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Asignatura: Neuropsicología.
Fecha: 22-11-2023
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RESUMEN
Para empezar a entender mejor el TLP se investigó sobre sus antecedentes históricos en los
cuales se pudo encontrar que en primera instancia era usualmente confundido con otros trastornos
por presentar síntomas similares, ya que los síntomas del TLP no encajaban en el nivel neurótico,
ni en el psicótico por lo que más adelante aparecería el nivel limítrofe en los niveles de la
personalidad. Esto llevó a que en el año 1980 se formulara como un nuevo trastorno de la
personalidad en la tercera edición del DSM-III.
Partiendo de la base neurobiológica del TLP se encontró que en el aspecto genético de este
trastorno hay una heredabilidad del 35% en gemelos monocigóticos y de un 7% en dicigóticos,
también se encontraron resultados sobre que más del 60% de las personas con este trastorno
tenían al menos un alelo corto del PPTS. La impulsividad del TLP se relaciona con la alteración en
la transmisión colinérgica, noradrenérgica y serotoninérgica y sus estados psicóticos con una
alteración en la transmisión dopaminérgica. En relación a la neuroimagen del TLP se pudo
encontrar investigaciones que utilizaron el DTI el cual reveló un aumento en la difusividad media.
La RM demostró que estas personas tienen un lóbulo frontal más pequeño y una reducción del
volumen de la corteza orbitofrontal y cingular. La RMF dio como resultado una hiperreactividad de
la amígdala izquierda y el ADAM señaló una reducción significativa de las señales de serotonina.
En cuanto al diagnóstico del TLP se encontró que a pesar de ser uno de los trastornos con más
prevalencia en la población, también es uno de los más difíciles de diagnosticar, esto es debido a
las múltiples conceptualizaciones que se le ha otorgado y a su comorbilidad con distintos
trastornos. Con respecto a la calidad de vida de las personas con TLP se demostró que sufren
inestabilidad en sus relaciones interpersonales, sus estados de ánimo y comportamiento, llevando
así a altas tasas de conducta suicida.
Como conclusión podemos deducir que para el futuro desarrollo del TLP es importante considerar
una terapia personalizada con distintos modelos de psicoterapias, fármacos específicos para los
síntomas asociados y la involucración de la familia como red de apoyo para personas con TLP. La
educación y concienciación de este trastorno ayudará tanto a profesionales y personas comunes a
aceptar y apoyar a las personas que sufren y padecen el trastorno límite de la personalidad.
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ÍNDICE
1. Introducción………………………………………………………………………………………...4
1.1.1. Definición…………………………………………………………………………………...4
1.1.2. Objetivos……………………………………………………………………………….......5
2. Revisión bibliográfica……………………………………………………………………………..7
2.1. Neurobiología………………………………………..……………………………………...7
2.2. Diagnóstico………………………………………………………...………………………..9
2.3. Comorbilidad………………………………………………………………………...…….10
3. Discusión y proyecciones………………………………………………………………………11
4. Referencias bibliográficas………………………………………………………………………13
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1. INTRODUCCIÓN
En el transcurso de los años, el TLP es incluido por primera vez en el Manual Diagnóstico y
estadísticos de trastornos mentales (DSM-III) en su tercera edición en el año 1980, con el único
objetivo de poder diferenciarlo de los demás trastornos y otorgarle nombre a aquello que
desconocían, investigando de mejor manera e interesándose de manera más profunda en esta
área, llegando a un mayor estudio y conocimiento acerca de esta patología (Gunderson, 2009,
citado en Gonzalez, D et al, 2022).
Los factores psicosociales han sido los más relevantes a la hora de investigar sobre la patología,
ya que tienen un fuerte impacto sustancial en el desarrollo, manifestación y tratamiento de este
complejo trastorno. En primer lugar, el TLP se caracteriza por inestabilidades emocionales,
relaciones interpersonales conflictivas y una identidad auto conceptual inestable o variable. Estos
aspectos, fundamentales en la definición del trastorno, están estrechamente entrelazados con las
experiencias de vida, las dinámicas familiares y los eventos traumáticos que constituyen los
factores psicosociales. La influencia de estos factores se evidencia en la etiología del TLP.
