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«SER SUPERIOR AL AMBIENTE EN EL QUE

SE VIVE SIN POR ELLO DESPRECIARLO»


SOBRE EL INTERÉS DE GRAMSCI POR
KIPLING*
Alessandro Carlucci

Todos conocen la frecuencia con la que aparece la expresión «el


mundo grande y terrible» –«a great and terrible world» en el
original– en los escritos de Gramsci en distintas oportunidades,
que en la novela Kim el lama repite varias veces, y que en Gramsci
termina presentándose casi como una expresión proverbial1. En

*
Me gustaría agradecer a Nicola Gardini, Stefano Jossa, Daniela La Penna
y Maria Luisa Righi por haber leído una primera versión de este trabajo, por
sus comentarios y sugerencias.
1
En particular, se hace referencia implícita a esto en Un vandalo, «Avanti!»,
24 de septiembre de 1917: «El mundo es verdaderamente grande, terrible, y
1
ALESSANDRO CARLUCCI

realidad, no se trata de una simple repetición formal convertida


con el paso de los años en una especie de tic lingüístico, sino más
bien de la manifestación exterior de lo que es una relación
profunda y duradera. Efectivamente, el interés por la obra de
Kipling tiene implicaciones valiosas para el estudio de la biografía
humana e intelectual de Gramsci.
Estas implicaciones fueron puestas en relieve solo en parte
sobre todo en los trabajos de Pier Giorgio Zunino en relación a la
interpretación gramsciana del fascismo y en el reciente libro de
Leonardo Rapone sobre el joven Gramsci2. Tanto estos estudios

complicado. Toda acción lanzada en su complejidad despierta ecos


inesperados» (ahora en A. GRAMSCI, La città futura 1917-1918, editado por S.
Caprioglio, Einaudi, Turín, 1982, p. 356). Gramsci retoma la enseñanza
impartida por el lama a Kim (en la novela homónima de 1901): «Has desatado
una Acción sobre el mundo, y como una piedra que se arroja a un estanque
extenso, no se puede decir qué tan lejos terminarán las consecuencias» (R.
KIPLING, Kim. Romanzo indiano, traducción de Paolo Silenziario, Vallardi,
Milán, 1913, p. 389, edición que lleva en la portada la siguiente indicación:
«Primera traducción italiana del original en inglés», sin embargo, es posible
que Gramsci haya leído el texto antes en la traducción francesa: Kim, Mercure
de France, Poitiers, 1902). Sobre las relaciones entre esta similitud y la
concepción del poder imperial que subyace en Kim –un poder omnipresente
y ramificado, cuyas manifestaciones locales pueden resultar incomprensibles
y desconcertantes especialmente para aquellos que no logran ubicarlas en una
perspectiva global– se pueden consultar las observaciones en P. E. WEGNER,
«Life as He Would Have It»: The Invention of India in Kipling's «Kim», en "Cultural
Critique", 1993-94, n. 26, pp. 129-159. También se remite a la Introducción de
Edward W. Said a Kim, Penguin, Londres, 2000, pp. 7-46.
2
P. G. ZUNINO, Il «popolo delle scimmie» e la lettura gramsciana del fascismo negli
anni venti, en «Italia contemporanea», 1988, n. 171, pp. 67-85, y Gramsci e il
fascismo negli anni venti, en Teoria politica e società industriale, editado por F.
Sbarberi, Bollati Boringhieri, Turín, 1988. pp. 311-335 (contribuciones
retomadas en ID., Interpretazione e memoria del fascismo. Gli anni del regime, Laterza,
Roma-Bari, 1991); L. RAPONE, Cinque anni che paiono secoli. Antonio Gramsci dal
socialismo al comunismo (1914-1919), Carocci, Roma, 2011.
2
SOBRE EL INTERÉS DE GRAMSCI POR KIPLING

como algunas reflexiones presentes en otras contribuciones


centran su atención sobre los asuntos políticos y éticos que
Gramsci elabora y destaca a través del uso de citas y otras
referencias explícitas tomadas de la obra de Kipling, principalmente
del Kipling escritor en prosa3. En las páginas que siguen, además
de hacer referencia a algunos de estos temas, nuestro aporte se
concentrará principalmente en otros aspectos: en particular, en la
recuperación implícita de expresiones e imágenes que se pueden
atribuir a textos de Kipling y, por tanto, en el significado
autobiográfico de esta recuperación.
Después de recordar los principales juicios de Gramsci sobre
este autor, expresados los años de prisión, y remontarnos al
contexto histórico-cultural en el que se produjo el encuentro con
Kipling, intentaremos arrojar algunas luces sobre la presencia de
referencias –en algunos escritos gramscianos– a la célebre poesía
If, publicada por Gramsci en la edición turinesa del «Avanti!» en
diciembre de 1916. Sobre el caso particular, hasta ahora no parece
que se haya notado la persistencia del eco del Kipling poeta –que
procede precisamente de If– en uno de los artículos más
importantes de Gramsci: Jefe, escrito en 1924 a raíz de la muerte

3
Además de los trabajos de Rapone y Zunino véanse también, entre
otros, las intervenciones de A. ACCIANI, Gramsci e Serra, en Gramsci nel suo
tempo, editado por F. Giasi, Carocci, Roma, 2008, vol. I, pp. 255-262, y de G.
PISSARELLO, Lingua e letteratura inglese negli scritti del carcere di Antonio Gramsci:
«Esercizi di lingua inglese» e riletture di Rudyard Kipling, en La lingua/le lingue di
Gramsci e delle sue opere, editado por F. Lussana y G. Pissarello, Rubbettino,
Soveria Mannelli, 2008, pp. 149-159; el artículo de G. MASTROIANNI, Gramsci,
il für ewig e la questione dei Quaderni, en «Giornale di storia contemporanea», VI,
2003, n. 1-2, pp. 206-231; los libros de B. ANGLANI, Solitudine di Gramsci.
Politica e poetica del carcere, Donzelli, Roma, 2007, G. M. BONINELLI, Frammenti
indigesti. Temi folclorici negli scritti di Antonio Gramsci, Carocci, Roma, 2007, y M.
LOLLINI, Il vuoto della forma. Scrittura, testimonianza e verità, Marietti, Genova,
2001.
3
ALESSANDRO CARLUCCI

de Lenin. Luego, (en la cuarta sección) nos centraremos en las


razones del apego particular a Kim, donde llegamos a sugerir que
el aspecto más profundo y significativo de ese interés singular de
Gramsci por Kipling se encontraría en estas razones.

1. Algunos juicios explícitos

A primera vista, este interés puede parecer extraño puesto que «la
imagen que Kipling proyectó de sí mismo coincidió a la perfección
con la de un campeón del más acalorado chovinismo imperial»4.
En una nota de los Cuadernos de la cárcel, el mismo Gramsci revela
una clave interpretativa de su interés por Kipling:

La obra de Kipling podría servir para criticar determinada sociedad que


pretende ser algo sin haber elaborado en sí la moral cívica correspondiente,
que incluso posee un modo de ser contradictorio con los fines que se plantea
verbalmente. Por lo demás, la moral de Kipling es imperialista solo en cuanto
está ligada estrechamente a una realidad histórica determinada; sin embargo,
se pueden extraer de ella imágenes de poderosa fuerza para cualquier grupo
social que luche por el poder político. La «capacidad de quemar dentro de sí
el propio humo permaneciendo con la boca cerrada» tiene un valor no solo
para los imperialistas ingleses, etc5.

