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GERARDO BOTERO ZULUAGA

Magistrado ponente

SL1980-2020
Radicación n.° 85770
Acta n° 19

Bogotá, D.C., tres (03) de junio de dos mil veinte


(2020).

Decide la Sala el recurso de anulación interpuesto por


el LABORATORIO FRANCO COLOMBIANO –LAFRANCOL
SAS- y el SINDICATO NACIONAL DE TRABAJADORES DE
LA INDUSTRIA QUÍMICA Y/O FARMACEUTICA DE
COLOMBIA –SINTRAQUIM- SECCIONAL CALI, contra el
laudo arbitral proferido por el Tribunal de Arbitramento, el
26 de junio de 2019, con ocasión del conflicto colectivo
suscitado entre los recurrentes.

I. ANTECEDENTES

El 22 de diciembre de 2017, tanto el Sindicato Nacional


de Trabajadores de la Industria Química y/o Farmacéutica
de Colombia –Sintraquim- como el Laboratorio Franco
Colombiano –Lafrancol SAS- presentaron denuncia contra
las normas colectivas de trabajo vigentes hasta el 24 de
diciembre de 2017.
Radicación n.° 85770

Con todo, el 26 de diciembre de 2017, Sintraquim


presentó pliego de peticiones a Lafrancol SAS.

La etapa de arreglo directo se surtió entre el 9 de enero


y el 17 de febrero de 2018, tiempo durante el cual llegaron a
un acuerdo parcial, razón por la cual, los puntos
distanciados fueron sometidos a la convocatoria de un
Tribunal de Arbitramento, según Resolución No. 588 del 15
de marzo de 2019, emitida por el Ministerio de Trabajo, con
base en la designación de los árbitros efectuada por las
partes.

Posesionados los árbitros, el Tribunal se instaló en Cali,


el 29 de abril de 2019, fecha en la cual citaron a las partes
para ser escuchadas con las pruebas pertinentes, el 7 de
mayo de igual anualidad. Finalmente, los contendientes
autorizaron la prórroga al Tribunal con el propósito de
decidir, lo que en efecto se dio el 26 de junio de 2019, a
través del respectivo laudo arbitral, en el que hubo
salvamentos parciales de voto de dos integrantes del
Tribunal, respecto de diferentes puntos resueltos.

Notificadas las partes de la decisión de los árbitros,


decidieron interponer el recurso extraordinario de anulación;
adicionalmente, los contendientes radicaron solicitud de
adición y aclaración del laudo, aspecto que fue decidido
mediante proveído del 23 de julio de 2019. En esa

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providencia, el Tribunal también concedió los recursos


interpuestos por las partes.

El 11 de septiembre de 2019, la Sala admitió los


referidos recursos y dispuso correr traslado por separado a
las partes, para que presentaran las correspondientes
réplicas, término que utilizaron los contendientes, según
constancia secretarial obrante a folio 32 del cuaderno de la
Corte.

II. RECURSO DEL EMPLEADOR

Solicitó la anulación del artículo tercero del laudo


arbitral, que concedió los puntos relacionados con garantías
para la negociación colectiva, medicina prepagada, plan de
ahorro de vacaciones y trabajo nocturno, lo mismo que el
artículo cuarto sobre la vigencia del laudo, y en forma
subsidiaria la modulación de dichos artículos.

La sustanciación se desarrolla de la siguiente forma,


con su respectiva réplica por la organización sindical:

Garantías para la negociación.

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En el pliego de peticiones, se plasmó de la siguiente


manera:

ARTICULO 1. GARANTIAS PARA LA NEGOCIACION COLECTIVA.

La empresa Laboratorio Franco Colombiano LAFRANCOL SAS


otorgara a los trabajadores de la misma que conformen la
comisión negociadora, permiso remunerado con el 100% de su
salario básico los veinte días (20) de la etapa de arreglo directo y
su prorroga.

Pagará a cada trabajador designado por SINTRAQUIM como


miembro negociador para asistir a las reuniones de negociación,
la suma de Punto sesenta y ocho (0.68) salario mínimo mensual
legal vigente (SMMLV). (Sic)

En el laudo arbitral, quedó consignado así:

Garantías para la Negociación Colectiva. A partir de la


vigencia del presente laudo arbitral, para futuras negociaciones
colectivas, durante la etapa de arreglo directo y sus posibles
prorrogas, Lafrancol SAS otorgará para un máximo de seis (6)
trabajadores sindicalizados directos de Lafrancol, que sean de la
comisión negociadora de Sintraquim, permisos remunerados con
el 100% de su salario básico, así: para el día antes de cada
sesión de cada negociación y para el día de cada sesión
acordada. El día de la sesión de negociación no asistirá a
Lafrancol en toda la duración del turno. Durante el tiempo que
dure la etapa de arreglo directo y su eventual prorroga, a título
de suma de facilitación, de naturaleza extralegal y de naturaleza
no salarial, Lafrancol pagará mediante transferencia bancaria a
Sintraquim por cada negociador que sea trabajador directo de
Lafrancol, la suma única y por una sola vez equivalente al 0.50%
del salario mínimo mensual legal vigente (SMMLV). Sintraquim
enviará por escrito a Lafrancol los datos de su cuenta bancaria
en la que quiera que se haga la correspondiente consignación.
Lafrancol enviará a Sintraquim copia de la transferencia
bancaria una vez realizada.
Estas garantías se aplicarán una sola vez cada negociación
colectiva (para la etapa inicial y eventual prórroga) se dejarán
por escrito en la reunión de instalación de la etapa de arreglo
directo y no habrá duplicidad de garantías. (Sic).

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Consideró, que el Tribunal no tenía competencia para


pronunciarse sobre esta materia, dado que fue un punto
acordado entre las partes, tal como quedó consignado en
las actas, y por ello, había quedado fuera de discusión, y en
todo caso, si se entendiera que hubo discrepancias en los
diálogos, los componedores no podían establecer beneficios
económicos para los negociadores del sindicato, en perjuicio
de la generalidad de trabajadores, según lo tiene explicado
la Sala Laboral de la Corte Suprema de Justicia, entre
otras, en sentencia SL12506-2016.

Explicó, que además del argumento de la ilegalidad


por falta de competencia del Tribunal, también es
árbitramente inequitativa esa estipulación, dado que «…el
fondo del punto es un asunto que, generalmente, se decide en la
instalación de la mesa de negociación de cada conflicto colectivo.
Creemos que lo justo y razonable es que las Partes en cada conflicto
colectivo decidan sobre los permisos, remuneración de los mismos y
sumas de facilitación a reconocer, dependiendo de: el número de
trabajadores de la comisión negociadora que son trabajadores directos
de la empresa, el número de reuniones acordadas, la cantidad de
artículos del pliego de peticiones, la densidad y fondo de los artículos
que pueden requerir mayor preparación, la situación financiera del
empleador, entre otras consideraciones que se tiene en cuenta en cada
conflicto colectivo.».

III. LA RÉPLICA

Sostuvo el sindicato, que contrario a lo afirmado, el


Tribunal tenía competencia para pronunciarse de fondo en

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este punto, pues se trata de una garantía para el


cumplimiento de la gestión sindical, amparada en los
principios de asociación, libertad sindical y negociación
colectiva de rango constitucional. Adicionalmente, que la
estipulación arbitral no desconoce el principio de equidad,
pues consultó las cargas económicas para el empleador. En
consecuencia, solicitó que dicha disposición no sea
anulada.

IV. CONSIDERACIONES

En el texto del laudo arbitral no quedaron consignados


los argumentos del Tribunal sobre esta prerrogativa; sin
embargo, al examinar las discusiones del colegiado, en el
acta No. 5 del 16 de mayo de 2019 (folios 39 y 40 del
cuaderno arbitral), se indicó, que por mayoría se aprobaba
esa estipulación con las modificaciones correspondientes,
pues lo solicitado por la organización sindical era una
garantía para las negociaciones colectivas futuras, y en esa
medida, se acogía como parámetro, la propuesta presentada
por la empresa luego de culminada la prórroga de la etapa
de arreglo directo.

Frente a ello, y como el inicial argumento de la


empresa recurrente, consiste en que el Tribunal no tenía
competencia para pronunciarse sobre este punto, en razón
a que, supuestamente fue un aspecto negociado y acordado
en el acta del 9 de enero de 2018, con la cual comenzó la
etapa de arreglo directo entre las partes (folio 38 del

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cuaderno de pruebas del sindicato y 108 del cuaderno de


pruebas de la empresa), debe indicarse, que la petición del
sindicato admite las dos lecturas predicadas, esto es, tanto
la que expusieron los árbitros como la que sostiene la
empresa.

Si se considera, que lo planteado por la organización


sindical en este punto, regulaba exclusivamente lo que se
discutiría entre ellas para ese momento, lo establecido en la
aludida acta del 9 de enero de 2018, fecha en que comenzó
la etapa de arreglo directo, le daría la razón a la
impugnante, pues allí se dijo que las partes acordaban los
detalles logísticos y garantías para la negociación, de la
siguiente manera:

«(…)
4. Lafrancol otorgará permisos remunerados con el salario fijo
básico para los negociadores designados por Sintraquim que son
trabajadores directos de Lafrancol, el día antes de la sesión de
negociación y el día de la sesión de negociación acordada. En
ambos casos el trabajador no asistiría a Lafrancol en toda la
duración del turno. Los permisos tentativos serán por los días 16,
17, 18, 19, 22, 23, 24, 27 y 28 de enero de 2018. Los días de
permiso se pueden ampliar, reducir o modificar en tanto que las
fechas y horarios de las reuniones de negociación son tentativas
y pueden estar sujetas a cambio.
En caso de una eventual prórroga de la etapa de arreglo directo
los permisos serán otorgados el día antes de la sesión acordada
de la negociación y el día de sesión de negociación acordada.
5. Durante el tiempo que dure la etapa de arreglo directo y su
eventual prórroga, a título de suma de facilitación de naturaleza
extralegal y de naturaleza no salarial, Lafrancol pagará
mediante transferencia bancaria a Sintraquim, por cada
negociador que sea trabajador directo de Lafrancol, la suma
única y por una sola vez equivalente al 40% del salario mínimo
legal mensual vigente. Sintraquim enviará por escrito a Lafrancol
los datos de su cuenta bancaria en la que requiera que se haga

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la correspondiente consignación. Lafrancol enviará a Sintraquim


copia de la transferencia bancaria una vez realizada.»

De lo trascrito, llevaría a concluir que las partes,


partiendo de lo propuesto por el sindicato, decidieron zanjar
de una vez lo relacionado con los detalles económicos de los
negociadores, a efectos de no versen perjudicados en
materia salarial los días que no prestarían los servicios al
empleador, lo mismo que un incentivo para facilitar la
negociación; no obstante, existen varias razones derivadas
del contexto del conflicto, que no le dan la razón a la
empresa sobre dicho argumento, esto es, que ese aspecto
del pliego de peticiones fue acordado por los contendientes,
y que por ello, el colegiado no podía asumir su rol de
componedor en ese punto.

1. Si se verifica el acta reputada el 9 de enero de 2018,


con la cual comenzó la etapa de arreglo directo, y que
nuevamente se resalta, las partes acordaron las bases de la
negociación, sobre todo, la forma como se llevaría a cabo,
claramente se observa que en el numeral tercero pactaron,
que de cada sesión se levantaría un acta con los acuerdos
alcanzados, a efectos de agilizar el trámite, favorecer el
orden, lograr la confianza e informar de ello al Ministerio del
Trabajo.

Eso fue precisamente lo que los contendientes se


dispusieron a materializar en las sesiones posteriores,
comenzando por la del 19 de enero de 2018, donde se
puede encontrar, que en dichas actas, las partes siempre

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hicieron referencia expresa y concreta a los artículos del


pliego de peticiones objeto de negociación y lo finalmente
acordado, por lo tanto, esa fue la constante de los diálogos,
en el sentido de especificar cuáles fueron los puntos
pactados, para hacerlo notar ante la autoridad
administrativa, además de brindar claridad a las mismas
partes.

Eso no se vio en la primera acta de la etapa de arreglo


directo, se repite, la del 9 de enero de 2018, pues no se hizo
alusión al artículo 1º del pliego de peticiones, ni que lo
plasmado en materia de permisos a los negociadores y su
incentivo económico de los numerales 4 y 5, correspondiera
a un acuerdo entre las partes, es más, la comunicación con
la cual remitieron dicha acta al Ministerio del Trabajo, solo
señala, que se trata del acta de instalación, diferenciándose
de las demás comunicaciones, en las que siempre se indicó
que se aportaban las actas de reunión y los acuerdos a los
que habían llegado.

