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BIBLIOTECA CLAsICA GREDa S, 37 PLATÓN

DIÁLOGOS
1
APOLOGI...... CRITÓN, E1JIIFRÓN, ION, LISIS, CÁRMIDES.
HIPIAS MENOR, RIPIAS MAYOR, LAQUES, PROTÁGO RAS

INTl.ODUCClÓN GENEI. AL roa


EMILIO U EDó M IGO

TRADUCCIÓN T NOTAS POI.

l. CAlONGE RUIZ, E. LLEOO (~I GO, C. GARd A GUAL

EDITORIAL GREDOS
PROTÁGORAS
518 DIÁLOGOS PROTÁGORAS 519

Selimb rla , en otro tiempo ciudadano d e Mégara. Y con edad podría se r el padre de cualq uiera de vosotros.
la mú sica hizo su disfraz vue stro Agatocles, que era un Así qu e m e es más agradable, con mucho , si me lo pero
gran sofista. y, asimismo, Pitoclidcs de Ceos, y otros mít ís, sobre todas esas cosas da ro s la explicación de-
m uchos w, la nte de cuantos est án aquí.
Todos ésos, co mo digo , temerosos de la envidia, usa- Entonce s yo, que sospeché que quen a da r u na
317a ro n de tales oficios como velos. Pe ro yo con todos demostración a Pródico e R ipias, y u fa na rse de con
ellos estoy e n desacuerdo en este punto. Creo q ue no qué a mor habíamos acudido a él, dije:
consiguieron en abso luto lo que se pro pusiero n. pues -¿Por qué no llama mos tam bién a Pródico y a Hi- d
no pasaron inadvertidos a los que dominaban en las pias y a los que están con ellos para que nos escuche n ?
ciudades, en relaci ón con los cuales usaban esos dis- - Desde lu ego, dijo Protágoras.
fraces. Porque la m uchedumbre. para decirlo e n una - ¿Qu eréis, entonces, dijo Ca lias, que organicemos
palabra, no comprende na da . si no que corea lo que una asamblea, para que dialoguéis sentados?
estos po dero sos les p roclaman 21. Asi que intentar di- Pa rcela conven ien te. Todos nosotros, con tentos de
si m ular. y no pod er huir. si no quedar en evidencia, que íb amos a oír a hombres sabios , recogiendo los
b es una gran locura, si, en ese intento. y necesariamente. bancos y la s camas no s dispusimos junto a Ripias, ya
uno se atrae muchos más re ncores de los enemigos. que allí se encontraban los asientos. En esto, Calias y e
Pu es creen que el que se comporta así a nte los demás Alcibíad es llegaron conduciendo a Pródico, al que ha-
es un malhechor. Yo, sin em bargo, he seguido el ca- bían levantado de la cama, y a los com pañeros de
mino total mente opuesto a éstos, y reconozco que soy Pródico.
un sofista y que educo a los hom bres; creo, asim ismo, Cua ndo todos es t uvimos sen tados, d ijo Protág oras:
que es t a precaución es mejor que aquélla : mejor el - Ahora ya puedes repetir, Sócrates, ya que todos
reconocerlo que el ir di simu la ndo; y, en lug ar de ésa, éstos están presentes. el tema sob re el que hace un
he tomado otras precauciones , para, dicho sea con la momento tratabas ante mí, en favor de l muc hacho.
e ayuda divi na, no s ufri r nada grave por reconocer que y yo respondi :
soy sofista. Porque son ya muchos años en el oficio. -Mi comienzo va a ser el m ismo que hace poco, 31Ba
Des de luego que tengo ya mu chos en total u . Por mi el de por q ué he acudido, Protágoras. Que Hipócrates,
aquí presente, estab a muy deseoso de tu compañía . Qué
;n A Icco se le mencion a en Leyes 83ge. Heródico de Se lím- es lo que sacará de provec ho, si trata contigo. dic e que
bría (en Tracia) co mbinó la gim nás tica y la me dicina ; PLAtóN le gustaría saber. A eso se reduce nuest ra pe ti ción.
lo cita en Rep. 406a-b. Agatocles es mencionado . en LAques l8Od, En respuesta, tomó la palabr a Protágoras:
como maes tro de Damón, y Pltoclide s, en Alcibfades 1 118c,
ambos, famosos mú sicos y teóricos.
-Joven , si m e acompañ as te sucederá que, cada
21 E.s curiosa esta afir mación de desdén po r la op in ión de dí a que estés conm igo, regresarás a tu casa hecho me-
la m asa en un intelect ua l tan dem ocrático como Protágoras .
La fras e está m uy en cons onancia con el pensar de Pla tón .
(Cf. el p asaj e d el Gorgias 474a. ) suponiendo que viviera apro ximada men te ent re 490 y 420, te n-
22 Según el Menó n 91e: «Prot ágor as murió cerca de los se- dría en el momento de es te encue ntro cerca de 60 años y lleva-
tent a años y d espué s de cuarenta de profcsi én». Es decir. rla unos 30 de profesión com o sofist a .
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jor, y al siguiente, lo m ismo. Y cada día, con tinu a- de nuevo contra su voluntad y los intro ducen en las
mente, progresarás hacia lo mejor. ciencias técnicas, enseñándoles cálculos, astronomía,
A! oírle, yo le respondí: geometría y música -y al decir es to lanzó una m irada
b -Protágoras , con eso no dices nada extraño, sino de reojo a Hipias 24. En cambio, al acudir a mí apren-
algo que es natural, ya que también tú, a pesar de ser derá sólo aquell o po r lo que viene. Mi en señanza es la
de tanta edad y tan sabio, si alguien te enseñara algu- buena adminis tración de los bienes familiares, de modo
n a cosa que ahora n o sabes, te harías mejor. Pero que pueda él dirigir óptimamente su casa, y acerca de 3I9a
hagámoslo de otro modo: sup ongamos que, de pronto, los asuntos p olíticos, para que pueda ser él el más
este Hípé crate s, cambiando su anhelo, deseara la com- capaz de la ciudad, tanto en el obrar como en el deci r.
pañía de es te joven que acaba de llegar hace p oco, -¿Entonces, dije yo, te sigo en tu exposición? Me
de Zeuxipo de Heraclea, y acudiendo a él, como a ti parece, pues, que hablas de la ciencia política y te
e ah ora, le escuchara la misma propuesta que a ti , de ofreces a hacer a los hombres buenos ciudadanos.
que cada día en su compañía sería mejor y progresaría. - Ese mismo es, Sócrates, el programa que yo pro-
Si alguien le preguntara: {( ¿ En qué dices que será m e- feso.
jor y hacia qué evanzara?», le contes taría Zeuxipo - ¡Qué he rmoso objeto científico te has apropiado,
que en la pintura. Y si tratara con Ortágoras el tebano Protágoras, si es que lo tienes dominado! Pues no se
y le oyera las mismas cosas que a ti , y le preguntara te va a decir algo diferente de 10 que pi enso. Porque
que en qué cosa cada día sería mejor estando en su yo eso, Protágoras, no creía que fuera ens eñable, y, al b
