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COMENTARIO DE TEXTO

María Fernanda Jiménez


CI 28.313.234

Lilian Machuca

24 de Abril del 2020


INTRODUCCION

Cada día la tecnología está más presente en nuestra vida cotidiana. La lectura se ha vuelto
un esfuerzo para muchos. Somos más dependientes de la tecnología y de sus avances que nos
impiden hacer actividades simples, lucrativas y educativas como leer.

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“El nuevo acceso a la realidad”

¿Cuál será la influencia del internet?

La lectura profunda se ha vuelto un esfuerzo

Nicholas G. Carr

¿La tecnología nos vuelve tontos?

La tecnología se ha vuelto el mayor canal de información. Cada vez es superior el tiempo


empleado en navegar, ya sea para leer noticias, revisar el correo, ver videos y escuchar música. La
red filtra gran parte de nuestro acceso a la realidad. El cerebro humano se adapta a cada nuevo
cambio e internet supone uno. Para algunos, podría disminuir la capacidad de leer y pensar en
profundidad.

Enfrentarse a textos largos ya es un problema para algunos. Nicholas G. Carr. Experto en


Tecnología de información y comunicación (TIC). Asegura que para muchos, antes eran capases de
sumergirse en un libro y eran capases de sumergirse en un libro durante horas. Pero ahora solo se
pueden aguantar unos párrafos. Hay mayor nivel de desconcentración.

“La lectura profunda que solía suceder de forma natural ahora se ha convertido en un
esfuerzo”. Carr señala que la razón principal es el uso prolongado de internet. “La mayor amenaza
es su potencial para disminuir la capacidad de concentración, reflexión y contemplación”. Mientras
el internet se convierte en un medio universal, podría estar readiestrando nuestras mentes para
recibir información de manera muy rápida pero en pequeñas porciones.

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Dependencia de la tecnología

Tecnofilia

La nueva necesidad

Una adicción difícil de dejar

Limites
En la actualidad, las personas dependen de forma excesiva del uso de los dispositivos
tecnológicos, a tal punto de que no pueden separarse de ella. Muchas personas, generan cuadros de
dependencia, en vez de realizar más actividades al aire libre, como deportes, salir con amigos,
actividades educativas como leer.

Ocupar diversas tecnologías para nuestro bien en el día a día, ya sea para satisfacer
necesidades o darse un leve gusto, no es malo, sin embargo se deben fijar límites. Las redes
sociales, el celular, y los videojuegos al principio marcaron un hito en la población, permitiendo la
intercomunicación, con el paso del tiempo empezaron a hacerse más partícipes en la vida del
hombre, llegando a ser una necesidad, o mejor dicho una adicción muy difícil de dejar.

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Las dos caras de la moneda

Los libros contra la tecnología

Tentaciones y Adicción

“La era del selfie”

“Atracciones para el tiempo de ocio”

La tecnología une a las personas y les ayuda a comunicarse, pero tiene efectos secundarios
peligrosos. En cuanto a la lectura, esta red permite recibir en la pantalla obras completas, pero a la
mayoría de las personas los atrapa con sus juegos, redes sociales y las miles de aplicaciones que
hay.

Las tabletas y teléfonos, ahora conectados hasta a la televisión, vuelven a las personas de
todas las edades adictas a estar pendientes de las publicaciones que millones de usuarios comparten
en Facebook, Instagram, Twitter, Whatsapp y muchas otras. En esta “era del selfie” abundan los
escritores ansiosos por contar sus historias, muchos se creen con la obligación de compartir
sentimientos o acontecimientos de la vida.

La lectura es un hábito que suele adquirirse a temprana edad, pero las múltiples atracciones
de la vida cotidiana resultan tentadoras y poco a poco adictivas. Las nuevas generaciones prefieren
esperar a “que salga la película” para enterarse de qué trata el libro, por famoso que sea. La lectura
tuvo su gran momento en el siglo XIX. La clave del éxito de los autores de aquella época es que no
tenían que competir con tanto entretenimiento y tantas ocupaciones que merman el tiempo de ocio,
imprescindible para leer.

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