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Presupuesto público y política fiscal

Rol del Estado en la Economía

El Estado puede intervenir o participar en la economía a través de acciones o


políticas que se pueden agrupar en 5 grandes actividades.

Actividad fiscal. Fija y cobra impuestos

Actividad Reguladora. Normativas (leyes, decretos, resoluciones) que afectan


la actividad económica. Por ej. controles de precios, políticas de defensa de la
competencia (evitar conductas monopólicas o de abuso de posición dominante,
políticas de defensa del consumidor (normativas de salud, etiquetado,
contaminación, etc.)

Actividad de Provisión de bienes y servicios. A través de organismos públicos


y/o empresas de propiedad estatal el Estado facilita la provisión de bienes y
servicios públicos (defensa, justicia, educación, agua, energía, etc). Paga
pensiones y otros seguros sociales y promueve la inversión en zonas que a
priori no son atractivas para la inversión.

Actividad redistributiva. Tiene por objetivo modificar a través de impuestos y


subsidios la renta o la riqueza entre las personas, regiones o sectores,
procurando una mayor equidad.

Actividad Estabilizadora. Trata de controlar los grandes agregados económicos,


evitando o limitando la duración y la profundidad de las recesiones.

Actividad Fiscal
Comprende los gastos en bienes y servicios y el cobro de impuestos para
financiar la actividad del Estado.

Los impuestos son una IMPOSICION del Estado a las personas y a las
empresas que deben pagar una determinada cantidad de dinero en relación
con determinados actos económicos. Ej. al momento de consumir, o de
obtener un ingreso o una ganancia.

Si bien el financiamiento del Estado es el objetivo primordial de la fijación y


cobro de impuestos, estos muchas veces tienen una función adicional que
incentivar (o desincentivar) determinadas conductas económicas. Por ejemplo
con un impuesto se puede penalizar el consumo de determinado tipo de
bienes, o con exenciones impositivas se puede impulsar la adopción de
determinadas tecnologías de producción.

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Tipos de impuestos

Progresivos/Regresivos. Se refiere a la porción o fracción de la renta de la


persona que absorbe el impuesto.

Si a medida que aumenta el ingreso o la riqueza del individuo la proporción de


la misma destinada al pago del impuesto aumenta se trata de un impuesto
progresivo. Si en cambio se reduce se trata de un impuesto regresivo. Ejemplo
de impuesto progresivo: ganancias. El mínimo no imponible genera
automáticamente la progresividad, independientemente de si la alícuota es fija
o creciente con el nivel de ganancia de la persona.

Directos/Indirectos

En este caso se diferencia si el impuesto recae sobre la persona o la unidad


económica o si recae sobre los bienes y servicios.

Los impuestos directos graban las rentas del contribuyente en el momento en


que se perciben o generan. Los indirectos graban las rentas en el momento en
que son utilizadas, es decir tiene que mediar un determinado acto (ej.
consumo) para que se genere y se tenga que pagar el impuesto.

Política Económica
El grado de participación del Estado a lo largo del tiempo fue variando. En este
sentido, la crisis de 1929 (Gran Depresión) es un punto de quiebre al momento
de evaluar la injerencia del Estado en la actividad económica, en particular en
lo que respecta a la actividad fiscal.

Hasta ese momento prevalecía la visión Clásica sobre el rol del Estado. Dicha
visión privilegiaba el ajuste “automático” o de mercado ante situación de
desequilibrios. Entendiéndose como desequilibrio una situación de producción
por debajo de la correspondiente a la de pleno empleo de los factores
productivos.

Ante una caída de la producción por debajo de la correspondiente a la de pleno


empleo, el exceso de oferta de los factores productivos (en el corto plazo
trabajo) generaría una caída en su precio (salarios) con su consecuente efecto
sobre la demanda de trabajadores por parte de las empresas ya que se vuelve
más atractivo expandir la producción dada la caída de costos.

Uno de los supuestos principales es la existencia de precios flexibles que


reaccionan rápidamente a los excesos de oferta o demanda (tener en cuenta
que la rigidez de precios puede ser por varios motivos: contratos laborales,
problemas de información y/o de coordinación)

En esta visión las recesiones serían esporádicas y de corta duración.

