Está en la página 1de 6

Se ordena al RENIEC inscribir a hijos de peruano, sólo con los apellidos del

padre

El Tribunal Constitucional ("TC"), con cinco votos a favor y solo uno declarando improcedente
la demanda, ha fallado a favor de Ricardo Morán Vargas, permitiéndole inscribir a sus hijos
ante el RENIEC solo con sus apellidos (Morán Vargas), sin considerar la información de la
madre.

Para ello, en el caso concreto de Ricardo Morán, el TC ha inaplicado la regla que se


desprende de los artículos 20 y 21 del Código Civil peruano, bajo los cuales se dispone que,
si el padre no revela la identidad de la madre, entonces no podrá inscribir a su hijo:

Artículo 20.- Apellidos del Hijo Artículo 21.- Inscripción del nacimiento

Al hijo le corresponde el primer […] Cuando la madre no revele la identidad


apellido del padre y el primero de la del padre, podrá inscribir a su hijo con sus
madre. apellidos.

Asimismo, el TC ha exhortado al Congreso de la República a que legisle para que tome en


cuenta aquellos casos, como éste, en los cuales el padre no puede o no quiere registrar a
sus hijos con el apellido de la madre. En esta alerta analizamos y comentamos la sentencia
del TC y sus implicancias.

¿Qué solicitó Ricardo Morán Vargas (el padre) y qué argumentó el RENIEC?

Ricardo Morán Vargas, padre de un niño y una niña de iniciales E.M. y C.M., solicitó al
RENIEC la inscripción de sus hijos, nacidos en los Estados Unidos de América mediante un
procedimiento de maternidad subrogada, registrados en dicho país solo con sus apellidos
(Morán Vargas).
Es importante resaltar que ambos niños tienen nacionalidad estadounidense y, por tanto,
tienen ya una identidad constituida por los dos apellidos del padre.
Sin embargo, el RENIEC denegó la solicitud de inscripción con los dos apellidos del padre a
la luz de lo dispuesto en los artículos 20 y 21 del Código Civil peruano.
Objetivos de los artículos 20 y 21 del Código Civil peruano y ausencia de legislación.

El TC ha reconocido que, en el Perú no hay un marco normativo que permita la inscripción de


hijos solo con los apellidos del padre, y, la Administración Pública no está habilitada para
realizar un control difuso de las normas.

De acuerdo al TC, la lógica de los artículos 20 y 21 del Código Civil peruano es la de permitir
que las madres solteras puedan inscribir a sus hijos sin la necesidad de contar con la
información del padre. Es decir, el objetivo era que la madre, al inscribir a sus hijos, pueda
ponerle sus apellidos y que ello no sea un obstáculo para dicho trámite. Antes de la
modificación de estos artículos del Código Civil, sólo entre el 2000 y 2004, más de medio
millón de niños no fueron inscritos, pues la madre no conocía o no quería indicar la
información del padre. Estas normas buscaban que se pueda lograr la inscripción del nombre
del niño para efectos de establecer la identidad, sin que ello tenga injerencia en cuanto a
efectos de filiación se refiere. Esto tiene sentido en una sociedad como la peruana, en donde
es más común ver madres solteras con hijos.
Ello cumple con la finalidad de proteger el derecho de los niños a ser inscritos,
llevar un nombre, a recibir la nacionalidad y poder acceder a servicios como el
de salud, educación, beneficios sociales, entre otros

Que la norma solo contemple la posibilidad de inscripción de un hijo con los apellidos de
la madre en caso esta no pudiese o quisiese revelar la información del padre tiene lógica
en una sociedad en donde el cuidado de los hijos es, usualmente, asumido por las
mujeres.

Comentarios

¿Qué resolvió el Tribunal Constitucional?

El TC, a la luz de la Convención sobre los Derechos del Niño, y, del artículo 2.20 de la
Constitución, reconoce que los niños tienen derecho a la inscripción de su nacimiento, esto
es: a un nombre, a adquirir la nacionalidad peruana, y, en la medida de lo posible, conocer a
sus padres y ser cuidados por ellos.

Bajo ese marco normativo, y en aplicación del test de igualdad, el TC ha resuelto que, la regla
que se desprende del contenido de los artículos 20 y 21 del Código Civil no pasa el examen
de necesidad y, por tanto, en el caso en concreto, es inconstitucional.

