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Ensayo académico: El psicólogo jurídico en su papel como perito forense

Por: Angie Paola Leal Bacca

Con el avance de la ciencia y del Sistema penal en todo el mundo, son cada día más los

nuevos elementos que intervienen en la justicia. Para esto intervienen expertos en diversas

ciencias como tecnología, psicología y medicina, y diversos profesionales como grafólogos,

laboratoristas, químicos, balísticas, entre otros, que son indispensables para que se lleve a cabo

un juicio y que su opinión de experto se vuelve precisa en el juicio oral (Rudas, et al., 2016).

Estos expertos son conocidos como peritos, que pueden ser de cualquier índole y que participan

como evidencia dentro del sistema judicial. Ahora bien, en el presente ensayo se identificará el

peritaje psicológico en función forense y sus respectivas particularidades dentro del proceso

jurídico, con el fin de que se haga un proceso adecuado y que su participación sea tomada en

cuenta.

En la actualidad son muchos los casos en los que se requiere un peritaje psicológico

forense dentro de un auditoria, con el fin de que el profesional experto imparta su conocimiento

sobre un tema específico y así complemente de manera profesional los hechos identificados. En

este sentido, se consigue que su participación afirme y complemente diversos elementos en el

área jurídica, que casi en el 80% de los casos consigue influir en la decisión del juez (Rudas, et

al., 2016). Para esto, se hace necesario reconocer cuales son las principales características de este

perito dentro del juicio oral y qué recomendaciones se le da a este para que su intervención

dentro de la administración de justicia sea válida. Por esto mismo, se requiere que el personal

asignado sea especializado y que este psicólogo jurídico en ocupación forense sea una fuente

total de conocimiento, apropiado de su informe pericial y que sea usado como un medio de

evidencia apreciable.
Como bien sabemos existen diversas áreas en el derecho, entre estas se destacan el área

penal, administrativo, civil y de familia. No obstante en la asignación de peritajes psicológicos

tiene más incidencia y el interés se prioriza con mayor fuerza en el área penal, al ser la

especializada en situaciones que acarrean actos punibles ante la ley. Es decir, se utiliza el peritaje

para observar si dichos actos ilícitos pueden ser considerados inimputables o bien, que el estado

mental del acusado no se encontraba afectado a la hora del hecho. También se observan otros

casos específicos como la incidencia de actitudes de peligrosidad en el sujeto, la veracidad en

testimonios de menores sobre abuso sexual, psicopatologías en los acusados, índices de

victimologías, entre otros. Y de esta manera, se observa que son muchas las funciones que un

perito en función forense puede ofrecer.

Ahora bien, frente a esta diversidad, hay que tener en cuenta que las leyes legítimas del

país deberán ser comprendidas en su totalidad por el experto psicólogo, puesto que al ser

jurídico, su funcionalidad no solo radica en el área de la psicología, sino en todos esos derechos

y deberes que dicta la ley y que deberán ser identificados al momento de realizar cualquier

evaluación y dictaminar cualquier conclusión (Rudas, et al., 2016). Para estos fines, se identifica

la existencia del código general del proceso, el cual abarca las diversas áreas del derecho, pero

alguno de esos artículos se observan únicamente en el área penal. Además se encuentra el código

de procedimiento legal que informa acerca de las acciones de tipo punible. Frente a cualquier

tema jurídico estos códigos deberán ser entendidos y comprendidos ante cualquier situación,

pues estos están regidos bajo la ley de cada país, en este caso, Colombia.

De esta forma, al introducir los peritajes en la actualidad es que se llevan a cabo los

juicios orales, puesto que en el siglo pasado no había un acercamiento a la presunta víctima o

victimario, por lo que todas las pruebas y los enfrentamientos eran de tipo escrito, a través de
informes que se entregaban al juez y este los revisaba y daba su sentencia. Pero cuando llegó el

juicio oral se comenzaron a observar aquellos enfrentamientos presenciales. No obstante, en

Colombia no se encuentran las instalaciones adecuadas para estos juicios orales, por lo que se

dificulta que varias personas expertas ingresen al juicio como pueden ser los médicos,

psicólogos, laboralistas, etc. Al hacer referencia a instalaciones inadecuadas, se identifican

salones pequeños, con poco acceso a las personas y dos o cuatro sillas que no dan para un juicio

oral con diversos testigos.

Cabe resaltar que en Colombia, como en la mayoría de los procedimientos judiciales debe

existir una previa investigación judicial. Sin embargo, en muchas ocasiones no existe una

investigación plena por lo que el jefe de control de garantías puede cancelar dicha captura por no

hacerse de manera adecuada el proceso, ya que el abogado defensor alega ante el juez que las

etapas se dieron de manera inadecuada. Sucede en muchos casos como el del abuso sexual a

menores. Por ejemplo, una menor de edad inicia una denuncia sobre un agresor sexual; sin

embargo, no se investiga dicha acusación y simplemente se encarcela a la persona, haciendo

factible que su abogado defienda que no se hizo de manera adecuada el proceso, por lo que el

acusado queda en libertad.

