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Vicente Bellver Capella

LA HETEROSEXUALIDAD COMO nacimientos jurídicos y sociales que compor-


PRINCIPIO CALIFICADOR DEL ta, se dirá, convendrá que se le reconozca el
MATRIMONIO derecho al matrimonio.
Esta pretensión parte de la idea de que la
Vicente Bellver Capella familia fundada sobre el matrimonio hetero-
Departamento de Filosofía del Derecho, Moral y sexual monogámico es sólo un modelo de
Política. Universitat de Valencia familia entre los muchos existentes. La insti-
Juan José Silvestre Valor tución cultural del matrimonio corno unión
Estudiante de 5° de Derecho. Universitat de estable de uno con una no sería más que la
Valencia característica de una determinada etapa de la
historia de la familia. De esta manera, en una
sociedad plural y multicultural habría que
1. INTRODUCCION ampliar el concepto de "familia" para abar-
car cualquier tipo de convivencia entre un
La proclamación por la ONU de 1994 grupo de personas vinculados por ciertas
como Año Internacional de la Familia y los relaciones afectivas. El matrimonio heterose-
incontables actos y adhesiones que tuvieron xual daría lugar a un tipo de familia; pero ya
lugar en esos meses son sólo una muestra de no sería el núcleo primario de cualquier
algo evidente: la enorme sensibilidad de la familia, pues ésta podría constituirse sobre la
opinión pública mundial en los últimos años base de una unión homosexual o poligámica.
hacia esta institución l • Después de unos años Desde esta perspectiva no se admitiría nin-
sesenta en que la familia fue criticada desde guna base o requisito ontológico que funda-
los sectores contraculturales como estructura mentara la institución familiar.
de dominación, la crisis actual-altos índices En esta encrucijada de tendencias sociales
de divorcio, aumento del número de hijos de signo contrario -unas que tienden a la
nacidos fuera del matrimonio y de los hijos protección del matrimonio heterosexual,
que no viven con sus padres naturales, etc.- corno base natural de la familia; y otras que
está conduciendo a un replanteamiento de la reivindican la condición matrimonial para
cuestión, en la línea de una mayor considera- cualquier tipo de relación afectiva íntima-
ción y protección hacia la familia. se plantea la concreta cuestión de si cabe
Pero junto a este movimiento -nuevo reconocer a dos personas del mismo sexo el
porque surge para paliar los problemas nue- derecho a contraer matrimonio. Parece que la
vos generados por la debilitiación de la insti- respuesta dependerá de si la heterosexuali-
tución familiar- se sigue reivindicando, por dad es una conditio sine qua non para contraer
parte de algunos colectivos sociales, la equi- matrimonio. El Derecho español, en conso-
paración al matrimonio de la relación íntima nancia con los ordenamientos de su entorno
y duradera entre dos personas del mismo cultural y con las declaraciones internaciona-
sexo. Para que una pareja homosexual pueda les de derechos humanos, exige la heterose-
considerarse como familia con todos los reco- xualidad como elemento constitutivo del

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La heterosexualidad como principio calificador del matrimonio

matrimonio o, según dice la Jurisprudencia la Declaración Universal de Derechos Huma-


del TC, como "principio calificador del vín- nos, cuyo texto inspira posteriormente el
culo matrimonial"2. En la segunda parte de artículo 12 de la Convención Europea de los
nuestro trabajo hacemos una somera referen- Derechos del Hombre y el artículo 32 de la
cia al status qllestionis en el Derecho compa- CE, proclama que "los hombres y mujeres, a
rado yen la Jurisprudencia del TEDH, para a partir de la edad núbil tienen derecho, sin
continuación centrarnos en nuestro ordena- restricción alguna por motivos de raza,
miento jurídico. En la primera parte, trata- nacionalidad o religión, a casarse y a fundar
mos de indagar las razones por las que la una familia" y que "la familia es el elemento
heterosexualidad es un requisito jurídico natural y fundamental de la sociedad y tiene
para que haya matrimonio. derecho a la protección de la sociedad y del
En este trabajo no entramos en los pro- estado". Idéntico contenido ofrece el artículo
blemas éticos que pueda suscitar la homose- 23 del Pacto Internacional de Derechos Civi-
xualidad. Nuestro punto de partida es la con- les y Políticos, en el que se afirma: "l. La
sideración de la homosexualidad como una familia es el elemento natural y fundamental
condición o actividad que, referida a perso- de la sociedad y del Estado. 2. Se reconoce el
nas adultas y libres, se considera pertene- derecho del hombre y de la mujer a contraer
ciente al ámbito de la privacidad; y que, por matrimonio y a fundar una familia si tienen
esa falta de trascendencia social (a nadie le edad para ello. 3. El matrimonio no podrá
importa cuál sea la conducta sexual de un celebrarse sin el libre y pleno consentimiento
particular), no requiere de mayor atención de los contrayentes". Por su parte, el artículo
por el Derecho que la de garantizar la liber- 10 del Pacto Internacional de Derechos Eco-
tad para que el ámbito de privacidad no nómicos, Sociales y Culturales afirma que "el
quede vulnerado: ámbito en el que propia- matrimonio debe contraerse con el libre con-
mente se expresa el comportamiento sexual sentimiento de los futuros cónyuges".
del ser humano. Dando esto por supuesto, Siguiendo el artículo 16 de la Declaración
nos preguntamos si hay razones para exigir Universal, aunque de forma más concisa, el
la heterosexualidad como condición del artículo 12 del Convenio Europeo para la
matrimonio y en qué medida esto se refleja protección de Derechos Humanos dice: "A
en el Derecho vigente. partir de la edad núbil, el hombre y la mujer
tienen derecho a casarse y a fundar una fami-
2. Razones metajurídicas de la heterose- lia según las leyes nacionales que rijan el ejer-
xualidad en el matrimonio cicio de este derecho".
De todo ello podemos deducir tres gran-
Para identificar cuáles son y por qué exis- des principios que delimitan la institución
ten unos principios calificadores del matri- matrimonial del resto de uniones afectivas
monio, podemos partir de lo que sobre el no reguladas por la mayoría de los ordena-
particular señalan las declaraciones interna- mientos jurídicos, que son: el libre consenti-
cionales de derechos humanos. El art. 16 de miento, la heterosexualidad en los sujetos del

