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INTRODUCCION
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TECNICAS PSICOLOGICAS EN EL AMBITO FORENSE
La psicología estudia la conducta iluminada por sus vivencias; el derecho tipifica una
conducta estimada socialmente como delito. En psicología cuanto más inconsciente
es la conducta, “más patológica será”, en derecho cuanto más inconsciente es la
conducta, “más inimputable será”. Respecto al concepto de enfermedad previa: en
psicología se explica la patología como “series complementarias”, la combinación de
factores previos con un factor desencadenante; en derecho lo necesario es saber
cuánto de esa patología (Ej.: stress postraumático), fue “previo al hecho ventilado en
autos y/o cuanto posterior”.
Para la psicología daño moral y daño psicológico son conceptos similares; para el
derecho no. Para el derecho es importante debatir si la función de una multa es
compensar en alguna manera a la víctima o castigar el delito, mientras que en
psicología éste es un tema menor. La Psicología forense es una especialidad del
campo de la Psicología. Se trata de una praxis que involucra dos vertientes: una
práctica, en lo que hace a la respuesta puntual que se espera de la psicología cuando
es interrogada desde el Todo Legal, es decir la pericia propiamente dicha, y una
crítica en tanto reflexión, que involucra tanto al demandante cuanto al demandado, de
no existir tal dimensión crítica, quien ejerce lo hace en calidad de esclavo, por más
eficacia y perfeccionamiento que exhiba en su tarea profesional.
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diferencias de método, objeto de estudio y objetivos han sido utilizados para
promover la idea de una convivencia imposible.
Según Lugo y Rivas (2003), refiere que la Psicología Jurídica Penal Forense:
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conclusión de que es toda acción que no se ajusta a los principios de la ética, sin
embargo, los psicólogos que se dedican a lo jurídico no se han preocupado por definir
dicho concepto sino se han inclinado más bien a comprender los delitos
constituyendo el mismo como un episodio accesorio en la vida psíquica del individuo.
Para comprender un delito es necesario conocer los antecedentes de la situación y el
valor de los factores determinantes de la reacción del sujeto como son
la constitución corporal, el temperamento, la inteligencia, el carácter, la previa
experiencia, la constelación, la situación externa desencadenante, el tipo medio de
reacción colectiva aplicable a la situación y el modo de percepción de la situación por
parte del delincuente, dichos factores forman lo que se llama según Mira y López,
(1954), “complejos determinantes de la acción delictiva”.
Así pues, es importante que el psicólogo jurídico en sus análisis tenga en cuenta estos
factores para permitir comprender el delito y propiciar la información necesaria a
diversas dependencias (fiscales, jueces, etc.) para que ellos, con base en esto puedan
tomar la determinación más adecuada con respecto a dicho delito.
De esta forma, culmina este breve esbozo sobre lo que es la psicología jurídica como
parte de la psicología aplicada y como auxiliar de la ciencia del Derecho, pudiendo
afirmar de la misma que contiene elementos importantes que permiten identificar de
manera eficaz y verídica el móvil, antecedentes y futuros desencadenamientos de
un delito determinado y su influencia en todos aquellos individuos implicados en el
mismo.
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estudia el significado, el valor, la utilidad y el efecto sobre el individuo de la pena o
de otro tratamiento; Legislativa: contribuye a la producción y al mejoramiento de la
norma jurídica.
Entre las funciones del psicólogo forense, podemos destacar; diseñar perfiles
psicológicos de agresores desconocidos con base en la escena del crimen; evaluar la
credibilidad del testimonio a través de técnicas psicológicas como el análisis de
contenido basado en criterios y los indicadores conductuales de la mentira; asesorar y
capacitar a policías judiciales en técnicas de entrevista, toma de declaraciones de
testigos, ruedas de reconocimiento, detección de la mentira, memoria de testigos,
confesiones falsas, etc.; mejorar técnicas de investigación criminal; capacitar en la
conducción de interrogatorios; realizar peritajes sobre peligrosidad y reincidencia.
