo pasa a ser el número de pasadas (tráfico) y no el peso
de los mismos. Estos resultados, al igual que en el sitio de ensayo 1
proporcionan suficiente evidencia como para refutar la hipótesis (H3).

77
Para los dos sitios de ensayos, la tendencia que siguieron los valores de
resistencia a la penetración, la densidad aparente y la porosidad total del suelo,
luego del movimiento del suelo (tráfico) y su uso con fines deportivos (pisoteo),
fueron bastante similares. Al mismo tiempo los valores de dichos parámetros,
generados por los tratamientos de movimiento de suelos, estuvieron siempre
por encima de los recomendados para realizar un manejo adecuado del suelo
en el tiempo. Esto significa que existe evidencia válida para verificar la
hipótesis 2. Proporcionándose suficiente evidencia como para verificar la
hipótesis (H2).

En relación al contenido de materia orgánica se produjo una disminución


del contenido, tanto en el campo recién terminado como en el campo en uso
para ambos sitios, no siendo definida la diferencia si se comparan estos
campos entre sí.

La disminución en contenido de materia orgánica es menor a los cambios


que se producen tanto en densidad aparente como en porosidad. Esto significa
que existe evidencia válida para verificar la hipótesis 1. Proporcionándose
suficiente evidencia como para verificar la hipótesis (H1).

En lo concerniente al factor de esponjamiento/compactación, para los dos


sitios de ensayo se obtienen valores que alcanzan y superan el 25 %. Esto es
importante, puesto que son valores obtenidos para condiciones reales de
trabajo de campo y en suelos de nuestro medio. Estos superan los expresados
por Belgaguy y Levin (1965) García Piedade (1973), Peña McCasquill (1995) y
se acercan a los encontrados experimentalmente por Brandi (1998) y
Rodríguez Plaza (2000).

Por otra parte, para ambos sitios se observan diferencias -el sitio 2
presenta valores mayores al del 1- las cuales, ante similares características
de otras variables tales como el suelo y la condición de humedad permiten
inferir que la compactación en el sitio 2 se dio en mayor magnitud, incidiendo
también diferencialmente en este factor.

78
Asimismo, si bien el estado mecánico del suelo se constituye en una de
las variables de relevancia en la incidencia en este factor, el mismo puede ser
modificado por variables tales como la intensidad de tráfico y peso de la
maquinaria por lo que existe evidencia válida para verificar la hipótesis 4.
Proporcionándose suficiente evidencia como para verificar la hipótesis
(H4).

79
11. Conclusiones

Dentro de los límites del presente trabajo se puede concluir lo siguiente:

El contenido de materia orgánica en suelos sistematizados disminuye


respecto del suelo original. La modificación producida en este parámetro es
menor a la ocurrida en los parámetros físicos, tales como la resistencia a la
penetración, la densidad aparente y la porosidad.

Para suelos similares en cuanto a características y condición mecánica,


sobre el índice o factor de esponjamiento/compactación tienen influencia tanto
la intensidad de tránsito de las maquinarias como el peso de las mismas.

Para los tipos de suelo analizados y en las condiciones del ensayo se


alcanzaron índices de esponjamiento/compactación mayores al 25 %. Los
valores encontrados no responden a ensayos de laboratorio sino a una
situación de campo real, en base a datos obtenidos sobre sistematizaciones de
uso generalizado en la conformación de campos de polo.

El pasaje de la maquinaria produce compactación y ésta alcanza los


niveles subsuperficiales. La compactación a nivel superficial se da en mayor
medida en el campo en uso, atribuyéndose al uso de las maquinarias de
mantenimiento y uso para el juego (caballos).

La compactación producida por el uso de los campos de polo


construidos, disminuye a medida que aumenta la profundidad, siendo la misma
producida, en mayor medida, más al pasaje de la maquinaria que al peso de la
misma.

El parámetro densidad aparente resultó menos sensible para medir la


compactación del suelo que la resistencia a la penetración.

Tanto el parámetro densidad aparente como la porosidad se


vieron más afectados subsuperficialmente.

80
12. - Bibliografía utilizada

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