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Sin embargo la duración y la amplitud de la recesión del 29, puso de
manifiesto la limitación de este análisis, generando el espacio para la
intervención activa del Estado en el ciclo económico, a través de la política
fiscal. Esta visión se la conoce como keynesianismo.

La política económica es la forma concreta en que el sector público interviene


en la actividad económica. Cabe distinguir entre política microeconómica y
macroeconómica.

La política microeconómica es el conjunto de acciones mediante las cuales el


sector público intenta fomentar la eficiencia económica -es decir, regula la
asignación de recursos en un determinado sector o actividad económica,
combate las fallas del mercado y fomenta la equidad-valiéndose de diversos
medios.

OBJETIVO MEDIOS
Eficiencia Subvenciones a empresas y sectores
Equidad Desgravaciones fiscales
Combatir Fallas de mercado Impuestos especiales
Controles de precios
Regulación de excedentes
Regulación de la actividad económica

Ejemplos de políticas microeconómicas

Establecimiento de subsidios a determinados sectores económicos (el


transporte, etc.) o sectores sociales (los desocupados).

Los impuestos especiales sobre el tabaco y las bebidas alcohólicas.

Las desgravaciones fiscales a la inversión o la radicación de determinadas


zonas geográficas.

Instrumentos de política macroeconómica.

Las políticas macroeconómicas se centran por lo general en políticas


destinadas a modificar la demanda agregada de la economía. Los
instrumentos son la política monetaria y la política fiscal.

Existe otra forma de influir sobre la economía y es a través de las políticas de


oferta, que tienen por objetivo impulsar la actividad económica desde el lado
de la oferta, generando incentivos para aumenta la producción de bienes y
servicios (ejemplo reducción de impuestos a los beneficios, desregulación de la
economía, etc)

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Política monetaria

Los gobiernos suelen recurrir a la política monetaria para tratar de estabilizar


la actividad económica y evitar o, al menos, paliar los inconvenientes derivados
de los ciclos económicos. Para ello, controlan la evolución de la cantidad de
dinero, de las tasas de interés, del crédito y, en general, del funcionamiento
del sistema financiero.

Política fiscal.

La política fiscal se refiere a la utilización del gasto público y de los impuestos


para ayudar a determinar la distribución de los recursos entre los bienes
privados y los colectivos. Incide sobre las rentas y el consumo de los
individuos, y ofrece incentivos a la inversión y otras decisiones económicas.

Política cambiaria y comercial

Tienen como objetivo incidir sobre el ciclo económica a través de políticas que
inciden en las variables a través de las cuales la economía doméstica se
vincula a con el mundo.

La vinculación con el mundo se da a través del canal o economía real


(exportación e importación de bienes y servicios) y a través del canal
financiero (ingreso o egreso de capitales)

La política comercial externa (aranceles, subvenciones a la exportación y


restricciones no tarifarias) actúa sobre el canal real intentando modificar el
nivel de exportaciones netas de la economía (exportaciones menos
importaciones).

El tipo de cambio, en particular la elección del régimen cambiario (flexible o


fijo) tiene por objetivo afectar la forma en que lo que sucede en el resto del
mundo afecta, a través de la entrada o salida de capitales, a la economía
doméstica.

En el caso de regímenes de tipo de cambio fijo la modificación de la paridad


cambiaria puede afectar también el nivel de exportaciones netas de la
economía.

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El sector público en Argentina
El sector público en Argentina está conformado por el Sector Público No
Financiero y el Sector Público Financiero.

El Sector Público No Financiero comprende las Administraciones Públicas


(central y organismos descentralizados sin empresas públicas, las instituciones
de seguridad social, provincias y municipios), empresas públicas, entes
públicos y los distintos órganos o fondos fiduciarios.

El Sector Público Financiero está compuesto por las instituciones públicas


financieras no bancarias (por ej. Nación Leasing SA, Nación Soc. de Bolsa SA,
Nación Seguros de Vida SA, etc.) y las instituciones bancarias (BNA, BCRA y
BICE para el caso de la administración nacional).

