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PO
E680
B369j Barak. Aharon
Un juez reflexiona sobre su labor: el papel de un Tribunal Constitucional
en una democracia I Aharon Barak ; traducción Estefania Vela Barba;
revisión de traducción José Reynoso Nüñez; obra a cargo de fa Dirección
General de Planeación de lo Jurídico de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación. - - México : Suprema Corte de Justicia de fa Nación, Dirección
General de la Coordinación de Compilación y Sistematización de Tesis, 2008.
xxii, 202 p.
ISBN 978-607-630-132-6
1. Tribunal constitucional - Juez - fmpartición de justicia 2. Función
jurisdiccional- Democracia- Terrorismo 3. Derechos humanos 4. Democracia
f. Vela Barba, Estefanía, tr. 11.Reynoso Núñez, José, colab 111.Suprema Corte
de Justicia de la Nación. Dirección General de Planeación de lo Jurídico. México
IV.t.
Esta obra fue publicada originalmente en noviembre de 2002 como prólogo para un
número especial del Harvard Law Review, con el título "The Suprema Court, 2001 Term
- Foreword: A Judge on Judging: The Role of a Suprema Court in Democracy·.
Esta obra estuvo a cargo de la Dirección General de Planeación de lo Jurídico.
Su edición y diseño estuvieron al cuidado de la Dirección General de la Coordinación de
Compilación y Sistematización de Tesis de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Diseño de portada: Erika Gómez
Suprema Corte de Justicia de la Nación
UN JUEZ REFLEXIONA
SOBRE SU LABOR:
EL PAPEL DE UN TRIBUNAL
CONSTITUCIONAL EN UNA
DEMOCRACIA
Abaron Barak
México, 2008
po
f 6(0
I3sb'1v'
~.I SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN
Primera Sala
Ministro Sergio A. Yalls I1crnández
Presidente
Segunda Sala
Ministro José Fernando Franco González Salas
Presidente
Comité Editorial
Mtro. ,,¡fomo Oñate '-aborde
5((rtf4'10 rj,rlllIr/} .!Ilnil/fo Ad",úmtrilliNI
Il'/TRODUCCIÓN ...............•........•••.................•................ XI
CAPÍTIJl.O II ................................................................ 39
Precondiciones para la función judicial
v
I
1
j
,
j
j
j
j
j
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j
, j
j
j
j
PRESENTACIÓN
~
aron Barak fue Ministro de la Suprema Corte de Israel
durante veintiocho años, once de los cuales fungió como
u Presidente. El destacado desempeño de su labor lo llevó a
convertirse en la figura más influyente de la jurisprudencia israelí.
la sabiduría que acumuló durante su larga carrera constituye un
acervo invaluable, digno de ser difundido. Por esta razón, la Suprema
Corte de Justicia de la Nación decidió traducir y publicar una de
sus principales obras: Un Juez reflexiona sobre su labor: el papel
de un tribunal constitucional en tina democracia [A Judge on
Judging: The Role of a Supreme Court in a Democracyl.
Aharon Barak nació en 1936 en Kaunias, Lituania. Sohre-
vivió a la Segunda Guerra Mundial y en 1947 emigró con su fami-
lia a Israel, país en el cual realizó sus estudios que culminaron
Con un doctorado en Derecho en la Universidad Hehrea, insti-
tución de la que años después sería nomnrado profesor asociado
y titular. Barak ocupó el cargo de Procurador General y asesor
legal del gohierno israelí, y en 1978 el de Ministro de la Suprema
Corte de Israel. Su experiencia como Ministro de la Corte la ha plas-
mado en diversas onras; la que aquí se presenta se puhlicó en un
número especial del Haroard Law Review en 2002, y dio origen a
VII
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACiÓN
x
INTRODUCCIÓN"
.. Esta (:A'1Ta no podña. halleTSe concluido sin la gt:'l1t"rosa ayud3 de varios indj\"iduos
flue proporcionaron comentarlos dignos d,.. tt:fJexión y constructin>s al poco tiempo
<k snhcitár'it:los. Sus ideas enriqu~en d dehate t."n tom') a estos tema<;. Mi agradt:·
cimienlo a Rúsie Aht:lla. Hrucc Ackennan, Akhil Amar, [K--,ri[ Beini.'>Ch. Stephen Hreyer.
Rühen Bun. Guido Calahresi, Michad Cheshin, Alan Dt"rshowitz, Owen Fis,-'" Paul
Gewirtz, Richard Gold<;tein, Gershon Gofloto\'oik. Leonard lIoffman, Frank I.1cohucci,
Jdfrey Jt:m;dl. Paul Kahn, ~Iichad Kirhy, Ro)' }\reitnc:r, Pnina l.aha\', Anrhnny Lestc:r,
l:k\-c:rley ~kLachlin, YiRal Mersel, Jon N"e\\'man. Boj]; Okoo. Georghjos P.kis. Richard
Pitdes, Ro'~ Post. Judith Resnik. Johan Sreyo. eas... Sun~rein, l.3urc:nce Trihe. Lorrain.:
Weinrih, Stephc:n \tIzner. Harry ,,"'¡¡If. Gusra,,·o Zagrehdsky, y Yitzhak Zamir. Tarnhi¿n
d~seo agradecc=-rle a Jonarhan Da ...¡d<;(m y Sari Hashi por su trahajo de traducción.
I Véase en general a Kirt1y, Michae!. "Judgin~: Renedíons 00 the ~Ioment of Dt-cision".
Ausrralum &Ir Redeu', 1999, \'01. IR. p. 4; l\IcL1.chlin, Bew"fley M" "1he Ch;tl1d: A New
wu'
R(~e forthe )udici.1.ry?", Alberta Rer.'ieu~ 1991. vol- 29, p. 540 {(;'"filo sucesim Md.achlin,
"The Chaner"t Metachlin. lkwr1ey M., 0n.e Role of the Court in rhe Posr~Charter fra:
XI
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACiÓN
s Véase, en geot::"ral, Ackerman, Bruce, Tbe Fature ofliberal Ret.JO/ution, 1992: Schwartz,
Herman, 1be 5tnt&f!)eforConstittltionaljustíce in Post-Commllnist El/rape, ZOOO; Teitd,
Ruti G., ..1mrian, fllrisprudence: Tbeorymld Context, 2' edici6n, 1999.
<iyéase infraCapitulo V.
~ V~ast" Hix, Brian,jurL'Prtulence: Tbeot)' and Contt:>xt, 2~ edición, 1999.
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACiÓN
I(l Respecto a los casns fáciles, \'I;!ase Bara).;, Aharon, Judicial Discretion, Kaufmann.
Lawand Socie~l', BriOl, Michad y Weaver William (eds.). 19Y1, pp. 359, 367; Hingham,
Tom, Tbe Business ofJudging: Se!ected F-ssays and Speeches. 2000, p. 25.
11 Para d Hércules de Dworkin, véase {)v.·orkin. Ronald, LaW$ Empíre, 19H6, pp. 239-240.
que el Juez tenga una agenda política. Como Juez, no tengo agenda
política. No me involucro en la política de partidos o en la política de
cualquier otra c1ase. Mi preocupación es la política judicial; es decir,
formular un enfoque sistemático y de principios para ejercer mi dis-
creción. Me pregunto si los Jueces de los trihunales constitucionales,
quienes estahlecen precedentes para los trihunales inferiores, tienen
(o deberían tener) una política judicial relativa a la forma en la que
ejercemos nuestra discreción. Deseo examinar la filosofía judicial
que suhyace a nuestra función como Jueces de los más altos trihu-
nales de nuestras democracias. lB
16 Véase Laskin, Bora. "The Role and Functions ofFinal ApPt'lIate Courts: The Supreme
Court of Canada", Canadian BarRetiew, 1975, vol. 53, pp. 469. 477-4HO; Lester, Anthony,
"English Judges as Law Makers·, Pub/te Law, 1993. p. 269; Lord Reid, "The Judge as
Law Maker", Joumal oftbe Societ)' 01 Pub/ic Teachers o/ Law, 1973. vol. 12, p. 22.
P Montesquieu. Tbe Spirit of Lau'S, Nugent, Thomas (trad.), University of California
especialmente en Cardozo, Benjamin N., Tbe ¡'1iature of tbe Judicial Process, 1921.
Véase P<.>SneJ", op. cit., nota 2, p. 32 (que señala que klS escritos no judiciales de Cardozo
UN JUEZ REFLEXIONA SOBRE SU LABOR INTRODUCCIÓN
son una contrihuci6n a b. filosofía dd dert:cho, agregando qut: "no sólo son eso. Tam-
hién son el esfuerzn de un juez fXlr articul;¡r sus méflx!.os para jU7gar."). Tbe Natureof
tbe Judicial Process es el primer esfuerzo sistémico de un juez por explicar la forma en
la que ra70nan los jueces y de articular una filosofía judicial.
19 Véase Gavison, Ruth, ~The Role of Courts in Rifted I">emex::racies", Israel Lau' Ret'iew,
lO Para una discusión de la situación distinta de InglaleITa, véase Lord. Hoffman, "Human
Rights and [he House of Lords" , 7be Modern Law Review, 1999, voL 62, p. 159.
II Para discusiones de este tema, véase Müller, Ingo, Hitler'sjustice: Tbe Courts o[
the Tbird Reicb, Schneider, Lucas (tradJ, 1991; y Stollds, Michael, Tbe Law Under tbe
Swastika: Studies in lRgal History in Sazi Germany, Dunlap, Thomas (trad.), 1998.
Sudáfrica es un ejemplo adicional. Para una discusión del funcionamiento de sus
jueces durante el apartbeid, su compoI1amiemo y la fonna en la qut! se dehieron de
haher comportado, véase Dyzenhaus, Da\"id, Hard Cases in Wicked Legal Systems:
South African Law in the Perspectitre o[ Legal Pbilosophy.
UN JUEZ REFLEXIONA SOBRE SU LABOR INTRODUCCIÓN
sobre la theory 01 u'!'ighing and balancing, que hace referencia al proceso de pon-
der3ción (balancing) -de los diferentes pesos (u"(';ghts)- de los valores fundamenta-
les dd sistema jurídico. Se ha optado por utilizar el concepto de ponderación y peso.
respt:Cti\"am~nk.
UN JUEZ REFLEXIONA SOBRE SU LABOR INTRODUCCIÓN
l6Yéase Laskin, op. cit., nota 16, p. 475; Rehnquist, WHliam H., MThe Changing Role of
(he Supreme COUIt", Florida State University Law Ret'icu', 1986, vol. 14, pp. 1,9-10.
., Por supuesto, los trihunales tienen orras funciones. Consultar a Hershkoff, Helen,
"State Courts and [he 'Passive \'irtues': Rethinking the Judicial Function~, Han>ard ÚlW
Retiew, 2001, vol. ] 14, pp. 1833, ]852-1876 (estudio de las prácticas de los trihunales
federales de E<>tados llnidos, tales o.)ffi() la emisi(JO de- opini()fkS c~msultivas. decisiones en
torno a asuntos políticos y participación en la administración judicial) .
.!JI Se puede argumentar que exi<;te una discrepancu entre estas dos funciones. De acuerdo
a este punto de \"ista, cerrar la hrecha t!'ntre el derecho y la sociedad requiere que el
Juez le dé expresión a k)S desarrollos modernos, mientras que tratándose de la pro-
tecci6n de la Constitución y la demc.XTad...., .se requiere que elJuez h<; prclfej,l en contra de klS
dt!'sarrollos modern~)S. Véase Scalia, Antonin, "Modemity and the Constitution", Consti-
SUPREMA CORTE DE Jl1STIOA DE LA NACIÓN
tulionaljustice endc,. O/d ComlitutiollS. Smilh. [ivind (ro.), t~5, pp. 313. 315. E<;le
punto do: ü"U e." in.1Ce'puhle. Ll_" d'K funciones r..-quieren de' un rt."Clmocimienh) de
lo" desarrnlk)S mo(kmos. 31 tiempo que se le da expre."iún 3 los pnncipios y fun-
d.lme'nh)S. y no 3 las mod3s pas,1jC'r3s.
1'l \·":a..-.e We'inrih. lorrail1t." E_. "C.lnada·s CbartcrolRights. Paradigm Ll)S(?'". Rer'ü?u' 01
El Profesor Roscoe Pound expresó esto muy hien hace ochenta años:
tema jurídico. '" Dehe reflejar los valores fundamentales de! sistema
jurídico. Cada norma se dehe integrar al marco de ese sistema. Como
lo explica el Profesor Lon Fuller:
38 Véa.<>e Harak, op. cit., nota 10, p. 152; MacCormick, Neil, legal Reasoning and Legal
7beory, 1993.
3'1 FUlier, ton L., Anatomy O/Che Law, 1%8, p. 94.
iO Véase S. Paco eo. v.Jensen, 244 U.S. 205, 221 (917) (Holmes, disintiendo); Pound,
Rú.<>coe, Tbe Formative Era o/American law, 1938, p. 45; Friendlr, Henry}., ~Reactions
of a Lawyer - Newly Hecome Judge, late lawJournal, 1961. vol. 71, pp. 218, 223.
11 Véase Traynor, Roger J., ~The Limits of Judicial Creativity", Hastings LawJournal,
1978, vol. 29, pp. 1025, 1031-1032 ("Los más grandes Jueces del common Iaw han
Procedido de esta forma, avanzando no por arranques y jalones, sino al ritmo de la
tortuga que avanza continuamente a pesar de llevar el pasado a cuestas.").
,u Véase Dworkin, op. cit., nota 14, p. 229 (plantea que los Jueces son como co-autores
de una vasta ~no\'da concatenada").
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN
fentes paradigmas de la función judicial bajo la luz de los juicios de valor inherentes
a las decisiones de políticas).
~- Yéase Schaefer, Waher V., "Precedem and Policy·, L'nit'e1SityofChicago /.aw Retojeu',
1966, vol. 34, p. 12.
011 Douglas, ~'iIIi.am O., "Stare Decisi"", ColumbiaLawRer.'ÍeU~ 1949, vol. 49, pp. 735, 754.
UN JUEZ REFLEXIONA SOBRE SU LABOR CAPíTULO I
3. Consideraciones institucionales
Sol Véase llarak, op. cil., nota 10, p. 172; Newman, Jon O., ~Between Legal Realism and
'i6 Véa:o;e Barak, op. cit., nota ]0, p. ]92; Freeman, M. D. A., ~Standards of Adjudication,
Judicial Law-Making and Pmspective Ovt!rruling", Cun-ent legal ProbJems, ]973, vol. 26,
pp. 166, 181 ("Cada institución aharca cierto grado de consenso acerca de cómo dehe
operar. Para entender la función judicial y \'ajorar la legitimidad de la creatividad judi-
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACiÓN
cial, uno dehe explorar las expectativas compartidas que definen la función del Juez.");
",reiler, Paul, "Two M(xiels of Judicial Decision-i\laking", Canadian Bar Redew, 1968,
\'01. 46, pp. 406-408.
s- Montesquieu, op. cít., nota 17.
SIl Acerca de esta pregunta, consulte a Calahresi, Guido, A Common !awlor (he Age of
5tatutes, 1982, p. 2 (propone que los Jueces sean autorizados a determinar si una ley se
ha vuelto ohsoleta).
59 Éstos no son los únicos modelos, y ciertamente no se aplican a tlxios h)s prohh:'mas
que surgen. Los menciono porque son relevantes para las dos funciones de un Juez en
una democr.tcia que discuto aquí. Par.t um dL<;cusión extensa de esl:os cklS modelos, nm<;ulte
a Cass, Ronald A, 1be Rule 01 wU' in America, 2001, pp. 46-97. Cass afirma que el
modelo prevaleciente en el derecho estadounidense es el "Modelo de Agencia Déhil,"
en el que dJuez actúa como traductor. Véase ¡bid., p. 49. 92-97. No estoy de acuerdo.
60 Véase Posner. Richard A., Tbe Federal Courts: Crisis and Reform. 1985, pp. 286-287;
UN JUEZ REflEXIONA SOBRE SU LABOR CAPíTULO I
Easterbrook, Frank H., "The Supreme Court, 1983 Terrn-Foreword: The Court and
11
the Economic System~, HaroardLawRer'iew, 1984, vol. 98, pp. 4, 60; l\lanning,)ohn F.,
~Dt:riving Rules of Statutory Interpretation from the Constitution~, Columbia Law Review,
2001, vol. 101, pp. 1648, 1648, nota 1.
M Para esta analogía, véase Posner, Rich.·ud A., Tbe Problems offllrispnu:knce, 1990, p. 269.
61 Véase Dorf, Michad c., "The Supreme Court, 1997 Term - Foreword: The Limits of
So:::ratic Dt:liheralion~, Han:ard li1w Recielt; 19H8, vol. 112, pp. 4, 19 (hace notar una alter-
nativa al textualismo "en la que los trihunales juegan un papel "ital como socios de la
legislatura, má.c¡que JJlefU'>sirvientes de la mic¡ma."); F.skridge, \Villiam N.Jr., "Spirming1egisla-
tive Supremacy". GeorgetownLawfoumal, 1989, vol. 78, pp. 319, 322; Farher, Daniel
A., "Statutory Interpretation and Legislative Supremacy", Georgetou'n Law fouma/,
1989, vol. 78, pp. 281, 284; Pierce, Richard J. Jr., "The Role of the Judiciary in Imple-
menting an Agency Theory of Government", 1\'eU' York Unit'ersitv LaU' Rer~'Íew, 1989,
vol. 64, p. 1239 (declara que todos los poderes son "los agentes del puehlo").
6.1 Véase Dworkin, op. cit., nota 14, p. 313 ("(H¿'rcules, el hipotético)uez ideal] tratará
conozco sin dudarlo que los Jueces legislan y del"lt'"n legislar, pero pueden hacerlo
si"Ao interstici;:dmente ... ~); tamhién véase Bell, op. cit., nota 45, pp. 17-20 (delinea un
modelo del Juez como un "legislador interstjcial~).
UN JUEZ REFLEXIONA SOBRE SU LABOR CAPfTUlO I
&9 Véase Barak, Aharon, RConstitutionallaw Without a Constitution: The Role of the
)udiciaryR, 7be Role ofCourts in Socie~l', Shetreet, Shimon (ed.), 1988, p. 448; Segal,
Zeev, ~ A Constitution ~"jthout a Constitution: TIle Israeli Experience and the American
Impact", Capital Unit>ersitv Law ReL'iew, 1992, vol. 21, pp. 1. 3.
70 En C.A. 6821/93, UnitedMizrahi Bank Ltd. t'. Migdal Cooperative Hilage, 49(4) P.D.
221, el Trihunal Constitucional Israelí unánimemente sostuvo que las dus "leyes Bisicas"
aprohadas en 1992, Ley Básica: Dignidad Humana y IRy Básica: Libertad de Ocupación,
jUnto con las leyes Básicas existentes en la estructura del gohkmo, son la ley suprema
de la tierra y constituyen la Constitución de Israel. A partir de Mizrahi Bank, se somete
a cualquier nUeva ley a la revisión judicial bajo estas leyes Básicas. A esk desarrollo
le llamé una ~revolución constitucional." Algunos académico.s israelís han criticado mi
enfoque. Véase, por ejemplo, Gavison, Rurh, "The Constitutional Revolution: A Reality
or a Self~Fulfilling Prophecy?~, Misbpatim, 1997, vol. 28, p. 21.
~l Véase De Smith, Srarut"Y, lord "WbcM y )owell.)effrey, judicial Ret-iewofAdministratÍl'f!
Action, 1995. pp. 159·162; Sir )ohn laws, "The Constitution: Morals and Rights", Public
Law, 1993, pp. 59..()(); Sir )olm l:lws, "law and Democracy", Public laU', 1995, pp. 72, 81;
Lord Wóolf, "Droit Public-English Style, Pub/ic Law, 1995, pp. 57,67; véase también
SUPREMA CORTE DE 1USTICIA DE LA NACiÓN
dar por sentada su existencia, dehemos luchar por ella. Este es cier-
tamente el caso de las nuevas democracias,72 pero tamhién es cierto
para las viejas y hien estahlecidas. La suposición de que "no nos puede
suceder" ya no puede ser aceptada. Todo puede suceder. Si la demo-
cracia se pervirtió y se destruyó en la Alemania de Kant, Beethoven
y Goethe, puede suceder en cualquier parte. Si no protegemos a la
democracia, la democracia no nos protegerá. No sé si los Jueces del
trihunal constitucional de Alemania pudieron haher evitado que Hitler
llegara al poder en 1930. Pero sé que una lección del Holocausto
y de la Segunda Guerra Mundial es la necesidad de promulgar Cons-
tituciones democráticas y asegurar que se apliquen por los Jueces del
trihunal constitucional cuya principal tarea es proteger a la demo-
cwcia. Fue esta consciencia la que, en la era posterior a la Segunda
Guerra Mundial, ayudó a promover la idea de la revisión judicial de
la acción legislativa 73 y tornó a los derechos humanos en un tema
central. Esto llevó al reconocimiento de la democracia defensiva 71
14
Kv. Sec'y of State for Home Affairs ex parte Leech, 1994, Q.B. 19H (Eng. C.A.) ("F_,> un
principio de nuestro derecho que cada ciudadano tenga el derecho de acceso irrestricto
a un trilmna! ... Incluso en nUestra et)Ostitución no escrita dellt' categorizarse como un
derecho constitucional. n ); R. v. Sec'y of 5tate for Home Oep·t e:rparleSimms, 3 W.L.R.
328,340 (A.e. 1999) (Canadá).
"'! Véase las fUt'ntes citadas en la nota 5.
-~ Véase Cappdleni, Mauro, judicial Ret..iet.¿' in ¡he Con/emporary '.f'orld, 1971, p. 45;
Greenherg, Duugbs, Katz, Stanlt'Y N., Oliviero, Melanic Belh y Wheatley, Ste\"en C.
(eds.), Constitutíonalism and Democracy: Transitions in /he COnlempomT)' W'orld,
1993; Tate,. e. Neal y \'allinder, Torhjórn (edsJ, Tbe Global Expansion of judicial
Pou"er, 1995; Angel, Marina, "Constirutional Judicial Review of kgislation: A Comparative
Law Symposium\ Temple Law Qllarler~)', 1983, vol. 56, p. 287.
-,1 Véase EA 1165, Yardorl'. Choirman ofCen/ral Elections Committee Por 5ixtb Knesset,
190) P.D. 365 (Israel). Este caso ah()rda la pregunta de si d trihunal p(xlría proscrihir
a un partido que negó la existencia del "E."tado de Israel" de participar en el proceso
electoral. Esta pregunta surgió porque la legislación rele\"ante no induy{J ninguna
disp( )sici6n t'xpresa en torno a la materia. El trihunal sostuvo que dicho partido no
podía participar en el proceso dectoral. Repre5(:ntand~) a la mayoría, el Ministro Sus...man
e~r¡hió lo siguiente:
las reglas hásicas sltpra~iurídjcas en esta materia son, llanamente,
el de:'fecho de:' la sociedad organi7.ada en Estado de protegerse. Ya sea
que llamemos a estas reglas "derecho natural~ para indicar que son
la ley del Estado por virtud de su naturale7.a ... o si las llamamos
con otro nomhre, estoy de acuerdo con la opinión de que la expe-
riencia de la vida requiere que no repitamos la misma equivocación
UN JUEZ REFLEXIONA SOBRE SU LABOR CAPíTULO I
TI V¿ase Kirhy, Michael, "Australian Law - After 11 Septemher 2001", Australian Bar
Ret'iew, 2001, vol. 21, p. 21; Sir Anthony Mason, irA Hill of Rights for Australia?",
Australian Bar Revieu', 1989, vol. 5, p. 79-80; McLachlin, Beverley, 7be Ro/e oltbe
Supreme Court in tbe New Democracy, 2001, pp. 13-15, manuscrito no puhlicado, en
archivo de la Biblioteca dt' la facultad de Dt:-recho de Harvard.
7lJ Véase Tate y Vallinder, op. cit., nota 72, pp. 1-5.
"19 Véase Tucker, Mama S., "The Judge's Role in Educating the Public Ahout the I..aw~,
Catbolíc Untversity l.aw Ret'iew, 1981, vol. 31, pp. 201, 205.
80Rostow, Eugene v., ~The Democratic Character of Judicial Rt'view~, Han'Ord Law
Ret'ie'U', 1952, vol. 66, pp. 193, 208.
UN JUEZ REFLEXIONA SOBRE SU LABOR CAPíTULO I
a) Constítucionalismo
law Retieu', 1998, vol. 86, p. 429 (realiza una dis[inción entre la democracia como un
valor Su.<>tan[iyo y la soheranía popular como un mecanismo de toma de decisiones).
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN
86Esta no es, uhviamente, la única razón. Para ver otras razones, Murphy, \X'alter F.,
~ümsti[u[ion,>, ülnstituti(malism, and Dem()Cracy", Constitu/ionalism and Democracy:
Transitions in (be Con/emporary Wórld, op. cit., nota 73, pp. 3, 8-12; Sunsretn Cass, R,
~Constitutkmalism and Secession~, [/nit'ersi~v oi Chieago law RerieU'. 1991, vol. SR
pp. 633, 636-643,
Véase Lord Irvine, ~Sovereignty in Comparative Perspective: Constitufionalism in
Ir'
Britain and Amt:'rica", New }ork L'niversil)' LaU' Recieu:, 2001, WJI. 76, pp. 1, 18-19.
También véase Dworkin, op. ca., nota 82.
UN JUEZ REFLEXIONA SOBRE SU LABOR CAPíTULO I
h) Supremacía legislativa
88 Véase Grirnrn, Dieter, "Constitutional Adjudicatioo aod Dem(x::racy\ Israel Law Recieu',
1999, \'o!. 33, pp. 193, 199.
89 Para un ejemplo de los problemas que resultan cuando las reglas no son claras, véase
(1997) lXl} CIR 579; L-lnge v. Austl. Broad. Corp. (997) 189 CLR 520; Stephens v. \'C.
Aust!. Newspapers Ltd. (994) lH2 CLR 211; Theophanous v. Herald & Weekly Times
ltd. 099·4) 182 CLR 104: Austl. Capital Tdeü<;iun Party Ltd. v. Comrnonweahh (992)
In CLR 106: Nationwide News Party Ud. v. Wills (992) 177 CIR 1.
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN
c) Principios fundamentales
d) Derechos humanos
95 c.A. 7325/95, Y~diot Aharonot Ltd. v. Kraus, 52(3) P.D. 1, 72 (Isra~l) (Cheshin, J.,
dL<;intiendo).
% Véase infra sección lV.H.
'T7 Véase llohbio, Norberto, Tbi? Age ofRigbts, 1990, Cameron, AlIan (trad.), 1996, p. 32
(discutiendo "la importancia crecient~ dada al reconocimiento de los derechos humanos
en los d~hates intt'"macionales, entre la g~ntt" culta y los políticos, t"n grupos de trabajo
y conferencias guht-mamentales"); Henkin, Louis, 7be Age 01Rigbts, 1990, p. ix. ("Nuestra era
es la de los derechos. Los dt"feChos humanos son la idea de nuestro tiempo, la única
idea polírico-moral que ha recibido una aceptación universal.").
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACiÓN
IOl Véase Mestral, Armand de, et. al (eds.), 1be Limitation of Human Rigbts in
Comparative Conslitutiona/ Law, 1986, pp. 1-112 (una serie de ensayos que analizan
los límites de los derechos humanos en Canadá, Europa y Estados lTnidos); Charles
Kiss, Alexandre, "Permissihle limitations on Rights·, 1be lmemational Bi/l of Rigbts:
1be COl'etlant on Cit'i/ and Política/ Rigbts, Henkin, louis (ed.), 1981, p. 290 (examina
los límites que se relacionan con d interés público en varios de los derechos humanos
consagrados en ellnternational COl'etlant on Cidl and Política/ Rigbts).
103 Para la cláusula de limitación canadiense (Artículo n, véase Hogg, Peter W.,
lO'j Véase, por ejemplo, la Convención para la Protección de los Derechos Humanos y las
106 C.A. 2/84, Neiman v. Chairman of Cent. Flectiuns U,mm. [or Elevenrh Knesser,
and the Uniled Stales, 2002, p. 1; Gotesky, Ruhin y L1szlo, Ervin (eds.), Human Dignity:
Tbis Century and Ihe Next, 1970 (un trío de ensayos que discuten sobre los derechos
humanos y la dignidad humana); Englard, Izhak, "Human Dignity: From Antiquity to
Modem Israel"s Constitutional Framt'work~, Cardozo Lau' Ret.'ieu', 2000, vol. 21, p.
1903 (discute sohre los antecedentes históricos del concepto moderno de dignidad y
la centralidad de la dignidad en el derecho israelí, dehido a la Ley Básica de la Dignidad
Humana y la Lihertad de 1992 de Israel); Fletcher, G. P., "Human Dignity as a
Constitutional Value, Universj(yolWeslern OntarioLawRel.'ieuJ, 1984, vol. 22, p. 171
("Nadie iha a cuestionar que la protección de la dignidad humana era la tarea primordial
de la cultura jurídica contemporánt'"a.~); Mdden, A. J., "Dignity, Worth, and Rights",
1be Constitution 01 Rights: l/uman Dignity and American l""a/ues, Meyer, Michael J. y
Parent, William A. (eds.), 1992, pp. 29,46 ("Prestarle atención a los derechos humanos
es de una importancia primordial para la promociún de la dignidad y el valor de los
seres humanos."); Paust, Jordan J.. ~Human Dignity as a Constitutional Right: A
Jurisprudentially Based lnquiry joro Criteria and Content", l/oward rJniversity Law
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN
¡oumal, 1984, vol. 27, pp. 145, 223 ("El Derecho de los derechos humanos provee un
juego de criterios generales enriquecedor y satisfacción por la sustitución de las
tendencias pasadas sohre la dignidad humana en las deci<;iontisl de la Suprema Corte. W),
IJO Véa~ Brennan, WilIiamJ. Jr., wTh<!' Constitution of the t ¡nired States: Contemporary
Ratification~, South Texas Law Ret'iew, 19R6, vol. 27, pp. 433, 43R ("[LIa Constituciún es
una oración suhlime 5(,hre la dignidad dd homhre, un compromiso duro de un puehlo
con el ideallihertarin de la dignidad proregida por el derecho."); Murphy, \"X'aher F.,
"An Ordering of Constitutional Values", South California Law Ret'iet.v, 1980, vol. 53,
pp. 703, 745 ("El valor hásico de la Constituci6n de Estados lInidos, concebido
ampliamente, se ha convertido en la preocupación por dignidad humana."),
tIl La Constitución de Alemania, por ejemplo, estahlece que "la dignidad del homhre
m Véase Glazer, Nathan, ~Toward an Imperial ]udiciary?", 1be Pub/ic Interest, otoño
1975, pp. 104, 122 ("Creo que tenemos una (sociedad) considerahlemente peor (de-
bido al imperialismo judiciaI], ya que un puehlo lihrt: se siente cad"l vez más hajo el
dominio arhitrario de unas autoridades intocables, yeso no puede ser bueno para
el futuro del Estado.-).
!lS Véase en lo general a Rosenherg, Gerald N., 1be Hollow Hope; Can Courts Bring
About Social Change?, 1991, p. 343 (examina la capacidad de las cortes para impulsar
el camhio social y concluye que "pedirle a las cortes que pn:x:luzcan una reforma
social significativa es olvidar su historia e ignorar sus límites~).
UN JUEZ REFLEXIONA SOBRE SU LABOR CAPíTULO I
Dentro del campo del common law, casi mil años validan mi aproxima-
ción. Si el common /aw no declara meramente lo que ha existido
desde tiempos inmemoriales -y no creo que nadie siga creyendo en
este mito- entonces es difícil negar e! papel creativo de! Juez en el
common /aw. Los Jueces crearon y desarrollaron el common /aw. 119
Los Jueces cerraron la hrecha entre el derecho y la sociedad al darle
expresión a los principios fundamentales de la sociedad. Y los
Jueces son los responsahles de que las provisiones del common /aw
sean soluciones que emhonen con las necesidades camhiantes de
la vida. Naturalmente, con el paso de los años, los Jueces cometieron
errores, pero tamhién tuvieron aciertos. Es difícil olvidar la afirma-
ción de Lord Mansfield, "los negros dehen ser liherados", 120 mientras lihe-
raha en 1772 a un esclavo negro que huía a Inglaterra de su amo
norteamericano. Lord Mansfield emitió esta afirmación después
de que la Corte escuchara del defensor del esclavo que "el aire de
Inglaterra era demasiado puro para la esclavitud." 121 Fue el Juez el 29
que declaró y dio efecto a los valores fundamentales sohre los cuales
está hasado e! common law. El Juez dehe proteger y promover estos
valores fundamentales. En estas actividades, la responsahilidad prin-
cipal recae en el Juez, el socio mayor.
119 Véase Eisenherg, 1988, op. cit., nota 35. p. 1 ("El common law... es esa parte del
derecho que está dentro del campo que les corresponde a los Jueces determinar.~);
McHugh, lI.Hchael, MThe l.aw-Making Function of the Judicial Process", Australian Law
journal, 198M, vol. 62, pp. 15-16 ("Históricamente, entonces, el Juez ha creado el
derecho que aplica. M)
un El caso de James Sornmersett, 20 How. Sr. Tr. 1,82 (K.B. 1772).
!ZI ¡bid., p. 79. .
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN
Misguided QuestforConstitutional Foundations, 2002, pp. 140, 145 (señalan que "aun-
qUe la dificultad contramayoritaria tiene una parte de verdad, tamhién ~ ha magnificad\),
tornándola desproporcionada"); véaSe también Croley, Steven P., wThe l\Iajoritarian
Difficulty: Elective Judiciaries and the Rule of law w, Unil'ersi~v of Chicago Lau'
Ret'iew, 1995, vol. 62, p. 6H9; Friedman, llarry, "Dialogue andJudicial Re\'iew n , Michigan
law Ret.1e-w, 1993, vol. 91, p. sn; Friedman, 13arry, "Tht': HistOly of the Counter-
majoritarian Difficulty, Part One: The Road to Judicial Supremacy", J'l¡TU Law Ret'iew,
1998, vol. 73, p. 333; Graher, Mark A., ~The Nonm;:¡joritarian Difficulty: Legisbtive
Deference to the Judicbry", 5tudies in American Political Der.'elopment, 1993, vol. 7,
p. 35; Winter, Steven L., "An 1.Ipside/Down View of the Countermajoritarian Difficulty",
Texas lAw Reuiew, 1991, vol. 69, pp. 1881, 1924. Farher y Sherry oh~rvan que "uno
puede llamar a estos académicos los anti-conrramayoritaristas". Farher y Sherry, supra,
p. 199, nota 8.
us Véase In re B.e. Motor Vehicle Act, (19851 2 S.c.R. 486, 497 ("No debe olvidarse que
la decisión histórica de incluir el Cbarteren nuestra Constitución se tom6 no por las
Cortes, sino por los representantes electos dd pueblo de Canadá. Fueron estos
SUPREMA CORTE DE JUSnCIA DE LA NACiÓN
constitucional es dualista~, coost íendo a la mayoña actual para proteger a las garantías
democrálicas originales); Grimm, op. cit., nota 88, p. 196.
14a Véase Dworkin, op. cit., nota 82, p. 35 ("¿Ofendeóa a la democracia el que una
corte inglesa tuviera el pooer d~ invalidar una ley blásfema por ser inconsist~nte con
la [Convención Europea de los Derechos Humanos]? No, ya qu~ la verdadera dem(XTacia
no es sólo una democracia estadística, en la que cualquier cosa que la mayoría o
pluralidad quiera es legítima por ese solo hecho, sino es una democracia comunal, en
la que la decisión de la mayoría es legítima sólo si es una mayoría que está en una
comunidad de iguales. O); Pikis, op. cit., nota 1, p. 9 ("Los derechos humanos requi~ren
de un entroncamiento conslitucional con el poder corr~spondiente del judicial para
invalidar o derogar legislación que ofenda a o sea incompatible con los derechos
humanos.-). Véase también Chemerinsky, Em:in. ~The Price of Asking the Wrong
Question: An Essay on Constitutional Scholarship and Judicial Review·, Texas Law
Relfieu.', 1984, vol. 62, pp. 1207, 1211-1296 (argumenta que la dificultad contramayoritaria
está hasada en una definición equivocada de la democracia como ma yaría); Che-
merinsky, Envin, "The Supreme Court, 1988 Term - Foreword: Th~ Vanishing
Constitution", Harvard 1aw RevieU', 1989, vol. 103, pp. 43, 74-n (igual).
UN JUEZ REFLEXIONA SOBRE SU LABOR CAPíTULO J
119 C.A. 6821/93, llnited Mizrahi Bank Ltd. v. Migdal Coop. Vill., 49(4) P.D. 221, 423-
~24; véase tamhién Silllt'nnan Arllt'lla, Rosalie, "The Judicial Role in a Democratic
State", Queen's l.aUJJourna~ 2001, vol. 26, pp. 573, 577 ("El más hásico de los conceptos
centrales que necesitamos regresar a la conversación es que la democracia no es -ni
nunca fue_ sólo sobre los deseos de la mayoría. Lo que le proporciona oxígeno
a través de sus venas democráticas vibrantes, de manera no menos forzosa, es la
protección de los derechos, a través de las cortes, incluso t'n contra de los deseos
de la mayoña.").
130 Véase Dickson, Rrian, ~The Canadian Charter of Rigbts and Freedoms: Dawn of a
l.il McLachlin, Heverley, ~Charter l\.Ij1hs~, l/Be Law Ret'iell', 1999. vol. 33, pp. 23. 31
(énfasis omitido).
L~2 Fa)' v. J.VeU' York. 332 US. 261, 282 (947).
UN JUEZ REFLEXIONA SOBRE SU LABOR CAPfTULO I
13"' Claro, en un número de estados en Estados Unidos, los Jueces son dectos por d
Abella, Rosalie, "Puhlic Palicy and (he Judicial Role", McGi/I Lawjourna/, 1989, vol.
}I, pp. 1021. 1033.
l~ V¿ase Atiyah, P. S., "Judges and Policy~, Israel Law RevieU', 1988, vol. 15, pp. 346,
369.
l~ Véase Repub/ican Party, 122 S. Ct., p. 2552 (Ginshurg, J, disintiendo).
HI Véase Vriend, U998J 1 S.c.R.. p. 566.
UN JUEZ REFLEXIONA SOBRE SU LABOR CAPíTULO I
l:~_Este tipo de cambio puede incluir, en algún punto, el uso de referéndums populares.
\ c:ase Ackennan, Bruce, ~The New Separation of Powers·, HaTt!ard l.aw Ret.'iew,
2000, vol. 113, pp. 633, 666.
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN
38
143 Holmes, op. cit., nota 37, p. 1 ("La vida del derecho no ha sido lógica: ha sido
experiencia.").
CAPÍ11JLO II
C
uáles son las precondiciones que deben existir en un sistema
• jurídico para cumplir con el papel judicial adecuado? Ya he
e discutido una condición esencial -que el sistema jurídico
opere en una democracia- pero, ¿Existen otras precondiciones
necesarias? Mi respuesta es sí. Algunas de estas condiciones varían
de sistema a sistema, mientras otras son comunes a todos los
Sistemas democráticos de derecho. Discutiré tres de estas pre-
condiciones comunes: (1) la independencia del Poder Judicial,
(2) la objetividad judicial y (3) la confianza pública en el Judi-
cial. Estas no son las únicas precondiciones generales, pero me
parecen las más importantes y las más problemáticas. Para las tres
debemos asegurar no sólo que se mantengan --que es el punto
principal_ sino también que el público reconozca que se man-
tienen.
39
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACiÓN
(Canadá); 1ñe Qut>en v. Beauregard, U986J 2S.C.R. 56, 71-74 (que señala a la separación
de poderes constitucional de Canadá y al papel de la corte como defensora de las
Iihertades hásicas como las fuentes fundamentales de la independencia judicial).
He Véase Valente v. The Queen, U985J 2 S.c.R. 673, 7().~ (Canadá) (descrihiendo a la
seguridad fmanciera como una ~condición esencial" de la independencia judicial).
1..... Véase Hughes, Patricia, "Judicial Independence: Contemporary Pressures and
Appropriate R~ponses~, Canadian BarRer.'iew, 2001, vol. 80. pp. 181, 186 (señalando
UN JUEZ REFLEXIONA SOBRE SU LABOR CAPíTULO 11
41
B. LA OBJETIVIDAD E IMPARCIALIDAD ]lIDICIAL
:od~y': Liber Amicornm in Onore di Giol'anni Longo, 1999, p, 49; lireyer, Stephen G"
JUdICial Independence in [he lTnited States", St. Louis Unil'ersity Lawjournal, 11)1-)6,
voL 40, p. 989.
¡.~I Véase Friedlan, Mar1m L., A Place Apart:judicial Independence and Accountabi/ity
In Canada, 1995, p. 268 (recomendando que Canadá realice ~renovaciones modestas"
~;ra ,asegurar la independencia completa de su Poder Judicial).
Vease Lamer, Antonio, "The Rule of Law and Judicial Independence: Protecting
Cure Values in Time of Change", [,.,..,11 Lawjournal, 1996, \"01. 45, pp. 3, 7 (argumentando
que la independencia judicial es un medio para mantener el Estado de derecho).
!53 B
arak, op. cit., nOla 10, p. 189.
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN
1';4 Véase, en lo general, Greenawalt, Kent, Law and Objectil';~J', 1992; Stavropoulos.
16~ Vt!ase Rehnquist, William H., "The Norion of a Living Consritution", Texas 1aw
Ret'ieu~ 1976, vol. 54, pp. 693, 697 (reconociendo que la interpretación de la Constitución
ddJuez "dependerá en cierto grado de su propia filosofía del derecho constitucional").
166 Véase, por ejemplo, .1Joore v. Ci~v oi E. eleveland, 431 U.S. 494, 502 (1977)
(advirtiendo que, en el "campo peligrosd dd dehido proceso sustantivo, "hay razón
para preocuparse dado que le):'; únicos límites par::J. la ... inten'ención judicial son las pre-
dilecciones de aquellos que en el momento son Mkmbros de esta Corte y que la
historia de la era de lochner ~aconSt:ia precaución y restricción").
16~ Vt!ase, por t:"jemplo, ilrt:"nnan, \'nlliam J. Jr., nReason. Passion, and 'The Progress of
the Law'", Cardozo lau' Rel"ieU', 1988. vol. 10, pp. 3, 12 (explicando que "no importa
qUt! tanto uno ha estudiado o pensado sohre la Constitución, el peso de la respon-
sahilidad que viene con d trahajo de ser Ministro de la Suprema Corte no se puede
anticipar C()mpletamente).
UN JUEZ REflEXIONA SOBRE SU LABOR CAPiTULO 11
una gran medida. l68 En dichas situaciones, trato que me guíe mi Estrella
del Norte, que es la justicia. Trato que el derecho y la justicia con-
verjan, para que así, el Ministro de Justicia imparta justicia.
C. CONFIANZA PÚBLICA
47
l(,ij V¿ase Brennan, op. cit., nota 110, p. 434 ("El pnxesn de decidir puede ser una
experiencia solítaria, prohlemática dado que los seres humanos falibles están conscientes
de que su mejor esfuerzo puede no ser adecuadu para el reto.").
69 V~ase Barak, op. cit., nota 10, pp. 215-221; Kirchheimer, Otto, Politicaljustice, 1961,
p. 17H (afinllandl) que la autoridad de la corte "descansa en la prep:uación de la
comunidad para reconocer la capacidad dd Juez de prestarle legitimidad o quitár-
sela a un acto de un indi"iduo"); Steyn, op. cit., nota 145, p. 388.
l~ Para cinco opiniunes diferentes articulando di\'ersas nociones sobre la imparcialidad
i~dicial, véase Republican Pan,l' ofMinnesota t'. lf"bite, 122 S.Ct. 252R (2002).
Señalé en un caso:
Una condici6n esencial para la independencia dd Poder Judicial es
la confianza púhlica. F.sto significa confianza púhlica en que el
judicial está impartiendu justicia de acuerdo a.l derecho. Signi-
fica confianza púhlica en que el juicio se está haciendo de manera
justa, impa.rcial, con un trato igualitario para amhas partes y sin un
trazu de imer~s personal en el resultado del caso. Significa confianza
púhlica en el <lltu nivel ~üco del juicio. Sin la confianza pública. el Ju-
dicial no puede operar. .. la confianza púhlica en el Judicial es el
recurso más preciado que posee esta rama dd gobierno. Tam-
hi~n es uno de los recursos más preciados de la nadún. Como
señaló De Balzac, la falta de confianza en el judicial es el inicio de!
final de la sociedad.
~;C:?32'84, Tzahan v. Minister of Rdigious Affairs, 4()( 4) P.D. I·H. 148. .
de \ea..-.e Baker-t'. Can; Y19 (1.S, 1M, 267 (1%2) (Frankfurter,)., disintie_n~o) (~La aUh~ndad
la Corte --que no pose:.-e ni el holso ni la espada- descansa, en ultima mstancla, en
la confianza púhlica. que se tiene sobre su autoridad moraL")
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACiÓN
1-4 V'
. ease, por ejemplo, IJickson, op. cit., nota 30, p. 384 (argumentando que ~d mi-
nistro de la Corte Suprema de Canadá dehe mostrar sensihilidad a los límites de la
capacidad de la corte para efectuar un camhio jurídico maynr~ y que ~Ia legis-
latura está mejor equipada para estahlecer los principios guía diseñados para enfrentar
~~gunos de nuestros problemas sociales más complejos").
BroU'n v. A/len, 344 \T.S. 443, 540 (953) Qackson, J, concurriendo).
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN
Perspective", ['Be law Ret.'ieu.:, 1989, voL 23, pp. 579, 589 (argumentando que los
Jueces deben ser flexihles y admitir sus errores).
1"9 Hughes, Charles Evans, Discurso en Elmira (3 de mayo de 1907), en 1be Auto-
biograpbica/l\btes 01 Charles Evans Hughes, Danelski, David J. y Tulchin, Joseph S.
(ed,.), 1973, p. 144.
UN JUEZ REFLEXIONA SOBRE SU LABOR CAP(TULO 11
51
'MS
rone, Julius, Social lJimensions oflaw andjusttce, 1966, p. 678.
CAPÍlULO III
E
n este Capítulo, deseo considerar diversos mecanismos a
través de los cuales un Juez de un tribunal constitucional en
una democracia puede cumplir con su papel. En efecto, no
es suficiente que sepamos hacia dónde necesitamos ir. Debemos
desarrollar los medios que nos ayudarán a alcanzar dicha meta.
Estos medios deben ser legítimos; el principio del Estado de derecho
se aplica primero y antes que nada a los Jueces mismos, quienes no
comparten la libertad de la legislatura para crear libremente
nuevas herramientas. Los ladrillos con los que construimos nuestras
estructuras son limitados. Nuestro poder para realizar nuestro papel
depende de nuestra habilidad para diseñar nuevas estructuras con
los mismos ladrillos viejos o crear nuevos ladrillos.!B! Algunas veces
existe una gran similitud entre las nuevas estructuras que cons-
truimos con los ladrillos viejos y las viejas estructuras que hemos
Conocido en el pasado. Tendemos a decir que no existe nada nuevo
bajo el sol y que el péndulo jurídico se columpia de un lado para
5]
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACiÓN
UIl Sunstein. Cass R., "The Supreme Court, 199; Term - Foreword: Lea\'ing Thíngs
l'ndecided", Han'ClrdlaU'RetÚ'U:. 1996. \'01. 110, pp. 4, 6. Véase. en lo general, Sunstein.
Cass R., One Case al a Time: judicial .Minimalísm on /he Supreme Court, 1999.
183
531 U.S. 98 (2000).
UN JUEZ REFLEXIONA SOBRE SU LABOR CAPíTULO 111
Cabhresi, Guido"Mln Partial (But Not Partisan) Praise of Principie, Bush v. Gore:
1So¡
él sea minimalista, debe ser minimalista; si este fin requiere que él sea
maximalista, dehe ser maximalista. Los medios que empleamos son
diversos. En este texto, me enfocaré en siete herramientas: la
interpretación, los valores fundamentales, la teoría del equilihrio,
la justiciabilidad, el interés jurídico y la huena filosofía. Empezaré
con el medio más importante para el cumplimiento del papel
judicial: la interpretación.
A. LA INTERPRETACIÓN
1. La esencia de la interpretación
56
JI:!"i Mi [eorÍa de la interpretación distingue claramente entre el interpretar y llenar una
11: Bernd, Recbtstbeorie, 1999, p. 456. Existe una laguna en el texto cuando su interpre-
tación lleva a la conclusión de que la ausencia de una solución al prohlema jurídico
entra en conflicto con el propósito del texto. Es como si falta un ladrillo esencial en la
pared que el texto construye. Una laguna puede ser aparente o no. Una laguna aparente
existe cuando el texto no cubre un caso particular. Una laguna no aparente existe cuando
el texto cuh~e el caso, pero carece de la excepción neCesaria para remover un incidente
particular de la cohertura del texto. la tradición jurídica continental autoriza :;tI Juez a
lIenar la laguna, ya sea aparente o no. Un ejemplo interesante de una laguna aparente
es la ausencia de un derecho a la privada expreso en el Bill ofRightsde Estados Unidos.
Se puede argumentar que en Griswold v. Connecticut, 381 U.S. 473 (1%5), el Ministro
Douglas colmó esta laguna. Otro ejemplo de una laguna constitucional aparente puede
encontrarse en las decisiones del Alto Tribunal de Australia en las que reconoce derechos
constitucionales wimplicitos". Véase supra sección I1.B.2.h. Un huen ejemplo de una
laguna no aparente es el caso del heredero asesino: el silencio de la ley de sucesiones
sohre la cuestión de si puede heredar es una laguna no aparente que el Juez está
autorizado para llenar. Dicha solución es preferible a aquella que le niega al heredero
su herencia por medio de la imerpretación. Véase Ihvorkin, op. cit., nota 12, p. 23.
Colmar lagunas supera la acusación de ser una "interpretación falsa~. Véase Pound,
Roscoe, ~Spurious Interpretation", Columbia Ú1W RevíeU', 1907, vol. 7, pp. 379, 382.
los Jueces del common /aw hañan bien si desarrollaran una doctrina que lidiara con
UN JUEZ REFLEXIONA SOBRE SU LABOR CAPíTULO Uf
esas lagunas. Con ella, y utilizando la analogía de las provisiones de leyes similares,
una ley --como el common law- se proyectaría al siskma y podría ser desarrollada
más allá de su lenguaje.
186 Véase en lo general Bix, Brian, Law, Language, and Legal Derenninacy, 1993.
187 Véase Harak, Aharon, wHermeneutics and Constitutional Interpretatíon", Cardozo
188 Véase Hart, Henry M. Jr. y Sacks, Alhert 1'.1., 1be Legal Process: Baste Problems in tbe
Making and Application 01 l.aw, Eskridge, \"rilliam N. Jr. y Frickey, Philip P. (eds.),
1994, p. 1169 ("Las cortes norteamericanas no tienen una teoría de la interpretación
legal que sea inteligible, generalmente aceptada y aplicada consistentemente.~).
11:19 Véase Zweigert, Konrad y Puttfarken, Hans·Jürgen, "Statutory Interpretation -
Civilian Strle", Tu/sa l.aw Ret'iew, 1970, vol. 44, pp. 704, 715 ("Una notable carencia de
la jurisprudencia continental es una metodología para el desarrollo judicial del derecho ...
que analizaría, racionalizaría y sistematizarla el papel específico del Juez en el proceso
de la húsqueda y creación del derecho. ").
UN JUEZ REFLEXIONA SOBRE SU LABOR CAPfTULO 111
2. La interpretación propositiva
190 Vt!ase. por ejemplo, larenz, Karl, llJetbodenfebre der RechtsU'issenschaft, 5~ edición,
731; Cúté, Pierre*André, Tbe Intetpretation o/Legisfation in Canada, 3' edición, 2000,
pp. 381-392: Eskridge, WilIiam N., op. cit., nota 66, pp. 24-35; Sulli\'an, Ruth, Dreidger
on the Construction oiStatutes, 3' edición, 1994, pp. 35-n.
192 Esta falta de certidumhre surgió en los escrihlS de los realistas americanos y los
académicos del legal process. Véase, Hart y Sacks, op. cit., nota 188, pp. 1124-1125;
L1ewdlyn, Karl N., ~Remarks un the Theory of Appell:lte Decision and the Rules or
Canons Ahour How Statutes Are To Be Constructt'd~, t'anderbi/t Law Relieu', 1950,
vol. 3, p. 395 (argumentando que "uno no avanza mucho en la vida jurídica sin aprender
que no existe una manera única y adecuada para lttr un caso"); Radin, l\Iax. "A Short
W'ay with Statutes~, Haroard Law Rel'ieu', 1942, \'01. 56, pp. 388, 398-399.
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN
1999, vol. 112, p. 747 (pidiéndole a los intérprdes que lean las palahras y frases en
una constitución a la luz de las palahras y frases idénticas dentro del mismo documento);
Amar, Akhil Reed, "The Supreme Court, 19')9 Term - Foreword: The Document and
the D<xtrine", Haroard Lau.' Review, 2000, vol. 114, p. 26 (enfatizando la importancia
del texto const.ituciona1). Nóle.se, sin emhargo, que no deseo estahlecer un proceso de dos
UN JUEZ REFLEXIONA SOBRE SU LABOR CAPíTULO 111
pp. 97-117.
19" ./lIcCulloch v. Maryland, 17 us. (4 Wheat.) 316, 407 (819) (énfasis omitido).
UN JUEZ REFLEXIONA SOBRE SU LABOR CAPíTULO 111
l?ll .
Hunter v. Southam Ine., (19H4) 2 s.c.R. 145, 156.
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN
IW Véase 1 Trille, op. ell., n(J{a 195, § 1-18, p. 88 (expresando escepticismo sohre si es
l<:()llrennan, William J. Jr., ~Constructing the Constitution", u.c. Davts Law Ret'Íew,
1985, vol. 19, pp. 2, 7.
M Kirhy, Michael, ~Constitutional Interpretation and Original Intent: A Form of Ancestor
Woship?", Melbourne University Law Ret'iew. 2000, vol. 24, pp. 1, 14; véase tamhién
Kirhy, op. cit., no(a 77, p. 9 .
.!On Véase, por ejemplo, Hogg, op. cit., nota 103, pp. 1393~1394 (discutiendo la
interpct.'tación de la Corte Suprema de Canadá de la frase njusticia fundamental~ en el
Cbarter 01 Rigbts).
ID} Véase Kommers. op. cit., nota 75, p. 42.
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACiÓN
lOo! Theophenous v. Herald Weekly Time Ltd., (995) 182 CLR 104, 106.
UN JUEZ REFLEXIONA SOBRE SU LABOR CAP(TULO 111
~1)5 Véase, en lo general, Scalia, Antonin, "Originalism: The Lesser Evil", University of
Cincinnatt Law Review, 2989, vol. 57, pp. 849, 862-863.
20(,Véase, por ejemplo, 1 Trihe, op. cit., nota 195, § 1-11, pp. 30-32.
107 Véase W. l-a. Univ. Hosps. ¡ne. v. Cast:v, 499 U.S. 83, 112 (1991) (Stevens, J.,
diSintiendo) (señala que la Corte vacila entre una flaproximación puramente literal" y
Una que ~husca una guía en el contexto histórico"); véase también Dorf, 1998, op. cit.,
nota 62, pp. 14-26 (1998) (discute la lucha de la Corte entre el textualismo y el
propositi...ismo).
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACiÓN
los defectos gemelos de cerrar sus ojos a los deseos de los autores
(al grado limitado de que esos deseos dehen ser considerados) y
rechazar una comprensión constitucional moderna. El originalismo
escoge lo peor de amhos mundos. Si uno se casa con el origina-
lismo, ¿Por qué no tamhién considerar la voluntad de los autores
constitucionales como una expresión del significado original? Pero
si uno tiene éxito, como los originalistas, en escapar de la mano pesada
de la voluntad suhjetiva, ¿Por qué aferrarse al pasado histórico y no
voltear hacia las necesidades contemporáneas? ¿Por qué no consi-
derar a los principios fundamentales modernos que envuelven a
la Constitución? ¿Por qué pueden unos sistemas jurídicos democrá-
ticos iluminados (como Canadá, Australia y Alemania) expurgarse
de las manos pesadas del intencionalismo y originalismo al inter-
pretar la Constitución, mientras que el derecho constitucional en Es-
tados Unidos sigue fijado en estas dificultades?208
Una Constitución es un texto que le da forma al carácter del
Estado. Lo que suhyace a la Constitución es la voluntad del puehlo.
68 Pero la voluntad del puehlo que suhyace a la Constitución es diferente
de la voluntad del puehlo que suhyace a la legislación común. 209
l19 H.C. 953/87, Poraz v. MayorofTd Aviv-)affa, 42(2) P.D. 309, 328.
llO H.C. 693/91, Efrat v: Dit. of Population Register, 47(1) P.D. 749, 765-766.
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN
12l Véase Frankfurtef. Feliz. "Sorne Rdlections on the Reading of Statutes". Columbia
law Redeu·. 1967, vol. 47, pp. 527,533, 537. 542-543.
Ul Véase Fjrat, 47(1) P.D., p. 768; véase tarnhién Regina v. Sec'yofState for the Borne
Dep't, ex parte Pierson [1998J A.c. 539, 587-588.
2.lJ Para una discusión sohre este punto, véase Cross, op. cit., nota 61; du Plessis,
lourens M., 7he Interpretation olStatutes, 1986, p. 61.
ll4 Sumtein, Cass R., "InterpTt:ting Statutes in the Regulatory State", Han.'Clrd Lau' Ret';eu',
1989, '·01. 103, pp. 405, 460; véase tamhién Siegd, ]onathan R., ~Textualic¡m and
Contextualism in Administrative Law~, Boston Unit'eTSity ww Ret.'ieu-', 1998, vol. 78, pp.
1023. 1060 (discutiendo sohre la aplicación de los "principios de transfondo" en el
derecho administrativo),
UN JUEZ REFLEXIONA SOBRE SU LABOR CAPITULO 111
véase E<;kridge, 1989, op. cit., nota 62, p. 319; Farher, Daniel A., ~Statutory Inrerpretation
and Legislative Supremacy~, Georgetou'nLawjournal, 19H9, vol. 78, p. 281; Maltz, Earl
M., "Rhetoric and Reality in the Theory of Statutory lnterpretation: 1:ndt!'renforcement,
Overenforcement, and the Prohlem of Legislatíve Supremacy~, Boslon Unit'eTSity law
Ret'iew, 1991, vol. 71, p. 767.
SUPREMA CORTE DE }USTIClA DE LA NACIÓN
234 Véase Barak, op. cit., nora 10, pp. 55-88; tamhién véase Farher y Sherry, op. cit.,
nota 124, p. 155 ("El deseo de los grandes teóricos de restringir la discreción judicial
es un sueño imposihle hasado en una falta de disposición ahsoluta para tolerar la
incertidumhre."); Barak, Aharon, "TIle Role of a Supreme Court in a Democracy",
Israel Law RevíeU', 1999, vol. 33, pp. 1-3.
235 Véase llarak, op. cit., nora 10, p. 7; Twining, William y Miers, David, How To Do
1bings Wilb Rules, 4~ edición, 1999, p. 179; Hawkim, K (ed), 7be Uses ofDiscretion,
1992; Vila, op. cit., nota 11, pp. 12-13. Véase, en lo general, Moreso, Juan José, Legal
Indeterminacyand Constitutionallnterpretation, 1998 (utiliza un análisis 16gico-formal
para detenninar las condiciones de verdad para las interpretaciones alternativas de la
legislaciún).
236 Holmes, Oliver Wendell, ~Law in Science and Science in Law~, Col/ected legal
Papers, 1952. pp. 210, 239.
~37 Véase Fiss, Owen M., "Ohjectivity and Interpretation", Stanford Law Review, 1982,
vol. 34. pp. 739, 744-745.
l36 Véase Cardozo, Benjamin N., 1be Growtb oftbe Law, 1924, p. 61.
UN JUEZ REFLEXIONA SOBRE SU LABOR CAPíTULO 111
239 Véase Raz, Joseph, Tbe Autbori~y oftbe Law, 1979, p. 197.
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN
140 Véase llamett, Randy E., nAn Originalism for Nonoriginalists", Loyola 1aw Review,
1999, vol. 45, pp. 611, 620-629; Easterhrook, Frank H., ''The Role of Original Intent in
Statutory Construction", Haroardjournalof1aw and Public Po/icy, 1998, vol. 11, pp.
59,65 ("El significado de las leyes no dehe ser encontrado en las múltiples mentes del
Congreso, sino en la comprensión de la persona ohjetivamente razonahle."); Eskridge,
William N. Jr., "The New Textualismn, VClA Law Review, 1990, vol. 37, pp. 621, 624;
Eskridge, WilIiam N. Jr., ~Textualism, the Unknown Ideal?", Michigan Law Reciew,
1998, vol. 96, pp. 1509, 1511; Scalia, op. cit., nOla 205, pp. 862-865 (argumentando que
la aproximación ~originalista" a la interpretación es preferihle a la aproximación "no
originalista"); Taylor, George H., "Structural Textualism", Boston University Law Revieul,
1995, vol. 75, pp. 321, 330-332; Zeppos, Nicholas S., "Justice Scalia's Textualism: The
'Nev.:' New legal Process", Cardozo Law Review, 1991, vol. 12, p. 1597.
241 Véase 'X11inington, Keith E., Constitutionallntetpretation: TextUal Meaning, Original
245 Esta distinción ha sido discutida por los realistas norteamericanos. Véase Frank,
Jerome, "Words and Music: Sorne R~marks on Statutory Imerpretation\ Haroard Law
Revieu:, 1947, vol. 47, p. 1259; Radin, op. cit., nota 192; Radin, Max, WStatutory
Interpretation~, HaroardLawReview, 1930, vol. 43, p. 863.
w
246 Véase Hart, H. L. A., "Positivism and the Separation of law and Morals , Haroard
z..s Véase Eskridge, William N. Jr., "Puhlic Values in Statutory Inrerpretation~, University
o!Pemis)'!vaniaLawReview, 1989, vol. 137, pp. 1007-1009; Sunstein, op. cit., nota 224,
pp. 426-428.
H9 Cr.A. 677/83. Borochov v. Yefet, 39(3) P.D. 205, 218.
UN JUEZ REFLEXIONA SOBRE SU LABOR CApíTULO IU
Dworkin distingue entre el principio y la política {púhlica). Véase Dworkin, op. cit.,
2';0
nota 14, p. 244. No insisto en esta distinción. Véase tamhién MacCormick, N., ~On
Reasonableness", Les Notions a Contenu ¡ariable en Dmit, Perdman, Chaim y
Elst, Raymond Vander (eds.), 1984, capítulos S-8.
ease Cardozo, op. c¿it., nota 18, pp. 88-89, 1O8.
<'iIV'
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACiÓN
~5¡Véase Raz,Jo~ph. Klegal Principies and the Limits of Law", }(¡Ie laU'journal, 1972,
vol. 81, pp. 823, 849 eEn la mayoría de los países, uno de los principios generales que
limita la discreción judicial ohliga a los Jueces a actuar s610 sohre aquellos valores )'
opiniones que cuentan con el apo}'o de un segmento importante de la pohlación."):
\l'dlington. Barry H., wCommon Law Rules and Constitutional Douhle srandards: Sorne
Nofes on Adjudication", }'a/e LaU'journal, 1973. vol. 83, pp. 2ll, 236.
UN JUEZ REFLEXIONA SOBRE SU lABOR CAPíTULO UI
"'~----------
H.c. 58/68, Shalit v. M.inister of Interior, 23(2) P.D. 477, 602.
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN
154 Holrnes, Oliver Wendell, "Law and the Court", Ho/mes, op. cit., nota 236, pp. 291,
294-295.
l~$ Véase Barak, op. cit., nora lO, pp. 213-215.
l% Traynor, op. cit., nota 41, p. 1030.
UN JUEZ REFLEXIONA SOBRE SU LABOR CAPíTULO 111
tica que dice que considerar a los principias fundamentales del pre-
sente puede dañar a los individuos de la minoría. 259 La respuesta a
esta crítica es, inter a/ia, que los valores fundamentales del presente
no son necesariamente los valores que la mayoría de hoy acepta.
Son los valores profundamente sostenidos de la sociedad que se han
desarrollado con el tiempo. De nuevo, son precisamente los Jueces,
quienes disfrutan de una independencia dehido a que ejercen un
cargo por designación, quienes están en la posición adecuada para
ignorar las modas pasajeras y darle expresión a los valores profun-
damente sostenidos por la sociedad. 260 Sin duda, la falta de rendi-
ción de cuentas de los Jueces es su atrihuto más preciado,261 que les
permite darle expresión a los principios profundamente sostenidos de
la sociedad en su progreso a través de la historia.
2P H.C. 399/85, Kahane v. Broad. Auth. Mgmt. Bd., 41(3) P.D. 255, 276·2n (Israel)
(citaciones omitidas) .
..!UI C.A. 294/91 , jerusalem Cmty. Hurial Soc'y v. Kesrenhaum, 46(2) P.D. 464, 521 (Israel).
M C.A. 105/92, Re'em Eng'g Contractors Ltd. v. l\.Iunicipality of tJpper Nazardh, 47(5)
P.D. 189, 211.
UN JUEZ REFLEXIONA SOBRE SU LABOR CAPíTULO 111
m Véase Summers, Rohert S., "The General Duty of Go.xl Faith -Its Recognition and
Conceptualization", Crone//LawRet'iew, 1982, vol. 67, pp. 810, 829-830.
l73 Este concepto ha sido desarrollado primordialmente en d derecho continental, es-
pecialmente en el derecho alemán. El Código Civil alemán estahlece que "el deudor
está ohligado a actuar conforme a los requerimientos de la huena fe, considerando los
Usos comunes." S242 BGB. En Israel existe una disposición similar, de acuerdo a la cual.
cada acción jurídica, como un contrato, dehe ser ejecutada con huena fe. Véase la ley
!IBUOT!CA D! DI
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACiÓN
de Jos Contratos (Parte GeneraD, 1973, 271.S.I. 123, § 39 0972-1973). Antes de que se
promulgaran Itqes para estas materias, el common lawde Israel reconocía este principio.
Sol1re la nuena fe en el derecho de los contratos, véase Burton, Steven J. y Anderson,
Enc G., Con/ractual Good Faitb: Forma/ion, Performance, Breacb, Enforcement, 1995;
Brownsword, Roger, Hird, Norma J. y Howells, Geraint (ed~.). Good Faitb in Con/racl:
Concep/ and Context, 1999; Ikatson, Jack y Friedmann, Daniel kds'), Good Failb and
Faul/ in COnlracllaw, 1995.
r1 C.A. 6339/97, Roker v. Salomon, 55(1) P.D. 199, 279 (citaciones omitidas).
UN JUEZ REFLEXIONA SOBRE SU LABOR CAPfTULom
C. PONDERAR y PESAR
97
Desde mi experiencia judicial, he aprendido que "ponderar" y
"pesar" aunque ninguno es esencial o universalmente aplicable, son
I
<'5 La siguiente pregunta interesante ha surgido en Israel: ¿Está el deher del individuo
para con el Estado limitado meramente por la huena ft", o tit"nt" d indiYiduo un deher
fiduciario con el Estado? Véase H.C. 164/97, Kontris Ltd. v. Fin. Ministry, Customs
Branch, 52(1) P.D. 289.
N Véase Burton, Steven J. y Anderson, Eric G., "The Wurld uf a O)nrract\ Jowa Law
RevleU', 1990, vol. 72, pp. 861, 873; Hesselink, Martijn Willem, ~G()od FaithW, Tou'tlrds
an European Civil Code, Hartkamp, Arthur et. al (eds.), 1998, pp. 285, 294.
m Los Jueces invalidaron contratos t"n un número de países durante periodos de
inflación extremadamente alta, como fue el caso de la Alemania previa a la Segunda
Guerra Mundial.
T'8 La huena fe reemplaza la doctrina de los términos implícito..'i. F_'i similar al principio
Lawjourna/, 1987, vol. 96, pp. 943, 946-947; comn, Frank M., ~Judicial Balancing:
The Pratean Scales of justice", lV'rV Law Review, 1988, vol. 63, pp. 16, 23; Henkin,
Louis, "Infallibility Under Law: Consti(Utional Balancing", Columbia LawReview. 1978,
vol. 78, pp. 1022, 1025; La Forest, Gerard v., "The Balancing of Interests Under rhe
Charter", Nationa/journal ofConstilutionallaw, 1992, vol. 2, pp. 133-134; Nagel,
Rohert F., ~Liberals and Balancing", Universily oj Colorado law Review, 1992, vol. 63,
pp. 319, 321; SuIlivan, Kath1een M., "posr-Liheraljudging: The Role of Categorization
and Balancing~, UniversityojC%radolawReview, 1992, vol. 63, pp. 293-294.
zs.¡ Véase in/ra p. 71.
185 Véase Farher y Sherry, op. cit., nota 124 (argumentando Que ninguna teoría única y
¿¡¡g En un número de artículos, el Profesor Richard Pildes ha enfatizado que los Jueces
que hablan de "ponderación" no "ponderan" sino interpretan. Véase Pildes, Richard H.,
"Against Balancing: The Role of Exclusionary Reasons in Constitutional Law", Hastings
LawJournal, 1994, vol. 45, pp. 711-712; PUdes, Richard H., "The Structural Conceptioo
of Righrs and Judicial Balancing", Ret/iew 01Constítutional 5tudies, 2002, vol. 6, pp. 179,
188-189. Estoy de acuerdo con Pildes en que ponderar no es un análisis económico de
Costos y beneficios. Tamhién esroy de acuerdo en que, tratándose de una constitución
o una ley, estamos interesados en la interpretación del texto. lo que yo sostengo es
que, denrro del marco de la interpretación de un texto y la detenninación de su
propósito ohjetivo, surge un proceso en donde se pondera. Por ejemplo, una ley cuyo
Origen data de la época en la que Israel estaha hajo el mandato de Gran Bretaña
establece que el ALto Comisionado -hoy Ministro de Interior- puede cerrar un
periódiCO si, de acuerdo a su discreción, ~cualquier asunto que aparece en el periódico
es ... prohable que ponga en peligro a la paz púb1ica.~ Press Ordinance, 1993, § 12(2)(a).
Al interpretar la palahra "probable", la Suprema Corte de Israel ha ponderado el derecho
a la lihertad de expresión con el interés por la paz pública, sosteniendo que "probable
de poner en peligro a la paz púhlica" significa que existe una gran certidumbre de que
la puhlicación en efecto dañe la paz púhlica. Véase H.C. 73/53, "Kol HaAm~ Ca. v.
Minister ofInterior, 7 P.D. 871. la clasificación que PUdes sugiere no niega a la teoría
de la ponderación. Simplemente la uhica dentro del marco del proceso interpretativo.
En este punto, estoy de acuerdo con él, y lo he reconocido en muchas opiniones.
Vea5e H.C. 693/91, Efrat v. Dir. of Population Register, 47(1) P.D. 749; Cr.A. 6696/96,
Kahana v. State of Israel, 52(0 P.D. 535.
<89 Véase Kelsen, Hans, Pure Tbeory 01 Laur, 1960, IMax Knighr (trad.), 19671, p. 352.
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN
1. La fórmula de ponderación
Véase H.C. 2481/93, Dayan v. Jerusalem Dist. Comm'r, 48(2) P.D. 456 .
./9,
Véase MKol HaAm" Co., 7 P.D. p. 871; Barak, Aharon, "Freedom of Expression and
./92
lts Limitations", Cha/Ienges lO Democracy: Essays in Honour and Memory of lsaiah
Berlin, Cohen~Almagor, Raphael (ed.), 2000, pp. 167,179-180.
./93 "Kal HaAm~ Ca., 7 P.D., p. 881.
./9oi F.H. 9/n, Isr. Elec. Co. v. Haaretz Newspaper Puhl'g Ltd., 32(3) P.D. 337, 361.
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACiÓN
lr, Véase H.e. 448/85, Dahar v. Minister of Interior, 40(2) P.D. 701.
198 Para la distinción entre el alcance del derecho y el grado de protección que se le
Puede dar, véase Schauer, Frederick, Free Speecb: A Philosopbical Enquif)', 1982, p. 89.
l')<¡ Sohre la justiciahilidad y la doctrina de las cuestiones políticas, véase, en lo general,
1 Tril1t', op. cit" nota 195, § 3-13, pp. 365-385; Zemach, Yaacov S., Politica/ Questions
in tbe Courts, 1976.
300 Véase Marshall, Geoffrey, "]usticiahiliry", Oxford Essays inJurispntdence, Guest, A.
G. Ced.), 1961. pp. 265, 269-270.
)JI Véase Henkin, Louis, "Is There a 'Political Question' Doctrine?", Yale LaU'Journal,
1976, vol. 85, pp. 597, 621-622; Redish, Martin H., "Judicial Review and the 'Political
Question'\ .Vortbu'eStern Unh'eT"Sitr LaU' Retiew. 1984, vol. 79, pp. 1031, 1055; vease
tamhién Hershkoff, op. cit., nota z7, pp. 1877-1898.
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACiÓN
1. Justiciabilidad normativa
307 Véase H.e. 5167/00, Weiss v. Prime Míníster, 55(2) P.D. 455.
308 Véase R.e. 6057/99, Vicfims of Terrorísm Ass'n v. Gov·t of Israel (no reporta~
do); véase ramhién H.e. 3230/99, EIias v. Gov't of Israel (no reportado); Re. 8840/96,
EIazra v. Stare of Israel (no reportado); H.C. 5934/95, Shilansky v. Prime Minister (no
reportado); H.C. 4064/95, Parar v. Chainnan oE Knesset, 49(4) P.D. 177.
309 Véase H.C 6315/97, Federman v. Prime Minisrer (no reportado); H.C 2455/94,
"BeZedek" Organizarían v. Gov·t of Israel (no reportado); H.e. 5581/93, Victims of
Arah Terrorism v. State oí Israel (no reportado); H.C 1403/91, Karz v. Gov'( ofIsrad,
45(3) P.D. 353; He. 659/85, Bar Yosef~Yoskovitz v ..Minister of Police, 400) P.D. 785.
UN JUEZ REFLEXIONA SOBRE SU LABOR CApíTULO 111
110 Véase H.e. 3451/02, A1madani v. Minister of Def., 56(3) P.D. 30.
311 Véa.<ie, por ejemplo, H.e. 5364/94, \\:alner v. Chairman of lsradi Lalxx Party, 49(1) Po.
758; Re. 2285/93, Nahum v. Mayor of Petah-Tikva, 48(5) P.D. 630; H.C. 4248/91,
Natanzon v. Mayor of Holon, 46(2) P.D. 194; H.e. 1635/90, Jerjevsky v. Prime Minister,
45(1) P.D. 749; H.e. 1601/90, Shalit v. Peres, 44(3) P.D. 353. Para un análisis crítico del
caso, véase Kretzmer, David, ~Political Agreements: A Critical IntToduction~, Israel Law
RevieU', 1992, vol. 26, p. 407.
3l! Véase H.C. 3460/02, Hale\.y v. Prime Minister (no reportado).
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACiÓN
2. La justiciabilidad institucional
cómo el insistir en que una rama del Estado respete al derecho puede
lastimar a esa rama o socavar la relación entre estaa y las otras ramas."320
Uno podría argumentar que la no-justiciahilidad institucional
está implícita en el principio de división de poderes. No puedo acep-
tar este argumento. La división de poderes no es un permiso para
que una rama del Estado viole a la Constitución o una ley. Sin duda,
es natural que una rama política realice consideraciones políticas,
pero al mismo grado también es natural que el Judicial examine si
estas consideraciones políticas -por más prudentes que sean- son
consistentes con el derecho Constitucional o legislativo. Como
escrihí en Ressler..
319Re. 73/85, "Kach" Faction v. Chairman of Knesset, 39(3) p.n. 141, 163.
3m Ressler, 42(2) p.n., p. 490.
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACiÓN
3U ¡bid., p. 491.
UN JUEZ REFLEXIONA SOBRE SU LABOR CApíTULO 111
3Q Ibídem.
313 Re. 390/79, Da.-wikat v. Gov't of Israel, 34(1) P.D. 1.
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN
3H [bid., p. 4.
m 531 U.S. 79 (2000).
316 Para una vísíón contraria, véase Calabresi, Steven G., nA Polirical Question", Busb v.
Gore: Tbe Question ofLegitimacy, Ackerman, 13ruce (ed.), 2002, p. 129; Rosen, Jeffrey,
"Political Questions and the Hazards of Pragmatism", Bush v. Gore, supra, p. 145.
3!7 N6tese que no expreso una opinión sohre el contenido de la decisión, ya que no
AJordecbai Kremnitzer & Yoar Dotan, Judicial Activjsm, For and Against: Tbe Role of
Ihe High Court ofJustice in Israeli Socje~y, 1990, p. 84.
319 Véase Currie, David P., TbeConstitution ofthe Federal Republic ofGermany, 1994,
p.170.
330 Véase Operation Dismande v. The Queen, [1985]1 S.e.R. 441, 455 (lilas decisiones
del Gahinete caen dentro de la sección 32(1)a del Chartery son, por lo tanto, revisables
por las Corres y están sujetas al escrutinio judicial por su compatibilidad con la Cons-
titución."); Hogg, op. cil., nota 103, p. 810 ("Fs claro que no existe una doctrina de
las cuestiones políticas en Canadá."). Pero véase también Sossine, lome, Boundan·es
ofJudicial Review: 7be LawofJusticiabilit)'in Canada, 11)')9, p. 199 ("Basada en los diversos
escenarios en los que los tribunales canadienses han sostenido que disputas polí-
ticas no son justiciahles, la visión de que en Canadá no existe una doctrina de las
'cuestiones políticas· necesita ser revisada.").
331 Véase H.C. 428/86, llarzUai v. Gov't ofIsrael, 40(3) P.D. 505.
m Véase He. 5100/94, Pub. Conun. Against Torture in !sr. v. Gov't of Israel, 53(4) P.D.
817.
j33 V6L.<;e irifra pp. 165 _ 166 00 que respecta a los límites del alcance de la participación de
sin emhargo, que prefiero desestimar una demanda por una falta de
causa para la acción, que por la no-justiciahilidad institucional.
En casos en los que mis colegas de la hanca han rechazado de-
mandas por la no-justiciahilidad institucional, tamhién las he deses-
timado, pero no por la no-justiciahilidad; más hien, encontré que
el acto revisado caía dentro de una amplia zona de raz.onahilidad,
y por ello, era legal. Enfocarse en la legalidad del acto, más que
en la no-justiciahílidad, incrementa la confianza púhlica en el Estado
y le permite al trihunal constitucional cumplir su papel en una
democracia. 331
E. EL INTERÉS JURÍDICO
356 Veáse H.e. 935/89, Ganllr v. Attorney Gen., 44(2) P.D. 485.
337 Véase H.e. 4267/93. Amitai: Citil.ens for Proper Admin. & Integrity v. Prime ~finister
of Isr., 47(5) P.D. 441; H.e. 3094/93, Movement for Quality Gov'tv v. Gov't of Israel,
47(5) P.D. 404.
3}8 Véase He. 852/86, Aloni v. Minister of ]ustice, 41(2) P.D. 1.
El cómo un Juez aplica las reglas del interés jurídico es una prueha
clave para determinar su concepción de la función judicial. 344
Un Juez que concihe a su función como la de decidir una disputa
entre dos personas que tienen derechos -y nada más- tenderá
a enfatizar la necesidad de que exista un agravio de hecho. En con-
118 traste, un Juez que concihe a la función judicial como cerrar la hrecha
entre el derecho y la sociedad y proteger a la democracia (formal
y sustantiva) tenderá a expandir las reglas del interés jurídico.
Escrihí lo siguiente en Ressler, un juicio que llevó a la liheralización
de las reglas del interés jurídico en Israel:
342 Véase H.C. 453/94, Isr. Women's Network v. Gov't of Israel, 48(5) P.D. 501.
343 Véase H.C. 6673/01, Movement for Quality Gov't v. Minister of Transp. (aún no
reportado); H.C. 932/99, Movement for Qualiry Gov't v. Chairman of Apointrnents
Review Cornm., 53(3) P.D. 769;.h.c. 3073/99, Movement for Quality Gov't v. Ministerof
Educ., 44(3) P.D. 529; H.C. 6972/96, Movement for Quality Gov't v. Attorney Gen.,
5H2) P.D. 757; He. 2533/77, J\lovement for Quality Gov't v. Gov't of Israel, 51(3) P.D. 46.
3-... Véase, por ejemplo, Bennet /.:. Spear, 520 U.S. 1;4, 162 (997) eAI igual que sus
contrapartes constitucionales, estos 'límites auto-impuestos judicialmente (por ejemplo,
el interés jurídico) al ejercicio de la jurisdicción federal' están 'hasados en una preocu-
pación por el papel adecuado -y adecuadameme limitado-- de los trihunales en una
sociedad democrática' ... ~ (citaciones omitidas)); Lujan v. Defenders of Wildlife, 504
U.5. 555, 562 (992); Allen v. Wrigbt, 468 U.S. 737, 752 (984) ("El derecho del interés
jurídico del artículo III está construido sohre una idea hásica - la idea de la división
de poderes.").
UN JUEZ REFLEXIONA SOBRE SU LABOR CAPíTULO 111
3'5 H.e. 910/86. Ressler v ..Minister of Der., 42(2) P.D. 441, 458.
346 Véase, en lo g~, Segal, Zeev, 7be Rigbt ofStanding in the Higb Courl offustice, 1984.
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE lA NACiÓN
HIIVéase Cassels, Jamie, "Judicial Activism and Puhlic Interest Litigation in India:
Attempling ¡he lmpossihle", AmericanJournal ofComparatil.'e LaU', 1989. vol. 37, pp.
495.49&-499. Véase tamhién Gupta v. Union of India, AI.R. 1981 S.C. 87, 218-220.
UN JUEZ REFLEXIONA SOBRE SU LABOR CAPfTULO 111
asuntos que pueden servir como el tema de una disputa, mientras excluyen a ()(ros asun-
tos de la posibilidad de ser d tema de una disputa. Esto depende por completo en el
arreglo jurídico positivo ... Juzgar en el sentido funcional no tiene un examen a priori
ohjetivo. Se juzga respecto de aquellos asuntos para los cuales el derecho positivo le
da al procedimiento una forma de una disputa. R).
m Ressler, 42(2) P.D., P. 465.
UN JUEZ REFLEXIONA SOBRE SU LABOR CAPíTULO 111
F. EL DERECHO COMPARADO
OS} c.A. 295/81, Estate of Sharon Gavrid v. Gavrid, 36(4) P.D. 533, 542-43.
351 Véase 7be Police v. Georgbiades, (983) 2 C.L.R. 33, 50-54, 60-65, en donde el
~-1inistro Pikis comparó a diversos sistemas jurídicos nacionales e internacionales para
darle contenido al derecho a la privacidad. La Corte Suprema de Chipre decidió que
el derecho a la privacidad no $(Slo es válido frente al Estado, sino que también se aplica en
las relaciones entre los individuos.
3~5 Véase 1 Zwdgert. Konrad y Kütz, Hein, Illtroduction lo Comparati~'f! law, Wdr,
Tony (trad.), 2" edición, 1987, p. 5.
3';/; Véase Ibid., pp. 4.5.
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACiÓN
~." Para una discusión sohr~ d derecho comparado y los trihunales, véase, en lo
general, Drohnig, Ulrich y Erp, Sjef van (eds.), 1be Use ofComparative 1aw by Courts,
1999; Frankenherg, Günter, "Critical Comparisons: Re-lhinking Comparative Law",
Harvardlnternationa/1aw]ouma/, 1985, vol. 26, p. 411; Glenn. H. Patrick, ~Compa·
UN JUEZ REFLEXIONA SOBRE SU LABOR CAPíTULO 111
rative law aod legal Practice: 00 Removiog the Borders", Tu/sa Law Reviete. 2001,
vol. 75, p. 9n.
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACiÓN
3>11 Véase Jackson, Vicki C. y Tushnet, Mark, Comparative Constitutional Law, 1999;
361 Véase R. v. Keegstra [1990J. 3 S.CR. 897, 740; Rahey v. The Queen, [198711 S.CR.
588, 639 ("Mientras es natural e incluso deseahle que los tribunales canadienses se
refieran a la jurisprudencia constitucional norteamericana para huscar una dilucidación
dd sigrtificado de las garantías del Charterque tienen sus contrapartes en la Constitu-
ción de Estados Unidos, deben ser precavidos para no trazar un paralelo definitivo
entre Constituciones que nacieron en diferentes países, en diferentes ép(xas y bajo muy
distintas circunstancias."); Hogg, op. cit., nota 103, p. 827.
3(,1 Para los productos de algunas de las más importantes convenciones internacionales,
y" Véase Po.<¡ner, Richard A., Tbe Problematics o/Moral and l.ega/7beo1)', 1999, p. 227;
Posner. Richard A., 1be Prob{ems ofjurispnulence, 1990.
n Véase Posner, Richard A., "Against Constilutional Theory", XlV Law Rel'iew, 1998,
vol. 73, p. 1.
n Véase Bix, Brian,jurisprudence: 7beor)'andContext, Z! edid6n, 1999.
n Patterson, Edwin, jurispnuience: Men and Ideas oftbe LaU', 1953, p. 556.
UN JUEZ REFLEXIONA SOBRE SU LABOR CApfrULO 111
n Véase Hergert. James E., Contemparary German Legal Pbi/osopby, 1996, pp. 23-24
(discutiendo la teoría de la filosofía jurídica integral y el trabajo de Winfried Brugger);
Benn:m. Harold J, "TO\vard an Integrative Jurisprudence: Politics, l\Iorality, Hishlry\
California lau' Ret'Íetl', 19M, vol. 76, p. 779; Rrugger, Winfrkd, "Legal Interpretation,
&hools of jurisprudence, and Anthropology: Sorne Rernarks Frorn a German Point of
View", American ]oumal of Comparatil'l' Lau: 1994, vol. 42, p. 395: Hall. jerome,
"Integrative Jurisprudt"nce. /llterpretatio71s o/ .1Iodern Legal Pbi/osopbies: Essays in
Honor ofRoscoe Pound Sa)Te, Paul (ed'), 19·17, p. 313.
n Véase Lord Wool[, "Judicial Revkw - The Tensinns Betv.'een the Ext'CUtive and the
judiciaryn, Law Quarter~r Ret'iew, 1998. vol. 114, p. 579.
CAPÍlULO IV
S titucional y las otras ramas del Estado,376 una tensión que nace
de los diferentes tipos de papeles de las ramas. El papel del
Judicial es revisar las acciones de las otras ramas y evaluar si están
actuando de manera correcta y legal. Esta función, naturalmente
se encuentra en oposición con las otras ramas, particularmente cuando
el Judicial, por sus reglas, frustra las metas políticas que las otras
partes del gobierno persiguen. En tales circunstancias, muchos ar-
gumentan que un cuerpo que no sea sujeto de rendición de cuentas
para la gente, no debe poder frustrar la voluntad de la gente. Entre
más preciado sea el acto nutificado para los corazones de las auto-
ridades políticas, mayor será la crítica, ampliada a través de todos
37(, Véase Lord Woolf, -Judicial Review - The Tensions Between the Execu(ive and (he
]udiciaryW, 1aw QtMrterlY Review, 1998, vol. 114, p. 579.
133
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN
}-7 Véase Leuchtenhurg, William E., "lbe Origins of Franklin D. Roost::velt's 'Court-
packing' Plan~, SlTP, CT. REV., 1966, p. 347 (describe el deseo dd Presidente Roosevelt
de ~empacar a la Corre~).
3"8 Este ejercicio de la autoridad judicial creó tensión entre la División de Apelación y el
de esta tensión, pero no ceder ante ella. En efecto, cada Juez aprende,
con el paso de los anos, a vivir con esta tensión. La experiencia
fortalece al Juez. Muchos factores afectan la intensidad de la tensión
entre el trihunal y las otras ramas del gohierno. En las páginas si-
guientes, quisiera considerar dos factores: la actitud hacia el Estado,
y la comprensión que tienen el Poder Judicial y las otras ramas
del principio de división de poderes.
tensión entre la Corte y las otras ramas del gohierno puede culminar
en una crisis. Una tradición política duradera y una restricción guher-
namental significativa en el ejercicio del poder -incluyendo la
restricción judicial hasada en la visión de que el Judicial mismo es
una rama del Estado- son lo único que puede prevenir una crisis.
Amhas salvaguardas, claro está, existen en Estados Unidos.
Bajo el segundo modelo de sociedad, el Estado -repre-
sentado por el Ejecutivo y el Legislativo- es concehido como la
realización de las aspiraciones nacionales. La actitud hacia el Estado
es una de respeto y admiración, más que de sospecha. Creo que esta
fue la aproximación de varios países continentales antes de la Se-
gunda Guerra Mundial. En este modelo, existe una tensión mínima
entre el Judicial y las otras ramas: el Judicial actúa como una insti-
tución púhlica que representa al Estado, y ve su propósito como el
de permitirle al Estado alcanzar las metas y aspiraciones nacionales.
Bajo el tercer modelo de sociedad, se percihe al Estado tanto
como una fuente de hien, como una fuente de mal. Se le teme al
136 Estado por ser una fuente de daño para el individuo. En este
modelo, los derechos de un individuo incluyen no sólo al derecho
negativo en contra de la intervención del Estado, sino tamhién al
derecho positivo (status positivus) para la protección de las liher-
tades esenciales y disposiciones sohre servicios vitales. 382 Creo que
(edsJ, 1993, p. 298 (argumentando que el Charter 01 Ríghts and Freedomsde Canadá
impone no sólo restricciones negativas al gobierno, sino obligaciones positivas tarnhién);
Cume, David P., ~Positive and Negative Constitutional Rights H , Uníversit)'olChicago
Law Revieu', 1986, p. 864 (argumentando que la Suprema Corte a veces ha interpre-
tado a disposiciones constitucionales que están negativamente redactadas de manera
que imponen deberes guhernamentales positivos).
3801 V~ase Castan, Melissa y Ja';;eph, Sarah, Federal Constitutional Law: A Contempo-
New Era?n, ReviewolConstitutional 5tudies, 1994, vol. 2, pp. 1-3; Mclach1in, ~The Role
of the Court", op. cit., nota 1, p. 52.
385 Véase Dickson, supra, nota 384, pp. 15-16.
386 Véase McKinney v. Hd. of Gowrnors ofthe Univ. of Guelph, [199OJ 76 D.LR. 545,
624 (expresando escepticismo sobre la proposición de que ~e1 gohierno no puede
violar al Charter por su negativa para actuar").
387 Basic Law: Human Dignityand Liberty § 2 (992).
,., lbid., ! 3.
S{JPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN
3. La división de poderes
3B9 Véase C.A. 4905/98, Gamzu v. Yeshiahu, 55(3) P.D. 360, 375-376 ("La dignidad
humana incluye, .. la protección del mínimo vital para la existencia humana. Una perso-
na sin hog,lT, que no tiene dónde quedarse, sufre un golpe a su dignidad humana. Una per-
sona que no tiene suficiente para comer, sufre un golpe a su dignidad humana. Una
persona que no tiene acceso al midado médico hásico, sufre un golpe a su dignidad hu-
mana. Una persona que se le reduce a vivir hajo condiciones físicas humillantes, sufre
un golpe a su dignidad humana.").
390 Véase supra, pp. 71-124. Véase, en lo general, 1 Trihe, op. cit., nota 195, §§ 2-1 a 2-10
(discutiendo la división de poderes).
}91 Cooper v. Canada, [199613 s.c.R. 854, 867.
392 Re. 3267/97, Rubinstein v. Ministerof DeL, 52(2) P.D. 481, 512; Monison v. Olson,
487 US 654, 727 (Scalia, J., disintiendo); Myers v. United 5tates, 272 U.S. 52, 293(926)
(Brandeis, J, disintiendo).
UN JUEZ REFLEXIONA SOBRE SU LABOR CApíTULO IV
t"" Re. 910. w,. Rt:$slt:r v. ;\fini.'>It:f of Del, 41(2) P.D. 441, 463.
supra. pp. 71-114.
, . \"..~St:
UN JUEZ REFLEXIONA SOBRE SU LABOR CAl"lnJtO rv
..." Pcr\) \1:ase .\ll-on t'. (',,¡red Sates. j()() 1's 22-l. 253-1S--i (19'-)j) (~lUfer,J. concurriendo
COn.e StL<;fUHl qth" d C()n¡~-reso tl.1hí.1 actu;¡cJ" ilt',¡;talmnlTe cu;¡ndo se ~hu~ú a aCt.1'Ifar
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACiÓN
4Q~ H.C. 910/86, Ressler v. Minister of Dd., 42(2) P,D. 441, 462-463.
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN
4. El Estado de derecho
.¡Q3 Véase Cass, op. cit., nota 59, p. 1 ("El Estado de derecho aún significa muchas cosas
para diferentes personas.~)j \·éase, en lo general, Craig, Paut, "Formal and Suhstantive
Conception of the Rule of Law: An Analytical Framework", Publk Law, 1997, p. 467
(explora tanto los conceptos formales como sustantivos dd Estado de derecho, tal y
como son formulados por diversos académicos).
N_E El autor distingue entre role o/ /auo (Estado de derecho) y role by /aw (gohierno a
través dd derecho) .
.¡()oj H.C. 428/86, Barzilai v. Gov't of Israel. 40(3) P.D. 50S, 621 CBarak, J., disintiendo).
UN JUEZ REFLEXIONA SOBRE SU LABOR CAPíTULO IV
M Scalia, Antonio, "The Rule:' of Law as a Law of Rules", Uníversity 01 Chícago Law
Ret'iew, 1989, vo!. 56, pp. 1175, 1187.
->116 Véase:', en lo geoe:>ral, Sunstt'Ín, Cass R, Legal Reasoning and Politieal Confliet,
19%, pp. 101-120 (discutie:>ndo la noción filosófica del Estado de derecho) .
.¡o-" Véase, Fuller, Lon L., Tbe Mora/i~voILaw, edición revisada, 1969, pp. 41-94.
5. Activismo y auto-restricción
UlH.C. 428/86, Barzilai v. Gov't of Israel, 40(3) P.D. 505, 622 (Barak, l, disintiendo).
Véase Barak, op. cit., nota 10, p. 147.
413
m Véase Canon, Bradley c., nA Framework for the Analysis of Judicial Activism", Supreme
Court Activism tmd Restraint, Halpem, 5rephen C. y Lamb, Charles M. (eds.), 1982, p. 385.
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN
10/)7, vol. 27. pp. 1, S ("El acti\"ismo judicial no ~stá confinado a una id~olo~ía o punto
d~ vista social particular. Pued~ ser liher::tl. P~ro famhién puede ser conservador.-).
UN JUEZ REFLEXIONA SOBRE SU LABOR CAP(TUlO IV
Court, and Human Rights", The Rehnquist Cour1: A RetrospectilJe, Belsky, Martin H.
(ed.). 2002. p. 242.
418 Véase, por ejemplo, la Constitución de Holanda, artículo 120 ("la constitucionalidad
de los actos dd Parlamento y los tratados no deberán ser revisados por las Cortes. M).
419 Véase .1Jarbu1)! v. Madison, 5 {J,S. (1 Cranch) 137, 1803.
4.!O Véase C.A. 6RZl/93, United Mizrahi Bank Ltd. V. Aligdal Coop. ¡'-'il/., 49(4) P.D. 221.
UN JUEZ REFLEXIONA SOBRE SU LABOR CAPíTULO IV
jurisdicciona4 1998.
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACiÓN
Studies in Law, 1988, vol. 8, p. 95; Shamgar, l\kir, ~Judicial Review of KnessetDecisions
hy the High Court of Justice~. Israel Law Ret-'ieu', 1994, \/01. 28, p. 43.
~30 H.C. 73/85, Kaeb FaeNon v. SpeakerofKnesset, 39 (3), P.D. 141.
UN JUEZ REFLEXIONA SOBRE SU LABOR CAPITULO lV
431 He. 325/85, Miari v. Speaker of Knesset, 39(3) P.D. 122, 127-128.
432 Véase, por ejemplo. H.e. 5151/95, Cohen v. Attomey Gen., 49(5) P.D. 245; H.e.
1843/93. Pinhasi v. Knesset, 48(4) P.D. 492; H.e. 1848/93. Pinhasi v. Knesset, 49(1) P.D.
661; H.C. 620/85, Miari v. Speaker of Knesset, 41(4) P.D. 169; H.C. 306/81, Flano-
Sharon v. Knessel Comm, 35(4) P.D. 118.
m Véase H.e. 9070/00, livnar v. Chairman of Constitution, Law & Justice Comm .. 55(4)
P.D. 800, 806.
434 Véase Kommers, op. cit., nota 75.
43S Véase He. 1956/91, Sharnmai v. Chairman of Knesset. 45(4) P.D. 313, 316 (expresando
la no-justiciahilidad institucional).
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACiÓN
436 Véase Pinhasi, 49(1) P.D., p. 492; He. 761/86, Miad v. Chairman of Knesset, 42(4)
P.D. 868.
"l37 Pinhasi, 490) P.D., p. 702.
438 Véase H.C. 652/81, Sarid v. Charman of Knesset, 36(2) P.D. 197 (traducida en Zamir
debe ohservar las reglas que aplican para las operaciones inter-
nas del Knesset. ~iempre que el Knesset no las camhie, sus reglas
vinculan al igual que cualquier otra norma jurídica. Por otro lado,
la Corte consideró la necesidad del Knesset de decidir sohre su
propia administración interna, y decidió que el Knesset está hien
equipado para resolver estos asuntos. Al equilihrar estas dos consi-
deraciones, la Suprema Corte sostuvo que ejercerá su discreción,
y revisará la legalidad de un acto del Knesset o de uno de sus
órganos en asuntos de administración interna, sólo si la Corte
decide que esa intervención es necesaria para prevenir un daño
sustancial a la fáhrica de la vida democrática y los fundamentos
de la estructura del régimen. Dije en este caso que:
441 Véase I:kndour, Ariel, wThe Administration uf Justice in the High Court of Justke",
MispaUm, 1987, vol. 17, p. 592.
H.C. 9070/00, livnat v. Chairman of Constitution. Law & Jusrice Comm., 55(4) P.D.
+ll
800.813.
UN JUEZ REFLEXIONA SOBRE SU ,LABOR CAPíTULO IV
"13 Véase H.C. 742/84, Kahana v. Chairman of Knesset, 39(4) P.D. 85.
444 Véase H.C. 73/85. Kach FaclÍon v. Chairman of Knesset, 39(3) P.D. 141.
'1-15 Para una lista de las decisiones, véase Lil'1l<1t, 55(4) P.D., p. 814.
W Para una discusitln sohre el poder de la legi.slatura para nulíficar, hajo la Secci6n 3.3
dd Charterof Righfs and Freedoms de Canadá, véase Hogg, Pekr W. r liushell. AIJíson
A .. "The Charlt'f l)ialt,gut' Bdwt'en 0)urts and lt'gis1atures", Osgoode Hall Lau'journal.
1997, vol. 35, pp. 75. R3-84.
148 Para varía." discusi\)nes S()hre cómt) efite "ddl<)go" funciona en d siskma can:ldienM:.
véase lnend v. Alberta.11998J 1 S.CH. 493. 565-567; Ho~g y llushdl, supra. pp. 79-81;
Roach. Kent. ~ConsriTu(i( mal and Comm'm Law Dialogues lktween rhe Supreme Court
and ClOadian L:Rjsbtures~. Canadiall Bar Ret'ieu', 2001, vol. 80. pp_ 481. 517~530.
UN JUEZ REFLEXIONA SOBRE SU LABOR CAPíTULO IV
...09 Para una discusión de estl prerrogativa del legislatj\'o en el sistema americano,
'\léase James f-!. ClIitf'd Sta tes. 366 O.S. 213 (1916) (Bbck, J., concurriendo en parte
y di.sintiend() en parte), que nota que d Congreso pu~d~ camhiar inkrpretaciones legales
~cu;¡ndu cree que la inferpretKj¡'JI1 de esta Cortc de una ley incorpora una politica a la
que el Congreso se opone.~ Ibid.. pp. 233-234; véase tamhi¿n Regina v . .llills, [19991 3
s.c.R. (,{Wi (Canadá).
,'ji) V~a ... e Paschal, Richard A., "l11e Continuing Colluguy: Congress and the Finality of
the Supr~mt! Co\Ut Journal ofLOli' and Politit,.-s, 1991, vol. 8, pp. 143, 198, nota 198
M
,
(MEI Congrc.so entiende que no es hlasfemia constitucional criticar <l la Corte u huscu
volcar una decisión con legislaájn subsecuente."); Eskridge, WilHam N.Jr.. n~'erridi.ng
Supreme (".oul1 Sratutory Interpretatjon Ikcisions", Hl/eLau'}ollrnal, 1991, \'01. 101,
pp, 331, 387-3HlJ (sugiere que los ol'l!mdes del Congreso pueden ocurrir cuando la
Corte- h:t indicado que la acción del Congreso es nt"ces:tria). Pero véase :\Iikva, Ahner
J. y Bldch, Jeff, "'l'ncn Cnngress Owrrules the Court California !.al[' Ret'icU', 1991,
M
,
vol. 79. pp. 729, 73l (s.... ñala que "Ideslafortunadamente, el diálogo de invalidación
entre el Congreso y la Corte:" no siempre se basa en una rdación tan Sjna~).
H! Douglas. ~'ilIiam O., nieg.11 InstituTions in American, lRga/lnstitutions Todayand
4. La imporlallcia de la legislatura
163 lndus. Union Dep't v. Am. Petroleum lnst., 448 u.s. 607, 675 (1980) (Rehnquist, j.,
concurrkndo).
464 8 Bv~rfGE 174,325(958), traducida en Kommers, op. cit., nota 75, p. 138.
4bS Re. 3267/97, Ruhinstein v. Minister of Dd., 52(5) P.D. 481, 507.
468 Véase 1 Trihe, op. cit., nota 195, § 5~19, pp. 977~978 .
.w} Véase Currie, op. cit., nora 75, pp. 132~133; Kommers, op. cit., nota 75, p. 145 .
..~ Véase Rubinstein, 52(5) P.D., p. 502.
""71 M. v. Home Off/ce, 1 Q.B. 270, 314, 315 (Eng. C.A. 1992).
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACION
admitido haher hecho ofensas muy serias, por las que hahía sido
perdonado (como parte del perdón previo al juicio que el Presi-
dente otorgó a los miemhros del Servicio de Seguridad General)y9
Equilihramos su candidatura y el perdón que hahía recihido (diez
años antes de la designación) con las ofensas que había confesado.
Detennimmos que en este caso, su pasado penal era decisivo. En par-
ticular, enfatizamos que el director general de un ministerio ejerce
poderes disciplinarios sohre los empleados de su ministerio. Darle un
cargo púhlico tan importante a este homhre socavaría la confianza
púhlica en el servicio civil.·!&! Sus defensores argumentaron que
una vez que el gohierno había decidido la designación, no hahía fun-
damento para una intervención judicial. El gohierno, se argumentó,
hahía equilihrado las diversas consideraciones, y después de
que había decidido hacer la designación, la Corte no debió de haber
intervenido y suplantado la discreción del gobierno con la suya.
Rechazamos este argumento concluyendo que la designación
llevaha a un acto irrazonahle en el extremo. Dijimos que "el estatus 169
elevado del gobierno, como la autoridad ejecutiva del Estado ...
no le puede dar poderes que el derecho no le otorga. Cada auto-
ridad estatal que toma una decisión irrazonahle está sujeta a la in-
tervención de IJ. Corte, y el gobierno no eS una excepción a esta
regla."" Al final de la opinión, agregué,
48.! Ibidem.
433 Véase, en general, Goldstein, Ahraharn S., Tbe Passive Judiciary: Prosecutorial
Discre!ion and the Gui/(Y Plea, 1981-
o\II<¡ El juicio principal está en H.e. 935/89, Ganor v. Attorney General, 44(2) P.D. 485,
traducido en Zamir, Itzhak y Zyshlat, Allen, Publk Law in Israel, 1996, p. 334 .
.s5 Por esta razón las demand1.s en contra del Procurador General han sido sohreseídas
en varias ocasiones en circunstancias en las que los Jueces pensaron que, si hubieran
actuando como Procurador General, ellos huhieran decidido en fOnTIa contraria. Véase,
por ejemplo, H.C 6209/01, Bar-Lev v. Attorney Gen. (aún no reportado).
UN JUEZ REFLEXIONA SOBRE SU LABOR CAPíTULO IV
186 Ganor, 44(2) P,D., pp. 527-528 (las citas están omitidas).
487 Véase ibidem.
488 Véase H.e. 7074/93, Suma v. Attornry Gen., 48(2) P.D. 749 .
• B9 Véase Re. 2534/97, Yahav v. State Attorney, 51(3) P.D. 1; Re. 6781/96, O/mert v.