2. El acta de cierre de la etapa de arreglo directo (folio


130 cuaderno de pruebas de la empresa), demuestra que no
hubo el tal acuerdo que defiende el empleador sobre el
artículo 1º del pliego de peticiones, que le restaría
competencia al Tribunal de arbitramento, pues en los
numerales 6 y 7, se volvió a tocar el tema de los permisos
sindicales para la prórroga de las negociaciones y el
incentivo económico para los gestores del sindicato, es
decir, un ajuste a una de las pautas de la negociación, ante

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las nuevas circunstancias, apartándose de la firmeza, o por


lo menos, el sello definitivo que le imprimen las partes a los
acuerdos parciales sobre lo reclamado por el sindicato.

En ese sentido, lo que se previó el 9 de enero de 2018,


sobre los aludidos permisos para los negociadores del
sindicato y su incentivo económico, no era otra cosa, que
una garantía unilateral del empleador, para abonar la
negociación, pero en forma independiente y autónoma
frente a las súplicas del sindicato, pues sobre esa
prerrogativa, la concretamente planteada en el artículo 1º
del pliego de peticiones, quedó para una posterior
discusión, que finalmente obtuvo como resultado, su
negativa, y que por lo mismo, permitió a los árbitros
referirse a ese punto, por no haber llegado las partes a un
acuerdo en la materia.

3. Lo anterior se confirma, con el hecho de que en el


acta del 17 de febrero de 2018 (folios 151 a 153 del
cuaderno de la empresa), en la cual quedó plasmado el
resumen de los acuerdos, los puntos desistidos, y aquellos
en los que no hubo conformidad, en estos últimos quedó
incluido expresamente el artículo 1º del pliego de
peticiones, esto es, las garantías para la negociación
colectiva.

4. Adicionalmente, la empresa, en comunicación del


23 de febrero de 2018 (folio 159 a 162 ibíd.), pasó una

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propuesta de posible arreglo para esa petición, junto a los


artículos 33 y 46 del pliego de peticiones, que fue
precisamente la que acogió el Tribunal, al resolver el
conflicto, tal como lo explicaron los árbitros en sus
deliberaciones; lo que afianza la conclusión de que las
partes asumieron desde el principio de los diálogos, que lo
suplicado en el artículo 1º del pliego, tenía como finalidad
regular negociaciones colectivas futuras y no lo que se
desarrollaba en ese instante, pues para este último caso, el
empleador dispuso de unas reglas claras desde el momento
en que se sentaron los negociadores, sin objeción alguna
por la organización sindical, lo que nuevamente permite
consolidar la tesis, consistente en que, por lo menos, no es
por un acuerdo sobre ese punto, que el colegiado no podía
referirse de fondo a esa súplica sindical.

Ahora, en cuanto al argumento relacionado con que el


Tribunal no podía regular ese aspecto, pues afectó derechos
reconocidos por la Constitución Política, por las leyes o por
las normas convencionales vigentes, que es lo que en el
fondo sostuvo la empresa, hay que señalar, que lo
reclamado por el sindicato y la respuesta ofrecida por el
Tribunal, guardando coherencia con ello, a riesgo de fatigar
con su mención, se divide en el permiso sindical para los
negociadores del pliego de peticiones, y el incentivo
económico para dichas personas.

Tal clasificación es importante hacerla, pues en lo


referente a la primera parte de la disposición arbitral, que

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se repite, consiste en el permiso sindical remunerado a los


negociadores del pliego de peticiones, la Corte ha explicado,
en armonía con el propósito de este tipo de garantías para
las organizaciones sindicales, que los arbitradores tienen
competencia para regular dicho aspecto, siempre y cuando
la decisión resulte razonable y proporcionada, y no se trate
de un beneficio otorgado sin límite temporal, con mayor
razón, si este permiso en tal fase encuentra justificación en
la necesidad de otorgar a los integrantes de la organización
de trabajadores con esa misión específica, el tiempo
necesario para llevarla a cabo, haciendo énfasis en que es
indiscutible que se trata de una gestión propia a la
adecuada realización de los derechos de asociación y
libertad sindical, que prevé el artículo 39 constitucional.

En sentencia CSJ SL17368-2015, precisó la Corte:

«Bajo ese supuesto, tal beneficio resulta no solo razonado sino


necesario y pertinente, cuando se encuentra en trámite una
negociación colectiva y por supuesto, mientras ella persista, pues
lo lógico es entender que este permiso tiene justificación
únicamente mientras duren las negociaciones, esto es, durante el
tiempo que requiere la comisión para estudiar o discutir el pliego
de peticiones o atender el desarrollo de las conversaciones y
demás actuaciones hasta que se decida el conflicto, pues de no
llegarse a un acuerdo y ser convocando el Tribunal de
Arbitramento, los negociadores quedan despojados de su
función, por cuanto será aquél el que decida lo propio.»

El permiso que concedieron los árbitros en beneficio de


los negociadores del pliego, fue limitado en el tiempo, en
cuanto, además de sumarse a la esencia del permiso, que
es la fase de conversaciones, especificaron que dicho
permiso se otorgaría para un día antes de cada reunión y
para la sesión propiamente dicha, lo cual tiene plena

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cabida, por cuanto le permite a los gestores del diálogo,


prepararse y llevar a cabo la tarea con plena tranquilidad,
dado que no tendrán preocupaciones por límite de tiempo,
cumplimiento de objetivos laborales propias del trabajo, y
mucho menos, repercusiones salariales. Así mismo, el
permiso estuvo determinado en el número de integrantes
que podía disfrutar de él -máximo de seis (6) trabajadores
sindicalizados directos de Lafrancol, que sean de la comisión

negociadora de Sintraquim-, lo cual encuentra la Sala razonable

y ajustado a criterios de equidad y proporcionalidad,


máxime que la prerrogativa de remuneración fue fijada en
referencia al valor del salario normal que recibe cada
trabajador, lo que no atenta contra el equilibrio financiero
de la empresa, con mayor razón, si la estructura de ese
permiso, partió de la propuesta de la compañía, en cuanto
al número de trabajadores beneficiados y el monto de la
remuneración.

Hay que indicar, que la regulación que dispuso el


Tribunal, es oportuna y conveniente, dado que las partes
tendrán reglas claras en esta materia, evitándoles cualquier
discusión previa a la negociación, pues aunque, tal como se
explicó en párrafos anteriores, para este conflicto colectivo,
la empresa hizo una concesión de permisos a los
negociadores, surgió como algo unilateral, pero es posible
que las desavenencias surjan entre los contendientes, ya
que es factible que emerjan cuestiones de todo tipo
relacionadas con la negociación, como el número de
beneficiarios, el monto del salario, la extensión a días

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anteriores o posteriores a cada sesión, si el permiso cobija o


no todo el turno de trabajo, entre otros.

Por otra parte, si la empresa hizo dicha propuesta en


materia de permisos con su respectiva remuneración para
los negociadores del sindicato, es porque consultó sus
capacidades financieras, de suerte que en el recurso, mal
está que haya vuelto sobre ese punto, desconociendo la
voluntad de solución, y sin acreditar realmente cómo esa
concesión a los trabajadores delegados para acudir a las
conversaciones pueda afectar la estabilidad de la sociedad.

Por las razones antedichas, esta parte de la cláusula


se mantiene.

Ahora bien, en lo que atañe con la segunda parte de la


disposición arbitral, y respecto de la cual sostiene el
impugnante, que “los componedores no podían establecer beneficios
económicos para los negociadores del sindicato, en perjuicio de la

generalidad de trabajadores”, para lo cual se apoya en un

referente jurisprudencial de esta Corporación, debe


indicarse, que si bien es cierto la Sala ha precisado que los
árbitros no pueden establecer prerrogativas económicas
exclusivas para los negociadores del sindicato, tal y como se
dijo en la sentencia que allí se rememora, en este caso
particular y concreto, la situación es completamente
diferente, en tanto que la carga económica que allí se indica
a título de beneficio, no es para los trabajadores
individualmente considerados y que hacen parte de la

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comisión negociadora, sino para la organización sindical de


la cual hacen parte.

En efecto, si se hace una lectura detenida al texto de


la norma arbitral objeto de censura, claramente se infiere
sin incertidumbre alguna, que el beneficiario de esa
prerrogativa económica, es solo el sindicato mismo y no los
trabajadores que hace parte de la comisión negociadora, en
tanto que allí se indica “ Lafrancol pagará mediante transferencia
bancaria a Sintraquim por cada negociador que sea trabajador directo
de Lafrancol, la suma única y por una sola vez equivalente al 0.50%
del salario mínimo mensual legal vigente (SMMLV). Sintraquim enviará
por escrito a Lafrancol los datos de su cuenta bancaria en la que quiera
que se haga la correspondiente consignación. Lafrancol enviará a
Sintraquim copia de la transferencia bancaria una vez realizada.

Por consiguiente, tampoco se anulará la parte de la


cláusula arbitral cuestionada.

Trabajo nocturno.

En el pliego de peticiones, se plasmó de la siguiente


manera:

ARTICULO 50. TRABAJO NOCTURNO.


La empresa LAFRANCOL SAS, a partir de la vigencia de la
presente Convención Colectiva de Trabajo o laudo arbitral
resultante del presente pliego de peticiones, cancelara el valor
del recargo nocturno con el 55% incluido el recargo de ley.

En el laudo arbitral, se estipuló así:

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Trabajo Nocturno. La empresa LAFRANCOL SAS, a partir de la


vigencia del presente Laudo Arbitral, pagara a los beneficiarios
del mismo, el valor del recargo nocturno con un 40% incluido el
recargo de ley.

Con relación a este tema, manifestó la empresa, que


los árbitros no tenían competencia para pronunciarse, pues
se trata de un aspecto expresamente regulado en la ley, el
cual compete al empleador por tratarse de la jornada de
trabajo.

Luego señaló, que en caso de que no se acoja dicho


argumento, se debe anular la disposición arbitral, por ser
manifiestamente inequitativa, pues el aumento en el
recargo legal, implica en la práctica un incremento en los
costos de producción, sumándose a las pérdidas actuales
que tiene que asumir la empresa por cuenta de la
regulación de precios de los medicamentos que impuso el
gobierno nacional.

V. LA RÉPLICA

El sindicato se opuso a esta solicitud de anulación, ya


que en su criterio, si bien el numeral 1º del artículo 168 del
CST, subrogado por el artículo 24 de la Ley 50 de 1990,
regula el pago del recargo nocturno, no limita ni prohíbe
que el modo de pago se pueda modificar en forma
unilateral, acuerdo o por decisión arbitral. Así, explicó que
lo efectuado por el Tribunal, fue una mejora de los mínimos

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legales, y ello se encuentra dentro de los objetivos de la


decisión arbitral.

VI. CONSIDERACIONES

Para conceder este beneficio, el colegiado por mayoría


sostuvo en la sesión del 14 de junio de 2019 (folios 54 y 55
cuaderno del laudo arbitral), que se trataba de un
mejoramiento de la base legal en esa materia,
diferenciándose de la modificación de la jornada, sobre la
cual no tiene competencia el Tribunal, pero como era un
beneficio para algunos trabajadores en un horario que
implicaba un esfuerzo diferente en la prestación del
servicio, en conjunción con las finanzas de la empresa, se
fijaba el porcentaje en el 40%, es decir, 5 puntos por
encima del tope legal.

Con respecto al primer argumento de la impugnante,


la Sala debe indicar, que fijar un porcentaje de
remuneración del trabajo nocturno superior al previsto en
la Ley, concretamente lo plasmado en el numeral 1º del
artículo 168 del CST, modificado por el artículo 24 de la Ley
50 de 1990, no excede la competencia de los árbitros, pues
como lo defendió la organización sindical en su escrito de
réplica y lo argumentó el colegiado en la sesión donde
discutió dicho aspecto, se trata de una regulación con el fin
de incrementar una base económica prevista por el
legislador, que es precisamente una de las funciones del

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organismo arbitral al resolver los puntos no acordados


entre las partes en la fase de arreglo directo.

Ciertamente, la Corporación ha señalado que los


árbitros están facultados para pronunciarse respecto a
cualquier mejora que supere los mínimos previstos en la
Ley, bien sea mediante la creación de nuevos beneficios o la
complementación de los existentes.

En consecuencia, no es a raíz de que un derecho para


los trabajadores se encuentre regulado en la Ley, que los
árbitros se encuentren limitados para hacer un ajuste, ya
que como se explicó, ellos tienen una función normativa
creadora, ampliando las garantías establecidas, de lo
contrario, su función sería la de meros espectadores o
repetidores de la Ley, sin ninguna trascendencia en la
solución del conflicto colectivo. Se anula el mandato de los
árbitros cuando alguna concesión hecha a los trabajadores
termina lesionando garantías mayores, que por su
naturaleza tienen una restricción en el ordenamiento
jurídico, que impide cualquier disposición.

De manera que, subir el porcentaje de remuneración


del recargo nocturno es una garantía adicional para mejorar
el ingreso de los trabajadores que laboren en esa parte de la
jornada, y no una intromisión indebida de los arbitradores
en un aspecto de la relación de trabajo.

