Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
El Alto – Bolivia
2
ADVERTENCIA
1. UN LABERINTO DE PAPEL
1
Se trata de treinta y tres cuadernos de tipo escolar (además de otros dos
–Cuaderno 17bis y Cuaderno 17ter– recibidos por Gramsci poco antes de su
transferencia de la cárcel de Turi, que quedaron completamente en blanco),
los cuales contienen más de dos mil anotaciones, algunas traducciones del
alemán, ruso e inglés, listas de libros, proyectos de cartas y borradores de
solicitudes a las autoridades. Los cuadernos en su totalidad se conservan en
Roma bajo custodia de la Fundación Gramsci, Archivo Antonio Gramsci
(FG, AAG, serie 3). Para una descripción de los manuscritos véanse las
Notas introductorias en A. GRAMSCI, Quaderni del carcere. Edizione anastatica dei
manoscritti, editado por G. Francioni, 18 vols., Biblioteca Treccani – L’Unione
Sarda, Roma-Cagliari, 2009.
5
GIANNI FRANCIONI
Al ser revisados –los cuadernos– parecen manuscritos simples
y comunes, no acarrean dificultad alguna de desciframiento
caligráfico, la letra es perfectamente clara, con muy pocas
tachaduras y correcciones: un caso singular de escritura
directamente ‘en limpio’.
Por diversos testimonios sabemos que el modo de trabajar de
Gramsci era así desde los tiempos de su actividad periodística:
componía mentalmente sus artículos para plasmarlos después en
el papel al término del tiempo sin dubitación ni vacilaciones.
Gustavo Trombetti, el recluso de la prisión de Turi que en 1933
tuvo la oportunidad de convivir con él diariamente, compartiendo
su celda, recordaba –a más de cuarenta años de distancia– que
Gramsci, en la cárcel, leía y luego escribía, caminando de un lado
a otro en la celda, «concentrado en sus pensamientos, luego, de
improviso, se detenía, escribía algunas líneas en su cuaderno y
volvía a caminar»2.
En realidad, se trata de páginas engañosamente claras: los
cuadernos se revelan como un verdadero laberinto en el que es
fácil extraviarse. En efecto, Gramsci trabajó sobre distintos
cuadernos en forma simultánea, retomando los de periodos
anteriores, para añadir nuevas notas en los espacios que le iban
quedando vacíos. En ciertos casos, parece que comenzase a
2
M. PAULESU QUERCIOLI, Gramsci vivo nelle testimonianze dei suoi
contemporanei, Feltrinelli, Milán, 1977, p. 238. También contamos con las
declaraciones de Pia Carena (quien estuvo ligada sentimentalmente con
Gramsci desde 1916 a 1922 y fuera su secretaria en «L’Ordine Nuovo») a
propósito del hecho de que Gramsci no reunía borradores sino que escribía
sus artículos en forma predefinida: «iba y venía, de arriba a abajo, pensaba y
se detenía como una estatua de la que salía de un golpe el artículo. De hecho,
cuando se ponía a escribir, sus artículos no presentaban borrones ni
correcciones. Se hilaban y tenían el mérito de la claridad y la eficacia»
(testimonio recogido en C. BERMANI, Gramsci raccontato, Edizioni Associate,
Roma, 1987, p. 72).
6
CÓMO TRABAJABA GRAMSCI
escribir desde la mitad de un cuaderno para pasar después a la
primera parte. Algunas veces hace remisiones en las páginas
iniciales a notas que se encuentran en el mismo cuaderno. Por
distintas razones (sobre las que volveremos más adelante), los
cuadernos están atravesados transversalmente por secciones
sobrepuestas temporalmente en su escritura; en consecuencia,
existen momentos, en su redacción, en que no se pasó de un
cuaderno a otro sino de una nota a otra en el alternarse de
diferentes cuadernos. Quien los lea de principio a fin, en forma
progresiva, sería conducido, en muchos casos, a cumplir un
recorrido que no corresponde al de su cronología de redacción
real: la lectura procedería por saltos (adelante y luego repentinos
retornos) tanto en el tiempo como en el análisis desarrollado por
el autor. Se podría encontrar un pasaje que contiene un concepto
importante completamente delineado antes de otro fragmento en
el que el mismo concepto aparece –en vez de retomado o
ampliado– apenas esbozado, como si con el transcurso del tiempo
las formulaciones hechas por Gramsci se tornasen menos
precisas, en vez de mejor definidas. De aquí la necesidad de
reconstruir preliminarmente la verdadera historia y estructura –
interna y externa– de los manuscritos y de proveer al lector de una
brújula que le permita orientarse. Solo así será posible
comprender el ‘movimiento ascendente’ sustanciado en los
cuadernos, el emerger progresivo de los problemas, de los
conceptos y la interconexión de todos los puntos nodales de la
investigación3.
Autorizados interpretes se han referido a la «fragmentariedad
formal» y a la «no sistematicidad sustancial» de los Cuadernos de la
cárcel, aspectos que por otra parte relacionaron con una
3
Cfr. C. BUCI-GLUCKSMANN, Gramsci y el Estado. Hacia una teoría
materialista de la filosofía, trad. al castellano, Siglo Veintiuno Editores, Madrid,
1978, p. 26.
7
GIANNI FRANCIONI
fundamental «unidad de inspiración» que contendrían las páginas
de Gramsci4; otros insistieron sobre la concatenación «lógica» y
«sistemática» o sobre el carácter profundamente «orgánico» de su
pensamiento5, más allá de la apariencia que este haya asumido (o
haya tenido que asumir) en los cuadernos. Con respecto al
pensamiento de Gramsci, también se utilizó la definición:
«sistema en movimiento»6.
Cuantas sean las definiciones, más o menos ilustrativas, es
innegable que el complejo ‘programa de trabajo’ que Gramsci se
impuso se encuentra orientado por una fuerte coherencia (aunque
el fruto se presente como el resultado de sucesivas
estratificaciones, tanto en el tiempo como en el plano teórico). En
gran medida los cuadernos tienen la forma de la unión de distintos
fragmentos, sin embargo, en el sucederse de estos, los conceptos
y análisis se entrelazan en una suerte de ‘red estructurada’, como
consecuencia de una escritura que se puede denominar «en
espiral»7, puesto que retorna de continuo sobre sus pasos,
modificando, sustrayendo y añadiendo.
Pero si a nivel material el resultado de la meditación es
fragmentario (por las notas compuestas en párrafos separados) no
lo es en el modo en el que Gramsci trabajaba: bajo el intrincado
laberinto hay un ‘orden’ secreto y escondido posible de develar.
Con el propósito de hacer la búsqueda cada vez más precisa es
necesario examinar, dentro de lo escrito, los indicios apropiados
4
V. GERRATANA, Intervento, en Gramsci e la cultura contemporanea, Atti del
Convegno internazionale di studi gramsciani, Cagliari, 23-27 abril 1967,
editado por P. Rossi, vol. I, Editori Riuniti - Istituto Gramsci, Roma, 1969,
p. 173.
5
R. FINELLI, Gramsci filosofo della prassi, en Gramsci da un secolo all’altro,
editado por G. Baratta y G. Liguori, Editori Riuniti, Roma, 1999, pp. 188-
198.
6
A. BURGIO, Gramsci. Il sistema in movimento, DeriveApprodi, Roma, 2014.
7
C. BUCI-GLUCKSMANN, Gramsci y el Estado, cit., p. 21.
8
CÓMO TRABAJABA GRAMSCI
para reconstruir los modos particulares de su propia composición,
procediendo por aproximaciones sucesivas y conectando entre
estas, por una parte, con los datos más visibles y, por otra, con
rastros y ‘pistas’ (a veces mínimos). No cabe duda de que para
permitir la comprensión plena de los Cuadernos, su factor
cronológico debe ser restituido.
9
GIANNI FRANCIONI
el espíritu creativo popular en sus diversas facetas y grados de
desarrollo8.
8
A. GRAMSCI, Lettere dal carcere, editado por F. Giasi, Einaudi, Turín,
2020 (en adelante LC), pp. 75-76.
9
La solicitud se encuentra como Apéndice en LC, p. 1157. Cfr. a
propósito D. ZUCARO, Vita del carcere di Antonio Gramsci, Ediciones Avanti!,
Milán-Roma, 1954, p. 122, y la carta a Tatiana del 11 de abril de 1927, LC, p.
89.
10
El Tribunal Especial para la Defensa del Estado fue un órgano instituido
por el ordenamiento fascista entre 1926 y 1943 para el juzgamiento de delitos
contra el régimen. La ley que creó este organismo también reintrodujo la
pena de muerte para delitos políticos. Cfr. L. P. D’ALESSANDRO, Giustizia
fascista. Storia del Tribunale speciale (1926-1943), Il Mulino, Boloña, 2020; y, G.
FIORI, Processo Gramsci. Cronaca di un verdetto annunciato, l’Unità, Roma, 1994.
[NdT]
10
CÓMO TRABAJABA GRAMSCI
considerar todas las relaciones posibles y conectarlas armoniosamente.
Algo en tal sentido quizá empiece a suceder con respecto al estudio de
los idiomas, que busco hacer sistemáticamente, esto es, sin descuidar
ningún elemento gramatical [...]. Precisamente decidí hacer del estudio
de idiomas mi ocupación predominante11.
11
Un año después, la situación seguía igual: «Estudio, leo, dentro del
límite de las posibilidades, que no son muchas. El trabajo intelectual
sistemático no me es posible por falta de medios técnicos» (carta a su esposa
Giulia Schucht del 30 de abril de 1928, LC, p. 252).
12
G. CARSANO, In carcere con Gramsci, «Rinascita», 10, n. 3, marzo 1953,
p. 168.
13
LC, pp. 282-283.
14
Cfr. carta a Tatiana del 27 de agosto de 1928, LC, p. 285.
11
GIANNI FRANCIONI
permiso de escribir, este resultó otorgado solo poco antes de la
carta de Gramsci a Tatiana del 29 de enero de 192915.
Gramsci anota la fecha al abrir el Cuaderno 1 (titulado Primer
cuaderno): «8 de febrero de 1929», informando al día siguiente a su
cuñada: «Ya escribo en la celda; por ahora únicamente hago unas
traducciones, para soltar la mano: en tanto pongo en orden
algunas ideas»16. A inicios de 1929 se le entregó también otra caja
de libros que dejó bajo custodia del abogado Ariis17 al momento
de ser trasladado de la cárcel de San Vittore de Milán; mientras el
flujo de los volúmenes que llegaban de la librería Sperling & Kupfer
continuaba, aunque con cierta irregularidad.
En la primera página del Cuaderno 1, Gramsci enumeró, bajo
el título «Notas y apuntes», los dieciséis «Temas principales» que
ahora constituirán su programa de trabajo:
15
LC, p. 328.
16
LC, p. 330.
17
El 19 de marzo de 1928, una vez notificada por parte de la comisión
instructora a Gramsci la decisión de su remisión a juicio ante el Tribunal
Especial, se nombró como defensor al abogado Giovanni Ariis de Milán
[NdT]. Para la llegada de la caja de libros a Turi, ver LC, p. 338.
12
CÓMO TRABAJABA GRAMSCI
(divulgación). | 15) Neo-gramáticos y neo-lingüistas (“esta mesa redonda es
cuadrada”). | 16) Los nietitos del padre Bresciani18.
18
Cuaderno 1, h. 1a-r [Tomo 1, p. 73].
19
LC, pp. 349, 516.
20
Cuaderno 8, h. 1a [Tomo 3, p. 213].
13
GIANNI FRANCIONI
del padre Bresciani. – Reforma y Renacimiento. – Maquiavelo. – La
escuela y la educación nacional. – La posición de B. Croce en la cultura
italiana hasta la guerra mundial. – El Risorgimento y el Partido de
Acción. – Ugo Foscolo en la formación de la retórica nacional. – El
teatro italiano. – Historia de la Acción Católica: católicos integralistas,
jesuitas y modernistas. – La Comuna medieval, fase económico-
corporativa del Estado. – Función cosmopolita de los intelectuales
italianos hasta el siglo XVIII. – Reacciones ante la ausencia de un
carácter nacional-popular de la cultura en Italia: los futuristas. – La
escuela única y lo que significa para toda la organización de la cultura
nacional. – El “lorianismo” como una de las características de los
intelectuales italianos. – La falta de “jacobinismo” en el Risorgimento.
– Maquiavelo como técnico de la política y como político integral o en
acto.
21
Cuaderno 8, h. 1r [Tomo 3, p. 213].
22
Cuaderno 8, h. 2a [Tomo 3, p. 214].
23
Ibid.
14
CÓMO TRABAJABA GRAMSCI
Es oportuno aclarar que, el hecho de que Gramsci haya podido
acceder a libros y podido escribir en su celda no constituyó una
concesión benevolente de las autoridades que ejercían poder
sobre él, sino el uso de una posibilidad contemplada
expresamente por los reglamentos carcelarios que permitían la
lectura de libros y periódicos por parte de los detenidos. Gramsci
se sujetó inicialmente al Reglamento general de los establecimientos
carcelarios y los reformatorios gubernamentales del reino 24 publicado el 15
de junio de 1891 y, después, al nuevo Reglamento general para los
institutos de prevención y penas25 desde el 27 de junio de 1931, cuando
entró en vigencia: el art. 269° del reglamento de 1891 prohibía a
los condenados «recibir libros y diarios políticos», admitiendo solo
la recepción y la lectura de «libros para los cuales se habrá
obtenido el permiso de la dirección»; el art. 400° que disponía la
instauración, en cada cárcel, de una «biblioteca móvil»
preceptuaba también que «ningún otro libro y ninguna otra
publicación [podía] ser dejada a disposición de los detenidos o
recabada sin el permiso de la máxima autoridad»; y, luego, el art.
140° del nuevo reglamento de 1931 derogó toda exclusión
específica de libros y periódicos políticos para los condenados:
«El director determinará qué libros pueden leer los detenidos y si
la lectura debe hacerse en los ambientes de la biblioteca, en las
celdas o en cualquier otro lugar donde los detenidos se encuentren
fuera de los horarios de trabajo. El director determinará también
los periódicos que leerán los detenidos»26.
