Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
P
Manual para soltar
Practicando la aceptación radical de la terapia dialéctico conductual
Reservados todos los derechos. Ninguna parte de este libro puede volver a imprimirse,
reproducirse o utilizada de ninguna otra forma, o bien por vías electrónicas, mecánicas o cualquier
otro medio, actual o inventado en un futuro, incluyendo la fo tocopia y la grabación, o cualquier otra
forma de almacenaje y recuperación de información, sin el permiso por escrito de la editorial.
Diríjase a CEDRO si necesita escanear o fotocopiar parte de esta obra a través de su web
www.cedro.org o en el teléfono 91 702 19 39
I n t r o d u c c i ó n
Todo el mundo tiene planes con los que lograr objetivos que
considera valiosos en su proyecto personal de vida. Creemos que
cuando consigamos esos objetivos ya podremos ser felices; como al
obtener un determinado puesto de trabajo, la pareja que nos
merecemos, reconocimiento laboral o cierto estatus social.
También elaboramos planes para paliar nuestras carencias. La idea
es subsanar una deciencia en nosotros, para sentirnos bien al n.
Normalmente, estos planes de corrección adoptan la forma de: “Si
pudiera conseguir/ser más tal o menos cual, todo iría mejor”. De
hecho, muchas veces nuestros planes para ser felices están
conectados, en ely fondo,
dijo el lósofo conzen
maestro esosDavid
proyectos
Lloydde (1992),
recticación. Como
estos planes
“emergen de la sensación de carencia”. Hace ya un tiempo, me topé
con un poema que decía:
"... la pregunta no es: ¿por qué somos tan pocas veces la persona que queremos ser?, sino
¿por qué queremos ser tan pocas veces la persona que realmente
realmente somos?".
“Oriah Mountain Dreamer”
Uno de los motivos por los que nació este libro, se encuentra en lo
mucho que estas habilidades han ayudado a pacientes que han
recibido tratamiento en la unidad de Trastorno Límite de la
Personalidad (TLP) del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau en
Barcelona. Durante los últimos 20 años, muchas personas con
dicultades para regular sus emociones y con historial de intentos
de suicidio, han buscado tratamiento en nuestra unidad. La
propuesta terapéutica que ofrecemos se basa en la Terapia
Dialéctico Conductual (TDC), desarrollada por la Dra. Marsha
Linehan en laincluye
tratamiento décadaeldeaprendizaje
los 90 en los
de Estados
distintas Unidos. Este
habilidades
centradas en aumentar su capacidad para regular las emociones.
Una vez nalizada la terapia, preguntamos a los pacientes qué
habilidades les han parecido más útiles. La respuesta, a menudo,
hace referencia a los contenidos que encontraremos aquí. La Dra.
Linehan desarrolló muchas de estas técnicas partiendo de una sola
pregunta: ¿qué diferencia a las personas que salen más fortalecidas
de una situación dolorosa o de una crisis, de aquellas que ante
situaciones adversas se desmoronan completamente? ¿Por qué a
algunos el dolor les hace más fuertes y a otros los destruye? Yo
añadiría otra pregunta: ¿puede existir el crecimiento personal sin
dolor? O dicho de forma diametralmente opuesta, ¿conoces a
mucha gente a la que el éxito le haya hecho mejor persona? Según
mi experiencia, las situaciones de crisis, en las que experimentamos
sufrimiento, pueden ser el precursor de una mayor empatía,
compasión,
disminuir el claricación
ego. de valores, algo que también nos ayuda a
Es cierto que el amor también nos puede hacer mejores personas
y, en efecto, vemos que la gente enamorada logra mayores niveles
de apertura a la experiencia, amabilidad o capacidad para conectar
con otros. Sin embargo, el problema del enamoramiento romántico,
es que, como los yogures, tiene fecha de caducidad. Al desvanecerse
ese estado mental transitorio, la persona vuelve a ser exactamente
la que era antes de estar enamorada. Curiosamente es en el dolor
donde se pueden generar cambios más estables sobre cómo
percibimos el mundo e interactuamos con él y con los demás.
Los contenidos que desgranamos aquí, también se relacionan con
una línea de investigación en la que llevamos más de una década
trabajando. En ella hemos explorado la ecacia de técnicas de
mindfulness y de habilidades de tolerancia al malestar para personas
con dicultades en la regulación emocional (Carmona i Farrés y
cols., 2018; 2019; Elices y cols., 2016; 2017; Feliu-Soler y cols., 2013;
Soler, 2012; 2016). Durante una conversación que mantuve con la
Dra. Linehan en 2015 en la Universidad de Washington (Seattle)
sobre alguno de estos trabajos, me complació coincidir con ella en
la importancia del componente de aceptación de mindfulness, en
ocasiones eclipsado por el énfasis en el aspecto de la atención.
Aunque la denición de mindfulness que se usa con más frecuencia
es la “capacidad para prestar atención al momento presente”,
parece ser que el componente atencional de la práctica depende del
estado emocional del momento. En cambio, la capacidad de
aceptación resulta ser más estable e independiente de la
transitoriedad del estado anímico (Elices y cols., 2019). Además,
aunque podría parecernos que los dos aspectos clave de mindfulness
─atención y aceptación─, son cosas muy distintas, hay quien
propone que en el fondo son lo mismo, la cara y la cruz de una
misma moneda (Brown y cols., 2004).