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instituciones involucradas en materia penal, y se reafirma el sentido garantista del
nuevo modelo de justicia. Este modelo de justicia penal, profundiza entonces en las
garantías procesales, asegurando a los ciudadanos el Derecho a la defensa, una vez
involucrados éstos en algún proceso legal y a hacer uso de cualquier medio necesario
para dicha defensa. Es entonces, cuando el ya mencionado sistema penal se ve
obligado a conocer de otras ciencias, que van a colaborar y complementar el nuevo
sistema de aplicar justicia, permitiéndoles a los ciudadanos el uso de otros medios de
defensa y resolución de conflictos, para dar cabal cumplimiento a uno de los
objetivos del sistema.
De esta forma, los diferentes operadores jurídicos (jueces, fiscales del ministerio
público, defensores, abogados, entre otros), reclaman la intervención de diferentes
profesionales, de cuyos conocimientos carecen.
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Dicha relación entre psicología y Derecho ha sido llamada de múltiples formas:
psicología jurídica, psicología criminal, psicología del Derecho, psicología en el
Derecho, psicología para el Derecho, psicología forense, etc.
El profesor Muñoz Sabaté citado en Esbec y Otros (2000, pag. 19) diferenció una
psicología del Derecho, que vendría a explicar la esencia jurídica; “la Psicología en el
Derecho, referida al hecho de que las leyes están impregnadas de comportamientos
psicológicos; y la psicología para el Derecho, que tendría que ver con la intervención
del experto asesorando al Juez”.
Otros autores, definen la psicología forense como aquella aplicada a los tribunales;
pero autores como Mira y López citados por Esbec y Otros, (2000 pag. 20) se refieren
a la psicología jurídica como “aquella aplicada al mejor ejercicio del Derecho”.
Al respecto, Urra, Javier (1993) define la Psicología Forense como “la ciencia que
enseña la aplicación de todas las ramas y saberes de la Psicología ante las preguntas
de la Justicia, y coopera en todo momento con la Administración de Justicia,
actuando en el foro (tribunal), mejorando el ejercicio del Derecho”.
Por todo lo antes mencionado, a partir de este momento, cuando se haga referencia a
la psicología forense, se estará haciendo referencia a aquella rama de la psicología
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aplicada a la búsqueda, examen y presentación de pruebas psicológicas con
propósitos judiciales.
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económicas en que se encuentran las personas involucradas. El departamento
de Patología Forense, con seis expertos encargados de realizar las autopsias médico-
legales, para determinar las causas de la muerte. Y por último está el departamento
de Odontología Forense, que cuenta con tres expertos encargados de practicar el
examen odontológico tanto a personas vivas como muertas en los términos que sean
requeridos por los diferentes organismos.
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Por todo lo anterior, compartiendo la metodología clínica y en general los métodos
científicos inductivo e hipotético-deductivo con otros profesionales afines, el
Psicólogo Forense va a abordar una extensa misión como asesor y perito de la
Administración de Justicia. Su intervención abarca todos los procedimientos: penal,
civil, niños y adolescentes, laboral, y militar.
En este orden de ideas el profesor Esbec en clase magistral, explica las diferencias
entre la Psicología y la Psiquiatría Forense; ésta última tiene como propósitos:
diagnosticar, tratar y prevenir las enfermedades mentales; mientras que la Psicología
Forense, tiene la misión de explorar, evaluar y diagnosticar: relaciones individuales y
pautas de interacción, aspectos de la personalidad, inteligencia, aptitudes y actitudes
de las personas implicadas en procesos judiciales; es decir, comprender el
comportamiento humano en general.
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(refiriéndose a delitos e infracciones cometidos por éstos o en los cuales se presume
su autoría), medidas a adoptar y evaluación de factores de riesgo, valoración del daño
psíquico, valoración de la aptitud para comparecer en juicio.
En cuanto al ámbito Militar: Las Exclusiones del servicio militar por enfermedad
mental, capacidad profesional y la imputabilidad.