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Precisamente, en sentencia CSJ SL2873-2019, para


contrarrestar el argumento sobre la falta de competencia de
un Tribunal de arbitramento, en la regulación de un
porcentaje mayor por recargo nocturno, esta Sala indicó:

«Esta Corporación ha señalado con insistencia, que la función de


los árbitros es creadora, esto es, que se pronuncian sobre
mejoras que superen los mínimos previstos en la Ley, creando
nuevos beneficios, complementándolos o adicionándolos; de
suerte que la excusa de los arbitradores, al dejar de estudiar un
asunto peticionado por una organización sindical, que no hubiera
podido resolverse durante la etapa de arreglo directo, alegando
que se encuentra regulado en la Ley, resulta desconocedor de
esa función.

El Tribunal no se puede inhibir aduciendo que un beneficio se


encuentra en el ordenamiento jurídico, porque como ya se
mencionó, los árbitros tienen una función normativa atinente a ir
más allá del tope que establece el legislador, máxime, que
muchas garantías laborales tienen su origen y desarrollo en la
legislación.

En suma, la competencia del Tribunal de Arbitramento se


enmarca en un equilibrio entre lo que se puede mejorar de las
condiciones de trabajo, bajo los límites de los derechos
adquiridos, la equidad y el objeto para el cual es convocado, y
las bases del ordenamiento jurídico.

Dicho lo anterior, tiene la razón el sindicato al haber cuestionado


esa determinación de los árbitros, pues acudieron a un
argumento débil que los puso en una situación de simples
espectadores con respecto a lo que es la esencia de un conflicto
económico o de intereses, desconociendo la naturaleza del tipo
de prestación que solicitó el sindicato, que no fue simplemente el
de repetir algo previsto en la Ley, sino permitir el pago de un
recargo nocturno en unas horas diferentes a las previstas en el
CST, ya que se planteó ese beneficio ampliando el número de
horas con respecto a lo que actualmente existe en el
ordenamiento positivo.

Ciertamente, en la sentencia SL3430-2018, la Corte, frente a una


petición parecida, y que al final, el Tribunal de Arbitramento
decidió estudiar y conceder, se indicó:

No es cierto que la cláusula que cuestiona la recurrente


modifique indebidamente las normas laborales que establecen el
régimen del trabajo en horario nocturno, domingos y festivos,

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pues en rigor, con esta disposición se alcanza el fin último del


conflicto colectivo económico, cual es la superación o mejora de
los derechos mínimos legales.

Se dice lo anterior, por cuanto el Tribunal no modificó el horario


laboral establecido al interior de la empresa sino que extendió la
jornada que legalmente se considera como nocturna para, en su
lugar, tener como tal la que se realiza a partir de las 6:00 p.m.
hasta las 6:00 a.m. e incrementó el valor de la remuneración del
trabajo realizado en tal itinerario, en domingos y en festivos.

Tampoco se extralimitó el Tribunal con ocasión de la


implantación «por primera vez» del beneficio en cuestión.
Insistentemente, esta Corporación ha dicho que, por
antonomasia, a los árbitros les asiste una función de creación
normativa, expresada en la posibilidad de establecer nuevos
derechos o complementar los preexistentes. Este, en definitiva,
es el núcleo de la negociación colectiva. Por ejemplo, en
sentencia CSJ SL5887-2016, así se razonó sobre el particular:

«Se equivoca el recurrente al señalar que los árbitros no pueden


crear derechos, pues precisamente, esta es la función que la ley
laboral les ha atribuido en el marco del conflicto económico.

En efecto, si por medio del diferendo colectivo y la dinámica que


le es propia, los trabajadores buscan, además de la defensa de
sus intereses, la mejora de sus condiciones de empleo, la forma
más inmediata de lograr ese cometido es mediante la creación
de nuevos derechos o la complementación de los ya existentes.
Al respecto, en sentencia de homologación CSJ SL, 19 jul. 1982,
rad. 8637, esta Sala expresó que en perspectiva a la finalidad
del conflicto colectivo, el fallo arbitral «no sólo impone la paz
social entre las partes en conflicto sino que crea
impersonalmente para ellas la nueva normatividad, esto es,
verdadero derecho objetivo, que mejorando el mínimo de la ley,
habrá de regular dentro de su vigencia los contratos
individuales en la empresa». En similar sentido, en sentencia
CSJ SL, 18 ago. 1998, rad. 10830, se indicó que el «tribunal de
arbitramento puede crear nuevas prestaciones o incrementar las
de origen legal que hayan sido mejoradas por convenio de las
partes, puesto que precisamente la finalidad del conflicto
económico es crear un nuevo derecho o mejorar el existente».

Así pues, los árbitros están investidos de la facultad de crear


beneficios extralegales en aras de superar los pisos mínimos
legales y mejorar la situación de los trabajadores. Ello lleva
inmersa la posibilidad de establecer garantías que contribuyan
a elevar los niveles de calidad de vida de los trabajadores, tal
como ocurre con la extensión de la jornada nocturna y del
incremento de la remuneración del trabajo desempeñado en
esta, en dominicales y festivos respecto de la que establece la
ley.».

En ese orden de ideas, es claro que los árbitros no podían


declarar su falta de competencia disfrazada de negativa sobre

20
Radicación n.° 85770

tal petición, y por ello, se devolverá el expediente, para que se


pronuncien exclusivamente sobre tal beneficio.»

Ahora, que ese incremento en un 5% con respecto a


la disposición legal pone en grave riesgo las finanzas de la
empresa, y por ello, merezca el calificativo de ser abierta y
ostensiblemente inequitativa, es una cuestión que debe ser
acreditada por quien la alega, y no basado en meras
suposiciones, pues es evidente, que cualquier mejora en las
condiciones económicas de los trabajadores beneficiarios
con las garantías extralegales, va a suponer un esfuerzo
financiero del empleador para asumirlas, pero no por ello
implican su negativa en un escenario colectivo.

Debe ser de tal magnitud o importancia el costo


económico de la prestación que tendría que asumir la
empresa, que la haga inviable, para que la Corte pueda
cuestionar la decisión de los árbitros, pero para ello se
requieren de parámetros ciertos, reales y verificables, a fin
de considerar que una estipulación arbitral se alejó de la
pauta de la equidad.

En reciente sentencia SL4598-2019, la Sala, haciendo


mención a algunas decisiones en ese mismo sentido, dejó
clara la necesidad de acreditar el perjuicio grave de la
empresa, que tenga el mérito de derruir los principios de
equidad, proporcionalidad y racionalidad, que son aquellos
a los cuales los árbitros acuden para decidir el conflicto
colectivo de trabajo. Allí se dijo:

21
Radicación n.° 85770

«Así, quien acude al recurso extraordinario con fundamento en


esta causal de anulación, tiene la carga argumentativa de
demostrarle a la Corte que la decisión de los árbitros no solo es
inequitativa, sino también que esa inequidad es manifiesta u
ostensible.

Para estos fines no valen las afirmaciones inespecíficas,


especulativas o el planteo de una visión paralela de lo que podría
ser cuantitativa o cualitativamente más justo; contrario a ello, es
menester probar que la decisión es incompatible con criterios
elementales de equidad, en desarrollo de lo cual el impugnante
debe acreditar el costo real, cierto y actual de las prestaciones
del laudo, la situación financiera concreta de la empresa y de
qué manera el laudo incide desfavorablemente en la producción o
en la continuidad de las actividades económicas.

Al respecto, en sentencia de anulación CSJ SL 24443, 5 ag.


2004, reiterada en CSJ SL17421-2016 y CSJ SL2893-2017, la
Sala sostuvo:

En relación con esa manifestación del recurrente, cumple repetir que


los arbitradores tienen la expresa facultad para dictar su fallo en
equidad, por lo que se ha admitido que sólo (sic) en casos
excepcionalísimos al estudiar el recurso de anulación es posible
enfrentar su criterio de equidad con el de la Corte y por tal razón ha
sido aceptada la posibilidad de anular un laudo cuya inequidad
resulte manifiesta. Mas, esa potestad debe manejarse con la mayor
mesura, de tal suerte que sólo (sic) puede acudirse a ella cuando exista
una prueba suficiente que permita concluir la "manifiesta inequidad”,
porque a los jueces laborales, y desde luego a la Corte Suprema de
Justicia, no se les faculta para fallar con fundamento en su íntima
convicción, aunque se les libera de la tarifa legal de pruebas.

En este asunto, la recurrente invita a la Corte a revisar la


incidencia económica que la decisión arbitral acarrea para la
empresa y de paso identificar las inequidades que puedan
surgir. No obstante, ningún medio de acreditación aporta en
cuanto a ello, con lo cual soslayó la carga que le corresponde de
demostrar sus aseveraciones (CSJ SL8157-2016). »

Así las cosas, no basta con que se diga que algunos


turnos de trabajo en horario nocturno con este aumento en
el pago por dicho recargo, se traduce en el incremento de
los costos de producción, para quitarle el respaldo a la
solución que dispuso el Tribunal, ya que se requiere de la

22
Radicación n.° 85770

evidencia que identifique y demuestre el perjuicio a la


fuente de empleo, lo cual no aparece reflejado por alguna
parte; además, el colegiado, según se lee en sus
discusiones, tuvo en cuenta la situación financiera de la
empresa (folio 55 ibíd.), acorde con la exposición y las
pruebas que le aportaron las partes, lo que implica que
siempre tomó como asidero la posibilidad económica del
empleador, al punto que no accedió al porcentaje solicitado
por el sindicato sino uno menor, es decir, un término
medio, lo cual se ajusta a lo que jurisprudencialmente para
estos efectos se considera la equidad.

En providencia SL14477-2017, la Sala recordó dicho


concepto:

«Es por demás el Estado el que le asigna valor a la autonomía


colectiva, cuya tutela se prodiga a los trabajadores, y por virtud
de la cual es posible no solo la existencia de mecanismos de
mejoramiento de las condiciones de trabajo, sino,
prevalentemente, dotar de eficacia jurídica especial los convenios
colectivos, y es por ello que se regula que, manteniéndose un
desacuerdo total o parcial sobre las peticiones de las
organizaciones de trabajadores, estos puedan optar entre la
huelga o el arbitramento, el cual se transforma en obligatorio
cuando aquella no ha generado los resultados esperados,
asignando a estos terceros la particularidad de definir en
equidad.

En ese sentido es que se emite el laudo en materia laboral, su


significado incluso está ligado a aquel concepto, pues traduce
tanto ponderación, como declaración favorable, y está ligado al
concepto de justicia, permitiéndose, de esa manera que con la
equidad se remedien consecuencias injustas, del caso concreto, y
que se ponderen los intereses enfrentados, no a partir de
consideraciones generales, sino de las que las partes acrediten
en el curso de su trámite.

Sobre el concepto de equidad esta Sala en reciente decisión CSJ


SL8170-2017 recordó que:

23
Radicación n.° 85770

La Equidad Principio Transversal a todo Tribunal de


Arbitramento en materia laboral. Como ya se expresó, el
Tribunal tuvo como sus principales parámetros para decidir
sobre las cláusulas del pliego de peticiones puesto a su
consideración, la racionalidad y la equidad, buscando
salvaguardar los intereses de la empresa y proteger a los
trabajadores.

El principio de equidad, parámetro esencial para los árbitros


al resolver un conflicto colectivo por medio de un laudo
arbitral, les genera la obligación de ajustar su decisión a
todas las circunstancias que rodeen el caso concreto. La
equidad no está sujeta a lo que considere ninguna de las
partes como justo para ella, es un parámetro neutral para los
árbitros».

Por lo tanto, no se anulará la disposición arbitral.

Medicina prepagada.

24
Radicación n.° 85770

En el pliego de peticiones se relacionó de la siguiente


forma:

ARTICULO 41. MEDICINA PREPAGADA.


La empresa LAFRANCOL SAS., a partir de la vigencia de la
presente Convención Colectiva de Trabajo o laudo arbitral
resultante del presente pliego de peticiones pagará el cien por
ciento (100%) del costo mensual del servicio de medicina
prepagada para el trabajador y su núcleo familiar,
entendiéndose como núcleo familiar, su cónyuge, compañero(a)
permanente, hijos menores y mayores que se encuentren
estudiando hasta los 25 años, sus padres cuando el trabajador
se encuentre en estado de soltería y no tenga hijos.

En el laudo arbitral quedó consignado así:

41º Medicina Prepagada. La empresa LAFRANCOL SAS, a


partir de la vigencia del presente Laudo Arbitral, pagará a los
beneficiarios del mismo, el 30% del costo mensual del servicio
médico de medicina prepagada, y el trabajador asumirá el 70%.
La empresa conjuntamente con la organización sindical definirá
con cual entidad de salud, suscribirán el convenio de medicina
prepagada.

En cuanto a este beneficio, sostuvo la empresa que no


consultaba criterios de razonabilidad y proporcionalidad,
puesto que el Tribunal no verificó que los trabajadores
pueden acceder a esa prerrogativa por medio del fondo de
empleados; además de que los beneficios en salud se
encuentran garantizados mediante el sistema de seguridad
social; de ahí que resulte excesivo imponer una carga al
empleador, sin haber consultado, por ejemplo, que la
empresa facilita la prestación de algunos servicios médicos,
tales como exámenes de audiometría, optometría, jornada
de desparasitación, perfil lipídico, prevención del cáncer,
vacunación, nutricionista, medicamentos a bajo costo y
médico laboral.