El presupuesto y su relación con la política económica

El presupuesto contiene, sobre todo, el conjunto de gastos y de recursos


necesarios para que el sector público desarrolle las actividades que permitirán
instrumentar el plan de acción del Gobierno, contenido en políticas globales y
específicas. Dichas políticas se traducen en acciones que se expresan en el
presupuesto.

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Por lo general, el presupuesto se refiere a un año, mientras que el plan de
Gobierno suele formularse para un período de tiempo mayor. En nuestro país,
el presupuesto rige desde el 1' de enero hasta el 31 de diciembre de cada año,

Para las administraciones públicas, el presupuesto es el marco jurídico y


financiero al que deben ajustar toda su actividad. Los gastos tienen carácter
limitativo; en cambio, los ingresos son de tipo estimativo.

Por otro lado, el presupuesto es un instrumento clave de la política económica.


Mediante el gasto público, se puede influir en la demanda agregada para
expandirla o retraerla, modificando el nivel de actividad económica.

El Presupuesto de la Administración Pública Nacional (APN)

De acuerdo con lo establecido en la Ley de Administración Financiera, los


presupuestos deben contener como mínimo la siguiente información:

Presupuesto de recursos: incluye todos los ingresos de la Administración


central Y de cada uno de los organismos descentralizados, clasificados por
rubro. Se considera recurso todo lo que se prevé recaudar durante el período
para el cual se está presupuestando, incluso las donaciones y las operaciones
de crédito público, sean o no un ingreso de dinero en efectivo al Tesoro.
También constituyen un recurso los excedentes de ejercicios anteriores
existentes a la fecha de confeccionarse el presupuesto.

Presupuesto de gastos: incluye los créditos necesarios para atender el


cumplimiento de las erogaciones previstas para todo el ejercicio entrante. El
presupuesto de gastos debe confeccionarse de forma tal que refleje la
observancia de las políticas y de los planes de acción que seguirá cada una de
las jurisdicciones y de los organismos descentralizados, la producción de
bienes y servicios que estima concretar cada uno de ellos (metas), las
dotaciones de personal y horas-cátedra de los distintos organismos. Por último,
también debe mostrar la incidencia económico-financiera de la ejecución de los
gastos y su vinculación con las fuentes de financiamiento.

Proyectos de inversión: se deben mostrar por separado los créditos asignados


a cada uno de los proyectos de inversión que se ha previsto ejecutar.

Resultados de las cuentas corrientes y de capital: deben presentarse tanto


para la Administración central como para cada organismo descentralizado, así
como para el total de la Administración central.

Clasificación de los Gastos

Los gastos se clasifican de acuerdo a los siguientes criterios:

 Según la institución: ordena las transacciones de acuerdo con la


estructura organizativa del sector público y muestra las instituciones y
áreas encargadas de realizar los gastos y utilizar los recursos asignados.
Indica quién realiza el gasto.

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 Según el objeto del gasto: ordena de manera sistemática y homogénea
los bienes y servicios, las transferencias y las variaciones de activos y
pasivos. Permite identificar en qué se gasta.

 Según la localización geográfica: muestra la distribución espacial del


gasto. Resulta de utilidad cuando se desea evaluar políticas de
descentralización o regionalización.

 Según la fuente de financiamiento: clasifica los gastos de acuerdo con


los tipos de recursos empleados para su financiamiento. Indica cómo se
financia el gasto público: fondos del Tesoro Nacional, recursos propios
del organismo, recursos con afectación específica, transferencias
internas, crédito interno, transferencias externas, crédito externo.

 Según los programas: refleja la finalidad del gasto (promoción de la


Economía, defensa nacional, justicia, etc.).

 Gasto público según su clasificación económica: La clasificación


económica muestra el objeto del gasto. Desde el punto de vista
económico, los gastos del Estado se dividen en gastos corrientes, gastos
de capital y aplicaciones financieras.

