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Antes de introducir las observaciones y los elementos extraídos que la consigna solicita, vale la
pena recordar que La Nona, es una obra teatral de tipo tragicomedia, escrita y estrenada por
Roberto Cossa en el año 1977 (en tiempos caracterizados por la inestabilidad política en el país, y
un año después del comienzo de la última dictadura militar, también conocida como Proceso de
Reorganización Nacional), y cuyo éxito permitió que también tuviera una adaptación
cinematográfica, dos años más tarde de su publicación. Gracias a su carga simbólica y buen uso de
recursos humorísticos y simbólicos, ha sabido perdurar en el imaginario colectivo argentino y al día
de hoy sigue debatiéndose sobre las posibles alegorías a las que la obra recurre a lo largo de su
extensión; principalmente, ha sido concebida como una crítica y sátira hacia la voracidad del
Estado para con los ciudadanos; también es a menudo interpretada como una condena al
capitalismo y a las fracturas sociales y destrucciones que éste produce en la gente.
En cuanto a los procedimientos humorísticos empleados, puedo destacar, en primer lugar, esta
cita:
“NONA.-Má pochoclo
Aquí podemos hablar de un caso de sátira, ya que el personaje de La Nona está pensado como un
estereotipo burlesco de la típica abuela y/o madre de origen italiano afincada en el país, donde se
hace un uso algo exagerado o grotesco del modo de hablar de las personas italianas pero que
tienen incorporado algo de idioma español a su vida cotidiana , mezclando palabras y expresiones
tanto en italiano como en español.
Como buena obra teatral humorística que es, La Nona también tiende a hacer uso de otros
recursos, como el del sarcasmo, que puede verse en esta cita:
“CARMELO.-Estás de turno otra vez. Pobre nena. Lo que es el farmacéutico ese debe
ganar bien. Dos por tres cambia de auto. Hoy se vino con un Falcon.”
“CARMELO.-Esto no puede seguir así. La idea de ahorrar para poner el mercadito, bueno... Mejor
que me la olvide. Pero si esto sigue así, voy a tener que vender el puesto de la feria.
(Se hace una pausa.)
MARIA.-Si tu hermano trabajara...
CARMELO.-¿Otra vez con eso? Eh... Chicho es un artista.
MARIA.-¡Un artista! Pero come y vive a costa tuya.
CARMELO.-Uno de estos días la pega -*8- y nos vamos todos para arriba. -*9 (María lo mira
significativamente.) Digo yo... Con eso puede ganar mucha plata.
MARIA.-¿Componiendo tangos? ¿Me querés decir quién gana plata hoy componiendo tangos?
CARMELO.-Según él, los puede vender al Japón.
MARIA.-Por favor, hace veinte años que está componiendo y nunca terminó nada.”
La situación absurda y/o disparatada que aquí intenta exponerse es la posibilidad de que la familia
pueda despegar económicamente gracias a los tangos que supuestamente Chicho compone, y la
posibilidad muy inexistente y poco realista de que éste pueda venderlos a otros países.
Prosiguiendo con en análisis de la obra, cabe destacar que otro importante procedimiento
humorístico que se utiliza en este tipo de producciones, la exageración, se es visible en momentos
como cuando por ejemplo se intenta remarcar cuán grande y grave es la vagancia del personaje de
Chicho, resaltando su no-voluntad de trabajo:
“CARMELO.-Yo no sé... O esto se soluciona, o... tiene que haber otro ingreso.
CHICHO. -(Detiene la mano en el momento que lleva la copita a la boca y pone cara de susto.)
¿Otro ingreso?
CARMELO.-Y claro.
(Se hace una pausa prolongada. Chicho bebe un largo trago.)
CHICHO.-¿Y vos podrás tener otro trabajo?
CARMELO.-¿Otro trabajo? ¿Pero vos estás loco?”
Otro ejemplo de exageración, que es utilizado con el fin de describir cuán inocente parece, pero en
realidad perversa es La Nona, demostrando que poco le importa las muertes de sus seres
queridos:
Por último, podemos decir que en determinados momentos de La Nona, como buena
tragicomedia que es, emplea otro recurso característico de este tipo de presentaciones: la ironía.
La misma puede, por ejemplo, contemplarse en esta cita:
“MARIA.-Al final, en esa farmacia siempre de turno. (Marta besa a la madre y al padre.) Esta
misma noche voy a arreglar. Son muy buena gente.
CARMELO.-Sé amable.
(Marta besa a Anyula y sale alegremente.)
MARTA.-Son muy buena gente. Chau.”
La ironía se da porque Marta, a fines tanto de sacarse rápidamente a su familia de encima y
despedirse, y de esconder que en realidad es gente que la usa para su placer sexual, señala que
son buena gente.