24
Regolamento Generale degli Stabilimenti Carcerari e dei Riformatori Governativi
del Regno, publicado en la «Gazzetta Ufficiale del Regno d’Italia», n. 138, 15
de junio de 1891.
25
Regolamento per gli Istituti di Prevenzione e di Pena, publicado en el
Suplemento extraordinario de la «Gazzetta Ufficiale del Regno d‘Italia», n.
147, 27 de junio de 1931.
26
G. FRANCIONI, Il bauletto inglese. Appunti per una storia dei “Quaderni” di
Gramsci, «Studi storici», 33, 1992, n. 4, pp. 713-741.
15
GIANNI FRANCIONI
Ni el reglamento de 1891 ni el de 1931 establecían límites
temporales o cuantitativos para los volúmenes que se podía tener
en celda, más bien otorgaban al director la discrecionalidad de
autorizar la lectura de libros y periódicos, y de permitirse imponer
determinados límites. No por casualidad, en una carta enviada a
Piero Sraffa, Tatiana –luego de su visita a Gramsci en la cárcel
cercana a la navidad de 1928– le comunica que todas «las cosas
del detenido –ropa interior, libros y objetos personales– están
depositadas en el almacén de la cárcel. En celda no puede tener
más que un solo cambio de ropa y un número limitado de libros»27.
Así pues, el trabajo de Gramsci –en los años que
transcurrieron en Turi– se desarrolló entre dos polos de la cárcel:
la celda y el almacén. Del almacén, donde se encontraban –en
particular– su biblioteca y todos los objetos de su propiedad (en
un «baulito inglés», del que se habla en algunas de sus cartas y las
de su cuñada28, y en una «caja grande» que hizo construir hacía
diciembre de 1928 con el propósito de «conservar bien los
libros»29) tomaba los libros y cuadernos que necesitaba, y los
llevaba a su celda con la condición de devolverlos sucesivamente
antes de tomar otros materiales (las cartas de Gramsci contienen
algunas indicaciones sobre el funcionamiento particular de este
‘sistema’ celda-almacén30).
27
A. GRAMSCI - T. SCHUCHT, Lettere (1926-1935), editado por A. Natoli
y C. Daniele, Einaudi, Turín, 1997 (en adelante GSL), Apéndice I/2, p. 1422,
la cursiva es mía.
28
LC, pp. 300, 309, 317, 338, 649, 1051; GSL, pp. 260, 295.
29
LC, p. 312.
30
Por ejemplo: «Debes tener presente que en celda se pueden tener
pocas cosas, solo lo necesario. Cuando llega algún envío o paquete se nos
llama para presenciar su apertura y verificar que todo esté en orden. Se toma
y se lleva afuera algo si se demuestra su necesidad inmediata; la regla es que
se devuelve lo “viejo” y se toma lo “nuevo”. Por eso me pasa alguna vez
“descubrir” en el almacén objetos y enseres que había olvidado tener» (LC,
16
CÓMO TRABAJABA GRAMSCI
Por lo que concierne a la disponibilidad efectiva del material
de estudio en la celda, Gustavo Trombetti, el compañero de
prisión más cercano a Gramsci, precisó en diversos testimonios la
cantidad de libros que les era permitido tener: «Gramsci como
todos nosotros, podía tener en celda solo cuatro libros personales,
más los eventuales diccionarios. Cuando se quería consultar otros
libros se debía ir a la administración del almacén, donde cada uno
tenía depositados los libros excedentes al número de cuatro, y allí,
cuantos libros entregabas, tantos otros llevabas, de modo que en
celda el número siempre fuese cuatro»31.
Sin embargo, Trombetti llegó a Turi en junio de 1932, cuando
Vito Azzariti era Director y, por tanto, no sabemos si el número
máximo de cuatro libros también rigiese en los años anteriores o
si fuese establecido justamente aquel 1932. De cualquier forma,
alguna regulación a propósito tuvo que haber existido –como se
extrae de la información de Tatiana– desde el primer director que
Gramsci encontró en Turi: Gerlando Parmegiani, quien
administró la cárcel hasta el 16 de marzo de 1929, cuando murió
repentinamente; es probable que esa regulación haya sido
mantenida los años sucesivos: primero, inmediatamente después
de la muerte de Parmegiani (en el periodo que va del 17 de marzo
p. 715); También: «en cuanto al resto [de los objetos recibidos] no puedo
escribirte un juicio de utilidad, porque aún no me sirven y he dejado todo en
el almacén» (LC, p. 385); «De las Œuvres politiques [de Marx] recibí solo dos
tomos que no sé a qué número correspondan en su orden porque no los
tengo en la celda en este momento» (LC, p. 597); y, «este material no lo veía
hace mucho, es decir, desde antes de concebir el núcleo principal de este
esquema [sobre el Canto X del Infierno de Dante], porque estaba al fondo
de una caja que tengo en el almacén» (LC, p. 649).
31
G. TROMBETTI, In carcere con Gramsci, «IG Informazioni», n. 1, 1992, p.
80. Se trata de un testimonio presentado en el seminario internacional:
«Antonio Gramsci - un progresso intellettuale di massa», llevado en Urbino
los días 16-18 de noviembre de 1987.
17
GIANNI FRANCIONI
a finales de mayo de 1929), por el contador en jefe, Andrea
Amaducci, y por Giuseppe Galtieri, cumpliendo funciones de
director; después por el mismo Galtieri (designado oficialmente
desde el 31 de mayo de 1929 al 24 de noviembre de 1930); luego
por Azzariti (quien dirigió la cárcel de Turi desde finales de
noviembre de 1930 hasta marzo de 1933. Por otro lado, por
cuanto se obtiene del testimonio de otro detenido, Ercole
Piacentini, los primeros días de junio de 1932, Azzariti ordenó la
suspensión temporal del permiso de tener materiales en celda,
mientras en noviembre de ese año un inspector ministerial redujo
el número de libros de cuatro a tres32); y, finalmente por Pietro
Sorrentino (Director desde el 18 de marzo de 1933, siendo
encargado el momento en que Gramsci dejó Turi el 19 de
noviembre de ese año).
Ahora bien, es evidente que, si existía un límite establecido
para el uso de libros, debía existir también un límite análogo para
el uso de cuadernos. Es ilustrativo al respecto un episodio de abril
de 1933, recordado por Trombetti, cuando Gramsci fue visitado
por el inspector sanitario Filippo Saporito, enviado a Turi por el
Ministerio: «dijo haber sacado uno de sus cuadernos del almacén de
la cárcel, donde Gramsci estaba obligado a depositarlos, y después de
haberlo leído expresó estos juicios: “conceptos desconectados”,
“vaguedad”, “sin sentido”, etc.»33.
Los cuadernos, por tanto, al igual que los libros, debían
permanecer en el almacén de la prisión, y de allí Gramsci podía
llevarlos en cada oportunidad.
Vale la pena subrayar que el depósito de los cuadernos en el
almacén ofrecía la posibilidad de un continuo control del trabajo
32
Testimonio recogido en C. BERMANI, Gramsci raccontato, cit., pp. 177-
178.
33
G. TROMBETTI, Piantone di Gramsci nel carcere di Turi, «Rinascita», 22,
1965, n. 18, p. 31. La cursiva es mía.
18
CÓMO TRABAJABA GRAMSCI
de Gramsci por parte de las autoridades, en primer lugar, del
director de la cárcel, pero también, como se vio antes,
eventualmente por funcionarios ministeriales, por no hablar de la
posibilidad de que la reproducción fotográfica de algún cuaderno
fuese enviada a Roma para ser puesta bajo la mirada particular de
censores atentos. Esta última suposición es pensable por una
declaración de Mussolini, transcrita por Yvon De Begnac en sus
Taccuini mussoliniani: «La cultura italiana del fascismo no odia a la
vanguardia de los profesores de colegio turineses. Cosmo,
Augusto Monti y Antonicelli en verdad no son los parvenus de la
crítica, de la narrativa, ni de la poesía. Pero todos se molestan
porque prefiero a la señora Sarfatti antes que a los profesionales
de la crítica del arte. Todos protestan porque nombré a Ada Negri
como miembro de la Academia de Italia. ¿Debía quizá poner la
peluca sobre la cabeza de los herméticos? Leo los cuadernos de apuntes
de los condenados por el Tribunal Especial, y me pregunto: ¿qué de
distinto reclama nuestra cultura de lo que el fascismo ofrece a los
revolucionarios de buena voluntad?»34. No es posible fechar con
precisión estas declaraciones: las conversaciones entre De Begnac
y Mussolini se desarrollaron a partir de la primavera de 1934,
fecha en que Gramsci ya no se encontraba en Turi y por tanto no
estaba obligado a depositar sus cuadernos en un almacén. Sin
embargo, la frase –que además contiene una referencia precisa a
la cultura turinesa en la que se formó Gramsci– induce a sostener
que Mussolini hubiese podido leer alguno de sus cuadernos en
años anteriores.
Sobre el límite al número de cuadernos que se podía tener en
la celda, resulta sin embargo contradictorio el testimonio dado en
los primeros años de 1950 por Vito Semerano, guardia de la cárcel
de Turi, encargado de vigilar a los ‘políticos’: Gramsci «me pedía
34
Y. DE BEGNAC, Taccuini mussoliniani, editado por F. Perfetti, Il Mulino,
Boloña, 1990, p. 423. La cursiva es mía.
19
GIANNI FRANCIONI
[...] un cuaderno para escribir, y me devolvía otro lleno de notas.
Lo pasaba al Director y, una vez foliadas las páginas, era
depositado en el almacén. Gramsci prefería dejar allí sus
cuadernos, para evitar que en las requisas semanales fueran
deteriorados»35. Contradictorio porque la imposición de sellos (así
como la foliación de páginas y el endosado por parte del director)
era, con toda seguridad, un procedimiento anterior a la entrega de
un nuevo cuaderno, partimos de las numerosas evidencias en este
sentido como el hecho de que Gramsci evitase a veces escribir
sobre los sellos carcelarios, ajustándose a tales líneas. Para
desmentir a Semerano, bastaría observar los Cuadernos 17bis y
17ter, completamente en blanco, pero sellados, foliados y
firmados por el director. Igualmente, la idea de que Gramsci
busque tener sus cuadernos en el almacén para no deteriorarlos es
bastante extraña. Aún con eso, hay algo de verdad en los
recuerdos del excelador: la imagen de un cuaderno que puede ser
llevado por Gramsci solo si otro, tenido en la celda, retorna al
almacén.
La cuestión del número de cuadernos permitidos se liga
también, por los aspectos normativos y reglamentarios, al
problema de los libros y revistas. Según el viejo reglamento de
1891: «los detenidos y los internos no pueden tomar y tener
consigo papel, pluma, tinta y lápiz. Solo los primeros, sometidos
al régimen de incomunicación permanente, pueden ser
autorizados excepcionalmente mediante un permiso de la
autoridad regente, si es condenado, y de la autoridad judicial
competente, si es acusado. Estas hojas deben llevar un sello
especial y los folios estar enumerados, no pudiendo en ningún
caso usarse para correspondencia» (art. 325°). Es a este artículo al
que Gramsci se sujeta implícitamente en la solicitud por la que
35
Testimonio recogido en D. ZUCARO, Vita del carcere di Antonio Gramsci,
cit., p. 73.
20
CÓMO TRABAJABA GRAMSCI
obtuvo el permiso y que le fue concedido finalmente, como se
dijo, solo en enero de 1929.
El 8 de marzo de 1929, el director Parmegiani comunicaba al
Ministerio haber tenido que adoptar, en atención a Gramsci
precisamente, «las providencias permitidas en el artículo 325° del
reglamento carcelario vigente, dado que se encuentra en
condiciones de producir: está en una buena celda, le he otorgado
una mesita y un taburete; permití, bajo su cuenta, que se provea
de tinta, plumas, lápices y cuadernos debidamente enumerados y
visados por mí»36.
Como puede verse, fue Parmegiani quien decidió otorgar
cuadernos y no hojas sueltas, porque los controles se ejercen más
fácilmente sobre los cuadernos y, dado que las páginas están
numeradas, no hay riesgo de que algunas hojas, arrancadas, salgan
de la prisión. Por otro lado, Parmegiani consideró excesivo que la
solicitud enviada por la madre de Gramsci fuera dirigida al mismo
Mussolini. En la citada carta de Tatiana luego de su visita a Turi
en diciembre de 1928 se lee que en una conversación con ella
Parmegiani le explicó que «accedió a la solicitud [...] de tener lo
necesario para escribir en celda y dijo que no entiende por qué
Antonio no dirigió la solicitud ante él, como Director, que creía
que se debía proceder en consecuencia»37.
Hay que remarcar que el reglamento que entró en vigencia en
junio de 1931 ratificó lo establecido en el art. 325° de la antigua
normativa, por lo que el permiso de escribir en su celda no le fue
retirado, al contrario, los directores sucesivos a Parmegiani,
mantuvieron esa decisión (Sorrentino, incorporando limitaciones
el periodo de mayo-noviembre de 1933 de las que hablaremos
adelante), haciendo uso efectivo de su poder discrecional. En
36
Citado en G. CARBONE, I libri del carcere di Antonio Gramsci, «Movimento
operaio», 4, 1952, n. 4, p. 642.
37
GSL, Apéndice I/2, p. 1423.
21
GIANNI FRANCIONI
cuanto al número de cuadernos que Gramsci podía tener consigo
es del todo lógico que estos entrasen en una suma única con los
libros y revistas, es decir: entre material impreso y cuadernos, no
superasen las cuatro o –si se puede redondear con prudencia– las
cinco piezas a la vez.
