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UMA

Neuroanatomía

Alumnos: Andrea Michell Hernández Vicente

Paula Guadalupe velasco Culebro

Guadalupe Lucía Hernández Ramos

Cristobal Antonio Solórzano pedro

Adriana Fabiola Santiz Hernández

1°A
Médula espinal

La médula espinal forma parte del sistema nervioso central junto con el encéfalo. Es la
continuación caudal del tronco encefálico y se encuentra en el interior del conducto
vertebral, un conducto óseo formado por los elementos posteriores y los cuerpos de las
vértebras cervicales, torácicas y lumbares. La médula espinal es una larga estructura
cilíndrica, ligeramente aplanada en sentido anteroposterior localizada en el conducto
vertebral y es la encargada de transmitir impulsos nerviosos a los treinta y un pares de
nervios raquídeos, comunicando el encéfalo con el cuerpo, mediante dos funciones
básicas: la aferente, en la que son llamadas sensaciones del tronco, cuello y las cuatro
extremidades hacia el cerebro, y la eferente, en la que el cerebro ordena a los órganos
efectores realizar determinada acción, llevando estos impulsos hacia el tronco, cuello y
miembros. Se considera que la médula espinal es el tejido nervioso más extenso del
cuerpo humano; los axones de sus neuronas pueden alcanzar hasta un metro de largo.
Con un peso de aproximadamente 30 gramos, en su completo desarrollo la médula
espinal alcanza la longitud de 45 cm en los hombres y 42 cm en la mujer dentro del hueso
intravertebral llamado conducto raquídeo en la media arquial, en la parte media arquial del
atlas hasta la primera o segunda vértebra lumbar. En efecto, en el recién nacido la médula
alcanza a la lumbar 3, dos vértebras más abajo, y embrionariamente se encuentra hasta
la base del cóccix.La médula espinal posee dos caras y dos bordes: una cara anterior, dos
bordes laterales y una cara posterior. La cara anterior en la línea media presenta el surco
medio anterior y limita lateralmente por los surcos colaterales anteriores, que son los
orígenes aparentes de las raíces nerviosas motoras o eferentes de los nervios espinales y
que además la separa de las caras laterales. La cara posterior presenta un surco medio
posterior que se prolonga por un tabique hasta la sustancia gris central y limita a los lados
por los surcos colaterales posteriores que corresponden a los orígenes aparentes de las
raíces nerviosas sensitivas o aferentes de los nervios espinales; entre ambos existe un
surco llamado paramediano que dividen superficialmente la médula en dos partes que
corresponden a los haces de Goll y de Burdach (fascículo Grácil y Cuneiforme
respectivamente).Tres membranas envuelven concéntricamente a la médula espinal: la
piamadre, la aracnoides y la duramadre. La piamadre es la que la rodea directamente y se
introduce en los surcos. Sobre ella y relacionada con una parte laxa de la aracnoides
encontramos un espacio lleno de líquido cefalorraquídeo llamado espacio subaracnoideo,
encima de este espacio se encuentra la parte más homogénea y distinguible de la
aracnoides. Es como una red fina, transparente y laxa que no se llega a introducir en los
surcos de la médula. En algunas partes resulta difícil diferenciar la piamadre de la
aracnoides. Por eso, a veces usamos el término pía-aracnoides. Finalmente, tenemos la
duramadre que es la capa meníngea más externa, fibrosa y fuerte. Entre la aracnoides y
la duramadre se encuentra un espacio virtual en estados normales pero importante en
estados patológicos llamado espacio subdural.

