Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
DIALOGOS
V
tA H M C V lO M , T l f T Í T O . ttOflVTA.
titOUCOOMi w r t o M i u n t s τ u n to
m
M * B4»H- ÍAKTa CBWL ALVAto VAiUK» CAAlttK
KISTO * LUIS C C lD tt O
W > \. M Í.5 3 H
© EDITORIAL c r e d o s , s . a .
ISBN 84-249-1279-9
Impreso en EspaAa. Prinicd in Spain.
Gráficas Cóndor, S. A ., Sánchez Pacheco, 81, Madrid, 1988. — 6188.
W — »« >aS· ^ · · *
ΤΕΕΤΕΤΟ
b ien d o ta d o c o m o tú p ara la s carreras, ¿ crees q u e su e lo
g io seria m en o s v erd a d e r o , p o r q u e te v e n c ie r a a lg u ien en
p len a fo r m a y m á s r á p id o q u e tú?
Tbet.— No, yo creo que no.
Sóc. — ¿Crees, sin embargo, que el saber es, como el
ejemplo que mencionaba, algo fácil y no una de las cosas
más difíciles que se pueden investigar, como quiera que
se mire?
T e e t . — N o , p o r Z eu s, y o la c o n sid e r o en tre la s c o s a s
m á s d ifíc ile s.
Sóc. — Confía, pues, en ti mismo y piensa que Teodo-
d ro llevaba algo de razón. Pon todo tu esfuerzo en esto,
como en lo demás, e intenta alcanzar una definición de
lo que es realmente el saber.
T e b t . — Si es por mi esfuerzo, Sócrates, ya se revelará.
Sóc. — Adelante, pues —ya que acabas de indicamos
el camino tan acertadamente—, intenta imitar tu respuesta
acerca de las potencias. De la misma manera que antes
(as reuniste, siendo muchas, en una sola clase, ahora debes
también referirte a los muchos saberes con una sola
definición.
« T e e t . — Te aseguro, Sócrates, que muchas veces he
intentado examinar esta cuestión, al oír las noticias que
me llegaban de tus preguntas. Pero no estoy convencido
de que pueda decir algo que valga la pena, ni he oído a
nadie que haya dado una respuesta en los términos exigi
dos por ti. Y, sin embargo, no he dejado de interesarme
_S¡0_ elIo.
/ Sóc. — Sufres los dolores del parto, Teeteto, porque
V j h > eres estéril y llevas el fruto dentro de ti.
T b e t . — N o s é , S ó c r a te s. T e e sto y d ic ie n d o la e x p e
rien cia q u e h e te n id o .
Sóc. — No me hagas reír, ¿es que no has oído que uta
soy hijo de una excelente y vigorosa partera llamada
Fenáreta 12?
T e e t . — S í, e s o y a lo he o íd o .
Sóc. — ¿Y no has oído también que practico el mismo
arte?
T b b t . — N o , en a b so lu to .
Sóc. — Pues bien, te aseguro que es así. Pero no to
vayas a revelar a otras personas, porque a ellos, amigo
mío, se les pasa por alto que poseo este arte. Como no
lo saben, no dicen esto de mí, sino que soy absurdo y dejo
a los hombres perplejos. ¿O no lo has oído decir?
Tbet. — Si que lo he oído. b
Sóc. — ¿Quieres que te diga la causa de ello?
T h e t . — Desde luego.
Sóc. — Ten en cuenta lo que pasa con tas parteras en
general y entenderás fácilmente lo que quiero decir. Tú
sabes que ninguna partera asiste a otras mujeres cuando
ella misma está embarazada y puede dar a luz, sino cuan
do ya es incapaz de ello.
T e e t . — Desde luego.
Sóc. — Dicen que la causante de esto es Ártemis 13,