Experiencias adversas durante la infancia y la adolescencia, como traumas o relaciones familiares
disfuncionales, pueden desempeñar un papel crucial en la predisposición y exacerbación del
trastorno. La sensibilidad única de los individuos con TLP a las interacciones sociales y su
dificultad para regular las emociones a menudo tienen raíces profundas en estos factores
psicosociales (Baca-García, Barrigón, Giner, Vera-Varela, 2019)
La variabilidad en la presentación del TLP entre individuos también encuentra explicación en los
factores psicosociales. Las diferencias en las experiencias personales y en el entorno social
contribuyen a la diversidad de síntomas y comportamientos observados en aquellos que viven con
el trastorno. Un enfoque integral que considere estas diferencias individuales resulta esencial para
entender la complejidad y la heterogeneidad del TLP (Baca-García et al., 2019). Los mismos
autores indican que la evolución del Trastorno Límite de la Personalidad (TLP) a lo largo del tiempo
nos lleva a explorar cómo ha cambiado su definición y comprensión, reflejando las percepciones
cambiantes en la sociedad hacia este fenómeno psicológico. Este recorrido histórico nos permite
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entender él TLP en su forma actual y analizar su relación con otros elementos del panorama
psicológico, revelando las interacciones que dan forma a la experiencia humana.
Un estudio realizado con mujeres diagnosticadas con TLP encontró que tenían niveles más bajos
de calidad de vida en comparación con un grupo de control sin ninguna enfermedad física o
mental. El estudio utilizó medidas como el SF-36 (Encuesta de salud de formato abreviado) y el
WHODAS 2.0 (Programa de evaluación de discapacidad de la Organización Mundial de la Salud)
para evaluar diferentes dominios de la calidad de vida. Los resultados mostraron que los pacientes
con TLP tenían puntuaciones más bajas en varias dimensiones de la calidad de vida, lo que indica
una peor salud física y mental, funcionamiento social y bienestar general (Thadani, et al., 2018).
Además el TLP se ha asociado con altas tasas de conducta suicida: aproximadamente el 75% de
los pacientes intenta suicidarse y el 10% lo completa, siendo las cifras más altas en todos los
trastornos. Esto pone de relieve el grave impacto del TLP en la vida de las personas y la necesidad
urgente de tratamientos eficaces para mejorar su calidad de vida y reducir el riesgo de autolesión
(Thadani, et al., 2018).
Por lo tanto, el TLP perjudica significativamente la calidad de vida de las personas diagnosticadas
con el trastorno, afectando diversos aspectos de su bienestar físico y mental, funcionamiento social
y satisfacción general con la vida. La relevancia de comprender y entender el TLP radica en su
incidencia significativa, en la calidad de vida de quienes lo experimentan. Además, su presencia
destacada en la esfera de la salud mental resalta la necesidad de una exploración más profunda
para mejorar la comprensión y el abordaje clínico (Thadani, et al., 2018)
En esta búsqueda hacia la comprensión y para lograr estos objetivos, dividiremos el informe en
secciones dedicadas a cada aspecto relevante del TLP, abordaremos las controversias actuales
que rodean al TLP, desde debates sobre su evaluación en mujeres hasta cuestiones que generan
discusiones en la comunidad científica. Este análisis busca responder a la pregunta de qué es,
cuáles son las bases biológicas del TLP y arroja luz sobre las razones por las cuales persisten
interrogantes en su comprensión. Siguiendo en la misma línea de lo anterior, en el presente
informe se buscará brindar información clara y accesible sobre el borderline, para así de esta
manera aumentar la conciencia y comprensión tanto en profesionales de la salud mental, como en
el público general. Analizar cómo la definición y comprensión del TLP ha ido evolucionando con el
tiempo, destacando los cambios en la percepción social y enfoques clínicos. Además, investigar y
analizar controversias contemporáneas relacionadas con la evaluación y diagnóstico del trastorno
limítrofe de la personalidad, logrando construir un debate y una comprensión crítica sobre el TLP.
El presente informe buscará, en última instancia, ser una herramienta informativa y reflexiva que
contribuya al entendimiento más profundo y al abordaje efectivo del trastorno límite de la
personalidad en la actualidad, llenando los vacíos existentes en la investigación. Como claros
objetivos, se utilizará la revisión de la literatura para poder comprobar el estado de la información
actual acerca de la patología y poder rellenar los vacíos de conocimiento de esta para que la visión
sea muchísimo más amplia y haya más claridad, ya sea, al otorgar diagnósticos; debido a que
algunos pacientes no están recibiendo el diagnóstico adecuado por otras variables, buscando
mejoras para la calidad de vida de las personas que padecen TLP.