Gastos corrientes. Representan el porcentaje más elevado de gastos del


sector público y se destinan a dotar a la sociedad de servicios públicos tales
como educación, asistencia sanitaria, administración de justicia, defensa
nacional, etc. Su principal componente son las remuneraciones de los
funcionarios y el personal que trabaja en los distintos organismos del
Estado.

Gastos de capital. Son los que se destinan a mantener y ampliar el capital


productivo del país. Comprenden la inversión en vías de comunicación,
puertos, hospitales, escuelas, etc.

Aplicaciones financieras. Abarcan aportes de capital, adquisición o venta de


títulos y valores, incremento o disminución de otros activos financieros y la
concesión de préstamos a largo plazo, como, por ejemplo, los destinados a
financiar gastos generados por las empresas y sociedades del Estado o el
sector público financiero. También, la amortización o cancelación de deuda.

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Clasificación de los ingresos

Desde la perspectiva de la gestión los ingresos se clasifican en Fiscales y No


Fiscales

Ingresos fiscales

Ingresos fiscales derivados de los impuestos directos recaen sobre el


patrimonio y las rentas generadas por los contribuyentes, y son impuestos
nominativos, que debe pagar cada sujeto atendiendo a sus circunstancias
personales.

Ingresos fiscales que se obtienen a partir de impuestos indirectos gravan el


consumo de bienes y servicios, con independencia de las circunstancias
personales del sujeto.

También son ingresos fiscales los derivados de las tasas, tributos que se
exigen a cambio de los servicios prestados por los entes públicos a los
beneficiarios.

Ingresos no fiscales

Las transferencias corrientes. Son las sumas que la Administración general del
Estado recibe de otras entidades. Un ejemplo de este tipo de ingresos son los
generados por las loterías.

Los ingresos patrimoniales. Están constituidos por las rentas que generan los
bienes patrimoniales del Estado y que se originan en el Tesoro Público. Por
ejemplo, los dividendos de las empresas públicas.

Los ingresos generados por la enajenación de inversiones reales. Están


integrados por el producto de las ventas de bienes patrimoniales del Estado y
se consideran ingresos extraordinarios. En la década de los noventa, debido a
la venta de empresas públicas por medio del proceso de privatización, este
rubro adquirió gran importancia.

Las transferencias de capital. Se refieren fundamentalmente a los ingresos


provenientes de la colocación de deuda en el país o en el exterior.

Además los ingresos pueden clasificarse en Ordinarios y Extraordinarios.

Son ordinarios los que se obtienen regularmente a lo largo de un ejercicio


fiscal. Proceden de los impuestos directos e indirectos y de la actividad de las
empresas públicas.

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La actividad de las empresas públicas puede generar beneficios debido a la
diferencia entre los ingresos que se perciben por la venta de bienes y servicios
y los costos de producción de esos mismos bienes.

Los ingresos extraordinarios se obtienen de manera concreta cuando el sector


público necesita disponer de fondos para atender a sus necesidades. Proceden
de la emisión de deuda pública, de la venta del patrimonio público y de los
impuestos extraordinarios sobre el patrimonio privado.

Resultado Fiscal

El resultado fiscal es la diferencia entre Ingresos y Egresos.


El Resultado Primario representa la diferencia entre ingresos y gastos no
financieros, o alternativamente, equivale al resultado económico antes del
pago (cobro) de intereses.
El Resultado Financiero incorpora al resultado primario los intereses de la
deuda.

Cuando los ingresos son inferiores a los gastos, el presupuesto incurre en


déficit. El déficit se pude financiar mediante endeudamiento y/o emisión
monetaria.

La pregunta que surge casi de manera inmediata es si es conveniente o no


incurrir en déficit.
El abordaje a la respuesta desde el punto de vista teórico puede hacerse a
partir de la visión de las dos principales corrientes de pensamiento económico.
La visión keynesiana considera que en situación donde el ingreso o producción
de la economía está por debajo del nivel de pleno empleo o se está en un ciclo
recesivo, el uso de la política fiscal expansiva y su eventual correlato en
términos de déficit presupuestario es una herramienta válida.
En cambio la escuela clásica considera que la economía tiene mecanismos
autocorrectores que hacen innecesaria la política fiscal. Por ello, son partidarios
de que el gasto público se limite lo máximo posible y de que el presupuesto se
mantenga equilibrado anualmente.