Al respecto, el TC ha resuelto que la regla a la que se hace mención incide sobre el derecho
a la igualdad, pues la norma hace una diferenciación en función del sexo de los padres (sólo
la madre puede no revelar la identidad del padre e inscribir a su hijo con sus dos apellidos),
cuando el legislador podría haber aplicado una fórmula igualmente idónea y menos
gravosa: padre o madre pueden inscribir a sus hijos con sus dos apellidos.

Por todo ello, el TC resolvió inaplicar, en el caso en concreto, los artículos 20 y 21 del Código
Civil peruano, permitiendo así la inscripción de los hijos de Ricardo Morán Vargas ante el
RENIEC únicamente con sus apellidos. Por otro lado, el TC también exhortó al Congreso de
la República a legislar para equiparar el derecho de un padre a inscribir a sus hijos con sus
apellidos, sin develar el nombre de la madre, así como a establecer un procedimiento para
que el niño pueda conocer la identidad del otro progenitor, si así lo desease.

Conclusión

El TC, en defensa del interés superior del niño, declaró fundada la demanda de amparo
interpuesta por Ricardo Morán Vargas, ordenándole al RENIEC la inscripción inmediata de
sus hijos, solo con sus apellidos, y, por tanto, reconociéndose su nacionalidad peruana y la
identidad ya existente.

Esta sentencia, si bien no es un precedente, debe aplicar para todos aquellos casos en los
que los niños con derecho a ser peruanos deban ser inscritos ante el RENIEC y cuenten con
los apellidos o solo del padre, o solo de la madre, o los apellidos que tengan en el país en el
cual ya están inscritos, como puede ser el caso de los hijos de las parejas LGBTIQ+.

Contamos con abogados constitucionalistas y de otras especialidades para ayudarlos en


éstos casos o similares. No dude en contactarse con nosotros .
Caso Morán: TC ordena al Reniec la inscripción inmediata de los hijos y a
reconocer su nacionalidad peruana

Equipara, además, derechos entre varones y mujeres para la inscripciòn de


hijos con sus apellidos.

13/10/2023 El Tribunal Constitucional (TC) ordenó al Registro Nacional de Identificación y


Estado Civil (Reniec) la inscripción inmediata de los menores E.M. y C.M. con los apellidos
de su padre legal, Ricardo Morán Vargas, y reconocerse también su nacionalidad peruana,
conforme lo señala la sentencia en el Expediente N° 00882-2023-PA/TC. Además, el
colegiado declaró nulas las resoluciones regionales y registrales que declararon
improcedentes las solicitudes de inscripción administrativa del nacimiento de los niños e
inaplicables en este caso la regla de que solo la madre puede inscribir a su hijo, con sus
apellidos, sin revelar la identidad. del padre, tal como se establece en el tercer párrafo del
artículo 21 del Código Civil, modificado por la Ley N° 28720.
Asimismo, reconoció, expresamente, que el Reniec obró conforme a sus facultades, ya que
no le corresponde el control constitucional del ordenamiento jurídico, sino su estricto
cumplimiento.

[Lea también: Poder Judicial propone regular manejo del expediente judicial
electrónico ]

En la sentencia, el TC no analizó las circunstancias del nacimiento de los


niños, por el contrario, centró su análisis en la discriminación por razón de
sexo en perjuicio de los varones, ya que el artículo 21 del Código Civil,
permite a la madre inscribir a sus hijos con sus apellidos, sin revelar el nombre
del progenitor, pero no reconoce el mismo derecho al padre.

Ante la falta de reconocimiento legal del derecho del padre, el tribunal


resolvió, principalmente, conforme a los principios de no discriminación e
igualdad, contenidos en la Constitución y otros tratados internacionales, a fin
de lograr la equiparación de derechos entre varones y mujeres.

La sentencia resalta que es de la mayor importancia que un niño conozca la


identidad de ambos padres. Sin embargo, no parece razonable supeditar la
inscripción y el derecho al nombre oa la nacionalidad, al conocimiento de la
identidad de ambos padres, teniendo en cuenta que la ley otorga a la madre ese
derecho, sin dar el nombre del padre y sin expresión de causa alguna.

El colegiado exhortó al Congreso de la República para que, en el marco de sus


atribuciones, equipare el derecho de un padre a inscribir a sus hijos con sus
apellidos, sin develar el nombre de la madre, así como a establecer algún
sistema o procedimiento para que cuando un niño, con posterioridad a su
inscripción, desee conocer la identidad del otro progenitor, pueda hacerlo
mediante un registro reservado al que pueda tener acceso.