Pregúntate, ¿dónde pondría mi atención si todos los problemas y
temas que ahora se encuentran en el estatus de “no aceptados”,
instantáneamente pasaran a la categoría de “aceptados”? Y a la
inversa,
cuando soy¿quéconsciente
ocurre cuando
de dóndemi estoy
atención
y de está en hago
lo que el presente,
en este
momento, y de repente, me doy cuenta de que hay algo que no es
como debería ser? Lo que quiero que veas con estas dos preguntas
es que la aceptación enfoca tu atención en el presente, mientras que
cuando no aceptas, te alejas del momento presente.
Otro motivo que dio origen a la elaboración de este material fue
mi participación como profesor del máster de mindfulness de la
Universidad de Zaragoza. Hace aproximadamente diez años, mi
amigo y coordinador del máster, el Dr. Javier García Campayo, me
pidió dictar un seminario centrado en el concepto y la práctica de la
aceptación. Este libro, recopila el contenido actual de aquel taller.
Como ya he comentado, existen numerosos y excelentes libros para
entrenar la habilidad de cambiar situaciones (o aprender a
solucionar problemas), pero no hay muchos que expliquen cómo
podemos cambiar nosotros mismos, sin tratar de cambiar las cosas.
Es por eso por lo que quise suplir dicha carencia con este “manual
para soltar”.
En gran medida, las estrategias propuestas provienen de
intervenciones psicológicas en las que mindfulness y aceptación
tienen un papel relevante para disminuir el sufrimiento y aumentar
la exibilidad psicológica. Asimismo, se incluyen conceptos
provenientes de literatura no cientíca, en su mayor parte de
perspectivas orientales.
Para terminar, me gustaría dar una recomendación a los lectores:
la primera parte es esencialmente informativa y psicoeducativa, y la
segunda práctica. Aunque te resulte tentador, yo te aconsejo que no
te dirijas directamente a la parte práctica. Hacer las prácticas sin
entender “para qué”, ni qué buscamos con ellas, te sería de poca
utilidad. Es como si te soltaran en un campo de hierba con una
pelota, sin decirte que el objetivo del juego es meter el balón en la
portería del fondo, usando solo los pies.
Esto es fundamental, porque la aceptación está muy contaminada
por algo que en inglés se dene como false friends. Son aquellas
palabras que, por su semejanza con otras de nuestra propia lengua,
dan lugarcarpet
ejemplo, a equívocos; se parecen,
no es carpeta, pero no signican
sino alfombra, lo mismo.
o embarrassed Por
no tiene
nada que ver con estar embarazada, sino que hace referencia a
estar avergonzado. La más clásica de estas asociaciones equívocas
se produce entre la palabra “aceptación” y la palabra “resignación”.
En la tradición budista encontramos una idea similar, la de los
near enemies —enemigos cercanos—. Se trata de conceptos que
parecen próximos, pero que, ante un análisis detallado y profundo,
resultan antagónicos. Tenemos claro que amor y odio son
antagónicos (far enemies), pero la compasión y la pena pueden
parecernos conceptos cercanos a simple vista, aunque no lo sean.
En el caso de la aceptación, tiende a confundirse frecuentemente
con la resignación. Entender la diferencia entre estos dos conceptos
es básico para que las prácticas de este libro te sean útiles. Así que
primero entiende y luego practica. Explora y contrasta en tu
experiencia personal la veracidad de lo expuesto, y si te cuadra,
entonces practica y sigue practicando. La clave para desarrollar una
habilidad es comprenderla claramente y repetirla una y otra vez.
R e f e r e n c i a s b i b l i o g r á c a s
Brown, K. W., & Ryan, R. M. (2004). Perils and promise in dening and measuring
mindfulness: Observations from experience. Clinical Psychology: Science and Practice,
11(3), 242–248. https://doi.org/10.1093/clipsy.bph078
Carmona i Farrés, C., Elices, M., Soler, J., Domínguez-Clavé, E., Pomarol-Clotet, E.,
Salvador, R., & Pascual, J. C. (2019). Eects of Mindfulness Training on Borderline
Personality Disorder: Impulsivity Versus Emotional Dysregulation. Mindfulness, 10(7),
1243–1254. https://doi.org/10.1007/s12671-018-1071-4
Carmona i Farrés, C., Elices, M., Soler, J., Domínguez‐Clavé, E., Martín‐Blanco, A.,
Pomarol‐Clotet, E., … Pascual, J. C. (2019). Eects of mindfulness training on the default
mode network in borderline personality disorder. Clinical Psychology & Psychotherapy,
26(5), 562–571. https://doi.org/10.1002/cpp.2382
Elices, M., Pascual, J. C., Portella, M. J., Feliu-Soler, A., Martín-Blanco, A., Carmona, C., &
Soler, J. (2016). Impact of Mindfulness Training on Borderline Personality Disorder: A
Randomized Trial. Mindfulness, 7(3), 584–595. https://doi.org/10.1007/s12671-016-0492-1
Elices, M., Soler, J., Feliu-Soler, A., Carmona, C., Tiana, T., Pascual, J. C., … Álvarez, E.