En las Cartas desde la cárcel, entre varias menciones positivas


relativas al Kipling narrador, se encuentra en particular la siguiente
comparación entre la escritora antiesclavista Harriet Elizabeth

4
P. G. ZUNINO, Gramsci e il fascismo negli anni venti, cit., p. 314.
5
A. GRAMSCI, Quaderni del carcere, editado por V. Gerratana, Einaudi,
Turín, 1975 [Para las referencias al español la traducción de Ana María Palos,
Cuadernos de la cárcel, Ed. ERA, México 1981-1999, de la cual se señalan las
citas con el número de tomo (del 1 al 6) y su correspondiente página. NdT.]
C 3, § 146, T. 2, p. 115.
4
SOBRE EL INTERÉS DE GRAMSCI POR KIPLING

Beecher Stowe, autora de Uncle Tom’s Cabin, y el autor de aquellos


Jungle Books que Gramsci esperaba que su hijo Delio pudiese leer
pronto:

De niño, nunca pude hacer que me guste ese bodoque llorón y sentimental
de la Cabaña del tío Tom; intenté leerlo varias veces, aunque nunca con interés
real, y hoy no recuerdo nada de su trama, solo que me aburría mortalmente.
[...] En cambio, estaría contento si Delio pudiese leer los dos Libros de la selva
de Rudyard Kipling, que contienen las historias a las que se refiere: la de la
foca blanca, que logra salvar al pueblo de las focas de la destrucción, la de
Rikki-Tikki-Tawi, la joven mangosta que lucha victoriosamente contra las
serpientes de un jardín indio, y la serie de historias de Mowgli, el niño criado
por lobos. En estas historias circula una energía moral y voluntad que está en
las antípodas de las del «tío Tom»; creo que es necesario que Delio y cualquier
otro niño cuyo carácter se quiera fortalecer y cuyas fuerzas vitales se quieran
exaltar, las conozcan6.

Estos juicios parecen haber orientado ampliamente las


investigaciones realizadas hasta ahora al respecto. Sin embargo,
nos parece que se puede llevar a cabo una investigación crítica más
autónoma: además de la «moral cívica», el «carácter» y la «energía
moral y la voluntad», dicha investigación permitiría identificar
otros elementos que, como veremos, profundizan y en cierto
modo trascienden las propias indicaciones «del autor».

2. La recepción italiana de Kipling

El autor de los Jungle Books fue objeto de un gran interés ya en los


primeros años en que Gramsci tuvo un papel destacado en la
prensa socialista turinesa. Esto se evidencia por el uso del

6
A. GRAMSCI, Lettere dal carcere, editado por A. A. Santucci, Sellerio,
Palermo, 1996, p. 715.
5
ALESSANDRO CARLUCCI

seudónimo «Raksha» (es decir, Madre Loba, quien acogió y


protegió al pequeño Mowgli) con el que Gramsci firmó algunos
artículos entre finales de 1915 y principios de 1917. Fue
precisamente en este período cuando Gramsci publicó una
traducción al italiano de If en el «Avanti!», en el apartado «Sotto la
Mole». Esta publicación se relaciona con el clima de renovación y
los intentos de actualización cultural que circulaban en las páginas
de «La Voce» y otras revistas. Algunos de los primeros escritos de
Emilio Cecchi de principios de la década de 19107 tuvieron un
papel pionero y significativo en este sentido. Para presentar a
Kipling a los lectores de «La Voce» y al público italiano en general,
Cecchi partió precisamente del ambiente colonial y, hablando de
la formación del autor, inmediatamente hizo referencia a temas y
personajes que aparecen en Kim.

Haber nacido en la India, haber recibido allí su educación temprana y haber


tenido esa percepción de la vida a la edad en la que se forma el temperamento,
fueron sin duda causas que contribuyeron a preservar en Rudyard Kipling esa
novedad orgánica que trajo consigo al mundo y a darle la oportunidad de
ejercitarla, reflejándola en escenas de vida intensamente vibrantes y
coloridas8.

7
E. CECCHI, La luce che si spegne (reseña de la traducción italiana de The
Light that Failed, publicada por el editor Voghera), en «Cronache letterarie»,
22 de mayo de 1910, y Kim (reseña de la ed. Vallardi), en «La Tribuna», 1° de
mayo de 1913. El primero de estos artículos aparece referido por Gramsci en
sus fichas bibliográficas de entonces, que hoy se conservan en la Fondazione
Gramsci, Fondo Antonio Gramsci, Carte personali, sottoserie 1, 1891-1926, Anni
torinesi, reapareciendo después en el título del artículo en memoria de Renato
Serra: La luce che si è spenta, en «Il Grido del popolo», 20 de noviembre de 1915,
ahora en A. GRAMSCI, Cronache torinesi 1913-1917, editado por S. Caprioglio,
Einaudi, Turín, 1980, pp. 23-26.
8
E. CECCHI, Rudyard Kipling, Casa editrice italiana, Firenze, 1910, p. 11
(Quaderni della Voce, selección de G. Prezzolini).
6
SOBRE EL INTERÉS DE GRAMSCI POR KIPLING

Además, Kipling «estaba familiarizado con los dialectos de la India


y aprendió a hablar el hindustani tanto como el inglés»; vio
«procesiones de fanáticos, al monje lama con su chela, vagabundos,
bandidos y ladrones»; conociendo:

la desolación de las sequías cuando en las laderas de los acantilados las plantas
se retuercen como hilos de hierro rotos, desprendidos en láminas de sustancia
negra y muerta, mientras que los estanques se marchitan y bajan entre las
orillas de lodo quemado que conserva, como fundido en hierro, la última
huella pisada con fuerza. Además de las hambrunas que siguen a las sequías
y al cólera que, después de las hambrunas, viene a ajustar las cuentas de la
naturaleza con un pesado lápiz rojo; conoció las grandes pausas de trabajo
alegre y fecundo y en el venerable silencio de las llanuras interminables sintió
a toda la India trabajando en sus campos, con el chirrido de las ruedas de los
pozos, el estímulo de los campesinos detrás de los bueyes, el clamor alto de
los cuervos, mientras los elefantes bajan en columna para beber en los arroyos
y la joven, al borde de los jardines de melocotoneros que florecen, rocía sus
trenzas salvajes con aguas purificadoras, donde trotando se nutren en la
hierba profunda los impetuosos sementales blancos con ojos de un bleu de
porcelana9.

Las concesiones parciales a la tradición literaria –evidentes en el


lenguaje mismo, el exotismo y la idealización del mundo rural– no
deben engañarnos: el ambiente de renovación cultural que se
difundió en el ámbito de «La Voce» a menudo se convirtió en una
crítica política corrosiva dirigida a la clase dirigente giolittiana y,
más en general, a toda una serie de debilidades y vicios
considerados típicos de la italianidad, como la retórica, la falta de
franqueza y honestidad, empezando con uno mismo. También era
característico de este ambiente el énfasis en la disciplina –que para
Gramsci debía ser sobre todo autodisciplina, consciente y, al

9
Ibid, pp. 13-14.
7
ALESSANDRO CARLUCCI

mismo tiempo, espontáneamente aceptada10– y en la necesidad de


fortalecer el propio carácter11. El renovado deseo de «disciplina y
orden, como bases del heroísmo»12, debían haber hecho emerger,
también en Italia, un nuevo heroísmo colectivo, no exclusivo de
individuos y situaciones excepcionales. Tres palabras –«orden»,
«carácter» y «disciplina»– que estaban llenas de significado en ese
contexto cultural y político, y que eran a menudo utilizadas por
Gramsci en los títulos de sus artículos.

10
Véase en particular La disciplina, en «La Città futura», 11 de febrero de
1917 (ahora en A. GRAMSCI, La città futura, cit., pp. 19-20). En este artículo
Gramsci, citando al autor, resume el cuento Her Majesty’s Servants, ahora en R.
KIPLING, The Jungle Books, editado por W. W. Robson, Oxford University
Press, Oxford, 2008, pp. 125-143. Este cuento es considerado emblemático.
Cfr. E. W. SAID, Orientalism, Penguin, London, 19952, p. 45.
11
Véase el siguiente pasaje de Carattere, en «Il Grido del popolo», 8 de
septiembre de 1917: «El proletariado [es] un organismo social, es una
complejidad de vida, que no sólo tiene destellos cegadores, sino que también
sabe difundir a su alrededor la luz continua de la labor minuciosa, incesante,
que se forja en la lucha, que forma la implacable potencia del carácter, que
nunca se contradice a sí misma, que después de una caída no relaja sus
músculos sino que se levanta, más numerosa que antes, mejor preparada, más
experimentada y más aguerrida» (ahora en A. GRAMSCI, La città futura, cit., p.
320).
12
Cecchi, reseña sobre Kim, cit. Esta fórmula encuentra evidentes
analogías en los escritos juveniles de Gramsci (por ejemplo, en Torino, città di
provincia, en «Avanti!», 17 de agosto de 1918, ahora en A. GRAMSCI, Il nostro
Marx 1918-1919, editado por S. Caprioglio, Einaudi, Turín, 1984, pp. 256-
257: «Turín [...] formó una sólida jerarquía organizada que absorbe, sin
residuos espurios, a todo el movimiento proletario. La clase se integra de
forma ordenada. [...] El heroísmo y la belleza en Turín consisten en el trabajo
asiduo, perseverante, y no en una corrida de toros; en la respiración profunda
de los pulmones sanos y no en la tos epiléptica de los fabricantes de mitos
por docenas y a granel»). Más tarde, Cecchi volverá a hablar del «fervor» de
Kipling «por la disciplina, el orden y la obediencia» en Quando si scoperse Kipling,
en «La Stampa», 5 de febrero de 1926.
8
SOBRE EL INTERÉS DE GRAMSCI POR KIPLING

