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Marco conceptual.
Conceptos de PRM y RNM
Concepto de Atención Farmacéutica
Estado actual nacional e internacional
Farmacia orientada a Servicios Asistenciales. Servicios Profesionales Farmacéuticos
Asistenciales
Guías de Buenas Prácticas
1. Marco conceptual
Antes de comenzar la asignatura, me gustaría reflexionar sobre algo de vital importancia para
nuestra profesión. El paciente y el medicamento. “El medicamento no es un mero producto
comercial, sino un elemento esencial en el seno de la atención primaria (y hospitalaria), que le
confiere la calificación de bien público y elemento imprescindible para el respeto del derecho a
la salud…” El medicamento debe por tanto, contribuir a mejorar la salud y la calidad de vida de
la población. Si la cadena de distribución del medicamento está custodiada por los
farmacéuticos, esto es porque nuestra formación, nuestro compromiso, nuestra ética y la ley
nos hacen responsables de que los medicamentos constituyan un elemento para la mejora de
la salud.
Un ejemplo negativo de cómo los medicamentos pueden llegar a ser un enorme problema si
los profesionales que los prescriben y dispensan se saltan toda la ética y olvidando el beneficio
de los pacientes, manipulan las normas, lo podemos apreciar en la epidemia de adicción a los
opioides que en EEUU ha acabado ya con la vida de millones de personas y ha empeorado la
salud de muchas otras. Os recomiendo algunos documentales y también series de ficción
(basadas en hechos reales) que tratan sobre este problema.
Pero no nos quedemos con el aspecto negativo del daño que puedan causar los
medicamentos. Los medicamentos (incluyendo las vacunas), junto con las medidas higiénicas y
los avances en las técnicas quirúrgicas (imposibles sin anestesia, también medicamentos) y de
diagnóstico, han conseguido que la esperanza de vida aumente. Fijaos que el dato de las
esperanza de vida al nacer, y en la esperanza de vida a los 65 años. Este último no tiene la
influencia de la mortalidad infantil, sino que es lo que se espera que una persona viva desde
los 65 años.
¿A qué se deben estos números? Si tenemos en cuenta que en 1900 la esperanza de vida al
nacer no llegaba a los 35 años y que en 1972 era de 72,8 años, tenemos un gran salto logrado
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gracias a la enorme reducción de la mortalidad infantil. Y esta reducción está muy relacionada
con las vacunas, los antibióticos y las medidas higiénicas.
El avance en la esperanza de vida a los 65 ya no tiene relación con la menor mortalidad infantil
o juvenil, sino que se atribuye a las mejoras en los tratamientos de las patologías crónicas.
Diabetes, cardiopatía isquémica, cáncer, hipertensión…. Un mejor control de las mismas ha
contribuido a la reducción de la mortalidad. Y esto, es gracias a los medicamentos.
Estos son algunos de los retos. Porque además no debemos perder de vista que los
medicamentos se prueban gracias a ensayos clínicos, en los que se definen unos criterios de
exclusión e inclusión que “idealizan” al paciente. La realidad de la práctica clínica es diferente:
paciente que va cumpliendo años, tiempo de uso prolongado, interacciones con otros
medicamentos, otras patologías que aparecen…. Por lo tanto, nos preguntamos:
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¿Mantienen los medicamentos la eficacia en su utilización real?
¿Qué consecuencias tiene para la salud de la población el consumo de medicamentos
a largo plazo?
¿Conocen los pacientes los medicamentos que utilizan?
¿Se utilizan “correctamente”?
¿Qué papel tiene el farmacéutico?
Porque en este paisaje en que ya estamos, el farmacéutico tiene un papel relevante y mayor
que podría ser aún. Cada vez más guías terapéuticas para abordar patologías crónicas en
pacientes mayores, incluyen conceptos que veremos en esta asignatura (adecuación,
desprescripción, revisión de medicación…).
Si nos hacemos la pregunta ¿qué se espera de un medicamento?, está claro que la respuesta
es mejor salud o al menos, mejor calidad de vida del paciente. Esto puede suponer curar al
paciente, aliviar sus síntomas, controlar la enfermedad o reducir la mortalidad. Cada
medicamento empleado en un paciente debe tener un objetivo terapéutico concreto.
