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DIRECTOR
Moreno, Guillermo Raúl
Manual de historia constitucional argentina,
1492-2011 / Guillermo Raúl Moreno. - 1a ed. -
La Plata : EDULP, 2021.
Libro digital, PDF
Edición
Guillermo Raúl Moreno
Corrección
María Paola Zuluaga
Diseño de tapa
Leticia Rodríguez
Diseño de interior
María Soledad Ireba
PRÓLOGO……………………………………………………….................... 14
1) Campaña al Desierto
2) Federalización de Buenos Aires
3) Generación del 80
4) El unicato y el Régimen. Consagración del fraude electoral
5) Los gobiernos conservadores. Legislación laica
6) El modelo agroexportador
7) Reforma constitucional de 1898
8) Inmigración. Movimiento obrero. Partidos políticos
BIBLIOGRAFÍA
CAPÍTULO XII: EL RADICALISMO
3
González Joaquín V. Manual de la Constitución Argentina. Buenos Aires: Ángel Estrada
y Ca. 1897.
4
González Joaquín V. Op. cit., p. 12.
5
González Calderón, Juan Antonio. Derecho Constitucional Argentino. Buenos Aires:
Lajouane, 1923, tomo I.
6
Ver por ejemplo: Las constituciones de España. Edición y estudio preliminar de Jor-
ge de Esteban. Madrid: Taurus, 1987. Cuadro comparativo de las constituciones espa-
ñolas. Junta de Andalucía. Disponible en: www.juntadeandalucia.es consultado el 10
de agosto de 2020. Vera Santos, José Manuel. Las constituciones de España. Madrid:
Thomson, 2008.
8
Del Valle A. Nociones de Derecho Constitucional. Notas tomadas de las conferencias
del Dr. A. del Valle por Máximo Castro y Alcides V. Calandrelli, Buenos Aires, Impren-
ta, Papelería y Encuadernación La Buenos Aires, 1897.
9
Del Valle A. Op. cit., p. 5.
10
Del Valle A. Op. cit., p. 475.
11
Conservo un ejemplar de la primera edición de la obra con subrayados, comentarios
y cuadros sinópticos manuscritos que perteneció a mi abuelo materno José Villa-Abri-
lle, dirigente conservador, que entre otros cargos que desempeñó fue secretario de la
Convención Constituyente de la Provincia de Buenos Aires en 1934, quién estudió en
la Facultad en la década de 1920.
12
Decreto del 10 de abril de 1909 en: Saldías, Adolfo. Un siglo de instituciones. Buenos Aires
en el centenario de la Revolución de Mayo. La Plata: Taller de impresiones oficiales, 1910, p. 6.
17
Varela Luis V. Op cit., T. IV, p. 382.
18
Historia Constitucional. Programa y Bibliografía. Edición Oficial, Universidad Na-
cional de La Plata. Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, La Plata, 1924.
19
Ravignani, Emilio. Historia Constitucional de la República Argentina. Notas tomadas
por los alumnos Luis R. Praprotni y Luciano M. Sicard, T. I, Buenos Aires, Peuser, 1926.
Posteriormente aparecieron los T. II y III.
20
Ravignani, Emilio. Asambleas Constituyentes Argentinas seguidas de los textos cons-
titucionales, legislativos y pactos interprovinciales que organizaron políticamente la
nación. Buenos Aires: Instituto de Investigaciones Históricas de la Facultad de Filosofía
y Letras de la Universidad de Buenos Aires, 1937.
21
Rosa, José María. Defensa y pérdida de nuestra independencia económica. Buenos
Aires: A. Peña Lillo Editor, 1980.
22
Rosa, José María. Nos los representantes del pueblo: historia del Congreso de Santa Fe
y de la Constitución de 1853. Buenos Aires: Huemul, 1963.
23
Rosa José María. Historia Argentina, Buenos Aires, Granda, 1964.
24
Galetti, Alfredo. Historia Constitucional Argentina. La Plata: Editora Platense, 1972.
toriografía constitucionalista argentina. En: Anuario del IEHS. Tandil, 1992, p. 93.
27
Estrada, José Manuel. Curso de Derecho Constitucional. Segunda edición. Buenos Ai-
res: Editorial Científica y Literaria Argentina Atanasio Martínez, 1927.
28
López, Lucio V. Curso de Derecho Constitucional. Buenos Aires: Compañía Sud-Ame-
ricana de Billetes de Banco, 1891.
29
Montes de Oca, Manuel A. Lecciones de Derecho Constitucional. Buenos Aires: La
Buenos Aires, 1902.
30
Del Valle, A. Op cit.
HISTORIA Y CONSTITUCIÓN
Sumario:
1) Historia. Historia Constitucional, Ciencia Política y Dere-
cho Constitucional 2) Historiografía. Historiografía argenti-
na. Diferentes corrientes 3) El Constitucionalismo. Concepto.
Postulados. Etapas 4) Poder Constituyente y Poderes Cons-
tituidos. Constitución, concepto. Tipologías 5) Supremacía
constitucional y Estado Federal. Sistemas de control de cons-
titucionalidad. Bibliografía
*El presente capítulo está basado en el artículo de nuestra autoría: “Introducción al es-
tudio de la Historia Constitucional”, publicado en la Revista Derechos en Acción. 2020,
Vol. 16, núm. 16, p. 447. https://doi.org/10.24215/25251678e447
**Profesor. Titular de Historia Constitucional (int.). Facultad de Ciencias Jurídicas y
Sociales de la Universidad Nacional de La Plata. Contacto: guillermoraulmoreno@
yahoo.com.ar
Historia
La historia se la ha definido de múltiples maneras desde los
tiempos más lejanos, pero seguramente todas esas posibles
definiciones coincidirán con que estamos en presencia de un
tipo de investigación sobre hechos ocurridos en el pasado.
Pues ya desde la antigüedad el término fue utilizado como
sinónimo de “narración de los hechos humanos”.
El hombre, como homo sapiens (del latín, “hombre sabio”
u “hombre que piensa”), es de muy reciente aparición en la
tierra si lo comparamos con el milagro del surgimiento de
la vida en nuestro planeta.
Hace unos 3800 millones de años, determinadas moléculas se
combinaron para formar estructuras más grandes y comple-
jas llamadas organismos. Luego de una maravillosa transfor-
mación de miles de siglos apareceremos nosotros, los seres
humanos (solamente 300 mil años atrás), para disfrutar de la
fabulosa herencia que nos ofrece la tierra.2
Si nos comparamos con las otras especies que habitan
nuestro planeta, veremos que somos extremadamente frá-
giles. Nuestras limitaciones son enormes: imposibilidad
de una vida extrauterina durante los primeros años de vida
Historia constitucional
Si tomamos los dos términos que componen la denominación
de nuestra asignatura: “Historia” y “Constitución”, podría in-
ducirnos a pensar que el contenido de la misma se refiere solo
3
MARROU, Henri. El Conocimiento Histórico. París: Le Seuil, 1954, p. 23.
4
Esta división de la materia en dos etapas fue postulada en su momento por Emilio
Ravignani en su obra Prenociones para el estudio de la historia constitucional de la Repú-
blica Argentina. Buenos Aires: Peuser, 1930.
5
Como fueron la Constitución de 1819 y la de 1826.
Ciencia política
La política es la actividad humana destinada a ordenar la vida
social.6 Su origen debe ser buscado en las más lejanas y pri-
mitivas formas de convivencia humana, pues su objetivo será
ordenar la vida en sociedad de los seres humanos.
Los pensadores griegos de la antigüedad detuvieron su aten-
ción en el estudio de la política, a la que identificaban con
la organización y funcionamiento de la polis, la ciudad-Esta-
do, (la palabra política deriva del término polis). Aristóteles,
partiendo del instinto social del hombre, consideraba al ser
6
FAYT, Carlos S. Derecho Político. Buenos Aires: Depalma, 1985, p. 9.
14
FERREYRA, Raúl Gustavo. Fundamentos Constitucionales. Buenos Aires: Ediar,
2015, p. 187.
15
Fuentes apunta que el estudio del derecho constitucional, que se funda en el de las
tradiciones de los Estados y en sus constituciones escritas, es de tanta y tan elevada
importancia que no solo debieran cultivarlo el publicista, el jurisconsulto y todos los
que aspiran a servir a su país en la legislatura, en el orden judicial, en la administración
y en la enseñanza del derecho; sino todo ciudadano a quien le sea posible. FUENTES,
Manuel Atanasio. Derecho constitucional filosófico. Lima: Centro de Estudios Constitu-
cionales, Tribunal Constitucional del Perú, 2018, p. 53.
16
RAMELLA, Pablo A. Derecho Constitucional Buenos Aires: Depalma, 1986, p. 1.
17
TANZI, Héctor José. La enseñanza del derecho constitucional en la Facultad de Bue-
nos Aires. En: Academia. Revista sobre la enseñanza del derecho, núm. 17, 2011.
18
Sobre la relación entre historia constitucional y derecho constitucional, nos pareció
muy enriquecedora la entrevista hecha al profesor Alemán E-W. Böckenförde, llevada
a cabo y traducida por Benito Aláez Corral en la Revista Historia Constitucional. 2004,
núm. 5. http://hc.rediris.es/05/indice.html
19
Así lo hace, al aludir a Tomás Campanella. GALLETTI, Alfredo. Historia Constitucio-
nal Argentina. La Plata: Librería Editora Platense, 1987, p. 33.
1) antecedentes
2) constitucionalismo liberal
3) difusión del constitucionalismo liberal
4) crisis del constitucionalismo liberal
5) constitucionalismo social
6) constitucionalismo actual
1) Antecedentes
Esta etapa abarca el extenso período anterior al adveni-
miento de las primeras grandes constituciones de finales
do-Perrot, 2014.
24
Fue un conjunto de normas, las más antiguas que se han encontrado, y llevan el nom-
bre del rey de Babilonia que mandó a dictar el código.
25
Texto de la antigua India con algunas reglas de conducta que debían ser aplicadas por
los individuos.
26
Los fueros constituían estatutos jurídicos otorgados por el rey a un grupo de vasallos.
De alguna manera, representaron las primeras limitaciones al poder real de los monar-
cas. Se pueden mencionar los fueros de León (1020), Burgos (1073), de Aragón (1283),
entre otros.
27
Elaborado en Inglaterra, buscaba “proteger mediante un documento escrito que fuera
norma suprema (’paramount law’), los derechos y libertades fundamentales de los in-
gleses, así como el entramado institucional y democrático en el que podrían hacerse
valer”. CUEVA FERNÁNDEZ, Ricardo. Los “agreements of the people” y los levellers:
la lucha por un nuevo modelo político en la Inglaterra de mediados del siglo XVII. En:
Historia Constitucional [en línea]. 2008, núm. 9. Disponible en: http://hc.rediris.es/09/
index.html
28
En este documento de efímera vigencia (rigió solo cuatro años) aparecerán delimit-
ados las funciones de cada uno de los órganos de gobierno y se resguardarán los dere-
chos fundamentales del pueblo del Inglaterra, Escocia e Irlanda.
30
Para la exposición de este punto referido al constitucionalismo surgido de la Revo-
lución norteamericana, acudimos en ayuda a la obra de Linares Quintana, quien ha
desarrollado una profunda investigación sobre el tema. LINARES QUINTANA, Se-
gundo V. Tratado de la Ciencia del Derecho Constitucional. Buenos Aires: Editorial Plus
Ultra, p. 78.
31
HAMILTON, Alexander; MADISON, James y JAY, John. El Federalista [en línea].
Disponible en: http://libertad.org/media/El-Federalista.pdf
32
Señala Montes de Oca que “en la Constitución de los Estados Unidos, tal como la
sancionó la Convención de 1787 y fue ratificada por los diversos Estados de la Unión,
no existía un Bill, y fue este, precisamente, uno de los vicios más serios y más graves
que los opositores al régimen que se creaba hicieron notar en la obra de la convención”.
MONTES DE OCA, M.A. Lecciones de Derecho Constitucional. Buenos Aires: Tipo-Li-
tografía La Buenos Aires, 1917, p. 53.
36
Comienza estableciendo en su primer artículo que “los hombres nacen libres e igua-
les en derechos”.
37
SANGUINETTI, Horacio. Historia de las ideas políticas universales y argentinas. Bue-
nos Aires: Cooperadora de Derecho y Ciencias Sociales, 1977, p. 131.
38
RABINOVICH-BERKMAN, Ricardo D. Manual de Historia del Derecho. Buenos
Aires, Bogotá, Puerto Alegre: Astrea, 2016, p. 429.
39
Del latín “cosas nuevas”.
40
Cuarenta años después, en 1931, el papa Pío XI conmemoró aquel acontecimiento
con su encíclica Quadragesimo anno, continuando y profundizando la doctrina ini-
ciada por León XIII. Otras encíclicas seguirán luego con el camino iniciado en esta
doctrina: Mater et magistra, de Juan XXIII (1961); Centesimus annus, de Juan Pablo II
(1991), entre otras.
41
Como señala el maestro Bonavides, el constitucionalismo social tendrá su certificado
de nacimiento en el campo de la positividad a partir de la promulgación de la carta
magna de México, de 1917. BONAVIDES, Paulo. El carácter pionero de la Constitución
de México de 1917. En: Revista Derechos en Acción, núm.8, 2018, pp. 587-599.
6) Constitucionalismo actual
El nacimiento del constitucionalismo liberal a fines del siglo
XVIII, y su expansión al mundo entero durante el siglo XIX,
dio inicio a la lucha por la protección de los derechos civiles
y políticos frente a posibles arbitrariedades de las autoridades
públicas. Se trata de los denominados derechos de “primera
Constitución
La palabra constitución es utilizada desde tiempos muy
antiguos, pero con distintos sentidos. Por esta razón, nos
resultaría imposible reunir en un solo concepto la totali-
dad de los posibles significados que ha tenido a lo largo de
los años. No obstante, como bien se ha señalado, todas las
acepciones del término giran alrededor del poder político
y del aparato que se sirve de él, el Estado.50
Cuando se afirma, en un sentido llano, que un país está
constituido de tal o cual manera, no se hace más que ha-
cer una descripción de su realidad. Es como si dijéramos
que el aire que respiramos está constituido básicamente
por dos elementos: el nitrógeno y el oxígeno. Desde esta
perspectiva, la constitución es el conjunto de caracteres
específicos de algo,51 es decir la esencia o cualidad de una
cosa que la constituye como es, y por lo tanto, la diferencia
de las demás.
50
EKMEKDJIAN, Miguel Ángel. Tratado de Derecho Constitucional. Buenos Aires: De-
palma, 2000, tomo I, p. 43.
51
Definición prevista en el Diccionario de la Real Academia Española.
Tipologías de Constitución
La doctrina constitucional ha llevado adelante la tarea de cla-
sificar a las constituciones de acuerdo a sus características par-
ticulares, agrupándolas en diversas clasificaciones o tipologías.
Una Constitución podrá ser escrita o no escrita, incluso pue-
de ser parcialmente escrita (como el caso del Reino Unido
y de Nueva Zelanda, donde coexisten leyes constitucionales
emitidas por el Parlamento con costumbres constitucionales
que también tienen fuerza obligatoria).55
Teniendo en cuenta los procedimientos para ser reformada,
una constitución podrá ser: rígida, flexible o pétrea.
Será rígida aquella constitución que para ser reformada ne-
cesite acudir a procedimientos especiales, diferentes a los
trámites ordinarios para la formación y sanción de leyes. De
esta forma, se persigue una mayor dificultad para modificar el
54
Ver el desarrollo sobre el tema en LOEWENSTEIN, Karl. Teoría de la Constitución.
Barcelona: Editorial Ariel, 1983, p. 149.
55
EKMEKDJIAN, Miguel Ángel. Op. cit., p. 52.
58
LASALLE, Ferdinand. ¿Qué es una Constitución? Barcelona: Ariel Derecho, 2002, p. 84.
59
Al referirse a este tema, Alberdi, el gran ideólogo de la Constitución Nacional sos-
tenía que: fuera de la Constitución no existe, ni puede, ni debe existir ley alguna que
de algún modo no sea reglamentaria de los principios, derechos y garantías privados
y públicos, que la dicha Constitución establece como base fundamental de toda ley
en la República. Según esto, todas las leyes del derecho civil, comercial y penal, todos
los reglamentos de la administración en sus diferentes ramos de gobierno, guerra, ha-
cienda, marina, etc., no son más que leyes y decretos orgánicos destinados a poner en
ejercicio los derechos del Estado y de sus habitantes, consagrados expresamente por
la ley fundamental de las otras leyes. ALBERDI, Juan Bautista. Sistema Económico y
Rentístico de la Confederación Argentina [en línea]. P. 39. Disponible en: http://www.
hacer.org/pdf/sistema.pdf
60
BIDEGAIN, Carlos María. Curso de Derecho Constitucional. Buenos Aires: Lexis
Nexis, Abeledo-Perrot, 2005, tomo I, p. 27.
61
El destacado jurista, formado en la Universidad de Viena, sostenía: “Un orden ju-
rídico no es un sistema de normas yuxtapuestas y coordinadas. Hay una estructura
jerárquica y sus normas se distribuyen en diversos estratos superpuestos. La unidad del
orden reside en el hecho de que la creación, y por consecuencia la validez, de una nor-
ma está determinada por otra norma cuya creación a su vez ha sido determinada por
una tercera norma. Podemos de este modo remontarnos hasta la norma fundamental
de la cual depende la validez del orden jurídico en su conjunto”. KELSEN, Hans. Teoría
Pura del Derecho. Buenos Aires: Eudeba, 2010, p. 118.
63
LINARES QUINTANA, Segundo. Tratado de la Ciencia del Derecho Constitucional.
Buenos Aires: Editorial Plus Ultra, 1978, tomo III, p. 361.
64
El artículo 5 disponía: “Cada provincia confederada dictará para sí una Constitución
bajo el sistema representativo republicano, de acuerdo con los principios, declaraciones
y garantías de la Constitución nacional, y que asegure su administración de justicia,
su régimen municipal y la educación primaria gratuita. Las constituciones provinciales
serán revisadas por el Congreso antes de su promulgación. Bajo estas condiciones el Go-
bierno federal garantiza a cada provincia el goce de sus instituciones”. (La cursiva me
pertenece, indican las partes del artículo suprimidas en la reforma de 1860).
65
Ampliar en TRIONFETTI, Víctor. Tratado de Derecho Procesal Constitucional. cap.
VII. El Sistema de Control de Constitucionalidad en Argentina, Rubinzal-Culzoni, Santa
Fe, 2010, T I, p. 449.
66
El artículo VI, segundo apartado de la Constitución norteamericana, establece: “This
Constitution, and the Laws of the United States which shall be made in Pursuance the-
reof; and all Treaties made, or which shall be made, under the Authority of the United
States, shall be the supreme Law of the Land; and the Judges in every State shall be bound
thereby, any Thing in the Constitution or Laws of any state to the Contrary notwithstan-
ding”. (Esta Constitución, y las leyes de los Estados Unidos que se expidan con arreglo
a ella, y todos los tratados celebrados o que se celebren bajo la autoridad de los Estados
Unidos, serán la suprema ley del país y los jueces de cada Estado estarán obligados a
observarlos, a pesar de cualquier cosa en contrario que se encuentre en la Constitución
o las leyes de cualquier Estado).
67
La Constitución de Austria de 1920, cuya autoría intelectual se le adjudica a Hans Kel-
sen, fue la primera en el mundo en confiar a un tribunal especial la justicia constitucional.
68
CELOTTO, Alfonso. Formas y modelos de justicia constitucional [en línea]. Círculo
Doxa de la ciudad de Buenos Aires. Disponible en: http://www.circulodoxa.org/docu-
mentos/Circulo%20Doxa%20-20Formas%20y%20modelos.pdf
69
Ver los comentarios y el análisis de las circunstancias históricas que rodearon al caso
Marbury vs. Madison en MILLER, Jonathan M., GELLI, María Angélica, CAYUSO,
Susana. Constitución y poder político. Jurisprudencia de la Corte Suprema y técnicas para
su interpretación. Buenos Aires: Astrea, 1995, T. I, p. 3.