(2017). Combining emotion regulation and mindfulness skills for preventing depression
relapse: a randomized-controlled study. Borderline Personality Disorder and Emotion
Dysregulation, 4(1), 13. https://doi.org/10.1186/s40479-017-0064-6
Elices, M., Tejedor, R., Pascual, J. C., Carmona, C., Soriano, J., & Soler, J. (2019). Acceptance
and present-moment awareness in psychiatric disorders: Is mindfulness mood
dependent? Psychiatry Research, 273, 363–368.
https://doi.org/10.1016/j.psychres.2019.01.041
Feliu-Soler, A., Pascual, J. C., Borràs, X., Portella, M. J., Martín-Blanco, A., Armario, A., …
Soler, J. (2014). Eects of Dialectical Behaviour Therapy-Mindfulness Training on
Emotional Reactivity in Borderline Personality Disorder: Preliminary Results. Clinical
Psychology & Psychotherapy, 21(4), 363–370. https://doi.org/10.1002/cpp.1837
Loy, D. (1992). Avoiding the void: The lack of self in psychotherapy and Buddhism. Journal
of Transpersonal Psychology, 24(2), 151–179.
Oriah. (2001). The Dance. San Francisco, CA, US: Harper San Francisco.
Soler, J., Elices, M., Pascual, J. C., Martín-Blanco, A., Feliu-Soler, A., Carmona, C., &
Portella, M. J. (2016). Eects of mindfulness training on dierent components of
impulsivity in borderline personality disorder: results from a pilot randomized study.
Borderline Personality Disorder and Emotion Dysregulation, 3(1), 1.
https://doi.org/10.1186/s40479-015-0035-8
Soler, J., Valdepérez, A., Feliu-Soler, A., Pascual, J. C., Portella, M. J., Martín-Blanco, A., …
Pérez, V. (2012). Eects of the dialectical behavioral therapy-mindfulness module on
attention in patients with borderline personality disorder. Behaviour Research and
Therapy, 50(2), 150–157. https://doi.org/10.1016/j.brat.2011.12.002
C a p í t u l o 2
F á c i l , d i f í c i l o i m p o s i b l e d e
c a m b i a r
¿Por qué
Desde nos resistimos
mi punto tantomuchos
de vista, hay a la idea de aceptar
factores ciertas cosas?a
que contribuyen
esta resistencia. Uno de ellos tiene su origen en las características
de nuestra sociedad actual. Recibimos cientos de mensajes que nos
empujan a obtener lo que queremos, como la idea de “querer es
poder” o de que si estamos lo sucientemente motivados
conseguiremos lo que deseamos; como dicen, cualquiera puede ser
presidente.
Este razonamiento es frecuente, pero solo parcialmente cierto.
Como veremos, hay dos formas de conseguir lo que quieres:
cambiar lo que tienes o cambiar lo que deseas.
A grandes rasgos, nuestra mente funciona como un comparador
entre lo que tenemos (o creemos que tenemos) y lo que queremos
(Segal y cols., 2002; Williams, 2008). En este sentido, todos nuestros
problemas surgen, esencialmente, de la diferencia entre lo que “es”
y lo que “debería
“deberí a ser”. En el espacio que hay entre esa discrepancia
di screpancia
emerge la mente. Es curioso observar el hecho de que somos
nosotros mismos quienes dictamos cómo “deberían ser las cosas”.
Si el problema es importante y existe una gran diferencia entre lo
que es y lo que debería ser —lo que conlleva consecuencias
desfavorables— es probable que rumiemos largamente sobre él. Así,
cuando clasicamos un problema como “importante”, este acapara
toda nuestra atención; lo analizamos mentalmente y nos hace
plantearnos escenarios virtuales para poder planicar y encontrar
una solución. El objetivo es simple: subsanar la discrepancia,
acortar la brecha y que todo vuelva a ser “como debe ser”. Esta
forma de reaccionar ante los problemas puede activarse ante
diferentes situaciones, desde conseguir una cita con una chica,
hasta evitar la calvicie o pagar menos impuestos.
«Hay dos formas de cambiar lo que deseas: cambiar lo que tienes (“lo que es”) o
cambiar lo que pides (“lo que debería ser”)»
Aunque aparentemente solo hay dos tipos de problemas —los
importantes y los no importantes—, si nos jamos con más detalle
podremos dividirlos en cuatro categorías.
• Problemas que importan y que controlamos: como aprobar un
examen
una crucial —que
enfermedad para laseque
resuelve estudiando—
hay tratamiento ecazo ymejorarse
disponible.de
• Problemas que no importan y que controlamos: como que no
me guste el programa de TV que estoy viendo —cuando tengo yo
el mando a distancia— o el libro que estoy ojeando en una
librería —donde hay muchos otros para escoger—.
• Problemas que no importan y no controlamos:como que no me
guste el programa de TV que estoy viendo, PERO el mando a
distancia no lo tenga yo, sino mi pareja.
• Problemas que importan y que no controlamos: como tener una
enfermedad para la que no hay un tratamiento ecaz disponible
o enamorarnos de alguien que no nos corresponde. A esta última
categoría pertenecen los problemas que más nos complican la
vida, aquellos que nadie quiere tener.
