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. .- • n el siglo V a.C.

, los persas habían cons-


truido un imperio formidable que llega- Tras las Guerras
ba desde las costas de Libia y Egipto hasta
las orillas del Syr Daria, lindando con las édicas y la del
estepas asiáticas. Aquel dominio alcanzó
• - • su apogeo con Ciro 11, quien, tras termi- t-'e1oponeso, miles de
nar con sus enemigos medos, ocupó las ricas y
civilizadas tierras que componían la antigua Me- s 1dados veteranos
sopotamia y las estepas iraníes. Ciro fundó una
dinastía, la de los aqueménidas, que duraría 200 uedaron en paro
años, a lo largo de los cuales el trono conoció no
pocas turbulencias dinásticas. el hij o mayor, había nacido antes de que Darío II
La principal fue la rebelión de Ciro el Joven, uno fue e proclamado rey, en tanto que él, Ciro, llegó
de los hijos de Darío 11. A la muerte de este úl- al mundo "sobre la púrpura'', es decir, cuando su
timo, que se produjo en 404 a.C., fue coronado padre ya era monarca. Esa diferencia de categoría
LA MUERTE el mayor de sus cuatro hijos vivos, Arsaces, con e basaba a su vez en una antigua tradición que
DE DARÍO 11. el nombre de Artajerjes 11. Es posible que tanto primaba a los hijos paridos de rey y reina corona -
Su sucesión el rey Darío como su esposa, la reina Parisati dos, pues garantizaba con más seguridad que la
desencadenó tuvieran algún secreto que no podían divulgar ;- criatura fuese descendiente efectivo de su padre.
el conflicto en
que Arsaces conociera, pero el hecho es que am -
que se vieron
envueltos los bos hubiesen preferido como sucesor a Ciro. Y él
mercenarios lo sabía muy bien. Apenas su hermano asumió el SE BUSCAN MERCENARIOS
griegos. En el poder, Ciro, que controlaba la antigua Lidia w - Con esta excusa legitimista, el joven Ciro reunió
grabado, el rey cina al territorio griego, se alzó en armas esgri- a sus 23 años un ejército formidable y, como re-
a la derecha
miendo una razón histórica: si bien Arsaces era fu erzo, reclutó un contingente de mercenario
de su padre,
Artajerjes 1.
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200 400

Golfo de Omán

Mar de Arabia

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- Territorio persa antes de 550 A.C. ® C iudad importante

Expa nsión persa 550 A.C. MEDfA (Satrapía)

Ex pansión persa 547 A.C. ~ ~::~~~~~t~~os


Expansión persa 539 A.C.
- - Principales vías
de comercio persa

\ Expansión persa 525 A.C.

Expansión persa 512 A.C.


-... Camino Real
Persa

_j_
FORMIDABLE
griegos que rondaba los diez mil hombres. Las contratar a una fuerza extranjera grande y orga- PODERÍO.
negociaciones se llevaron en absoluto secreto, nizada. De hecho, los griegos de Ciro constituían Sobre estas
pues Ciro se sabía espiado por su regio herma- dentro su ejército una entidad militar autónoma líneas, el mapa
reproduce las
no. Para evitar que este se enterase de sus verda- cuyos miembros solo obedecían a sus propios etapas de
deras intenciones, engañó a los griegos sobre el mandos, los cuales, a su vez, secundaban las ór- expansión del
enemigo al que iban a enfrentarse: les dijo que denes del príncipe persa. Imperio persa,
marcharían contra un pueblo rebelde, el de los que en el
písidas, ocultándoles que iban a enfrentarse con siglo V a.c.
llegó a su cénit.
el inmenso poder del Imperio persa que contro- HOPLITAS VETERANOS
laba su hermano Artajerjes. Siguiendo la tradición militar de Oriente, los
Conviene recordar que el siglo que terminaba ha- soldados nativos de Ciro eran sobre todo jinetes
bía sido el de las llamadas Guerras Médicas, una y arqueros de a pie, por lo que necesitaba >
fase de los permanentes conflictos que los grie-
gos mantenían contra medos y persas, a las que
siguieron los enfrentamientos entre las ciudades ANÁBASIS
griegas -la Guerra del Peloponeso- que duraron JENOFONTE
casi treinta años y que, al concluir, dejaron en pa-
ro a miles de soldados veteranos y de especialistas
militares. Fueron básicamente aquellos elementos
los que integraron las filas del contingente mer-
cenario griego, inaugurando así una modalidad
de guerra en la que el más rico podía hacerse con
las mejores tropas siempre que pagase el mejor
precio. No es que Ciro el Joven inventase la lu-
cha mercenaria, pues siempre hub o soldados de
fortuna en las guerras, pero sí fue el primero en