LA ADMINISTRACIÓN FINANCIERA GUBERNAMENTAL

La Administración Financiera es el conjunto de elementos normativos y


administrativos de las organizaciones públicas que hacen posible la captación
de recursos financieros y su aplicación para la concreción de los objetivos y
metas del Estado con la mayor economicidad, efectividad, eficiencia y calidad
posible.

Los elementos normativos y administrativos a que se refiere la definición


anterior, son la Constitución, las leyes y otras disposiciones normativas de

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cada estado, los principios, sistemas, unidades organizativas y procesos que
rigen o se aplican para llevar a cabo las operaciones de programación, gestión
y control necesarias para captar y colocar los recursos públicos en la forma
señalada.

Las organizaciones públicas que integran la Administración Financiera


Gubernamental, son las responsables de formular y evaluar el presupuesto,
recaudar los recursos públicos, gestionar y ejecutar las operaciones de crédito
público, programar y coordinar la ejecución del presupuesto, administrar el
Tesoro y contabilizar -tanto física como financieramente – las transacciones
relacionadas con la captación y colocación de los recursos públicos.

Objetivos

Los objetivos que persigue la Administración Financiera Gubernamental


básicamente son:

Facilitar la vinculación de la planificación con el presupuesto público.


Asegura la gestión enmarcada en las políticas del Gobierno.
Administrar los recursos financieros públicos de manera tal que permita
asegurar el cumplimiento de los objetivos de la política fiscal en particular y de
la política económica en general, todo ello en un marco de sostenibilidad fiscal.
Otorgarle mayor racionalidad en la asignación de recursos.
Racionalizar los procesos de captación, asignación y uso de los recursos
públicos.
Contribuir a que la gestión operativa del Estado se realice en la forma
económica, efectiva eficiente y con la mayor calidad posible y la satisfacción
del ciudadano.
Disponer y administrar una herramienta automatizada cuyo propósito básico
debe ser actuar como elemento facilitador del cumplimiento de los objetivos de
la AFG, procesando en forma integrada y con oportunidad la información
financiera pública y generando estados de ejecución presupuestaria de
ingresos y gastos, financieros y estadísticas fiscales claras, confiables y en
tiempo real.
Viabilizar el camino hacia la evaluación del desempeño.
Posibilitar la absoluta transparencia de las cuentas públicas y su divulgación.
Facilitar la vigencia de un sistema por el cual los funcionarios públicos rindan
cuentas por el uso eficiente, eficaz y económico de los fondos públicos puestos
a su disposición
Componentes

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La Administración Financiera Gubernamental está compuesta por los sistemas
de Presupuesto, Crédito Público, Recaudación, Tesorería y Contabilidad
Gubernamental.
Si bien los anteriores sistemas están regulados por leyes y normas especiales,
se hallarán sujetos a la autoridad de un órgano central y deben estar
conceptual, normativa, orgánica y funcionalmente interrelacionados entre sí.
Están también conceptual y normativamente relacionados con el Sistema de
Administración Financiera Gubernamental, los sistemas de Planificación e
Inversión Pública, Gestión de Recursos Humanos, Administración Tributaria,
Compras y Contrataciones, Administración de Bienes Nacionales y Control
Interno. Estos sistemas, a partir de sus propias leyes y normas, mantendrán
con el Sistema Integrado de Administración Financiera del Estado una unicidad
conceptual y metodológica en materia de registros, procesamiento y
presentación de información financiera.