compañía, respondería que en el arte de tocar la flau- decirlo tú ahora, no sé cómo desconfiar. Y por qué no
ta 23. De este modo, ahora, también tú contéstanos al creo que eso sea objeto de en señanza ni susceptible de
muchacho y a m í, que p reguntamos: previsión de unos hombre s para otros, es justo que te
d - Este Hip ócra te s que anda con Protágoras, cada lo explique. Yo, de los atenienses, como también de los
día que 10 trata, se retira hecho mejor y cada uno de griegos , afirmo que son sabios. Pucs veo que, cuando
esos días progresa.. . ¿ en qué, Pr otágoras, y sobre nos congregamos en la asamblea, siempre que la ciudad
qué? debe hacer algo en construcciones públicas se manda
Protágoras. después de escucharme, dijo: a llamar a los cons tructores como consej eros sob re la
-Preguntas tú bien, Sócrates, y yo me alegro al construcción, y cuando se trata de n aves, a los cons-
re sp onder a los que bien preguntan. Hipócrates, si tructores de barcos, y así en todas las demás cosas, e
acude junto a mí, no habrá de soportar lo que sufriría que se cons ideran enseñables y aprendíblcs . Y si inten-
e al tratar con cualquier otro sofista. Pues los otros ta dar su consejo sob re el tem a algún otro a quien
abruman a lo s jóvenes. Porque, a pesar de que ellos ellos no recon ocen como un profesional, aunque sea
huyen de las especializaciones técnicas, los reconducen muy apuesto y rico y de familia noble, no por ello le
aceptan en nada; sino que se burlan y lo abuc hean.
hasta que se aparta aqu el que había intentado hablar,
Zl Zeuxipo o Ze\UÍs de Heraclea era uno de los pintores
más famosos de la época (d. Gorgias 453c). Ortágoras de Tebas
era un famoso i ns trurn entista del auíos, una especi e de flauta. 24 Cf. nota 13.
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al ser abucheado, o los arque ros lo retiran y se 10 llevan más joven de Alcibíades, al que aquí ves , para quien
a una orden de los prítanos. hacía de tutor el mismo varón, Pericles, éste, por temor
Acerca de las cosas que creen que pertenecen a un de que no se corrompiera con el ej emplo de Alcibíades
d oficio técnico, se comportan así. Pero cuando se trata lo separó de él y lo confió para su educación a Ari·
de algo que atañe al gobierno de la ciudad y es preciso frón 21\. Antes de que pasaran seis meses , éste lo devol- b
tomar una dedsión, sobre es tas cosas aco nseja, toman- vió no sabiendo qu é hacer con él. Y otros muchísimos
do la palabra, lo m ismo un carpintero que un herrero, pu edo citarte, q ue, a pesar de ser ellos buenos, jamás
un curtidor , un mercader, un navegante, un rico o un lograron hacer me jor a ninguno ni de los propios ni
pobre, el nob le o el de oscuro origen, y a éstos nadie de los ajenos. Así que yo, Protágoras, atendiendo a
les ech a en cara, como a los de antes, que sin aprender estos ejemplos, creo que no es enseñab le la virtud. Pero
en parte alguna y sin haber tenido ningún maestro, in- al oírte tal aserto, me dob lego y creo que tú lo dices
tenten luego dar su con sejo. Evidentemente, es porque con alguna ra zón, por conocer que eres experto en muo
creen que no se trata de algo que puede aprenderse. chas cosas, y muchas has aprendido y otras las has
No sólo parece que la comunidad ciudadana opina así, descubierto tú mismo. Así que , si puedes demostrarnos
e sino que, en p articular, los más sabios y mej ore s de de modo más cla ro que la virtud es enseñable, no nos e
nuest ros ciudada nos no son cap aces de trasmitir a prives de ello, sino danos una demostración.
otros la excelencia que posecn. Por ejemplo, Peric1es, - Desde luego, Sócrates, dijo, no os privaré de ello.
el padre de es tos muchachos de aquí, les ha educado ¿Pero os parece b ien qu e, como mayor a más jóvenes,
notablemente bien en cosas que dependían de maestros, os haga la demostración relatando un mito, o avanzan-
320a pero en las que él personalmente es sabio, ni él les en- do por medio de u n razonamiento ?
seña ni lo confía a ningún otro, sino que ellos, dando En seguida, muchos de los allí sentados le contes-
vueltas, triscan a su antojo, como reses sueltas, por si taro n que ob rara como prefiriera.
acaso espontáneamente alcanzan por su cúenta la vir- -Me parece, dijo, que es más agradable contaros
tud 25. Por si prefieres otro caso, a Clinias, el hermano un mito ":
2S Es difícil traducir la palabra oreü a idiomas modernos.
En gene ral, es toy de acuerdo con la anotación de C. C. W. TAY- semente la moralizació n socrático-platónica, al in teriorizar los
LClR, cuando (en su comentario ya cít ., págs. 74-5) señala: «The va lores morales, su po ndrá un cambio m uy no table en ese sen-
conventional r end eri ng 'vir tue', with ít s specifically moral con- tido de la (lret~.
notations, is.. . .highly mísjeadíng,» Pero adopt ar siem pr e el 26 A Clinias se le me ncio na sólo otra vez en el Alcibfades 1
térm ino «excelencia», como si fuera un equivalen te exacto del 118e, cuando Alcibí ades se refiere a él corno «una p ersona
vocablo griego, tal com o él propone, no me pa re ce tampoco u n a enloquecida». Arifró n, hermano d e Pericles, compartió con él
óptima solución. Unas líneas antes hemos usado es te término , la t utorí a de Alcíbíadcs, según cuenta PLUTARCO en Ale., cap. l .
aquí usamos el de «vir tu d », au nque advirtiendo al lect or de la z¡ A partir de aq uí com ienza ooel mi to de Prometeo», ama-
mucho mayor ampl itud del cam po semántico de aret é, que, en ñado por Protágoras para darnos su versión sofística sob re
su sentido, se asemeja a la uirtus lati na o a la virtu renacen- «les orí gen es de la culturas, relato de muy varias su gerencias.
tista, y no a la «virtud . cristiana. En una sociedad como la He trat ado de analizarlo, en con traste con ot ra s versiones, en
helénica, con una ética compet itiva, agonal, la (lret~ se vincula C. GARcfA GUAr., prometeo: mito y tragedia, Madrid, 198tl, pá-
a la superioridad en todos los órdenes y al éxito social. Precí- ginas 47-68.
11

