Celeste King - Serie Dark Elves of Protheka 01 - Mated To The Dark Elf

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EL DESVÁN DE EFFY - Traducción de LILITH - Dark Elves of Protheka - Libro 1 - Mated To The Dark Elf
LIBRO 1
A MONSTER ROMANCE
CELESTE KING
DARK ELVES OF PROTHEKA
MATED TO THE DARK ELF
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Derechos de autor © 2022 por Celeste King
Todos los derechos reservados.
Ninguna parte de este libro puede ser reproducida en ninguna forma ni por ningún
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en una reseña del libro.
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Contenido
El mundo de Protheka
1. Amelie
2. Kral Ishiraya
3. Amelie
4. Kral Ishiraya
5. Amelie
6. Kral Ishiraya
7. Amelie
8. Kral Ishiraya
9. Amelie
10. Kral Ishiraya
11. Amelie
12. Kral Ishiraya
13. Kral Ishiraya
14. Amelie
15. Kral Ishiraya
16. Amelie
17. Kral Ishiraya
18. Amelie
19. Kral Ishiraya
20. Amelie
21. Kral Ishiraya
22. Kral Ishiraya
23. Amelie
24. Amelie
25. Kral Ishiraya
26. Amelie
27. Kral Ishiraya
28. Amelie
29. Kral Ishiraya
30. Amelie
Vista previa de Orc's Toy
31. Korthar
32. Ana
33. Korthar
4
Esta es una traducción hecha por y para fans. El Desván de Effy realiza esta actividad
de manera altruista y sin ánimos de lucro, con el fin de dar a conocer las obras de
autoras de habla inglesa, en países de habla hispana.
Pueden ayudarnos difundiendo nuestro trabajo con discreción para que podamos
seguir ofreciéndoles más libros (no comenten sobre esta, o cualquier otra de nuestras
traducciones, en los canales oficiales de las autoras). Si comparten esta traducción en
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Si llegaran a publicarse estos libros en su idioma, por favor apoyen a la autora
comprando su obra. Este material no pertenece a ninguna editorial, y al estar
realizado por fans y amantes de la lectura, podría contener errores.
¡¡¡Esperamos de Corazón que disfruten la lectura!!!
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TRADUCCIÓN y CORRECCIÓN
EDICIÓN, PDF, E-PUB Y SUPERVICIÓN DE PROYECTOS

POR EL EQUIPO DEL DESVÁN DE EFFY
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El Mundo de Protheka
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Sinopsis
Mi destino como mujer es convertirme en deportista de cama. Si tengo suerte, moriré

rápidamente.
El mundo de Protheka no es amable con los humanos que llegaron a él.
Los Elfos Oscuros nos tratan como objetos para sus placeres más viles.
Existimos para cumplir sus deseos más oscuros.
A partir de esta existencia sucia, llego a sentir una emoción prohibida.
Amor.
Es peligroso amar en este mundo de pesadilla.
Pero no puedo evitar amar al archiduque Karl Ishiraya, quien compró mi existencia
con un gesto de su mano.
Él puede hacer conmigo lo que quiera.
Trátame como él desee.
Estoy preparada para el dolor.
Me he preparado para el sufrimiento.
Pero lo único que busca tanto para él como para mí, puede ser lo más difícil de lograr
y lo más cruel de soportar en este retorcido mundo de pesadilla.
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Capítulo 1
Amelie
Se siente como mi cumpleaños.
No es que sea excelente para llevar la cuenta de los días, desde la ventana de esta
pequeña habitación. Apenas una habitación, tengo que admitirlo. No, es una sensación
que siento en el fondo de mi estómago, que se torna más amarga con cada día que pasa.
La tensión de mis guardianes, impacientes a medida que crezco. Debo tener veinte años,
seguramente, aunque las estaciones han pasado como nubes en el cielo. Sin sentido
alguno.
Me apoyo en el estrecho marco de la ventana, mirando la calle de abajo. Es mi único

entretenimiento aquí. El único libro que me dieron está desgastado y ajado por tantas
lecturas. Ya me lo sé de memoria. Ellos no creen que los humanos necesiten mucho para
sobrevivir. Este lugar es poco más que una celda: un inodoro, una cama, un lavabo...
Suficiente para mantenerme con vida, y poco más.
No es desconocido lo que hacen los elfos oscuros aquí, en el Club L'amouer. He

escuchado los gritos durante años, de placer y dolor. Me trajeron aquí cuando era niña,
bajo la impresión de que era seguro en comparación con el resto del imperio.
Pero no es así.
Se niegan a decirme por qué aún no me han arrojado al pozo con mis amigas, para
ser el juguete de sus clientes hasta que yo expire. He escuchado historias de Honey y he
visto las marcas. He esperado en esta habitación durante años, aguardando el momento
en que decidan sacarme y someterme a sus malvados caprichos.
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Cada día, me pregunto, ¿será este el final?
En su mundo, existe un estricto orden. La casta superior de los elfos oscuros que
gobiernan sobre todos los demás, y sus talentos designados, desde artistas hasta
guerreros y nobles menores. La casta inferior, conformada por comerciantes,
trabajadores e incluso criminales, tienen un lugar en su sociedad. Los humanos y las otras
especies ni siquiera alcanzan ese rango, existiendo por debajo de sus pies,
completamente a merced de su magia oscura. Sobrevivimos como poco más que
mascotas para su entretenimiento.
Sólo valgo aquello por lo que mi amo puede venderme.
Otro par de pasos se acercan, y me preparo, escuchando su andar. Pero en lugar de

eso, se detienen en mi puerta. Una vez más, tengo que preguntarme, ¿es esto? cuando
un fuerte golpe me saca de mi concentración.
“Amelie” dice una voz profunda y chirriante.
No digo nada.
Una llave raspa la cerradura y la perilla gira. Se abre a uno de ellos, tal como temía.
No dice nada mientras me coge, sus duros ojos recorren mi ropa raída oculta por la túnica
desteñida que uso para cubrirme. La aprieto más alrededor de mi pecho como para
ocultarle mi cuerpo, pero no hace nada para disuadir su mirada hambrienta.
“¿Qué quieres?”
Su sonrisa se ensancha, su enorme cuerpo apenas cabe en la habitación cuando

entra y se acerca a mí. Estoy demasiado asustada para apartarme cuando me agarra del
brazo, me empuja y me obliga a ponerme de pie. Incluso mientras me arrastra fuera de
la habitación, trato de asegurar la bata que se desliza alrededor de mis hombros.
Me tiembla la voz cuando me atrevo a hablar en contra de su manejo. "¿Cuál es el

significado de esto? ¿A dónde me llevas?"
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No dice nada, mis pesadas botas rechinan con más fuerza que sus finas suelas de
cuero, aunque fácilmente me dobla la altura y tiene el triple de mi peso. No estoy
preparada para lo que sea que hayan planeado, aunque he estado esperando la mayor
parte de mi vida para averiguarlo. Mis extremidades están débiles por los años de
cautiverio, y mis rodillas se rinden.
Pero el elfo oscuro no me deja desplomarme, me agarra con demasiada fuerza

alrededor del codo.
Los sonidos de los acoplamientos son más fuertes aquí, y el olor a carne caliente y
sexo es nocivo. Apenas puedo respirar mientras me arrastra a través de su colección de
habitaciones, algunas puertas se abren para revelar lo que sucede dentro.
Solo capto miradas, pero las imágenes se graban en mi mente.
Una mujer está encadenada desde el techo, su cuerpo tenso entre pesados grilletes
que la estiran mientras un patrón elfo oscuro la somete desde atrás. Sus gritos son
incoherentes y desesperados, y sé que debe estar sintiendo un gran dolor. Es un fuerte
contraste con la satisfacción que se refleja en el rostro de su anfitrión. En otra habitación,
varios elfos oscuros se amontonan alrededor de un ser humano que ni siquiera puede
emitir un grito, ahogándose con algún tipo de líquido repugnante. Ni siquiera puedo decir
si son hombre o mujer. Todo lo que puedo ver es la carne que se mueve entre las
extremidades desnudas de sus amos elfos oscuros.
¿Es eso lo que me va a pasar?
Por supuesto que no, viene una vocecita dentro de mí, soy la mascota más cara aquí.
Estoy segura de que me reservarán para algo mucho peor. La idea hace que se me llenen
los ojos de lágrimas, difuminando la horrible pantalla mientras me arrastran hacia el
frente del edificio.
Un macho humano casi huye de su captor, solo para ser arrastrado de nuevo por una
mano oscura y pesada hacia un miembro ansioso. Incluso mientras lucha, su propia polla
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se pone dura en contra de su voluntad, y entiendo el brillo de miedo en sus ojos mientras
me mira fijamente.
El espacio se abre a más de lo mismo, y por horrible que sea la vista, no puedo apartar
la mirada. Hay una mujer, encadenada al fondo de un estanque poco profundo, con la
cabeza apenas por encima de las aguas amarillas mientras varios elfos oscuros apuntan
a su cara. Los chorros calientes cortan sus jadeos y la hacen atragantarse mientras se ríen
a su costa.
Dos más se sientan sobre figuras humanas, que se esfuerzan bajo el peso de ellos,
observando con regocijo cómo la mujer se ahoga lentamente en sus fluidos colectivos.
Aquí también hay gente colgada del techo, inmóvil. No puedo estar segura de si todavía
están vivos o no, pero a nadie parece importarle. Han terminado con esos, y pronto se
los llevarán.
Quiero vomitar.
Pero mostrar debilidad solo hará que mi castigo sea más severo, cuando finalmente
llegue. Tengo que permanecer estoica y en silencio en medio de lo peor. El jadeo caliente
de un elfo oscuro mientras monta a uno de los humanos inconscientes resuena en mi
mente, incluso cuando giramos por otro pasillo, lejos de la espantosa orgía.
Puedo respirar un poco mejor aquí, aunque el aire todavía está cargado con el hedor
del sexo.
El Zagfer me agarra por la nuca y me conduce hacia delante, apretando con fuerza a
medida que nos acercamos al despacho del amo. Un escalofrío recorre mi espina dorsal
cuando me libero de sus garras y me vuelvo hacia él. Puede que esté cumpliendo las
órdenes de su amo, pero no es mi dueño, y no me tratará como a una mascota. “Quítame
las manos de encima , Zagfer”.
No se ofende por su título, me mira y se lame los labios.
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El asco me vuelve a encontrar y me enderezo. ¿De qué sirve ser la mascota más
buscada si estoy sometida a los caprichos de los sirvientes del amo? Quiere venderme al
mejor postor, y para eso, necesito ser pura antes de que me pongan en subasta.
Le muestro los dientes es el único idioma que conocen y agarro el picaporte de la

puerta principal. "Nunca te tocará a ti", digo con seguridad, robándole la expresión de
suficiencia de la cara. Me fulmina con la mirada mientras giro el picaporte y entro.
Estoy satisfecha de mí misma, hasta que eso también me lo roban.
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Capítulo 2
Kral Ishiraya
El silencio de mi estudio es una bendición.
Está libre de las emociones volubles de la corte y aislado de los caprichos de mi

familia. Es posible que muchos en mi posición ya hayan abusado de su autoridad, pero
prefiero estar estudiando las cuentas reales, escondido en mis aposentos privados.
Mi hermano, el Rey, respeta mis deseos hasta cierto punto. Pero insiste en que siga
apareciendo de vez en cuando, para que nuestros súbditos no piensen que he
desaparecido por completo de la alta sociedad. Empezarán a preguntarse y a hablar.
Es la charla que más odio.
Incluso aquellos a los que respeto son presa de ella, donde yo soy inmune. Sin
embargo, no es de extrañar por qué. Todos conocemos la historia de cómo me vi
obligado a sellar mis emociones porque eran simplemente demasiado poderosas cuando
estaban atadas a mis habilidades mágicas.
Es más fácil de esta manera.
Lo prefiero, no tener que preocuparme de las sutilezas que plagan cada interacción
como Archiduque del reino de mi hermano. Dirán una cosa y querrán decir otra
totalmente distinta. Deberían limitarse a pasarse un libro de cuentas y firmar con su
nombre como amigo o enemigo, para que yo sepa en quién confiar y a quién ejecutar.
No disfruto analizando sus palabras como si fueran rompecabezas que hay que resolver.
Los números tienen más sentido que ellos.
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Un suave golpe en mi puerta hace que mis hombros se tensen. No digo nada, con la
esperanza de que sea un Zagfer extraviado y que se vaya si no respondo. Vuelven a llamar
a la puerta y suspiro, dejando las páginas en mi escritorio. "Vete".
La puerta se abre una rendija y me doy cuenta de que no puede ser un sirviente. Un
sirviente no se atrevería a desobedecer una orden del archiduque. Por lo tanto, debe ser
uno de mi familia, que viene a curiosear sobre por qué no he salido de mis aposentos en
días.
Su presencia es sutil pero inconfundible. "Primo", llega su voz sedosa. "¿No te cansan
estas paredes?"
“En realidad, me sientan bastante bien” refunfuño, bajando la cabeza como si

estuviera absorto en mi trabajo, aunque estoy más lejos de él”. Su sola presencia me
pone los pelos de punta. “¿No tienes alguna fiesta a la que asistir en la ciudad, Carisu?”
“No sin ti, Kral” dice, haciendo palanca en la pared y sintiéndose como en casa en mi
estudio. Se deja caer en una de mis sillas acolchadas favoritas y se pasa las manos por los
brazos. Cuando me vuelvo para mirarlo, una mirada de suficiencia se ha apoderado de
su rostro moreno, y una pierna está colocada perezosamente sobre la otra, su fino zapato
se mueve con impaciencia. "Ven conmigo esta noche. Insiste".
“Insiste todo lo que quieras” respondo, “Prefiero la compañía de mis libros...”
"¡El balance está listo y ha sido revisado una vez más!" exclama, golpeando un puño
contra el acolchado de la silla, apenas haciendo un ruido sordo. "No te han visto en
público en más de dos semanas. ¿Aún existes, primo? Los otros nobles están empezando
a cuestionarlo."
Ordeno las páginas que tengo delante y suspiro, pensando en lo que mi hermano me
había dicho, no hace mucho tiempo. No puedo obligarte a hacer nada, hermano, pero
por favor, por el bien de nuestra familia, debes mantener nuestro estatus social.
Un archiduque que nunca socializa no es un archiduque adecuado en absoluto.
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Eres una extensión de nosotros, y deberías hacer alarde de nuestro poder e
influencia entre la casta superior. Hay una ciudad para explorar. ¡Explórala!
Y llevar con orgullo nuestro nombre.
Me burlo en voz baja, negando con la cabeza. "Explorar, ¿eh?"
“¿Qué fue eso?” pregunta Carisu, inclinándose hacia delante en su silla. De toda
nuestra familia, él siempre tuvo la más aguda de nuestras agudas orejas élficas. “¿Lo
harás, entonces? ¿Saldrás conmigo?
“No dije nada de eso.”
Esa sonrisa está de vuelta cuando Carisu muestra sus afilados caninos. "Tengo el
lugar perfecto en mente para ti, primo. Tal vez te anime un poco y traiga un rubor
saludable a tus mejillas en el proceso". Se pone de pie con su abrigo finamente cortado
y me tiende la mano. Las mujeres caerán a tus pies, y a los míos también, si haces acto
de presencia.
Con la mayor consideración, devuelvo las gavillas a su carpeta. "No tengo ningún
interés en buscar problemas contigo en las calles de Vhoig. Tienes amigos que
gustosamente lo harían...”
"¡Pero son ratas! ¡Hijos de K'sheng que ni siquiera pueden votar en el parlamento!
No son nada bajo tu luz, oh gran archiduque de Vhoig.” Acorta la distancia que nos separa
y me agarra de los hombros, casi sacudiéndome con su frustración. "¿Qué puedo hacer
para convencerte de que abandones esta choza?"
Lo aparto. "Ve a molestar a alguien más. No volveré a oír hablar de estas tonterías".
Carisu no acepta mi respuesta, me da vueltas por el hombro. "¡Hay comida deliciosa

entre los Zagfer que nunca has probado!"
Le quito la mano del hombro.
"Grandes tesoros para comprar en el mercado negro", insiste mientras me dirijo a

mi armario. “Y las mujeres, primo. ¡Oh, las mujeres!”
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"No tengo ningún interés en el amor".
Mi primo se burla. “¿Quién dijo algo sobre el amor?”
Me detengo mientras meto la mano en mi armario. Con mucho gusto dejaría mi

estudio si él se quedara. “Hablas del mercado de la piel, entonces. Un pasatiempo de lo
más deplorable. ¿Cuántos esclavos tienes ahora, Carisu?”
"Ah, pero se rompen tan fácilmente. Deben ser reemplazados de vez en cuando".
Su poco valor de la vida humana casi me da asco. Casi. “No tengo tiempo para tus
juegos” le digo, poniéndome una elegante capa negra, mi último recurso para perder a
este mujeriego primo mío. "Si tus asuntos están terminados, realmente debo pedirte que
te vayas".
Carisu se molesta en sujetar el broche de mi capa como un Zagfer, dándome

palmaditas hasta que los pliegues se alisan. "Ven conmigo, por favor. No quiero ir solo, y
obtendré un mejor precio si estás sentado a mi lado. Será solo por un tiempo, y luego
podrás regresar a tu estudio. El Rey, que reine por mucho tiempo, se contentará con
vuestra aparicón en público. Solo tienes que sentarte allí y ver los procedimientos".
Lo miro y escudriño sus cambiantes rasgos. "¿Quién te lo contó?"
Él encoge los hombros y se retira con actitud desinteresada. "Las paredes son como
de papel, primo. Ya deberías saberlo. Y, además, no importa quién me lo dijo. Somos
todos familia aquí."
"No somos familia".
"Entonces, cambiemos eso." Enlaza su brazo con el mío como si fuéramos amigos
cercanos, a pesar de que me ha hostigado desde que tengo memoria. "Quiero saber qué
te gusta y qué te hace sonreír. Solo he visto esa mueca tuya, escondiendo muchas
emociones, estoy seguro."
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"Lo sabes mejor que nadie," le digo, aunque siento que mi voluntad se desmorona.
Podría expulsarlo por la ventana del tercer piso con un simple pulso de mi magia, pero
no tengo ganas. "¿Por qué insistes tanto?"
"Porque me temo que te estás alejando de nosotros". Se inclina y baja la voz. "Y el
Rey también. Pronto, toda la ciudad también lo sospechará, y tu posición no será segura.
Ni siquiera el Rey puede garantizar tu protección. Lo sabes.”
"Pero si haces una aparición ocasional, les demostrarás que eres un elfo oscuro a
tener en cuenta". Me mira fijamente a los ojos, buscando algo que hace tiempo que está
guardado bajo llave. "Ni siquiera necesitas hacer alarde de tu magia", continúa,
ajustando mi capa de nuevo. "Solo tienes que asistir".
Se me escapa un largo suspiro y mi mandíbula se pone a pensar. "Solo por esta vez".
Los rasgos de Carisu se iluminan al instante. "Lo Acepto".
Me muerdo el labio inferior con verdadera resignación. Ciertamente, mi primo tiene

una forma de desgastar el alma. “¿Cuándo dijiste que querías irte?”
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Capítulo 3
Amelie
Entré en el despacho de Rhakis con la cabeza gacha. No quiero mostrar ningún signo
de desafío aquí. Mi vida puede ser horrible, pero siempre puede empeorar,
especialmente en un lugar como L'amouer.
"Amelie, es un placer verte esta noche. ¿Cómo estás?”
"Muy bien, gracias. ¿Y tú?”
La mirada en los ojos del gerente insinúa una de las formas en que mi vida podría
empeorar mucho. Intercambiamos cumplidos porque eso es lo que se espera de mí, pero
sé lo que realmente quiere. Como si necesitara algo más que la mirada lujuriosa para
decirlo, deja que su bata se abra, revelando su enorme erección.
"Frustrado".
Cualquier otra chica llamada aquí lo tomaría como una señal para llevarlo al éxtasis.
Y aunque su desnudez y su mirada lujuriosa me erizan la piel, sé que nunca se atrevería
a tocarme. Soy demasiado valiosa, intacta y pura.
Soy una de las 'acciones selectas' de L'amouer. A una edad temprana, con un poco
de magia de adivinación, seleccionan a aquellos que crecerán para ser los más deseables.
Estamos aisladas del resto, y nuestro entrenamiento es un asunto muy diferente.
Mientras que a otros se les enseña cómo realizar actos carnales, a nosotros se nos
entrena en baile, música, canto y otras formas de entretenimiento para mantener
entretenidos a nuestros maestros elfos oscuros, en cualquier libertinaje que hayan
planeado para nosotros.
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El gerente emite un silbido agudo, y luego otra mujer entra en la habitación,
arrastrándose a cuatro patas como un perro. Mantengo mi rostro sereno, pero me duele
el corazón por ella. Honey no fue seleccionada como yo. No sé cuándo comienza el
entrenamiento para las demás, pero cuando la conocí, ya tenía la mirada sin vida de
alguien que suplica por la muerte, sabiendo que nunca la obtendrá.
También ignoro exactamente por qué infierno ha pasado. Yo solo sé del mio. Pero
aunque la naturaleza exacta de nuestros tormentos es diferente, odiamos este lugar y
odiamos a hombres como Rhakis con cada fibra de nuestro ser. No sé si el odio mutuo e
hirviente hacia alguien es la mejor base para una amistad, pero así es como comenzó
nuestro compañerismo.
Honey se arrastra hacia Rhakis y comienza a lamer su polla arriba y abajo antes de
dejar que la cabeza pase entre sus labios. Si bien su mueca nunca flaquea, traga saliva
mientras ella se las arregla para llevarse a la boca mucho más de lo que debería ser
posible. Estas son las cosas para las que las chicas como Honey están entrenadas. Para
ella, esto es rutinario. Y mientras ella hace sonidos entusiastas, actuando como si su polla
en su boca la llevara al éxtasis, estoy segura de que todos en la habitación saben que es
un acto.
Es algo que se espera de mí cuando me vendan, pero para mantener mi pureza, mis
lecciones nunca han sido prácticas, por así decirlo. Me han hecho verlo a menudo. He
visto suficientes mamadas para saber que la técnica de Honey es impecable, húmeda y
descuidada, pero no excesivamente. Su control de la respiración es admirable, algo que
me hace preguntarme qué tan bien lo haría tocando una flauta hecha de madera en lugar
de carne.
Me he entrenado en ilusiones y, para asegurarme de que nadie tenga la tentación

de engañarme, la mayoría las he lanzado yo misma. Son ilusiones menores, pero
aparentemente soy bastante hábil. En las ilusiones. No sé lo bien que puedo chupar
pollas. Las construcciones mágicas efímeras no sufren espasmos ni se retuercen de forma
natural cuando su corona empieza a rozar la parte posterior de tu garganta.
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Pero los elogios a los fantasmas de las felaciones hacen poco para detener la forma
en que mi estómago se revuelve ante la idea de tener que hacérselo a una persona real,
a cualquier elfo oscuro que me compre con el propósito expreso de desflorarme.
Pero incluso con la misma pericia con la que Honey le chupa la polla, los ojos de
Rhakis permanecen fijos en mí. Tendría que ser una completa tonta para no entender
que se está imaginando que soy yo de rodillas frente a él.
Honey se atraganta un poco y retrocede, pero eso simplemente no le servirá a

Rhakis. Él agarra su cabeza, forzándola más hacia abajo sobre su polla, y desde mi ángulo,
puedo distinguir la forma en que su polla hace que su garganta se expanda a medida que
empuja más y más dentro de ella.
La cara de Honey está empezando a ponerse azul. Sus ojos y nariz están llorosos, y
pienso por un momento que Rhakis realmente la va a asfixiar con su polla, ya sea porque
está demasiado ocupado mirándome para saber que Honey está sufriendo, o es el
sufrimiento lo que lo excita. Honey intenta débilmente alejarse, pero él solo la mantiene
allí.
No debo moverme. Quiero correr hacia ella. Darle una paliza, liberarla y darle aire,
pero nuestras vidas no son nuestras. Justo cuando sus ojos comienzan a desvanecerse,
Rhakis se retira, y mientras Honey jadea por respirar, rocía su semen en su cara y pechos.
Pero ni siquiera se fija en ella. Sus ojos están fijos en mí mientras se lame los labios
con hambre carnal.
"Ahora tienes veinte años. Ha llegado el momento de servir a tu propósito. Prepárate

para ser subastada".
A pesar de que sabía que este día llegaría, y estaba casi segura de que esta era la
razón por la que me llamó aquí, la palabra subasta fue como un golpe en el pecho,
expulsando el aliento de mis pulmones, haciéndome jadear.
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Tengo que encontrar una manera de escapar. ¿Pero cómo? He estado tratando de
averiguar cómo salir de este maldito lugar desde que pude formar un pensamiento
consciente, y nunca se me ha presentado nada.
"Debes prepararte para actuar para tu público".
Levanto la cabeza y lo miro, medio aturdida.
"¿Realizar qué? ¿Cómo?”
Si quieren que cante o baile, aunque sea algo lascivo, eso sería preferible a tener que
mostrar otras habilidades. Ciertamente, no me permitirían tener relaciones sexuales con
una persona real frente a una reunión de elfos oscuros, pero podrían ordenarme que
hiciera algo indecoroso con una ilusión.
De repente, Rhakis se pone de pie. Se mueve tan rápido que Honey no tiene tiempo
de moverse, y la echa fuera de su camino. Abro la boca para gritar. Con rabia o miedo,
no lo sé y no tengo tiempo ni siquiera para darme cuenta antes de que me meta algo en
la boca. Siento que arde mientras se disuelve en mi lengua.
El calor ardiente se extiende por mi garganta y por mi vientre antes de extenderse a

todo mi cuerpo. El calor comienza a tirar en algunos lugares. Alrededor de los labios,
detrás de las orejas, en el interior de las muñecas, detrás de las rodillas, pero sobre todo
en los pezones y entre las piernas.
“¿Qué me diste?” Le pregunto. Pero es una respuesta automatizada. Una pregunta

que se formó en mi mente y se dirigió a mis labios ardientes antes de que el calor
terminara de extenderse. No sé de dónde viene, solo que todo el mundo lo llama Calor
por la sensación y el efecto. Podría ser una planta o tal vez simplemente magia pura y
pervertida destilada.
Todo lo que sabemos es que actúa como mitad sedante, mitad afrodisíaco. Se utiliza
para hacer que las esclavas sexuales humanas sean más obedientes. Y eso es lo que soy,
un esclava aquí a punto de ser vendida en una subasta al mejor postor, que ni Los Trece
sabe qué hará de mí.
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Y lo peor, ahora que el Calor se ha apoderado de mí, mi mente y mi cuerpo están en
guerra. Quiero que me asquee la idea de que algún elfo oscuro use mi cuerpo para su
placer, pero mi cuerpo lo pide a gritos.
Rhakis solo me sonríe y luego llama a los guardias para que me lleven. Jadeo cuando
sus manos se apoderan de mi piel sensibilizada. Quiero luchar, pero mi cuerpo quiere
que me toquen más. Odio lo mucho que lo quiero.
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Capítulo 4
Kral Ishiraya
Inmediatamente me arrepiento de haber aceptado salir con este grupo. Me quedo

en la parte trasera de la manada de amigos demasiado ruidosos de Carisu. Son ásperos,
obscenos y vulgares. Arrugo la nariz cuando uno de ellos me empuja, mirando a través
de sus puñetazos juguetones con una expresión de aburrimiento.
No quiero nada más que irme a casa, pero siguen hablando de cómo el lugar está
lleno esta noche y lo mucho que se están divirtiendo. Se ríen de una manera que yo
nunca he podido, y por un momento, solo los observo.
La gente me ha dicho antes que es raro cuando hago eso, pero se me olvida. Me
pierdo evaluándolos, tratando de entender algo para lo que no tengo medios, cuando
Carisu se inclina hacia mí.
"Tienes que dejar de mirarlos como si fueras a asesinarlos", murmura.
"No lo haré. Me falta la pasión para hacer algo así. Tú lo sabes.” Levanto las cejas
hacia él.
"Sí, esa mirada sin emociones es lo que asusta a la gente. Solo trata de mantener tu
rostro neutral y no mirar a nadie con demasiada atención". Me da una palmada en la
espalda. "Vamos a traerte un trago y relajarte, ¿eh? Vamos a subir a la sala VIP".
Elijo no decirle que no tengo ningún interés en ir al último piso de este edificio por
el que me están arrastrando. Piso tras piso expone todo lo que L'amouer tiene para
ofrecer.
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Trago saliva para contener cuánto me desagrada avanzar por este edificio, viendo
solo recordatorios de por qué nunca había venido aquí antes. De hecho, siempre evité
este lugar porque mientras otros ven diversión, yo veo un lío con el que no quiero tener
nada que ver.
El L'amouer se jacta de su abundancia de humanos para atormentar o acostarse con

ellos, pero no tiene sentido para mí. Las horas de desenfreno no me satisfacen,
especialmente cuando puedo satisfacer mis necesidades con una elfa dispuesta.
Parece que soy el único que no obtiene ningún placer en intimidar a estos humanos,
y tengo que asumir que es por mi distancia de las emociones. No importa lo que sea, sé
que no me divertiré esta noche.
Hago una nota mental para mencionarle esto a mi hermano. Es una prueba de que
estoy haciendo un esfuerzo, aunque todo el mundo me dé un amplio margen. Creo que
pueden sentir lo diferente que soy si no me reconocen antes, y no me importa. Es mejor
que estar rozando con cuerpos desnudos que desearía no tener que tener cerca.
Retrocedo ante los humanos en los pasillos, muchos de ellos pegados a los elfos que
los usan para pasar la noche. Siempre he evitado a las criaturas desde que llegaron. Ya
tengo muchos sirvientes, y no he encontrado la necesidad de lidiar con la nueva raza que
todos han explotado.
No te equivoques. No me importa lo que hagan los demás. Eso no es asunto mío.