70
Citado por YMAZ, Esteban y REY, Ricardo. El Recurso Extraordinario. Buenos Aires:
Abeledo-Perrot, 2000, p. 18.
71
El artículo 116 de nuestra Constitución Nacional establece que “Corresponde a la
Corte Suprema y a los tribunales inferiores de la Nación, el conocimiento y decisión
de todas las causas que versen sobre puntos regidos por la Constitución y por las leyes
de la Nación”.
72
Ver art. 3 de la Ley 27 (13/10/1862).
DOMINACIÓN HISPÁNICA
Sumario:
1) Significado de la dominación hispánica en América. Títu-
los de dominio. Bases jurídicas de la dominación. Situación de
los aborígenes 2) Principales instituciones de la época de do-
minación hispánica en América 3) Sistemas de control de los
funcionarios. Juicios de visita y residencia 4) Características de
la legislación indiana 5) El cabildo. Concepto. Clases. Integra-
ción. Funciones 6) Las reformas borbónicas. Incidencia en la
relación económica y política entre España y América 7) El Vi-
rreinato del Río de la Plata. Causas de su creación. Bibliografía
La dominación hispánica
Identificamos la dominación hispánica en América con aquel
extenso período histórico transcurrido entre las primeras
expediciones europeas de fines del siglo XV hasta el adveni-
miento de los nuevos países surgidos de las antiguas colonias
españolas en nuestro continente.
Fueron cerca de 400 años de historia en los que la Corona
conquistó y colonizó estos extensos dominios, desde la pri-
mera expedición de Colón, en 1492, hasta la pérdida definiti-
va de sus últimos territorios en Cuba y Puerto Rico, en 1898.
En los tramos finales del siglo XV (momento en el cual se
inicia este período), Europa se encontraba atravesando años
de profundas transformaciones en el plano político. El feuda-
lismo, que hasta entonces había sido un sistema estructurado
sobre comunidades agrarias y el poder fragmentado, dio paso
a la concentración de la autoridad bajo la figura del monarca.
La crisis feudal desembocó en el surgimiento del rey quien,
legitimado por las teorías del origen divino de su potestad,
ejercería el poder absoluto en representación de Dios.
Por su parte, la España que llegó al nuevo mundo era para
aquella época la nación rectora de Europa, la primera en lle-
gar a la unidad. Repasemos este proceso de unificación.
El “descubrimiento” de Colón
Cristóbal Colón, tal vez uno de los marinos más conocidos
de todos los tiempos, se instaló en Lisboa hacia 1477 con el
objetivo de trabajar como cartógrafo junto a su hermano Bar-
tolomé. Se supone que fue durante estos años que el entonces
joven Colón comenzó a diseñar una idea disparatada para
aquella época, llegar al lejano oriente atravesando el océano
2
Los Reyes Católicos llegaron a decretar la conversión compulsiva al cristianismo de
los judíos y musulmanes que habitaban sus reinos. Incluso se llegó a establecer la expul-
sión o ejecución de aquellos que se negasen a convertirse al catolicismo.
4
MOLINARI, Diego Luis. La Empresa Colombina y el Descubrimiento. En: LEVENE,
Ricardo (director). Historia de la Nación Argentina. Desde los orígenes hasta la organi-
zación definitiva en 1862. 3ra edición. Buenos Aires: El Ateneo Editorial, 1961, Vol. II,
p. 311.
5
DE LA CRUZ, Eduardo Matías. Los Reinos de Indias. La Plata: Universidad Católica
de La Plata, 1999, p. 77.
6
Molinari nos reseña las desventuras de Colón de la siguiente manera: “Tan grande fue
el peligro de naufragar que Colón, temeroso que se ignorase la noticia de su portentoso
viaje, redactó una descripción del mismo, y arrojó al mar, en un tonel, el pergamino en
que la había escrito, preparándose todos a bien morir, y haciendo peregrinos votos, si se
salvaban. El 18 de febrero, a Dios gracias, dieron sobre la isla Santa María del grupo de
las Azores. El gobernador portugués de estas islas, adivinando que Colón traía nuevas
de tierras antes nunca vistas, intentó apresarlo, pudiendo éste, a duras penas, retomar
el curso de su viaje, el 24 de febrero. Otra tempestad se desencadenó en el mar y, sin
gobierno del navío, Colón fue empujado a las costas lusitanas. El 4 de marzo de 1493
anclaba en aguas del Tajo, a la vista de Lisboa”. MOLINARI, Diego Luis. Op. cit., p. 336.
9
Las bulas son un tipo de documento emitido por la autoridad papal sobre asuntos
políticos o religiosos.
10
Del latín “entre otros”. Se encuentran copias oficiales de estos documentos pontificios
en el Archivo General de Indias de la ciudad de Sevilla. (Sección “Patronato”: 1.- BU-
LAS Y BREVES PONTIFICIOS. 1493-1703. Legajos 1-7.).
11
Las islas Azores están situadas en el océano Atlántico a unos 1400 kilómetros de
Lisboa, capital de Portugal. En 1439 este archipiélago, compuesto por un conjunto de
nueve islas, comenzó a ser colonizado por los portugueses al encontrarlas totalmente
deshabitadas. Hoy en día estas, las islas Açores, son una comunidad autonómica de
Portugal, que forman parte de la Comunidad Económica Europea
12
Las Islas de Cabo Verde se hallan en el océano Atlántico frente a las costas africa-
nas de Senegal. Son en total diez islas que comenzaron a ser colonizadas por Portugal
en 1462 al encontrarlas deshabitadas. Los portugueses hallaron en este archipiélago
un punto estratégico en su comercio de esclavos como lugar de recepción y posterior
distribución en el repudiable “negocio negrero”. Con el correr de los años nuestro país
recibió algunos contingentes de inmigrantes de la República de Cabo Verde (sobre todo
en el período entre guerras), los que se instalaron principalmente en Dock Sud (Ave-
llaneda) y Ensenada.
13
Hay quienes sostienen que el rechazo a las bulas papales por parte del rey de Portugal,
Juan II, encuentran fundamento en el hecho de que Portugal ya tenía un conocimiento
secreto de las tierras del Brasil a partir de viajes y expediciones clandestinas. En ese
sentido, De Gandía señala: “El conocimiento secreto que Portugal tenía de las tierras
del Brasil —quizás desde antes del primer viaje de Colón— dio origen al rechazo que
don Juan II hizo de la línea fijada por el papa Alejandro VI mediante las bulas de junio,
julio y septiembre de 1493. Esta línea dividía el mundo con un meridiano trazado a cien
leguas de las islas Azores y de Cabo Verde. La actitud de Juan II produjo la reunión de
Tordesillas, del 7 de junio de 1494, en la cual los plenipotenciarios españoles y portu-
gueses convinieron en trasladar la línea de Alejandro VI trescientas cincuenta leguas al
oeste de las Azores. De este modo el Rey de Portugal se aseguró la posesión de parte del
continente americano, aún no descubierto oficialmente”. DE GANDÍA, Enrique. Des-
cubrimiento del Río de la Plata, del Paraguay y del Estrecho de Magallanes. En: LEVENE,
Ricardo (coord.). Op. cit., p. 363.
15
DE LA CRUZ, Eduardo Matías. Op. cit., p. 235.
16
Bartolomé de las Casas fue un destacado jurista, filósofo y teólogo que vivió en los
años de las primeras expediciones españolas en nuestro continente, a finales del siglo
XV (de hecho, su propio padre integró el segundo viaje de Cristóbal Colón en 1493).
Había nacido en Sevilla en 1484, su fuerte personalidad sumada a un espíritu inquieto y
aventurero lo llevaron a incorporarse a las expediciones indianas. Llegó a ser obispo de
Chiapas, en la zona sur de México. Desde allí, tomó contacto directo con esa realidad
de sometimiento y abusos que prontamente se encargó de denunciar. Fue uno de los
más destacados defensores de los derechos indígenas. De las Casas fue un pensador
muy prolífico en cuanto a su actividad intelectual y dejó una gran cantidad de ensayos
escritos. El lector interesado podrá acceder a una de sus obras más conocidas, que le
llevó más de treinta años de trabajo, Historia de las Indias. Sus manuscritos fueron
publicados por primera vez recién en 1875 en Madrid. DE LAS CASAS, Bartolomé.
Historia de las Indias. Madrid: Imprenta de Miguel Ginesta, 1875.
17
Fue un sacerdote católico nacido en Córdoba (España) en 1490. Se destacó como fi-
lósofo, jurista y teólogo, habiéndose formado en la prestigiosa Universidad de Bolonia.
Su pluma estuvo al servicio de la Corona española para justificar la legitimidad de la
conquista en América. Se convirtió así en una suerte de defensor oficial de la coloniza-
ción y evangelización de los pueblos aborígenes.
18
DE LAS CASAS, Bartolomé. Disputa o controversia con Ginés de Sepúlveda conten-
diendo acerca de la licitud de las conquistas de las Indias [en línea]. Sevilla, 1552. Dispo-
nible en: www.cervantesvirtual.com
19
En este punto hemos seguido a Cebreiros Álvarez, quien sostiene que “la construc-
ción del concepto jurídico de personas miserables ha sido elaborado por los juristas
medievales sobre las categorías del derecho común. Asimismo, diferentes juristas in-
dianos han contribuido a la conformación de su significado tomando como base la
autoridad tanto de los textos bíblicos como de filósofos y juristas de ius commune.”
CEBREIROS ÁLVAREZ, Eduardo. La condición jurídica del indio y el derecho común,
un ejemplo del “favor protectionis”. En CEBREIROS ÁLVAREZ, Eduardo. Panta rei:
Studi dedicati a Manlio Bellomo [en línea]. Repositorio Universidad de Coruña, 2004.
p. 469-489. (Repositorio Universidad de Coruña). Disponible en: https://ruc.udc.es/
dspace/bitstream/handle/2183/15730/condici%C3%B3n%20jur%C3%ADdica%20
del%20indio.pdf?sequence=2&isAllowed=y
20
Como prueba de ello, el libro sexto, título primero de la Recopilación de las Leyes de
los Reinos de Indias (1680) estableció en relación a este tema que “Habiendo de tratar
en este libro la materia de indios , su libertad, aumento y alivio, como se contiene en los
títulos de que se ha formado: Es nuestra voluntad encargar á los virreyes, presidentes
y audiencias el cuidado de mirar por ellos y dar las órdenes convenientes para quesean
amparados favorecidos y sobrellevados, por lo que deseamos, que se remedien los da-
nos que padecen y vivan sin molestia ni vejación, quedando esto de una vez asentado ,
y teniendo muy presentes las leyes de esta Recopilación, que les favorecen, amparan y
defienden de cualesquier agravio, y que las guarden y hagan guardar muy puntualmen-
te castigando con particular y rigurosa demostración á los transgresores. Y rogamos y
encargamos a los prelados eclesiásticos, que por su parte lo procuren como verdaderos
padres espirituales de esta nueva cristiandad, y todos los conserven en sus privilegios
y prerrogativas, y tengan en su protección”. Recopilación de las Leyes de los Reinos de
Indias: Mandadas imprimir y publicar por la Majestad católica del Rey Don Carlos II.
Madrid: Boix Editor, 1841, tomo II, p. 217.
21
Como señala Rafael Sánchez Domingo, se trata de un cuerpo general legislativo —el
primero de las Indias— que reúne una serie de preceptos fundamentales que, al ser
impreso, gozó de la máxima publicidad y de distribución. Las “Reales ordenanzas dadas
para el buen Regimiento y Tratamiento de los indios” (tal su verdadera denominación)
fueron sancionadas por el rey Fernando el 27 de diciembre de 1512 y poseen un valor
extraordinario, por cuanto constituyen el primer cuerpo legislativo de carácter univer-
sal que se otorgó para los pobladores del continente americano, siendo consideradas
como la primera declaración de Derechos Humanos. SÁNCHEZ DOMINGO, Rafael.
Las leyes de Burgos de 1512 y la doctrina jurídica de la conquista. Revista jurídica de
Castilla y León. 2012, núm. 28, p. 55. ISSN 1696-6759
22
Ampliar en ZAVALA, Silvio A. La encomienda indiana. Madrid: Centro de Estudios
Históricos, Sección Hispanoamérica, 1935.
25
Ampliar en JURADO, M. Carolina. Un Fiscal al servicio de su Majestad: Don Fran-
cisco de Alfaro en la Real Audiencia de Charcas, 1598-1608. Población & Sociedad.
2014, Vol. 21, núm. 1. pp. 99-132. ISSN 0328-3445.
26
Incluso hay autores que consideran que existieron verdaderas situaciones de esclavi-
tud, como es el caso de Gastiazoro cuando afirma que: “Bajo la hegemonía del modo
de producción y las relaciones feudales, se esclavizó y comercializó como esclavos a
cientos de miles de indios”. GASTIAZORO, Eugenio. Historia Argentina. Introducción
al análisis económico-social (1536-1880). Buenos Aires: Editorial Ágora, 1980, p. 55.
27
El 13 de agosto de 1521 fue el día en el que, destruida su capital y capturado Cuauh-
témoc, su último tlatoani, el llamado Imperio azteca se “eclipsaba” definitivamente. Ver
ÁLVAREZ, Salvador. Cortés, Tenochtitlan y la otra mar: geografías y cartografías de la
Conquista. Hist. Graf. México: 2016, núm. 47, pp. 49-90.
I - El rey
El rey era el “soberano”, quien detentaba la autoridad supre-
ma. Fue el símbolo de la nación y, como monarca30, también el
jefe del Estado. Ejercía el poder absoluto por mandato divino,
pues se lo consideraba la representación misma de Dios para
gobernar. Como máxima institución, tenía la última palabra
en cualquier decisión que se debiera tomar, no existía autori-
dad alguna que pudiese ejercer control sobre el monarca.
Tres casas reinantes ocuparon el trono durante el extenso pe-
ríodo colonial:
Los Reyes Católicos: Isabel de Castilla y Fernando de Aragón
(1479-1516)
La dinastía de los Habsburgo, o Casa de Austria (1516-1700):
Carlos I de España y V de Alemania (1516-1556); Felipe II
(1556-1598); Felipe III (1598-1621); Felipe IV (1621-1665);
Carlos II (1665-1700).
La dinastía de los Borbones (1700-hasta la actualidad): Feli-
pe V (1700-1746); Luis I (1724); Fernando VI (1746-1759);
Carlos III (1759-1788); Carlos IV (1788-1808); Fernando VI
(1808-1833); Isabel II (1833-1868); Alfonso XII (1874-1885);
Alfonso XIII (1886-1931); Juan Carlos I (1975-2014); Felipe
VI (2014).
Monarca, del griego monarkhes: monos (uno solo, único), y arkhes (poder).
30
31
Comenta Galletti que “diferentes cédulas reales de Carlos V, Felipe II y Felipe IV,
determinan que el Consejo resida en la corte, teniendo la suprema jurisdicción en las
Indias”. GALLETTI, Alfredo. Historia Constitucional. La Plata: Librería Editora Platen-
se, 1987, T. I, p. 107.
32
Como se ha sostenido, no existe unanimidad en cuanto a la fecha exacta en la que se
puede decir que se fundó el Consejo Supremo de Indias. En este sentido, Pérez Cantó
señala que “es sobradamente conocida la falta de consenso sobre la fecha de fundación
del Consejo de Indias”. En relación a su origen, sostendrá que “entre 1520 y 1524 se
produce una mutación en la dirección de los asuntos de lndias por el aumento de los
territorios conquistados y la variedad de los problemas planteados. Se creará, por tan-
to, una Junta Especial dentro del Consejo de Castilla formada por el obispo Fonseca,
cuatro ministros del Consejo, un relator y un portero”. PÉREZ CANTÓ, María Pilar. El
Consejo de Indias ante los Decretos de nueva planta, 1714. Boletín americanista. 1988,
núm. 38, pp. 227-245. ISSN 0520-4100.
Funciones de guerra
El Consejo de Indias en menor medida también tuvo a su car-
go atribuciones en materia de guerra. Así, sobre todo en los
primeros años de su existencia,34 se encargó de temas milita-
res, tanto terrestres como navales. Intervendrá en cuestiones
que hacían a las expediciones bélicas y a la defensa de las po-
sesiones ultramarinas.
34
Todas estas funciones militares, a partir del siglo XVII, pasarán a ser competencia de
la Junta o Consejo Supremo de Guerra.
35
ACHDJIAN, Rubén Manasés. Hacienda y Nación. Una historia fiscal y financiera de
la Argentina. De la hacienda colonial a la Revolución del Parque (c. 1630-1890). Buenos
Aires: Eudeba, 2017, p. 76.
36
Según Rosa, en alusión al Consejo de Indias, “en 1810 es apenas un fantasma de lo
que había sido”. ROSA, José María. Historia Argentina. Buenos Aires: Juan C. Granda
Editor, 1967, tomo I, p. 279.
37
Las causas del proceso de decadencia y posterior disolución de la Casa de Contratación
fueron muchas y variadas. Como bien señala Serrera, “corrupción en el seno de la insti-
tución, hipertrofia funcionarial, venalidad de sus oficios, drástica contracción del tráfico
legal con las Indias, problemas en la navegabilidad del río, aumento del tonelaje de los
buques, entreguismo por parte del Consulado sevillano, desplazamiento a Cádiz del nú-
cleo grueso del poder mercantil representado por los comerciantes extranjeros, etc. Todo
contribuyó, efectivamente, a la definitiva postración institucional de la Casa. SERRERA,
Ramón María. La Casa de la Contratación en el alcázar de Sevilla (1503-1717). Boletín de
la Real Academia Sevillana de Buenas Letras. 2008, núm. 36, pp. 141-176.
38
ZORRAQUIN BECÚ, Ricardo. Op. cit., p. 52.
Los adelantados
Fue la primera forma de autoridad que se implantó en América.39
Se trató de una institución identificada con la etapa inicial de las
primeras expediciones y descubrimientos de fines del siglo XV y
principios del siglo XVI.40
Los adelantados fueron súbditos particulares, podríamos decir,
una especie de “concesionarios” que se hicieron cargo de las pri-
meras travesías ultramarinas y expediciones al Nuevo Mundo.
Durante los primeros años posteriores al descubrimiento de
Colón, la Corona se vio obligada a conceder a los jefes de las
expediciones las más amplias facultades y prerrogativas para
llevar adelante tan dificultosos emprendimientos. De esta for-
ma, se procuró convencerlos y alentarlos con privilegios es-
peciales y poder de mando suficiente para enfrentar las duras
condiciones de aquellos primeros viajes.
39
El propio Cristóbal Colón desembarcó en las Islas del Caribe en 1492 con el título
de “adelantado”.
40
La figura del adelantado ya existía en Castilla desde mucho tiempo atrás. El adelan-
tamiento fue una institución típicamente medieval, cuyos orígenes pueden ser encon-
trados en el siglo X. Con el descubrimiento de América y la necesidad de conquistar
los nuevos territorios muy distantes de la metrópolis reflotará esta institución que en
Europa ya estaba languideciendo.
42
Ver DE LA CRUZ, Eduardo M. Op. cit., p. 425.
43
Ver DEL VALLE, Aristóbulo. Nociones de Derecho Constitucional. Editorial Albatros.
Buenos Aires, 1953, p. 46.
44
El título de virrey ya existía desde hacía mucho tiempo atrás en los reinos de Aragón,
Castilla, Portugal, entre otros. No olvidemos que el propio Cristóbal Colón detentaba
el cargo de virrey al arribar a las Indias en 1492.