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H ub o una vez un ti em po en que existían los dioses , dencia, y, en cambio, a los que eran consumidos por
d pero no había razas mortales . Cuando también a éstos éstos, una desce ndencia numerosa, proporcionándoles
les llegó el tiempo de stinado de su nacimiento, los foro una salvación en la esp ecie. Pero, como no era del
jaron los dioses dentro de la ti erra con una mezcla todo sabio Epimeteo, n o se di o cuenta de que había e
de tierra y fuego. y de las cosas q ue se mezclan a la gastado las capacidades en los animales; entonces toda-
ti erra y el fuego. Y cuando iban a sacarlos a la luz . vía le quedaba sin dotar la especie humana, y DO sabía
orden aron a Prometeo y a E pimeteo que los aprestaran qué hacer.
y les distribuyeran la s capacidades a cada u no de fo ro Mientras es taba p erplej o, se le acerca Prometeo
ma convenient e. A Promete o le pide permiso Epime- que venía a inspeccionar el reparto, y que ve a los
teo para hace r él la distri bución. «Despu és de hace r yo demás animal es que tenía n cuidados amente de todo,
el reparto, di jo, tú 10 inspeccionas.• Así lo convenció, mientras el hombre estaba desnudo y descalzo y sin
y hace la di stribución . En és ta, a Jos unos les concedía cobertu ras ni annas. Precisamente era ya el día dcsti-
e la fuerza sin la rapidez y. a los más débiles. los dota ba nado, en el q ue debía tamb ién el hombre surgir de la
con la velocidad. A unos los armaba y. a los que les ti erra hacia la luz. Asi que Prometeo, a purado por la
dab a una na turaleza inerme. les pro veía de algun a otra carencia de recursos, tratando de encontrar una protec-
capacidad para su sa lva ción. A aque llos que envolvía ción para el hombre, roba a Hefesto y a Atenea su d
e n su pequeñez, les proporcionaba una fu ga alada o un sabiduria profesional junto co n el ' fuego - ya que e ra
habitáculo subterráneo. Y a los que aumentó en te- imposible que sin el fuego aquélla pudiera adquirirse
321a maño, con esto mismo los ponía a salvo. Y así, equili- o ser de utilidad a alguien- y , así, luego la ofrece como
b rando las de más cosas, hacía s u reparto. Pla neaba regalo al hombre. De este mod o, pues, el hombre cons i-
esto con la precaución de que n inguna especie fu era guió t al saber para su vida; pero carecia del sa be r
a niquilad a. político, pues éste de pen día de Zeus . Ahora b ien, a
Cu an do le s hubo provisto de recursos de huida con- Prometeo no le dab a ya ti empo de pe ne trar e n la acró-
t ra sus mutua s dest rucciones, preparó una protección poli s en la que mora Zeu s; además los ce ntinelas de
contra las estaciones de l año que Zeus e nvía, revistién- Zeus eran terribles 28. En cambio, en la vivienda, e n e
dolos con espeso cabello y densas p ieles, capaces de común, de Atenea y de Hef esto, en la que aquéllos
soportar el invierno y capaces, t a m bién, de resis tir Jos p racticaban s us artes, podía en trar sin ser notado, y.
ardores del so l, y de modo que, cuando fueran a dc r- así, robó la técnica de utiliza r el fuego de Hefesto y la
mir, estas mismas les sirvieran de cobe rtura familiar y otra de Atenea y se la entregó al hombre. Y de aquí
natural a todos. Y los calzó a unos con garras y revís- resulta la po sibilidad de la vida para el hombre; a un-
b lió a los otros con pi eles duras y sin sangre. A conti- que a Prometeo luego, a través de Bp ímeteo " , según 3224
nuación facilitaba medios de alimentación diferentes se cuenta. le n egó el cast igo de s u robo.
a unos y a otros: a éstos, el fo rraje de la tierra, a
aquéllos , los frutos de los á r boles y a los otros, ra íces. 21 Los «:e nti nelns. de Zeus son -ceo reo ya vio Heindorf-
Poder y Violencia. Kratos y Bía, en alusión a un pasaje de
A algunos les concedió que su alimento fuera el devo- Hesrcoo, Teog. 383 y sígs.
rar a otros animale s, y les ofreció una exigua deseen- ~ • ...a t ravés de Bpímeteo » puede ser un a ligera alusión a
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Puesto que el h ombre tuvo participación en el domi- en la s ciudades y ligaduras acordes de amistad. Le pre-
nio divino a causa de su parentesco con la divinidad JO, guntó, entonces, Hermes a Zeus de qué modo darla el
fue, en primer lugar, el único de los animales en creer sentido moral y la justicia a los hombres: «¿Las re-
en los dioses. e int en tab a construirles altares y escul- parto como están repartidos los conocimientos? Están
pir sus estatuas. Después, articuló rápidamente, con repartidos así : uno solo que domine la medicina vale
conocimien to. la voz y los nombres, e inventó sus casas, para muchos particulares, y lo mismo los otros profe-
vestidos, calzados, coberturas, y alimentos del campo. sionales. ¿También ahora la jus ticia y el sentido moral
Una vez equipados de tal m odo, en un principio habi- los infu ndiré así a los humanos, o los reparto a to-
t ab an los humanos en dispersión, y no existían ciuda- do s ?» «A todos, dijo Zeus, y que t odos sean partícipes. d
b des. Así que se veían des truidos por las fieras. por Pues no h abría ciudades , si sólo algunos de ellos par-
ser generalmente más débiles que aquéllas; y su téc- ti cipar an , como de los otros conocimientos. Además,
nica manual resultaba un conocimiento suficiente como impón una ley de mi parte: que al incapaz de parti-
recurso para la nutrición, pero insuficiente para la íu- cipar de l honor y la ju sti cia lo eliminen como a una
cha contra las fieras . Pues aún no poseían el arte de la enfermeda d de la ciu dad.»
política, a la que el arte bélico pertenece. Ya intentaban Así es, Sócrates, y p or eso los atenie nses y otras
reunirse y ponerse a salvo con la fundación de eluda. gentes, cuando se t rata de la excelencia arquitectónica
des . Pero, cuando se reunían, se atacaban u nos a otros, o de algún tema profesional, op inan que sólo unos po-
a! no poseer la ciencia política; de modo que de nuevo cos deben asistir a la decisión, y si alguno que está
se dispersaban y perecían. al margen de est os pocos da su consejo, no se lo acepo e
e zeus. entonces, temió que sucumbiera toda nuest ra tan, como tú dices, Y es razonable, digo yo. Pero cuan-