Simplemente me mantengo alejado de ellos, y hasta esta noche, eso ha ido bastante
bien.
Mi primo me ha metido ahora entre la muchedumbre de estos humanos, el L'amouer

está lleno de ellos. Además de eso, el olor a semen, sudor y orina satura el aire, y
mientras los demás comentan sobre las actividades disponibles para la noche que causan
estos olores, me siento mareado.
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No sé cómo no les está afectando, pero necesito aire fresco. Es lo único que me
mantiene moviéndome por los pisos a medida que crecen los hedores y el
entretenimiento se vuelve aún más retorcido.
El alivio me invade cuando llegamos al palco VIP. Está en el piso superior, y es tan
exclusivo que poca gente está aquí arriba. Los chicos están tan emocionados que no
parecen darse cuenta mientras me quedo atrás.
Los dejo entrar en la habitación mientras yo me quedo en el pasillo. El aire de aquí

no está contaminado y, por un momento, quiero limpiar mis sentidos.
Realmente ha sido una noche perdida, y vuelvo a preguntarme por qué me molesté
en salir. Sé que mi hermano nunca me obligaría a nada, pero quiero apaciguarlo.
Honestamente, pensé que a estas alturas no estaría sujeto a los estándares

tradicionales. Tener una vida social no es razonable para alguien como yo, y pensé que
otros ya lo habrían visto. Sin embargo, no parece ser así, así que me encuentro
considerando mis opciones, de si me uniré a Carisu y sus amigos o iré a casa y le enviaré
un Zagfer para decírselo.
Antes de decidirme, escucho una fuerte conmoción que viene del otro extremo del
pasillo. Mi curiosidad se despierta y me dirijo hacia el ruido de las peleas y discusiones.
Al doblar la esquina, veo a dos elfos oscuros arrastrando a una mujer humana entre
ellos. Ella se agita contra ellos, pero sus movimientos parecen débiles, incluso para un
humano. Me quedo allí preguntándome qué están haciendo con ella, ya que no huele
repugnante como los demás cuando sus ojos se levantan hacia mí.
Algo me golpea en lo más profundo de mi corazón mientras la miro, mi respiración

se atasca en mi garganta. Mi pecho se contrae y mis pies parecen estar arraigados en el
suelo.
Sus ojos son de un azul cristalino, tan helados que casi parecen translúcidos mientras
me miran. Me encuentro congelado bajo su mirada, y juro que el tiempo mismo se
detiene en su presencia.
26
Siento que todo en ella me envuelve, y ya no puedo escuchar el rugido de la gente
al otro lado de la puerta ni oler los aromas amargos del edificio. No, todo lo que puedo
ver, sentir o pensar es en ella.
Nunca había sentido algo tan abrumador como esto, y es como si mi alma se
estuviera desprendiendo de mi cuerpo mientras ella pasa a mi lado. Mi cuerpo anhela
acercarse a ella, pero no me muevo. Por un efímero instante, juro que no recuerdo cómo
hacerlo.
Me habría quedado allí toda la noche, mirándola fijamente, dejando que su mirada
me inmovilizara, si no fuera por los elfos oscuros. La arrastran alrededor de la esquina,
rompiendo nuestro contacto visual, y eso me saca de mi ensimismamiento.
Aun así, no me muevo, incluso cuando mis sentidos vuelven a aparecer. Puedo oír y
oler todo de nuevo, e incluso doy algunos pasos tambaleantes hacia adelante.
Su mirada ha dejado mi cuerpo con una extraña sensación de hormigueo y

desequilibrio, lo cual es extremadamente inusual para mí. Se me conoce por ser muy
disciplinado, pero la forma en que mi corazón late fuertemente y la adrenalina me
recorre demuestran que algo revolucionario acaba de ocurrir.
Mi mente repite la escena una y otra vez, mientras trato de encontrarle sentido. Ha
pasado tanto tiempo desde que sentí algo remotamente cercano a eso, y necesito
entender lo que sucedió.
¿Cómo logró esta humana sacar eso de mí? ¿Qué era ella?
Mi cuerpo comienza a arder con un fuego que no sé cómo domar mientras pienso
en ella, y el único pensamiento que puedo procesar es que necesito ir tras ella. No estoy
seguro de si lo que acabo de experimentar fue agradable, pero fue más que el
entumecimiento habitual al que me he acostumbrado.
Anhelo entenderlo, explorarlo más, pero he esperado demasiado. Camino por el

pasillo, pero no tengo idea de dónde han llevado a la chica.
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Parece que mis preguntas han sido respondidas mientras la sala de abajo cobra vida,
los locutores gritan. Normalmente, ignoraría tal conmoción, pero con mi cuerpo elevado
y mi cabeza en un lugar tan extraño, me encuentro corriendo hacia la puerta VIP.
No estoy seguro de por qué, pero pensé que tal vez todo ese ruido podría resolverme
algo.
28
Capítulo 5
Amelie
Pero esta vez, no es el afrodisíaco que mi amo me metió en la boca. Es un par de

hermosos ojos multifacéticos que me fijamente a través de la multitud de Zagfer. No
tuve la oportunidad de memorizar su cara antes de que me lleven a la sala de subastas.
Pero esos ojos permanecen conmigo, salpicados de oro, verde y púrpura.
No podría olvidarlos aunque lo intentara.
Eran los ojos más hermosos que he visto en mi vida. ¿Quién era?
Nuevamente, el mareo me envuelve, y tiro contra la molesta presión. Es una mano

que sujeta firmemente mi brazo, dedos largos envueltos con firmeza. Otra se aferra a mi
brazo izquierdo, como si estuvieran escoltando a un prisionero y no a la mascota preciada
del amo.
Si tan solo pudiera concentrarme, entonces tal vez podría alejarme de alguna
manera...
El pensamiento se extingue a medida que me acercan a las puertas dobles, el hedor

caliente de los elfos oscuros y el sexo se acercan. Pero el miedo va disminuyendo. No
puedo darme el lujo de tener miedo en este momento, aunque sus horribles drogas han
nublado mi cerebro.
No importa cuánto me esfuerce, su agarre permanece seguro. Soy un sauce en las

garras de una tormenta. Nada de lo que hago tiene ningún efecto sobre los Zagfers, que
se elevan fácilmente sobre mi diminuta forma. Este es el momento al que mi vida me ha
estado conduciendo.
29
Así es como me usarán.
Y de repente, me lanzan hacia adelante sobre una superficie de madera dura, el
sonido del metal golpea en un ruido cacofónico a mi alrededor.
Puedo oír a la multitud en voz baja de emoción. Otra mano se desliza alrededor de
mi brazo y me levanta. Pero esta es más suave por un pequeño margen, femenina con
uñas largas que amenazan con clavarse en mi carne. "Sé una buena chica", me susurra
alguien al oído antes de que las luces me cieguen y una ovación colectiva se levante a
nuestro alrededor.
Estoy tensa, contra una elfa oscura vestida como si fuera a un baile, su cabello oscuro
enrollado intrincadamente en un moño apretado. Su vestido es elegante, así que me
sorprende no sentir la mordedura de la tela contra mi piel desnuda.
"Patrones e ilustres invitados", comienza, sonriendo amablemente a los elfos

oscuros reunidos, de modo que podría imaginar que podría ser amigable. Es muy
hermosa para ser una elfa oscura, pero es una agente de gran maldad, y sé que ha
vendido a muchos humanos en este escenario a nuevos dueños. "Bienvenidos a Club
L'amouer."
La multitud vuelve a aplaudir.
Creo que debe ser una de las favoritas, pero me doy cuenta de que la mayoría de sus
ojos están puestos en mí, evaluándome. Un elfo oscuro con cicatrices aparece antes de
que la hembra tenga la oportunidad de comenzar la subasta. "¡Muéstranos lo que puede
hacer!"
Esa sonrisa se ensancha. "Paciencia, mis amores. Si eres el alma afortunada en ganar
este premio, puedes averiguarlo por ti mismo".
Me estremezco en su agarre. Es tan engañosamente agradable que duele. Evito las

miradas crueles del público, sintiendo ya que mis mejillas arden de anticipación.
Alrededor de mis muñecas hay grilletes que no había notado antes, que muerden mi piel
30
con electricidad fría cuando los ajusto . ¿Grilletes mágicos? ¿Realmente necesitaban ser
tan minuciosos?
“¿Empecemos la puja en, digamos, mil?”
La multitud estalla con gritos de números más altos, y el anfitrión apenas puede
seguir el ritmo, señalando con un dedo largo a cada cliente por turno, hasta que la oferta
se establece en propiedades, en lugar de dinero.
"¡Tengo un castillo de repuesto!", exclama uno.
"¡No vale más que la tira del mercader!", grita otro.
Puedo sentir la tensión desde mi lugar en el escenario. Estos nobles se enfrentarían

entre sí, si no tuvieran que fingir cortesía. Aprieto los dientes a medida que aumenta la
apuesta, incapaz de concentrarme en ninguna de sus voces mientras el mareo se apodera
de mí nuevamente. Ahora puedo sentir la droga corriendo a través de mis extremidades,
haciéndolas pesadas e inútiles.
"¡Una flota de mis mejores barcos!", ladra un noble, llamando la atención del
subastador. "¿Alguien puede superar una oferta así?"
Los clientes se conforman con la enorme suma. Una flota de naves podía hacer que
cualquier elfo oscuro ascendiera al escalón más alto de la sociedad noble.
¿Cómo podía valer tanto para ellos?
Es entonces cuando se oye una voz ronca. "Una mina de diamantes".
Puedo sentir el mordisco de las uñas de la subastadora mientras acepta la oferta, y

sigo su mirada hacia el barón Cleopold, que ya tiene dos mujeres humanas en su regazo.
Me estremezco al pensarlo.
Incluso yo sé de él. Es conocido por su crueldad y la rapidez con la que atraviesa a las
mujeres. Mis rodillas comienzan a temblar y respiro, aunque no hace nada para llevar
31
oxígeno a mi cabeza. No hay forma de que pueda escapar, si él me pone las manos
encima.
El Barón levanta sus piernas sobre un hombre humano que actúa como su escabel
para los pies, que está encadenado al suelo. Acaricia el trasero de una de sus hembras lo
suficientemente fuerte como para hacerla gemir. Puedo oír el sonido como si estuviera
allí, todo lo demás se desvanece.
Inclina la cabeza hacia mí como si tuviera curiosidad.
A la otra mujer, la arrastra más por su collar mágico, retorciéndole el pezón hasta
que grita. Ya hay moretones que oscurecen sus mejillas y costillas, solo un indicio de lo
que es capaz de hacer. Fue entonces cuando finalmente me di cuenta de que había
tenido la intención de comprarme, todo el tiempo, y había estado esperando su
momento hasta que se agotaron las otras ofertas.
Debe haber hecho un trato con mi amo.
El aire me ha abandonado como por encantamiento, y mi piel se entumece.
“¿Toda una mina de diamantes?” La subastadora parece impresionada, aunque lo

mantiene en silencio. “¿Por qué, mi querido barón, cree usted que vale tanto?”
"Tengo otras", dice con indiferencia, sus dedos se clavan en la garganta de una de
sus mujeres hasta que se corta su aliento. Me pregunto si está imitando mi propio miedo,
su mirada me clava con un regocijo no disimulado. "Un pequeño precio a pagar por ese
pequeño tesoro. Estoy ansioso por ver lo que puede hacer".
El subastador sonríe. "¿Hay otras ofertas?", pregunta a la multitud. “¿Algo para

vencer a nuestro honorable barón Cleopold?”
La habitación se queda en un silencio sepulcral.
Está claro que han encontrado un límite a mi valor, aunque sigue siendo
impresionante. Nunca había oído hablar de un valor tan alto para una sola vida humana.
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Somos desechables para ellos, meros juguetes con los que jugar hasta que nos
rompamos. Nunca esperé ver mis veinticinco años.
Y ahora, dudo que llegue a los veintiuno.
La elfa oscura está a punto de anunciar sus ganancias cuando la puerta VIP se abre
de golpe y una figura en la puerta llama la atención de todos. Es difícil para mí tragar,
sintiendo el borde de la muerte tan cerca de mi garganta, pero miro con ellos para ver
emerger a un elfo oscuro.
Es uno de los elfos oscuros más guapos que he visto en mi vida, caminando con un
elegante abrigo negro y finos detalles de seda, sin prestar atención a los otros clientes.
Hay alguien más a su lado, escabulléndose y sonriendo. No reconozco al más joven en
absoluto, pero está claro que es un miembro de la familia real. Me toma un largo
momento reconocer finalmente al intruso, pero cuando lo hago, no puedo reprimir mi
jadeo a tiempo.
¿No es ese el Archiduque?
33
Capítulo 6
Kral Ishiraya
Odio tener la razón.
Es la primera vez que siento eso, pero por una vez, determiné el resultado de la
situación con la esperanza de que estuviera equivocado. Por un lado, he encontrado a la
chica. Por otro, se encuentra en un lugar bastante inaccesible.
La conmoción continúa a medida que la chica es empujada más adelante en el

escenario, la luz ilumina su cuerpo tambaleante. Me doy cuenta de que algo anda mal
con ella desde aquí arriba.
Mantengo la cara en blanco mientras apoyo los antebrazos en el borde de los rieles,
negándome a revelar nada de lo que sucede debajo. Nunca antes había luchado por
mantener una expresión tan neutral. Por lo general, es la queja número uno sobre mí.
Sin embargo, a medida que la tensión se envuelve alrededor de mi núcleo, me resulta

cada vez más difícil mantener mi cuerpo relajado. Espero que parezca que estoy viendo
la subasta con un vago desinterés cuando, en realidad, mi corazón late con fuerza
mientras lo asimilo todo.
¿Qué me pasa? Quiero tirarme de los pelos mientras la adrenalina corre por mis
venas. Mi cuerpo está al límite y casi tengo ganas de bajar corriendo las escaleras. ¿Para
hacer qué? Ni siquiera yo estoy seguro.
No puedo comprender ninguna de las emociones que me embargan, y cuanto más

intento desenredar el lío, más confundido me siento. La forma en que mi estómago se
contrae cuando la gente comenta sobre ella no tiene sentido para mí.
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¿Por qué debería importarme lo que los demás piensen de este ser humano? No la
conozco. No sé nada de ninguno de los humanos de aquí, y siempre he tratado de
mantenerlo así.
Más que eso, ¿por qué tengo la capacidad de preocuparme? Normalmente siento
una desconexión entre yo y todo lo demás. Ni siquiera mi hermano, que sé que se
preocupa por mí, puede despertar algo dentro de mí. No es porque tenga un corazón
frío, sino por la forma en que mis emociones estaban selladas.
Si estoy sintiendo todo esto, la intriga y la tensión y los destellos de ira, ¿qué puede
significar eso? ¿Se está desvaneciendo la magia? ¿Acaso la mujer no es humana?
No me doy cuenta de que estoy conteniendo la respiración hasta que alguien se

acerca a mi lado, rompiendo mis pensamientos. "¿Qué pasa?"
Me doy vuelta y veo a Carisu mirándome con interés. Me ofrece un trago en la mano
y yo lo tomo, revolviendo el contenido. "Lo estoy asimilando todo".
"El palco VIP", dice, tomando un sorbo de su propio vaso. Él asiente como si acabara
de decir algo profundo, y yo actúo como si lo estuviera siguiendo. "Da una gran vista,
¿eh?"
Cometo el error de dejar que mis ojos vuelvan a la chica de abajo. Lo atrapa,
siguiendo mi línea de visión, y luego sonríe.
"Oh, eso es lo que llama tu atención". Levanta las cejas hacia mí y yo miro hacia otro
lado, negándome a responder.
Eso no lo disuade cuando veo que su sonrisa se profundiza en mi visión periférica.

Vuelve a mirar a la mujer en el escenario, dejando escapar un silbido bajo. "Tu hermano
dijo que no era mucho de lo tuyo, pero parece que elegiste una buena". Me da un codazo
en las costillas y, para mi sorpresa, tengo que reprimir un gruñido.
"No elegí nada". Mi voz es acerada y baja, demasiado para que sea normal.
35
Carisu no se da cuenta. Simplemente sigue adelante, sin darse cuenta de la forma en
que me está empujando. "No te culpo por estar interesado. Definitivamente ha sido
cortada de un grado más alto que cualquier humano con el que haya estado".
Dedos hace mucho olvidados se cierran alrededor de mi núcleo, y una batalla interna
arde en mi interior. Nadie más lo nota, pero, ¿cómo podrían? Esperan que no sienta
nada. Entonces, ¿por qué demonios lo hago?
Afortunadamente, un marqués interviene antes de que Carisu pueda hacer más

daño. "Ha hablado por ella".
Mi primo se vuelve hacia el elfo. “¿Cuál es el objetivo de la subasta entonces?”
El elfo se acerca sigilosamente. "Fue vendida en privado al barón Cleopold. Ya sabes

cómo le gusta hacer alarde de sus posesiones, y ella va a ser la más nueva.”
Mis ojos vuelven a la subasta que se está llevando a cabo. Los elfos están pujando
por ella, pero mirando de cerca, puedo ver la sonrisa de suficiencia en el rostro del barón.
“Te darás cuenta de que no hay muchos nobles allí esta noche” continúa el marqués.
"Todos saben que ella nunca estuvo realmente disponible. Pronto, los otros elfos oscuros
también lo harán."
Me sorprenden mis propias palabras que salen de mi boca. "¿Y si alguien lo supera?"
Mis ojos se deslizan hacia el marqués. "El barón ya ha nombrado su precio, pero hay
otros que pueden superarlo".
El marqués chasquea la lengua. “Ya sabes cómo es el barón. Toma lo que quiere y no
le gusta cuando otros se interponen en su camino. Se ha dicho que cualquiera que vaya
en su contra esta noche no solo perderá, sino que también se negará a venderles piedras
mágicas nuevamente".
Una risa áspera se abre paso por mi garganta, y Carisu parpadea sorprendido. La
sonrisa en mis labios se siente extraña mientras pregunto: “¿Quién se cree el Barón?
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¿Cómo se atreve a pensar que puede amenazar a los miembros más destacados de
nuestra sociedad, a los aristócratas más importantes que están aquí?”
"El barón Cleopold es dueño de una de las minas de piedras mágicas más grandes de
la ciudad", responde mi primo. "Abastece a muchos nobles, y si quiere bloquear a alguien
de sus piedras, lo dañaría significativamente".
Mis ojos vuelven al bastardo que sonríe felizmente debajo. No lo he visto hablar ni
una sola vez mientras se empapa de la energía en la habitación, y entre su mirada de
suficiencia y las palabras de Carisu, el calor serpentea por mi columna vertebral.
Ni siquiera me doy cuenta cuando mi mano se aprieta contra el vidrio que tengo en
la mano, y el sonido de la rotura hace que una docena de cabezas giren en mi dirección.
Vaya.
Mis ojos permanecen fijos en la escena de abajo, nadie se ha dado cuenta de mi

arrebato. Contemplo a la muchacha, que palidece visiblemente bajo la mirada del barón.
Frunzo los labios mientras observo, tratando de ignorar la forma en que mi corazón se
aprieta violentamente.
Nunca antes había sentido esta sensación sofocante, pero solo empeora cuando los
ojos del barón se cierran en la mujer. La ha fijado en su mirada, y puedo ver la forma en
que sus manos han comenzado a temblar desde aquí arriba.
Juro que apenas puedo respirar en este momento, y no debería estar sintiendo nada
de esto. Me está volviendo loco, avivando el fuego en mi vientre que debería estar
extinto para siempre.
¿Cómo está ocurriendo esto?
El momento anterior en el pasillo pasa por mi mente, y me veo obligado a

preguntarme si la forma en que me siento tiene algo que ver con ella. Es a ella a quien
mis pensamientos siguen regresando, mi mente disecciona todo lo que puedo sobre ella
en la breve interacción que tuve.
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Mi cuerpo parece procesarlo todo antes de tomar cualquier decisión, y sin darme
cuenta, me dirijo de nuevo a la puerta. Puedo oír a Carisu detrás de mí, pero lo ignoro
cuando veo una escalera empotrada en la pared.
“¿A dónde vas, primo?” Sus gritos atraviesan los gritos y la música, pero lo ignoro.
No puedo estar aquí más arriba. Siento que voy a perder la cabeza con solo ver cómo se
desarrolla la escena de abajo.
Ignorando el aire fresco que pensé que necesitaba para calmarme, bajo los escalones
que desembocan en el piso de abajo, con la sangre rugiendo en mis oídos. Ni siquiera
siento que tenga control sobre mí mismo en este momento, pero ni siquiera me importa.
Lo único en lo que puedo pensar es en la chica en el escenario, mis ojos se enfocan

en ella mientras golpeo el suelo, abriendo la puerta del palco VIP. Cuanta más distancia
acorto entre nosotros, más tranquilo me siento, y no puedo evitar zambullirme en las
multitudes que normalmente evito. Mi intriga es insaciable, y voy a dejar que me guíe
esta noche.
38
Capítulo 7
Amelie
El calor se acumula en mis mejillas. No puedo apartar la mirada.
Nadie más parece ser capaz de hacerlo tampoco, boquiabiertos ante el recién
llegado que se ha robado el show. Pero no es un recién llegado cualquiera, es el
Archiduque. Ya no tengo ninguna duda, con la forma en que los demás se han apiñado a
su alrededor, compitiendo por su atención.
Hay algo en él que calma mi corazón acelerado. No puedo decirlo, pero puedo decir
por la forma en que reacciona la multitud que no soy la única que lo siente. Tiene un aura
que atrae a los demás, su aspecto deslumbrante no hace más que aumentar su noble
apariencia. Y me pregunto, si no todos los elfos oscuros son tan malos como me han
hecho suponer.
Ignora sus disputas por la atención.
Respiro hondo, tratando de dominar el afrodisíaco en mi sistema. No sé dónde

termino yo y dónde empieza la droga. Mi cabeza se inclina peligrosamente hacia
adelante, incluso cuando el subastador me obliga a enderezarme de un tirón. “Mantén
la cabeza erguida, humana” me susurra, sin apartar los ojos del archiduque. "No nos
hagas quedar mal, brujita".
Se me escapa una pequeña risa y me atrevo a fruncir el ceño.
Pero ella no lo ve, y pierdo el interés casi tan pronto como la expresión se pone de
tono, porque viene directamente al escenario, bloqueado por el barón, que ha logrado
levantarse de la comodidad de su asiento humano. Las mujeres se han dispersado, han
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desaparecido entre los elfos oscuros que inundan al archiduque con alabanzas y
atenciones.
Incluso mi amo ha salido de sus oficinas para atenderlo. "¡Archiduque! ¿Qué te trae
a mi humilde establecimiento esta noche?”
Los labios del archiduque están fruncidos como si apenas tolerara su cariño.
He oído hablar de él de pasada. Pero incluso su retrato hace poco justicia a su

semblante suavemente esculpido. Y sus ojos son hipnotizantes, esos mismos ojos
hermosos que había visto a través de la bruma del delirio. También es el hermano del
Rey, con casi la misma autoridad que sus parientes, aunque recuerdo vagamente que no
es de los que le gustan los eventos públicos como este.
Me pregunto si habrá venido a comprarme.
Después de la alta oferta del barón, sé que sería una mejor apuesta si lo superara.
Tal vez me utilizaría, pero no está envuelto en una notoriedad escandalosa. Y tendría una
oportunidad, tal vez, de escapar.
Pero cuando su mirada se posa en mí, todos los demás pensamientos se desvanecen.
Él no es como los demás.
El aire ha salido de la habitación y apenas puedo respirar de nuevo, pero esta vez me
siento diferente, cargada de emoción y temor a la vez. La esperanza, incluso, que es un
bien escaso en L'amouer. Sus cimientos se construyeron sobre la miseria.
Aun así, siento que esa rara esperanza se hincha en mi pecho.
El barón ha perdido interés en mí por su notable invitado, que sigue compitiendo por
la atención. Todos lo hacen, tratándolo con el mayor respeto. Hay una punzada lejana en
mi corazón cuando me doy cuenta de lo diferentes que somos el uno del otro. Estos elfos
nunca se rebajarían a honrarme con ese tipo de respeto. Ni en un millón de años. Y, sin
embargo, aquí están, postrándose a sus pies para recibir una mirada o una palabra del
archiduque.
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Es entonces cuando finalmente habla. "Me gustaría hacer una oferta", pronuncia su
declaración, lo que silencia a la multitud al instante. Los ojos del Barón se entrecierran
mientras me mira, aunque ahora parece un poco preocupado, y mi corazón salta con una
extraña emoción.
La subastadora ronronea mientras habla. “¿Ah? ¿Y cuál es vuestra oferta, honorable

archiduque?”
Mira a los ojos a la elfa, que se siente incómoda bajo su singular atención. "Una mina
de diamantes es todo un tesoro, que seguramente convertirá al dueño del club en un
hombre rico en muy poco tiempo. Pero tengo las únicas autorizaciones para una mina
de Neptherium sin explotar, no muy lejos de aquí. Mis topógrafos me han asegurado que
cosechará no menos de mil libras de este raro elemento, y probablemente mucho más
que eso.”
Incluso su discurso es elocuente, lleno de un propósito que hace que incluso el barón
se ahogue con su orgullo. Me siento privilegiada de ser parte de este raro intercambio,
incluso cuando soy el sujeto de él. Ni siquiera puedo imaginar la riqueza que obtendría
su mina de piedra mágica.
Está más allá de mi humilde condición.
Contemplo la expresión boquiabierta de mi amo entre la multitud, pero es el jadeo

colectivo lo que hace que se entienda el verdadero valor de su oferta. Nadie en la sala
puede superarlo, e incluso antes de que el subastador haga la oferta, ahora me doy
cuenta de que le pertenezco.
Sube al escenario mientras el público se recupera de su conmoción, su mirada

recorre mi rostro y mi forma, aunque no es una mueca lasciva como las otras. Es tan
intenso que me sorprende no haberme quemado, pero no puedo apartar la mirada.
“Mi archiduque” dice el barón, interrumpiendo la tensión. "No es necesario que te

expongas. Retira tu apuesta, y te la regalaré gratuitamente como señal de buena
voluntad para la corona. Es lo menos que puedo hacer, y sería un honor...”
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La mano del archiduque corta el aire, silenciando sus protestas.
Su presencia es electrizante y se me ponen los pelos de punta. Esto no es real, creo,
esto no puede ser real. Pero cuando el archiduque vuelve a hablar, se me estremecen los
huesos. "La corona no requiere ningún don que no pueda obtener por mérito propio. Es
mía para comprarla".
El barón vuelve a quedarse boquiabierto, y aunque la refutación es satisfactoria, no

puedo disfrutarla. En cambio, estoy petrificada por la atención del Archiduque mientras
sube al escenario con una facilidad practicada, de pie es más alto y más formidable de lo
que parecía a la distancia.
Sofocada en su sombra, me atrevo a encontrarme con su mirada.
La multitud murmura con susurros lascivos mientras él recibe sus ganancias. Yo.
Lucho por mantenerme firme mientras el subastador habla demasiado bajo para que la
multitud lo escuche. "Es una apuesta que no podemos rechazar, honorable archiduque.
Rhakis sería un tonto si lo hiciera. Ella es tuya". Su mano se desliza de mi brazo,
dejándome sola en el bloque de subastas.
Sus palabras no parecen resonar en el Archiduque, como si estuviera demasiado

absorto en su victoria como para importarle. La tensión de los grilletes mágicos me
mantiene en mi lugar mientras mi corazón galopa salvajemente en mi pecho. Puedo
sentir su latido en mi cráneo, ya que mis instintos me dicen que huya. Ahí es cuando me
golpea un hecho terrible. Recuerdo cómo las mujeres elfas susurraban sobre él en los
pasillos, cuando pensaban que nadie estaba escuchando.
Me tiemblan las rodillas, haciendo saltar las descargas de advertencia en las esposas
de mis tobillos. Se me seca la boca. No tiene emoción, vienen las palabras de hace mucho
tiempo, un recuerdo lejano perfectamente conservado. No siente nada en absoluto. Ni
alegría ni tristeza, ni lujuria ni... misericordia.
¿Es demasiado tarde para rogarles que me lleven de vuelta?
¿Podrá el barón rescindir su derrota y subir las apuestas?

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Pero olvido que no soy más que un premio, ya ganado por el Archiduque. Y esas
mujeres elfas deben haber estado mintiendo, porque, aunque su rostro no revela nada,
hay una intensidad en sus ojos que es inconfundible. Una ráfaga salvaje de emociones
pasa detrás de su mirada blanca y candente, ninguna de las cuales puedo siquiera
comenzar a nombrar.
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Capítulo 8
Kral Ishiraya
Es asqueroso.
Todo este lugar está sucio.
Pero no he podido quitarle los ojos de encima desde que la arrastraron al escenario,
vestida con ropas raídas que no se adaptan a sus curvas lechosas. A pesar de que es
humana, se atrevió a protestar a su manera. Ahora que estoy tan cerca de ella, estoy
contento con el hecho de que no me equivoqué. Esta humana es hermosa, tanto que
hace que mi duro corazón se amotine contra la magia represiva que se ha mantenido
durante la mayor parte de mi vida.
Demasiado poderoso, llega el eco de la advertencia de nuestro padre. Hay que

sofocarlo.
Esta esclava humana, sin embargo, hace poco para calmar las emociones
abrasadoras que se agitan dentro de mí, y la magia crece, crepitando en la punta de mis
dedos. Quiero tocarla, pero no me atrevo. Ya está siendo quemada por los grilletes
mágicos que han dejado marcas alrededor de sus delicadas muñecas y tobillos. No puedo
soportarlo, giro antes de que ella vea mi mirada de lástima y chasqueo los dedos. "Ren,
recoge mis ganancias. Hemos terminado aquí".
Mi sirviente, Ren, hace lo que se le ordena sin cuestionar, aunque Carisu cae sobre
mí de inmediato, como si quisiera estrangularme antes de que Rhakis intervenga. Huele
mal, habiéndose ocupado en los cortos momentos en los que estuvo solo, pero me
detengo a mí mismo para no arrugar la nariz en su dirección.
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“Archiduque...”
“Por favor” interrumpo suavemente”. "Llámame Kral".
Carisu está a punto de estallar, pero ni siquiera él puede ignorar las reglas de una
conversación educada. Es demasiado educado para hacerlo, y esperará hasta que
termine con mis asuntos. ¿No era esto lo que quería? ¿Que yo participe en la sociedad?
Los ojos de Rhakis se desorbitan ante la oferta. “Kral, mi señor. Nos sentimos
honrados por su presencia. Sígueme y podremos comenzar la transferencia".
“De acuerdo” digo, sin que el filo de mi voz pase desapercibido para el dueño. Desde
entonces, el control sobre mis emociones se ha desplomado sobre mis rasgos, revelando
nada más que un aburrimiento silenciado. "Terminemos con eso".
Todos están sudando ante la perspectiva, pero Rhakis se maneja lo suficientemente

bien bajo la presión. "No pretendo cuestionar tu juicio, pero ¿estás seguro de que deseas
cambiar una mina de Neptherium en bruto por esa cosita? Estoy seguro de que puedo
hacer un mejor trato para la corona".
“Parece como si me estuvieras cuestionando” digo con calma. “¿Está rescindiendo

su oferta?”
"¡No!. Ella es tuya. Intacta y esperándote, cuando regreses al castillo". Rhakis se ve

un poco pálido, para ser un elfo oscuro. "Solo tenemos que transferir el título. Por favor,
ven a mi oficina y lo arreglaremos".
“No hay necesidad de que te expongas” le digo, no queriendo permanecer en este

lugar más tiempo del necesario. Me abro el chaleco y encuentro la gran cantidad de
títulos que llevo conmigo para tal ocasión, y los hojeo perezosamente hasta que
encuentro la propiedad que estoy buscando. En el momento en que saco el correcto, mi
nombre ya se está desvaneciendo del documento y su nombre se quema en la línea de
la firma. “Ya está hecho, Rhakis.”
Acepta el título con reverencia, mirándolo antes de mirarme. "Así es".
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Carisu permanece agitado a mi lado, y puedo sentir las palabras esperando a salir de
él, pero se muerde la lengua. No me preocupa una pequeña mina. Ya poseo la mitad en
el reino, y aunque Neptherium es raro, de hecho, esta mina en particular está llena de
peligros. Un asentamiento orco reside junto a ella, lo que complicará su recolección. Se
necesitaría nada menos que un pequeño ejército para asegurar la ubicación, y no me
importa si Rhakis es capaz de hacerlo.
Tengo mi premio.
"Entonces, nuestro negocio está terminado", dice Rhakis, con los ojos brillando de
codicia. “Que tengas una noche maravillosa, archiduque.”
Se inclina profundamente, pero yo ya me estoy volviendo hacia la salida. Este lugar

huele a miseria y no puedo soportarlo. Carisu no duda en intervenir mientras caminamos
con calma. “Primo” susurra, inclinándose hacia mí. "Estás cometiendo un error".
“¿Lo estoy?” pregunto airosamente, ya pensando en lo que haré con ella.
"¿Una mina de Neptherium? ¡Podrías habérmela regalado a mí en su lugar, y yo te

habría conseguido un harén de hermosas mujeres! Es demasiado. Y mira cómo Rhakis se
frota las manos. ¡Nunca escucharé el final de esto! Y ¿qué hay de tu hermano, el Rey?"
Cierro los labios, no queriendo oír una palabra más de él, pero él no entiende la
indirecta, y de todos modos continúa. "Todavía estás a tiempo de cambiar de opinión,
antes de irte de aquí. ¡Rhakis es un ladrón! Un asqueroso ladrón que te ha robado un
activo valioso...”
"No marcará la diferencia", digo mientras finalmente entramos al aire libre, donde
puedo volver a respirar. Ren nos está esperando, habiendo asegurado nuestro paquete.
"Haz que la traigan a mis aposentos sin demora, y asegúrate de que la limpien. Con
cuidado."
"No quiero que mi nueva mercancía se dañe". Lo pienso por un momento, luego
agrego: "Y que le venden los ojos. He oído que los calma".
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El sirviente asiente y se va.
Miro a mi primo, que actualmente está cuestionando mi cordura. No puede contener
su lengua, ahora que ha comenzado a moverse. "Debes pensar bien estas cosas".
"Ya he escuchado suficiente. Mi decisión está tomada".
Carisu hace una mueca. “Espero que sepas lo que haces, primo”.
Me tomo mi tiempo, me pongo algo más cómodo antes de buscar a la mujer. Al

