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POLICÍA NACIONAL DEL PERÚ

ESCUELA DE FORMACIÓN PROFESIONAL DE LA


POLICÍA NACIONAL DEL PERÚ
ESCUELA DE POSGRADO
LXVI DIPLOMADO DE POSGRADO PARA
CAPITANES (DIPOC)

PRODUCTO ACADÉMICO
Título: La criminología y el sistema penal
AUTORES
CAPITÁN PNP SAENZ NUÑUVERO, Johan Kimn
CAPITÁN PNP GODOY HUAMANI, Katherine
CAPITÁN PNP ACUÑA SÁNCHEZ, Rodrigo Martin
CAPITÁN PNP CERVERA CASTRO, Diana Carolina
CAPITAN PNP NIÑO DE GUZMÁN VALDIVIA, Nestor Steeve
CATEDRÁTICO
CORONEL PNP (R) VELASQUEZ SALAZAR Carlos Fernando

CHORRILLOS – PERÚ
2023
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN...........................................................................................................................2
CAPITULO I AFINIDAD, DIFERENCIAS E INTERACCIÓN DE LA CRIMINOLOGÍA Y EL SISTEMA
PENAL...........................................................................................................................................3
1. CRIMINOLOGÍA................................................................................................................4
2. SISTEMA PENAL...............................................................................................................6
CAPITULO II DIFRENCIAS Y SIMILITUDES DE LA CRIMINOLOGÍA Y EL SISTEMA PENAL..............6
1. DIFERENCIA ENTRE CRIMINOLOGÍA Y DERECHO PENAL:............................................7
2. RELACIÓN ENTRE CRIMINOLOGÍA Y EL DERECHO PENAL:...........................................8
CAPITULO III TRATAMIENTO DE LA CRIMINOLOGÍA Y EL SISTEMA PENAL................................10
CONCLUSIONES..........................................................................................................................19
RECOMENDACIONES..................................................................................................................20
ANEXOS......................................................................................................................................21
REFERENCIAS.............................................................................................................................22
INTRODUCCIÓN

Las conductas criminales han evolucionado a lo largo del tiempo y según las

sociedades y sus respectivas culturas. El delito es el conjunto de conductas dañinas para

la sociedad y el legislador debe definir la conducta que merece recibir el autor del

delito, pero también quien establecerá la política criminal apropiada para delimitar,

prevenir o reprimir ese acto delictivo. Aunque no todas las sociedades consideran

punitivas las actuaciones personales o sociales.

En ese sentido para la Criminología, el delito se afronta como la conducta

desviada respecto a la norma que dicta la sociedad. Si el Derecho Penal se considera

como la ciencia de lo que “debe ser”, la Criminología es la ciencia del “ser” e identifica

el método utilizado para actuar sobre la conducta humana, sobre el concepto normativo

legal del delito, sobre cómo prevenir y reducir de una manera eficaz los ataques a la

sociedad.

Por tanto, se puede concluir que entre el sistema penal y la criminología existe

una interacción por la que se puede afirmar, sin duda, que la Criminología sin Derecho

Penal está ciega y el Derecho Penal sin Criminología es una ciencia vacía.

En ese contexto y el motivo de nuestro presente trabajo nos lleva a preguntarnos

¿Cómo la criminología y el sistema penal en el Perú viene operando? ¿resulta este

eficaz? Como grupo, hemos querido en primer lugar adentrarnos a los conceptos básicos

de criminología y sistema penal, para dar pie al tratamiento de la problemática que esta

interacción implica. En consecuencia nos ha permitido discernir y elaborar el presente

producto académico, para el provecho de todos nuestros compañeros de estudios e

interesados en la materia.
CAPITULO I AFINIDAD, DIFERENCIAS E INTERACCIÓN DE LA
CRIMINOLOGÍA Y EL SISTEMA PENAL

Es una constante hoy en día noticias sobre actividades de organizaciones

criminales. Cada día y de una manera verdaderamente alarmante se conoced de más y

más personas inclinadas a la actividad criminal. En ese sentido, es preocupación, o

debería serlo, del estado poder buscar soluciones o combatir a estas organizaciones

criminales, con la finalidad de crear un ambiente de estabilidad, tranquilidad y paz

social.

