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18- AMÉRICA LATINA EN EL MARCO DE LA GUERRA FRÍA

VISIÓN PANORAMICA DE AMERICA LATINA

Durante el siglo XX, a pesar de los matices locales, todo nuestro continente se vio profundamente afectado
por la Gran Depresión de los años 30, por las guerras mundiales y por la Guerra Fría. La historia de América
Latina ha estado marcada por la condición de integrar el Tercer Mundo, por la influencia de Estados Unidos en
el plano político y económico, por la tensión Norte-Sur o desarrollo-subdesarrollo, así como por la tensión entre
democracia y autoritarismo.

La situación actual de América Latina se configuró a partir de las experiencias vividas desde los años 60.
Entonces, se inauguró uno de los períodos más intensos en la historia latinoamericana, colmado de sueños y
utopías, de revoluciones y reformas estructurales, pero también de golpes militares y enfrentamientos. Nuestras
sociedades atravesaron por una fuerte polarización política, en el contexto de la Guerra Fría. Acontecimientos
como la Revolución Cubana, el ascenso socialista por vía electoral en Chile y los frecuentes golpes de Estado,
trascendieron el ámbito local y regional, colocando a América Latina en el centro de las preocupaciones de las
superpotencias, que a partir de los años 60, reforzaron su accionar en Latinoamérica.

RELACIONES DE ESTADOS UNIDOS Y AMÉRICA LATINA

Estados Unidos ha ejercido una gran influencia sobre América Latina, la cual se ha manifestado en los
ámbitos político, económico y cultural.
Ya a comienzos del siglo XIX las autoridades de Estados Unidos veían en la región latinoamericana un
territorio sobre el cual poder ejercer hegemonía, de modo que rivalizaron con los ingleses que, desde la
independencia de las colonias hispanas habían ejercido un importante control económico entre los nuevos
países. Además, en ese contexto, EE.UU. ya había participado activamente apoyando a Cuba y Puerto Rico, en
sus guerras de independencia contra España, en 1898. El triunfo frente a España permitió a Estados Unidos un
fuerte control económico y estratégico en el Caribe, el cual se extendería a lo largo del siglo XX a América del
Sur.
La primera manifestación explícita del interés de Estados Unidos por la región la expresó el presidente,
James Monroe, en el año 1823, razón por la cual fue denominada “Doctrina Monroe”. En ella se planteaba:
“Los ciudadanos de los Estados Unidos abrigamos los más amistosos sentimientos en favor de la
libertad y felicidad de los pueblos en ese lado del Atlántico. En las guerras de las potencias europeas,
por asuntos de su incumbencia, nunca hemos tomado parte, ni comporta a nuestra política el hacerlo.
Solo cuando se invaden nuestros derechos o sean amenazados seriamente, responderemos a las
injurias o prepararemos nuestra defensa. Pero con los gobiernos que han declarado su independencia y
la mantienen, y cuya independencia hemos reconocido, con gran consideración y sobre justos
principios, no podríamos ver cualquier interposición para el propósito de oprimirlos o de controlar en
cualquier otra manera sus destinos, por cualquier potencia europea, en ninguna otra luz que como una
manifestación de una disposición no amistosa hacia los Estados Unidos”.
Según el historiador Armando de Ramón, la penetración del Imperialismo norteamericano fue una obra de
ingeniería política muy bien planificada, y un proyecto a largo plazo que se perfeccionó gradualmente hasta
alcanzar la gran magnitud que llegó a tener en la segunda mitad del siglo XX.
Los métodos utilizados en esta penetración han variado desde la diplomacia, la política de buena voluntad o
buena vecindad, la agresión directa y la aplicación de poder blando[1], es decir de todos aquellos mecanismos
culturales, ideológicos y tecnológicos, que le han permitido ser un modelo de desarrollo y ejercer liderazgo en la
región.
Dentro de los métodos diplomáticos se debe mencionar la creación de la Unión Panamericana, cuyo objetivo
fue reunir a los distintos países del continente para enfrentar problemas comunes. El punto culminante de esta
fue la Primera Conferencia Panamericana, celebrada en Washington en 1888, en la cual se creó la Unión
Internacional de Repúblicas Americanas, que en 1948 se transformaría en la Organización de Estados
Americanos (OEA).
La vía diplomática entre EE.UU. y América Latina se vio afectada por la anexión de la isla de Puerto Rico y la
intervención en Cuba (instalación de la base militar de Guantánamo), después de la guerra de 1898; situación
que se vio agravada por la política de intromisión en asuntos internos de los países centroamericanos y del
Caribe, cuyo caso más emblemático fue la presión ejercida sobre Colombia para que le cediera tierras en su
provincia panameña, con el objeto de construir un canal interoceánico; situación que terminó con la
independencia de Panamá respecto de Colombia, país que entregó los territorios pedidos por Estados Unidos,
para que ejerciera soberanía total en la zona aledaña al canal, la cual recién volvió a estar bajo soberanía
panameña en 1977.