Si lo pensamos detenidamente, en el fondo, la importancia del
problema es secundaria, lo verdaderamente crucial es nuestro
grado de control sobre el mismo. La variable control es la que
determina la mejor
tienes control, respuesta
merece la penapsicológica ante un
actuar. El hecho deproblema. Solo si
que el problema
sea importante o no, es irrelevante. Importancia y control pueden
ser variables totalmente ortogonales —o, dicho de otra manera,
totalmente independientes entre sí—. Tanto es así que, cuando
estamos abrumados por un problema importante y que no
controlamos, suele ser útil dedicarnos a resolver algo que sí
controlamos, aunque tenga poca importancia. Por ejemplo,
podríamos coger cita con el dentista o cambiar una bombilla
fundida de un armario. ¿Y por qué es tan útil? Pues porque el hecho
de actuar y movilizarnos para resolver un problema —aunque tenga
poca importancia— aumenta nuestra sensación de dominio y
control y produce un aumento de las emociones positivas; facilita el
contexto para responder de forma más ecaz a aquello que nos
importa, pero no controlamos. La próxima vez que estés abrumado
por un problema importante, prueba a ocuparte de algo sobre lo
que sí tienes
Esta controlsobre
observación y observa qué efecto tiene
la importanica en ti. no es nueva,
del control
pues como ya decía en el 700 d. C. el erudito indio Shantideva: "Si
hay un remedio, ¿de qué sirve entonces la preocupación? Si no hay
remedio, ¿de qué sirve entonces la preocupación?".
Desafortunadamente, aunque entenderlo racionalmente ayuda, no
es suciente.
De forma intuitiva, ya detectamos que el control es un elemento
clave a la hora de resolver o no un problema. Por ejemplo, imagina
que le preguntamos a un conocido si aprobó o no el carnet de
conducir y nos contesta algo como: “Bueno, es que este año cogí dos
o tres veces la gripe y además la escuela me quedaba algo lejos de
casa para ir andando y hubo huelgas de transporte público.
Además, ha ssido
ido un año lluvioso y ssee me rompió el paraguas y creo
que el profe me tiene manía.” ¿Cómo te quedas tras esta
explicación?
A veces, aunque entendamos racionalmente que no tenemos
control sobre el problema y que de nada sirve preocuparnos, no
sabemos qué hacer para sacárnoslo de la cabeza. Cuando se trata de
algo que
caso omiso
nosdeimporta,
dicho raciocinio
es como ysiactivara
nuestrademente
formadecidiera
instantánea
hacer
el
modo preocupación y sufrimiento. Aunque le digamos rmemente
que es inútil preocuparse —pues la solución no depende de
nosotros—, el efecto es, en el mejor de los casos, efímero. Y si
además empleas un tono imperativo, lo que haces recibe en
términos psicológicos el nombre de supresión. Esto tiene peores
consecuencias que el no hacer nada, porque el pensamiento vuelve
con mayor insistencia, como un boomerang. Como se suele decir:
“No quieres sopa, pues toma dos tazas”. El fenómeno fue ilustrado
mediante el clásico
cual se inspiró experimento
en una observacióndeldelpsicólogo Daniel Wegner,
célebre escritor el
ruso Léon
Tolstói. En él, pedía a los participantes que pensaran en lo que
quisieran de forma consciente durante 5 minutos, pero con la única
condición de no pensar en un oso blanco. Si no conoces el
experimento, pruébalo ahora mismo.
La mayoría de la gente asume que el mundo interior y el mundo
exterior
la mentefuncionan
no son lo bajomismo—.
las mismas
Porleyes, pero no
ejemplo, es así —la mano
la conducta motoray
observable depende de nuestra “intención”; uno realiza un gesto
con su mano en función de su “voluntad”. Imagina que yo te digo,
“deja este libro en la mesa”. Tú lo harás (o no) en función de si
quieres seguir mi indicación, pero lo que no ocurrirá es que dejes el
libro en la mesa en contra de tu voluntad. Tu mano no actúa como
si estuviera poseída, dejando el libro en la mesa ante tus ojos
atónitos. Si lo dejas es porque quieres, y si no lo haces, pues porque
no. Simple. Pero, ¿sucede lo mismo con el mundo interior?
¿Decides tú lo que piensas, sientes o deseas? Si te digo, “piensa en
cualquier verdura menos en una lechuga verde y fresca”, ¿puedes
hacerlo?
«El control es lo que determina la respuesta a los problemas, sean estos importantes
o no»
R e f e r e n c i a s b i b l i o g r á c a s
Hjelmborg, J. V., Fagnani, C., Silventoinen, K., McGue, M., Korkeila, M., Christensen, K., ...
& Kaprio,
adult twins.J. Obesity,
(2008). Genetic inuences
16(4), 847-852. on growth traits of BMI: a longitudinal study of
https://doi.org/10.1038/oby.2007.135
Segal, Z. V., Williams, J. M. G., & Teasdale, J. D. (2002). Mindfulness-based cognitive
therapy for depression: A new approach to preventing relapse. New York: Guilford
Press.
Williams, J. M. G. (2008). Mindfulness, depression and modes of mind. Cognitive Therapy
and Research, 32(6), 721-733. https://doi.org/10.1007/s10608-008-9204-z
C a p í t u l o 3
Q u é e s y q u é n o e s l a a c e p t a c i ó n
S o b r e l a a c e p t a c i ó n , l a r e s i g n a c i ó n y l a
c o n f r o n t a c i ó n i r r a c i o n a l
R e f e r e n c i a s b i b l i o g r á c a s
Chida, Y., & Steptoe, A. (2008). Positive Psychological Well-Being and Mortality: A
Quantitative Review of Prospective Observational Studies. Psychosomatic Medicine,
70(7), 741–756. https://doi.org/10.1097/PSY.0b013e31818105ba
Diener, E., & Chan, M. Y. (2011). Happy People Live Longer: Subjective Well-Being
Contributes to Health and Longevity. Applied Psychology: Health and Well-Being, 3(1), 1–
43. https://doi.org/10.1111/j.1758-0854.2010.01045.x
Reynolds, P. (2000).