Otro punto, importante dentro de la psicología forense, serían los parámetros que
definen la práctica profesional del psicólogo forense, y que son básicamente tres:
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La población a intervenir, se divide en dos grupos: La clínico-forense, compuesta por
individuos, que pueden presentar o no alteraciones mentales, inmersos en procesos
judiciales, y los distintos agentes jurídicos intervinientes en los procesos judiciales.
En tal sentido, es de destacar que existe en los organismos de justicia de nuestro país,
una marcada tendencia a sobrestimar el dictamen médico-psiquiátrico, subestimando
en consecuencia al psicológico; razón por la que se necesita propiciar espacios que
permitan la difusión a los operadores de justicia y organismos, sobre los alcances y
limitaciones de la ciencia de la psicología.
Ahora bien, adentrándonos en nuestro tema, sabemos que el psicólogo forense utiliza
en su trabajo técnicas de evaluación psicológica, esforzándose en desarrollar
instrumentos de evaluación adecuados al contexto de aplicación. Es importante
remarcar que el mejor instrumento va a ser la escucha, una escucha distinta, singular,
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cuya búsqueda tendrá un objetivo diverso al del derecho, que tomará al sujeto en su
singularidad.
En cada área del campo forense existen técnicas que son muy utilizadas, de acuerdo a
la labor específica.
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En este Orden de ideas, podemos dar una definición más profunda a estos tipos de
Técnicas, empezando de esta manera con:
Uno de los inconvenientes en estos casos, es que el individuo explorado puede mentir
deliberadamente para simular trastornos psicopatológicos o de la personalidad, o
disimular una personalidad anormal; también existen formas para identificar esta
actitud las escalas de distorsión y fiabilidad, y las escalas de sinceridad.
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Oligofrenias: son insuficiencias congénitas, de comienzo muy precoz, del desarrollo de la
inteligencia.
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percibe de forma muy obvia. Esto es lo que les hace especialmente útiles en nuestro
ámbito. Los más utilizados son:
Por otra parte, Las Escalas de Evaluación de la Conducta: En psiquiatría forense son
más útiles las escalas que evalúan toda la sintomatología que pueda presentar el
sujeto explorado.
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2- El sistema AMDP: anamnesis general, antecedentes psicopatológicos,
acontecimientos patógenos, estado psíquico actual, etc.;
Al juez le interesa, ante todo, que las confesiones y declaraciones sean sinceras y
verdaderas, ya que no puede haber justicia sin certeza en cuanto a los hechos que se
juzgan. Ello supone el empleo de unos medios complementarios del interrogatorio
que evidencien la situación psicológica del interrogado. Conociendo ésta, puede
deducirse su estado mental, afectivo, volitivo e intelectual, lo que nos pondría sobre
la pista de su veracidad: si nos dice la verdad o miente de modo consciente.
Para finalizar, diremos que, por regla general, un dictamen de peritación criminal
comprende varias partes:
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2- Exposición de los hechos, resumida del expediente, con las razones que hayan
motivado la peritación mental.
La Evaluación Psicológica.
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haberse cuestionado antes si el uso de esa "batería" es apropiado para el caso
específico que se está evaluando. Por ejemplo un batería de pruebas psicológicas útil
en la evaluación de las capacidades mentales de un imputado a la hora de cometer un
delito, podría ser absolutamente irrelevante para la evaluación de las capacidades de
otra persona para obtener la guarda crianza de una persona menor de edad.
Asimismo, Groth-Marnat, (1999) nos aclara que: “no se puede afirmar que una
prueba psicológica es válida en un sentido abstracto o absoluto, solamente podría
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considerarse su validez en un contexto particular y para un grupo específico”. Un
elemento importante a considerar es que una prueba psicológica puede ser confiable
sin ser válida, mientras que lo opuesto no es cierto. Un requisito fundamental de la
validez es que la prueba debe haber alcanzado un nivel adecuado de confiabilidad.