RELACIONES EXTERIORES CON AMÉRICA LATINA DURANTE LA GUERRA FRÍA

POLÍTICA DEL GRAN


Tras la Segunda Guerra mundial, y en el marco de la Guerra Fría, América GARROTE
Latina pasó a integrar el área de influencia de Estados Unidos y, en este
marco, el triunfo de la Revolución cubana, en 1959, y la inclusión de la isla Formulada por el Presidente T.
Roosevelt (1901-1909) basada en
en la esfera de influencia soviética, endureció las estrategias de control e
la aplicación del uso de la fuerza
intervención de Estados Unidos en la región. contra los países que se negaran a
Al mismo tiempo se produjo un auge de las organizaciones guerrilleras en aceptar sus ofertas “generosas”.
gran parte de los países latinoamericanos, debido a las expectativas de La utilización de la fuerza como
cambios políticos y sociales abiertas por la Revolución cubana y por la
mecanismo de dominación se puso
de moda a partir del gobierno de
imagen de Ernesto “Che” Guevara, Camilo Cienfuegos y otros líderes Teodoro Roosevelt como
revolucionarios. antecedente esta la guerra hispano
En este contexto, Estados Unidos apostó por el mantenimiento de cubana norteamericana, primera
regímenes aliados -en muchos casos militares- y por la intervención militar guerra imperialista que ocurrió
precisamente en Cuba y trajo como
directa o indirecta en contra de países susceptibles de girar hacia la
resultado la pérdida de la
influencia soviética. independencia al imponerse la
Pero no solo fueron parámetros ideológicos los que contribuyeron a definir República Neocolonial.
la política exterior de Estados Unidos respecto de América Latina durante Cuba no fue el único país sobre el
la Guerra Fría. Después de la Segunda Guerra mundial, este país se
cual cayeron las garras del águila
del norte. A partir de ese momento
transformó en la mayor economía del mundo, por lo que sus empresas se aplicara el “Gran Garrote”
alcanzaron grandes dimensiones, transformándose en multinacionales.
Así, la presión de estas empresas sobre los recursos básicos de la región se incrementó de manera
considerable.
La asunción de John F. Kennedy a la presidencia de EE.UU. en el año 1960, dio impulsos relevantes a las
relaciones entre ambas regiones del continente, fortaleciendo la idea de un mundo bipolar y dándole mayor
importancia a la necesidad de contener cualquier connato de revolución en América Latina, situación que
transformó a esta en un espacio especialmente sensible, que había que defender a ultranza del avance del
comunismo a nivel mundial.
En este contexto, para ayudar al desarrollo de los países de la región, y como medida preventiva para evitar el
avance de la influencia soviética en ella, el presidente Kennedy creó la Alianza para el Progreso, plan de ayuda
económica y social desarrollado entre 1961 y 1970. Este programa estuvo sustentado en un supuesto y una
condición. El primero consistía en que, por medio de un apoyo a la industrialización, las economías locales
latinoamericanas superarían el subdesarrollo y la pobreza –situación que originaba el descontento social y los
movimientos sociales, que podían derivar en revoluciones–; y la segunda implicaba crear las condiciones
necesarias para incorporar a las masas latinoamericanas a la vida política dentro de parámetros democráticos.
En la materialización de este programa de ayuda se estimó una inversión de 200 millones de dólares, que
serían inyectados en los países latinoamericanos a través de la Fundación Panamericana de Desarrollo.
Entre las primeras medidas implementadas por la Alianza para el Progreso se estableció:
· Una reforma agraria, cuyo objetivo era incrementar los niveles de productividad agrícola y disminuir la
concentración desmesurada de la propiedad agrícola en pocas manos. Mediante esa reforma se pensaba
erradicar el estancamiento de los sectores rurales de Latinoamérica y, a la vez, incrementar los niveles de
producción agrícola para abastecer de una mejor manera a la población.
