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SEMILLA DE CRÁPULA
CONSEJOS A LOS EDUCADORES
QUE QUIERAN CULTIVARLA
1945
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Un incidente... Una forma de evitarlo. T., que daba puntapiés en las tibias,
Mil formas de excusarlo. ahora da puñetazos en la cara.
Gran progreso.
Si juegas al policía, ellos jugarán
a los bandidos. Si juegas al buen Dios, L . te llega de la cárcel por el robo de
ellos jugarán a los diablos. Si juegas un conejo que compartió con su abuela.
al carcelero, ellos jugarán a los Da las gracias a la justicia: habrían
prisioneros. Si eres tú mismo, quedarán podido mandarte a la abuela.
desconcertados.
Conocí a uno que s e ensañaba tanto
Un ojo en ellos, otro ojo en el cielo. en el juego que llegaba a desmayarse.
Los primeros días eso te provocará un No tenía el valor de contenerse.
poco de dolor de cabeza. Es el mismo que lanzaba un hacha a su
madre cuando le negaba cuatro perras.
Tras salir «mejorado» quiso violar
a su hermana menor, a la que no había
visto en mucho tiempo.
21 S e m i l l e de c r á p u l a
Sus defectos son como los pelos: No creas en los milagros. Hoy hace sol;
cuanto más los cortas, más duros el cielo es azul y el viento fresco. Están
vuelven a crecer. jugando. Oyendo sus gritos alegres,
viéndolos perseguirse y dispersarse
Una costumbre se rasca; un defecto para agruparse en bandas amigas,
se difumina; no agujerees el papel. por fin los notas abiertos y confiados.
Das unas palmadas para aplaudir esa
No creas que vas a encontrar confianza al fin recuperada y para
en ellos esos defectos milagrosos que llamarlos. Cuatro de ellos se han fugado.
constituirían l a gloria de un museo Prueba de que el sol no tiene el mismo
psicológico. Recogerás a paladas esos efecto en ti que en ellos.
defectos que corren por las calles.
Si te conformas con ponerlos Hazlos cantar, reír y bailar; hazlos
en el invernadero, cuidadosamente correr, sudar, saltar. Lo demás es
etiquetados y sin polvo cada m e s , cuestión de prudencia y organización.
van a proliferar, a crecer y se harán
tan monstruosos como quieras, No explores sus «pequeñas historias
y la pequeña colección de anormales entre ellos» sin sujetar con firmeza
asombrará a los visitantes. la escalera por l a que has bajado.
Corres el riesgo de asfixiarte como
Cuidemos a los delincuentes y casti en el fondo de un pozo.
guemos a los tuberculosos. Veremos
como los unos empiezan a escasear Jean le h a quitado la merienda a Paul.
y los otros a multiplicarse. Entonces Paul recibirá la merienda
de Jean. Sí, pero Jean deberá devolver
Ese e s tozudo, rebelde y perezoso. a Maurice el terrón de azúcar que Charles
Se escapa. «Mejor: no había nada que le había cambiado por un portaplumas
hacer con él; se lo comerán los cerditos.» con el que Henri había extorsionado
Al cabo de dos años, viene a verte, a Luis que lo había obtenido de Marcel
cómodamente vestido, propietario de a cambio de un puntapié en la rodilla
Una
bicicleta comprada con sus ahorros, y unas misteriosas amenazas, mientras
t,ene
u n buen trabajo. No te sientas que Marcel había robado cuatro canicas
ofendido. La vida tiene mucha más a Paul que s e las había pedido prestadas
experiencia que tú. a Jean. La verdad está en el fondo de un
pozo, pero la cuerda con l a que la sacas
es tan larga, tan larga, que cuando
l a verdad llegue al brocal, tú ya estarás
demasiado lejos para ver siquiera el color
de sus cabellos.
