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Qué es el "nervio vago", cómo funciona y cómo puede

ayudarnos a reducir el estrés


¡Eres una pila de nervios!
Seguramente hayas escuchado esta frase o incluso te
hayas sentido identificado.
¿Pero qué significa realmente? ¿Una pila literal de fibras
nerviosas en nuestro cuerpo? ¿O es una frase conectada a
nuestras emociones?...Tal vez ambas.

Existe un nervio, el más largo que tenemos, que recorre


gran parte de nuestro cuerpo y que los científicos
aseguran que está fuertemente conectado a nuestras
emociones.
Nos referimos al nervio vago. Y no, no es porque sea un
holgazán.

¿Qué es el nervio vago?


El nombre del nervio vago viene del latín nervus vagus.
"Su raíz significa deambular, y realmente describe la
forma en que deambula por el cuerpo, así como un
vagabundo", detalló la psicóloga Kimberley Wilson en el
programa Made of Stronger Stuff ("Hecho de material
más fuerte") de Radio 4 de la BBC.
Recorrido del nervio vago en el cuerpo humano.
El nervio vago se divide en dos: uno que se extiende por el
lado derecho y otro por el izquierdo del cuerpo humano.
Se origina en el tronco cerebral aproximadamente detrás
de las orejas y se extienda por cada lado del cuello, cruza
el pecho y llega hasta el abdomen.
El nervio vago conecta el tronco cerebral con casi todos
los órganos del cuerpo, con el corazón, pulmones,
estómago, intestinos, páncreas, hígado, riñones, bazo y
vesícula. Se mueve a través de casi todos los órganos
esenciales.
Es como una gran y crítica autopista o un cable de
teléfono trasatlántico con miles y miles de fibras dentro,
comparan los especialistas.
"El 80% de esos cables son sensores, lo que significa que el
nervio vago en toda su extensión está reportando lo que
pasa en todos los órganos del cuerpo al cerebro",
describió a la BBC Kevin Tracey, presidente del Instituto
Feinstein de Nueva York y un pionero en el estudio de este
nervio.
En términos científicos, el nervio vago es el componente
principal del sistema nervioso parasimpático, que controla
las funciones y actos involuntarios de nuestro cuerpo.
"Tú tienes tu sistema nervioso simpático, la parte del
sistema nervioso que te prepara para la acción, mientras
que el sistema nervioso parasimpático puedes
considerarlo como el interruptor de apagado para eso",
explicó la psicóloga Wilson.

"Entonces, el nervio vago del sistema nervioso


parasimpático ayuda a cambiar el modo corporal para el
descanso, la relajación, la recuperación, la regulación de tu
frecuencia cardíaca y la respiración, básicamente todas las
cosas divertidas que necesitas para vivir", enumeró.
Por lo tanto, si el nervio vago es esta vía de comunicación
con sensores que envían señales desde el cuerpo hacia el
cerebro, esto puede tener un impacto directo en nuestra
mente, nuestros pensamientos y tal vez incluso en
nuestros sentimientos, señalaron los especialistas.

Eres lo que comes…


La evidencia dice que una dieta balanceada hace bien a la
salud.
Pero ¿cómo se traduce esto en el funcionamiento concreto
de nuestro cuerpo? ¿Y qué tiene que ver el nervio vago en
esto?
Para tratar de entender este complejo y encadenado
proceso hay que empezar con el microbioma.
Se trata de una colección de microorganismos,
principalmente bacterias que viven en todo el cuerpo,
pero particularmente en el intestino y que se encargan de
defender el organismo de patógenos y bacterias invasoras.
Pero también asumen parte del trabajo de la digestión de
alimentos y extraen determinadas sustancias químicas que
son buenas para el cerebro.
Y para que estas sustancias lleguen al cerebro necesitan
una ruta: el nervio vago.
"Hay muchas vías de comunicación entre el intestino y el
cerebro, pero quizás la más estudiada y que nos ha
interesado mucho es el nervio vago. Y me gusta recordarle
a la gente que lo que sucede en 'el vago' no solo se queda
en 'el vago', sino que en realidad afectará nuestras
emociones", afirmó John Cryan, profesor de Anatomía y
Neurociencia de la University College Cork, de Irlanda.
A diferencia del genoma, el microbioma es
potencialmente modificable y eso se logra a través de la
alimentación.
El neurocientífico enumeró una serie de alimentos que se
obtienen a partir de la fermentación como el kimchi, la
kombucha, el kéfir, el chucrut y el yogurt que son buenos
en fibra.
"También se ha demostrado que hay muchas verduras
ricas en probióticos que tienen efectos beneficiosos sobre
la señalización intestinal-cerebral", explicó.
En resumen, comer verduras es bueno, como diría
cualquier médico.
"El componente fibroso de los vegetales, en particular los
químicos como la insulina, alimentan el microbioma que
permite sintetizar químicos que (a su vez) estimulan el
nervio vago para activar partes del cerebro que te harán
sentir de una manera particular", detalló el doctor Xand
van Tulleken, del programa Made of Stronger Stuff de la
BBC.

Estimulación del nervio vago


Existen tratamientos médicos que estimulan el nervio
vago por razones terapéuticas, mediante un pequeño
dispositivo similar a un marcapasos que da un impulso
eléctrico.
Actualmente, tiene un uso médico limitado para
afecciones como la depresión y la epilepsia que son
difíciles de tratar.
"El aparato envía una estimulación eléctrica suave y
regular a lo largo del nervio (vago) hacia el cerebro. De
alguna manera esto calma la actividad cerebral irregular
que conduce a convulsiones. Por lo tanto, puede ser que la
activación del nervio vago haga que el cerebro libere
sustancias químicas, neurotransmisores, que reducen la
actividad convulsiva", explicó el doctor van Tulleken.
Pero su efectividad varía mucho dependiendo del
paciente.
También existen investigaciones sobre la estimulación del
nervio vago que puede aplicarse a tratamientos para
enfermedades que producen inflamación en el cuerpo,
como la artritis reumatoide.

"Si entiendes que el nervio vago tiene la capacidad de ser


como los frenos de un auto para detener la inflamación,
está la posibilidad de piratearlo con dispositivos o
medicamentos para apagar la inflamación", opinó el
investigador Kevin Tracey.
Si dejamos de lado las enfermedades y los tratamientos, a
nivel personal podemos también estimular el nervio vago
para bajar los niveles de ansiedad y estrés.
Entre las técnicas están cantar, tararear o repetir mantras.
Un estudio de 2013 con coristas mostró que estas
actividades ayudan a mantener el compás del ritmo del
corazón. Y esto se logra a través del nervio vago.
"Esto me hace pensar en el yoga, que de forma muy
natural es parte de la práctica (de estimulación).
Actividades como cantar y recitar una canción hacen
vibrar la garganta y la respiración diafragmática profunda,
que sabemos que estimula el nervio vago", añade la
psicóloga Wilson.
En un futuro, tal vez la fusión de las nuevas tecnologías
con viejas y conocidas prácticas ayuden a obtener un
beneficio para nuestra salud corporal, mental y emocional.

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