25
Radicación n.° 85770

Añadió, que incluso, la forma como se encuentra


redactada la estipulación arbitral, puede dar lugar a varias
interpretaciones, que hacen inviable su concesión, dado que
no es posible establecer si el beneficio «…es únicamente para el
trabajador sindicalizado, afiliado a Sintraquim y con vinculación
laboral con Lafrancol; ni que ii) el valor que cubre Lafrancol (30%) es
únicamente respecto de la prima mensual y no aplica para cuotas
moderadoras, copagos, valores de ingreso ni otro tipo de gastos que
podrían generarse con ocasión del servicio de medicina prepagada; iii)
la razonabilidad o forma de cumplir la definición de la entidad de
medicina prepagada, cuando es una contratación de servicios que sólo
la puede hacer Lafrancol como entidad contratante. No existen
contratos de servicios de medicina prepagada tripartitos. Es una
negociación jurídica y comercial que solo puede adelantar el empleador
no compañía contratante del servicio; iv) no precisó el laudo arbitral la
forma en que el trabajador sindicalizado asume el pago: si es por
descuentos de nómina con autorización del trabajador.».

VII. LA RÉPLICA

Sostuvo el sindicato, que el fondo de empleados nada


tiene que ver en el conflicto colectivo, de ahí la equivocada
referencia de la empresa sobre la supuesta financiación de
este beneficio mediante esa asociación.

Indicó, que la medicina prepaga no se equipara a los


beneficios en salud del plan obligatorio, de ahí la necesidad
de una aspiración por encima de las actuales condiciones

26
Radicación n.° 85770

legales, lo cual confirma la competencia del Tribunal para


decidir dicho aspecto.

Señaló que este beneficio no es excesivo, pues


consulta la situación económica y financiera de la empresa,
la cual ha crecido en su patrimonio en los años 2017 y
2018, según los resultados de sus estados contables.

Finalmente, en relación con el argumento de la falta de


claridad de la disposición arbitral, mencionó que ese
argumento también resultaba equivocado, pues no hacía
falta que los árbitros definieran o especificaran el alcance
de la prerrogativa, ya que por disposición legal, son los
trabajadores afiliados al sindicato y los que se afilien en el
futuro, los beneficiarios de la prerrogativa extralegal.

27
Radicación n.° 85770

VIII. CONSIDERACIONES

En la sesión del 31 de mayo y 6 de junio de 2019 (folios


47, 48 y 51, 52 cuaderno del laudo arbitral), los árbitros
discutieron sobre el punto, teniendo en cuenta las pruebas
y argumentos presentados por las partes, especialmente,
ponderando varios elementos, como que los trabajadores
pueden acceder por intermedio de la empresa, a
medicamentos a bajo costo, atención domiciliaria por
cuenta de EMI, y un médico de salud ocupacional
permanente. También analizaron las propuestas del
sindicato, acorde con las cotizaciones efectuadas,
concluyendo que resultaba demasiado onerosa la asunción
total de ese servicio por parte del empleador, por lo que al
final decidieron, que en armonía con el principio de
equidad, la empresa podía contribuir con un porcentaje,
mientras que el resto lo asumiría el trabajador. También
precisaron los componedores, que el núcleo familiar del
empleado no debía ser acogido con esta prerrogativa, por lo
que los excluyó.

Los planes de medicina prepagada, acorde con lo


dispuesto en los artículos 169 de la Ley 100 de 1993 –
modificada por la Ley 1438 de 2011- y 18, 19 y 20 del
Decreto 806 de 1998, junto con los Decretos 1570 de
1993 - modificado por el Decreto 1486 de 1994- y 1222 de
1994, son una especie de los Planes Adicionales de Salud –
PAS-, que asumen de manera voluntaria y con sus propios
recursos, los usuarios del sistema se seguridad social en
salud, con el fin de acceder a una atención complementaria

28
Radicación n.° 85770

a la ofrecida en el plan obligatorio, hoy denominado plan de


beneficios.

En ese sentido, la naturaleza de dichos planes consiste


en ofrecer una serie de servicios médico asistenciales, si se
puede decir, con criterios de oportunidad y calidad mayores
a los que puede acceder el trabajador y su núcleo familiar
por cuenta del plan de beneficios, para lo cual, el titular
debe contratar con una entidad especializada previo pago
de unas tarifas, que se diferencian del aporte obligatorio en
salud que es descontado mensualmente por el empleador
en la respectiva nómina; de ahí que normalmente, es a
través de un contrato al que se le aplican las normas de
carácter civil y comercial, que el usuario se relaciona con la
aseguradora que le prestará tales servicios, y por los cuales
debe cancelar una prima y unos valores adicionales en
materia de cuotas moderadoras y copagos, según el vínculo
acordado, además de un incremento tarifario sujeto a
variables económicas, revisadas y autorizadas por la
Superintendencia Nacional de Salud.

En consecuencia, como se trata de unas garantías


adicionales a lo previsto obligatoriamente en la Ley, para el
servicio de salud que debe recibir cualquier habitante del
territorio colombiano, es usual que las organizaciones
sindicales soliciten ese tipo de prerrogativas, en el sentido
de que los empleadores contribuyan de diversas maneras a
efectos de posibilitar el acceso de los trabajadores y sus
familias a tales planes, y en caso de no llegar a un acuerdo

29
Radicación n.° 85770

en esa materia en la fase de conversaciones, los árbitros


tienen competencia para pronunciarse sobre su regulación,
dado que se trata de un beneficio que supera un mínimo
legal.

En sentencia CSJ SL3153-2017, sobre este auxilio, y


aquellos, que guardan cierta relación con los servicios del
sistema de seguridad social en salud, por tratarse de
prestaciones complementarias, la Sala avaló la intervención
de los árbitros, siempre y cuando no alteren su estructura.

Allí se indicó:

«Contrario a lo aducido por la recurrente, los auxilios


consagrados en el artículo 13 del laudo son beneficios que no
están contemplados en la Ley del Sistema General de Seguridad
Social Integral, tales como el auxilio por muerte del trabajador al
familiar más cercano en un monto de $5.000.000 de pesos, la
póliza de seguro de vida tomada por la empresa para amparar a
los trabajadores por un valor de treinta (30) veces su salario
básico mensual y el subsidio otorgado para medicina
prepagada en un 80% para el trabajador y su grupo
familiar, de suerte que tratándose de prestaciones a cargo del
empleador, cuya finalidad es la superación de mínimos
legales y cuya fuente de financiación es diferente a la del
sistema de seguridad social, no hay fundamento para
predicar que afectan el principio de sostenibilidad financiera del
sistema.

Sobre la facultad de los árbitros de imponer obligaciones en


materia de seguridad social, en la sentencia SL8157-2016, esta
Sala señaló que los árbitros tienen competencia para
pronunciarse sobre mejoras en el campo del derecho a la
seguridad social, a condición de que ello no comporte una
extralimitación en las funciones del tribunal, en cuanto i) no
puede desconocerse el mandato del Acto Legislativo 01 de 2005;
ii) no se provoquen alteraciones o desajustes en la estructura,
organización y funcionamiento de los subsistemas de seguridad
social; y iii) no se imponga al empleador cargas y prestaciones

30
Radicación n.° 85770

que por mandato corresponde a las entidades del sistema como


por ejemplo los servicios del POS.

Entonces, como quiera que con las pólizas y auxilios mortuorios


extralegales, el Tribunal no desconoció el mandato del Acto
Legislativo 01 de 2005, ni provocó alteraciones o desajustes a la
estructura, organización y funcionamiento de los subsistemas de
seguridad social, ni impuso cargas y prestaciones al empleador
que correspondan de manera exclusiva a las entidades del
sistema, es por lo que los árbitros tenían plena competencia para
imponerlos y, en consecuencia, no es atendible el reproche de la
empresa recurrente.» (Negrillas fuera del original).

En ese orden de ideas, el hecho de que los


trabajadores sean beneficiarios de un plan obligatorio en
salud, no limita o restringe la posibilidad de que el Tribunal
decida establecer una garantía en materia de medicina
prepagada, avalando un subsidio o aporte del empleador, ya
que como se explicó previamente, dichos planes son una
prerrogativa complementaria a los servicios que ofrece el
sistema de seguridad social en salud, a los cuales, no toda
la población colombiana puede acceder, debido a su alto
costo, que como se explicó, se financia con aportes
diferentes a las cotizaciones obligatorias al sistema, es
decir, con el patrimonio del trabajador puede acceder a ese
tipo de beneficios, por lo que un apoyo porcentual a cargo
del empleador como el que aquí fijaron los árbitros en el
pago del valor de la prima, no desconoce las competencias
del colegiado.

En cuanto al tema de la racionalidad y


proporcionalidad, que supuestamente desconocieron los
árbitros, debe indicarse, que gozar de ciertas garantías en
materia de salud, como las que actualmente ofrece la

31
Radicación n.° 85770

empresa a sus trabajadores, según lo expusieron los


componedores, en materia de medicamentos a bajo costo,
medicina domiciliaria o médico ocupacional, hace parte de
la base de valoración para los juzgadores, a efectos de
conceder o no el beneficio reclamado, pero no
necesariamente su exclusión.

Es cierto, que por cuenta de los principios de


universalidad e integralidad que rigen al sistema de
seguridad social en salud, todas las personas deben tener
acceso a los servicios que garanticen su ser físico y
emocional, esto es, que se cubran aquellas necesidades
fundamentales que le permitan un equilibrio individual y
social, para lo cual, a través de un plan obligatorio, pueden
acceder a los servicios y procedimientos requeridos y
ordenados por el médico tratante para solventar el
padecimiento de cualquier enfermedad, sin perjuicio de las
exclusiones justificadas, que es donde precisamente actúan
ciertas prerrogativas extralegales, como las que enunciaron
los árbitros, por ejemplo, los medicamentos a bajo costo,
aprovechando la actividad económica preponderante del
empleador, o los exámenes directos de prevención frente a
algunas enfermedades (folios 226 a 239, 246 a 253
cuaderno de pruebas de Lafrancol).

Pero para garantizar el derecho fundamental a la


salud, se requiere de múltiples servicios, procedimientos,
programas, tecnologías, información aplicada, entre otros
aspectos, que por más unificación y ampliación del actual

32
Radicación n.° 85770

plan de beneficios, tiene sus limitaciones por razones de


economía y racionalización de los recursos, y el empleador
con sus servicios y posibilidades, no alcanza a cubrir, y es
allí donde esas restricciones vienen a ser atenuadas por los
planes adicionales en salud, definidos en el artículo 18 del
Decreto 806 de 1998, como «aquel conjunto de beneficios opcional
y voluntario, financiado con recursos diferentes a los de la cotización
obligatoria.//El acceso a estos planes será de la exclusiva
responsabilidad de los particulares, como un servicio privado de interés
público, cuya prestación no corresponde prestar al Estado, sin perjuicio
de las facultades de inspección y vigilancia que le son propias».

Por lo tanto, una ponderación entre las ofertas del


empleador más las necesidades de los trabajadores,
constituye una pauta de análisis y fijación del beneficio
solicitado por el colectivo, de donde sigue que como las
prerrogativas vigentes en la empresa sólo cubren una parte
de los servicios en salud, es posible ampliar esas garantías
con uno de los instrumentos que prevé la Ley, como lo son
los planes de medicina prepagada, y nada mejor, que un
aporte del empleador, atendiendo su capacidad económica y
financiera, para acceder al pago de esos servicios, como
aquí lo dispusieron los árbitros, ya que como quedó
reseñado, en sus deliberaciones valoraron las cotizaciones
traídas por el sindicato, los beneficios que existen en la
empresa, la disminución del número de beneficiarios
solicitados –dejaron únicamente al trabajador- y la
reducción del porcentaje de ayuda, todo como una garantía
progresista, es decir, como un beneficio susceptible de ser

33
Radicación n.° 85770

mejorado en futuras negociaciones, según lo hicieron notar


por mayoría los árbitros en la discusión de ese punto.

Se agrega, que la regulación que introdujo el Tribunal,


fue el de establecer un subsidio o porcentaje de ayuda en el
valor del contrato de medicina prepagada y no una
alteración en su estructura, ya que por más vínculo jurídico
al que se le aplican normas de carácter civil y comercial,
propias de los contratos privados, por tratarse de la
prestación de un servicio público, como lo es la salud,
según lo ha explicado la jurisprudencia constitucional
(léase, entre otras, la sentencia C-274 de 1996) forma parte
del sistema de seguridad social integral, y como tal, tiene
vigilancia y control del Estado, lo cual limita la disposición
entre las partes, y los mismos árbitros en ciertos aspectos
esenciales de su funcionamiento.