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Existe un número significativo de personas que poseen este trastornó y comprenderlo es
totalmente necesario, ya que se considera el TLP como uno de los trastornos más prevalentes en
la población, especialmente cuando destaca su gran mortalidad por suicidio, trastornos comórbidos
y carencias funcionales (Gunderson, 2011), agregando la complejidad clínica que presentan
porque no se observan mejorías en los pacientes, aun siendo que esta patología es la más
estudiada, hay cifras bastante preocupantes, se debe evitar las graves consecuencias que estas
personas con TLP ya poseen y necesitan de ayuda para abordar efectivamente la patología
(Skodol et al., 2002).
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2.1. REVISIÓN; NEUROBIOLOGÍA
Bases biológicas
Factores externos como los eventos psicosociales y el tipo de ambiente en que se expuso a la
persona en su infancia también se demostró que afecta fuertemente, eventos traumáticos
estresantes vividos en la niñez, así como abuso sexual o maltrato pueden explicar las conductas
agresivas e impulsivas que llegan a tener más adelante. Para verificar esta información, se aplicó
un estudio de relación del TLP y niveles basales de cortisol, 12 muestras fueron analizadas,
arrojando resultados de que pacientes con TLP poseían pocos niveles de cortisol, exactamente; “(-
0.32, 95% CI -0.56 to -0.06, p=0.01) solamente frente a los controles, sin embargo, estos niveles
aumentaban exponencialmente en la exposición de ambientes psicosociales estresantes, donde el
eje hipotalámico hipofisario adrenal es el que está en control de las respuestas de nuestro
organismo a estos niveles de estrés” comprobando esta teoría (N. Thomas et al., 2018).
Agregando, también se estudió el hallazgo de bajos niveles de oxitocina en pacientes con TLP en
los controles de estudio por lo anteriormente mencionado. Este tiene la función de mejorar el
reconocimiento emocional y expresión de estas, su funcionamiento alterado empeora la confianza
hacia otras personas y su interés por relacionarse con estos, que sería lo contrario en personas
que no poseen esta patología.
Se ha estudiado y comprobado que el TLP puede impactar debido a genética y heredabilidad. 35%
en gemelos monocigóticos y de 7% en dicigóticos. Individuos portadores de polimorfismos
genéticos de la enzima MAO-A (monoamino oxidasa A, enzima metabolizadora de
neurotransmisores como norepinefrina, dopamina, serotonina) que eran abusados en la infancia,
tenían una mayor probabilidad de presentar comportamientos criminales y trastorno de
personalidad antisocial si expresaban deficiencia en la enzima (Guendelman et al., 2014).
Agregando la gran importancia del estudio en donde se evalúa a un grupo de pacientes que
padecen TLP, los resultaron arrojaron que más del 60% tenía al menos un alelo corto del PPTS,
como conclusión llegaron a que este alelo corto está fuertemente involucrado con el diagnóstico de
TLP e impulsividad (Guendelman et al., 2014).
El peso de este factor genético es de un 51% a comparación del factor de ambientes psicosociales
con un 49%, sin embargo, estos factores por sí solos no pueden explicar la aparición del TLP en
los pacientes, es por esto que se agrega la siguiente variable, la regulación epigenética. Este es el
encargado de relacionar e interactuar la genética y ambiente de manera en que se produzca una
regulación en la expresión genética y la adaptación, flexibilidad al ambiente para que no haya una
sobreexpresión de genes ni tampoco silenciación con la participación de los factores ambientales
mencionados anteriormente (Yang et al., 2014). Los TLP presentan irregularidades en la regulación
epigenética mediante metilación, donde se ven involucrados los receptores; “HTR2A,
monoaminooxidasa A y B (MAO-A y MAO-B), Catecol O-metiltransferasa (COMT), receptor
glucocorticoide (GR/NR3C1) y FNDC” (Dammann y Perroud et al., 2013).