Black/White CancerUseSurvival
of Coping Strategies
Study. andJournal
American Breast of
Cancer Survival: Results
Epidemiology, from the
152(10), 940–949.
https://doi.org/10.1093/aje/152.10.940
C a p í t u l o 4
L a i s l a d e l d o l o r
E j e r c i c i o 1
Q u é e s l o q u e n e c e s i t o a c e p t a r ? ( P a r t e
A )
El primer paso para trabajar con este libro será denir qué cosas
necesitamos aceptar en nuestra vida. Es por eso por lo que, como
ejercicio inicial, te sugiero pararte un momento y pensar sobre qué
es aquello que necesitas aceptar y el grado en que lo aceptas
actualmente.
Enumera 2 hechos muy importantes en tu vida que necesitas
aceptar.
Indica el grado de aceptación actual en una escala del 0 al 5, donde
0 = no lo acepto en absoluto y 5 = lo acepto absolutamente.
Hechos muy importantes que neces
necesito
ito ac
acepta
eptarr Grado
Grado de acepta
aceptación
ción actu
actual
al (0 - 5)
5)
1
2
Q u é e s l o q u e n e c e s i t o a c e p t a r ? ( P a r t e
B )
Nagasako, E. M., Oaklander, A. L., & Dworkin, R. H. (2003). Congenital insensitivity to pain:
an update. Pain, 101(3), 213–219. https://doi.org/10.1016/S0304-3959(02)00482-7
Young, S. (2006). Break Through Pain: A Step-by-Step Mindfulness Meditation Program
for Transforming Chronic and Acute Pain. ReadHowYouWant.
C a p í t u l o 5
Q u i é n e s t á a l m a n d o
Q u i é n e s t á a l m a n d o ?
ACONTECIMIENTOS POSITIVOS
Nacimiento ←————————————————————————→
Presente
ACONTECIMIENTOS NEGATIVOS
Para hacer este ejercicio escoge un momento en el que sientas que
tus emociones están en equilibrio.
Sitúa en esta línea temporal, 5 o 6 acontecimientos relevantes en
tu vida, algunos que consideres positivos y otros que consideres
negativos.
Detente en cada uno de estos acontecimientos, evalúalos y
pregúntate: ¿Qué peso tuvieron las circunstancias externas —ajenas
a mi inuencia— en esta situación?
En esta línea de pensamiento, el propio Freud señaló en su
momento que a la humanidad le encanta creerse el centro de todo.
Pero parece que no somos el centro del universo, la Tierra resultó
ser un planeta que gira alrededor de una estrella de tamaño medio
entre incontables galaxias. Tampoco somos el centro de la creación,
como bien explicó Darwin. No somos cualitativamente diferentes al
resto de animales, solo una forma de homínido que pertenece a la
familia de los grandes simios, junto al chimpancé, el orangután y el
gorila. Del mismo modo, buena parte de nuestro comportamiento
depende de aspectos de nuestra mente que escapan a nuestro
control, de los que no somos conscientes. Entendemos por
inconsciente no tanto la propuesta freudiana, sino simplemente
todos los procesos de nuestro cerebro de los que no somos autores
activos y que ocurren de forma automática. La cantidad de procesos
de autorregulación consciente en comparación con aquellos
inconscientes, es insignicante (Bargh y cols., 1997). Al margen de la
temperatura,
etc., los actos la
quedigestión, el metabolismo,
consideramos regulación
voluntarios —como endocrina,
andar o leer—
son en su mayor parte inconscientes. Por ejemplo, al leer eres
consciente de este texto, pero no de la tarea de decodicar el
sentido de los signos, que son las letras de las palabras. Sin esa
rápida, hábil e inconsciente gestión, la avalancha de información te
saturaría en un instante (Grinde, 2016).
A pesar de ello, con frecuencia nos parece que mucho de lo que
nos sucedió en los momentos importantes de nuestra vida,
dependió de nosotros. Creemos que pasó lo que pasó porque uno
quiso hacer casos,
en algunos algo depero
una ¿tú
determinada manera.
escoges querer Puede
lo que que seaPorque
quieres? cierto
de ser así, yo modicaría alguna de mis preferencias. Con eso no
quiero decir que las preferencias de uno no cambien, lo que quiero
decir es que no cambian por el hecho de quererlo. Por ejemplo,
imagina que unos padres descubren que su hijo adolescente está
consumiendo cocaína. Le piden que se ponga en tratamiento, pero
su hijo “no quiere”. Supongamos que ese chico sigue consumiendo
durante los próximos 10 años. Pasado ese tiempo es el hijo (y no los
padres) el que “quiere” tratamiento. ¿Eligió el hijo rechazar 10 años
antes el tratamiento? ¿Eligió 10 años después aceptarlo? Tal como
lo veo, lo que cambió con el tiempo fueron sus prioridades. Al
cambiar sus prioridades cambiaron sus elecciones. Puede que,
siendo adolescente, su prioridad fuera la diversión y no tuviera
experiencias negativas porque no había consumido lo suciente.