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negocio jurídico y la igualdad entre los mis- naríamos capacidad procreadora en sentido
mos. El primero de estos elementos hace amplio.
imposible la constitución de un matrimonio
si no concurre la voluntad de ambos contra- A. El matrimonio y la complementarie-
yentes (esta situación se da cuando a uno de dad de los sexos
los contrayentes le falta el conocimiento o la ¿Por qué se exige que los sujetos psicofí-
voluntad; o cuando ambos no la manifiestan, sicos del matrimonio sean diferenciados, es
lo que sucede con las parejas more uxorio). El decir, que ambos sujetos sean mujer y varón?
segundo cierra la puerta a las uniones matri- Es evidente que varón y mujer son iguales
moniales entre homosexuales. y el último porque ambos son personas y participan de
impediría cualquier forma de poligamia. una misma naturaleza y dignidad. Sin
En estos momentos, el principio de igual- embargo, esa igualdad no es uniformidad: el
dad entre los cónyuges no ofrece, al menos varón y la mujer a la vez que son iguales son
en Occidente, ningún punto de discusión. No diferentes. y "la cuestión de la diferencia no
sucede lo mismo con los principios del con- es reducible a un simple problema de roles
sentimiento y la heterosexualidad, que son sino que debe ser pensada ontológicamen-
cuestionados por las uniones de hecho y por te"4. Esa diferencia en la igualdad conduce
las reivindicaciones del derecho a contraer hacia la complementariedad. Los seres
ma trimonio por las parejas de lesbianas y humanos, al constatar nuestra diferencia en
homosexuales. A continuación nos centra- la común igualdad, reconocernos la interde-
mos en las razones metajurídicas por las que pendencia recíproca y la necesidad de la
la heterosexualidad aparece como una exi- complementariedad para la realización per-
gencia del matrimonio. sonal; y aSÍ, en concreto, la diferencia entre
Es difícil definir el matrimonio aunque los sexos conduce a la complementariedad:
cabe una aproximación considerando su ori- la dualidad de sexos "representa una defi-
gen y finalidad. Desde esa perspectiva, ciencia en ambos y origina su necesidad recí-
podríamos definirlo, o al menos describirlo, proca de complementarse en la vida median-
como "el desarrollo, normal y adecuado, de te su íntima comunión, que llega a constituir
la permanente e invariada tendencia o incli- una persona más compleja para la plenitud
nación natural de la persona humana a la del destino racional: el matrimonio"5.
unión varón-mujer en orden a la procreación Pero antes de indicar las consecuencias
de los hijos, conforme a las exigencias de que se desprenden de la tendencia a la com-
orden que son inherentes a esa tendencia"3. plementariedad de los sexos, conviene
según esta noción, el matrimonio tendría, subrayar algo históricamente olvidado: que
corno origen inmediato, la inclinación natu- la condición sexual afecta a la totalidad de la
ral de la persona humana a la unión varón- persona, condicionando su modo de ser pero
mujer, derivada de la diferenciación de los no determinando unos roles sociales distin-
sexos; y corno fines: la complementariedad tos para ellas y para ellos!'. El ser mujer -femi-
de los sexos y un fin tendencial que denomi- nidad- o el ser varón -masculinidad- no se

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La heterosexualidad como principio calificador del matri1llonio

puede confundir con lo simplemente biológi- sexual, lo que configura propiamente la distin-
co, ni tampoco con las costumbres o conven- ción y complementariedad en esta concreta
ciones asignados por cada cultura a la mujer forma de relación humana. En el amor conyu-
o al varón. Atañe la distinción sexual a aspec- gal, propio del matrimonio, no se puede sepa-
tos más amplios y profundos de la persona rar ese doble componente: lo personal y lo
(temperamen to, sensibilidad, mentalidad, sexual. De ahí se desprende que" el amor con-
estructura psíquica, etc), de modo que todo yugal es el amor entre mujer (persona y femi-
su actuar se expresa a través de su particular nidad) y varón (persona y masculinidad), por
modalidad sexual. En consecuencia, la dis- ser precisamente eso: varón y mujer"Y.
tinción entre ambos sexos no estará en una Según lo que acabamos de decir, las rela-
distribución de las capacidades y facultades ciones homosexuales no tienen que ver con el
humanas sino en el peculiar modo que cada amor conyugal. Este se define por ser un
uno tenga de encarnarlas todas ellas7 • amor a la persona del otro, en cuanto sexual-
No se puede decir que existan cualidades mente distinta y complementaria. Se la ama
masculinas o femeninas. Las cualidades son por ser mujer o varón, en la modalización
humanas, y por ello, los varones han de prac- sexual distinta; y porque siendo distinta,
ticar las cualidades que tradicionalmente se resulta naturalmente complementaria. Las
han a tribuido a la mujer y viceversa. "La cor- relaciones homosexuales se dan entre perso-
dura exige percibir que todos aquellos valo- nas del mismo sexo, por lo que no existe ni la
res que hemos designado como propios de lo distinción ni la complementariedad sexual.
femenino no los consideremos en modo Hemos visto que la complementariedad
alguno como privativos de la mujer (aunque de los sexos constituye uno de los fines natu-
en ella hayan podido tener una mayor pre- rales del matrimonio. Pero no parece que esta
sencia por razones históricas); sino que los finalidad, por sí sola, justifique que el Dere-
consideremos como igualmente indispensa- cho se preocupe por este tipo de relaciones,
bles en el varón"H. De lo que se trata es de que confiriéndoles un tratamiento diferenciado y
cada sexo no imite al otro, sino que encarne favorecedor. Nos parece que la clave para
todas las cualidades humanas a su estilo. La justificar el interés del Derecho por la unión
inteligencia y la voluntad, por ejemplo no entre iguales, de distinto sexo y libremente
son en sí mismas ni masculinas ni femeninas; consentida, hasta el punto de crear la institu-
pero la feminidad y la masculinidad modali- ción matrimonial reside, junto a lo que aca-
zan su ejercicio dándole tonalidades propias, bamos de apuntar, en el otro de los fines a los
lo que no significa mayor o menor inteligen- que aspira la unión conyugal: el de generar
cia o voluntad, sino rasgos peculiares en el nuevas vidas humanas.
camino del entender y del querer.
Esa distinción y complementariedad de los B. El matrimonio y la tendencia genera-
sexos se realiza en el amor conyugal. El amor tiva
conyugal se caracteriza por amar a la otra per- Esta finalidad tendencial del matrimonio
sona en su totalidad; también en su dimensión a la capacidad procreadora se deriva de la

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misma heterosexualidad pues si bien el esencia del matrimonio. Pero en el sentido de


matrimonio heterosexual no se basa en su fines-ordenación interna, la procreación esta-
capacidad reproductora sino en la comple- ría dentro del matrimonio, pues no es otra
mentariedad de los sexos, indudablemente cosa que el mismo matrimonio ordenado
esta diferencia sexual es la base de dicha internamente para correr hacia sus metas.
capacidad. Hablamos de una finalidad ten- Esta teoría supera la crítica de autores
dencial pues, en estos momentos, se recono- que, como Doms ll , afirman que los actos
ce que "hombres o mujeres, que no son capa- matrimoniales no pueden ser considerados
ces de tener hijos, ostentan el derecho al como meros medios para un fin (la procrea-
matrimonio exactamente como otras perso- ción), sino actos dotados en sí mismos de
nas"III. Sabemos que históricamente la impo- valor en cuanto que manifiestan y realizan el
tencia constituyó un impedimento dirimente amor que une entre sí a los esposos. Según
para el matrimonio, pues se consideraba que esta postura, la consecuencia natural de la
si una de las partes era impotente, faltaba relación conyugal -la posible nueva vida
una de las condiciones esenciales para cons- humana- podría separarse de la expresión
tituir el matrimonio. En estos momentos, sin corporal del amor conyugal. Pero esta postu-
embargo, la capacidad generativa no consti- ra cae, justo por el lado contrario, en el
tuye un principio calificador del matrimonio. mismo defecto que critica. Al igual que el
Ello no obsta para que podamos seguir acto matrimonial no puede reducirse a ins-
hablando de la procreación como de un fin trumento de la reproducción humana 12, tam-
tendencial del matrimonio. poco puede concebirse como separado de las
Al hablar de fines podemos tomar la naturales consecuencias de "aquella unión
palabra en una acepción equivalente a meta, por la cual el organismo en su totalidad, con
término, resultado efectivo. En este sentido, los el concurso de todas sus fuerzas, se une a
fines son las metas a las que tiende el matri- otro organismo"13. En este sentido, la intentio
monio. Como metas, están fuera de la esencia prolis -la apertura a la fecundidad- ha de
del matrimonio, de la misma manera que estar presente en el acto matrimonial mismo;
una meta es hacia donde corre el atleta pero como también ha de estarlo el respeto al otro
no es el mismo atleta. Por otro lado, podemos partner del acto matrimonial, valorado como
tomar la palabra "fin" como sinónimo de ten- persona y no como mera cosa: "desconocer
dencia, disposición hacia u ordenación dinámica. cualquiera de esas dos dimensiones implica
En este segundo sentido, el fin ya no es la desconocer la densidad ontológica de los
meta y sí que está presente en el sujeto que actos humanos y desembocar sea en una ins-
persigue el fin: en el atleta mismo se encuen- trumentalización de la persona, reduciéndo-
tra la disposición a llegar a la meta y alcanzar la a mero objeto de uso -lo que nunca es líci-
la victoria. Al primer sentido, lo llamamos to, aunque fuera para un fin noble, como
fines-meta. Al segundo sentido, lo denomina- puede ser la procreación-, sea en un falso
mos fines-ordenación interna. En el sentido de planteamiento de la sexualidad, negando su
fines-meta, la procreación estaría fuera de la tendencia oblativa para pasar a concebirla

