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El BAUTISMO

Definición: «El Bautismo es el fundamento de toda la vida cristiana, el pórtico de la vida en el


espíritu y la puerta de entrada que abre el acceso a los otros sacramentos. Por el Bautismo somos
liberados del pecado y regenerados como hijos de Dios, llegamos a ser miembros de Cristo y
somos incorporados a la Iglesia y hechos partícipes de su misión» (CEC 1213)

Es el primero y fundamental de los sacramentos cristianos. Es el comienzo de una nueva vida. El


que «hace» al cristiano abriendo la puerta a todas las otras fuentes de santificación sacramental
que lo presuponen y lo requieren. Es el fundamento de la vida cristiana y contiene en germen
todos sus futuros desarrollos.

EL NOMBRE DE ESTE SACRAMENTO. (CEC 1214-1216)


La riqueza teológica del Bautismo ha llevado a lo largo de la historia a designar este sacramento
con diferentes nombres:

El nombre bautismo destaca el rito central del sacramento: Bautizar significa: sumergir. La
inmersión en el agua es símbolo del ser sepultados con Cristo: morir con Él para resucitar con Él.
(Cf. CEC 1214)

Regeneración. Es llamado también regeneración porque designa la peculiaridad de la inmersión


en el agua bautismal: es baño que regenera y otorga la renovación del Espíritu Santo. En sentido
estricto, el bautismo es un nuevo nacimiento: por el agua y el Espíritu se nace a la vida verdadera.
(Cf. CEC 1215)

Iluminación. El nombre iluminación está ya presente en los escritos cristianos posteriores al


Nuevo Testamento. (Cf 1216)

El Compendio del Catecismo de la Iniciación Cristiana sintetiza esta temática en la pregunta 252
¿Con qué nombres se conoce el primer sacramento de la iniciación?

«El primer sacramento de la iniciación recibe, ante todo, el nombre de Bautismo, en razón del
rito central con el cual se celebra: bautizar significa “sumergir” en el agua; quien recibe el
bautismo es sumergido en la muerte de Cristo y resucita con él “como una nueva creatura”. Se
llama también baño de regeneración y renovación del ES, e iluminación, porque el bautizado se
convierte en hijo de la luz»

Es el sacramento raíz y cimiento de toda la sacramentalidad cristiana. Todos los demás


sacramentos son un despliegue de la realidad bautismal.

El origen del Bautismo cristiano no es un invento de la comunidad primitiva, ni del Jesús


histórico, ni algo que surge de la nada; al contrario, tiene toda una prehistoria en los usos
simbólicos-rituales del agua en Israel y en otras religiones: en el fondo simbólico común de las
religiones, el agua desempeña una función ambivalente: es destrucción y regeneración, es
fecundación, pero esa vida surge de la muerte.

1. ORIGEN
Si preguntamos sobre las raíces históricas del Bautismo cristiano nos vemos ante una situación
desconcertante, ante un hallazgo exegético que nos platea algunos interrogantes: Jesús nunca
bautizó, pero los discípulos bautizan después de la Pascua. ¿Cómo llegan a eso?

El Bautismo cristiano no puede atribuirse ni a influencias helenistas ni a ritos de purificación ni al


bautismo de los prosélitos del judaísmo. El bautismo cristiano enlaza más bien con el Bautismo de
Juan Bautista «de conversión para el perdón de los pecados» (Mc 1,4). Se conservaron como
elementos constitutivos las acciones simbólicas del bautismo de Juan: Inmersión y el contenido
interno.

La fe de la Iglesia descubre muchos arquetipos y símbolos del Bautismo en el AT. El bautismo


cristiano se prepara en el Antiguo Testamento y se funda en el propio bautismo de Jesús; recibe su
poder de la muerte y resurrección de Cristo y también de la misión del Espíritu, y se administra
por encargo y con el poder del Señor resucitado y glorificado (Mt 28, 18-20): «Se me ha dado
pleno poder en el cielo y la tierra, Id, pues, y haced discípulos de todos los pueblos…»

1.1. PREFIGURACIONES DEL BAUTISMO EN EL A. T (Catecismo Iglesia Católica nn 1217-1222)

1.2. POSIBLES MODELOS DEL BAUTISMO CRISTIANO (Cf. Oñatibia, Bautismo y Confirmación pp 37-38)
Dado que el cristianismo nació en ambiente judío y allí se desarrolló en un primer tiempo y sólo
más tarde se propagó en el mundo pagano, es lógico buscar las posibles raíces del bautismo
cristiano en las prácticas bautismales en uso en el judaísmo contemporáneo de la Iglesia naciente.

1.3. EL BAUTISMO DE JUAN (Cf. Oñatibia, Bautismo y Confirmación pp 39)


De todos los movimientos bautistas, el que más probabilidades tiene de haber Influido en los
orígenes del bautismo cristiano es el que inicio Juan Bautista.