Attorney Gen .• 50(4) P.D. 793; H.e. 4162/93. Federman 1/. Attorney Gen., 47(5) P.D.
309; H.C. 223/88, Sh<ftel v. Attorney Gen., 43(4) P.D. 356.
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACiÓN
490Cbevron U.SA. Inc. v. Natural Res. Del CounciIInc., 467 U.S. 837 (984).
#1V6ase 1 Trihe, Laurence H., American Constitutional Law, Ji! edición, 2000, S 5-19,
pp. 993-994.
UN JUEZ REFLEXIONA SOBRE SU LABOR CAP(TULO IV
·m H.C. 693/91, Efront v. Dir. ofPopulation Register, 47(1) P.D. 749, 761-762.
493H.C. 3648/97, Stamka v. Mlnisteroflnterior, 53(2) P.D. 728, 744.
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACiÓN
4. Zona de razonabilidad
- H.C. 399/85. Kahana v. Braad. Auth. Mgmt. Bd., 41(3) P.D. 255, 305-306 .
.j')~ Véase Black-C/au'son Int'/ Ltd. v. Papieruerke Wa/dhof-Aschaffenburg AG, U975J
AH E.K fHO, 828 ("Es la función d~ las cort~s decir cuál será la aplicación de las
palabras [de una parte de una ley] utilizadas para casos particulares o individuos ...
Sería una degramción de ese proceso si las cortes fueran meramente un espejo que
refleja lo que alguna otra agencia irnerpretativa podría decir.") .
.j')6 Véase Southam lnc. v. Dir. ofInvestigation & Research, [1997] 1 S.C.R. 748, 751-752.
UN JUEZ REFLEXIONA SOBRE SU LABOR CAPÍTUlO rv
m Véase- Atienza Manuel wOn the Reasonahlc: in Lav.,..", Ratiojuris, 1990. vol. 3, p.
148; MacCocmick: N., "On' Reasonahleness". Les notiOlZSa contenu variable en droit,
Pecelman, Chaim y Vander Elst, Rarmond (eds.), 1984, p. 131.
.,;18 Véase ]owell, ]effcey, "Court5 and me Administrarion in Britain: Standards, Prin-
cipies and Rights", lsraellaw Review, 1988, vol. 22, pp. 409, 419; Jowell, )effrey y
Lester, Anthony, "Beyond Wednesbury: Suhstantive Principies of Administrative Law",
Public law, 1987, pp. ,368. 370-371.
499 RC. 935/89, Ganorv. Anomey Gen., 12(2) P.D. 485, 514.
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACION
si es apropiada para alcanzar una meta. Los medios dehen ser acor-
des a la meta. Los medios dehen de ser apropiados para alcanzar la
meta. Así, por ejemplo, una ley que estahlece una presunción de
que cualquiera que posea narcóticos ilegales es un narcotraficante es
desproporcionada, porque no hay una conexión racional entre poseer
una pequeña dosis "recreadonal" de droga y traficar con drogas. 51O
Segundo, una acción es proporcional si no hay otros medios para
alcanzar esa meta sin que se mermen los principios que queremos
proteger (como los derechos humanos) en un menor grado. Así, por
ejemplo, algunas consideran que la pena de muerte es despro-
porcionada porque la pena perpetua, una acción menos extrema
respecto de los derechos humanos, tamhién puede realizar los pro-
pósitos de la pena. SIl Tercero, un acto es desproporcionado si el
daño a un valor protegido es muy drástico en relación con el bene-
ficio que se ohtendría alcanzando la meta. Supongamos, por ejemplo,
que un trahajador extranjero comete una ofensa menor. La propor-
cionalidad exige que el gohierno no deporte a este trahajador porque
178 lo separarla de su esposa que vive en ese país y de sus hijos que na-
cieron ahí. 512 Por lo tanto, al igual que el examen de razonahilidad,
la proporcionalidad sirve como una herramienta poderosa para que
un Juez cumpla su función en una democracia.
[bid.• p. 106.
~IO
Véase S v. Makr.JJanyane 1995 (3) SA 391. 437 (CC) (Sudáfrica).
511
m Véase Singh, Mahendra P., German Administranve law in Common Law Perspective,
2001, pp. 166-167.
CAPÍTIlLo V
A. TERRORISMO y DEMOCRACIA
179
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACiÓN
, .. H.C. 5100194, Pul>. Conun. Against Torture in (se. V. Gov', oflsrael, 53(4) P.D. 817, 845.
UN JUEZ REFLEXIONA SOBRE SU LABOR CAPfTULO V
que podemos mantener una distinción clara entre el esta tus de los
derechos humanos durante un periodo de guerra y el esta tus de
los derechos humanos durante un periodo de paz. Es un auto-
engaño creer que una decisión judicial será válida sólo durante
la guerra y que las cosas camhiarán en la época de paz. La línea
entre la guerra y la paz es delgada -lo que uno Uama paz, otro
llama guerra. En cualquier caso, es imposihle mantener esta dis-
tinción por un largo periodo de tiempo. Desde que se fundó, Israel
ha enfrentado una amenaza de seguridad. Como Ministro de la Su-
prema Corte de Israel, ¿cómo deho concehir mi papel en la pro-
tección de los derechos humanos dada esta situación? Deho tomar
seriamente en cuenta a los derechos humanos tanto en tiempo de
paz como de conflicto. No deho caer en el error de creer que, al final
del conflicto, puedo darle mi espalda al reloj.
Más aún, un error del Judicial en tiempos de gu~rra y terroris-
mo es peor que un error del Legislativo y del Ejecut!vo en tiempos
de guerra y terrorismo. La razón es que los errores del Judicial perma-
necerán con la democracia cuando pase la amenaza terrorista, y 181
se fincarán en la jurisprudencia de la corte como un imán para el
desarrollo de leyes nuevas y prohlemáticas. Esto no es así tratándo-
se de un error de las otras ramas, ya que pueden ser horrados a_
través de una legislación o un acto ejecutivo, y que por lo general,
se olvidan. En su disensión en Korematsu v. United Sates,515 el
Ministro Jackson expresó hien ,esta· distÍnción:
lal
B. EN LA GUERRA, LAS LEYES NO SON SILENTES
Existe una frase nien conocida que dice que cuando los cañones
hablan, las Musas guardan silencio. Cicerón expresó una idea similar
cuando dijo que "in!er arma si/en! leges' (en la guerra, las leyes
son silentes).51B Estas afirmaciones son lamentables; espero que
no reflejen a nuestras democracias el día de hoy.519 Sé que no refleja
lo que debería ser. Cada hatalla que emprende un país -en contra
del terrorismo o cualquier otro enemig<r- se realiza de acuerdo a re-
gIas y leyes. Siempre hay un derecho -doméstico o internacional-
de acuerdo al cual el Estado dene actuar. Y el derecho necesita a sus
Musas, y nunca de manera más urgente que cuando hahlan los ca-
ñones. Necesitamos más a las leyes en tiempos de guerra. Como dijo
Harold Koh, refiriéndose a los ataques del 11 de septiemhre de 2001,
517 üwrsidge v. Anderson, 3 AlI E.R. 338, 361 (1941) (Atkins, 1. J., opinión minoritaria).
~18 Véase Cicero, ProJ.Hilone, Watts, N. H. (tradJ, Sa edición, Harvard Universily Press,
1972, p. 16.
519 Pero clr. Rehnquist, William H., Afl tbe Lau'S But One: Civil Liberties in Wanime,
SN Koh, Harold Hongju, "The Spirit of the Laws~, Han'ara Jnternational LawJourna~
2002, voL 43. p. 23.
~!l Re. 168/91, Marcos v. Minister of Der., 45(1) P.D. 467, 470-471.
UN JUEZ REFl'EXIONA SOBRE SU LABOR • CAPíTULO V
513 He. 3451/02, Almadani v. IDF Commander in Judea & Samaria, 56(3) P.D. 30, 34-35.
514 H.e. 1730/96, Sahiah v. IDF Cornmander in Judea & Samaria, 500) P.D. 353, 369.
UN JUEZ REFLEXIONA SOBRE SU LABOR CAP[WLOV
39(2) P.D. 225, 3JO; cfr. TerminieUov. Cbicago, U.S. 1, 37 (949) (Jackson,J. disintiendo).
SUPREMA CORTE DE JUSnCIA DE LA NACiÓN
~l7 Cr.A. 7048/97, Anonymous v. Minister of Der., 54(1) P.D. 721, 741.
UN JUEZ REFLEXIONA SOBRE SU LABOR CApíTULO V
518Véase H.e. 5973/92, Ass'n far Civil Rights in Isr. v. Minister of Def., 47(0 P.D. 267.
519Véase He. 5510/92, Turkeman v. Ministerof Def., 48(1) P.D. 217. Una dura crítica
se ha dirigido a es[a opinión y a otras como ella. Véase Kretzmer, David, TbeOccupaM
Non ofJustice: 1be Supreme Court o/ Israel and tbe OccuPied TerrtlOries, 2002, pp.
160-161. .
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NAOÓN
5:J(1 Véase H.C. 6696/02, Ada) Sado Amar v. IDF Commander in (he W. Bank, hnp://
www.court.gov.il.
531 Véase ibidem.
ID Anonymous. 540) P.D., p. 740.
5331bidem.
~34 lbidem.
';:36 H.e. 5100/94, Puh. Comm. Against Torture in Isr. v. Gov'( OfIsJ'3el. 53(4) P.D. 817, 835.
~." H.C. 701Sl0Z:Ajuri v. IDF Commander in the W. Bank, http://www.court.gov.il.
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACiÓN
s'" Véase Re. 428/86, Barzilai v. Gov't oC Israd, 40(3) P.O. S05, 585 (l:hrak,j. disintiendo).
S39c Rehnquist, op. cit., nota 519, p. 222.
'MIl lbidem.
541 Véase Re. 4054/95, Pub. Cornrn'n Against Torture in Isr. v. Gov't of Israel, 43(4)
P.D. 817.
54} H.C. 3114/02. Barakt'"h v. Minister of Def., 56(3) P.D. 11, 16.
'>+t H.C. 3451/02, Alrnadani v. IDF Cornmandt'"r ¡n Judea & Samaria, 56(3) P.D. 30. 36.
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN
del poder de las otras ramas del gobierno. Mientras estas ramas
actúen dentro del marco de la "zona de razonabilidad",545 no existe
una base para una intervención judicial. Por lo general, el Ejecutivo
argumentará que "consideraciones de seguridad" llevaron al acto del
gohierno, y le pedirá a la corte que se satisfaga con este argumento.
Dicha petición no debe de otorgarse. "Consideraciones de seguridad"
no son palabras mágicas. La corte debe insistir en conocer las consi-
deraciones de seguridad específicas que provocaron los actos del
gobierno. También se debe de convencer a la corte de que estas
consideraciones en efecto motivaron los actos del gobierno y no
fueron meramente pretextos. Finalmente, la corte debe estar conven-
cida de que las medidas de seguridad adoptadas eran las que me-
nos dañaban a los derechos humanos. En efecto, en varios de los
muchos casos sohre medidas de seguridad que la Suprema Corte
ha conocido, comandantes del ejército y cabezas de servicios de segu-
ridad han dado sus testimonios. Sólo si estábamos convencidos, al
final del análisis, de que la consideración de seguridad era la domi-
19..
nante, y que la medida de seguridad era proporcional al acto
terrorista, desestimábamos la demanda en contra del acto. 546 No de-
bemos ser ingenuos o cínicos. Debemos analizar objetivamente la
evidencia que se nos presenta. En un caso que versaba sobre la re-
visión, bajo la Convención de Ginebra, de una decisión del Estado
de camhiar la residencia de los árahes de Cisjordania a la Franja de
Gaza, señalé que:
541:1 H.e. 428/86, Barzilai v. Gov't of Israel, 40(3) P.D. 505, 622 (citación omitida).
549 [bid, p. 623.
UN JUEZ REFLEXIONA SOBRE SU LABOR CAPíTULO V
550 H.C. 2161/96, Rahhi Said Sharifv. Military Commander, 50(4) P.D. 485, 491.
CAPÍTULo VI
Q
ué aguarda el futuro para el pape! de un tribunal cons-
¿ titucional en una democracia? Es, por supuesto,imposible
predecir el futuro. Pero podemos hacer varias suposicio-
nes. ¿Nos regresará e! péndulo de la historia al esta tus y papel de
los tribunales constitucionales previos a la revolución de los derechos
humanos? ¿Podemos esperar una contrarrevolución? Personalmente,
no preveo un cambio tan drástico en la percepción de la natura-
leza de la democracia constitucional y el estatus de los derechos
humanos en una democracia.
Espero que en el futuro tengamos una mejor comprensión de las
herramientas con las cuales el tribunal cumple su función. La filoso-
fía del derecho y la jurisprudencia deben proveer a los tribunales
una doctrina aceptable para la interpretación de las constituciones y
leyes. Es una vergüenza para todos que tal doctrina no se haya estable-
cido todavía. También espero que la jurisprudencia nos dé un mejor
entendimiento de la herramienta de la "razonabilidad" y nos ayude
a determinar el "peso" de los valores en conflicto. Estoy convencido
199
SUPREMA CORTE DEJUSTICJA DE LA NACiÓN
~51 Véase, en g~nera1, Twining, William, Globalization and lRga/7beory, 2000, pp. 174-193
(argumentando que los estudios comparativos deherían de ser centrales para una
disciplina cosmopolita al final del siglo veinte).
m Véase, en general, Schwartz, Hennan, packíng tbe Courts: 1be Conseroative Campaign
to Rewrite tbe Constitution, 1988.
S51Véase Ley Básica: Administración de Justicia § 4 (984). El Presidente del Estado -que
no es la caheza del Ejecutivo sino el símholo de la soneranía estatal- designa a todos
los jueces. El Presidente está ohligado a actuar de acuerdo a la recomendación del
Comité de Designación Judicial. Este Comité tiene nueve miemhros: dos secretarios
del gahinete, dos miemhros del Knesset(unode la mayoría y uno de la oposición), dos
ahogados designados por la Asociación de la Barra Israelí, y tres jueces de la Suprema
Corte que son el Presidente de ésta y dos jueces electos por los otros miemhros por un
periodo de tres años. Así, una mayoría profesional, y no política, controla el comité.
UN JUEZ REFLEXIONA SOBRE SU LABOR CAPíTULO VI
", H.G. 4054195. Pub. Comm·nAgainstTOTturr!lnlsr. V. Gov~qflsmel, 43(4). P.D. 817. 845.
Esta ohra se terminó de imprimir y en
cuadernar en diciembre de 2008 en los
talleres de XXXXX XXXXXXXX S.A. de C. V.,
calle Panteón, núm. 209, Bodega 3, C ol.
Los Reyes Coyoacán, Delegación Coyoacán,
C.P. 04330, México, D.F. Se utilizaron tipos
JQE Gara mond I de 22, 17, 13, 11, 10 y 8
puntos. La edición consta de 2,000 ejempla
res impresos en papel cultural de 90 grs.
ll&LIOTICA M DI
IIPIDA CORTE IE .MTl;&A 1( U -