ENFERMEDAD
MEDICAMENTO OBJETIVO
TERAPEUTICO
Curar al paciente
Aliviar los síntomas SALUD
Controlar la enfermedad MEJOR
Mejorar la calidad de vida
CALIDAD DE
Reducir la mortalidad
VIDA
Por ejemplo, el objetivo de un paciente que emplea paracetamol para la artrosis, ¿cuál o
cuáles pueden ser?, aliviar síntomas (el dolor) y mejorar la calidad de vida. Si para la artrosis al
paciente lo tratáramos con fentanilo (por ejemplo, para los que veáis los documentales
recomendados), el dolor se aliviaría, pero sería muy discutible si mejoraría su calidad de vida.
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Otros problemas de salud
Empeorar calidad de vida
ENFERMEDAD Aumento de la mortalidad
MEDICAMENTO
Ingresos hospitalarios
SALUD
MEJOR
CALIDAD DE
VIDA
OBJETIVO TERAPEUTICO
Pero puede darse otra situación también peligrosa para el paciente, y es lo que vemos en la
siguiente imagen. Que el medicamento no logre el objetivo. Por ejemplo, que un paciente
hipertenso y tratado, siga teniendo valores de presión arterial por encima del objetivo
terapéutico (el general es 140/90 mmHg) o que un diabético tipo II a pesar del tratamiento,
tenga una hemoglobina glicosilada del 9%.
ENFERMEDAD
MEDICAMENTO
OBJETIVO TERAPEUTICO
Así que aunque esperamos que los medicamentos tengan “resultados positivos” sobre la salud
del paciente, también podríamos encontrarnos con que tengan “resultados negativos”. Lo más
importante es que nos preguntemos si podemos prevenir los resultados negativos y promover
los resultados positivos.
Resultados en salud para el paciente. Y quiero recalcar la palabra PACIENTE. Porque esto es lo
importante. No todos los pacientes son iguales, no todos tienen las mismas expectativas ni
necesidades y estas pueden cambiar con el tiempo o en determinadas situaciones. Nuestro
objetivo es el PACIENTE.
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Resultados Positivos
Resultados Negativos
¿Podemos prevenir la aparición de resultados negativos?
¿Podemos favorecer la aparición de resultados positivos?
Según la directiva comunitaria que regula la formación para nuestra profesión (el grado que
estáis estudiando), las tareas del farmacéutico son:
Asegurar que la terapia que recibe el paciente sea la mejor indicada, la más efectiva
disponible, la más segura posible y cómoda para el paciente.
Asumiendo la responsabilidad directa de las necesidades farmacológicas de cada
paciente, el farmacéutico puede ofrecer una contribución única a la obtención de
resultados de la farmacoterapia, y a la calidad de vida de sus pacientes.
Esto se debe conseguir gracias a algunas de las competencias que estáis adquiriendo en la
titulación y en las que esperamos contribuir con esta asignatura.
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un supermercado un establecimiento sanitario? ¿lo sería si por ejemplo vende fitoterapia o
productos dietéticos con atribuciones positivas para la salud?...
Farmacéutico
Es el profesional de la salud experto en
medicamentos y fármacos, y en la
utilización de los medicamentos con fines
terapéuticos en el ser humano.
Pero la evolución de la profesión del farmacéutico está en marcha. Pensad que hemos pasado
de elaboradores de medicamentos a dispensadores y distribuidores de medicamentos, pero
sin la evolución a proveedores de servicios de salud, especialmente en relación a los
medicamentos, desapareceremos o nos veremos reducidos a meros controladores de
máquinas. ¿Existen máquinas dispensadoras de medicamentos? ¿Os las imagináis en la puerta
de supermercado o de un centro de salud? Estas máquinas existen. Igual que existe el
comercio electrónico (no admitido en España para medicamentos, aunque sí para otros
productos) y muchos otros avances tecnológicos.
Una de cada tres visitas a urgencias y dos de cada cinco ingresos ocurren en pacientes
en los que la farmacoterapia no logra el objetivo.
