Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
POSGRADO EN ANTROPOLOGÍA
FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS
ESCUELA NACIONAL DE ESTUDIOS SUPERIORES, UNIDAD MORELIA
INSTITUTO DE INVESTIGACIONES ANTROPOLÓGICAS
INSTITUTO DE INVESTIGACIONES SOCIALES
CENTRO DE INVESTIGACIONES MULTIDISCIPLINARIAS SOBRE CHIAPAS Y
LA FRONTERA SUR
TESIS
QUE PARA OPTAR POR EL GRADO DE:
MAESTRÍA EN ANTROPOLOGÍA
PRESENTA:
ISRAEL ELIZALDE MENDEZ
TUTOR:
DR. ANDREW SOMERVILLE, IOWA STATE UNIVERSITY
1
2
A NATALIA
3
4
AGRADECIMIENTOS
Este trabajo no hubiera sido posible sin el respaldo del posgrado en antropología de la
UNAM, El Conacyt y El Proyecto Templo Mayor, INAH. No puedo omitir el invaluable apoyo
Andrew Somerville por aceptar dirigir este trabajo, por sus comentarios y lectura del
paciencia para leer con atención este documento y por sus atinadas opiniones.
Asimismo, agradezco a todo el equipo del Museo del Templo Mayor, a mis
colegas y amigos del Proyecto Templo Mayor, en particular a Erika Lucero Robles,
Belem Zúñiga, Michelle De Anda, Antonio Marín Calvo, Óscar Ruiz, Ximena Chávez
Por supuesto, este trabajo no hubiera sido posible sin las anotaciones de los
especial debo reconocer el apoyo de Ana Fabiola Guzmán, Norma Valentín y Montserrat
Morales Mejía.
5
Finalmente, extiendo mi agradecimiento a mi familia; a mi madre, a mis
6
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN 13
CAPÍTULO 1. LA ARQUEOZOOLOGÍA EN EL PROYECTO TEMPLO MAYOR. MONOGRAFÍA DE UNA
DISCIPLINA 17
1.1 La fauna del Templo Mayor. El ayer y hoy de las investigaciones
arqueozoológicas 19
1.5 Objetivos 34
2.3 La fauna a través del tiempo. Las etapas constructivas del Templo Mayor y la
expansión del imperio 60
7
2.3.5 Etapa VII (1502-1520 d.C.) 69
8
ÍNDICE DE FIGURAS
9
Figura 14. Fauna depositada en las ofrendas entre 1375-1440 d.C..................................... 65
Figura 15. Fauna depositada en las ofrendas entre 1440-1481 d.C..................................... 66
Figura 16. Fauna depositada en las ofrendas entre 1481-1486 d.C..................................... 67
Figura 17. Fauna depositada en las ofrendas entre 1486-1502 d.C..................................... 68
Figura 18. Fauna depositada en las ofrendas entre 1502-1520 d.C..................................... 69
Figura 19. El lobo de la Ofrenda 174 fue descubierto en 2017, portaba ajorcas de
cascabel, un faldellín de caracoles, orejeras de madera, un pectoral de oro y
portaba un tztzopaztli. Fotografía Mirsa Islas, cortesía PTM. .................................................. 72
Figura 20. Restos de una piel de águila real encontrada en la Ofrenda 141.
Fotografía Mirsa Islas, cortesía PTM. ................................................................................................. 73
Figura 21. Falanges de felino localizadas en la Ofrenda 166. Proceden de un
contexto removido. Fotografía Mirsa Islas, cortesía PTM. ......................................................... 74
Figura 22. Tipos deposición de la fauna del Templo Mayor.................................................... 76
Figura 23. Gráfica del valor de importancia durante la Etapa IV. .......................................... 78
Figura 24. Gráfica del valor de importancia durante la Etapa VI. .......................................... 79
Figura 25. Mapa de las potenciales áreas de abastecimiento de peces marinos
(tomado de Guzmán 2007: 286). ....................................................................................................... 82
Figura 26. La mayoría de las especies proceden de ambientes locales, o
compartidos, y en menor número de ecosistemas foráneos. ................................................. 83
Figura 27. Distribución potencial de las cuatro especies foráneas de tortuga
reportadas en las excavaciones del Templo Mayor (Conabio 2021). .................................. 84
Figura 28. Relación de Tenochtitlan (punto verde) respecto de la distribución
actual del águila real (café) y avistamientos modernos (puntos rojos). Mapa
basado en los datos de la Conabio y D’arrario y colaboradores (2019). ............................ 86
Figura 29. Proceso de registro en excavación y registro. ......................................................... 88
Figura 30. La conservación de las relaciones contextuales en gran medida está en
función del tipo de receptáculo; a) Espacio vacío. En la Ofrenda 125 los huesos de
dos águilas se entremezclaron debido a la descomposición de los diferentes
materiales orgánicos, y b) Espacio rellenado. La espátula rosada (Platalea ajaja)
encontrada en la Ofrenda 128 se mantuvo en posición anatómica en contacto
directo con el relleno constructivo. .................................................................................................. 91
10
Figura 31. Empalme de los dibujos digitales. ................................................................................ 93
Figura 32. La Ofrenda 125 se componía de más de 3500 objetos (dibujo de Israel
Elizalde). ...................................................................................................................................................... 95
Figura 33. El lobo de la Ofrenda 125 fue encontrado en conexión estricta y suelta
y ataviado con varios objetos hechos de oro, piedra verde, madera y turquesa
(dibujo de Israel Elizalde). ................................................................................................................... 96
Figura 34. Mapa de expansión del imperio mexica por gobernante de acuerdo con
la información provista por Berdan y colaboradores (1996). .............................................101
Figura 35. En el Códice Mendocino se retrata el pago de águilas reales vivas por
parte de Xilotepec y Oxitipan (Codex Mendoza 1992: 31r). ..................................................111
Figura 36. El Xoconochco pagaba 80 pieles de felino (Codex Mendoza 1992: 47r) .....115
Figura 37. Tributo de plumas para finales del imperio (tomado de Mongne 2019:
45). ...............................................................................................................................................................119
Figura 38. Distribución de los mercados dentro y fuera del imperio. Tomado de
Berdan (2017:18) ..................................................................................................................................128
Figura 39. Tras la expedición a Ayotlan, los comerciantes traen sus presentes al
soberano Ahuítzotl (Códice Florentino 1979. Lib. 9: 61), .......................................................129
Figura 40. Presentes dados al soberano mexica procedentes de Xicalanco (Códice
Florentino 1979, lib. 9: 18r). ..............................................................................................................130
Figura 41. Potenciales rutas de comercio dentro y fuera de los límites del imperio
entre 1469-1481 d.C. y 1486-1520 d.C. ........................................................................................131
Figura 42. Usos de la fauna de acuerdo con las evidencias históricas y
arqueológicas. .........................................................................................................................................142
Figura 43. Mapa del imperio mexica para 1440-1469 d.C., en conjunto con
distribución potencial del jaguar, donde se marcan con puntos rojos las provincias
que tributaban o comercializaban jaguares vivos o como pieles en diferentes
épocas del imperio. Mapa basado en los datos de Sahagún (2000: 807), Códice
Mendoza (1992: 47r), Durán (2006, 1: 162, 182, 206) Alvarado Tezozómoc (2008:
93, 110, 152) Relaciones Geográficas del siglo XVI (Acuña 1985, 4: 94; Acuña 1985,
5: 109) (Conquistador anónimo 2004, 1). ....................................................................................147
11
Figura 44. Mapa del imperio mexica para 1519 d.C., en conjunto con distribución
potencial del jaguar, donde se marcan con puntos rojos las provincias que
tributaban o comercializaban jaguares vivos o como pieles en diferentes épocas
del imperio. ..............................................................................................................................................148
12
INTRODUCCIÓN
mexica entre 1325-1521 d.C. Las incesantes campañas arqueológicas llevadas a cabo en
cientos de miles de objetos que nos brindan una oportunidad única de estudiar las
comienzan las excavaciones sistemáticas por parte del Proyecto Templo Mayor,
hace más de 500 años. Inmediatamente, esta clase de materiales atrajo la atención de
integración de varias disciplinas es que hoy día contamos con un enorme corpus de
análisis de una única especie u organismo (Álvarez 1982; Álvarez y Ocaña 1991; Díaz
Pardo y Teniente Nivón 1991; Guzmán Camacho 2018; López Luján et al. 2010;
Ontiveros Escalona 2015; Polaco 1982, 1991, 1998; Quezada Ramírez et al. 2010;
Robles Cortés 2019; Robles Cortés et al. 2018; Solís Marín et al. 2021; Valentín
13
Maldonado y Zúñiga Arellano 2006; Valentín Maldonado 1999a; Velázquez Castro
1999, 2011; Velázquez Castro y Zúñiga Arellano 2019; Zúñiga Arellano et al. 2019).
Una de las primeras propuestas para este trabajo fue precisamente el dilucidar
el origen y la dieta de las aves y los mamíferos que fueron localizados en las ofrendas,
Ante esta situación, no podemos pasar por alto que la brumadora cantidad de
estos datos en su conjunto. Bajo esta óptica, este trabajo busca concentrar los datos de
cuatro grupos biológicos; anfibios, reptiles, aves y mamíferos generados durante más
investigación que se han llevado a cabo, y se refieren los objetivos generales de este
trabajo.
14
En el segundo capítulo describimos la metodología de análisis, y nos abocamos
reconocer las especies o animales citados en las fuentes, las rutas y formas en que
de manera somera se analizan los factores que hicieron posible que estos animales
15
16
CAPÍTULO 1. LA ARQUEOZOOLOGÍA EN EL PROYECTO TEMPLO MAYOR.
Introducción
Tras el descubrimiento del monolito de la diosa Coyolxauhqui en 1978, dieron inicio las
de la Ciudad de México. Durante el mes de febrero de ese año como parte de las labores
(García Cook y Arana 1978). Apenas un mes después del hallazgo, Eduardo Matos
Moctezuma instauró el Proyecto Templo Mayor (PTM) del INAH con la finalidad de
investigar, de manera sistemática, los vestigios del Huei Teocalli y los templos aledaños
(López Luján 1993: 381–407; Matos Moctezuma 1982). Desde 1978 a la fecha, el
proyecto ha tenido nueve temporadas de campo, las primeras tres coordinadas por el
propio Matos Moctezuma entre 1978-1989, y desde 1991 a la fecha es dirigido por
Urbana (PAU) en 1991, el cual tiene la difícil tarea de estudiar y proteger los vestigios
del antiguo centro ceremonial que yacen bajo el centro histórico de la ciudad, y que son
17
excavados en el marco de obras de remodelación públicas y privadas (Matos
localizado cerca de 209 depósitos rituales, estos consisten en conjuntos de objetos, que
en palabras de López Luján (López Luján 2020b: 15) son la expresión material de las
los diferentes cuerpos del Templo Mayor, en los templos aledaños y bajo el piso de plaza
del patio este, el patio norte, el patio sur y la Plaza Oeste (Barrera Rodríguez 2019;
López Luján 1993, 2006, 2019a). Cabe indicar que no todas las ofrendas corresponden
a un mismo momento temporal, Matos Moctezuma (1981: 50) y López Austin y López
Luján (2009: 207-213) señalan que el Templo Mayor fue agrandado al menos en siete
ocasiones, esto permite asegurar que todas estas ofrendas, fueron colocadas en
De tal suerte, Las diversas investigaciones realizadas desde 1978 han podido
estudiar la vida religiosa que era practicada en el recinto sagrado de Tenochtitlan. Pero
a su vez, nos han acercado a entender varios aspectos de la sociedad mexica como son:
18
social, político y económico, información que durante muchos años solamente pudo ser
atendida desde el dato histórico. Ya sea por la materia prima con la que se elaboraron
los artefactos, las técnicas de manufactura aplicadas a estos objetos, los motivos
que estudiaron la fauna y de los que nos valemos para la conformación de nuestra base
1.1 La fauna del Templo Mayor. El ayer y hoy de las investigaciones arqueozoológicas
Antes de iniciar este breve recuento, debo señalar que en las próximas líneas se
principalmente a los cuatro grupos biológicos sobre los que versa este trabajo: anfibios,
reptiles aves y mamíferos. Dejando para un futuro un análisis formal sobre la literatura
19
1.2 Antecedentes arqueofaunísiticos del Proyecto Templo Mayor
Comencemos este apartado por referir un hecho histórico que podríamos citar como el
Gama 1990: 11; López Luján y Sugiyama 2015: 26). Este hallazgo coincidió con la
determinando que podía corresponder con un lobo (Canis lupus) o un coyote (Canis
latrans) (de León y Gama 1990: 11). Por desgracia, los restos de este animal no se
conservan hoy día, lo que dificulta reconocer la especie a la que alude Pineda. Sin
embargo, por las descripciones dejadas por Antonio de Léon y Gama (1990: 11)
Posteriormente, durante la primera mitad del siglo XX, se realizó la primera gran
excavación en torno al Templo Mayor. En 1914 Manuel Gamio excavó la porción sur del
(Herrera 1990).
20
Las excavaciones continuaron hasta 1948 y 1966, momento en el que fueron
restos de diversos animales que por desgracia solo son descritos de manera somera,
entre lo más significativo está la mención a un pez sierra y los caparazones de tortugas
atención de los biólogos al contener cientos de restos faunísticos. Alicia Blanco (1978)
analizó los animales de las cistas 1, 3 y 5, datos retomados posteriormente por Elena
uso dado a los reptiles, aves y mamíferos que componían estas ofrendas, se aventuran
sacrificio de los guajolotes (Blanco Padilla 1978; Carramiñana 1988; García Cook y
Arana 1978).
Templo Mayor y han contribuido al entendimiento del rol que la fauna jugaban en las
ofrendas mexicas.
Pasemos ahora a describir los trabajos emprendidos en el marco del Proyecto Templo
Mayor. En gran medida son resultado de la visión de Eduardo Matos Moctezuma, quien
21
contempló la inclusión de biólogos desde la fundación del PTM en 1978 (Matos
Moctezuma 1982: 11). También, se deben mencionar dos factores que permearon en el
se vio acompañada del desarrollo del Laboratorio de Paleozoología del INAH a cargo de
Ticul Álvarez Solórzano, que de forma fortuita y afortunada se ubicó a escasos metros
de las excavaciones. Esta integración generó que especialistas como el propio Álvarez
Solórzano (1982; Álvarez y Ocaña 1991), Óscar Polaco(1982, 1991) y Edmundo Díaz
Pardo (1982; Díaz Pardo y Teniente Nivón 1991) se dedicarán al estudio de los peces,
reptiles, aves y mamíferos desde el mismo momento de los hallazgos, esta sinergia
Es claro que tras cuatro décadas son muchos los campos de estudio que se han
caracterizaciones taxonómicas y anatómicas han sido realizadas por los biólogos del
1982; Álvarez y Ocaña 1991; Blanco et al. 2006; Cao-Romero et al., 2017; Díaz Pardo
1982; Díaz-Pardo y Teniente-Nivón 1991; Guzmán 2007; Guzmán y Polaco 1999; 2000;
22
Polaco 1982; 1991; Robles Cortés 2017; 2019 Valentín 1999; 2002; 2017; 2018;
Artropoda, Mollusca y Chordata) siendo los más numerosos los restos de moluscos,
1982; Álvarez y Ocaña 1991; Díaz Pardo 1982; Díaz Pardo y Teniente Nivón 1991;
Guzmán Camacho 2007, 2018; Guzmán Camacho y Polaco 2000; López Luján 1993,
2006; López Luján et al. 2018; López Luján y Polaco 1991; Polaco y Guzmán Camacho
1997; Robles Cortés et al. 2018; Solís Marín et al. 2021; Valentín Maldonado y Zúñiga
Arellano 2003, 2006, 2007; Velázquez Castro 2000, 2007b, 2011; Zúñiga Arellano 2013;
han enfatizado aspectos referentes al perfil biológico de los individuos. Tal es el caso de
la estimación de la edad, el tamaño, la determinación del sexo, los colores, las formas, y
morir (Álvarez y Ocaña 1991; Díaz Pardo y Teniente Nivón 1991; Elizalde Mendez
2018; González López et al. 2011; Guzmán Camacho 2007; Guzmán Camacho y Polaco
1 Sobre la identificación taxonómica de los animales del Templo Mayor, unas de las primeras
aproximaciones fueron realizadas por las biólogas Alicia Blanco y Elena Carramiñana del Departamento
de Salvamento Arqueológico, estas investigadoras examinaron los restos encontrados en tres de las cinco
ofrendas localizadas en torno al monolito de Coyolxauhqui. Si bien, algunos de sus resultados discrepan
entre sí, son un parteaguas para esta clase de estudios en el sitio, e invita a pensar en el reestudio de estos
materiales (Blanco Padilla 1978; Carramiñana 1988).