Según Ruocco et al., 2012, pacientes con Trastorno límite de la personalidad pueden llegar a
evidenciar que poseen una menor densidad sináptica y menor volumen de su hipocampo y
amígdala, donde la neurotransmisión NMDA está involucrada para la regulación emocional
negativa y memoria autobiográfica, en resumen, esto explicaría con mayor detalle y precisión el por
qué los ambientes estresantes son un principal factor, así como las consecuencias que esto
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conlleva, la dificultad de la autorregulación e intensidad de las emociones, impulsividad y como los
problemas de memoria y autoidentidad.
Neuroimagen estructural
Utilizando dos parámetros, particularmente la difusividad media (DM) que permite medir la
extensión de la difusión de las moléculas de agua en la sustancia blanca, parámetro que permite
explicar cómo un aumento en la difusividad media puede indicar posibles daños ultraestructurales,
como desmielinización o edema; y la anisotropía funcional (AF) la cual refleja la integridad de la
sustancia blanca y mide la dirección de la difusión de las moléculas de agua en el cerebro para así
poder indicar posibles lesiones en la materia blanca.
Los resultados revelaron un aumento en la difusividad media en los pacientes con TPL, lo que
sugiere una reducción en el volumen de ciertas estructuras cerebrales. Específicamente, se
observaron aumentos en la DM en regiones cerebrales anteriores que contienen una cantidad
significativa de materia gris, incluyendo la corteza orbitofrontal medial, la ínsula, áreas pre y post
centrales, así como partes de los lóbulos temporales y el cíngulo anterior. Además, se detectaron
descensos en la anisotropía fraccional entre las estructuras de la materia blanca frontal, como el
fascículo uncinado y el fascículo fronto-occipital inferior de la corona radiata. Estos cambios
podrían estar asociados con dificultades en la regulación emocional, el procesamiento de la
memoria, la susceptibilidad a la recompensa y el castigo, aspectos que suelen estar alterados en el
TLP. También se identificó una reducción de la sustancia blanca en el gen y el cuerpo del cuerpo
calloso, lo que podría dificultar la conectividad estructural entre las regiones prefrontales.
Según Guendelman et al., (2014) utilizando tecnología de resonancia magnética estructural (RM) la
cual permite identificar la anatomía y forma de las diversas regiones cerebrales, se demostró
mediante varios estudios en pacientes con TLP, excluyendo las comorbilidades con otras
afecciones psiquiátricas y otras patologías, estas personas presentan un lóbulo frontal
considerablemente más pequeño, en un 6,2%. Dadas las funciones de esta región, esta
anormalidad puede estar relacionada con los síntomas de impulsividad y defectos cognitivos. Se
señala también una relación en el volumen del hipocampo con la duración del recuerdo de abuso
en la infancia, así como reducciones de volumen significativas de la corteza orbitofrontal y la
corteza cingulada anterior en fuerte conjunción a los síntomas de TLP.
Neuroimagen funcional
En cuanto a estudios con resonancia magnética funcional (RMF) para medir actividad cerebral, un
estudio muestra que los individuos presentan una hiperreactividad de la amígdala izquierda
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correlacionado con el diagnóstico de estrés post-traumático (Donegan, N. H et al., 2003, citado en
Guendelman et al., 2014). A su vez, durante pruebas de inducción de miedo y rabia se observa en
pacientes con TLP una respuesta exagerada de la amígdala derecha y en general se indica una
respuesta exacerbada ante estímulos emocionales negativos. Estructuras como la corteza
orbitofrontal presentan menor activación en pacientes con TLP y estrés post-traumático, lo que
sugiere una disminución en la regulación emocional y afectiva en respuesta a estímulos
emocionales negativos. También se presenta una amplia activación del giro frontal y la corteza
cingulada anterior en tareas de inhibición conductual, asociado así con la conducta impulsiva y el
control de estas mismas.
Utilizando SPECT (Tomografía computarizada por emisión de fotón único) revela una reducción en
el flujo cerebral en la corteza temporal lateral derecha, así como en la corteza prefrontal polar y
ventrolateral derecha, reducción asociada con alteraciones en las funciones de regulación afectiva
propias del hemisferio derecho del cerebro. Otro estudio realizado, utilizando el radiofármaco
ADAM unido a un transportador de serotonina mostró una reducción significativa en la intensidad
de la señal, este hallazgo sugiere una disfunción serotoninérgica en estos pacientes, lo que podría
representar uno de los mecanismos subyacentes a la impulsividad y la desregulación afectiva
característica del TLP.
