Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
¡Gracias! mamá, por haberme traído a este mundo: tu primer regalo para
mi fue el regalo de la vida, te debo la vida. Pude no haber nacido y ahora no
correría a tu brazos a decirte que te quiero y no podrías mirarte en mis ojos
de angelito travieso. Pero dijiste sí.
Voy a pedir por ti tantas cosas. Hay que pedir mucho a Dios por las mamás
de todo el mundo, para que siga habiendo madres buenas, fieles, heroicas
en su labor de educar al hombre, porque los grandes hombres se forman en
las rodillas de su madre.
Pedir para que no tomen como dogma de fe, aquello de que la familia
pequeña vive mejor. En algunos ambientes algunas familias han reducido su
fecundidad, su amor y su generosidad a una criatura, a un hijo. No tienen
amor más que para un ser. La familia que vive mejor, no es la pequeña o la
grande, sino la que vive unida en el amor.
Pidamos por todas nuestras familias para que reine de verdad el amor y así
vivan mejor cada día. Ojalá que todas las madres se sientan orgullosas,
felices de su maternidad pues eso es lo más grande que han recibido. Que
se sientan felices con sus hijos, orgullosas de sus hijos, realizadas en su
misión de madres por encima de cualquier otra cosa en su vida. Otras
tareas y oficios pueden añadir algo a su persona, pero ninguna como la
gloria y la alegría de ser madre.
Y como queréis que hagan los hombres con vosotros, así también haced
vosotros con ellos. (Lucas 6:31)
Que Dios te bendiga.