principio, me imagino que es solo mi educación secundaria lo que me llama a no olvidar
nada, pero mientras me quedo en el baño, me doy cuenta de que me estoy demorando.
Ella es solo un ser humano. No debería pensar demasiado en esas cosas.
Con ese pensamiento, me deslizo a mi dormitorio, donde ella está sentada en la

cama. Pero ella no me ve, con una cinta de seda atada alrededor de sus ojos, aunque ya
no está atada. Y las marcas que fueron hechas por los grilletes han desaparecido. Ren
hizo bien en tenerla preparada para mí. A pesar de que mis pasos son silenciosos, ella
gira la cabeza en mi dirección.
La apruebo, la ropa andrajosa se ha ido, por algo digno de un archiduque. Una

delicada malla transparente apenas oculta sus curvas y sus suaves pechos, y está
decorada con brillantes joyas alrededor de su cuello. Está tan pálida en el suave
resplandor, que estoy hipnotizado. Respiro hondo para tranquilizarme, dándome cuenta
de que Carisu no entiende cómo un humano singular puede destruir el control
cuidadosamente cultivado de mis emociones.
47
La acepto, desde sus rodillas con hoyuelos hasta el pesado salto en su garganta. Sus
labios carnosos se abren y su respiración se acelera. De alguna manera, ella sabe que
estoy aquí, aunque sus sentidos han sido amortiguados por la venda de los ojos.
Sonrío.
Esta noche, a pesar de las protestas de los demás, he hecho lo que he querido, y me
complace más de lo que jamás pensé. No es algo a lo que esté acostumbrado. Estoy
acostumbrado a trabajar por la corona día y noche, escondido del mundo. Pero ahora,
he traído de vuelta un pedazo del mundo exterior, y el tiempo dirá si no he cometido un
grave error.
Algo en mi interior me dice que es imposible. Nada en ella indica engaño. Ha sido
una criatura preciada durante tanto tiempo que dudo que siquiera entienda que es una
cautiva. Me acerco para verla mejor, y mis pasos me traicionan.
La hembra deja escapar un tierno jadeo antes de hablar. “¿Quién es?”
48
Capítulo 9
Amelie
Ojos cerrados o abiertos, la vista es la misma. La jaula en la que me han metido

suavemente es cómoda, pero está cubierta con un paño mágico que le roba la luz. Ni
siquiera puedo ver la punta de los dedos de los pies, y mucho menos el camino hacia la
finca del archiduque, que es probablemente el destino. Los elfos parecen estar
paranoicos como algo natural, y trato de no pensar en la frecuencia con la que se ha
utilizado esta jaula.
El Calor que me dieron antes durante la subasta ha comenzado a desvanecerse, y

ahora me marea cuando la jaula se balancea de un lado a otro durante nuestro viaje. Me
aferro al suelo acolchado y me concentro en respirar hasta que finalmente se detiene.
El carruaje disminuye la velocidad.
Debemos estar cerca de la finca. El pánico apuñala mi corazón, pero lo hago a un

lado sin piedad. ¿Preferiría ir al barón?
Preferiría no ir a nadie en absoluto.
"Tráela aquí", ordena una voz ronca.
Sigo dentro de la jaula, siendo izada hacia un edificio que no puedo ver, como si fuera
algún tipo de ave mascota. La jaula se posa suavemente en el suelo con un ligero tintineo,
y soy arrastrada bruscamente por los antebrazos. Las uñas de una mujer elfa se clavan
en mi piel mientras escapo de la oscuridad de la jaula.
"Ponte de pie".
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Halos de luz resuenan en mi visión, y parpadeo rápidamente para despejarlo. El
mármol blanco reluciente brilla en la enorme habitación, y una lámpara de araña de
cristal brilla sobre nosotros. Es tanta luz después de la oscuridad total, tanta que es casi
cegadora. El suelo debe estar calefaccionado, porque mis pies descalzos están calientes
contra la baldosa pulida.
Creo que debemos estar en una gran sala de entrada, o tal vez en un salón de baile.
Hay una fuente en la esquina, donde una elfa vierte alegremente agua sobre otra, y
varios bancos acolchados en tonos brillantes de joyas.
"Fuera", ordena una mujer. Sus ojos son como los de una ave rapaz, y sus manos
arrancan mi escasa bata de mi cuerpo como garras. Arrugando la nariz con disgusto,
llama a alguien para que prepare un baño.
¿Un baño?
Esta habitación es más grandiosa que cualquier otra que haya visto en mi vida, y es
solo un baño. No es de extrañar que el archiduque pudiera permitirse gastar una suma
tan significativa por mí.
Las mujeres me arrastran al baño. Aceites fragantes llenan el aire, y es casi agradable
hasta que me doy cuenta de que tienen la intención de bañarme. Mis mejillas arden tan
furiosamente que puedo ver su reflejo rojo en la piedra pulida.
"Puedo lavarme sola". Incluso en L'amouer se me permitió esta pequeña concesión.

"Me han entrenado bien en... preparación".
La mujer resopla y se niega a soltar el jabón y el paño. "El archiduque Ishiraya es

peculiar".
La otra mujer murmura algo que no puedo oír y aparta la mirada, escarmentada por
la mirada de advertencia de su compañera de servicio. El malestar me pica a lo largo de
la columna vertebral. Me había creído salvada del barón, pero ¿y si este elfo es peor?
50
Trabajan juntas para lavar mi cabello, y son minuciosas pero no suaves. Reprimo un
grito de dolor mientras peinan con fuerza el aceite acondicionador a través de las puntas
de mi cabello una vez que terminan de limpiarlo, y lo envuelven bruscamente en la parte
superior de mi cabeza.
Una mujer me envuelve el pelo con una toalla para secar y casi suspiro por su suave
calor. La otra mujer me lava el pecho y la espalda como se haría con la ropa de una tabla
de lavar, y mis tiernos pezones gritan de dolor.
No grito, pero sus labios se tuercen cuando sus ojos se encuentran con los míos. Mi
comodidad no es la prioridad aquí. Como la mayoría de los elfos, se deleita en causarme
dolor. Me niego a darle la satisfacción de una respuesta.
"Vamos, ahora, niña. Arriba".
Me quedo inquieta en la enorme bañera y miro a cualquier cosa menos a la mujer

que se frota entre mis piernas. Hay un jarrón de flores raras que flota sobre el fregadero.
Sus dedos se enganchan dentro de mí ahora, resbaladizos de aceite. Nunca había visto
pétalos azules tan vibrantes, y me pregunto si se sienten tan suaves como parecen. Sus
dedos limpian mi otro agujero, y lágrimas calientes de humillación arden en mis ojos, sin
derramar.
El baño está hecho. Me sacan de la bañera, me secan y me empapan en aceite hasta

que mi piel brilla. Me paso el dorso del pulgar por el brazo, esperando grasa, pero solo
encuentro una piel suave y flexible.
"Qué desperdicio". La mujer elfa a cargo mira algo que brilla en los brazos del otro
sirviente. Es un tipo de tela, hermosa y transparente. La luz baila a través de los diminutos
cristales que se han tejido en ella, y es difícil apartar los ojos de ella.
Todo es tan hermoso en este lugar.
El sirviente se acerca a mí con un paño hecho con hilo invisible y sembrado de joyas
brillantes. Las mujeres trabajan en tándem para cubrirlo sobre mi cuerpo, como si fuera
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una especie de vestido, pero solo sirve para realzar mi cuerpo desnudo. Es más revelador
que cualquiera de los disfraces que he visto en L'amouer.
Es deslumbrante, literalmente. No puedo mirarme durante mucho tiempo en el

espejo sin marearme ante el juego de luces que atraviesa mi cuerpo con cada ligero
movimiento.
Mis pensamientos se aceleran. Si hay un momento para escapar, es ahora, pero ni

siquiera sé hasta dónde me han metido dentro de la finca. Honey me contó historias
sobre chicas que huyeron del club solo para ser devoradas por enormes bestias que
acechaban en el bosque o secuestradas por orcos.
¿Valdría la pena por un fugaz momento de libertad? ¿Qué tan dulce sería la alegría
de volar para un pájaro enjaulado si se lo comieran poco después?
Es demasiado tarde. Un paño oscuro me cubre los ojos y me sacan de la habitación,

por un pasillo y me llevan a otra habitación. La alfombra de felpa acuna mis pies
descalzos. No puedo ver nada, pero ya siento que esta habitación es diferente del baño.
Más íntimo.
Las mujeres se van, y yo me quedo en la habitación que huele a clavo y a algo fresco
y masculino. Los latidos de mi corazón retumban tan fuerte que puedo oírlos en mis
oídos, y mis dedos se retuercen en mi burla de un vestido.
¿Qué va a pasar ahora?
Qué pregunta tan tonta, me reprocho a mí misma. No es una cuestión de si el

Archiduque me va a utilizar. Es cómo.
He visto muchos actos depravados en el club. Honey me dijo que los elfos oscuros
aman a los humanos porque pueden hacer lo que quieran con nosotros. Las mujeres
élficas requieren cierto decoro, pero ¿los humanos?
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Si quieren ganarnos, pueden hacerlo. Si quieren darnos agua hasta que nos revienta
la vejiga, pueden hacerlo. Si quieren que lamamos el suelo después de una orgía de
veinte personas, pueden hacerlo. Somos juguetes. Nada más que juguetes.
Cautelosamente, doy paso tras paso hasta llegar a una pared. Paso los dedos por ella
con cuidado. No quiero dañar ninguna obra de arte costosa ni dar ninguna razón para el
castigo.
No es que los elfos oscuros necesiten una razón.
No tenía por qué preocuparme. Ninguna obra de arte se alinea en la pared estéril.
Solo hay una cómoda, donde el olor a clavo es más fuerte. El resto de la estantería es
austera y fría, como lo había sido el archiduque. Sin emociones, frío, impersonal.
Hermoso, sin embargo.
Nunca había visto unos ojos tan hermosos, el único indicio de que tenía emociones.
O tal vez solo estaba viendo lo que quería.
¿Qué llevaría a un hombre tan frío a gastar tanto dinero en comprarme? El

pensamiento me heló la sangre. Debe ser algo tan depravado que estaría dispuesto a
gastar una fortuna para hacerlo.
Toco el vidrio frío y me congelo. Una ventana.
¿Podría escapar? Ni siquiera estoy segura de qué tan lejos estamos de la superficie.
¿Qué daría un pájaro enjaulado aunque sea por un momento de vuelo?
Unos pasos suaves aterrizan fuera de la puerta, y escucho el crujido de la suave seda.
Mi mano se detiene un momento contra la ventana antes de dar un paso atrás hacia la
cama y sentarme, esperando lo que venga.
“¿Quién es?”
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Capítulo 10
KRAL ISHIRAYA
“Debes saber que sé qué estás ahí. Te oigo” Su garganta se mueve mientras traga
con delicadeza. "¿Eres tú el hombre que me compró?"
Su voz se traba en esa palabra, ‘comprado’, como si tropezara con un cable. La

emoción se filtra en su voz. Curiosamente, algo me tira en el pecho mientras ella alisa la
arruga en su barbilla.
Qué extraño.
Desde que era un niño, la vida se ha sentido como si viera todo a través de varias
capas de vidrio. Separado. Seguro. Casi he olvidado lo que es tener esa capa protectora
despegada. Ahora soy plenamente consciente de mi cuerpo, mientras que antes era
simplemente una consideración secundaria. Pero ahora me hormiguean las palmas de
las manos y se me acelera el corazón.
Puede que solo tenga un interés académico en ella, pero mi cuerpo la quiere con una
intensidad que me quema. Estoy tentado de abandonar mi propio dormitorio, pero la
curiosidad me mantiene quieto. ¿Qué es lo que me afecta tanto de ella?
Debe tener algo que ver con su sangre humana, creo, porque ninguna elfa oscura me
ha hecho esto antes. La fornicación no ha sido más que una consideración física para mí;
desagradable, pero necesario.
“¿Qué quieres de mí?”
No contesto.
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¿Cómo puedo? No sé. Todo lo que sé es que he gastado una fortuna por esta mujer,
y que hace que mi sangre corra caliente y lenta de una manera que me marea. Sus labios
son afelpados y carnosos, y observo fascinado cómo se muerde el labio inferior.
Sus dedos se aferran a la manta de seda mientras me acerco. Es enloquecedor lo

hermosa que es, desde el pelo hasta las yemas de los dedos de las manos y los pies, pero
he estado con elfas que se consideran igual de hermosas. La cama se hunde cuando me
siento a su lado.
Su cabello, limpio de la suciedad del club, es de seda rubia pálida, casi tan claro como
el de un miembro de la realeza. Varios mechones han caído sobre su venda en los ojos,
así que se los quito suavemente de los ojos.
Se estremece.
Entusiasmado, le paso las yemas de los dedos por los pómulos. Su piel es tan suave,
como las tiernas patas de un batlaz recién nacido. Su boca se abre al tacto, y me doy el
gusto, trazando mi pulgar contra la hinchazón de su labio inferior.
Una sacudida surge de mi mano directamente a mi ingle, y aparto mi mano. Tenía

razón. Hay algo extraño en esta mujer, algo que hace que mi pecho se agite como si
hubiera corrido varios tramos de escaleras, a pesar de que estoy en excelente forma
física.
Nunca me he sentido tan fuera de control, no desde...
“Por favor.” Su espalda se arquea, empujando sus pechos revestidos de joyas hacia
mí, y está claro que está pidiendo más.
He metido mis manos debajo de mis piernas, sentándome sobre ellas como un niño
que intenta no portarse mal. Nada es lógico y me siento a la deriva. ¿Cuántos días en la
corte he burlado a la nobleza menor por ceder a sus impulsos más bajos a pesar de la
vergüenza que les causaría más tarde? Parecían unos tontos.
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Empiezo a comprender por qué un conde puede arriesgarse a ser ridiculizado por
llevar a su sirviente a la cama, o arriesgar su vida acostándose con la esposa de una casta
superior.
Le devuelvo la mano. No tengo otra opción; Nunca he conocido una compulsión tan
urgente. El contraste de mi mano con su piel pálida es todo lo que puedo ver. Es como si
el resto del mundo se hubiera contraído y encogido en este solo toque.
“¡Vaya!”
Le acaricio el pezón con el pulgar y le levanto el pecho con la otra mano. Golpea la
tela enjoyada y se me seca la boca. Agacho la cabeza para probar, pero una pizca de
cordura me hace retroceder. Mi corazón truena fuera de control, acelerándose a medida
que llevo mi mano más y más abajo.
Su estómago salta al tocarlo y sus muslos se tensan. Parece que no hay diferencia
anatómica entre esta mujer y cualquier elfa con la que haya estado. Sus pechos son los
mismos, solo que más pálidos. Su estómago es suave, sus muslos fuertes. No hay ninguna
razón lógica para estar tan afectado por ella, pero ella abre los muslos y es como si me
hubieran golpeado físicamente.
La necesito.
Desde que mis emociones han sido selladas, toda mi vida ha sido una vida de
pensamientos. Lógica. Razón. Todo eso me ha abandonado ahora. Estoy reducido a nada
más que una ansiosa bestia en celo. Mis pantalones están apretados, mi piel está tirante,
insoportablemente.
¿Estoy enfermo? El latido de mi sangre es demasiado placentero para la enfermedad,

pero tengo calor y fiebre. Debe ser algún tipo de magia, pero nunca he oído hablar de un
humano lo suficientemente hábil como para superar un hechizo élfico. Si no descubro
cómo me ha hecho esto, podría perder la cabeza.
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"¿Por qué se siente así?" Suena tan confundida como yo, y me pregunto si es un
truco. Si es así, no tengo más remedio que caer en la trampa. La quiero tan
desesperadamente como el aire que respiro. "Yo no... Yo..."
Mis manos suben bruscamente por sus muslos, y ella se levanta para ayudarme
mientras tiro de la tela translúcida por encima de su cintura.
La vista es la más hermosa hasta ahora. Está sonrojada por mí, rosada, mojada y
deseosa, y recorro con el dedo su entrada. Es deliciosamente receptiva, como un juguete
nuevo. Sus gritos son musicales, y mi mente clínica vuelve a trabajar.
Las mujeres élficas y los humanos son muy similares, y el clítoris es igual de sensible.
Mantengo mi tacto ligero. Una caricia la hace jadear, y el círculo de mi pulgar saca un
gemido gutural que hace que mi polla se contraiga.
Quiero escucharlo de nuevo.
Esta vez, llevo mi otra mano a su pezón y varío el toque hasta que su bonita cara está
tan roja como las flores de xanthai . Su labio inferior está entre sus dientes, y presiono
ligeramente contra su boca hasta que lo suelta. Quiero tomar sus labios hinchados con
mi boca y calmarlos.
Nunca he entendido los besos y ahora todo lo que puedo hacer es mantener mis
labios alejados de ella. Cada latido de mi corazón me tensa más y más hasta que la
tensión es casi insoportable. Me acerco más a su entrada, explorando suavemente. Ella
gime, y tengo que morder mi propio brazo para no gritar. Es cálida y apretada y nunca
he querido a nadie más.
"Yo..." Su voz tartamudea y sus caderas se retuercen. “Oh...”
La magia, oscura y aterciopelada, brota de las yemas de mis dedos, y su boca se estira
en un grito silencioso.
Me muerdo el labio tan fuerte que me sale sangre.
Control.
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La magia se detiene, y miro estúpidamente mi mano, pero solo por un momento.
Ella presiona contra mi mano con un grito desesperado, y estoy perdido. Esto no debería
ser posible. No he sentido nada desde que mis emociones fueron selladas cuando era
niño, y ahora que esta mujer ha encontrado de alguna manera una grieta en mi
armadura, no tengo defensa.
Su mano viaja hasta mi pierna, arrastrándose hacia arriba, y utilizo cada pizca de mi
voluntad para sostenerla firmemente contra la cama.
Si ella me toca, podría incendiar todo el palacio con mi magia. Aprieto los dientes y
me concentro en darle placer a ella en su lugar. La acaricio y la provoco hasta que su
mano cae a su lado y se agarra a la cama como si estuviera en peligro de volar lejos.
"Por favor. Por favor, solo tómame".
Me está matando no hacerlo.
"Quiero más. Por favor, por favor, por favor."
Quiero darle todo.
Le daría mil minas de Neptherium si me las pidiera con esa voz, ronca y desesperada.
Enrosco mis dedos dentro de ella y grita.
Antes de esto, el sexo siempre había sido superficial y simple. Nunca quise pasar más
tiempo del necesario lejos de mis libros, pero ahora...
Ahora entiendo por qué Carisu pasa días en el mismo burdel. Podría pasar años entre
sus piernas y no cansarme nunca de esto.
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Capítulo 11
AMELIE
Él nunca habla, pero sé que debe ser el archiduque. Pagó tanto por mí que sería
absurdo que permitiera que alguien más me tocara así, y sus manos son tan suaves y
flexibles como imagino que serían las de un noble. Se sienten como pétalos de flores
mientras acarician la columna de mi garganta. Como labios.
Trato de mantener la respiración uniforme, pero la forma en que gira su pulgar sobre
mi pezón lo hace imposible. Mis pensamientos se quedan en blanco y siento un apretón
de respuesta en mi interior. Una espiral familiar de tensión gira en mi abdomen y entro
en pánico. Llevo mi mano a lo largo de su muslo, desesperada por hacer que se sienta
tan fuera de control como yo, pero sus dos manos mantienen las mías quietas.
Me quita la mano de la pierna y la vuelve a presionar sobre la cama. No entiendo.

Nada va como he practicado. En cierto modo, he esperado toda mi vida por esto. Me he
entrenado en cientos de técnicas para servir a los elfos oscuros. Sé cómo dar placer.
Nada me preparó para recibirlo.
Sus manos vuelven a mis pechos y me doy cuenta de lo vacía que estoy. Si se metiera
dentro de mí como una bestia en celo, podría manejarlo. Podía mantener mis caderas
quietas y mi voz bajo control, pero sus manos recorren mi cuerpo como si estuvieran
adorando, y estoy perdida.
“Por favor.”
Su respiración se entrecorta ante mi súplica, como si supiera lo que estoy pidiendo.

¿Cómo puede? Quiero tantas cosas. Quiero ser libre, y quiero vivir una vida digna, y
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quiero que sus caderas lo empujen tan fuerte dentro de mí que todo mi cuerpo tiemble
con la fuerza de sus embestidas.
"Por favor, tómame".
Sus toques ligeros, casi aéreos, me están volviendo loca. Deja una mano sobre mi
pezón, girando enloquecedoramente lento, y mete la otra entre mis piernas. Debería ser
un alivio, pero tengo que apartar mis caderas descaradamente de la cama y rechinar
contra sus dedos para encontrar alguna presión.
Ahora puedo sentir su aliento contra mi cuello, rápido y caliente. Mis caderas se
mueven por su propia voluntad, y sus dedos continúan con sus suaves caricias.
"Quiero más". Mi voz está destrozada, baja y áspera. "Por favor, por favor, por
favor."
Mis muslos tiemblan contra su mano. Odio los gemidos ansiosos y los suspiros que
escapan de mis labios, pero mi voz y mi cuerpo están más allá de mi control. Lo odio un
poco por llevarme a este punto, pero lo deseo aún más. Solo su fuerte mano en mi cadera
me impide trepar sobre él y tomarlo dentro de mí.
¿Cómo está todavía vestido?
Suplico y lloro y me estremezco ante su toque. Su aliento se acerca más, casi lo

suficiente como para besarlo, pero cuando arqueo los labios hacia él, gira la cabeza. Me
siento irrazonablemente herida por el desaire, pero luego sus dedos finalmente me
llevan a la cima de mi placer y vuelo fuera de mi mente.
Saciada, me desplomo en su cama. Las sábanas susurran contra mi piel. Mi cuerpo

se sacude cuando se levanta de la cama, y ahora debe estar listo para follarme sin
sentido. Abro las piernas sin pensarlo y trato de ignorar lo mucho que realmente quiero
esto.
Las ropas de seda crujen y me lo imagino desnudándose. Es sorprendentemente

guapo, y ojalá pudiera ver cómo se ve desnudo.
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Como si me hubiera leído la mente, unos dedos hábiles deshacen la venda de los
ojos y se me cae de la cara.
Se ha ido.
Miro por toda la ornamentada habitación, pero los únicos elfos que hay son las
mismas mujeres que me prepararon en el baño antes.
Me arden las mejillas y me golpeo las piernas en un intento de preservar una pizca
de dignidad. Trato de ignorar qué tan húmedo está el interior de mis muslos o cómo se
pegan. Ya lo han visto todo cuando entraron. No hay mucha dignidad que preservar.
“¿Estuvo aquí el archiduque?” Mi voz está ronca de tanto gritar.
La única respuesta que me dan son miradas de asco.
Está bien. Nunca esperé hacer amigos aquí. Una bandeja de comida flota desde el
pasillo y las mujeres preparan la mesita frente a la cama. Los platos por sí solos son
magníficos, un cristal que vale más que la mayoría de las casas, y la comida se ve lujosa.
Pescado fresco, verduras coloridas, un postre que es literalmente espumoso. Nunca he
soñado con comida como esta.
No puedo comer ni un bocado.
“Lo siento”. Aparto el plato. "No tengo mucho apetito".
"Es plinta". El sirviente con el ceño fruncido más grande me mira con ojos negros
brillantes. "¿Eres tonta o estás tratando de insultar a tus superiores?"
No tengo ni idea de lo que es plinta. Me cuesta dar un pequeño bocado apaciguador.
"Es muy bueno".
"Es de los oscuros mares de Pyrthos", dice. "Docenas de barcos se pierden cada
temporada, tratando de atrapar solo uno debajo del volcán".
"¿Por qué arriesgarían sus barcos enteros por un solo pez?"
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Me estudia como si fuera un estudiante muy lento. "Los peces valen más que
cualquier barco".
Le doy otro mordisco. El pescado sabe excelente, pero también lo hacen las verduras
e incluso el agua. Han sido infundidos con magia, creo, porque mi cuerpo se siente más
fuerte con cada bocado.
Estoy tan confundida.
He preparado mi vida pensando en alguien como el barón. Sabía que mi futuro

estaría en manos de alguien que me usaría para su propio placer y me lastimaría con el
mismo propósito. Nunca había logrado resignarme a ello, pero había entendido lo que
me esperaba.
Esto no tiene sentido.
Mis pensamientos se enredan y tropiezan unos con otros mientras revivo su toque.
¿Por qué me tocaría así y no pediría nada a cambio? ¿Por qué estoy comiendo una
comida digna de un miembro de la realeza?
Cualquiera estaría encantada de ser tratada así, pero debe ser algún truco. Tal vez
sea parte de sus juegos mentales, así que me desmoralizaré por completo cuando el
Archiduque revele que es como cualquier otro elfo oscuro con el que me he encontrado,
y probablemente incluso peor.
"¿Te gustaría más agua?" A la mujer le duele preguntarme, pero aún me sirve. ¿Por
qué? Nunca he visto a otro humano con sirvientes, y mucho menos con sirvientes elfos.
La indignidad es casi más de lo que puede soportar, y sin embargo lo soporta.
¿Por qué el archiduque le exigiría esto?
Me hormiguean los brazos mientras un frío escalofrío de miedo me recorre la

espalda. Me había hecho perder el control antes. Me había hecho rogar por él, y si
entrara por la puerta en este momento, no creo que lo deseara menos.
¿Por qué tiene tanto poder sobre mí?

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¿Y por qué me trata así?
Nunca he conocido a los elfos oscuros como amables, y todavía no he conocido a un
ser más cruel. El Barón es la regla, no la excepción. ¿Cuánto más horrible sería servir a
un elfo como un reposapiés humano una vez que le he suplicado, sinceramente, que me
tome como a una bestia?
Trago un nudo en mi garganta junto con un bocado de pescado. Si hubiera sido cruel
desde el principio, lo habría soportado bien. Pero ahora mi cuerpo es un tumulto de
emociones contradictorias, con miedo, odio y deseo entrelazándose hasta que pueda
volverme loca.
No puedo aguantar mucho más de esto.
¿Cuántas noches más de silencio y emocionantes caricias en la oscuridad quedan

antes de que el Archiduque muestre su verdadero yo?
¿Puedo escapar antes que él?
63
Capítulo 12
KRAL ISHIRAYA
He oído que las duchas frías ayudan con estos impulsos. No recuerdo dónde. No es
algo con lo que haya tenido que lidiar antes, pero ahora necesito descubrir cómo tener
esto bajo control. Para recuperar el control sobre mí mismo. Por los Trece, no puedo
entender cómo lidiar con esto.
Estoy seguro de que mis deseos no son más intensos que los de un elfo promedio,
pero no tengo experiencia en qué apoyarme. Un joven que crece, por intensas que
puedan parecer estas urgencias, al menos tiene la oportunidad de experimentar el
aumento y adaptarse con el tiempo.
Puede sentirse muy repentino, pero no lo es. Sin embargo, estoy experimentando
una diferencia instantánea de la noche a la mañana, y no tengo idea de lo que se supone
que debo hacer. Es como si todo mi mundo se hubiera vuelto del revés en un abrir y
cerrar de ojos.
Me estremezco al pasar bajo el rocío frío.
Desde que sellaron mis emociones, he sido un marginado, pero no he podido

preocuparme por ello. Esto me ha dado una perspectiva única. Observar a la gente luchar
con estos deseos los ha hecho parecer... vulnerables. Puede que todavía no alcance a
sentir empatía, pero ahora comprendo lo intensos que pueden ser estos sentimientos.
Miro hacia abajo y veo mi miembro, erguido frente a mí. Aunque no tengo los
sentimientos lujuriosos que otros tienen, tengo experiencia en el sexo para satisfacer
estas necesidades. Es una reacción biológica simple, y así lo trato.
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Cuando ocurren erecciones, normalmente las ignoro hasta que desaparecen o llamo
a una elfa para que me ayude a resolverlo rápidamente.
Pero ahora todo es diferente. Siento un deseo persistente y palpitante. Mi corazón

late tan rápido como si hubiera corrido millas, pero en realidad estoy de pie bajo el
chorro de agua fría. Parece que el truco de la ducha fría no funciona, porque esta
necesidad ardiente sigue presente.
Estoy tan excitado que casi duele. Mi cuerpo nunca había reaccionado de esta
manera antes. Esta erección persistente e involuntaria que se niega a desaparecer es
algo nuevo para mí. Es molesto y perturbador. Y mi mente... ni siquiera sé por dónde
empezar con mis pensamientos. Estos sentimientos y pensamientos son nuevos para mí.
Esto es preocupante, porque sé lo que podría significar si mis emociones se descontrolan.
Tengo que mantener mis emociones bajo control para mantener mi magia bajo
control. Sería demasiado fácil lastimar a alguien.
Lo único que deseo en este momento es tener a Amelie. Poseerla. Antes, no me

costaba contenerme. Nunca antes había sido un problema en todos mis largos años, y
esto es extremadamente incómodo.
Pero ella es solo una mujer humana. Aparentemente, no hay nada especial en ella
que justifique que despierte estos sentimientos en mí que han estado dormidos desde
mi infancia.
No. Eso no está bien. Mis sentimientos en general han sido guardados, pero las
emociones y los impulsos con los que estoy luchando ahora están lejos de ser infantiles.
Soy más que consciente de que muchos elfos oscuros se han follado a los humanos.
Pero sus motivaciones han sido muy bajas. Perseguir el placer, incluso si ese placer se
deriva del dolor de los demás. Nunca me he sentido atraído por el sadismo. Nunca ha
llegado al mínimo de necesidad biológica desapasionada que sentí y que me impulsó a
experimentar con el sexo.
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Y soy un archiduque, así que me mantengo en estándares más altos que eso. Tengo
que predicar con el ejemplo. Sí, los humanos son criaturas humildes, pero hay mejores
cosas que un hombre de mi estatus puede hacer con su tiempo que tratar de dañar a un
humano simplemente por diversión.
No sé si me sentiría así si la diversión no fuera un concepto tan extraño para mí. Sin
embargo, me gusta pensar que al menos intentaría ser una persona decente sin crueldad
innecesaria si hubiera sido capaz de encontrar la emoción. Pero fui cruel con ella. Tal vez
no de la forma en que muchos elfos oscuros son crueles con los humanos. Pero lo que
hice fue una especie de tortura, y lo sabía, incluso mientras lo hacía.
Se sentía... Es bueno hacerla retorcerse así, hacerla gemir, suplicar, retorcerse. Todo.
¿Por qué a ella, y por qué le había hecho esas cosas? Las preguntas siguen dando vueltas
en mi mente.
Cuando se trata de una respuesta sexual, las mujeres elfas oscuras y los humanos
son prácticamente iguales. No aprendí nada nuevo sobre la mecánica física de las
reacciones sexuales femeninas mientras jugaba con ella, pero lo hice de todos modos.
Y me gustó.
Me estremezco cuando mi mano, casi espontáneamente, se envuelve alrededor de

mi pene. Incluso antes, no era que el sexo no fuera placentero, pero no era más
satisfactorio que una comida caliente en un día frío. En este momento, esto se siente tan
bien y quiero más. Deseo la sensación ahora. Soy medio torpe tratando de encontrar un
ritmo que me haga sentir bien. Nunca antes me había tocado así. No he tenido la
necesidad de hacerlo.
Pero ahora lo hago. Imagino en mi mente con casi perfecta claridad las cosas que le
hice. Y las cosas que me gustaría hacerle, como tomar mi polla dura y golpearla en su
apretado coño y escuchar los sonidos que hace. ¿Serían sonidos de placer o de dolor? No
estoy seguro de cuál me complacería más, ya que nunca antes había estado realmente
complacido.
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Después de que el agua fría no tuvo ningún efecto, manipulo la magia hasta que el
agua se calienta y sigo acariciando mi miembro hasta sentir que se avecina un orgasmo.
Antes, cuando tenía un orgasmo, no había sensación de anticipación, solo la presión que
se acumulaba. Pero esta vez, quiero que la sensación me invada. Pero tan pronto como
ocurre y rocío la pared de la ducha con mi liberación, siento inmediatamente...
remordimiento.
No es solo conflicto, es remordimiento. Termino de ducharme y luego intento usar