raza, y envió a Hermes que trajera a los hombres el do se me ten en una discu sión sobre la excelencia
sentido moral ?' y la j u st icia, para que hubiera orde n politic a, que hay que tratar enteramente con justicia y 323a
moderación, naturalmente acep tan a cualquier persona,
la leyenda de Pandora, el ambiguo regalo de los dioses que
Ep ímeteo, desoyendo los consejos de su hermano, aceptó.
JO La frase «...a causa de su parentesco con la divinidad" cf., además, 10 que apunta GUTIIR IE en su ya cit. H GPh., 111,
(diñ t~n toa theoti. syngéneian) es secluida por algunos editores pág. 66, Y la nota de TAYLOR, op . cit., a pág. 85. He preterido,
del texto (asf, p. ej., Adam), por considerarla int erpola da . A con todo, la expres ión «sentido mora¡" a la de «concjenclae,
mi ver, sin motivo suficiente. término más moderno y comp lejo . Taylor, en su ya citada ano-
31 La traducción de la pa labra aid~s plantea alguna dificul- tación al texto, dice que el que Plató n haya preferido las pala-
tad. Dice R. MONOOLFO (en La comprensi6n del sujeto humano bras aid6s y dik~ a las de s6ph rosYn~ y dikaiosYn~ «está pro-
en la cultura antigua, BuCl10s Aires, 1955, pág. 538): «Me parece bablemente más dictado por razones estilísticas que por cual-
que sólo la expresión 'sentimiento e conciencia moral' puede quier distinción de sentido». Es cierto que las razones de estilo
traducir de manera a decuada el significado de la palabra aidós han influido en tal elección, para dar al relato mítico un tono
en Protágoras, que conserva, sin duda, el sentido originario de arcaico y evocar el texto de Hsstcrc (Tr ab. 1900210), pero tam-
'pudor, respeto, vergüenza', pero de una vergüenza que se expe- bién la diferencia de sentido es, a mi entender, importante. Se
rimenta no sólo ante los demás, sino también an te sí mismo, evita el nombre más concreto de las virtudes morales y se
de acuerdo con la enseñanza pitagórica, de tan vasta repercu- prefiere el nombre más vago y arcaico que acentúa su valor
sión en la ética a ntígua.» Sobre aidÓs y d/ki! en este pasaje, social (aidtJs es muc ho más amplio que s6phrosjn~).
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como que es el deber de todo el m undo pa rticipar de ras y desgracias. Pero de cuantos bienes creen que por
esta excelencia; de lo contrario. no existi rían ci udades. medi o del ej ercicio y la atención sobrevienen a los
esa. Sócrates , es la razón de es to. hombres, acerca de és tos. si uno no los posee, sino que e.
Para que n o creas su fri r engaño respecto de que, en tiene . los defectos con trari os . sin duda se producen
realidad, todo s los hombres creen que cua lquiera parti- índígnecíones, cas tigos y reprimendas. De es tos vicios
cipa de la justicia y de la virtud política en general, uno es la injus ti cia, también lo es la impiedad y, en
acepta este nuevo argumento. En las otras excelenci as , una palabra, todo lo op uesto a la virtud política. En 324a
como tú dices. po r ejemplo : en caso de que uno éso sí que cualquie ra se encoleriza y re pre nde a quien
afirme ser buen flau ti sta o destacar por algún otro sea, evide ntemen te co n el pensamiento de que se trata
b arte cualquiera. en el q ue no es experto, o se burlan de algo que puede adquirirse por el cuidado y el apren-
de él o se irritan. y sus familiares van a ése y le repren- dizaje. Y si quiere s reflexionar. Sócrates, qué efectos
den como a un alocado. logra el castigo de los malhechores, esto te va a ense-
En cambio, en la j usticia y e n la restante virtud ñar q ue los hombres cree n que es posible a dquirir la
politica, si saben que alguno es injusto y éste, él por virtu d. Porque nadie cas tiga a los malhechores pres-
su p ropia cuenta, habla con sinceridad en contra de tando atención a que hayan delinqui do o por el hecho b
la m ayoría, lo que en el otro terreno se juzgab a se n- de haber delinquido, a no ser quien se vengue irracio-
satez , deci r la verdad, ahora se co nsi de ra locu ra, y afir- nalmen te com o un animal. Pero el que inten ta cas ti gar
man que deli ra el que no apare nta la justicia. De modo co n razón no se venga a cau sa de l crimen cometido
e que parece n ecesario qu e nadie dej e de participar de -pues no se lograrte hacer que lo hecho n o haya acae-
e lla en alguna medida. bajo pe na de dejar de exi stir cido-, sino con vistas al futuro. para que no obren
entre los humanos. mal de nuevo ni és te n;rismo n i otro. al ver que éste
Respecto de que a cua lqu ier persona aceptan razo- sufre su cas tigo. Y el que tiene ese pensamiento piensa
nablem ente como consejero so bre esta virtud por que la virtud es enseñable. Pues castiga, a efectos de
creer que todo el mundo participa de ella. eso d igo. Y disuasión. De mod o que tie nen semejante opinión
en cuanto a q ue creen que ésa n o se da por naturaleza cuan tos castigan en público o en p rí vado v,' Castigan e
ni con carácter es pontáneo, sino que es enseñable y
se obtiene del ejercicio, en quien la obtiene. es to Inten- II No sab emos hasta qué punto Platón recoge, en esta t eoría
taré most rártelo ahora. sobre la función social del castigo, las Ideas de Protágoras, pero
d Es claro que. por cua ntos defectos creen los huma- es m uy prob able pensar que lo ha ce en buena medida. Nótese
q ue ésta es una teoría ilustrada qu e descarta la noción de
nos que unos u otros poseen por na turaleza o azar. na- castigo como pago de un delito exi¡:ido por la Justicia. como
die se irrita, n i los censura ni enseña. o que nadie cas- algo ritual o como purificación de un daño anterior. No está
tiga a los q ue los ti enen, sino que los compadece. Por tampoco muy lejana es ta tesis protagérica de la s ideas del
ejemplo. a los feos. o los bajos, o los débiles. ¿Quién p ro pio Plat ón sobre la justicia social Y el cas tigo del criminal,
habrá tan tonto que int en te ca mbiarles algo en esas necesario como ejemplo Y. paradójicamente -segdn d irá Sóc.rn-
les en el Gorgias 479a-e---. benéfico sobr e todo para el delin-
cosas? Porque. creo. saben que es por naturaleza y cu en te, como algo medicinal. La ide a de que el criminal es
fortuna co mo les vienen a los hombres tales desv entu- como un enfermo aparec e ya apu ntada aquí .
37. -34
530 DIÁLOGOS PROr.(GORAS 531