El TC recordó que el artículo 52 de la Constitución consagra como un derecho


de sustento constitucional directo el derecho del padre y madre peruanos a que
sus hijos, nacidos en el extranjero, tengan la misma nacionalidad. Este es el
supuesto del recurrente, cuyos hijos tienen, además, identidad y nacionalidad
norteamericanas.

La difusión de la audiencia del caso de los “Hijos de Morán” en el Tribunal


Constitucional el 9 de agosto del 2023 ha permitido apreciar tres elementos
centrales que se vinculan con la especialidad del Derecho de Familia.
Estos tres elementos inciden sobre manera en la percepción que la sociedad
tiene del Derecho (con mayúscula), especialmente porque se le asocia con
el elemento normativo de la “ley”, la cual no siempre se adapta o reacciona
en forma directa con los cambios sociales, los cuales tienen un efecto mucho
más dinámico y práctico.
De este modo, la “ley” parece que registra un elemento negativo que es
conocido como “laguna jurídica” y que se ha registrado en función a los
procesos de cambios sociales, desarrollo tecnológico y generación de nuevas
situaciones socio familiares, todo ello en función a la “maternidad
subrogada” y al uso de los tratamientos de reproducción asistida.
Pese a que el Derecho tiene una condición proactiva y autónoma para la
evaluación de situaciones controversiales, es necesario indicar que no
siempre estos criterios de evaluación resultan sencillos en un caso especial,
debido al hecho de que estos criterios pueden ser muy diferentes en función
a quien es el ente que ha ejecutado la interpretación.
En este sentido, la “ley” pese a la posibilidad de ejecutar una
sistematización normativa de la Constitución, de la legislación civil y
procesal civil, en complemento con la instrumentalización de Tratados
Internacionales vinculados al ámbito de los Derechos Humanos, en
particular con la aplicabilidad de la Convención Americana de 1969
(Bermúdez-Tapia, 2011, p. 11), no siempre logra generar un consenso
uniforme en los magistrados que deben evaluar un caso que supera los
parámetros usuales que se desarrollan en el ámbito judicial ordinario (en el
Poder Judicial).
Ante esta perspectiva, el caso de los “Hijos de Morán”, permite acreditar
estos tres elementos:
a) Las limitaciones de la legislación aplicable a relaciones familiares
debido al desarrollo de la tecnología en el ámbito de la biomedicina.
En este caso, no se trata del uso de una técnica de reproducción asistida
vinculada a un entorno familiar como se registró en el caso Artavia Murillo y
otros vs. Costa Rica en la Corte IDH (2012), por cuanto Ricardo Morán
ejecutó la fecundación de embriones a través de un contrato que le permitió
tener hijos biológicos con el empleo de un “vientre de alquiler” en los
Estados Unidos de América.
Esta acción si bien la podía ejecutar en el Perú, el contexto regulatorio no
era apropiado y se presume que se acudió al país norteamericano para así
poder tener derechos de parentalidad exclusivos sobre sus hijos. Una
referencia que permitía detallar que esta opción también la podía ejecutar
en Argentina, Brasil, Ucrania y otros países que tienen un sistema normativo
aplicable a este tipo de contratos de “maternidad subrogada”.
En el caso peruano, ni la Ley General de Salud ni el Código Civil ni otra ley
en particular especificaban un marco normativo que pudiera atender el caso
en particular cuando en el país se exige que el “padre” debe presentar a
la “madre” en el sistema registral de identificación de la RENIEC al momento
de inscribir a los hijos.
Un criterio contradictorio cuando en el mismo Código Civil, en el artículo 21º
el procedimiento de inscripción del nacimiento de un hijo a la madre se le
permite “no relevar la identidad del padre”, “indicar una identidad
incorrecta”, “una identidad falsa” o “una identidad conforme a su
discrecionalidad”, con lo cual se observa un criterio con una doble
perspectiva de evaluación.
A la madre se le permite inclusive alterar la identidad de su hijo sin tener
consecuencias penales porque el artículo 145º del Código Penal resulta
insuficiente para sancionar estas acciones pese al daño que se provoca al
hijo al modificarse su identidad o limitar sus expectativas económicas para
garantizar su propia supervivencia.
Nótese que en este contexto, el “activismo de género” no tomó en cuenta
que la discrecionalidad de la madre anula el derecho natural, humano,
fundamental y constitucional de un menor de tener una identidad conforme
a su origen biológico.
b) La limitación del Derecho de Familia ante cambios sociales
(Bermúdez-Tapia, 2008, p. 69).
Una condición que va en complemento al desarrollo de evaluación
constitucional, procesal, probatorio e interdisciplinario que se requiere en el