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La heterosexualidad como principio calificador del matrimonio

corno una fuerza egoísta"14. Por ello, decirnos dad privada -porque supone que cada uno
que el matrimonio heterosexual no se basa en de los conyuges ya no se pertenece a sí
su capacidad reproductora, sino en la ca m- mismo sino al otro y que esa relación puede
plementariedad de los sexos; pero, corno dar lugar a nuevas vidas humanas-, requie-
consecuencia de esa diferencia sexual que re de una intervención jurídica. Esa interven-
tiende a complementarse, queda tendencial- ción estará dirigida a garantizar la continui-
mente abierto a la procreación. dad de esa relación y a que ninguna de las
Si reconocernos la tipicidad corno un partes afectadas -alguno de los conyuges o
buen criterio de diferenciación entre los de los hijos- sea lesionada en su dignidad.
ámbitos del Derecho y la Moral, es fácil com- Cualquier otro tipo de relación afectiva: entre
prender por qué el Derecho sólo debe regular un padre y un hijo adulto, entre dos herma-
aquellas relaciones humanas en las que la nos, entre amigos, las relaciones homosexua-
persona ocupa una determinada posición les, el noviazgo, aquellas cuyo único objeto es
jurídica, actuando corno sujeto de derechos. el trato sexual, ... son relaciones humanas aje-
Al Derecho no le interesan las relaciones que nas en sí mismas al ámbito jurídico. Unica-
comprometen a la totalidad de la persona las mente cuando concurre la entrega total y recí-
cuales, sin embargo, constituyen el campo proca de las personas y la posibilidad de que
propio de la Moral: cuando el Derecho se esa entrega genere nuevas vidas humanas
afana en sujetar esas realidades dentro de un nos encontraremos ante una relación que
determinado molde normativo instaura el requiera de una concreta regulación jurídica.
totalitarismo. Esa relación requiere corno elemento esencial
Frente a este criterio general, sin embargo, la heterosexualidad.
nos encontrarnos con que el Derecho siempre
ha considerado el amor conyugal objeto de su 3. LA exigencia de la HETEROSEXUA-
atención, siendo el matrimonio una institu- LIDAD EN LOS ACUERDOS INTERNA-
ción asociada a los sistemas jurídicos más CIONALES
primarias. ¿Cómo se explica el continuo inte-
rés del Derecho por un tipo de relación que, A. Especial referencia al Convenio Euro-
por afectar a la totalidad de la persona, debe- peo de Derechos Humanos a través de las
ría resultarle ajeno? A nuestro entender, el sentencias del TEDH.
Derecho aquí tampoco excede el marco de El Tribunal europeo de derechos huma-
regulación de las acciones típicas. Se limita a nos se ha referido a la exigencia de la hetero-
dar efecto a un pacto en el que las partes ocu- sexualidad para contraer matrimonio en dos
pan la posición jurídica de contratantes: con sentencias con motivo de los casos Rees v.
la extraordinaria peculiaridad de que el obje- United Kingdom y Cossey v. United Kingdom.
to y la causa del contrato no es, ni más ni Aunque ambas sentencias hacen referencia a
menos, que la entrega recíproca de sus res- la posibilidad de matrimonio entre un tran-
pectivas personas 15 • En la medida en que este sexual y otra persona de su mismo sexo bio-
hecho social excede de la esfera de la morali- lógico aunque no físico, considerarnos de

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interés su estudio pues, para gran parte de culo 12 del Convenio de Roma, que -garan-
los autores, admitir el matrimonio de los tizando el derecho a casarse- "se está refi-
transexuales atenta contra la nota jurídica de riendo al matrimonio tradicional entre dos
la heterosexualidad matrimonial, ya que un personas de sexo biológico diferente,,18. En
transexual se casa con alguien de su sexo ori- consecuencia, el Tribunal afirma "que las
ginario (que sigue siendo en realidad el leyes nacionales pueden someter el ejercicio
suyo). del derecho de casarse y de fundar una fami-
Para una parte de los autores, sin embar- lia a limitaciones que no carezcan de motivo
go, no existiría similitud ni paralelismo entre ni sean arbitrarias, según las limitaciones
la petición de matrimonio por parte de los naturales y fundamentales del matrimonio y
transexuales y la de los homosexuales pues de la familia que forma parte de las tradicio-
mientras el homosexual está identificado con nes tan arraigadas de los estados miem-
su sexo (aunque se siente atraído por perso- bros"lQ

nas de su propio sexo) el transexual se siente En el caso Cossey20, el Tribunal concluye


y quiere que la sociedad le reconozca como igualmente que no se produce ninguna vio-
perteneciente a su sexo psicológico y morfo- lación del artículo 12. Las razones que alega
lógico des pues de ser operado '6 . el Tribunal son en síntesis las siguientes:
En todo caso conviene analizar los casos 1. El derecho al matrimonio garantizado
aludidos y reparar en que la nítida toma de por el artículo 12 se refiere al matrimonio tra-
posición del Tribunal de Estrasburgo lo es en dicional entre dos personas de sexo biológico
casos de transexualismo, cuya prohibición al opuesto. El texto de ese artículo así lo confir-
matrimonio sería más discutible que la esta- ma, "en la medida en que el fin perseguido es
blecida para los casos de homosexualidad la protección del matrimonio en cuanto fun-
tOllt court l7 • Realmente puede decirse que, damento de la familia".
salvo en el ámbito jurídico noruego y danés, 2. El impedimento legal de celebración de
la posición unánime de la jurisprudencia matrimonio entre personas del mismo sexo
continental europea y del área del common biológico que existe en el Reino Unido no
law es la contenida en la ya clásica afirmación puede considerarse una limitación que
del juez Ormod en Corbett v. Corbett : "siem- menoscabe la esencia del ius connllbii.
pre se ha reconocido el matrimonio como la 3. La evolución acaecida hasta el momen-
unión de un hombre y una mujer". to en las legislaciones y la opinión pública de
En la primera de las sentencias, un tran- la mayoría de los Estados miembros, "no evi-
sexual (mujer convertida en hombre) deman- dencia un abandono general del concepto
dó al Gobierno británico por negarle el dere- tradicional de matrimonio".
cho a casarse con una mujer. El Tribunal Incluso para los magistrados que suscri-
Europeo estimó por unanimidad que el bieron votos particulares en contra del crite-
impedimento existente en el Reino Unido de rio sentado en Cossey sobre la prohibición al
no permitir el matrimonio entre personas del matrimonio de los transexuales, la distinción
mismo sexo no implicaba violación del artí- de sexos se entiende como determinante del