Los gobernadores
Los gobernadores fueron funcionarios nombrados por la Co-
rona para estar a cargo de las provincias en territorio india-
no. Si bien eran designados por el monarca, dependían de la
Ver LÓPEZ ROSAS, José Rafael. Historia constitucional argentina. Buenos Aires:
45
47
Solo en el virreinato del Perú (jurisdicción a la cual pertenecía nuestro actual territo-
rio nacional) “llegó a haber ocho audiencias. Nos referimos al territorio que compren-
dió el virreinato desde el siglo XVI hasta inicios del XVIII, y que se extendía desde el
istmo de Panamá hasta el extremo sur del continente. La primera de las audiencias fun-
dadas en el territorio virreinal fue la de Panamá (1538), seguida por las de Lima (1543),
Santa Fe de Bogotá (1549), La Plata o Charcas, en el Alto Perú (1559), Quito (1563),
Chile (cuya primera fundación fue en 1563), Buenos Aires (fundada por primera vez
en 1661) y Cuzco (1787)”. DE LA PUENTE BRUNKE, José. Las reales audiencias del
Perú. Pontificia Universidad Católica del Perú. Conferencia impartida en la Facultad
de Derecho de Sevilla, 2010. http://grupo.us.es/selloindias/uploads/publicaciones/n%-
C2%BA%2004%20JOS%C3%89%20DE%20LA%20PUENTE%20CONFEconfaudien-
cianov2010[1].pdf
48
La Real Audiencia con sede en Buenos Aires, en verdad, fue creada con anterioridad
a la formación del virreinato de Río de la Plata por expresa decisión del rey Felipe IV
en 1661. Tuvo una vida efímera, pues diez años más tarde, en 1671, la Corona mandó
a disolverla. Cuenta Busaniche que “la Real cédula de creación de la audiencia se dio el
14 de abril de 1873 en tiempo de Vértiz, y pasaron algunos años antes de proceder a su
inauguración. Viajes, trámites, diligencias de toda especie llevaron mucho tiempo. En
julio de 1875, todavía no estaba la audiencia inaugurada. Debía celebrarse el acto con
el riguroso ceremonial señalado en las cartas del rey y en las leyes preceptivas (…) y el
acto no se llevó a cabo hasta el 9 de agosto de 1785”. BUSANICHE, José Luis. Historia
Argentina. Buenos Aires: Taurus, 2005, p. 284.
51
TAU ANZOÁTEGUI, Víctor y MARTIRÉ, Eduardo. Op. cit., p. 70.
52
Como señala Rosa, estas normas dictadas para casos particulares luego eran elevadas
a disposiciones generales si cumplían el efecto perseguido. “Más que una legislación, en
la acepción contemporánea del término, era una jurisprudencia en constante perfección:
prudente, jurista y casuística”. También destaca el recordado abogado e historiador que
“las leyes de Indias no pretendían imponerse sobre la realidad, sino interpretarla; de allí
que no fueran coercitivas, sino recomendativas. Los funcionarios y magistrados podían
dejar de cumplirlas si las consideraban perjudiciales. Tenían un derecho de veto, que hoy
no se comprendería en subordinados: ‘Reverencio, pero no cumplo’, era la fórmula sacra-
mental del incumplimiento”. ROSA, José María. Op. cit., p. 267.
53
SOLÓRZANO PEREIRA, Juan. Recopilación de las cédulas, cartas, provisiones y orde-
nanzas reales Buenos Aires: Instituto de Historia del Derecho. Universidad de Buenos
Aires, 1945.
54
Se puede acceder a documentos históricos referidos a la dominación hispánica (entre
ellos al contenido de la Recopilación de 1680) en BERNAT, Gabriel. Disponible en:
http://www.gabrielbernat.es/
56
Ver ZORRAQUÍN BECÚ, Ricardo. Op. cit., p. 309.
57
Ibíd., p. 310.
59
Cabe advertir que no siempre los cabildos tuvieron todos estos funcionarios especia-
les. En esos supuestos, muchas de esas tareas las pasaban a desempeñar los regidores.
63
El viejo sistema de flotas y galeones fue una medida que se adoptó en su momento
para evitar los ataques de navíos que trasportaban el oro y la plata de las Indias al viejo
continente. Los barcos venían de la península con mercaderías y regresaban con los
deseados metales extraídos de las minas americanas. Al hacerlo, venían en convoyes
escoltados por buques de guerra, partiendo únicamente del puerto español de Cádiz, y
teniendo como destinos obligados los puertos de Veracruz (Nueva España) o Portobelo
(Panamá). Estas formas de transporte custodiado se tornaron necesarias desde que co-
menzaron a reiterarse los ataques de piratas y corsarios a las embarcaciones en alta mar.
64
Según Andújar Castillo, no se debe olvidar —al momento de analizar las reformas
borbónicas en materia militar— la promulgación de las nuevas Ordenanzas Militares
de 1768 que tan larga vida iban a tener en el Ejército español. ANDUJAR CASTILLO,
Francisco. El reformismo militar de Carlos III: mito y realidad. En: Cuadernos de Histo-
ria Moderna. Ediciones complutenses, 2016, Vol. 41, núm. 2, pp. 337-354.
65
Nos recuerda Durán que “la regalía es en sí misma un derecho de la Corona, un
derecho regio, algo que corresponde al rey por el simple hecho de serlo. En el presente
caso se trata de los derechos de los monarcas en el terreno eclesiástico, pero no en
virtud de concesiones pontificias sino en base a su propia condición de soberanos”. DU-
RAN, Juan Guillermo. El regalismo borbónico en vísperas de la Revolución de Mayo.
En: Revista Teología. 2012, núm. 107, tomo XLIX, pp. 9-31.
66
Reder Gadow señala al referirse a la expulsión de los jesuitas que, “La clave de la
expatriación de la Compañía de Jesús se debe a la ideología política dominante en la se-
gunda mitad del siglo XVIII, la del despotismo ilustrado, potenciado por el regalismo,
que atribuía al monarca competencias incluso en asuntos religiosos en detrimento de
las competencias del papa. La Compañía de Jesús era contraria a estos pensamientos,
por lo que fue percibida por el monarca Carlos III y sus consejeros como un peligro”.
REDER GADOW, Marion. La odisea de la expulsión. El extrañamiento de los jesuitas
de Andalucía. En: Revista Andalucía en la Historia. 2016, núm. 54, p. 12.
67
Ver FREGEIRO, C.L. Juan Díaz de Solís y el descubrimiento del Río de la Plata.
Buenos Aires: Imprenta del Porvenir, 1879, p. 54.
68
Es de suponer que este trágico suceso, la muerte de los expedicionarios y la posterior
antropofagia (del latín “antro”, hombre, y “phagia”, acción de comer) respondía a la
creencia según la cual de esta forma se absorbían las virtudes e inteligencia del enemi-
go caído en combate. Nos cuenta Fregeiro que “al pisar por primera vez la tierra que
debía guardar para siempre los restos del infortunado capitán, Solís y sus compañeros
lo hacían confiados en el carácter bondadoso y hospitalario que atribuían a sus mora-
dores; pero ni bien se separaron alguna distancia de la ribera cuando cayó súbitamente
sobre ellos una lluvia de flechas. Al ver aquello, los de la carabela pusieron en juego los
cañones que traían a bordo. Empero todo fue inútil: Solís había perecido en la refriega,
combatiendo quizá al lado de sus compañeros. Cuando los tripulantes de aquella se
convencieron de la realidad del hecho se prepararon para partir, no sin un profundo
dolor porque creyeron ver a los salvajes descuartizando a los infortunados viajeros y
comiéndoselos luego en medio de un bárbaro festín”. FREGEIRO, C.L. Op. cit., p. 58.
69
De esa manera denominaban los españoles a lo que hoy conocemos como el
océano Pacífico. Por entonces, la enorme cantidad de agua del otro lado del conti-
nente llevaba el nombre de su descubridor, Vasco Núñez de Balboa, quien lo divisó
por primera vez desde un acantilado en Panamá en el año 1513.
70
Según el diario que llevaba Pigafetta a bordo de la nave capitana, el “miércoles 28 de
noviembre, desembocamos por el Estrecho para entrar en el gran mar, al que dimos en
seguida el nombre de Pacífico, y en el cual navegamos durante el espacio de tres meses
y veinte días, sin probar ni un alimento fresco”. PIGAFETTA, Antonio. Primer viaje al-
rededor del mundo. La crónica en vivo de la expedición Magallanes-Elcano (1519-1522).
Sevilla: Fundación Civiliter, 2012.
71
Para el desarrollo de este tema hemos tenido como gran ayuda las crónicas de Anto-
nio Pigafetta, caballero italiano que partió con Magallanes en 1519 y regresó a Sevilla
con Sebastián Elcano y el reducido grupo de sobrevivientes en septiembre de 1522.
Pigafetta logró registrar con detalles las distintas vicisitudes de la histórica expedición,
para luego redactar un informe que fue elevado al rey Carlos I. Esos escritos fueron
luego editados en forma de libro mucho tiempo después, en el año 1800, por el ar-
chivero de la Biblioteca Ambrosiana, Carlo Amoretti. PIGAFETTA, Antonio. Primer
viaje alrededor del globo. (Título original: Primo viaggio in torno al Globo Terracqueo).
Sevilla: Fundación Civiliter, 2012.
72
Ampliar en ROSA, José María. Op. cit., p. 91.
73
Se situaba a unos kilómetros de la actual ciudad de Rosario, provincia de Santa Fe.
74
Palacio y su creativa e incisiva pluma hacen la siguiente observación: “Las provisio-
nes embarcadas en España se habían calculado para seis meses. Con simpática impre-
visión andaluza e hidalga, se habían cargado suficientes caballos de guerra, pero ni una
vaca, ni una oveja, ni una gallina, ni una bolsa de trigo para sembrar”. PALACIO, Er-
nesto. Historia de la Argentina 1515-1943. Buenos Aires: Peña Lillo Editor, 1979, p. 31.
75
Cuentan las crónicas que tuvieron que comer ratas y hasta los cueros de los zapatos.
PALACIO, Ernesto. Op. cit., p. 32.
76
Acertadamente, apunta Ravignani, en relación al nacimiento del virreinato del Río
de la Plata, que: “con su creación y con el régimen de intendencias, dio contornos y
fronteras a un nuevo país, de donde saldrá en un comienzo, esta gran comprensión que
se llamará Provincias Unidas del Río de la Plata. La «antigua unión» virreinal perdurará
en los primeros diez años de vida independiente: factores internacionales, de política
interna y de índole económica, resquebrajaron esa «antigua unión», y dieron nacimien-
to a cuatro países independientes entre sí, quedándole a nuestra República Argentina
la parte territorial más importante y la Capital de la vieja división político-administra-
tiva”. RAVIGNANI, Emilio. El Virreinato del Río de la Plata (1776-1810). Op. Cit., Vol.
IV, Cap. I, p. 192.
LA REVOLUCIÓN DE MAYO
Sumario:
1) Situación europea previa a la Revolución de Mayo. Las
invasiones inglesas. Causas. Consecuencias 2) Crisis de legi-
timidad española. La Junta Suprema Central de Sevilla. Po-
lítica británica en relación al Río de la Plata: Tratado Apo-
daca-Canning 3) Génesis de la Revolución. Causas. Sectores
enfrentados. Congreso General del 22 de mayo. Debate. Vota-
ción. Junta del 24. El 25 de mayo 4) Primera Junta de Gobier-
no. Circulares a las Provincias. Sectores enfrentados. El Plan
de Operaciones de Moreno. Legislación más importante 5) La
Junta Grande, Formación. Juntas Provinciales. Reglamento
sobre libertad de imprenta 6) El primer Triunvirato. Estatuto
Provisional. Decreto de libertad de imprenta. Decreto de segu-
ridad individual. Reformas Judiciales. Bibliografía.
1*
Profesor Titular de Historia Constitucional (int.). Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales
de la Universidad Nacional de La Plata. Contacto: guillermoraulmoreno@yahoo.com.ar
2
VAN DER LAAT ULLOA, Hernán. Revolución Industrial: Una Revolución Técnica.
En: Revista Estudios, Universidad de Costa Rica. 1991, núm. 9, pp. 66-77. ISSN-e 1659-
3316, ISSN 1659-1925.
3
Al decir de Martínez Ruíz: “El cuestionamiento de la naturaleza del régimen entre
los contemporáneos se ve desfavorecido por la indiferencia, sino el desprestigio, que
rodea a los detentadores de la monarquía en esos momentos. Ni el rey, Carlos IV, ni
su esposa, María Luisa, ni el heredero, el príncipe Fernando, el futuro Fernando VII,
supieron o pudieron estar a la altura de las circunstancias ni de lo que se esperaba de
ellos”. MARTÍNEZ RUIZ, Enrique. La España de Carlos IV. Madrid: Pere Molas Ribalta
Editor, 1991, p. 148.
4
Es considerada una de las grandes batallas navales del siglo XIX. Fue librada entre la
escuadra inglesa, al mando del Almirante Nelson, y la flota franco-española, con el al-
mirante Francisco Gravina a la cabeza. Tuvo lugar el 21 de octubre de 1805 frente a las
costas del Cabo Trafalgar en cercanías de Cádiz. El contundente triunfo de los británi-
cos otorgó a Inglaterra el dominio absoluto de los mares frente al resto de las naciones.
6
Ver ROSA, José María. Historia argentina. Buenos Aires: Juan C. Granda Editor, 1967,
tomo II, p. 25.
7
En su retirada, Sobremonte llevará consigo los caudales públicos. Una partida de sol-
dados ingleses logró interceptarlo en cercanías de Luján. El virrey logró continuar su
camino a Córdoba, el dinero que llevaba quedó en manos del invasor y fue tomado
como “botín de guerra”.
8
El pabellón británico quedó enarbolado durante 46 días seguidos. Nuestro territorio
fue rebautizado con el nombre de “Nueva Arcadia”.
9
Ver PALACIO, Ernesto. Op. cit., p. 154.
The Times. 13 de septiembre de 1807. Citado por DE URBINA, Antonio. Las invasio-
10
nes inglesas en el Río de la Plata (1806-1807). Revista de Estudios Políticos. 1948, núm.
37-38, p. 173.
13
De la heroica participación de los habitantes en aquella jornada se ha dicho que “jun-
to a las tropas veteranas y las milicias lucha en masa el pueblo de Buenos Aires con
toda clase de armas, con cuchillos, con palos y aun sin ellos, arrojando agua hirviendo,
piedras desde los parapetos de las terrazas, arrastrando carros y muebles para cerrar
el paso de las calles detrás de las columnas inglesas, acorralándolas en una infernal
encerrona. Se espera caiga el enemigo o el amigo, y a la mano aún caliente se arranca el
fusil para ametrallar al inglés. Los viejos y los niños, las mujeres que quieren emular la
gloria de Manuela Pedraza, la Tucumana, heroína de la reconquista, luchan junto a las
18
Si bien es cierto que el bloqueo perjudicó a Inglaterra, a decir verdad, sus buques
mercantes y la poderosa Royal Navy lograron rápidamente ampliar sus mercados a
lugares muchos más distantes como India o China, por ejemplo.
19
Lleva ese nombre toda vez que las negociaciones se llevaron a cabo en la ciudad de
Fontainebleau, distante unos 50 kilómetros al sureste de París.
20
De acuerdo al art. 1 de la convención anexa al Tratado: “Un cuerpo de tropas impe-
riales francesas de veinticinco mil hombres de infantería y tres mil de caballería entrará
en España y marchará en derechura a Lisboa. Se reunirá a este cuerpo, otro de ocho mil
hombres de infantería y de tres mil de caballería de tropas españolas, con treinta piezas
de artillería”. (Se puede acceder al texto completo del Tratado en el Museo de las cons-
tituciones, UNAM, [en línea]. Disponible en: http://museodelasconstituciones.unam.
mx/1917/wp-content/uploads/1807/08/27-agosto-1807-Firma-del-Tratado-de-Fontai-
nebleau.pdf
21 Como señala Vilar, refiriéndose a Godoy “…fue sin duda una de las personalidades
más determinantes, y al propio tiempo enigmáticas y controvertidas, en la historia es-
pañola. Desde luego pocos de nuestros hombres de Estado han sido más vituperados y
objeto de persecución más sañuda y tenaz que el Príncipe de la Paz, el omnipotente mi-
Todo tipo de rumores corrieron por esos días en España, que los reyes (Carlos IV y su
23
esposa María Luisa habían huido a sus dominios en América, tal como había ocurrido
con la corte portuguesa; que el príncipe heredero, don Fernando, podía ser asesinado,
que la entrega a los franceses era total, entre otros). Ampliar en CALVO MATURANA,
Antonio. Dios nos libre de más revoluciones: el Motín de Aranjuez y el Dos de Mayo
vistos por la condesa viuda de Fernán Núñez. Pasado y Memoria. Revista de Historia
Contemporánea. 2011, núm. 10, pp. 163-193.
24
En esos días, Carlos IV, su esposa María Luisa y el ministro Godoy se encontraban
en la residencia de verano que los reyes tenían en la villa de Aranjuez, ubicada a unos
50 kilómetros al sur de Madrid. En tiempos de Felipe II (1560), la Corona decidió
establecer allí un “real sitio” con la construcción de un Palacio a orillas del río Tajo. El
palacio y los jardines que lo rodean fueron declarados patrimonio de la humanidad por
la Unesco en el año 2001.
25
Refiriéndose a este momento señala Rosa: “El nuevo rey era muy popular, como lo
expresa elocuentemente su sobrenombre “el Deseado”. No debe verse solamente una
oposición a Godoy y los escándalos familiares de la corte; la verdad es que Fernando,
dejando sus defectos de carácter aparte, era muy español en sus gustos. Tenía pasión
por las corridas de toros, que un decreto de Godoy, inspirado en el racionalismo, había
abolido por contrarias a la agricultura y el comercio; su vestimenta y gustos eran espa-
ñoles; le repelía el afrancesamiento que tuvieron sus antecesores. Hubiera sido un gran
rey si a esa inclinación nacional de sus gustos, hubiese unido la hidalguía, generosidad
y coraje del carácter español”. ROSA, José María. Op. cit., p. 79.
26
Sin eufemismos, Eslava Galán nos señala que “Carlos IV y Fernando VII, padre e
hijo, bobo el uno y canalla el otro, entregaron España a Napoleón en 1808. Y Napoleón
traspasó la Corona española a su hermano José I (paradójicamente uno de los mejores
reyes que hemos tenido). ESLAVA GALAN, Juan. Sobre la batalla de Bailén. En: Alca-
zaba. 2014-2015, núm. 14-15, pp. 61- 71.
27
Ver SÁNCHEZ SILVA, Daniel. Crisis de la monarquía española (1808-1814). In-
fluencia de Manuel Godoy. En: Tiempo y Espacio. 2014, núm. 61, pp. 413-422.
29
Al momento en que Napoleón decide coronar a su hermano mayor, José se encontra-
ba gobernando el reino de Nápoles. Rápidamente es llamado a que se dirija a Bayona,
donde el emperador de Francia lo aguardaba para ungirlo como nuevo rey de España.
La propaganda política implementada en contra de los Bonaparte se hizo sentir con
intensidad.
30
Ampliar en MARTÍNEZ RUIZ, Enrique. La Guerra de la Independencia Españo-
la: planteamiento nacional y repercusión internacional. En: Monte Buciero. Santander,
2008, núm. 13, pp. 17-43. ISNN 1138-9680.
31
Como fiel testimonio de aquella tremenda sangría nos ha quedado la obra del pintor
Francisco Goya titulada Los fusilamientos del 3 de mayo (o Los fusilamientos en la monta-
ña del Príncipe Pío), que actualmente se encuentra en exposición en una de las salas del
Museo del Prado (Madrid). Con la genialidad que lo caracterizaba, el pintor retrató en
su obra (óleo sobre lienzo) los horrores del inicio de la guerra de la independencia que él
mismo, en persona, contempló en aquella fatídica jornada en las calles de Madrid.
34
Tal como señala Rosa, a cambio de la independencia política, España entregaría su
independencia económica. ROSA, José María. Op. cit., p. 111.
35
Lewin destaca, por ejemplo, la influencia del pensamiento de Rousseau en los movimien-
tos emancipadores de Hispanoamérica. Al referirse en especial al movimiento de mayo de
1810, señala que “…es sabido que la Argentina produjo el más caracterizado exégeta ameri-
cano de las doctrinas de Rousseau. Me refiero a Mariano Moreno”. LEWIN, Boleslao. Rous-
seau en la independencia de Latinoamérica. Buenos Aires: Depalma, 1980, p.15.
36
Ver LÓPEZ ROSAS, José Rafael. Historia Constitucional. Buenos Aires: Astrea, 1984, p. 68.
Condorcanqui Noguera, Marqués de Oropesa, que tomó el nombre de Túpac Amaru II,
se desarrolló de 1870 a 1871, constituyó el levantamiento indígena más extenso surgido
contra todos los abusos como las alcabalas, tributos indígenas, las mitas mineras, la
esclavitud, en el que se abogaba por primera vez la independencia política, económica y
social de todas las Américas. Sofocada por el ejército realista culminó con su ejecución
en la plaza mayor del Cusco, junto a su esposa la valerosa Micaela Bastidas y sus hijos,
en la forma más cruel”. GARMENDIA LORENA, Fausto. Contribución al conocimien-
to de la historia de la violencia en el Perú. En: Anales de la Facultad de Medicina. 2016,
40
Al disolverse la Junta Central el 29 de enero de 1810, delegará sus poderes en un
Consejo de Regencia sin tener facultades para ello. Como señala Tau Anzoátegui, “la
regencia, integrada por cinco miembros, fue discutida por su origen y por su escasa
representatividad, pero en general se la aceptó, debido a la delicada situación impe-
rante, como único órgano gubernamental hasta la reunión en ese mismo año de las
Cortes en la Isla de León”. TAU ANZOÁTEGUI, Víctor y MARTIRÉ, Eduardo. Manual
de Historia de las Instituciones Argentinas. Buenos Aires: Ediciones Cathedra Jurídica,
2012, p. 286.
41
GALLETTI, Alfredo. Historia Constitucional Argentina. La Plata: Librería Editora
Platense, 1987, p. 196.
46
“¡Fiel y generoso pueblo de Buenos Aires! Las últimas noticias de los desgraciados
sucesos de nuestra metrópolis comunicadas al público de orden de este Superior Go-
bierno, han contristado sobre manera vuestro ánimo, y os han hecho dudar de vuestra
situación actual y de vuestra suerte futura. Agitados de un conjunto de ideas, que os
han sugerido vuestra lealtad y patriotismo, habéis esperado con ansia del momento
de combinarlas, para evitar toda división; y vuestros representantes, que velan cons-
tantemente sobre vuestra prosperidad y que desean con el mayor ardor conservar el
orden y la integridad de estos dominios, bajo la dominación del Sr. D. Fernando VII,
han obtenido del Exmo. Sr. virrey permiso franco para reuniros en un Congreso. Ya
estáis congregados: hablad con toda libertad, pero con la dignidad propia, haciendo ver
que erais un pueblo sabio, noble, dócil y generoso. Vuestro principal objeto debe ser
precaver toda división, radicar la confianza entre el súbdito y el magistrado, afianzar
vuestra unión recíproca y la de todas las demás provincias, y dejar expedita vuestras
relaciones con los virreinatos del continente. Evitad toda innovación y mudanza, pues
generalmente son peligrosas y expuestas a división”. Ver en Acta y votación del Cabildo
Abierto del 22 de mayo de 1810, Archivo Histórico. Disponible en: https://cdn.educ.ar/
repositorio/Download/file?file_id=ffc941b6-5bc0-48b2-b62d-53d65373f0d9
47
Ver LÓPEZ ROSAS, José Rafael. Op. cit., p. 100.
48
Durante los primeros años de la revolución el obispo Lué fue objeto de hostigamien-
tos y persecuciones por sus enemigos adictos al movimiento revolucionario. Será des-
terrado al pueblo de San Fernando, lugar donde morirá en 1812, se supone de manera
no natural.
50
Según el acta capitular la fórmula fue la siguiente: “Si se ha de subrogar otra autori-
dad a la superior que obtiene el Exmo. Sr. Virrey, dependiente de la soberana; que se
ejerza ilegítimamente a nombre del Sr. D. Fernando VII, ¿y en quién?” habiendo sido
generalmente aprobada, se resolvió por los Señores del Exmo. Ayuntamiento que los
Señores Vocales entrasen a la Sala de acuerdos a poner su voto cada uno de por sí; y
que rubricándolo solamente, por simplificar el acto en lo posible, lo publicase después
el escribano. Acta y votación del Cabildo Abierto del 22 de mayo de 1810. Archivo His-
tórico. Disponible en: https://cdn.educ.ar/repositorio/Download/file?file_id=ffc941b6-
5bc0-48b2-b62d-53d65373f0d9
51
Ver PALACIO, Ernesto. Op. cit., p. 179.
54
“Luego que juraron sus empleos los vocales de la Junta: salió al balcón del cabildo el
presidente Saavedra, arengó al pueblo a la fidelidad, paz y armonía, y lo remató el grito
del pueblo viva la junta…” BERUTI, Juan Manuel. Op. cit., p.3763.
55
Se puede acceder al texto completo del acta en http://sedici.unlp.edu.ar/hand-
le/10915/21485
56
Una circular es un tipo de documento formal utilizado por alguna autoridad para dar
a conocer una información.
57
Según lo dispuesto en la circular del día 27 de mayo: “… los Diputados han de irse
incorporando en esta Junta conforme y por el orden de su llegada a la capital, para que
así se hagan de la parte de confianza pública que conviene al mejor servicio del Rey y
gobierno de los pueblos; imponiéndose, con cuanta anticipación conviene a la forma-
ción de la general, de los graves asuntos que tocan al gobierno. Por lo mismo, se habrá
de acelerar el envío de Diputados; entendiendo deber ser uno por cada ciudad o villa
de las Provincias”. Actas Capitulares desde el 21 hasta el 25 de mayo de 1810. Primera
edición. Buenos Aires: Imprentas del Estado, 1836. Se puede acceder a la versión digital
en http://www.cervantesvirtual.com
58
El lector interesado en la expedición de auxilio a las provincias interiores entre 1810
y 1812 podrá ampliar sobre el tema en BIDONDO, Emilio. La Expedición de Auxilio
a las Provincias Interiores (1810-1812). Buenos Aires: Círculo Militar, vol. 728, 1987.
59
Ver FEINMANN, José Pablo. Filosofía y Nación. Buenos Aires: Estudios sobre el pen-
samiento argentino. Planeta, 2012, p. 34.
60
Ver NOVAYO, Julio. Mariano Moreno, Secretario de Guerra. Buenos Aires: Editorial
Cartago, 1984, p. 5.
61
MORENO, Mariano. Plan de Operaciones. Primera edición. Buenos Aires: Biblio-
teca Nacional, 2007.
62
SÁNCHEZ VIAMONTE, Carlos. Manual de Derecho Constitucional. Buenos Aires:
Editorial Kapelusz, 1959, p. 27.
63
PRADO Y ROJAS, Aurelio (comp.). Leyes y Decretos promulgados en la Provincia
de Buenos Aires desde 1810 a 1876. Buenos Aires: Imprenta del Mercurio, 1877, p. 33.
64
Acceder a texto completo en PRADO Y ROJAS, Aurelio. Op. cit., p.74.
65
Un hecho menor, casi intrascendente, fue el motivo que llevó a Moreno a redactar el
Decreto de supresión de honores al presidente de la Junta. Se trató de un brindis im-
prudente en homenaje a Saavedra y a su esposa en un banquete ofrecido en el Cuartel
de Patricios. En aquella ocasión, donde se festejaba el triunfo del ejército del norte en la
batalla de Suipacha, el oficial Atanasio Duarte, tal vez con algunas copas de más, brin-
dó por Saavedra y su esposa, quien se encontraba presente esa noche, como “futuros
monarcas de América”. Ese hecho rápidamente llegó a oídos de Moreno, quien utilizó
el incidente para impulsar el Decreto de supresión de honores. En cuanto a Duarte, se
le perdonó la vida por su estado de embriaguez, pero se lo condenó al destierro ya que
ningún habitante “ni ebrio ni dormido debe tener impresiones contra la libertad de su
país” (art. 11). Ver PRADO Y ROJAS, Aurelio. Op. cit., p. 78.
inoperante, donde se desatacó una gran figura: El Deán Gregorio Funes…”. SANGUI-
NETTI, Horacio. Historia de las ideas políticas universales y argentinas. Buenos Aires:
Cooperadora de Derecho y Ciencias Sociales, 1977, p. 236.
67
Ver VARELA, María Florencia. La experiencia de las Juntas Provinciales y Subalter-
nas en el Río de la Plata en 1811. Una mirada hacia los problemas de gobernabilidad en
las Provincias Intendencias. En: Anuario del Centro de Estudios Históricos “Prof. Carlos
S. A. Segreti”. Córdoba (Argentina). 2011, núm. 11, pp. 153-171. ISSN 1666-6836.
68
Conf. arts. 1,4 y 6 del Reglamento de Libertad de Imprenta. PRADO Y ROJAS, Aurelio.
Op. cit., p. 88.
69
Se puede acceder al texto completo del Bando del 23 de septiembre de 1811 en PRADO
Y ROJAS, Aurelio. Op. cit., p. 100.
72
Ver RAVIGNANI, Emilio. Asambleas Constituyentes Argentinas. Op. cit., p. 606.
73
Conf. art. 8º del Decreto.
74
PRADO Y ROJAS, Aurelio. Op. cit., p. 104.
75
Ver texto completo en RAVIGNANI, Emilio, Asambleas Constituyentes Argentinas.
Op. cit., p. 605.
76
Conf. art. 12 del Reglamento. Ver en PRADO Y ROJAS, Aurelio. Op. cit., p. 114.
Sumario:
1) La Logia Lautaro. Revolución del 8 de octubre de 1812. El
Segundo Triunvirato 2) Convocatoria a la Asamblea. Obra
legislativa. Soberanía. Derechos individuales. Unificación del
Poder Legislativo 3) El federalismo. El pensamiento político de
Artigas. Instrucciones Orientales 4) Proyectos Constituciona-
les 5) El Directorio. Sublevación de Fontezuelas. Disolución de
la Asamblea. Bibliografía
1*
Profesor Titular de Historia Constitucional (int.). Facultad de Ciencias Jurídicas y So-
ciales de la Universidad Nacional de La Plata. Contacto: guillermoraulmoreno@yahoo.
com.ar
El presente capítulo fue redactado teniendo como base otro trabajo del autor: La Asam-
blea del año XIII. Artigas y el surgimiento del federalismo en el Río de la Plata, publi-
ca-do en la Revista Derechos en Acción. 2018, Vol. 9, núm. 9, pp. 120-147.
3
MITRE, Bartolomé. Historia de San Martín y de la Emancipación Sud-Americana.
Buenos Aires: Imprenta de La Nación, 1887, tomo I, p. 162.
4 La Sociedad Patriótica, con Monteagudo a la cabeza, se constituyó como la cara
pública y visible de la Logia Lautaro, cuya actuación siempre estuvo oculta.
5 Conforme acta capitular de Buenos Aires del día 8 de octubre de 1812 por medio de
la cual se procede a crear el Gobierno de transición. PRADO Y ROJAS, Aurelio. Leyes y
Decretos promulgados en la Provincia de Buenos Aires desde 1810 a 1876. Buenos Aires:
Imprenta del Mercurio, 1877, tomo I, p. 151.
6
Ver GALLETTI, Alfredo. Historia Constitucional Argentina. La Plata: Librería Editora
Platense, 1987, p. 270.
7
Decreto de convocatoria del 24 de octubre de 1812. Ver RAVIGNANI, Emilio. Asam-
bleas Constituyentes Argentinas. Seguidas de los textos constitucionales, legislativos y
pactos interprovinciales que organizaron políticamente la Nación. Buenos Aires: Casa
Jacobo Peuser Ltda., 1937, tomo I, p. 3.
8
Ver RAVIGNANI, Emilio. Op. cit. tomo I, p. 5.
9
Ley del 21 de mayo de 1813. RAVIGNANI, Emilio. Op. cit., tomo I, p. 44.
10
Ver CALA, Laura Alejandra. Asamblea del Año XIII: Comentarios de una breve
compilación. Homenaje a sus 200 años. En: Revista Anales. 2013, núm. 43, p. 19.
14
ROSA, José María. Op. cit., tomo III, p. 59.
15
En total fueron elegidos seis diputados: Dámaso Larrañaga y Mateo Vidal por Mon-
tevideo; Dámaso Fonseca, por Maldonado; Felipe Cardozo, por Canelones; Martín Sal-
cedo, por San José, y Francisco Bruno de Rivarola, por Soriano. ROSA, José María. Op.
cit., p. 60.
Tiene la particularidad que los artículos no son correlativos, es decir, no tienen una
24
28
RAVIGNANI, Emilio. Asambleas Constituyentes Argentinas, seguidas de los textos
constitucionales, legislativos y pactos interprovinciales que organizaron políticamente la
Nación. Buenos Aires: Talleres S.A. Jacobo Peuser Ltda. 1939, Tomo VI, p. 623.
29
RAVIGNANI, Emilio. Op. cit., tomo VI, p. 633.
30
Constituyeron el primer documento de gobierno de los Estados Unidos, aprobados
en 1777 y ratificados en 1778. Se establece una confederación entre los trece estados
independientes para la defensa común, seguridad de sus libertades y bienestar general y
recíproco. En 1787 la confederación se extinguirá para dar paso al primer Estado fede-
ral moderno con la constitución de ese mismo año, que adoptará la forma de gobierno
republicana presidencialista y la forma de Estado democrático y federal. Ver BIDART
CAMPOS, Germán. Manual de Historia Política. Buenos Aires: Ediar, 1997, p. 224.
31
A su vez, toma principios económicos de la constitución de Virginia y de la de Massa-
chusetts las bases del constitucionalismo local. También el proyecto contiene los dere-
chos incluidos en las diversas enmiendas a la constitución norteamericana hasta 1811.
32
Art. 3. Ver RAVIGNANI, Emilio. Asambleas constituyentes argentinas. Op. cit., tomo
VI, p. 634.
33
El art. 4 estableció que para asegurar la unión entre las distintas provincias, los ha-
bitantes libres de cada una de ellas tenían el privilegio e inmunidades inherentes a los
ciudadanos de las demás, libre entrada en todas las provincias y mismos privilegios
con referencia al tráfico y al comercio y mismos deberes y restricciones (igualdad ci-
vil y económica entre los habitantes de las distintas provincias). RAVIGNANI, Emilio.
Asambleas constituyentes argentinas. Op. cit., tomo VI, p. 634.
36
Ver capítulo 1, arts. 1 a 21 del proyecto.
37
Capítulo 4, art. 1 del proyecto.
38
En estos términos se refiere GALLETTI, al analizar el poder judicial en este proyecto
de constitución territorial. Ver GALLETTI, Alfredo. Op. cit., p. 306. Por nuestra parte
creemos encontrar algo referido a la gratuidad del proceso judicial en el art. 8 del capí-
tulo 5 del proyecto bajo el título “Poder Judiciario”, en donde se establece la prohibición
de papel sellado para pleitos.
39
El art. 5 del capítulo 5 textualmente reza: “Art. 5 [Enseñanza media y superior] Y
respecto a que nuestros sabios y piadosos europeos-españoles nos han mezquinado las
artes, ciencias y bellas literaturas, con el fin depravado de que viviéramos en la vege-
tación de la oscuridad, ignorancia y desinterés de las ventajas que contribuyen al gran
beneficio de los pueblos, preservación de sus derechos y libertad: será una ley precisa
para el poder legislativo y demás magistrados presentes y venideros de esta provincia, el
fomentar y levantar los seminarios para las ciencias, artes, aulas de gramática, filosofía,
matemáticas y lenguas; fomentar las sociedades (privadas) y públicas e instrucciones
para la promoción de la agricultura, comercio, oficios, manufacturas e historia natural
del país, y todo afectos social y sentimiento generosos que acrediten las virtudes de un
pueblo bien civilizado entre las Naciones cultas”. Ver en DEMICHELI, Alberto. Forma-
ción Nacional Argentina. Derecho Público Preexistente. Op. cit., p. 430.
40
Mediante resolución de la Asamblea se dispuso: “Concentración del Poder Ejecutivo.
Sesión del Sábado 22 de enero de 18 14. La Asamblea General Constituyente ordena,
que la Suprema Potestad Ejecutiva se concentre en una sola persona, bajo las cualidades
que establecerá la ley. Valentín Gómez, Presidente. Hipólito Vieytes, Secretario. Nota—
En virtud de esta ley fue nombrado en el mismo día Supremo Director del Estado D.
Gervasio Antonio Posadas”. Ver en PRADO Y ROJAS, Aurelio. Leyes y Decretos pro-
mulgados en la Provincia de Buenos Aires desde 1810 a 1876. Op. cit., p. 233.
41
Batalla de Vilcapugio, el ejército de Belgrano es derrotado por los realistas al mando
de Pezuela el 1 de octubre de 1813. En Ayohuma, Belgrano es derrotado por segunda
vez por el Ejército realista el 14 de noviembre de 1813 dando por finalizada la segunda
expedición auxiliadora al Alto Perú.
42
En efecto, Antonio Gervasio de Posadas emitió un decreto fechado el 11 de febrero de
1814, mediante el cual dispuso declarar a “Don José de Artigas infame, privado de sus
empleos, fuera de la ley, y enemigo de la patria…”. “…Será perseguido, y muerto en caso
de resistencia”, para concluir, finalmente, poniendo precio a la cabeza del caudillo orien-
tal: “… Se recompensará con seis mil pesos al que entregue la persona de D. José Artigas
vivo o muerto”. RAVIGNANI, Emilio. Asambleas constituyentes argentinas. Op. cit., p. 72.
Disolución de la Asamblea
La caída de Alvear arrastró la suerte de la Asamblea, la que es
formalmente disuelta por el Cabildo de Buenos Aires el 15 de
abril de 1815.47 El cabildo reasumió así de manera provisoria
la autoridad soberana y pasó a dictar en consecuencia algunas
disposiciones referidas a la creación de un gobierno provisio-
nal. Resolvió convocar al pueblo de Buenos Aires para que
46
Ampliar en PALACIO, Ernesto. Historia Argentina 1515-1955. Buenos Aires: A. Peña
Lillo Editor S.A., 1979, p. 216.
47
Ver LÓPEZ ROSAS, José Rafael. Historia constitucional argentina. Tercera edición.
Buenos Aires: Astrea, 1984, p. 219.
Los electos resultaron ser: Esteban Gascón, Pedro Medrano, Antonio Sáenz, Mariano
48
49
La Constitución de 1819 fue sancionada por el Congreso una vez que este se había
trasladado a Buenos Aires.
EL CONGRESO DE TUCUMÁN
Sumario.
1) Convocatoria del Congreso de Tucumán 2) El contexto in-
ternacional. El Congreso de Viena. La Santa Alianza 3) El
Congreso de Oriente. La Declaración de la Independencia 4)
La Declaración de la Independencia 5) El debate sobre la for-
ma de gobierno. Negociaciones monárquicas 6) Constitución
de1819. Fuentes. Análisis. Caracterización del Senado 7) La
Batalla de Cepeda. Tratado del Pilar. Los pactos interprovin-
ciales. Los pactos preexistentes. Bibliografía
1
*Profesor Adjunto Interino Cátedra III de Historia Constitucional de la Facultad de Cien-
cias Jurídicas y Sociales de la Universidad Nacional de La Plata. Abogado. Especialista en
Derecho Penal y Criminología. Magister en Derechos Humanos UNLP (tesis en prepara-
ción). Auxiliar Letrado Relator del Tribunal de Casación Penal de la Provincia de Buenos
Aires. Colaboraron en el presente capítulo: Sofía Bouchoux y Manuel Estaban Carames,
abogados (UNLP) y auxiliares docentes de Historia Constitucional Argentina de la Facultad
de Ciencias Jurídicas y Sociales de la UNLP.