Te darás cuenta de que algunos jueces Hábiles para oler tus defectos de hombre,
toman las decisiones como los joyeros husmeándolos de lejos, como la hiena
venden una alianza. Uno toma la medida la carroña, para saciarse de ellos.
del delito como el otro toma la medida
del dedo. Ni el uno ni el otro se preocu Si sus palabras no fueran vanas,
pan demasiado de los demás. ya estarías muerto, con los ojos
arrancados, la lengua azul y las tripas
La justicia. O: cuando lo abstracto libradas a las moscas (de creerlos cuando
s e hace secretario judicial. están enojados). Si sus palabras
no fueran vanas, ellos serían valientes,
Si están encerrados, lo único que puedes alegres y honrados, abnegados y
hacer por ellos es, como aquella vieja conscientes de su indignidad (de creerlos
que acaba de pacer para sus conejos cuando te hablan). Tú todavía no has
enjaulados, llevarles tres briznas de muerto y ellos todavía son un poco
hierba viva: una bella historia, proyectos, crápulas.
canciones de marcha... Pero eso no será
jamás carne de la buena. Sobre todo no intentes saber lo que dicen
de ti entre ellos. ¿Les entran ganas de
Cría truchas en agua sucia, adquirirán echar a andar en cuanto te ven llegar?
el sabor del fango. Cría ranas en agua Este es tu trabajo.
clara, adquirirán el sabor de la trucha.
Porque están sucios y negros, tal vez
Construir un castillo fortificado. piensas que se trata de hacer una gran
Trabajo de esclavo o juego maravilloso. colada de la que saldrán sinceros
Todo está en la manera. y valerosos. Prepara ya cepillos, jabón,
agua, viento y sol. Y después, día a día,
Epileptoide, deprimido, hipomaníaco... les darás la costumbre de lavarse
Eso son cosas del médico. Tú dirás una por sí solos.
y otra vez: «¿A qué vamos a jugar?»
«Llevan el vicio pintado en la c a r a . . .
T. es brutal y testarudo. No te apresures Fíjate en esas posturas de hipócrita...»
a quitarle las garras. Tal vez sean sus Elige al más perverso de tu equipo,
únicas cualidades. vístelo de pequeñoburgués, sube
con él a un vagón de segunda clase,
P. es mentiroso, H. es insolente, y háblale como a tu hijo. Si no te dicen:
Z . es bromista. Y con F., que no es nada «Qué simpático, su chico...», es que
de nada, ¿qué vamos a hacer? tienes una pinta que no invita
a la conversación.
Hay defectos útiles y otros que
lo son menos. El que es capaz de sudar, saldrá
adelante. En cuanto al que sonríe tan
amablemente, ¿haremos jamás de él
una mujer pública?
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Que tu simpatía por aquellos que los secretos del canto. Y aquel centro
se te parecen, de entre ellos, no te impida de reeducación era famoso en el mundo
comprender a los demás. entero por la excelencia de sus métodos,
ya que no por la eficacia de los resultados
Pierdes un dinero. T. encuentra obtenidos.
dos francos y s e los queda. V. encuentra
cinco francos y te los lleva. Y yo que Érase una vez un corazón de niño,
te digo que tendrás problemas con V. poblado de buenas intenciones, vivas,
discretas y un poco deformes, como una
No creas cercano a la «salida» a aquel aldea de enanos en un bosque antiguo.
que roba a uno para dar a los demás. Un adulto pasó por allí, recitando con
Si te metes en estética y moral pura, eres voz grave buenos consejos y capítulos
un peligroso egoísta y no estás haciendo de moral. Solo de oír sus nombres
bien tu oficio. eructados por aquella voz sonora, todos
los enanitos murieron de miedo. Adultos,
Que sean «como todo el mundo» no hagáis tanto ruido.
-y Dios sabe lo feo que es el mundo-,
este, este es tu ideal. Espera el gran cansancio que te llegará
una noche, con ganas de sonarte como
Te asombrarán: en suma, más cerca lo hacen los caballos y el deseo de
de Pasteur que de la ostra. caminar hacia el horizonte hasta el país
de los niños sanos, nobles y armoniosos,
No los sueltes antes de que hayan sacado, rollizos y bronceados por el sol.
del ambiente que has creado, todo el bien Al día siguiente, llegarás al trabajo una
que podían sacar. Pero cuando estén hora antes a modo de excusa.
demasiado a gusto, apresúrate a
separarte de ellos. Para tener un ejemplo Una vaca parió un ternero de cinco patas.
que enseñar a los demás, te arriesgas El granjero, cada vez que pasaba por
a pudrir los frutos más hermosos el establo, daba cuatro o cinco
de tu cosecha. bastonazos a la pata suplementaria.