Distinto al bautismo cristiano: «el que diga que el bautismo de Juan tiene el mismo efecto de
gracia que el bautismo de Cristo sea anatema» (Dz857 – Ds 1614).

El bautismo de Juan presentaba aspectos novedosos. En primer lugar, Juan actuaba de ministro

También era novedoso el significado de su bautismo, inseparable del contenido de su


predicación profética: anuncio del juicio inminente de Dios e invitación a prepararse haciendo
penitencia.

Como se ve, son muchos los puntos de coincidencia entre el bautismo de Juan y el cristiano, tanto
en su aspecto formal (por inmersión, necesidad de que intervenga un ministro, una sola vez) como
en su significado (signo de conversión para el perdón de los pecados).

1.4. EL BAUTISMO DE JESÚS EN EL JORDÁN (Cf. Oñatibia, Bautismo y Confirmación pp 41)


La tradición evangélica da gran relieve al hecho de que Jesús se sometiera al bautismo de Juan:
Mc 1,8-11; Mt 3, 13-17; Lc 3, 21-22; Jn 1,29-34). Su historicidad parece fuera de toda duda
razonable: lo relatan los cuatro evangelistas.

Algunos exégetas creen advertir en Mt y Lc la intención de presentar el bautismo de Jesús como


modelo arquetipo del bautismo cristiano. Los principales puntos en que se apoya esta analogía son
los siguientes: la presencia del agua para la remisión de los pecados, los cielos abiertos
(dimensión escatológica), la proclamación de Jesús como Hijo de Dios (filiación adoptiva), la
venida del Espíritu Santo (don del Espíritu), la inauguración de la misión.

Ninguno de los autores neotestamentarios consideró el Bautismo de Jesús como fundamento del
Bautismo Cristiano.

1.5. INICIACIÓN EN EL NUEVO TESTAMENTO (Oñatibia pg 15SS)


La Iglesia primitiva confirió el Bautismo desde el comienzo y además, sin excepción y en forma
obligatoria.

Son abundantes los pasajes del NT que, explícita o implícitamente, se refieren a la entrada de
nuevos miembros en la Iglesia. Del conjunto resulta con claridad la existencia, ya desde los
primeros tiempos y en todas las Iglesias, de un proceso de iniciación, si bien embrionario, en el
que el bautismo ocupa un lugar prominente.

A). En los Hechos de los Apóstoles:


La preocupación principal de los Hechos de los Apóstoles es mostrar el crecimiento de la
comunidad cristiana en los orígenes. Aunque no era su intención, nos informan también algo
sobre el ritual de la Iniciación y deja entrever cierta doctrina.
• Pentecostés: 2, 37-47;
• Bautismo y confirmación en Samaría (8,5-18).
• El bautismo del eunuco de Etiopía (8,27-39)
• Conversión y Bautismo del centurión Cornelio (10)
• El carcelero de Filipos (16, 30-34)

B). En la Literatura Paulina


Pablo alude varias veces a su propio bautismo (1Cor 12,13; Rom 6,3). El bautismo aparece como
una práctica común a todas las Iglesias cristianas. En ellas encontramos algunos de los textos
neotestamentarios más importantes de la teología bautismal:

• En las dos cartas a los Corintios: 1Cor 1,12-15.17) Aquí encontramos los testimonios más
antiguos sobre la iniciación cristiana
• Rom 6, 1-13: el pasaje de mayor densidad teológica de los textos paulinos. No quiere
ofrecer una exposición teológica del bautismo, sino sólo la fundamentación de la nueva
ética cristiana. Rom 13,11-14: volvemos a encontrarnos las expresiones: despojarse-
revestirse.
• Gálatas: tenemos probablemente el texto bautismal más antiguo de Pablo: 3,26-28; 4,6-7).
Este texto es importante para las relaciones entre fe y bautismo. Se atribuye al bautismo
explícitamente una especial vinculación a Cristo y la unidad den Cristo de los bautizados.
• Efesios: describe de forma detallada la estructura de la iniciación cristiana: 1, 13-14. se
apuntan las dimensiones pneumatológicas y escatológicas del bautismo.
• Colosenses: exhorta a permanecer fieles a Cristo por razón de la experiencia vivida en el
bautismo 2, 11-15

C). En la Primera de Pedro


Al comienzo de la carta se habla dos veces del segundo nacimiento (1,3) y (1,23.25)
3,19-21: al bautismo se le califica de anticipo de la salvación a través del agua sobre la que
navegó el arca en los días del diluvio. Concibe el diluvio como figura del bautismo del que surge
una humanidad purificada interiormente; a esta tipología le espera un gran futuro en la tradición
mistagógica cristiana.

No es de descartar que el autor esté jugando con la idea del diluvio como figura de la muerte-
resurrección de Cristo.

