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241799
Localización:
Séptima Época
Instancia: Tercera Sala
Fuente: Semanario Judicial de la Federación
59 Cuarta Parte
Página: 22
Tesis Aislada
Materia(s): Civil
Las prohibiciones que fija el artículo 252 del Código Civil del Estado de
Veracruz, son la renuncia de recibir alimentos, y transar sobre el derecho a los
mismos, sin que esta prohibición alcance a la cuantía de los alimentos, que puede
fijarse por convenio de las partes. El artículo 2877 del código en cita, define la
transacción como el contrato en el cual las partes, haciéndose recíprocas
concesiones, terminan una controversia presente, o previenen una futura,
situaciones que no se dan en un caso si el convenio no versa sobre el derecho a
percibir alimentos, sino que reconociéndose ese derecho, se conviene
exclusivamente sobre el monto de las cantidades que el esposo y padre cubrirá
como pensión alimenticia. Además, no es forzoso que el Juez que conoce de la
contienda, sea quien deba fijar el monto de la pensión alimenticia y las
condiciones bajo las cuales deba satisfacerse, pues las partes pueden
libremente llegar a un entendimiento sobre el particular, como sucede en los
casos de divorcio voluntario, sujetándose a los términos del artículo 242 del
código en cita, lo cual no tiene relación con el texto del artículo 2877 ya
mencionado, y si, por lo contrario, con el numeral 103 del mismo cuerpo de leyes,
al establecer que "Los cónyuges concertarán entre sí la mejor distribución del
cuidado y atención de los cargos conyugales y dirección de los trabajos del
hogar", puesto que, al aludir a los cargos conyugales, necesariamente se refiere a
los alimentos que es el cargo principal.
ALIMENTOS. CONVENIOS.
Volumen 56, página 15. Amparo directo 606/73. Beda Escobar Cortés. 20 de
agosto de 1973. Unanimidad de cuatro votos. Ponente: José Ramón Palacios
Vargas.
Genealogía:
Informe 1973, Segunda Parte, Tercera Sala, página 28.
Acorde con lo sostenido por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, son actos
de ejecución irreparable aquellos cuyas consecuencias afectan directa e
inmediatamente alguno de los derechos fundamentales tutelados por la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, porque sus efectos no se
destruyen con el solo hecho de que el afectado obtenga en el juicio una sentencia
definitiva favorable a sus pretensiones, por haberse consumado irreversiblemente
la violación de la garantía individual de que se trate. Asimismo, se ha
determinado que no sólo por la afectación de derechos sustantivos puede
considerarse un acto como de imposible reparación, ya que también pueden darse
este tipo de actos tratándose de derechos procesales o adjetivos. En efecto, el
Tribunal en Pleno ha sostenido que también procede el juicio de amparo indirecto
tratándose de algunas violaciones formales, adjetivas o procesales, pues aunque
éstas son impugnables ordinariamente en amparo directo cuando se reclama la
sentencia definitiva, también pueden combatirse excepcionalmente en amparo
indirecto cuando afectan a las partes en grado predominante o superior, lo cual
habrá de determinarse objetivamente, tomando en cuenta la institución procesal
de que se trate, la extrema gravedad de los efectos de la violación y su
trascendencia específica, así como los alcances vinculatorios de la sentencia que
llegara a conceder el amparo. Así, el grado extraordinario de afectación que
pueda tener una violación de este tipo obliga a considerar que debe sujetarse de
inmediato al análisis constitucional, sin necesidad de esperar al dictado de la
sentencia definitiva, aunque por ser una cuestión formal no se traduzca en la
afectación directa e inmediata de un derecho sustantivo. En congruencia con lo
anterior, se concluye que la resolución que decreta una pensión alimenticia
provisional y fija su monto constituye un acto cuya ejecución es de imposible
reparación, en tanto que la afectación que sufre el obligado a pagarla incide
directa e inmediatamente en su derecho fundamental de disponer de los frutos de
su trabajo o de sus bienes, y tal afectación o sus efectos no se destruyen por el
solo hecho de obtener una sentencia definitiva favorable a sus pretensiones en el
juicio, pues las cantidades que haya pagado por ese concepto se destinarán a
cubrir las necesidades alimentarias de los acreedores, lo que significa que serán
consumidas y no se le podrán reintegrar aun cuando obtuviera una sentencia
absolutoria o se fijara como pensión alimenticia definitiva una cantidad menor;
de ahí que se trata de un acto que debe ser materia de un inmediato análisis
constitucional.