Las raíces de la relación con Kipling (premiado en 1907 con el


Nobel, recordemos) prenden en este terreno. Se trata de un
terreno en el que –como ilustra Rapone en su Cinque anni che paiono
secoli– la anglomanía del joven Gramsci se vincula a la fascinación
por ciertos aspectos culturales del liberalismo y del individualismo,
considerados típicos de la sociedad británica: en particular, el
antiasistencialismo, el no querer pesar sobre los demás y, por
tanto, la ética individual y la consiguiente necesidad, no solo de
acumular recursos materiales sino también de almacenar energías
interiores sólidas en las que confiar en momentos de dificultad.
Estos aspectos no están en contradicción con los ideales
socialistas, al contrario, son preliminares y fundamentales en la
concepción que Gramsci tiene del socialismo. De hecho, para él,
la sociedad socialista futura será posible y beneficiosa si sabe
reemplazar el egoísmo de las necesidades y ambiciones
individuales con formas de estímulo económico y productivo
socialmente más orgánicas –conscientemente coordinadas y, por
tanto, más útiles para la colectividad– pero no menos efectivas.
Esto, probablemente, requerirá de cada individuo no menos sino
más espíritu de iniciativa y abnegación, tendiente a evitar la
degeneración del socialismo en una estructura social parasitaria y,
en última instancia, improductiva.

3. Kipling en los escritos de Gramsci: el caso de «If»

No es posible establecer con certeza si la traducción de If para su


publicación en el «Avanti!» el 17 de diciembre de 1916 le pertenece
a Gramsci13. Sin embargo, a él se le pueden atribuir, el título

13
Un argumento a favor de su atribución podría ser el siguiente:
probablemente estaba capacitado para traducir un texto de este tipo,
9
ALESSANDRO CARLUCCI

elegido para su publicación en italiano –Breviario per laici [Breviario


para laicos]– y la breve nota introductoria: «Es del poeta inglés
Rydyard [sic] Kipling, y nos complace presentarlo a nuestros
lectores como ejemplo de moral no contaminada por el
cristianismo, posible de ser aceptada por todos».
De todos modos, nos interesa reproducir tres pasajes de esta
traducción, en los que aparecen imágenes que volverán en otros
escritos gramscianos sobre los que nos detendremos luego. Se
trata de imágenes que remiten a una difícil y no obvia búsqueda de
integridad y estabilidad de la personalidad individual frente a los
cambios y desafíos del entorno circundante: 1) «Si puedes
mantener la cabeza en su sitio; cuando todos a tu alrededor la han
perdido, y te culpan por ello», que traduce los versos 1-2 de la
primera estrofa del texto en inglés; 2) «Si puedes amontonar tus

habiendo asistido al curso de Literatura inglesa de Federico Olivero en la


Universidad de Turín durante los años académicos 1913-14 y 1914-15, como
se desprende del Registro delle carriere degli studenti della Facoltà di lettere e filosofia,
reproducido en Il giovane Gramsci e la Torino d'inizio secolo, editado por la
Fondazione Istituto Piemontese Antonio Gramsci, Rosenberg & Sellier,
Turín, 1998, pp. 286-287. Agradezco nuevamente a Maria Luisa Righi por
haberme traído a la memoria la asistencia de Gramsci a este curso. Es posible
que Gramsci también haya utilizado una versión de If a medias entre
paráfrasis y traducción parcial, proporcionada por Cecchi en Dan, Una e
Gloriana, en «Corriere della sera» del 10 de noviembre de 1910, luego incluida
en CECCHI, Rudyard Kipling, cit., pp. 67-68. Sin embargo, aunque hay algunas
similitudes entre esta versión y la traducción publicada en el «Avanti!», los
usos lingüísticos y de traducción comunes son tan poco frecuentes que no
implican por sí mismas una descendencia directa: por ejemplo, la traducción
de «everything that's in it» (penúltimo verso) con «todo lo que esta contiene»
(«todo lo que contiene», en el artículo de Cecchi) o de «force your heart»
(tercera estrofa, v. 5) con «costreñir tu corazón». Menos significativas son las
similitudes con la traducción presente en G. A. BORGESE, Kipling e un suo critico,
en ID., La vita e il libro. Terza serie, Zanichelli, Boloña, 1928, pp. 16-23, p. 19
(edición original 1913).
10
SOBRE EL INTERÉS DE GRAMSCI POR KIPLING

ganancias, y arriesgarlas todas en una sola jugada; perderlas, y


empezar de nuevo desde el principio; y nunca decir ni una palabra
sobre tu pérdida», tercera estrofa, versos 1-4; y finalmente 3) «Si
puedes hablar a las multitudes conservando tu virtud / o caminar
con los reyes sin menospreciar por ello a la gente común / Si ni
amigos ni enemigos pueden herirte / Si todos pueden contar
contigo, pero ninguno demasiado», que traduce la cuarta estrofa,
versos 1-4.
Como se sabe, en If estas y otras condiciones se acumulan para
luego resolverse en la apódosis final, que ocupa los últimos dos
versos, que en el original suenan «Yours is the Earth and
everything that’s in it / And –which is more– you’ll be a Man, my
son!»14. Coherentemente con el enfoque interpretativo que se
percibe en el título y en la nota introductoria, la traducción de estos
dos versos conclusivos presenta una sustitución que sirve para
evitar sintagmas como «hijo mío» u otros similares, de
connotaciones potencialmente paternalistas y sutilmente
religiosas: «Entonces la tierra. y todo lo que esta contiene. será
tuyo, y –lo que es más importante– serás un Hombre».
En cierto sentido, resulta aún más significativa la publicación
de una traducción muy similar –no idéntica15– en «L'Ordine
14
R. KIPLING, Rewards and Fairies, Macmillan, London, 1910, p. 176. En
este trabajo, según explica Cecchi en Dan, Una e Gloriana, Kipling pasa de los
«cuentos populares y la mitología india» al «folklore inglés y a su historia». En
cuanto al valor universal de las obras de Kipling y su moderna misión
educativa (que en Rewards and Fairies da lugar a un verdadero «catecismo del
perfecto ciudadano británico») también se debe tener en cuenta G. A.
BORGESE, Kipling e un suo critico, cit., p. 20.
15
En referencia a los lugares textuales que aquí nos interesan, señalamos
las siguientes variantes: en 2) «con una sola jugada» en lugar de «en una sola
jugada», «perder» en lugar de «perderlas», «desde el inicio» en lugar de «desde
el principio»; en 3) «hablar a los reyes» en lugar de «caminar con los reyes».
Adicionalmente, se encuentra una similitud más entre esta traducción y la
11
ALESSANDRO CARLUCCI