El 70% de esto casos, el problema se puede prevenir
Más de la mitad de los pacientes con enfermedades crónicas no cumple
adecuadamente el tratamiento prescrito
1,3 – 5% de los ingresos hospitalarios derivados de urgencias son consecuencia de
reacciones adversas. En >75 años llega al 10%
En 1995, se publicó un trabajo (Johnson y Botman, 1995) que ya dio la alarma sobre lo que
hacía un paciente ante la aparición de un problema con su medicación. La tabla muestra que
algunos vuelven al médico. En muchas ocasiones se añade un nuevo medicamento (en vez de
retirar que pueden en muchas ocasiones ser mejor solución), esto acaba ocasionando lo que se
denomina “prescripción en cascada”. También hay pacientes que no perciben el fallo, aunque
pueda en algunos casos contribuir a su deterioro. Pero no debemos olvidar que incluso hay
pacientes que deben ser hospitalizados, institucionalizados por un largo periodo o incluso
mueren por estos problemas. Luego, todo lo que se puede evitar, es deseable evitarlo.
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Lamentablemente, otros estudios posteriores no muestran una situación mejor de la
presentada en 1995. De hecho, en 2022, un metanálisis señala que el 13,9% de los pacientes
que acuden a urgencias, presentan una situación que puede definirse como evento adverso a
medicamentos. Esta definición es más amplia que la de reacción adversa porque incluye
también las faltas de adherencia y la sobredosificación. Estima el mismo trabajo que el 71% de
estos eventos son evitables. Este trabajo también señala a los medicamentos que actúan sobre
el SNC como los mayores responsables de estos ingresos, seguidos por los que presentan
acciones sobre el CV y los antitrombóticos. Los eventos más frecuentes son los problemas
gastrointestinales, los desequilibrios electrolíticos, los sangrados y los problemas renales y
urinarios. La asistencia a un servicio de urgencias puede considerarse según algunos autores
como la punta del iceberg de la situación de los pacientes con tratamientos crónicos.
El esquema nos presenta una primera parte del razonamiento que vamos a seguir. Hablaremos
de una falta de seguridad de la farmacoterapia cuando se manifiesten efectos indeseables de
los medicamentos (reacciones adversas). Tendremos una falta de efectividad de la
farmacoterapia cuando no se logre el objetivo terapéutico. Estos parámetros los valoramos
con las manifestaciones y síntomas del paciente y con los parámetros que se emplean para
conocer si un problema de salud está controlado.
Farmacoterapia
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Pero tan importante como identificar si la farmacoterapia ha tenido un resultado positivo, será
analizar qué proceso se ha seguido para saber si podemos actuar y prevenir o resolver la
situación. Por ejemplo, identificamos que un paciente no tiene la presión arterial controlada y
al analizar porqué descubrimos que se le olvida tomar la medicación algunos días.
Veámoslo ya con los términos que vamos a emplear. Cuando la farmacoterapia no consigue el
resultado buscado, tendremos un Resultado Negativo de la Medicación (RNM). Estos RNM se
manifestarán en el paciente dando lugar a lo que denominamos y podríamos medir como
Morbilidad Relacionada con el Medicamento. Los RNM, como hemos visto pueden ser por falta
de seguridad, por una falta de efectividad y hay un tercer tipo. Se trata de la necesidad, que
definiremos más adelante.
Al analizar el proceso buscando las causas del RNM, nos encontraremos diferentes
circunstancias, son los PRM, Problemas Relacionados con el Medicamento y que pueden
encontrarse en el propio medicamento, en el paciente, en el prescriptor, el farmacéutico que
dispensa o en el propio sistema sanitario. Los PRM son las causas de los RNM y la morbilidad
es la manifestación del RNM.
El Foro de Atención Farmacéutica define RNM como: “Son los resultados negativos en la salud
del paciente, no adecuados al objetivo de la farmacoterapia, asociados, o que pueden estar
asociados a la utilización de medicamentos.”
