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Haz la lista. ¡Intentalo! Los que apoyan al Barça Fútbol, los cinco
primeros son: Messi, Messi, Messi, Messi, Messi! (Risas) ¡Tenemos a
Messi! Es tan grande que ni siquiera podemos procesarlo. ¡Tenemos a
Messi! La liga es segunda. ¡Tenemos a Messi! ¿Tu madre está sana? No
sabes lo que tienes. ¿Vivir en este increíble país? No sabes lo que tienes.
¿Tienes una pareja que te tolera? No sabes lo que tienes. ¿Tienes hijos
geniales? No sabes lo que tienes. Necesitas hacer la lista para darte
cuenta: "¡Guau, realmente lo estamos haciendo bien!" No todo es malo. Y
en segundo lugar, es necesario tener ilusiones. Los seres humanos
trabajamos con ilusión. No hay nada como tener ilusiones. Convertirse
en padre, conseguir un coche nuevo, irse de vacaciones. Te emociona
tener una experiencia. El problema es que cuando no tienes ilusiones,
estás muerto. Si no tienes ilusiones, necesitas conseguirlas, porque tu
entorno no las creará para ti.
" "¡Vamos, cariño!" "No, no tengo triunfos, solo cartas de bajo valor.
Reorganiza". "¡Pero eso es hacer trampa!" "¡Reorganiza o no jugaré!"
(Risas) Entonces lo reorganizo y pregunto: "¿Y ahora?" "Ahora es mejor."
"Está bien cariño, quién va primero, tú decides como siempre, querida".
A veces, mientras jugamos, ella roba una carta y dice: "Recibí la carta
dorada, pero la devolveré a la pila porque ahora no es una buena carta
para mí". Pues así juega a las cartas mi mujer. Si te gusta, genial. Si no,
estás advertido. Ella siempre ha jugado de esta manera. No entiende por
qué, pero lógicamente siempre gana, porque es sueca, no es tonta.
(Risas) ¿Cuántas personas de Andorra, Cataluña u Holanda tienen un
gen sueco? Hay que entender que en la vida, nos guste o no, las cosas son
como son, no como desearíamos que fueran. No podemos elegir nuestras
cartas; Dios los reparte. Y caemos, pero seguimos jugando. La grandeza
se logra jugando. Es lo que separa lo excepcional de lo mediocre. Nunca,
jamás, jamás podremos hacer nada para cambiar nuestras
circunstancias. Nunca jamás podremos devolver la mano que nos
repartieron. ¿Quién eligió tener una crisis o una enfermedad? Pero
siempre, siempre, siempre podemos elegir nuestra actitud. Esta es la
última libertad que tenemos como seres humanos. Nuestro entorno y
nuestras circunstancias particulares nos influyen, pero siempre hay un
pequeño espacio donde podemos elegir nuestra actitud y cómo afrontar
nuestra situación. Es lo que separa a los brillantes de los que están
agotados. En cada momento elegimos nuestra actitud. Por eso, cada
momento nos acerca un poco más a la grandeza o un poco más a la
mediocridad. Y el único objetivo en la vida es sumar esos fantásticos
momentos, luchar cada día por ser la mejor persona que puedas llegar a
ser dadas tus circunstancias. Así que al final de tu vida, cuando mires
hacia atrás en tu viaje, deja que sea una obra de arte para que otros
reciban tu obra maestra y digan: "Guau, guau, guau". Gracias.