En este periodo, comprendido entre mayo–junio y noviembre
de 1933, después del agravamiento de las condiciones de salud de
Gramsci, Trombetti fue transferido a su celda para asistirlo; al
mismo tiempo se impuso un aumento desmedido de la
rigurosidad de las normas sobre la disponibilidad de sus
cuadernos. El propio Trombetti lo narró en 1965 en estos
términos:
Gramsci estaba autorizado a tener consigo lo necesario para escribir:
pluma, tinta y cuadernos, lo que no estaba permitido a los demás
detenidos políticos. Por esto, mi cohabitación generó para la dirección
un caso “difícil” que fue resuelto rápidamente quitándole la
autorización, con la obvia contrariedad de Gramsci. En seguida, le fue
planteado el dilema: o renunciaba al asistente [...] o no conservaba lo
necesario para escribir. Solo después de algunas semanas, luego de una
conversación que tuvo con el Director, fue alcanzado un nuevo
acuerdo: habría tenido a su disposición lo necesario, pero solo por dos
horas al día. Desde aquel momento: a su solicitud, el guardia de la
sección le entregaba todo lo necesario y luego de dos horas volvía para
retirarlo38.
38
G. TROMBETTI, Piantone di Gramsci nel carcere di Turi, cit., p. 13.
22
CÓMO TRABAJABA GRAMSCI
un nuevo acuerdo: a Gramsci se le daba la oportunidad de escribir,
pero solo por una hora al día. Entonces, cuando Gramsci quería
escribir pedía al celador de servicio lo necesario, y después, a una hora
exacta, este retornaba a recogerlo; así se hizo por los meses restantes
en que estuvimos juntos, hasta que fue transferido a Formia, es decir:
hasta noviembre de 193339.
39
G. TROMBETTI. In carcere con Gramsci, cit., p. 74.
40
Cuaderno 3, § 13 [Tomo 2, p. 26]: «hasta el día de hoy (30 de mayo de
1930)»; Cuaderno 4, § 31 [Tomo 2, p. 159]: «pero hasta el momento –
septiembre de 1930–»; Cuaderno 4, § 49 [Tomo 2, p. 371]: «escribo en
noviembre de 1930»; Cuaderno 5, § 14 [Tomo 2, p. 259]: «Hasta hoy (octubre
de 1930)»; Cuaderno 7, § 52 [Tomo 3, p. 183]: «He leído en estos días (agosto
de 1931)» y § 82 [Tomo 3, p. 196]: «Corradini murió el 19 de diciembre de
23
GIANNI FRANCIONI
estas deben añadirse las anotaciones ajenas a la redacción
propiamente dicha, que aparecen precedidas de una fecha en los
espacios residuales de algunos cuadernos, como ser: proyectos de
cartas, solicitudes a las autoridades, listas de libros devueltos fuera
de la cárcel y recordatorios de distinta naturaleza41. Estos son
todos los elementos directos de fechado. Cualquier otro indicio
utilizable con esta finalidad concurre al establecimiento de la
cronología solo en forma indirecta.
Afortunadamente estos elementos indirectos son múltiples. En
primer lugar, la presencia de características carcelarias –sellos,
registros de pertenencia, foliado de hojas, etc.– y las firmas de los
directores que se alternaron en la administración de la cárcel,
permiten operar una división general entre cuadernos de Turi (1-17
y A-D) y cuadernos de Formia (18-29, carentes de cualquier
contraseña especial), teniendo presente que algunos de estos,
iniciados en Turi, fueron concluidos en Formia (Cuadernos 10,
13, 16 y 17). Al mismo tiempo, los cuadernos de Turi se pueden
individualizar mediante una exploración interna en base al
periodo de tiempo –a veces prolongado– en el que cada director
penitenciario quedó a cargo.
42
Ejemplar en este sentido es la redacción entre el Cuaderno 8, el
Cuaderno 10 y las cartas-reseña escritas por Gramsci entre abril y junio de
1932 sobre la Storia d’Europa nel secolo decimonono de Croce. Cfr. G. FRANCIONI
- F. FROSINI, Nota introduttiva al Quaderno 10, en A. GRAMSCI, Quaderni del
carcere. Edizione anastatica dei manoscritti, cit., vol. 14, pp. 2-4. [Véase también
A. GRAMSCI, La «Storia d’Europa» di Benedetto Croce e il fascismo, editado por F.
Frosini, Unicopli, Milán, 2019. NdT].
43
Cuaderno 4: 80 hh.; Cuaderno 10: con quadrículas para contabilidad,
50 hh.; Cuaderno 19: 160 hh.; y, Cuaderno D: álbum de dibujo, 20 hh.
25
GIANNI FRANCIONI
b) Cuadernos 3 (79 hh.), 5 (76 hh.), 6 (78 hh.), 7 (76 hh.) y
8 (79 hh.), fabricados también por la casa «Laterza»;
c) Cuadernos 11, 20, 21 y 25, de la «Ditta Cugini Rossi» de
Roma (80 hh.);
d) Cuadernos 12, 13 y 18, comercializados por la «S.A.
Fratelli De Magistris» de Milán (30 hh.);
e) Cuadernos 14, 15 y 27, de una no muy bien identificada
librería de la avenida del Traforo en Roma (40 hh.);
f) Cuadernos 16 y 26, también elaborados por la «Ditta
Cugini Rossi» de Roma (36 hh.);
g) Cuadernos 17, 17bis, 17ter y Cuadernos 28 y 29, (los
últimos dos se diferencian de los primeros tres solo por el
formato ligeramente más reducido): se trata de una variante
del tipo a), caracterizada por un número menor de páginas
(40 hh.) y por algunos motivos extra en la cubierta; y,
h) Cuadernos 22, 23 y 24, que también llevan la marca de
«Gius. Laterza & Figli» de Bari (48 hh.).
26
CÓMO TRABAJABA GRAMSCI
lo que su cuñado necesitaba para escribir, de la misma
forma en que se ocupó de lo propio los años de Formia);
- Gramsci haya tenido, entre sus objetos personales –
conservados en el almacén de la cárcel– más cuadernos de
cuantos efectivamente se le permitía usar –luego de la
imposición de registros carcelarios, que constituían la
autorización oficial de su empleo– entre 1929 y 1933 (como
sucedía con otros materiales de escritorio enviados por
Tatiana más no entregados por la administración de la
cárcel, por lo que no es casual que, en la carta del 21 de
marzo de 1932, Gramsci escribiese que los «blocs de notas»
que recibió «no pueden ser utilizados»44);
- estos cuadernos –como es el caso, por citar uno, del
Cuaderno 18, exento de registro carcelario alguno y, por
tanto, correspondiente al periodo de Formia, perteneciente
al mismo tipo d de los Cuadernos 12 y 13, con seguridad
recibidos y escritos en Turi– hayan sido puestos en el baúl
de Gramsci, al momento de ser transferido de la cárcel de
Turi (como se verá en breve). En el que también
encontraron lugar, precisamente, los Cuadernos 17bis y
17ter, provistos de registros carcelarios, pero
completamente en blanco.
44
LC, p. 756.
27
GIANNI FRANCIONI
Nazionale Balilla»45, la Federación Nacional Fascista de la Industria
del Papel y la Confederación Nacional Fascista de los
Comerciantes de Papelería y Cartón, se debía imponer timbres
especiales sobre todo tipo de cuadernos comercializados, cuyos
réditos recaudados se dirigirían en favor de los patrocinios
escolares. Después de una fase transitoria en la que, por reticencia
de los cartoneros, la disposición fue escasamente cumplida (no es
casual que los cuadernos empezados por Gramsci entre los
primeros meses de 1932 no porten esos timbres), el 26 de julio de
1934 se celebró un nuevo acuerdo, renovado cada año, haciendo
obligatoria la imposición de los mismos, con valores que variaban,
según el número de hojas46. En cuanto a los diversos tipos de
timbre, que aparecen sobre los dieciséis cuadernos citados, el uso
de los que tienen la indicación 5/0 es de 1932, los que llevan 5/20
de 1935 y 10/0 los de 1933, 1934 y 1935. De todo lo cual, como
es evidente, también se extraen elementos útiles a la tarea de
ordenamiento temporal de los manuscritos.
Con el mismo propósito (de determinación de la cronología)
no resulta infructuoso, ni mucho menos, el análisis de los
diferentes procedimientos administrativos impuestos por la
dirección de la cárcel al momento de entregar a Gramsci los
instrumentos (pluma y lápices) con los que trabajaba, la tinta y el
modo en que los carceleros enumeraron las hojas y de sus
respectivas letras (habiéndose identificado cuatro pulsos distintos,
los cuales fueron distinguidos como: mano α, mano β, mano γ, y mano
δ). Todo esto permite optar por márgenes temporales más
45
La ONB se creó el 3 de abril de 1926 como el primer contacto de los
niños con las instituciones del régimen fascista. El nombre «Balilla» procede
de un héroe italiano del siglo XVIII que participó en el norte de Italia en la
Guerra de Sucesión de Austria (1740-1748). [NdT]
46
Los datos pueden leerse en:
http://www.indire.it/lucabas/lkmw_file/archivio_storico/Campionari
o_di_marche_da_bollo.pdf
28
CÓMO TRABAJABA GRAMSCI
circunscritos (para dar un ejemplo: permiten identificar en los
Cuadernos 1, 9, A, B y C un grupo de cuadernos entregados a
Gramsci conjuntamente, no solo por el hecho de que sobre todos
estos aparezca la firma del director Parmegiani, sino también
porque la mano que enumera las hojas es la misma mano β y los
números son incorporados con lápiz de carbón siempre en la
misma posición).
También se revela fructífero el análisis de la caligrafía de
Gramsci en su variación y evolución. Hay una particularidad
gráfica –una «t» seccionada por un trazo diagonal– que constituye
un fenómeno intermitente en sus escritos, desde los años de
colegio; precisamente es una característica caligráfica propia de
páginas compuestas con cuidado particular que se manifiesta en
distintos momentos –más o menos largos– de la vida de nuestro
autor47. La «t» seccionada comprende principalmente las hojas de
los Cuadernos 1, 2, 7, 9, B y C (no es empleada nunca en
materiales colaterales como listas de libros o proyectos de cartas
y/o notas currenti calamo). Combinando ésta con la presencia o
ausencia de otros indicios –en estos mismos cuadernos– es
posible demostrar que la «t» seccionada no fue usada antes de
junio de 1929, se la identifica –en mayor o menor medida, con
una curva que va desde su instauración progresiva, pasando por
su uso frecuente y continuo, a su aparición solo ocasional en las
47
Algunas de sus primeras composiciones se conservan en sus cuadernos
escolares; desde el punto de vista gráfico las particularidades se encuentran
en su parecido con los cuadernos de la cárcel. Por ejemplo: en el cuaderno
de 1910-11 (FG, AAG, serie 1: papeles personales, sub-serie 1: 1891-1926,
fascículos. Documentación escolar) resalta el título en grande en la h. 1a, «Apuntes
de física», que recuerda el modo en el que será escrito el título Apuntes de
filosofía en los Cuadernos 4, 7 y 8; procede con cuidado caligráfico,
incorporando la peculiaridad de la «t» seccionada; la escritura es regular y
ordenada; además, del uso de la línea ondulada [~] como signo de separación
de párrafos frecuentemente empleado en las páginas de la cárcel.
29
GIANNI FRANCIONI
consonantes redobladas y a su posterior semi-desaparición,
haciéndose presente solo en esporádicos redobles48– desde esa
fecha hasta los primeros meses de 1930, siendo sustancialmente
abandonada por Gramsci aproximadamente en mayo de ese
mismo año (con algunas excepciones y reapariciones aisladas en
época posterior). Se trata obviamente de un indicio que exige
cierta cautela, no siempre es fácil distinguir momentos
‘ascendentes’ y ‘descendentes’, y establecer qué páginas, en las que
la «t» seccionada es poco sistemática, sean anteriores o sucesivas
a la fase de su empleo constante y sistemático. Por otro lado, se
debe tener en cuenta que la letra de Gramsci aparece regular y/o
inestable incluso en páginas de un mismo cuaderno, lo que tiene
relación sin duda con el deterioro de sus condiciones físicas en
determinados periodos. De esto también se deducen elementos
de fechado, tanto –si nos referimos a la presencia de la «t»
seccionada– para los primeros cuadernos, en particular para
aquellos destinados a las traducciones, como –cuando la letra es
inestable– para los cuadernos posteriores.
Así mismo, en el curso de los seis años de redacción de sus
manuscritos, Gramsci adoptó –a menudo inconscientemente–
hábitos de escritura dotados de cierta regularidad y duración. Sus
páginas están llenas de indicios y de rastros aparentemente
insignificantes que, oportunamente considerados, contribuyen
también al reestablecimiento de la cronología. Por eso, no es un
hecho de poca trascendencia que después de haber compuesto
por algunos años sus cuadernos, respetando los márgenes
(obviamente cuando los hay), a partir de un cierto momento,
adopte sucesivamente tres usos:
48
Todas las consonantes del alfabeto italiano son susceptibles a redoble;
muchas palabras italianas destacan en su fonética y ortografía por esa
característica consonántica. [NdT]
30
CÓMO TRABAJABA GRAMSCI
– en una primera fase invadiendo con la escritura
sistemáticamente el margen derecho de cada página;
– en una segunda fase ocupando siempre ambos márgenes;
y,
– en una tercera y última fase volviendo a invadir solo el
margen derecho de cada página.
49
Cuadernos 9, 11, 16, y 14 (en este último, en la primera página que
compila Gramsci, h. 2a).
50
Cuadernos 14 (hh. 1a-r, y 2r-40r), 15 y 17 (hh. 1a-17a).
51
Cuadernos 17 (hh. 17r-22a), 19-21, 23, 24, 26 y 29.