El Foro de Atención Farmacéutica define PRM: “Son aquellas situaciones que causan o pueden
causar la aparición de un resultado negativo asociado al uso de medicamentos (RNM). Los PRM
son elementos del proceso que suponen al usuario de medicamentos un mayor riesgo de sufrir
un RNM.”
Los PRM no son excluyentes, es decir, que un RNM puede estar causado por más de un PRM.
Según Foro se consideran los siguientes PRM:
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Contraindicación.
Desabastecimiento temporal.
Dosis, pauta y/o duración no adecuada.
Duplicidad.
Errores en la dispensación.
Errores en la prescripción.
Errores en la utilización de la medicación.
Falta de conciliación entre niveles.
Falta de conocimiento del uso del medicamento.
Interacciones con otros medicamentos, plantas medicinales, complementos
alimenticios o alimentos.
Medicamento no necesario.
No toma la medicación/falta de adherencia.
Otros PS que afectan al tratamiento.
Precaución de uso.
Problema de salud insuficientemente tratado.
Otros
- faltas de seguridad (cuando aparecen otros problemas de salud diferentes a los que
tenía el paciente, por ejemplo diarrea en un paciente tratado con el antidiabético
metformina)
- faltas de efectividad (al no lograr el objetivo terapéutico).
El tercer tipo de RNM es de Necesidad. Este RNM ocurrirá cuando haya un problema de salud
para el que existe tratamiento que el paciente no recibe, o bien cuando el paciente usa un
medicamento que no está indicado para ninguno de sus problemas de salud.
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Ejemplo 1: Paciente que al iniciar un tratamiento con haloperidol comienza a manifestar una
necesidad de mover constantemente las piernas (acatisia).
Ejemplo 2: Paciente que pregunta al farmacéutico porque tiene un dolor de rodilla que no se
le mejora a pesar de que toma 1 comprimido de paracetamol 500 mg diario.
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Farmacéutica. Este Pharmaceutical Care, implica el proceso a través del cual un farmacéutico
coopera con un paciente y otros profesionales mediante el diseño, ejecución y monitorización
de un plan terapéutico que producirá resultados específicos terapéuticos para el paciente. Esto
a su vez supone 3 funciones primordiales:
Ya en 1993, la Organización Mundial de la Salud se hace eco de este concepto y numera las
razones por las que queda justificado su ejercicio. Estas razones son:
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grupo de farmacéuticos, profesores de la Universidad y profesionales con actividad asistencial
comienzan a trasladar estos conceptos a la realidad Española.
En 2002 el Segundo consenso de Granada, define RNM. Con estas dos definiciones se sientan
las bases metodológicas de la Atención Farmacéutica en España. Son las definiciones que
hemos visto en la sección anterior.
En una fase inicial el Foro de AF estaba constituido por: Dirección General de Farmacia y
Productos Sanitarios del Ministerio de Sanidad y Consumo, Consejo General de Colegios
Oficiales de Farmacéuticos (CGCOF), Academia Nacional de Farmacia, Sociedad Española de
Farmacéuticos de Atención Primaria (SEFAP), Sociedad Española de Farmacia Comunitaria
(SEFAC), Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH), Fundación Pharmaceutical Care y
Grupo de Investigación en Atención Farmacéutica de la Univ. Granada.
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Se puede apreciar que ya en esa definición incluye en la Atención Farmacéutica no solo al
seguimiento sino a la dispensación y a otras actividades que proporcionen salud a los
pacientes. Esta definición es más amplia que la de Pharmaceutical Care.
Hemos visto entonces que la AF es una forma de trabajar, una práctica profesional centrada en
el paciente con el objetivo de mejorar su salud. Muchos autores e instituciones han redactado
su propia definición. Pero la base es la misma.
Claro, en esta práctica profesional, no es una única actividad la que logra el objetivo. El
farmacéutico podrá desarrollar diferentes servicios con ese objetivo final. De ahí surge el
concepto de Servicio Profesional Farmacéutico Asistencial. Es la tendencia o situación actual. El
farmacéutico no puede ser solamente un proveedor de productos (el medicamento), tiene que
ser un proveedor de servicios y cuidados para la salud del paciente.