Nuovo» diario, dirigido por Gramsci, y órgano del recién nacido


Partido Comunista de Italia, el 1 de mayo (no una fecha cualquiera)
de 1921, junto a pasajes de Lenin y Gorki. Estamos en un período
sucesivo de la biografía intelectual y política de Gramsci. El título
en esta ocasión es La tierra será tuya, en lugar de Breviario para laicos.
Gramsci está en camino de convertirse en un líder comunista y, en
muchos aspectos, su personalidad difiere de la del joven socialista
heterodoxo, partidario de una profunda renovación moral y
cultural, que ya en 1910 hubo encontrado a Kipling en las páginas
de «La Voce»16, y que, en 1916, lo propuso a sus lectores de «Il
Grido del popolo» y del «Avanti!»17. Tres años después de La tierra
será tuya, encontramos en Jefe un elemento característico del uso
que el Gramsci de este período hace de Kipling. Nos referimos a
la contraposición –en la que el comunista sardo elabora ideas
provenientes del escritor inglés18– entre la ética del líder

publicada por Cecchi en el «Corriere» en 1910: «worn-out tools» (último verso


de la segunda estrofa) por «instrumentos desgastados» en Cecchi y en la
traducción de 1921 «instrumentos usados» en lugar de la de 1916. Parece
tratarse de retoques del traductor, lo que hace más probable la hipótesis de
una traducción original de Gramsci (es decir, no de una traducción ajena
retocada).
16
E. CECCHI, Rudyard Kipling, en «La Voce», 1° de diciembre de 1910.
Esta anticipación del ensayo de Cecchi (publicado íntegramente como uno
de los Quaderni della Voce, ver nota 8 ut supra) también es referida por Gramsci
en sus fichas bibliográficas de entonces.
17
Además del Breviario per laici, véase también el cuento La moglie legittima,
publicado en «Il Grido del popolo» el 22 de abril de 1916: traducción de His
Wedded Wife, incluido en R. KIPLING, Plain Tales from the Hills, editado por A.
Rutherford, Oxford University Press, Oxford, 2009, pp. 116-121 (edición
original 1888).
18
Para una discusión detallada de esta reelaboración y una
contextualización en la historia italiana de la época consúltese las
contribuciones citadas en P. G. ZUNINO, Il «popolo delle scimmie» e la lettura
gramsciana del fascismo negli anni venti, e ID. Gramsci e il fascismo negli anni venti.
12
SOBRE EL INTERÉS DE GRAMSCI POR KIPLING

revolucionario, Lenin, y la inconsistencia del líder reaccionario,


Benito Mussolini, un verdadero «tipo concentrado del pequeño
burgués italiano», con su «rostro feroz» y su continua incitación a
una violencia puramente represiva, arbitraria e indisciplinada19. Si
la burguesía y los fascistas pueden ser comparados con los Bandar-
log20 –el pueblo de los monos que pone en peligro la seguridad de
Mowgli21–, el líder del proletariado tiene características muy
diferentes: emergió en Rusia, no con poses y proclamas vacías,
sino gracias a un compromiso metódico y concreto, a través de
una «selección» que tuvo lugar durante «treinta años»

de lucha en los partidos y facciones que constituían la Segunda Internacional


antes de la guerra, que continuó en el seno de la minoría del socialismo
internacional, la parte que al menos permaneció inmune al contagio
socialpatriótico, prosiguió en Rusia en la lucha por conseguir la mayoría del

19
Capo, en «L'Ordine Nuovo», el 1° de marzo de 1924, publicado
nuevamente con el título Lenin, Capo rivoluzionario en «L'Unità» el 6 de
noviembre del mismo año, luego incluido en varias colecciones de escritos de
Gramsci. Citamos de A. GRAMSCI, La construcción del Partido comunista, Einaudi,
Turín, 1971, p. 15.
20
Cfr. Il popolo delle scimmie, publicado en «L'Ordine Nuovo» el 2 de enero
de 1921 y recopilado en A. GRAMSCI, Socialismo e fascismo. L'Ordine Nuovo 1921-
1922, Einaudi, Turín, 1966, pp. 9-12. También aparecen referencias a los
«Bandar Log», los monos de la historia de Kipling, en La libertà individuale, en
«Avanti!», el 27 de junio de 1918, ahora en A. GRAMSCI, Il nostro Marx, cit.,
pp. 144-146; Nuova vita!, en «Avanti!», el 8 de julio de 1918, ibid, pp. 167-168;
y, Giovinezza, giovinezza…, en «L'Ordine Nuovo», el 17 de agosto de 1921,
ahora en A. GRAMSCI, Per la verità. Scritti 1913-1926, editado por R. Martinelli,
Editori Riuniti, Roma, 1974, pp. 187-189. Sobre la matriz kiplinguiana de
estas y otras imágenes afines (por ejemplo, «los monos gritones» o «los monos
borrachos»), incluso en ausencia de referencias explícitas a Kipling,
consúltese las contribuciones ya citadas de Pier Giorgio Zunino.
21
En el capítulo kaa’s Hunting de Kipling, en The Jungle Books, cit., pp. 22-
47.
13
ALESSANDRO CARLUCCI

proletariado y en la lucha por comprender e interpretar las necesidades y


aspiraciones de una clase campesina inmensa, dispersa en un inmenso
territorio22.

En particular, en el pasaje –bastante enfático– que enumera las


virtudes del líder proletario, encontramos –en orden inverso a la
secuencia de If– imágenes y usos lexicales específicos que
habíamos visto en la traducción italiana.

Esta selección fue una lucha de facciones, de pequeños grupos, fue una lucha
individual, significó escisiones y unificaciones, arrestos, exilio, prisión y
atentados: fue una resistencia contra el desaliento y el orgullo, significó sufrir
hambre teniendo a disposición millones en oro, significó [3] mantener el espíritu
de un simple obrero en el trono del zar, [2] no desesperar aunque todo parecía perdido, sino
volver a empezar, con paciencia, con tenacidad, [1] manteniendo la sangre fría y la
sonrisa en los labios cuando los demás perdían la cabeza 23.

En general, la reapropiación de If en Jefe puede no sorprender


(excepto por la similitud, que en este pasaje se acerca a una cita
casi textual), siendo coherente con el uso que Gramsci venía
haciendo hasta entonces de temas relacionados con la obra de
Kipling. De hecho, incluso en otros artículos, tanto de estos años
como del período juvenil, la apropiación de imágenes
kiplinguianas servía para conceptualizar y expresar un esquema
básico que permanece en su mayoría constante, aunque asuma
diferentes contenidos con la evolución del pensamiento de
Gramsci y las polémicas en las que participa. Se trata de un
22
A. GRAMSCI, La costruzione del Partito comunista, cit., p. 14.
23
Ibidem, la cursiva es mía. En confirmación del énfasis y la solidez
retórica de este pasaje, se puede observar la acumulación sintáctica y, en
particular, la triple repetición de «fue», con variación y alternancia respecto a
su sinónimo y también triple «significó», así como algunas sugerencias
métricas: «el espíritu de un simple obrero / en el trono del zar» (decasílabo +
heptasílabo) y «cuando los demás perdían la cabeza» (otro dodecasílabo).
14
SOBRE EL INTERÉS DE GRAMSCI POR KIPLING

esquema esencialmente dicotómico, es decir, de una oposición


entre la ética de una civilización superior y los vicios de la sociedad
burguesa actual. En comparación con esto, Jefe se distingue por
dos razones: porque la referencia no es a la prosa sino a la poesía
de Kipling y porque es implícita (estamos ante una reapropiación
oculta, quizás inconsciente), mientras que en los artículos
anteriores la referencia era explícita y Gramsci a menudo
mencionaba a Kipling entre sus fuentes.
Las mismas imágenes de rigor ético y en parte incluso algunas
elecciones lexicales kiplinguianas, que ya aparecían en la
traducción de If de diciembre de 1916, vuelven finalmente en la
carta del 12 de septiembre de 1927 a su hermano Carlo. Esta
reapropiación también es implícita, es decir, sin ninguna mención
del autor anglo-indio o de sus obras. Sin embargo, aquí Gramsci
ya no recurre a Kipling para describir una sociedad mejor a la de
la Italia giolittiana, ni para exaltar las virtudes excepcionales del
bolchevismo y su líder mundial. Esta vez, Gramsci habla de sí
mismo, como «hombre medio», y después de recordar las
dificultades materiales sufridas desde sus años de escuela
secundaria (en Cagliari) y la universidad (en Turín), explica a su
hermano:

¿Por qué te he escrito todo esto? Para convencerte de que ya me he


encontrado en otras ocasiones en condiciones terribles, sin desesperar por ello.
Toda esta mi vida me fortaleció el carácter. Me he convencido de que incluso
cuando todo está perdido o parece perdido, uno debe volver a ponerse a trabajar
tranquilamente, empezando desde el principio; de que se debe contar siempre solo con uno
mismo y con sus propias fuerzas; y, no esperar nada de nadie, para no procurarse
desilusiones. Es necesario proponerse hacer solo lo que se sabe y se puede hacer y seguir
adelante por su propio camino. Mi posición moral es excelente: algunos me creen
un demonio, otros casi un santo. No quiero ser ni mártir ni héroe. Creo ser

15
ALESSANDRO CARLUCCI

simplemente un hombre medio, con profundas convicciones, que no las cambia


por nada en el mundo24.