La médula espinal está fijada al bulbo raquídeo por arriba con su continuidad con el bulbo,
en su parte media por medio de prolongaciones conjuntivas para adherirse a la
duramadre, aletas en las raíces de los nervios como dependencias de la piamadre,
constituyendo ambos tipos de prolongaciones los ligamentos dentados. En el extremo
inferior por una prolongación de la duramadre que envuelve al filum terminale, fijándose
hasta la base del cóccix. Enfermedades de la médula espinal

La médula espinal es la parte del sistema nervioso que transmite mensajes desde y hasta
el cerebro. Se encuentra dentro de las vértebras, que son los discos óseos que forman la
columna vertebral. Normalmente, las vértebras protegen la médula espinal. Cuando eso
no ocurre, puede ocurrir una lesión de la médula espinal. Además de las lesiones, en la
médula espinal pueden aparecer:

Tumores

Infecciones como la meningitis y poliomielitis Enfermedades inflamatorias

Enfermedades autoinmunes

Enfermedades degenerativas, tales como la esclerosis lateral amiotrófica y atrofia


muscular espinal

La médula espinal es una larga y frágil estructura tubular que comienza al final del tronco
del encéfalo y continúa hasta casi llegar al final de la columna vertebral. La médula
espinal está constituida por haces de axones nerviosos que transportan los mensajes
entrantes y salientes entre el encéfalo y el resto del organismo. La médula espinal
contiene circuitos neuronales dentro de sí misma que controlan los movimientos
coordinados, tales como caminar, nadar o bien orinar. También es el centro de los reflejos,
como el reflejo rotuliano (véase la figura Arco reflejo: una obviedad).

Meninges

Funciones

Protegen al sistema nervioso de lesiones físicas y otros daños

El sistema meníngeo en su conjunto supone una barrera y elemento amortiguador que


impide o dificulta que golpes, traumatismos o lesiones causen daños graves o irreparables
al sistema nervioso central, estemos hablando del cráneo o la médula espinal. Debemos
tener en mente que estas estructuras son imprescindibles para nuestra supervivencia y a
la vez son relativamente delicadas, por lo que necesitan disponer de varias capas de
protección que las separen del medio exterior.

También actúan a modo de filtro que evita que agentes químicos nocivos puedan entrar
en el sistema nervioso. Es decir, que las meninges ofrecen una protección que consiste
en una barrera física y a la vez química. Sin embargo, esta barrera puede ser atravesada
por ciertas sustancias, así que siguen existiendo vulnerabilidades a tener en cuenta.

Permite que el medio cerebral permanezca sano y estable


Hay que tener en cuenta que el encéfalo es un cuerpo delicado, muy vulnerable a los
golpes o lesiones, y que incluso puede ser deformado con cierta facilidad. Además,
necesita estar nutrido constantemente.

Las meninges participan en la génesis y permiten la circulación de líquido cefalorraquídeo,


un elemento clave a la hora de eliminar los residuos generados por el continuo
funcionamiento cerebral y mantener la presión intracraneal.

Mantiene el sistema nervioso en su sitio

La presencia de las meninges impide que el sistema nervioso no se mueva demasiado,


fijando las estructuras que forman parte de él a una situación más o menos estable y
haciendo que se mantenga una estructura interna fija, como ocurre en la cavidad
intracraneana y su división en celdas. Esto es importante, porque la consistencia de la
mayoría de partes del sistema nervioso es casi gelatinosa y por consiguiente no tiene por
qué mantenerse en su sitio. Para ello, necesita de un recubrimiento que esté en contacto
con todos sus rincones, y que no deje que “baile” dentro de nuestro cuerpo.

En definitiva, las meninges actúan a modo de faja y dan forma y unidad al conjunto de
esta parte del sistema nervioso, lo cual permite su funcionamiento normal.

Informa al organismo de posibles problemas

A pesar de que la percepción de estímulos y estados internos del organismo se da gracias


a la actuación del sistema nervioso, el propio sistema nervioso central no tiene por sí
mismo receptores que informen de problemas internos, como por ejemplo nociceptores.
Sin embargo, un conjunto de órganos tan importante como el encéfalo debería estar muy
protegido, para que a la mínima señal de que algo va mal, se pueda reaccionar
rápidamente y alejarse del peligro.
Por eso, aunque el cerebro no tenga receptores de dolor o de cualquier otra sensación
relacionada con los estímulos físicos aplicados sobre él, afortunadamente este no es el
caso de las meninges, las cuales sí poseen receptores de tensión, expansión, presión y
dolor y por consiguiente informan sobre lo que ocurre en esa parte del medio interno.

