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Revisión de los Conciertos de Corelli y Vivaldi

En la época barroca no existe una forma musical definida, esta se construye de manera dinámica, sin un plan
establecido. Pueden emplearse métodos como la imitación de la música vocal o las bases de danza en relación
con el carácter interpretativo y compositivo (no significa que las obras tengan carácter bailable). El objetivo es
crear una estructura mediante recursos de la música misma (rapidez, timbre, frecuencia…) que represente
eficazmente la energía tonal y la teoría relativa de los afectos. La música barroca tiene que ver con el carácter
interpretativo de la improvisación que permanece en el acto mismo y no está representado físicamente.
El op. 6 de Corelli (1653-1713) publicado de forma póstuma en 1714 forma parte de los Doce Concerti Grossi.
Es de carácter público y festivo, conformado por dos violines y violonchelo para la parte concertino y viola y
bajo (que pueden duplicarse) para el concerto grosso. Creado con la idea de concerto contrastante porque
podía interpretarse con instrumentos de viento (contraste tímbrico cuerda-viento). Una alternancia entre el
solista (podían ser dos solistas) y la orquesta. Se refleja la idea de la música barroca que reside en la
performance de la obra, no en la partitura. Los ocho primeros conciertos son da chiesa y los cuatro restantes
da camera (realzando el contraste de la obra) que poseen diferente número de movimientos, generalmente
más de 3. Se caracteriza por llevar el sentido del claroscuro al límite, el uso musical de la espacialidad (debido
a su naturaleza de arquitecto) en su música fomentando el contraste entre las partes de la obra creando la
estructura.
El concerto op. 3 n.º 8 de Vivaldi (1678-1741) forma parte de L’Estro Armonico un conjunto de 12 conciertos
para cuerda publicados en 1711. Un concierto para dos violines, cuerda y continuo. La música de Vivaldi es de
inspiración realista basada en la ambientación del entorno o los fenómenos sonoros que le rodean La
estructura del concierto es marcada por los ritornelli (estribillos instrumentales recurrentes) además de estar
reforzada por la alternancia entre los dos solistas y la orquesta (con intervenciones temáticas nuevas) que
funciona como acompañamiento. El movimiento central es más sencillo de todos, el primero el más elaborado
de ritmo binario y el final suele ser brillante y de ritmo ternario. El movimiento final supone, generalmente, un
retorno a la idea principal del primer movimiento. Clemens Kühn hace referencia en un tratado a la forma
estructural Fortspinnung que podría identificarse con la forma de esta sonata. Consta de un antecedente, el
fortspinnung (impulso por asociación de elementos) propiamente dicho y el epílogo. Implica el movimiento
por la trama entre las partes sin precisar de sentido de simetría o equilibrio.
El op. de Corelli posee más movimientos que el concierto de Vivaldi que está menos desarrollado. Este hecho
le permitió a Vivaldi la difusión y copia de estos concertos entre cuyos objetivos estaba la fama y difusión del
gusto musical de la época.
Por lo tanto, hablamos de dos estilos compositivos muy diferentes que, sin embargo, pertenecen a la misma
época y cuyos autores son contemporáneos. Esto muestra el gran margen de interpretación de la época
barroca, no existe un prototipo de forma musical. Esta se compone sin un soporte previo, donde prevalece el
procedimiento discursivo y no los aspectos como la simetría, las correspondencias o el equilibrio entre las
secciones (imperceptibles para la escucha pero apreciables en la partitura). Queda demostrada así la
polarización entre el virtuosismo del intérprete y la ingeniosidad del compositor que se vinculan en el campo
de la improvisación.

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