Pero como todo tiene un punto de partida, y el criminal o la persona inclinada a

cometer actos antisociales tiene características dignas de estudio, es donde en el análisis

de grupo hemos querido desarrollar el presente producto académico, tratándonos de

acercar a los conceptos y principios criminológicos y cómo influye el sistema penal, en

la conducta del delincuente.

En ese sentido daremos una vista general a los principales conceptos que unen

tanto ciencia como el control estatal que genera hoy en día estos sucesos que

observamos a diario.

1. CRIMINOLOGÍA

La criminología es una ciencia que por años ha ido en busca del

conocimiento de la actividad delincuencial, analizando y recopilando datos de un

hecho delictivo, pero especialmente el comportamiento que realiza la persona

que comete el delito.

Las características de la criminología y su campo de acción son muy

específicos. El objetivo básico de la criminología es estudiar la naturaleza del


delito, las estadísticas asociadas a él, el comportamiento delictivo que motiva a

la persona a cometer un delito y la prevención de estos. La criminología,

entonces va utilizar principios científicos para evaluar el comportamiento

criminal y anexo a ello la psicología con él. Además de ello, la criminología se

va ocupar de aspectos sociológicos, como por ejemplo cuales son las causas de

la delincuencia como también trata de explicar la razón detrás de los crímenes en

nuestra sociedad.

Entonces, discernimos que la criminología se divide en las siguientes

subramas:

- Sociología del derecho: Es la que va a estudiar el aspecto social de

los delitos. Viene a ser la interacción entre el derecho en la sociedad

con las instituciones jurídicas, no jurídicas y los factores sociales. Es

el estudio sistemático, basado en teorías sociales y métodos

científicos, del derecho y el comportamiento legal.

- Etiología penal: es el estudio de la causalidad de los delitos desde el

punto de vista de los factores generales y las causas a nivel individual

que conllevan al delito.

- Penología: será el estudio de la psicología social sobre las acciones

que se producen contra personas o conductas que la sociedad capta

como dañinas, peligrosas o antisociales. Tiene que ver con un

mecanismo de prevención de los delitos.

- Antropología criminal: se centra en el estudio de perfiles

delincuenciales que se basa en el vínculo que puede existir entre

cómo se llevó a cabo un crimen y la personalidad o el aspecto físico

de quien podría haberlo cometido.


- Psicología forense: Esta rama va involucrar temas clínicos,

específicamente la psicología clínica dentro del ámbito legal. Se basa

en la recolección, el análisis y la presentación de evidencia

psicológica dentro de los procesos judiciales con el fin de explicar un

delito. Entre las herramientas que utiliza el psicólogo forense están la

necropsia, las entrevistas, la observación y la evaluación de trastornos

mentales.

En consecuencia, como grupo podemos afirmar que el objetivo de la

criminología es proporcionar un estudio organizado y estructural que trate de

encontrar la causa de los crímenes y, en última instancia, proporcione formas y

remedios sobre cómo se pueden reducir o erradicar dichos crímenes. La

criminología se considera como una ciencia social porque, a diferencia de la

ciencia exacta, no funciona con base en principios universalmente definidos.

2. SISTEMA PENAL

El sistema penal, necesariamente va relacionado con la ciencia

criminológica dado que se encargará de su tratamiento. Entiéndase como

tratamiento a que el estado, mediante un sistema penal debidamente establecido,

busca mejorar las estrategias para disminuir la incidencia delictiva y como no,

reinsertar al delincuente a la sociedad.

