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El mundo contemporáneo comprende los siglos XIX, XX y lo que llevamos del XXI. Para algunos
historiadores, el siglo XIX (que es cuando se desarrolla el pensamiento marxista) comienza con la
revolución de París de 1830, así como el XX comenzaría al finalizar la Primera Guerra Mundial, en
1919.
A finales del XVIII, como consecuencia de la aplicación de la ciencia a la producción de máquinas,
se produjo la revolución industrial, primero en Inglaterra y a lo largo de los siguientes 100 años se
extendió por el resto de Europa.
Confluyeron distintos factores que desembocaron en el caldo de cultivo perfecto para que surgiera
la filosofía de Marx. Entre éstos, los más determinantes fueron:
*el aumento demográfico, que ocasionó el éxodo rural a las grandes urbes así como el crecimiento
de la demanda para hilar algodón en grandes cantidades para vestir a la población
*incremento de la producción de hierro para construir armamento
*uso en las fábricas de la maquinaria a vapor, lo que posibilitó una producción constante y rápida
Así el siglo XIX se convirtió en el siglo del capitalismo industrial de la mano de la burguesía, la
cual lo hizo en unas condiciones de explotación de los trabajadores a los que pagaban unos salarios
que les permitían únicamente subsistir en malas condiciones y cuya única propiedad era su fuerza
de trabajo (y su “prole”-hijos-, de ahí viene la denominación de “proletariado”).
Desde 1800, en que Europa se mete en las guerras napoleónicas, hasta 1914 en que comienza la
Primera Guerra Mundial, Europa estuvo salpicada de conflictos cuyo origen último se encontraba
en el enfrentamiento entre las burguesías nacionales y los trabajadores de las industrias. Estos
conflictos contribuyeron a alimentar los nacionalismos y los deseos de independencia frente a las
potencias coloniales europeas. Y fue la alianza política entre la burguesía y la aristocracia de todos
los países europeos en la Revolución de 1848 la que impulsó la necesidad de organizarse los
obreros.
Por eso, y después de casi 50 años de debates, reuniones…, se creó la Asociación Internacional de
Trabajadores en Londres en 1864.
En este contexto nace, vive y desarrolla su pensamiento Karl Marx. Marx es un revolucionario que
está convencido de la racionalidad de la revolución proletaria y del lugar histórico que corresponde
al proletariado como clase social. Para ello se servirá de dos instrumentos teóricos:
*uno de carácter filosófico, la filosofía clásica alemana
*otro de carácter científico, la economía política.
Con el pensamiento de Marx se inicia una nueva forma de hacer filosofía, que deja de interpretar la
realidad para tratar de transformarla. Como el propio Marx afirma en su obra “Ideología alemana”
“la filosofía ha muerto”; pero ¿qué filosofía? La filosofía idealista (que es la clásica alemana,
representada por las filosofías de Kant, Hegel y Feverbach), teorética, especulativa.
En su lugar surge un nuevo concepto de Filosofía, que en muchos aspectos sigue vigente hasta
nuestros días, la Filosofía práctica, que tiene repercusiones en la vida de los individuos: ética,
política, economía política, éticas aplicadas como la bioética y la neuroética…
a) ALIENACIÓN
La filosofía marxista, siguiendo a Althusser (pensador marxista de finales del XX), podemos decir
que es un Humanismo Materialista, es una crítica al humanismo burgués que tiene en su base a la
Filosofía y la Ciencia idealistas.
Para Marx, la única ciencia real es la historia, la praxis social, los hechos reales que definen la vida
y la conciencia humanas. El marxismo es ante todo una filosofía de la historia y de la sociedad que
reacciona fuertemente contra el idealismo filosófico de su época.
La existencia humana es esencialmente histórica y natural.
Para Marx, el género humano es una especie animal como las demás, aunque dotada de una
extraordinaria capacidad que es única: la posibilidad de transformar el mundo mediante el trabajo.
La naturaleza no es algo exterior al hombre sino que forma parte de él como actividad práctica.
La vida humana lo es mediante el trabajo: el hombre se realiza como tal mediante el trabajo,
mediante la actividad que consiste en la transformación de la naturaleza y. consecuentemente, de sí
mismo.
El hombre, desde esta consideración, es un ser activo y por ello Marx analiza la Historia, y lo que
encuentra es una organización económica que hace que, en realidad, el hombre no se realice
mediante el trabajo, sino que se desrealice, niegue, aliene.
Existen otros tipos de alienaciones: religiosa, política, cultural, pero todas derivadas de la alienación
económica. Toda la esfera jurídica, social, política y cultural del capitalismo se asienta sobre esta
situación de alienación de los obreros, y por eso la filosofía, el derecho, la religión… no son más
que justificaciones ideológicas de la explotación del hombre por el hombre.
b) IDEOLOGÍAS:
Marx afirma que ya es hora de que los filósofos dejen de contemplar el mundo y se dediquen a
transformarlo (siempre en la diana de sus críticas están los filósofos idealistas). Toda teoría debe
realizar su verdad en la praxis, en la sociedad y en la historia.
Para Marx, la Filosofía, el Derecho y la cultura en general son expresión ideológica de ocultación
y falseamiento de los verdaderos intereses de la clase dominante, y por tanto las ideologías suponen
la legitimación y justificación de un orden económico, político y social injusto.
El conocimiento que todo ser humano tiene de la realidad está determinado por su situación
económica. Para el marxismo, las ideas no son algo neutral e independiente de la situación
económica, sino que son el reflejo de la realidad material en la que vive.
”Es la realidad la que determina la conciencia” y no al revés (la consciencia del sujeto es la que
determina el conocimiento de la realidad) como afirmaba Kant.
Marx defiende que las ideologías son formas sistemáticas de crear falsa conciencia de la realidad,
de deformación consciente de la verdad.
La estructura económica (que Marx llamará infraestructura) determina las demás estructuras
sociales, políticas y culturales, que constituyen la “supraestructura ideológica”.
Su función es tratar de legitimar la situación de explotación y de alienación de las clases
trabajadores. Los elementos que componen la ideología son la religión, el Estado, la Filosofía, el
Derecho y la Economía Política. La supresión de la ideología requiere previamente la desaparición
de la alienación económica, puesto que ésta es la que la hace necesaria.
En cuanto a las funciones de la ideología, según Althusser son:
-proporcionar cohesión social
-reproducir deformadamente la realidad
-servir a la clase dominante en el ejercicio de sometimiento de la clase dominada
c) MATERIALISMO HISTÓRICO: