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EL DIA GRANDE DE JUJUY: “BATALLA DE LEÓN” – 27 abril 1821.

El año de 1821 está atravesado por conflictos internos en Salta, donde las luchas intestinas entre los partidarios del
general Martín Miguel de Güemes y sus opositores debilitan la guerra contra el español. A ese panorama hay que
agregar que el gobernador de Tucumán, Bernabé Aráoz, que alienta proyectos hegemónicos en la región, aprovecha la
situación para enfrentar al general salteño y estalla la lucha armada.
Desde Mojo, en el Alto Perú, el brigadier realista Pedro Olañeta sigue atentamente los episodios de Salta y Tucumán. La
cruenta lucha entre hermanos, de la que el jefe tiene amplia información gracias a una eficiente red de espionaje, lo
alienta a planear una nueva invasión a Jujuy.
Todo parece jugar a favor del invasor; también grandes hombres de la lucha independentista han desaparecido del
teatro de las operaciones militares. El coronel Juan José Fernández Campero ha sido preso en la “Sorpresa de Yavi”,
torturado y enviado a España en un viaje que acabará con su vida. El coronel Álvarez Prado está herido y prisionero en
Tupiza. El coronel Manuel Arias, por discrepancias con el caudillo salteño, se ha unido al gobernador tucumano en la
guerra contra Salta. Olañeta no pierde tiempo y el 10 de marzo de 1821 se inicia la marcha hacia el sur. A pesar de la
convulsión interna, los españoles son atacados desde un comienzo de su avance por los gauchos, que demoran la
marcha realista. Se dan enfrentamientos en Humahuaca, Laguna Colorada, San Lucas, Valle Grande, Uquía y Tilcara.
El coronel realista Juan Guillermo de Marquiegui, a pesar de la resistencia, logra penetrar en Jujuy el 15 de abril pero no
puede mantenerse en esa posición por los ataques de los jefes independentistas De la Quintana, de la Corte, Iriarte,
Arenas. La población rechaza a los invasores, al punto que Marquiegui debe retroceder hasta León, donde se atrinchera
a la espera de tropas que le enviaría Olañeta, el azote de Jujuy.
El Día Grande Jujuy está por inscribirse en la historia de la Guerra de la Independencia. En Salta, Güemes que ha salido a
luchar contra Aráoz, dejó a cargo de la gobernación al general José Ignacio de Gorriti, jujeño. Lo primero que hace Gorriti
es delegar el mando en el Cabildo el 24 de abril y luego reúne a todas las milicias que encuentra cerca de Jujuy, Palpalá,
Los Alisos y Perico, unos 600 hombres bien montados y marcha hacia el norte. Gorriti acampa a la margen sur del río
Yala y manda algunos gauchos para explorar el campamento realista.
Demasiado confiado en el éxito de la campaña, Marquiegui no pensó en un ataque inmediato de los patriotas y en
consecuencia, no se toman las previsiones de seguridad, factores que favorecen los planes de los jujeños.
En la madrugada del 27 de abril de 1821, las milicias caen sobre el campamento realista, en León. Es un combate
violento que dura más de un día. A pesar de la sorpresa, los invasores se defienden con valor y la lucha se torna
sangrienta.
En las filas de España, se rinden 4 jefes, 12 oficiales y cerca de 400 soldados, entre los que están el mismo Juan
Guillermo Marquiegui y su hermano Felipe. Queda en poder de las tropas patriotas cañones y municiones, cabalgaduras
y vituallas.
Con la pérdida de su vanguardia y de sus cuñados Marquiegui, el brigadier Olañeta tiene que retroceder y dejar el
territorio jujeño, derrotado, para volver a ocupar Jujuy en mayo de 1821. Esa nueva invasión, que esta vez sigilosamente
entrará a Salta por el camino del Despoblado con el teniente coronel José María Valdez, El “Barbarucho” a la cabeza,
será la que haga la fatal emboscada que resultó en la muerte al general Güemes, el 17 de junio de 1821.
El destacado historiador jujeño Emilio Bidondo ha señalado que este episodio de la Guerra de la Independencia fue “el
resultado espontáneo, individual y colectivo de la voluntad de un pueblo que, abandonado por el poder central,
envuelto en la vorágine de la guerra civil, sin recursos, diezmado por años de continuo batallar, resuelve por sí afrontar
la dura empresa de la lucha contra los enemigos de la libertad y sale triunfante de la prueba a que se somete”.
¿Cómo culmina esta etapa? Fue una operación importantísima, con estos setecientos hombres que lleva el general José
Ignacio de Gorriti, abogado de profesión, más los hombres que recoge en el camino bajo las órdenes de Martín Miguel
de Güemes pueden afrontar el ejército realista. Esta es otra de las cosas que debemos tener en cuenta, en aquel
momento no existían ni la provincia de Jujuy, ni Salta ni Bolivia, éramos la intendencia de Salta del Tucumán con asiento
de gobierno en Salta, hay que entender eso. Fue un combate sin muchos muertos por la sorpresa, la operación fue muy
bien concebida, se cercó a los españoles sin que éstos lo adviertan y a la hora de la oración, como dicen los
historiadores, se sorprendió a los realistas y no les dieron tiempo a reaccionar. Por eso no hubo muertos pero sí muchos
prisioneros. La tropa que llevó Gorriti se quedó con las armas y todo lo que tenían los realistas. Cuando se entera
Olañeta gracias a dos hombres que se lograron fugar, se enfureció y mandó decir que si de inmediato no se los liberaba
iba a bajar y arrasar con Jujuy, a los que Gorriti le mandó a contestar que en ese caso, iba a pasar por las armas a sus
cuñados prisioneros. Gorriti se fue junto con los prisioneros a Salta y mandó el grueso de la tropa prisionera a donde
estaba Güemes.
ACTIVIDAD:
Luego de leer todo este relato, explica en no más de 20 renglones en qué consistió el Día Grande de Jujuy teniendo en
cuenta fecha, lugar, protagonistas criollos de esta hazaña y su importancia en la Guerra por la independencia.

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