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Es por ese motivo que presenta recurso de apelación contra dichas resoluciones por negar
a los menores E.M. Y C.M. la nacionalidad que les corresponde por ser hijos de un peruano,
alegando que estas incurren en una incorrecta interpretación de la ley, del interés superior
del niño y a la discriminación de género que se da en la normativa establecida en los
artículos 20 y 21 del Código Civil vigente, pues esta sí permite que una madre pueda
inscribir a sus menores hijos solo con sus apellidos.
Asimismo, señaló que los menores nacieron en Estados Unidos y tienen su registro de
identidad perteneciente a dicho país, por lo que no son apátridas, y por lo tanto no se
vulnera su derecho a la nacionalidad, ni se ha acreditado vulneración a la igualdad al no
realizarse el análisis de legalidad y proporcionalidad de la actuación cuestionada; finalmente
expresó que ningún mandato de un tribunal extranjero tiene validez en el país sin cumplir el
trámite de exequátur (proceso judicial de reconocimiento de sentencia extranjera).
Al analizar el caso, la Sala Superior revisora consideró que la sentencia dictada en Estados
Unidos a favor del demandante, que le otorgaría la patria potestad sobre sus hijos, no ha
sido objeto de reconocimiento de exequatur en el Perú, el cual es el mecanismo establecido
en nuestro ordenamiento para validar sentencias extranjeras. Por ello, indicó que al no
contar con dicho reconocimiento, existe incertidumbre respecto a los hechos denunciados,
por lo que revocó la sentencia apelada y declaró improcedente la demanda de amparo, al
no ser posible esclarecer tales hechos en la vía constitucional dada la ausencia de
validación de la sentencia extranjera mediante exequatur.