La administración financiera gubernamental, la política fiscal y el ciclo


fiscal.
El “Ciclo Fiscal” puede ser definido como el conjunto de principios, leyes,
normas, sistemas, instituciones, procesos y procedimientos que regulan,
intervienen o se utilizan en las fases de política, formulación, ejecución y
evaluación que se realizan para captar y aplicar los recursos financieros que se
requieren para la concreción de los objetivos y las metas de la Estado, así
como para administrar el patrimonio público, todo ello en la forma más eficaz,
eficiente y económica posible.
Desde el punto de vista sistémico, el “Ciclo Fiscal” está conformado por los
subsistemas y procesos que integran el “Sistema de Política Fiscal”, la
Administración Financiera Gubernamental y por los que conforman el “Sistema
de Control Fiscal”.

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El Sistema de Política Fiscal indica los cursos de acción a mediano y a
largo plazo dispuestos por el Gobierno en materia de ingresos y gastos
públicos, sobre los resultados económicos y financieros derivados de la
relación entre los mismos, así como sobre el financiamiento resultante y la
administración de la deuda pública. La Política Fiscal debe cumplir con las
reglas fiscales preestablecidas y estará enmarcada en los distintos
escenarios en que se haya previsto la programación macroeconómica para
similar plazo.
La política fiscal debe fijarse tanto en forma cualitativa —definiendo y
expresando el contenido de las políticas concretas y los propósitos esperados
en materia de ingresos, gastos y financiamiento—, como en forma
cuantitativa —indicando, mediante modelos estadísticos de aplicación
universal en la materia, las series anuales y periódicas del comportamiento
esperado de sus componentes agregados—. La política fiscal de un
Gobierno debe ser suficientemente clara y detallada para que pueda ser
comprendida y debatida por los analistas económicos, legisladores, políticos y
la ciudadanía en general y, en dicho contexto, siempre es conveniente
realizar, en forma previa a su aprobación, el análisis sobre la
viabilidad política de las políticas propuestas.

Magnitudes Del Sector Público

La forma más usual de medir el tamaño del sector público es en porcentaje del
producto o ingreso de una jurisdicción (países, regiones, provincias). Esa
medida es de fácil cálculo y permite la comparación entre jurisdicciones en un
momento del tiempo y/o para una misma jurisdicción en distintos momentos.
Dos consideraciones son importantes sobre esta medida. Por un lado, existen
varios conceptos de producto e ingreso que dan lugar a tamaños muy distintos
(producto nacional o interno, a precios de mercado o a costo de factores, en

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cada uno de esos casos, bruto o neto, ingreso disponible, etc.). En este caso
se utilizará como denominador el producto interno bruto (PIB).
Por otra parte, también para el numerador existen alternativas. Si se utiliza el
gasto público total se están considerando rubros que no forman parte del PIB.
Por ejemplo, la compra de bienes que produce el sector privado (son gasto
público, pero PIB privado) o los pagos de transferencias (por ejemplo las
jubilaciones y pensiones y los planes sociales que son parte del ingreso
disponible, pero no del PIB del país). En este análisis se utilizarán cuatro
medidas para el numerador: (1) gasto público total; (2) gasto público para la
producción de bienes y servicios; (3) gasto público para el pago de
transferencias; y (4) gasto público en personal, que es una aproximación al
valor agregado (PIB) del gobierno.

Cuando se analizan series temporales de gasto público, por lo general


disponemos de los valores nominales, los cuales deben ser corregidos debido
a las distorsiones provocadas por dos fenómenos, el de la inflación y el del
aumento de la población.
Para solucionar el impacto de la inflación, disponemos de dos alternativas: o
bien tomamos el ratio respecto al PBI (Producto Bruto Interno), con lo cual
aislamos los índices de precios; o bien trabajamos con valores reales a través
de la técnica que se conoce como deflactación.
La deflactación se obtiene dividiendo el valor nominal de cada año por un
índice de precios de ese año (el índice de precios debe ser representativo,
como el Deflactor implícito, IPC, etc.), y multiplicándolo por el mismo índice
para el año base. De esta manera, convertimos una serie en valores absolutos
o nominales en valores reales.
Por otro lado, para solucionar el problema del crecimiento de la población
debemos dividir el monto del gasto por la cantidad de habitantes del país o
región que se estudie y de esa manera obtener los valores del gasto per
cápita. Podemos hablar de crecimiento aparente cuando trabajamos con la
serie de valores nominales del gasto; mientras que, cuando corregimos los
valores por la inflación a través de la deflactación, hablamos de
crecimiento absoluto. Además, cuando a partir de los valores corregidos por la
inflación tomamos los valores per cápita, podemos decir que se trata de
crecimiento real.