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La heterosexualidad como principio calificador del matrimonio

matrimonio. Así, por ejemplo el juez MAR- reconoció que la intromisión del Estado en
TENS21 señala que el artículo 12 del Convenio las prácticas homosexuales entre adultos,
"indica claramente que el matrimonio es la privadas y consentidas, atentaba contra el
unión de dos personas de sexo opuesto", derecho a la intimidad 24 •
aunque luego estime que "sexo en este con- En Estados Unidos no se admite el matri-
texto no implica que deba ser entendido monio de transexuales, ni de homosexuales.
como sexo biológico"22. Esto no impide que los movimientos de la
jurisprudencia feminista hayan elevado sus
B. La heterosexualidad en otros ordena- demandas ante los tribunales. Algunas sen-
mientos jurídicos. tencias se han referido al derecho al matrimo-
La jurisprudencia francesa ha hecho una nio homosexual negándolo. En algunos
clara distinción entre el concubinato hetero- casos, se ha argumentado que las leyes sobre
sexual y el homosexual. Y así como a la pri- el estado matrimonial excluyen a los homo-
mera figura comienza a concederle efectos sexuales en base al vínculo que cabe estable-
definidos, a la segunda la excluye con el cer entre el matrimonio y la posibilidad de la
razonamiento de que el concubinato - procreacióds.
entendido como "vida común entre dos per-
sonas que han decidido vivir como esposos C. Análisis crítico de las legislaciones
sin unirse en matrimonio"- "no puede con- noruega y danesa.
cernir más que a una pareja constituida por En la legislación danesa, a los homose-
hombre y mujer". Este ha sido el criterio xuales que deciden vivir juntos y quieran
seguido por el Tribunal de Casación francés que su convivencia no resulte precaria, el
al denegar la pretensión de un auxiliar de orden jurídico asegura un reconocimiento
vuelo de Air France de que su compañero muy similar, por no decir análogo, al de las
pudiera beneficiarse de la tarifa reducida parejas de esposos. Por lo que se refiere a la
para los cónyuges o asimilados del personal renta familiar, a las pensiones, a los derechos
de la compañía aérea 23 • hereditarios, al uso de la casa "conyugal" etc,
La jurisprudencia estadounidense se ha se extiende a las parejas homosexuales la
mostrado claramente reacia en reiteradas misma normativa vigente para los matrimo-
ocasiones ante las demandas legales de los nios. La única diferencia está en que las pare-
homosexuales, especialmente en el caso que jas homosexuales no podrán adoptar hijos.
nos ocupa. El caso americano va del extremo Siguiendo a D' Agostino en el comentario
de penalizar la sodomía en algunos estados que hace de esta normativa, podemos decir
hasta las peticiones de un derecho al matri- que "esta ley se limita a reconocer beneficios
monio homosexual. Indudablemente hay económicos fundados en lo que se podría con-
una gran diferencia entre el reconocimiento siderar un verdadero y propio status, análogo
del derecho a la privacidad de esas relaciones al de los cónyuges (... ).
y el reconocimiento del derecho al matrimo- Sin embargo junto a lo anterior, podemos
nio. En la jurisprudencia europea, el TEDH considerar la explícita previsión de la impo-

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sibilidad de que los homosexuales empareja- nos derechos y beneficios del matrimonio,
dos adopten hijos. Desde este punto de vista, permitiendo la inscripción de la convivencia.
para el legislador danés las llniones homose- También debería como mínimo tratar de
xuales no tienen nada ni de conyugal ni de poner fin a toda restricción de los derechos
familiar; poseen un carácter atípico, que de las lesbianas y de los homosexuales a ser
nada induce a asimilar a la experiencia tradi- padres, a adoptar o a criar hijos"27.
cional de la familia. Aunque sea in negativo y La resolución del Parlamento Europeo
probablemente sin caer en la cuenta, ellegis- tuvo una notable repercusión en la opinión
lador danés ha puesto de relieve lo que para pública. Entre la diversidad de reacciones,
el Derecho se presenta como el carácter más destacó la de Juan Pablo II que, en su alocu-
profundo e irreductible de la unión matrimo- ción de 20 de febrero, dijo: "la unión entre
nial: su función de transmisión de la vida, a dos hombres o dos mujeres no puede consti-
través de la doble figura de los padres, y de tuir una verdadera familia. Menos aún se
educación de los hijos. Una función respecto puede atribuir a tal unión el derecho a la
a la cual no cabe suscitar hipótesis a favor de adopción de hijos privados de familia, pues a
formas reales que puedan subrogarla. Desde estos hijos se les aporta un grave y peligroso
esta perspectiva, entre convivencias homose- daño, ya que en esta familia suplente ellos no
xuales y convivencias matrimoniales se encuentra el padre y la madre, sino o dos
seguiría interponiendo un abismo. Legali- padres o dos madres"2H.
zando las primeras como lo ha hecho, el La segunda resolución, aprobada el14 de
legislador habría realmente confirmado el diciembre de 1994, descartó un párrafo que
tradicional reconocimiento de lo proprium de pretendía incluir como familia a la pareja de
las segundas"2h. homosexuales. Esta supresión manifestó un
cambio de actidut del Parlamento Europeo
D. Escasa y vacilante regulación del Par- que contrasta con la resolución aprobada
lamento Europeo durante la anterior legislatura, en febrero de
En relación a las resoluciones emanadas 1994. Esta última actitud adoptada por el
del Parlamento Europeo conviene hacer Parlamento Europeo es especialmente signi-
mención de dos que por su significación y ficativa porque refleja los cambios en el
repercusión podemos considerar más revela- nuevo Parlamento y también porque en ella
doras. La primera es de febrero de 1994 y se participaron más diputados que en la oca-
refiere a la igualdad de derechos de los sión anterior. en cualquier caso constatamos
homosexuales y de las lesbianas en la Comu- que el tema no es pacífico y, por ello, hasta el
nidad Europea. En ella se "opina que la reco- momento no se ha resuelto en el ámbito
mendación debería, como mínimo poner fin: comunitario en un determinado sentido.
a la prohibición de contraer matrimonio o de
acceder a regímenes jurídicos equivalentes a
las parejas de lesbianas o de homosexuales;
la recomendación debería garantizar los ple-

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La heterosexualidad como principio calificador del matrimonio