23
2000; López Luján 2006; López Luján et al. 2012; Robles Cortés 2019; Robles Cortés
cuantiosa cantidad de especies e individuos, sino también por las múltiples formas en
que estos fueron colocados en las ofrendas. En este sentido, diversos investigadores se
et al. 2011; López Luján et al. 2022; Quezada Ramírez et al. 2010; Robles Cortés 2019;
Valentín Maldonado 1999b; Velázquez Castro 2007b, 2007a; Velázquez Castro et al.
Carramiñana 1988; Chávez Balderas 2019; Chávez Balderas et al. 2019; Guzmán
24
Camacho y Polaco 2000; Quezada Ramírez et al. 2010; Robles Cortés 2019; Valentín
ha venido desarrollando desde 1997 en el Museo de Templo Mayor, como una forma de
manufactura de los objetos, pues los materiales ofrendados por lo general responden a
respecto, los investigadores se han beneficiado de los rasgos que dejan las herramientas
con las que fueron elaborados para observarlas bajo lupas ópticas y microscópicas.
Esta técnica tiene como objetivo observar, identificar y clasificar las huellas de
Es así, como se han podido reconstruir las cadenas operativas, descifrando en cierta
hecho que se trace una nueva línea para conocer, en un primer momento los estilos
A este respecto, Adrián Velázquez ha planteado que una buena parte de los
diferenciales, lo que indicaría que varios ornamentos fueron traídos una vez
confeccionados y algunos otros fueron hechos por diferentes talleres y por distintas
Velázquez Castro et al. 2017; Velázquez Castro y Melgar Tísoc 2014; Velázquez Castro
25
y Zúñiga Arellano 2019). Si bien, en un primer momento se contempló esta técnica solo
instrumentos hechos sobre huesos de las aves y los mamíferos (Robles et al. 2022).
primera importancia dentro del proyecto, a partir del año 2007 el registro de los restos
de Tenoch Medina y José María García Guerrero es que se comenzó con el análisis
un plano horizontal y vertical (Chávez Balderas et al., 2011; De Anda Rogel et al.2017;
2 General las relaciones entre los objetos son de dos tipos: directas e indirectas. En el primer caso
consideramos aquellos elementos que forman una unidad discreta de análisis. Por su parte, las relaciones
indirectas son aquellas que se encuentran contiguas o cercanas entre sí, pero que no corresponden a una
misma unidad de Análisis, es decir, los materiales tienen una distancia o profundidad similar o igual, pero
dentro del plano simbólico o interpretativo no se asocian entre sí.
26
algunos en proceso y unos más que se tienen contemplados en el futuro (Chávez
Balderas 2019; Chávez Balderas et al., 2022; Favila et al. 2022; Moreiras et al. 2021). Lo
que permitan discernir interrogantes en torno a la fauna del Templo Mayor. Los
generando que la comprensión de este pasado resulte mucho más compleja. Por
27
En la Figura 1 se presenta el recuento de la literatura referente al Templo Mayor de
constancia en la publicación de este tipo de trabajos. Cabe indicar que en 1982 y 1991
se publican dos libros que versan sobre los primeros resultados de las excavaciones,
nos referimos a El Templo Mayor: excavaciones y estudios (Matos 1982) y La fauna del
Templo Mayor (Polaco 1991) en estos dos textos se recaban los resultados de las
de Ecología de Xalapa, entre muchos otros. De esta manera se han seguido estudiando
grupos como los cordados y los moluscos, pero se han incluido investigaciones
referentes, por ejemplo, sobre echinodermos, artrópodos, y poliferos (Favila et al. 2022;
López Luján et al. 2018; Medina et al. 2021; Solís Marín et al. 2021; Zúñiga Arellano
et al. 2019).
Sin duda, los 44 años del Proyecto Templo Mayor han significado una creciente
inquietud por analizar los restos de los animales, los resultados se han presentado en
28
libros, capítulos de libro, artículos científicos y de divulgación, tesis de licenciatura,
El devenir de los años ha traído consigo nuevas técnicas y métodos para estudiar el
existentes.
En este sentido, se debe considerar que muchas veces se trabaja con restos
no contar con los elementos diagnósticos. Otra desventaja es la edad que tenían los
3En el apéndice 1 se anexa el listado de obras conocidas y que fueron recapituladas para la elaboración
de este capítulo.
29
la diversidad de fauna existente, este hecho hace que no se tenga un corpus total de
De tal manera, dentro de los continuos estudios sobre la fauna del Templo
reclasificando muchos de los ejemplares en especies o familias distintas. Solo por poner
por Polaco (López Luján y Polaco 1991: 156) como un ejemplar de jaguar (Panthera
onca), pero descrito como un puma (Puma concolor) por Álvarez y Ocaña (1991: 123).
De manera similar sucedió con los félidos de la Cámara 2 y Cámara 3, ambos fueron
publicados como jaguares (Broda 1987: 21) pero en estudios posteriores se determinó
Ofrenda H. A principios del siglo XXI, Alicia Blanco y colaboradores (Blanco Padilla et al.
2006; Valadez Azúa et al. 2001) expresaron la idea de que estos individuos pudieran
ser híbridos de lobos y perros, al encontrar similitudes con los reportados años antes
ejemplares, es como fueron reanalizados los cánidos de la Ofrenda H, así como otros
tres ejemplares más descubiertos al frente del Templo Mayor. Los resultados genéticos
menos hasta los registros actuales. De esta manera se puede decir que al día de hoy solo
30
han sido excavados ejemplares de lobos en estas ofrendas (Blanco Padilla et al. 2006;
Chávez Balderas 2019; Chávez Balderas et al. 2022; Valadez Azúa et al. 2001).
correcciones. Vale resaltar el caso de los cocodrilos encontrados en las ofrendas. En los
provocado que a lo largo de los años sean varios los especialistas los que han
contribuido a su estudio. Por su puesto que esto ha generado que, al contar con nuevas
vea incrementada y depurada. Por ejemplo, los peces de las ofrendas del denominado
complejo A por López Luján (1993: 237-290) fueron inicialmente estudiados por Elena
presencia de 367 individuos (Guzmán 2007: 274). Sobre estos trabajos, se sumó en
años recientes el laborioso análisis de Ana Fabiola Guzmán Camacho quien concluyó la
31
a los vertebrados, destaca la ya citada obra titulada La fauna del Templo Mayor,
de Guzmán Camacho que versa sobre la ictiofauna del complejo A, en donde se incluye
el material de 11 depósitos (Guzmán Camacho 2007). Por su parte, López Luján (2006,
La Casa de las Águilas al norte del Templo Mayor, reportando restos de animales en las
mar, corales blandos y duros; aves como son águila real y espátula rosada, entre muchos
otros (Solís Marín et al. 2021; Olivier y López Luján 2017; Ontiveros Escalona 2015;
2000; Zúñiga Arellano 2013; Zúñiga Arellano et al. 2019). Finalmente, debemos
arqueológicas del Templo Mayor hace de su análisis una tarea casi imposible, este factor
hace que muchos de los materiales hayan sido mencionados parcialmente y algunos
otros no han sido asentados en la literatura hasta el día de hoy. Este es el caso de
32
Mayor que no han sido aún estudiados por los especialistas. Un ejemplo de esto lo
podemos ver en la Ofrenda K, la cual contenía restos de al menos dos águilas reales
(Aquila chrysaetos) y un puma juvenil completo, de los cuales solo fue referido el cráneo
distribución de las especies, y por otra, desde el estudio de los documentos históricos
artefactos localizados en las ofrendas pocas veces coinciden con los objetos descritos
en los documentos del siglo XVI, siendo el registro arqueológico mucho más diverso del
dictado en los códices y textos históricos. Asimismo, cabe aclarar que la amplia
de cada individuo.
Considero que aún restan muchos estudios en torno a estos ejemplares, donde
33
de los ejemplares, compendios morfométricos para entender aspectos biológicos de las
especies, solo por poner algunos ejemplos (von den Driesch 1976; Moreiras et al. 2021;
analizar y conformar una base de datos general que ayude a discernir las distintas
hipótesis en cuanto al uso, la presencia y origen de la fauna del Templo Mayor se refiere,
al tiempo que exploramos del por qué su presencia en los depósitos rituales.
1.5 Objetivos
Bajo esta óptica, en este trabajo se pretende conjuntar la información existente sobre
línea para reconocer las áreas potenciales o probables zonas de abastecimiento de estos
relaciones sociales de las distintas épocas y fases del Templo Mayor, esto nos permite
Templo Mayor, y el estudio de los documentos históricos de los siglos XVI y XVII. En este
sentido, planteamos tres objetivos particulares que buscaremos dar respuesta en los
siguientes capítulos:
34
• Reconocer los patrones de selección y determinar los usos de las distintas
un plano simbólico favorecido por aspectos políticos y ecológicos por los cuales
animales que fueron de mayor aprecio para ser colocados en las ofrendas, y
35
36
CAPÍTULO 2. LA FAUNA DESCUBIERTA EN LAS OFRENDAS DEL TEMPLO
MAYOR DE TENOCHTITLAN
Introducción
comprende un nutrido corpus de los objetos que conforman los depósitos rituales. En
la mayoría de los casos, su presencia está dictada por un riguroso valor simbólico. En
con la cosmovisión nahua (Aguirre Molina 2019; Argüelles Echevarría 2019, 2021;
Chávez Balderas et al. 2010; Gallardo Parrodi 2014; López Luján 1993: 101–103; López
Luján et al. 2012; López Luján y Polaco 1991; Velázquez Castro 2000).
mayor claridad el uso ritual de estos animales, varios ejemplares fueron dispuestos
2019; López Luján 1993: 111–115, 2020a: 22). Por ejemplo, los animales marinos,
como corales, conchas, caracoles, y peces eran una forma de representar los niveles
simbolizaban el plano terrenal. Finalmente, las aves como águilas, halcones y garzas
servían para representar niveles celestes (López Luján 1993: 240-290, 2006, 1: 226;
2020a: 22–23; López Luján et al. 2012: 16; Robles Cortés 2017; Solís Marín et al. 2021).
37
En años recientes, el cuidadoso registro en campo ha permitido visualizar
que hacen la suerte de elementos compuestos. Los restos de algunos lobos, jaguares,
sobre esto, hemos podido observar que restos incompletos, como cráneos de serpientes
tras los restos arqueofaunísticos. Así lo vemos, por ejemplo, en el caso de tres cuchillos
de pedernal localizados en la Ofrenda 137 que parecen portar los cráneos de serpientes,
los restos de una piel de mono araña (Ateles geoffroyi) que cubría un cuchillo con el fin
felinos que fueron colocadas con la piel para cubrir objetos, algunas veces identificados
como “asientos” (Aguirre Molina 2019, 2021; Chávez Balderas et al. 2010; López Luján
et al. 2010, 2012; Velázquez Castro 2000), aunque como en el caso de la Casa de las
Águilas, también pueden ser amuletos de los difuntos (López Luján 2006, 1: 249). Los
nuevos resultados han hecho que volvamos a observar los antiguos depósitos con otros
ojos, y podamos dilucidar una relación entre el tipo de entierro y el motivo que se
buscaba representar.
ritual mismo. Por ejemplo, los múltiples registros de codornices que aparecen en las
38
ofrendas, o bien, los cientos de punzones de hueso hechos sobre felinos, cánidos y
momento de hacer la inhumación (Aguirre 2002; 2004; López Luján 2006, 1: 248-249;
545).
de animales en las ofrendas. Respecto a los vertebrados y sobre los que nos referiremos
más de un centenar de ofrendas. Significativamente, los peces marinos son los más
Ocaña 1991; Blanco Padilla 1978; Carramiñana 1988; Chávez Balderas et al. 2019; Díaz
Pardo 1982; Díaz Pardo y Teniente Nivón 1991; García Cook y Arana 1978; Guzmán
Camacho 2007, 2018; Guzmán Camacho y Polaco 2000; López Luján 1993, 2006; López
Luján et al. 2012; López Luján y Polaco 1991; Valentín Maldonado y Zúñiga Arellano
2003, 2006).
Los restos de estos animales comprenden una amplia distribución al interior del
recinto sagrado, se registraron en varias ofrendas del Huei Teocalli, los templos
aledaños y bajo los pisos de plaza. Asimismo, los diversos depósitos donde se excavaron
4 En cuanto a los vertebrados, los peces son los más numerosos y con mayor diversidad de especies
(Guzmán Camacho y Polaco 2005: 4).
5 Es posible que la poca presencia de anfibios se deba al tamaño y la dificultad que implica su
conservación y excavación.
39
de Acamapichtli, Huitzilíhuitl, Chimalpopoca, Itzcóatl, Motecuhzoma I, Axayácatl, Tízoc,
dispersión. Para este efecto, seguimos una metodología estándar pensada a partir de
Este trabajo aborda una perspectiva arqueológica, biológica e histórica, para ello nos
por el Proyecto Templo Mayor, INAH), 3. Fuentes documentales de los siglos XVI y XVII6 y
40
2.1.1 Creación de base de datos para la fauna arqueológica
Para efecto de este análisis, el diseño de la base de datos fue planteado bajo los
postulados de Ofrendata (Badillo 1997),7 del Proyecto Faumap (Williams et al. 2018),8
y del programa ZooArchNet (LeFebvre et al. 2019).9 Estos proyectos estipulan que las
bases de datos deben ser claras, sistemáticas, accesible, fáciles de usar, no deben
caducar, que puedan ser actualizadas, que permitan la integración de recursos externos
como son fotografías y dibujos, lo que invariablemente nos lleva a pensar en programas
operativos.
Bajo esta óptica, se tomó como base el modelo relacional presentado por el
de las tablas y los campos se hicieron siguiendo la base de datos de restos orgánicos del
Proyecto Templo Mayor del INAH diseñada por Diego Jimenez Badillo (1997),
modificada por López Luján, y la propuesta de Ximena Chávez Balderas para el registro
de los restos óseos (Chávez Balderas 2019: 644). De tal suerte, como ya lo citamos, la
7 Ofrendata consiste en un sistema de base de datos unificada para el control de la colección arqueológica
derivada de las excavaciones del Proyecto Templo Mayor y resguardadas en el Museo del Templo Mayor.
La información se dividido en tres tablas generales, 1. Arqueología, 2. Conservación y 3. Curaduría
(Badillo 1997: 103-127).
8 Faumap es un repositorio en línea en donde se incluyen registros arqueológicos y paleontológicos de
invertebrados y vertebrados encontrados en diversos sitios de América del Norte. Esta base de datos es
administrada por el proyecto Neotoma Paleoecology DataBase. Este proyecto se nutre de las bases de
datos de varios centros de investigación en el mundo, principalmente en Estados Unidos de América, la
información se que se puede consultar en línea incluye datos de polen, plantas, minerales, y resultados
derivados de estudios tafonómicos e isotópicos (radiogénicos y estables) (Williams et al. 2018)
9 ZooArchNet corresponde a un proyecto multidisciplinario donde se busca integrar la información
biológica y arqueológica de los macro y micro restos faunísticos resguardados en el museo de Florida. El
objetivo primordial es entender las relaciones entre el ser humano y el ambiente. Este proyecto ha
desarrollado repositorios de acceso libre y puestos a la disposición de la comunidad científica (LeFebvre
et al. 2019: 2)
41
base de datos se realizó en tres directrices: 1) registro y análisis de materiales
libre), que fue gestionada con el visor Workbench 8.0. Este diseño a manera de tablas,
campos e índices, entre otras ventajas, permite sistematizar la información, agilizar las
10 Las bases de datos relacionales contemplan la creación de tablas separadas, con campos
independientes, a los que se les conoce como entidades o unidades discretas. Cada tabla y campo se
interconectan en una base de datos a través de llaves primarias o llaves foráneas, método por el cual se
relaciona entre sí la información. Esta clase de modelo, basado en un esquema lógico, evita la redundancia
de datos, y al mismo tiempo evita que la información escrita no dependa de la repetición de la
información, esto hace que este tipo de diseño sea mucho más flexible en el ordenamiento y creación de
nuevos campos (Badillo 1997: 76-77,).
42
Figura 2. Esquema entidad-relación de la base de datos para el registro de los
vertebrados del Templo Mayor.
43
se circunscribió la información básica de cada ejemplar (especie, tipo de entierro,
estado del ejemplar, etc.) y en el caso de los elementos que hemos podido analizar, se
contextuales).