Alteraciones neuropsicológicas
Podemos encontrar diversidad de problemas en áreas cognitivas en pacientes con TLP, así como
funciones ejecutivas afectadas en relación a la incapacidad de regular los procesos cognitivos y
emocionales para dirigir el comportamiento, mostrando así una variabilidad emocional y la
impulsividad característica.
Diagnóstico
Según Vinardell (2013), los principales desafíos del diagnóstico del trastorno límite de la
personalidad (TLP) es su notable complejidad diagnóstica. A pesar de ser uno de los trastornos de
personalidad más estudiados, el TLP sigue siendo considerado "difícil de tratar" y presenta una alta
prevalencia en la población general.
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Además, existe una falta de consenso en cuanto a los criterios de diagnóstico del TLP. Aunque el
DSM-5 mantiene la misma definición del TLP que el DSM-IV (adjuntado en tabla 1), en su sección
III se plantea una alternativa diagnóstica basada en un modelo híbrido dimensional-categórico que
altera el sistema de diagnóstico clásico. Este modelo define los trastornos de personalidad como
un constructo de patología en el que coexisten alteraciones en el funcionamiento de la
personalidad en relación al yo, aspectos interpersonales y rasgos de personalidad no adaptativos
específicos para cada trastorno de personalidad. Sin embargo, este modelo aún requiere más
evidencia científica para respaldar su validez diagnóstica (Vinardell, 2013).
Según el mismo autor, el desafío del diagnóstico del TLP es la falta de consenso en cuanto a su
conceptualización. A lo largo de la historia, ha habido diferentes conceptualizaciones del TLP, lo
que ha llevado a debates sobre su validez como diagnóstico independiente y su relación con otros
trastornos, como la esquizofrenia o el trastorno depresivo mayor (Vinardell, 2013).
Los principales desafíos del diagnóstico del TLP son su complejidad diagnóstica, la falta de
consenso en los criterios de diagnóstico y la falta de consenso en su conceptualización. Estos
desafíos dificultan la identificación y el tratamiento adecuado de los pacientes con TLP.
Estudio en mujeres
En un estudio se encontró que las mujeres con trastorno límite de la personalidad mostraban un
desempeño inferior en tareas de funciones ejecutivas y una mayor tendencia a la impulsividad en
comparación con un grupo de control (Barrera et al., 2008). A pesar de no encontrarse diferencias
significativas en la inteligencia entre los grupos, estos resultados sugieren que los pacientes con
TLP podrían enfrentar dificultades en la toma de decisiones y la planificación, indicando una
posible disfunción en el lóbulo frontal.
Los principales hallazgos del estudio fueron que las mujeres con trastorno límite de la personalidad
(TLP) obtuvieron peores resultados en tareas de funciones ejecutivas y exhibieron niveles más
altos de impulsividad en comparación con un grupo de control, sin embargo, no hubo diferencias
significativas en la inteligencia entre los dos grupos (Barrera et al., 2008).
Esto sugiere que las personas con TLP pueden tener dificultades en la toma de decisiones y la
planificación, lo que indica una disfunción en el lóbulo frontal. El estudio evoca que las deficiencias
en la toma de decisiones y la planificación observadas en pacientes con TLP pueden indicar una
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disfunción en el lóbulo frontal. Esto está respaldado por investigaciones previas que han
relacionado la disfunción del lóbulo frontal con dificultades en las funciones ejecutivas y el control
cognitivo (Barrera, et al., 2008).
3. DISCUSIÓN Y PROYECCIONES
A medida que la comprensión de la neurobiología del TLP avanza, se abren nuevas posibilidades
para tratamientos más específicos y efectivos. La investigación sobre la modulación de sistemas
neuroquímicos y la neuroplasticidad ofrece esperanzas en el desarrollo de enfoques terapéuticos
más precisos.
El tratamiento del Trastorno de Personalidad Límite (TLP) enfrenta desafíos significativos debido a
la complejidad de esta condición. La resistencia al tratamiento es común debido a la desconfianza
y al miedo al abandono. Además, la alta comorbilidad con otros trastornos mentales dificulta el
enfoque terapéutico, y las conductas impulsivas y autodestructivas representan un reto importante.
El tratamiento del Trastorno de Personalidad Límite (TLP) debe ser integral y adaptado a las
necesidades individuales. Además de la psicoterapia, otras estrategias pueden ser útiles para
abordar esta condición.