y penalizan los homb res a quienes creen que come ten as í y. siendo as í. Jos hombres de bien enseñan las de-
un mal. y de modo destacado los atenienses. tus com- más cosas a sus hijos, pero ésta no. observa qué extra-
patriotas. ñas res ultan las personas de bien.
De forma q ue, según este razonar, también los ate- Pues que lo creen enseñable tanto en particular
nienses son de los que creen que la virtud es algo que como oficialmente, lo hemo s probado. Y siendo obj eto
puede adquirirse y aprenderse. Es n a tural, p ues, que de enseñanzas y cuidados, les enseñan a sus hijos las
tus conci udadanos admitan que un herrero y un zapa- otras cosas, sobre las que no gravita la muerte como
tero den consejos sobre as untos políticos. Y lo de que castigo. en caso de no saberlas; pero en aq uello en lo
creen qu e la virtud es enseñable y adquirible. Sócrates. qu e hay pena de muerte y destierros para sus propios e
d lo tienes demostrado suficientemen te. m e parece. hij os, si no han aprendido o no han sido adiestrados en
Pero aÚD queda otro p roblema, el q ue tú planteas la virtud, y, además de la muerte, la expropiación de
ace rca de los hombres de bien : que por q ué es tos hom- la s riquezas y. en una palabra, la disolu ción de sus
bres de bien enseñan las demás cosas a sus hij os, las familias, esto no lo enseñan ni lo cuidan con todo
que depe nden de profe sores, haciéndolos sabios, y no cuida do. ¿Puedes creértelo, Sócrates?
en lo qu e respecta a la virtud por la que ellos mismos Empezando desde la infancia. a lo largo de toda la
se distinguen, en nada haciéndolos mejores. Acerca de vida les enseñan y aconsejan. Tan pronto como uno
eso, Sócrates, no te diré un mito má s, SiDO un r azo- comprende lo que se dice, la nodriza, la madre, el pe-
namiento. dagogo y el propio padre batallan por ello, para qu e el d
Conque, medita del mo do sigu iente : ¿acaso existe. niño sea lo mejor po sible; le enseñan . en concre to, la
e o no , al go de lo que es necesario que participen todos maner a de ob rar y decir y le mu estran q ue es to es
los ciudadanos, como condición para que exista una justo. y aquello injusto, que eso es hermoso, y esotro
ciudad? Pues en eso se resuelve ese problema que -tú feo , que un a cosa es pia dosa. y otra imp ía, y «haz estas
tenias. y en ningún otro pW1tO. Porque , si exis te y es cosas. no hagas esas». Y a veces él obedece de b uen
algo único, no se trata de la carpintería ni de la técnica grado, pero si no, como a un taUo torcido o curvado lo
325a metalúrgica ni de la alfarería, sino de la justicia. de enderezan con amenazas y golpes.
la sensatez y de la obediencia a la ley divina, y, en Después de eso. al enviarlo a un maes tro, le reco-
resumen, esto como unidad es 10 que proclamo qu e es miendan mucho más que se cuide de la buena forma-
la virtud del hombre. Si existe eso de lo que deben ción de los niñ os que de la enseñanza de las letras o
participar todos, de acuerdo con ello debe obrar todo de la citara.
ho mb re. siempre qu e qu iera aprender o hacer cual- y los maestros se cuidan de estas cosas, y después e
qui er cosa, y sin ello, no; y al que no participe es de qu e los niños ap renden las let ra s y están en estado
p reci so enseñárselo y castigarl e, tanto si es niño, como de comprender los escri tos como antes ]0 hablado, los
si es hombre o mujer, hasta qu e po r medio del cas tigo colocan en los bancos de la escuela para leer los poe-
se ha ga mej or, y al qu e no obedezca, por más que se mas de los buenos poeta s y les ob ligan a aprendérselos
le castigue y enseñe, ha y que echarle de la ciudad o de memori a. En ellos hay muchas exhortaciones, mu- 3200
b matarle como si se tratase de un incurable. Si es to es chas digresiones y elogios y encomios de los virtuosos
532 DI ÁLOGOS PROTÁGORAS 533