Ahora, sobre la inequidad de la disposición arbitral,


por cuenta de la ambigüedad en los términos en que fue
redactada, particularmente sobre los beneficiarios, el valor,
la entidad contratante, y la forma como el empleador debe
proceder a la ayuda, que según lo explicó la empresa, son
aspectos que pueden generar diferentes interpretaciones, y
por cuenta de ello, que la compañía tenga que asumir
costos no contemplados en la cláusula arbitral, afectando la
armonía y las relaciones con los empleados, debe indicar la
Sala, que la aludida ambigüedad que justifica la
invalidación de la actividad arbitral, debe ser evidente e
insuperable de la simple lectura del beneficio establecido, y

34
Radicación n.° 85770

no por la mera interpretación, dado que como lo tiene


suficientemente explicado la Corte, la exégesis de las
normas es común a la creación normativa.

En la sentencia CSJ-SL22224-2017, se acudió a la


providencia CSJ-SL5887–2016. En esta última se
identificaron las características de la ambigüedad e
indeterminación de las cláusulas arbitrales, que justifican
la intervención de la Corte anulando, o excepcionalmente,
modificando su contenido para salvar al máximo la
intención de las partes y la actividad de los árbitros. Se
indicó allí:

«En cuanto a la excesiva indeterminación y oscuridad de las


cláusulas como factor de anulación, esta Corporación ha
admitido, por una parte, la posibilidad de excluir del
ordenamiento convencional las disposiciones que sean
extremadamente indeterminadas, confusas o
insuperablemente oscuras (CSJ SL, 28 feb. 2012, rad.
49867; CSJ SL SL8693-2014, CSJ SL8869-2015), y por otra
ha dicho que la interpretación de las normas convencionales
corresponde «en primer lugar a las partes generadoras de las
mismas y, en su defecto, al juez ordinario laboral» (CSJ
SL8694-2014; CSJ SL10179-2015).Estas dos ideas a simple
vista parecen irreconciliables, pues es difícil concebir una
norma que adolezca de algún grado de indeterminación, que
por medio de la interpretación jurídica no pueda ser
determinada. Como también es difícil concebir una
disposición oscura que a través de un ejercicio hermenéutico
no pueda ser clarificada. Lo anterior y por sobre todo, si se
tiene de presente que la indeterminación o vaguedad
semántica es una característica potencial de toda norma
jurídica. Sin embargo, si se las mira con mayor detenimiento,
no existe tal disociación o contraposición entre estas dos
reflexiones. Ello debido a que la anulabilidad de las
cláusulas arbitrales, la ha reservado la Corte de forma
excepcional y para aquellos casos en que la oscuridad
presente en la disposición es insuperable, o su
indeterminación es excesiva, de modo tal que su puesta en
marcha pueda constituir un factor de conflictividad en la
empresa o rayar con la equidad en las relaciones de trabajo.

35
Radicación n.° 85770

Al respecto, esta Corte en sentencia CSJ SL13016-2015


señaló: El hecho de que un determinado texto convencional
pueda generar distintas interpretaciones, no conlleva
necesariamente a su anulación, porque precisamente una de
las características de los enunciados normativos es su
vocación para generar dudas razonables en los intérpretes,
bien sea por razón de los distintos significados que pueda
atribuírsele (ambigüedad), su complejidad, indeterminación o
relaciones de implicación, o también por la multiplicidad de
los métodos interpretativos y presupuestos teóricos
empleados en su lectura. Ante situaciones como estas, son
las partes o el juez laboral los llamados a imprimirle el
sentido a las normas de conformidad con la Constitución y la
ley. Sin embargo, cuando una determinada disposición sea
insalvablemente oscura o extremadamente indeterminada,
confusa o equivoca, puede llegar a invalidarse para evitar
situaciones indeseables en la empresa, que puedan afectar
la armonía y las relaciones con sus empleados, tal y como en
algunas oportunidades lo ha hecho esta Sala (CSJ SL, 28
feb. 2012, rad. 49867; CSJ SL SL8693-2014, CSJ SL8869-
2015).En este orden de ideas, no es cualquier rastro de
inexactitud o equivocidad de las normas convencionales la
que conduce a su anulación, sino aquella que se exhibe como
insaneable , pues si, en efecto, el texto convencional admite,
de acuerdo con los métodos de interpretación y análisis del
lenguaje, acepciones o significados enteramente compatibles
con el orden jurídico y la equidad, no hay lugar a su
exclusión, sino más bien, a su interpretación por las partes y
los jueces.».

36
Radicación n.° 85770

En este asunto, la cláusula sobre medicina prepagada no


ofrece motivo alguno de ambigüedad, con la connotación
suficiente para que la misma sea anulada.

Por lo dicho, no se anulará el alcance arbitral.

Plan de ahorro de vacaciones.

Lo solicitado por los trabajadores es del siguiente tenor:

ARTICULO 43. PLAN DE AHORRO DE VACACIONES.

La empresa LAFRANCOL SAS., a partir de la vigencia de la


presente Convención Colectiva de Trabajo o Laudo Arbitral
resultante del presente Pliego de Peticiones, dará al trabajador
un plan de ahorro de vacaciones y un bono suplementario, según
el cual el trabajador podrá ahorrar voluntariamente uno (1) y
hasta cuatro (4) días de salario mensual básico, a título de
ahorro de vacaciones.

Al momento de iniciar vacaciones, la empresa reintegrará al


trabajador el valor ahorrado y le reconocerá y pagará un monto
adicional de igual cuantía.

En el evento en que el contrato de trabajo de los trabajadores se


dé por terminado por cualquier causa, y estos tengan derecho a
uno (1) o más períodos de vacaciones, la empresa les reintegrará
el valor ahorrado y se les reconocerá un monto adicional de igual
cuantía.

Este beneficio será considerado no salarial para el pago de la


seguridad social y parafiscal.

En el laudo arbitral, se plasmó así:

37
Radicación n.° 85770

43º Plan de Ahorro de Vacaciones. A partir de la vigencia del


presente laudo arbitral LAFRANCOL SAS, dará al trabajador un
plan de ahorro de vacaciones y un bono suplementario a
aquellos trabajadores que se beneficien del mismo, según el cual
el trabajador podrá ahorrar voluntariamente un (1) día del
salario mínimo legal mensual vigente (SMLMV), a título de ahorro
de vacaciones.

Al momento de iniciar vacaciones, la empresa reintegrará al


trabajador el valor ahorrado y le reconocerá y pagará un monto
adicional de igual cuantía.

En el evento en que el contrato de trabajo de los trabajadores se


dé por terminado por cualquier causa, y éstos tengan derecho a
uno (1) o más períodos de vacaciones, la empresa les reintegrará
el valor ahorrado.

38
Radicación n.° 85770

Consideró la empresa, que esta prerrogativa resulta


inequitativa, en razón a que los trabajadores tienen acceso
a varios beneficios relacionados con las vacaciones, entre
los que se encuentra: i) una prima extralegal equivalente a
15 días de salario básico; ii) los días sábados, a pesar de ser
laborables en la empresa, no se tienen en cuenta para el
conteo de ese descanso; iii) los trabajadores tienen acceso a
un plan de ahorro, a través del fondo de empleados, y; iv)
los servicios de dicho fondo y de la caja de compensación
permiten a los empleados acceder a planes de recreación y
vacaciones a un precio subsidiado.

En adición a lo anterior, sostuvo que el punto es


ambiguo, ya que no es posible inferir si la bonificación será
pagadera una vez al año, una vez al mes, o cada vez que el
trabajador salga a disfrutar vacaciones o proporcional por
día de vacación.

Mencionó que «…de la redacción del laudo arbitral, no es claro si


el trabajador puede ahorrar un día de salario mínimo legal mensual
vigente por mes, por año o por vigencia del laudo a título de ahorro de
vacaciones o por días pendientes de vacaciones. Tampoco es claro si a
la terminación cuando el trabajador tenga derecho a un periodo de
vacaciones, qué significa el periodo de vacaciones (cualquier saldo
pendiente de vacaciones o un periodo de 15 días hábiles pendiente por
disfrutar).»

Como consecuencia de lo anterior pidió la anulación de


la disposición arbitral o subsidiariamente su modulación,
con el propósito de que la Corte precise las condiciones del
pago de dicho emolumento dada su indeterminación.

39
Radicación n.° 85770

IX. LA RÉPLICA

Sostuvo el sindicato, que el beneficio creado no resulta


manifiestamente inequitativo, dado que consultó la
capacidad económica y financiera de la empresa, además,
que se trata del derecho al descanso, que con dicha
prerrogativa, no solo se favorece el trabajador, sino también
el empleador, en la medida en que el servidor, al disfrutar
plenamente del descanso y con ingresos adicionales para la
recreación con su familia, repondrá de mejor manera sus
fuerzas laborales al reintegrarse al empleo. Agregó, que el
beneficio solo cobija a 33 trabajadores afiliados al sindicato,
entre 2000 operarios que existen en la empresa, que incluso
puede ser un número inferior de cobijados, por cuanto
corresponde a un ahorro voluntario, es decir, que queda al
arbitrio de cada trabajador.

Por lo tanto, solicitó que se despachen negativamente


los argumentos de la empresa.

40
Radicación n.° 85770

X. CONSIDERACIONES

El punto fue discutido por los árbitros en la sesión del 31


de mayo de 2019 (folios 48 y 49 cuaderno del laudo). Allí
coincidieron en que el Tribunal tenía competencia para
decidir ese aspecto, y por mayoría consideraron que era
importante incentivar el ahorro de los trabajadores, para
ese periodo, pero dejando claro, que el monto se debía fijar
con el salario mínimo, sólo un día y no cuatro como se
había solicitado, excluyendo la prerrogativa del bono
suplementario, cuando se termina el contrato por cualquier
causa.

Atendiendo la solicitud de aclaración de la empresa, la


disposición arbitral fue objeto de precisión mediante
providencia del 23 de julio de 2019, (folios 189 a 194 ibíd.),
en la que se consignó «que el ahorro es mensual equivalente a un
día (1) de salario mínimo legal mensual y en cada período de causación
de vacaciones.».

Teniendo claro lo anterior, con respecto al alegato de


inequidad manifiesta por duplicidad de beneficios que
existen en la empresa, que es lo que en el fondo se adujo en
el recurso, habría que diferenciar dos eventos: i) aquellos
casos en los que un trabajador puede ser parte de varios
sindicatos, que autónomamente han celebrado con el
empleador diversas convenciones colectivas, y de las cuales
sea beneficiario de todas ellas, caso en el cual se ha dicho
que el trabajador no puede aprovecharse simultáneamente

41
Radicación n.° 85770

de cada una, sino escoger entre los distintos convenios,


aquel que mejor le convenga a sus intereses económicos;
ello con el fin de evitar de que el trabajador reciba
duplicidad o más beneficios convencionales, y; ii) cuando
del contexto del conflicto se encuentra que en la empresa
existen prerrogativas que guardan cierta relación, y que en
determinado momento, el hecho de incluir unas nuevas que
se identifiquen con ese objetivo, pueden convertirse en una
carga excesiva para el empleador.

En el primer caso, es evidente que cada organización


sindical es libre y autónoma de promover su propio
conflicto colectivo en aras de lograr iguales o mejores
beneficios a los que han conquistado otras organizaciones
sindicales que funcionan en la empresa, y en caso de que
un trabajador se encuentre ante la posibilidad de recibir
variadas prerrogativas por la afiliación a los múltiples
colectivos, tendrá que seleccionar los beneficios que mejor
se ajusten a sus intereses.

En el segundo evento, tendrá que demostrarse lo


desmesurado que puede resultar cargar con beneficios
idénticos o que tengan un propósito similar, no sólo por el
peso económico, sino por lo desproporcional que resulta
fijar prerrogativas con el mismo fin.

Bajo este último parámetro, que es el que en esencia


ubica su cuestionamiento la empresa, no encuentra la Sala

42
Radicación n.° 85770

que la garantía impuesta por los árbitros sea


manifiestamente inequitativa, ya que por un lado, el
beneficio hace alusión al ahorro, es decir, a la cultura de
aprovisionar recursos para una necesidad específica, que si
bien, es una prerrogativa que se enmarca dentro del periodo
de vacaciones, no es lo mismo a una prima que se
reconozca en ese sentido, pues se itera, lo que busca el
sindicato es fomentar el ahorro, como iniciativa del
trabajador y no que provenga de una erogación externa.

Situaciones como gozar de más días de descanso y


promociones o subsidios en tales días, ofrecidos por
terceras personas, no es lo que se proyecta con esta
prerrogativa, más bien, se erige en un mejoramiento, en el
sentido de disponer de mayores recursos, fruto del ahorro
personal, con el objetivo de gastarlos en esos días
adicionales o en las instituciones de recreación y cultura, a
precios asequibles. Por lo tanto, introducir un complemento
a prerrogativas existentes, no necesariamente resulta
inequitativo, dado que ese es el fin del conflicto colectivo:
lograr reivindicaciones tendientes a crear un nuevo
derecho, o modificar los existentes con su ampliación e
integralidad.