Con un historial de 10 años con la cocaína, la experiencia ya no es la
misma. El consumo ya no es recreativo y la abstinencia es un
problema. La pregunta es: ¿Decide él dejarlo o son sus prioridades
las que median en esa decisión?
La ilusión de control es cierta sobre todo en cuanto a los éxitos.
Por ejemplo, cuando un jugador habitual de tragaperras consigue
llevarse el premio en una máquina, ¿a quién atribuye el éxito? ¿A la
programación informática que rige y asigna los premios en cada
jugada o a su habilidad para gestionar la pulsación de los botones
en el momento preciso? ¿A su buen ojo para introducir la moneda
cuando “nota” que la máquina está ya “caliente” para dar el premio?
Permíteme
mundial de llevar esta idea
natación. al extremo que
Consideramos con elparte
caso de un
sucampeón
victoria
depende de variables relacionadas con sus actos voluntarios.
Bueno, es cierto que tras esa medalla hay muchísimas horas
entrenamiento, pero ¿qué mérito tiene él respecto a su talento, su
predisposición física heredada genéticamente: su complexión ósea
que determina su otabilidad, o su altura? Si tú tuvieras su misma
edad, ¿crees que con todas esas horas de entreno tú llegarías a ser
campeón mundial en natación? Tampoco podemos dejar de lado las
características temperamentales y de aprendizaje que le coneren
esa persistencia
puede o su horas
entrenar ocho pasiónalpor
díaely seis
mediodíasacuático —gracias¿Podrías
a la semana—. a ellas
tú alcanzar su nivel sin esos rasgos de personalidad y valores?
Como bien señala Sam Harris (2012) en un libro enteramente
dedicado a este tema, detrás de las historias de triunfo de esos
hombres “hechos a sí mismos” encontrarás que su éxito dependía
por completo de condiciones de base en las que ellos no tuvieron
parte y que simplemente les beneciaron. Ellos no escogieron su
genoma, que determinó rasgos en su personalidad, ni el país donde
nacieron ni el momento histórico en que lo hicieron ni las
condiciones sociopolíticas y económicas que, en conjunto,
resultaron cruciales para su progreso.
La imagen que este tema me sugiere es la de encontrarnos en una
barca sin motor ni vela, pero con timón. El objetivo es llegar hasta
una isla que vislumbramos en el horizonte, a lo lejos. Con este n
manejamos nuestro timón, puesto que puede inuir en la deriva de
nuestra barca. Pero, ¿de qué sirve el timón y el margen de maniobra
que nos da, si las invisibles corrientes marinas son diametralmente
opuestas a nuestro destino elegido? ¿Alcanzaremos tierra? ¿Si no
llegamos, a quién le echaremos la culpa? Ahora imaginemos que
esas corrientes submarinas nos acercan a nuestra deseada isla.
Manejamos el timón y llegamos a buen puerto. En ese caso, ¿a quién
le atribuyes el feliz desenlace? ¿A las corrientes subacuáticas o a tu
hábil manejo del timón?
Como señalan Teasdale y Chaskalson (2011), el mundo y nuestra
experiencia son, en esencia, poco ables y condicionales. Lo que
sucede interna
condiciones y externamente
cambiantes, enormemente depende de que
complejas, unainteractúan
serie de
mutuamente. Las personas no somos conscientes de muchas de
estas condiciones, es más, no controlamos la mayoría de ellas. No
obstante, esa falta de abilidad pasa inadvertida ante la brutal
simplicación que nuestra mente hace de una ecuación tan
intrincada. La mente reduce la enorme complejidad y los patrones
dinámicamente cambiantes del mundo a algo más sencillo,
independiente, conable y estable: eso es nuestro pensamiento. Nos
da una falsa sensación de control, de elevada predictibilidad, como
si tuviéramos un plan y además fuera able. Pero tengamos
presente una cosa, y es que todo el mundo se muere por sorpresa,
no estaba en su agenda.
P r e f e r e n c i a v s . d e s e o d e i n u e n c i a
E l s u f r i m i e n t o y e l p a s o d e l t i e m p o
E j e r c i c i o 3
F a c t o r t e m p o r a l
E j e r c i c i o 4
M e d i t a c i ó n : S o l o e s t a r e s p i r a c i ó n
R e f e r e n c i a s b i b l i o g r á c a s
Balsekar, R. S., & Bardo, B. (1999). Who Cares?!: The Unique Teaching of Ramesh S.
Balsekar. Advaita Press. Retrieved from https://books.google.es/books?
id=fzA4AAAACAAJ
Bargh, J. A. (1997). The automaticity of everyday life. In The automaticity of everyday life:
Advances in social cognition, Vol. 10. (pp. 1–61). Mahwah, NJ, US: Lawrence Erlbaum
Associates Publishers.
Grammer, K., Fink, B., & Neave, N. (2005). Human pheromones and sexual attraction.
European Journal of Obstetrics & Gynecology and Reproductive Biology, 118(2), 135–142.
https://doi.org/10.1016/j.ejogrb.2004.08.010
Grinde, B. (2016). The Evolution of Consciousness. Cham: Springer International
Publishing. https://doi.org/10.1007/978-3-319-43685-2
Grinde, B. (2018). Did consciousness rst evolve in the amniotes? Psychology of
Consciousness: Theory, Research, and Practice, 5(3), 239–257.
https://doi.org/10.1037/cns0000146
Harris, S. (2012). Free will. Simon and Schuster.