4. Las razones de una afinidad

La tendencia a hablar de sí mismo mediante un lenguaje


kiplinguiano –mirando, por así decir, la propia condición presente
y la vida anterior a través de lentes kiplinguianos– también se
refleja en otros escritos posteriores a su arresto en noviembre de
1926. Sin embargo, parece que esta propensión no fue tomada en
consideración por los estudios existentes25, que hasta ahora
privilegiaron las referencias explícitas a Kipling presentes en los
escritos gramscianos, con una atención casi exclusiva a la
dimensión ético-política de estas. En esta parte queremos intentar
llenar esta laguna, persistiendo en el análisis de algunas muestras
textuales y, sobre todo, preguntándonos porqué, al repasar su
propia existencia, Gramsci a menudo se basó en imágenes, temas
y esquemas narrativos que remiten a algunos textos de Kipling.
En primer lugar, se debe mencionar la carta del 9 de diciembre
[1926] a su cuñada, en la que Gramsci, para describir el encuentro
en la isla de Ustica con los «reclusos comunes, es decir, los
criminales reincidentes», recurre a The Strange Ride of Morrowbie
Jukes: «¿Recuerdas el cuento de Kipling titulado Una extraña
cabalgata en el compendio francés El hombre que quiso ser rey? De
repente me vino a la mente tanto que parecía estarlo viviendo»26.
24
A. GRAMSCI, Lettere dal carcere, cit., pp. 117-118.
25
Marginalmente en las contribuciones ya citadas de Giovanni
Mastroianni y de Giulia Pissarello.
26
A. GRAMSCI, Lettere dal carcere, cit., p. 8. Cfr. R. KIPLING, L’étrange
chevauchée de Marrowbie Jukes, en ID., L’homme qui voulut être roi, Paris, Mercure
de France, 1901 (y para el texto inglés, The Strange Ride of Morrowbie Jukes, en
The Man who would be King and Other Stories, editado por L. L. Cornell, Oxford
16
SOBRE EL INTERÉS DE GRAMSCI POR KIPLING

Otro texto que provoca un fuerte sentido de proximidad por parte


de Gramsci es sin duda Kim. Además del «great and terrible world»
mencionado ut supra, que también es frecuente en las Cartas de la
cárcel, se puede citar la carta del 22 de abril de 1929 en la que
Gramsci se compara con «una cabra tuerta que corre en círculo,
siempre sobre el mismo trayecto», «para decirlo con una imagen
de Kipling» que se encuentra en el capítulo XI de Kim27. Sin

University Press, Oxford, 2008, pp. 3-25). Se trata de un texto menos


conocido que los Jungle Books o Kim, por lo que resultaría útil resumir el
cuento, que también se ambienta en la India: El protagonista cae en un
barranco arenoso del que es imposible salir y se encuentra con aquellos que,
habiendo despertado el momento previo a su cremación (según el ritual que
se llevaba a cabo en el ghat, es decir, cerca de un río), eran desterrados de la
comunidad porque ya no se encontraban entre los vivos, aunque aún no
estaban dispuestos a morir, y entonces viven allí en sórdidos refugios, en un
entorno aislado hecho de suciedad y degradación. En la carta del 19 de
diciembre de 1926, también desde Ustica, Gramsci proporciona más detalles
que aclaran «esa referencia al cuento de Kipling»: «Los condenados están
sometidos a un régimen muy restrictivo; la gran mayoría, dada la pequeñez de
la isla, no puede tener ninguna ocupación y debe vivir con las 4 liras diarias
asignadas por el Estado. Puedes imaginar lo que sucede: la mazzetta (es el
término que se utiliza para indicar ese subsidio gubernamental) se gasta
principalmente en vino; las comidas se reducen a un poco de pasta con
verduras y un pedazo de pan; la desnutrición lleva al alcoholismo más
depravado en poco tiempo. Estos condenados son encerrados en celdas
especiales a las cinco de la tarde, donde pasan juntos toda la noche (de cinco
de la tarde a siete de la mañana), cerrados desde el exterior: juegan a las cartas,
a veces pierden la mazzetta de varios días, encontrándose atrapados en un
círculo infernal de duración infinita. Desde este punto de vista, es una
verdadera lástima que no nos permitan tener contacto con seres reducidos a
una vida tan excepcional: creo que se podrían hacer observaciones de
psicología y folclore de carácter único». (A. GRAMSCI, Lettere dal carcere, cit.,
pp. 18-19).
27
Gramsci ya había hecho referencia a Kim antes en un artículo del 14 de
mayo de 1918: «En una novela de Rudyard Kipling encontramos este
17
ALESSANDRO CARLUCCI

embargo, es importante mencionar, que este sentido de afinidad


no debe confundirse con su adhesión al punto de vista de algún
personaje en particular 28, ni mucho menos a la ideología del autor.
En Kim –donde el «Motín» de 1857, un evento crucial para la
historia de la descolonización india, se evoca como una
manifestación de la más inútil y brutal «madness» colectiva29–
Gramsci encontraba más bien un ejemplo típico de esa tendencia,
por parte de los intelectuales y los grupos sociales dominantes, a
ver siempre, en los intentos de rebelión de los grupos subalternos,

episodio: un mago de la voluntad quiere probar el metal íntimo del alma de


un joven y lo somete a un experimento de ilusión. El joven debe lanzar una
jarra llena de agua: la jarra se rompe en innumerables pedazos y el agua se
derrama. Sin embargo, bajo la influencia dominante de la voluntad, el joven
ve lentamente estos fragmentos volver a su lugar, soldarse entre sí: el agua
derramada desaparece y en su imaginación la imagen de la jarra vuelve a
aparecer de la nada en su totalidad inicial» (ahora en A. GRAMSCI, Il nostro
Marx, cit., pp. 628-630). El episodio aparece en el capítulo IX de Kim (y no
en el capítulo VII como indica el editor en una nota en Il nostro Marx, cit., p.
630). Precisamente, en una reseña de la edición citada de las Lettere dal carcere,
Mastroianni (en «Belfagor», LII, 1997, n. 4, pp. 491-501, p. 497) recuerda la
presencia del «mundo grande y terrible» junto a la «gran carretera», otra
expresión de la novela de Kipling, en la carta del 30 de junio de 1924. (en A.
GRAMSCI, Lettere 1908-1926, A. A. Santucci, Einaudi, Turín, 1992, p. 361).
28
De hecho, parece bastante restrictiva la identificación sugerida en
passant por Mastroianni en la reseña mencionada, entre Gramsci y el «lama
rojo, deuteragonista de una de las novelas más populares en la Italia de
principios del siglo XX, traducida en 1913 [...]. Al imitar afectuosamente a un
personaje de este tipo, Gramsci se sustraía al cansancio que lo invadía de vez
en cuando, invitándolo poco a poco a un abandono y a una abstracción aún
más radical».
29
R. KIPLING, Kim, editado por A. Sandison, Oxford University Press,
Oxford, 2008, pp. 52-53 (en la traducción italiana de Silenziario, cit., pp. 96-
97). Cfr. la Introducción de Said a la edición Penguin.
18
SOBRE EL INTERÉS DE GRAMSCI POR KIPLING