El sistema Penal va de la mano con el derecho penal, el cual considera

un subconjunto de principios o códigos de derecho legalmente definidos y

aprobados por el sistema legal de cualquier país. Se aplican por igual a todos los

miembros de la sociedad sin diferencias. Asimismo, aplican el castigo y tienen

como objetivo prevenir las tendencias criminales que prevalecen en nuestra


comunidad. Se trata de sanciones penales generales que intentan disuadir a

cualquier persona de cometer cualquier tipo de delito.

CAPITULO II DIFERENCIAS Y SIMILITUDES DE LA


CRIMINOLOGÍA Y EL SISTEMA PENAL

El grupo en el presente capítulo hemos querido darle un trato más afín entre lo que

significa la criminología y la aplicación del sistema penal. Aunque uno no es

consecuencia de otro, tenemos claro que su trabajo integral o mejor dicho su tratamiento

integral nos ayudará a tener un mejor panorama al momento de estudiar al delincuente.

También el estudio de ambas ciencias nos permite dilucidar que ninguna disciplina es

absoluta, ni tampoco que el conocimiento general de cualquiera de ellas nos dará la

solución al problema que hoy nos acoge, la disminución de la criminalidad.

1. DIFERENCIA ENTRE CRIMINOLOGÍA Y DERECHO PENAL:

La criminología entonces es el estudio de los delitos y otros aspectos

relacionados con ellos, mientras que en el sistema penal será la aplicación de la

criminología. El sistema de justicia penal no es una sola autoridad porque se

conforma de varias instancias a nivel local, regional y nacional del sistema de

justicia de cada país.

El sistema penal además de buscar las causas del delito, hace cumplir las

leyes, investigar el delito, castigar a los delincuentes y proporcionar justicia a las

víctimas. Los expertos en ciencias forenses generalmente aplican sus

conocimientos para rastrear a la persona culpable de un delito, y deben ser

expertos tanto en derecho penal como en criminología, porque estudian y

observan el comportamiento criminal, además de investigar sobre aspectos

relacionados con el crimen.


Tanto el sistema penal como la criminología son necesarios para los

abogados y los organismos encargados de hacer cumplir la ley, y para aquellos

que se ocupan de la psicología de los delincuentes y diversos aspectos

relacionados con los delitos. Los criminólogos se centran básicamente en el

patrón, el comportamiento y la sociología de los delitos, y tienden a observar los

patrones en caso de un comportamiento delictivo.

La justicia penal es un sistema legal establecido que investiga crímenes,

arresta a criminales, los detiene y procesa a los culpables. El derecho penal está

directamente relacionado con los organismos encargados de hacer cumplir la ley,

ya que su objetivo es detectar los delitos y arrestar a las personas sospechosas de

cometer algún delito. La criminología, por otro lado, es el estudio detallado de la

causa raíz de los crímenes, su origen y también las tendencias psicológicas de un

criminal, así como el efecto de los crímenes en la sociedad y sus diversos

parámetros; ahí es donde radica su principal diferencia.

2. RELACIÓN ENTRE CRIMINOLOGÍA Y EL DERECHO PENAL:

Está claro que el sistema penal y la criminología desempeñan un papel

crucial en la detección e investigación de delitos. Ambos están conectados y

dependen en gran medida el uno del otro para completar sus objetivos entre sí.

El derecho penal es el estudio de aquellos principios jurídicos ya

establecidos y formulados. Estos principios se forman sobre la base de estudios

y estadísticas que recopilaron los criminólogos durante un periodo determinado.

El sistema de justicia penal tuvo una enorme influencia de la criminología. De

igual manera, desempeñó un papel importante en la creación de varias

propuestas de leyes penales.


El objetivo de la criminología es el desarrollo de conjuntos universales

formulados de principios y definiciones sobre delitos, investigación de delitos,

tratamiento de delincuentes y prevención de delitos. La criminología no se

centra en el sistema de justicia penal y otros principios relacionados con el

derecho penal, sino que adopta un enfoque crítico sobre el derecho y cómo se

utiliza. Hace menos hincapié en los principios relacionados con el derecho penal

y la justicia.

Ahora bien, la criminología abarca un campo de estudio más amplio que el

Derecho Penal. Enmarcados entonces en esta perspectiva más amplia de la Criminología

respecto del Sistema Penal, traemos a colación la ilustrativa visión que aporta Diego

Torrente al expresar: La idea central que se propone es que para entender mejor el

fenómeno hay que mirar a sus cuatro esquinas: en la creación de un delito interviene un

delincuente, pero también la vivencia de la víctima, la reacción del control formal

(policía, jueces), y del informal (tolerancia, miedo o actitudes hacia las instituciones).

No existe una única delincuencia, sino que existen al menos cuatro distintas: la que

viven los delincuentes, la que sufrieron las víctimas, la que castiga la justicia y la que

teme la población. (Torrente, 2001)

En ese sentido, la ciencia criminológica ofrece a las agencias de decisión

política, conocimiento fáctico relacionado al delito y sus causas, al delincuente, a las

víctimas, así como también elabora propuestas de medidas de reducción de la

criminalidad. Lo que facilita al político-estadista la información necesaria para tomar

una decisión en punto a la selección de una opción que mejore el status quo. Sobre el

punto expresa Antonio García Pablos de Molina (1996), “La información que puede

aportar la Criminología válida y fiable tiene un triple ámbito: la explicación científica


del fenómeno criminal, de su génesis, dinámica, y principales variables; la prevención

del delito y la intervención en el hombre delincuente.”

El derecho penal, por medio de la criminalización primaria selecciona una parte

de la realidad estudiada por la ciencia criminológica intentando dar una respuesta al

problema de la criminalidad a través de la aplicación de penas. Pero ello implica un

amplio el debate tanto acerca de si la opción de utilizar el Derecho Penal es o no la más

útil, la más eficaz, o el mejor camino. Con respecto al aporte de la Criminología enseña

el autor precedentemente citado que el conocimiento criminológico: debe conducir a

una intervención meditada y selectiva capaz de anticiparse al mismo, también de

prevenirlo, neutralizando con programas y estrategias adecuadas sus raíces.

Naturalmente se trata de una intervención eficaz, no de una intervención penal

ya que esta última por su coste social y nocivos efectos debe ser siempre subsidiaria, de

acuerdo con el principio de intervención mínima. Intervención pues que no se limite a

incrementar el rigor legal de las prohibiciones, ni a incentivar el rendimiento y

efectividad del control social formal sino dar respuesta al problema humano y social del

delito con la racionalidad y eficacia propias de la denominada prevención primaria. La

selectividad del fenómeno criminal y la conocida relevancia de otras técnicas de

intervención no penales para evitar aquel, constituyen los dos pilares de los programas

prevencionistas. Excede el propósito del presente trabajo intentar abarcar las grandes

discusiones acerca del fin de la pena o las posibles políticas de prevención que puede

aportar la criminología al estadista.

Nos parece pertinente cerrar el presente capítulo con la siguiente expresión: la

Criminología, la Política Criminal y el Sistema Penal son tres pilares del sistema de las

ciencias criminales, inseparables e interdependientes. La Criminología esta llamada a

aportar el sustrato empírico del mismo, su fundamento científico. La Política Criminal a


transformar la experiencia criminológica en opciones y estrategias concretas asumibles

por el legislador y los poderes públicos. El sistema penal y el derecho penal a convertir

en proposiciones jurídicas generales y obligatorias el saber criminológico esgrimido por

la política criminal con estricto respeto por las garantías individuales y principios

jurídicos de seguridad e igualdad propios de un Estado de Derecho. (De Molina, 1996).

CAPITULO III TRATAMIENTO DE LA CRIMINOLOGÍA Y EL


SISTEMA PENAL

El mundo experimenta, en estos tiempos, graves transformaciones, tanto en los

países centrales como en los periféricos, que es en donde sus efectos se presentan con

mayor intensidad. Ello obliga a pensar el mundo en sus cuestiones más apremiantes,

como son las variadas formas en que se ejerce y presenta la violencia, como producto de

un conflicto que pretende resolverse por dicha vía de hecho, el cual se origina en la

desconfianza, falta de empatía y solidaridad con el prójimo, el incesante incremento de

la desigualdad y la exclusión social, y la violación de los derechos humanos, como

consecuencia del sistema económico neoliberal, y el impacto de una cruel y prolongada

pandemia sobre el tejido social, sobre todo en sus sectores más vulnerables.

La criminalidad surge, en esta parte del globo terráqueo, en un proceso

relacional asimétrico de las personas en una sociedad inequitativa, con un sistema

económico injusto, con un régimen político arbitrario y una cultura neo colonial de

discriminación; y el Estado pretende hacerle frente mediante un derecho penal que

funciona al revés, pues no ofrece garantías para el ciudadano imputado, por el contrario,

opera como una fábrica penal que produce crímenes y criminales teniendo como materia

prima a los sectores más carenciados de la sociedad.


De esta forma pensamos como grupo que se queda deliberadamente al margen a

la criminología crítica contemporánea, para que su conocimiento no llegue a la

ciudadanía y devele el carácter instrumental y servicial del sistema penal en beneficio

del poder y el statu quo, dando como resultado una situación permanente de inseguridad

integral que es insumo de las decisiones políticas populistas y demagógicas que enfocan

única y vanamente la seguridad callejera como promesa incumplida y el castigo extremo

como falsa ideología, para controlar socialmente un país, infundiendo a las gentes el

miedo al castigo penal y el miedo al crimen para inmovilizarlas e impedir que hagan

valoraciones críticas acerca del transcurso de la vida que propicien la impugnación del

sistema.

Por supuesto el propósito del presente producto académico, no es de ninguna

manera documentar la decepción, sino por el contrario, mostrar de la manera más veraz,

como la aplicación de un sistema penal abrumador, no está resultando solución para

poder acabar con la inseguridad que hoy en día tanto nos acecha.

1. ¿EXISTE POLÍTICA CRIMINOLÓGICA EN EL PERÚ?

En este punto de que si existe una política criminológica en nuestro país

es necesario puntualizar en lo que reflexiona Zaffaroni conforme a la interacción

de la criminología y el sistema penal cuando señala: “las características de un

sistema penal son propias del ejercicio de poder estatal y no son, por eso,

coyunturales sino estructurales”. En sentido sugiere que el sistema Penal define,

asigna, rotula y estigmatiza al tipificar el delito, subsumirlo en el tipo penal,

imputarlo y condenar al infractor. Al ejercer estos poderes seleccionan,

reproduce la violencia, condiciona a mayores conductas lesivas, verticaliza

militarmente a la sociedad y destruye las relaciones horizontales o comunitarias.


En esta línea de pensamiento, la política criminológica es el conjunto de

medidas y acciones integrales que el Estado adopta para hacer frente a la

criminalidad, previniéndola, controlándola y sancionándola, con la finalidad de

reducirla a niveles tolerables. Su práctica compete al legislador porque debe

plasmar, por ejemplo, en textos legales u otros instrumentos gubernamentales,

las soluciones recomendadas. Su esencia, en cambio, es tarea de los

investigadores. Si coinciden plenamente los instrumentos con las

recomendaciones hay verdadera política criminológica, de lo contrario es irreal.

Prevención: Prevenir es evitar el nacimiento de algo; detener su progreso o

desarrollo; lo cual excluye la improvisación, el control momentáneo y toda

ejecución que no obedezca a una finalidad pre establecida; e implica basarse en

una política pre determinada e incluida dentro de la política general del Estado.

Como se puede comprender, el Sistema Penal o el derecho penal no previene

pues siempre llega cuando el delito ya se ha cometido; y la finalidad preventiva

de la pena ha perdido eficacia, si alguna vez la tuvo, por cuanto el sistema penal

es selectivo. Se requiere de medidas económicas, educativas, sociales y

culturales, así como de la intervención de los poderes públicos y de la

comunidad misma fuera del Estado, para prevenir, controlar y reprimir el

crimen.

Cada forma de Estado y de gobierno, aprecian de manera distinta la

criminalidad. El Estado totalitario se identifica con la prevención general y

especial y la resocialización, mientras que el Estado democrático considera que

el crimen nunca puede ser totalmente erradicado de la sociedad, que es una

necesidad en una sociedad sana, pues le sirve para evolucionar a través del

cuestionamiento de sus propias normas. En todo Estado democrático, la


presencia del crimen es inevitable, es el precio a pagar por la existencia de

mínimas condiciones de libertad y respeto a los Derechos Humanos.

2. REFLEXIÓN AL SISTEMA PENAL

Es de mencionar que todos los actos lesivos y reprochables socialmente

no están previstos en la ley penal. También cabe preguntarnos, ¿todo declarado

responsable es realmente culpable? Como grupo resolvemos que no es así.

Recordemos que la búsqueda de la verdad legal es objeto del proceso penal. La

verdad real es inasible y pertenece al ámbito de la fenomenología, desde que es

aprehendida de distinta manera por los diversos actores del fenómeno. De igual

manera podemos afirmar que no todo culpable es declarado responsable; no todo

reo es responsable; y no todo responsable está en la cárcel.

En ese sentido, podemos argumentar que la ley penal es insuficiente y

limitada para explicar el objeto de la criminología y servir de base para construir

una eficaz política criminológica.

3. A PROPÓSITO DEL SISTEMA PENAL, EL INCREMENTO DE PENAS:


EFICAZ O INEFICAZ

En América Latina es común y frecuente que se utilice el incremento de

penas como remedio frente al incremento de determinados delitos. Los

gobiernos, que se dicen democráticos y de Derecho, emplean este mecanismo

que está al alcance de su poder, para pretender exhibir frente a la población una

respuesta ante la ola delictiva. La opinión pública, manipulada por los medios de

comunicación; adormecida por bajos niveles educativos; y con sed de venganza

frente a los actos delictivos; cae en el ardid político y asume el incremento de

penas como la solución al problema de la criminalidad.


Así tenemos que, se toma el placebo creyendo que le solucionará el mal,

cuando no es ni remotamente así. La criminalidad no se combate con penas más

draconianas o drásticas. La búsqueda de la solución al problema comunitario de

la criminalidad requiere de conocimientos criminológicos sistematizados en

instrumentos y realizados mediante decisiones de política criminológica

integradas con la política general del Estado en los sectores involucrados con la

satisfacción de las necesidades materiales y espirituales básicas de la ciudadanía.

El mito del eterno retorno de elevar las penas frente a olas delictivas es

probadamente ineficaz e inútil, pero gusta a la clase gobernante por ser un

recurso fácil y expeditivo, en comparación de los esfuerzos a corto, mediano y

largo plazo que demanda la construcción de una política criminológica. A esta

manifestación elocuente de la deslegitimación del sistema penal, la denomina

pérdida de las penas, es decir, la imposición de un dolor sin sentido, carente de

racionalidad.

4. LA NEO CRIMINALIZACIÓN: UN EJERCICIO POLÍTICO


CRIMIMAL DESDE EL PODER POLÍTICO

Cuando un gobierno no es eficaz, entonces compromete la finalidad del

Estado de estar al servicio de la persona humana. En esta línea, cuando se

presentan en la vida nacional conflictos socio políticos consistentes, la respuesta

del gobierno es criminalizar y penalizar dicha conducta. Grave error, pues el

gobierno aparece no sólo alejado de su espíritu democrático, sino también como

ineficiente para hacer frente y solucionar los problemas de la colectividad, es

decir, para cumplir con su misión existencial. En otras palabras, el Estado

ausente y débil, se muestra represivo. Sin embargo, ello es frecuente.


Evidentemente, una política criminológica basada en conocimientos

criminológicos recusa una forma de actuación político gubernamental así.

Recordemos que el poder es el instrumento para lograr el equilibrio armónico

entre el orden y la libertad en un Estado; y debe usarse con ponderación. El

sistema penal y las fuerzas del orden son, por antonomasia, los dos instrumentos

más poderosos con que cuenta un Estado para asegurar su existencia, ergo

debemos reservar su empleo para casos extremos. La política es una ciencia, un

arte y una actividad, que debe utilizarse para el servicio del pueblo; no para

entronizarse ni oprimir imponiendo decisiones no consensuadas que polarizan a

la sociedad, único elemento personal constitutivo del Estado.

Crear nuevos delitos: Este ejercicio desde el poder, de crear delitos

nuevos cuando hay conflictos sociales, no recomendado por la política

criminológica, desgasta y pone de manifiesto las deficiencias del Derecho Penal

selectivo, injusto, falso y perverso; por lo que debemos estar preparados

académicamente para ilustrar a la comunidad a fin de rechazar estas

manifestaciones arbitrarias de ejercicio de poder político pero inservibles para

conducir rectamente y encauzar los sentimientos del pueblo.

Esta versión de la problemática criminológica nacional se explica desde

el pensamiento del ilustre maestro Zaffaroni, E. (1989), con “el poder que

ejercen las agencias del sistema penal para controlar un marco social que no es

posible controlar y solucionar con un arsenal penal que evidencia un ejercicio de

poder disciplinante que cancela el discurso jurídico penal”.

5. LA CRIMINALIDAD VISTA DESDE LA ESTADÍSTICA

Se observa la creciente y sostenida tendencia delictiva en mi país, a

través de doce años de medición, vista desde el primer nivel de control social
formal, el nivel policial; lo cual hace pensar en una situación insostenible en un

Estado democrático y de Derecho, lo que atribuyo a la ausencia de una política

criminológica ineficiente e ineficaz.

En primer lugar, es importante destacar que todos los recursos públicos

(económicos, técnicos y humanos) que se utilizan en el control y erradicación de

los delitos, durante largos años han sido dispersos. Ello significa que no existe

una efectiva coordinación entre los diversos agentes encargados de la materia, ya

sea entre los distintos gobiernos. Esa falta de coordinación se manifiesta

fundamentalmente en los diversos planes de acción que se adoptan por parte de

los diferentes agentes, lo cual hace que se lleven a cabo dobles esfuerzos, y lo

que es peor muchas veces dichos planes resultan contradictorios.

En segundo lugar, otro problema que se da en las políticas criminales

actuales consiste en la falta de una planificación a largo plazo y la ausencia de

continuidad en su aplicación. En efecto, cada vez que asume un nuevo gobierno

en un país determinado se realiza una modificación o eliminación de los planes

de acción llevados a cabo por el gobierno anterior, provocando la ineficacia de

las políticas públicas a largo plazo en torno al fenómeno delictivo.

En tercer lugar, otra crítica que se le puede formular a las actuales

políticas criminales dice relación con el progresivo aumento en la represión

punitiva, lo que puede ser apreciado en diversas reformas a nuestra legislación

penal.

Todo lo expuesto en los párrafos anteriores se debe a la inexistencia de

una política criminal unitaria y continua, con planificación a corto, mediano y

largo plazo. Es por esa ausencia de una verdadera política criminal que los
gobiernos se ven en la necesidad de adoptar una serie de medidas de urgencia,

de carácter represivas y restrictivas de los derechos fundamentales.

Finalmente, una cuarta crítica a las políticas criminales se refiere a la

discrepancia que existe entre el discurso oficial de las autoridades de gobierno y

el contenido específico y práctico de las propuestas. En efecto, desde el discurso

de las políticas criminales se dice por los gobiernos que las soluciones al

fenómeno criminal son más complejas que el sólo aumento de la represividad

del sistema penal, pero en la instauración de dichas políticas se observa

marcadamente una tendencia represiva.

