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Antón Chéjov
La Nona
A continuación leerán un fragmento del primer acto de La Nona, una obra de tea-
tro de Roberto Cossa que se estrenó en un teatro de Buenos Aires en 1977, cuando
en la Argentina se vivía bajo una cruel y opresiva dictadura. En la obra se fusio-
nan el humor y la tragedia, y en ella se reconocen muchos aspectos de los argen-
tinos y sus conflictos…
ACTO PRIMERO
…La obra se inicia un día de semana, aproximadamente a las ocho de la noche. Están
en la cocina: María, que pela arvejas frente a una enorme olla; Anyula, que ceba mate,
y la Nona. Esta última está sentada en una silla y come pochoclo en forma continuada.
Finalmente, Chicho, en su pieza, está tirado en la cama leyendo el diario del día. Anyu-
la le tiende un mate a María.
(Anyula sale hacia la cocina. Chicho toma el diario. A lo largo de la escena siguiente se
irá quedando dormido. Anyula, en la cocina, toma la pava y la coloca sobre el fuego.)
MARÍA: —¿Qué? ¿Va a seguir tomando?
ANYULA: —Está componiendo. Un tango muy lindo.
MARÍA: —Usted es muy buena, Anyula.
ANYULA: —¿Qué querés? Es mi sobrino preferido. Carmelo es muy bueno, también,
muy trabajador. Ya sabes cómo lo quiero. Pero Chicho... ¡qué sé yo! Es un artista.
MARÍA: —(Irónica.) Sé... Un artista.
ANYULA: —Como papá.
(La Nona agita la bolsita de pochoclo vacía.)
NONA: —Má pochoclo.
MARÍA: —¡Qué pochoclo! Ahora vamos a cenar.
(La Nona agita la bolsita vacía cerca de la cara de Anyula.)
NONA: —Má pochoclo, nena.
ANYULA: —No quedó más, mamá. (A María.) ¿Le voy a comprar?
MARÍA: —¡Pero no! No tiene que comer porquerías.
NONA: —(A María.) ¿No tené salamín?
MARÍA: —¡Qué salamín! Espere la cena, le dije.
(Sin que nadie lo advierta, la Nona agarra un pan y se lo mete en el bolsillo.)
NONA: —¿Un po de formayo?
MARÍA: —¡Nada, le he dicho! Aguántese hasta la cena. Vaya a su pieza, vamos. Cuan-
do esté la cena, yo la llamo. […]
(Carmelo busca la manera de empezar el diálogo. María, que se ha puesto a lavar los
platos, está evidentemente, expectante. Chicho comienza a ponerse a la defensiva.
Carmelo saca una botella de grapa y se sirve.)
CARMELO: —Oíme Chicho... Yo sé que vos sos muy sensible a estas cosas.
(Chicho le aprieta la muñeca a Carmelo y hace un gesto de dolor.)
CHICHO: —¿Le pasa algo a la Nonita? ¿Está en yantas?
CARMELO: —¿Cómo?
CHICHO: —¿Está chacabuca? (Carmelo lo mira.) ¿Enferma?
CARMELO: —¿Quién?
CHICHO: —La Nonita.
CARMELO: —Está mejor que nunca. ¿No la viste?
CHICHO: —Mi Nonita... Si le pasara algo, no podría soportarlo. (Señala con la mano
hacia la puerta de la pieza de la Nona, como los escolares cuando dicen un verso.) La
abuela, en cuyo regazo alguna vez...
CARMELO: —¡Pará! ¡Pará! (Pausa.) Oíme, Chicho... Esta casa no puede seguir así.
(Chicho lo mira con desconfianza.)
CARMELO: —Este mes no llegamos.
CHICHO: —¿Adónde?
CARMELO: —¡Con la guita! No llegamos.
(Chicho se toma la frente y se queda con la mirada baja.)
CARMELO: —Oíme... ya sé que estas cosas te hacen mal, pero tenés que hacerle fren-
te de una vez por todas. Vos sos un artista, lo sé...
(Chicho asiente con la cabeza.)
CARMELO: —Nunca te hablé de los problemas de la casa.