La información biológica quedó consignada en una única tabla con los campos de: clase,
Con el objetivo de indagar sobre la presencia, usos y procedencia de la fauna, han sido
consultados 16 distintos documentos históricos, por supuesto, esta es una labor que
deberá continuar por la cantidad y extensión de los escritos. Para efectos de este
44
Figura 3. Tabla de base de datos clave-valor usada en la captura de la información de
las crónicas de los siglos XVI y XVII. En el recuadro rojo se resaltan los metadatos por
bloque de información que permitieron la construcción de la tabla general (cuadro
azul). Esta tabla tiene la característica de poder filtrar los resultados por palabra, clave,
o valor, esto facilitó la captura, pero permite hacer consultas rápidas.
Este modelo de base de datos deberá ser nutrida en los próximos años con nuevos datos
A la luz de los datos, los restos de animales descubiertos en el recinto sagrado destacan
por la diversidad de especies, así como por la cuantiosa cantidad de restos que fueron
45
dimensiones (Guzmán Camacho 2007; López Luján 1993: 100–105; López Luján et al.
géneros y 26 familias. En esta base aún no se ha incorporado la clase de los peces, al ser
uno de los grupos más ricos en cuanto a diversidad, además de que ha sido estudiado
Figura 4. Presencia de cuatro grupos biológicos en las ofrendas del Templo Mayor de
Tenochtitlan por clases biológicas.
otros más de fauna vinculada a las esferas domésticas. Solo en algunos casos, se
46
consigna la presencia de animales producto de intrusiones, es decir, animales que no
Asimismo, han aparecido restos de animales que no son endémicos del continente
americano, nos referimos a los borregos (Ovis aries) y ratones (Mus musculus) que
fueron introducidos tras la llegada de los españoles (Álvarez y Ocaña 1991: 108,
110,113, 119: López Luján 1993: 102, 2006, 1: 229; Chávez Balderas 2019: 482). La
Como lo comenta López Luján y colaboradores (2012: 15) las ofrendas del Templo
Mayor no se caracterizan por tener entre sus dones restos de animales considerados
domésticos. En este sentido, resulta notoria la casi nula presencia de estos organismos,
47
consignar apenas los restos de cuatro de estas aves (Meleagris gallopavo) y un perro
dedicada a Huitzilopochtli y uno más en el Templo Rojo Sur (Carramiñana 1988: 239;
Álvarez y Ocaña 1991: 135; Olmedo 2002: 336). Por su parte, el cánido se encontró en
biológicamente, pero que mantuvieron un estrecho vínculo con el ser humano en época
prehispánica, ya fuese por servir de sustento alimenticio, uso ritual o como remedio
medicinal, pero que son más fáciles de capturar, criar y reproducir, por ejemplo los
peces dulceacuícolas de las cercanías al lago, aves como los patos y las codornices y
mamíferos como son los conejos (Corona-Martínez 2002, 2013; Serra Puche y Valadez
Azúa 1986: 51–86; Valadez Azúa 1994: 303–305). En esta categoría es importante
48
Comencemos por indicar que el mayor número de individuos se concentran en
las ofrendas del complejo A. Estos depósitos se ubican en los ejes principales del Tempo
Mayor y por sus características, López Luján (1993: 261-290) consideró que fueron
estas aves en las ofrendas, 63 individuos proceden de las ofrendas 11, 13 (plataforma)
estas aves se encontraron dispersos en el edificio A (2), Edificio B (1), edificio F (1), y
49
Figura 5. Ubicación de las codornices en la Zona Arqueológica del Templo Mayor.
Dibujo de Michelle De Anda Rogel e Israel Elizalde Mendez, cortesía PTM.
mamífero solo se han reportado cuatro individuos; tres de estos proceden de contextos
alterados o removidos, cabe aclarar que estos ejemplares solo están representados por
escasos huesos (Álvarez y Ocaña 1991: 117, 119, 120). Uno más fue registrado en la
Ofrenda 126, aunque de este solo se recuperó un hueso (Chávez Balderas 2019: 484).
50
De tal forma, del compendio de individuos aquí recabado referente a los
animales nativos que generalmente se han asociado con usos domésticos, en este caso
corresponden a restos de codornices, lo que hace inobjetable el uso ritual de esta ave.
del Templo Mayor proceden de especies silvestres, ya sea de nichos locales, o bien, que
2.2.3.1 Anfibios
Los anfibios corresponden a uno de los grupos menos representados en los contextos
de ofrenda, si bien no descartamos que se deba al poco uso ritual de estos animales, es
más plausible sugerir que la falta de registros se trate, al diminuto tamaño de los restos
esculturas, en el caso del Templo Mayor, el hallazgo más visible es el llamado “altar de
las ranas” al frente del Templo Mayor (López Austin y López Luján 2009: 303;
51
representaciones de anfibios en otros materiales como son piezas de conchas y piedra,
De acuerdo con estas evidencias, es más plausible pensar que los restos óseos de
estos diminutos animales no hayan podido ser recuperados y otras veces identificados
por sus características físicas. Por ejemplo, en años recientes Erika Robles ha podido
comunicación personal, 2020), los cuales no habían sido registrados hasta hace unos
hecho imposible hacer una clasificación más allá del género. De tal suerte, solo sabemos
que fueron dispuestos sapos y ranas (Bufo sp., Ranidae sp.). Respecto a su distribución
plataforma y dos más al pie del Templo Mayor, en la Plaza Oeste (Figura 6).
11 En otro tipo de contextos, López Luján (2006, 1: 221) señala la presencia de al menos un anfibio al
interior de un brasero en las excavaciones de la Casa de las Águilas.
52
Figura 6. Distribución de los anfibios encontrados en las ofrendas del Templo Mayor.
Dibujo de Michelle De Anda Rogel e Israel Elizalde Mendez, cortesía PTM.
muerte, funerarios y acuáticos (Álvarez y Ocaña 1991: 128; Baquedano 2022; López
Austin y López Luján 2009: 303; López Luján 2006, 1: 221). No es de extrañar esta
relación, pues estos animales eran relacionados con el agua y eran el augurio de las
lluvias (Gómez Martínez 2013: 180). Aunque por desgracia, pocos datos pudimos
143, donde estos animales fueron colocados junto con estrellas de mar, conchas y
53
caracoles, en una suerte de nivel acuático, de acuerdo con nuestras pesquisas, estos
triángulo con la cabeza hacia el interior, es decir los tres individuos se orientaban en
2.2.3.2 Reptiles
Los reptiles corresponden al grupo más numeroso. Se han identificado 372 individuos,
21 cocodrilos (C. acutus, C. moreletti, C. sp.), dos boas (B. constrictor), 35 culebras
54
1991:128-133; Carramiñana 1988: 232, 239-240; López Luján 2006, 1: 221-222;
Robles Cortés 2017, 2019; Valentín-Maldonado y Zúñiga Arellano 2006: 509; Valentín
Maldonado 1999b).
fueron encontrados en los cuerpos y la plataforma del Templo Mayor, aunque en menor
del 60 % de estos animales se encuentran en estos tres depósitos que como referimos,
Templo Mayor, es notoria la concentración de estos ofidios hacia los ejes principales del
edificio, destacando su presencia en las ofrendas 7, 13,17 y 61. Otro importante lugar
55
Figura 8. Distribución de los reptiles en la Zona Arqueológica del Templo Mayor.
Dibujo de Michelle De Anda Rogel e Israel Elizalde Mendez, cortesía PTM.
Gracias a los esfuerzos de Álvarez y Ocaña (1991: 128-133), Norma Valentín (1999) y
Robles Cortés (2017, 2019), es que tenemos un mayor conocimiento sobre el rol que
jugaron estos animales en las ofrendas. Aunque debemos señalar que faltan más
estudios para conocer el significado de estos animales en las ofrendas del Templo
Mayor.
2.2.3.3 Aves
Las aves corresponden al segundo grupo más numeroso, hasta el momento se han
56
tucán (Ramphastos sulfuratus), diez espátulas rosadas (Platalea ajaja), 16 colibríes
virginianus, Otus sp.), 32 Falconidae (F. peregrinus, F. sparverius, falco sp.) y uno de la
familia Tytonidae (Tyto alba). Finalmente, cabe añadir que 13 aves no han sido
Balderas 2019: 555-564; Elizalde Mendez et al. 2019; Guzmán Camacho 2014; López
Luján 1993: 323-428, 2006: 222-223, 249, 2015b; López Luján et al. 2010, 2012; Olivier
y López Luján 2017; Quezada Ramírez et al. 2010: 21; Valentín Maldonado 2002: 335-
336).
norte, tal es el caso del Edificio A, B y la Casa de las Águilas. Otra constante es la
Oeste, mientras que aves como las garzas se encuentran exclusivamente en la porción
dedicada a Tláloc. Otra característica identificada por Oliver y López Luján (2017), es la
advierten el vínculo de esta ave con los soberanos y los guerreros, a lo que señalan, es
57
Figura 9. Distribución de las aves en la Zona Arqueológica del Templo Mayor. Dibujo
de Michelle De Anda Rogel e Israel Elizalde Mendez, cortesía PTM.
2.2.3.4 Mamíferos
familia más numerosa corresponde a los felinos que está representado por cuatro
especies; siete jaguares (Panthera onca), 30 pumas (Puma concolor), 21 linces (Lynx
rufus) y un ocelote (Leopardus pardalis) además de nueve individuos que no han podido
ser identificados. Los cánidos están representados por 37 lobos (Canis lupus) (Álvarez
y Ocaña 1991: 136–141; Chávez Balderas 2019: 486–554; Chávez Balderas et al. 2022;
López Luján 2006: 222; López Luján y Polaco 1991: 156). Respecto a otras especies,
58
además de dos individuos que no pudieron ser identificados (Chávez Balderas et al.
Sobre su distribución, son pocos los patrones perceptibles, pero resalta el caso
del puma y el lobo. Sobre los pumas, se puede apreciar una disposición en el eje central
del edificio a Tláloc (ofrendas 23, 24,107 y Cámara 2), patrones reproducidos en el caso
de los cánidos, pero al frente del templo de Huitzilopochtli (ofrendas 1, 172, 174). De
acuerdo con López Luján y colaboradores (2022), esta distribución podría relacionarse
la época de lluvias. Esta dualidad nos hace recordar los ejemplares descubiertos en la
ambos juveniles. El estudio de López Luján y Óscar Polaco (1991: 156) determinó que
misma orientación, aunque en este caso los animales están orientados al este y el cánido
advierte una amplia dispersión de cánidos y felinos al frente del Templo Mayor, en
específico en el eje central de Huitzilopochtli, y el eje central del edificio. En este punto
vale señalar que el mayor número de animales proviene de la Ofrenda 126, excavada
por Ángel González y José María García Guerrero y estudiada por Ximena Chávez
59
Figura 10. Ubicación de los mamíferos en la Zona Arqueológica del Templo Mayor.
Dibujo de Michelle De Anda Rogel e Israel Elizalde Mendez, cortesía PTM.
2.3 La fauna a través del tiempo. Las etapas constructivas del Templo Mayor y la
Por desgracia, solo se tiene información parcial de cada uno de estos momentos, lo que
limita el que podamos comparar de manera directa entre etapas constructivas. Por una
parte, las primeras etapas quedaron enterradas a gran profundidad y bajo el nivel
freático. Además, gran parte del edificio se encuentra destruido a causa de la conquista
12El Templo Mayor cuenta con siete etapas constructivas completas y seis parciales (López Austin y
López Luján 2009: 208).
60
conformación de la actual Ciudad de México, este hecho genera que a la fecha se hayan
excavado diferentes secciones del templo en cada una de sus etapas. lo que dificulta el
cotejo entre los depósitos más antiguos con los de los últimos periodos (López Austin y
Este factor genera que, de manera natural, existan apenas once depósitos en la
Etapa II y once en la Etapa III. La Etapa V fue severamente afectada, y gran parte está
anegada bajo las construcciones modernas, por lo que solo se han recuperado nueve
13).
IVb) y VI. De la cuarta etapa se conserva toda la plataforma del Huei Teocalli, mientras
que las fructíferas excavaciones en la Plaza Oeste han permitido conocer más sobre la
d.C. (Matos Moctezuma 1981: 50) (Figura 11, Figura 12). Para efectos de este ejercicio,
61
Figura 11. Número de ofrendas por etapa constructiva descubiertas hasta el momento.
62
En lo tocante a los depósitos con presencia de fauna, cabe indicar que las 98
ofrendas que presentan restos de vertebrados se distribuyen en seis de las siete etapas
Figura 12).
región. Por lo anterior, consideramos interesante describir los restos de acuerdo con su
63
Figura 13. Presencia de fauna por etapa constructiva. Dibujo de Michelle De Anda
Rogel e Israel Elizalde Mendez, cortesía PTM.
Estas dos primeras construcciones se relacionan con el ascenso al trono de los primeros
observa la presencia de halcones (Falco sp.). Mientras que de los mamíferos únicamente
64
se advierte la presencia de un conejo (Sylvilagus floridanus) (Álvarez 1982; Álvarez y
especies, se han excavado animales de la costa, los manglares y las selvas tropicales: tal
Crotalus sp.),
striatus). Finalmente, de los mamíferos destacan el puma (Puma concolor), el lince (Lynx
rufus), el lobo (Canis lupus), y se cuenta con el registro de un jaguar completo (Panthera
Blanco 1978; Robles 2019; Chávez y Elizalde 2017; López Luján 1993, 2006, 1: 222)
(Figura 15).
Como veremos más adelante, esta etapa se relaciona con los reinados de
primer gran expansión fuera del centro de México. Durante este periodo se
65
conquistaron provincias en la Costa del Golfo, y se consolidan las conquistas durante el
centros comerciales como Tlatelolco (Berdan y Anawatl 1997). Tal parece, que esto se
éstas. Por ejemplo, los reptiles tienen su origen en las costas del Golfo y del océano
espátula rosada.
66
representado por los huesos de un ala (López Luján 2006, 1: 222). Además, se hallaron
Ocaña 1991; López Luján 2006, 1: 223) (Figura 16). Cabe indicar que la ausencia de
destacar es que pesé a los pocos depósitos explorados, la fauna explorada responde a
superdepredadores.
a las de las otras etapas antes citadas. Sin embargo, se ha tenido la suerte de excavar un
mayor número de ejemplares de ocelotes, linces, jaguares, pumas, lobos, águilas reales,
halcones, gavilanes, espátulas rosadas y por primera vez se registran aves nocturnas
como son lechuza de campanario (Tyto alba) y búho cornudo (Bubo virginianus) (Figura
17).
67
Figura 17. Fauna depositada en las ofrendas entre 1486-1502 d.C.
edades, ejemplo de esto son los cánidos de 2 y 8 meses, 2 años y adultos seniles de 15
años aproximadamente (López Luján y Polaco 1991; López Luján et al. 2012; Elizalde
2017; Chávez et al. 2019). Además, se observan ejemplares completos, restos de pieles,
real, lo que puede ser explicado por el dominio y expansión mexica a las provincias del
68
2.3.5 Etapa VII (1502-1520 d.C.)
Sobre esta etapa contamos con pocos datos arqueológicos, pues fue devastada producto
a especies similares a las antes descritas, es decir, se reportan restos de reptiles como
serpientes y tortugas, mamíferos como pumas, jaguares y un lobo, respecto a las aves,
de águila arpía (Harpia harpyja), el único registro de esta especie hasta el momento en
Si bien, estamos conscientes que no podemos hacer una correlación directa entre las
etapas constructivas, así como las áreas donde han sido encontradas, es interesante
conservar patrones entre la fauna descubierta. Por una parte, la presencia de las
codornices además de distribuirse en varios sectores del templo, los edificios aledaños,
las plazas y los patios, se presentan en casi todas las etapas. Asimismo, notamos
69
Por supuesto, debemos señalar que no en todos los casos se encontraron completos,
por el contrario, muchos de estos animales pasaron por tratamientos póstumos, que la
mayoría de las veces ocasionaron que les fueran retiradas partes corporales. A
En cuanto a las múltiples formas en que los animales fueron colocados, se pueden
destacar los animales completos, las preparaciones de las pieles, sectores anatómicos
articulados, huesos manufacturados y huesos aislados. Por supuesto, cada una de estas
anatómicas. De tal suerte, categorizamos seis formas generales y cuatro subgrupos por
las cuales pasaron los ejemplares antes de ser colocados en las ofrendas (Tabla 1). Esta
70
Ejemplares semicompletos Pieles En este caso se consideraron
todos aquellos restos
resultado de modificaciones
culturales, en la mayoría de
los casos, con la finalidad de
preservar la piel de los
individuos. Tiene huellas de
descarne y desarticulación
en puntos anatómicos
específicos, además de
mantener una cierta
relación anatómica entre
elementos.
Con marcas antrópicas Son considerados todos
aquellos animales que no
aparecen completos,
presentan marcas de
actividad humana, pero que
no se puede asociar a ningún
tratamiento particular como
el de las pieles.
