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Materia: Liturgia
Ficha 1
Este hecho de la resurrección de Jesús sacudió los estratos sociales. El Nuevo Testamento, aporta
riquezas en cuanto a nuevos contenidos cristológicos a himnos, ritos y textos venidos de sus
tradiciones veterotestamentarias y de la memoria histórica que los creyentes tenían de Jesús el
Cristo.
A partir de esta centralidad del mensaje de un Cristo resucitados, empiezan las preguntas
fundantes en cuanto a lo litúrgico, ¿el cómo y cuándo celebrar al Señor. ¿Qué tipo de fiestas son
permitidas?, ¿Y cuáles son reinterpretadas a la luz del resucitado? ¿Cómo se comenzó a festejar a
Cristo y no sólo a predicarle?”
según el autor “…Los primeros cristianos se distanciaron más del Templo y de su culto debido a
que en las Sinagoga se podía meditar, discutir y estudiar la Palabra. Pero es necesario aclarar que
la realidad histórica que afecto aquella región actuó significativamente en el desarrollo del culto
cristiano, debido a las siguientes situaciones;
2. La presencia ya establecida de las sinagogas como lugar cultico de lectura de las escrituras
El autor también señala acertadamente que “Las fiestas en el Israel bíblico tuvieron un carácter
pedagógico, pues enseñaban con sus símbolos y contenidos rituales el camino de un nuevo pacto.”
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cf. Jer. 31,31—34. En donde la nueva alianza permite la interpretación de las fiestas judías desde
otro paradigma, tal es el casos, que las dos primeras celebraciones cristianas, primero la Pascua y
en segundo momento la celebración de Pentecostés, Cf. Hch. 2 provienen de este ámbito cultico.
Toda liturgia cristiana debe ser por naturaleza Cristocéntrica, según el autor la presencia de Cristo
rompe con las barreras tradicionales existentes en el judaísmo, la cuales estaban establecidas en
las leyes de santidad cf. Lv 26.
En Cristo se rompe la barrera entre lo sagrado y lo profano. El propio Señor aborda el conflicto del
sábado rompiendo estructuras distorsionadas ante todo, sobre la naturales de dicho día, es por
este motivo que el sábado pasó a ser un día simbólico, el cual fue paulatinamente cambiado por el
domingo en su sentido religioso.
Según el autor no existen cosas ni personas sagradas o impuras que no necesiten acercarse a
Dios, cf. Hch 10,15, el Señor nos advierte de que Dios no mira como lo hace el hombre, quien
deposita su mirada en lo exterior, no son los formalismos externos y actos sacramentales como las
oraciones, las ofrendas generosas, ni los ayunos expuestos hacia los demás, los que hace que una
persona sea calificada de santa ante Dios, sino si éste ha pasado de una vida humana natural a
una espiritual.
Comparto con lo que dice el autor de que Cristo nos lleva a medir la sacralidad o consagración
por las intenciones del corazón. cf. Tito 3, 5—8. “Cristo mismo llega a ser el cumplimiento de
toda fiesta”. Los primeros cristianos lograron construir una cristología a través de sus
celebraciones. La cristología que desarrollo la comunidad primitiva fue como resultado de una
sinergia entre el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento.
En el Paradigma del éxodo y la pascua aplicado a Cristo: es transformada como dice el Profeta
jeremías cf. Jer. 31,31—34, en la Nueva Pascua, el Nuevo Pacto o Alianza entre Dios y la
humanidad. Cristo es el nuevo Moisés que nos pone en el camino de la salvación presente y futura:
Cf. I Cor 5:7: “porque nuestra Pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros.”
Cf. (II Cor 3:17). En Cristo hay libertad: “donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.”
Pablo como teólogo cristiano y de formación según sus escritos en Gál 1, construyo una
elaboración cristológica utilizando como base las experiencias festivas del Israel bíblico. Pablo
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según el autor interpreta el Bautismo y la Cena del Señor a partir de la entrega sacrificial en el
Calvario y en la semana de la pasión, en la última Pascua.
Para Pablo el Bautismo y Cena del Señor se constituirán en el centro de las celebraciones
cristianas, ya que en las celebraciones cristianas se personifican en Cristo por medio de los
símbolos cf. 1º Cor. 10, 16—17; 11,17—34..”
El N.T. registra aun en forma fragmentaria, expresiones litúrgicas con trasfondo judío o arameo o
griego, como amén, hosanna, aleluya, Abba. Se cantan himnos (quizás como Ef 5:14; Flp 2:6-11;
Col 1:15-20; I Tim 3:16), salmos mesiánicos y de entronización aplicados a Cristo, como Sal 2; 16;
23; 24; 110; 118; doxologías como las de I Cor 16:23,24; II Cor 13:14; Hbr 13:20-21; I Ped
5:10-11; alabanzas como en Ap 4:8; 5:9-10; 5:12-13; 7:12; 11:17-18; 15:3-4; 19:6-8.”
Cristo es ese símbolo, en el cual todos los símbolos cumplen su propósito cf. Hebreos 1, dice que
todas las cosas son sombra de aquél que tenia que venir. Él es visto o consumado en si mismo
como el símbolo que da sentidos a todos los demás símbolos, cuando sobe sí se coloca el símbolo
como el tabernáculo de Dios, como la luz, el agua, el cordero, la pascua y la circuncisión.”
Las festividades nos recuerdan el acto de liberación y de estar en libertad, apuntan a la fidelidad y a
la justicia de Dios manifestadas en medio de su pueblo, a través de la historia. Cristo es nuestra
fiesta. El es el Jubileo de Dios para la humanidad. Cristo vivifica nuestra liturgia todos los días
En el Cuarto Evangelio no hay transfiguración, pero toda la persona de Jesús revela la gloria del
Padre, y Él mismo “se hace enramada entre nosotros” (Jn 1:14). Cf Jn 17 y, la oración sacerdotal
de Jesús
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El autor muestra como la adquisición de Jesús sobre ciertos elementos que servían o constituían
parte de rituales culticos recobraron significados, una ves que fueron leídos a la luz de la
resurrección, por ejemplo el Cristo es mayor que Moisés, o Cristo como la luz, el agua, el pan el
nuevo templo.
Encontramos en las prácticas cristianas antecedentes con toda una carga simbólica sobre las
celebraciones bautismales del cristianismo primitivo. Ver nuestra herencia cultica a la luz del
resucitado nos conectará con el Dios de la historia, con el Dios de la Liberación pero ante todo con
el Dios de la celebración cultica final, cf. Ap 7, 9—17.
Apocalipsis 7,17 porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará y los guiará a fuentes de
aguas vivas. Y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos.»