Isen, A. M. (2001). An Inuence of Positive Aect on Decision Making in Complex
Situations: Theoretical Issues With Practical Implications. Journal of Consumer
Psychology, 11(2), 75–85. https://doi.org/10.1207/S15327663JCP1102_01
Liquorman, W., & Salva, D. (2012). The Way of Powerlessness: Advaita and the 12 Steps of
Recovery. Advaita Press. Retrieved from https://books.google.es/books?
id=vE2WMQEACAAJ
Linehan, M. (2004). From suering to freedom through acceptance. Seattle, WA:
Behavioral Tech.
Soler, J., Vega, D., Elices, M., Feliu-Soler, A., Soto, À., Martín-Blanco, A., … Pascual, J. C.
(2014). Testing the reinforcement sensitivity theory in borderline personality disorder
compared with major depression and healthy controls. Personality and Individual
Dierences, 61–62, 43–46. https://doi.org/10.1016/j.paid.2014.01.005
Teasdale, J. D., & Chaskalson (Kulananda), M. (2011). How does mindfulness transform
suering? I: the nature and origins of dukkha. Contemporary Buddhism, 12(1), 89–102.
https://doi.org/10.1080/14639947.2011.564824
C a p í t u l o 6
A c e r c a m i e n t o a l a s f o r m a s d e
a c e p t a c i ó n
E j e r c i c i o 5
l a m ú s i c a d e l a c e p t a r
Finalmente, piensa
anteriormente, cuando en
aúncómo
no la era paraaceptado
habías ti estay hazte
situación
las
mismas preguntas que antes, pero en pasado. ¿Qué pensabas sobre
aquella situación? ¿Cómo te sentías? ¿Qué sensaciones físicas
acompañaban a esos sentimientos y dónde las sentías? Y, por
último, ¿qué comportamientos tenías antes de haberla aceptado?
Sé descriptivo y compara tu experiencia antes y después de
aceptar la situación, y en cada uno de sus niveles —pensamientos,
emociones, sensaciones físicas—. ¿Cómo te sientes cuando aceptas?
¿Y cuándo no? ¿Qué diferencia has notado cuando has aceptado la
situación? ¿Qué cambió para ti?
Puede que tras este ejercicio hayas descubierto que alguna
circunstancia en particular —interna o externa— te ha facilitado la
aceptación. En esos casos, hay un escalón cualitativo, un antes y un
después. La mayoría de las veces esa circunstancia propició un
momento de comprensión al que antes no podías acceder. De ser
así, es interesante
facilitó. En otras detectar
ocasionesy analizar el porqué,ningún
no se produjo qué fuesalto
lo que
y lo
la
aceptación fue producto de un proceso más gradual. Ya sea el
primer o el segundo caso, la aceptación es como una lasaña. Tiene
capas con distintos niveles de experiencia.
Aceptar implica entender a nivel mental, relajar-soltar a nivel
emocional-corporal y actuar de forma sincrónica y coherente con
la aceptación a nivel conductual. Un problema frecuente al
acercarnos a la aceptación es que, a veces, nos esforzamos en un
nivel, pero nos olvidamos de los otros.
Ya introdujimos
(Linehan, brevemente
1993; 2014) al hablarel concepto de “aceptación
de resignación radical”
y confrontación
irracional. Aquí, “radical” quiere decir dos cosas: total y
completamente. “Completamente” hace referencia a los distintos
niveles de la aceptación. La importancia de aceptar algo
completamente puede no ser evidente. Así que imagínate esta
situación: si uno se repite a sí mismo cien veces por la mañana ante
el espejo: “Soy una persona segura” (mental), pero cada vez que
debe tomar una decisión consulta sistemáticamente qué hacer a
varios de sus familiares y amigos (conductual), no hay una
congruencia entreque
algunos ejemplos estos niveles,
pueden no existe
ayudarnos una aceptación.
a claricar Veamos
este punto.
Ana y Santiago fueron pareja durante 3 años hasta que él decidió
terminar la relación. Tres meses después, Ana dice que aceptó la
ruptura y que está lista para “seguir adelante” con su vida. Justo en
ese momento, Santiago llama y le comenta que le gustaría quedar
con ella porque recordó que tiene algunas cosas suyas para
devolverle. Le pregunta si pueden verse al día siguiente. Ana intenta
a toda costa posponer la cita un par de días, pues es imprescindible
que antes de ver a Santiago vaya a la peluquería. ¿Realmente crees
que Ana aceptó la ruptura? ¿Hay coherencia entre lo que Ana dice –
aceptar la ruptura– y lo que hace –querer “arreglarse” antes de ver
a su ex–?
Volviendo al tema de los niveles de aceptación, es importante
aclarar que, aunque los distintos elementos ejercen una inuencia
mutua entre sí —nuestras emociones tienen un impacto en nuestra
conducta
en y ensentimos
cómo nos nuestrosypensamientos, y los pensamientos
en lo que hacemos—, inuyen
podríamos decir que
el aspecto conductual de la aceptación es clave.
Es así porque la conducta posee una característica que la
distingue del pensamiento y la emoción, algo que la hace
poderosa. Tú no decides lo que sientes ni lo que piensas, pero sí
decides lo que haces. Yo no puedo decidir no pensar en alguien,
pero sí puedo decidir no llamarle a pesar de seguir pensando en él.