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fuentes colaterales (expedientes de tratamientos anteriores, información de terceros)
puede ser muy útil para producir una imagen clínica del paciente y apoyar decisiones
sobre su tratamiento.
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El tercer grupo de instrumentos corresponde a las Mediciones y Técnicas de
Evaluación Clínica. Aquí se incluyen las pruebas psicológicas y las mediciones
desarrolladas para la evaluación, diagnóstico y planeamiento de tratamiento con
poblaciones clínicas en contextos terapéuticos. Aunque estos instrumentos pueden
ayudar en la comprensión del evaluado en el contexto de un asunto legal particular,
éstos típicamente evalúan constructos (tales como la inteligencia, la depresión, el
nivel de ansiedad, etc.) que se encuentran considerablemente alejadas de las
preguntas específicas del encargado de tomar las decisiones legales.
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individuos o interacciones interpersonales acerca de las cuales el evaluado debe
desarrollar una historia.
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inválidas. Tal es el caso de una persona que puede presentar síntomas suficientes
como para ser diagnosticada con un trastorno mental severo (por ejemplo,
esquizofrenia) y al mismo tiempo cumplir con criterios suficientes como para
considerar que comprende el carácter ilícito de su comportamiento delictivo al
momento del mismo, lo cual podría llevar a una autoridad judicial a considerarlo
imputable (constructo legal).
El test debe tener un método estándar de aplicación, con las condiciones de la prueba
tan cercanas a como sea posible a un ambiente silencioso y sin distracciones. De este
modo: Groth-Marnat (1999), “ha señalado que un test bien construido debe incluir
instrucciones que les permita a los evaluadores aplicarlo de forma estructurada,
similar a la de otros evaluadores”.
Una vez que el psicólogo ha realizado una evaluación en el contexto del sistema
legal, debe tener claro que todo lo que incluya en su reporte va a ser sometido a
evaluación o cuestionamiento por parte de otros profesionales involucrados en el caso
específico (otros psicólogos, jueces, defensores, fiscales). Por otra parte, es
importante que el evaluador considere que su reporte debe centrase solamente en
aspectos de importancia para el propósito legal que se busca, lo que implica que no
todas las observaciones a nivel psicológico obtenidas durante la evaluación deben
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incluirse en el reporte final. Lo anterior se basa en el principio de protección de la
intimidad y privacidad del evaluado.
Por otra parte, debido a que la decisión legal involucra necesariamente aspectos de
moralidad y justicia que van mucho más allá del dominio de experticia de los
profesionales de la salud mental, algunos académicos han argumentado que los
psicólogos no deben responder la pregunta legal fundamental. Sin embargo, mucho
más importante para el psicólogo forense es referirse en su informe a las capacidades
y déficits relevantes del examinado en torno al aspecto legal en cuestión (lo
psicolegal), así como las inferencias y razonamiento del evaluador en relación con las
causas de estos déficits.
De acuerdo con Skeem & Golding (1998), “el no incluir este tipo de información en
el reporte forense debe ser visto como un defecto esencial en el mismo”. Los
evaluadores tienen como obligación comunicar específicamente a la autoridad
judicial sus procesos de interpretación de datos así como documentar las bases
fácticas a través de las cuales apoyan sus conclusiones en el informe pericial forense.
Asimismo, Según, Butcher y Pope, (1993): “se deben incluir en el reporte cualquier
tipo de reservas acerca de los hallazgos y posibles factores que limiten el alcance de
las conclusiones a las que se llegó”. Esto a manera de criterio personal, lo cual el
juzgador le dará la interpretación que considere pertinente, basándose en su sana
critica y máximas de experiencias.
CONCLUSION.
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potenciado la intervención del profesional del Psicólogo en la Administración de
Justicia.