Así, es gracias a ellas por lo que es posible captar la existencia de problemas


neurológicos (al margen de que dichos problemas causen otros problemas perceptivos o
conductuales), siendo las cefaleas producto de alteraciones en estas membranas.

LIQUIDO CEFALORRAQUÍDEO
El líquido cefalorraquídeo (LCF) es un líquido que circula por los espacios huecos del
cerebro, la medula espinal y entre dos de las meninges (las capas finas de tejido que
cubren y protegen el cerebro y la medula espinal).

El líquido cefalorraquídeo es elaborado por un tejido en los ventrículos (espacios huecos)


del cerebro que se llama “plexo coroideo”.

LCR termina en los senos venosos de la dura madre (capa exterior de tejido fuerte que
cubre y protege el cerebro y la medula espinal).

Es un líquido acuoso transparente e incoloro, sustancia rica en glucosa, vitaminas,


hormonas, aminoácidos, ácidos nucleicos, electrolitos y glóbulos blancos. Todos estos
componentes permiten al sistema nervioso central oxigenarse y que esté bien nutrido. Su
ciclo vital en total es de unas 3 horas para que sea absorbido, después de eso pasa a
formar parte del torrente sanguíneo.
FUNCIONES:

1. Funciona como amortiguador: en caso de una lesión protege al cerebro o medula


espinal

2. Nutrición del sistema nervioso central: se encarga de hacer llegar el oxígeno y los
nutrientes a las células del cerebro y la medula espinal, Permite que el sistema
nervioso se alimente y respire.

3. Mantenimiento de la presión interna: es muy importante para mantener regulada la


presión dentro del sistema nervioso central independientemente de los cambios
que haya en el exterior. El cerebro y la medula espinal sufren mucho si se
producen cambios de presión.

4. Regulación de la homeostasis: garantiza que las concentraciones de los distintos


elementos químicos dentro del cerebro y la medula espinal sean siempre estables,
creando una especie de burbuja en la que no afecta la variabilidad de la cantidad
de sustancias que hay afuera.

5. Eliminación de sustancias de desecho: se ocupa de recoger los desechos


generados por las células después de que estas respiren y también todos aquellos
posibles tóxicos que haya en el sistema nervioso central para trasladarlo fuera de
las meninges y que sea eliminado del organismo.

6. Flotación del cerebro: el cerebro es un órgano que pesa algo más de 2 kg y para
que esté constantemente lubricado y que no sufra golpes necesita del líquido
cefalorraquídeo, esta sustancia consigue que el cerebro este constantemente
flotando en la misma posición.
7. Acción del sistema inmunitario: protege de infecciones, ataque de bacterias, virus,
hongos y parásitos al cerebro, gracias a las células inmunitarias que contiene.

8. Transporte de hormonas: se encarga de hacer llegar a todo el sistema nervioso


central las hormonas que necesita para que el cerebro y la medula espinal
maduren y se mantengan en buen estado de salud.

PATOLOGÍAS DEL LÍQUIDO CEFALORRAQUÍDEO

La patología del LCR se origina cuando existen problemas en su producción, circulación o


reabsorción.

 Hidrocefalias comunicantes: El LCR se forma adecuadamente y fluye


correctamente desde los ventrículos hasta los espacios subaracnoideos, pero existe un
trastorno de la reabsorción. Requieren la implantación de una derivación del LCR desde
los ventrículos cerebrales a otra cavidad corporal donde se pueda reabsorber. Ejemplo:
hidrocefalia tras traumatismo craneoencefálico (por una caída, un accidente) infecciones o
hemorragia intracraneal.

 Hidrocefalias no comunicantes: estas se deben a que el LCR no circula a través de


algún punto de su recorrido debido a una obstrucción, por ello se tratan creando una vía
alterna que permita la salida del LCR desde los ventrículos salvando la obstrucción;
Ejemplo: Hidrocefalia por tumor cerebral.

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