4. LA HETEROSEXUALIDAD COMO lizan formas impersonales como todos, toda


PRINCIPIO CALIFICADOR DEL MATRI- persona, se garantiza, se reconoce, tienen derecho
MONIO EN NUESTRO ORDENAMIEN- sin estimarse necesario referir el derecho al
TO JURIDICO sexo concreto de la persona. Este mismo cri-
terio es el seguido por los tratados interna-
A. El concepto constitucional del matri- cionales en la materia ratificados por España
monio y el requisito de la heterosexualidad. y que deben ser muy tenidos en cuenta a la
En el Derecho español también se confir- hora de interpretar las normas relativas a los
ma la orientación del Tribunal europeo de derechos fundamentales y las libertades (cfr.
derechos humanos y la dominante en el Dere- art. 10.2 de la Constitución)".
cho comparado; así el Tribunal Supremo ha
establecido que el transexual no adquiere un B. Estudio del artículo 32.1 de la CE
ius llubendi con persona del mismo sexo bio- Tiene interés recoger el iter de la tramita-
lógicd". En cuanto al matrimonio entre homo- ción parlamentaria del artículo 32 de la CE a
sexuales la Dirección de Registros y del Nota- fin de resaltar los términos exactos en que se
riado se ha manifestado en repetidas manifestó la voluntad constituyente. El
ocasiones3i1 , rechazándolo; por su valor inter- Anteproyecto de Constitución establecía en
pretativo y por su particular claridad argu- su artículo 27.1: "A partir de la edad núbil, el
mentativa, transcribimos alguno de los párra- hombre y la mujer tienen derecho a contraer
fos de la Resolución de 21 de enero de 1988. matrimonio y a crear y mantener, en igual-
"No hace falta resaltar -comienza la dad de derechos, relaciones estables de fami-
Resolución- que el matrimonio ha sido lia"31. A este artículo se formuló un voto par-
siempre entendido como una institución en ticular por el Grupo Parlamentario Socialista
la que la diferenciación de sexos es esencial. en el que se proponía otra redacción: "l. Toda
En efecto, el hecho de que el artículo 32.1 de persona tiene derecho al desarrollo de su
la Constitución (R. 1978, 2836 Y Ap. 1975- afectividad y sexualidad: a contraer matri-
82,2875) proclame que "el hombre y la mujer monio, a crear en libertad relaciones estables
tienen derecho a contraer matrimonio con de familia ... "32.
plena igualdad jurídica" no autoriza a con- Junto a este voto particular defendido
cluir que al haberse omitido por cualesquiera por Peces Barba se presentaba el del Grupo
razones la expresión e1ltre sí, la Constitución Parlamentario de Alianza Popular en los
permita el matrimonio entre personas del siguientes términos: "l. A partir de la edad
mismo sexo. Al contrario es muy significati- núbil el hombre y la mujer tienen el derecho
vo que en el Capítulo segundo del Título 1 de a contraer matrimonio. 2. El hombre y la
la Constitución, dedicado a los derechos y mujer tienen igualdad de derechos en las
libertades fundamentales, es el artículo 32 el relaciones familiares"33. El Grupo Parlamen-
único que se preocupa de precisar que el hom- tario Centrista, por su parte, proponía: "A
bre y la mujer son los titulares del ius nubendi partir de la edad núbil, el hombre y la mujer,
mientras que en todos los demás casos se uti- en plena igual de derechos y deberes, podrán

Cuadernos de Bioética 1997/4/1 1377

.t
Vicellte Bellver Capella

contraer matrimonio para crear una relación C. El artículo 32.1 en la reciente juris-
estable de familia"]~. Esta es la redacción que prudencia constitucional.
se incorporó al texto constitucional de la Esta misma interpretación del artículo
Ponencia. Finalmente, en la sesión celebrada 32.1 CE es la expresada por el Tribunal Cons-
por la Comisión de Asuntos Constitucionales titucional en su Auto 222/94 de 11 de julio de
y Libertades Públicas del Congreso de los 1994. En él se presenta la demanda de D. José
Diputados el 23 de mayo de 1978 mediante Fernández Pulido, pensionista de invalidez
una enmienda i1l voce suscrita por la mayoría en el grado de Incapacidad Permanente
de los grupos parlamentarios se suprimió la Absoluta para todo trabajo, que estuvo con-
expresión "crear una relación estable de viviendo con don Antonio Hurtado Carmo-
familia" y el texto constitucional asumió, con na desde el año 1978 hasta el día 29 de abril
leves alteraciones posteriores, la redacción de 1990, en que falleció este último, a conse-
conceptual definitiva~". cuencia de un accidente de tráfico, camino de
Las propuestas para la redacción del artí- su domicilio. Durante todo ese tiempo el
culo que precedieron a la redacción definiti- recurrente mantuvo una convivencia íntima,
va del art. 32, y el mismo art. 32 con su men- estable y notoria con el causante. La víctima
ción al hombre y la mujer, están hacviendo venía trabajando en una empresa como ayu-
referencia "al concepto de matrimonio que es dante de cocina y estaba dado de alta en el
tradicional en nuestra cultura; relación entre Régimen de la Seguridad Social. El actor soli-
un solo hombre y una sola mujer que supone citó ante la Seguridad Social, una pensión de
el establecimiento de una comunidad dura- viudedad derivada del accidente laboral, que
dera de vida. Hay pues una clara alusión a la fue denegada por el INSS al no existir víncu-
heterosex1lalidad como presupuesto subjetivo lo conyugal con el causante que exige el art.
del ills corm llbii "]r,. En otro caso no se enten- 160 de la Ley General de la Seguridad Social.
dería la especificación en el texto constitucio- El demandante de amparo denunció vul-
nal. A quienes, pese a declararse partidarios neración del derecho a la igualdad por la sen-
de la tesis de la heterosexualidad como tencia impugnada que le niega el derecho a
requisito del matrimonio, apuntan la obje- percibir pensión de viudedad e indemniza-
ción de la no presencia de la expresión entre ción por el fallecimiento en accidente in itine-
sr7 cabría contestar subrayando la redundacia re de su pareja homosexual, por no concurrir
que supondría un inciso semejante. Lo cual, el matrimonio previo, que constituye conditio
se podría igualmente replicar refiriéndose a iuris para causar derecho a las prestaciones
la utilidad de una formulación así, habida solicitadas. Lo que imputa no es que el art.
cuenta de la polémica desatada sobre el par- 160 de la Ley General de la Seguridad Social
ticularJ~. En cualquier caso, parece incuestio- haya sido aplicado en forma discriminatoria
nable, en la interpretación del artículo 32.1 por razón del estado civil, o que la norma en
CE, la exigencia de la heterosexualidad como sí misma sea discriminatoria. La razón alega-
propiedad esencial del matrimonio. da para justificar la presunta discriminación
estriba en que, al no existir la posibilidad