MUY HISTORIA 79
~HERMANO
~CONTRA > con urgencia fuerzas de infantería pesada; en territorio persa. La mitad de aquellos hombres
HERMANO. y, en ese menester, los mejores eran los hoplitas procedían originalmente de Arcadia, en el centro
En la Batalla de griegos. Los hoplitas eran ciudadanos que apor- del Peloponeso, y marcharon al mando de Xenias
Cunaxa se
taban voluntariamente su propio armamento y su y Soféneto. Había también mil aguerridos espar-
enfrentaron por
el trono persa esfuerzo a la defensa de la ciudad: hombres libres tanos dirigidos por Clearco, a los que se unió
Artajerjes 11 y su que defendían con las armas su libertad y la de los otro contingente de 700 hoplitas mandados por
hermano menor suyos. Esa era la poderosa fuente de la que mana- Quirísofo, los cuales supusieron un considerable
Giro el Joven ba la energía de su lucha. Claro está que los que refuerzo que envió Esparta como contribución
(arriba, grabado
acudieron a la llamada del soberano aqueménida oficial, pues los espartanos tenían establecido un
coloreado).
no peleaban más que por el salario y el botín, pero tratado de alianza militar con Ciro.
cuanto sabían sobre el arte de la guerra lo habían
aprendido luchando por su libertad.
La oferta de Ciro logró reunir algo más de 13.000 ENTRE LA DEMOCRACIA Y LA CODICIA
efectivos griegos, la mayoría de los cuales se en - Todos estos grupos de combatientes se reunieron
contraban a la sazón en las costas de Jonia y sus a un centenar de kilómetros hacia el interior de
proximidades, donde Grecia había configurado su la costa de Jonia, en Sardes, de donde partía el
red de colonias de Asia Menor, que ahora estaban camino real que llegaba hasta la antiquísima Susa,

Lo excepcional de los ejércitos griegos era que los


soldados tomaban las decisiones que les afectaban: la
milicia era una prolongación de la sociedad democrática
80 MUY HISTORIA
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una de las capitales persas. Cada grupo forma -


ba un ejército independiente de compatriotas
(y a menudo también amigos) a las órdenes de
EL PRÍNCIPE QUE PUDO REINAR
demás de luchar a su lado, de Ciro viajaban seg uros tanto
sus respectivos generales. Estaban organizados
en batallones de un centenar de hombres diri-
gidos por un capitán, y estos batallones a su vez
lo estaban en compañías subdivididas en varios
A Jenofonte conoció bien al
príncipe Ciro. Le admiraba
y, tras su muerte en la Batalla
los nativos como los griegos .. .
Todos concuerdan en que fue
el mejor de todos en atención
de Cunaxa, escribió un retrato a sus amigos .. . Si algo le gus-
pelotones. Pero lo excepcional al hablar de los del que hemos entresacado al- taba deseaba comparti rlo, de
ejércitos griegos es que eran los propios soldados gunas líneas: modo que a menudo enviaba a
quienes tomaban las decisiones importantes que "Cuando recibía de alguno mal sus amigos media jarra de vi-
les afectaban. Entendían la milicia como una pro- o bi en, se afanaba por superar no o medio ganso ordenando al
lo recibido: había hecho voto a portador que declarase al entre-
longación de su sociedad democrática, de manera
los dioses de qu e le permitieran garlos: 'Ci ro te envía estos man-
que también los soldados se autogobernaban por vivir el tiempo suficiente para jares que le han gustado mucho
medio de asambleas. El conflicto entre la autori- devolver aumentado el bien o el para que tú también los prue-
dad de los jefes y la voluntad de los soldados solía mal que los demás le hicieran . bes' ... Con todo esto, y por lo
resolverse a favor de estos últimos. Pocas veces Era riguroso con los criminales que tengo oído, me parece que
llegaba a persuadir el general a sus hombres sin y los castigaba si n piedad. Por no ha habido nadie que haya si-
argumentos sólidos: hay que tener en cuenta que los cam inos se veían expues- do querido por más personas,
tos hombres mutilados y cega- ya hablemos de bárbaros o de
no estaban luchando por la defensa de su patria,
dos, de modo que en las tierras griegos".
sino por la paga. Y, en consecuencia, aprovecha -
han las dificultades extras o los peligros para exi-
gir más dinero. Cuando sospecharon que el ene-
migo a batir no eran los débiles písidas sino el
emperador Artajerjes y el inmenso ejército persa,
se reunieron en asamblea y decidieron volver a
casa. Si no lo hicieron fue por codicia: el salario
convenido inicialmente con Ciro era una moneda
de oro de 1Ogramos (un dárico) al mes, pero ante
la amenaza de retirarse el príncipe persa lo elevó
un 50%, hasta el dárico y medio mensual, y eso
convenció a los descontentos.