La granjera quería mandar al ternero
Para consolarte. Si lo consiguieras, a catcquesis, para que aprendiera que
serías más fuerte que la estupidez. tener una pata de más es un defecto
feísimo. La hija mayor traía a sus amigas,
Érase una vez un asno, adulto desde que se tronchaban de risa o ponían cara
hacía unos años y maestro de escuela de asco. Es lo que hacen muchas casas de
de profesión, que solía pegar a los jóvenes educación.
corderitos porque las orejas no les
crecían lo bastante deprisa. A su lado, Su padre pasó ocho años en la cárcel;
un viejo geranio enseñaba a las jóvenes su madre dos años en el hospital,
violetas cómo debían ponerse coloradas. y ese pequeño exigente todavía querría
Uncido al mismo trabajo, un viejo mirlo que la sociedad se ocupara de él.
enseñaba a las jóvenes lechuzas
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Quizá sería mejor tener, junto a los niños Hay tres hilos que habría que tejer
desgraciados, a viejos presidiarios entre s í : lo individual, lo familiar
adornados con el título de educador, y lo social. Pero lo familiar está un poco
antes que a ciertas « a l m a s » de buena podrido, lo social está lleno de nudos.
voluntad. Pues así como los unos pueden Entonces solo tejemos lo individual.
hacer aborrecer el vicio, los otros hacen Y nos extrañamos de haber hecho
aborrecer la vida honrada. una labor de costura, artificial y frágil,
nada más.
Viven nueve en dos habitaciones.
El padre está siempre enfermo y la madre Algunos de los que ejercen este oficio,
está siempre esperando otro hermanito. el nuestro, creen en Dios; otros tienen
Detienen al mayor por mendicidad. Te lo fe en los hombres.
confían. Tú le das lecciones de moral.
También podrías regalarle al padre unos Cuando habrás pasado treinta años
guantes de pécari y a la madre un estuche de tu vida elaborando sutiles métodos
de manicura de marfil. psico-pediátricos, médico-pedagógicos,
psicoanalo-pedotécnicos, la víspera de
Érase una vez una sardina que no sabía la jubilación, cogerás una buena carga
nadar. La metieron en una lata, bien de dinamita y harás saltar discretamente
apretada entre otras dos. Para colmo algunas manzanas de casas de un
de atención, añadieron un poco de aceite. suburbio. En un segundo habrás hecho
¡Qué feliz era la sardinita! Envejeció más trabajo que en treinta años.
tres años. Abrieron la lata. Pero ya nadie
intentó nunca hacerla nadar. Porque Si por tan poco te desengañas de nuestro
se trataba de una sardinita y no de un trabajo, no te embarques en nuestro
niño delincuente. barco, pues nuestro carburante
es el fracaso cotidiano, nuestras velas
Una nación que tolera los barrios se hinchan con las burlas, y trabajamos
de chabolas, los desagües a cielo abierto, duro para traer a puerto unos arenques
las aulas hacinadas, y que se atreve pequeñísimos, cuando habíamos partido
a castigar a los jóvenes delincuentes, a pescar la ballena.
me hace pensar en aquella vieja borracha
que vomitaba sobre sus hijos durante E s un oficio de niños, es un oficio
toda la semana y el domingo abofeteaba de apóstol, un oficio de ajustador,
al menor porque había mojado el delantal o mejor de planchadora. Y son tenaces
de baba. los pliegues en el cuerpo y la mente
de unos niños sobre los que h a pesado,
Hay los heredo-tuberculosos, los con toda su masa inerte, una sociedad
heredo-alcohólicos y los heredo-infelices. de adultos perfectamente
indiferentes.