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- Territorio persa antes de 550 A.C. ® C iudad importante
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FORMIDABLE
griegos que rondaba los diez mil hombres. Las contratar a una fuerza extranjera grande y orga- PODERÍO.
negociaciones se llevaron en absoluto secreto, nizada. De hecho, los griegos de Ciro constituían Sobre estas
pues Ciro se sabía espiado por su regio herma- dentro su ejército una entidad militar autónoma líneas, el mapa
reproduce las
no. Para evitar que este se enterase de sus verda- cuyos miembros solo obedecían a sus propios etapas de
deras intenciones, engañó a los griegos sobre el mandos, los cuales, a su vez, secundaban las ór- expansión del
enemigo al que iban a enfrentarse: les dijo que denes del príncipe persa. Imperio persa,
marcharían contra un pueblo rebelde, el de los que en el
písidas, ocultándoles que iban a enfrentarse con siglo V a.c.
llegó a su cénit.
el inmenso poder del Imperio persa que contro- HOPLITAS VETERANOS
laba su hermano Artajerjes. Siguiendo la tradición militar de Oriente, los
Conviene recordar que el siglo que terminaba ha- soldados nativos de Ciro eran sobre todo jinetes
bía sido el de las llamadas Guerras Médicas, una y arqueros de a pie, por lo que necesitaba >
fase de los permanentes conflictos que los grie-
gos mantenían contra medos y persas, a las que
siguieron los enfrentamientos entre las ciudades ANÁBASIS
griegas -la Guerra del Peloponeso- que duraron JENOFONTE
casi treinta años y que, al concluir, dejaron en pa-
ro a miles de soldados veteranos y de especialistas
militares. Fueron básicamente aquellos elementos
los que integraron las filas del contingente mer-
cenario griego, inaugurando así una modalidad
de guerra en la que el más rico podía hacerse con
las mejores tropas siempre que pagase el mejor
precio. No es que Ciro el Joven inventase la lu-
cha mercenaria, pues siempre hub o soldados de
fortuna en las guerras, pero sí fue el primero en
MUY HISTORIA 79
~HERMANO
~CONTRA > con urgencia fuerzas de infantería pesada; en territorio persa. La mitad de aquellos hombres
HERMANO. y, en ese menester, los mejores eran los hoplitas procedían originalmente de Arcadia, en el centro
En la Batalla de griegos. Los hoplitas eran ciudadanos que apor- del Peloponeso, y marcharon al mando de Xenias
Cunaxa se
taban voluntariamente su propio armamento y su y Soféneto. Había también mil aguerridos espar-
enfrentaron por
el trono persa esfuerzo a la defensa de la ciudad: hombres libres tanos dirigidos por Clearco, a los que se unió
Artajerjes 11 y su que defendían con las armas su libertad y la de los otro contingente de 700 hoplitas mandados por
hermano menor suyos. Esa era la poderosa fuente de la que mana- Quirísofo, los cuales supusieron un considerable
Giro el Joven ba la energía de su lucha. Claro está que los que refuerzo que envió Esparta como contribución
(arriba, grabado
acudieron a la llamada del soberano aqueménida oficial, pues los espartanos tenían establecido un
coloreado).
no peleaban más que por el salario y el botín, pero tratado de alianza militar con Ciro.
cuanto sabían sobre el arte de la guerra lo habían
aprendido luchando por su libertad.
La oferta de Ciro logró reunir algo más de 13.000 ENTRE LA DEMOCRACIA Y LA CODICIA
efectivos griegos, la mayoría de los cuales se en - Todos estos grupos de combatientes se reunieron
contraban a la sazón en las costas de Jonia y sus a un centenar de kilómetros hacia el interior de
proximidades, donde Grecia había configurado su la costa de Jonia, en Sardes, de donde partía el
red de colonias de Asia Menor, que ahora estaban camino real que llegaba hasta la antiquísima Susa,
LA PANOPLIA DEL
HOPLITA GRIEGO
mediados del siglo VII coraza (thórax),
82 MUY HISTORIA
La muerte de Giro en
la Batalla de Cunaxa
convirtió la victoria
de los griegos en una
derrota total: quedaron
sin botín en tierra hostil
de valor, gritaron su voz de guerra, el peán, y
echaron a correr hacia los enemigos, que retro -
cedieron espantados. Cuando Ciro lo vio, lanzó
su tropa personal de 600 jinetes contra el centro
del ejército rival, donde le esperaba su hermano
Artajerjes rodeado a su vez por los jinetes de su
guardia, que eran 6.000, pero que cedieron ante el
ímpetu de los de Ciro. El propio Ciro fue en busca
de Artajerjes y consiguió herir a su hermano atra-
vesándole la coraza, pero en ese acto recibió una
herida de jabalina por debajo del ojo que lo mató
al instante, mientras que su hermano fue atendido
por sus médicos y salvó la vida.
La muerte de Ciro convirtió la victoria que hu-
bieran propiciado los griegos con su valor en una
derrota total, pues el ejército del príncipe se des -
hizo tras conocerse la noticia. Y allí quedaron los
griegos - que, según Jenofonte, no habían perdido
un solo hombre en la batalla- sin botín, sin apoyo
y en tierra hostil. Comenzaron a retirarse junto a
los restos del derrotado ejército de Ciro, pero los
que ahora tenían el mando, buscando congraciar-
se con Artajerjes, los traicionaron y asesinaron a
todos los generales griegos, entre ellos Próxeno,
con el pretexto de unas supuestas negociaciones.
ALFIN,
naron por tierra. En esta tercera etapa tuvieron EL MAR.
Tras una
LA LARGA VUELTA A CASA que cubrir otros mil kilómetros antes de llegar a marcha
Aquella fue la hora de Jenofonte, quien reorga - Bizancio, donde no los quisieron acoger. Indigna- agónica ,
nizó a la tropa, escogió a nuevos generales y par- dos, forzaron la entrada y comenzaron el saqueo, Jenofonte
tió hacia el norte remontando el curso del Tigris. pero Jenofonte los detuvo. A su mando, cruzaron y sus hombres
Marchó agónicamente por entre asirios, cardu- el mar de Mármara y culminaron el último tre - alcanzaron la
costa del mar
cos, armenios y fasianos hasta alcanzar la costa cho de la interminable marcha en la ciudad grie-
Negro en
del mar Negro en Trebisonda. Esta segunda etapa, ga de Pérgamo, donde Jenofonte pasó el mando Trebisonda
de 1.000 km, resultó la más difícil, pues marcha- de las tropas a otro general, Tibrón, quien las en- (ilustración).
ban con el ejército de Artajerjes persiguiéndoles a roló inmediatamente en su ejército para volver a
retaguardia mientras se defendían de un antiguo combatir contra los persas.
aliado de Ciro que ahora buscaba congraciarse De los 13 .000 hombres que salieron de Sardes,
con su hermano atacando a los griegos. 8.000 habían sobrevivido a aquella larga ago -
En Trebisonda se sintieron a salvo al ver el mar nía de fatiga, hambre, frío y sangre que supuso
por el que era posible regresar a su país, pero sus la aventura. Y muy pocos consiguieron sacar de
calamidades continuaron. No había barcos para ella una parte de las riquezas con las que habían
todos, así que unos cuantos recorrieron por mar soñado al alistarse. Decididamente, los dioses
la costa sur del mar Negro mientras otros retor- nunca estuvieron a favor de aquella empresa. lml
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