mi magia para limpiar el desastre que he causado. Sí, hay sirvientes para eso, pero esta
evidencia de mi falta de autocontrol podría ser peligrosa. Mi magia chispea y se apaga
cuando intento que limpie la pared embaldosada. Vuelvo a algunas de las lecciones que
tuve antes de que mis emociones fueran selladas. Tengo que enfocar mi atención y
doblegar la energía a mi voluntad. Respiro hondo y saco de la fuente de poder que el
Impostor ha concedido a mi clan. Apropiado, al parecer, ya que uso energías arcanas
para hacer que parezca que todavía tengo control sobre mí mismo.
Mi vergüenza se convierte en ceniza y se va por el desagüe. Me seco y luego me visto

con sencillas batas de casa. Estoy demasiado cansado para esforzarme mucho más. Me
miro por última vez en el espejo. No parezco un hombre a punto de perder el control.
Tiene que haber algo más que pueda hacer para contenerme. Miro mi reflejo,
concentrándome en esas lecciones pasadas.
"Soy el dueño de mi voluntad. Mi voluntad es la maestra de la magia. Yo soy el que

tiene el control de la magia. No flaquearé".
Repito media docena de otros mantras en mi reflexión hasta que siento que mi
serenidad familiar regresa a mí. Me pongo de pie, y justo cuando abro la puerta, veo a
Grymlok de pie, con el puño en alto como si se estuviera preparando para llamar.
"Hola, hermano", dice con una sonrisa, pero puedo ver cómo no llega a sus ojos, y
nubes de tormenta de preocupación colorean su expresión. "Creo que deberíamos
hablar".
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Capítulo 13
KRAL ISHIRAYA
“¿Por qué No vamos a mi oficina?" Sugiero.
Grymlok asiente con la cabeza y me sigue, y me siento detrás de mi escritorio, con

los dedos extendidos frente a mí sobre la superficie de madera desgastada.
“¿Qué es lo que quieres discutir?” Le pregunto una vez que está cómodamente
sentado al otro lado de mi escritorio.
"Tengo algunas..." Mi hermano hace una pausa y respira hondo como si buscara la
palabra adecuada. "... preocupaciones sobre ti. Compraste a la chica de L'amouer.”
"Sí. ¿Y?”
"Eso parece fuera de lugar".
"Sin faltarte el respeto, pero ¿por qué estás perdiendo el tiempo con esto?
Ciertamente, no es un asunto del que deba preocuparse un rey. Además, me has estado
animando a salir y socializar con los otros elfos oscuros. ¿No es eso lo que hacen los elfos
oscuros ociosamente ricos? ¿Comprar humanos para divertirse?"
"Kral, tú no te diviertes".
“Es cierto” digo, esforzándome por no pensar en lo divertido que era hacer que
Amelie se retorciera. "Pero si voy a ser parte de la alta sociedad, ¿no es hora de que le
siga el juego?"
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Grymlok suspira. "No es que no quiera que hagas eso, pero parece que te sumergiste
en lo más profundo y las cosas se complicaron".
“¿Cómo es eso?”
"Carisu habló conmigo. También está preocupado. Dice que te dijo que ya habían
hablado por la mujer. La subasta era todo para aparentar. El barón Cleopold ya había
reclamado a la muchacha. ¿Qué tiene de especial que te arriesgues a molestar a un barón
con muchos recursos si le quitas la moza de la cama?”
Aprieto el puño mientras trato de reprimir el creciente impulso de golpear a mi

hermano y a mi rey. ¿Qué me pasa? ¿Por qué debería importar lo que Grymlok piense
de Amelie? Al fin y al cabo, eso es lo que es. Una moza de cama. Era para lo que había
sido entrenada. ¿No era por eso que el barón Cleopold la quería? ¿No es lo que quiero
de ella?
"Nada. Solo pensé que el barón necesitaba saber que no puede manipular todo
detrás de escena y esperar salirse con la suya", miento. No tengo el hábito de mentir,
pero ser conocido por una completa falta de inflexión emocional me convierte en un
buen mentiroso.
Mi cara es de piedra cuando mi hermano me mira.
"Esa podría ser una buena lección para que él aprenda, pero hermano, no estoy
seguro de que seas tú quien debería enseñarla. Las cosas son tenues en este momento".
“¿Pero no lo son siempre?”
“Es cierto, pero no sueles ser tú quien agite las cosas.”
"Una vez más, eres tú quien quería que socializara. ¿Te arrepientes de eso? ¿Debería
parar?"
Se pellizca el puente de la nariz mientras mira al suelo, una de las señales reveladoras
de que está molesto conmigo. Mi hermano siempre ha sido paciente, pero la paciencia
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tiene sus límites, y puede que yo me esté acercando. Empiezo a preguntarme si tengo
que informarle sobre mis emociones caóticas.
Pero mantengo la boca cerrada. No importa cuán irritante sea esta conversación,
todavía no sé lo suficiente como para explicar lo que me está pasando.
La irritación es otra emoción que no he experimentado en años. No me gusta. Sé, a

nivel intelectual, que dada la información que tiene mi hermano, está actuando
racionalmente. Pero él no sabe lo que Amelie despertó en mí, ni creo que quiera saber
lo cerca que he estado de llevarla a la cama.
Mi hermano me mira y me dice: "No quiero que dejes de tratar de mezclarte. Es

importante, pero es extraño qué elijas esto".
Puedo sentir la energía nerviosa burbujeando dentro de mí, amenazando con atraer
magia con ella. Necesito moverme.
"¿Por qué no continuamos esta discusión afuera? Pasas demasiado tiempo adentro.
Un reino necesita que su rey goce de buena salud".
Grymlok me estudia con una expresión que le he visto usar antes cuando ha estado
en las reuniones del consejo, y ha estado tratando de calibrar si alguien se está
preparando o no para apuñalarlo por la espalda, pero sacude la cabeza como para
desalojar el pensamiento de que busco traicionarlo.
"Claro. Me vendría bien el aire fresco". Se pone de pie y salimos de mi oficina.

"Hablando de salud, tal vez deberíamos hacer que te reúnas con uno de los sumos
sacerdotes o al menos con un curandero, solo para asegurarnos de que estás bien".
"Te lo prometo, hermano. Estoy bien. Puede que haya sido demasiado duro en mi
lección con el barón, pero todavía estoy aprendiendo cómo funciona esta dinámica de
intriga de la corte. Estoy obligado a cometer algunos errores".
Caminamos un momento por los jardines. El silencio que solía parecer tan fácil ahora
se siente pesado entre nosotros. Después de una corta distancia, dice: "¿Tuviste que
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renunciar a una mina de Neptherium solo para darle a un barón una lección de
manipulación de la corte, especialmente cuando es el que tiene el mayor suministro?"
"No hay necesidad de preocuparse por la mina. No es ni de lejos tan impresionante

como suena. De hecho, nos hice un favor al deshacerme de ella. Hay un asentamiento
de orcos en la zona que ha dificultado incluso completar un estudio. Si alguien quisiera
desarrollar la mina, tendría que lidiar con los orcos. Y una vez hecho eso, aún tendría que
enfrentarse a los monstruos que habitan en las cuevas allí. En realidad, toda la operación
no habría valido el esfuerzo que tomaría desarrollarla."
“Enseñé al Barón una lección y me deshice de una propiedad problemática de un

solo golpe. Puede que haya subestimado tu astucia, hermano. Pareces mucho más
adecuado para la vida en la corte de lo que pensaba. Tal vez debería darte más proyectos
que gestionar.”
“Creo que si fuera una persona diferente, este sería el punto de la conversación en
el que reiría y trataría de menospreciarme a mí mismo. Pero en realidad, prefiero ver
cómo se desarrolla esto antes de intentar idear un brillante movimiento para socavar a
nuestros rivales.”
"¿Qué pasa con la construcción de nuestras alianzas?", se pregunta.
Levanto una ceja hacia él.
“¿A qué te refieres?”
"Nuestro reino vive y muere por las alianzas que tenemos. Aunque se sabe que no
vas a ser una pareja amorosa para ninguna de las mujeres de las otras casas, sigues
siendo el hermano del rey. Podrías cimentar un vínculo familiar para hacernos más
fuertes".
Hablando con Grymlok, casi había vuelto a un estado de serenidad. Pero la idea del
matrimonio hace que se me retuerzan las tripas, pero no digo nada y dejo que mi
hermano continúe.
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"La Casa Zenvrath no tiene mucha posición en la corte, pero controlan ricas tierras
de cultivo y tienen innumerables esclavos humanos. Tainva Zenvrath es la hija mayor. No
es que te importe mucho, pero es muy atractiva y por las discusiones con su padre, muy
devota de su casa”.
"He oído hablar de Tainva y he visto un retrato suyo”. Parecía tolerable. Si mi

hermano hubiera mencionado esto hace una semana, no me habría emocionado pero
habría aceptado el plan. Bueno, no me habría emocionado por ningún casamiento, pero
al menos la idea no me habría apretado la garganta o hecho sentir que de repente estoy
siendo atrapado.
Pero las cosas eran diferentes para mí ahora. En lugar de ser solo una obligación,
esto se siente demasiado restrictivo. Estar unido a Tainva se siente mal, una traición a
algo en mí que solo estoy empezando a entender.
"Estoy seguro de que después de un heredero y un suplente, ni siquiera tendrías que

pasar tanto tiempo con ella", continúa Grymlok, ajeno al hecho de que ha lanzado mi
mundo al caos completo."
Si lo hiciera, ¿qué sería de Amelie? La siguiente pregunta que me viene a la mente

es, ¿por qué debería importarme? ¿Por qué me importa? ¿Qué es lo que me pasa en el
nombre del Engañador?
"Entonces, hermano, ¿qué piensas?" pregunta Grymlok.
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Capítulo 14
AMELIE
“Buenos días", le digo al sirviente que me deja la bandeja del desayuno. Su única
respuesta es un gruñido un poco hosco antes de darse la vuelta para irse. Es la mejor
respuesta que he obtenido de cualquiera de ellos hasta ahora. Tal vez me los estoy
ganando.
No he visto al Archiduque en absoluto desde la noche en que me insinuó lo que

pensé que eran promesas futuras. Lo cual, antes, habría considerado una bendición. Si
él no está allí, entonces no tengo que preocuparme por ser utilizada o abusada por él.
Pero desde que me tocó, ha sido difícil quitarse de encima el deseo de más. Es decir,
si es él quien me tocó. Tenía los ojos vendados, así que no tengo ninguna garantía de que
fuera él, pero quién más podría haber sido. Soy suya, después de todo, y nadie más se
atrevería a jugar con sus posesiones, ¿verdad?
A menos, por supuesto, que me estuviera pasando a un amigo o algo así. ¿Va a ser
ese mi propósito? ¿Entretenimiento para invitados especiales? Odio no saber, y no es
como si hubiera alguien a quien realmente pudiera preguntar. Es como si fuera un
fantasma por toda la interacción que recibo del personal de la casa. Me traen la comida
a tiempo, pero no hay nada que se parezca a una conversación. Mis preguntas quedan
sin respuesta, e incluso mis intentos de cortesías no son reconocidos.
La única respuesta que recibo es un firme "No", cuando pregunto si puedo salir de
mi habitación.
No es que quiera agradarles, pero por alguna razón, su indiferencia todavía duele. Al
menos puedo consolarme con el hecho de que no es una crueldad dura.
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No tengo nada que hacer con mi tiempo. Un día se desangra en el siguiente. Si no
fuera por los horarios de las comidas, podría haber perdido la cuenta, pero sé que han
pasado tres desayunos desde mi cita con los ojos vendados.
Paso la mayor parte de mis días probándome la ropa apenas visible que me han dado
y mirando por la ventana. Sin mucho más que ocupar mi mente, no puedo evitar caer en
el deseo que estaba firme en mi mente antes de que se despertaran más necesidades
carnales: la libertad.
No me propuse planear una ruta de escape, pero mientras observo las idas y venidas
de los elfos oscuros fuera de mi ventana, me doy cuenta de los lugares en la calle con
esquinas ciegas o donde la gente se reúne y no lo hace. Empiezan a surgir patrones. La
gente de la ciudad parece tener una vida muy regular y reglamentada.
Por la noche, muchos de ellos simplemente se dirigen a sus casas, y hay partes
enteras del castillo que parecen casi completamente desiertas. Hay guardias que
patrullan las zonas, pero recorren un circuito muy preciso, y si cuento de forma
constante, puedo cronometrar cuando llegan a ciertos puntos. Si tuviera inclinaciones
criminales y supiera cómo forzar una cerradura, probablemente podría robar tantos
suministros, tal vez incluso causar estragos.
Desafortunadamente, la apertura de cerraduras o la magia destructiva no estaban

entre las lecciones que aprendí en L'amouer. Pero sí veo dónde, con el tiempo adecuado,
podría tener un camino ininterrumpido hacia el muro, y tal vez podría deslizarme a través
de una de las puertas menos transitadas. O tal vez sería más fácil mezclarse con la
multitud. De cualquier manera, eso me llevaría afuera al bosque. Y desde esos bosques,
podía seguir el río e ir a casi cualquier parte, incluso a las montañas más allá, si me
sentiría valiente.
Si bien las sirvientas elfas no tienen nada que decirme, mi condición de fantasma
significa que tengo mucho tiempo para escuchar sus conversaciones. Hablan con miedo
de los monstruos que viven en las montañas. Pero podría valer la pena el riesgo.
74
Cuando llega la noche de nuevo, pego la oreja a la puerta del dormitorio. Al igual que
en el exterior, los guardias del interior son muy predecibles. Cuando escucho la primera
patrulla nocturna a la vuelta de la esquina, abro un poco la puerta de mi habitación y me
asomo al pasillo.
Tal y como sospechaba. Está vacío.
Si tengo cuidado, creo que al menos puedo explorar un poco la casa. Tal vez, si
entiendo el diseño de mi opulenta prisión, pueda formular un plan de escape.
No estoy del todo segura de lo que haré si me pillan escabulléndome, pero no puedo
esperar para siempre. Tengo que hacer algo. El tiempo de las patrullas de guardia parece
ser tan preciso que con solo meterme en una alcoba y dejar pasar a un guardia, puedo
tener unos momentos ininterrumpidos para escuchar las puertas y mirar por las
esquinas.
Encuentro una puerta que ha sido dejada abierta solo un poco y miro dentro para
encontrar una habitación con un gran escritorio y varias estanterías de libros. Es
demasiado pequeña para ser la biblioteca del castillo, ¿pero tal vez es el estudio de
alguien? ¿Quizás incluso del Archiduque? Esto podría serlo. Alguien debe haber olvidado
cerrar con llave. Debe de haber algo allí que pueda utilizar.
Abro la puerta lo suficiente como para que pueda entrar y luego la cierro solo lo que
estaba cerrada antes. Quiero asegurarme de que todo se vea exactamente como lo dejó
cuando vuelva a pasar el guardia de estos pasillos.
Metiéndome adentro, empiezo a buscar algo que pueda ayudarme a descubrir cómo
escapar. Planos del castillo o un mapa de la campiña circundante. Algo que me dé un
poco de orientación.
Miro cuidadosamente las pilas de papeles que hay sobre el escritorio. Se trata
principalmente de acuerdos de tierras y trabajo de tratados. El Archiduque ha firmado
cada uno de ellos, así que este debe ser su estudio. Algunos de los acuerdos comerciales
tienen mapas, pero no están dibujados con el detalle que necesito. La cantidad de
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faisanes que habitan en un tramo particular de llanuras no es muy relevante para formar
un plan de escape.
Cuando termino de mirar a través de una pila, me aseguro de volver a colocarla en

la posición exacta en la que la encontré. No quiero que nada esté fuera de lugar cuando
alguien entre. Hay libros en las estanterías, pero la mayoría de ellos parecen ser libros
de historia o filosofía. Nada útil.
Por un breve momento, me inunda la esperanza cuando encuentro una estantería

llena de pergaminos de mapas, pero ninguno de ellos parece ser relevante para el castillo
en sí o el área circundante. Son solo más mapas comerciales con notas detalladas sobre
las rutas de envío y los números de contrato. Dejé escapar un suspiro de frustración.
Empiezo a probar los cajones para ver cuáles están cerrados y cuáles no.
No sé si uno de los cajones cerrados contiene un mapa con una bonita ruta de escape
dibujada para mí, pero por lo que puedo decir, solo serían más cosas relacionadas con
los deberes cortesanos o los impuestos recaudados por el reino. Al principio, pensé que
era un error de alguien lo que significaba que esta habitación estaba abierta, pero incluso
los tratados que quedan aquí no contienen nada que incluso un espía de otra casa pueda
encontrar útil. Todo son detalles aburridos del día a día.
El lugar parece un poco más polvoriento que las otras partes del castillo. Tal vez los
sirvientes saben que no deben entrar, o le tienen miedo al Archiduque.
Abro otro cajón. Este tiene una colección de objetos variados, la mayoría de los
cuales no puedo entender para qué sirven. Pero es, con mucho, lo más interesante que
he encontrado hasta ahora. Me tomo mi tiempo, dando vuelta a cada abalorio, tratando
de ver si tiene alguna runa o activador o algo que revele su propósito, pero por lo que
sé, podría haber encontrado simplemente el cajón de objetos inservibles del Archiduque
o una colección de rocas de cuando era joven.
Entonces escucho pasos pesados que vienen por el pasillo en esta dirección. Vuelvo
a poner la pequeña piedra azul que acabo de recoger en el cajón y la cierro suavemente
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antes de escanear rápidamente la habitación. Me agacho detrás de la estantería llena de
pergaminos de mapas y contengo la respiración.
77
Capítulo 15
KRAL ISHIRAYA
“¿Y eso es lo último?” Dice Thagluss mientras termina de firmar el contrato que
acabo de redactar.
"Sí, lo es. Gracias por su continua lealtad a la Casa Ishiraya."
"Su gente ha sido buena con nosotros. No veo ninguna razón para desviarse". El Rey
Mercader se ríe. "Especialmente ahora que tenemos un contrato de diez años, y tendrías
mis pulgares si lo hago".
Thagluss Geildren se viste como un noble, pero es K'sheng, la casta de los

mercaderes. Da la casualidad de que prácticamente dirige casi todos los acuerdos
comerciales en este hemisferio y no pocos en el otro.
Ha sido un día intenso de negociaciones, apuntalando algunos acuerdos comerciales

exclusivos que obtenemos a cambio de proteger sus caravanas a medida que pasan por
algunas de las partes más inhóspitas de nuestra tierra. He estado tan ocupado los últimos
días que no he estado en casa. Más exactamente, me he ocupado demasiado para ir a
casa. Nuestros contratos no iban a expirar hasta dentro de un año, pero necesitaba la
distracción y también podía hacer algo que fuera útil.
Mientras no me detenga demasiado en el por qué, mi mente ha estado mucho más

clara. Pero una vez que empiezo a pensar en ello, empiezo a entrar en la espiral. Las
razones son dos. Mi hermano todavía está esperando una respuesta sobre un vínculo
formal entre Tainva Zenvrath y yo.
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No sé qué decirle. Y eso se debe al problema de raíz, la razón principal por la que he
evitado ir a casa. Amelie. Solo quiero olvidar estos sentimientos e impulsos que ella
despierta en mí. Es demasiado para soportar. La forma en que se ve y huele me hace algo
sobre lo que todavía no tengo control.
Tal vez fue una tontería descartar la sugerencia de mi hermano de ver a un sumo
sacerdote o a alguien. Tal vez el vínculo con mis emociones necesite un ajuste. Podría
haberle dicho algo, y entonces esto se acabaría, pero cada vez que he intentado dar voz
a esta idea, algo me ha hecho parar.
Sin emoción, la razón ha sido la fuerza que ha guiado mi vida, pero no veo ninguna
razón para no decirle a mi hermano lo que está pasando, y sin embargo lo mantengo
ignorante de los cambios que ocurren dentro de mí. Aunque tal vez sea lo mejor. Es
demasiado pronto para sacar conclusiones precipitadas. He estado evitando a Amelie
desde la noche en que la hice rogar por más.
Pero nunca tuve mi propia liberación. Tal vez eso sea todo lo que necesito. ¿Podría
ser la cura el veneno mismo? ¿Solo necesito follar despiadadamente a esta mujer y sacar
lo que sea de mi sistema? Podría ser solo la novedad de ella. Ella es nueva, y lo nuevo es
emocionante, al menos para otras personas.
Fue la curiosidad lo que me impulsó a intentar tener sexo con elfas oscuras y, desde
entonces, la idea no tiene por qué atormentar mi mente. Lo uso como medicina para
aliviar mi dolor de vez en cuando, pero ya no pierdo el tiempo pensando en ello.
Tal vez una vez que mi curiosidad esté saciada sobre lo que es follar con Amelie, una
humana, entonces mi mente estará más clara y podré concentrarme en el trabajo real
que necesito hacer en lugar de inventar tareas para mantenerme alejado.
Mi viaje a casa transcurre sin incidentes. Cuando regrese, necesito asegurarme de

documentar adecuadamente los términos de nuestro acuerdo y enviar cartas a las partes
interesadas para que no rompan el contrato inadvertidamente. Es algo que no es
necesario hacer de inmediato, dado que pasará un tiempo antes de que el nuevo
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contrato entre en vigor, pero me digo a mí mismo que es mejor hacerlo ahora en lugar
de esperar.
Entro en mi estudio y me siento en mi escritorio. Algo se siente mal. O más apagado.

Todo ha sido torcido por Amelie, pero todo eso es interno. Su impacto físico en el castillo
ha sido mínimo y, sin embargo, incluso en este espacio privado en el que tan pocos
entran, es casi como si pudiera sentir la forma en que su presencia ha cambiado las cosas.
Escudriño la habitación en busca de algo fuera de lugar, pero nada parece estar fuera de
orden.
Tendré que mirar a mi alrededor. Pero primero, tendré que archivar el mapa
comercial. Busco el cilindro de cuero duro de mi mochila cuando oigo que llaman a la
puerta.
Mi mandíbula se aprieta mientras camino hacia la puerta y la abro. Allí está uno de
los mayordomos de la casa.
"Su Excelencia, me alegra ver que llegó a casa sano y salvo. ¿Tuvieron éxito las
negociaciones?”
“Sí, lo tuvieron, pero desde luego no habrías hecho todo lo posible solo por las
bromas” digo, tratando de mantener la irritación de mi voz. "¿Qué es lo que requiere
que me interrumpas?"
"Mis más sinceras disculpas. El rey quería que estuvieras informado de las
numerosas invitaciones de las damas de la corte, especialmente de la de lady Zenvrath”.
Trato de mantener la calma, pero siento que estoy a punto de explotar. Y tal vez se
note porque el mayordomo parece encerrarse en sí mismo cuando digo: "Por favor,
hágale saber a mi hermano que estoy al tanto, y le daré la debida consideración a quién
puedo o no puedo asociarme. Ahora, por favor, déjame terminar mi trabajo. Ha sido un
viaje largo y estoy cansado".
"Ciertamente, Su Excelencia", dice antes de girar sobre sus talones y retirarse

apresuradamente por el pasillo.
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Vuelvo a mi despacho y vuelvo a mirar a mi alrededor. Algo anda mal, pero no puedo
entender qué es. Tal vez necesite hacer una búsqueda exhaustiva. Vuelvo a meter la
mano en mi bolso para coger el mapa que Thagluss y yo dibujamos. Me vuelvo hacia la
estantería, pero me detengo.
Es ridículo. Todo lo que estoy haciendo es evitar la solución que necesito para
siquiera comenzar a concentrarme.
Esta situación de Amelie me tiene enredado en nudos ansiosos. Y hay una cura
bastante simple. ¿Por qué conformarse con el pálido reflejo de la forma en que mi mente
evoca el olor de ella cuando podría tener la cosa real?
Tiro la caja de mapas encima de mi escritorio y salgo de mi estudio. El calor se eleva

en mí desde mi núcleo mientras camino por el pasillo hacia la habitación de Amelie. No
estoy del todo seguro de lo que voy a hacer cuando llegue allí. La idea de provocarla en
un frenesí de nuevo suena atractiva, pero podría ser solo otra táctica de demora.
Mi polla ya está dura mientras la anticipación crece con cada paso que me acerca.
Esto no es lujuria, me digo a mí mismo. No. Solo quiero deshacerme de esta fascinación
para que pueda mantener el control de mis emociones y, lo que es más importante, de
mi magia. Puedo sentirla burbujeando en mí. El poder salvaje y descontrolado quiere ser
liberado.
Pero no debo permitirme actuar de esa manera. Necesito controlar esto.

Demasiadas personas podrían resultar heridas. Debo hacer lo que sea necesario para
mantener mi poder bajo control. Si eso significa que debo hacer el amor con una frágil
chica humana para recuperar el juicio, que así sea.
Trato de convencerme a mí mismo de que es una carga hacerlo, pero me cuesta

tragar la mentira. Quiero esto. Quiero esto más de lo que he deseado cualquier cosa
antes en mi vida. Por muy irracionales que sean estos sentimientos, no hay necesidad de
retorcerme en nudos intelectuales para justificarlos.
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Abro la puerta de la habitación de Amelie y me acerco a la cama, decidiendo que
sería mejor hacerla suplicarme un rato antes de follarla sin piedad. Pero lo que yo
pensaba que era su forma dormida no era más que una sombra. La cama está vacía. No
puede ser. No hay ningún otro lugar en el que debería estar.
Mi mente se acelera y el poder arcano que extraigo del Impostor cruje por todo mi
cuerpo. Se la han llevado. No. El castillo es demasiado seguro para que alguien se cuele
en él. ¿Pero para escabullirse?
Me doy cuenta de ello, y siento que el poder aumenta en mí a medida que mi ira
amenaza con quemarme.
"¿Dónde está ella?" Rujo lo suficientemente fuerte como para que mi voz resuene
en el pasillo.
82
Capítulo 16
AMELIE
El Archiduque se da la vuelta y, por un momento, juro que me está mirando. Reprimo

las ganas de gritar de miedo. Parece un hombre a punto de explotar, y dado el poder que
sé que ejerce, esa es una posibilidad muy real. Pero en lugar de irrumpir o partirme en
dos con su magia, arroja una caja de mapas sobre su escritorio, luego se da la vuelta y se
va.
Contengo la respiración, tratando de escuchar los ruidos en el pasillo y asegurarme

de que finalmente se haya ido. Cuando el sonido de la sangre corriendo en mis oídos se
vuelve demasiado fuerte, exhalo un suspiro de alivio. Eso estaba demasiado cerca. Mi
corazón late con fuerza en mi pecho y se siente como si hubiera corrido millas. Después
de que el pico de adrenalina se desvanece, una ola de agotamiento me golpea y me
derrumbo contra la pared.
Justo cuando lo hago, escucho un débil clic, cuando la piedra debajo de mi hombro
se mueve hacia adentro y la pared cede. No tengo tiempo ni siquiera para pensar en lo
que está sucediendo antes de caer al suelo y casi comenzar a caer por una escalera de
caracol que se ha abierto.
¿Un pasadizo secreto? ¿A dónde podría llevar? Esta podría ser mi salida. Pero con la
misma facilidad podría conducir directamente al cuartel de la guardia. Y parece muy
oscuro. Me pongo de pie, preguntándome si tendré moretones por la caída. Estoy un
poco adolorida, pero el dolor ya se está desvaneciendo.
Miro hacia el abismo oscuro. Puedo ver el primer escalón, pero como si fuera por
algún truco arquitectónico o magia, la escalera se vuelve tan tenue que aunque estoy
83
segura de que hay escalones más abajo, todo más allá del segundo escalón está envuelto
en la oscuridad, mucho antes de que la curva de la pared los oculte a la vista. Sería
demasiado fácil perderme en esa negrura tinta.
Entonces oigo al archiduque gritar: "¿Dónde está?"
Tendré que arriesgarme y dar el primer paso. Tan pronto como mi pie se conecta con
la escalera superior, una antorcha en la pared cobra vida, llenando la escalera con una
suave luz azul. Entonces la puerta se cierra detrás de mí. Subo las escaleras de dos en dos
y llego rápidamente al fondo.
Un túnel toscamente labrado se extiende ante mí, desapareciendo en la oscuridad.

Pero justo en el borde de la luz de la última antorcha en la escalera, veo otro candelabro
de pared similar. Doy un paso adelante y el túnel se ilumina.
Hago una pausa y me oriento. El túnel es recto, inclinado hacia arriba en un ángulo
suave, pero es lo suficientemente largo como para que no pueda ver lo que hay al final.
Si me dirijo en esta dirección, y sigue así, bien podría abrirse hacia el bosque que vi desde
mi ventana.
Me hubiera gustado encontrar algo más resistente que las bufandas de gasa que me
hacen usar antes de hacer esta caminata, pero ahora no hay vuelta atrás. Hago un trote
suave, tratando de contar mis pasos e imaginar dónde estoy o bajo qué parte del castillo
estoy. Cuando me acerco a lo que creo que debería ser la pared exterior, puedo ver una
puerta al final cubierta de musgo.
Me acerco lentamente, intentando controlar mi respiración para escuchar si hay

alguien o algo al otro lado. Cuando estoy a centímetros de la puerta, todo lo que puedo
oír es el sonido del agua fluyendo suavemente. Había un pequeño arroyo a un tiro de
piedra de la muralla del castillo. ¿Podría ser el mismo?
Empujo la puerta. Después de una breve resistencia, el musgo se desprende y la

puerta se abre libremente solo una pulgada. Contengo la respiración y la empujo hasta
abrirla. Y solo tengo un segundo para disfrutar de la vista más hermosa, el mundo
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exterior antes de que mi visión se nuble con lágrimas. Salgo del túnel y mis pies descalzos
tocan las hojas frescas y húmedas del bosque.
Secándome las lágrimas, doy otro paso vacilante. El suelo del bosque es esponjoso y
suave, diferente a todo lo que he experimentado antes. A pocos metros de mí, el agua
fluye suavemente, cortando un camino serpenteante a través de los árboles. Las flores
florecen a lo largo de su orilla llenando el aire nocturno con su dulce aroma.
Es como si estuviera caminando en un sueño mientras me acerco, al principio

lentamente, pero con cada paso, me muevo un poco más rápido a medida que me adapto
a lo que es caminar sobre tierra. Una vez que siento que puedo hacerlo sin resbalar y
caer de bruces, me muevo más rápido, siguiendo el arroyo hacia el río del que se ramifica.
Pronto estoy corriendo, saltando por encima de troncos caídos y raíces

sobresalientes. Se siente natural. Se siente correcto. Me detengo, jadeando por el
esfuerzo. El aire sabe mejor que cualquier cosa que me hayan alimentado antes, incluso
en el castillo. Me giro lentamente y miro hacia atrás. No hay ni una sola ventana oscura.
Deben estar buscándome de arriba a abajo en el castillo.
Puedo oír los gritos desde adentro, y luego comienza a sonar una campana que
nunca antes había escuchado. Esa debe ser la alarma. Me doy la vuelta y sigo
moviéndome. Debo poner toda la distancia que pueda entre ese lugar maldito y yo antes
de que se les ocurra buscarme fuera de los muros. Dada la forma en que grito, estoy
segura de que el Archiduque está listo para arder.
Pero no importa. Es posible que allí se pudieran tener algunos placeres temporales,
pero él solo jugó conmigo.
Ahora, ya no soy el juguete del Archiduque. Soy una mujer libre a cargo de mi propio
destino por primera vez en mi vida. Es una experiencia embriagadora, y no estoy del todo
segura de lo que voy a hacer a continuación.
La brisa fresca de la noche hace que mis pezones se pongan duros como puntas que
rozan el halter que llevo puesto. Miro hacia mi cuerpo. La luz de la luna es más que
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suficiente para revelar lo transparente que es la tela. La idea de ser vista así hace que se
me revuelva el estómago, pero también provoca un cálido placer que se acumula entre
mis muslos.
Tal vez pueda encontrar a alguien que pueda darme algo de ropa adecuada. Aunque
eso podría ser algo demasiado amable para esperar de este mundo hostil. Si tengo que
hacer un oficio, puedo hacer aquello para lo que fui entrenada. Pero sería mi elección, la
de nadie más.
Eso por sí solo marca la diferencia para mí. Le dedico otra mirada al castillo antes de
mirar hacia la libertad. Continúo corriendo por el bosque. Los años de entrenamiento y
práctica de danza han hecho que mis músculos se tonifiquen y mis pies sean ágiles. Con
la noche despejada y la luna llena, no tengo que preocuparme por tropezar.
Encuentro un ritmo que creo que puedo mantener a distancia. Siento que podría
correr para siempre y nunca parar, pero debo moderar ese impulso. No puedo
desgastarme. Quiero poner la mayor distancia posible entre el castillo Ishiraya y yo antes
del amanecer.
Llego a la cima de una pequeña colina y miro hacia atrás una vez más. El castillo es
un edificio enorme, pero su tamaño ya ha disminuido. Todavía puedo ver las luces
encendidas en las ventanas, pero no los marcos individuales de las ventanas. Ahora estoy
lo suficientemente lejos como para que no sean más que puntos de iluminación que
rompen la oscura estructura de piedra. Ahora apenas puedo oír la campana de alarma.
Si ese sonido difícilmente puede llegar tan lejos, estoy segura de que estoy lo
suficientemente seguro como para permitirme un pequeño capricho.
"¡Soy libre!" Grito en el aire de la noche. La emoción es estimulante. "¡Soy libre!"