D). En la Literatura Joánica


Juan 3,3-7: En el diálogo con Nicodemo, Jesús presenta el Bautismo como un nuevo nacimiento.
Aparece el binomio agua – Espíritu

Encontramos también dos veladas referencias a la iniciación cristiana en la primera carta de


Juan (1Jn 2,20.27) la segunda referencia más enigmática (1 Jn 5,6-8)

En el Apocalipsis, la visión de «los que está vestidos con vestiduras blancas… que vienen de la
gran tribulación y han lavado y blanqueado sus mantos en la sangre del Cordero» (Ap 7,13-14).
Parece estar aludiendo a la relación entre el bautismo y el misterio de la cruz.

E). El Mandato Bautismal


Los textos analizados hasta aquí permiten afirmar que desde los mismos orígenes el bautismo se
impone en todas las Iglesias como el signo más característico de la agregación de nuevos
miembros a la Iglesia.
Dos pasajes paralelos de Mc y Mt atribuyen a Jesús una orden expresa en este sentido: Mc 16, 15-
16; Mt 28, 19-20

Estos textos reflejan la convicción de las comunidades de Marcos y de Mateo de que la práctica
bautismal traía su origen de una orden del Señor. Por su parte, los teólogos, durante siglos,
fundamentaron la existencia del bautismo en este mandato de Jesús.

2. TEOLOGÍA DEL BAUTISMO EN EL NT


2.1. El Bautismo como muerte y nuevo nacimiento
En consonancia con el simbolismo fundamental del baño ritual, el bautismo cristiano también se
presenta como un nuevo nacimiento, que supone el abandono del hombre viejo y su
transformación en una nueva criatura. El agua es símbolo de purificación y también símbolo de
vida. Expresa el doble fruto del bautismo: PURIFICACIÓN DEL PECADO Y DON DE LA
NUEVA VIDA (1Cor 6,11; Hech 22, 16).

En Pablo es fundamental la incorporación a Cristo que implica morir y ser sepultados con Él, para
resucitar con Él y vivir una vida nueva (Rm 6, 2-4.6; 1Cor 5, 6-8; Gal 6, 14ss).

Juan resalta la idea del Bautismo como nuevo nacimiento (Jn 3, 3ss): nacer del agua y del
Espíritu. Este nuevo nacimiento se atribuye a la fe (1Jn 5,1) y es inseparable de la caridad (1Jn
4,7) Son esenciales el don de Dios y la respuesta del hombre.

2.2. El Bautismo como configuración con Cristo


El Bautismo es incorporarse a Cristo, identificarse con Él participando en su vida y en su destino.
Este hecho lo expresa pablo con multitud de metáforas: es vivir con Cristo, sufrir con él (Rm 6,1-
11) actualizar la misión de Cristo.

2.3. El Bautismo como don del Espíritu


La característica esencial del bautismo cristiano, que lo diferencia con el de Juan es la de ser
Rm 8, 4.9.14.17; Gal
conferido en nombre de Cristo y comunicar el Don del Espíritu
4,6; 2Cor 3, 17) El Espíritu es a la vez sujeto y fruto del
Bautismo (1Cor 12,13)

2.4. El Bautismo necesario para la salvación


«El que crea y se bautice se salvará...» (Mc 16, 16). «El que no nazca de agua y del Espíritu no
puede entrar en el reino de Dios» (Jn 3, 5). Según la doctrina de la Iglesia, el bautismo es
necesario sólo para aquellos a los que les ha sido predicado y han tenido la posibilidad de optar
por él. Como Dios quiere la salvación de todos los hombres (1Tim 2, 4-6), quien vive según su
conciencia y hace la voluntad de Dios tal como la conoce en concreto, puede alcanzar la salvación
en virtud el llamado BAUTISMO DE DESEO, porque habría pedido ciertamente el bautismo si
hubiese sido consciente de su significado.

2.5. El Bautismo como incorporación a la Iglesia


El Bautismo constituye a los creyentes en cuerpo de Cristo, construye así la Iglesia. Es el
sacramento de entrada en el nuevo Pueblo de Dios.

La incorporación a la Iglesia por el bautismo implica dos aspectos:


▪ El interno y espiritual, por la comunión de la fe, en el Espíritu y en la vida del cuerpo de
Cristo (Pablo)
▪ El externo y visible, por la agregación concreta a una comunidad local (Hechos).

2.6. Hace partícipes de la misión de Cristo. El bautizado unido a Cristo participa de su misión
profética, sacerdotal y real. Llamado a ser testigo del Señor Jesús.

En la gran llamada que es siempre el bautismo, todos los bautizados están convocados a participar
en la totalidad de la misión de Cristo y de la Iglesia, es decir, en su triple función mesiánica. Se
espera de ellos que colaboren, en la medida de sus posibilidades y desde su rango de bautizados,
en el servicio apostólico, participando activamente en la evangelización; en el servicio sacerdotal,
colaborando personalmente en las celebraciones litúrgicas; en el servicio de la caridad,
comprometiéndose en la lucha por una sociedad más justa y fraterna.

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