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Gais y Asociales: La

adolescencia robada en varios


ámbitos
Prólogo
Sinceramente no sé cómo iniciar este escrito, sólo me gustaría expresar mi
experiencia personal y, quizás, usar otras para ejemplificar mi situación y la de
muchas otras personas. Cabe aclarar que, en el titulo y quizás en el resto del
ensayo estaré usando gay como sinónimo del ser queer, ya que obviamente, no
quiero limitarme solo a la experiencia homosexual en lo que respecta al tema
LGBTQIA+.
Las temáticas principales que quiero abordar son desde una perspectiva, que,
quizás sea demasiado especifica y en una época muy particular de la vida, la
adolescencia, y más concretamente una adolescencia LGBTQIA+ o queer, y
también una juventud, posiblemente bastante peculiar, una juventud sin amistades
(físicas) y prácticamente sin una vida social “normal”.
En este escrito quiero manifestar y evidenciar ambas vivencias por separado, pero
también quiero abarcar como se pueden solapar dentro de una normatividad social
que impone ciertas expectativas, que, incluso de manera general, pueden llegar a
afectar la integridad de las juventudes. Además, me gustaría hablar de varias
temáticas que estaré analizando; la indiferencia, exclusión, el sentido de
pertenencia; la presión social y cómo es necesario encajar; normalidad y
normatividad, y qué se considera como “lo normal”; como la pena y el “cringe”
nos limita a ser nosotros mismos, incluso inventarme mis propios conceptos que
sirvan como una especie de guía para explicar mis ideas.
Hablemos por encima, qué es lo que es “robado” en esta adolescencia robada. El
término nace desde la perspectiva LGBTQIA+ al referirse al como una juventud
queer le es arrebatada su adolescencia al no poder vivirla como se espera o como
“normalmente” se vive; si lo vemos desde un lado algo superficial, podemos hablar
de como esa experiencia de primer amor adolescente, que en ocasiones resulta muy
deseada y linda, es completamente borrada, ya sea porque no hay otras personas
queer al nuestro alrededor o porque en el especio en el que se encuentra no es
seguro, y en vez de vivir, se tiene que reprimir para sobrevivir a la violencia directa
o indirecta que se está en riesgo de experimentar o que se ha experimentado.
Mientras tanto, una adolescencia sola o solitaria (de una forma negativa), puede no
parecer tan aterradora, pero, aun así, puede llegar a afecta la salud mental de las
personas; nuevamente, viéndolo desde una perspectiva superficial, existe el deseo
de pertenecer, o aunque el de tener a alguien con quien platicar cara a cara, salir al
parque a caminar, almorzar o quizás salir a alguna fiesta, y quizás para algunas
personas asociales y/o introvertidos, sean cosas sin importancia, pero existe cierto
deseo social de tener esas experiencias, inclusive ver otras personas SÍ tener esas
experiencias es algo…doloroso, pero todo aquello, se pierde, ya sea por una
exclusión “pasiva” o una exclusión “activa”.
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