REALIDAD PENITENCIARIA 2023

La realidad del sistema penitenciario nos dice que existe una sobrepoblación,

mayor al doble permitido, que a nuestro simple discernimiento permite colegir, que si

de alguna manera, con la aplicación de un sistema penal más severo, bajar los incides de

criminalidad, este esfuerzo es inane. Es que la fórmula que empleamos como grupo es

simple, si no podemos controlar la acumulación de carga penal, su administración del

personal penitenciario así como su utópica reinserción a la sociedad devendrá en


inalcanzable.

Algo que también ha llamado la atención del grupo, es la exorbitante cifra de más de
30000 personas recluidas en penales por medidas preventivas, sin sentencia que lejos de
palear la criminalidad genera hacinamiento poblacional en nuestras cárceles y creemos
que esta exagerada cifra perjudica al estado en su deber de reinserción de la persona con
conducta antisocial.

CONCLUSIONES

1. Creemos que la Política Criminológica, como conjunto de medidas y acciones

adoptadas por el Estado para ejercer un control social, debe basarse en la

Criminología y ser una política integral del Estado dirigida a superar las causas

estructurales de la inconducta social, desde el punto de vista educativo, laboral,

sanitario, de vivienda, entre otros; y no una política meramente penal, dirigida a

las causas coyunturales y destinada a reprimir a la persona humana con todo el

poder estatal y social.

2. El incremento de penas para los tipos penales más frecuentemente perpetrados

no constituye una solución de la criminalidad, porque el castigo por sí mismo no

soluciona las causas que llevan al hombre a delinquir, de la misma manera que

una ciudad no es más limpia porque se barre más, sino porque se ensucia menos.
3. Las medidas que el Estado establece legislativamente como reacción a la

situación de criminalidad que se ha instalado en nuestras sociedades, no

corresponden a una forma estatal democrática ni de derecho ni están fundadas en

una política criminológica consecuente con los postulados que legitiman dicha

clase de Estado, por lo que es de advertir que el fácil recurso represivo penal

deslegitima cada vez más al Estado y lo aleja de su fin supremo que es el

carácter servicial a favor de la persona humana.

4. Finalmente, como grupo creemos que el empleo de una política criminológica

ineficiente e ineficaz conlleva graves implicancias relacionadas con la afectación

desde el Estado Democrático y de Derecho de la dignidad humana y los

derechos fundamentales del hombre, en contradicción con los fines esenciales

del Estado.

RECOMENDACIONES

1. Se debe capacitar, especializar y perfeccionar al personal de Oficiales y

Suboficiales que laboren en las diferentes Divisiones y Departamentos

policiales, especialmente a los departamentos de investigaciones, con la

finalidad de realizar una labor más profesional al momento de tratar con el

delincuente.

2. Se debe impulsar la firma de convenios y trabajos en conjunto, con países de la

región que llevan la delantera en el tratamiento de la criminología. El estudiar la

realidad regional nos ayudará tanto en la prevención como en la anticipación en

el tratamiento de la persona-delincuente.
3. Debemos fomentar que el trabajo integrado, coordinado y especializado entre

las instituciones privadas y públicas encargadas con la finalidad de que trabajen

de manera articulada y permanente en beneficio de la sociedad y el propio

estado combatiendo de manera permanente la delincuencia e identificando

conductas antisociales, para reprimirlas y corregirlas a tiempo.

ANEXOS
REFERENCIAS
Binderm A. (1997) Política Criminal: de la formulación a la praxis.

Política del Perú (1993)

Código Procesal Penal (2004)

Ferrero, R (2003) Ciencia política. Teoría del Estado y Derecho Constitucional.

Schijvarger, M. (2020) Criminología y derecho Penal.

Doctrina de Inteligencia Policial (2022)

Echeverry, F (2023) Seguridad marítima contra el tráfico ilícito de drogas: una revisión

sistemática de la literatura

Zaffaroni, E. (1989) En busca de las penas perdidas.

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