¿Por qué es importante el tamaño del sector público?


El tamaño es importante porque el gasto debe financiarse con impuestos que
distorsionan la asignación de recursos. No existen, o sólo proveen muy escasa
recaudación los impuestos no distorsionantes. A mayor recaudación, mayor es

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el costo de eficiencia de los impuestos (que debe agregarse al costo directo
que es el pago que realizan los contribuyentes a la agencia recaudadora);
El tamaño es importante si hay diferencias en la eficiencia productiva entre el
sector público y el privado (o sea, si el mismo bien lo provee el sector privado
a un precio más bajo), aun cuando existieran impuestos no distorsionantes
para financiarlo. Si los impuestos son distorsionantes se suma este efecto con
el efecto anterior;
El tamaño es importante si el gobierno, aun con impuestos no distorsionantes
y con la misma eficiencia productiva que el sector privado, ofrece una canasta
o mix de bienes que no refleja la preferencia de los consumidores (con la
observación del aspecto siguiente);
El tamaño es importante debido a que el gobierno provee bienes y recauda
impuestos en forma compulsiva y de esa forma afecta la libertad de las
personas. En algunos casos la pérdida de libertad para algunas personas
significa ganancias de libertad para otras y existe un trade off que debe
tenerse en cuenta al evaluar el tamaño en esta dimensión. Debe notarse que
si bien la participación del sector público en el valor agregado es muy inferior
a la relación gasto/PIB, los cuatro motivos de preocupación por el tamaño se
vinculan con esta medida.

Análisis del caso Argentino- Desempeño fiscal pre y post


convertibilidad
El paper El milagro fiscal argentino: las finanzas públicas en la
postconvertibilidad (2002-2009)1 es una aplicación de los contenidos teóricos
y definiciones vistas hasta el momento y de como puede analizarse la
interrelación entre desempeño económico, política económica y desempeño
fiscal.

La dinámica de las finanzas públicas en el período posterior a la devaluación de


2002 presenta un quiebre notorio. El sistema fiscal argentino se había
caracterizado durante décadas por tener resultados fuertemente negativos, lo
que contrasta llamativamente con el superávit primario superior al 3°/o del PIB
alcanzado entre 2003 y 2008. El saldo financiero positivo observado en el
mismo período (en promedio del 1,5º/o del PIB) tampoco registraba
antecedentes recientes en el país.

1
La anatomía del nuevo patrón de crecimiento y la encrucijada actual. Buenos Aires, Ed Cara o Ceca, 2010

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¿Cuáles fueron las fuentes que estuvieron detrás del paso de una situación
deficitaria a una superavitaria en tan poco tiempo?

Recuperación de los ingresos del Estado Nacional de la mano de un fuerte


aumento de la presión tributaria (Recaudación/PBI).

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Este salto en la presión impositiva se debió a:

La creación de nuevos impuestos (en particular retenciones) y el


mantenimiento del impuesto al cheque que había sido puesto en vigencia en
junio de 2001.

Aumento de la base imponible de IVA, Ganancias y Seg. Social producto del


aumento de la activida económica y de la inflación.

Trayectoria del gasto público. Fuerte caída en la relación Gasto/PBI como


consecuencia de la reducción en término reales de salarios públicos y
jubilaciones.

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El crecimiento de la recaudación y la contracción equilibrio del gasto fiscal en
explican el en período gran medida post-devaluación A partir de 2003 las
erogaciones del Estado comenzaron a recuperarse, para llegar recién en 2006
al nivel precio a la crisis del 2001.

El resultado financiero estuvo, además, influenciado por la menor carga de


interese primero debido a la declaración del default y luego debido al proceso
de desendeudamiento.