Grito una vez más antes de dar la espalda al Castillo Ishiraya y echarme a correr.
Repito las palabras una y otra vez en mi cabeza.
Soy libre. Soy libre. Soy libre. Nada en la vida se ha sentido tan bien.
86
Capítulo 17
KRAL ISHIRAYA
Todo el castillo se levanta alarmado, y la búsqueda de mi desaparecida Amelie,

significa no dejar una piedra sin mover.
"Hemos completado nuestra búsqueda en el ala este y no la encontramos por

ninguna parte", informa Ynvon Andris, capitán de la guardia.
Siento que mi ira se enciende e Ynvon hace un sonido de estrangulamiento en su

garganta. No puedo decir si es solo un ruido aterrador que hace al ver la mirada en mis
ojos o si la chispa de poder que sentí cuando mi magia intenta asfixiar la vida de este
hombre por su fracaso en encontrar a Amelie.
De cualquier manera, Ynvon se aclara la garganta y dice: "He recibido informes

similares de otras partes del castillo. Cuartos de servicio, el cuartel, los establos, todos
han sido registrados minuciosamente. No ha desaparecido ningún caballo, así que no
puede haber ido muy lejos".
"¿Se supone que eso lo hace mejor?" Replico con dureza.
"Um, Su Excelencia, creo que hemos buscado en todos los lugares que hemos podido
dentro de los muros del castillo."
"Bueno, busca de nuevo", le digo con los dientes apretados. "Ella no puede haber
desaparecido sin más. Encuéntrala o tu sufrimiento se convertirá en materia de
leyendas”.
87
No tengo ni idea de dónde viene eso. Casi puedo imaginar la versión lúcida de mí
mismo entendiendo que Ynvon está haciendo lo mejor que puede. Se ha desempeñado
como capitán de la guardia durante décadas y lo ha hecho con distinción y honor.
No hay razón para que yo esté enojado con él, pero mi enojo me ha llevado más allá
del punto de la razón. Ese nivel de claridad es imposible, ya que siento todo a la vez. Las
últimas ataduras de mis emociones se están desmoronando. Eso lo sé. Después de años
de no sentir nada, todo vuelve a inundarse en un tsunami, con la ira desbordada.
El aire a mi alrededor zumba con mi rabia. Pero a través de la niebla, finalmente me

aferro a las palabras: "dentro de los muros del castillo".
“¿Podría haber salido por una de las puertas del castillo?”
"No", responde rápidamente. "Hablé personalmente con cada uno de los guardias
de la puerta. Es lo suficientemente bajita como para llamar la atención. Hoy solo se han
ido los elfos oscuros y unos pocos esclavos varones".
Si no es a través de las puertas, ¿cómo podría haber abandonado los terrenos del
castillo? Entonces algo flota de mis pensamientos. Mi estudio. A un nivel visceral e
instintivo, había sentido su presencia allí. Había pensado que era un anhelo, pero tal vez
era más que eso.
¿Podría haber estado allí? Recorro los pasillos, sintiendo que mi poder crece junto
con mi ira. Irrumpí en mi estudio, y varios sirvientes de aspecto temeroso estaban allí,
de rodillas, buscando alguna pista sobre dónde estaba mi... mi... No puedo pensar con
suficiente claridad para nombrar qué es lo que Amelie es para mí. Pero ella es mía, y no
tienen idea de adónde se ha ido.
Pero puede que tenga una pista. No estoy seguro de si quiero tener razón o no. Saber
dónde está Amelie es mejor que no, pero si ella estuviera allí y yo pasara junto a ella...
Mi enojo está haciendo que sea difícil decidir quién tendría que ser castigado por
ello, ella o yo.
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Me acerco a la pared detrás de la estantería llena de pergaminos de mapas. Y toco
un interruptor de piedra oculto. Pero en lugar del clic suave, la pared simplemente se
mueve. La puerta nunca se cerró del todo. No la había cerrado detrás de ella.
Mi respiración es pesada cuando doy un paso hacia adelante. Algunos sirvientes se

han reunido detrás de mí, sorprendidos de que haya una puerta de la que no sabían nada.
Las luces de las antorchas de la escalera de caracol cobran vida, y allí, en el polvo que se
ha asentado en los años transcurridos desde el uso de esta sierra de túnel, hay pequeñas
huellas, impresiones perfectas de los delicados pies de Amelie.
Golpeo con el puño la columna de piedra en el centro de la escalera, y una energía

crepitante se dispara a lo largo de mi brazo, pulverizando la piedra y haciendo que las
escaleras se desmoronen. Habría caído con él en el túnel de abajo si no fuera por las
fuerzas arcanas que se arremolinaban a mi alrededor. Los sirvientes de la oficina se
encogen detrás de mí aterrorizados.
Todos son relativamente nuevos. Personas que fueron reclutadas o nacieron

después de la última vez que esto sucedió. Es la primera vez que ven mi ira y el poder
que viene con ella. Pero esto no es nuevo para mí. Es repugnantemente familiar, como
un amigo perdido hace mucho tiempo. La rabia ciega conduce a un poder
explosivamente abrumador.
Si uno de ellos hubiera estado cerca, la energía podría haberlos matado fácilmente,
y les llevaría un milagro para salir ilesos. Y ellos lo saben. Cada uno retrocede lentamente,
sin querer atraer mi atención pero tampoco queriendo permanecer más cerca de mí de
lo necesario.
Pero no importa; su miedo no significa nada. Los dejo atrás mientras floto hacia el
frío suelo de piedra debajo. El suelo del túnel se extiende ante mí, la roca cubierta de
grietas durante varios metros. Rompo el túnel. La magia impregna mis miembros y me
muevo cada vez más rápido.
Pronto estoy casi navegando por los aires. Ni siquiera me detengo en la puerta, la
atravieso a toda velocidad, emergiendo del túnel volcado como una bala de cañón de
89
fuerza arcana casi pura. Puedo oír el túnel derrumbándose detrás de mí, mientras mi
magia se venga en el camino de la huida de Amelie. Me estrello contra varios árboles y
el suelo se hunde debajo de mí cuando aterrizo, enviando tierra volando en todas
direcciones.
Puedo saborear la magia en el aire a mi alrededor. Fluye de mí, ansiosa de que le dé

forma y hambrienta de propósito. Este es el problema con la magia alimentada por la ira.
Quiere ser utilizada y busca hacer la voluntad del lanzador, por lo que cualquier
pensamiento se convierte en una dirección. Pero solo hay un pensamiento en mi mente.
“Encuentra a Amelie.”
Mi magia se extiende al alrededor, filtrándose en el suelo e iluminando el camino

ante mí. El camino de Amelie. Cada una de sus pisadas resplandece, haciéndome señas
para que avance. Y corro, moviéndome como el viento. El suelo bajo mis pies tiembla, y
estoy casi consumido en mi concentración. La tendré. Eso es inevitable.
Ella es mía. Mi magia se mueve delante de mí, encontrando el camino hacia mi

posesión. Sí, ella es mi posesión para hacer con ella lo que mejor me parezca, pero ella
es más que eso. Todavía no sé qué, pero la forma en que me ha abierto de esta manera
es solo un testimonio de lo que esta mujer significa para mí. Puede que sea mía sobre el
papel, pero me ha arrancado el alma como si fuera suya, y no puedo dejar que me deje
destrozado así.
No puede huir de mí. Los pocos minutos de pánico fueron suficientes para desatar
mi ira, y no hay forma de que pueda soportar estar sin ella, incluso si lo intentara. No es
que lo quiera intentar.
Con un poder como el mío, soy imparable. Ella es mi presa y yo soy el depredador
definitivo, mis sentidos se agudizaron hasta un punto que pocos en la historia de mi
pueblo podrían entender.
Mi magia se extiende aún más al alrededor. Soy consciente de cada brizna de hierba.
Puedo oír los sonidos más débiles, incluso por encima del estruendo que cree, al
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estrellarme contra el bosque más rápido que cualquier otro elfo. Con un chasquido de
dedos, puedo prender fuego a todo este bosque, convirtiéndolo en cenizas.
Nunca la lastimaría de esa manera, aunque sé que podría. Por una vez, mi ira, por
muy destructiva que sea, parece tener a alguien que es inmune a ella. Mi magia
retrocede ante la idea de hacerle daño, y eso solo se fortalece cuando la encuentro.
Puedo sentirla. Mi magia se ha extendido kilómetros. Y soy intensamente consciente

de ella. Cada centímetro de piel impecable brilla a la pálida luz de un nuevo amanecer.
Es como si no llevara nada en absoluto con la poca cobertura que le da la ropa.
Cualquier persona que la encontrara vería su desnudez, y ese pensamiento amenaza

con enfurecerme aún más. Ella es mía y solo mía. Mi deseo lo abarca todo, y nadie se
atreverá a acercarse a ella. Estaré con ella.
"Te tengo", le digo con la mandíbula y los dientes apretados. Y ya no estoy atado por
la necesidad de caminar por la tierra. Soy el avatar del poder del Engañador. ¿Por qué
caminar cuando se puede volar? ¿Y por qué volar cuando simplemente puedes estar
donde quieras? Sí, el poder está ahí. Todo lo que necesito hacer es tener la voluntad
suficiente para darle forma. Mi deseo por Amelie es más que suficiente, y desaparezco
en la magia.
91
Capítulo 18
AMELIE
Solo sigo corriendo. No sé a dónde voy, excepto que estoy siguiendo el río porque
alguien tiene que haber construido una ciudad cerca de un río, ¿verdad? Es el mejor plan
que tengo. Por todo el tiempo que pasé planeando escapes, me siento tonta por nunca
considerar a dónde escaparía. Era el escape de la mitad de la ecuación con lo que estaba
obsesionada. Tal vez no podía imaginar cómo se sentiría una vida de libertad.
Por ahora, se siente extremadamente estimulante y ligeramente incómodo. Me

arden los pulmones, me duelen las piernas y me duelen los pies. Hay un dolor punzante
a lo largo de mi costado, pero no importa. Soy libre, y solo ese pensamiento es suficiente
para sostenerme más allá de cualquier posible dolor que pueda traer empujar mi cuerpo
más lejos. Tomaré las ampollas y la fatiga si eso significa ser libre.
No sé cuánto tiempo he estado corriendo o cuántos kilómetros he recorrido, pero

cuando miro hacia atrás, el castillo se ha vuelto lo suficientemente pequeño como para
poder ocultar toda la ciudad a su alrededor con solo mi pulgar extendido. He recorrido
mucho terreno desde que salí del túnel. Eso se siente simultáneamente como una vida y
solo fue hace segundos atrás.
Pero probablemente hayan pasado al menos unas horas. Quizás. No tengo forma de
saberlo, pero estoy bastante segura de que amanecerá pronto. Tal vez entonces
descanse. Podría ser más seguro hacerlo durante el día. No he olvidado las historias que
los sirvientes contaban de hijos e hijas, madres y padres que iban al bosque a trabajar la
tierra o a recolectar recursos y luego nunca regresaban. No tengo armas, y la ropa que
tengo cada vez más embarrada no me cubre mucho y mucho menos me protege.
92
Pero no me importan los peligros que puedan aparecer. La libertad vale la pena, y
prefiero ser atacada por una bestia descerebrada que esclava de una inteligente. Y así,
sigo corriendo, sigo moviéndome. Seguiré el río hasta la fuente si es necesario. Si no
encuentro a nadie para entonces, se me ocurrirá un nuevo plan. Pero seré yo quien
decida qué hacer, y eso es lo más importante.
A medida que el horizonte comienza a aclararse y los primeros rayos del amanecer
se arrastran por el cielo, finalmente me permito el lujo de reducir la velocidad. Me abro
paso a través del bosque, buscando algo que este protegido de la vista pero desocupado.
No quiero intentar dormir en una cueva. No por un sentido de decoro, sino por
seguridad.
Si bien es posible que haya crecido en la ciudad, no soy tan tonta como para pensar
que sería la primera criatura en residir en una cueva. Tal vez intente trepar a un árbol y
dormir entre las ramas.
Nunca tuve la oportunidad de intentar trepar a los árboles mientras crecía. Tales
cosas no se considerarían muy femeninas. Si bien mi valor para ellos radicaba
principalmente en mi virginidad, todavía había algo que decir sobre el refinamiento.
Pero había llegado hasta aquí, y qué tan difícil podría ser trepar a un árbol.
Solo tenía que tentar al destino con ese pensamiento, porque resulta que es muy
difícil cuando llevas un montón de tela transparente disfrazada de ropa. Las partes
ondeantes del vestido se enganchan en ramitas y ramas, haciéndome perder el
equilibrio. Después de unos intentos, me apoyo en un árbol alto, tratando de recuperar
el aliento.
¿Sería más fácil subir al árbol desnuda? Empiezo a preguntarme por qué siquiera me
molesté en ponerme esta ropa. Cualquiera podría verlo todo de todos modos. Y sin
embargo, hay algo en mí que se aferra a la idea de que si encuentro a alguien, me
tratarán mejor vistiendo apenas unas pinceladas de seda que si me encontraran sin ropa.
93
Aunque la idea de encontrarme en ese estado me hace sentir un cosquilleo en la piel.
¿Qué me ha hecho el Archiduque? Pero a medida que la sensación se intensifica y todo
el vello de mi cuerpo comienza a ponerse de punta, me doy cuenta de que no soy una
desviada sexual, sino que algo en el aire me hace sentir de esta manera.
Luego hay un silbido detrás de mí. Me doy la vuelta justo a tiempo para ver una
explosión de luz verde brillante que casi me ciega antes de que su fuerza me arroje al
suelo. Sé que tengo suerte de haber aterrizado en suelo blando en lugar de ser arrojada
a uno de los árboles o aterrizar en piedras dentadas.
Pero aún así aterrizo lo suficientemente fuerte como para quedarme sin aliento. Me
duele todo y me zumban los oídos. Trato de parpadear para alejar la imagen posterior
de la explosión. La mancha de color violeta con líneas verticales oscuras donde habían
estado los árboles comienza a desvanecerse, pero mi visión no es más clara. La explosión
levantó una enorme nube de polvo, y todo lo que está a más de un pie frente a mí son
solo sombras vagas.
Toso, todavía tratando de recuperar el aliento cuando veo... algo que se movía en la
nube de polvo. Una figura corpulenta se acerca a mí, el aire a su alrededor chispeante.
¿Podría ser algún monstruo que ha venido a devorarme? Al menos moriré libre. Me
agacho y agarro una rama del suelo. Puede que me coman, pero no me iré fácilmente.
A medida que el polvo se asienta, la forma que se mueve hacia mí se vuelve más
clara. Cabello largo, suelto, platinado y piel oscura. Alto. Amplio, potente.
El rostro del archiduque emerge de la bruma. No importa. Levanto el bastón, lista

para golpear, pero chasquea los dedos y se disuelve en la niebla solo para reformarse
como una cuerda brillante que ata mis muñecas.
Trato de darme la vuelta y correr, pero mis pies abandonan el suelo cuando una
fuerza invisible tira hacia él. El poder que sentí antes de su explosiva llegada no es nada
comparado con estar rodeada por su magia. Baila como un relámpago a través de mi
piel, a caballo entre un dolor abrasador y un delicioso cosquilleo, especialmente cuando
se arquea a través de las partes más sensibles de mí.
94
Todos habíamos oído historias de lo poderoso que era el archiduque. Pero una cosa
es que te digan que alguien tiene magia potente y otra cosa es experimentarla. Puedo
ver mi perdición en sus ojos. Arden de poder, de furia y de intenciones fatales.
"No se te permite huir". Su tono es furioso y temo lo que me va a hacer. Pero no me

importa, siempre y cuando sea el final. Probé la libertad. El deseo más grande de mi
corazón se cumplió, y no mucha gente puede decir eso sobre sus vidas.
Flotando en el aire ante él, siento que el repentino peso de la gravedad se reafirma,
pero no caigo al suelo. No. En cambio, sus manos se aferran a mi cuerpo, soportando mi
peso con facilidad.
"No te temo", escupí las palabras, ahogándome cuando su magia se enciende. Es

mentira. Estoy aterrorizada, pero no le daré la satisfacción de oírme gritar aunque me
mate.
O eso me digo a mí misma hasta que me acerca. Cierro los ojos de golpe y me preparo
para el final. Pero cuando abro la boca para gritar, él me silencia con la suya. Es un beso
feroz, más intenso que cualquiera que haya tenido antes, y mi terror se desvanece
instantáneamente cuando me sumerjo en él, solo queriendo más.
El mundo parece desvanecerse, y siento como si estuviera cayendo en un vacío

donde las únicas cosas que existen en todo el universo somos él y yo. Mi cabeza da
vueltas, y mientras el sonido de mi pulso late en mis oídos, me siento una vez más
completamente ingrávida.
Me suelta la boca y los dos nos quedamos sin aliento. Abro los ojos y solo entonces
me doy cuenta de que ya no estamos en el bosque. Si no, de vuelta en su habitación.
95
Capítulo 19
KRAL ISHIRAYA
La absorbo mientras nos dirijo de vuelta al castillo. La furia todavía me domina, al

igual que mi necesidad de ella, y es con esa concentración intensificada que la lanzo
sobre mi cama antes de atacar su delicado cuello.
A pesar de que la lógica dicta que debo estar tranquilo, ella ha encendido mi furia
con su huida. Es solo el tamaño miserable de ella, con un brazo delicado cubriendo su
rostro, lo que me hace darme cuenta de quién y dónde estoy. La ira en mi interior
comienza a transformarse en algo más.
Algo que no puedo identificar del todo. Algo que no acabo de ubicar.
Le arranco el brazo de la cara, haciéndola gritar de sorpresa.
Esos intensos ojos azules pálidos están bien abiertos, pero no veo miedo en ellos.
Sus labios sonrosados comienzan a separarse, pero no para gritar esta vez. Quiero
reclamarla, empezando por esa boca tierna.
Quiero que sus gemidos llenen mis aposentos. Quiero deleitarme en su

vulnerabilidad y deseo.
El aroma que desprende de ella me atrae. Esbozo una sonrisa siniestra, ahora que
por fin me han devuelto mi premio. "Pensabas que podías huir". No es una pregunta. "Es
un mundo grande y ancho lleno de monstruos, ¿y pensaste que estarías más segura en
sus brazos? Me siento ofendido".
Intenta abrir la boca para explicarse, pero le paso el pulgar por el labio inferior,
silenciándola. Mi cuerpo la mantiene inmovilizada debajo de mí mientras me acerco.
96
Mi sonrisa se convierte en una mueca de desprecio mientras le desnudo mis afilados
colmillos. “Eres solo una humana” gruño, inclinándome para saborear la carne de su
cuello. "Te comerían".
Un escalofrío la recorre.
Mis dientes rozan el hueco de su garganta y su olor me marea de emoción. "Y tal vez
yo también lo haga si no aprendes cuál es tu lugar".
"¡N-no, por favor!" La octava alta de su súplica me hace pensar que ella quiere que
lo haga.
Le cierro los dientes en el cuello, queriendo darle un mordisco de reclamo. Deja de

respirar por completo, esperando a que caiga el veredicto. Mis caninos prueban la carne
tensa antes de que finalmente me retire, pasando mi nariz hacia arriba, debajo de su
barbilla. "Hay una jerarquía estricta, y tú, preciosa, estás por debajo de mí. No lo olvides
nunca más".
Deslizo la delicada tela sobre su hombro bien formado cuando saboreo las lágrimas
en el aire. El olor me confunde. ¿No me pidió más en su primera noche? ¿No me gritó
que me la tomara?
"¿Por qué lloras?"
Ella ahoga un sollozo con la mano y trata de apartar la cara. La dejo, solo porque me
deja perplejo con su errática muestra de emoción. Pero no detengo mi exploración, abro
el fino vestido y la provoco con los dientes.
Me llevo la carne a la boca hasta que está tensa, levantando los ojos para medir su
reacción.
Hay un sonido de dolor en su garganta que da paso a un pequeño gemido, y cuando

suelto su teta y dejo una marca. Mis ojos brillan ante el descubrimiento. Estoy
emocionado de ver cómo mi toque puede cambiarla. Cuando me acerco al otro pecho,
ella se tambalea sorprendida y se le escapa un gemido real.
97
Mi mano se desliza por su cuerpo mientras mi boca recorre su vientre. Mi cuerpo se
endurece contra el suyo cuando me doy cuenta de que le está tomando cariño a mi
nuevo juguete. Suficiente cariño como para hacer que mi erección vuelva a aparecer.
Pero esta vez, no me satisfaré en la ducha, en soledad.
¿De qué servía comprar una esclava humana si no podía disfrutar de ella?
Mis dedos se deslizan entre sus muslos, donde brota su calor. Una deliciosa humedad
se pega a mis dedos mientras los saboreo, su miel se adhiere a mis labios. Algo primitivo
se despierta dentro de mí, algo que nunca antes había conocido.
La necesito como nunca he necesitado nada en mi vida.
Metí mis dedos con más fuerza en ella, buscando el final de sus calientes
profundidades. Ella se retuerce debajo de mí, un dulce gemido se le escapa. Ya no
protesta, su respiración se acelera con cada bombeo. Aunque se resiste, su cuerpo me
ruega que continúe, premiando con pequeños empujones propios.
Me encanta cómo cede tan dulcemente.
Su clítoris palpita contra la palma de mi mano, y presiono mi pulgar contra el,

haciendo que se atragante con su próximo jadeo. Estudio su rostro mientras lo exploro,
observando cómo un brillo de sudor se forma en su frente. Se pone rígida y se aprieta
alrededor de mis dedos invasivos. La sostengo en el punto del éxtasis, obligándola a
permanecer hasta que esté satisfecha, y luego la libero de una vez. Vuelve a caer sobre
la cama jadeando con fuerza, ocultando de nuevo ese hermoso rostro.
Pero no he terminado.
Me acaricio a través de los pantalones, preguntándome cómo se sentiría ese calor

envuelto alrededor de mi polla. Un pinchazo de excitación lo obliga a saltar, y lo retiro,
metiendo la cabeza mientras ella se eleva debajo de mí tras su liberación.
Con un movimiento rápido, le inmovilizo los brazos y la clavo con fuerza, haciéndola
ponerse rígida de nuevo. Me mira a los ojos con gloriosa aprensión. Sus labios se abren
98
mientras su cuerpo lucha por acomodarme y yo lo reclamo, presionándome hasta su
final.
Su cuerpo se agita a mi alrededor, pero sus piernas se aprietan alrededor de mi

cintura.
Me quedo quieto mientras ella se retuerce en mi polla, respirando con dificultad por
la nariz. Sus ojos cristalinos están vidriosos con ese deseo que sabía que me estaba
ocultando. Le agarro la cara y separo mi boca de la suya. "Ruégame que te lo haga".
Observo su boca mientras trata de formar palabras.
"Suplícame que te folle". Me sorprenden mis palabras vulgares, pero necesito

escucharlas. Necesito saber que ella está tan desesperada por mí como yo por ella.
"P… Por favor," logra decir, cerrando los ojos como si quisiera centrarse en sus
palabras en lugar de mi mirada intensa. "Por favor, fóllame."
Eso es todo lo que necesito escuchar.
Su cuerpo se inclina hacia mí mientras empujo con la furia de un elfo hambriento.

Sus gritos llenan mi habitación, resonando en el pasillo y más allá. Mi polla la estira más
allá de su límite y ella se retuerce debajo de mí, gritando en las sábanas.
Con facilidad, la pongo boca abajo y la penetro con fuerza, sintiendo una punzada en
los huevos al golpear su flexible culo. Me agarro a las suaves curvas de sus caderas
mientras me retiro hasta dejar solo la punta para penetrarla del todo, disfrutando de
cómo me agarran sus paredes. Con cada embestida, ralentizo el ritmo, deseando
disfrutar de ella antes de acabar.
Su cuerpo se estremece a mi alrededor y sé que ha alcanzado su orgasmo de nuevo.

Mis dedos se deslizan por la hendidura de su espalda, arañando esa carne lechosa
mientras agarro su nuca. Sus gritos se han convertido de nuevo en jadeos sin aliento y
está lista para mí.
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Aunque mis movimientos se han ralentizado, empujo con más fuerza contra su
extremo, deseando que se abra a mí. Solo sirve para encender un fuego en mi punta a
medida que aumenta la presión. Un gemido se escapa de entre mis dientes apretados
cuando la liberación finalmente me encuentra y suelto mi semilla dentro de ella.
Ella lo siente, se pone rígida, pero algo en mi cerebro se rompe y explota, todos los
colores del mundo me ciegan. Incluso cuando llego, un torrente de emociones me
abruma. Caigo a un lado, todavía enterrado profundamente dentro de ella mientras la
aprieto contra mi pecho.
Este ser humano me orienta, cuando todo lo demás tiene poco sentido.
Cuando las luces empiezan a apagarse y recupero la vista, respiramos al unísono,

suave y salvajemente. En el aire flota un aroma distinto, como de magia y carne unidas.
La pena y la alegría chocan, y derramo una sola lágrima contra mi voluntad.
La abrazo con fuerza contra mi pecho para evitar desmoronarme por completo.
100
Capítulo 20
AMELIE
"Me volví loca.”
Es la única explicación.
Después de que me reclamó en su cama, me arrastró al balcón y me tomó bajo las

estrellas. Luego, me llevó a su oficina y me inclinó sobre su escritorio. No puedo recordar
cuántas veces me he metido debajo de sus malvados dedos y de su polla. Solo tengo
suerte de que sus sirvientes hayan sido expulsados de este rincón del castillo, o podría
haberme follado delante de ellos.
Su olor persiste en el mío, de modo que no puedo notar la diferencia. Bajo el agua
caliente, me folla de nuevo, sus hermosos ojos oscurecidos por el deseo. No entiendo
cómo puede ser tan terriblemente bueno. Pensé que me dolería, pero su misma esencia
calma mis nervios y me hace suplicar cuando debería estar objetando el tratamiento.
Mis manos pasan por su duro pecho y él acepta el gesto, agarrándome de la cadera
y arrastrándome hasta la empuñadura de su polla palpitante.
¿Tiene la intención de romperme por completo? No puedo decir que me importaría.
Mi cabeza se inclina peligrosamente y estoy llena de su semilla de la que parece no

acabarse. El agua se detiene pero él no ha terminado, me lleva al mostrador donde se
acurruca sobre mí, su esbelta figura a punto de comenzar de nuevo.
101
Agarro puñados de su cabello platinado mientras captura mi boca, mi cuerpo
dolorido incluso en la agonía del placer. Hace una mueca cuando se viene por enésima
vez, mis cansadas entrañas se estremecen. Sus besos se vuelven dulces, rozando mi cara
y cuello mientras me desplomo contra el espejo.
Su voz es un profundo estruendo en su pecho. "Estás cansada".
Se me escapa una risa melancólica. “No tengo energía para nada más.”
Sus poderosos brazos me rodean y me levantan. Creo que tiene la intención de

follarme de nuevo, pero cuando caigo en el colchón profundo de su cama, el sueño
amenaza con apoderarse de mí. Me besa la corona mientras nos acurrucamos juntos.
"Duerme, preciosa".
Esa es una orden que no tengo ningún problema en obedecer.
Cuando me despierto, espero la presión reconfortante de él a mi alrededor. Pero se

ha ido, solo el cálido aroma de él permanece en mi piel mientras la luz del día se filtra a
través de las pesadas cortinas. Me doy la vuelta, tratando de encontrarlo, y finalmente
me doy cuenta de lo adolorida que me encuentro.
Ya extraño sus afectos enloquecidos.
Llevo la mano a mi dolorido coño cuando algo me detiene con un fuerte tintineo. Me
da un vuelco el corazón. Unas cadenas me atan las muñecas y los tobillos, impidiendo
que vuelva a escabullirme. Las lágrimas me nublan la vista al instante y la traición me
atraviesa el corazón.
Estos no me sorprenden cuando los tiro, pero están sujetos por su magia.
Levanto la mirada al techo y dejo caer las lágrimas. Si hubiera sabido lo que quería
de mí, nunca me habría escapado en primer lugar. Aun así, el peso de su desconfianza
102
me duele más que los moretones que están por mi cuerpo. Si no me hubiera escapado,
tal vez me habría dejado algo propio.
Ni siquiera puedo mirar por la ventana desde aquí.
Se me escapa otro sollozo silencioso.
Después de lo de anoche, me había olvidado de que solo soy un juguete para él. Un
juguete hasta que se aburra de mí y encuentre otra esclava. Tal vez vuelva corriendo a
ver a mi amo y vuelva a superar la puja del barón por otro nuevo premio. Pero no tuve
esa sensación por la forma en que me abrazó larga y duramente, mucho después de
haber encontrado su satisfacción.
Como si me necesitara.
Debo estar engañándome a mí misma, creo, es el Archiduque, por el amor de la

mierda. ¿Por qué se ataría a una esclava cuando podía tener a cualquier elfa o humana
en el Reino? Estoy hirviendo a fuego lento en esos pensamientos cuando la puerta se
abre.
Al principio, supongo que está enojado conmigo, por la forma en que la puerta se
golpea contra el revestimiento de madera, pero cuando entra una hueste de elfos Zagfer,
me doy cuenta de que solo están aquí para atender mis necesidades. A pesar de mi
miserable estado, el alivio me encuentra.
Tengo que orinar.
La modestia me alcanza, pero apenas puedo moverme para aliviarla. Parecen ignorar
mi patético tirón y se meten con un carro con una sola bandeja cubierta. Las mujeres
elfas no me miran a los ojos, haciendo muecas cuando miran el daño que causó en todo
mi cuerpo. Uno de ellos duda antes de cerrar la puerta de forma segura. “¿Estamos
seguros de esto?”
"No nos corresponde cuestionar sus órdenes".
103
Se quita la tapa de la comida, que no reconozco. Es simple y sencilla, sin mucho olor.
El que está a cargo agarra un utensilio y corta una sección de la cosa, llevándola a mi
boca. Aprieto los labios, haciéndola fruncir el ceño. "Come, estúpida humana. Por orden
del Archiduque.”
Niego con la cabeza.
Otro sirviente se acerca al otro lado de la cama y me abre la mandíbula, obligándome

a tomar la extraña comida. Trato de rechazarlo, pero ella me cierra la boca hasta que me
lo trago. Me obligan a otro, y a otro hasta que el plato está vacío.
Cuando me liberan, me estoy atraganto con las cosas.
"No te atrevas a vomitarlo", dice uno, "pequeño humano ingrato".
Es duro, pero me las arreglo para calmarme. "¡No tengo hambre!"
"Ella también tiene una boca".
Parece que están empacando para irse, cuando los detengo. "Espera, por favor.
Necesito ir al baño. No me dejes así".
El que está a cargo permanece mientras los demás se van con el carro a cuestas. "Ya
no necesitas ir al baño".
"¿Cómo puedes decir eso?" Protesto, mirándola fijamente. "No he podido moverme
durante horas, ¿me vas a dejar ensuciar su cama?"
"No lo entiendes", dice con calma, aunque puedo sentir su impaciencia justo debajo
de la superficie. No le gusta tener que dar explicaciones a una esclava. Una esclava
humana, nada menos. "Lo que acabas de comer te cambiará.”
"No tendrás que hacer deposiciones. Ya no sudarás ni te enfermarás. Estarás más

saludable que nunca. Agradece a tu nuevo amo que haya insistido en que recibieras ese
trato.”
Mis pensamientos se detienen. "Espera-"
104
"Tengo mis deberes que atender, humana. Esperarás el regreso del Archiduque. Tal
vez te dé tiempo para aprender algo de decoro".
Ella se va incluso cuando le estoy gritando. Cuando la puerta se cierra, vuelvo a

aflojarme contra el colchón. No me siento diferente, excepto el peso en mis entrañas. La
comida se siente densa, pero es lo que puede hacer lo que me brinda una mayor
concentración.
¿Cómo es posible?
Incluso en el club, nunca había oído hablar de algo así. Los humanos eran, bueno,
humanos, que tenían que limpiar sus propios inodoros al final del día. ¿No habrían
utilizado tal cosa para sus esclavos? De ello se deduce que un esclavo que no necesitara
tal mantenimiento sería más codiciado que el siguiente.
O tal vez Rhakis era tan tacaño como decían y se negaba a usar ese tratamiento con
nosotros. Pero también recuerdo las miradas en los rostros de las sirvientas, hace un
momento. Sentían repulsión ante la idea de dar tal cosa a un esclavo humilde.
Antes, simplemente me trataban como una molestia.
Ahora, están celosos de mí, incluso cuando estoy encadenada a la cama del
archiduque.
¿Qué podría haber cambiado?
105
Capítulo 21
KRAL ISHIRAYA
Me encuentro en la antesala mientras una sirviente humana me asiste nerviosa.
"¿Puedo traerle un poco de vino?", pregunta, con los ojos bajos.
No se parece en nada a Amelie y, sin embargo, me recuerda a ella. Aunque ahora

todo me recuerda a Amelie.
"No. Tráeme a Carisu", le digo.
"Uh, Su Gracia, yo ... mmm ..." La chica balbucea.
Aunque me irrita enormemente, una emoción que aún estoy luchando por controlar,
sólo consigo ser ligeramente cortante cuando digo: "Di lo que sea, chica".
"El Maestro Carisu esta actualmente, mmm ... Entreteniendo a los invitados. Nobles
invitados".
"Entonces hazle saber que estoy aquí y que deseo hablar con él", le digo.
La chica se da la vuelta y huye por el pasillo. Cuando la puerta se abre, puedo

escuchar los sonidos de las risas, algunos gemidos y una serie de maldiciones.
Ah. Ese tipo de entretenimiento.
Unos momentos después, emerge una joven humana diferente, con el vestido algo
torcido y marcas de mordeduras coloreando su cuello.
106
"El Maestro Carisu te invita a unirte a él y a sus invitados", dice. "Dijo que debería
ofrecerte lo que quisieras. Muchos han disfrutado follándome la garganta, Su
Excelencia".
Ya está de rodillas, tratando de alcanzar mi cinturón antes de que pueda parpadear.