52
En algunos de los cuadernos especiales, más tarde, Gramsci adopta por
breve tiempo una ‘regla’ distinta: en las siete páginas escritas en el Cuaderno
27 respeta rigurosamente los dos márgenes de cada página; en el Cuaderno
25 invade el margen derecho hasta las primeras dos líneas de la p. 27, después
de la cual escribe la última nota (9 líneas) conteniendo la escritura dentro los
dos márgenes; también en el Cuaderno 28 practica la invasión del margen
derecho en las pp. 1-13, respetando los dos márgenes de las pp. 14-18; en las
pp. 1-2 y 11-54 del Cuaderno 22 (las pp. 3-10 se encuentran en blanco) utiliza
31
GIANNI FRANCIONI
34
CÓMO TRABAJABA GRAMSCI
o compartimentos’ de trabajo, para lo cual destinó a las
traducciones cuadernos diferentes de los que contenían notas
misceláneas. Además, al interior del primer sector (traducciones)
Gramsci realizó en 1929 una división por idiomas (Cuadernos A
y B: alemán; Cuaderno C: ejercicios de inglés en la primera parte
y de alemán en la segunda; Cuaderno 9: ruso). A partir de mayo
de 1930, al interior del segundo sector o compartimento se
delimita una diferenciación de campos temáticos particulares
(como se anotó: El Canto X del Infierno y las tres series de Apuntes
de filosofía, a los que se añaden en 1932 las Notas sobre el Risorgimento
italiano) que Gramsci quiso mantener materialmente separadas del
conjunto de notas dedicadas a más temas establecidos en su
programa de trabajo; por lo que reserva a los bloques
homogéneos de notas partes específicas dentro de los cuadernos
mixtos. Esta organización del trabajo rigió hasta la época en que
comenzó con los cuadernos especiales (el hecho de que en noviembre
de 1930 Gramsci invada por primera vez un cuaderno, el 7, antes
destinado sólo a traducciones, para escribir notas, es una
circunstancia que puede explicarse por meras razones de
practicidad y disponibilidad de los cuadernos; por tanto, esto no
establece una especie de jerarquía entre trabajo teórico y
traducciones, teniendo el mismo significado que el uso para la
composición de notas nuevas de una parte de la primera mitad del
Cuaderno 4, que estaba destinado solo para El Canto X del Infierno,
en noviembre de 1930).
El sector o compartimento de las traducciones finalmente fue
abandonado en los primeros meses de 1932, mientras al interior
del compartimento de trabajo teórico se asistió a una reorganización:
así se inauguran los cuadernos especiales, paralelamente al inicio del
último bloque temático (aquel sobre el Risorgimento del Cuaderno
9). Desde finales de 1932, el mapa de los cuadernos se simplifica,
desapareciendo las series homogéneas de notas y quedando los
35
GIANNI FRANCIONI
cuadernos misceláneos en sentido propio, que acompañaran a los
cuadernos especiales. De ahí en adelante, ésta será la estructuración
definitiva del trabajo de Gramsci hasta mediados de 1935, cuando
la escritura se interrumpe.
En segundo lugar: de los límites impuestos por la dirección
sobre la disponibilidad de los cuadernos en la celda derivan
algunas de las ‘reglas’ que rigen su redacción, que son
identificables como particularidades constantes del ‘escribir en la
cárcel’. La principal de estas ‘reglas’ es que la continuación del
trabajo desarrollado de un cuaderno llegado a término (misceláneo
o de traducciones) en otro que prosigue su función, que está regida
por una suerte de mecanismo de sucesión inmediata (lo que no
vale evidentemente para los cuadernos especiales monográficos, en
los que cada uno cuenta con una peculiaridad específica). Cada
cuaderno –o parte de cuaderno– tiene así su ‘sucesor’ que asume
la misma tarea (siendo esto más evidente en los primeros
manuscritos de traducciones: la segunda parte del Cuaderno B es la
‘sucesora’ de la primera parte del Cuaderno A, por cuanto
concierne a la prosecución de la traducción de las fabulas de los
hermanos Grimm, mientras que el primer cuarto del Cuaderno C
(una vez abandonados los ejercicios de inglés54) es el ‘sucesor’ de
la segunda parte del Cuaderno B (puesto que contiene la
continuación de la traducción del libro de F. N. Finck, Die
Sprachstamme des Erdkreises). En los periodos en los que no se le
entregan nuevos cuadernos, las páginas necesarias para la
continuación de un trabajo son procuradas sustrayendo espacio a
54
En el Cuaderno C, hh. 1a-r y 2r, bajo el título Ejercicios de lengua inglesa
(al centro de la primera línea), hay un glosario, algunas pruebas de traducción
y pronunciación, la traducción de las primeras nueve líneas de la nota
biográfica con las que se abre John Milton, Paradise Lost, with Biographical
Notice (Fratelli Treves, Milán, 1919) y dos citas con sus respectivas
traducciones.
36
CÓMO TRABAJABA GRAMSCI
cuadernos (o partes de estos) que estaban destinados antes a otras
tareas o recuperándolo de los cuadernos donde las traducciones
quedaron interrumpidas.
La sucesión de un cuaderno a otro, en la historia de los
manuscritos, traza líneas precisas de continuidad. Así, a partir de
febrero de 1929 y en el curso de los años sucesivos, dentro de lo
que he definido como el segundo compartimento de trabajo,
vienen a configurarse tres secuencias, en cada una de las cuales se
pasa automáticamente de un cuaderno recién concluido (o bloque
de notas al interior de un cuaderno) a otro.
Una primera secuencia (febrero de 1929 - diciembre de 1930)
contiene la redacción ininterrumpida de los Cuadernos 1, 3 y
5 al lado del empleo sistemático del Cuaderno 2, como fichero
bibliográfico, en apoyo a los demás cuadernos; es el periodo
en el que Gramsci procede a deshojar y romper sus viejas
revistas.
Una segunda secuencia (mayo de 1930 - mayo de 1932) está
constituida por la primera, segunda y tercera serie de notas
tituladas Apuntes de filosofía - Materialismo e idealismo, escritas en
la segunda mitad del Cuaderno 4, en la segunda mitad del
Cuaderno 7 y en la segunda mitad del Cuaderno 8,
respectivamente.
Una tercera secuencia (noviembre de 1930 - junio de 1935)
inicia con un apartado de notas sobre los intelectuales en el
Cuaderno 4 (para el cual, economizando los espacios
disponibles, Gramsci extrae parte de las páginas reservadas al
estudio sobre el Canto X), prosiguiendo con el Cuaderno 6,
pasando a la primera parte del Cuaderno 8, continuando en el
Cuaderno 9 (que contiene dos grupos misceláneos distintos y
consecutivos), después en el Cuaderno 14 y en el Cuaderno
15, para finalmente concluir en el Cuaderno 17.
37
GIANNI FRANCIONI
Simultáneamente a esta tercera secuencia Gramsci extiende en la
segunda parte del Cuaderno 9 la sección homogenea de Notas
sobre el Risorgimento italiano (mayo-septiembre de 1932). A partir
de agosto de 1931 también fueron utilizados los espacios
residuales de los Cuadernos 2, 4 y 7.
38
CÓMO TRABAJABA GRAMSCI
no haya comenzado regularmente desde la primera hoja (o desde
la segunda, si la primera quedaba en blanco), la cual se encontraba
siempre escrita cuando se comenzaba a redactar en la segunda
mitad del mismo cuaderno.
Precisamente, la imposibilidad por parte de Gramsci de
disponer en la celda de todos sus cuadernos determinó este modo
de proceder (que se dificulta aún más, si consideramos que la
composición de notas o el trabajo de traducciones presuponen
paralelamente la utilización de libros y/o revistas como fuentes,
momentos en que no cuenta sobre su mesa sino con poquísimos
cuadernos, viéndose impedido de superar el límite total de las
cuatro o cinco piezas en conjunto): con la bipartición de algunos
de estos cuadernos Gramsci logra neutralizar en parte los efectos
de esta prohibición y, en consecuencia, consigue tener
simultáneamente al alcance de la mano más trabajos distintos. Es
cierto que razones de frugalidad impulsan al detenido a
aprovechar cada página disponible, sin embargo, el hecho de que
tal regla aparezca desde febrero de 1929 –cuando recibe el primer
grupo de cuadernos y no tiene problemas urgentes de espacio–
prueba que el motivo fundamental de la ‘bipartición’ debe
buscarse en la limitación al número de cuadernos que podía tener
en celda. Es significativo que cuando Gramsci hace remisiones a
notas escritas con anterioridad, estos redireccionamientos sean
solo en contadas ocasiones hechos con detalle (con indicaciones
del título de la nota o de la página donde se encuentra) y que muy
a menudo más bien sean genérales y alusivas, como hace quien no
tiene a la vista el texto al que remite.
Cabe señalar que, al aplicar la ‘regla de la bipartición’ a algunos
cuadernos, Gramsci no hace más que utilizar un recurso ya
implementado para su correspondencia. Hasta junio de 1931,
cuando entró en vigor el nuevo reglamento penitenciario,
Gramsci sólo podía escribir una carta cada 15 días y
39
GIANNI FRANCIONI
exclusivamente a sus familiares (el nuevo reglamento preveía en
cambio una carta a la semana). La carta debía estar contenida en
una sola hoja con el sello del establecimiento penitenciario,
nombre, apellido y número de matrícula del interno en la parte
superior, debiendo ser aprobada por el director de la prisión antes
de su envío. La destinataria de la mayoría de sus cartas fue Tatiana,
quien (acordando previamente con Gramsci) se encargaba de
hacer copias de la carta recibida, para enviarlas a Sraffa (quien a
su vez se las enviaba a Togliatti) y a Giulia. Gramsci también
aprovechaba la hoja que le entregaban escribiendo dos cartas:
«media hoja» era para Tatiana, la otra mitad para uno de los
miembros de su familia. Por eso, escribiendo a Tatiana, a veces
añadía al pie: «Envía a mi madre parte de la carta»; «Envía a mi
hermano la parte que le concierne», «Envía su parte a mi hermana
Teresina»55, y así sucesivamente. Un claro ejemplo de ‘split’ o
‘bipartición’.
55
LC, pp. 433, 442, 579.
56
Parcialmente citados por primera vez en E. LATTANZI, L’Archivio
Antonio Gramsci, Tesis de Grado, Scuola Speciale per Archivisti e Bibliotecari,
Universidad de Roma «La Sapienza», año académico 2011-2012, pp. 51-52.
40
CÓMO TRABAJABA GRAMSCI
dejar la cárcel de Turi el 19 de noviembre de 1933. Ambos
redactados por el carcelero que identifiqué como mano δ57.
Primer documento58:
Libros Nº 53 Esponja 1
Revistas “ 40 Cepillos dentales 2
Bolsa de tela “ 1 Escobillas 2
Camisas “ 5 Botella de agua desinfectante 1
Mallas “ 6 Frasco de Kefir 1
Ropa interior “ 15 Borotalco latas 1
Toallas “ 4 Cuadernos escritos 4
Pañuelos “ 43 Ídem en blanco 2
Paños blancos “ 7 Un paquete de revistas
Toallitas “ 4 sin abrir
Cuellos “ 6 Tintero 1
Corbata “ 1
Plantillas p. “ 3
Id. frisadas p. “ 1
Cuchillo de oso “ 1
Maquina Gillette 1
Medias p. 36
Distintas plumas
Botella Odol 1
Latas de aluminio 2
Plato achinado 1
57
Son de la mano δ las indicaciones de pertenencia y la numeración de las
hojas en los Cuadernos 6, 8, D, 10-17, 17bis y 17ter.
58
FG, AAG, serie 1, sub serie 2: 1926-1937, fasc. Año 1933. Trasferimento
alla clinica Cusumano. El documento fue donado por la Fundación de Antonio
Gramsci jr. (hijo de Giuliano Gramsci) el 30 de marzo de 2006.
41
GIANNI FRANCIONI
Paquetes de cuchillas
Gilette 1
Zapatos p. 1
Sobres Nº 19
Hojas “ 19
Lápices “ 4
Pedazos de jabón “ 3»
Segundo documento59:
Libros Nº 119
Revistas “ 59
Fundas “ 3
Cuadernos en blanco Nº 21
ídem escritos “ 16
Caja “ 1
Amplia correspondencia»
59
FG, AAG, serie 1, sub serie 2, fasc. Sin fecha. A pesar de que no fue
posible determinar la fecha de adquisición de este documento por la
Fundación Gramsci, es muy probable que también haya sido el mismo 30 de
marzo de 2006.
42
CÓMO TRABAJABA GRAMSCI
en la lista (no casualmente, la primera tiene, al lado de cada objeto,
un signo de check list con lápiz). Estos documentos, antes de
pasar a resguardo de la Fundación Gramsci, se encontraban en
poder de la familia Gramsci en Moscú, precisamente porque no
se tratarían de documentos carcelarios.
Los «cuadernos escritos 4» de la primera lista son
«probablemente aquellos en los que [Gramsci] estaba
trabajando»60 al momento de su transferencia de Turi.
Como se extrae de la carta de Gramsci a Tatiana del 27 de
noviembre de 1933 desde Civitavecchia, por entonces en el
almacén de la cárcel de Turi se encontraba una «caja grande [...]
llena de libros que no tienen ningún interés urgente para mí y que
enviaría a casa [...], el baulito inglés que compraste en Milán [que
contiene] libros que aún son útiles en mis estudios (puesto que me
siento en condiciones de estudiar), y también, me parece que
tenga alguna ropa ligera [así como otro material] como para
construir dos cajas de encomienda entre ropa y libros. No sé qué
hacer con tanta cosa. ¿Conviene hacerlo enviar a Civitavecchia
para que siga viajando? Las cajas pueden ser dejadas en Turi por
algún tiempo; [...] puedes escribir a la dirección de la cárcel [...]
solicitando el envío de las cajas de encomienda»61. Por tanto, no
60
E. LATTANZI, L’Archivio Antonio Gramsci, cit., p. 52.
61
LC, p. 1051. Véase también la carta desde Civitavecchia del 4 de
diciembre: «Te recomiendo, ni bien sea posible, no olvides avisar a la
dirección de Turi de Bari dónde pueden enviarme las cajas. ¿Sabías que desde
el 1ro de octubre no recibí más revistas? A Turi llegó un paquete justo la
noche en que me comunicaron la orden de partida para la mañana siguiente:
No pude hacerlo abrir porque me lo mostraron a las 10 de la noche mientras
preparaba la valija para partir en pocas horas» (LC, p. 1053). Nótese que en
esta última carta Gramsci se refiere al mismo «paquete de revistas sin abrir»
apuntado en la primera lista. Tatiana esperó a que Gramsci arribase a Formia
para pedir al director de la cárcel de Turi que «disponga el envío mediante
43
GIANNI FRANCIONI
cabe duda que las dos listas se refieren al material preparado por
Gramsci y no al pendiente por seleccionar62.