2
Es una victoria por la cual se paga tan alto precio que no compensa el esfuerzo reali-
zado y el costo. La expresión alude a Pirro, rey de Epiro, quien derrotó en batalla a
los romanos (año 279 a. C.), pero sufrió tantas bajas que luego no pudo continuar
la guerra.
3
ROSA, José María. Historia Argentina. Buenos Aires: Editorial Oriente S.A., 1974,
tomo III, p. 146.
4
UMPIÉRREZ, Alberto. Las independencias provinciales y el Congreso de los Pueblos
Libres [en línea]. p. 28. Disponible en: https://www.academia.edu/37671041/Las_independen-
ciasprovincialesyelCongresodelosPueblosLibresde1815
El territorio y la población
Hay que destacar que las distintas delimitaciones
del período de dominación hispánico, simplemente
demarcaban la competencia territorial de las diversas
instituciones coloniales como virreinatos, reales audiencias,
gobernaciones, cabildos y demás. Dichas líneas no deben
confundirse, sin más, con las actuales fronteras de los estados
sudamericanos, las que se irán forjando conjuntamente con
la creación y constitución de esos países.
Será el devenir político y el resultado de las batallas lo que
va a crear la nación argentina y no su simple pertenencia al
Población
Las Provincias Unidas era un extenso territorio escasamente
poblado. Se estima que hacia 1810 la población era de 638.000
en las diferentes provincias y 190.000 en los diversos pueblos
originarios8. Esta escasa población motivará décadas más
tarde el lema y la política de “gobernar es poblar”.
8
CELTON, Dora. La población. Desarrollo y características demográficas. Nueva Histo-
ria de la Argentina. Buenos Aires: Planeta, 2000, tomo IV, pp. 45 y 47.
9
Para un análisis detallado del contenido del acta ver: CORREA, Fabiana. Acta de de-
claración de la independencia: contenido e interpretaciones [en línea]. Disponible en:
https://www.academia.edu/33816844/ACTA_DE_DECLARACI%C3%93N_DE_LA_
INDEPENDENCIA_TUCUMAN_1816_CONTENIDO_E_INTERPRETACIONES.
11
TOURRES, Luisina Inés. Op. cit., p. 59.
12
GALASSO, Norberto. Historia de la Argentina. Desde los pueblos originarios hasta el
tiempo de los Kirchner. Buenos Aires: Editorial Coihue, 2012, tomo I, p. 169.
15
Más tarde, San Martín se justificará diciendo: “Mi ejército era el único que conserva-
ba su moral y me exponía a perderla (…). En tal caso era preciso renunciar a la empresa
de libertar al Perú, y suponiendo que la de las armas me hubiese sido favorable en la
guerra civil, yo habría tenido que llorar la victoria con los mismos vencidos. No, el
general San Martín jamás derramará la sangre de sus compatriotas, y solo desenvainará
la espada contra los enemigos de la independencia de Sud América”.
La batalla de Cepeda
El primero de febrero de 1820 las fuerzas porteñas al mando de
Rondeau serán derrotadas fácilmente por las montoneras de
López y Ramírez en la Cañada de Cepeda (límite entre Buenos
Aires y Santa Fe), bastando una carga de la caballería federal para
que el Ejército de Observación de Buenos Aires se desbande17.
Las fuerzas federales acampan en Pilar (en las afueras de Bue-
nos Aires) desde donde intiman la disolución del Directorio,
16
El ejército estaba al mando del general Cruz, pues Belgrano ya muy enfermo había
renunciado y morirá meses más tarde, el 20 de junio de 1820.
17
Son habituales con relación a la primera batalla de Cepeda las referencias a la “batalla
de un minuto” que cambiaría cincuenta años de historia.
Aires. Análisis de las Cartas Bonaerenses (1820-1994). Revista Derechos en Acción. Vol.
11, núm. 11, 2019, p. 96.
19
Luego de ser derrotado por Ramírez, meses más tarde Artigas se exilia en Paraguay
donde morirá en 1850, sin nunca regresar, a pesar de la Independencia uruguaya de
1828, pues nunca fue su objetivo la separación. Sus restos serán trasladados a Mon-
tevideo muchos años después. La visión de Artigas como traidor, insubordinado, an-
tiguo contrabandista, dictador, déspota, anarquista, asesino o sanguinario, es decir la
barbarie, quedará plasmada en la historiografía oficial argentina de Mitre y Vicente
Fidel López que menospreciaba al caudillo. Su mayor logro será presentarlo como un
caudillo uruguayo y marginarlo de nuestra historia, como el propio Mitre reconoce en
carta a Vicente Fidel López “Los dos, usted y yo, hemos tenido la misma predilección
por las grandes figuras y las mismas repulsiones contra los bárbaros desorganizadores
como Artigas, a quienes hemos enterrado históricamente”. (O’DONNELL, Pacho. Cau-
dillos federales. El grito del interior. Buenos Aires: Grupo editorial Norma, 2008, p. 71).
20
LÓPEZ ROSAS, José Rafael. Historia Constitucional Argentina. Buenos Aires: Edito-
rial Astrea, 1996, p. 262.
21
GALASSO, Norberto. Op. cit., tomo I, p. 242.
22
GALLETTI, Alfredo. Historia Constitucional. La Plata: Editorial Librería Editora Pla-
tense S.R.L., 1987, tomo I, p. 398 y ss.
23
GALLETTI, Alfredo. Op. cit., p. 400.
PERÍODO RIVADAVIANO EN
LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES
Sumario:
1) El Tratado de Benegas 2) Bustos y el Congreso de Córdoba
de 1821. Causas de su fracaso 3) El pensamiento Rivadaviano
4) Reformas en la provincia de Buenos Aires. Políticas econó-
micas, religiosas, sociales. El empréstito con la Baring Brothers
5) Derrota de Ramírez. Tratado del Cuadrilátero 6) Convoca-
toria al Congreso de 1824-1827. Comisionados. Ley provincial
del 13 de noviembre de 1824. Bibliografía
5
Luego de la renuncia de Sarratea Ramos Mexía, fue electo gobernador interino por la
Junta de Representantes hasta que se designase gobernador titular. Previo a ser electo
gobernador estaba al frente del Cabildo de Buenos Aires.
6
BIANCHI, Alberto B. Op. cit., p. 96.
7
López exige el proceso de “alta traición” y alejamiento de los ex diputados de Tucumán
de los cargos públicos.
8
Para demostrar el cumplimiento de Pilar, la Junta de Buenos Aires nombra un repre-
sentante para el Congreso de San Lorenzo.
9
ROSA, José María. Historia Argentina. Buenos Aires: Editorial Oriente S.A., 1974,
tomo III, p. 279.
Gobierno de Soler
Mientras tanto, en Buenos Aires reinaba el desconcierto. La
relación del gobernador electo Idelfonso Ramos Mexia con su
comandante de mar y tierra, Estanislao Soler, no era sencilla.
El ego por el poder culmina con la renuncia de este último
que es aceptada por el gobernador.11
Esta situación irritó a Soler quien no esperaba que su renun-
cia fuera aceptada, y se traslada a la Villa de Luján, donde
se hace proclamar gobernador por los jefes y oficiales de las
tropas a su mando ante el cabildo de esa ciudad. Previo, los je-
fes y oficiales del ejército, invocando la voluntad general de la
campaña, repusieron a Soler en el cargo de Capitán General.
Las actas de ese nombramiento fueron remitidas a la Junta
de Buenos Aires. Esta no tuvo más remedio que someterse y
reconoció a Soler como gobernador12. Ramos Mexia presentó
su renuncia y la Junta, sin expedirse, le ordenó que depositase
el bastón de mando en el cabildo y pidió a esa corporación
que hiciese comunicar a Soler que podía entrar a la ciudad sin
hallar resistencia, después de lo cual se disolvió.13
10
Ídem p. 279.
11
Ramos Mexia (o Mejía) aceptó el mando de supremo de las fuerzas militares (capitán
general), en perjuicio de Soler, quien lo ejercía con el apoyo del ejército. COSMELLI
IBAÑEZ, José L. Historia de la Instituciones políticas y sociales argentinas desde 1810).
Buenos Aires: Editorial Troquel S.A., 1962, p. XXX.
12
Contra la fuerza militar de Soler no había cuerpo que le pudiera oponer resistencia.
13
DE SANTILLAN, Diego Abad. Historia Argentina. Buenos Aires: Editorial Tipográfi-
Gobierno de Dorrego
En estas circunstancias, la figura de Manuel Dorrego trae
esperanzas para instaurar el orden. Consiguiendo el apoyo
de algunas fuerzas y de las milicias de la campaña (Martín
Rodríguez y Juan Manuel de Rosas), es designado goberna-
dor provisorio por la nueva Junta de Representantes que fue
conformada parcialmente19 y de manera secreta por los capi-
tulares hasta reunirse la representación de toda la provincia.20
Dorrego propuso a López la paz, sobre la base de la evacua-
ción inmediata de sus tropas de la provincia; y, entre otras
cosas, la promoción de un Congreso de las Provincias Unidas.
Si bien el acuerdo estaba en marcha, Dorrego ataca sorpresi-
vamente en San Nicolás al ejército santafesino.
Envalentonado por la victoria, Dorrego persigue al ejército
federal que termina refugiándose en Santa Fe.
Mientras tanto, Marcos Balcarce —gobernador delegado— ha
convocado por indicación de Dorrego, a la ciudad y a la cam-
paña de Buenos Aires para elegir una nueva Junta de Repre-
sentantes (la cuarta en pocos meses) la cual el 8 de septiembre
se instala y confirma a Dorrego como gobernador provisorio.
19
Solo estaba integrada por los doce representantes de la ciudad
20
DE SANTILLÁN, Diego Abad. Op. cit., p. 99.
21
Era la doctrina del extrañamiento propia del derecho eclesiástico. Según ella, un obis-
po no puede dejar sin autorización la sede de su diócesis, e incurriría —de hacerlo— en
el cese automático. ROSA, José María. Historia Argentina. Op. cit., p. 289.
22
Dorrego, señalado como traidor al nuevo gobierno, manifestó que las fuerzas a su man-
do estaban al servicio del orden. Martín Rodríguez no tomó ninguna represalia sobre él.
23
ROSA, José María. Op. cit., p. 292.
24
Luego veremos a qué se deben las buenas intenciones de Bustos.
25
DE SANTILLÁN, Diego Abad. Op. cit., p. 100.
26
En esos momentos López desconfiaba de la República Federal Entrerriana que Ra-
mírez acababa de crear, junto a Misiones y Corrientes, y que técnicamente no tenía
nada de federal ya que el jefe supremo (Ramírez) elegía directamente a los delegados
a cargo de cada provincia. López temía que Santa Fe corriera la misma suerte. ROSA,
José María. Op. cit., p. 293.
27
Rosas comenzó con las entregas de ganado comprometidas en 1821 y terminaron a
principios de 1823. La suma de ganado vacuno superó las 30 000 cabezas. Santa Fe otorgó
beneficios a Rosas en reconocimiento a su actuar. El ganado no era para satisfacer per-
sonalmente a López, sino para distribuirlo entre los pobladores afectados por las luchas.
28
ROSA, José María. Op. cit., p. 296.
Idem, p. 295.
29
30
COSMELLI IBAÑEZ, José L. Op. cit., p. 184.
31
Nadie quería asumir el cargo. Los procesos y encarcelaciones de los ex congresistas
sentaban un difícil precedente.
32
ROSA, José María. Op. cit., p. 307.
Diputados en Córdoba
Ya en Córdoba los diputados se hallaban en una posición am-
bigua, la mayoría instaba a la apertura del Congreso, mientras
que las instrucciones36 de los diputados bonaerenses tendían a
dar largas al asunto y a trabarlo por todos los medios.37
33
Diario de Buenos Aires fundado en 1821.
34
En ese entonces, convención y congreso no eran sinónimo: la primera consistía en
una asamblea preparatoria del congreso. ROSA, José María. Historia Argentina, Buenos
Aires: Editorial Oriente S.A., 1974, tomo IV, p. 84.
35
DE SANTILLÁN, Diego Abad. Op. cit., p. 174.
36
Nuevas instrucciones habían llegado de Buenos Aires que les recomendaban retar-
dar la reunión.
37
DE SANTILLÁN, Diego Abad.Op. cit., p. 174.
3) El pensamiento de Rivadavia
43
DE SANTILLÁN, Diego Abad. Op. cit., p. 175.
44
ROSA, José María. Op. cit., p. 369.
47
Carmen de Patagones
Ley ministerial
Sin esperar a duplicar los representantes de la Junta, Rivada-
via hizo aprobar el 18 de julio la ley ministerial que repartía
en tres las carteras del gabinete: gobierno, hacienda y guerra.
Se llamaría, en adelante, ministros a los secretarios, facultán-
dolos a concurrir a la Sala de sesiones cuando y cada vez que
lo consideren conveniente para ilustrar e ilustrarse sobre los
negocios de interés público de que están encargados.49
48
VARELA, Florencio. Tratados de los Estados del Río de la Plata y Constituciones de las
Repúblicas Sud-Americanas. Montevideo: El Comercio del Plata, 1848, tomo IV, p. 433.
Colección formada por las publicaciones oficiales hechas en los Estados respectivos, con
los textos en inglés, francés, italiano y portugués, en frente del texto español, en los trata-
dos concluidos con potencias extranjeras. Compilada y publicada por Florencio Varela.
49
ROSA, José María. Op. cit., p. 338.
52
VARELA, Florencio. Op. cit., p. 436.
53
Se valió de un órgano municipal para desautorizar a un órgano nacional.
54
BIANCHI, Alberto B. Op. cit., p. 102.
55
Aquí también se organizan las funciones del defensor de pobres y menores. También
el juez de paz.
56
Por el decreto del 28 de diciembre se dividió la campaña en tres departamentos, aquel
fue modificado nuevamente el 7 de febrero de 1822.
57
ROSA, José María. Op. cit., p. 342.
58
VARELA, Florencio. Op. cit., pp. 446-449.
59
No existe la figura del vicegobernador.
60
Elección indirecta del gobernador.
61
Esta condición tiene trascendencia por dos razones: la primera es para evitar que José
de San Martín pueda ocupar ese lugar (Rivadavia no olvidaba que el libertador había
salido a la calle con sus tropas para derrocarlo el 8 de octubre de 1812, por eso lo per-
siguió tenazmente), y la segunda en razón de que será una condición que figurará en el
Pacto Federal para determinar quién podía ser gobernador en las provincias firmantes.
62
La acefalia provincial se encontraba regulada.
Reformas económicas
Desde la firma del Tratado del Cuadrilátero, Buenos Aires
vive una etapa de crecimiento, la ciudad de Buenos Aires pre-
senta una etapa de tranquilidad, no existen frentes de guerra
(se había entregado la Banda Oriental) y no había adversarios
políticos.
En esta etapa merced al comercio exterior y entre provincias
logra un crecimiento sostenido. Ante este nuevo panorama,
fue el ministro Manuel J. García quien desde la cartera de ha-
cienda organizó minuciosamente las finanzas de la provincia
proyectándose a su petición la primera ley de presupuesto. A
través de esa ley se destina a cada cartera una determinada
partida sobre la que no podía invertirse en otra y no se podía
exceder en su gasto. También comenzó a registrar el estado de
la deuda pública.
En este período de “esplendor”, la “ciudad” de Buenos Aires
contrajo la primera deuda externa y fundó el primer banco.
63
VARELA, Florencio. Op. cit., p. 438.
64
LANATA, Jorge. Argentinos. Buenos Aires: Editorial Ediciones B Grupo Zeta, 2002,
tomo I, p. 197.
65
Simples deseos de los ministros.
66
Gobierno de Las Heras
67
ROSA, José María. Op. cit., p. 391.
68
LANATA, Jorge. Op. cit., p. 198.
69
Planificó el funcionamiento de la nueva Universidad. Fue el primer rector.
70
A mediados de 1821 existían dieciséis escuelas de ese tipo.
Reforma militar
Desde las invasiones inglesas hemos vivido constantemente en
guerra y por ello no hubo tiempo suficiente para organizar es-
tructuralmente un ejército. Al igual que lo dicho para la refor-
ma educativa, fue el gobierno de Pueyrredón quien proyectó la
reforma que recién en el año 1822 se podrá encarar y concretar.
71
COSMELLI IBAÑEZ, José L. Op. cit., p.195.
72
Ídem, p. 195.
Reforma religiosa
Durante el gobierno de Martín Rodríguez y por la inspiración
de Bernardino Rivadavia se continuó con la legislación en
materia religiosa como lo haría en su momento la Asamblea
del Año XIII; así, en diciembre de 1822 se sancionaba la ley de
Reforma General del Orden Eclesiástico.
Rivadavia decidió introducir reformas organizativas en un
73
DE SANTILLÁN, Diego Abad. Op. cit., p. 122.
74
BIANCHI, Alberto B. Op. cit., p. 106.
75
ROSA, José María. Op. cit., p. 383.
77
TORRES MOLINA, Ramón. Historia Constitucional Argentina. Buenos Aires: Edito-
rial Scotti, 2008, p. 111.
78
Idem, p. 111.
79
ROSA, José María. Op. cit., p. 393
80
En este congreso se pondrá énfasis en la situación de la provincia oriental que seguía
en manos de los portugueses.
81
Económica y política.
82
El final de la República Entrerriana las independizó. Ver artículos del Tratado del
Cuadrilátero.
83
Las bases del acuerdo fueron presentadas por Lucio Mansilla.
84
El Cuadrilátero suprimió la palabra federación.
CONGRESO DE 1824-1827
Sumario:
1) Tratado con Inglaterra 2) Ley Fundamental. Principal Legis-
lación del Congreso 3) Constitución de 1826. Análisis. Pronun-
ciamiento de las Provincias 4) Convención Preliminar de Paz
con el Brasil. Renuncia de Rivadavia 5) Tratados interprovin-
ciales. Huanacache. Ley del 3 de julio de 1827 6) Convención
Nacional de Santa Fe 7) Restablecimiento de la provincia de
Buenos Aires. Dorrego. Tratado definitivo de Paz con el Brasil
8) Motín del 1 de diciembre de 1828. Fusilamiento de Dorrego.
La Convención de Santa Fe como autoridad soberana. Pactos
de Barracas y Cañuelas. Bibliografía
1*
Abogado, egresado de Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de UNLP. Docente
de Historia Constitucional Cátedra III. Asesor Legal del Consejo General de Cultura y
Educación de la Provincia de Buenos Aires 2002 a 2003. Director de Determinación y
Liquidación de Haberes Instituto de Previsión Social de la Provincia de Buenos Aires
2014 a 2016 y Relator de la Comisión de Asuntos Constitucionales y Justicia de la Ho-
norable Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires.
**
A mi gran amor Jimena; a mis tres faros Benito, Francisco y Bautista; a Pilar, mi
madre; a Darío mi hermano y a mi padre que ya no está.
2
Extraído del sitio web del Ministerio de Relaciones Exteriores de la República Argenti-
na. Disponible en: https://tratados.cancilleria.gob.ar/busqueda.php?consulta=si&mo-
do=c&pg=2
3
Las leyes del Congreso de 1824-1827 son extraídas de RAVIGNANI, Emilio. Asam-
bleas constituyentes argentinas, seguidas de los textos constitucionales, legislativos y
pactos interprovinciales que organizaron políticamente la Nación (1825-1826). Buenos
Aires: Jacobo Peuser, 1937.