1378 Cuadernos de Bioética 1997/4"


La heterosexualidad como principio calificador del matrimo/lio

legal de contraer matrimonio entre homose- confrontación entre la unión matrimonial y la


xuales, se les coloca en una situación de desi- puramente fáctica de heterosexuales. Pero no
gualdad de trato, porque nunca puede debe haber impedimento alguno para hacer-
encontrarse en la situación legal del artículo las también extensibles al binomio unión
160 de la L.C.s.s., ya que sólo reconoce la matrimonial-unión de homosexuales que
pensión de viudedad al cónyuge supervi- conviven maritalmente.
viente. La cuestión está en determinar si el Al igual que la convivencia fáctica entre
reconocimiento del derecho a la pensión de una pareja heterosexual -seguimos con el
viudedad que trae origen mediato en la Auto 222/94 TC- "la unión entre personas
imposibilidad legal de los homosexuales de del mismo sexo biológico no es una institu-
contraer matrimonio -ya que el art. 44 del ción jurídicamente regulada, ni existe un
Ce. sólo se refiere al matrimonio de dos per- derecho constitucional a su establecimiento;
sonas de distinto sexo- vulnera el principio todo lo contrario, el matrimonio entre un
de igualdad. hombre y una mujer que es un derecho cons-
Ante tal demanda, el auto del Tribunal titucional (art. 32.1) genera ope legis una plu-
Constitucional señala, en primer lugar, que la ralidad de derechos y deberes que no genera
exigencia del vínculo matrimonial como pre- la convivencia extramatrimonial. Este argu-
supuesto para acceder a la pensión de viude- mento viene avalado por la jurisprudencia
dad establecida dentro del sistema de Seguri- del Tribunal Europeo de Derechos Humanos
dad Social no pugna con el art. 14 CE, ni que opera aquí como canon de interpreta-
tampoco las medidas de los poderes públicos ción, al amparo de lo previsto en el art. 10.2
que otorguen un trato distinto y más favora- CE. En sendas sentencias (caso Rees, 17 de
ble a la unidad familiar basada en el matri- octubre de 1986, y caso Cossey, 27 de sep-
monio que a otras unidades convencionales. tiembre de 1990 -ya citados y comentados-),
En ese sentido se expresa la STC 66/94, ha declarado que no permitir el matrimonio
de 28 de febrero, siguiendo la línea jurispru- entre personas del mismo sexo no implica
dencial iniciada con la STC 184/90 y reitera- violación del art. 12 del Convenio de Roma,
da con posterioridad en las SSTC 29, 30 Y 31, que al garantizar el derecho a casarse, se
35,38 Y 77, todas de 1991 y 29/1992. Incluso refiere al concepto tradicional de matrimonio
en las dos sentencias que se han alejado apa- entre dos personas de distinto sexo; y que
rentemente de esta doctrina -222/1992 y todo depende de la facultad que tienen los
47/1993- se declara de manera general que ti Estados contratantes de regular mediante las
el matrimonio y la convivencia extramatri- leyes el ejercicio del derecho a casarse.
monial no son situaciones equivalentes, sien- En suma, se debe admitir la plena consti-
do posible por ello que el legislador, dentro tucionalidad del principio heterosexual
de su amplísima libertad de decisión deduz- como calificador del vínculo matrimonial tal
ca razonablemente consecuencias de la dife- como prevé nuestro Código Civil; de tal
rente situación de partida". Estas afirmacio- manera que los poderes públicos pueden
nes fueron realizadas en el contexto de otorgar un trato de privilegio a la unión

Cuadernos de Bioética 1997/4" 1379


Vicente Bcllver Capella

familiar constituida por hombre y mujer Refiriéndose a la trascendencia que tiene


frente a la unión homosexual"3Y. la adjetivación del consentimiento como
matrimonial, dice Lacruz: "el consentimiento
D. La heterosexualidad como requisito ha de ser matrimonial. Esta exigencia, viene
esencial del matrimonio en nuestro Código establecida en el artículo 45 del Cc, es reite-
Civil. rada en el art. 73, núm.1 (... ) El consentimien-
Como dice el Auto del TC, al declarar la to, en general en el negocio jurídico y muy en
constitucionalidad de este requisito, el Códi- concreto en el matrimonio, exige un sentido.
go Civil exige la heterosexualidad para que Sentido jurídico, distinto de los motivos, que
pueda hablarse de matrimonio. La referencia tiene relevancia. Tanta que integra la fuerza
al hombre y la mujer del artículo 44 se con- constitutiva del consentimiento mismo. (... )
creta en muchos otros artículos al marido y la Al adjetivarse el consentimiento se señala el
mujer una vez celebrado el matrimonio. sentido que tiene que tener y se traslada su
Especialmente es significativa esta termino- ausencia como anomalía al régimen de la
nulidad del matrimonio. (... ) Cabía el riesgo
logía en los fundamentales artículos 66 ("El
de que el consentimiento y su enunciación en
marido y la mujer son iguales en derechos y
un precepto quedase en un flatus vocis. Por
deberes") y 67 ("El marido y la mujer deben
eso no parece descabellada la adjetivación de
repetarse y ayudarse mutuamente y actuar
que ha sido objeto. Supone un esfuerzo
en interés de la familia"), que son dos de los
importante en la consideración del papel que
tres preceptos a los que se debe dar lectura
ha de jugar en el matrimonio.
por el Juez o funcionario en el acto solemne
y recurriendo a la teoría general del con-
de celebración del enlace (cfr. art. 58).
trato, nos encontramos con que el consenti-
"Pero es que además, si llegara a contra-
miento no se produce -o no debe producirse-
erse un matrimonio entre personas del
sobre el vacío, sino que se especifica volitiva-
mismo sexo, el mismo sería, sin duda, nulo
mente en tensión a un objeto y a una causa
por aplicación del artículo 73.1, en relación
(art. 1262 Cc). (... ) La fuerza vinculante del
con el 45.1, ambos del Código civil. Cuando consentimiento prestado en la celebración
este último precepto señala que "no hay del matrimonio queda reducida a aquel con-
matrimonio sin consentimiento matrimo- sentimiento dirigido precisamente a consti-
nial", la utilización del adjetivo matrimonial tuir la relación tal como el ordenamiento lo
sirve para acenturar el carácter singular del concibe. Otro supuesto es tipificado como un
consentimiento que han de prestar los cón- caso de nulidad"41.
yuges, que no es ya el simple consentimiento No obstante, y pese a la importancia del
necesario para un contrato cualquiera; sino el consentimiento matrimonial que constituye
recíproco en el que cada contrayente ha teni- en todos los países europeos el punto central
do en cuenta el sexo distinto del otro, desti- y básico de la celebración matrimonial, nin-
nados a complementarse en la institución guna norma define en qué consiste este con-
querida por ellegislador"411. sentimiento matrimonial. Trasladando la