JENOFONTE SE ALISTA EN LOS 10.000


La expedición iba a caracterizarse por ser la me-
jor descrita de toda la Edad Antigua. Y ello se lo
debemos a la detallada crónica, casi periodística,
que redactó uno de sus protagonistas, Jenofonte
de Atenas, considerado el primer polígrafo grie-
go; o sea, el primero que se ocupó en prosa de
temas diferentes, pues escribió sobre política,
equitación, economía, liderazgo e historia has-
ta rebasar la cifra de cuarenta títulos. De familia
aristócrata, discípulo de Sócrates en la juventud,
fue requerido por su amigo Próxeno de Tebas
- que sería general de aquella tropa e iba a ser
asesinado tras la batalla- para participar en la
misión mercenaria de Ciro. Antes de aceptar la
invitación pidió consejo a Sócrates, quien le reco-
mendó consultar al Oráculo de Delfos. Él lo hizo,
pero con trampa, ya que no preguntó si debía o
no aceptar la oferta, sino cuál era el mejor modo
de aceptarla. Y aunque Sócrates le afeó la travesu -
ra, terminó por consentir que se alistase.
Próxeno le presentó al príncipe Ciro, y ambos
quedaron encantados el uno del otro. Los dos
tenían aproximadamente la misma edad, >'
adentro": el prefijo griego ana- significa "subir"
o "hacia arriba'', pero se empleaba para designar
la marcha desde la costa hacia el interior, que re-
sultó ser la primera etapa.

MARCHANDO A LA BATALLA DE CUNAXA


Desde Sardes, donde se reunieron 10.000 de los
13.000 griegos, partieron hacia el sureste en di-
rección a los písidas, sus supuestos enemigos. Al
cabo de algunas jornadas, Ciro hizo cambiar de
dirección a su ejército: los griegos comprendieron
que habían sido engañados y se negaron a conti-
nuar hasta que el persa les subió la paga. Entraron
en Frigia para continuar por Lycaonia y Cilicia
§ hacia Mesopotamia, donde siguieron el curso del
ÉUFRATES. Éufrates hasta Cunaxa, a 100 km de Babilonia. En
Siguiendo el > 25 años, y eran instruidos y ambiciosos. La total, esta primera etapa supuso una agotadora
curso de este semblanza de Ciro que Jenofonte incluye en su marcha terrestre de 1.300 km - como ir de Madrid
gran río, que crónica presenta al príncipe persa como un in - hasta Bruselas- antes de enfrentarse con el pode-
enmarca a dividuo casi perfecto, de gran generosidad, va- roso y bien descansado ejército de Artajerjes, que
Mesopotamia
junto con el
lor, decisión y sentido de la justicia. Por su parte, les superaba muchas veces en número.
Tigris, los Ciro debió de estimar lo bastante a Jenofonte El encuentro, conocido históricamente como Ba -
10.000 llegaron como para pedirle que no tomara parte en los talla de Cunaxa (3 de septiembre de 401 a.C.), fue
a Cunaxa, el combates, pues sabemos que, cuando el ejército brutal. Los de Ciro esperaron a pie firme a los de
escenario de la partió, él no estaba entre los soldados sino que Artajerjes y se alarmaron cuando vieron avanzar
gran batalla.
los acompañaba como elemento civil. Es posible la masa bélica que se les echaba encima, apoya-
que el propio Ciro le encargase redactar una cró- da por carros falcados persas, cuyos ejes estaban
nica de la expedición, a la que Jenofonte llamó provistos de largas láminas afiladas que cortaban
Anábasis, traducible como "La marcha tierra como navajas. Los griegos, haciendo exhibición