Incompletos Son agrupados aquellos
ejemplares que proceden en
su mayoría de entierros
secundarios, no guardan
relación anatómica, pero se
localiza más de un segmento
del mismo individuo.
Segmentos anatómicos Corresponde a restos de un
articulados mismo sector anatómico, ya
sea que fue localizado
articulado o se considera
que pudo colocarse aún con
tejidos blandos.
Huesos aislados Piezas óseas aisladas.
Indeterminados No se puede advertir el tipo
de depósito.
Tabla 1. Clasificación de los tipos de tratamientos con base en la presencia de sus
restos.
En el caso de la fauna del Templo Mayor, fueron registrados los ejemplares completos,
71
excavaciones, podemos asegurar que varios de estos individuos figuraban como
elementos centrales en las ofrendas, tal es el caso de águilas, halcones, pumas, jaguares
Figura 19. El lobo de la Ofrenda 174 fue descubierto en 2017, portaba ajorcas de
cascabel, un faldellín de caracoles, orejeras de madera, un pectoral de oro y portaba
un tztzopaztli. Fotografía Mirsa Islas, cortesía PTM.
72
epidermis se retiraban los órganos de la cavidad abdominal, los tejidos blandos y en
ocasiones, se extraían ciertos huesos como son costillas, vértebras e inclusos partes de
las extremidades (López Luján 2006, 1: 222; Olivier y López Luján 2017; Ontiveros
Escalona 2015; Quezada Ramírez et al. 2010; Robles Cortés 2017; Valentín Maldonado
Figura 20. Restos de una piel de águila real encontrada en la Ofrenda 141. Fotografía
Mirsa Islas, cortesía PTM.
Por otra parte, se registraron huesos articulados, podemos suponer que estos fueron
colocados aún con tejidos blandos y piel, esto se puede deducir al observar la posición
73
reportaron las alas de un gavilán (Accipiter striatus) asociado a un niño de entre 6-8
años, se presume que los restos de esta ave vestían al individuo con el fin de representar
el ixiptla de Huitzilopochtli.
colocado un cuchillo de pedernal con aditamentos que invitan a pensar que fueron
elementos, hasta hace poco tiempo habían sido poco atendidas. Sin embargo, gracias a
74
Dada la naturaleza de estos contextos, es factible pensar que los materiales pasaron por
un proceso diferente, ya sea que fueron usados en otros eventos, o bien que procedan,
quizás, de otras ofrendas. Esta última hipótesis abre otro camino de investigación, y es
que, si este fuera el caso, deberían ser revisadas las colecciones para determinar si en
efecto, pueden pertenecer a otro individuo que ha sido registrado en otro depósito. Lo
que hace aún más compleja la difícil tarea de obtener un número mínimo de individuos.
rituales, pero que nos proveen de información referente al ambiente y manejo de fauna
los restos de estos ejemplares, pues nos acerca a entender el manejo de fauna y las
75
Figura 22. Tipos deposición de la fauna del Templo Mayor.
Cabe indicar que la clasificación aquí presentada debe usarse con cautela, pues como lo
incompletos, aun cuando los restos del ejemplar fueron encontrados completos. Por lo
que, hasta no realizar estudios más precisos, los datos que exponemos son solo
76
fauna es que muchos de los ejemplares excavados pueden proceder de un mismo
estar relacionado solo con un sector del Templo, pues es claro que el ofrendar ciertas
(IVI), la abundancia relativa (AR) y la frecuencia relativa (FR) de las especies reportadas
por el PTM. Estos análisis permiten evaluar la cantidad de individuos en relación con la
concentración de especies por ofrenda en una misma etapa constructiva. Para tal efecto,
seguimos la metodología propuesta por Ana Fabiola Guzmán (2007, 2019), quien ha
podido observar similitudes y diferencias entre las ofrendas del Complejo A y las
individuos que solo fueron dispuestos en una ofrenda, y poner en perspectiva aquellas
excavada durante las primeras temporadas del PTM, podemos considerar que las
tortugas son los animales con un mayor índice de importancia. Sin embargo, un dato
que debemos considerar es el uso frecuente de estos animales en un mismo evento, por
Caso contrario sucede con animales como el puma, el gavilán, o el águila real,
especies de las que sabemos se dispusieron una menor cantidad de individuos, pero
77
que se distribuyen en un mayor número de ofrendas. Esto indicaría que, durante varios
presentan una amplia abundancia relativa (por lo general del género Crotalus), pero se
advierte el uso constante de águilas reales como un elemento insignia de esta etapa. En
efecto, se reporta en varios depósitos y zonas del recinto sagrado. Es factible, que como
lo expresa López Luján (2019) el simbolismo del ave se viera beneficiado para este
Otros dos ejemplos se observan para el caso de los restos de espátula rosada
(Platalea ajaja) y de lobo gris (Canis lupus) encontradas al frente del Templo Mayor.
Sobre la primera especie podemos destacar que se encuentra en proporción de una por
78
ofrenda. Es decir, aunque en menor número, pero fue una especie recurrentemente
(Chávez Balderas 2019), pero es significativo que existan restos de estos individuos en
otras cinco ofrendas, y que además sean ejemplares de diversas edades y correspondan
Una hipótesis es que durante este periodo se tenía el flujo constante de cierto tipo de
animales que los hacían accesibles en todo momento para ser depositados en las
ofrendas, caso contrario de aquellos ejemplares que, aunque pueden ser varios
2.6 ¿Local o foráneo? La biología como método de aproximación al origen de las especies
Como bien lo expresó Óscar J. Polaco (1991), la identificación taxonómica de los restos
79
que permite aproximarse a los ecosistemas de los que proviene el ejemplar. Apoyados
Esta zona está limitada por las restricciones fisiológicas, interacción con otros grupos
et al. 2015: 5). De tal forma, mediante los avistamientos y modelos matemáticos, se
et al. 2015; Corona-Martínez y Cruz Silva 2020; Phillips et al. 2017). Bajo esta idea, los
De esta manera sabemos que, en buena medida, los animales localizados en las
tenían los mexicas sobre las costas del Golfo de México, el océano Pacífico y el Caribe
(Díaz Pardo y Teniente Nivón 1991: 104; Guzmán Camacho 2018; Guzmán Camacho y
Polaco 2000, 2005; Polaco y Guzmán Camacho 1997). De acuerdo con Ana Fabiola
80
Guzmán (2007: 282-287) los animales que se han identificado proceden de litorales,
Etapa IV (1469-1481 d.C.). En contraste, para las Etapas VI y VII (1486-1519 d.C.) se
observa el uso de ejemplares endémicos del océano Pacífico (Guzmán 2019). Lo que
parece tener su justificación en la expansión e influencia del imperio mexica sobre los
actuales estados de Guerrero, Oaxaca y Chiapas para este periodo (Figura 25).14
13 Las potenciales áreas de abastecimiento corresponden en el caso del Océano Atlántico y Caribe, al
Sistema Arrecifal Veracruzano Norte, El sistema Arrecifal veracruzano y el sistema Arrecifal de
Campeche y Yucatán. En el caso del Océano pacifico las zonas arrecifales más cercanas al centro de México
corresponden a la Bahía de Puerto Escondido, aunque existen otras potenciales áreas de abastecimiento
como resultan Zihuatanejo, Acapulco Huatulco y Puerto Ángel (Guzmán 2007: 284).
14 El hallazgo de otras clases biológicas refuerza esta hipótesis. En las ofrendas correspondientes al
81
Figura 25. Mapa de las potenciales áreas de abastecimiento de peces marinos (tomado
de Guzmán 2007: 286).
No obstante, no en todos los casos es tan sencillo asegurar que los ejemplares
biológicos descritos en este capítulo, es notoria una amplia distribución tierra adentro,
en zonas áridas, montañosas, lagunas y lagos continentales, etc. lo que hace más difícil
82
residencias temporales, lo que complica aún más el tener certeza de las áreas de
procedencia. De esta manera, el primer paso fue clasificar las especies identificadas en
tres grupos: 1) animales que residen tanto dentro de la cuenca como en otra región
En el caso de los reptiles documentados en las ofrendas, debemos señalar que varios de
83
No obstante, también se advierte la presencia de reptiles que proceden de áreas
distantes. En general, localizados dentro de los depósitos de las Etapas IV, IVa y IVb
leucostomus) y gravada (Trachemys scripta) (Álvarez y Ocaña 1991: 146) (Figura 27).
acuerdo con Robles Cortés (2017: 273-274) los cocodrilos de río encontrados en las
tanto que los cocodrilos de pantano quizás arribaron de los estados de Veracruz,
Campeche o Tabasco.
En el caso de las aves, estudiar su origen resulta una tarea más que compleja, pues
existen especies con altas áreas de distribución y son animales con una mayor
84
capacidad de dispersión. Las especies de aves depositadas en las ofrendas habitan en
casi todos los ecosistemas de México; zonas áridas, semiáridas, montañosas, bosques
costeras y manglares.
colibrí garganta (Lampornis amethystinus) (Olivier y López Luján 2017: 163; Gallardo
2000: 150).
real se localiza en los estados de Baja California, Sonora, Chihuahua, Durango, Nayarit,
Sinaloa, Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas, San Luis Potosí, Zacatecas, Aguascalientes,
Costas del Golfo y en áreas protegidas como Tehuacán en Puebla (D’Addario et al.
históricos permiten inferir que estas aves llegaban de provincias localizadas al norte
del Centro de México (Codex Mendoza 1992 55r; Matrícula de Tributos 1997) (Figura
28).
85
Si bien es cierto que en los ecosistemas neotropicales se presenta la mayor
Guerrero, Oaxaca, Chiapas, Campeche, Tabasco, Yucatán y Quintana Roo, además de las
regiones de América Central, es claro que si solo nos guiamos por la identificación
americano, mientras que animales como el lince (Lynx rufus) o el lobo cubren una gran
extensión, desde el norte, abarcando toda la franja central de México. El lobo, aunque
hoy extinto de estas áreas, se infiere que se extendía en áreas de los estados de México,
86
Respecto a la fauna exótica, son pocos los animales que son exclusivos de áreas
foráneas, solo algunos restos de pelo de mono araña (Ateles geoffroyi), una pata de
Ocaña 1991; Blanco Padilla 1978; Chávez Balderas 2019: 555-565; López Luján 1993,
El jaguar resulta un caso particular, pues de los animales exóticos que se han
señalar que la distribución histórica de este félido abarca las regiones tropicales y
subtropicales, corredores biológicos distribuidos por la parte externa de los ejes neo
(Briones-Salas et al. 2012; Ceballos González y Giselle Oliva 2006). Este factor invita a
que la mayoría de los ejemplares, bien pudieron ser capturados en áreas cercanas a la
Sin embargo, esta clase de análisis no estaría completo si no abordáramos cada unidad
significado de los restos en cada una de las ofrendas. Algunas de las aproximaciones a
este tipo de datos fueron bien concebidas por Ana Fabiola (2007, 2018), Leonardo
87
López Luján (1993, 2006, 1), Amaranta Argüelles (2021) y Alejandra Aguirre (2019,
2021).
recientes al frente del Templo Mayor. En cuanto al entendimiento de los contextos, uno
dibujos digitales en AutoCAD propuesto por Tenoch Medina y José María García
Templo Mayor.
ciónRegistro
LimpiezaLevantamien Gráfico
tr Fotografía Dibujo
to o Dibujo
Bases de datos
Levantamienton
Etiquetas
Registro
Figura 29. Proceso de registro en excavación y registro.
tro
88
Digitalización
ciónRegistro
2.7.1 Excavación y levantamiento de materiales
aparición, los tipos de conexión en relación con otros restos del mismo individuo. Esto
nos acercará a una mejor interpretación de la función de cada espécimen, pues como se
origen en el azar, por el contrario, fueron dispuestos en relación con otros elementos,
(1981) y basados en Lee Lyman (1987, 1994, 2002, 2010), Chávez Balderas y
colaboradores (2011) y Melina Silva y John Verano (2014), quienes proponen analizar
los procesos acontecidos y los agentes que afectan principalmente a los materiales
orgánicos después de su muerte. Para tal efecto, se deben analizar ciertos factores que
registro:
89
1. Tipo de receptáculo. En el Templo Mayor y los edificios aledaños se han
y 3) en contacto con el relleno constructivo de las edificaciones (López Luján 1993: 95-
análisis espacial de los objetos. Por una parte, influye en la preservación o deterioro de
los materiales. Por otra parte, el tipo de depósito determina el grado de movimiento
de campo, existen tres espacios 1) vacío (sin sedimento), 2) rellenado (al momento de
medio de filtraciones poco a poco se cubren los materiales). En un espacio vacío, los
materiales orgánicos tienden a colapsar abruptamente, situación que rara vez sucede
90
a
)
Figura 30. La conservación de las relaciones contextuales en gran medida está en
función del tipo de receptáculo; a) Espacio vacío. En la Ofrenda 125 los huesos de dos
águilas se entremezclaron debido a la descomposición de los diferentes materiales
orgánicos, y b) Espacio rellenado. La espátula rosada (Platalea ajaja) encontrada en la
Ofrenda 128 se mantuvo en posición anatómica en contacto directo con el relleno
constructivo.
material orgánico tienden a alterarse en mayor medida. Puesto que una vez que se
91
3. Factores intrínsecos y extrínsecos. Una vez enterrados los materiales, estos
considerar elementos como: 1) El material con el que están cubiertos los objetos, 2) el
receptáculo.17
elementos, ya sea por la gran cantidad de materiales que se encuentran o por la misma
arcilla que cubre los objetos. Este factor en cierta medida puede ser subsanado
mediante programas de computación. Es en este punto donde nos valemos del dibujo
digital, pues va más allá del dibujo tradicional, en el que se obtienen las coordenadas y
se retratan los objetos. La intención final es que estos recursos gráficos nos ayuden a
relaciones entre objetos. Una de las ventajas con las que se cuenta en este programa, es
la división por capas y elementos. Cada uno de los materiales puede quedar subdividido
16 Este puede ser natural; como es el caso de roedores, o cultural; como son las perturbaciones por
construcciones actuales.
17 Las lajas del fondo de la Ofrenda 138 muestran desplazamiento a consecuencia de encontrarse sobre
92
facilita la visualización de los objetos en unidades discretas tan finas como sea
necesario, de tal forma, podemos aislarlos o bien, observarlos en conjunto (Figura 31).
En este apartado veremos algunos de los fundamentos para la aplicación, así como
algunos ejemplos de los resultados a los que se han llegado a partir del análisis
contextual, esperando que el futuro sea más alentador. En general las relaciones entre
los objetos son de dos tipos: directas e indirectas. En el primer caso, consideramos
aquellos elementos que forman una unidad discreta de análisis. Mientras que las
relaciones indirectas son aquellas que se encuentran contiguas o cercanas entre sí, pero
que no corresponden a una misma unidad de análisis, es decir, los materiales tienen
93
una distancia o profundidad similar o igual, pero dentro del plano simbólico o
análisis espacial debe manejarse con especial cuidado, pues podemos caer en el error
de asociar material que, si bien están juntos, esta distribución se haya originado por
hemos indicado.
Para el estudio espacial de los elementos dentro de las ofrendas, el primer paso
los objetos en las ofrendas. Pues tal y como lo menciona Jiménez Badillo (1991: 27)
Muchos de los animales encontrados en las ofrendas del Templo Mayor corresponden
a entierros primarios, es decir, aún articulados y con tejidos conectivos, que tras
94
Por poner un ejemplo, La Ofrenda 125 contenía más de 3,500 objetos excavados
en seis niveles (Figura 32), en el fondo del depósito se colocó una loba mexicana (Canis
lupus baileyi) y que fue cubierta por miles de materiales marinos, conchas, caracoles
acuerdo con el análisis espacial se pudo determinar, que efectivamente este cánido fue
un sartal de caracoles Oliva y las patas posteriores lucían ajorcas de cascabel de oro
(Figura 33).
Figura 32. La Ofrenda 125 se componía de más de 3500 objetos (dibujo de Israel
Elizalde).
95
Figura 33. El lobo de la Ofrenda 125 fue encontrado en conexión estricta y suelta y
ataviado con varios objetos hechos de oro, piedra verde, madera y turquesa (dibujo de
Israel Elizalde).
