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Simbología del Bautismo

Conocer la importancia y la simbología del Bautismo nos permite entender la


importancia de este sacramento. Gracias al Bautismo, somos purificados del
Pecado original y nos convertimos en parte de la Iglesia y del cuerpo de Cristo.
Una vez recibido el sacramento del bautismo tenemos acceso a los otros
sacramentos y comenzamos a e mprender el camino del Espíritu. Purificados por
el perdón incondicional de Dios, nos convertimos, a todos los efectos, en sus hijos.
«Estamos llamados a vivir cada día nuestro Bautismo, como realidad actual en
nuestra existencia. Si logramos seguir a Jesús y permanecer en la Iglesia, incluso
con nuestros límites, con nuestras fragilidades y nuestros pecados, es
precisamente por el Sacramento en el cual hemos sido convertidos en nuevas
criaturas y hemos sido revestidos de Cristo.»

Papa Francisco, Audiencia General del 8 de enero de 2014

¿Qué es el Bautismo?

Como dice el Catecismo de la Iglesia Católica (n. 1213) “El santo Bautismo es el
fundamento de toda la vida cristiana, el pórtico de la vida en el espíritu y la puerta que
abre el acceso a los otros sacramentos. Por el Bautismo somos liberados del pecado y
regenerados como hijos de Dios, llegamos a ser miembros de Cristo y somos incorporados
a la Iglesia y hechos partícipes de su misión. “
Breve historia del sacramento del bautismo
La palabra Bautismo proviene del griego βάπτισμα, báptisma, “inmersión”. Eso es
exactamente lo que es, una inmersión en agua purificadora.
Ya se reconocía la simbología del agua y su poder salvador, en el Antiguo
Testamento, se consideraba instrumento de la voluntad de Dios. Sucedió en el
Diluvio Universal, y en el pasaje del Mar Rojo por Moisés y el pueblo elegido para
huir de Egipto.
También en el bautismo de San Juan Bautista, que es lo mas parecido al
sacramento del bautismo como lo conocemos hoy en día. Jesús apareció a Juan
para recibir el Bautismo, realmente acepta su propio destino. Al salir del agua,
Jesús ve el cielo abrirse y el Espíritu Santo aparecer en forma de paloma,
mientras desde el cielo se oye una voz: “Tú eres mi Hijo amado, mi predilecto”. El
Espíritu Santo desciende sobre él, invirtiéndolo en su papel, transformándolo en el
Cordero de Dios. Es el comienzo de una nueva vida y la premonición de la muerte,
que conducirá a la Resurrección. El destino de un hombre y de toda la humanidad
se logra en las orillas del Jordán.
Desde el día de Pentecostés, bautismo de fuego del Espíritu Santo o descenso del
Espíritu Santo sobre los Apóstoles, cincuenta días después de la Resurrección de
Jesús, comienza la misión de los Apóstoles y el comienzo de la Iglesia cristiana.
A partir de este momento Pedro y los otros discípulos comienzan a predicar la
necesidad de arrepentirse de sus pecados y recibir el Bautismo para obtener el
perdón y el don del Espíritu Santo.
«Los cristianos vivimos en el mundo y no estamos exentos de oscuridades y
tinieblas. Sin embargo, la gracia de Cristo recibida en el Bautismo nos hace salir
de la noche y entrar en la claridad del día. La exhortación más bella que podemos
hacernos unos a otros es la de recordarnos nuestro bautismo, porque por medio
de él hemos nacido para Dios, siendo criaturas nuevas.» Papa Francisco,
Audiencia General Agosto 2017

Simbología del bautismo.

El bautismo, como todos los Sacramentos, implica el uso de elementos


sagrados para poder impartirlo. Por ser sagrados se emplean sólo con esa
finalidad y deben estar bendecidos por el obispo o por un sacerdote. También hay
gestos simbólicos y signos no verbales que todos juntos dan luz a este
sacramento precioso e imprescindible en la vida de un cristiano.

Los símbolos del Bautismo: Son muchos los símbolos del bautismo para que los

hombres seamos capaces de imaginarnos lo que está sucediendo en el alma del

bautizado, que no podemos ver con los ojos:

Agua bendita

«el que no nazca de agua y de Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios» (Jn

3,5).

El agua es el símbolo central del sacramento del Bautismo, representa el

amor de Dios. Es derramada sobre la frente del bautizado como fuente de amor

inagotable. Tiene la función de purificar, lavar del cuerpo y el alma de pecado. El

agua es, además, un elemento universalmente reconocido como símbolo de vida.


En el momento en que el sacerdote, derrama tres veces agua sobre la cabeza del

bautizado, el fiel se une a Cristo tanto en su muerte como en su resurrección

y glorificación.