Sin embargo, la segunda lista a la que nos referimos parece
contradecir el testimonio de Gustavo Trombetti (por otra parte,
siempre prudente y cauto en sus declaraciones). Trombetti
recordó haber ayudado a Gramsci la noche anterior de su partida
de Turi en noviembre de 1933, cuando se impuso el problema de
transferir fuera del penitenciario el material acumulado en cinco
años de prisión. Ciertamente los libros no eran los que
constituirían un inconveniente (estos habrían podido ser
despachados los días siguientes, sin que la autoridad –que tuvo
conformidad con el permiso de su lectura– interpusiese
dificultades especiales para que llegasen al detenido en su nuevo
destino). Pero los cuadernos: «Gramsci –explica Trombetti–
temía mucho que fuesen secuestrados, incluso para un simple
control, sabía que habrían ido a parar al Ministerio y que
63
M. PAULESU QUERCIOLI, Gramsci vivo nelle testimonianze dei suoi
contemporanei, cit., p. 233.
64
Gramsci debió ser plenamente consciente del hecho de que sus
cuadernos habían sido objeto, a lo largo de los años, de controles por parte
de las autoridades, así como del hecho de que nada de lo que había escrito
en su celda, a excepción de sus cartas (controladas por la censura) y
solicitudes, pudo salir de la cárcel. Incluso el plan de copiar en el Cuaderno
D las inofensivas fabulas de los hermanos Grimm y enviárselas («si se me
permite») a los hijos de su hermana Teresina a Cerdeña como parte de su
«contribución al desarrollo de la imaginación de los más pequeños» (LC, p.
721), había merecido en 1932 la negativa de las autoridades penitenciarias.
45
GIANNI FRANCIONI
cubrirlos rápidamente con otras cosas. La operación tuvo éxito y él se
quedó más tranquilo. El baúl lleno fue preparado y embalado en
presencia del mismo Gramsci65.
65
G. TROMBETTI, In carcere con Gramsci, cit., pp. 86-87. Véase también el
testimonio hecho por el mismo Trombetti en 1977: «La noche anterior a la
partida a Formia, Gramsci fue llamado por el Jefe de guardia que le ordenó
ir al almacén a preparar sus valijas. Yo lo acompañé. Y –habiendo acordado
esto antes– mientras él entretenía al guardia, que era sardo y lo estimaba
mucho, poniéndose frente a mí, cubriéndome, yo puse los cuadernos en un
baúl [...]. Luego ese baúl fue enviado no sé a quién, tal vez a su cuñada, que
vivía en la avenida de los Alpes, en Perilli» (M. PAULESU QUERCIOLI, Gramsci
vivo nelle testimonianze dei suoi contemporanei, cit., p. 233).
46
CÓMO TRABAJABA GRAMSCI
Reino, que seguía con interés los procedimientos relacionados
con Gramsci (interviniendo discretamente en su favor en más de
una oportunidad) sea para su trasferencia en «traslado
extraordinario» como para el movimiento de los cuadernos66. Por
66
«[...] sería bien que visitaras a Novelli para obtener una autorización
especial, tanto para las pertenencias por trasladar como para el viaje» (P. SRAFFA,
Lettere a Tania per Gramsci, introducción de V. Gerratana, Editori Riuniti,
Roma, 1991, p. 141, la cursiva es mía). Incluso antes, el 18 de julio, Sraffa
aconsejó a Tania que fuera «a ver a S.E. Novelli en forma personal: [...] debes
recordarle que dijo que apenas se manifestase el deseo de transferencia, él lo
gestionaría con su autoridad, y garantizaría el “traslado extraordinario”» (ibid.,
p. 131). Acudiendo inmediatamente al Ministerio, Tania fue recibida por el
jefe de gabinete, en ausencia de Novelli, quien le aseguró que «tomaría todas
las previsiones para el viaje, supervisando todo lo relacionado en resguardo
de Nino» (carta a Sraffa del 16 de octubre). La «autorización especial» le fue
concedida. Tania –escribiendo a Gramsci, el 4 de diciembre, a propósito de
las posibles modalidades de su transferencia de Civitavecchia– confirmaba
haber pedido a la Dirección de la cárcel «el certificado médico que se necesita
para viajar sin esposas» y de haber obtenido firmes compromisos «en relación
a las instrucciones recibidas en [sus] cartas» (GSL, p. 1392). Sobre la acción
de Mariano D’Amelio en favor de Gramsci (y sobre su influencia con el
Director General Novelli y el procurador del Tribunal Especial Vincenzo
Balzano, por cuyas manos pasará la petición de libertad condicional de
Gramsci, concedida el 25 de octubre de 1934) véase G. VACCA, Vita e pensieri
di Antonio Gramsci 1926-1937, Einaudi, Turín, 2012, pp. 249, 274, 275, 292 y
siguientes, y también G. FABRE, Lo scambio. Come Gramsci non fu liberato,
Sellerio, Palermo, 2015, en particular pp. 242-251. Por la carta de Angelo
Sraffa a su hijo Piero del 29 de mayo de 1933 se sabe que los lazos D’Amelio-
Novelli-Balzano eran conocidos (carta publicada en P. SPRIANO, Gramsci in
carcere e il partito, l’Unità, Roma, 1988, pp. 156-157). Por lo que concierne al
viaje, Gramsci quería evitar repetir la extenuante experiencia del «traslado
ordinario» al que fue sometido en 1927 (cuando partió el 20 de enero del
confín de Ustica hacia la cárcel San Vittore de Milán, conducido por un
mandamiento de captura del Tribunal Militar de Milán, después de un viaje
de 19 días, con paradas en las cárceles y en los cuarteles de Palermo, Nápoles,
Caianello, Isernia, Sulmona, Castellamare Adriático, Ancona y Boloña; cfr.
47
GIANNI FRANCIONI
otra parte, Gramsci tenía buenas relaciones con el entonces
director de la cárcel de Turi, Pietro Sorrentino –quien sucedió en
marzo de 1933 a Vito Azzariti– que lo trataba con respeto y
deferencia y que se entretenía con él en largas y cordiales charlas
(Gramsci lo consideraba el mejor director que le tocó en prisión).
Sorrentino también animó a Gramsci a escribir un reclamo
dirigido a sus superiores (que Gramsci presentó) contra el
comportamiento de los jefes de guardia67. ¿Es posible hacer la
68
Cuadernos 10, 11, 12, 13 y 16.
69
El 22 de febrero de 1932, Gramsci pidió que se le enviasen cuadernos,
no «como los que me mandaste hace un tiempo, que son incómodos y muy
grandes» (alusión evidente a los Cuadernos 10, 12, 13 y 18, que en realidad
son cuadernos de registro) sino «de formato normal, como los escolares, no
de muchas páginas, cuarenta o cincuenta hojas como máximo, de modo que
no terminen transformándose en zibaldoni misceláneos siempre más
farragosos» (LC, p. 739). El 14 de marzo Tatiana le avisaba sobre su envío:
«te envié dos tipos de cuadernos, hazme saber cuál prefieres» (GSL, p. 949);
el 21 de marzo Gramsci responde: «he recibido los cuadernos: los mejores
50
CÓMO TRABAJABA GRAMSCI
son los dos pequeños (por el número de páginas) que pusiste en el segundo
paquete, el recomendado» (LC, p. 756). Identifiqué en los Cuadernos 16 y 26
–tipo f) de 36 hh.– «los dos pequeños» a los que Gramsci se refiere, por cuanto
se puede deducir que hayan estado en su poder desde los primeros días de
marzo de 1932 (si bien el Cuaderno 26 quedará por largo tiempo intacto,
siendo utilizado solamente en Formia, en la última fase de redacción de los
cuadernos especiales). El Cuaderno 16 contiene pocos elementos (indirectos) de
fechado: en primer lugar una referencia a «otras notas (la serie sobre los
“intelectuales” y el problema escolar)» que aparece en el § 21 y que se
entiende como una remisión al Cuaderno 12 (mayo-junio de 1932); en el
contexto del § 9, Gramsci también hace una rápida y alusiva afirmación en
referencia a un tema («son unos abstractistas los que esperan una reforma
religiosa en Italia, una reedición italiana del calvinismo, como Missiroli y
C[roce].») que permite establecer la posterioridad de este texto respecto al §
26 del Cuaderno 14 (escrito en enero de 1933), donde la «corriente intelectual
contemporánea que sostiene el principio de que la debilidad de las naciones
y del Estado italiano se debían a la ausencia de una reforma protestante,
representada especialmente por Missiroli» fue analizada ampliamente; el § 10
hace algunas indicaciones sobre el prefacio de Guido De Ruggiero a un libro
de Guido Lachelier que pudo haber sido leído por Gramsci en el periodo de
Formia (el libro no se conserva en el fondo carcelario); en el § 11, hablando
de las «posibilidades financieras del centro Vaticano», y en particular de las
«ganancias normales ya aseguradas» por efecto del Concordato, Gramsci
observa que éstos «en 1937 disminuirían 15 millones al año por la conversión
de la deuda pública del 5% al 3,5%», un dato que presupone la publicación
del Decreto Ley del 3 de febrero de 1934, donde se establece –proyectando
a 1937– la reducción de los intereses sobre los títulos estatales; en los §§ 13
y 14 se reelaboran (segunda redacción), además de párrafos provenientes de
los Cuadernos 4 y 8, cuatro notas de primera redacción del Cuaderno 14 (§§
4, 27, 30 y 44), la última de los cuales es de febrero de 1933; el § 15 retoma
en segunda redacción el § 68 del Cuaderno 15 (julio de 1933). Como se ve,
bastaría solo el § 11 para enmarcar cronológicamente una parte del Cuaderno
16 (la de la h. 15r en adelante) al periodo de Formia y luego, por lo que
sabemos de las condiciones de salud de Gramsci a la Clínica Cusumano, no
51
GIANNI FRANCIONI
antes de mediados de 1934; mientras los textos anteriores –al menos hasta el
§ 8, es decir de la h. 2a hasta la h. 10a– pueden haber sido escritos en Turi.
Una particularidad gráfica ofrece un otro indicio para determinar la
cronología del Cuaderno 16: Gramsci lo redacta invadiendo con su letra
sistemáticamente el margen derecho de cada página, siguiendo un uso
redaccional utilizado anteriormente en abril y diciembre de 1932, que será
readoptado no antes de mediados de 1934, lo que lleva a excluir que una
parte del manuscrito pueda haber sido redactado en el arco temporal que va
desde diciembre de 1932 al 19 de noviembre de 1933 (traslado de Turi),
durante el cual Gramsci redactó –siguiendo una ‘regla’ diferente, o sea,
invadiendo ambos márgenes de las páginas– el Cuaderno 14, partes del
Cuaderno 17, y todo el Cuaderno 15. Sin embargo, también se debe excluir
la hipótesis según la cual todo el Cuaderno 16 habría podido ser redactado
en Formia a partir de mediados de 1934, lo que significaría que un cuaderno
visado por la dirección de la cárcel y entregado al detenido, a más tardar en
marzo de 1933, haya permanecido en blanco durante más de un año; en tal
caso es fácil imaginar que el Cuaderno 16 habría sufrido la misma suerte que
los Cuadernos 17bis y 17ter, es decir, habría sido descartado por obvias
razones psicológicas (Gramsci efectivamente no se habría sentido cómodo,
una vez salido de la cárcel de Turi, con el uso de cuadernos que portasen
registros carcelarios –salvo aquellos iniciados–, así se tienen los Cuadernos
17bis y 17ter dejados totalmente en blanco, puesto que no tiene motivos para
no usar en su lugar nuevos sin sellos ni firmas carcelarias). Lo que permite
relacionar la parte inicial del Cuaderno 16 a 1932 –a la fase de la primera
aplicación de la ‘regla’ de invadir el margen derecho, que comprende también
a los Cuadernos 9 y 11– es un conjunto de características que lo emparejan a
los Cuadernos 8-13 (la referencia implícita contenida en la formulación de
las primeras cuatro «Agrupamientos por materia» apuntadas en la h. 2a del
Cuaderno 8 –«1° Intelectuales. Problemas escolares | 2° Maquiavelo | 3° Nociones
enciclopédicas y temas de cultura | 4° Introducción al estudio de la filosofía y notas críticas
a un Ensayo popular de sociología»– respecto al orden de los Cuadernos especiales
12, 13, 16 y 11; la ausencia de una numeración de Gramsci en las hojas de
este cuaderno, como en el Cuaderno 11, frente a un comportamiento distinto
en los Cuadernos 10, 12 y 13; la reelaboración en los párrafos iniciales –como
52
CÓMO TRABAJABA GRAMSCI
en blanco70.
sucede en los Cuadernos 11 y 13, y en el bloque de hh. 41a-50r del Cuaderno
10– de notas de primera redacción extraídas del Cuaderno 8), en particular
el hecho de estar inserto en la tentativa –que sucedió con toda probabilidad
la segunda mitad de 1932– de clasificar los manuscritos: el número 2 bis que
Gramsci atribuye inicialmente al Cuaderno 16 (y que cerrará, posteriormente,
incorporando al cuaderno el título Temas de cultura 1°, para distinguirlo del
Cuaderno 26, titulado Temas de cultura 2°) nos hace comprender que éste
forma parte del grupo de aquellos que el detenido tenía entre sus manos a
mediados de 1932, cuando inicia la construcción de los primeros especiales.
