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Bienvenidos todos a esta Celebración para agradecer y rogar por nuestras madres.
Tan fundamental es la presencia de la Madre en la vida de todos los hombres que hasta Dios quiso
tener una Madre. María es la Madre de Jesús, y Él quiso que fuera nuestra madre..... “Ahí tienes a tu
Madre”, dijo a Juan desde la Cruz.
Hoy queremos recordar a María y a nuestras Madres, en esta celebración del 2º domingo de Mayo,
agradeciendo sus cuidados y permanente compromiso con la Vida. Queremos orar por nuestras Madres
que nos han dado la vida y ocupan un puesto muy importante en nuestro corazón.
CANTO: Hoy He Vuelto
Cuántas veces
Siendo niño te rece
Con mis besos
Te decía que te amaba
Poco a poco con el tiempo alejándome de ti
Por caminos que se alejan me perdí
Por caminos que se alejan me perdí
PEDIDO DE PERDÓN
* Somos interesados, nos olvidamos de nuestro Padre-Dios y de nuestra Madre del Cielo, y nos
preocupamos muy poco de nuestros padres de la tierra. Señor ten piedad.
* Somos insolidarios, no nos portamos como hijos de Dios, ni tenemos un gesto de amistad para
nuestros hermanos necesitados, ni hacia las personas mayores: Cristo, ten piedad.
* Somos duros de corazón, porque pensamos que el cariño hacia los padres y hacia los mayores, es
sólo cosa de niños y olvidamos los pequeños detalles que hacen felices a los demás: Señor, ten piedad.
Dios es un Padre y un amigo que tiene misericordia de nosotros, perdona nuestros pecados y
nos lleva a la vida eterna.
L E C T U R A – MEDITACIÓN
Cuenta la leyenda que un angelito estaba en el cielo, cuando Dios, lo llamó y le encomendó una misión,
con dulce voz le dijo, tendrás que ir a la tierra y nacer como los humanos, serás un pequeño niño y
crecerás hasta llegar a ser un hombre.
Espantado el angelito, preguntó, pero Señor, ¿cómo haré para vivir tan pequeño e indefenso, quien me
cuidará?
- Entre muchos ángeles escogí uno para ti que te está esperando y te cuidará.
- Pero dime, aquí en el cielo no hago más que cantar y sonreír, eso me basta para ser feliz…
- No te preocupes, tu ángel te cantará, te sonreirá todos los días y tú sentirás su amor y serás feliz.
“Oye y ten entendido, hijo mío el más pequeño, que es nada lo que te asusta y aflige. No se turbe tu
corazón, no temas esa ni ninguna otra enfermedad o angustia. ¿Acaso no estoy aquí yo, que soy tu
madre? ¿No estás bajo mi sombra?
¿No soy tu salud? ¿No estás por ventura en mi regazo?… ”
Oremos: Todas estas cosas, y otras más, que cada uno necesitamos,
te las pedimos, hoy, por medio de María, la Madre del Señor, y nuestra Madre del Cielo.