Doy un paso atrás.
"No. No necesito de tus servicios".
Una mirada de inquietud cruza su rostro. "Si te he disgustado, mi señor, por favor,
permíteme compensarte. Realmente puedes usarme de la manera que desees".
"No deseo utilizarte en absoluto". No logro mantener la ira fuera de mi voz, y ella
comienza a acobardarse. "No hay que temer. Solo llévame a tu amo".
“Sí, Su Excelencia”dice, dándose la vuelta, presentándome la parte trasera de su

vestido completamente cubierta de ropa todavía mojada”.
Atravesamos las puertas y entramos en un gran vestíbulo donde se han esparcido

camas, sofás y grandes almohadas. La gente está follando en casi todas las superficies
horizontales disponibles y en algunas verticales.
Ella me conduce a través de un laberinto de libertinaje, de cuerpos retorciéndose

por todas partes. Y en el centro, Carisu.
"Primo, qué bueno verte", dice mientras la sirvienta que envié por primera vez para
anunciar mi presencia rebota vigorosamente con su culo arriba y abajo sobre su polla.
"Carisu, esperaba hablar contigo en confianza." La irritación comienza a volver a mi

voz, pero logro controlarla antes de que él pueda darse cuenta.
"Oh, no te preocupes. Dame un momento. Carisu agarra las caderas de la chica y sin
piedad entra y sale de su culo cada vez más rápido hasta que sus caderas se balancean y
gime de placer. Luego, sin ceremonias, la empuja, y ella tropieza con los brazos de otro
elfo oscuro que la inmoviliza contra el suelo y se desliza sin esfuerzo en su culo
recientemente usado.
107
Ella yace allí inmóvil y sin hacer ruido, con los ojos vacíos, ya que obviamente está
en otro lugar. Cuando levanto la vista, veo que es el barón Cleopold el que le está follando
el culo a la sirvienta. Se me revuelve el estómago al pensar en cómo podría haber usado
a Amelie de manera tan descuidada e insensible si no hubiera intervenido.
Me arrepiento de haber venido aquí. Debería haber esperado. Mirando alrededor de

la habitación, incluso veo a Lady Tainva Zenvrath sentada en la cara de una pobre
sirvienta. Reconozco a muchos de los elfos oscuros aquí. Conozco a estas personas he
partido el pan y negociado acuerdos con la mayoría.
Y si antes el hedonismo y la lujuria me parecían aburridos, ahora me resultan

repugnantes. Puedo sentir que el aire a mi alrededor comienza a zumbar con poder. Me
debería ir, pero vine aquí por una razón.
"Tengo a esa chica humana. Recientemente intentó escapar. La traje de vuelta, pero
no estoy seguro de cómo hacer para que no siga tratando de huir".
En verdad, mi preocupación se ha convertido en algo más. Pero no sé si Carisu

necesita escuchar cómo me preocupo por su seguridad. Necesitaba un curandero
después de desmayarse. Tenía ampollas en los pies de tanto correr. Y me duele admitirlo,
incluso ante mí mismo, pero puede que a veces haya sido demasiado duro con ella.
“Oh, deberías hablar con Rhakis en L'amouer. O puedo hacerlo por ti si lo deseas.
Tienen esta cosa llamada Calor. Convierte a cualquier mujer en una putita muy
complaciente. Solo asegúrate de mantenerla alejada de cualquier sirviente masculino
que pueda sentirse tentado a usarla. Después de una dosis, su resistencia será nula
porque tu polla no será la única que tenga hambre".
Cuanto más habla, más aumenta mi ira. Puedo ver el error que he cometido al venir
aquí. El cumplimiento que busco no es del tipo que permite a Carisu pasar sus siervos
descuidados al barón Cleopold. Estos siervos están destrozados. Derrotados. Eso no es
lo que quiero para Amelie.
108
Tiene que haber una mejor manera de mantenerla conmigo que encadenarla,
drogarla o simplemente aplastar su alma hasta que sea una muñeca sin vida.
"Lo investigaré", le digo. “Gracias, primo.”
Me pongo de pie para irme, y él dice: "te vas tan pronto. Estoy seguro de que
podemos encontrar a alguien con quien intentar divertirte. Incluso conseguiré a alguien
especial. Fresca. Sin uso".
Se levanta de su asiento y levanto la mano para detenerlo. Una pequeña mota de mi

magia se libera de mí, y él se ve obligado a volver a sentarse antes de que pueda
controlarla. Sus ojos se abren de par en par en estado de shock.
"No es necesario. Hoy no estoy de humor".
Me doy la vuelta y me alejo. Estoy a medio camino de la puerta cuando escucho:

"¡Archiduque! ¡Su Excelencia!"
La voz del barón Cleopold me pone los pelos de punta. Estoy listo para fingir que no
lo escuché cuando su mano me da una palmada alrededor del hombro. Me doy la vuelta
y ahí está él, desnudo, con la polla todavía dura.
“¿Qué quieres?” le pregunto, y su mano retrocede bruscamente, conmocionado por

una pequeña chispa de mi poder.
Probablemente era lo suficientemente pequeño como para confundirlo con la

estática porque solo sonríe y dice: "Solo quería preguntar si la chica Amelie valía la pena.
Había escuchado sobre ella y la energía que habían invertido en ella, por eso estaba tan
interesado. ¿Ya la has probado? ¿Es buena? ¿Quizás para demostrar que no hay malos
sentimientos entre amigos después de que la compraste por sobre mí, cuando te canses
de ella, si queda algo, puedo comprártela? Sin embargo, estoy seguro de que no valdrá
una mina entera de Neptherium cuando hayas terminado con ella. Tal vez unos cuantos
envíos valgan la pena si no la has arruinado por completo...”
109
Las palabras del barón se interrumpen cuando su cuerpo flota sobre el suelo. Mi
magia lo toma por el cuello y lo levanta en el aire. Sus ojos se desorbitan mientras sus
manos se aferran impotentes a su garganta.
"¡Ayúdame!" El barón logra chillar antes de que las palabras ya no le sean posibles.
La habitación que había estado llena de sonidos de gemidos, lamentos y risas sádicas se
queda en silencio antes de convertirse en gritos mientras la gente se aleja del cuerpo
flotante del barón.
Sus pies patean el aire salvajemente.
Hay una voz que casi atraviesa el caos. Pero parece distante e intrascendente ya que
mi magia lleva a cabo mi deseo de ver sufrir a este hombre, por siquiera pensar que es
digno de tocar a Amelie. A los hombres como él, ni siquiera se les debería permitir
respirar el mismo aire que ella. Y aquellos que presumen tal cercanía entre nosotros para
pedirme que se la venda para una segunda vuelta no merecen respirar aire en absoluto.
La voz, esa voz lejana, grita: "¡Guardias! ¡Guardias! ¡Estamos bajo ataque! ¡A mí!".
Y es solo después de que Carisu se abre paso entre los huéspedes y sirvientes que
huyen que me doy cuenta de que es su voz. Nuestras miradas se encuentran, y su ceño
se frunce cuando dice: "¿Primo? ¿Qué está pasando?”
110
Capítulo 22
KRAL ISHIRAYA
Observo cómo el reconocimiento se dibuja en el rostro de Carisu. La conmoción y el

horror pronto graban sus propias líneas en su expresión. Abre la boca para hablar, pero
son solo unos pocos susurros mientras lucha por encontrar las palabras. Antes de que
pueda darse cuenta, una puerta a la izquierda de la habitación se abre de golpe. Los
guardias de la casa, con armaduras relucientes, mostrando con orgullo el escudo de la
familia, entran en la habitación, con las espadas desenvainadas.
"¡No, espera!" Carisu grita, finalmente recuperando su capacidad de hablar, pero es

demasiado tarde.
Mi poder explota en una ola. Todos se derrumban en el suelo, agrietando el suelo de

piedra mientras mi magia hace que sus armaduras y armas sean cien veces más pesadas.
Algunos de ellos aterrizan torpemente, y escucho el crujido de los huesos y los gritos de
dolor.
El resto de los invitados se dan la vuelta para huir por la salida más cercana a la que
pueden llegar. Pero las puertas, ahora cerradas por mi magia, no se abrirán. Un elfo
oscuro intenta abrir una puerta con el hombro y luego cae al suelo en agonía mientras la
energía brillante alrededor de la puerta se pone al rojo vivo.
Necesito que sean testigos de esto. Mientras cumplan, vivirán para ver otro día. Casi
al unísono, los invitados se vuelven hacia el centro de la habitación donde el barón cuelga
del cuello, suspendido por cadenas de energía invisible.
"Primo, por favor", suplica Carisu. "¿Cuál es el significado de esto? Tienes que parar.
Por favor, deja al barón. Lo estás matando".
111
La magia zumba a mi alrededor, y puedo sentir cómo la revelación se extiende por la
habitación a medida que cada persona empieza a entender que no hay un atacante o
enemigo invisible desde fuera de las paredes, sino yo y mi poder empujando al Barón
hacia lo alto del techo.
Todo lo que puede hacer es emitir gritos ahogados mientras mi magia lo lleva más
alto y aprieto el agarre alrededor de su garganta. Y luego me elevo en el aire también,
animado por mi poder, hasta que estamos a la misma altura.
Quiero asegurarme de que todo el mundo pueda verme. Necesitan saber cuáles son
las consecuencias de atreverse a insultar a mi Amelie.
"Vas a perder el conocimiento pronto si sigo así, así que seré breve", le digo, mi voz
crepita con energía arcana burbujeando dentro de mí, amplificando los sonidos. “Si
alguna vez vuelvo a oír el nombre de Amelie en tus labios o descubro que te has referido
a ella, aunque sea por inferencia, será tu vida la próxima vez”.
Incluso mientras lucha por respirar, puedo ver lo que parece alivio en su rostro, pero
es una expresión de corta duración.
Mi magia suelta su agarre en su garganta, y él comienza a caer, haciendo un chillido

de lo más indigno. Pero antes de que llegue al suelo, lo agarro por el brazo. La atracción
de la tierra bajo sus pies se intensifica, y mi magia le tira del brazo hacia arriba. La fuerza
combinada de su repentina caída y el tirón de mi poder le arranca el brazo de su cuerpo,
la sangre salpica el suelo con él. Cuando golpea el suelo, puedo escuchar el hueso
romperse cuando su pierna derecha se rompe. Aúlla de dolor mientras su brazo sin vida
cae al suelo ensangrentado a su lado.
Mi voz resuena en la habitación aún más fuerte ahora para que todos puedan
escucharme por encima de los gritos de agonía del barón.
"En cuanto al resto de ustedes, degenerados, si miran a Amelie con el más mínimo
indicio de intenciones lujuriosas, su nombre se convertirá en legendario por el dolor que
soportaron antes de su muerte prematura. Hablad mal de ella, y podréis vivir, pero
112
vuestros cuerpos mutilados darán pesadillas a vuestros hijos, y desearéis que os hubiera
dejado morir.
Miro a mis asustados espectadores y veo a los elfos oscuros tan aterrorizados, si no
más, que sus esclavos humanos.
"Soy el archiduque Kral Ishiraya, el hechicero más poderoso que jamás haya existido.
Esto no es más que una fracción de mi verdadero poder. No se pueden jugar conmigo.
No piensen en ponerme a prueba. Hazle saber a tus parientes y asociados que Amelie es
mía y un desaire contra ella y cualquier daño que pueda ocurrirle será rápidamente
respondido con dolores inimaginables.
La habitación estaba en silencio, excepto por los lamentos del barón.
“¿Lo entienden?” pregunto, y mis palabras resuenan por toda la sala.
Hay síes mansos dispersos y algunos atónitos que asienten con la cabeza.
"No les escuché. ¿Lo entienden, o necesito hacer más demostraciones de mi poder?"
Las chimeneas arden a una nueva vida, arrojando llamas azules y arcanas, y los
muebles manchados de sexo comienzan a flotar en el aire. La sala estalló en sonido
cuando la gente aceptó vigorosamente las reglas que establecí. Todos menos uno.
"Primo, no puedes hablar en serio. Es solo una... “Las palabras de Carisu se cortan
mientras mi magia exprime el aire de sus pulmones”.
"No pienses que el mero parentesco de sangre te exime de este decreto. No

presumas que tendrás margen de maniobra. Rompe estas reglas y estarás tan condenado
como el resto de ellos. ¿Lo entiendes?”
Jadea en un suspiro después de que mi poder disminuye el peso aplastante en su

pecho.
“Sí, Su Excelencia. Perfectamente claro".
113
La sala se queda en silencio; incluso el barón ha dejado de lamentarse. Entonces
parece que ha encontrado su aliento y su voz. Me mira, todo rabia y furia.
"¿Cómo te atreves?", grita mientras se agarra al lugar donde solía estar su brazo, la
sangre aún se filtra entre sus dedos. "No tienes el derecho".
"Yo tengo el poder. Por lo tanto, tengo derecho. ¿Entiendes? Y antes de que
respondas, quiero que sepas que debes considerarte afortunado de que no haya elegido
destriparte. Poco a poco".
Se necesita mucho para palidecer la piel de un elfo oscuro, pero esas palabras son
suficientes para hacer que el barón se ponga pálido, incluso cuando sus ojos arden de
odio.
“Sí, Su Excelencia” dice el barón Cleopold con voz temblorosa de miedo.
Y ahora la habitación apesta a eso. Mi magia hace que el sabor de su miedo sea obvio
para mí. Ninguno de ellos debería albergar ninguna duda de que quise decir exactamente
lo que dije.
Los muebles se estrellan contra el suelo y la magia se desangra de la armadura de

los guardias. Los que pueden comienzan a levantarse del suelo y lo hacen con cuidado.
Uno de ellos se detiene mientras aún descansa sobre una rodilla. Me mira, y veo que su
mano se desliza muy lentamente hasta la empuñadura de su espada.
El aire a mi alrededor canta, mi magia ansiosa por vengarse rápidamente incluso de

la sola idea de oponerse a mí cuando Carisu grita: "No. No. Ni lo pienses".
La mano del guardia se separa de su espada y dejo que mi magia se relaje, pero no
bajo la guardia. Tiene suerte de que Carisu haya sido rápido y es obediente. Retiro la
energía alrededor de la empuñadura de la espada que lo habría drenado de toda vida.
Con la voz temblorosa, Carisu dice: "Creo que la fiesta ha terminado. Gracias por
venir, primo".
114
"Un placer como siempre. Me retiro", digo antes de aterrizar de nuevo en el suelo.
Con los pies firmemente en el suelo de nuevo, me doy la vuelta y camino hacia la puerta
en una habitación tan silenciosa que mis pisadas suenan atronadoras. Las puertas de la
antecámara se abren de golpe, arrancando sus bisagras y rompiéndose en el suelo.
Mi mayordomo espera pacientemente junto al carruaje.
"¿A dónde va ahora, Su Excelencia?", pregunta, con los ojos bajos.
“Al castillo” ordeno al subirme.
No estoy seguro de cuáles pueden ser las consecuencias de esto, pero no me

importa. Ahora todos comprenden que Amelie es mía y que solo un tonto se atrevería a
oponerse a mí.
115
Capítulo 23
AMELIE
Mirar fijamente las delicadas cadenas de mis grilletes y preguntarme ociosamente

qué proceso se utilizó para hacerlas. Necesito algo con lo que ocupar mi mente. Si bien
son livianas y no me pesan físicamente, son sorprendentemente fuertes. Probablemente
sea magia.
Pero me pregunto si hay alguna magia para quitarme su peso emocional de encima.
Encadenada a esta cama, atrapada en esta habitación, trato de ver el sentido de seguir
adelante. No han pasado más que unos pocos días desde mi escape, pero eso y la euforia
de la libertad ya se sienten como un recuerdo lejano o un sueño febril.
Y luego lo que pasó después... Quiero mi libertad, pero hay una necesidad cada vez
mayor de las cosas que el Archiduque puede hacerle a mi cuerpo. ¿Puedo tener ambos?
Eso parece que sería imposible, y en este momento, no tengo ninguna de las dos cosas.
Todo lo que puedo hacer es moverme un poco en la cama. Puedo sentarme lo

suficiente como para alimentarme, pero no mucho más. Bueno, excepto por los intentos
ocasionales de acercarme a algo parecido a cómo me hace sentir el Archiduque. No sé si
solo tiene talento o si usa su magia, pero parece que no puedo hacer que se sienta ni la
mitad de bien que él.
Eso no significa que no lo intente. Tengo que hacer algo para ocuparme. Antes solía
ser contemplar la posibilidad de escapar, pero mi intento terminó en desastre, e incluso
la fantasía fugaz de ello solo despierta un doloroso arrepentimiento.
116
Así que, en lugar de eso, trato de aliviar el dolor y el cansancio con la liberación
sexual. Sin embargo, el peso en mi corazón lo hace difícil. Más aún cuando me
interrumpen.
Saco la mano de debajo de la falda corta que me han dado cuando se abre la puerta.
Enirna entra por la puerta, llevando una bandeja de comida. Solo sé su nombre porque
escuché a uno de los otros sirvientes llamarla así. Me mira con el ceño fruncido como si
supiera lo que había estado haciendo antes de irrumpir y no lo aprueba.
“Me gustaría ver al archiduque” le digo mientras se da la vuelta para irse.
Me sonríe, pero no llega a sus ojos, que aún pueden llevar una mirada de muerte a
pesar de los labios respingados. Con su voz clara y brillante, suena casi alegre, incluso
alentadora. Pero sus palabras no coinciden con su tono.
"Deberías aprender cuál es tu lugar, humana. El Archiduque no tiene tiempo para

estar a tu entera disposición. Cuando tenga necesidad de ti, vendrá".
Como y luego me quedo allí un poco más, de vez en cuando me paso la mano por la
parte interna del muslo o por la camisa de seda que cubre mis pechos. Es mejor que me
mantenga lista para él, ya que no tengo mucho más que hacer.
Cuando la puerta se abre de nuevo, esta vez, entra.
Mantengo los ojos bajos, temiendo lo que pueda hacer para castigarme por mi
desafío, pero también esperando más de su toque. Nunca me ha hecho daño de verdad,
más allá del impacto tras su explosiva llegada al bosque. O al menos no de ninguna
manera que no mezclara el dolor con el placer a partes iguales. Me vistió, aunque sea del
tipo en el que se viste a una moza de cama. Su familia me alimenta y me cuida.
Sé que me tratan mejor que a casi cualquier otro ser humano en mi posición, así que
¿por qué sigo anhelando más, y por qué sigo temiéndole si no he hecho nada para
enfadarle desde mi huida? He cumplido, incluso dispuesta.
117
Pero no puedo quitarme del todo el miedo a él, y me acobardo cuando se acerca.
Suspira y yo lo miro a la cara. Si bien su expresión es inexpresiva, sus ojos tienen toda la
amabilidad que podría desear y, sin embargo, sigo dudando.
Cuando se sienta al final de la cama y sus manos rozan mis pies, no puedo evitar
retroceder un poco. No hace más movimientos bruscos, y yo devuelvo
intencionadamente el pie a donde estaba, justo debajo de la palma de su mano.
Las yemas de sus dedos recorren los delicados huesos de mis pies, hasta mi tobillo,
donde la cadena se conecta al grillete. Susurra una palabra y se abre. Me quedo quieta
mientras él repite el proceso con el otro pie.
"Dame tus manos", dice con voz suave. Pronto se me caen las ataduras de las
muñecas, pero él sigue sosteniendo mis manos entre las suyas.
"No me gusta encadenarte, pero debo hacerlo por tu seguridad. Tu escape te puso
en peligro, y yo no puedo permitir eso. Tienes suerte de que yo fuera la primera persona
en encontrarte y de que las bestias aún no hubieran bajado de las montañas.”
Mi cabeza gira ligeramente por el contacto piel con piel mientras él frota mi muñeca
donde estaba atada. No es que duelan los grilletes, pero aún así se siente bien. Me roza
un punto, justo en el interior de la muñeca, y hace que mi cuerpo tiemble.
Luego sus manos vuelven a mis pies y los masajea suavemente, sacando un suave
gemido de mis labios.
"No quiero que estés atrapada aquí, pero no sé si te puedo dar algún margen de
confianza. Podemos ir a pasear por el castillo cuando quieras".
Me sorprenden sus palabras. ¿Le importa mi seguridad? ¿Qué clase de elfo oscuro le
diría eso a un humano? Apenas podría creerlo si no fuera por la ternura en sus ojos.
Luego, está el asunto de su trato. Quiere acompañarme y dejarme caminar. No quiere

mantenerme encadenada a menos que tenga uso para mí o castigarme por portarme
mal. Él quiere darme lo que tanto deseo.
118
Tengo una pequeña sonrisa ante la idea de decirle a Enirna que vaya a buscar al
Archiduque por mí, pero luego siento que mi garganta comienza a apretarse y siento que
estoy a punto de llorar ante la idea de poder salir de esta habitación nuevamente.
Contengo las lágrimas, tratando de averiguar cómo puede afectarme tanto.
Podría decirle que no volveré a huir. Que todo lo que necesita hacer para que me
quede es tocarme como lo hace, eso hace que mi cuerpo cante. Pero me callo. No puedo
darle ese poder, ¿verdad? Todo esto podría ser un juego mental que está jugando
conmigo.
Debe ver la vacilación en mi rostro porque se acerca, me acaricia la mejilla y dice:

"Puedo entender si no confías en mí. Es algo en lo que ambos tenemos que trabajar, pero
espero que puedas darte cuenta de que realmente tengo los mejores intereses en el
corazón. Es mi trabajo mantenerte a salvo".
Aparta la mano de mi mejilla y deja escapar un suspiro. "Supongo que no tiene mucho
sentido, ¿verdad? Ojalá pudiera encontrar las palabras para explicártelo, pero no
entiendo por qué reacciono ante ti de la manera en que lo hago. Pero de ahora en
adelante, te trataré con delicadeza y nunca te lastimaré. Y trabajaré todos los días para
demostrártelo".
Se pone de pie y me tiende la mano. "Tal vez con el tiempo, confíes en mí lo suficiente
como para no hacerte daño, como para que yo pueda confiar en ti lo suficiente como
para dejarte desencadenada. Pero por ahora, vamos a dar un paseo. El clima es perfecto.
Ha salido el sol, y con una brisa fresca que sopla desde el norte, es bastante agradable".
Me mira, con la mano aún extendida. Esto parece demasiado bueno para ser verdad.
Vi la furia en sus ojos después de que me atrapó, pero tal vez eso era miedo. No sé. No
puedo confiar en él demasiado rápido, ¿verdad? Tal vez no puedo confiar en mí misma.
Con el efecto que tiene en mí, es difícil juzgar mis propias reacciones. Mis
pensamientos y sentimientos son un lío conflictivo de miedo, deseo, tristeza y anhelo.
Quiero la libertad de elegir, pero lucha con el deseo de ser elegida. Su interés en mí
parece genuino, pero no puedo bajar la guardia a su alrededor, todavía no.
119
Pero al menos puedo salir a caminar.
"Ajá", tarareo mi aprobación mientras tomo su mano, y él me pone de pie. Quiero
que todo sea verdad. Pero tal vez eso nuble mi juicio cuando se trata de él. ¿Debería
creerle y confiar en él lo suficiente como para ver cómo va esto?
Su mano aprieta suavemente la mía mientras nos dirigimos hacia la puerta.
120
Capítulo 24
AMELIE
Dar ese paseo con el archiduque provocó cambios en la forma en que él y yo

interactuamos. Fiel a su palabra, pude preguntar por él cuando empecé a volverme loca
sentada en mi habitación. Cuando no aparece de inmediato, por la razón que sea, envía
a un sirviente para que me lo diga.
Pero caminamos juntos al menos una vez al día y hablamos. Bueno, sobre todo,
habla. Escucho y hago sonidos alentadores.
"Siempre me ha gustado este jardín", dice, mirando la vegetación bien cuidada que
rodea una fuente de mármol blanco inmaculadamente reluciente.
Me limito a asentir. Pero sí veo por qué le encantaría tanto. Las flores parecen estar
en perpetua floración por lo que puedo decir. No sé si las plantas de aquí lo hicieron de
forma natural o si fue magia. Siempre ha sido difícil saberlo con los elfos oscuros, ya que
han incorporado la magia en todos los aspectos de sus vidas.
Podría preguntárselo, pero todavía no estoy lo suficientemente segura de mi propia

voz o incluso de mí misma para hacerlo. Sigue habiendo demasiada incertidumbre sobre
él. Parece que se preocupa por mí de alguna manera, pero ¿qué es eso para un elfo
oscuro?
Si bien me alegro de no verlo furioso conmigo, tampoco he visto la misma forma en

que me quería, o al menos aún no ha vuelto a mostrar ese lado.
121
Tal vez sea parte de su promesa de ser amable, pero poco a poco estoy aceptando lo
mucho que quiero que me tomé y me folle. Nada en mi vida, a pesar de esos primeros
pasos en el bosque, se han sentido tan bien como cuando él me tomó y me hizo suya.
Pero el sexo apasionado e intenso ha dado paso a que duerma a mi lado. Es extraño
pero no desagradable. Cuando se me acerca, imagino un mundo ligeramente diferente,
casi puedo sentirme segura en sus brazos. Y prefiero las noches en las que lo hace, no
solo por eso, sino que esas son las noches en las que no estoy encadenada mientras
duermo.
Todavía cierra la puerta con su magia, pero no sé si lo haría si entendiera lo mucho

que me deleito con el sentimiento de él contra mí. La única desventaja es que en esas
noches, no puedo dejar que mis manos recorran mi cuerpo y finjan que son las suyas.
Por lo general, antes de que duerma en mi cama, cenamos juntos. Siempre hace que
los cocineros preparen una comida abundante y exquisita, todavía estoy demasiado
nerviosa para comer mucho. Me doy cuenta de que no le hace feliz que solo elija la
comida que me dan.
Esta noche, es más o menos lo mismo que ha sido durante las últimas dos semanas.
Organiza su agenda para estar allí con tiempo suficiente para liberarme de mis cadenas
y dejarme vestirme. Después, camina conmigo a uno de los pequeños comedores del
castillo. No estoy segura de si fue utilizado por los sirvientes. Ciertamente no es lo
suficientemente opulento como para entretener a los invitados. Pero es privado, solo
nosotros dos, y eso es realmente lo que quiero.
El faisán es delicioso, pero solo logro unos pocos bocados antes de que mis nervios
me ganen.
La mezcla que me dieron no tiene efectos negativos en mi estómago nervioso, pero

eso no significa que mi cuerpo no recuerde 20 años de vida en los que las cosas habrían
terminado de manera diferente, y eso me quita el apetito.
"¿Hay algo malo en tu cena?", pregunta.
122
Niego con la cabeza “no”.
"Entonces, ¿no tienes hambre?"
Tomaría muchas palabras explicar la manera en que cada vez que empiezo a
relajarme y tal vez disfrutar realmente de mi tiempo con él, el miedo de que la alfombra
esté a punto de ser arrancada de debajo de mí retuerce mi estómago en nudos. Así que
asiento afirmativamente.
"Me gustaría que comieras más. Creo que te ayudaría a sentirte mejor. Aquí. Toma,
Prueba esto", dice mientras se acerca y luego me lleva a su regazo. Descubre un pequeño
plato con una especie de fruta fría que es demasiado exótica para que yo sepa el nombre.
Toma un poco con su tenedor y me lo ofrece.
Le doy un mordisco, es fresca y dulce pero ligeramente ácida, y la combinación me

hace temblar.
"¿Te gusta?", pregunta.
"Sí. Mucho, Su Excelencia.”
Es la mayor cantidad de palabras que le he dicho juntas, además de mis gritos sin
sentido esa noche dichosa, y la expresión de satisfacción en su rostro hace que mis
dudas, que ya se desmoronan, flaqueen.
"Es muy bueno. Aunque me da frío” digo, mirando la piel de gallina a lo largo de mi
brazo”.
"Ni'sin es mejor frío. Se vuelve muy amargo cuando se calienta. Se envasa en hielo y
se envía desde el norte. Puedes tomar todo lo que quieras, o podríamos probar otra
cosa", ofrece.
"Lo disfruto, pero podría..." Dudo, no estoy segura de si quiero dar estos pasos
vulnerables con él, "¿Podría quedarme contigo? Eres muy cálido".
123
"Si hubiera sabido que esto es lo que se necesitaría, te habría pedido que lo
intentaras antes", dice con una sonrisa, y por un breve segundo, veo un indicio de algo
parecido al deseo que mostró por mí antes.
Le doy otro mordisco y me aprieto contra él. Sí, es muy cálido.
Más tarde, nos acostamos en la oscuridad, con su brazo alrededor de mí, cuando le
digo: "Lamento haberme escapado".
Suspira y dice: "¿Eso significa que no planeas volver a intentarlo?"
"Ya no... Me gusta estar aquí, contigo. Es solo que antes, tenía miedo. Y siempre he
anhelado la libertad. Al crecer en L'amouer, sabiendo el propósito que tenían para mí,
siempre esperé que mi vida terminara en tragedia. Hay cosas que vi allí..."
Entonces todo empieza a salir de mí, todo. Todos los miedos y preocupaciones que
tuve mientras crecía. Observar a las otras chicas y saber que ellas también estaban
sufriendo y cómo siempre quise ser libre. Le cuento que me hicieron ver lo que le hacían
a Honey y a las otras chicas.
Entonces, la noche en que... me rescató del Barón, cómo Rhakis me drogó, y cómo
todo eso me llevó a estar con él. Pero no llego a hablar de cómo era mientras me
atormentaba con la negación y el placer.
No creo que pudiera hablar de eso sin rogarle que me tomará, y si eso era lo que
quería, lo haría. No creo que pudiera soportarlo si me lo negara. Especialmente después
de sentirme tan vulnerable con él.
"Me alegro de haberte visto y de haber podido llevarte lejos de ese lugar", dice
finalmente. "No dejaré que nadie te haga daño".
Y le creo. Sin reservas y sin dudas, le creo cuando dice que me protegerá, al menos
de los demás.
“Gracias, Su Excelencia.”
124
"Creo que hemos pasado el punto en el puedes llamarme Kral cuando estemos solo
somos tú y yo. No me está ordenando que deje de usar el título. Él me está dando a
elegir.
“Gracias, Kral”. Le digo. Su nombre se siente extraño en mi lengua sin ningún título
adjunto, pero no está mal. Es algo a lo que podría acostumbrarme.
"Si eso es gratitud sincera, quiero que respondas a esta pregunta honestamente.
¿Puedo confiar en que no huirás si renunciamos a las cadenas?", pregunta.
Lo agarro y me acerco.
"No me voy a ir a ninguna parte".
Cuando me rodea con sus brazos, me siento segura, verdaderamente segura y

protegida por primera vez en mi vida. Para los Trece, espero que esto pueda durar. No
sé qué haría sin esta sensación de calma que tengo ahora.
125
Capítulo 25
KRAL ISHIRAYA
Me duele el corazón por la niña que solía ser Amelie y las cosas que tuvo que
soportar, pero ahora siento aún más cercanía. No es lo mismo, pero ambos luchamos
con el aislamiento de nuestros entornos. Ser un paria puede ser difícil. Pero al estar con
ella, puedo conectarme con ella y ya no me siento tan solo.
Antes, pensaba que era mejor cuando estaba aislado de los demás. Y sin emociones,
no podía sentir la soledad. Sin embargo, incluso en retrospectiva, mi corazón también
comienza a doler por el niño que fui. Puedo ver dónde me ha hecho daño mantener a la
gente alejada.
Pero ahora todo es diferente. Puedo acercarme a Amelie. Quiero acercarme a ella.
Todavía me estoy adaptando a sentir las cosas de nuevo, después de todos estos años,
pero estoy empezando a apreciar el anhelo que siento por ella después de haber sido
absorbido por los asuntos de la corte.
Es extraño pensar que podría disfrutar extrañándola, pero no hay nada como ese
momento en el que la veo después de un largo día. Nunca supe que alguien pudiera
excitarme y calmarme en partes iguales.
“Buenas noches, Amelie” le digo mientras vuelvo a su habitación. Rápidamente mete

algo en un cajón y lo cierra de golpe.
“Buenas noches, K-Kral.”
Levanto una ceja y asiento con la cabeza hacia el cajón.
"¿Es eso algo de lo que debo preocuparme? ¿Secretos?”