Como explica el papa Francisco “el bautismo nos sumerge en la muerte y

resurrección del Señor, haciendo morir en nosotros al hombre viejo, dominado por

el pecado, para que nazca el hombre nuevo, que participa de la vida de la

Santísima Trinidad.» También es el baño de regeneración y de renovación del

Espíritu Santo, porque Dios nos ha salvado por su misericordia con el agua que

nos hace criaturas nuevas. Nos inserta como miembros de su cuerpo, que es la

Iglesia, y nos hace misioneros en el mundo, cada uno según su propia vocación,

para que el mundo crea y sea transformado.” Audiencia General

Jesús es bautizado en las aguas del Jordán al inicio de su ministerio público (cfr.

Mt 3,13-17), no por necesidad, sino por solidaridad redentora. En esa ocasión,

queda definitivamente indicada el agua como elemento material del signo

sacramental.
Luz del cirio pascual

“Yo soy la luz verdadera”, Jesús dijo a sus discípulos: “Vosotros sois la luz del

mundo… Así brille vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras

buenas acciones y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.” (Mt 5,16).

En el Antiguo Testamento la Luz, era un símbolo de Fe, y con el advenimiento de

Jesús, este simbolismo se ha enriquecido con nuevos significados fundamentales

en la vida del cristiano. La luz en el Bautismo es un símbolo que representa

la guía en el camino de encuentro con Cristo que a su vez es luz de nuestras

vidas y en el mundo. También simboliza la resurrección de Cristo.


El Papa Francisco nos dice “Esa luz es un tesoro que debemos conservar y

transmitir a los demás. El cristiano está llamado a ser «cristóforo», portador de

Jesús al mundo. A través de signos concretos, manifestamos la presencia y el

amor de Jesús a los demás, especialmente a los que están atravesando

situaciones difíciles. Si somos fieles a nuestro Bautismo, difundiremos la luz de la

esperanza de Dios y transmitiremos a las futuras generaciones razones de

vida.” Audiencia General


El crisma, Santo Óleo u Óleo de los catecúmenos

“Se abren además los cielos, desciende el Espíritu en forma de paloma y la voz de

Dios Padre confirma la filiación divina de Cristo: acontecimientos que revelan en la

Cabeza de la futura Iglesia lo que se realizará luego sacramentalmente en sus

miembros.” (Jn 3,5)

El Santo Óleo, es un aceite perfumado y consagrado usado en el sacramento del

Bautismo. La unción con el aceite crismal simboliza la plena difusión de la

gracia. El sacerdote utiliza el Óleo para trazar una cruz en el pecho y otra entre

las escápulas del bautizado. También puede utilizarlo para ungir la su

cabeza, imprimiéndole un sello que lo consagra a su nuevo papel.

Todo esto simboliza la fortaleza en la lucha contra las tentaciones, una especie de

escudo contra el pecado. El fin de este símbolo del bautismo, es consagrar la

entrada del cristiano en la gran familia de la iglesia simbolizando el don del

Espíritu Santo.

También es utilizado en el sacramento de la confirmación, la ordenación

sacerdotal y la unción de los enfermos. El Santo Óleo se bendice una vez al año

por el obispo durante la misa crismal del Jueves Santo.


La vestidura blanca
La vestidura blanca simboliza que el bautizado se ha «revestido de Cristo» (Ga

3,27): ha resucitado con Cristo.

La pureza del alma sin mancha, que simboliza la vestidura blanca, después del

sacramento del Bautismo, el cambio profundo y la renovación interna que el

sacramento ha traído a quien lo recibió. El blanco es símbolo de una nueva

vida, la nueva dignidad que cubre el bautizado. En la antigüedad, quien iba a ser

bautizado usaba un vestido nuevo y blanco antes de unirse a los otros fieles en la

Iglesia.

“En el Bautismo, Nuestro Padre Dios ha tomado posesión de nuestras vidas, nos
ha incorporado a la de Cristo y nos ha enviado el Espíritu Santo.” San Josemaría
Escriba

Los regalos del Sacramento del Bautismo.

 Somos Hijos de Dios. Con el bautismo recibimos una vida nueva, la vida de
gracia que nos hace participar de la vida divina. Es una filiación real y no
una adopción, pues la vida de Dios estará dentro de nosotros.
 Nos hace miembros de la Iglesia. Al recibir el bautismo, entramos a formar
parte de una familia; la familia formada por todos los hijos de Dios, que es
la Iglesia. El bautismo nos abre la puerta para poder recibir todos los demás
sacramentos.

 Nos perdona todos los pecados. A diferencia del bautismo de Juan, el


bautismo instituido por Jesús sí perdona los pecados del que los recibe,
incluyendo al pecado original. Esto significa que si una persona muere
acabando de recibir el bautismo, no irá al purgatorio, pues no necesita
purificación alguna.
 Nos infunde las virtudes teologales. En el bautismo, Dios nos hace tres
regalos: Son la Fe, la Esperanza y la Caridad. Las recibimos como
semillas y es deber nuestro el hacerlas crecer para que lleguen a su
máximo desarrollo dentro de nosotros.

Con la colaboración de:

Catecismo de la Iglesia Catolica

Vaticans.news

Opus Dei.com

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