1380 Cuadernos de Bioética 1997/4 11


La heterosexualidad como prillcipio calificador del matrimonio

definición del artículo 1.262 Cc ("el consenti- 5. Conclusiones


miento se manifiesta por el concurso de la
oferta y de la aceptación sobre la cosa y la De lo dicho hasta el momento, podemos
causa que han de constituir el contrato") al obtener algunas conclusiones:
negocio jurídico matrimonial, habrá de con- 1.- De entre la enorme variedad de rela-
cluirse que el consentimiento de que habla el ciones afectivas que se pueden establecer
art. 45, párrafo 10, tiene que recaer sobre el entre los seres humanos, al Derecho única-
objeto y la causa del matrimonio, tal como se mente le interesa en sí misma aquélla que,
deduce del capítulo V, en el que figuran los comportando una donación recíproca y com-
derechos y deberes de los cónyuges: "el con- pleta, está abierta a nuevas vidas humanas:
sentimiento de los cónyuges, base del nego- esa sólo puede ser la que se expresa en la
cio jurídico matrimonial, debe estar dirigido unión conyugal entre un varón y una mujer.
a una vollige Lebensgemeinschaft, es decir, a la Esta relación interesa al Derecho por dos
plena y completa comunidad de vida entre motivos. En primer lugar, porque se trata de
un hombre y una mujer, con inclusión del una relación socialmente imprescindible. De
mantenimiento de relaciones sexuales, y con ella, en principio, depende la natural com-
observacia de los tria iuris praecepta del artí- plementariedad de los sexos, en la cual el ser
culo 68"42. En parecidos términos se expresan humano alcanza su plena realización; y de
Díez Picazo y Gullón al definir el matrimonio ella también depende la procreación, conditio
como "la unión de un varón y de una mujer, sine qua non para la continuidad del género
concertada de por vida mediante la obser- humano. En segundo lugar, porque se trata
vancia de determinados ritos o formalidades de una relación que podríamos calificar
legales y tendente a realizar una plena comu- como de alto riesgo para ambas partes y, por
nidad de existencia"4J. tanto, necesitada de un conjunto adecuado
Podemos concluir este apartado diciendo de medidas que fomenten la estabilidad de la
que para nuestra Constitución y por ende unión y que garanticen la protección de la
para nuestro ordenamiento jurídico, "el suje- parte más débil en cada supuesto. La califica-
to de la relación jurídica matrimonial no es la mos de alto riesgo también por dos razones:
persona humana considerada sólo en su por ser la única en la que el ser humano com-
constitutivo último, en el plano en el que promete su vida entera y, en línea de princi-
todo individuo es persona (plano de igual- pio por lo menos, con carácter irrevocable; y
dad), sino que es la persona humana contem- por estar abierta a nuevas vidas humanas, es
plada en el plano de la distinción sexual, en decir, los seres más inermes y necesitados de
cuanto modalizada por la masculinidad y la cuidado durante un tiempo más prolongado.
feminidad"44. Estas dos razones hacen muy aconsejable el
establecimiento de un marco jurídico que sal-
vaguarde la dignidad de cada uno de los
sujetos implicados (cónyuges y posibles
hijos) en una relación tan necesaria como

Cuadernos de Bioética 1997/4/l 1381


Vicmte Bellver Cap ella

arriesgada. En cualquier caso, esta relación homosexual. Sólo la prudencia del legislador
exige la heterosexualidad como elemento y de los aplicadores del Derecho puede
constitutivo de la misma. determinar en qué supuestos y en qué medi-
2.- Los ordenamientos jurídicos de nues- da puede ser debido reconocer unos efectos a
tro entorno cultural así como nuestra tradi- una relación de estas caracterísicas. En cual-
ción jurídica reconocen la heterosexualidad quier caso, el paso primero sería el de justifi-
como requisito para poder hablar de matri- car el trato diferenciado sobre otro tipo de
monio. El criterio del Tribunal Europeo de relaciones afectivas no reguladas por el Dere-
Derechos Humanos y del Tribunal Constitu- cho, como por ejemplo, la amistad.
cional es concorde a la hora de interpretar
respectivamente los artículos 12 de la Con-
vención de Roma y 32 de la Constitución. Bibliografías
Nuestro Código civil refleja fielmente el espí-
1 Es significativo que revistas comoThe Economist
ritu constitucional sobre este particular al hayan dedicado su portada y un extenso reportaje a la cri-
~
regular la institución del matrimonio. sis de la familia. Cfr. The Economist, sept. 9th-15th 1995,
pp. 17-25.
3.- Considerando el argumento de la tipi-
cidad (según el cual, sólo los comportamien- 2 Auto del TC 222/94 de 11 de julio de 1994, FJ N" 2.
tos típicos son objeto de regulación jurídica,
3 HERVADA, J., "Reflexiones en torno al matrimonio
frente a la globalidad de la conducta huma- a la luz del Derecho natural", en Escritos de Derecho natu-
na, que sería el objeto de la moral) se explica ral, 2 ed., Eunsa, Pamplona, 1993, pág. 183.
que el Derecho regule la unión conyugal úni-
4 SCOLA, A., Identidad y diferencia. La relación
camente por las peculiares circunstancias hombre-mujer, trad. Javier Prades, Encuentro, Madrid,
que concurren en esa relación. El carácter 1989, p. 54.
excepcional del Derecho a la hora de regular
5 Giner de los Ríos, F, Resumen de Filosofía del
relaciones íntimas es el que justifica el recha- Derecho, Victoriano Suárez, Madrid, 1898, p. 365.
zo de cualquier forma de represión legal de
6 Una excepción a esa desconsideración hacia la con-
la relación homosexual libre entre adultos. dición sexuada del ser humana puede verse en los institu-
4.- Nada de lo señalado en los puntos 1 y 2 cionalistas españoles del siglo pasado. Para ellos, "la dife-
constituye, sin embargo, un impedimento rencia de sexo abarca la personalidad total del individuo,
no limitándose a su organización corporal (... ). Mas no por
para que, en determinadas supuestos que esto puede creerse que ninguno de los dos sexos se halla
puedan afectar a una pareja homosexual, el enteramente excluido de esfera alguna esencial, como no
legislador les reconozca los mismos efectos se encuentra destituido de una sola de las facultades
humanas"; Giner de los Ríos, F, cit., pp. 365-366.
que se reconocen a un matrimonio por el
mero hecho de serlo. La diferencia esencial 7 Cfr. CASTILLA, 8., La complementariedad varón-
entre unos y otros efectos estaría en que unos mujer, Nuevas hipótesis, Rialp, Madrid, 1993, passim.

dimanarían directamente del vínculo matri- 8 BALLESTEROS, J., Postmodernidad: resistencia o


monial, mientras que los otros estarían moti- decadencia, Tecnos, Madrid, 1988, p. 130.

vados por el fin de proteger los intereses de


9 VILADRICH P.J ., La agonía del matrimonio legal,
un individuo, afectados por una relación Eunsa, Pamplona, 1989, p. 76.