OMS:
España:
Concepto de inclusión del Servicios
consenso
Pharmaceutical PC en la Profesionales
Foro de
Care Práctica Asistenciales
AF. 2001,
80s – 90s Farmacéutica Farmaceúticos
2008
90s
En 2010, el Foro de AF-FC publicó la Guía para los Servicios de Atención Farmacéutica en
Farmacia Comunitaria. En esta guía se incluían tres servicios: indicación, dispensación y
seguimiento farmacoterapéutico. Todos ellos con el objetivo de evitar PRMs y RNMs.
La definición del Foro de estos SPFA es “Aquellas actividades sanitarias prestadas desde la
farmacia comunitaria por un farmacéutico que emplea sus competencias profesionales para la
prevención de la enfermedad y la mejora tanto de la salud de la población como la de los
destinatarios de los medicamentos y productos sanitarios, desempeñando un papel activo en la
optimización del proceso de uso y de los resultados de los tratamientos. Dichas actividades,
alineadas con los objetivos generales del sistema sanitario, tienen entidad propia, con
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definición, fines, procedimientos y sistemas de documentación, que permiten su evaluación y
retribución, garantizando su universalidad, continuidad y sostenibilidad”
En 2015, se cambió por completo esta clasificación, distinguiendo dos categorías principales:
SPFA de Atención Farmacéutica (dirigidos a un paciente concreto) y SPFA de Salud
Comunitaria. En los primeros se distingue entre los orientados al proceso de uso de los
medicamentos y los de evaluación y mejora de resultados de los medicamentos en salud. En la
imagen se puede comprobar la clasificación que actualizó el Foro AF-FC en 2019.
Esta lista de SPFA sigue abierta y se siguen proponiendo nuevos servicios y clasificándose en
función de su objetivo.
Existe sin embargo confusión sobre lo que es un SPFA y lo que no. Para identificar si una
actividad realizada en una farmacia comunitaria y dirigida a sus usuarios es un SPFA o no, se
elaboró la siguiente checklist.
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Así, por ejemplo, una farmacia comunitaria puede tener definida una “cartera de servicios” a
sus usuarios. Por ejemplo, podría incluir:
Seguimiento farmacoterapéutico,
Revisión del uso de la medicación
Cesación tabáquica
Recomendaciones dietéticas
Campañas sanitarias
SPD
Pruebas bioquímicas
Dermoconsulta
Programas de adherencia al tratamiento
Cribado de enfermedades ocultas
Pero cada uno de ellos, para ser un SPFA debe cumplir los requisitos establecidos en la tabla.
Por ejemplo, veamos el servicio “dermoconsulta”. Si se ofrece el servicio de una persona (no
farmacéutica) que desde un laboratorio de dermocosmética aporta un dermoanalizador y un
consejo a los usuarios de los productos de un laboratorio concreto, ¿se podría considerar un
SPFA?
En 2008, el propio Foro AF-FC estimaba que tan solo el 10% de los profesionales participan en
actividades puntuales relacionadas con la Atención Farmacéutica. Aunque esta cifra ha podido
aumentar, la realidad es que la práctica de los SPFA y de una práctica de indicación y
dispensación protocolizada según los principios de la AF, no se da en todas las farmacias
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comunitarias. Entre las barreras que nos encentramos destacan: la falta de tiempo, la falta de
comunicación con otros profesionales sanitarios, el perjuicio económico que pueda suponer
para la rentabilidad de la farmacia, el desconocimiento de cómo se puedan llevar a cabo o el
miedo a las repercusiones en la burocracia y administración de la farmacia o incluso desde el
punto de vista legal.
La realidad, es que además de las barreras internas, existen otras externas: la compleja
comunicación entre la farmacia comunitaria y la atención primaria (que debería ser directa y
sencilla a través de sistemas tecnológicos que permitieran dar respuesta a los pacientes en
tiempos cortos), la oposición de algunos colectivos (podéis leer mucho sobre conflictos con el
sindicato de enfermería) o la identificación por parte de algunas personas de la colaboración
de la farmacia comunitaria de forma más activa en la atención primaria como una
“privatización” de la misma.