análisis de casos vinculados a conflictos familiares.
En este punto, la especialidad ha quedado abrumada ante la cantidad de
casos que se judicializan y que no logran ser atendidos diligentemente en el
ámbito del Poder Judicial y Tribunal Constitucional pese al registro constante
de jurisprudencia aplicable a la especialidad.
El legislador insiste en no modificar la estructura básica del Código Civil
porque no logra comprender la dinámica de las relaciones sociales que
ejecutan actos de violencia, que desarrollan condiciones económicas que
limitan las condiciones y derechos vinculados al ámbito económico de la
sociedad de gananciales y que eventualmente inciden en las condiciones de
vida de todo el grupo familiar, sobre todo al momento de evaluar los
“alimentos”.
Complementariamente, se observa la insistencia en la “atomización” del
conflicto familiar para mantener la regulación normativa excluyente en el
ámbito judicial penal, en el judicial civil-familiar y en el judicial
constitucional cuando se analizan casos de las mismas partes procesales en
contradicción.
El elevado volumen de casos donde se registran a las mismas partes
procesales permite detallar la necesidad de una aprobación de un Código
autónomo en el ámbito Familiar que pueda acumular competencias y
determinar criterios de dirección del proceso y socialización del mismo por
parte del juez.
Sólo con un Código Procesal de Familia se podría generar la autonomía de
una especialidad donde el juez pueda tener competencias penales, civiles,
familiares y constitucionales en función a la evaluación de los derechos y
obligaciones vinculadas a un conflicto familiar, en forma diligente, oportuna
y temporalmente relacionado con la atención de la emergencia familiar.
Sin embargo, el legislador y la misma doctrina mayoritaria insisten en hacer
excluyentes los procesos vinculados a contextos disfuncionales familiares
porque ello permite mantener criterios decimonónicos que evitan la
actualización en áreas de especialización ajenos a los ya desarrollados.
c) Las limitaciones de los magistrados.
En la audiencia del caso de los “Hijos de Morán” un magistrado del Tribunal
Constitucional delató su escaso conocimiento sobre lo “regulado” y lo
“prohibido” en el ámbito de las relaciones interpersonales en el ámbito
normativo en el país.
Esta confusión próxima a un criterio de evaluación sujeta a lo detallado por
el legislador de 1984 permite observar que dicho comportamiento es muy
usual en la especialidad debido sobre todo a la prevalencia de valores
morales y sociales muy próximos a lo religioso y a lo tradicional.
El respeto de la autonomía e independencia judicial de los poderes públicos
es una premisa que se valora en forma absoluta pero que no siempre
guarda coherencia cuando se analizan factores de evaluación vinculados a lo
cultural o a lo religioso, como sucede en los contextos familiares.
Nótese el peligro que puede provocar la “valoración subjetiva” de los hechos
por parte del magistrado. Situación que se extiende cuando se analizan
elementos vinculados al “género” o a los “valores morales, culturales o
familiares” como si el país pudiera registrar los mismos elementos
registrados en la época de la promulgación del Código Civil con los que se
registran en la actualidad.
Tres elementos que permiten detallar la importancia de actualizar el sistema
normativo ante el desarrollo de nuevas exigencias y realidades sociales,
debido sobre todo a la prevención de situaciones extremas que en el caso
vinculado al objeto de estudio ya registra un antecedente positivo. La
prohibición de toda forma de empleo de los tratamientos y procedimientos
biomédicos que se vinculen a casos de “clonación” están prohibidos en el
país.
Bajo esta premisa, es posible establecer la “prohibición” de la clonación pero
no es importante evaluar la regulación de procedimientos de fecundación a
través de procedimientos biomédicos porque estos pueden ser empleados
por personas cuya identidad de género difiere de la gran mayoría de
ciudadanos en el país.
Esta incongruencia ha sido expuesta en un caso que se ha centrado en la
evaluación de los derechos del “padre” respecto de la inscripción en el
registro civil de sus hijos ante la RENIEC sin tomarse mucho en cuenta el
derecho de los hijos a tener una nacionalidad y a un nombre y apellidos
conforme su propia realidad.
¿El interés superior del niño será comprensible para la RENIEC?
Eventualmente a la defensa de ese Órgano Constitucional Autónomo le falta
una perspectiva de evaluación constitucional de sus propias competencias y
de evaluación de los derechos de los ciudadanos, incluyendo a los que aún
no tienen autonomía procesal por ser menores de edad.

También podría gustarte