1382 CuadenlOS de Bioética 1997/4"


La heterosexualidad COlllO principio calificador del matrimonio

10 Cfr. Sentencia TEDH en Cossey Case. Opinion of 18 Sentencia Rees v. United Kingdom, de 17 de octu-
the Comission, p. 51, parágrafo 45. Integramente dice: "La bre de 1986, Serie A, n" 106.
Comisión está de acuerdo en que el artículo 12 de la
CEDH se refiere al matrimonio tradicional entre personas 19 Rees Case. Opinion of the Comission, p. 1593.
de sexo biológicamente opuesto. No se puede, sin embar-
go inferir del artículo 12 que la capacidad para procrear es 20 Sentencia Cossey v. United Kigdom, de 27 de sep-
requisito para el derecho en cuestión. Hombres o mujeres tiembre de 1990.
que no son capaces de tener hijos, ostentan el derecho al
matrimonio exactamente como otras personas". 21 Voto particular disidente del juez MARTENS en
Cossey v. United Kigdom.
11 Cfr. DOMS, H., "Bisexualidad y matrimonio", en
Mysterium salutis, vol. Il, t. 2, Madrid, 1969, pp. 795-841. 22 "Contra esta opinión, todas las sentencias del
TEDH, de nuestra jurisprudencia y de la estadounidense,
12 Algunas palabras de Marcel pueden interpretarse han entendido que el término sexo se refiere al sexo bioló-
en este sentido reductivo: " ... quizá lo único importante es gico, cromosómico. Los fallos reiteran la doctrina de que
el hecho de que el hombre y la mujer en calidad de procre- las operaciones de cambio de sexo sóilo transforman las
adores se limitan a cumplir las condicones bajo las cuales características secundarias del individuo y no el sexo cro-
viene al mundo un ser humano, que como tal es imagen de mosómico, luego el individuo sigue perteneciendo a efec-
Dios. Lo más importante es, por consiguiente, el don que tos del matrimonio a su sexo anterior, aunque se le permi-
viene de Dios, a cuyo servicio han de ponerse los seres ta el cambio de nombre en sus documentos y aunque se
humanos"; Marcel, G., En busca de la verdad y de la justi- afiada en su registro civil una anotación en la que figure
cia, Herder, Barcelona, 1967, p. 106. La cita de Marcel, irre- que a partir de determinada fecha ha adoptado morfoló-
prochable en sí misma, puede dar lugar a equívocos si no gica, psicológica y socialmente un nuevo sexo"; Elósegui
se subraya a continuación que el amor entre los conyuges Itxaso, M., cit.
y su expresión corporal constituyen el ámbito más adecua-
do para que Dios exprese de nuevo su poder creador. 23 Cfr. tres sentencias de fecha 11 de julio de 1989 de
la Corte de casación francesa (sección de lo civil) en Bul\.
13 Capograssi, G., "Analisi dell'esperienza comune", civ., 1, n. 514 y 515; Caz. Pal., 14 de abril de 1990.
en Opere (Il), Giuffre, Milán, 1958, p. 136.
24 Una de las sentencias más significativas en esta
14 Cfr. ILLANES MAESTRE, J.L., "Amor conyugal y línea es la del caso Dungeon (serie A, publicaciones del
finalismo matrimonial", en Cuestiones fundamentales
Tribunal, n". 45, 18), en la que se establece que la prohibi-
sobre matrimonio y familia, Eunsa, Pamplona, 1980, pp.
ción legal de actos homosexuales entre adultos es una
474-476.
interferencia injustificada en el ejercicio de la vida priva-
da. Sin embargo el TEDH tampoco se ha pronunciado de
15 "En la propiedad es la cosa la que es atraida a la
forma taxativa pues en ocasiones -sentencia del caso
órbita del querer; en la unión conyugal y familiar es la
voluntad misma la que se introduce en la órbita de la otra Handsyde (sentencia de 7 de diciembre de 1976, serie A
vida, asumiendo las exigencias de esta otra vida como sus publicaciones del Tribunal, n" 24, 22)- establece que en
propias exigencias. Con el amor, la vida se une a otra vida muchos casos son las autoridades estatales las que están
por un camino que es el reverso de la unión real con la en mejores condiciones de proponer una opinión, tenien-
cosa ... Unirse si b'11ifica vivir la vida de otra vida, y para do en cuenta las exigencias morales del grupo social (vid.
vivir la vida de otra vida -el asunto es muy áspero pero art. 8 del Convenio europeo para la protección de los dere-
es aSÍ- es necesario renunciar a la propia en tanto en chos humanos y las libertades fundamentales).
cuanto la otra vida es acogida en la propia"; Capograssi,
C., cit., p. 138. 25 Cfr. Singer v. Hara, 11. Wahington, App 247, 522 P.
2d 1187 (1974), p. 1195 en Lewis, C. "From This day
16 Cfr. ELOSECUI ITXASO, M., "Transexualidad, Forward: A feminine Moral Discourse on Homosexual
Derecho a la vida privada y Derecho al matrimonio", en Marriage", en The Yale Law Journal. Vol. 97, (1988), pp.
Actualidad civil, marzo 1991. 1783-1803.

17 Cfr. NAVARRO VALLS, R, Matrimonio y Derecho, 26 D'ACOSTINO, F, Elementos para una filosofía de
Tecnos, Madrid, 1995, pp. 100-101. la Familia, Rialp, Madrid, 1991, pp. 133-136.

Cuadenzos de Bioética 1997/4" 1383


Vicente Bellver Capella

27 Resolución l1el Parlamento Europeo A3-0026/94. 36 SALVADOR CODERCH, P., Comentario a las
reformas del Derecho de Familia (1), Tecnos, Madrid, 1984,
28Alocuación durante el Angelus, domingo 20 de pp. 123-124.
febrero de 1991.
37 Esta objeción a la redacción del art. 32.1 CE es
29 Por ejemplo, las sentencias de 2 de julio de 1987 introducida y comentada por ALBALADEJO, Derecho
(RJA 1987, n" 5045) "el transexual tiene un primigenio Civil IV: Derecho de Familia, Bosch, Barcelona, 1989, p. 38
derecho a cambiar el nombre de varón por el de hembra, Y GARCIA CANTERO, G., Comentarios al Código de
pero sin que tal modificación registral suponga una equi- Derecho civil, Tomo II, Edersa, Madrid, 1982, p. 58.
paración absoluta con la del sexo femenino para realizar
determinados actos o negocios jurídicos (... )". Con más 38 SALVADOR CODERCH, P., Comentarios al
claridad si cabe la sentencia de 19 de abril de 1991 (RJA Código Civil, Ministerio de Justicia, Madrid, 1993, pp.
1991, n" 2725) " ... sin que tal modificación en el Registro 261-262.
Civil suponga una equiparación absoluta con la del sexo
femenino para determinar actos o negocios jurídicos, 39 Auto del Te, núm. 222/1994 de 11 de julio de 1994.
especialmente contraer matrimonio como tal transexual".
40 Resoluciones D.G.RN. citadas (la de 1991 en igua-
30 Cfr. Resoluciones de la D.G.R.N de 21 de enero de les términos la de enero de 1988). También coinciden con
1988 (RJA 1988, n" 215) y 2 de octubre de 1991 (RJA 1991, esta doctrina las SSTS de 2 de julio de 1987, FJ. núm. 5
n" 8611). (RJA n" 1987,5045) Y 20 de abil de 1991, FJ. núm. 3 (RJA n"
1991,2725).
31 Boletín Oficial de las Cortes, núm. 44, 5 de enero
de 1978, págs. 673 y 674. 41 Lacruz Berdejo, J.L. (coord.), Comentarios al
nuevo Título IV del Código Civil, Civitas, Madrid, 1983, p.
32 Boletín Oficial de las Cortes, núm. 44, 5 de enero
de 1978, pág. 714. 42 GARCIA CANTERO, G., cit., p. 61.

33 Constitución Espai1ola. Trabajos Parlamentarios, 43 DIEZ PICAZO L. y GULLON, A., Sistema de


vol. 1 Cortes Generales, Madrid, 1980, p. 148. Derecho Civil, vol. IV, Tecnos, Madrid, 1986, pág. 65.

34 Constitución Espai1ola. Trabajos Parlamentarios, 44 ESCRIVA IVARS, J ., "Transexualismo y matrimo-


vol. I Cortes Generales, Madrid, 1980, p. 487. nio", en Persona y Derecho, 2 (1992), pp. 335-336.

35 Diario de sesiones del Congreso de los Diputados,


núm. 72,23 de mayo de 1978, p. 1.539.

1384 Cuadernos de Bioética 1997/4/1

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