Finalmente, si bien apenas hemos comenzado con esta nueva forma de percibir los
contextos, consideramos que los resultados han sido gratificantes (Chávez Balderas et
al. 2011; De Anda Rogel et al. 2017; Zúñiga et al. 2021, López Luján et al. 2022). Esta
clase de análisis será fundamental para construir mejores discursos y reconocer el uso
no solo patrones de distribución básicos, como la orientación de los objetos, los ejes
objetos que pueden ser elementos de un mismo tipo como son los ejemplares completos
96
CAPÍTULO 3. LAS FUENTES DOCUMENTALES COMO MECANISMO PARA
DEPÓSITOS RITUALES
Introducción
eran transportados de todos los rincones del imperio e incluso fuera de él. De acuerdo
con nuestras pesquisas, se pudo notar un corpus amplio tanto de individuos como de
especies. Algunas de las razones de esta diversificación podrían ser efecto de la propia
expansión del imperio, lo que trajo consigo la apropiación de nuevos territorios con
géneros a lo largo del tiempo, es decir, se han registrado individuos de un mismo taxón
en diferentes etapas constructivas del Templo Mayor y los edificios aledaños, este factor
implica el acceso a esta clase de recursos, así como el simbolismo de cada uno de estos
bienes.
sea otra razón de la diversificación que encontramos en las ofrendas. Para entender
históricos, con el fin de entender la vida en torno a estas especies, reparando sobre las
97
regiones potenciales de procedencia y se indagará sobre las rutas y actores que
Para tal efecto, debemos considerar que no todos los animales encontrados en
hace que consideremos varias formas por las cuales los animales podían arribar a la
ornamentos terminados.
ejercicio para analizar las posibilidades y las limitaciones de los documentos históricos.
Tras la independencia mexica del yugo de Azcapotzalco hacia el año 1428 d.C.,
sistema económico, social y político impuesto por Azcapotzalco, y que fue replicado a
lo largo de los siguientes 91 años (1428-1519 d.C.). Los mexicas establecieron las
(Barlow 1948; Carrasco Pizana 2011). Esta estructura política generó una rápida
expansión del imperio no únicamente dentro del Centro de México, sino en pocos años,
teniendo influencia sobre provincias de las costas del Golfo y el océano Pacífico. Lo que
tropicales y marinos.
98
En este sentido, los mexicas desarrollaron una estructura altamente efectiva, por
generar alianzas interregionales (Berdan 2016b: 446; Castañeda de la Paz 2015: 65–
Bueno Bravo 2012; Carrasco Pizana 1978, 2011; Codex Mendoza 1992; Gibson 1971;
cubriendo una extensión de los actuales estados de Morelos, Hidalgo, Puebla, Veracruz
y Oaxaca (Barlow 1992: 71–74; Berdan y Anawalt 1997: 16–17). Tras el ascenso de
Toluca (Barlow 1992: 75–80; Berdan y Anawalt 1997: 18–19; Tomaszewski y Smith
área que hoy ocupa Morelos y nuevas conquistas en el actual estado de Guerrero
99
mandato, se dio fin a las rebeliones huastecas y se consumó la conquista de Tlapa
lograron significativos acuerdos con otros pueblos de la costa del Pacífico con el
propósito de garantizar la seguridad en la frontera del imperio, cabe indicar que esta
estrategia fue aplicada a otras regiones marginales del imperio, donde por medio de
hostiles (Berdan 2007: 123; Smith 1996). Estas estrategias allanaron el camino para las
Berdan y Anawalt (1997: 25), se caracterizó por ser el momento de consolidación del
Oxitipan al norte (Barlow 2015: 210–211; Berdan y Anawalt 1997: 16–25), es claro que
durante este periodo se alcanzó una estabilidad en cuanto a las relaciones comerciales
100
Figura 34. Mapa de expansión del imperio mexica por gobernante de acuerdo con la
información provista por Berdan y colaboradores (1996).
estratégicos que se consideran parte del imperio, pero que no fueron sometidos
neutrales (Figura 34) (Smith 1996). De esta manera, el imperio gozaba de una fuerte
que producía un flujo constante de mercancías al interior y fuera del imperio (Berdan
1978, 2019; Hassig 1990; Hirth 2016: 59–86; Smith 1990). De acuerdo con Frances
101
vías menos frecuentes corresponden a los botines de guerra y los regalos. Es bajo estos
materias primas, o bien, trajes y divisas decorados con elementos como plumas y pieles.
especializada en donde participaban los nobles, los recaudadores del tributo, los
mexica entre los siglos XV y XVI. Las fructíferas redes económicas obligaron a la
México, sin duda corresponde al tributo de las provincias sometidas. Mediante este
102
método dinámico, los mexicas recibían periódicamente objetos o materias primas
foráneas. También, por esta vía se podía obtener la mano de obra para la construcción
de edificios o templos, el trabajo comunal o agrícola. Por si fuera poco, los pueblos
sometidos podían ser obligados a marchar a la guerra (Berdan 1976: 187, 1978: 78–80,
tributos (1997), el Códice Mendoza (1992), Las relaciones geográficas del Siglo XVI
(Acuña 1985, 1986), y las crónicas de Diego Durán (2006) o Alvarado Tezozómoc
(2008) es como varios investigadores han podido reconocer el tipo de mercancías, las
diversas formas como se enviaban los objetos, las provincias que estaban obligadas a
pagar estos tributos así como los periodos de pago (Barlow 1992; Berdan 2013, 2016a,
2019; Berdan y Anawalt 1997; Gutiérrez 2013; Hassig 1990, 2013; Kobayashi 1993;
diversos bienes dentro y fuera de la ciudad, situación que los posicionó como un puente
entre Tenochtitlan con el resto de los señoríos. Asimismo, Los mercantes establecieron
capital del imperio, también llevaban, compraban y vendían sus mercancías en las
diferentes provincias y pueblos (Berdan 1978: 80; Calnek 1978; Hirth 2016: 90–101).
Al igual que sucedió con el tributo, la expansión del imperio mexica promovió el
103
comerciales, y monopolio de los objetos al interior, trayendo como consecuencia,
menos riesgos en el traslado de las mercancías, como pudieron ser asaltos a las
caravanas, y el control sobre los recursos ofertados (Bueno Bravo 2012: 139, 144, 151).
o pochtécah limitaban sus productos a bienes de lujo o exóticos, tal sería el caso de
financiar expediciones a largas distancias cubriendo los costos del transporte (Berdan
de bienes, eran puntos locales o regionales, donde cualquier persona podía comprar o
tanto al interior de la capital como en las provincias fronterizas. Algunos mercados eran
controlados por el propio imperio, como sucedió con Tlatelolco tras la conquista de
Oaxaca respectivamente (Berdan 1978: 83–86; Blanton 1996; Hassig 1990; Hirth 2016:
60–62). En estos puntos, los animales eran un bien que se comercializaba ya fuera como
fueran bienes terminados y hechos con materias primas de alto valor, como fueron oro,
104
ámbar, cobre, turquesa, o restos de animales como plumas, pieles e incluso ejemplares
a las arcas del imperio, ser trasladados al palacio o bien, transitar por vías controladas,
tal y como lo deduce Berdan (2019) para el caso de las plumas. Estas hipótesis se
animales alóctonos para esta época solo se encuentran en sitios donde se distribuyen
naturalmente, como sucede con el jaguar o el águila harpía. Es factible, que como lo
Por fortuna, varios de los documentos que narran y dan cuenta de los bienes y
materiales que eran transportados al centro de México aún persisten. En varios de estos
legajos se da cuenta de los recursos faunísticos que eran transportados, su origen, y las
medida, la interminable cadena de personas que eran fundamentales para que los
animales llegaran a la Cuenca de México. Bajo esta idea, analicemos las tres vías más
mercado, además de dos formas poco documentadas; los regalos y los botines de
guerra.
105
3.2.1 El tributo de animales y restos faunísticos
sugerido fue elaborado a principios del siglo XVI, y la segunda sección del Códice
Mendoza (1992), obra realizada alrededor del año 1554, a partir de la propia Matrícula
enlistaron las provincias indicadas con sus respectivos topónimos, se describieron con
sumo cuidado el tipo de producto, y se refiere la cantidad que era enviada con
ideogramas. De tal suerte, sabemos que para 1519 se tributaban animales vivos, cientos
provincias subyugadas.
Dada la importancia de los documentos, han sido varios los investigadores que
han analizado y descrito a detalle los productos tributados (Barlow 1992; Berdan 1978,
2007, 2013; Berdan y Anawalt 1997; Carrasco Pizana 1978; Castillo Farreras 1997;
Codex Mendoza 1992; Gutiérrez 2013, 2016; Hassig 1990, 2013; Hirth 2016; Mohar
Betancourt 1987, 2013; Smith 1996). Sin embargo, por desgracia solo nos brindan el
contexto al final del imperio, momento en que ya había alcanzado su máxima extensión.
interrogantes, pues la mayoría de los restos faunísticos del Templo Mayor proceden de
ocasionado que, de manera natural, nos remitamos a estos códices para explicar la
procedencia de los animales encontrados en las ofrendas, muchas veces sin reparar en
la brecha temporal existente. Asimismo, como lo expresa López Luján (2019c) los
106
elementos que se ilustran en estos documentos son relativamente pobres a los
observados en los contextos del Templo Mayor, siendo estos últimos mucho más ricos
y diversos.
De tal forma, debemos reparar en información dada por otras fuentes escritas,
que, aunque son menos exactas, permiten visualizar un panorama global por el cual se
las Relaciones Geográficas del siglo XVI (1985) Hernán Cortés (1975) y Bernal Díaz del
Castillo (2008). Si bien, no perdemos de vista que todos estos documentos fueron
escritos entre la primera parte del siglo XVI y el siglo XVII, consideramos que consignan
valiosa información para este estudio (Barlow 1948; Graulich 2014; López Austin y
García 2000).
la observada en los códices y los manuscritos, podemos clasificar a la fauna que llegaba
a Tenochtitlan en tres grupos generales; 1) por una parte, los ejemplares vivos, 2)
animales muertos, pieles o manojos de plumas y 3) trajes o divisas que eran decorados
o confeccionados con materias primas de fauna como podían ser plumas y pieles.
Siendo nuestro objetivo la fauna del Templo Mayor, nos abocaremos a describir la
procedencia de los animales vivos y los animales muertos que podían llegar en forma
de pieles.18
18Respecto al tributo de los trajes, Broda nos describe de manera precisa los tipos de trajes y escudos y
lugares de procedencia (1978). Recientemente Filloy Nadal y Olvido Moreno (2019), basadas en las
107
3.2.1.1 Tributo de animales vivos
De acuerdo con algunos escritos, varias provincias tributaban a Tenochtitlan una gran
felinos y cánidos, así como una gran variedad de aves. Los distintos animales procedían
tanto del centro de México, como de lugares costeros, tierras altas y selváticas (Acosta
1985; Alva Ixtlilxóchitl 1952; Alvarado Tezozómoc 2008; Codex Mendoza 1992; Durán
Basados en los registros históricos, podemos apuntar que durante los primeros
y axolotes. Asimismo, se exigían otros animales comestibles, tal es el caso de los conejos,
las liebres, las codornices y los venados. Al parecer, este tributo se mantuvo hasta la
primera parte del siglo XVI (Acuña 1985, 6: 48, 85; Alva Ixtlilxóchitl 1890, 1: 319:
Sin embargo, todo apunta a que durante el mandato de Itzcóatl el tributo fue
Salvo raras excepciones como el pueblo de Tolnacuchtla (al norte de Pachuca) que
divisas que aún persisten, nos presentan un corpus completo del trabajo de la pluma, desde la
identificación taxonómica con que realizaron estas piezas, lugares de procedencia, hasta la propuesta de
las regiones de origen.
108
además de contribuir con los ya mencionados venados, codornices y conejos, debía
pagar el tributo de águilas vivas, especie endémica de esta zona (Acuña 1985, 8: 123).
de lujo. A este respecto, sobresale el tributo de los pueblos del Golfo comprendidos por
plumajes (Durán 2006; Tezozómoc 2008; Alva Ixtlilxóchitl 1890; Acuña 1952). Alva
Ixtlilxóchitl (1952: 197) refiere que los 100 papagayos y 100 venados vivos que
Anawalt (1997: 138) sugieren que, debido a la política interna, la entrega de estos
bienes debía dividirse entre los tres señoríos del imperio. También se refiere que varios
del imperio mandaban a la capital venados, liebres y serpientes. De acuerdo con las
Relaciones geográficas del Siglo XVI, es factible que estos recursos fueran transportados
regiones, se estableció una red hacía el sureste de México, de donde se obtenían otra
clase de aves. Al respecto, cabe mencionar que Atlatlauhca, en Oaxaca, mandaba búhos,
109
se observa el continuo flujo de guajolotes, conejos y venados. Por ejemplo, la provincia
pago recurrente de codornices (Acuña 1985, 6: 76). Lo que más sobresale durante este
las águilas apuntadas en el Códice Mendoza (1992; 31r, 55r) y la Matrícula de Tributos
de águilas reales vivas por parte de Xilotepec y Oxitipan (Codex Mendoza 1992: 31r).
110
Figura 35. En el Códice Mendocino se retrata el pago de águilas reales vivas por parte
de Xilotepec y Oxitipan (Codex Mendoza 1992: 31r).
La región de la Costa del Golfo seguía tributando papagayos que procedían, por ejemplo,
de Tlacotlalpan al sur del actual estado de Veracruz (Acuña 1985, 8). Asimismo, se
111
Muchitlan x
Cempoala x
Codornices Cimapan x
Hueypuchtla x
Yetecomac x
Tolnacuhtla x
Tenantzingo x
Quauhquilpan x
Papagayos o Tlacotlalpan x
guacamayas Cuetlaxtla x
Tzicoac x
Tuchpan x
Águilas Xilotepec x
Tolnacuhtla x
Muchitlan x
Tistla x
Oxitipan x
Búhos Tenantzingo x
Gavilanes Tenantzingo x
Tórtolas Tenantzingo x
Tlauhquechol Tlatelolco x
Xiuhtótotl Tlatelolco x
Tzinitzcan Tlatelolco x
Zacuan Tlatelolco x
Aves Cempoala x
Atlitlalaquia x x
Tenantzingo x
Venados Hueypuchtla x
Tzicoac x
Tenantzingo
Tolnacuhtla x
Adives Yetecomac x
Tolnacuhtla
Jaguares Cuetlaxtla x
Muchitlan x
Tistla x
Muchitlan x
Pumas Tistla x
Conejos Cimapan x
112
Yetecomac x
Hueypuchtla x
Tolnacuhtla x
Quauhquilpan x
Liebres Cimapan
Yetecomac x
Tistla x
Tolnacuhtla x
Quauhquilpan x
Tabla 2. Animales vivos que son mencionados como parte del tributo. Tabla basada en
la información de la Matrícula de tributos (1997), Durán (2006, 1) Códice Mendoza
(1992), Sahagún (2000); Torquemada (1975), Acosta (2011), Alva Ixtlilxóchitl (1965,
2) Relaciones Geográficas del siglo XVI (Acuña 1984, 4, 5, 6,7,8) Díaz del Castillo
(2008, 1), López de Gómara (1979).
El tributo de estos bienes podía ser de manera periódica, aunque una buena parte se
pedía para eventos o fiestas excepcionales, uno de los mencionados con frecuencia es
la inauguración del Templo Mayor. Por ejemplo, Durán refiere que tras la conquista de
soberanos, a este respecto, Alvarado Tezozómoc (2008: 187) refiere que tras la muerte
de Axayácatl, se realizaron múltiples ofrendas, y rituales a los que acudieron todos los
señores de las comarcas vecinas, que transportaban diversas materias, por ejemplo
Tepeaca llevaba pieles de aves y mamíferos “luego vinieron los de Tepeaca y los de
Cuetlaxtla y ofrecieron conforme a los grandísimos tributos suelen dar de oro, piedras
113
de gran valor, pájaros, los pellejos de ellos, tlauhquechol, tzinitzcan y toznenes, cacao,
mantas”.
Las pieles de los animales resultan elementos recurrentes en las ofrendas del Templo
Mayor, pero al igual que sucede con los animales vivos, es difícil poder estudiar la
Anawalt 1997; Castillo Farreras 1997; López Luján 2006, 1: 222, 2019c; Mohar
(Berdan y Anawalt 1997: 118; Codex Mendoza 1992: 47r; Matrícula de Tributos 1997:
25). Por su parte, Tepeaca pagaba 800 pieles de venado (Codex Mendoza 1992: 21r). Es
cuales, solo las del felino pueden ser reconocidas en las ofrendas del Templo Mayor.
114
Figura 36. El Xoconochco pagaba 80 pieles de felino (Codex Mendoza 1992: 47r)
final del imperio, Tepeaca tributaba pieles de venados, en tanto que, las provincias
costeras del Golfo trasladaban, además de cérvidos, pescado seco, pieles de jaguares,
115
zacuan (Alvarado Tezozómoc 2008: 147-148, 156). Cabe mencionar que Cuetlaxtla tuvo
relaciones con el área del Golfo, Oaxaca y Chiapas (Acuña 1985; Codex Mendoza 1992:
42r, 47r; Durán 2006; Alvarado Tezozómoc 2008). Algunas de las referencias que más
Tlacotlalpan esta última además mandaba dientes de lagartos (Acuña 1985, 4, 5).