4
(1783-1880), Jurisconsulto argentino, ejerció varios cargos públicos en la provincia de
Corrientes y fue diputado al Congreso General de 1824-1827.
5
José Gervasio de Artigas (1764-1850). Militar, caudillo y político rioplatense que lu-
chó en la guerra civil, portador de la voz federal de las Provincias interiores sobre el
predominio o centralismo porteño.
6
(1776-1851) Sacerdote y político unitario argentino, perteneciente al grupo rivadaviano.
Ley de Consulta
Esta ley llevaría la consulta a las provincias sobre la consti-
tución a dictarse por el Congreso, fue dictada el 21 de junio
de 1825, a fin de determinar la forma de estado —unitario
o federal— pronunciando cada provincia por cuál adhería.
La ley era simple, en su artículo primero, se establecía la
11
1784-1848, abogado, político y diplomático argentino.
12
1789-1852, militar, político y diplomático argentino. Director Supremo en 1815, ha-
bía llegado en 1812 junto con San Martín a Buenos Aires.
13
1798-1883, jurista y político argentino, vicepresidente de la Nación entre 1854 a 1860,
ministro de la Corte Suprema de la Nación entre1 863 a 1877.
14
1780-1866, militar y político argentino, integró el Ejército de los Andes participó en
la independencia de Chile y Perú, fue gobernador de la Provincia de Buenos Aires entre
1824 a 1826.
15
1780-1845, político argentino y primer jefe de Estado de las Provincias Unidas del
Río de la Plata con el título de presidente con mandato entre 1826 a 1827, de ideas
centralistas y unitarias.
16
1784-1853, militar y político argentino-uruguayo.
17
1789-1852, militar, político y diplomático argentino, fue director supremo en 1815 y
embajador ante los Estados Unidos.
18
1770-1831, militar y político argentino, gobernador de Salta.
La ley de capital
Asumido Bernardino Rivadavia, el día posterior es decir 9 de
febrero de 1826, envió al Congreso un proyecto de ley para de-
clarar capital de la nación a la ciudad de Buenos Aires, se am-
pliaban sus límites que quedaban bajo la inmediata y exclusiva
dirección de la legislación nacional y del presidente de la Re-
pública, es decir se federalizaba la Provincia de Buenos Aires.
Se declaraban nacionales todos los establecimientos de la Ca-
pital, todas las acciones, deberes y empeños contraídos por
la Provincia de Buenos Aires, y se organizaban dos nuevas
provincias con el resto del territorio bonaerense.
El Presidente pedía una pronta discusión y aprobación del
proyecto a fin de poder llevar adelante la tarea para la cual se
lo había elegido.
Ley de Enfiteusis
Lo primero que tenemos que saber es que es la enfiteusis vie-
ne de los origines griegos, cuyo significado era plantación, y
de allí pasó al latín, usándose en Roma para nombrar en un
primer momento a las cesiones de tierras públicas que hacía el
Estado; para que los ciudadanos las cultivaran a cambio de un
27
1760-1836, político argentino.
28
RUIZ MORENO. Campañas militares Argentinas. La Política y la Guerra. Buenos
Aires: Editorial Emecé, 2007.
29
1798-1834, monarca de origen portugués, proclamó la independencia de Brasil y se
convirtió en el primer emperador siendo el primer jefe de Estado.
30
1792-1857, militar y político uruguayo, presidente constitucional de Uruguay entre
1835 y 1838 y fundador del Partido Nacional o Blanco.
31
1784-1854, militar y político de Uruguay, fue el primer presidente constitucional en-
tre 1830 a 1835, fundo el Partido Colorado.
35
1786-1838, caudillo y militar federal argentino, gobernador de la provincia de Santa
Fe entre 1818 a 1838.
36
GALLETTI, Alfredo, op. cit., T. II.
39
GALARZA, Antonio, (investigador del Conicet), artículo publicado en Página 12 con
fecha 22 de junio de 2014.
40
1793-1869, militar argentino, oficial del ejército de San Martín y uno de los princi-
pales comandantes de las tropas de la Confederación Argentina, alcanzaría el grado de
general.
41
1773-1832, abogado y político.
Tratado de Barracas
El 24 de agosto de 1829 se firmó en Barracas este tratado, por
este se establecería un Gobierno provisorio, eligiendo un “ciu-
dadano entre los más distinguidos del país”, este gobernador
provisorio debía garantizar el voto de los ciudadanos y se lo
investía de facultades extraordinarias, necesarias para el cum-
plimiento del presente tratado.
42
1774-1843, militar y político argentino, gobernador de Buenos Aire en 1829 y de
1833 a 1834.
43
1791 -1854, militar argentino
44
1779-1830, político, militar y caudillo argentino, gobernador de Córdoba entre 1820
a 1829.
45
https://www.elhistoriador.com.ar/liga-unitaria/ de Felipe Pigna. Asambleas Consti-
tuyentes Argentinas T. VI, 2da parte, p. 203.
Sumario:
1
*Jorge Enrique Amorín. Profesor Adjunto de Historia Constitucional. Facultad de
Ciencias Jurídicas y Sociales Universidad Nacional de La Plata. Ex Profesor Titular de
Historia Constitucional Argentina, Universidad Católica de La Plata.
4
LONGHI, Luis R. Génesis del Derecho Constitucional e Historia Constitucional Argentina.
Buenos Aires: Editorial Bibliográfica Argentina, 1945, tomo II, p. 487.
TAU ANZOATEGUI, Víctor. Formación del Estado Federal Argentino. Buenos Aires:
5
9
GALLETTI, Alfredo. Historia Constitucional. La Plata: Librería Editora Platense,
1987, tomo II, p. 149.
10
ARAMBURU, Julia Edith. Tratado del 4 de enero de 1831 (Pacto Federal). Revista
Anales de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad de La Plata.
2007, Año 4, La Ley, p. 582.
11
ROSA, José María. Rosas Nuestro Contemporáneo. Buenos Aires: Editorial La Can-
delaria, 1970, p. 13.
12
Rosa, José María. Op. cit., p. 13.
13
LAFONT, Julio. Historia de la Constitución Argentina. Buenos Aires: Editorial F.V.D.,
1953, tomo II, p. 119.
14
GONZÁLEZ CALDERÓN, Juan. Derecho Constitucional Argentino,. Buenos Aires:
Lajoune y Cía. Editores, 1930, p. 184.
La Comisión Representativa
La Comisión Representativa comenzó sus primeras reuniones
el 5 de febrero de 1831 con los representantes de quienes
habían firmado el Pacto en su inicio. Su primera medida fue
la de realizar una declaración de guerra contra el general Paz
y su Liga Unitaria, encomendando al gobernador de Santa Fe,
Estanislao López, la dirección del ejército federal.
Lograron reunirse treinta y una veces, siendo solamente Santa
Fe y Entre Ríos las provincias que estuvieron presentes en
todas las sesiones. En sus reuniones, en principio, no hubo
enfrentamientos hasta que el diputado correntino Leiva volvió
a poner en discusión las ideas que había puntualizado Ferré
en los comienzos de las deliberaciones para llegar al pacto. La
postura de Buenos Aires seguía siendo inflexible y se recordó
que no se podían hacer modificaciones al contenido del pacto,
incluso se discutió si una provincia que originariamente no lo
había firmado, como era el caso de Corrientes, podía indicar
una reforma al pacto. Se volvió a generar el enfrentamiento
entre la provincia de Corrientes y Buenos Aires, además por
la posibilidad de convocar a un Congreso, al cual se resistía
Rosas existiendo numerosa correspondencia entre este,
RAMÍREZ BRASCHI, Dardo. La Provincia de Corrientes y el Pacto Federal. Corrientes:
16
17
ROSA, José María. Historia Argentina. Buenos Aires: Editorial Oriente, 1979, tomo
IV, p. 172.
18
RAMÍREZ BRASCHI, Dardo. Op. cit., p. 84.
19
FLORIA, Carlos Alberto y GARCÍA BELSUNCE, César. Historia de los Argentinos.
Buenos Aires: Larousse, tomo II, 1996, pp. 14 y 17.
20
SAMPAY, Arturo. Op. cit., p. 81.
21
BARBA, Enrique M. Quiroga y Rosas. Buenos Aires: Editorial Pleamar, 1974, p. 79.
22
ROSA, José María. Op. cit., tomo IV, p. 21.
25
KATRA, William H. Op. cit., pp. 68-69.
26
FLORIA, Carlos Alberto y GARCÍA BELSUNCE, César A. Op. cit., pp. 35-36.
27
TORRES MOLINA, Ramón y colaboradores. Estudios de Historia Constitucional.
Leyes Aduaneras de los años 1822 y 1835. Comparación y Vigencia. La Plata: Centro
de Investigaciones en Ciencias Políticas, 1989, p. 44.
9) La Batalla de Caseros
LA CONSTITUCIÓN DE 1853
Sumario:
1*
Juan Paulo Gardinetti. Abogado y Escribano, títulos obtenidos en la Universidad Na-
cional de La Plata. Especialista en Derecho Penal por la Universidad de Buenos Aires.
Especialista en Docencia Universitaria por la Universidad Nacional de La Plata. Profesor
ordinario adjunto en las asignaturas Historia Constitucional e Introducción al Estudio de
las Ciencias Sociales, ambas en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la UNLP.
(ROSA, José María. Historia Argentina. Río de Janeiro: Juan C. Granda editor, 1970,
tomo 6, p. 25 y nota 20). Barba, analizando documentación hallada por F. Palma en el
Archivo Histórico de Santa Fe, concluye que “Leiva no era Plenipotenciario ni nada que
se le pareciese” (BARBA, Enrique M. El Acuerdo de San Nicolás. En: Humanidades.
La Plata, 1948, núm. 31, p 129). De todos modos, su actuación en Palermo nunca fue
desautorizada por su gobierno, lo cual se puede interpretar como una ratificación tácita
de su actuación como gestor.
3
BARBA. Op. cit., p. 131.
5
TORRES MOLINA, Ramón. Historia constitucional argentina. La Plata: Scotti 2008, p. 182.
6
SCOBIE, James R. La lucha por la consolidación de la nacionalidad argentina. 1852-1862.
Trad. de Gabriela de Civiny. Segunda edición. Buenos Aires: Hachette, 1979, p. 51.
7
RIVAROLA, Rodolfo. Del régimen federativo al unitario. Buenos Aires: Jacobo Peuser
ed., 1908, p. 34.
9
Registro Oficial de la República Argentina. Buenos Aires, 1882, tomo III, p. 9.
10
SPOTA, Alberto Antonio. Lo político, lo jurídico, el Derecho y el poder constituyente.
Buenos Aires: Plus Ultra, 1975, p. 122.
11
Extractado de LÓPEZ ROSAS. Op. cit., p. 450.
12
VÉLEZ SÁRSFIELD, Dalmacio. “El Acuerdo de San Nicolás. Discurso pronunciado
en la sesión del 22 de junio de 1852, en la Sala de Representantes”. En: Páginas magis-
trales. Buenos Aires, Jackson,1944, pp. 8-30.
13
Los fragmentos del discurso de V. F. López han sido tomados de LÓPEZ ROSAS. Op.
cit., p. 454.
14
Idem, pp. 454-455.
Manual de Historia Constitucional Argentina (1492 - 2011) 535
La sesión terminó en graves incidentes y los enviados del Go-
bierno casi fueron alcanzados por la borrasca opositora.
Desautorizado el gobernado Vicente López por los legislado-
res de la provincia, presentó su renuncia al cargo, reponién-
dolo en el mismo el propio Urquiza, haciendo uso de la atri-
bución conferida por la cláusula décimo cuarta del Acuerdo.
Se produjeron algunas clausuras de periódicos opositores y se
arrestó a dirigentes del mismo sector, como Mitre, Portela y al
propio Vélez Sársfield. Sin embargo, la tensión, lejos de dismi-
nuir, aumentaba a pasos agigantados. El anciano gobernador
no soportó tanta presión política y volvió a renunciar, pero ya
de manera irrevocable, motivo por el cual el jefe entrerriano
se hizo cargo del gobierno provisorio de la provincia de Bue-
nos Aires (decreto del 26 de julio de 1852).
16
FASANO, Juan Pablo y Marcela TERNAVASIO. “Las instituciones: orden legal y ré-
gimen político”. En: Marcela Ternavasio (directora del tomo) Historia de la provincia de
Buenos Aires. De la organización provincial a la federalización de Buenos Aires (1821-
1880). Buenos Aires: Edhasa, 2013, tomo 3, p. 63.
17
Citado en Linares Quintana, Segundo V. El espíritu de la Constitución. Buenos Aires:
Ad Hoc., 1993, p. 59.
19
BIANCHI, Alberto B. Historia de la Formación Constitucional Argentina (1810-1860).
Buenos Aires: LexisNexis, 2007, p. 188.
20
Hemos abordado el estudio de este tema, con más detalle, en GARDINETTI, Juan
Paulo. “El ‘Ejecutivo vigoroso’: una indagación acerca de la influencia del pensamiento
alberdiano en la configuración constitucional del Ejecutivo en la Argentina”. En: Revista
Jurídica. Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la Universidad de Ciencias Em-
presariales y Sociales. Buenos Aires, 2012, núm. 16, pp. 143-155.
21
Alberdi, Juan B., Bases y puntos de partida para la organización política de la República
Argentina. Buenos Aires: La Cultura Argentina, 1915, p. 169.
22
Alberdi, Juan B. Bases…, p. 174.
23
Alberdi, Juan Bautista. Estudios sobre la Constitución Argentina de 1853. Buenos Ai-
res: El Ateneo, 1929, pp. 33-34.
24
Alberdi, Juan B. Estudios…, p. 34.
25
Pérez Guilhou. Op. cit., p. 161.
Hemos dedicado un estudio a la referida cuestión en GARDINETTI, Juan Paulo.
26
27
Los textos de la comunicación del presidente del Congreso, de la Constitución de la
Confederación Argentina, y de los decretos de promulgación y juramento de la misma,
pueden ser consultados en el citado Registro Oficial de la República Argentina [1882],
pp. 63-65, 65-73, 76 y 77.
28
BIANCHI, Op. cit. p. 187.
29
Se mencionan como nuevos puertos habilitados, entre otros, el de Santa Fe, Guale-
guaychú, Concordia, Federación, Bella Vista y Goya.
30
GOROSTEGUI DE TORRES. Op. cit., p. 37.
31
SCOBIE, James R. La lucha por la consolidación de la nacionalidad argentina. 1852-
1862. Traducción de Gabriela de Civiny. Segunda edición. Buenos Aires: Hachette,
1979, p. 161.
32
Bianchi. Op. cit., p. 205.
HERRERO DUCLOUX, Juan José. Del Pacto de San José de Flores a la jura de la
33
34
ROSA. Op. cit., pp. 296-298.
Sumario:
1
ZÍULU, Adolfo Gabino. Libro Constituciones Argentinas. Compilación his-
tórica y análisis doctrinario. Primera Edición. pp. 159/161. Buenos Aires:
Infojus, 2015. Id SAIJ: DACF160121.
2
ZÍULU, Adolfo Gabino. Libro Constituciones Argentinas. Compilación histórica y aná-
lisis doctrinario. Primera Edición. Buenos Aires: Infojus, 2015, p. 161.
3) Batalla de Pavón
3
ACADEMIA NACIONAL DE LA HISTORIA. Historia Argentina. Contemporánea.
Vol. I. Buenos Aires: Librería y Editorial El Ateneo, 1965, p. 13.
4
QUIROGA LAVIÉ, Humberto. Derecho Constitucional. Buenos Aires: Ediciones De-
palma, 1984, p. 903.
5
MATIENZO, J. El gobierno representativo federal en la República Argentina. Madrid
1917, p. 130. Disponible en: http://www.argentinahistorica.com.ar/intro_libros.php?-
tema=1&doc=57&cap=130
Inmigración
Si bien el tema será desarrollado en el capítulo siguiente, du-
rante la presidencia de Mitre ingresaron 100 000 inmigrantes;
durante la de Sarmiento, 280 000 y durante la presidencia de
Avellaneda, 268 000.
La mayoría eran italianos (70 por ciento), españoles (15 por
ciento), luego franceses, alemanes, ingleses y suizos. Entre el
8
RAVIGNANI, Emilio. Asambleas Constituyentes Argentinas. Buenos Aires: Instituto
de Investigaciones Históricas de la Facultad de Filosofía y Letras, tomo IV. 1937.
EL ORDEN CONSERVADOR
Sumario:
1 ∗
Abogado (Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales. Universidad Nacional de La Plata).
Profesor Titular interino de Historia Constitucional, Cátedra II; profesor adjunto interino
de Introducción al Estudio de las Ciencias Sociales, Cátedra II; Jefe de Trabajos Prácticos
ordinario de Derecho Político, Cátedra III. Ex director ejecutivo con el cargo de coordi-
nador de las materias de primer año de la carrera de Abogacía de la Secretaría de Asuntos
Académicos, Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, en el período 2007-2013.
1
Ya lo había anticipado Juan Bautista Alberdi: “(…) el indígena no figura ni compone
mundo en nuestra sociedad política y civil”. En ALBERDI, Juan Bautista. Bases y Puntos
de Partida para la organización política de la República Argentina. Buenos Aires: Libre-
ría Platero, 1991, p. 49. Quitarles toda entidad humana a los pueblos originarios fue el
paso previo al genocidio, y ello, como se puede apreciar figura en el texto que se con-
vierte en el programa político y económico implantado después de Caseros. También,
mucho antes, Martín Rodríguez dejará asentado en el Diario del Ejército que: “(…) la
guerra con ellos debe llevarse hasta su exterminio”.
2
CAMOGLI, Pablo. Batallas entre hermanos. Buenos Aires: Aguilar, 2009.
hectáreas, Carlos Martínez 250 000, Saturnino Unzúe 250 000, Marcelino Ugarte 177 500,
Juan Shaw 147.500, Salvador del Carril 130 000, Torcuato Alvear 97.500, Victorino de la
Plaza 47.500, etc. En MALLO, Silvia C. ¿Quién se quedó con el desierto? En Revista Todo
es historia, 1979, núm. 144.
8
Durante la década de 1920 y 1930 resurgió la lucha entre los tobas y el ejército, que ter-
minó con una gran represión al sur del río Pilcomayo. Para concluir, mencionaremos
las matanzas de Napalpí en 1924 y de Rincón Bomba en 1947.
9
RUIZ MORENO, Isidoro J. La federalización de Buenos Aires. Buenos Aires: Hys-
pamérica Ediciones Argentinas S.A., 1986.
10
OSZLAK, Oscar. La formación del Estado argentino. Buenos Aires: Emecé Editores,
2009, p. 172.
11
El quorum legal para sesionar era de 44 diputados.
12
Los congresales se encontraban vigilados por la policía de Tejedor para que no sa-
lieran de la ciudad, pero muchos lograron escapar llegando al río y tomando lanchas
hasta Belgrano.
13
Esas negociaciones fueron sobre la base de la renuncia de Roca a su candidatura y
proponiendo la de Sarmiento como solución.
14
Por supuesto, la operación fracasó.
18
Esto es la cláusula que la provincia de Buenos Aires había hecho adicionar a la Cons-
titución Nacional en 1860, cuando agregó “… y el que expresamente se hayan reservado
por pactos especiales al tiempo de su incorporación”.
19
En el proyecto original preveía que el Ejecutivo convocaría a la convención nacional,
si la legislatura porteña no cedía la ciudad para el 30 de noviembre.
20
Respecto de la Ley 1.030, ella fue votada con los dos tercios de los miembros pre-
sentes en la sesión: 15 votos afirmativos, contra 6 en el Senado y, 48 votos positivos y 1
negativo en Diputados.
21
Una minoría que detenta el poder en sus diversas formas, frente a una mayoría que
carece de él.