CHICHO: —Ya no voy a poder componer. ¡No voy a poder componer!
CARMELO: —¡Pero tenés que entenderlo! El puesto de la feria no da para más, ¿enten-
dés? ¡No da para más! (Señala hacia la pieza de la Nona.) Me lo está morfando.
MARÍA: —Bajá la voz que te puede oír.
CARMELO: —(Cuchichea.) ¡Me lo está morfando! ¿Me oís? Es como mantener a diez
leones juntos.
CHICHO: —(Lamentoso.) Nonita...
CARMELO: —¡Nonita, Nonita, pero nadie hace nada!
CHICHO: —Serví una copita, Carmelo.
(Carmelo, de mala gana, le sirve grapa.)
CARMELO: —Yo no sé... O esto se soluciona, o... tiene que haber otro ingreso.
CHICHO: —(Detiene la mano en el momento que lleva la copita a la boca y pone cara
de susto.) ¿Otro ingreso?
CARMELO: —Y claro.
(Se hace una pausa prolongada. Chicho bebe un largo trago.)
CHICHO: —¿Y vos podrás tener otro trabajo?
CARMELO: —¿Otro trabajo? ¿Pero vos estás loco?
MARÍA: —Carmelo se levanta a las cuatro de la mañana y vuelve a las ocho de la noche.
CARMELO: —Pará, María.
CHICHO: —¿Y la Martita?
CARMELO: —Marta trabaja. Algo aporta.
CHICHO: —Entonces, no sé... No se me ocurre nada.
(Se hace una pausa. Carmelo y María se miran.)
MARÍA: —¿El pescadero no te dijo que precisaba un ayudante?
(Pausa tensa.)
CARMELO: —Sí... Un ayudante.
CHICHO: —Ahora, digo yo... La Nona está muy viejita, ¿no?
CARMELO: —Sí. ¿Y?
CHICHO: —Y bue... ¿Cuánto más puede...? (Lloroso.) ¡Dios le dé larga vida! Uno... dos
añitos... Pasan volando.
CARMELO: —Cuando cumplió ochenta y ocho, me dijiste lo mismo, y tuve que vender el taxi.
CHICHO: —¡Y bueno! Pasaron doce años. Se la ve avejentada.
CARMELO: —¿Y qué querés? ¿Que ahora tenga que vender el puesto de la feria?
CHICHO: —No, eso no.
CARMELO: —Entonces voy a tener que hablarle al pescadero.
CHICHO: —¡Pará... pará! Estas cosas hay que pensarlas bien. No hay que apurarse.
(Toma el diario y se pone a leer los avisos clasificados.) Algún laburo tranquilo tiene
que haber.
Glosario
El autor
Roberto Tito Cossa nació el 30 de noviembre de 1934, en el barrio
de Villa del Parque, en la Ciudad de Buenos Aires. Es dramatur-
go, guionista y periodista, y se lo considera un escritor destaca-
do en la labor literaria argentina. Comenzó como actor a los 17
años, pero se inclinó por la escritura, así que dejó la actuación
para dedicarse de lleno a escribir obras de teatro.
Socialista y admirador de la Revolución cubana, según él mis-
mo lo dice, trabajó en secreto como corresponsal de Prensa Latina
(agencia de noticias cubana) desde sus comienzos y durante los
primeros diez años. Como periodista también escribió para otros
medios locales. Es esta mirada particular que tiene sobre la reali-
dad social y la historia del país lo que se distingue en las obras de
su autoría, en las que refleja con acento fidedigno las características profundas de la
sociedad argentina y, en especial, las particularidades de la clase media porteña.
Fue parte de un grupo de dramaturgos que organizó Teatro Abierto durante
la última dictadura militar. Junto a Luis Brandoni, Jorge Rivera López y Osvaldo
Dragún crearon el Teatro El Picadero en 1981. Dicho teatro recibió amenazas y
bombas, por lo que tuvo que cerrarse, y recién fue reabierto en 2001.