116
Pieles de Tepeaca X
Tlauhquecho
l
Xiuhtótotl Cuetlaxtla X X
Tepeaca X
Zacuan Cuetlaxtla X X
Tepeaca X
Tzinitzcan Cuetlaxtla X X
Tabla 3. Tributo de pieles y plumas. Tabla basada en la información de la Matrícula de
tributos (1997), Durán (2006, 1) Códice Mendoza (1992), Sahagún (2000);
Torquemada (1975), Acosta (2011), Alva Ixtlilxóchitl (1965, 2) Relaciones Geográficas
del siglo XVI (Acuña 1984, 4, 5, 6,7,8) Díaz del Castillo (2008, 1), López de Gómara
(1979), Berdan (2019).
Es interesante observar las referencias a las pieles de aves de bellos plumajes, como
pueden ser el tlauhquéchol o las pieles de felinos, como es el caso de los jaguares o
rosada y pumas. Sin embargo, no se tiene registro de esta clase de objetos para el caso
de los jaguares.
está que pudieron ser consignadas o agrupadas por los cronistas al referir a todos los
tipos de“pájaros”; sin embargo, resulta extraño que no se mencionen. Pues de las aves
plasmadas en los documentos históricos, resulta la mejor descrita. Por una parte,
1853), mientras que Sahagún incluso describe como eran capturadas (Sahagún 1989).
117
3.2.1.3 Tributo de plumas
extensa literatura sobre este tema. Varios investigadores han referido los tipos de
plumas, lugar de procedencia y el uso de esta clase de objetos (Berdan 1994; Filloy
Nadal y Moreno Guzmán 2019; Mohar 2013; Mongne 2019). A este respecto, se ha
verdes que podían llegar a la capital ya fueran sueltas, en forma de atados, o como
manojos. Las más preciadas sin duda resultaban las plumas verdes, de las que se ha
seis provincias; el Xoconochco debía pagar 3200 manojos de plumas: 800 amarillas, 800
azules, 800 rojas y 800 verdes. Por su parte, de Oaxaca se enviaban 1200 manojos de
plumas de quetzal pagadas por Tlaxiaco (400) y Coayxtlahuaca (800) (Berdan 1992:
311). Finalmente, tres provincias de la Costa del Golfo contribuían con esta clase de
puñados, 25200 manojos, siendo esta última la que más aportaba a la triple alianza
118
Figura 37. Tributo de plumas para finales del imperio (tomado de Mongne 2019: 45).
Hacia los gobiernos anteriores se percibe un flujo intenso de estos bienes, así lo deja
ver Diego Durán (2006: 206) quien menciona: “y de estas plumas tributaban gran
proceder de diferentes puntos, como lo señalan Filloy Nadal y Moreno Guzmán (2019:
61) las plumas exóticas procedían de las provincias tropicales. 19 En efecto, para el
19 Durante el periodo de Itzcóatl se describe el tributo de todo tipo de plumas, aunque en general
arribaban de provincias localizadas en los márgenes del lago como son Cuautitlán y Azcapotzalco y rara
vez eran transportadas de otras partes como Cuahnahuac (Alva Ixtlixóchitl 1952).
119
guacamayas, y loros de las comarcas de Cuetlaxtla, Tuchpan y Tzicoac (Durán 2006;
Para Berdan (1992: 304) las plumas adquirían un mayor precio por su color y la
exóticas, de esta manera estos bienes se configuraron como unos de los elementos
instrumentos, tocados, adornos y vestimentas. Es de suponer, que los objetos más finos
o hechos con materias primas exóticas fueran de uso exclusivo de los gobernantes,
dirigentes y sacerdotes (Acuña 1985, 6: 87-88; Sahagún 2000: 742, 747). Una buena
parte de estos elementos servía para la elaboración de escudos, flechas, trajes, e incluso
para la decoración del Templo Mayor (Acosta 2003: 324; El conquistador anónimo
2004, 1: 372). Asimismo, tras las exploraciones arqueológicas podemos estar seguros
de que también iban a parar a las ofrendas del Templo Mayor, a este respecto, se pueden
citar las improntas y restos de plumas de quetzal halladas en las Ofrenda 102 por el PAU
y en la Ofrenda 141 por el PTM (Valentín Maldonado y Zúñiga Arellano 2006: 509). en
Pese a la estructura impuesta del tributo, es claro que se requería de otros medios para
abastecer de materias primas al imperio, por ejemplo, muchos animales, ya fueran vivos
o muertos, se movían por circuitos comerciales. López Luján (2019c: 232) alude a este
120
sistema como un factor para hacerse mercancías para las ofrendas del Templo Mayor.
Por su parte, Amaranta Argüelles (2021: 230) advierte que los restos de águilas y
señala Berdan (2017: 19), el comercio no puede entenderse sin el mercado, por lo que
encontraba inmersos en estos dos sistemas. Por su parte, Hirth (2012) refiere que los
almacenamiento.
En este sentido, Chapman (1957) y Hassig (1990: 79) plantean que el comercio
local, pues su comercialización requería de costos elevados que no siempre podían ser
pagados por el comerciante y subsanados por el comprador. Si bien, para el caso del
referido por Hirth, respecto a la concentración de los recursos, este factor aumentaría
121
Por las necesidades intrínsecas de un animal exótico y los requerimientos para
jaulas, además claro, del personal capacitado. Muchos de estos animales eran
trabajados como pieles, de otros solo se obtenían sus plumas, sin embargo, para que
Los animales vivos incrementan los gastos, pues todo el tiempo en cautiverio se deben
alimentar, limpiar, y si llegan a enfermar, curar. Por todo esto, es que nos inclinamos a
pensar en que estos bienes transitaron por rutas más específicas y controladas.
Finalmente, debemos apuntar las observaciones hechas por Berdan (1976: 190)
quien señala que el comercio local y regional servía para la venta y compra de productos
alimentos como pueden ser pescados, codornices, guajolotes, patos, perros, etc. En
ritual, o de difícil adquisición, al menos esto se percibe al revisar las obras de Sahagún
(2000), Durán (2006) Alvarado Tezozómoc (2008) y Zorita (1963). En este sentido, el
comercio a larga distancia, al ser un sistema por el cual transitaba una limitada variedad
de objetos, eran de interés de los gobernantes y el estado (Berdan 1992). En efecto, los
pochtécah debían viajar largas distancias con el objetivo de obtener mercancías de lujo,
por ejemplo, las plumas, pieles o incluso animales vivos, que traspasaban la frontera. El
122
comercio se conformó en varias esferas, local, supraregional, regional e internacional
por la venta de productos cotidianos. Así se puede ver que en mayor medida se
comercializaban pequeñas aves como son guajolotes, patos y codornices que podían ser
comercializadas vivas, asadas, cocidas e incluso como tamales. Es decir, un buen corpus
respecto, debemos destacar múltiples trajes, divisas, o adornos hechos con plumas y
pieles.
Una vez que los productos eran adquiridos y trasladados, la principal estructura
respecto, debemos referir que existieron muchos espacios que se localizaron al interior
Durante este tiempo se juntaba todo tipo de personas para comprar, vender o
productos de consumo diario o por bienes más importantes (Berdan 2017: 17; Hassig
1990: 69, 81; Hirth 2016: 50–51; Mohar Betancourt 1987: 33; Zuazo 2004: 359).
Algunos espacios estaban divididos de acuerdo con el género de los artículos que se
123
vendían, o bien, algunos tianguis se especializaban en la venta de ciertos productos
mercado de perros (Bueno Bravo 2012; Calnek 1978; Hassig 1990: 76–82; Sahagún
1989).
70). Por ejemplo a Xochimilco iban todo tipo de personas a adquirir y vender pescado
fresco y seco, patos, ranas, entre otros productos que se podían adquirir en el lago
fue solo el adquirir nuevos territorios y exigir tributo, sino que se estableció una red de
más importantes se situaban en muelles, a las orillas de los lagos, ríos, o en puntos de
paso y de alto flujo de personas (Hassig 1990: 69–70). De tal suerte, se impusieron
124
Tepeaca se configuró como elemento central de la política económica de la época, pues
del imperio y el área Maya durante este periodo (Berdan 2007, 2019; Hassig 1990:
46).20
ciudad, podemos señalar que se comercializaban animales vivos como son jaguares,
pumas y gatos monteses, así como plumas de varios tipos de aves y diversos
actual del jaguar no contempla los márgenes de esta provincia. De acuerdo con la
política de este señorío y sus relaciones comerciales, esta clase de felino podría
Cuetlaxtla, o bien, ser objetos de lujo derivados del comercio a larga distancia (Durán
Para Isabel Bravo (2012: 144), tras la conquista de esta provincia, Tenochtitlan
conformó el llamado triángulo del oro, junto a Cuetlaxtla y Tepeaca. En este espacio los
20 Si bien parece que Tepeaca ya contaba con una importancia respecto al comercio, antes de la conquista,
125
comerciantes se reunían para comprar plumas de diversos tipos de aves o hilo de pelo
de conejo.
Tlatelolco ya lucía como un punto de conexión entre el centro con los pueblos de la costa
del Golfo. A él acudía toda suerte de personas por productos de consumo diario o bien
por materiales de lujo que ahí se vendían. De acuerdo con el conquistador anónimo
(2004: 392–393), el mercado abarcaba toda la plaza principal donde cada cinco días se
era una de las pocas provincias que comercializaban productos que no se localizaban
en los márgenes de la ciudad. Las diferentes incursiones de los pochtécah a otras tierras,
vale apuntar el pago de cacao para la última parte del imperio, o bien, pieles y plumas
Axayácatl. El imperio mexica se aprovechó de los lazos de conexión que tenía Tlatelolco
para surtirse de productos foráneos mediante el tributo, esto fue claro debido a que en
126
este mercado se adquirían muchos de los materiales más importantes y de larga
ofertaban plumas sueltas, ropa, tocados y otras divisas decoradas con estos elementos.
En otra parte se vendían pieles de venados, conejos, y otros animales (Berdan 1978: 83:
conquista mexica (2000: 791). Por su parte Zuazo(2004) refiere, además de pieles y
hechos de plumas.
imperio, por ejemplo; Tulancingo, Tuchpan, Tzicoac (Berdan 2016: 213). Pocos datos
conectaba el centro con el norte de México. Siendo además el paso hacía las provincias
21 Hirth (2016: 52–58) y Broda (1987: 117) indican que muchos de los pueblos que tributaban a
Tenochtitlan, lo hacían con dones no locales, lo que obligaba a estas provincias a comerciar y obtener
recursos de pueblos cercanos, quizás esta fue la forma en que se obtenían las materias primas para la
manufactura de armas y trajes.
127
Figura 38. Distribución de los mercados dentro y fuera del imperio. Tomado de
Berdan (2017:18)
social, los pochtécah, y por ser un medio por el cual transitaba un limitado tipo de
productos. En este contexto, debemos entender que los comerciantes gozaban de una
momentos de la historia, las incursiones de los mercantes fueron las causantes de las
Tezozómoc 2008: 90–91). Este fenómeno parece replicarse en los siguientes años,
128
durante el mandato de Ahuítzotl, los comerciantes sufrieron un asedio en su paso al
felinos y plumas de diversos colores (Códice Florentino 1979, lib. 9: 61) (Figura 39).
Figura 39. Tras la expedición a Ayotlan, los comerciantes traen sus presentes al
soberano Ahuítzotl (Códice Florentino 1979. Lib. 9: 61),
Estos eventos nos permiten entender que los comerciantes traspasaban las fronteras
antes de la era expansionista del imperio, por lo que de una u otra forma, estas
provincias eran parte de ese comercio internacional y que a la postre formarían parte
función de la expansión del propio imperio, pues existieron varias fronteras, que de
interesante observar la influencia Tlatelolca en esta región, Sahagún (2000) refiere que
129
los comerciantes de esta provincia fueron un grupo privilegiado en el transporte de la
mantenía un flujo continuo ya sea de animales vivos, pieles o plumas, tal es el caso de
tortugas, que de manera directa, eran transportadas a los pies del soberano mexica a
Años más tarde, durante los gobiernos de Ahuítzotl y Motecuhzoma II, se siguieron
usando estas vías de conexión, pero añadiendo puertos de intercambio como Nito al sur
130
de Guatemala (Berdan 2003). Resulta un objeto de interés este tipo de sistema si
del Golfo, hacía Cempoala y Cuetlaxtla, y al norte hacía Tuchpan y Tzicoac, posiblemente
cruzando por Tepeaca, Texcoco y Tulancingo, pues recordemos que existían áreas
de Oaxaca, es probable que cruzando por Cuauhnahuac, o Atlixco. Finalmente, hay que
Figura 41. Potenciales rutas de comercio dentro y fuera de los límites del imperio
entre 1469-1481 d.C. y 1486-1520 d.C.
131
132
CAPÍTULO 4. DISCUSIÓN: NUEVOS DATOS ARQUEOLÓGICOS VS FUENTES
DOCUMENTALES
Introducción
Mayor de Tenochtitlan. Así también, hemos referido las líneas de investigación que se
han seguido los arqueólogos, los biólogos, los restauradores, los veterinarios, los
los datos brindados por las fuentes históricas respecto al posible origen y los sistemas
por medio de los cuales llegaban estos animales a la capital mexica. De tal manera, en
sobre la fauna entre los mexicas. En este capítulo confrontaremos lo dictado en los
poca o nula presencia en las ofrendas. Así como evaluaremos los resultados que han
significado las excavaciones de los últimos años y los cambios en las técnicas de
133
nuevas líneas de investigación en el futuro con el objetivo de entender su origen y
fiel a los usos y al origen de los animales, al tiempo que nos dictan patrones para
entender las fiestas y los rituales en los que fueron empleados. Pero, en conjunto con
Tenochtitlan.
del porqué de su presencia en los depósitos, qué permitió que transitaran desde su
nicho ecológico hasta las ofrendas, y nos acercamos a explicar la razón de los diferentes
simbólico otorgado a ciertas especies. Asimismo, el contar con una cronología del sitio
tan detallada, hace que contrastemos los datos con lo dictado en los documentos
tiempo.
134
completos que se hallan en los depósitos rituales. Sin embargo, existen interesantes
asociaciones que podemos mencionar. Por ejemplo, el único de registro de perro yace
en un depósito funerario (López Luján 2006, 1: 226), en tanto que los restos de
guajolote se encuentran en el sector sur del Templo Mayor, y en el Templo Rojo Sur,
ofrendas mencionadas (13, 17 y 60), Leonardo López Luján (1993: 134-135, 262)
autosacrificio, por lo que sugiere que los restos de estas aves fueron parte de los
localizado, han permitido pensar a los arqueólogos que, en efecto, son resultado de
sacrificios múltiples. Pues si notamos los documentos históricos del siglo XVI y XVII
135
codornices vivas y arrancaban las cabezas delante del Diablo, y la sangre
derramábase allí, y el cuerpo arrojábanle en tierra, y allí andaba revoleando
hasta que se moría. Unos descabezaban una, otros dos, otros tres, según su
devoción.” (Sahagún 2000, 1:284).