la expresión de lo «bárbaro y patológico»30 y a demonizar tales


intentos como mera «violencia destructiva»31.
¿Cuáles podrían ser, entonces, las razones de este tipo de
afinidad? Creemos que se debe comenzar precisamente por
algunas similitudes entre la biografía de Gramsci y la historia de
Kim –el hijo homónimo del sargento Kimball O'Hara. Gramsci
nace y pasa su infancia en Ales, Ghilarza y Sorgono, o sea, en
pueblos del interior, más pobres y casi exclusivamente rurales en
Cerdeña. Es decir, la periferia del nuevo Estado unitario y, más en
general, del mundo occidental. Para muchos estudiosos de
inspiración positivista y para muchos oficiales del ejército,
políticos y administradores de la época, esta periferia era
considerada, de hecho, igual a una tierra primitiva: «una jungla»32,
una «colonia de explotación»33 subdesarrollada, de donde extraer
recursos y eventualmente civilizar con métodos a menudo
autoritarios34. Pero, así como Kim pertenece solo en parte a la
30
A. GRAMSCI, Cuadernos de la cárcel, cit., C 25, § 1, T 6, p. 175.
31
A. GRAMSCI, Alcuni temi della quistione meridionale, en La questione
meridionale, F. De Felice y V. Parlato, Editori Riuniti, Roma, 1970, p. 151.
32
A. GRAMSCI, Cuadernos de la cárcel, cit., C 1, § 50, T 1, p. 130.
33
La Brigata Sassari, en «Avanti!», 14 de abril de 1919 (ahora en A.
GRAMSCI, Il nostro Marx, cit., pp. 590-592). Previamente, Gramsci observó
con amargura que «los sardos son considerados en su mayoría incivilizados,
bárbaros, sanguinarios [unos] monos vestidos con pieles rústicas" (Gli
scopritori, "Avanti!", 24 de mayo de 1916, ahora en A. GRAMSCI, Cronache torinesi
1913-1917, cit., p. 332).
34
Se pueden ver los comentarios de Gramsci sobre este tema, recopilados
útilmente en A. GRAMSCI, Scritti sulla Sardegna, a cargo de G. Melis, Ilisso,
Nuoro, 2008. Para un marco de referencia son fundamentales los primeros
capítulos de G. FIORI, Vita di Antonio Gramsci, Laterza, Bari, 1966; también se
puede ver D. GERMINO, Antonio Gramsci: From the Margins to the Center, the
Journey of a Hunchback, en «Boundary 2», XIV, 1986, n. 3, pp. 19-30, luego
retomado en ID., Antonio Gramsci: Architect of a New Politics, Louisiana State
University Press, Baton Rouge, 1990; y R. YOUNG, Il Gramsci meridionale, en
19
ALESSANDRO CARLUCCI

India, Gramsci pertenece solo en parte a este mundo sardo –a la


vez exótico y atrasado, vital y brutal 35. Desde niño, Antonio
aprende a hablar italiano además del sardo; Su madre es sarda, su
padre no. Francesco Gramsci, de hecho, viene «del continente» y,
como el padre de Kim, también cayó en desgracia y experimentó,
con el paso del ex Reino de las Dos Sicilias a Cerdeña, un declive
de su propio status social. Cuenta Mimma Paulesu Quercioli,
sobrina de Gramsci:

Francesco Gramsci llegó a Ghilarza tras haber ganado un concurso como


director de la Oficina del Registro. Provenía de una familia de buena
condición social. Su madre, Teresa Gonzales, era hija de un abogado
napolitano de ascendencia española. Su padre, Gennaro, era coronel de la
gendarmería borbónica, siendo encuadrado en la fuerza de los carabineros,
después de la unificación italiana, conservando el grado de coronel. [En 1897],
cuando Francesco se ausentó de Sorgono para ir a Ozieri, donde murió su
hermano Nicolino, se envió una inspección a la Oficina del Registro que
dirigía, con la que se detectó cierto desorden administrativo y
consiguientemente se abrió una investigación. Suspendido de su función y sin
sueldo, Francesco Gramsci regresó con su familia a Ghilarza y el 9 de agosto
de 1898 los carabineros vinieron a buscarlo36.

The Postcolonial Gramsci, editado por N. Srivastava - B. Bhattacharya,


Routledge, Londres, 2012, pp. 17-33.
35
Gramsci dejó varios testimonios sobre la miseria y la brutalidad de ese
mundo, entre los cuales destaca la carta a Tania del 30 de enero de 1933: A.
GRAMSCI, Lettere dal carcere, cit., pp. 673-675.
36
M. PAULESU QUERCIOLI, Le donne di casa Gramsci, Iskra, Ghilarza, 2003,
pp. 52 y 57, señaló que las mujeres de la casa Gramsci se encargaban de gran
parte del trabajo. Marcado por estos eventos, ya en 1903 (en el tema para la
promoción de grado) Gramsci describe amargamente a su padre: «hijo de una
familia bastante rica», Francesco «terminó arruinándose por completo»: ID.,
Gramsci vivo nelle testimonianze dei suoi contemporanei, Feltrinelli, Milán, 1977, p.
17. Sobre la familia de Gennaro Gramsci (abuelo de Antonio) también se
puede ver M. BRUNETTI, La piazza della rivolta. Microstoria di un paese arbëresh in
età giolittiana, Rubbettino, Soveria Mannelli, 2003.
20
SOBRE EL INTERÉS DE GRAMSCI POR KIPLING

Por otro lado, los hermanos de Francesco, pudieron estudiar y


obtuvieron empleos respetables en las instituciones del nuevo
Reino de Italia, hacia las cuales desarrollaron un sentido de apego
acompañado de un instintivo conservadurismo social y político:

La única hija se casó con un tal Riccio, de Gaeta, un hombre acaudalado; De


los cuatro varones, uno era funcionario en el Ministerio de Finanzas, otro
inspector de ferrocarriles, después de haber sido jefe de estación en Roma, y
un tercero, […] Nicolino, era oficial del ejército. [Francesco] fue el menos
afortunado pues cuando murió su padre, estaba estudiando derecho. Tuvo
que buscar trabajo. Surgiendo la ocasión de un empleo en Cerdeña, en la
oficina de registro de Ghilarza: la aprovechó37.

También su tío Nicolino fue enviado a Cerdeña: primero a La


Maddalena, luego a Sassari y finalmente a Ozieri, donde –como
capitán– comandaba el depósito de artillería (muriendo allí). Aquí
comienzan a surgir las huellas de una especie de doble naturaleza,
de una alteridad interiorizada que puede poner en crisis «la
identidad de la propia persona»38 al crear un sentido de soledad y
marginación. Estas huellas son quizás la base del vínculo con Kim:
Gramsci es hijo de un mundo oprimido, de la pobreza y las

37
Testimonio de Gennaro Gramsci (hermano de Antonio) en G. FIORI,
Vita di Antonio Gramsci, cit., p. 10. Se puede leer en la p. 48: «Además de la
formación familiar, el conservadurismo de Francesco Gramsci se debía a
otras circunstancias. Su hermano Nicolino fue instructor de Víctor Manuel
III en Caserta, y un día él lo conoció personalmente. Nunca olvidaría la
emoción de oírse llamar por su nombre y de estrechar la mano del augusto
heredero al trono. En casa tenía la fotografía de un caballo: era el purasangre
que el futuro rey de Italia había regalado a Nicolino. Aquella fotografía
suscitaba en él orgullo y respecto por la dinastía soberana».
38
R. KIPLING, Kim. Romanzo indiano, cit., p. 343 («personal identity» en el
texto inglés a cargo de Sandison, cit., p. 185).
21
ALESSANDRO CARLUCCI

supersticiones que dominan los campos sardos39, de la


fragmentación cultural y la inconsistencia política, típicas de este
estado de subalternidad; Sin embargo, Gramsci lleva consigo otro
mundo, externo al folclore de Cerdeña y más cercano a la historia
y cultura de los grupos dominantes provenientes de la Italia
continental. Empero, antes de sacar conclusiones, veamos algunas
posibles conexiones adicionales con Kim, volviendo precisamente
a la carta a Carlo, citada antes, de septiembre de 1927.
En esta carta, en la que resuena la traducción de If publicada
más de diez años atrás, Gramsci escribe: «Probablemente alguna
vez me envidiaste un poco porque me fue posible estudiar»40; y de
nuevo: «no te dejes sumergir por el ambiente campesino y sardo:
siempre hay que ser superior al ambiente en el que se vive, sin por
ello despreciarlo o creerse superior»41. Son indicios interesantes.
Como también le sucedió a Kim, uno de los factores que
separaron los destinos de Gramsci de los de la comunidad en la
que nació y creció fue precisamente el acceso a la educación –en
particular a la educación secundaria, que en aquella época solía
acoger, desde las campiñas del interior de Cerdeña, solo a los hijos
de algunas familias ricas e influyentes. Gramsci habla de ello en
varias cartas42, algunas de las cuales se relacionan con la
descripción –presente en muchas otras– de episodios típicos de su
39
No se puede excluir que, al pequeño Antonio, quien, según el relato de
una tía, «revivió cuando ella ungió sus pies con aceite de una lámpara dedicada
a la virgen» (A. GRAMSCI, Lettere dal carcere, cit., pp. 456-457), se le haya puesto
un amuleto alrededor del cuello, al igual que al pequeño Kim, para protegerlo
del mal de ojo. Sobre esta costumbre, ver por ejemplo A. DELOGU, Ghilarza
della memoria, editado por G. Bosich y P. De Rosa, Grafica mediterránea,
Nuoro, 1996, pp. 19-20.
40
A. GRAMSCI, Lettere dal carcere, p. 116.
41
Ibid, p. 118.
42
Emblemática, en este sentido, la del 25 de enero de 1936 a su hijo
Giuliano (ibid, pp. 773-774).
22
SOBRE EL INTERÉS DE GRAMSCI POR KIPLING

infancia y adolescencia, donde predominan los animales43, los


juegos al aire libre y los encuentros con las figuras audaces,
misteriosas y a veces inquietantes de la medicina, la religión y la
magia popular44. En particular, en la descripción que Gramsci nos
ofrece de los períodos de vacaciones y de sus viajes entre su casa
y la escuela no faltan elementos de aventura, conectados con las
características del contexto natural y cultural en el que se
desarrollaron. De estas descripciones surge también un esquema
que se superpone al que el narrador describe sobre el adorado
vagabundeo y las insólitas peripecias de Kim en los períodos de
vacaciones de la «madrissah». Tal superposición es posible, por
ejemplo, en el caso de un episodio con el que Gramsci elige
entretener a su cuñada, Tatiana (Tania) Schucht, haciéndole
conocer «un rasgo característico» de la vida sarda:

43
«Y de animales [Gramsci] también escribe a sus hijos, especialmente al
mayor Delio, a quien, en la carta del 22 de febrero de 1932, primero le
recuerda hechos reales y su propia pasión por las aves y los animales,
confesando haber criado muchos cuando era niño, mencionándolos por sus
nombres como "halcones, lechuzas, cuco, urracas, cornejas, jilgueros,
canarios, pinzones, alondras, etc. [...] una serpiente, una comadreja, erizos y
tortugas", prometiéndole luego historias fruto de la imaginación, como por
ejemplo la "del potrillo, el zorro y el caballo que tenía cola solo los días de
fiesta" y otras más. Al hablar con Delio sobre historias de animales,
evidentemente no puede dejar de pensar en Kipling, tanto que le pregunta:
"¿conoces la historia de Kim? ¿conoces las Novelas de la Selva y
especialmente la de la foca blanca y Rikki-Tikki-Tawi?"». (G. PISSARELLO,
Lingua e letteratura inglese negli scritti del carcere di Antonio Gramsci, cit., p. 158).
44
Cfr. A. GRAMSCI, Lettere dal carcere, cit., pp. 93, 336-338, 482, 495-496,
540, 624-625. Se remite también a G. BONINELLI, Frammenti indigesti, cit.; E.
DELITALA, Materiali per lo studio degli esseri fantastici del mondo tradizionale sardo,
en «Studi sardi», XXIII, 1973-74, pp. 306-354, y L. M. LOMBARDI SATRIANI,
Antropologia culturale e analisi della cultura subalterna, Rizzoli, Milán, 1980, cap. 1.
23
ALESSANDRO CARLUCCI

Tenía catorce años, estaba en tercer año de secundaria en Santu Lussurgiu,


un pueblo a unos 18 kilómetros de distancia y donde creo que todavía existe
un colegio comunal, en verdad muy viejo. Con otro chico, para tener 24 horas
extra en familia, nos fuimos a pie por el camino después del almuerzo del 23
de diciembre en lugar de esperar la diligencia de la mañana siguiente.
Caminando, caminando, estábamos aproximadamente a mitad del camino, en
un lugar completamente desierto y solitario; a la izquierda, a unos cien metros
de la carretera, había una hilera de álamos con matorrales de arbusto. Nos
dispararon un primer tiro de rifle sobre nuestras cabezas; la bala silbó a unos
diez metros de altura. Creímos que era un disparo casual y continuamos
tranquilos. Un segundo y un tercer disparo, cada vez más bajos, nos
advirtieron de inmediato que realmente estábamos en la mira, entonces nos
arrojamos a la cuneta, tendidos al suelo por un rato. Cuando intentamos
levantarnos, otro disparo y así sucesivamente durante al menos dos horas con
una docena de disparos que nos perseguían, mientras nos alejábamos,
haciendo que nos arrastrásemos cada vez que intentábamos volver al
camino45.

Volviendo a la carta a Carlo, es conveniente recordar que la


invitación a no despreciar el estrecho entorno rural del que se
proviene constituye una variación, sintética y coloquial, sobre lo
que en realidad es un tema complejo y central en la reflexión
(juvenil y luego carcelaria) de Gramsci, es decir: la necesidad de
favorecer un intercambio, un encuentro mutuamente fecundo,
entre intelectuales de profesión y masas populares, entre la
filosofía más avanzada de los filósofos y el sentido común de los
humildes y de aquellos que están incluso «en los márgenes de la
historia»46. También en este caso se trata de un tema que, aunque
45
A. GRAMSCI, Lettere dal carcere, cit., p. 144.
46
A. GRAMSCI, Cuadernos de la cárcel, cit., C 10, II § 17, T 4, pp. 151-2, C
21 §3, T 6, p. 39 y C 25, T 6, p. 173. Véase también en Socialismo e cultura (en
«Il Grido del popolo», 29 de enero de 1916), la siguiente exhortación a «dejar
de concebir la cultura como un conocimiento enciclopédico» [...] «Esta forma
de cultura es verdaderamente perjudicial para el proletariado en particular.
Sirve solo para crear desambientados, gente que cree ser superior al resto de
24
SOBRE EL INTERÉS DE GRAMSCI POR KIPLING

con una perspectiva e implicaciones políticas, obviamente


diferentes, no está ausente en Kim47. Basta citar el siguiente pasaje,
tomado de un diálogo entre el coronel Creighton y el protagonista:

«Tienes un buen espíritu. Asegúrate de no perderlo en San Xavier [la


prestigiosa escuela a la que Kim fue destinado]. Hay muchos chicos allí que
desprecian a los indígenas».
«Sus madres fueron vendedoras en los bazares», dijo Kim. Sabía muy bien
que no hay odio más profundo que el que sienten los mestizos por sus
cuñados».
«Es verdad; pero tú eres un sahib e hijo de un sahib. Por lo tanto, nunca te
dejes arrastrar por ese desprecio a los nativos. He conocido chicos que, al
comenzar a trabajar para el gobierno, fingían no entender el idioma o las
costumbres de los indígenas. [Les reducían el salario por esa] ignorancia. No
hay pecado más grave que el de la ignorancia. Recuerda esto»48.

la humanidad por acumular en su memoria cierta cantidad de datos y fechas,


que recita en cada ocasión para crear casi una barrera entre sí y los demás. [...]
El estudiantillo que sabe un poco de latín e historia, el abogado que ha logrado
arrancar un pedacito del diploma a la pereza y al pasar de los docentes, creerán
ser diferentes y superiores incluso al mejor obrero especializado que cumple
en la vida una tarea más precisa e indispensable y que en su actividad vale cien
veces más que cualquiera» (ahora en A. GRAMSCI, Croniche torinesi 1913-1917,
cit., pp. 99-103).
47
Remitimos al artículo citado anteriormente en P. WEGNER, «Life as He
Would Have It»: The Invention of India in Kipling’s «Kim».
48
R. KIPLING, Kim. Romanzo indiano, cit., p. 219. (Con pequeñas
modificaciones mías, indicadas entre corchetes). Al igual que Gramsci, el
estudiante que no logra titularse (ver A. D'ORSI, Lo studente che non divienne «dottore»
en «Studi Storici», XL, 1999, n. 1, pp. 39-75), Kim tampoco completa
satisfactoriamente su carrera universitaria: lo que lo aleja de ese camino es su
participación directa en el «Great Game», el gran juego de poder y conflictos
políticos internacionales, que en su caso consistía en una serie de operaciones
de espionaje (cfr. supra, nota 1).
25
ALESSANDRO CARLUCCI

La compleja empresa imperial requiere una observación


antropológica minuciosa, necesita comprender y catalogar
detalladamente la cultura de los pueblos dominados sin
conformarse con una visión externa o con simplificaciones
extrínsecas. Estas son las mismas habilidades en las que Gramsci
insiste en sus escritos, desde los primeros hasta los Cuadernos,
alentando a estudiar la cultura popular y el folclore no «como una
rareza, como algo extraño o un elemento pintoresco, sino como
una cosa que es muy seria y [que] debe tomarse en serio»49. En
realidad, en Gramsci, esta invitación se refiere constantemente a la
diferencia «cuantitativa» y no «cualitativa» entre «cultura popular»
y «cultura moderna», es decir, al hecho de que cada hombre
«desarrolla alguna actividad intelectual, es decir, es un "filósofo"
[porque] participa de una concepción del mundo y tiene una
conciencia de su línea de conducta moral», lo que hace imposible
«separar al homo faber del homo sapiens»50; y, sobre todo, la insistencia
de Gramsci en este punto se inserta en una perspectiva cuyo
objetivo es favorecer sistemáticamente el paso «de los grupos
dirigidos a grupo dirigente»51. El valor político colectivo de esta
perspectiva es evidente y decisivo; Sin embargo, no se puede dejar
de ver que, para alguien que tenía una historia como la de Gramsci,
esta insistencia constante también responda a la necesidad de
asegurar una traductibilidad –y por lo tanto de verificar una
compatibilidad fundamental– entre dos componentes
determinantes y aparentemente discordantes de su identidad
personal.