Un buen número de obras suyas fueron llevadas al cine. También muchas de
ellas fueron interpretadas por elencos teatrales en Latinoamérica y Europa. Obtu-
vo importantísimos premios, como el Premio Nacional de Teatro, y la Medalla de
Honor de Argentores y del FNA (PK). Fue nombrado ciudadano ilustre de la Ciu-
dad de Buenos Aires y distinguido por las Madres de Plaza de Mayo por el aporte
que ha hecho a los Derechos Humanos.
a
1. Identifiquen dónde y cuándo transcurre la acción. Justifiquen con citas tex-
tuales.
2. Determinen a qué clase social pertenecen los personajes, describan cuáles
son los rasgos de dicha clase en la sociedad argentina y justifiquen con citas.
3. Debatan entre ustedes acerca de cómo es la familia que se presenta en esta
obra: cuáles son sus valores, sus creencias, sus costumbres y su condición so-
cial. Justifiquen con citas del texto y escriban sus conclusiones en la carpeta.
4. Confeccionen una lista de los personajes que aparecen en el fragmento leído
del Acto Primero y describan a cada uno: cómo es, a qué se dedica, qué vínculo
lo relaciona con los otros, etcétera. Justifiquen con citas textuales.
10. Griselda Gambaro, otra autora fundamental del teatro argentino, define al
grotesco –ese espacio fronterizo– como “la metáfora de Argentina”, aunque
sea muy difícil encontrar la definición exacta de sus contornos. Discutan entre
ustedes qué “metáfora de la Argentina” encuentran en el fragmento leído y
escriban sus conclusiones en la carpeta.
11. En un reportaje realizado en mayo de 2012 por Hilda Cabrera para el diario
Página/12, Roberto Tito Cossa afirma:
Hacia la segunda mitad del siglo xx, con la aparición del peronismo, se introdu-
cen grandes cambios en la escena política, económica y social de la Argentina.
Estos cambios se verán especialmente reflejados en la dinámica de las clases so-
ciales y, más específicamente, en la manera que tiene la clase media argentina de
percibirse a sí misma. Si bien es un grupo social que viene conformándose desde
la segunda mitad del siglo xix, es con el peronismo que comenzará a pensarse a sí
misma como tal. Así, el concepto de clases sociales en la Argentina será más una
clasificación que tendrá en cuenta la identidad antes que la realidad económica
de los grupos, según afirma el historiador Ezequiel Adamovsky.
Hasta la aparición del peronismo, el progreso en la escala social estaba dado por el
esfuerzo individual, una cosmovisión traída al país por los inmigrantes europeos em-
pobrecidos por la guerra y la crisis económica de sus países de origen (especialmente,
España e Italia). Estos inmigrantes dejaban su terruño buscando en la Argentina la
oportunidad de “hacer la América”. La promesa era un país lleno de oportunidades
para aquel que viniera dispuesto a trabajar duro. Y, si bien en algunos casos fue así,
muchos quedaron varados en conventillos, encontrando muy difícil la inserción eco-
nómica y social. Con el peronismo, este progreso dejará de estar centrado en el es-
fuerzo individual para verse incentivado por el apoyo del Estado nacional a partir de
reivindicaciones colectivas, como lo fue, por ejemplo, el artículo 14 bis incorporado
en la reforma constitucional de 1957, a través del cual se les dio marco legal, nada
menos que en la carta magna, a los derechos de los trabajadores.
Hacia mediados de la década del cincuenta, el sector intelectual (incluida bue-
na parte de la clase media) comenzó a volcarse hacia una posición de izquierda,
en consonancia con los movimientos revolucionarios de Cuba que terminarían
por derrocar al dictador Batista en 1959. Estos grupos revolucionarios tuvieron
lugar en toda Latinoamérica, como posición de resistencia al capitalismo que los
grupos de poder de Estados Unidos querían imponer en el continente.
Este fervor a favor de los derechos del trabajador y esta mirada antiimperialista
provocó la organización de diferentes grupos de lucha, alertando a los poderes lo-
cales alineados con los intereses capitalistas. Así, en los períodos de intermitencia
entre los gobiernos constitucionales y los golpes de Estado, que ya eran una diná-
mica frecuente en nuestro país, los gobiernos golpistas comenzaron a incrementar
la violencia y la represión hasta 1976, año en que comienza el autoproclamado Pro-
ceso de Reorganización Nacional, la más violenta dictadura que atravesó nuestro
país y que aún tiene repercusiones en nuestro tiempo, como por ejemplo, en la bús-
queda de la verdadera identidad de hijos apropiados por los represores.