Pero realmente, ¿qué dice la ley sobre la Atención Farmacéutica? Pues el Real Decreto
Legislativo 1/2015, de 24 de julio, artículo 86, sobre el Uso Racional de Medicamentos en las
Oficinas de Farmacia, se señala que : “los farmacéuticos, como responsables de la dispensación
de medicamentos a los ciudadanos, velarán por el cumplimiento de las pautas establecidas por
el médico responsable del paciente en la prescripción, y cooperarán con él en el seguimiento
del tratamiento a través de los procedimientos de atención farmacéutica, contribuyendo a
asegurar su eficacia y seguridad. Asimismo, participarán en la realización del conjunto de
actividades destinadas a la utilización racional de los medicamentos, en particular a través de
la dispensación informada al paciente”
Estos puntos son los que se debaten y discuten hoy día. Son decisiones complicadas y cambios
que en algunas ocasiones son barreras que cuesta mucho derribar. Pero la realidad, es que
cada vez son más (y más serán con el envejecimiento de la población) los pacientes crónicos
que requieren de una atención primaria, y que en muchas ocasiones, por su alto grado de
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control, solo acuden al MAP para la renovación de prescripciones. Esto satura la AP, tanto, que
el MAP no tiene tiempo de comprobar que la renovación de la prescripción vaya a ser segura y
esté siendo efectiva. Con comunicación y protocolos de control periódicos, es una tarea que
podría realizar la farmacia comunitaria.
Pero, ¿cuál pensáis que puede ser el mayor obstáculo? Uno de los mayores es el conflicto de
intereses económico, ya que la retribución del servicio que al farmacéutico ya hace el sistema
público de salud, está basado en el pago de cada medicamento dispensado. Sirva este ejemplo
de reflexión sobre las múltiples consecuencias que puede tener cualquier cambio en la
atención a los pacientes. Por mucho que nos guste pensar que los problemas son sencillos de
resolver, en la mayoría de las ocasiones no lo son. Cada posible solución puede generar nuevas
realidades que requieren un análisis profundo de pros y contras. Sobre todo si las
consecuencias están en la salud de los pacientes.
¿Existen en otros países SPFA retribuidos por el sistema sanitario? Sí. Pero también es cierto
que el sistema sanitario de otros países no es idéntico al español. Ni tampoco es igual el
modelo de farmacia. En la tabla podemos ver algunos ejemplos de países donde existen
servicios por parte de la farmacia que son retribuidos. En ninguno de estos países el modelo de
farmacia es igual al español ni tampoco el modelo de atención primaria.
Me parece de interés que, para aquellos a los que os haya interesado esta reflexión, visitéis la
web del NHS (National Health System de UK) en el que se hace una lista de lo que un paciente
o usuario puede esperar de un farmacéutico. Es una forma muy sencilla de explicar los SPFA a
los pacientes. Por cierto GP significa “general practitioner” y algunos farmacéuticos desarrollan
este trabajo en el NHS (en AP). Para serlo se deben acreditar además del título, una
acreditación de competencias y conocimientos concretos y una mínima experiencia. Por
supuesto, con recertificación (como una especie de renovación) de las competencias cada x
años.
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https://www.nhs.uk/nhs-services/prescriptions-and-pharmacies/pharmacies/how-your-
pharmacy-can-help/
Recomendamos también a aquellos que tengáis interés, la lectura del documento donde la FIP
recoge su visión de la farmacia comunitaria para 2020 a 2025.
El concepto de “buenas prácticas” se refiere de forma general a toda experiencia que se guía
por principios, objetivos y procedimientos apropiados o pautas aconsejables que se adecuan a
una determinada perspectiva normativa, a un parámetro consensuado, o bien a alguna
experiencia que haya demostrado resultados positivos, eficacia o utilidad en un contexto
concreto.
Es decir, son una serie de protocolos o recomendaciones que se consideran adecuados para un
determinado colectivo y se recomienda a los individuos del colectivo que lo sigan. El motivo
para recomendarlos puede ser la evidencia de beneficios (por ejemplo resultados en salud
positivos para los pacientes), el seguir la normativa, o bien el haber demostrado algún
beneficio para el propio colectivo. Este concepto de buenas prácticas no se aplica solamente a
la práctica clínica o asistencial, sino que se extiende al ámbito empresarial o industrial.