Todo esto nos induce a sostener que el inicio del Cuaderno 16 pueda ser
contiguo al del Cuaderno 11, y por tanto pueda estar enmarcado entre junio-
julio de 1932; significa también que este especial sufrió, en el curso de su
redacción, una interrupción (no estamos, sin embargo, en posibilidades de
establecer cuándo e identificar en el ductus un posible punto de quiebre) que
viene a coincidir con el periodo en el que Gramsci adopta la ‘regla’ de la
invasión de ambos márgenes. La retoma del cuaderno acontece en la época
de la segunda aplicación de la ‘regla’ de la invasión únicamente del margen
derecho (razón por la cual, en el manuscrito, ambos comportamientos
redaccionales nunca aparecen juntos, como en cambio pasa en el Cuaderno
17). El hecho de que al final del § 10, La religión, la lotería y el opio de la miseria,
Gramsci haga una remisión –«cfr. en el anterior cuaderno otras notas sobre
este tema»– que no puede ser otra referencia que a los §§ 228-230 del
Cuaderno 8 (ambos titulados La religión, la lotería y el opio del pueblo), olvidando
evidentemente haber reelaborado estos dos textos justo en la primera nota
del mismo Cuaderno 16, también es señal de la retoma del trabajo luego de
una larga interrupción.
70
Es posible que el carcelero de la mano δ haya confundido un cuaderno
ya (o al menos en parte) escrito con uno en blanco, engañado por el hecho
de que Gramsci, en muchos casos, no los comenzaba por la primera hoja,
quedando vacía en el anverso y reverso. Entre los cuadernos de Turi, a esta
característica le corresponde: el Cuaderno 7 (donde las traducciones de Marx
inician desde la h. 2a), el Cuaderno 11 (iniciado desde la h. 11a; alcanzado en
diciembre de 1932 al final del cuaderno, Gramsci decide utilizar las hh. 3a-
6r, escribiendo una advertencia sobre el contenido del cuaderno en cinco
líneas al centro de la h. 1r [Tomo 4, p. 237], aunque la advertencia podría
haber sido escrita en Formia); y, el Cuaderno 15 (donde la redacción
53
GIANNI FRANCIONI
El 27 de noviembre de 1933, desde la enfermería de la cárcel
de Civitavecchia (donde se detuvo por 18 días, en espera de llegar
a la Clínica Cusumano de Formia) Gramsci dio indicaciones
precisas a su cuñada para recuperar cuanto había dejado en Turi,
y tales instrucciones fueron puntualmente seguidas: El 4 de enero
de 1934, Tatiana escribirá –a su hermana Giulia– que Gramsci
«ahora tiene todo cuanto necesita para escribir y espero que
pronto esté listo para retomar el trabajo en forma más o menos
asidua»71, y el 16 de febrero informaba a Piero Sraffa que «le
llegaron [a Gramsci] los libros de Turi, aquellos que alistó para
enviar a la clínica, luego de la autorización del Ministerio. De la
misma forma me fue concedido el envío de una caja de libros a
mi dirección».
Los dos grupos de cuadernos inventariados por separado en
las dos listas fueron reunidos en Formia. Sin embargo, hasta
mediados de 1934 Gramsci no estará en condiciones de trabajar
sobre estos (las cartas de Tatiana a Giulia y Sraffa conducen a
pensar que no pudo estudiar y escribir hasta antes del otoño)72.
comienza desde la h. 2a, puesto que la h. 1a lleva en las primeras tres líneas
una anotación incorporada por la dirección de la cárcel: «El presente
cuaderno contiene hojas numeradas del uno al cuarenta, perteneciente a la
Mla 7047, Gramsci Antonio», y la h. 1r que contiene la advertencia de
Gramsci –que podría pertenecer también a la época de Formia– «Cuaderno
iniciado en 1933, escrito sin tener en cuenta las divisiones de materia y la
agrupación de notas en cuadernos especiales»).
71
T. SCHUCHT, Lettere ai familiari, prefacio de Giuliano Gramsci,
introducción de M. Quercioli Paulesu, Editori Riuniti, Roma, 1991, p. 155.
72
Ver las cartas de Tatiana a Giulia (15 de febrero de 1934: «desde
noviembre [1933] Antonio no ha escrito ni una sola línea», T. SCHUCHT,
Lettere ai familiari, cit., p. 160; 16 de abril de 1934: «por el momento no ha
retomado las fuerzas para escribir», ibíd., p. 165) y a Piero Sraffa (16 de abril
de 1934: «Nino no ha escrito ni una línea desde que se encuentra en Formia»;
8 de mayo de 1934: «hasta ahora no ha podido comenzar su estudio y
trabajo»; y, 12 de septiembre de 1934: «Nino tiene el temor de volverse en
54
CÓMO TRABAJABA GRAMSCI
55
GIANNI FRANCIONI
78
Al respecto véase G. COSPITO, Dopo i “Quaderni”. Le ultime letture di
Gramsci (agosto 1935-aprile 1937), «Critica marxista», n.s., 2016, n. 4-5, pp. 72-
80.
79
Ibid., p. 77.
58
CÓMO TRABAJABA GRAMSCI
82
Por iniciativa de las organizaciones juveniles del Partido Comunista de
Argentina a través de la editorial Lautaro se realizó la primera traducción
latinoamericana de los Cuadernos de la cárcel, a partir de la edición temática
italiana. Los cuatro títulos que Lautaro publicó entre 1958 y 1961 fueron: El
materialismo histórico y la filosofía de Benedetto Croce (1958), con traducción de
Isidoro Flaumbaum y prólogo de Héctor Agosti; Los intelectuales y la
organización de la cultura (1960), traducido por Raúl Sciarreta; Literatura y vida
nacional (1961), traducido por José Aricó, con prólogo de Héctor Agosti; y,
Notas sobre Maquiavelo, sobre la política y sobre el Estado moderno (1962), con
traducción, prólogo y notas de José Aricó. Sin embargo, la editorial Lautaro
se disolvió en 1966. A mediados de los años ’70, la editorial mexicana Juan
Pablos Editor comenzó una reedición de los Cuadernos de la cárcel a partir de
la edición mencionada (otorgándoles un nuevo orden), completando los dos
tomos que faltaban en aquella, siguiendo la publicación en seis tomos de la
editorial Einaudi, por lo que se añade Pasado y Presente (1977), con traducción
de Gabriel Ojeda Padilla y, El Risorgimento (1980), con traducción y notas de
Stella Mastrangelo. [NdT]
83
V. GERRATANA, Prefacio, en A. GRAMSCI, Cuadernos de la cárcel, cit.,
Tomo 1, p. 28.
60
CÓMO TRABAJABA GRAMSCI
simple, al pensamiento de Gramsci, permitiendo su profunda
influencia sobre la cultura italiana de la segunda posguerra 84.
84
Como observó A. Monasta (L’educazione tradita, Criteri per una diversa
valutazione complessiva dei «Quaderni del carcere» di Antonio Gramsci, Giardini, Pisa,
1985, p. 32) la decisión de publicar en primer lugar un volumen que contenga
notas de filosofía se justificaba, en el Prefacio de Il materialismo storico e la
filosofia di Benedetto Croce, por «la necesidad de insertar a Gramsci en la
continuidad del marxismo-leninismo». Los escritos recogidos en ese primer
tomo eran definidos como «el coronamiento de todas las investigaciones
desarrolladas por Gramsci en los años de la cárcel, la justificación teórica y
filosófica del enfoque dado al problema de los intelectuales y de la cultura
[...] Estos escritos [de Gramsci] no podrían ser comprendidos o valorados en
su justo significado si no se diesen por adquiridos los progresos alcanzados
por la concepción marxista en las primeras tres décadas del siglo, gracias a la
actividad teórica y práctica de Lenin y Stalin. El marxismo de Gramsci es el
marxismo-leninismo» (A. GRAMSCI, Il materialismo storico e la filosofia di Benedetto
Croce, cit., p. XVIII) [Téngase presente que la traducción al español de este
tomo fue realizada, como se mencionó anteriormente, por Isidoro
Flaumbaum el año 1958, cuyo Prefacio fue redactado y añadido para esa
edición por H. Agosti. NdT]. El Prefacio italiano a Note sul Machiavelli sugería
pues una lectura de conjunto de este cuarto y de los dos precedentes: «en
rigor –ahí se lee– [...], al volumen sobre el Risorgimento deberían haber seguido
las notas y los ensayos entorno a la literatura italiana y la literatura popular,
concebidas por el autor como parte de la investigación sobre la función de
los intelectuales, de las cuales, las notas reunidas en el presente volumen [El
Risorgimento], constituyen la conclusión; [Sin embargo] es evidente que los
problemas del partido político de la clase obrera y de la fundación del Estado
socialista –el problema del “Príncipe moderno”– estén total y estrechamente
conectados a aquellos tratados en los dos volúmenes anteriores (Intellettuali y
Risorgimento) de cuanto no lo sean los problemas de la literatura [...]. Se debe
[...] tener en cuenta el hecho de que en las notas de literatura la función de
los intelectuales es examinada [por Gramsci] desde un punto de vista un
tanto distinto, no siempre inmediatamente político. Por tanto, se tuvo por
oportuno –concluía el Prefacio– posponer al presente, el volumen que
contiene estas [de literatura] y otorgarles un lugar propio en la serie de obras,
como se hizo para Il materialismo storico e la filosofia di Benedetto Croce» (A.
GRAMSCI, Note sul Machiavelli, cit., pp. XIX-XX).
61
GIANNI FRANCIONI
Con la omisión por completo de las traducciones (que, sin
embargo, en el proyecto original de Platone deberían haber estado
destinadas al último de los ocho tomos previstos inicialmente), la
supresión de los materiales menores ²listas de libros, borradores
de cartas o peticiones, cuentas y cálculos de diversa índole, etc.²
y (salvo excepciones) de las notas de primera redacción, tachadas
por Gramsci al ser retomadas en los cuadernos especiales, la edición
acabó incorporando casi todos los textos de segunda redacción y
la mayoría de los de redacción única. Sin embargo, alrededor de
ochenta de estas últimas quedaron excluidas: mayormente fichas
o notas bibliográficas; pero también hay casos de párrafos no
aceptados o por la dureza de los juicios pronunciados por
Gramsci sobre personajes que se acercaban tras la Segunda
Guerra Mundial al Partido Comunista (por ejemplo, el escritor
Leonida Rèpaci, objeto de observaciones sarcásticas
puntualmente omitidas) o por su contenido político (es el caso de
los §§ 74 y 76 del Cuaderno 14, sobre la «hipocresía de la
autocrítica» y sobre las formas de «parlamentarismo negro»
presente también en la Unión Soviética85, o del § 9 del Cuaderno
15, las famosas Notas autobiográficas que contienen la fábula de los
caníbales y reflexiones sobre las «mutaciones moleculares» que
conducen a «catástrofes de carácter», con la crítica conexa que
realiza Gramsci a la «concepción falsamente heroica, retórica [y]
fraseológica» de la política: observaciones que se traducen en una
acusación contra aquellos que «pudiendo, no han impedido, por
impericia, negligencia o incluso voluntad perversa, que se
sufrieran ciertas pruebas»86).
La edición temática rompía así la unidad interna de cada
cuaderno, agrupando los textos en volúmenes individuales (a su
vez divididos en partes o secciones) según «una jerarquía
85
Cuaderno 14, §§ 74 y 76 [Tomo 5, pp. 167-169].
86
Cuaderno 15, § 9 [Tomo 5, pp. 183-186].
62
CÓMO TRABAJABA GRAMSCI
87
A. MONASTA, L’ educazione tradita, cit., p. 37.
88
Prefazione, en A. GRAMSCI, Il materialismo storico e la filosofia di Benedetto
Croce, cit., pp. XXI-XXII.
63
GIANNI FRANCIONI
Lo que desapareció por completo, en un montaje de este tipo,
fue el ‘factor temporal’, la característica peculiar de la escritura de
Gramsci, es decir, su regreso a ciertos temas, recordándolos con
títulos de rúbrica, el avance de la investigación a medida que se
desarrolla, cuaderno tras cuaderno (o al pasar de un cuaderno a
otro) entre 1929 y 1935. La edición temática acababa así
sugiriendo al lector (gracias también a la introducción frecuente
de saltos de línea y a una regularización sistemática de la
puntuación, mayúsculas, cursivas y comillas) que Gramsci en
prisión hubiese escrito libros (sobre el materialismo histórico y
Croce, sobre los intelectuales, sobre el Risorgimento italiano, etc.).
La edición a cargo de Valentino Gerratana, nuevamente en la
editorial Einaudi (1975), marcó un punto de inflexión decisivo y
produjo una gran renovación de los estudios gramscianos a nivel
mundial (gracias a su traducción a varios idiomas). Poniendo en
primer plano la ‘forma cuaderno’ devolvía una imagen de la obra
de Gramsci en la cárcel completamente distinta de la que se le
había impuesto a los lectores de la edición temática. Gramsci
había escrito cuadernos, por tanto: correspondía publicarlos.
También en esta edición, como en la anterior, se excluyeron las
traducciones (cuatro cuadernos enteros y partes de otros dos), con
excepción de algunas traducciones de Marx, colocadas en un
apéndice especial después del texto de los cuadernos publicados.
Gerratana llegó a esta solución superando algunas dudas iniciales
(en 1967, mientras se declaraba convencido de que la inclusión de
las traducciones habría supuesto «sólo una carga inútil, sin la
contrapartida de un interés real», concluyó: «En todo caso, parece
adecuado agrupar por separado los cuadernos de sólo
traducción»89). De estos cuadernos, como de los demás, se da una
89
V. GERRATANA, Sulla preparazione di un’edizione critica dei «Quaderni del
carcere», en Gramsci e la cultura contemporanea, Atti del Convegno internazionale
64
CÓMO TRABAJABA GRAMSCI
descripción y fecha aproximada; igualmente, a la hora de describir
los cuadernos se toma en cuenta todo otro material por más
heterogéneo respecto a los apuntes de Gramsci propiamente
dichos.
«Sobre la base de pruebas objetivas» (presencia o ausencia de
marcas carcelarias, elementos de fechado directo aportados por el
propio Gramsci, referencia de algunas anotaciones a fuentes
declaradas o identificables con suficiente certeza, etc.), Gerratana
estableció un orden de los cuadernos «en base a la fecha
presumible en que se iniciaron»90, y en consecuencia asignó a cada
cuaderno un número arábigo progresivo, del 1 al 29, mientras que
a los cuatro cuadernos de traducciones se les asignó letras
mayúsculas (A, B, C y D). Manteniendo la numeración de Tatiana
Schucht entre paréntesis contiguo del nuevo número.
Los 29 cuadernos se dispusieron entonces en una sola
secuencia, en la que, a un primer bloque de misceláneos (Cuadernos
1-9: el 7 y el 9 obviamente sin las traducciones, para las que
Gramsci los había utilizado inicialmente), sigue un primer grupo
de especiales (Cuadernos 10-13); después de estos se presentan dos
misceláneos (Cuadernos 14 y 15), un especial (Cuaderno 16), luego el
último misceláneo (Cuaderno 17), y finalmente la secuencia de
monográficos que va del Cuaderno 18 al Cuaderno 29. Se prefirió
esta solución a la otra, hipotetizada por Gerratana en 1967, de
«dividir la edición en dos partes, colocando los cuadernos especiales
en la primera y los cuadernos misceláneos en la segunda»91.
En cuanto al orden de las notas dentro de cada cuaderno,
Gerratana declaró haber seguido «por regla general el orden
di studi gramsciani, Cagliari, 23-27 abril 1967, editado por P. Rossi, vol. II,
Editori Riuniti, Roma, 1970, p. 465.
90
V. GERRATANA, Prefacio, cit. [Tomo 1, p. 30].
91
V. GERRATANA, Sulla preparazione di un’edizione critica dei «Quaderni del
carcere», cit., p. 475.
65
GIANNI FRANCIONI
material de las páginas, salvo cuando resultaba claro que Gramsci
había seguido un orden distinto»92. En verdad, no siempre se
observó este criterio, puesto que existen casos, como los de los
Cuadernos 4, 7 y 10, en los que se realizaron desplazamientos
internos de grupos de notas, donde la sucesión real dispuesta no
parecía corresponder al orden de redacción de las páginas;
mientras que, en otros, en los que también se constataba esa falta
de correspondencia, como por ejemplo en los Cuadernos 8 y 14,
no se reconstruyó la diacronía del texto, transcribiendo el
manuscrito tal cual. Las notas de primera redacción, tachadas por
Gramsci, se marcaron con una tipografía menor «para hacerlas
inmediatamente reconocibles»93.
Gerratana también insertó el signo de parágrafo, que suele
preceder a cada nota en los cuadernos, con un número progresivo
entre ganchos que parte del 1 en cada cuaderno. El texto se
reproduce respetando «todas las peculiaridades estilísticas y
lexicales»: «Cuando se corrige […] algún lapsus evidente,
tratándose de casos bastante raros [¡en realidad son numerosos!
GF], se consideró oportuno señalar tal hecho a pie de página. Pero
en general se ha evitado transformar el criterio de transcripción
fiel en inútil pedantería. Así, se han completado, sin hacer
advertencia al respecto, las palabras abreviadas, cuando la
abreviatura parecía totalmente casual y carente de significado; por
el contrario cuando la abreviatura parecía intencional, para no
llamar la atención de la censura carcelaria, esta circunstancia se
señala en una nota»94. Finalmente, «palabras o frases añadidas por
Gramsci en un momento posterior, en interlineado o al margen
del cuaderno» fueron encerradas entre corchetes. Esta elección
condujo en consecuencia a ignorar o transformar los corchetes
92
V. GERRATANA, Prefacio, cit. [Tomo 1, p. 30].
93
Ibid., p. 31
94
Ibid., p. 33.
66
CÓMO TRABAJABA GRAMSCI
verdaderamente presentes en los manuscritos, aquellos que
Gramsci utilizó en cambio como se explicará más adelante, con
una función específica.
Precisamente, cabe señalar que existen muchas otras
intervenciones, si bien no declaradas explícitamente por el editor,
destinadas a ‘limpiar’ el texto o modernizarlo, entre ellas la
corrección de los nombres de personas o lugares, en su mayoría
extranjeros (que Gramsci muy a menudo menciona con algún
error), y la adopción sistemática de cursivas para títulos y comillas
angulares. De esta forma las reglas editoriales de la editorial
Einaudi terminaron prevaleciendo sobre las peculiaridades de la
escritura de Gramsci (incluido el cfr no seguido de punto, que
Gramsci por su parte nunca omite).
La edición de 1975 fue acompañada de un rico conjunto de
notas editoriales, que «no dan prioridad al comentario, sino que
contienen sobre todo indicaciones sobre las fuentes utilizadas por
Gramsci, aun cuando no sean declaradas en el texto, aclaraciones
sobre las obras, sobre los sucesos y los personajes mencionados y
sobre las alusiones que no se entienden por sí mismas [...], y por
último referencias a las relaciones con las Cartas de la cárcel, a los
vínculos internos de los Cuadernos y a los anteriores escritos de
Gramsci conectados con ellos, según los temas tratados en cada
ocasión»95.
La nueva edición crítica de los Cuadernos de la cárcel96, como
parte de la Edición Nacional de los escritos de Antonio Gramsci publicó
su primer volúmen el 2007 con Quaderni di traduzioni (1929-1932)97.
95
Ibid., p. 34.
96
Articulada en tres secciones: la sección 1 se subdivide en dos tomos,
la sección 2 en tres, y la sección 3 en dos tomos.
97
En 1990 se instituyó la comisión científica que se encargó de elaborar
el plan de la obra y organizar su ejecución; en 1998 se aprobó la publicación
definitiva del proyecto en cuatro secciones o partes, para las cuales se
asumieron las siguientes denominaciones: Escritos 1910-1926 bajo la
67
GIANNI FRANCIONI
Para no generar confusión se preferió no volver a numerar los
manuscritos, incorporando íntegramente la numeración
progresiva establecida en la edición Gerratana, aunque en algunos
casos acabase por no corresponder a la sucesión real de
cuadernos. El número dado por Gerratana es ahora el ‘nombre
propio’ de cada manuscrito (y por ello hemos omitido indicar –
aunque lo señalamos en la descripción– el antiguo número
romano del inventario de Tatiana).
Desde un punto de vista metodológico, esta edición se
inscribe enteramente en el ámbito de la crítica textual, en
particular en aquella que se define como ‘filología de autor’. Por
tanto, siendo una edición crítica en sentido propio,
necesariamente presenta muchas de las que Gerratana
consideraba ‘pedanterías inútiles’ y que son, en cambio, ni más ni
menos, la aplicación rigurosa de los criterios de una buena
filología, con todas sus reglas. Entre estas, está la representación
del texto en la forma más fiel posible al original, respetando sobre
todo su integridad. En efecto, no es tarea del filólogo emitir juicios
de valor sobre lo que Gramsci escribió en sus 33 manuscritos, y
dirección de Leonardo Rapone (por ahora han sido publicados: vol. 1, 1910-
1926 editado por G. Guida y M. L. Righi, Istituto della Enciclopedia Italiana,
Roma, 2019; vol. 2, 1917, editado por L. Rapone, con la colaboración de M.
L. Righi y la contribución de B. Garzarelli, ibid., 2015); Quaderni del carcere
1929-1935 bajo la dirección de Gianni Francioni (publicados: vol. 1, Quaderni
di traduzioni 1929-1932, editado por G. Cospito y G. Francioni, ibid., 2007;
vol. 2, Quaderni miscellanei 1929-1935, editado por G. Cospito, G. Francioni y
F. Frosini, Tomo 1, que contiene los Cuadernos 1-4, ibid., 2017); Epistolario
1906-1937 bajo la dirección de Chiara Daniele (publicados: vol. 1, Gennaio
1906-dicembre 1922, editado por D. Bidussa, F. Giasi, G. Luzzatto Voghera y
M. L. Righi, con la colaboración de B. Garzarelli, L. P. D’Alessandro, E.
Lattanzi, L. Manias y F. Ursini, ibid., 2009; vol. 2: Gennaio-novembre 1923,
editado por D. Bidussa, F. Giasi y M. L. Righi, con la colaboración de L. P.
D’Alessandro, E. Lattanzi y F. Ursini, ibid., 2011); y, Documenti (publicado:
vol. 1, Appunti di glottologia 1912-1913. Un corso universitario di Matteo Bartoli
redatto da Antonio Gramsci, editado por G. Schirru, ibid., 2016). [NdT]
68
CÓMO TRABAJABA GRAMSCI
decidir en base a ello qué parte de ellos constituye el texto
propiamente.
Como se ha dicho, Gerratana consideraba que las
traducciones eran sólo «un ejercicio relajante y un entrenamiento
mental, útil para cierto periodo», por lo que su reproducción
completa «solamente habría complicado inútilmente una edición
ya tan cargada»; por tanto, podrían omitirse, en base a la
consideración de que «se sitúan claramente fuera del plan de
trabajo que se prupuso Gramsci en la redacción de los
Cuadernos»98. El hecho de que las traducciones contengan errores
e imperfecciones ciertamente pesó a favor de esta decisión:
tratándose de pruebas enteramente provisionales. Sin embargo,
estas motivaciones nos parecieron no sólo ajenas a un correcto
enfoque filológico, sino también insuficientes y poco
convincentes en cuanto al fondo de la cuestión: De hecho a
Gramsci la redacción de las traducciones, durante toda la primera
fase del trabajo en prisión, le parece tan importante como el de
las anotaciones de carácter teórico, sólo la falta de energía física y
la necesidad de concentrar todos sus esfuerzos en la redacción de
los cuadernos monográficos explican su decisión de interrumpir
las mismas (abandonadas de hecho a mediados de 1931, salvo una
breve reanudación esporádica en enero de 1932). En cuanto a la
supuesta ‘extrañeza’ de las traducciones con respecto al plan de
trabajo de los cuadernos –como demostró Giuseppe Cospito en
su Introducción y en las notas de comentario– se establecen
múltiples conexiones entre los temas de los textos escogidos por
Gramsci en otro idioma, por un lado, con los intereses del período
anterior al arresto y, por otro, con temas que serán explorados en
los apuntes teóricos de la prisión.
Tomemos, por ejemplo, el número especial del 14 de octubre
de 1927 de la revista alemana «Die Literarische Welt», dedicado a
98
V. GERRATANA, Prefacio, cit. [Tomo 1, p. 32].
69
GIANNI FRANCIONI
la literatura estadounidense, que Gramsci traduce casi en su
totalidad99: lleno de información sobre las tendencias literarias,
artísticas y político-culturales de la América de la época, y sobre
los nuevos medios de comunicación difundidos en ella (desde una
determinada forma de entender el periodismo hasta la fotografía,
el cine y la música jazz). Desde los años de «L’Ordine Nuovo»,
Gramsci muestra un gran interés, no exclusivamente crítico, hacia
Estados Unidos, atención destinada a ser renovada y
profundizada en muchas notas carcelarias dedicadas a las
relaciones entre los intelectuales y la sociedad americana, y entre
la joven civilización norteamericana y la cultura de la vieja Europa
(en particular en el Cuaderno 22, Americanismo y fordismo).
El interés por la literatura popular, el folclore y el sentido
común (temas enumerados explícitamente por Gramsci en su
programa de trabajo de 1929) ciertamente ayudó a motivar la
elección de traducir veinticuatro fabulas de los hermanos
Grimm100, que Gramsci ya conocía antes de la cárcel, habiendo
mencionado alguna de ellas en sus artículos periodísticos. Lo que
llama la atención, sin embargo, en estas traducciones, es el conato
pedagógico: a medida que desarrolla la traducción, se separa
deliberadamente del original, realizando una serie de
intervenciones conscientes y coherentes, encaminadas a eliminar
cualquier referencia de carácter religioso y trascendental,
secularizando los personajes y ambientes para hacerlos más
99
Cuaderno A, hh. 1a-50r (cfr. Quaderni di traduzioni 1929-1932, cit., pp.
43-120). Retomo aquí y más abajo algunos extractos de la Introduzione de G.
Cospito, ibíd., pp. 15-28.
100
Quaderno A, hh. 51a-99a, y Quaderno B, hh. 1a-23a: traducciones de
Fünfzig Kinder- und Hausmärchen. Gesammelt durch die Brüder Grimm, Verlag von
Ph. Reclam, Leipzig, s.d. La traducción de la fabula titulada Rumpelstilzchen se
transcribirá parcialmente, con variaciones estilísticas, en el Cuaderno D
(enero de 1932). Cfr. Quaderni di traduzioni 1929-1932, cit., pp. 145-219, 237-
271, 831-832.
70
CÓMO TRABAJABA GRAMSCI
101
Cuaderno 9, hh. 1r-65r (sólo en el reverso de cada hoja), 66a-67a:
traducciones de R. GUTMANN-POLLEDRO y A. POLLEDRO, Antologia russa,
con studio particolare dei verbi, accentazione dell’intero testo, note e questionari, S. Lattes
& C., Turín, 1919 (cfr. Quaderni di traduzioni 1929-1932, cit., pp. 441-489).
102
Cuaderno C, hh. 51a-r, 52r, 53a; 53r-89r (sólo en el reverso):
traducciones de Über allen Gipfeln. Goethes Gedichte im Rahmen seines Lebens,
Wilhelm Langewiesche-Brandt, München, 1922 (cfr. Quaderni di traduzioni
1929-1932, cit., pp. 504-537).
103
Cuaderno C, hh. 26a-50r; 52a-89a (sólo en el anverso), 90a-98r:
traducciones de Goethes Gespräche mit Eckermann, Insel Verlag, Leipzig, 1921
(cfr. Quaderni di traduzioni 1929-1932, cit., pp. 614-718).
71
GIANNI FRANCIONI
retomó así una antigua relación con el poeta alemán, que se
remonta a los años turineses. Por otro lado, incluso en las notas
de la cárcel abundan las referencias positivas a la figura y obra de
Goethe, recordado como el único, entre los «grandes genios
nacionales» del pasado, capaz de expresar «en forma serena y
clásica […] la fe en la actividad creadora del hombre, la naturaleza
vista no como enemiga y antagonista, sino como fuerza a ser
conocida y dominada»104.