49
A. GRAMSCI, Cuadernos de la cárcel, cit., C 27, § 2, T 6, p. 205.
50
Ibid, C 12 § 3, T 5, pp. 381-2, véanse también C 10, II, § 52, T 4, pp.
218-9 y C 11, § 12, T 4, p. 245.
51
Ibid, C 8, § 191, T 3, p. 313.
26
SOBRE EL INTERÉS DE GRAMSCI POR KIPLING

5. Conclusiones

En el pasado, la relación de Gramsci con la obra de Kipling se


explicó en base a una «adhesión íntima a un modelo de relaciones
caracterizado por fuertes e intensos vínculos jerárquicos»:

El espíritu de quien cantaba a los fundadores de los imperios se revelaba


impregnado de la misma sustancia que alimentaba –aunque con un cambio
de signo final– el trasfondo moral e ideológico de quien pretendía reconstruir
la sociedad y refundar el Estado en la perspectiva de la revolución proletaria 52.

Estas pueden ser interpretaciones pertinentes, especialmente para


los textos de los primeros años veinte, pero quizás no son lo
suficientemente específicas en el sentido de que Kipling resulta en
esta perspectiva solo una de las fuentes de donde Gramsci obtuvo
este tipo de inspiración ético-política. La recuperación de ciertos
textos de Kipling resulta así un componente particularmente útil
para aclarar las primeras fases de la interpretación gramsciana del
fascismo, su crítica a la democracia y su «iniciación» en el
leninismo; sin embargo, la contribución de este tipo de
interpretaciones al estudio de la persistencia de una relación con
esos textos no es exhaustiva: estas explican, sobre todo, el cómo del
encuentro con Kipling, en un contexto en el que diversas fuentes
insistían precisamente sobre la disciplina, el reforzamiento del
carácter individual, la reorganización y la regeneración de la
sociedad53, pero no agotan el porqué de esa impresión profunda,
latente pero duradera, que precisamente el escritor anglo-indio
dejó en el universo mental de Gramsci.

52
P. G. ZUNINO, Gramsci e il fascismo negli anni venti, cit., p. 316 (cfr. ID., Il
«popolo delle scimmie» e la lettura gramsciana del fascismo negli anni venti, cit., p. 71).
53
Sobre este contexto y sobre varias fuentes específicas es imprescindible
L. RAPONE, Cinque anni che paiono secoli, cit.
27
ALESSANDRO CARLUCCI

A nuestro parecer, se debe agregar que la relación de sintonía


con ciertas situaciones kiplinguianas ofrece, en realidad, una
preciosa clave de lectura para afrontar las indicaciones
autobiográficas presentes en los escritos de Gramsci,
especialmente en aquellos posteriores a su arresto. Y quizás hoy,
este sea el aspecto más estimulante y fascinante del interés de
Gramsci por Kipling, más allá del uso –aunque relevante– que
hizo de él en las fases juvenil (1914-1919) y bolchevique (1920-
1926) de su actividad política, y más allá de los propios juicios
explícitos sobre Kipling formulados durante los años de prisión
(que fueron mencionados en la primera parte de este artículo)54.
Evidentemente, el comunista sardo, que nunca olvidó su
«infancia un poco salvaje y primitiva»55, tuvo una sensación de
proximidad con las figuras de doble identidad creadas por el
escritor anglo-indio: Mowgli, el cachorro humano criado por
lobos; Kim, el muchacho ligado íntimamente a la vida del pueblo
indio en el que se crio, que se siente «hindú» a medias sabiendo
que es –porque se convierte cada vez más en– un «sahib», que fue
educado y se hace partícipe de la cultura dominante de los
colonizadores (ese Kim puesto al centro de la Introducción de Cecchi
a Kipling). Es evidente que este sentido de proximidad hace
emerger posteriormente las raíces biográficas de las reflexiones
gramscianas sobre la cuestión meridional, la función de los
54
Aun bajo el riesgo de caer en anacronismos pseudointerpretativos (y
con todas las reservas que se pueden tener sobre la calidad de las
contribuciones individuales), es difícil pasar por alto que las discusiones
mundiales sobre el «Gramsci postcolonial» parezcan hoy más relevantes y
prometedoras que aquellas, en algunos casos ya obsoletas, sobre el «leninismo
de Gramsci». Además de lo mencionado en The Postcolonial Gramsci, ahora se
puede ver The Political Philosophies of Antonio Gramsci and B. R. Ambedkar:
Itineraries of Dalits and Subalterns, editado por C. Zene, Routledge, Londres,
2013.
55
A. GRAMSCI, Lettere 1908-1926, cit., p. 289.
28
SOBRE EL INTERÉS DE GRAMSCI POR KIPLING

intelectuales y lo que se suele llamar «decepción posrisorgimental»:


fenómenos que Gramsci tuvo modo de «sentir» en carne propia
antes de aprender a «comprenderlos» (para usar la distinción que
encontramos en los Cuadernos)56. Una vez reconocido el vínculo
con ciertas creaciones kiplinguianas, se pueden entender mejor las
raíces biográficas de la misma tendencia a aplicar a la historia
contemporánea de la sociedad italiana algunos conceptos dobles:
basta pensar en las parejas elaboradas en los Cuadernos para definir
dos polos de un continuum y no oposiciones absolutas entre
dirigentes y dirigidos, ciudad y campo, buen sentido y sentido común, filosofía
y folclore, y obviamente entre hegemonía y subalternidad.
Finalmente, agregamos que este vínculo nos parece
particularmente significativo precisamente porque es mayormente
implícito y semiconsciente: estamos frente a una afinidad que
revela un camino difícil, una relación compleja entre sardidad e
italianidad, más de lo que sucede cuando Gramsci construye una
imagen de sí mismo de manera explícita y consciente. La doble
identidad de las creaciones kiplinguianas que a menudo resuenan
en los escritos gramscianos termina, pues, abriendo algunas grietas
a la explicación unívoca y tranquilizadora detrás de la cual, frente
a algunas cuestiones surgidas en los intercambios epistolares entre
él, la misma Tania y Piero Sraffa, Gramsci parece casi
atrincherarse, escribiendo en la célebre carta a su cuñada del 12 de
octubre de 1931: «Mi cultura es fundamentalmente italiana y este
es mi mundo: nunca me sentí desgarrado entre dos [mundos]»57;
para luego admitir, en una de sus últimas cartas a su esposa, que:

56
Cfr. A. GRAMSCI, Cuadernos de la cárcel, cit., C 4, § 33, T 2, p. 164 y C 11,
§ 67, T 4, pp. 346-7. Para una discusión reciente y más detallada sobre este
aspecto permítaseme remitir a A. CARLUCCI, The Risorgimento and its Discontents:
Gramsci’s Reflections on Conflict and Control in the Aftermath of Italy’s Unification, en
The Political Philosophies of Antonio Gramsci and B. R. Ambedkar, cit., 129-141.
57
A. GRAMSCI, Lettere dal carcere, cit., p. 481.
29
ALESSANDRO CARLUCCI

En la literatura italiana se ha escrito que, si Cerdeña es una isla, cada sardo es


una isla dentro de la isla y recuerdo un artículo muy gracioso de un escritor
del «Giornale d'Italia» que en 1920 trataba de explicar así mis tendencias
intelectuales y políticas. Quizás haya algo de verdad [...]58.

58
Ibid, p. 798.
30

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