· Un sistema de libre comercio entre los países latinoamericanos para potenciar la integración económica de la
región.
· El desarrollo e implementación de programas sectoriales, orientados a elevar la calidad de vida a través de la
En el ambiente de la Guerra Fría, modernización de la infraestructura de comunicaciones, acceso a la
una característica que marcó la vivienda, mejoras en las condiciones sanitarias, con el fin de elevar la
política estadounidense durante esperanza de vida, mejoramiento en el acceso a la educación y
estos años, fue la posición
erradicación del analfabetismo.
anticomunista cuya expresión más
extrema se dio a principios de la · En el plano tributario, propiciar reformas a los sistemas de impuestos, con
década de 1950, representada por el fi n de aumentar los ingresos fiscales, como asimismo fomentar políticas
Joseph McCarthy. Este político, tendientes a la estabilización de precios y al control de la inflación
senador por el Estado de
Pero este Programa no alcanzó los objetivos fijados, ya que la mayoría de
Wisconsin, atrajo la atención
nacional por primera vez en los países de América Latina no fueron capaces de implementar las
febrero de 1950, al denunciar que medidas arriba señaladas. Solo Venezuela, Perú, Colombia y Chile,
en el gobierno estaban infiltrados hicieron mayores esfuerzos por alcanzar esta meta; además, en la
numerosos comunistas. Aunque mayoría de los países, debido a la implementación del modelo ISI
esto nunca llegó a demostrarse,
durante los tres años siguientes (industrialización por sustitución de importaciones), se produjo un déficit
McCarthy acusó repetidamente a de la balanza de pagos y el crecimiento de la deuda externa. Por otro
varios funcionarios de alto rango lado, el Congreso norteamericano redujo, de manera drástica, las
por supuestas actividades cantidades ofrecidas en un comienzo. En 1969, el presidente Richard
subversivas y, como reflejo del
Nixon puso fin a la Alianza para el Progreso.
ambiente de aquella época, sus
acusaciones fueron tomadas en
serio. En 1953, en calidad de TRATADOS ESTRATEGICOS
presidente del Subcomité de En su política conservadora y represiva hacia América Latina, los Estados
Investigaciones del Senado,
McCarthy continuo con sus Unidos trataron de valerse de dos instrumentos y mecanismos adoptados
denuncias y en abril de 1954 acusó por la comunidad interamericana en los años 1947 y 1948: el tratado
al Ministro de defensa de encubrir interamericana de Asistencia Recíproca (TIAR) y la Organización de
actividades de espionaje Estados Americanos (OEA).
extranjeras. El macartismo llegó a
El TAIR había sido suscrito en Río de Janeiro en setiembre de 1947. En
tomar tintes represivos en contra
de los intelectuales en Estados esa reunión se había discutido la creación de una mecanismo multilateral
Unidos e incluso contra algunas de defensa contra agresiones extra e intra-continentales. Los Estados
personas del medio artístico, latinoamericanos esperaban que ese tratado sirviese de garantía contra
perseguidas y marginadas por eventuales ataques de sus vecinos y hasta contra intentos
suponerlos simpatizantes de la
intervencionistas de [Estados Unidos]. Éste, por su parte, lo miraba como
ideología comunista.
parte de su aparato estratégico anticomunista.
La OEA fue establecida en una reunión en Bogotá, en 1948. Los países latinoamericanos democráticos
opinaban que al institucionalizarse la Organización, se hacia posible la participación de todos, obligando a
Estados Unidos a acatar la voluntad de la mayoría para que dejara de jugar un papel prepotente e
intervencionista. El gobierno norteamericano, a su vez, temía inicialmente que la Carta de la OEA pudiera
resultar un impedimento al libre ejercicio de su poder. Sin embargo, los gobernantes norteamericanos se dieron
cuenta de que la realidad política garantizaba la continuación de su hegemonía sobre las Américas. Los EE.UU.
confiaban en su capacidad para ejercer influencia determinante dentro de la Organización.