Con relación a que ese ahorro se encuentra vigente en


el fondo de empleados, y por ello, no podía imponerse un
beneficio equivalente, tal observación no es acertada, pues
acorde con las pruebas que la empresa entregó al Tribunal
(folio 103 cuaderno de pruebas Lafrancol), aunque existe un

43
Radicación n.° 85770

ahorro obligatorio y uno voluntario, sobre todo este último,


el cual se descuenta de la nómina, tiene un propósito
general, en el entendido que el trabajador lo puede utilizar
para cualquier evento -no necesariamente para las
vacaciones- y su retiro es inmediato, además de que se
causan unos rendimientos, mientras que el ahorro que
dispusieron los árbitros tiene un fin claro y exclusivo, que
son las vacaciones, y por consiguiente, corresponde a un
estipendio económico complementario del resto de recursos,
los cuales, por lo general, el trabajador reserva para sortear
dificultades futuras sin necesidad de endeudarse, en tanto
que este dinero específico, le servirá para acometer planes o
proyectos en esa etapa de descanso, cuyos dineros sólo son
exigibles en ese instante, y son básicos, esto es, que no
tienen ningún rendimiento.

Cabe mencionar, que atendiendo a la precisión que


efectuó el Tribunal en la última providencia que emitió, en
donde se indicó que el ahorro es mensual, equivalente a un
día de salario mínimo y en cada periodo, con lo cual quedó
resuelta la supuesta ambigüedad que alegaba la empresa
con respecto a la cláusula arbitral, y que luego de esa
aclaración, no impugnó, es evidente, que no se exhibe en
una carga desmesurada o inviable para 33 afiliados a la
organización sindical del total de empleados de la
compañía, máxime que Lafrancol no demostró un estado de
crisis financiera, acorde con el balance general presentado a
los árbitros (folios 9 a 13 cuaderno de pruebas Lafrancol),
en donde es posible destacar, como lo hizo la oposición,

44
Radicación n.° 85770

unas utilidades netas progresivas entre el 2017 y el 2018,


la disminución de su pasivo corriente, el incremento de su
patrimonio total, lo mismo que sus activos corrientes,
situaciones favorables para la compañía, que coinciden con
la etapa de surgimiento y base del conflicto colectivo.

También se debe resaltar, que los árbitros redujeron la


reclamación, al pasar del salario básico al salario mínimo
como base de liquidación del ahorro; además excluyeron el
bono suplementario cuando termina el contrato de trabajo
por cualquier causa, es decir, que hicieron los respectivos
ajustes, para no hacer tan onerosa la carga económica del
empleador.

De cualquier modo, el hecho de que la empresa


participe en esta prerrogativa, entregando un incentivo
económico por ese ahorro, el cual se desembolsa al
trabajador en el momento de iniciar las vacaciones, dota a
la prerrogativa de la fuerza necesaria, para que los
trabajadores, por una parte, no vean el descuento como un
sacrificio negativo, y por la otra, para que opten por un
descanso verdadero, y no simplemente como una
acumulación de ingresos para compensar las vacaciones,
que como lo sugirió la réplica, puede ser más provechoso en
la salud física y emocional del trabajador y su rendimiento
en el empleo.

45
Radicación n.° 85770

En definitiva, en cuanto a este punto, precisando que


la empresa quedó conforme con la aclaración que hicieron
los árbitros en relación con la forma como se debe aplicar el
ahorro, que según se reseñó en líneas precedentes, los
componedores explicaron en la providencia, que se trataba
de un ahorro mensual, equivalente a un día del salario
mínimo legal mensual vigente, durante el tiempo que se
requiere para tener derecho al disfrute de las vacaciones, en
cada período legal, se descarta la supuesta ambigüedad
expuesta, dado que el colegiado precisó las condiciones del
beneficio.

En todo caso, como lo tiene sentado la jurisprudencia


de la Sala, la interpretación, aplicación y alcance de las
normas del laudo, corresponde en primer lugar, a las partes
o, en su defecto, a la jurisdicción ordinaria laboral, pero son
los protagonistas del conflicto (CSJ SL13303-2016), quienes
deben procurar dar aplicación al principio de buena fe,
como se resaltó en un punto anterior, evitando poner de
presente obstáculos formales, suposiciones maliciosas,
entre otras astucias, para desconocer las prerrogativas,
pues, aunque se exige la mayor precisión de las
disposiciones arbitrales, no son pocas las veces en que para
su entendimiento se acude al significado común y corriente,
las máximas de la experiencia o un significado legal, para
una inteligencia adecuada de la norma.

En consecuencia, no se anulará la disposición


atacada.

46
Radicación n.° 85770

Vigencia del laudo arbitral.

Artículo 54 del pliego de peticiones.

La convención Colectiva de Trabajo o laudo arbitral que resulte


de la negociación del presente pliego de peticiones tendrá una
vigencia de Doce (12) meses a partir del 25 de diciembre de
2017.

En caso de que el pliego de peticiones tuviese que ser dirimido


por un tribunal de arbitramento, la vigencia se hará a partir de la
firma de dicho aludo; entendiéndose que todos los valores o
montos económicos tendrán un aumento retrospectivo,
incluyendo el salario desde el 25 de Diciembre de 2017.

En el laudo quedó plasmado de la siguiente forma:

ARTÍCULO CUARTO: Aplicar la vigencia acordada por las partes


en autocomposición es decir: 25 de diciembre de 2017 a 25 de
diciembre de 2019.

La empresa señaló, que se debía modular dicho punto,


dado que el Tribunal reguló retroactivamente el asunto,
desconociendo que la justicia arbitral no puede referirse a
situaciones anteriores y consolidadas, aunque
excepcionalmente de manera retrospectiva para los
aumentos salariales, que se reconocen hacia el pasado, que
no era el presente caso, y por ello, la ilegalidad de la
actuación de los componedores.

47
Radicación n.° 85770

XI. LA RÉPLICA

Sostuvo el sindicato, que se oponía a tal solicitud, dado


que la regulación del Tribunal estaba acorde con el criterio
jurisprudencial de la Corte Suprema de Justicia, según el
cual, el laudo produce efectos hacia el futuro desde el
momento de su promulgación; de ahí que fue acertado que
los árbitros hayan indicado que la vigencia del instrumento
colectivo va, entre el 25 de diciembre de 2017, y el 25 de
diciembre de 2019.

XII. CONSIDERACIONES

Ha sido criterio reiterado de la Sala, que el término de


vigencia del laudo asimilado a la Convención Colectiva de
Trabajo, pueden fijarlo los componedores en uno distinto al
propuesto por las partes, sin exceder el límite temporal
establecido por la Ley, es decir, dos años contados a partir
de su firma, o lo que es lo mismo, desde su expedición;
luego no es viable condicionar la regulación de las
relaciones laborales mediante este instrumento, a partir de
su ejecutoria, asimilándolo a una decisión judicial, o
introducir un parámetro diferente, como sería el caso de la
fecha de presentación del pliego de peticiones.

En providencia SL4458-2018, la Corte precisó:

De acuerdo con el artículo 461 del Código Sustantivo del Trabajo,


la decisión arbitral, en su naturaleza y efectos normativos, se
asimila a la convención colectiva de trabajo. Laudo y convención
colectiva son fuentes formales del derecho, de las cuales emanan
normas jurídicas reguladoras de las condiciones de empleo y de

48
Radicación n.° 85770

trabajo.

Dado esta similitud, la Sala ha entendido que así como la vigencia


de la convención inicia con su suscripción por los interlocutores
sociales (art. 476 CST), el laudo igualmente, debe comenzar a regir
a partir de su firma o, lo que es lo mismo, de su expedición.

En efecto, en sentencia CSJ SL, 15 may. 2007, rad. 31381, la Sala


expuso «que por regla general el laudo arbitral tiene efectos hacía
el futuro, esto es, a partir de la fecha de su expedición, por cuanto
la convención colectiva denunciada rige hasta cuando se firme
una nueva o se expida un nuevo laudo que haga sus veces
conforme a lo dispuesto en el numeral 2° del artículo 14 del
Decreto 616 de 1954 que subrogó el artículo 479 del C. S. del T».

También en la sentencia CSJ SL, 4 sept. 2007, rad. 32741 precisó


que «la fecha de inicio de la vigencia del laudo arbitral no es de
elección de los árbitros, sino la que resulta de la expedición del
fallo» y, en reciente decisión CSJ SL15705-2015, reiterada en CSJ
SL11486-2016, tras descartar la equiparación de laudo y
sentencia judicial, recordó que por «regla general [el laudo] produce
efectos hacia el futuro desde el momento de su promulgación, con
fuerza y talante de convención colectiva».

49
Radicación n.° 85770

En esa medida, aunque los árbitros podían apartarse del


término de un año fijado por el sindicato en el pliego de
peticiones, y establecerlo en dos, cometieron el error de
supeditar la vigencia del laudo a, partir del 25 de diciembre
de 2017, es decir, desde el momento en que empezó a
gestarse el conflicto colectivo, lo que implica un
desconocimiento de los componedores a la imposibilidad de
modificar el inicio de la regulación, so pretexto del principio
de autocomposición.

Esa falencia conlleva a la intervención de la Sala, a


efectos de modular este punto, en el sentido que la vigencia
de la decisión arbitral inicia, a partir de su expedición, esto
es desde el 26 de junio de 2019.

XIII. RECURSO DEL SINDICATO

Peticionó la devolución del laudo al Tribunal de


Arbitramento, con el propósito de que se pronuncie sobre
aquellas prestaciones sobre las cuales consideró que no
tenía competencia, y con respecto a una de las aspiraciones
que negó el colegiado, un pronunciamiento de fondo por la
Corte, o igualmente su devolución, para que decida en
equidad.

Garantías para el trabajo y derecho al trabajo.


Artículo 20 del pliego de peticiones.

50
Radicación n.° 85770

Durante la vigencia de la presente convención colectiva de


trabajo o laudo arbitral resultate del presente pliego de
peticiones; la empresa Lafrancol SAS, garantiza la especial
protección al trabajo como derecho fundamental y en
consecuencia, ningún trabajador vinculado laboralmente con
Lafrancol SAS., se podrá despedir o dar por terminado su
contrato de trabajo, de manera unilateral y sin justa causa.

Señaló, en síntesis, que aunque es cierto que la


jurisprudencia de la Corte sostiene que los árbitros no
tienen competencia para pronunciarse sobre este tipo de
aspiración, debía rectificarse tal criterio, pues la estabilidad
laboral es un derecho y un principio fundamental
consagrado en favor de los trabajadores.

Indicó que «…es competencia del Tribunal de Arbitramento


Obligatorio, porque decidirlo no afecta derechos o facultades exclusivas
del empleador; pues si bien el artículo 64 del Código Sustantivo del
Trabajo, modificado por el artículo 28 de la Ley 789 de 2002, faculta al
empleador la terminación unilateral del contrato de trabajo, bajo la
condición de una contraprestación denominada “indemnización”, de
otra parte la Constitución Nacional erige el trabajo como derecho
fundamental y en tanto de especial protección del Estado y a la
estabilidad laboral como un principio fundamental de naturaleza
constitucional; la competencia deviene más teniendo en cuenta que los
Árbitros en equidad son particulares investidos transitoriamente por la
ley de Jueces de la República, llamados a ser dadores de justicia, ello
implica que decidir la petición sindical codificada por SINTRAQUIM […]
no vulnera derechos constitucionales ni facultades exclusivas del
empleador, pues siendo el contrato de trabajo una estipulación pactada
entre dos partes: empleador y trabajador, resolver la petición sindical
no es contraria a la equidad ni a la justicia…»

XIV. LA RÉPLICA

51
Radicación n.° 85770

Por su parte, la empresa se opuso a dicho argumento,


señalando que contrario a lo indicado por el sindicato,
dicho tema hace parte de una facultad legal del empleador,
en la cual los árbitros tienen vedada su injerencia, acorde
con reiterada jurisprudencia de la Sala de Casación Laboral
de la Corte Suprema de Justicia, en sede del recurso de
anulación.

XV. CONSIDERACIONES

En lo concerniente a la cláusula de estabilidad laboral,


debe decirse que prohibir que la empresa pueda realizar
despidos sin que exista una justa causa, desborda el marco
de las facultades de los árbitros, por cuanto la ley le otorga
al empleador esa posibilidad y consagra las consecuencias
en caso de una terminación ilegal e injusta del contrato de
trabajo, salvo que las partes de común acuerdo decidan
consagrar el derecho a una estabilidad en los términos
sugeridos por la organización sindical.