126
Su piel se enrojece. "No son secretos. Es una sorpresa. Hay una diferencia".
No puedo evitar sonreír, y cuando ella me devuelve la sonrisa, siento que mi corazón
se derrite. Haría cualquier cosa por verla sonreír. La forma en que hace que mi corazón
lata más rápido es estimulante.
De repente, es como si el mundo hubiera cambiado, pero nada ha cambiado mientras

me pregunto: ¿Es esto amor?
El sentimiento hace que mi magia fluya a mi alrededor, pero esta no es la forma en

que explota de mí cuando estoy desgarrado por la ira. Cuando todo es rabia, mi magia es
todo instinto y acción instantánea. Es como dejarse llevar por la corriente, y cada
pensamiento que pasa se convierte en la voluntad necesaria para dirigir la magia. Aquí,
con ella, mi corazón rebosante de esta sensación de tranquilidad energética, siento mi
magia a mi alrededor, pero en lugar de buscar una manera de cumplir mi deseo, espera,
algo así como una mascota obediente, pero aún peligrosa.
Esta emoción, que ahora estoy convencido de que debe ser amor, no me lleva a la
locura. En cambio, me da una razón para buscar el control porque no quiero ponerla en
peligro. Quiero protegerla, mantenerla y cumplir sus deseos. Amo a Amelie.
Disfrutamos de nuestra cena juntos, y es genial verla comer ahora. Finalmente me

dijo que estaba nerviosa, y eso la hizo dudar en comer. Después de la cena, mientras nos
acostamos juntos en la cama, siento que necesito hacérselo saber.
“Amelie” empiezo, y luego se me seca la boca.
“¿Sí?”
“Me gusta esto” digo, atrayéndola hacia mí, con el pecho pegado a su espalda.
“A mí también.”
"Quiero que entiendas lo que significas para mí. Quiero empezar disculpándome por
haberte asustado antes. Estaba fuera de control cuando te fuiste, e incluso antes de eso,
cuando te traje aquí por primera vez.”
127
"Ya te has disculpado", dice.
“Sí, pero mereces saber por qué. Verás, el problema fue que me hiciste sentir".
Hay una larga pausa antes de que ella pregunte: "¿Sentir que?"
"Cualquier cosa", respondo.
Se da la vuelta en la cama para mirarme, su ceño fruncido se revela a la suave luz de

la luna a través de la ventana.
"¿Disculpa? Lo siento. No lo entiendo".
"Desde mi infancia, no he sentido nada. Sin emociones".
Sus labios se presionan en una delgada línea. "He oído rumores", admite.
Respiro hondo, necesito que ella sepa la verdad y no lo que otros susurran a mis
espaldas.
"Tuve problemas para controlar mis emociones cuando era niño y cuando me
enojaba, mi magia explotaba y... es difícil de admitir, pero realmente lastimé a algunas
personas. Compañeros de juegos de la infancia. Amigos. Sirvientes del castillo. Y así, me
llevaron al sumo sacerdote y llevaron a cabo un ritual que selló mis emociones".
"Oh, no. Eso debe haber sido tan horrible para ti".
No puedo reprimir una risa amarga.
"Creo que la peor parte fue que no me sentí así, porque no podía sentir nada".
"¿Cómo formas amistades si no puedes sentir nada?"
"No lo hice. Nadie quiere jugar con el niño literalmente incapaz de pasar un buen
rato".
"No puedo imaginar cómo debe haber sido eso".
"No parecía tan malo en ese momento, pero eso fue porque no tenía emociones.
Pero mirando hacia atrás ahora, es obvio que... El daño ya está hecho".
128
“¿Tus padres no tuvieron en cuenta esas consecuencias?”
"No lo sé. Ya estaban distantes por defecto, y creo que estaban aterrorizados de
mostrar cualquier incertidumbre o debilidad. Si tenían dudas sobre su plan, nunca las
discutían conmigo. Simplemente me llevaron al sumo sacerdote, y eso fue todo. Un día
era un niño enojado, y al siguiente, nada".
"Esta no puede haber sido su primera opción", dice.
"Probaron varios tutores y otros métodos, pero creo que creían que me estaba
volviendo demasiado poderoso, demasiado rápido".
"Te hicieron esto porque tu magia te hizo peligroso. Mmm... ¿Estoy en peligro porque
te hago sentir cosas?"
"No. No. Ahora no. Finalmente entiendo lo que me está pasando. Finalmente
entiendo mis sentimientos por ti".
Sus ojos brillan con anticipación. “¿Y qué sientes por mí?”
"Contigo, sé que alguien me entiende. No estoy solo como siempre lo he estado y

finalmente puedo confiar en alguien".
Sus ojos brillan con lágrimas. "Me alegro de que me hayas encontrado", susurra.
Me inclino hacia ella y nuestros labios se encuentran, y puedo sentir el poder que se
eleva en mí, pero esta vez solo está subiendo a la superficie, sin amenazar con
desbordarse. No lo necesito, así que el poder simplemente descansa allí, listo para ser
aprovechado pero sin saltar para promulgar ningún pensamiento.
Lo cual es bueno porque las cosas que quiero hacer con Amelie son cosas que quiero
sentir con mi propia carne.
Ella gime en mi boca y sus manos comienzan a explorar mi cuerpo. Tomo esto como
una invitación a hacer lo mismo con ella. Quiero tocarla por todas partes. Pongo mis
manos en sus caderas y luego la hago rodar encima de mí. Un pequeño chirrido escapa
129
de sus labios ante el repentino cambio de posición, pero nuestros labios nunca se
separan.
Deslizo mis manos por la piel de sus muslos y puedo sentir cómo el calor de su cuerpo
aumenta, especialmente cuando se sienta a horcajadas sobre mis caderas. La quiero
ahora, pero también quiero tomarme mi tiempo con ella. Sin embargo, no puedo hacer
ambas cosas a la vez, y me recuerdo a mí mismo que no hay prisa. Me muevo despacio
y disfruto el momento, deleitándome con el privilegio que es disfrutar de algo, de
alguien.
Mientras el calor entre nuestros cuerpos crece, sé a dónde va esto.
Finalmente, Amelie se sienta, respirando con dificultad. Su movimiento hace que se

roce contra mi polla ya dura, y gime. Luego, en un susurro casi sin aliento, dice: "Por
favor, te necesito".
Me agarra las manos y las tira de ellas hacia sus pechos como si necesitara algún
estímulo. Cuando alzo la mano y acaricio sus pechos, sus pezones duros presionan a
través del delgado material de su camisón y puedo sentirlos en la palma de mi mano. Los
masajeo y siento que se estremece, haciendo que se gima contra mí, la fricción es un
pálido fantasma de lo que está por venir.
"Podría, si quieres, usar algo de mi magia para mejorar las cosas para ti".
Sus ojos se abren de par en par. “¿Mejor?”
"Solo un pequeño aumento de sensaciones placenteras", le digo.
"¿Y no es peligroso?", pregunta.
"Estás perfectamente a salvo conmigo. Nunca te haré daño".
"Confío en ti", dice.
Y con esas palabras, dejé que parte de mi poder fluyera a su alrededor, acariciando
su piel, despertando su cuerpo a alturas más altas de placer.
130
Capítulo 26
AMELIE
La piel se me eriza y puedo sentir la forma en que su magia trabaja a través de mí.
Esto no es como el Calor que me impusieron antes. Eso se sentía intenso pero artificial,
como si estuviera haciendo todo el trabajo. Tal vez porque lo era. Pero aquí, con Kral y
su magia, se siente más como avivar las llamas que ya están allí.
Los pantalones de seda que lleva son lo único que se interpone entre mi dolorosa
necesidad y su generosa polla. Sería una simple cuestión de tirar de la cintura hacia abajo
y deslizarlo dentro de mí debajo de mi camisón. Pero quiero que sea él. Quiero que sea
él quien pierda el control.
Podría estar jugando con fuego con cualquier otra persona, empujando y
bromeando, pero no tengo miedo de que me lastime. Puede que sea rudo, pero sólo en
las formas que me excitan.
Me atrae para darme otro beso. Me sorprende lo bien que se siente estar presionada
contra él. Ya estoy subiendo hacia mi cima y apenas hemos hecho más que besarnos.
Solía pensar que Kral era peligroso. Ahora sé que lo es. Con sus habilidades mundanas
y mágicas, sería muy fácil para mí enamorarme aún más de él.
Apoya sus manos en mí, las yemas de sus dedos justo más allá del dobladillo del
camisón. Me está provocando, pero no ganará... todavía. Pero enrollo mi trasero en sus
palmas, animándolo a continuar mientras también froto mi coño contra su polla.
Me estremezco cuando el primero de lo que sé que serán muchos orgasmos me

atraviesa.
131
"¿Excitada?", bromea.
Para responder, presiono mi cuerpo contra el suyo mientras nos besamos. Nunca
supe que podía sentirse tan bien. Y no es solo la magia, aunque eso ciertamente ayuda.
Pero hemos llegado a querernos el uno al otro, y eso es su propia sutil magia.
Pero el pensamiento amenaza con sacarme del momento. ¿Realmente puedo querer
a un elfo oscuro? Las cosas que su pueblo le ha hecho al mio son monstruosas. Este es el
mismo hombre del que traté de escapar. No es que no lo recuerde, sino que el mundo
ha cambiado de alguna manera. Es mucho más complejo ahora que hace diez minutos
cuando me dijo que me amaba.
Pero antes de que mi mente pueda huir con los pensamientos y estropear el
momento, las yemas de sus dedos comienzan a deslizarse por mi cuerpo, levantando el
camisón con él. Mi piel canta las alabanzas de su toque, y yo gimo, tal vez más fuerte de
lo que pretendía. Pero no importa quién nos escuche.
Nadie se hace ilusiones sobre por qué me trajeron al castillo. Y cuando levanta mis
caderas y libera su polla, estoy muy dispuesta a cumplir ese papel. Su hechizo y la
anticipación significan que estoy más que lista. Estoy tan mojada que podría llevarlo
hasta la base de una sola vez, pero en cambio, elijo disfrutar el momento.
Sentir como la punta de su polla se abre camino en mí, desencadena una reacción en
cadena en mi cuerpo. El grito que emerge de mí puede ser más fuerte que cuando Kral
dio la alarma sobre mi escape.
Lo miro y puedo ver la moderación que se muestra escrita en su rostro. Quiere

enterrarse hasta la empuñadura en mí, pero me está dejando tomarlo con calma. Porque
él se preocupa por mí.
La sensación de que se desliza lentamente dentro de mí, centímetro a centímetro, es

exquisita. Una vez que estoy completamente sentada en sus caderas, comenzamos a
mecernos al ritmo lentamente. Kral ha abandonado el estoicismo, y la forma en que sus
132
propios gemidos me hacen saber que le he hecho sentir tan bien es suficiente para
ponerme en marcha de nuevo.
Mis músculos se debilitan y me desplomo sobre su pecho. Kral me rodea con sus
brazos y me planta un suave beso en la frente. Luego mantiene el ritmo constante de sus
caderas mientras yo me quedo allí acostada tratando de recuperar el control sobre mi
cuerpo.
Pero la sensación de que él se mueve dentro de mí hace que eso tome más tiempo.
Pienso por un segundo en pedirle que se detenga, pero eso significaría dejar que la
sensación disminuya, y ya estoy subiendo a mi clímax.
"Te quiero", le digo en voz baja mientras él continúa empujándome, sin llegar a la
extensión total a la que me refiero. Con la misma suavidad con la que se mueve, su
longitud y circunferencia hacen que mi respiración se entrecorte.
Entre cada respiración entrecortada, repito las palabras. Siento que mi cuerpo se
enrojece de nuevo con el cálido resplandor del orgasmo, y es como si me hubiera
derretido. Quiero montarlo, usar todos los trucos que he aprendido en ese maldito lugar,
pero el puro placer de todo esto ha hecho que mi mente olvide cómo controlar mi
cuerpo.
Me quejo cuando siento que se aleja de mí, de repente preocupada de que mi falta
de participación activa signifique que ha terminado conmigo. Pero en lugar de eso, me
hace rodar sobre mi espalda, el delicado roce de las sábanas de seda contra mi piel me
hace estremecer.
Entonces se me echa encima, y siento que me empuja una vez más.
"Te quiero, Amelie", dice, justo cuando mi cuerpo se abre para aceptarlo.
Nuestros labios se encuentran, y él me besa como si tuviera hambre y eso me quita

cualquier claridad de pensamiento. El mundo ha sido reducido a una neblina de placer.
Aunque he empezado a sentir que el mando de mi cuerpo vuelve a mí. Levanto mis
133
caderas hacia cada una de sus embestidas, envolviendo mis piernas alrededor de su
cintura, tratando de atraerlo más profundamente.
"Oh, dioses de abajo, nunca pensé que algo pudiera sentirse tan bien", logro decir
entre jadeos mientras comienza a moverse cada vez más rápido.
"Ajá", es todo lo que logra mientras su respiración se vuelve más errática. Se está
acercando, su compostura comienza a fallar. Sus movimientos son menos precisos, sus
caderas ya no se mueven a un ritmo constante. Puedo sentir cómo se hincha en mí a
medida que se acerca a su propio clímax.
Su control se desvanece, ya no es capaz de concentrarse en mi placer y sin embargo,

se siente aún mejor a medida que se acerca a su punto máximo, el ritmo y la fuerza de
sus embestidas se convierten en algo más cercano a la forma despiadada en que me ha
tomado antes.
Una ristra de maldiciones escapa de mis labios mientras la próxima ola de éxtasis
amenaza con ahogarme. Justo cuando empiezo a descender de la altura de la dicha, él
me inunda con su semilla y vuelvo a volar antes de que el mundo se desvanezca en la
nada.
No sé exactamente cuándo me desmayé, pero cuando recupero la conciencia, Kral

me está acariciando la espalda, acariciándome el cuello.
"Oh, lo siento mucho. No quise desmayarme", le digo.
"Lo tomaré como un cumplido". Puedo oír la sonrisa en su voz.
Empiezo a sentir que las dudas vuelven a aparecer, justo en el borde de mi mente. Lo
quiero con todas mis fuerzas. Me siento segura y cuidada, pero hay un miedo en torno a
amar a un elfo oscuro. No quiero desconfiar de Kral. Quiero que esto sea lo que seamos
a partir de ahora. Solo nosotros y esta dichosa calidez de afectuosa satisfacción.
Tal vez sean los años de duro trato, pero parte de mi mente comienza a rebelarse
ante la felicidad. ¿No debería querer liberarme de él? Necesito que mi mente se detenga.
134
“Kral” susurro.
“¿Sí?”
"Necesito que me folles como lo hiciste recién. Ahora mismo".
"¿Está todo bien?"
"Sólo hazlo, por favor", le suplico.
Hay una pausa y, por un momento, creo que me va a negar y me quedaré con mi
cerebro tratando de sabotear esto por mí.
Pero entonces, en un movimiento rápido, estoy de espaldas de nuevo, y su

corpulencia está encima de mí. Y a medida que su erección me presiona una vez más,
puedo sentir mi mente aquietada por el placer. No es una solución permanente, pero es
un punto de partida.
135
Capítulo 27
KRAL ISHIRAYA
La suave luz de la mañana entra a raudales a través de las delgadas cortinas,

despertándome suavemente de un hermoso sueño. Amelie está acurrucada contra mi
costado, su aliento revolotea por mi piel en un sueño profundo. Antes de abrir los ojos,
puedo sentirla, disfrutando del ritmo constante de su corazón contra mi pecho.
Mi propio corazón florece en respuesta.
Me estoy acostumbrando a la sensación, pero siempre se las arregla para tomarme

por sorpresa, incluso ahora. Mis dedos se enredan en su cabello rubio pálido mientras
admiro a la impresionante criatura que comparte mi cama. Esto debe ser amor, creo, la
noción me calienta hasta la médula. No puedo imaginar estar sin ella. Sin ella, una
realidad sombría se impone.
Ya puedo oír las protestas de mi hermano.
Nuestros súbditos llamarán a nuestro emparejamiento antinatural y asqueroso. Me

criaron para considerar a los humanos como animales, pero ahora sé que hay mucho
más en ellos. Mucho más para mi dulce Amelie. No toleraré que la traten como a una
esclava o a una mascota domesticada. Ella merece ser mi igual y si no la toleran como
duquesa, entonces estaré encantado de ser exiliado junto a ella.
Quiero que tenga seguridad.
Despacio, para no despertarla, me levanto de la cama. Me inclino y rozo mis labios

contra su frente antes de retirarme a mi armario y encontrar un atuendo adecuado para
la reunión que debo tener con el Rey. No importa lo que diga. Mi decisión está tomada.
136
Me aliso el fino traje oscuro y me recojo el pelo platinado para que no pueda evitar
la sinceridad de mis ojos. Él no es mi enemigo, pero está sujeto a los caprichos de su
pueblo, y no se dejarán influir fácilmente.
De cualquier manera, estoy preparado para las peores de sus condenas.
Renuncio a llamarlo a la sala del trono, dirigiéndome a sus aposentos privados para
esta reunión. Debería estar despierto a esta hora y aún no se ha presentado en la corte.
Así que supongo que está escondido en su biblioteca, como siempre lo está en las
primeras horas de la mañana.
Mi llamada no produce respuesta, así que abro la puerta y entro.
Hay una luz que inunda el vestíbulo hasta su biblioteca privada, tal como sospechaba.
Sabe que estoy allí incluso antes de que le avise de mi presencia, con la cabeza inclinada
mientras hojea un viejo manuscrito. “Kral” dice, cerrando el libro y dirigiendo toda su
atención hacia mí, mezclándose la sorpresa y la curiosidad”. "¿Qué te trae aquí a esta
hora?”
"Ven, siéntate conmigo. Como en los viejos tiempos".
“Prefiero estar de pie” digo, manteniéndome rígido en mi postura”. "He venido a

hablarte de algo importante. Algo cercano a mi corazón".
Su ceño se frunce. Sé cómo mis emociones ponen nerviosos a los que me rodean,
pero es solo la preocupación lo que graba sus rasgos sabios. "¿Qué pasa?"
Una sonrisa me encuentra, pero desaparece al nacer. “Tantas cosas me han sucedido
en las últimas semanas. No sé por dónde empezar”. Pongo una mano en mi pecho y froto
donde duele. “Nunca he sentido tan fuertemente acerca de algo. De alguien.”
El Rey se levanta y viene a mí. “Sabes que puedes decírmelo, hermano.”
“La pregunta” digo lentamente “es si me perdonarás.”
137
"No hay nada que perdonar entre hermanos". Me da una palmada en el hombro con
gesto de apoyo y me mira a los ojos con una expresión severa. "Dime, ¿qué tienes en
mente?"
Esa mirada en sus ojos se ha mantenido igual a lo largo de los años, nunca se ha
convertido en miedo como los demás. Él siempre estuvo ahí para mí, incluso antes de
que mis emociones fueran encerradas por una mano pesada. "Si te ríes, te mataré".
Una sonrisa irónica se dibuja en sus facciones. "Lo juro, no me reiré".
Soy el Archiduque, ¿cómo puedo dudar tanto? ¿Tengo tanto miedo de destruir el
respeto de mi hermano por mí? Lo considero, pero el recuerdo del dulce rostro de Amelie
me da un coraje que no sabía que poseía. “Estoy enamorado...”
“Es una gran noticia...”
“De una humana", termino, interrumpiendo a mi hermano. Un silencio sepulcral se

apodera de él y tengo menos aprensión para continuar. "Entiendo cómo esto complicará
las cosas, así que estoy dispuesto a abdicar de mis responsabilidades como archiduque
de inmediato. No traeré deshonra a tu reino, pero no puedo evitar esto. La amo y ella
me ama".
"Kral..."
"Sé lo que vas a decir. Créeme, he ensayado esta conversación en mi cabeza toda la
mañana". Raras lágrimas acuden a mis ojos, pero no me disuaden. No puedo mirarle a la
cara por temor a ser testigo de su disgusto. "Ella me ha hecho feliz, hermano, y espero
que puedas respetar mi decisión".
Se produce un pesado silencio.
Cuando lo rompe, su tono es igualmente ponderado. "No puedo aceptarlo".
Me encuentro con su mirada, sorprendido. No esperaba que se lo tomara bien, pero

no creía que me negara rotundamente mi deseo más profundo. Pero cuando encuentro
sus ojos, son suaves y cálidos de comprensión. "No puedo aceptar tu abdicación",
138
continúa con más cuidado, "porque tu lugar está aquí, con tu familia. Y si esta mujer te
hace feliz, entonces ella también es tu familia. Lo que la convierte en mi familia y no
permitiré que ninguno de los dos viva en el exilio.”
"Ya has sufrido bastante, hermano.”
"Ya es hora de que se les permita ser felices. Te has perdido mucho porque sellaron
tus emociones, y no me interpondré en el camino de tu realización ahora. Gracias por
confiar en mí".
Las lágrimas corren por mis mejillas mientras agarro su antebrazo.
Presiona su frente contra la mía, agarrándome la nuca. "No te echarán de tu casa,

Kral. No lo permitiré y ¿De qué nos sirve ser miembros de la realeza si no podemos
cambiar las leyes que queremos?"
“Hablas en serio?” le pregunto, levantando la mirada, para mirarlo a los ojos.
"Completamente", dice a su vez, con una sonrisa aguda formándose. Se desvanece

ligeramente, como si se diera cuenta de algo terrible. "Pero eso no significa que no nos
enfrentaremos a la oposición del consejo y de los plebeyos. Tendréis que manteneros
fuertes en la lucha que se avecina, si quieres conservar tu título y tu mujer".
Arrugue la frente con severidad. "Sabes que lo soy".
Me sacude el hombro como si pusiera a prueba mi determinación, encontrándome

inamovible. "Tal vez esto es lo que el reino necesita, más que nada. Ya es hora de dejar
atrás estas viejas leyes para siempre y creo que tú eres el indicado para hacerlo.”
"Tienes todo mi apoyo, Kral Ishiraya."
De todos los escenarios, no imaginé que insistiría en que me quedará y que Amelie
sería bienvenida a mi lado. Sin embargo, tiene razón, nuestra Unión atraerá la resistencia
incluso de nuestros partidarios más leales, pero debe hacerse si Amelie quiere tener un
futuro o algún sentido de seguridad.
“Gracias, hermano” susurro, abrazándolo con fuerza. "Es mi más profundo honor".
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Él acepta el abrazo y aprieta con fuerza a cambio. "No sabes el alivio que es tener a
mi hermano de vuelta".
140
Capítulo 28
AMELIE
Me despierto e inmediatamente me doy cuenta de que la cama está vacía y fría, a

diferencia de esta mañana. Me había movido brevemente cuando salió el sol, pero
cuando abrí los ojos y vi a Kral sosteniéndome, me acurruqué contra él y volví a
dormirme.
Ahora, no hay nadie a mi lado, y suspiro. No me preocupa, pero me gustaría poder

quedarme toda la mañana en la cama con él. Supongo que ese es el problema de
enamorarse de un archiduque.
No puedo reprimir mi sonrisa al pensar eso de nuevo. Estoy enamorada de él. Me di

cuenta de ello mientras me quedaba dormida, entretejiéndome en mis sueños, e incluso
ahora, no puedo negarlo.
Hace que mi corazón se acelere y mi estómago se revuelva, me encanta la sensación

de ambos. Salgo de la cama para vestirme y pronto me encuentro de vuelta en mis
aposentos esperando a que regrese.
Me acerco a mi mesita de noche donde esperan mis agujas y mi tejido y los llevo a la
silla junto a mi ventana.
Al principio, Kral se había opuesto a que me cansara con cosas tan triviales. Me dijo
que podía darme todo lo que quisiera y que no tenía que preocuparme por hacerlo. Me
tomó mucho tiempo convencerlo y demostrarle que me volvería loca sin nada que hacer.
Con el tiempo, se dio cuenta de lo mucho que me tranquilizaba y desde entonces ha

estado animando mis esfuerzos por explorarme a mí misma, ya que solo he sido una
141
prisionera. Me ha estado proporcionando muchos pasatiempos para probar, diciéndome
que quiere saber qué es lo que me hace más feliz.
He disfrutado tejiendo y trabajo efusivamente en él mientras espero que vuelva. Sé

que va a volver y eso me reconforta mientras enrollo el hilo, observando la forma que
está tomando para convertirse en algo hermoso.
Eso es lo que me encanta de tejer. Tomo dos cosas que son claras en sus propios
aspectos, y las ato juntas, entretejiéndolas entre sí hasta que sus esfuerzos combinados
son algo más. Tal vez eso es lo que espero recibir de Kral.
Sonrío ante el proyecto, contenta de que por fin esté tomando forma. He estado
diseñando guantes para que él use en las frías mañanas de Vhoig. No creo que se haya
dado cuenta de la forma que han tomado y estoy agradecida por eso. Quiero que sea
una sorpresa.
Nunca he sido buena con las palabras dada mi educación. Con el tiempo, aprendí a
aplastar mis emociones y a comportarme obedientemente. Construí muros entre esa voz
en mi cabeza que me decía que lo que estaba haciendo estaba mal.
Con todo ese entrenamiento, he luchado con la forma en que me siento con Kral. Sé
que lo amo, pero no tengo idea de cómo decírselo. También temo lo que dirá cuando lo
haga, así que me apoyo en lo que sí sé: acciones.
Espero que si le doy estos guantes como señal de cariño, él los acepte y entienda lo
que siento. Sé que debo decírselo de alguna manera antes de que me vuelva loca guardar
este secreto.
Esta es la única forma que tengo de confesarle mis sentimientos. Tengo miedo de
que si lo digo de manera más clara, si le hago enfrentar lo que siento por él, cambie su
trato hacia mí. No quiero eso, así que le haré los guantes y rezaré para que me ame de
la misma manera en que yo lo amo a él.
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Desde mi ventana, veo a Kral cuando se acerca a la entrada principal, con su cabello
platinado brillando bajo los brillantes rayos del sol. Mi corazón da un vuelco y me olvido
de todas mis preocupaciones, dejando caer los guantes en mi silla.
Salgo corriendo de la habitación, incapaz de contener mi emoción. Estoy demasiado

ansiosa por verlo y apenas me contengo cuando me detengo en lo alto de la escalera que
conduce a la puerta principal. Seré lo primero que vea cuando entre.
La sonrisa en mi rostro vacila rápidamente cuando me doy cuenta de que no me

había detenido tan lejos del borde del piso superior como pensaba. Mis costillas crujen
contra la barandilla cuando mi cuerpo se inclina violentamente hacia adelante y soy
arrojada por encima de la barandilla por una fuerza que parece mucho más fuerte que la
propia gravedad.
Grito mientras el aire me arranca el pelo de la cara y justo cuando los dedos de los
pies despegan del suelo, las puertas delanteras se abren.
Al igual que la primera vez que nos vimos, sus ojos se fijan en los míos y no puedo
evitar pensar en lo extraordinarios que son. Son los ojos más hermosos que he visto en
mi vida y me llenan de paz cuando dejo que mis ojos se cierren.
Sé que por la altura del segundo piso y la dura piedra del primero que esta caída me
va a matar. Mientras caigo por el aire, sé que se romperá mi cabeza, por lo que bloqueo
todo lo que me rodea, negándome a dejar que el miedo sea lo último que siento.
En cambio, solo pienso en los ojos de Kral. Dejo que mi amor por él fluya a través de
mí y acepto el final hacia el que estoy cayendo.
Solo que no me golpeo contra el suelo. En cambio, un par de brazos fuertes rodean
mi cuerpo, frenando mi caída mientras me presionan contra un pecho familiar. Me
empapo de su aroma y cuando me doy cuenta de que me salvó, un grito roto se escapa
de mi garganta.
143
Kral me abraza contra él con más fuerza, plantando besos por toda mi cara mojada.
Solo me dan ganas de llorar más, pero trato de luchar contra ello cuando él comienza a
llevarme de regreso al piso de arriba.
Me confunde cuando pasa por mi habitación, pero no protesto. En cambio, me aferro