23
ELBERT, Carlos A. Manual básico de criminología. Buenos Aires: Eudeba, 2001, p. 60.
24
SEBRELI, Juan J. Crítica de las ideas políticas argentinas. Buenos Aires: Editorial
Sudamericana, 2003, p. 34.
25
RAPAPORT, Mario. Historia económica, política y social de la Argentina (1880-2003).
Buenos Aires: Emecé, 2008, p. 31.
26
GALLO, Ezequiel y CORTÉS CONDE, R. La república conservadora. Buenos Aires:
Hyspamérica, 1986, p. 149.
27
Que aún hoy vastos sectores políticos, económicos y mediáticos se empeñan en mantener.
28
Mensaje de apertura del Congreso nacional, junio de 1917.
29
Primera carta al doctor Pedro Molina, septiembre de 1909.
35
Lobato le da el nombre de “máquina electoral”, control de las listas de electores y de
las mesas receptoras de votos, así como el uso de diversos mecanismos de fraude, que
garantizaban la elección de los candidatos oficiales y el control político de la elite. LO-
BATO, Mirta Z. Nueva historia argentina. Tomo V. Buenos Aires: Sudamericana, 2010.
40
Así lo llamaría Hipólito Yrigoyen, quien se convertiría en el principal adversario de
la elite gobernante.
41
Era nula la posibilidad de obtener nuevos empréstitos internacionales. Corrían ru-
mores de que la banca Baring se declararía en quiebra si Argentina no pagaba sus com-
promisos de corto plazo.
42
Ley 2770 del 23 de enero de 1891. Se endeudaba al país en 75 millones oro, de los cuales
50 millones se destinaban a salvar a la banca Baring. Razón por la cual, el mercado argen-
tino se queda sin reservas de oro y tendrá que implementar un “corralito” a los depósitos.
43
Se crea una comisión parlamentaria que investigará las garantías a los ferrocarriles, su
miembro informante es Osvaldo Magnasco -olvidado por la historia mitrista-, quien
concluye que los ferrocarriles no han sido ningún factor de desarrollo económico para
el país. La ley 2873 tratará de enmendar la nefasta política de subsidios a los ferroca-
rriles británicos.
44
La única excepción fue el Banco de Londres y del Río de la Plata, por obvias razones
explicadas en la nota 41.
45
Formulación innovadora, el nuevo partido se organiza de forma representativa y
toma sus decisiones en forma institucional.
46
Hijo de Luis Sáenz Peña.
47
En general, significa el olvido de los delitos políticos, otorgado por la ley. En nuestro sis-
tema, la acción penal se extingue, entre otras causas, por la amnistía, sin especificar sobre
qué delitos puede ella recaer (art. 59 Código Penal). Esta facultad le fue otorgada al Poder
Legislativo (art. 67 inc. 17 de la Constitución Nacional según la numeración de 1860), a fin
de resolver los enconos políticos que preceden y conforman las secuelas de las luchas civiles
armadas. Las amnistías son siempre generales para delitos comunes, políticos o cometido
por razones políticas y comprende a todas las personas que estén incursas en esos hechos.
Consiste en la concesión de la impunidad, mediante una ley, de determinadas conductas,
aunque estas continúan siendo delitos pues la ley penal respectiva no se deroga.
48
Había nacido en 1845, abogado, diputado y senador. Ministro de guerra de Luis Sáenz
Peña. Proveniente del autonomismo, formó con Alem el Partido Republicano. Apoyó la
revolución de 1890 y fue uno de los fundadores de la Unión Cívica Radical.
49
Nacido en 1844, de familia federal, integró el autonomismo, se opuso en el 80 a la
federalización de Buenos Aires, integró la Unión Cívica, encabezó la revolución del 90,
fundó y presidió la UCR hasta 1893.
50
Quien fuera ex diplomático de Juan Manuel de Rosas, después de Caseros ayudó a
Urquiza a lograr el consenso de los gobernadores, como así también, el ministro del
exterior de Nicolás Avellaneda.
51
Sobrino de Leandro Alem, todos ellos de familia federal.
52
Hijo del general Bartolomé Mitre.
53
Relación entre los precios de los bienes primarios y los industriales.
54
Inglaterra había establecido una equivalencia entre el oro y su moneda en 1816. Para
fines de siglo (1870-1890) el resto de los países establecieron este patrón o el bimetálico
(oro y plata). Este “patrón” permitía establecer un mecanismo de cambios fijos entre
las distintas monedas sobre la base de su correspondencia con el oro (cfr. Rapoport).
55
Inglaterra, Francia, Alemania, Holanda y Bélgica se expanden por Asia y África. Estas
posesiones aseguraban la colocación de los productos metropolitanos y una fuente segura
de aprovisionamiento. Un esquema que por cierto no era nuevo, pues la España del siglo
XVIII ya lo había implementado en América con las recordadas “reformas” de Carlos III.
56
Prosperidad financiera al ascender el peso, y económica gracias a las óptimas cose-
chas y al aumento de los precios internacionales.
57
Ya no estaba Alem, el argentino intransigente, presidiendo el radicalismo, ahora do-
minaba don Bernardo y su círculo. Los modernistas están encabezados por Roque
Sáenz Peña, sector del PAN antirroquista.
Manual de Historia Constitucional Argentina (1492 - 2011) 647
que participar lo haría cómplice del régimen; y que el acuerdo
directamente sería participar de la interna del bloque en el poder
con el sector más retardatario que representa el mitrismo.
La política de “paralelas” entre cívicos y radicales consistía en que
ambos votasen por Bernardo de Irigoyen para la presidencia, y a
un mitrista para gobernador de Buenos Aires. Pero la disolución
del Partido Radical en la provincia hará fracasar el acuerdo. A los
mitristas ya no les interesa sostener la candidatura presidencial
de un radical si no se les compensa con la gobernación. Así, ni el
mitrismo ni los bernardistas proclamaron candidato a la presi-
dencia. Solo habría uno, Julio Argentino Roca.
58
Esta doctrina que proclama la no intromisión de EE.UU. en los asuntos europeos, ni
permite la de ningún Estado europeo en los asuntos americanos o la creación de colo-
nias en América, fue pronunciada por el presidente James Monroe el 2-XII-1823, por
iniciativa del secretario Adams.
61
Esta ley modifica el sistema electoral, entendido como el método utilizado para el
cómputo de los votos y la elección de los candidatos (cfr. Fayt). O el procedimiento
institucionalizado para la atribución de los cargos basado en elecciones y surgido con
el Estado democrático.
de los derechos aduaneros y el control contable por parte del Estado. Pero los ferroca-
rriles hubiesen seguido en manos inglesas.
67
RAVIGNANI, Emilio. Asambleas constituyentes argentinas. Tomo 5. Buenos Aires:
Talleres S.A. Casa Jacobo Peuser Ltda., 1938, p. 761.
71
Aunque no todos llegaron a establecerse.
Movimiento obrero
En 1891 se formó la Federación de Trabajadores de la Repú-
blica Argentina. Su órgano de prensa fue El Obrero, que en su
primer número anunciaba su inspiración en la doctrina del so-
cialismo científico.
Veamos los antecedentes. En 1864 se había fundado en Londres
la Asociación Internacional de Trabajadores (primera internacio-
nal), donde predominan Marx y sectores prudhonianos france-
ses, hasta su extinción después del congreso de Londres de 1881.
Los inmigrantes europeos trajeron las diversas ideologías (socia-
lismo marxista, reformista, anarquismo y sindicalismo), que lle-
varán a la conformación de la organización obrera. El anarquismo
se desarrollará entre los obreros sometidos a las peores condicio-
nes de trabajo. Estos, seguidores de Proudhon o Kropotkin, pro-
piciaban la destrucción del aparato estatal por la acción directa.73
Un desprendimiento del anarquismo, es el sindicalismo que,
como doctrina política, se vale de la organización obrera para
la lucha de clases tomada del marxismo, pero sin renunciar a
la acción directa.
En 1889 se lleva a cabo en París el Congreso Obrero Interna-
cional.74 A él concurrió, de Argentina, un delegado del Club
72
Fuente: Informe del tercer censo nacional, ordenado por la ley 9108, Tomo I, 1916.
73
Habían dado sus primeros pasos guiados por Enrique Malatesta, quien estuvo en la
Argentina entre 1885 y 1889. La llegada de Pietro Gori, escritor y jurista italiano, da
auge a este movimiento social, a partir de 1898. Gori permaneció en el país hasta 1902.
74
Es lo que se conoce como la segunda internacional.
75
Fundado en 1882 por inmigrantes alemanes.
76
ALBERDI. Op. cit., cap. 15, p. 56.
77
Iniciativa del diputado Miguel Cané.
Partidos políticos
Ya hemos visto cómo el entendimiento entre Alsina y Avella-
neda terminó conformando el Partido Autonomista Nacional,
que con la llegada de Roca al Gobierno se convierte en un “par-
tido único” que coaligaba a todos los gobernadores bajo la au-
toridad presidencial. No obstante, debe resaltarse que no pasa-
ba de un verdadero “partido de tendencias”. Cualquier tipo de
79
La clásica cita de Bases de Alberdi en el formidable capítulo 30: “Con tres millones
de indígenas, cristianos y católicos, no realizareis la república ciertamente. No la reali-
zareis tampoco con cuatro millones de españoles peninsulares (…) es necesario fomentar
en nuestro suelo la población anglosajona”. Sacando las dudosas fuentes acerca de la
cantidad de habitantes, el desprecio por nuestra gente es total.
El partido socialista
En abril de 1894 apareció el periódico socialista La Vanguardia
y, en el mismo mes, se convocó una reunión de grupos socialis-
tas para formar el partido. Estaban presentes la Agrupación So-
cialista, el grupo de Les égaux de socialistas franceses y el Fascio
dei Lavatori de socialistas italianos. Se encomendó la redacción
del programa partidario a Esteban Jiménez y, a Juan B. Justo,
la dirección del periódico La Vanguardia. Quedó fundado así,
en forma provisoria, el Partido Socialista Obrero Internacional.
Al año siguiente se incorporan otras dos agrupaciones, el Club
Socialista Alemán Vorwärts y el Centro Socialista Universitario
y, el mismo año —1895—, se procedió a elegir un Comité Cen-
tral formado por tres delegados por agrupación que elige, a su
vez, el primer secretario general, José Ingenieros, delegado por
el Centro Socialista Universitario.
80
ABAL MEDINA, Juan M. Manual de ciencia política. Buenos Aires: Eudeba, 2010,
p. 253 ss.
81
Médico nacido en 1865, diputado en 1912 y senador en 1924, muere en 1928.
EL RADICALISMO
Sumario:
1) Formación de la Unión Cívica. Abstención revolucionaria.
Revolución del 90 2) El convenio Roca Mitre. División de la
Unión Cívica. Revoluciones radicales 3) La reforma electoral.
Antecedentes. Ley de circunscripciones uninominales. Ley Sáe-
nz Peña 4) Presidencias radicales del período 1916-1930 5) El
golpe militar de Uriburu. Acordada de la Corte. El corporati-
vismo 6) La década infame. La Concordancia. El Tratado Roca
Runciman 7) El plan Pinedo y la sustitución de importaciones.
Bibliografía
1
PIGNA, Felipe. Miguel Juárez Celman y la Revolución de 1890 [en línea]. En: El
Historiador. Disponible en: https://www.elhistoriador.com.ar/miguel-juarez-cel-
man-y-la-revolucion-de-1890/.
La Revolución de 1893
La revolución de 1893 va a ser la primera revolución condu-
cida por Hipólito Yrigoyen. Tanto Aristóbulo del Valle como
Hipólito Yrigoyen coincidían que la UCR no debía asumir el
gobierno a través de un golpe de Estado. Esto los separaba
de otros militantes del partido. La idea era producir diversos
levantamientos en las provincias de manera tal que solo que-
dara como salida su intervención y convocatoria a elecciones
libres luego de ello.
La revolución es derrotada y ello trae como consecuencia la re-
nuncia al ministerio de guerra de Aristóbulo del Valle, quien
había sido convocado por Luis Sáenz Peña a formar su gabinete.
Poco tiempo después se levanta en el mismo año Alem en Co-
rrientes. Ese levantamiento no tiene el apoyo del radicalismo de
Buenos Aires. Lo cierto es que las relaciones entre tío y sobrino
ya estaban prácticamente rotas (Alem era tío de Yrigoyen).
Pocos años después, el primero de julio de 1896, Alem se sui-
cida a la salida del Club del Progreso.
4
CASTRO, Martín O. El ocaso de la República Oligárquica: poder, política y reforma
electoral. Buenos Aires: Edhasa, 2012, pp. 297-304.
5
MINISTERIO DEL INTERIOR. Historia Electoral Argentina
(1912-2007). Buenos Aires: Subsecretaría de Asuntos Políticos y Electorales, 2018. Dis-
ponible en: https://web.archive.org/web/20130308214426/https://www.mininterior.
gov.ar/asuntos_politicos_y_alectorales/dinap/publicaciones/HistoriaElectoralArgenti-
na.pdf
6
GARGUÍN, Enrique. Relaciones entre Estado y sindicatos durante los Gobiernos ra-
dicales, 1916, 1930 [en línea]. En PANETTIERI, José (compilador). Argentina: trabaja-
dores entre dos guerras. Buenos Aires: Eudeba, 2000, pp. 87.117. Disponible en: http://
www.historiapolitica.com/datos/biblioteca/garguin1.pdf
La neutralidad argentina
Al estallar la Primera Guerra Mundial el gobierno de Victori-
no de la Plaza declaró la neutralidad argentina ante el conflic-
to; e Yrigoyen, pese a las presiones inglesas, la mantuvo.
Alemania se proponía evitar el aprovisionamiento de víveres
de su enemigo. Buques argentinos fueron agredidos por aque-
lla nación e Yrigoyen hizo los reclamos correspondientes que
obtuvieron satisfacción.
Honorio Pueyrredón tras ser ministro de Agricultura se des-
empeñó como ministro de Relaciones Exteriores y como tal
encabezó la delegación argentina que asistió a las reuniones
preparatorias de la Liga de las Naciones celebradas en Ginebra.
El presidente decidió el retiro de la delegación argentina ante
la Liga de las Naciones reunida al finalizar la guerra, porque
consideraba que no se garantizaban los derechos de los países
menos poderosos. Convocó a un Congreso Latinoamericano
para conseguir apoyo a su postura, pero no tuvo eco.
La semana trágica
En diciembre de 1918 estalló una huelga en los talleres meta-
lúrgicos de Pedro Vasena e hijos, situados en Nueva Pompe-
ya. Los obreros reclamaban mejores salarios y mejora en las
condiciones de trabajo. El 7 de enero una emboscada policial
terminó con varios trabajadores muertos.
Su sepelio se transformó en una gran manifestación que tam-
bién fue reprimida. Las organizaciones sindicales convocaron
a una huelga general, se sucedieron choques callejeros y las
barricadas se extendieron por toda la ciudad.
En la represión intervino el Ejército, la Policía y grupos de
civiles armados que constituyeron la “Liga Patriótica Argenti-
na” que estaba controlada por los conservadores.
Hubo numerosos muertos y heridos; el presidente Yrigoyen
obtuvo una solución favorable a los huelguistas.
Los sucesos de 1919 desbordaron a Elpidio González quien
era el jefe de Policía del momento y uno de los más leales
amigos de Yrigoyen, que por sus funciones estaba encargado
de negociar con los huelguistas; ante estas circunstancias, el
general Luis Dellepiane, comandante de Campo de Mayo, se
encargó de restablecer el orden.
Conflicto en Patagonia
En la zona patagónica, dedicada a la producción lanar, se
concentraba en tiempos de esquila gran cantidad de mano de
obra itinerante; muchos de origen europeo con experiencia
sindical, y también chilenos.
A fines de 1920 se originó una huelga en Río Gallegos (pro-
vincia de Santa Cruz) en reclamo de mejoras a las condiciones
de trabajador rural.
Se produjeron actos de violencia entre los manifestantes y
la policía.
El Gobierno nacional envió como mediador al teniente coro-
nel Héctor Varela, del regimiento 10º de Caballería, pero un
grupo no aceptó las condiciones y reinició la huelga.
En agosto de 1921 se declaró huelga general en el territorio. Se
tomaron rehenes y se incendiaron estancias.7
La liga Patriótica Argentina (fundada por los estancieros, ac-
tuó como grupo de choque parapolicial contra los manifestan-
tes y grupos patronales de la capital) participó violentamente
en los dos hechos represivos. El Gobierno envió nuevamente
a Varela, quien realizó una férrea y brutal represión.
7
Ver https://www.todo-argentina.net/historia/radicales/Yrigoyen1/index.html
8
ver BAYER, Osvaldo. Los Vengadores de la Patagonia Trágica, o una versión más su-
cinta en: BAYER, Osvaldo. Los héroes y la carroña, Página/12. 25 de octubre de 2008.
[consult. 24-feb-2009].
Política económica
Su período de gobierno comenzó justo cuando terminaba la
crisis mundial de la posguerra, lo cual permitió mejorar la
economía y las finanzas sin mayores contratiempos. La eco-
nomía argentina alcanzó durante su gobierno la situación
más próspera que jamás haya tenido en su historia: el PIB por
habitante para 1928 alcanzó el sexto puesto entre los más altos
del mundo, y la renta aumentó en pesos oro. Además, durante
tres años, el intercambio comercial había sido positivo.Estas
condiciones se dieron fundamentalmente gracias al favorable
frente externo: la reactivación posterior a la Primera Guerra
Mundial produjo que los países europeos compraran las co-
sechas argentinas. Por ello, el gobierno de Alvear se centró
en las políticas agroexportadoras, sobre todo en carnes y ce-
reales. Hubo un gran crecimiento en las áreas sembradas con
cereales, especialmente en la pampa húmeda.
Pese a los favorables indicadores económicos, su gestión des-
pertó críticas entre los yrigoyenistas, quienes pensaban que
Alvear no seguía el legado de Yrigoyen, al no intentar restituir
Política internacional
Durante la gestión de Alvear se firmaron acuerdos fronterizos
con Bolivia.Se intentó cancelar la deuda que tenía Paraguay
con Argentina por la Guerra de la Triple Alianza. También se
intentó implementar un programa de limitación de tonelaje
para los barcos de guerra junto a Chile.
El 30 de octubre de 1922 se firmó, entre el embajador argen-
tino Horacio Carrillo y el canciller boliviano Severo Fernán-
dez Alonso, un acta en la cual se acordó revisar el Tratado de
1889 para modificar la frontera entre ambos países. En 1924
asumió Román Paz su cargo como nuevo canciller de Bolivia,
por lo que se tuvo que acordar de nuevo la revisión del trata-
do entre la autoridad boliviana y Carrillo. Paz propuso que la
ciudad de Los Toldos permaneciera en el dominio boliviano.
Esta discusión duró todo el año 1924, hasta que se pudo lle-
gar a un acuerdo con el nuevo canciller boliviano en el cargo,
Eduardo Díez de Medina, quien no pretendía mayores cam-
bios en el límite. El presidente de Bolivia aceptó modificar al-
guna línea limítrofe con tal de compensar a Argentina y sellar
Política petrolera
Enrique Mosconi, director general de Yacimientos Petrolífe-
ros Fiscales (YPF), emprendió una fuerte política de desarro-
llo petrolero impulsada por el presidente.
El principal objetivo era alcanzar el autoabastecimiento de
petróleo, vital para el desarrollo autónomo del país, y promo-
vió medidas tendientes a disminuir la competencia entre YPF
y las empresas extranjeras. Logró la construcción del Com-
plejo Industrial La Plata, estrenada para la refinación del pe-
tróleo en 1925, lo que independizó al país de la compra de
naftas. Cinco meses después de su habilitación comenzó la
producción de nafta para aviones.Esta planta industrial fue la
décima destilería más grande del mundo.