En torno a este puntual aspecto, la Sala en sentencia


de anulación SL 5693-2014, 26 feb. 2014, rad. 60417, en la
que reiteró las decisiones de la CSJ SL, 12 dic. 2012 rad.
55340 y 13 may. 2008 rad. 34622, dijo:

«La Sala acoge en su integridad los argumentos que esgrime el


recurrente, en el sentido de la falta de competencia de los
árbitros para disponer que el empleador debe reintegrar a los
trabajadores despedidos sin que exista justa causa, pues los
efectos de una decisión de esa naturaleza desborda el marco de
sus facultades, por ser la misma ley la que define cuáles son las
consecuencias de una terminación ilegal e injusta del contrato de
trabajo, salvo que las partes de común acuerdo decidan
consagrar el derecho a la estabilidad laboral.

52
Radicación n.° 85770

Si bien es cierto que la permanencia en el empleo, cuando la


conducta del asalariado se ajusta en un todo a las normas que
regulan la disciplina y el orden en el interior de la empresa,
constituye un derecho de profundo contenido social, tal
prerrogativa debe emanar bien de la misma ley, como en efecto
aparece consagrado para determinados eventos, o de norma
convencional pactada entre empleador y trabajador, cuya
controversia debe definirla el juez laboral.»

De ahí que, esta clase de cláusula, como bien lo


determinó el Tribunal, no es de competencia de los árbitros.

Cabe agregar, que no hay razón para que la Sala


cambie de criterio en este punto, pues no se debe olvidar,
que desde el prístino artículo 64 del Código Sustantivo del
Trabajo, modificado luego por el artículo 8º del Decreto
2351 de 1965, subrogado después por el artículo 6º de la
Ley 50 de 1990, y finalmente, con la modificación del
artículo 28 de la Ley 789 de 2002, siguiendo la pauta de
que en el ordenamiento jurídico no existen contratos
perpetuos, el legislador adoptó el sistema del derecho
privado, de prever que uno de los contratantes puede
renunciar en el cumplimiento de sus obligaciones, es decir,
su terminación unilateral, bajo el entendido que no se
obliga a alguien a permanecer atado a un contrato en
contra de su voluntad, como una manifestación de su
posibilidad de elección en la sociedad, y por lo tanto, se
permite que el dimitente no tenga que motivar o contar con
la autorización de su contraparte para adoptar esa decisión;
pero ello acarrea consecuencias, pues se defrauda la
confianza y expectativa del otro contratante, por lo que el
legislador erigió ese incumplimiento como condición
resolutoria del vínculo para imputar a la parte fallida el

53
Radicación n.° 85770

pago de los perjuicios, que normalmente comprenden el


daño emergente y el lucro cesante, que en esta materia, por
los interés que están en juego, se anticipó el valor
indemnizatorio por razones de celeridad, economía y
eficacia.

En consecuencia, como se trata de un pilar de la


celebración de los contratos, no es posible que la justicia
arbitral imponga un cambio, alterando esa facultad del
empleador, totalmente legítima por lo que se acabó de
exponer.

Por lo dicho, no se accederá a la devolución del laudo,


en este punto.

54
Radicación n.° 85770

Traslado entre área-casino y/o casino-área.

Artículo 25 del pliego de peticiones.

La empresa LAFRANCOL SAS., a partir de la vigencia de la


presente Convención Colectiva de Trabajo o laudo arbitral
resultante del presente pliego de peticiones, reconocerá veinte
(20) minutos de la jornada laboral, para efectos del traslado de
las áreas de producción al casino y cambio de uniformes.

El laudo resolvió abstenerse de conocer por falta de


competencia, entre otros, el «articulo 25 Traslado entre área-
casino y/o casino-área».

Señaló el sindicato, que el Tribunal tiene competencia


para pronunciarse de fondo sobre esta petición «…por cuanto
se trata de una solicitud de mejora de condiciones laborales requerida
por los petentes, y que por la naturaleza de la aspiración sindical, no
se trata de un cambio de jornada laboral.».

55
Radicación n.° 85770

Explicó, que los arbitradores no hicieron «…un


razonamiento equitativo suficiente en la valoración fáctica de la petición
sindical, para entender que el interés de la parte en la propuesta
petitoria es propugnar por una mayor justicia en el tiempo requerido
para el desplazamiento y procedimientos de seguridad de sitio del
trabajo al casino y viceversa para la ingesta de alimentos, donde debe
apreciarse factores de distancia entre su lugar de trabajo y sitio de
funcionamiento del casino, cumplir el reglamento para quitar y luego
colocar las prendas que conforman la dotación de labor por el hecho de
que antes de la ingesta alimentaria deben primero quitarse cumpliendo
los protocolos de con protocolos quitarse cada una de las prendas que
conforman la dotación de labor y de regreso del casino la colación de
las mismas, igual que colocarse y luego quitarse la ropa de calle,
protocolo de seguridad que se tienen que cumplir para los efectos de la
higiene oral. (Sic)».

XVI. LA RÉPLICA

El empleador se opuso a la prosperidad del recurso en


este punto, pues en su criterio, tal petición pertenece al
campo de la jornada de trabajo, la cual hace parte del
elemento del contrato de trabajo, denominado
subordinación jurídica, que le corresponde ejercer al
empleador.

Añadió, que en todo caso, la empresa tiene un manejo


adecuado sobre la toma de alimentos para los trabajadores,
que evita congestiones o largos desplazamientos, además de
que en caso de que los operarios se tomen más tiempo del
debido, no son objeto de procesos disciplinarios, ni se les
descuenta de sus turnos de trabajo.

56
Radicación n.° 85770

XVII. CONSIDERACIONES

La Corte ha señalado que los árbitros no están facultados


para modificar o fijar la jornada laboral, el diseño de turnos
o la programación de esquemas de producción, pues esto se
traduce en una limitación a las facultades reconocidas al
empleador por la ley y la Constitución, de suerte que son
las partes por acuerdo, o a través de convenios o pactos
colectivos, que es posible esa regulación, acorde con las
necesidades y expectativas de los contratantes.

En todo caso, cuando se trata de unas garantías en


procura de facilitar el descanso y hacer más llevadero el
esfuerzo físico o mental, acorde con la actividad desplegada
por el trabajador, dentro de dicha jornada, la Sala ha sido
proclive en permitir que los árbitros se pronuncien sobre
ese aspecto, pues el consumo de alimentos en ciertos
espacios y en determinado lapso, es una cuestión que toca
más con las herramientas operativas del empleador, las
cuales se pueden consensuar o valorar con los antecedentes
que presenten las partes, a efectos de otorgarle o no a los
trabajadores, un tiempo mayor para disponer
adecuadamente de ese receso.

En sentencia CSJ SL2488-2019, en una cláusula


relacionada con un horario que garantice la toma de
alimentos, se indicó:

«…9. Pliego de peticiones

57
Radicación n.° 85770

Artículo 38. Horario de alimentación. La empresa TINTAS


S.A.S., continuará reconociendo los descansos para toma de
alimentos así: 30 minutos para almuerzo, 30 minutos para la
comida.

9.1. Laudo arbitral

Considera que «por tratarse de facultades de las partes», el


tribunal carece de competencia para dirimir el asunto.

[…]

CONSIDERACIONES

No le asiste razón al tribunal en cuanto que carece de


competencia para definir el asunto, y son válidos los argumentos
ya expuestos cuando se estudió la petición contenida en el
artículo 35 del pliego de peticiones, referida a la jornada de
trabajo diurno.

Por ello, se devolverá para que los árbitros se pronuncien sobre


esta cláusula del pliego de peticiones.

[…]

6. Pliego de peticiones

Artículo 35º.- Jornada diurna. A partir de la firma de la presente


convención colectiva de trabajo o laudo arbitral, el horario diurno será
de 7:00 AM a 16:30 p.m. de lunes a viernes.

Erró el tribunal de arbitramento al considerar que no tenía


competencia para definir en equidad este asunto del pliego de
peticiones, por cuanto la organización sindical con esta
prerrogativa pretende que el recargo del trabajo nocturno se
reconozca por más horas de las que establece el artículo 160 del
C.S.T., por cuanto en esta norma se indica que la jornada
nocturna está comprendida entre las 9:00 p.m. y las 6:00 p.m.,
es decir, 9 horas en las que se causaría el citado incremento,
mientras que con la propuesta se aumenta el periodo en el que se
originarían los aumentos por trabajo en jornada nocturna,
porque ellos se generarían una vez termine el horario diurno, esto
es a partir de las 4:30 p.m. y se extenderían hasta las 7:00 a.m.
cuando empiece nuevamente, lo que significa que se amplía el
rango dentro del cual a los trabajadores se les debe pagar el
recargo por labores en horas de la noche.

Esta Sala en la sentencia SL3325-2018 radicación n.° 80533 9


de agosto de 2018, sobre la posibilidad que tienen los árbitros de
resolver sobre cualquier asunto que objetivamente favorezca la
situación de los trabajadores, advirtió:

58
Radicación n.° 85770

Como se explicó en líneas precedentes, los árbitros tienen


competencia para pronunciarse sobre cualesquiera
reivindicaciones en los campos individual, colectivo y de
seguridad social, al margen si determinados derechos se
encuentran en la ley, pues lo fundamental es que lo reclamado
contribuya objetivamente a mejorar la situación de los
trabajadores. En otras palabras, el límite sustancial al
arbitramento no deriva de la circunstancia de que un derecho u
obligación este regulado en una norma jurídica, ya que bien
puede suceder que la intención del sindicato sea superarlo o
fortalecerlo, sino de si lo reclamado lesiona un derecho o la
facultad reconocida a las partes.

Se sigue de lo dicho la devolución del laudo.»

Siguiendo dicho parámetro, se accederá a la


devolución del laudo, para que los árbitros definan el
punto.

59
Radicación n.° 85770

Estabilidad laboral reforzada por enfermedad.


Artículo 38 del pliego de peticiones.

La empresa LAFRANCOL SAS., a partir de la vigencia de la


presente Convención Colectiva de Trabajo o laudo arbitral
resultante del presente pliego de peticiones, garantizará la
estabilidad laboral de sus trabajadores que se encuentren en
debilidad manifiesta por enfermedad; en consecuencia, no podrá
despedir a los trabajadores, ni desmejorar sus salarios, y sus
condiciones laborales serán encaminadas a la recuperación de
su salud.

En resumen - dado lo confuso de la argumentación-para


el recurrente, los componedores tienen competencia para
definir este aspecto, ya que se trata de una petición que
tiene como propósito mejorar la calidad de vida de los
trabajadores, y así evitar una desmejora en sus salarios por
cuenta de una reubicación.

XVIII. LA RÉPLICA

Para el empleador, la decisión del Tribunal fue acertada,


pues se trata de un punto eminentemente jurídico, regulado
en la Ley, que impide a los árbitros introducir
modificaciones al respecto.

XIX. CONSIDERACIONES

En relación con esta garantía para los trabajadores, pero


a su vez, una limitación para el empleador, en sentencia
CSJ SL2488-2019, sobre una cláusula de idéntico
contenido, se indicó:

60
Radicación n.° 85770

«Le asiste razón al tribunal al concluir que esta petición debe ser
solucionada directamente entre las partes, pues el texto de la
cláusula inmersa en el pliego petitorio, contraviene lo establecido
en el artículo 26 de la Ley 361 de 1997, pues impone al
empleador una limitación para el ejercicio de su gestión
empresarial respecto de sus trabajadores, en tanto prohíbe el
despido por razones de enfermedad, y además, no prevé la
posibilidad de que pueda acudirse a la autoridad administrativa
del trabajo a fin de obtener la autorización del despido, situación
que sí prevé la Ley 361 ibídem.

No se ordenará la devolución del laudo.»

En consecuencia, tampoco se accederá a la petición del


sindicato.

Subprograma de biomecánica. Artículo 39 del pliego


de peticiones.

La empresa LAFRANCOL SAS., a partir de la vigencia de la


presente Convención Colectiva de Trabajo o laudo arbitral
resultante del presente pliego de peticiones, realizará estudios
biomecánicos de los puestos de trabajo con el fin de identificar
los factores de riesgo, para lo cual establecerá los planes de
acción y control de manera prioritaria para corregirlos. La
empresa LAFRANCOL SAS., proveerá a los trabajadores de los
elementos de protección personal de acuerdo a cada riesgo según
labor estipulada del trabajador.

Sostuvo el recurrente, que contrario a lo que


argumentó el Tribunal, en ese escenario podía regularse el
asunto, ya que la petición tenía como propósito, mejorar
una garantía mínima prevista en el Sistema de Gestión de
la Seguridad y Salud en el Trabajo –SG-SST-.

61
Radicación n.° 85770

Precisó que dicho artículo «...tiene como finalidad realizar


estudios de las diferentes posturas del cuerpo humano de los afiliados
al sindicato al realizar los procesos productivos que le impone el cargo
en los diferentes puestos de trabajo conforme a reglamentos de
LAFRANCOL SAS., todo con el objetivo de identificar factores de riesgo
en la seguridad y salud en el trabajo de los sindicalizados, tendiente a
corregir los riesgos y para ello obtener de su empleador las dotaciones
adecuadas de protección personal y así prever riesgos como también
evitar la progresividad de lesiones en el cuerpo humano de los
trabajadores dentro de la gestión de seguridad y salud en el trabajo.»