El ser humano, desde luego, sigue siendo una incógnita, un enigma, un misterio para
sus semejantes. En gran medida, porque siguiendo a (García citado por Esbec y
Otros, 2000) no es una máquina de músculos y nervios, ni una sucesión de estímulos
y respuestas; sino una realidad compleja e imprescindible en la que confluyen
Experiencia, Biología, Cultura, Costumbres, Historia, Realidad Política, Social y
Económica.
Por tal motivo, cualquier análisis que se haga del ser humano y su comportamiento,
debe ser tomando en cuenta las condiciones de existencia de éste y las situaciones por
las que este atravesando cada país, para de esta forma conocer las raíces de los
conflictos de cada sociedad y en consecuencia de cada individuo.
Como se ha dicho hasta ahora, la psicología forense analiza la relación entre sujeto y
ley, siendo su función la de informar a jueces y demás operadores de justicia, sobre
los aspectos que le sean demandados, por lo menos es lo que plantea la literatura
escrita hasta ahora sobre el tema en cuestión y que fue expuesto durante el desarrollo
de el presente artículo.
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Sin embargo, y aún cuando esto no ha sido objeto de discusión por parte de los
psicólogos especialistas en el área, por lo menos en nuestro país, se cree que la
psicología forense ir más allá de responder a dichas demandas, aportando las
necesidades de los involucrados y en especial de las víctimas, tomando en cuenta las
diferencias individuales de cada persona y la intervención que cada uno requiere para
orientar su proyecto de vida dentro de los parámetros de la ley.
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aplicación de verdadera justicia, como herramientas básicas en la
transformación de la situación actual de pobreza, violencia y
criminalidad…”
Es por ello, que los psicólogos forenses en aras de colaborar con los órganos de
justicia deben ayudarlos a comprender que las anteriores diferencias determinan en
gran medida los problemas de criminalidad y que en la mayoría de los casos no son
resultado de una personalidad enferma, sino el resultado de situaciones estructurales
de la sociedad. De esta forma, el psicólogo forense estaría contribuyendo a que no se
criminalicen dichas situaciones, que indiscutiblemente generan violencia, evitando
que la concepción del criminal sea de mayor estudio y atención, que las condiciones
políticas, sociales y económicas que posibilitan la existencia del crimen.
En este sentido, dicho profesional está llamado a ver más allá de la apariencia, siendo
crítico en todos las situaciones de su quehacer profesional, ofreciendo formas
alternativas de solución de conflictos legales, que les dé primacía a las víctimas, se
aproxime a los involucrados, intentando comprender los motivos, etiologías e incluso
procesos mentales de estos. Con la finalidad última de transformar el derecho y el
sistema de justicia penal, teniendo como norte las garantías ciudadanas y efectiva
realización de los Derechos Humanos.
La importancia de la Psicología en el mundo del Derecho está fuera de toda duda. Sin
embargo, son muchos aún los que se resisten a sus experiencias y aplicaciones, nadie
puede negar lo útil y necesaria que resulta como disciplina científica aplicable al
peritaje judicial.
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esto suceda con no poca frecuencia. Ni un perito debe convertirse en un juez y
pretender decidir judicialmente el asunto legal en cuestión a través de un informe o
dictamen absolutamente orientado a la inimputabilidad. Siguiendo a Soria y Otros
(2002) no es un justiciero ni un detective que siembre trampas al sujeto que está
evaluando con la finalidad de reunir datos incriminatorios ni debe apreciar el carácter
desvalido del enfermo mental y erigirse como su protector. Se le ha requerido, para
encontrar la luz allí donde la ciencia jurídica no la ofrece en solitario.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
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ESBEC, E y GÓMEZ-JARABO, G. (2000). Psicología Forense y tratamiento
Jurídico-Legal de la Discapacidad. Ediciones Edisofer. Madrid (España).
Ley Orgánica del Poder Judicial. (1998) Gaceta Oficial Extraordinario Nº 5.262, del
11 de Septiembre de 1998.
www.apa.org/ethics/.
www.unl.edu/ap-ls/student/specialty%20Guidelines.pdf.
www.psicologiajurídica.org
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