A lo largo del libro, profundizaremos en ello al hablar de aceptación
conductual.
Llevar a cabo
aceptación conductas que
es fundamental; al sean
menoscompatibles y coherentes
por dos razones. con la
Imaginemos
el caso de Pedro, un chico que acaba de terminar una relación con
su pareja, Patricia. Después de que su novia lo dejara, Pedro debe
enfrentarse a una nueva rutina, “a la era post-Patricia”, como él
llama a esta nueva etapa. Al sacar el tema en terapia, una de las
primeras cosas que Pedro cuenta es que en el último mes —desde
que ella lo dejó— pasa la mayoría de las noches en casa de un
amigo. Estar en su piso le resulta muy doloroso porque “todo me
recuerda a ella”, dice. Además, ha dejado de ir al gimnasio —solían
ir juntos—
Ante y ha cambiado
la pregunta de por quéelhacamino quedetoma
cambiado para volver
ruta para ir al trabajo.
a casa,
Pedro responde que ahora que sabe dónde vive Patricia, así puede
pasar delante de su apartamento. Cuando pasa por su calle, mira
desde la acera si hay luz en el piso, y si es el caso, busca por los
alrededores hasta encontrar el coche de su ex aparcado. Luego mira
a través de los cristales para ver si hay algún objeto en el vehículo
que señale que Patricia tiene otra pareja.
En este punto, os hago la misma pregunta que le hice a Pedro
entonces: ¿Realmente crees que hay algo que podamos hacer en
terapia que vaya a cambiar cómo te sientes respecto a la relación si
sigues haciendo lo que haces? ¿Cuánto tiempo crees que te llevará
aceptar que la relación se ha terminado si sigues comportándote
así?
Aunque Pedro no sea consciente de ello, es probable que estas
conductas —quedarse en casa de un amigo, dejar de ir al gimnasio,
cambiary la
Pedro de aceptación
camino para volver
y que, del trabajo— se en
paradójicamente, interpongan entre
lugar de “pasar
página” Pedro siga ansioso y triste por más tiempo. Este ejemplo
nos demuestra que cuando nuestros comportamientos no son
compatibles con la aceptación, estamos perpetuando sin querer, el
problema.
Qué crees que sería más fácil para Pedro: ¿Modicar sus
conductas y volver a su rutina diaria o dejar de pensar en Patricia y
dejar de sentirse triste por la ruptura? Aunque volver a su rutina
diaria seguramente sea difícil para él, modicar estas conductas
será más fácil que
determinadas dejar de El
emociones. tener esos pensamientos
control o evitarnuestro
que tenemos sobre sentir
comportamiento es mucho más grande que el control que tenemos
sobre lo que pensamos y/o lo que sentimos. Recordemos el
experimento de Wegner en el que les pedía a los participantes que
pensaran en cualquier cosa menos en un oso blanco. Desde
entonces, las investigaciones realizadas muestran la misma
tendencia y advierten de las consecuencias perjudiciales que
conlleva tratar de “eliminar pensamientos” (Dickson Ciesla y Reilly,
2012). Algo parecido sucede a nivel emocional. Me acuerdo de una
persona a la que cada vez que le preguntaba sobre una situación en
particular me decía: “No es necesario hablar de ello, hace tiempo
que lo superé”, mientras apartaba la mirada con una mueca de
desagrado. En ese caso, aquello que la persona verbaliza y lo que
muestra su conducta, no es consistente con lo que expresa a nivel
emocional, y a nivel facial/corporal. Es posible aceptar, si el
mensaje mental, emocional-corporal y conductual, es congruente
con la aceptación.
R e f e r e n c i a s b i b l i o g r á c a s
Dickson, K. S., Ciesla, J. A., & Reilly, L. C. (2012). Rumination, Worry, Cognitive Avoidance,
and Behavioral Avoidance: Examination of Temporal Eects. Behavior Therapy, 43(3),
629–640. https://doi.org/10.1016/j.beth.2011.11.002
Linehan, Marsha M. (1993). Skills training manual for treating borderline personality
disorder. New York, NY: Guilford Press..
Linehan, Marsha M. (2014). DBT® Skills Training Manual (Second Edition). New York, NY:
Guilford Press.
Wegner, D. M., Schneider, D. J., Carter, S. R., & White, T. L. (1987). Paradoxical eects of
thought suppression. Journal of Personality and Social Psychology, 53(1), 5–13.
https://doi.org/10.1037//0022-3514.53.1.5
C a p í t u l o 7
A c e p t a c i ó n m e n t a l
R e f e r e n c i a s b i b l i o g r á c a s
Eysenck, H. J. (1987). “There is Nothing More Practical Than A Good Theory” (Kurt Lewin) -
True or False? (pp. 49–64). https://doi.org/10.1016/S0166-4115(08)60064-3
Greene, J. D., Nystrom, L. E., Engell, A. D., Darley, J. M., & Cohen, J. D. (2004). The Neural
Bases of Cognitive Conict and Control in Moral Judgment. Neuron, 44(2), 389–400.
https://doi.org/10.1016/j.neuron.2004.09.027
Philippa, F. (1978). The problem of abortion and the doctrine of the double eect in virtues
and vices.
C a p í t u l o 8
L o s s u p u e s t o s d e l a a c e p t a c i ó n
1 - L a r e a l i d a d e s c o m o e s
voluntad»
2 - T o d o t i e n e c a u s a s