Además, las codornices eran ofrecidas al Sol, durante la inauguración del Templo
públicas (Acosta 2008: 450; Códice Florentino 1979: lib. 4; Duran 2006, 1: 376; Sahagún
Si bien, López Luján (2006, 1: 225) advierte que los edificios son escenarios de
escenarios concretos como podían ser la inauguración del Templo Mayor, o fiestas
Huitzilopochtli tras las batallas libradas, en este sentido se hacían ceremonias en las
adoratorio que tras su sacrificio, estas aves bien podían ser colocadas en el fuego, bien
rituales, las nuevas indagatorias arqueológicas han podido develar interesantes datos.
que no fueron colocadas de manera intencional y que son resultado de la ingesta de dos
136
Por su parte, Robles Cortés a partir de la aplicación de luz UV, hace evidente que
depósito (Robles Cortés 2021: 67). Estos reveladores datos hacen más evidente los
diferentes usos y múltiples formas en que estas aves podían llegar a los depósitos
codornices como alimento ritual, donde dependiendo de la festividad, estas podían ser
Ciertamente, los datos que se han recabado respecto de estas aves aún son
pobres y limitan las interpretaciones que podamos realizar sobre la presencia de estas
aves en las ofrendas del Templo Mayor. Pero es claro, que en los próximos años se
deberán hacer trabajos concretos sobre este tipo de aves que nos ayuden a entender
los diversos fines por los que estos fueron depositados, siempre apoyados del registro
Respecto a los animales exóticos, como hemos reportado, existe una gran
animales responde al menos a dos factores, por supuesto la factibilidad de hacerse con
los recursos, como lo hemos citado en el segundo y tercer capítulo, y, por otra parte, con
esta diferencia parece tener su respuesta en el significado de estos animales, pues como
137
lo han apuntado varios investigadores, estos animales pueden vincularse con el culto a
Luján 1993; Robles Cortés 2019). Asimismo, otros elementos pueden ser instrumentos
relativa frecuencia en la plástica mexica, rara vez se encuentran en las ofrendas (Marín
Calvo 2022). Hasta el 2007 que inician las excavaciones del Proyecto Templo Mayor en
el predio del Mayorazgo de Nava Chávez es que se excavan los restos de estas aves.
posición quizás guarde relación con el simbolismo dado, y es que recordemos que estas
Precisamente, la Plaza Oeste tiene una fuerte relación con el inframundo, así lo
rosadas, o las efigies de cuchillos asociadas a guerreros muertos (Aguirre Molina 2021;
Chávez Balderas 2019; Chávez Balderas et al. 2019; Olivier y López Luján 2017).
cantidad, reflejan una continuidad temporal respecto a las etapas de los edificios. El más
claro ejemplo consiste en el águila real. En efecto, este depredador se alza como la
territorio mexicano, parece haber sido un animal restringido a las elites, los grupos de
138
(Álvarez y Ocaña 1999; Polaco 2004; Sugiyama et al. 2013). Pero en ningún sitio se
del Templo Mayor, y es que, si observamos la historia mexica, es uno de los pocos
2013; López Luján 2015b, 2019b). Por lo que no es de extrañar que además sea el único
reparar en la asociación directa que mantienen con estos símbolos, más allá de la
Plaza Oeste y en la Casa de las Águilas. Las recientes excavaciones nos permiten
entender, por ejemplo, qué varios de estos ejemplares fueron vestidos con
Echevarría 2021; López Luján et al. 2022). Si miramos al interior de los receptáculos,
notamos una disposición diferencial que se rige por la función de cada depósito,
139
como lo había hecho notar López Luján (1993) sirven para representar el nivel celeste
Finalmente, existen animales como el lobo que, hasta hace unos años se había
estudiado poco. En efecto, nuevamente las excavaciones llevadas a cabo por el Proyecto
Templo Mayor, y es que, si bien son descritos en los documentos históricos con relativa
frecuencia,22 hasta antes de 2007 solo habían salido a la luz tres lobos y uno que ha sido
2021; Chávez Balderas 2019; Chávez et al. 2022). Lo que más resalta de estos
descubrimientos es, por una parte, que en efecto muchos de estos fueron colocados
individuos de todas las edades, y finalmente muchos de estos presentan patologías que
Es decir, ahora podemos decir que el vínculo del lobo con la sociedad mexica es mucho
todos los individuos han sido encontrados completos, quizás en el análisis de este factor
interesante observar ciertas asociaciones entre los contextos emplazados al sur del
22Se describe su hábitat, formas en que eran capturados o cazados, incluso se alude su presencia en el
vivario de Tenochtitlan (Acuña 1985; El conquistador Anónimo 2004: Acosta 319-320 Elizalde 2018).
Asimismo, se refiere que, en efecto, se confeccionaban trajes de guerreros con las pieles o cabezas de
estos animales (El conquistador anónimo 2004: 372; Grijalva 1972.:57).
140
Templo, en la porción dedicada a Huitzilopochtli. Por ejemplo, las alas de las aves
es el caso de los infantes reportados en las ofrendas 111 y 176 (López Luján et al. 2010).
Sin embargo, no son los únicos elementos que hacen uso de la fauna para realizar
ofrendas 143 y 172 excavados entre 2013 y 2018. Si hacemos caso a los pasajes
históricos, era frecuente colocarles alas de gavilanes u otras aves rapaces a los
guerreros muertos, con el objetivo que les ayudará en su camino hacia el Sol (Sahagún
Por su parte, se han podido identificar restos de animales que permiten inferir
que solo fueron dispuestas las epidermis de estos mismos animales. Las pieles de los
animales eran un bien preciado que servía para la decoración de varios objetos. Un
ejemplo son los asientos hechos de juncias y cañas, forrados “con pellejos de animales
fieros, como son tigres y leones, y onzas y gatos cervales, y osos, y también de ciervos,
adobado el cuero” (Sahagún 2000: 749). Asimismo, la piel se podía emplear en las
armas de los guerreros de nombre ocelotópec, hechos con piel de “tigre” (Sahagún 2000:
746). O bien, podían ser exhibidas por los guerreros como trajes (Durán 2006, lám. 39).
arqueológicos que permiten inferir el uso de algunas pieles o fragmentos. Por ejemplo,
los fragmentos de falanges y garras de felinos permiten aseverar que fueron colocadas
las patas de estos animales. Aunque sin un análisis total, es poco lo que podemos decir
sobre estos elementos. Por citar algunos usos de las extremidades de los félidos, se
describe que con éstas se forraban las jícaras, se usaban para decorar deidades o para
141
la elaboración de asientos como lo hemos referido (Acosta 2003: 315: Sahagún 2000:
750, 838).
estudiados por Alejandra Aguirre (2021), hacen que demos un vuelco a la asociación
contextual. Las variantes en los atavíos, los personajes representados, además de los
entendiendo con esto, que los tratamientos identificados en los animales están
Figura 42. Usos de la fauna de acuerdo con las evidencias históricas y arqueológicas.
naturales o culturales, pero en muchos otros casos, parece que fueron colocados con
142
aislados como parte de rituales de acuerdo con las fuentes documentales. Por ejemplo,
autosacrificio, mientras que los dientes de los felinos o cocodrilos eran símbolos de
Existen muchos animales que figuran con relativa frecuencia en las descripciones
a las esferas domésticas como el venado, las liebres y los conejos, la fauna exótica como
las guacamayas, los quetzales o incluso los coyotes. Pero pese a que muchas especies
investigaciones, no han aparecido o han podido ser identificadas en las ofrendas del
Templo Mayor.
A este respecto, algo de lo que nos damos cuenta a simple vista, es el poco uso
menos al poco apreció que se les tenía. Pues es sabido que tanto perros como guajolotes
2013; Corona-Martínez y Cruz Silva 2020; Garza 2002; Mazzetto 2013). Asimismo, son
pobres los registros de conejos, liebres y venados, es decir, animales de consumo diario.
143
animales presentes en los documentos históricos en diversos pasajes, por ejemplo, se
narra el transporte de este tipo de animales desde el periodo del primer Motecuhzoma
y Ocaña 1999:50; Valadez Azúa y Rodríguez Galicia 2005), es claro que estas aves
podemos proponer dos razones por las que no se localizan en las ofrendas.
que era mayor al de ofrendar los cuerpos completos: Al respecto vale señalar la cita de
conquistador, permite visualizar que no era necesario el sacrificio de estas aves para
poder hacerse con la pluma, sino que cada cierto tiempo los amantecas o plumajeros
recolectaban o extraían las coloridas plumas de estas aves. Por supuesto, no tenemos
certeza de a que se deba la ausencia de estos animales en las ofrendas, pero lo que queda
Pasemos a revisar los datos obtenidos respecto a las propuestas y procedencia de los
144
del Templo Mayor. Muchas de las especies que se distribuyen naturalmente tierra
propuesto que la fauna procede de sitios recónditos, alejados y de difícil acceso, sin
refiere al control o acceso que las relaciones culturales, sociales o políticas puede
conllevar. En efecto, aunque gran parte de estas especies tienen un amplio patrón de
Por ejemplo, los reptiles encontrados en las ofrendas del Complejo A, se asocian
a la expansión del imperio y control de las costas del Golfo. De esta manera, se explica
intencificó el comercio con el área Maya a partir de puertos como Xicalanco y Nico.
Si bien la distribución del águila harpía se extiende desde el sur de México hasta
G. et al. 2006). La mayor población de estas aves se registra desde Chiapas hasta Brasil.
145
observamos los descubrimientos arqueológicos referentes a esta rapaz en contextos
la presencia de esta ave en sitios del área Maya, haciendo más factible que al no
observarla, sino hasta el final del imperio, esta ave proceda de áreas más remotas.
Asimismo, existen algunos casos que vale la pena estudiar y analizar más a
siendo que el registro más temprano que se tiene se ha fechado para 1440-1469, es
tierras tropicales, cubriendo además del estado de Chiapas, gran parte de los estados
de Oaxaca, Veracruz, Campeche, Tabasco, Tamaulipas, San Luis Potosí, Colima, Guerrero
datos recabados y presentados en el tercer capítulo, podemos observar que los felinos
comienza una incesante interacción mercantil hacia lo que hoy es el estado de Oaxaca.
animales quedarían fuera de los límites de dominio e interacción de estos felinos para
animales procedan del sur de México vía comercio, es más plausible pensar que en
146
Figura 43. Mapa del imperio mexica para 1440-1469 d.C., en conjunto con distribución
potencial del jaguar, donde se marcan con puntos rojos las provincias que tributaban
o comercializaban jaguares vivos o como pieles en diferentes épocas del imperio.
Mapa basado en los datos de Sahagún (2000: 807), Códice Mendoza (1992: 47r), Durán
(2006, 1: 162, 182, 206) Alvarado Tezozómoc (2008: 93, 110, 152) Relaciones
Geográficas del siglo XVI (Acuña 1985, 4: 94; Acuña 1985, 5: 109) (Conquistador
anónimo 2004, 1).
Para finales del imperio se menciona el comercio y tributo hacía el sureste mexicano, es
en las ofrendas del Templo Mayor, lo que indicaría que, en efecto, el comercio fue
fructífero, pero que además, al tener más puntos de control e intercambio se hacía más
de Tepeaca y Tlatelolco, estos centros sirvieron como puntos de venta para poder
147
hacerse de este material. Pues como se observa en la Figura 44, los felinos no se
transportar sus materias de diversos puntos. Por ejemplo, Tepeaca y Tlatelolco hacían
Figura 44. Mapa del imperio mexica para 1519 d.C., en conjunto con distribución
potencial del jaguar, donde se marcan con puntos rojos las provincias que tributaban
o comercializaban jaguares vivos o como pieles en diferentes épocas del imperio.
los venados y las codornices. En el caso de las codornices que se hallan abundantemente
en las ofrendas del Templo Mayor, generalmente son considerados a priori locales,
asumiendo que fueron cazadas u obtenidas en las cercanías de la Cuenca de México. Sin
148
embargo, varias fuentes nos hacen pensar que muchas de las provincias contribuían
con una buena parte de los productos que iban a parar en las ofrendas.
distantes se daban cita en Tenochtitlan para rendir plegarias. Entre los dones, regalos
posibilidad de que muchas de las aves o los animales que consideramos originarios del
Centro, provengan de otros pueblos. A este respecto, en los próximos años se deberán
hacer estudios sobre la procedencia de estos animales, que permitan aseverar el lugar
149
150
CONSIDERACIONES FINALES
cantidad de especies e individuos que han sido reportados, sino también por las
múltiples formas en que estos fueron colocados en las ofrendas. A manera de conclusión
recabar, estructurar y vaciar la información en una base de datos que refiere al corpus
del Templo Mayor. De esta manera, se tiene el registro de estos animales descritos,
cuantificados y centralizados en un único formato que vale decir, puede ser exportado
especie, individuo o resto en una única base de datos, tratamos en lo posible de hacer
recopilada. Y es que uno de los grandes problemas, en efecto, es que cada investigador
nuevos métodos y técnicas propuestos en los recientes años. Las excavaciones recientes
han venido a cambiar el escenario de como vemos los restos biológicos de estas
ofrendas, a la par de que hemos podido aprovechar las nuevas técnicas para su
151
identificación y estudio. Por poner un ejemplo, una disciplina que revolucionó nuestro
del proyecto, es a partir del año 2007 que gracias a Ximena Chávez Balderas se integra
un registro particular para los restos óseos. Esto a la par del uso de programas
computacionales como AutoCAD, nos lleva a observar relaciones entre los individuos
con todos los materiales que componen el depósito. Esta clase de registro ha permitido
además de observar conexiones más complejas entre objetos, entender el uso de los
individuos, reconocer que su presencia puede estar regida por múltiples factores, desde
mensaje que se buscaba comunicar. Pese a que hemos avanzado mucho a partir de
estamos lejos de entender en su conjunto los depósitos rituales. Pues hemos conseguido
de análisis, pues estamos seguros de que no alcanzamos a cubrir a simple vista las
dejado ver las áreas de procedencia e influencia mexica. Al final de esta recapitulación,
152
podemos hacer notar varias cuestiones. Como podemos observar en relación con las
primeras temporadas y las recientes excavaciones del PTM, gran parte de los restos
silvestres que muchas veces eran transportados de otras partes del vasto imperio
diversificación podrían ser efecto de la propia expansión del imperio, lo que trajo
consigo la apropiación de nuevas especies. Otro factor que explique esta variación
corresponde a las modificaciones de los bienes tributados a lo largo del tiempo, o bien,
que las excavaciones se han centrado en otros puntos del recinto sagrado.
estudios que requieren mayor atención, y que deberán ser atendidos en los próximos
individuos que por falta de elementos diagnósticos no han podido ser identificados, sin
duda las nuevas técnicas podrán contribuir a este problema. No podemos dejar de
estables. Del mismo modo este tipo de análisis nos ayudaría a precisar áreas potenciales
líneas que a nuestro juicio han quedado excluidas. Consideramos que es fundamental
poner atención a los reptiles como tortugas, serpientes, o los anfibios. Asimismo, se
153
deben considerar animales como las codornices que deberán ser estudiadas desde
ofrendas, su origen, morfología, etc. Sin duda, una difícil tarea que se deberá realizar en
el futuro.
154
BIBLIOGRAFÍA
Acosta, José de, 1985, Historia natural y moral de las Indias: en que se tratan de las cosas
notables del cielo, elementos, metales, plantas y animales de ellas; y los ritos, y
Acuña, René (comp.), 1984-1985, Relaciones geográficas del Siglo XVI, Tlaxcala, 2 vols.
México, UNAM.
Acuña, René (comp.), 1985-1986, Relaciones geográficas del Siglo XVI, México, 3 vols.
México, UNAM.
Aguirre Molina, Alejandra, 2019, “Los cuchillos de pedernal ataviados de las ofrendas a
Aguirre Molina, Alejandra, 2021, Los cuchillos de pedernal ataviados en las ofrendas del
Occurrence Records for Use in Ecological Niche Models”, Ecography, vol. 38,
Alonso Solís Marín, Francisco y Andrea Alejandra Caballlero Ochoa, Tayra Parada-
Leonardo López Luján, 2021, “Tesoros oceánicos del pasado. Los pepinos de mar
Alva Ixtlilxóchitl, Fernando de, 1952, Obras históricas, 2v. México, Editorial Nacional.
155
Alvarado Tezozómoc, Fernando de, 2008, Crónica Mexicana, Barcelona, Linkgua.
pp. 161–172.
Álvarez, Ticul y Aurelio Ocaña, 1991, “Restos óseos de vertebrados terrestres de las
ofrendas del Templo Mayor, ciudad de México”, en Óscar J. Polaco (ed.), La fauna
del Templo Mayor, México, AATM, INAH-García y Valadés editores, pp. 105–148.
INAH.
Argüelles Echevarría, Amaranta, 2019, “Una maqueta del universo frente al Templo
Mayor”, en Leonardo López Luján y Ximena Chávez Balderas (eds.), Al pie del
Argüelles Echevarría, Amaranta, 2021, Los dones que fabrican al mundo. Una ofrenda
México, ENAH.
Athié Islas, Ivonne, 2001, La obsidiana del Templo Mayor de Tenochtitlan, tesis de
156
Baquedano, Elizabeth, 2022, “ranas y sapos: simbolismo entre los mexicas”, en
Barajas Rocha, María y Margarita Mancilla Medina, Adriana Sanromán Peyrón y Karla
Valeria Hernández Ascencio, 2016, “Los objetos de madera del Templo Mayor”,
Barlow, Robert, 1948, “La fundación de la Triple Alianza (1427-1433)”, Anales del
Barlow, Robert, 1992, La extensión del imperio de los culhua mexica, Puebla, Universidad
de las Américas.
Berdan, Frances F., 1976, “La organización del tributo en el imperio azteca”, Estudios de
Berdan, Frances F., 1978, “Tres formas de intercambio en la economía azteca”, en Pedro
157
Berdan, Frances F., 2007, “En la periferia del imperio: provincias tributarias aztecas en
2, pp. 119–138.