homb res de antaño. para que el muchacho, con emu- buenos y an tiguos legisladores, y obliga a gobernar y
ladón, los imite y desee hacerse s u semejante. Y. a su ser gobernados de acuerdo con ellas.
vez, los citaristas se cuidan. de igual modo, de la sen- Al que intenta avanzar al margen de eUas se le cas-
satez y procuran que los jóvenes no obren ningún mal. tiga, y el nombre de este castigo, en tre vosotros y en e
Además de es to, una vez que han aprendido a tocar muchos otros lugares. es el de erectíñcacíonese >,
b la citara. les e nseñan los poemas de buenos poetas como si la justicia enderezara.
líricos. adaptándolos a la mú sica de citara, y fuerzan a Así que, si tan grande es el cuidado de la virtud
las almas de sus disdpulos a hacerse familia res los por cuenta particular y pública, ¿ te extrañas, Sócrates,
ri tmos y las armon ías, para que sean más suaves y más y desconHas de que sea ensañable la virtud? Pero no
eurrftmicos y más equili brados, Y. con ello. sean úti- hay qu e extrañarse de ello, sino mucho más aún de
les en su hablar y ob rar. Porque toda vida human a que no fuera enseñable.
necesita de la eurritmia y de l equilíbrí o v. ¿Por qué, ento nces , de padres excelentes nacen mu-
Luego, los envían aún al maestro de gimnasia, para chas veces hijos vulgares? Apréndelo tam bién. No es
que, con un cuerpo me jor, sirvan a un pro pósito que na da sorprendente, si yo decía verda d en lo anterior,
e sea valioso y no se vea n ob ligados, por su debilidad que en es te asun to de la virtud, si ha de existir la
corporal, a desfallecer en las guerras y en las otras ciudad , nadie pued a dese ntenderse. Si, entonces, lo qu e 327a
accio nes. digo es así, y lo es por enc ima de todas las cosas,
y es to lo h acen los que tiene n más posibilidad es. reflexiona tomando otro ejemplo: si la ciudad no pu-
como son los más ricos. Sus hijos empiezan a fr ecuen- diera subsistir, a no ser que to dos fuéramos flautist as,
tar las escue las en la edad má s tem prana, y las dejan fuera cual fuera la calidad que cada uno consiguiera;
muy tarde . Cuando se separan de sus maes tros, la de qu e esto, tanto por cue nta particular como pública ,
ciudad a su vez les obliga a aprender las leyes y a vivir todo el m un do lo enseñara a todo el mun do ; de que se
d de acuerdo con ellas, para q ue no obren cada uno de castigara a golpes al que no tocara la flauta bien , y de
ellos a su an tojo: de un modo sencillo, como los maes- que a nadie se le privara de eso, como ahora a na die
tros de gramática les trazan los rasgos de las letras se le priva de los derechos legales y justos, ni se les b
con un estilete a los niños aún no capaces de escribir ocultan, como se hace con otras técnicas . Pues creo
y, luego, les entregan la ta blilla escrita y les obligan que la jw ticia y la virtud DOS benefician mutuamente,
a dibujar siguiendo los trazos de las letras, así también y por eso, cualquiera a quienq uiera que sea le habla
la ciudad escribe los trazos de sus leyes, ha llazgo de y le enseña animosamente las cosas justas y legales. Si
fuera así, y también respecto del arte de tocar la flauta
!J La descripción del desarrollo de las enseñanzas en la pusiéramos todo empeño y generosidad en enseñam os
educación tradicional de los nifio s p uede ser comparada co n uno s a otros, ¿crees, Sóc ra tes, que de algún modo los
la Que se nos p resenta en las ~yes 80ge sfgs. De la imp ort ancia
de la educación mus ical y su 1nflu encia psicológica t rata co n
más de tenimiento PU:rdN en Rep. 398d-402a. Sob re el te ma p uede 34 Protágoras relaciona euth~ai (Que, hab itua lm en te . sigo
verse t am bién, como enfoqu e de conj unt o, el libro VIII de la nifica . examen de cuentese) con eut frttKJ, - cc rrcgíre , us ado en
Polltica de ARIS'fÓ'l'ELES. 32Sd. .
534 DI"-LOGOS PROTÁGORAS 535