De la interpretación sistemática de los artículos 309 y 320 del Código Civil para
el Distrito Federal, se colige que si el deudor alimentista convino de manera
específica en cubrir al acreedor una pensión alimenticia entregando una cantidad
mensual, se encuentra obligado a cumplir en los términos establecidos -entrega
de pecuniario en forma directa al acreedor o a su representante legal-; por el
contrario, si el deudor modifica motu proprio los términos de la obligación
convenida, y en lugar de entregar el pecuniario a que se obligó lo hace en especie
y cubre directamente el importe de gastos relacionados con prestaciones
comprendidas en el rubro genérico de alimentos, como son vestido, atención
médica, educación, etcétera, variando así los términos en que se obligó, debe
acreditar que ese modo de proceder se encuentra autorizado conforme a derecho,
de tal modo que si no justifica la existencia de una causa legal para suspender o
cesar, o para modificar motu proprio la obligación alimentaria, debe cumplir en
los términos convenidos.
Es cierto que de conformidad con el artículo 308 del Código Civil para el Estado
de Querétaro, no es renunciable ni puede ser objeto de transacción el derecho a
recibir alimentos, pero también lo es que ello debe entenderse en el sentido de
que no se permite la transacción entre deudor y acreedor, pero nada refiere dicho
ordenamiento en consulta sobre el convenio que celebren los deudores
alimentarios para cubrir tal obligación en favor de sus hijos, por tanto, es válido
que los deudores alimentistas, puedan transigir sobre la forma en que habrán de
proporcionar alimentos a sus hijos, por lo que si en el caso la madre del quejoso
y el tercero perjudicado decidieron cumplir con esa obligación a través de un
convenio, mismo que el demandado cumplió en sus términos, no puede
sostenerse que se haya violado algún precepto del código en mención, ya que el
derecho a recibir alimentos por parte del quejoso se encuentra satisfecho. En
tales condiciones, de conformidad con el artículo del ordenamiento legal en
comento, es permisible que los deudores alimentarios puedan convenir sobre la
forma en que deban cumplir con su obligación de proporcionar alimentos a sus
hijos, ya que dicho precepto impide la transacción del derecho a recibir
alimentos entre acreedor y deudor alimentario, no así entre deudores solamente.
Es cierto que de conformidad con el artículo 139 del Código Familiar para el
Estado de Hidalgo, no es renunciable ni puede ser objeto de transacción el
derecho a recibir alimentos, pero también lo es que ello debe entenderse en el
sentido de que no se permite la transacción entre deudor y acreedor, pero nada
refiere dicho ordenamiento en consulta sobre el convenio que celebren los
deudores alimentarios para cubrir tal obligación en favor de sus hijos, por tanto,
es válido que los deudores alimentistas puedan transigir sobre la forma en que
habrán de proporcionar alimentos a sus hijos, por lo que si en el caso la madre
del quejoso y el tercero perjudicado decidieron cumplir con esa obligación a
través de un convenio, mismo que el demandado cumplió en sus términos, no
puede sostenerse que se haya violado algún precepto del código en mención, ya
que el derecho a recibir alimentos por parte del quejoso se encuentra satisfecho.
En tales condiciones, de conformidad con el artículo del ordenamiento legal en
comento, es permisible que los deudores alimentarios puedan convenir sobre la
forma en que deban cumplir con su obligación de proporcionar alimentos a sus
hijos, ya que dicho precepto impide la transacción del derecho a recibir
alimentos entre acreedor y deudor alimentario, no así entre deudores solamente.
El artículo 205 del Código Civil del Estado de Yucatán establece: "En los casos
de divorcio, la mujer inocente tendrá derecho a alimentos mientras no contraiga
nuevas nupcias y viva honestamente.-El marido inocente sólo tendrá derecho a
alimentos, cuando esté imposibilitado para trabajar y no tenga bienes propios
para subsistir. Para los efectos de este artículo se considera inocente al cónyuge
demandado en los casos de las fracciones VI, VII y IX del artículo 194 de este
código.", del que derivan dos reglas generales y una de excepción; la primera,
que señala que la mujer inocente tendrá derecho a alimentos mientras no
contraiga nuevas nupcias y viva honestamente; la segunda, que alude al marido
inocente el cual sólo tendrá derecho a alimentos cuando esté imposibilitado para
trabajar y no tenga bienes propios para subsistir; con respecto a estas dos reglas,
es importante destacar que el tema cónyuge inocente se vincula con la persona
que no haya dado motivo a la disolución del vínculo matrimonial. Y la tercera
regla, que puede catalogarse como de excepción a las dos anteriores, determina
un concepto especial de inocencia al estatuir que se considera como tal al
cónyuge demandado en los supuestos de las fracciones VI, VII y IX del referido
artículo 194, esto es, cuando se dé la separación matrimonial, por enfermedad
crónica o incurable que sea además contagiosa o hereditaria, por enajenación
mental incurable o por separación de la casa conyugal por más de un año,
originado por causa que sea bastante para pedir el divorcio, sin que el cónyuge
que se separó entable demanda. En esas condiciones, si bien es cierto que la
causal de adulterio contenida en la fracción I de este numeral, no está
comprendida en la última regla, también lo es que es evidente que sí lo está en
alguna de las dos primeras y, por consiguiente, al cónyuge que no cometió el
adulterio, le corresponde el derecho a alimentos.