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Las causas que desencadenaron la Revolución francesa fueron múltiples.

Entre
ellas, se destacan:

 Los cambios en la estructura social. La sociedad del Antiguo Régimen


seguía atada en buena medida al feudalismo, un sistema implementado
desde la Edad Media en el que los nobles eran dueños de tierras trabajadas
por jornaleros o usufructuarios. También existían derechos señoriales por
los que los nobles podían recaudar tributos y peajes de campesinos y
pequeños propietarios, y la Iglesia cobraba un diezmo.
Pero la vida urbana y la expansión del comercio aceleraron el crecimiento
de una nueva elite económica, conformada por comerciantes, banqueros y
profesionales (la burguesía), que comenzó a aspirar a obtener derechos
políticos.También se amplió la presencia de artesanos y sectores humildes
en la ciudad, que en ocasiones pudieron recibir educación y participar
políticamente mediante la lectura de periódicos o la asistencia a clubes. En
el campo, las técnicas y tecnologías tradicionales del feudalismo impedían
la adaptación a la creciente demanda de alimentos.

 El aumento de la población. La sociedad francesa había alcanzado una


mejor calidad de vida, incluso entre sectores plebeyos que, en algunos
casos, tuvieron acceso a la educación. La reducción de la tasa de
mortalidad y el aumento de la expectativa de vida generaron un importante
aumento de la población, que en 1789 llegó a los 26 millones de habitantes,
lo que hizo de Francia el país más poblado de Europa. La
creciente demanda de alimentos se tornó difícil de satisfacer, sobre todo
cuando una mala cosecha afectó al campo en 1789.
 La difusión del pensamiento ilustrado. En aquellos años, cobró vigor un
movimiento cultural e intelectual llamado Ilustración, que consideraba que el
único camino para explicar el mundo era el uso de la razón, que permitía
“iluminar” la verdad allí donde antes se imponía la oscuridad de la ortodoxia
religiosa.
Las ideas de la Ilustración (como las obras de Montesquieu, Voltaire o
Rousseau) influyeron en sectores burgueses, e incluso nobles, que
cuestionaron el “derecho divino” a gobernar que se arrogaban los monarcas
absolutos (como Luis XVI). A cambio, propusieron mecanismos equilibrados
de gobierno, basados en la división de poderes, la formulación legal de
derechos y obligaciones, y el principio de la soberanía nacional.
 La crisis económica. Entre 1788 y 1789 se agravó una crisis económica
que fue el resultado de dos hechos: la deuda contraída por la corona
francesa a raíz de su participación en la guerra de independencia de los
Estados Unidos (1775-1783), que profundizó los problemas financieros que
ya atravesaba el reino; y una sucesión de heladas y malas cosechas,
especialmente en 1788 y 1789.Esto generó escasez de alimentos, aumento
de precios de la harina y el pan, disminución de la actividad comercial,
empobrecimiento, desempleo y malestar social. El rey intentó aumentar la
carga impositiva pero se vio obligado a convocar a los Estados generales,
con representación del clero, la nobleza y el tercer estado.

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