hijos de los buenos flautistas se harían buenos flau- hijos de nuestros artesanos aquel oficio q!le ellos han
tistas mejor que los hijos de los mediocres? aprendido de su padre, en la medida en que su padre
Yo lo que creo es que el hijo de aquel que resul- y sus amigos de la misma profesión podían adiestrar-
tara el más dispuesto naturalmente para el tocar la los. ¿Quién más podría haberles enseñado? Creo que
flauta, ese se haría famoso, y el que fuera incapaz por no es fácil, Sócrates, que aparezca un maestro de esas
e naturaleza seria ignorado. Y muchas veces, del buen cosas, mientras que es fácil. en cambio. encontrarlo
flautista, saldría uno vulgar, y muchas otras, del vulgar, para las cosas inhabituales; y así sucede para la virtud
uno excelente. Pero de cualquier modo todos serían Y todo lo semejante. De todos modos, si alguno hay
flautistas capaces, en comparación a los particulares que nos aventaje siquiera un poco para conducirnos a
y los que nada entendieran de la flauta. la virtud. es digno de estima.
De igual modo, piensa ahora que, incluso el que te De estos creo ser yo uno y aventajar a los demás b
parece el hombre más injusto entre los educados en en ser provechoso a cualquiera en su desarrollo para
las leyes, ése mismo seria justo y un entendido en ese ser hombre de bien, de modo digno del salario que
d asunto, si hubiera "que juzgarlo en comparación con pretendo, y aún de más. como llega, incluso, a recono-
personas cuya educación no conociera tribunales ni le- cer el propio discípulo. Por eso, he establecido la forma
yes ni necesidad alguna que les forzara a cuidarse de de percibir mi salario de'la manera siguiente: cuando
la virtud, es decir que fueran unos salvajes, como los alguien ha aprendido conmigo, si quiere me entrega el
que nos presentó el año pasado el poeta Ferécrates en dinero que yo estipulo, y si no, se presenta en un tem- e
las Leneas 35. En verdad que si te encontraras entre plo. y. después de jurar que cree que las ensefianzas
tales gentes, como los misántropos de aquel caso, bien valen tanto, allí lo deposita.
desearías toparte con Euríbato y Frinondas, y te que- De este modo, Sócrates, yo te he contado un mito
e jertas echando de menos la maldad de los tipos de y te he expuesto un razonamiento acerca de cómo la
aquí. Ahora, en cambio, gozas de paz, porque todos son virtud es enseñable y los atenienses así lo creen, y
maestros de virtud, en lo que puede cada uno, y nin- de cómo no es nada extraño que de buenos padres
guno te lo parece. De igual modo. si buscaras algún nazcan hijos mediocres, y de padres mediocres, exce-
maestro de la lengua griega, no encontrarías ninguno, lentes. Asf, por ejemplo, los hijos de Poltcleto, coetá-
328a y tampoco. creo. si buscaras quién ha enseñado a los neos de Páralo y Jantipo aquí presentes, no son nada
en comparación con su padre, y lo mismo. otros de
]S La comedia Los salvajes (A.grio/) fue representada en las
muchos artistas. A éstos 36 no es justo echárselo en d
Leneas de 420 a. e., lo que supone un anacronismo en la cita
de Platón, ya que la fecha dramática del Protágoras es del 433.
cara todavía. Pues en ellos hay aún esperanzas, ya que
Probablemente, esos «salvajes.. formarían el coro de la obra, son jóvenes.
que podía relatar las andanzas de algunos atenienses que, har- Después de tan larga y notable disertación, Protá-
tos de la vida política de su ciudad. cual <rtnisántropos.., trata- goras dejó de hablar. Y yo, fascinado todavía, durante
ban de encontrar una existencia más idílica entre estas gentes.
desconocedoras de la civilización, con el mismo afán utópico
y escapísta con que Pístetero y Evélpides, en las Aves de Arlst6- 36 Protágoras señala, con su gesto, a los hijos de Pericles
fanes, intentan hallar un mundo mejor. allf presentes.
¡