Berdan, Frances F., 2016a, “Featherworking in the Provinces: A Dispersed Luxury Craft
Under Aztec Hegemony”, Ancient Mesoamerica, vol. 27, núm. 1, pp. 209–219.
Berdan, Frances F., 2016b, “Structure of the Triple Alliance Empire”, en Deborah L.
Berdan, Frances F., 2017, “Late Postclassic Mesoamerican Trade Networks and Imperial
Berdan, Frances F. y Patricia Rieff Anawalt, 1997, The Essential Codex Mendoza,
Blanco Padilla, Alicia, 1978, “Análisis de los materiales biológicos en las ofrendas a
Katiuska Jiménez Olmos, Carlos Mora, Raúl Valadez Azúa, 2006, “Cánidos del
Blanton, Richard E., 1996, “The Basin of Mexico Market System and the Growth of
158
Hodge, Michael E. Smith, y Emily Umberger (eds.), Aztec Imperial Strategies,
Washington D.C., Dumbarton Oaks Research Library and Collection, pp. 47–84.
Broda, Johanna, 1987, “Templo Mayor as Ritual Space”, en Eduardo Matos Moctezuma,
Johanna Broda y David Carrasco (eds.), The Great Templo of Tenochtitlan. Center
and Periphery in the Aztec World, Berkeley, University of California Press, pp. 61–
123.
Bueno Bravo, M., 2012, “Objetivos económicos y estrategia militar en el imperio azteca”,
Calnek, Edward E., 1978, “El sistema de mercado de Tenochtitlan”, en Pedro Carrasco
Carrasco Pizana, Pedro, 1978, “La economía del México prehispánico”, en Pedro
Carrasco Pizana, Pedro, 2011, The Tenochca Empire of Ancient Mexico : The Triple
159
Castillo Farreras, Víctor M., 1997, Matrícula de Tributos. Nuevos estudios, México,
Ceballos González, Gerardo y Giselle Oliva, 2006, Los mamiferos silvestres de México,
México: FCE/UNAM/Conabio.
Chávez Balderas, Ximena, 2019, The Offering of Life: Human and Animal Sacrifice at the
West Plaza of the Sacred Precint, tesis de doctorado, Nueva Orleands, Tulane
University.
Chávez Balderas, Ximena, Alejandra Aguirre Molina, Ana Miramontes y Erika Lucero
Chávez Balderas, Ximena y Jacqueline Castro Irineo, y Karina López Hernández, 2019,
Chávez Balderas, Ximena, Karina López Hernández y Jacqueline Castro, 2022, “los
Chávez Balderas, Ximena, Ángel Gónzalez López, Norma Valentín Maldonado y José
del uso ritual de la fauna: el caso de la Ofrenda 126 del Templo Mayor de
160
Chávez Balderas, Ximena., Diana K. Moreiras Reynaga, Fred J. Longstaffe, Leonardo
INAH.
Corona-Martínez, Eduardo y José Alberto Cruz Silva, 2020, “Modelling the Prehistoric
Díaz del Castillo, Bernal, 2008, Historia verdadera de la conquista de la Nueva España,
México, Porrúa.
Díaz Pardo, Edmundo, 1982, “Restos de peces procedentes de la Ofrenda 7”, en Eduardo
pp. 151–160.
161
Díaz Pardo, Edmundo y Edmundo Teniente Nivón, 1991, “Aspectos biológicos y
Polaco (ed.), La fauna del Templo Mayor, México, AATM, INAH-García y Valadés
Driesch, Angela, von den,1976, A Guide to the Measurement of Animal Bones from
Durán, Diego, 2006, Historia de las Indias de Nueva España e islas de la tierra firme,
México, Porrúa.
Elizalde Mendez, Israel, 2018, “Los animales del rey. El vivario en el corazón de
Elizalde Mendez, Israel, Ximena Chávez Balderas y Salvador Figueroa Morales, 2019,
“Del totocalli a las ofrendas del Templo Mayor: análisis del cautiverio de águilas
reales a través de los restos óseos”, en Leonardo López Luján y Ximena Chávez
Favila, Mario, Janet Nolasco Soto, Leonardo López Luján, María Barajas Rocha y Erika
Fernández de Oviedo, Gonzalo, 1853, Historia general y natural de las Indias, Islas y
162
Gallardo Parrodi, María de Lourdes, 2000, “Cráneos de colibrí de la ofrenda 100”, en
Gallardo Parrodi, María de Lourdes, 2014, Las prendas de concha nacarada del Templo
Garagarza García, León, 2020, “The Tecolotl and The Chiquatli: Omens of Death and
455– 479.
García Cook, Ángel y Raúl A. Arana, 1978, Rescate arqueológico del monolito
Gasco, Janine, 2017, “Cacao and Commerce in Late Postclassic Xoconochco”, en Deborah
Gasco, Janine y Barbara Voorhies, 1989, “The Ultimate Tribute: The Role of the
Gibson, Charles, 1971, “Structure of the Aztec Empire”, en Gordon F. Ekholm e Ignacio
Gómez Martínez, Arturo, 2013, “Las ofrendas aritméticas entre los nahuas de la
163
González Claverán, Virginia, 1988, La expedición científica de Malaspina en Nueva
González López, Ángel, Leonardo López Luján, Carolina Martín Cao Romero, Francisco
Alonso Solís Marín y Belem Zúñiga Arellano, 2011, “Una estrella de mar
Graulich , Michael, 2014, Moctezuma: apogeo y caída del imperio Azteca, Ciudad de
dioses en el México Antiguo", Estudios de Cultura Náhuatl, vol. 35, pp. 121-155.
Gutiérrez, Gerardo, 2013, “Negotiating Aztec Tribitary Demands in the Tribute Record
Guzmán Camacho, Ana Fabiola, 2007, Los peces de las ofrendas del Complejo A del
Guzmán Camacho, Ana Fabiola, 2014, Restos óseos vertebrados de algunas muestras del
164
Guzmán Camacho, Ana Fabiola, 2018, “Fishes from Complex A offerings of Templo
Mayor of Tenochtitlan (Mexico City, Mexico)”, Archaeofauna, vol. 27, pp. 21–36.
Guzmán Camacho, Ana Fabiola y Óscar J. Polaco, 2000, Los peces arqueológicos de la
Guzmán Camacho, Ana Fabiola y Óscar J. Polaco, 2005, “La arqueoictiología en México”,
Hassig, Ross, 1990, Comercio, tributo y transportes. La economía política del Valle de
Herrera, Moisés, 1990, “Informe de flora y fauna de la Calle de Santa Teresa, serpientes
Hirth, Kenneth G., 2016, The Aztec Economic World, Nueva York, Cambridge University
Press.
Kobayashi, Munehiro, 1993, Tres estudios sobre el sistema tributario de los mexicas,
165
Garza, Mercedes de la, 2002, “Los animales en la mirada de Sahagún”, en Miguel León
LeFebvre, Michelle J., Laura Brenskelle, John Wieczorek, Sarah Whitcher Kansa, Eric C.
Kansa, Neill J. Wallis, Jessica N. King, Kitty F. Emery y Robert Guralnick Sergi
Biodiversity and Archaeology Data Networks”, Plos One, vol. 14, núm. 4, doi:
10.1371/journal.pone.0215369.
León y Gama, Antonio, de 1990, Descripción histórica y Cronológica de las dos piedras,
que con ocasión del nuevo empedrado que se es formando en la Plaza principal de
Limón Olvera, Silvia y Clementina Battcock, 2013, “Aves solares: el águila, el colibrí, y el
López Austin, Alfredo y Leonardo López Luján, 2009, Monte Sagrado-Templo Mayor. El
INAH.
López Luján, Leonardo, 1993, las ofrendas del Templo Mayor de Tenochtitlan, México,
INAH.
166
López Luján, Leonardo, 2015a, “Ruinas sobre ruinas: de los aposentos de Tezcatlipoca
López Luján, Leonardo, 2015b, “Under the Sign of the Sun: Eagle Feathers, Skins, and
(eds.), Images Take Flight: Feather Art in Mexico and Europe 1400-1700, Trento,
López Luján, Leonardo, 2019a, “Al pie del Templo Mayor: excavaciones arqueológicas
López Luján y Ximena Chávez Balderas (eds.), Al pie del Templo Mayor de
López Luján, Leonardo, 2019b, “Bajo el signo del Sol: plumas, pieles e insignias de águila
en el mundo mexica”, Arqueología Mexicana, vol. 27, núm. 159, pp. 28–35.
López Luján, Leonardo, 2019c, “The Codex Mendoza and the Archaeology of
López Luján, Leonardo, 2020, “Imágenes del mundo. Las ofrendas del Templo Mayor de
López Luján Leonardo, Alejandrá Aguirre Molina e Israel Elizalde Mendez, 2022,
“Vestidos para matar: animales ataviados en las ofrendas del recinto sagrado de
167
Animales y el Recinto Sagrado de Tenochtitlan, México, El Colegio Nacional, pp.
173-216.
López Luján, Leonardo, Ximena Chávez Balderas, Norma Valentín Maldonado y Aurora
367–394.
López Luján, Leonardo, Ximena Chávez Balderas, Belem Zúñiga Arellano, Alejandra
López Luján, Leonardo y Polaco J. Polaco, Óscar, 1991, “La fauna de la Ofrenda H del
Templo Mayor”, en Óscar J. Polaco (ed.), La fauna del Templo Mayor, México,
López Luján, Leonardo, Francisco Alonso Solís Marín, Belem Zúñiga Arellano, Andrea
Cao Romero e Israel Elizalde Mendez, 2018, “Del océano al altiplano. Las
168
Maciel Mata, Carlos Alberto, Norma Manríquez Morán, Pablo Octavio Aguilar y Gerardo
Sánchez Rojas, 2015, “El área de distribución de las especies: revisión del
Marín Calvo, Antonio, 2022, “Las aves nocturnas entre los mexicas: muerte e
701-720.
Matos Moctezuma, Eduardo, 1981, Una visita al Templo Mayor, México, INAH.
Matos Moctezuma, Eduardo, 1982, “Las Excavaciones del Proyecto Templo Mayor
Mazzetto, Elena, 2013, “La comida ritual en las fiestas de las veintenas mexicas: un
Medina Rosas Pedro, Leonardo López Luján y Belem Zúñiga Arellano, 2021, “Corales
Mohar Betancourt, Luz María, 1987, El tributo mexica en el siglo XVI, análisis de dos
169
Mohar Betancourt, Luz María, 2013, “Los productos tributados a Tenochtitlan”,
Mongne, Pascal, 2019, “Plumas y aves en los documentos pictográficos y en las fuentes
escritas en el siglo XVI”, Arqueología mexicana, vol. 27, núm. 159, pp. 42–47.
Montúfar López, Aurora, 2007, Los copales mexicanos y la resina sagrada del Templo
otomíes o avatar de Tezcatlipoca?", Estudios de Cultura Náhuatl, vol. 30, pp. 113-
132.
Olivier, Guilhem y Leonardo López Luján, 2017, “De ancestros, guerreros y reyes
Phillips, Steven J., Robert P. Anderson, Miroslav Dudík, Robert E. Schapire y Mary E.
Polaco, Óscar J., 1998, La arqueofauna de la Casas de las Águilas, Templo Mayor, México,
México, INAH.
Polaco, Óscar J., 1982, “Los invertebrados de la ofrenda 7 del Templo Mayor”, en
170
Eduardo Matos Moctezuma (ed.), El Templo Mayor: excavaciones y estudios,
Polaco, Óscar J., 1991, “La fauna en el Templo Mayor, una aproximación metodológica”,
en Óscar J. Polaco (ed.), La fauna del Templo Mayor, México, AATM, INAH-García
Polaco, Óscar J., 2004, “La fauna ritual de la Pirámide de la Luna”, en Saburo Sugiyama
México, INAH.
Quesada, Javier Josep Aurell-Garrido, Sergi Gago, Olga Boet y Eulàlia Garcia-Franquesa,
Robles Cortés, Erika, 2017, Los monstruos terrestres de las ofrendas del Templo Mayor
encontrados en las ofrendas del Templo Mayor”, Arqueología Mexicana, vol. 26,
171
Robles Cortés, Erika, Adriana Sanromán Peyrón, María Barajas Rocha, Karla Valeria
Hernández Ascencio, Nataly Bolaño Martínez y Uriel Mendoza Vargas, 2018, “Un
pez marino tierra adentro. Los peces sierrra del Templo Mayor de Tenochtitlan”,
Robles Cortés, Erika, Israel Elizalde Mendez, Norma Valentín Maldonado, Gilberto Pérez
Sahagún, Bernardino de, 1989, Historia general de las cosas de Nueva España, México,
Alianza editorial/Conaculta.
Sahagún, Bernardino de, 2000, Historia general de las cosas de Nueva España, México,
Cien de México/Conaculta.
Serra Puche, Mari Carmen y Raúl Valadez Azúa, 1986, “Aprovechamiento de los
Smith, Michael E., 1990, “Long-Distance Trade Under the Aztec Empire: The
Smith, Michael E., 1996, “The Strategies Provinces”, en Frances F. Berdan, Richard
172
Smith, Michael E., Adrian L. Burke, Timothy S. Hare, y Michael D. Glascock, 2007,
Solís Marín, Francisco Alonso, Andrea Alejandra Caballero Ochoa, Tayra Parada-Zárate,
Luján, 2021, “Tesoros oceánicos del pasado. Los pepinos de mar en las ofrendas
Sugiyama, Nawa, 2014, Animals and Sacred Mountains: How Ritualized Performances
Sugiyama, Nawa y Raúl Valadez Azúa, Gilberto Pérez Roldán, Bernardo Rodríguez
Valadez Azúa, Raúl, Alicia Blanco Padilla, Bernardo Rodríguez Galicia, Fernando
Viniegra Rodríguez y Katiuska Jiménez Olmos, 2001, “Una quinta raza de perro
173
prehispánica o ¿una segunda especie de lobo mexicano?”, AMMVEPE, vol. 12,
Valentín Maldonado, Norma, 1999, “Los restos de serpientes de la Ofrenda R del Templo
del Templo Mayor”, en Bertina Olmedo Vera (ed.), Los templos rojos del recinto
Valentín Maldonado, Norma y Belem Zúñiga Arellano, 2003, “La fauna de la Ofrenda 103
Valentín-Maldonado, Norma y Belem Zúñiga Arellano, 2006, “La fauna de la ofrenda 102
Valverde-Valdés, María del Carmen, 2013, "Imágenes del jaguar en la plástica maya.
pp. 283-320.
Vargas G., José de, David Whitacre, Rodolfo Mosquera, Jorge Albuquerque, Renzo Piaza,
174
Sergio Midence, Sharon Matola, Sergio Aguilar, Neil Rettig y Tania Sanaiotti,
2006, “Estado y distribución actual del águila arpía (Harpia harpija) en centro y
Velázquez Castro, Adrián, 1999, Tipología de los objetos de concha del Templo Mayor de
Velázquez Castro, Adrián, 2000, El simbolismo de los objetos de concha de las ofrendas
Velázquez Castro, Adrián, 2007a, “El trabajo de la concha y los estilos tecnológicos del
Velázquez Castro, Adrián, 2011, “El reinado de Axayácatl y la creación Del estilo
Tenochca Del Trabajo De La Concha”, Ancient Mesoamerica, vol. 22, núm. 2, pp.
437–448.
1, pp. 295–308.
Ahuítzotl”, en Leonardo López Luján y Ximena Chávez Balderas (eds.), Al pie del
175
Velázquez Castro, Adrián y Belem Zúñiga Arellano, y Norma Valentín-Maldonado, 2017,
Victoria Lona, Naoli, 2004, El copal en las ofrendas del Templo Mayor de Tenochtitlan,
Wagner, Diana, 1982, “Reporte de las ofrendas excavadas en 1978”, en Eduardo Matos
119–142.
Williams, John W., Eric C. Grimm, Jessica Blois,. Donald F. Charles, Davis, Edward B.
Zorita, Alonso de, 1963, Los señores de la Nueva España, México, UNAM.
Zuazo, Alonso, 2004, “Carta del licenciado Alonso Zuazo al padre fray Luis de Figueroa,
176
Zúñiga Arellano, Belem, Alejandra Aguirre Molina e Israel Elizalde Mendez, 2021, "Los
Templo Mayor de Tenochtitlan", Clio Arqueológica, vol. 36, núm. 2, pp. 297-318.
Zúñiga Arellano, Belem, Leonardo López Luján, Andrea Alejandra Caballlero Ochoa,
Francisco Alonso Solís Marín, Carolina Martín Cao Romero, Yoalli Quetzalli
Hernández Díaz e Israel Elizalde Mendez, 2019, “Estrellas de mar en las ofrendas
177