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Involucrar a la familia y a la red de apoyo social es esencial. La comprensión y el apoyo de seres
queridos pueden crear un entorno más comprensivo y estable para las personas con TLP, lo que
puede ser crucial para su bienestar emocional y su progreso terapéutico.
La educación y la concienciación sobre el TLP, tanto para quienes lo experimentan como para sus
allegados, son vitales para eliminar el estigma y promover un entendimiento más claro de la
condición. Cuanto mejor comprendan todos los implicados los desafíos asociados con el TLP,
mayor será la aceptación y el apoyo hacia quienes conviven con esta condición.
Las terapias complementarias, como la terapia ocupacional, el yoga u otras prácticas centradas en
el cuerpo, pueden ofrecer beneficios adicionales para reducir el estrés y promover la estabilidad
emocional. Estas prácticas pueden ser útiles como un complemento a la psicoterapia, ofreciendo
herramientas adicionales para el manejo del estrés y la mejora del bienestar general.
En conjunto, estas estrategias pueden contribuir a un enfoque más holístico en el tratamiento del
TLP, atendiendo a múltiples aspectos de la vida de las personas afectadas, y brindando una mayor
amplitud de herramientas para mejorar su calidad de vida.
Ahora, desglosando la información, se puede decir que al explorar los antecedentes históricos del
trastorno límite de la personalidad (TLP), queda claro que su evolución diagnóstica ha sido
compleja. La confusión inicial con otros trastornos subraya la dificultad para identificar sus
características específicas. La inclusión en el DSM-III en 1980 marcó un hito al reconocer la
necesidad de diferenciarlo de otros trastornos, impulsando la investigación y comprensión más
profunda de esta patología (Gonzalez, D et al, 2022)
La exploración de la neurobiología del TLP ofrece una visión fascinante de las complejas
interacciones genéticas y ambientales que contribuyen a su desarrollo. La conexión entre
polimorfismos genéticos y abuso infantil, así como la disfunción de neurotransmisores, proporciona
una comprensión más clara de los factores que subyacen a los síntomas del TLP (Guendelman, J.
et al., 2014)
En cuanto a la calidad de vida, los estudios subrayan la magnitud del impacto del TLP en diferentes
aspectos, desde relaciones interpersonales hasta riesgo de suicidio (Thadani, Pérez & Bermúdez,
2018). La necesidad de tratamientos efectivos es evidente, y la farmacoterapia, a pesar de los
desafíos, emerge como una opción plausible, desafiando las percepciones anteriores.
El estudio de Barrera et al. (2008) revela la disfunción en funciones ejecutivas y el lóbulo frontal en
mujeres con TLP, proporcionando una valiosa perspectiva neuropsicológica sobre la relación entre
las dificultades en la toma de decisiones y la planificación en estos individuos. Esto destaca la
importancia de estrategias terapéuticas más específicas, reconociendo la complejidad del TLP y la
necesidad de un enfoque multidisciplinario en su abordaje. Aunque se ha avanzado en la
comprensión de esta patología, persisten desafíos como la falta de consenso en el diagnóstico y la
resistencia a tratamientos farmacológicos, aspectos cruciales para mejorar la atención a quienes
padecen el TLP.
Por tanto, se debe centrar el estudio del TLP, en contribuir al entendimiento y abordaje integral del
trastorno límite de la personalidad (TLP). A través de la investigación continúa en campos como la
neurobiología y los enfoques terapéuticos, busco consolidar un conocimiento actualizado y
aplicable. La promoción de un enfoque multidisciplinario en la atención al TLP, así como la
participación activa en la investigación aplicada, pretenden traducir estos conocimientos teóricos en
prácticas clínicas efectivas y personalizadas. Además, crear un compromiso con la concientización
y desestigmatización del TLP, ya que así se pueden crear políticas de defensa en temas de salud
mental más inclusivos y accesibles. Al establecer conexiones con la comunidad y proporcionar
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apoyo a través de grupos y recursos, aspiramos a crear un entorno más comprensivo y empático
para aquellos afectados por el TLP. Así, los profesionales capacitados para abordar el tema podrán
instaurar mentorías que fortalecerán la capacidad para contribuir de manera significativa a este
campo en constante evolución, aspirando a mejorar la calidad de vida de quienes viven con este
trastorno y aportar al avance de la atención en salud mental (García, T et al, 2010).
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