536 DIÁLOGOS PROTÁGORAS 531

mucho tiempo lo miraba como si .fuera a decir algo para tenerlo todo, con tal de que m e contestes a lo
má s, deseoso de escucharle. Una vez que ya comprendí siguiente.
que en reali da d había acabado, como si me rec uperase De la virtud afirmas que puede ensefi.arse, y yo te
a du ras penas, me dije a mí mismo, volviendo la vista a creo más que creería a cualquiera otra persona. Pero e
Hip6crates: hay algo que me ha extrañado en t u discurso; cólmame
-Hijo de Apolodoro, cuán agradecido te estoy, por ese vacío en mi alma. Decías. p ues, que Zeus envió a
e haberme incitado a llegar aquí. En mucho estimo haber los h ombres la justicia y el sentido moral, y luego
oído lo que he preguntado a Protágoras. Porque yo, repetidamente en tus palabras se aludía a la justicia.
anteriormente. creía que no había ninguna ocupación la sensatez, la piedad y a todas esas cosas. como si en
humana por la que los buenos se hicieran buenos . Pero conjunto formaran una cierta unidad: la virtud. Detá-
I ahora estoy convencido. A excepción de una pequeña llame, por favor, exactamente con un razonamiento .
dificulta d que me queda, que evidentemente Protágoras si la virtud es una cierta unidad y si son partes de ella
aclarará con facilidad, ya que nos h a aclarado tantas la justi cia, la sensatez y la piedad. o es tas que yo ahora d
11
otras muchas. nomb raba son, todas, nombres de algo idéntico que es

I 329a Desde luego, si uno tratara de estos mismos asun-


tos con cualquiera de los oradores populares. al punto
podría esc uchar discursos tan notables de Pendes o de
único. Eso es lo que aún ansío.
-Fácil es eso de responder, Sócrates, contestó. que
de la virtud. que es única, son partes las que preguntas.
cualquier otro de los diestros en hablar . Pe ro si uno
les sigue preguntando a cualquiera de es tos algo más -¿Acaso. di je, como son partes las partes del ros-
como si fueran Itbros ", ni pueden responder nada ni tro: la boca, la nariz, los ojos y las orejas; o son como
las porciones de l oro que en nada se diferencian entre
pre guntar ellos. Mas si uno les formula cualquier pre-
gunta, aunque sea m ínima, acerca de lo dicho, como los sí y de l conj unto, sino sólo por su grandeza y pequeñez?
cántaros de bronce que al golpear resuenan largamen te -De aquél modo, me parece, Sócrates, como las e
y prolongan sus vibraciones si uno no los para, tam- partes del rostro es tán en relación con todo el rostro.
bién los oradores así, a la menor pregunta, extienden -¿Acaso, dije yo. también participan los hombres
b ampliamente su discurso. En ca mbio, éste. Protágoras, de esas p artes de la virtud, los unos de una, los otros
es capaz de p ronunciar largos y h ermosos discursos, de otra, o es necesario, que si uno posee la virtud, las
como el de ahora lo demuestra, y capaz tam bién . al tenga todas?
ser preguntado, de responder en breve y. en el interro- -De ningún modo, dijo, ya que muchos son vallen-
gatorlo, de soportar y aceptar el debate. lo que a pocos tes , pero in ju sto s ; o, vic eversa, jus tos, pero no sabios.
es dado. Ahora, pues. Pr otágora s. me falta muy poco -¿Conque. en efecto, son partes de la virtud, di je
yo, la sabiduría y la va lentía?
-y las más ciertas de todas. desde luego, contestó.
:ti La desventaja de los textos escritos frente al diálogo vivo,
Precisamente. la principal de las partes es la sabiduría.
que puede ser objeto de aclaraciones, preguntas y respues ta s,
es destacada por PuTÓS- COD mayor re lieve en el conocido pa- -¿Cada una de ellas es distinta de la otra?, dije.
saje del Fedro 27~d. -Sí.

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