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SIENDO TU OBSTACULO

Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes -afirma el Señor-,
planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza.
Jeremías 29:11
Estoy convencido que una de las cosas que más anhelamos como creyentes es ser
bendecidos por nuestro Dios. Para muchos este es un punto bastante decisivo y
trascendental, paradójicamente muchos al recibir alguna bendición -sobre todo
material-se alejan de quien nos Bendice para disfrutarlas, oraban por un carro y al
recibirlo, ya no pueden venir a la iglesia porque los fines de semana toca irse de
paseo, pedían un trabajo y al obtenerlo “están demasiado ocupados como para
congregarse”, Otros en cambio se alejan frustrados de los caminos del Señor porque a
su modo de ver no han recibido la bendición que esperaban y le culpan a Dios por no
hacerlo, también hay de aquellos que ni se han ido, ni han dejado de congregarse,
pero pasan renegando de Dios y envidiando las bendiciones de otros.
No debemos de tener ninguna duda de que efectivamente Dios quiere bendecirnos y
en gran manera, tanto así que a lo largo de los 31.102 versículos que tiene la biblia
hay 3573 promesas de Dios, es decir estadísticamente hablando hay una promesa
cada 9 versículos, en promedio 3 promesas por cada capítulo de la biblia (1189
capítulos).
Muchos, aun sabiendo que Dios es Todopoderoso, ni siquiera se imaginaban el
enorme deseo que Dios tiene por bendecirnos, pero existen causas por las cuales no
llegamos a disfrutar plenamente todo lo que Dios tiene preparado para nosotros, la
causa principal, eres tú… somos cada uno de nosotros, quienes con nuestras
acciones alejamos el cumplimiento de las promesas de nuestras vidas he incluso
llegamos a poner límites a Dios, impidiendo que Él haga en nosotros lo que Él quiere
hacer. Aunque no nos guste escucharlo y se nos haga difícil de creerlo lo único que
puede interponerse en lo que el Señor puede hacer en tu vida eres tú, es decir que,
queriéndolo o no, sabiéndolo o no, tú mismo terminas siendo el obstáculo para recibir
de Dios lo que Él puede y quiere darte.
Algunos pensarán que eso no es posible, pero permíteme indicarte cómo es que
nosotros nos convertimos en nuestro propio obstáculo para ser bendecidos. Sin hacer
énfasis en cosas que evidentemente nos alejan, como por ejemplo el pecado, quiero
mencionar 3 cosas por las cuales, no recibimos de Dios lo que esperamos.
Sordera espiritual. No escuchar su voz para obedecerla es una razón por lo cual Dios
aleja sus promesas de nuestras vidas, es recurrente Dios en Su Palabra al sentenciar
“Si oyeres atentamente” (Deuteronomio 28:1), pero ¿que hizo el pueblo?, el salmista lo
resume de la siguiente manera:
Pero mi pueblo no oyó mi voz, E Israel no me quiso a mí. Los dejé, por tanto, a la
dureza de su corazón; Caminaron en sus propios consejos. !!Oh, si me hubiera oído mi
pueblo, Si en mis caminos hubiera andado Israel! Salmos 81:11-13 (RVR1960)
El Señor se lamenta de la sordera espiritual del pueblo, dando claramente a entender
que otra hubiese sido la historia de no ser por la sordera. Lo lamentable es que
muchas veces nuestra sordera es selectiva, no oímos a Dios pero sí a satanás.

Lo que dice satanás (Y creemos) Lo que Dios dice (y no creemos)


Vales cada gota de sangre de mi Hijo,
No vales nada porque comprado fuiste por precio. 1
Corintios 7:23
De modo que si alguno está en Cristo,
Tu pasado te descalifica nueva criatura es; las cosas viejas pasaron;
he aquí todas son hechas nuevas. 2
Corintios 5:17
Venid luego, dice Jehová, y estemos a
Los pecados que cometiste han sido cuenta: si vuestros pecados fueren como la
terribles grana, como la nieve serán
emblanquecidos; si fueren rojos como el
carmesí, vendrán a ser como blanca lana.
Isaías 1:18
Mas ahora que habéis sido libertados del
Eres esclavo del pecado pecado y hechos siervos de Dios, tenéis
por vuestro fruto la santificación, y como fin,
la vida eterna. Romanos 6:22

La Incredulidad.-
La incredulidad es a la fe lo que las tinieblas son a la luz. Al apagarse la luz, aparece
la oscuridad para tomar su lugar. Donde la falta fe, florece la incredulidad. Resulta
triste que como cristianos no nos demos cuenta de los daños que causa en nuestras
vidas.
- Impide una manifestación de bendición espiritual y sobrenatural
Y no hizo allí muchos milagros, a causa de la incredulidad de ellos (Mateo
13:58)
- Evita que entremos a nuestra tierra prometida
Y vemos que no pudieron entrar a causa de incredulidad. (Hebreos 3:19)
- Limita el accionar de los obreros
…Conforme a vuestra fe os sea hecho. Mateo 9:29

Para Dios todo es posible; pero para el hombre lo posible se mide conforme a la fe.
Sabiendo que la fe es la victoria que vence al mundo, concluimos que la falta de fe es
en parte lo que ha impedido que más personas del mundo gocen los beneficios de
seguir a Cristo.
Hacer las cosas a nuestro modo.
Y no sólo me refiero a no hacer lo que Dios nos manda, sino a hacer las cosas de un
modo distinto al que Dios manda, es decir a nuestro modo. Moisés, el gran líder del
pueblo de Israel se vio privado de su bendición a causa de hacer las cosas a su
modo.
Entonces alzó Moisés su mano y golpeó la peña con su vara dos veces; y salieron
muchas aguas, y bebió la congregación, y sus bestias. Y Jehová dijo a Moisés y a
Aarón: Por cuanto no creísteis en mí, para santificarme delante de los hijos de Israel,
por tanto, no meteréis esta congregación en la tierra que les he dado. Números 20:12

No hay mejor manera de hacer las cosas que a la manera de Dios. Más cuando Él nos
deja manifiesta su voluntad por escrito, a través de Su Palabra.
En casa, ¿desarrollamos nuestros roles como esposo o esposa a nuestro modo,
conforme nuestro propio pensamiento o según las indicaciones divinas?
Y luego preguntamos ¿Por qué no veo Su Bendición en mi matrimonio?
Como jóvenes ¿Vivimos según Él nos manda? ¿O creemos que sus mandamientos
están pasados de moda?
No tomemos rutas que no están en el mapa, no hay atajos para hacer la voluntad de
Dios, sólo hay un camino y la manera cómo lo debemos caminar ya está establecida.
No sé qué estás enfrentando hoy en tu vida ni se cuál es esa bendición por la que
estás pidiendo, pero en vez de enfocarte en tus problemas y entregarle el poder a
esos problemas, decide creer que Dios sí puede y está dispuesto a trabajar en tu vida.
No lo limites por tu falta de confianza, dejemos de estorbar con nuestra sordera
espiritual, con nuestra incredulidad y haciendo las cosas a nuestro modo, los planes
de bien que Dios tiene para cada uno de nosotros.

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