a él, ansiosa por estar con él. Me sorprende un poco cuando abre la puerta de su
habitación de una patada, pero no me molesta cuando me recuesta suavemente en su
cama.
Intento levantarme con los codos, pero él niega con la cabeza. Me acaricia la cara,
colocando un largo y dulce beso en mis labios antes de recorrer con sus manos mi cuerpo.
Al principio, siento un pinchazo de emoción antes de darme cuenta de que me está
inspeccionando.
Un susurro de risa sale de mis labios. "Estoy bien", le digo.
"Necesito estar seguro de ello", murmura, sus manos todavía recorren mi cuerpo.
Está palpando todo, comprobando si hay algún dolor y cuando finalmente termina y ve
que no estoy herida, casi se desploma en el suelo.
Me arrastro hasta el borde de la cama, sin saber qué hacer y él inclina la cabeza hacia
atrás para mirarme. Está arrodillado, pero sigue siendo tan alto que casi se nos tocan las
narices. Estoy envuelta en esos hermosos ojos y por un segundo, creo que me va a besar
antes de pronunciar las dos palabras más gloriosas que jamás haya escuchado.
"Te amo".
Parece que el tiempo se detiene mientras lo dice, pero luego me lleva las manos a la
cara, ahuecando mis mejillas y me dice: "Te amo, Amelie, y ya no quiero que estés
conmigo por obligación. Quiero que estés a mi lado como mi igual. Quiero que seas mi
compañera".
Sus dedos tiemblan contra mi piel, atrapando todas las lágrimas que ahora fluyen sin
esfuerzo por mis mejillas. Me duele respirar mientras lo escucho y puedo ver una chispa
de miedo cuando me pregunta: "¿Quieres tú, Amelie, ser mi compañera?"
144
Las lágrimas solo ganan velocidad a medida que empiezo a llorar más fuerte y él
comienza a alejarse de mí cuando finalmente encuentro mis palabras. "¡Sí!" Se queda
paralizado, mirándome. "He querido decirte que te amo, y lo hago. Oh, te amo mucho".
Me olvido por un momento de que estoy en la cama y me lanzo contra él, haciendo
que ambos caigamos al suelo. Me atrapa, me da un beso en los labios mientras se golpea
hacia atrás, y aún así, sus labios no se separan de los míos.
No hay nada que pueda detenernos.
145
Capítulo 29
KRAL ISHIRAYA
La promesa de tener a Amelie a mi lado para siempre me llena de una alegría que
apenas puedo comprender. Desde la propuesta, ella se ha entregado por completo a la
planificación de la boda.
Sé que mi hermano tiene condiciones con respecto a la pompa y la lista de invitados

del evento, pero mi primera tarea es informar a la familia.
Estoy seguro de que los preparativos de la boda mantendrán a Amelie ocupada el

tiempo suficiente para que yo pueda hacer los arreglos adecuados en la casa; No quiero
que nada le robe la sonrisa de la cara y estoy seguro de que esta reunión haría
precisamente eso.
Permito que mi magia abra las puertas del salón para revelar a los miembros de mi
casa. Todas las sirvientas, cocineras, doncellas y guardias están aquí, tal como lo pedí.
"Como miembros de esta casa, tendrán aproximadamente dos semanas muy

ocupadas. Amelie y yo nos vamos a casar” anuncio, aflojando un poco el control de mi
magia para desalentar cualquier reacción precipitada. No es difícil tomar nota de
aquellos que parecen especialmente disgustados por la noticia, guardo sus nombres y
rostros para más tarde. Mientras permanezcan en la fila, no habrá ningún problema.
Y para asegurarme de que se mantengan en línea y de que Amelie esté a salvo, hay
una razón más para esta reunión.
“Enirna.”
146
Mi voz, el aire mismo del salón, cruje con un poder arcano mientras trato de
controlar la rabia que se hincha al ver a la criada. Enirna da un paso adelante, con la
cabeza inclinada, temblando de miedo. No hay duda de que sabe por qué la han llamado.
“Mi señor” chilla Enirna mientras hace una reverencia. Tengo que luchar contra el
impulso de enviarla a volar, hacerlo arruinaría una buena oportunidad de dar ejemplo,
me digo a mí mismo mientras aprieto los dientes.
"La pena por un crimen contra la familia real es la muerte. Atentaste contra la vida
de Amelie el día que la empujaste por las escaleras y, como mi compañera, es miembro
de la familia real.”
Las rodillas de Enirna ceden debajo de ella mientras grita "Fue un accidente, me
resbalé..."
“¿Te atreves a mentirme, niña? Gruño, mi voz se vuelve múltiple, reverberando por
toda la habitación mientras el agarre de mi magia se desliza.
Enirna soltó un sollozo ahogado, pero la lastimera visión no conmovió nada en mí.
"Tu cadáver será carne del monstruo. Sácala de mi vista” ordeno, controlando mi
poder mientras me alejo de la doncella.
El resto de los sirvientes parecen entender la gravedad de la situación y ni uno solo

echa una mirada a Enirna mientras es arrastrada fuera de la habitación, pateando y
sollozando, por dos guardias.
"Amelie será la señora de esta casa, hermana del Rey. La trataréis con todo el respeto
que me tengáis, bajo amenaza de vuestras vidas.” Continúo, usando años de práctica
para mantener un tono uniforme.
"Ella es amable, gentil, indulgente... Yo no lo soy". Me doy la vuelta sobre mis

talones, dejando a todos, excepto a mi mayordomo, parados en el salón.
147
"Envía avisos de la próxima unión a todas las familias nobles de la ciudad", le digo
mientras él se coloca obedientemente detrás de mí, siguiendo mi ritmo mientras nos
dirigimos a mi estudio. Empiezo a despedirlo, cuando se me ocurre algo.
"Pensándolo bien", reflexiono, con una sonrisa tomando forma. "Envía avisos de la
próxima unión a todas las familias nobles. En este continente y en los demás".
Hoy es el día.
El palacio ha sido un centro de actividad, sirvientes corriendo de un lado a otro,

cargando rollos de tela y enormes bandejas de comida.
No puedo evitar sentirme de pie aquí con el rico traje azul marino y las charreteras
doradas que son tradicionales para una boda real, esperando ver a Amelie. Si bien es una
sensación incómoda y bastante tonta, estoy feliz de poder sentirla.
Amelie casi me había echado de su habitación la noche anterior, citando una tonta
tradición humana. Me pregunto si ella también estará nerviosa. Un rítmico redoble de
tambor comienza en la distancia, y aliso mis manos sobre mi cabello platinado. Esa es mi
señal.
Amelie había elegido el jardín por el que solíamos dar nuestros paseos como lugar
para nuestra ceremonia, para mi deleite. Grymlok había accedido, probablemente
porque es una de las pocas áreas que puede albergar a toda la gente que invitamos.
El ritmo del tambor es más fuerte ahora, vibrando en mi pecho mientras cruzo hacia
el jardín. Los sirvientes, bajo la dirección de Amelie y Grymlok, se han superado a sí
mismos.
Cientos de elfos oscuros se sientan en sillas de oro y doradas entre las hileras de
flores que florecen permanentemente en tonos de rosa pálido, caléndula profunda y
148
naranja atardecer. Miles de velas doradas flotan en el aire, colgando en el cielo como
estrellas sobre el jardín, con una gran concentración alrededor del altar.
Lujosas sedas y gasas en tonos crema y marfil se acumulan sobre la hierba mientras
camino hacia el altar, enmarcado por un altar de tres espejos enormes en marcos
dorados ornamentados. Al llegar al altar, me inclino profundamente, rindiendo
homenaje al Engañador mientras usa los espejos como puerta de entrada para
presenciar nuestra unión.
Le doy la espalda a mi reflejo y miro a la multitud, tratando de mirar más allá de los
cientos de rostros hacia las puertas donde sé que aparecerá Amelie. La mayoría de las
personas en las sillas quieren estar aquí tan poco como yo quiero que estén aquí; están
aquí solo a petición de su Rey, o para mirar como si estuvieran en un zoológico.
Las delicadas notas de un arpa llenan el cálido jardín, entrelazándose con los rítmicos
golpes de tambor. De repente se me seca la boca cuando ella aparece en la puerta.
Amelie es una obra de arte en su vestido. El tul transparente del vestido se adhiere
a sus delicadas clavículas y a lo largo de sus brazos, dando un toque de modestia a un
escote por lo demás inmodesto que roza el centro de su esternón.
El corpiño de seda, ajustado a través de sus pechos y cintura, está salpicado de

delicados cristales que descansan pesadamente a lo largo de su cintura, dispersándose a
medida que suben por su busto y bajan por sus caderas, otros cristales brillan en sus
brazos.
Todos los que nos rodean se queda sin aliento mientras lucho por mantener la boca
cerrada y el aire en los pulmones. Amelie prácticamente brilla bajo la luz de las velas,
pareciéndose más a una estrella caída o a la propia Madre que a la mujer humana de la
que estoy tan locamente enamorado.
No puedo evitar que las lágrimas broten de mis ojos; Después de tantos años sin
emoción, saca a la superficie todas las emociones simplemente respirando.
149
Sé que el Sumo Sacerdote está hablando, pero no puedo apartar los ojos de Amelie.
Esos hermosos labios de cereza se dibujan en una pequeña y dulce sonrisa mientras sus
ojos azul pálido me evalúan. Sus mejillas son de un color más rosado de lo habitual,
probablemente debido a la audiencia que tenemos y no puedo evitar rozar con los dedos
la mancha de color.
"Amada, busco conocerte y pido a Los Trece que se me conceda la sabiduría para
verte como eres y amarte como un misterio", digo mientras extiendo la mano para
sujetar el interior de su muñeca derecha. Su pequeña mano agarra mi brazo y da un ligero
apretón mientras repite las palabras.
"Te prometo mi vida y mi muerte, ambas igualmente bajo tu cuidado", dice Amelie
tiernamente mientras el Alto Sacerdote envuelve el pesado cordón de unión alrededor
de nuestros brazos. Yo repito su promesa, aún centrado en su rostro.
"No puedes poseerme, pues pertenezco a mí misma, pero mientras ambos lo

deseemos, te doy lo que es mío para dar", decimos juntos.
"Por encima de ti están las estrellas y por debajo, la tierra. Como las estrellas, tu
amor debe ser una fuente constante de luz, y como la tierra, un sólido fundamento desde
el cual crecer", declara el Sacerdote mientras ata el nudo. En el momento en que el nudo
está firme alrededor de nuestros brazos unidos, el cielo nocturno se ilumina como si
fuera de día.
Hay suspiros y exclamaciones de la multitud cuando alguien se levanta y señala los

espejos detrás de nosotros. Mi cabeza se gira para ver qué podría causar tal conmoción,
cuando me doy cuenta de que todos los demás en el espejo han desaparecido; solo
Amelie y yo somos visibles, capturados en el momento en que nuestra unión se
completó, como si estuviéramos en una pintura.
"El engañador ha visto esta unión", viene un grito del sacerdote, "¡y la aprueba!"
150
Capítulo 30
AMELIE
Después de un final dramático de nuestra ceremonia, la noche parece pasar en un

borrón. Siempre ha sido fascinante para mí, la forma en que Kral puede comandar una
habitación, pero con Grymlok a su lado y el sello de aprobación de El Engañador, todas
las personas que asisten prácticamente se arrojan a sus pies.
Con la columna vertebral recta, Kral resiste la humillación con honor. Sospecho que
solo Grymlok y yo sabemos lo incómodo que le hace sentir este tipo de atención.
Naturalmente, el rey Grymlok recibe el mismo trato, y como estoy entre ellos, todos los
invitados, con diversos grados de calidez, también me reconocen.
En el mejor de los casos, recibo una reverencia; en el peor de los casos, asienten con
la cabeza mientras sus ojos pasan por encima de mí. La verdad es que nada de eso me
molesta. Si me hubiera salido con la mía, habría tenido a Kral en nuestros aposentos hace
horas.
Se ve absolutamente impresionante esta noche, incluso más de lo habitual, el azul

marino intenso de su traje y las charreteras doradas brillantes compensan su ya llamativo
cabello platinado y su piel oscura. Me doy cuenta de que Gymlok ha confundido mi
desapego de la procesión con disgusto, mientras me pone una mano fraternal en el
hombro.
"Ese era Lord Beiro", murmura Grymlok discretamente, señalando al último invitado
que se acercó a nosotros. "No le hagas caso. Es un hombre de pocas palabras y aún
menos pensamientos".
151
La risa estalla fuera de mí antes de que pueda detenerla y tengo que taparme la boca
con una mano para sofocar el sonido. Mi cuñado me sonríe ampliamente antes de volver
a centrar su atención en la procesión.
Hace unos meses, nunca hubiera imaginado que existieran elfos oscuros que no
fueran del todo malvados. Sin embargo, allí estaba yo, habiendo encontrado una familia
con la que solo había soñado entre dos de los elfos más poderosos que existen.
Mis ojos vuelven a dirigirse a Kral y un estremecimiento de satisfacción recorre mi

espina dorsal cuando me doy cuenta de que ya me está mirando. Asiente con la cabeza
hacia las puertas del jardín, una petición que estoy encantada de cumplir.
Grymlok, al ver la interacción por el rabillo del ojo, se libera de su conversación actual
y se vuelve hacia nosotros dos con una sonrisa.
"Honestamente, me sorprende que hayas aguantado tanto”, bromea con su

hermano. El evidente afecto entre los dos hace que mi corazón se hinche: después de
todo lo que Kral ha pasado, el amor de su hermano significa más para él de lo que creo
que ninguno de los dos sabe.
“Y buenas noches, querida hermana” me dice Grymlok con una juguetona reverencia
burlona” Me hundo en una reverencia igualmente sarcástica antes de que Kral me tome
en sus brazos. Grité ante el movimiento y su pecho retumba de risa mientras salimos de
los jardines y entramos en el pasillo fuera de nuestras habitaciones.
"Sabes que odio cuando haces eso", le refunfuño, esperando que mi estómago nos
alcance.
“Tendrás que acostumbrarte, archiduquesa Ishiraya” murmura Kral junto a mi oído.

Se me pone la piel de gallina en los brazos mientras abre las puertas de nuestra
habitación de una patada, llevándome al otro lado del umbral.
Por fin, estamos deliciosamente solos.
152
Espero a que Kral me deje en el suelo, pero él me abraza con fuerza, dándome suaves
besos a lo largo de la coronilla y bajando por mis pómulos mientras entramos en el
dormitorio. Me coloca con adoración en el borde de nuestra cama.
"Es casi una vergüenza sacarte de este vestido", respira mientras sus dedos hacen un
trabajo rápido con los botones de mi espalda. “Casi.”
Lucho contra el instinto de rasgar su abrigo, queriendo que vea la sorpresa que elegí
para él antes. Kral deja escapar un súbito silbido y se aleja un paso de mí. Por un
momento me preocupa que esté molesto, pero el oscurecimiento de sus rasgos disipa
mi preocupación.
"Quítate ese vestido antes de que te lo arranque".
Sonrío, sacando lentamente los hombros del vestido, liberando un brazo de la prenda
a la vez. Kral se acomoda en el sillón cerca de nuestra cama, y ya puedo ver su firme
silueta contra los pantalones.
Con los brazos libres, el vestido se desliza de mí mientras doy un paso lánguido hacia
Kral, permitiendo que la lujosa tela se deslice más allá de mis pechos y se enganche en
mis caderas, antes de caer por completo.
Mantengo mis ojos enfocados en Kral, sintiendo el calor líquido esparcirse por mi
cuerpo mientras sus ojos recorren sobre mí y su mano se mueve para frotarse a través
de sus pantalones.
"Maldita sea", gruñe con los dientes apretados.
El delicado deshuesado del corsé se adapta perfectamente a mí, abrazando mi

cintura y caderas. El tul marfil transparente y el delicado ribete de encaje no ocultan nada
a Kral, lo que le permite una vista completa de mis pezones rosados, ya tensos hasta los
puntos doloridos. Debajo del corsé apenas hay una cinta de tela igualmente
transparente.
153
Continúo mi camino hacia él, observando cómo su mano se mueve más rápido a
medida que me acerco, una sonrisa depredadora toma forma en mis labios. Cuando
finalmente lo alcanzo, presiono mi pecho contra el suyo y me inclino para encontrarme
con sus labios, mi lengua juguetea en la entrada de su boca.
Kral abre la boca con gusto para mí y me tomo mi tiempo para seguirlo con la lengua
mientras dejo que mis manos recorran su pecho, presionando la palma de mi mano
contra su dura longitud.
La segunda parte de mi regalo de bodas, creo, será igual de divertida.
Lo saco de sus pantalones, jugando con la humedad que ya gotea en su cabeza sedosa
con mi pulgar. Me pongo de rodillas frente a él, y su respiración se detiene mientras me
agarra la barbilla con suavidad pero con firmeza.
“Amelie...” comienza, pero lo interrumpo con una dulce sonrisa.
“No me diga que me va a negar este placer, Su Excelencia.”
Kral exhala bruscamente ante el deseo en mi voz y me suelta la barbilla. Siempre me

había preguntado si sería buena en esto y estoy emocionada de usar lo que aprendí a
través de la magia de la ilusión en el hombre que amo tanto.
Empiezo despacio, apretando besos contra su pene, acariciándolo de la base a la

punta con la mano a medida que avanzo. Kral deja escapar un gemido, su longitud se
contrae en mi mano. Cuando llego a su punta, paso la punta de mi lengua por la sensible
parte inferior de su cabeza antes de llevármelo de repente a la boca.
Las caderas de Kral se levantan para encontrarse conmigo mientras jadea y tengo que
luchar contra la sonrisa maliciosa que sube a mis labios para mantener mi boca envuelta
alrededor de él. Este control, tener este tipo de poder sobre él, es vertiginoso.
Me froto los muslos, desesperada por la fricción mientras su longitud dura y sedosa
me llena la boca y la garganta. Kral entrelaza sus dedos con fuerza en mi cabello y ese
dolor lleno de placer envía una oleada de humedad entre mis muslos.
154
Me doy cuenta de que Kral está haciendo todo lo posible por ser amable, así que haré
todo lo posible para que pierda el control.
Lo llevo a mi garganta más profundamente, usando mi mano en su base mientras me

balanceo rítmicamente. Lo miro a través de mis pestañas, encontrándome con sus ojos
mientras lo introduzco completamente en mi garganta, atragantándome mientras
arrastro un dedo ligeramente por la costura de sus testículos.
“Joder, Amelie” gruñe Kral. Antes de que pueda reaccionar, Kral me ha sacado de la
boca y estamos en la cama, el sabor salado de su polla se mezcla con la dulzura de sus
labios, arrancándome un gemido mientras el fuego entre mis piernas se enciende.
La ropa de Kral desaparece en un instante y cuando comienza a desabrochar los

cientos de delicados broches en la parte delantera de mi corsé, coloco mi mano sobre la
suya. Sus ojos se posan inmediatamente en los míos, con la preocupación grabada en sus
facciones.
“Ya sabes” empiezo, sonriéndole. "No siempre tienes que ser tan amable conmigo".
Un destello depredador brilla en los ojos de Kral, y rasga mi corsé, liberando mis
pechos apenas ocultos.
"Sabía que había una razón por la que me casé contigo", murmura, sonriendo
mientras se inclina sobre mí para besarme el cuello. Me río, sintiéndome
verdaderamente completa por primera vez.
Si esto es lo que tengo que esperar por el resto de mi vida, me contaré entre los
afortunados.
Fin.
155
Bonus
Kral
Las risas de Amelie se entrelazan con los sonidos del arroyo balbuceante a nuestro
lado, mis labios se curvan en una sonrisa mientras la miro. Ella nunca ha lucido más
radiante, más hermosa, que en este momento.
Ella agarra la roca en su mano firmemente, tal como le he enseñado, inclinando sus
caderas hacia el estanque con una determinación en su ceño. Amelie tira su brazo hacia
atrás, lanzando la roca tan fuerte como puede paralela a la superficie del estanque.
Por primera vez, la piedra no se hunde inmediatamente. En cambio, rebota en la

superficie del agua, saltando dos veces antes de que el estanque se la trague por
completo. Amelie levanta los brazos por encima de su cabeza victoriosamente, saltando
en su lugar mientras aplaude.
"¡Hurra, Mamá!" Se escucha una vocecita desde el borde del bosque, Bremi corre
hacia Amelie por encima de su hombro, su largo cabello platino ondeando detrás de ella.
Ella se abalanza sobre Amelie, las dos casi caen al suelo riendo mientras Amelie apenas
logra sostener a nuestra hija.
Me río, sintiéndome totalmente completo y feliz mientras las dos se ríen y se

abrazan. Bremi cumplirá 6 años en solo unos meses, y aunque la veo hablar
animadamente sobre las flores silvestres que encontró y las golosinas que ha recolectado
en su cesta, no puedo creer lo grande que se ha vuelto.
Ella heredó los ojos azul hielo de su madre y el rostro en forma de corazón, mientras
que heredó mi cabello platino. Su piel es significativamente más clara que la mía, un gris
156
claro como las nubes que suaviza sus rasgos oscuros y elfos. Bremi es tan hermosa como
su madre, y no podría estar más orgulloso de la niña tenaz y rápida de ingenio a la que
tengo el honor de llamar mi hija.
"Está bien, chicas, probablemente deberíamos empezar nuestro camino de regreso

a casa", les llamo a las dos, recogiendo lo que queda de nuestro picnic y lanzándolo en la
cesta. Amelie y Bremi me hacen pucheros iguales, sacándome otra risa desde lo más
profundo de mi pecho.
"Créanme, estos bosques no son tan atractivos después de oscurecer. Vamos,

volvamos a casa antes de que el sol nos abandone por completo", digo, levantando la
cesta y guiando el camino de regreso a casa. Me siguen adentrándose en el bosque,
Bremi hablando emocionada sobre la casa del árbol que nos ha estado rogando que
construyamos para ella y sus planes para ella, Amelie escuchando pacientemente y
asintiendo.
El resto de nuestra noche transcurre exactamente como siempre: compartimos una

comida juntos, leemos un libro con Bremi mientras Amelie le cepilla el cabello y luego la
acostamos en la cama. La consistencia de nuestra rutina me sumerge en un estado
pacífico, casi meditativo, y antes de darme cuenta, estoy dando un beso en la frente de
Bremi mientras Amelie apaga las luces.
"Buenas noches, pequeña. Te quiero", le digo, sus ojos azul hielo entrecerrados por
el sueño.
"Te quiero", murmura Bremi, acomodándose en su almohada. Una pequeña sonrisa

se dibuja en mis labios mientras cierro la puerta de su habitación y mis ojos se posan en
Amelie, quien se apoya contra la pared junto al marco de la puerta.
"¿Vino?", pregunta, sus labios carnosos curvándose en las puntas. Antes de que
pueda reaccionar, la tomo en mis brazos, teletransportándonos abajo y a la sala de estar,
riendo mientras Amelie maldice efusivamente entre dientes.
157
"No creo que me acostumbre nunca a eso", murmura Amelie. Contengo la risa,
optando por una sonrisa mientras la acomodo en su sillón favorito junto a la chimenea y
cojo dos copas y mi botella favorita de vino rirzed. El vino azul oscuro y brillante se
arremolina en la copa mientras se la entrego, y me acomodo a su lado con mi propia
copa en la mano.
Tiro de los pies de Amelie hacia mi regazo, sorbiendo mi vino con una mano mientras
la otra frota suavemente las plantas de sus pies. La cabeza de Amelie cae hacia atrás, sus
ojos se cierran mientras emite un gemido ronco.
"Cuidado", la advierto juguetonamente, "Puede que obtengas más de lo que

esperabas si sigues así". Amelie abre un ojo, una sonrisa sensual y felina se extiende por
sus labios.
"Y qué pasa si quiero algo más-"
El tintineo del cristal rompiéndose interrumpe abruptamente las palabras de Amelie,

la copa de vino que tenía en la mano hace un momento ahora hecha pedazos en el suelo
de baldosas.
"Ah, mierda", murmura Amelie, retirando los pies de mi regazo mientras intenta
levantarse.
"No te atrevas", la advierto. "Hay cristales rotos por todo el suelo, te vas a lastimar".
Mi esposa me mira con desprecio mientras yo me levanto y comienzo a buscar una

escoba.
"Kral, ¡es solo cristal, no veneno! Lo derramé, déjame limpiarlo".
La ignoro, otra sonrisa burlona bailando en mis labios mientras siento lo que se
avecina. Amelie es una mujer amable y generosa, pero su paciencia...
"¿Me estás ignorando en este momento?!"
No puedo evitarlo. Una risita se me escapa ante la indignación que tiñe su voz, y la
miro por encima del hombro. La boca de Amelie se abre de sorpresa al darse cuenta de
158
mi broma, y sus labios se curvan en las comisuras mientras intenta reprimir su sonrisa de
respuesta.
En cambio, frunce las cejas rubias y arruga su rostro en un ceño fruncido, cruzando
los brazos sobre el pecho. Sé que pretende ser intimidante, pero sinceramente, es
simplemente adorable.
"Muy gracioso, Kral".
Vuelvo a reír, retomando mi búsqueda de una escoba. Maldición, los zagfer

esconden las cosas demasiado bien.
"¿Sabes qué más es gracioso?", llama Amelie, y me vuelvo hacia ella con una ceja
levantada.
"¿Qué, mi querida y dulce compañera amada?"
Ella rueda los ojos ante mi tono, pero una sonrisa burlona se curva en esos dulces
labios rojos como bayas.
"Que eres un poderoso hechicero buscando una escoba".
Me lleva un momento absorber sus palabras, suelto una maldición en voz alta.
Amelie se disuelve en risas mientras le frunzo el ceño, agitando la mano sobre el vidrio
que cubre el suelo y viendo cómo desaparece por completo. Con un resoplido, me vuelvo
a sentar en el sofá a su lado, robando mi copa de vino.
"Sabes que estás influyendo en mí, ¿verdad? Tú y tus modales humanos", gruño.
Mi actitud solo hace que Amelie se ría más, y por mucho que quiera mantener la
apariencia de mi enfado, no puedo evitar reírme junto con ella.
"Deberías haberte visto", dice Amelie entre risas. "¡El Archiduque de Vhoig,
murmurando y dando vueltas en busca de una escoba!"
"No estaba murmurando", replico indignado, y Amelie suelta otra risotada.
159
"Claro que no, cariño", bromea. Rodando los ojos, doy un sorbo profundo de mi copa
para disimular mi sonrisa. Tan pronto como bajo la copa de mis labios, Amelie me la quita
de la mano y se acaba el resto del vino. Un rastro de azul se extiende desde la comisura
de su boca, volviendo un punto de sus labios de un delicioso tono morado.
"¿Qué?", pregunta, levantando una ceja hacia mí.
Por el brillo en sus ojos, ella sabe exactamente qué.
"Eres hermosa", respondo simplemente, inclinándome hacia adelante para besar la

gota de vino de sus labios. Amelie entrelaza sus brazos alrededor de mi cuello, tirando
de mí más cerca y profundizando el beso. Su lengua baila sobre mi labio inferior, tan
provocativa e insaciable como siempre.
Nuestro juego se olvida rápidamente, gimo en su boca, mis manos deslizándose por
sus caderas y cintura para encontrar la curva de su pecho. Los picos endurecidos de sus
pezones rozan mi palma, y Amelie suelta un gemido entrecortado, arqueando la espalda
y presionándose más fuerte contra mis manos.
Amelie rompe nuestro beso, sus mejillas rosadas y sus ojos brillantes de lujuria
mientras me mira a través de sus pestañas.
"Sabes, creo que recuerdo algo sobre un trato...", dice apenas ha salido de su boca
antes de que nos teletransporte a nuestro dormitorio. Las risitas de Amelie resuenan en
las paredes mientras la arrojo sobre nuestra cama, sonriendo mientras me acomodo
encima de ella.
No hay hombre en este planeta o en cualquier otro tan afortunado como yo de

tenerla.
160

Celeste King - Serie Dark Elves of Protheka 01 - Mated To The Dark Elf

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EDICIÓN, PDF, E-PUB Y SUPERVICIÓN DE PROYECTOS

Mi destino como mujer es convertirme en deportista de cama. Si tengo suerte, moriré

El mundo de Protheka no es amable con los humanos que llegaron a él.

Existimos para cumplir sus deseos más oscuros.

A partir de esta existencia sucia, llego a sentir una emoción prohibida.

Es peligroso amar en este mundo de pesadilla.

Él puede hacer conmigo lo que quiera.

Trátame como él desee.

Estoy preparada para el dolor.

Me he preparado para el sufrimiento.

Se siente como mi cumpleaños.

Me apoyo en el estrecho marco de la ventana, mirando la calle de abajo. Es mi único

No es desconocido lo que hacen los elfos oscuros aquí, en el Club L'amouer. He

Sólo valgo aquello por lo que mi amo puede venderme.

Otro par de pasos se acercan, y me preparo, escuchando su andar. Pero en lugar de

“Amelie” dice una voz profunda y chirriante.

Su sonrisa se ensancha, su enorme cuerpo apenas cabe en la habitación cuando

Me tiembla la voz cuando me atrevo a hablar en contra de su manejo. "¿Cuál es el

Pero el elfo oscuro no me deja desplomarme, me agarra con demasiada fuerza

Solo capto miradas, pero las imágenes se graban en mi mente.

¿Es eso lo que me va a pasar?

No se ofende por su título, me mira y se lame los labios.

Le muestro los dientes es el único idioma que conocen y agarro el picaporte de la

Estoy satisfecha de mí misma, hasta que eso también me lo roban.

El silencio de mi estudio es una bendición.

Está libre de las emociones volubles de la corte y aislado de los caprichos de mi

Es la charla que más odio.

Es más fácil de esta manera.

Los números tienen más sentido que ellos.

“En realidad, me sientan bastante bien” refunfuño, bajando la cabeza como si

“Insiste todo lo que quieras” respondo, “Prefiero la compañía de mis libros...”

Un archiduque que nunca socializa no es un archiduque adecuado en absoluto.

Y llevar con orgullo nuestro nombre.

Me burlo en voz baja, negando con la cabeza. "Explorar, ¿eh?"

“No dije nada de eso.”

Carisu no acepta mi respuesta, me da vueltas por el hombro. "¡Hay comida deliciosa

Le quito la mano del hombro.

"Grandes tesoros para comprar en el mercado negro", insiste mientras me dirijo a

Me detengo mientras meto la mano en mi armario. Con mucho gusto dejaría mi

Carisu se molesta en sujetar el broche de mi capa como un Zagfer, dándome

Lo miro y escudriño sus cambiantes rasgos. "¿Quién te lo contó?"

"No somos familia".

Los rasgos de Carisu se iluminan al instante. "Lo Acepto".

Me muerdo el labio inferior con verdadera resignación. Ciertamente, mi primo tiene

"Amelie, es un placer verte esta noche. ¿Cómo estás?”

"Muy bien, gracias. ¿Y tú?”

Me he entrenado en ilusiones y, para asegurarme de que nadie tenga la tentación

Honey se atraganta un poco y retrocede, pero eso simplemente no le servirá a

"Ahora tienes veinte años. Ha llegado el momento de servir a tu propósito. Prepárate

"Debes prepararte para actuar para tu público".

Levanto la cabeza y lo miro, medio aturdida.

"¿Realizar qué? ¿Cómo?”

El calor ardiente se extiende por mi garganta y por mi vientre antes de extenderse a

“¿Qué me diste?” Le pregunto. Pero es una respuesta automatizada. Una pregunta

Inmediatamente me arrepiento de haber aceptado salir con este grupo. Me quedo

"Tienes que dejar de mirarlos como si fueras a asesinarlos", murmura.

El L'amouer se jacta de su abundancia de humanos para atormentar o acostarse con

No te equivoques. No me importa lo que hagan los demás. Eso no es asunto mío.

Mi primo me ha metido ahora entre la muchedumbre de estos humanos, el L'amouer