El vocal del directorio de YPF, Carlos Madariaga, solventó
con dinero de su propia fortuna algunas obras para la petro-
lera estatal durante la presidencia de Alvear. Gracias a ello,
Política armamentística
Alvear con Agustín Pedro Justo visitando el primer cuerpo de
artillería.
El ministro de Guerra, Agustín Pedro Justo, aumentó los gas-
tos en equipamientos de guerra para modernizar las Fuerzas
Armadas; entre otras cosas compró quinientos cañones Sch-
neider de 155 mm.107
El ministro de Marina, Manuel Domecq García, fue autor del
anteproyecto de formación de la Marina Mercante argenti-
na de ultramar y de la remodelación del puerto de Quequén.
También por iniciativa de Domecq se instaló la base de sub-
marinos en Mar del Plata y se renovaron las unidades de la
flota argentina. Tanto el presidente Alvear como el almirante
Obra de Gobierno
LUNA, Félix, Alvear, Sudamericana, 2012. Ver también LUNA, Félix, Conflictos y ar-
9
YPF
Para asegurar la expansión de YPF. Mosconi encargó a los in-
genieros Gerardo Linderburg y Enrique Cánepa y al doctor
Luis Landaburu comprar terrenos próximos al puerto de La
Plata para construir una destilería.
Ordenó que se continúen las obras del Ferrocarril Transandi-
no del Norte, abandonadas durante siete años y la continua-
ción de otras obras ferroviarias en la zona mesopotámica y
chaqueña.
Un hecho muy conflictivo durante su mandato lo constituyó
el proyecto de ley sobre nacionalización del petróleo, que li-
mitaba la concesión de zonas petrolíferas a empresas extran-
jeras. Fue sancionado por diputados en 1927 pero la Cámara
de Senadores se negó a tratarlo. Algunos periódicos de la épo-
ca señalaron que la negativa de algunos senadores se debía
https://www.elhistoriador.com.ar/herbert-hoover-o-hipolito-yrigoyen/
El crack del 29
El crack del 29 fue una crisis financiera que tuvo lugar en oc-
tubre de 1929 y fue la caída más devastadora de la bolsa en
Estados Unidos. Tuvo terribles consecuencias sociales no solo
sobre los norteamericanos, sino sobre todo el mundo. Tal fue
su repercusión, que provocó un duro período de crisis econó-
mica conocido como la “Gran Depresión”.
Golpe de Estado
El Golpe de Estado de Argentina de 1930 se refiere al ocurri-
do el 6 de septiembre de 1930 en el cual un grupo de militares
encabezado por el general José Félix Uriburu se apoderó del
Gobierno, derrocando al presidente Hipólito Yrigoyen y esta-
bleciendo una dictadura militar.
El Ejército también manifestó su disconformidad con la gestión
de Gobierno. Pero había dos sectores con distintas propuestas.
Uno encabezado por el general José Félix Uriburu proponía la
reforma total del sistema y la eliminación del sufragio universal
para reemplazarlo por un sistema corporativo.
El otro sector, liderado por el ex ministro de Guerra general
Agustín P. Justo sostenía la necesidad de derrocar a Yrigoyen
pero manteniendo el sistema vigente.
El golpe ya era un hecho, pero Yrigoyen no creía en él, Dellepia-
ne, ministro de Guerra renunció al sentirse impotente frente a
la situación. El 5 de septiembre Yrigoyen delegó el mando en el
vicepresidente Martínez, su salud era muy débil. Este declaró el
estado de sitio, pero la revolución ya estaba en marcha.
Uriburu llegó a la casa de Gobierno sin resistencia alguna.
Horas después el vicepresidente entregaba el mando. Yrigo-
yen se entregó en la ciudad de La Plata donde fue arrestado y
enviado a Martín García.11
11
Características segunda presidencia de Yrigoyen. En Todo Argentina. Disponible en:
https://www.todo-argentina.net/historia/radicales/Yrigoyen2/index.html
12
Constantineau, “Public Officers and the Facto Doctrine” - Fallos: tomo 148, p. 303.
Consultar en: http://www.saij.gob.ar
13
SEGOVIA, Juan Fernando. El modelo corporativista de Estado en Argentina, 1930-
La década infame
En general se denomina década infame a la restauración del mo-
delo político elitista anterior a la Ley Sáenz Peña. El presidente de
facto Uriburu es reemplazado rápidamente por el general Agus-
tín P. Justo. Ello era el resultado del enfrentamiento de los grupos
nacionalistas-facistas con los grupos liberales que existían dentro
de las fuerzas armadas, especialmente el Ejército.
En este período retornará el fraude y la expulsión de las clases
medias y bajas del Gobierno. Se anularán elecciones ganadas
por el radicalismo (5 de abril de 1931 en la Provincia de Bue-
nos Aires gana la fórmula Pueyrredón Guido) y se proscribirá
a los radicales (formula Alvear-Güemes en 1931).
El sistema democrático recién retornará en 1946, año en el
que se celebrarán elecciones libres y voto universal y secreto
en los que será vencedor el general Juan Domingo Perón.
Atento la vuelta del sistema de la oligarquía (gobierno de po-
cos) la Argentina profundizará sus lazos con el Imperio bri-
tánico y se dedicará a una economía agropecuaria. La expre-
sión más clara de esto fue el tratado conocido como Pacto
Roca-Ruciman sobre las carnes.
14
Ver Pacto Roca - Runciman (1 de mayo de 1933) (enlace roto disponible en Internet
Archive; véase el historial y la última versión). (https://es.wikipedia.org/wiki/Pacto_
Roca-Runciman#Acepto)
El Plan Pinedo
Al asumir Pinedo por segunda vez como ministro de Hacien-
da el 2 de septiembre de 1940, los efectos de la guerra ya se
hacían sentir sobre la economía argentina. Francia había sido
derrotada y Alemania había iniciado la guerra submarina en
el Atlántico, con el objeto de bloquear los vitales suministros
que Gran Bretaña requería para sostener el esfuerzo bélico.
El impacto de la guerra sobre las importaciones de maquina-
rias, equipos y combustibles que sostenían el desarrollo del
sector industrial fue inmediato. El país le seguía vendiendo
El fracaso
La coalición de conservadores representados en la Sociedad
Rural Argentina y algunas figuras políticas como el propio Pi-
nedo, retenía mayor poder que la que se estaba gestando entre
la Unión Industrial Argentina (UIA), sectores de las fuerzas
armadas y grupos nacionalistas. Sin embargo, demostrando
una mejor comprensión de los acontecimientos mundiales,
fue esa coalición hegemónica la que impulsó el Plan Pinedo,
con el apoyo explícito de la UIA.
Fue otra oportunidad perdida, como lo señaló Juan J. Llach:
15
Alejandro Poli Gonzalvo. La Prensa. 23/7/17
EL PERONISMO
Sumario:
1*
Profesor adscripto de Historia Constitucional Facultad de Ciencias Jurídicas y Socia-
les de la UNLP.
FORJA
Las ideas y objetivos que perseguían los militares que a través
de un golpe de Estado tomaron el poder en 1943, y que en
gran medida serían quienes luego dieran cuerpo a las políti-
cas desarrolladas hasta el triunfo electoral de 1946, se nutrie-
ron de distintos grupos que a lo largo de la década anterior
habían madurado una línea de pensamiento nacionalista, de-
mocrático y emancipatorio.
Meses después de consumado el golpe conservador del año
30, la Unión Cívica Radical volvió a la ya probada estrategia
de la abstención electoral como forma de reclamo contra las
políticas sociales y económicas de los gobiernos de Uriburu y
Justo, y en oposición al régimen eleccionario fraudulento que
habían instalado para conservar el poder.
El GOU
El posicionamiento de Argentina en la Segunda Guerra
Mundial es uno de los ejes que atraviesa este período y que
tiene especial gravitación sobre el desarrollo de los hechos
a nivel local. Nuestro país, al igual que muchos países de
la región, mantuvo desde sus inicios una política de neu-
tralidad como lo había hecho anteriormente frente a otros
conflictos armados.
El nuevo sindicalismo
Las condiciones de vida de una amplia mayoría de la clase traba-
jadora eran para 1943 deplorables. Durante la década anterior,
como producto de la caída del precio de las exportaciones y la
consecuente reducción del trabajo, sumado a la crisis del 29, ese
sector había iniciado una fuerte corriente migratoria interna ha-
cia la Capital Federal y el Gran Buenos Aires, y se encontraba
ahora en una situación de extrema pobreza y opresión.
En el plano sindical, se suma el hecho que la CGT se encon-
traba dividida al momento del golpe, y la denominada CGT
N° 2 había sido calificada de comunista por el régimen cas-
trense y, consecuentemente, intervenida desde sus inicios.
El primer indicio de cambio de rumbo en la relación de los
grupos sindicales con el nuevo régimen se vio a partir del mes
de agosto de 1943, como producto de la intervención de un
grupo de militares en el conflicto desatado entre los trabaja-
dores de la carne y el sector patronal.
TORRE, Juan Carlos. Introducción a los años peronistas. En TORRE, Juan Carlos
1
(Dir.). Los años peronistas (1943-1955). Nueva Historia Argentina. Tomo VIII. Buenos
Aires: Sudamericana, 2002, pp. 11-77.
El 17 de octubre
La política social llevada a cabo por la Revolución del 43 a ins-
tancias de la Secretaría de Trabajo y Previsión tuvo su prueba
de fuego durante el año 1945, cuando quedó demostrado en
los hechos que el masivo apoyo obrero del cual se jactaba Pe-
rón, era cierto.
La Segunda Guerra Mundial mostraba un fin inevitable. Los
ejércitos aliados tomaban la capital alemana y el poderío nazi
se desplomaba, lo único que resistía de las fuerzas del Eje era
el imperio japonés luchando en occidente.
De la mano de ese desenlace un nuevo orden mundial emer-
gía, en el cual los Estados Unidos de Norteamérica aparecían
como los claros vencedores de nuestro hemisferio. Durante
febrero, en la Conferencia de Yalta, los líderes de las potencias
aliadas habían comenzado a delinear un nuevo organismo in-
ternacional que reemplazara a la desaparecida Sociedad de las
Naciones: la Organización de las Naciones Unidas.
El Partido Laborista
El punto de inflexión que marcó el 17 de octubre de 1945 ge-
neró una alianza entre el sector laboral y militar que se exten-
dería durante los próximos diez años. Para unos, representaba
el reconocimiento de clase y el acceso a una participación en
la renta nacional como nunca se había visto hasta entonces;
para los otros, implicaba la posibilidad de mantener el plan
industrial-nacionalista y convertirse en el único golpe de Es-
tado que lograra la legitimación de su accionar mediante el
triunfo electoral posterior.
2
Paro de actividades por decisión patronal.
6
Para 1946 “Evita” se había convertido en primera dama. En 1949 fundaría el Partido
Peronista Femenino.
El constitucionalismo social
El desarrollo económico y político iniciado en la Secretaría
de Trabajo y Previsión fue instrumentado legalmente a través
de decretos-ley; y luego, desde la asunción del 4 de junio de
1946, mediante leyes constitucionalmente sancionadas.
Desde la lectura peronista esto implicaba una debilidad para
las reformas, puesto que eran fácilmente modificables por
7 Eva Perón votó, por única vez, en la sala del Policlínico de Avellaneda, donde se
encontraba internada producto de una enfermedad hasta su fallecimiento el 26 de julio
de 1952.
8
SAMPAY, Arturo. Crisis del Estado de derecho liberal-burgués. Buenos Aires: Losada,
1942, p. 27.
Cuestionamiento a su constitucionalidad
Desde el comienzo mismo del proyecto de reforma, la opo-
sición cuestionó la intención y la necesidad de llevar a cabo
ese cambio. Se acusaba al partido oficialista de promover una
reforma innecesaria, ocultando los reales intereses que subya-
cían a la propuesta.
En forma inicial, la crítica estuvo centrada en que bajo los
argumentos de la protección que era necesario brindar a los
nuevos derechos consagrados, se ocultaba la verdadera inten-
ción del Gobierno que era lograr la continuidad de Juan Do-
mingo Perón en el cargo de presidente de la Nación.
Hasta ese momento, el artículo 77 de la Constitución Nacio-
nal establecía la imposibilidad de reelección inmediata del
cargo de presidente y/o vicepresidente; es decir que, una vez
finalizado el período para el cual había sido designado, debía
transcurrir un mandato intermedio antes de poder volver a
ser candidato a dicho cargo.
La reforma fue defendida como necesaria por los peronistas
y atacada como int ento de perpetuación por la oposición. La
discusión ganó la calle y los argumentos y la virulencia de las
acusaciones cruzadas llegaron a un punto irreconciliable.
10
LORENZO, Ramón Celso. Manual de Historia Constitucional Argentina. Rosario:
Editorial Juris, tomo III, 1999, p. 178.
Cuestionamiento a su constitucionalidad
Como surge evidente del desarrollo histórico expuesto, la
Constitución Nacional emanada de la Asamblea Nacional
Constituyente de 1957 adolecía de numerosas falencias.
En primer término, la proclama de derogación de la Cons-
titución de 1949 había sido realizada por un gobierno sur-
gido de la violación del Estado de derecho, por lo cual su
aceptación implicaba la consagración de la superioridad de
la fuerza por sobre la ley.
Sumario:
1∗
Profesora de Historia Constitucional y Coordinadora del Área de Género de la Se-
cretaría de Relaciones Institucionales de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de
la Universidad Nacional de La Plata.
1
El Decreto-Ley 4161 fue derogado por la Ley 16648, sancionada por el Congreso
Nacional el 30 de octubre de 1964 y promulgada por el presidente Arturo Illia el 18 de
noviembre de 1964.
2
https://www.argentina.gob.ar/secretariageneral/museo-casa-rosada/iconos-argentinos/balbin
3
El 22 de junio de 1959, ante el incumplimiento de Frondizi, Perón ordenó publicar el
texto completo del Pacto.
4
Como resultado del movimiento revolucionario cubano de izquierda, entre sus trans-
formaciones radicales estuvieron la expropiación de monopolios locales y norteameri-
canos, la reforma agraria, la extensión de servicios sanitarios y campañas de alfabeti-
zación masiva.
5
En su artículo 3 establecía: “El gobierno ajustará su cometido a las disposiciones de este
Estatuto, a las de la Constitución nacional y leyes y decretos dictados en su consecuencia,
en cuanto no se opongan a los fines enunciados en el Acta de la Revolución Argentina”.
6
Acta de la Revolución Argentina.
El Cordobazo
En mayo de 1969 el Poder Ejecutivo nacional había dictado
el decreto por el cual se derogaron los regímenes especiales
sobre el descanso del sábado -en Mendoza, San Juan, Tucu-
mán y Córdoba -. También se anunció el congelamiento de
los convenios colectivos y de los salarios. En la ciudad de Cór-
doba los sindicatos de SMATA —el Sindicato de los Mecáni-
cos de Automotores y Transportes de la Argentina, conducido
por Elpidio Torres—, de Luz y Fuerza —cuyo secretario re-
gional era Agustín Tosco— y la Unión Tranviarios Automo-
tor —UTA, liderada por Atilio López -; convocaron a una
asamblea general. El 29 de mayo cientos de jóvenes, obreros
y estudiantes marcharon unidos por las calles, abriendo un
profundo debate, que se expresó abiertamente en toda la so-
ciedad que se planteaba un interrogante: ¿cómo debía seguir
la lucha contra la dictadura y para qué? La movilización que
además reunió amplios sectores medios de la sociedad ocu-
pó la ciudad y forzó la intervención del Ejército. Para las or-
ganizaciones populares, el Cordobazo marcaba un camino:
oponerse a la dictadura y su apuesta violenta para imponer
un modelo de estrangulamiento económico que trababa el
8
Fue la mayor protesta obrera latinoamericana de posguerra, que provocara cambios
sociales, políticos y sindicales en todo el país.
11
Esto significaba una proscripción encubierta, ya que Perón se encontraba exiliado
desde 1955.
12
Ejerció el mandato presidencial hasta su derrocamiento el 24 de marzo de 1976 por el
último golpe de Estado cívico-militar del país.
14
Fue ministro de Bienestar Social y secretario privado de Perón, lo apodaban “el Brujo”
y aparecía como la principal figura del ala derecha del movimiento.
15
Militar y líder sindical peronista, asesinado el 30 de junio de 1969.
16
Recién dos años más tarde la organización guerrillera asumirá públicamente la au-
toría del hecho.
17
SVAMPA, Maristella. Nueva Historia Argentina 1955-1976. Buenos Aires: Editorial
Sudamericana, 2003, vol. IX, pp. 390-391.
18
SVAMPA, Maristella. Op. cit., pp. 390-391.
19
Organización de Países Exportadores de Petróleo.
20
Fragmento del último discurso de J. D. Perón.
21
Uruguay, con Juan María Bordaberry; Chile, con Augusto Pinochet.
22
Su autodenominación respondía a dos conceptos, por un lado se presentaba como un
“proceso” que no tenía plazos concretos sino objetivos; y por el otro, “reorganización”
del país, lo que implicaba reformas en todos los aspectos.
DUHALDE, Eduardo Luis. El Estado terrorista argentino. Quince años después, una
24
25
Teorías económicas basadas en el concepto de libre mercado. Neoliberalismo económico.
26
Ministerio de Educación de la Nación. La última dictadura: mejor hablar de ciertas
cosas, 2011.
27
La Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas, creada en 1983 por el pre-
sidente Alfonsín con el objetivo de investigar las violaciones a los derechos humanos
durante el terrorismo, recibió 8 960 denuncias.
29
Entre ellas, Azucena Villaflor y María Ponce de Bianco.
30
ANSALDI, Waldo. La memoria y el olvido como cuestión política a propósito de
Malvinas. Malvinas Argentinas y Latinoamérica. En: Revista de la Facultad de Ciencias
Sociales, UBA. 2012, núm. 80.
Sumario:
1 ∗
Agustina Pilar Cuerda. Profesora de Historia Constitucional y Coordinadora del
Área de Género de la Secretaría de Relaciones Institucionales de la Facultad de Ciencias
Jurídicas y Sociales de la Universidad Nacional de La Plata.
2∗∗
Pablo Castelli. Profesor adscripto de Historia Constitucional de la Facultad de Cien-
cias Jurídicas y Sociales de la UNLP. Candidato a magister en DDHH por la misma
Universidad. Ha sido investigador visitante en la Universidad de Yale, EE.UU. Correo
de contacto: pablocastelli@yahoo.com.ar
3
De los considerandos del Decreto 2446/1983.
El neoliberalismo económico
Las presidencias de Carlos Saúl Menem implicaron en térmi-
nos político-económicos una profunda reestructuración del
Estado y un reposicionamiento en cuanto a los roles y funcio-
nes de las cuales este debe hacerse cargo.
La implementación de políticas de tipo neoliberal implicó el
desarme de la estructura benefactora del Estado y su retiro
como motor del desarrollo económico. Su función directriz
y reguladora fue igualmente desmantelada, y su lugar fue re-
emplazado por “las fuerzas del mercado”, lo cual fue acom-
pañado por la desregulación de diversas áreas y la apertura
indiscriminada de las importaciones.
Como indica Rapoport: “De esta manera, priorizando el re-
torno a la estabilidad, se produjo un rápido viraje hacia un
programa económico neoliberal, que reflejaba los intereses
6
RAPAPORT, Mario Daniel. Historia económica, política y social de la Argentina
(1880-2003). Buenos Aires: Crítica, 2020. p. 785
7
“Coti” Nosiglia, referente del partido y principal instrumento político de Alfonsín en
situaciones de crisis.
8
El 14 de noviembre de 1993 se sella el Pacto de Olivos en un encuentro entre Carlos
Menem y Raúl Alfonsín realizado en la residencia presidencial de Olivos.
9
Ley 24309. Declaración de la necesidad de la reforma parcial de la Constitución Na-
cional.
10
Artículo 37 de la Constitución Nacional.