El TIAR y la OEA se basaban en cuatro principios jurídicos esenciales:


1- La NO intervención
2- La igualdad jurídica de los Estados
3- El arreglo pacífico de las diferencias
4- La defensa colectiva contra agresiones
Los primeros dos principios implican la defensa de la soberanía de los Estados, los otros dos enfatizan la
cooperación entre ellos. En ciertos momentos, esas dos ideas básicas se vuelven contradictorias en la práctica.
En todo caso, las dos últimas pueden se manejadas por la potencia hegemónica.
Desde 1948 en adelante el auge de la Guerra Fría llevo al gobierno norteamericano a colocar la seguridad
militar y policial por encima de cualquier otra consideración en lo referente a los países subdesarrollados
sometidos a su hegemonía. La política de “luz verde” a las corrientes autoritarias conservadoras, junto con la
práctica de calificar de “comunistas” a todos los movimientos populares tendientes hacia la transformación del
sistema social, hicieron posible el derrocamiento de varios gobiernos democráticos. En la mayoría de los países
de América se procedió a enviar a la clandestinidad a los partidos comunistas y otras agrupaciones radicales,
bajo la influencia del macartismo que desbordaba los límites de los Estados Unidos y llego a dominar el
hemisferio entero.
Durante este periodo EE.UU. desarrolló una serie de intervenciones militares directas: Guatemala en 1954,
Cuba en 1961 y República Dominicana en 1965.
Otra forma de incidencia de EE.UU. en Latinoamérica fue a través de la formación de militares en bases
estadounidenses.

La Doctrina de Seguridad Nacional (DSN) fue el nombre que tuvo la estrategia represiva
elaborada por los EE.UU. en el marco de la denominada Guerra Fría.
Esta doctrina estaba fundamentada en el concepto de “guerra interna” como respuesta al
peligro de la “invasión” comunista. En este sentido se consideraba que, debido a la
expansión soviética, la defensa nacional ya no podía ejercerse sólo a partir de parámetros de
una guerra clásica sino que la defensa de la “civilización occidental y cristiana” ante la
“amenaza marxista” exigía dar la batalla en todos los frentes: en el ámbito de la cultura, la
educación, la economía, la política y la sociedad en su conjunto. Esta doctrina concebía al
enemigo como una amenaza que no reconocía fronteras geográficas sino básicamente
ideológicas y todos los conflictos -internos y externos- eran leídos en la misma clave
interpretativa: el peligro de infiltración marxista. Este criterio llevó a diseñar políticas para
las diferentes regiones del mundo, entre ellas América Latina, que era considerada “el patio
trasero” de EE.UU., es decir, como una zona de influencia y control exclusiva del imperio.
BIBLIOGRAFÍA UTILIZADA:
- ARTAGAVEYTIA, L. (2009): “Historia 3: Mundo, América Latina y Uruguay 1895-2000”. Santillana, Montevideo.
- AA.VV. (2010): “Historia y Ciencias Sociales. IV”. Zig-Zag S.A., Santiago de Chile.
- BOERSNER, D. (1982): “Relaciones internacionales en América Latina. Breve historia. s/d: Nueva Sociedad.
- CORRAL, B., et. Alt. (1999): “Historia IV. El Mundo Actual”. Santillana, Montevideo.
[1]PODER BLANDO: es un término usado en relaciones internacionales para describir la capacidad de un actor político, como por ejemplo un
Estado,

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