LA PANOPLIA DEL
HOPLITA GRIEGO
mediados del siglo VII coraza (thórax),

A a.c., se definió el equipo


característico de la infan-
tería pesada griega formada
que protegía el
cuerpo del hoplita;
el casco, rematado
por hoplitas. Su nombre deriva en penacho, y gre-
de la palabra hop/on, un térmi- bas de bronce para
no antiguo para llamar al es- guarecer las piernas.
cudo, la pieza más conspicua Sus armas eran una
de su equipo: a veces tuvo for- espada de hierro de
ma circular y otras cuadrangu- doble filo, muy mane-
lar u oblonga, pues a lo largo jable, corta y aguda;
de los 600 años que perduró una lanza de dos me-
esta milicia los cambios en su tros, para luchar a más
armamento fueron sobre todo distancia, y en los prime-
formales, pero los fundamen- ros tiempos también una
tos permanecieron. El equipo jabalina. El peso del equipo
completo (panoplía) constaba superaba en conjunto los 30
del escudo, hecho de madera kilos, de manera que en las
pintada con símbolos y deco- marchas debía ser transporta-
Falange
rada con apliques de bronce, do en carro o, en su defecto,
de hoplitas con
que se guardaba bajo techo por un esclavo que seguía al
su panoplía
siempre que era posible; la hoplita a todas partes.
(ilustración).

82 MUY HISTORIA
La muerte de Giro en
la Batalla de Cunaxa
convirtió la victoria
de los griegos en una
derrota total: quedaron
sin botín en tierra hostil
de valor, gritaron su voz de guerra, el peán, y
echaron a correr hacia los enemigos, que retro -
cedieron espantados. Cuando Ciro lo vio, lanzó
su tropa personal de 600 jinetes contra el centro
del ejército rival, donde le esperaba su hermano
Artajerjes rodeado a su vez por los jinetes de su
guardia, que eran 6.000, pero que cedieron ante el
ímpetu de los de Ciro. El propio Ciro fue en busca
de Artajerjes y consiguió herir a su hermano atra-
vesándole la coraza, pero en ese acto recibió una
herida de jabalina por debajo del ojo que lo mató
al instante, mientras que su hermano fue atendido
por sus médicos y salvó la vida.
La muerte de Ciro convirtió la victoria que hu-
bieran propiciado los griegos con su valor en una
derrota total, pues el ejército del príncipe se des -
hizo tras conocerse la noticia. Y allí quedaron los
griegos - que, según Jenofonte, no habían perdido
un solo hombre en la batalla- sin botín, sin apoyo
y en tierra hostil. Comenzaron a retirarse junto a
los restos del derrotado ejército de Ciro, pero los
que ahora tenían el mando, buscando congraciar-
se con Artajerjes, los traicionaron y asesinaron a
todos los generales griegos, entre ellos Próxeno,
con el pretexto de unas supuestas negociaciones.
ALFIN,
naron por tierra. En esta tercera etapa tuvieron EL MAR.
Tras una
LA LARGA VUELTA A CASA que cubrir otros mil kilómetros antes de llegar a marcha
Aquella fue la hora de Jenofonte, quien reorga - Bizancio, donde no los quisieron acoger. Indigna- agónica ,
nizó a la tropa, escogió a nuevos generales y par- dos, forzaron la entrada y comenzaron el saqueo, Jenofonte
tió hacia el norte remontando el curso del Tigris. pero Jenofonte los detuvo. A su mando, cruzaron y sus hombres
Marchó agónicamente por entre asirios, cardu- el mar de Mármara y culminaron el último tre - alcanzaron la
costa del mar
cos, armenios y fasianos hasta alcanzar la costa cho de la interminable marcha en la ciudad grie-
Negro en
del mar Negro en Trebisonda. Esta segunda etapa, ga de Pérgamo, donde Jenofonte pasó el mando Trebisonda
de 1.000 km, resultó la más difícil, pues marcha- de las tropas a otro general, Tibrón, quien las en- (ilustración).
ban con el ejército de Artajerjes persiguiéndoles a roló inmediatamente en su ejército para volver a
retaguardia mientras se defendían de un antiguo combatir contra los persas.
aliado de Ciro que ahora buscaba congraciarse De los 13 .000 hombres que salieron de Sardes,
con su hermano atacando a los griegos. 8.000 habían sobrevivido a aquella larga ago -
En Trebisonda se sintieron a salvo al ver el mar nía de fatiga, hambre, frío y sangre que supuso
por el que era posible regresar a su país, pero sus la aventura. Y muy pocos consiguieron sacar de
calamidades continuaron. No había barcos para ella una parte de las riquezas con las que habían
todos, así que unos cuantos recorrieron por mar soñado al alistarse. Decididamente, los dioses
la costa sur del mar Negro mientras otros retor- nunca estuvieron a favor de aquella empresa. lml

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