De esta misma manera hay etapas donde se prepara el juicio oral y se llama al psicólogo

para que realice bien sea el informe o la meta pericia, también conocida como contra informe. A

pesar de que el colegio colombiano de psicólogos COLPSIC indica una metodología específica

para la labor forense, ellos aceptaron que se puede manejar el proceso de manera autónoma,

siempre y cuando no se entrometa con el código ético. Ahora bien, teniendo en cuenta esto, se

hace necesario siempre observar el caso en el que se puede participar, para determinar si

realmente se será objetivo en este y si la salud mental de los profesionales es apta. Por ejemplo,
un psicólogo en función de perito forense se enfrenta a un caso de abuso sexual, en el que tiene

que determinar si el acusado presenta alguna característica que lo haga inimputable del caso.

Ante esto, si este profesional es una persona con creencias, ideologías o incluso una experiencia

traumática frente al abuso sexual, se puede determinar que no es el indicado para el trabajo,

porque no sería objetivo.

Otro de los elementos que se hace importante en la pericia es observar la parte

económica, es decir, cuanto se cobrará al abogado por el informe, los gastos adicionales bien

sean la adquisición de las pruebas, los traslados a ciudades, entre otros. De la misma forma, se

determinará cuanto tiempo se demorará en hacerse el informe, para que quede realmente

determinado. Y además siempre hay que dejar en claro que los resultados del informe no

intervendrán en el pago de este, es decir, el abogado no puede pagar para que los resultados lo

beneficien, si no que el pago deberá ser imparcial del resultado que ofrezca. Para clarificar este

asunto, se observa un ejemplo en el que el abogado defensor contrata al perito forense para que

identifique si su defendido presentaba miedo insuperable al momento de cometer el acto ilícito,

considerando que este miedo, bajo los criterios específicos, puede ser considerado como una

razón para declarar como inimputable al acusado. En este sentido, el abogado no podrá pretender

que los resultados del informe forense favorezcan al evaluado, sino que será un proceso

totalmente transparente.

De la misma forma, al momento de enfrentarse a la tarea de ser un perito, es necesario

tener presente todas las medidas de aseguramiento que no permitan que la contra parte pueda

usar en contra del profesional (Rudas, et al., 2016). En este sentido, juegan un papel primordial

las redes sociales, que pueden ser indispensables al momento de contra atacar. También influyen

la apariencia, la edad y la presentación personal, pues estos elementos expresan el poder del
experto. Con respecto a la experiencia, siempre es importante realizar diversos cursos y

diplomados para adquirir formación en el área forense, ya que esta es una de las preguntas que

más les realizan a los peritos para verificar si su experiencia es apreciable dentro del campo

jurídico. En este caso, las especializaciones, postgrados y cursos anexos serán indefectibles.

Igualmente se hace necesario observar los cuestionarios y test utilizados en el informe,

que deben ser los adecuados, legales y bajo todo el procedimiento que requieren. En este punto

se observa que en muchas ocasiones, el perito forense falla en su papel porque utiliza

evaluaciones que tienen baremos que no son adecuados para el caso del evaluado, bien sea por

edad, contexto, formación académica u otros. También se identifica que por ejemplo, se utilizan

pruebas o test psicológicos que son válidos y que han funcionado en otros países, pero que en

Colombia no se han validado, por lo que a pesar de ya estar aprobados en otros lugares, en

Colombia no funcionarían como confiables. También se identifica un tercer caso de mala

escogencia de test, más que todo, frente a casos de abuso sexual, donde se utilizan pruebas que

en muchas ocasiones sugestionan las respuestas y hacen que el instrumento no sea válido. Uno

de los ejemplos más populares fue el SATAC, un protocolo utilizado en la fiscalía que fue

desaprobado por sugestionar a los menores en sus respuestas.

Para concluir, en los juicios orales son muchos los elementos a considerar frente al papel

de perito forense. El profesional se enfrentará a preguntar sobre su experiencia en la profesión,

cómo realizó el procedimiento y cuales fueron sus conclusiones. En este apartado se hace

necesario notificar todas aquellas características que influyen en el caso, algunas más comunes

son si el evaluado es consciente de la ilicitud o licitud de los hechos, cómo son sus rasgos de

personalidad, si posee una inteligencia promedio, si algunos de sus rasgos pueden caracterizarse

como factor de peligrosidad o si su testimonio puede definirse como válido y creíble. Frente a
todas estas incógnitas, siempre será indispensable que el profesional maneje una ética adecuada y

que identifique su comportamiento dentro del contexto jurídico, utilizando el lenguaje y las

conductas correctas e identificando los posibles errores a evitar dentro de la administración

judicial.

Referencias bibliográficas

Rudas, M. M., Baena-Valencia, S., & Pérez-García, I. (2016). Peritajes psicológicos

forenses en decisiones judiciales de primera instancia en delitos sexuales. Revista de Derecho,

(46), 200-224.

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