El contexto literario
• Identifiquen los acontecimientos novedosos que introdujo el peronismo en los aspectos sociales, culturales
y políticos de la Argentina.
• Debatan entre ustedes qué influencia tuvo en Latinoamérica la revolución cubana de 1959 y expliquen cómo
era la posición frente a los Estados Unidos.
• Determinen qué pasó en la Argentina con la democracia.
• Escriban una síntesis de qué pasó con el teatro independiente en Buenos Aires.
• Confeccionen un listado con las características de las obras de Cossa.
• Investiguen qué fue Teatro Abierto, cuándo se produjo y qué repercusiones tuvo.
El grupo familiar que presenta Roberto Cossa en La Nona (1977) está estructurado alrededor
de una anciana inmigrante y centenaria. Se trata de un “ser asexuado, tragicómico, grotesco
que tiene la virtud y el poder de dar a la obra ribetes insólitos y sobrenaturales”. Su insa-
ciable voracidad será, solo en apariencia, el motivo fundamental de la ruina económica de
la familia. La descomposición moral del grupo irá en aumento hasta que todos, a su modo,
terminarán sucumbiendo, víctimas de la incapacidad de afrontar y modificar la realidad. […]
No creemos que el auge del grotesco criollo y del "neogrotesco", que se inicia en la déca-
da del 70 y continúa casi sin interrupciones hasta el presente, sea una consecuencia necesaria
de los frecuentes desequilibrios políticos y sociales sufridos por nuestro país, sino una forma de
pensar y asumir la realidad argentina. De hecho, frente a una situación crítica hay dos posibili-
dades expresivas: la grotesca y la trágica, porque si bien es cierto que el grotesco resurge como
constante en las épocas en que las convencionales estructuras de la sociedad se ven alteradas
por profundas crisis de valores, no es menos cierto (y la historia de la cultura occidental ofrece
innumerables ejemplos) que el florecimiento de la tragedia corresponde a los momentos en
que el hombre pierde sus tradicionales puntos de referencia y debe resolver por sí solo sus
conflictos, tanto en el nivel inmanente como en el trascendente. La escasa tradición trágica que
registra el teatro argentino, en el que Marechal, De Cecco o Ponferrada, entre otros, constitu-
yen valiosas excepciones, confirma que ante estas dos modalidades expresivas, la mayoría de
nuestros autores y también de nuestro público parece inclinarse por el grotesco.
El esquema actancial
Este esquema es una herramienta de análisis que pone al personaje en un plano
central y que no lo describe desde un punto de vista psicológico o metafísico,
sino que considera cómo funciona dentro de la historia. Los personajes no se de-
finen por lo que son, sino por lo que hacen, es decir, se definen por la acción que
realizan. Esas funciones, a su vez, se interrelacionan, están intercomunicadas,
conformando un sistema de acción. Este esquema da cuenta de esas relaciones,
distribuyendo a los personajes en un número acotado de categorías (seis), que
representan todas las posibles combinaciones realizadas en una obra.
Las seis categorías son las siguientes:
• El destinador es el poder que impulsa o posibilita al sujeto a realizar una mi-
sión para cumplir con determinado objeto o deseo. En general, es una abstrac-
ción, como por ejemplo, el bien social; aunque también se puede tratar de un
rasgo del personaje, como la ambición; o de un poder social, como la lucha de
clases entre ricos y pobres.
• Identifiquen cinco acotaciones escénicas y expliquen con qué aspectos del texto espectacular se relacionan.
• Expliquen oralmente qué es el texto dramático y qué es el texto espectacular.
• Definan con sus palabras puesta en escena y escríbanlo en sus carpetas.
• Realicen el esquema actancial considerando a Chicho como sujeto. Expliquen las razones profundas
que lo motivan a realizar su misión o deseo.
• A partir del esquema planteado por ustedes, debatan cuáles son los componentes del eje del deseo.