En nuestro caso, las buenas prácticas en farmacia son aquellas que responden a las
necesidades de las personas que utilizan los servicios farmacéuticos para ofrecer una
atención óptima y basada en la evidencia. Así lo recogen la OMS y la FIP en 2006. Para apoyar
estas prácticas es fundamental que se establezca un marco nacional de estándares y
directrices de calidad.
Las guías de buenas prácticas recogen los procedimientos y protocolos para llevar a cabo un
SPFA. También debe recoger los indicadores que permitan evaluarlo y por tanto, comprobar
así que responden a las necesidades de las personas de los utilizan, pero también, que sean
sostenibles. Esta información, la recogen las guías prácticas para los SPFA del Foro de AF-FC.
Es decir, que recomienda establecer un estándar (una referencia), para cada una de las tareas
y funciones del farmacéutico.
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FUNCIONES TAREAS
Preparar, obtener, almacenar, asegurar, Preparar medicamentos extemporáneos y fórmulas
distribuir, administrar, dispensar y magistrales
eliminar medicamentos
Obtener, almacenar y asegurar medicamentos y PS
Distribuir medicamentos y PS
Administrar medicamentos, vacunas y otros inyectables
Dispensar medicamentos
Eliminar medicamentos y PS
Una vez establecida la práctica, se debería confirmar que es una buena práctica. Es decir, que
es un servicio que responde a las necesidades de las personas, a los objetivos del sistema de
salud, a la buena salud de las personas y/o al mantenimiento de su calidad de vida.
Por lo tanto, para ello se establecen los indicadores. Que son simplemente los parámetros que
nos dicen si este estándar o guía o protocolo que hemos establecido es “buena práctica”.
Los indicadores nos proporcionan una base cuantitativa para evaluar un servicio. Tendremos
indicadores de proceso, que nos permite conocer la calidad y sostenibilidad del procedimiento
e indicadores de resultado que nos permite valorar el efecto de las intervenciones.
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En los siguientes temas comenzaremos desglosando las guías de dos SPFA fundamentales:
dispensación e indicación.
6. Bibliografía
Johnson JA, Bootman JL. Drug-Related Morbidity and Mortality: A Cost-of-Illness
Model. Arch Intern Med. 1995;155(18):1949–1956.
doi:10.1001/archinte.1995.00430180043006.
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1967; 1: 63-5
Hepler D , L Strand. Opportunities and responsabilities in Pharmaceutical Care. Am J
Hosp Pharm 1990;47:533-543
Van Mil et al. Pharmaceutical care, European developments in concepts,
implementation, teaching and research: a review. Pharm World Sci. 2004
Dec;26(6):303-11.
Wiedenmayer K et al. Desarrollo de la práctica de farmacia centrada en la atención al
paciente. OMS y FIP. 2006.
The International Pharmaceutical Federation. Community Pharmacy Section. Vision
2020-2025 Pharmacists as Heart of our communities
https://www.fip.org/files/CPS_vision_FINAL.pdf
Guía Práctica para los Servicios de Atención Farmacéutica en la Farmacia Comunitaria.
Foro de Atención Farmacéutica 2010. Disponible en:
http://www.portalfarma.com/Inicio/atencionfarmaceutica/forofarmaciacomunitaria/D
ocuments/ATFC_Guia%20FORO.pdf
Documento de Consenso Foro de Atención Farmacéutica. 2008. Disponible en:
https://www.portalfarma.com/inicio/serviciosprofesionales/forodeattfarma/Documen
ts/FORO_At_farma.pdf
Guía práctica para los Servicios Profesionales Farmacéuticos Asistenciales en la
Farmacia Comunitaria. Foro de AF-FC 2019.
https://www.portalfarma.com/inicio/serviciosprofesionales/forofarmaciacomunitaria/
Documents/2021-guia-practica-spfa.pdf
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