XX. LA RÉPLICA

Indicó el opositor, que concuerda con el Tribunal sobre la


falta de competencia para definir este aspecto, en la medida
que se trata de un punto regulado en la ley y de naturaleza
eminentemente jurídica, pues corresponde a un asunto de
seguridad social, y seguridad y salud en el trabajo;
adicional al hecho de que en la empresa se cumplen todas
las obligaciones relacionadas con ese campo.

XXI. CONSIDERACIONES

Con respecto a la petición del sindicato, ciertamente


los árbitros no tienen competencia para regular dicho
aspecto, porque en esencia, lo planteado por el colectivo de
trabajadores, por un lado, es una descripción mínima de lo
que se encuentra previsto en el ordenamiento jurídico, en
materia del nuevo sistema de gestión de la seguridad y la
salud en el trabajo (SG-SST) reglamentado por el Decreto
1443 de 2014, que pretende garantizar la aplicación de las

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Radicación n.° 85770

medidas de Seguridad y Salud en el trabajo, el


mejoramiento del comportamiento de los trabajadores, las
condiciones y el medio ambiente laboral y el control eficaz
de los riesgos en el lugar de trabajo, en donde el empleador
tiene dentro de sus obligaciones (art. 8), las de «…adoptar
disposiciones efectivas para desarrollar las medidas de identificación
de peligros, evaluación y valoración de los riesgos y establecimiento de
controles que prevengan daños en la salud de los trabajadores y/o

contratistas, en los equipos e instalaciones» e «… implementar y


desarrollar actividades de prevención de accidentes de trabajo y
enfermedades laborales, así como de promoción de la salud en el
Sistema de Gestión de la Seguridad y Salud en el Trabajo SG-SST, de
conformidad con la normatividad vigente».

En otros términos, temas como la identificación,


verificación y evaluación de diferentes riesgos, entre ellos,
los orgánicos o biomecánicos con respecto al puesto de
trabajo y/o los materiales que utiliza cada trabajador,
resultados de perfiles epidemiológicos, exámenes médicos
de ingreso, periódicos y retiro, resultado de mediciones y
monitoreo de ambientes de trabajo, actividades de
capacitación, formación y entrenamiento en seguridad y
salud en el trabajo, y suministro de elementos de protección
personal, que corresponde a lo planteado por el sindicato,
hacen parte de este entorno regulatorio, y como tal, fija en
cabeza del empleador, la responsabilidad primigenia de
solucionar y prevenir tales factores.

Y por otra parte, la petición sindical implicaría un


desplazamiento de las obligaciones que le corresponde
ejercer a uno de los actores del sistema de seguridad social

63
Radicación n.° 85770

integral, como son las ARL, quienes, acorde con lo previsto


en el artículo 9º del aludido Decreto, son fundamentales en
la implementación del SG-SST en las empresas,
desempeñando una gestión administrativa, de prevención,
asistencia técnica, asesorías en el manejo, identificación y
control de los riesgos en el trabajo.

Por lo tanto, no se accederá a la solicitud de


devolución impetrada por la organización sindical.

Derecho a la información. Artículo 21 del pliego de


peticiones.

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Radicación n.° 85770

La empresa LAFRANCOL SAS., a partir de la vigencia de la


presente convención colectiva de trabajo o laudo arbitral
resultante del presente pliego de peticiones, suministrará a la
organización sindical el balance general y el estado de pérdidas
y ganancias de la empresa al 31 de diciembre de cada año. Una
vez sea aprobada por su administración. Así mismo se entregará
un listado de todo personal vinculado a la empresa con contrato
a término indefinido, la relación del número de aprendices y
practicantes ya sea del SENA o universitarios. Esta relación será
utilizada y entregada a la organización sindical cada tres meses.

Consideró el recurrente, que no resultaba contrario a la


equidad, que el Tribunal hubiera negado esta súplica, pues
desconoció que esta petición tiene como finalidad, estudiar
las características de las profesiones, salarios y demás
condiciones de trabajo, referentes a los asociados
trabajadores de la empresa, en procura del mejoramiento de
sus condiciones laborales, sustentando de mejor manera,
los pliegos de peticiones que se presentaran al empleador.

Agregó, que dicha petición no es contraria a otras


garantías fundamentales como el derecho a la intimidad
empresarial o de los trabajadores, tampoco a la protección
de datos o la comunicación privada inviolable.

XXII. LA RÉPLICA

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Radicación n.° 85770

Consideró la empresa que «…la información solicitada en este


punto por Sintraquim, hace parte de los archivos de Lafrancol y la
historia de cada uno de los trabajadores y de sus datos personales los
cuales tienen expresa protección en la ley (en los términos de la Ley
1581 de 2012 y el Decreto 1377 de 2013). Así pues, Lafrancol tiene la
condición legal de entidad responsable del tratamiento de la
información de la base de datos personales de sus trabajadores,
quienes son titulares de los mismos, por lo cual toda normativa sobre
protección de datos es aplicable.//[…] Finalmente, en relación con la
información societaria y financiera de Lafrancol, la mayoría es
información privada, reservada y del fuero interno de Lafrancol.
Además, la información pública puede ser consultada por cualquier
persona (natural o jurídica) por medio de los canales disponibles para
el efecto por la entidad involucrada (i.e. la Superintendencia de
Sociedades).»

XXIII. CONSIDERACIONES

Cuando la resolución del Tribunal es negativa con


relación a lo que solicita la organización sindical, o no se
ajusta a los intereses de alguna de las partes, la Sala no
está habilitada para recomponer esa expectativa,
reconociendo los derechos o prerrogativas extralegales
reclamadas, pues la Corte no profiere decisiones en
equidad, que es el parámetro de definición por excelencia
del conflicto colectivo, cuando llega a manos de los
componedores, previo alegato y argumentación de las
partes.

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Radicación n.° 85770

De manera excepcional, puede adoptar la decisión de


modular las disposiciones del Laudo para eliminar o
suprimir aspectos que de mantenerse en la cláusula
puedan generar una ilegalidad de las normas o una
inequidad, por cuanto entran en contradicción con el orden
jurídico y con los mínimos estándares de equidad. Todo lo
anterior, dentro del marco de las potestades propias de los
árbitros para decidir conflictos de intereses económicos.

La Corte en sentencia de anulación de 5 de agosto de


2004, rad. 24443, reiterada en decisión de la CSJ SL 5693-
2014, 26 feb. 2014 rad. 60417, adujo:

«En relación con esa manifestación del recurrente, cumple


repetir que los arbitradores tienen la expresa facultad para
dictar su fallo en equidad, por lo que se ha admitido que sólo
en casos excepcionalísimos al estudiar el recurso de anulación
es posible enfrentar su criterio de equidad con el de la Corte y
por tal razón ha sido aceptada la posibilidad de anular un
laudo cuya inequidad resulte manifiesta. Mas, esa potestad
debe manejarse con la mayor mesura, de tal suerte que sólo
puede acudirse a ella cuando exista una prueba suficiente que
permita concluir la "manifiesta inequidad", porque a los jueces
laborales, y desde luego a la Corte Suprema de Justicia, no se
les faculta para fallar con fundamento en su íntima convicción,
aunque se les libera de la tarifa legal de pruebas.»

Tiene dicho también la Sala, que cuando anula la


decisión de los árbitros, no puede dictar el pronunciamiento
de reemplazo, por cuanto los conflictos económicos se
resuelven en equidad, no en derecho. La competencia de la
Corte se agota con la anulación, total o parcial del laudo, de
suerte que no goza de la atribución de sustituir a los
árbitros y, en tránsito por esa vía, la de tomar la decisión
que reemplace a la anulada. Ello significa, que las

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Radicación n.° 85770

relaciones contractuales de trabajadores y empleador se


regirán por la convención colectiva o el pacto colectivo o
laudo arbitral vigentes, o por las normas legales en vigor
(sentencia de la CSJ SL, 27 oct. 2009, rad. 41497).

Se menciona lo anterior, porque en principio, podría


entenderse, que la Corte no podría hacer ningún reparo de
fondo a la decisión del Tribunal, al haber negado la petición
del sindicato, tal como quedó consignado en la providencia
del 23 de julio de 2019, mediante la cual los componedores
resolvieron las solicitudes de adición y aclaración de las
partes, y en donde precisaron que el citado artículo 21 del
pliego de peticiones fue negado por razones de equidad.

Sin embargo, al efectuarse la respectiva lectura de la


sesión del 17 de mayo de 2019 (folio 42 cuaderno del
laudo), los argumentos de los componedores no son
propiamente de una resolución en equidad, sino de una
valoración de las fuentes legales que tratan el acceso a la
información, para concluir que «…la protección de los datos
pertenece a la vida privada y familiar, entendida como impenetrable en
la que cada cual puede realizar su proyecto de vida y en la que ni el
estado ni los particulares pueden interferir.»

En otras palabras, el argumento del Tribunal fue el


típico de una inhibición por falta de competencia para
definir el asunto.

Frente a ello, habría que indicar, que pese al término


“negar” que utilizó el Tribunal de arbitramento, la Corte no

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Radicación n.° 85770

avala la inhibición que en definitiva fue la que dispuso el


laudo arbitral, amparado en las razones de tipo legal y
protección de datos de la vida priva y familiar, en tanto que
la petición a que se hace referencia en el pliego sobre ese
aspecto, no involucra la divulgación de información que
goce de reserva legal, pues contrario a lo que plantea la
empresa, alli no se están solicitando datos personales de
cada trabajador, o la revelación de situaciones particulares
y especiales de cada uno de ellos, que puedan afectar su
dignidad e integridad; igual ocurre en torno al balance
general y el estado de pérdidas y ganancias de la empresa,
pues parte de la información contable y financiera de una
empresa no está sometida a reserva, al punto de que todas
las sociedades tienen la obligación de publicar sus estados
financieros ante las entidades públicas y privadas que
ejercen su vigilancia y control, para que pueda ser conocida
previa petición de los interesados.

En virtud de lo anterior, sí debe haber un


pronunciamiento claro y expreso del Tribunal de
arbitramento, donde resuelva de fondo la petición
planteada, en tanto que sí es un asunto de su competencia.

Por lo visto, se dispondrá devolver el laudo arbitral al


Tribunal de arbitramento, para que provea lo que
corresponde en relación con este punto.

Como hasta aquí se circunscribió la inconformidad de la


organización sindical con lo decidido por el Tribunal, se
agota la competencia de la Sala en el análisis del recurso.

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Radicación n.° 85770

Sin costas.

XXIV. DECISIÓN

En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de


Justicia, Sala de Casación Laboral, administrando justicia
en nombre de la República y por autoridad de la ley,

RESUELVE:

PRIMERO: NO ANULAR del laudo arbitral de 26 de


junio de 2019, puntos que fueron concedidos, relacionados
con “garantías para la negociación colectiva”, “trabajo
nocturno”, “medicina prepagada”, “plan de ahorro de
vacaciones y trabajo nocturno”, lo mismo que el de la
”vigencia del laudo”, proferido por el Tribunal de
Arbitramento Obligatorio convocado para dirimir el conflicto
colectivo que se suscitó entre la organización sindical
SINDICATO NACIONAL DE LOS TRABAJADORES DE LA
INDUSTRIA QUÍMICA Y/O FARMACÉUTICA DE
COLOMBIA –SINTRAQUIM- SECCIONAL CALI y la
sociedad LABORATORIO FRANCO COLOMBIANO
LAFRANCOL SAS.,

SEGUNDO: MODULAR el artículo 4° del laudo arbitral


impugnado, en el sentido de que la vigencia del laudo inicia,
a partir de su expedición, esto es, desde el 26 de junio de
2019.

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TERCERO: DEVOLVER el laudo arbitral impugnado al


Tribunal de Arbitramento Obligatorio, para que dentro de
los cinco (5) días siguientes a su instalación, se pronuncie
sobre el artículo 25 del pliego de peticiones TRASLADO
ENTRE AREA-CASINO Y/O CASINO AREA, así como en
torno al artículo 21 respecto del DERECHO A LA
INFORMACIÓN, por lo expresado en la parte motiva de esta
providencia.

CUARTO: NO ACCEDER a la devolución del laudo,


con respecto a las demás cláusulas en las cuales el
Tribunal declaró su falta de competencia.

QUINTO: NO ANULAR las demás disposiciones del


laudo.

SEXTO: Sin costas.

Cópiese, notifíquese, publíquese y envíese al Tribunal


de arbitramento para lo de su competencia.

LUIS BENEDICTO HERRERA DÍAZ


Presidente de la Sala

GERARDO BOTERO ZULUAGA

FERNANDO CASTILLO CADENA

CLARA CECILIA DUEÑAS QUEVEDO

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Radicación n.° 85770

IVÁN MAURICIO LENIS GÓMEZ

OMAR ÁNGEL MEJÍA AMADOR

JORGE LUIS QUIROZ ALEMÁN

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