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La carga de los intereses pasó del 3.8% del PBI previo a la salida de la
convertibilidad al 1.8% en 2008.

Desempeño fiscal post convertibilidad y relación con la política


económica.

La evolución de las finanzas públicas argentinas en la etapa· posterior a la


devaluación no puede comprenderse si no se toma en cuenta la relación
entre la política fiscal, la política económica y el patrón de funcionamiento
de la economía.

En primer lugar, la declaración del default liberó recursos que antes se


utilizaban para el pago de los exorbitantes intereses de la deuda.
En segundo lugar, la reintroducción de las retenciones a las exportaciones
agropecuarias.
En tercer lugar el proceso inflacionario que además del impacto en la base
imponible genero un ajuste en los salario reales y en los gastos del Estado.

Una vez consolidado el régimen macroeconómico, el equilibrio fiscal (en


rigor, el superávit) se convirtió en un elemento central del nuevo patrón de
funcionamiento de la economía. A grandes rasgos, el objetivo de la política
global del gobierno se basó en el mantenimiento de un tipo de cambio alto
para apuntalar la transformación de la estructura de precios relativos y
estimular -de esta forma· el incipiente proceso de reindustrialización y de
recuperación del empleo en la economía.

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El mejoramiento de las cuentas públicas contribuyo en la medida en que el
superávit fiscal genero una menor tasa de interés doméstica revalorizando
de esta manera la alternativa productiva por sobre la financiera.

La reactivación económica, el superávit comercial y la reversión de la salida


de capitales permitieron una fuerte acumulación de reservas por parte del
BCRA, quien intervenía en el mercado para evitar la apreciación del peso.

Sin embargo, la creciente masa de divisas que comenzó a fluir hacia la


economía local atentaba contra la meta del gobierno de mantener la
moneda devaluada; por un lado, porque presionaba a la baja al tipo de
cambio nominal; por el otro, porque empujaba hacia la apreciación
cambiaría real al introducir tensiones inflacionarias.

De esta manera la estrategia económica de tipo de cambio alto implicaba


objetivos precisos de política fiscal y de política monetaria: superávit fiscal
e intervención del BCRA en el mercado cambiario con la consecuente
emisión monetaria.
De manera complementaria la para mantener la competitividad real del
dólar el gobierno impuso controles de precios y aumentos escalonados de
retenciones y regulación de cantidades exportadas.

Este esquema comenzó a registrar fuertes tensiones producto tanto de su


propia lógica de funcionamiento como del cambio en la situación de
contexto internacional (crisis subprime).

Las tensiones provenientes de la lógica interna fueron la aceleración de la


inflación a partir de 2005, que en un contexto de tipo de cambio nominal
casi invariante implicó un deterioro de la competitividad.
Desde el frente externo la crisis del 2008 fue el inició de la reversión en el
flujo de capitales.

Los cambios en la dinámica macroeconómica repercutieron de manera


directa en las finanzas públicas. La desaceleración del crecimiento de la
economía y de las exportaciones implicó una disminución de la tasa de
incremento de la recaudación. Por el lado del gasto, los mayores ingresos y
las mejoras en las condiciones de vida de los trabajadores a partir de 2003
posibilitaron que el gobierno redujera grad1Jalmente los recursos
destinados a los planes asistenciales. Sin embargo, el monto de los
subsidios requeridos para mantener controladas las tarifas de los servicios
públicos y los recursos necesarios para sostener a un Estado que estaba
recuperándose del ajuste que había sufrido comenzaron a ser incompatibles
con el nivel de superávit post salida de la convertibilidad.

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BIBLIOGRAFIA

 Mochon, Francisco y Beker, Victor. Economía. Elementos de micro


y macroeconomía. Buenos Aires. Mc Graw Hill, 2007. Cap. 12 y 13.
 CENDA (Centro de Estudio para la Economía Argentina) Cap. 2:
El milagro fiscal argentino: las finanzas públicas en la
postconvertibilidad (2002-2009), en “La anatomía del nuevo patrón
de crecimiento y la encrucijada actual.” Buenos Aires, Ed Cara o
Ceca, 2010.

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