En cuanto a la traducción completa del manual de lingüística
de Franz Nikolaus Finck, Die Sprachstämme des Erdkreises105, la
clasificación de lenguas más completa disponible ese entonces: es
universalmente conocido que la pasión por la filología y la
lingüística representa una constante en la actividad intelectual de
Gramsci, desde tiempos de sus estudios universitarios hasta el
Cuaderno 29, el último de los especiales, titulado Apuntes para una
introducción al estudio de la gramática. El compendio de Finck –con su
clasificación no mecánica ni arbitraria sino basada en la
distribución étnico-geográfica de los fenómenos lingüísticos, y
con sus observaciones sobre las características de elitismo o
popularidad, fragmentación dialéctica u homogeneidad de las
lenguas examinadas– aporta a Gramsci un material precioso.
Finalmente, es bastante evidente la relación de las
traducciones de una antología de escritos de Karl Marx, traducida
casi en su totalidad106, con los temas y programas de los Cuadernos.
Las traducciones de la antología en cuestión no sólo constituyen
104
Cuaderno 9, § 121 [Tomo 4, pp. 95-96].
105
Cuaderno B, hh. 26a-100r, y Cuaderno C, hh. 5a-25r: traducciones de
F. N. FINCK, Die Sprachstämme des Erdkreises, Teubner, Leipzig-Berlin, 1923
(cfr. Quaderni di traduzioni 1929-1932, cit., pp. 281-397, 557-595).
106
Cuaderno 7, hh. 2a-35r: traducciones de K. MARX, Lohnarbeit und
Kapital. Zur Judenfrage und andere Schriften aus der Frühzeit, zweite Auflage, Verlag
von Ph. Reclam, Leipzig, s.d. (cfr. Quaderni di traduzioni 1929-1932, cit., pp.
743-813).
72
CÓMO TRABAJABA GRAMSCI
una oportunidad más para estudiar las obras de Marx, conocidas
antes de su arresto, sino que forman parte de un programa muy
específico de relectura y reinterpretación del materialismo
histórico, a partir de lo que Gramsci considera los textos básicos.
Se trata, como es sabido, de una lectura decididamente alternativa
a la de la vulgata de la Tercera Internacional. Dado que esta lectura
presupone la preferencia de ciertas obras de Marx sobre otras, es
sumamente significativo que en la traducción de esas páginas
antológicas Gramsci no siga el orden en que aparecen en la
edición original sino una secuencia diferente (primero las Tesis
sobre Feuerbach, después un pasaje tomado del Prólogo de 1859 a la
Contribución a la crítica de la economía política, las páginas iniciales del
Manifiesto Comunista y las Reivindicaciones del Partido Comunista en
Alemania; luego Trabajo asalariado y capital, algunos pasajes de la
Cuestión judía y el párrafo de la Sagrada Familia sobre el
materialismo francés; etc.), sucesión que esboza una especie de
jerarquía de valores en orden decreciente, que se confirma en una
serie de anotaciones en los Cuadernos y ayuda a definir la peculiar
interpretación de Gramsci sobre la «filosofía de la praxis».
En comparación con la edición Gerratana, la nueva edición
tiene una secuencia diferente de los primeros especiales (Cuadernos
10, 12, 13, 11 y 16). También es diferente la ubicación y
numeración de las notas dentro de los Cuadernos mixtos 4, 7, 8 y
9 (divididos en bloques marcados por una letra alfabética
minúscula entre corchetes –por ejemplo, Cuaderno 4 [a], [b], [c] y
[d]– y con una numeración de los párrafos a partir del 1 en cada
bloque), dentro del Cuaderno 14 (donde se colocarán al final las
primeras tres notas que aparecen físicamente en el cuaderno
porque en realidad fueron las últimas que Gramsci escribió allí) y
dentro los Cuadernos especiales 10 y 11 (en el Cuaderno 10 se
superó la división en dos partes que hacía Gerratana por no
corresponder a la dinámica de la redacción: los párrafos estarán
73
GIANNI FRANCIONI
ensamblados en una sola sucesión cronológica, numerados del 1
al 62; en cambio en el Cuaderno 11, respetando la subdivisión en
siete partes provistas de títulos específicos que Gramsci dio al
cuaderno, la numeración de los párrafos comenzará nuevamente
desde el 1 en cada uno de esos bloques, apareciendo como
séptimo –porque fue escrito al terminar el cuaderno– el que
materialmente se encuentra al principio).
La transcripción del texto en la nueva edición está marcada
por un rigor conservador. En forma compatible con las
necesidades de una edición crítica y moderna, hemos intentado
reproducir los cuadernos con la mayor fidelidad posible,
esforzándonos por devolverles, incluso visualmente, su carácter
de ‘taller’. Por tanto, también se respetan algunas peculiaridades
gráficas de la página de Gramsci que parecieron significativas. En
los cuadernos ‘teóricos’ (misceláneos o especiales) cada párrafo
aparece normalmente como un texto continuo, que mantiene esa
característica sin saltos de línea (Gramsci suele asignar la función
de pausa o desprendimiento a la línea ondulada [~] o al guión
largo, que reproducimos siempre). En cambio, decidimos
intervenir, introduciendo espacios entre párrafos (mientras que en
los manuscritos de Gramsci no se tienen líneas en blanco) para
otorgar mayor legibilidad al texto.
Gramsci hace un uso muy frecuente de los corchetes para
delimitar porciones de texto que le parecen secundarias o
accesorias al tema principal, o proposiciones que luego podrían
haber constituido notas a pie de página, si bien Gramsci no haga
esta distinción, sin embargo, los dejamos siempre donde aparecen
en los manuscritos, sin romper la continuidad.
En la sección de Cuadernos misceláneos (1929-1935), los párrafos
de primera redacción, tachados por Gramsci en un momento
posterior, no se presentan en tamaño de fuente más pequeña que
el resto, lo que habría sugerido impropiamente una jerarquía entre
74
CÓMO TRABAJABA GRAMSCI
los textos de segunda redacción, notas de redacción única y
párrafos de primera redacción. Preferimos señalarlos con dos
líneas verticales contínuas colocadas en los márgenes. Al final de
cada texto de primera redacción, se incorpora una nota que se
refiere al texto revisado correspondiente, indicando el cuaderno,
párrafo y página de la segunda versión. En los cuadernos especiales,
una nota similar da cuenta de las primeras redacciones.
En los Cuadernos de traducciones –en mayor o menor medida,
según la dificultad de los textos traducidos– Gramsci usa, a lo
largo de sus páginas, diversas señales para expresar dudas e
incomplacencia con las soluciones adoptadas y/o resaltar palabras
o pasajes a los que pretende volver. Se trata de subrayados
(perfectamente distinguibles –gracias a la comparación con los
originales traducidos– de los que tienen la función de cursiva),
recuadros o círculos a pluma, paréntesis normalmente más largos
de lo normal (siempre distinguibles de los paréntesis que encierran
un aparte), signos de interrogación que expresan duda: se
representaron todos con soluciones tipográficas particulares. A
veces Gramsci expresa la incertidumbre o el descontento
mediante trazos verticales y cruces al margen de las líneas: en el
aparato crítico se da cuenta de estos casos discursivamente a pie
de página.
En los cuadernos ‘teóricos’, las señales de insatisfacción son
más raras, sin embargo, aquí también hay barras verticales u
oblicuas que encierran ciertas palabras y signos de interrogación,
que denotan incertidumbre, los cuales fueron representados en su
totalidad, encomendando al aparato crítico la tarea de informar
sobre las líneas verticales y otros signos colocados sobre el
margen.
Al establecer el texto, se completaron todas las abreviaturas
entre paréntesis angulares, tanto las debidas a razones de
prudencia, para no llamar la atención de la censura de la prisión,
75
GIANNI FRANCIONI
como las que Gramsci adoptó únicamente para acelerar su
escritura. Los números de párrafo y algunas adiciones al texto se
colocaron nuevamente entre paréntesis angulares. Hemos
transcrito las formas no erróneas sino inusuales, respetando las
oscilaciones en la ortografía, del mismo término; cuando una
palabra aparece a veces con mayúsculas y otras con minúsculas,
se mantuvo tal alternancia. No se introdujo una regularización en
el uso de las mayúsculas acorde con los hábitos actuales. Las
palabras subrayadas fueron puestas en cursiva, no siendo
adoptadas para títulos, en muchos de los casos en que Gramsci
usa comillas altas (nunca bajas, las llamadas ‘a corporal’). Se
ordenaron apóstrofos y tildes (eliminándolos cuando son
superfluos e insertándolos cuando son necesarios), además se
intervino en la puntuación sólo cuando era imprescindible para la
comprensión del texto.
Para no recargar innecesariamente el aparato crítico, hicimos
tácitamente una serie de correcciones: en particular, subsanamos
algunos trazos de pluma evidentes y otras imprecisiones o errores
irrelevantes de Gramsci, proporcionando al respecto una lista
detallada en la Nota al texto. Toda otra intervención se informa en
el aparato.
El aparato crítico, colocado al pie de cada página, consta de
dos bandas. La segunda, de más abajo, caracterizada por un
cuerpo tipográfico más pequeño, es de carácter genético, y
documenta el trabajo correctivo y las retracciones de Gramsci
antes del resultado final del manuscrito (sujeto a veces –como se
explicará en breve– a una evolución). La mayoría de las
correcciones son de carácter estilístico, y el aparato da cuenta de
lo que Gramsci amplía en la escritura inmediata, donde se informa
también la ubicación de la corrección (en interlineado, al margen,
en el encabezado o en la parte inferior de la página); también están
las tachaduras de grandes porciones de texto, a veces significativas
76
CÓMO TRABAJABA GRAMSCI
desde el punto de vista del contenido (sólo para dar un ejemplo:
en el Cuaderno 4, h. 32r, después de haber escrito que «si se quiere
crear un nuevo cuerpo de intelectuales, hasta las más altas cimas,
de un estrato social que tradicionalmente no ha desarrollado las
aptitudes psicofísicas adecuadas, deberán superarse dificultades
inauditas»107, Gramsci concluye al principio con las palabras: «y el
camino también estará sembrado de cadáveres», anulándolas
luego: un final excesivamente dramático – eliminado por ello–
pero que ilumina mejor el sentido de las «dificultades inauditas» a
las que alude).
La primera banda del aparato es evolutiva y pretende dar
cuenta de la labor limae progresiva a la que Gramsci sometió sus
propias traducciones y notas, insertando variantes, que en un
principio aparecen como alternativas y que en realidad son
destitutivas, que suelen estar colocadas en interlineado (rara vez en
línea), y que no rechaza explícitamente el texto base, aun cuando,
como se desprende de la continuación, se trate en realidad de una
corrección. Por ello, hemos aceptado la variante como texto y
registrado en la primera banda del aparato el excedente.
Las notas de comentario en el volumen de Cuadernos de
traducciones 1929-1932108 señalan en primer lugar los errores
involuntarios que comete Gramsci con respecto al texto fuente y
en general las peculiaridades de cada traducción. Lejos de realizar
un registro minucioso de las inexactitudes, se contabilizaron todos
los casos en que la omisión, la incomprensión, el error o en todo
caso la discrepancia entre el original y la traducción privaron de
sentido al texto: la nota relativa proporciona, en orden, la parte de
la traducción involucrada, el original alemán o ruso
correspondiente (tal como aparece en el texto utilizado por
107
Cuaderno 4, § 55 [Tomo 2, p. 215].
108
Retomo aquí parte de la Introduzione de G. Cospito a Quaderni di
traduzioni 1929-1932, cit., pp. 31-32 y 39-40.
77
GIANNI FRANCIONI
Gramsci en prisión) y una versión italiana fiel al original y, en lo
posible, consistente con la forma de traducir de Gramsci, a veces
acompañado de breves comentarios.
Por otro lado, en muchas otras ocasiones (como en el caso de
la traducción de las fabulas de los hermanos Grimm), la distancia
entre el texto base y el texto traducido parece inequívocamente
intencional, es decir: Gramsci entiende el significado exacto de la
expresión o frase en el original, pero lo traduce de manera ‘infiel’
o en todo caso no literal precisamente porque no quiere hacer una
traducción simple, sino más bien ‘interpretar’ el texto así como,
en algunas circunstancias, ‘usarlo’ de acuerdo con un propósito
pedagógico. Se referenciaron todos estos casos, incluso los
aparentemente insignificantes, con anotaciones redactadas según
el esquema indicado ut supra, remitiéndonos a la Introducción del
volumen por cuanto a las presuntas motivaciones de la conducta
de Gramsci, sobre todo donde no aparece esporádica o episódica,
que responde a reglas precisas, si bien implícitas.
Finalmente, se añadió una serie de anotaciones destinadas a
informar al lector sobre lugares, personajes o textos mencionados
sin mucha precisión o, en todo caso, no inmediatamente claros.
En cuanto a los volúmenes de los Cuadernos miscelaneos 1929-
1935109 y de los Cuadernos «especiales» 1932-1935, el punto de partida
obligatorio de nuestro comentario obviamente lo representaba el
aparato de notas de la edición de 1975: En efecto, Gerratana y su
equipo de colaboradores en muchos casos llegaron a resultados
definitivos, especialmente en cuanto a la gran cantidad de
información sobre las fuentes explícitamente mencionadas por
Gramsci y la identificación de aquellas implícitas. Muchas de
nuestras notas hacen uso de la totalidad o parte de las de la edición
de Gerratana, que también fueron sometidas a una cuidadosa
109
Retomo aquí parte de la Introduzione de G. Cospito y F. Frosini a
Quaderni miscellanei 1929-1935, cit., Tomo 1, pp. LXXII-LXIV.
78
CÓMO TRABAJABA GRAMSCI
verificación, corrección e integración, a la luz del material
documental recientemente encontrado y los nuevos instrumentos
de investigación con los que contamos hoy.
También fueron útiles los trabajos de varios estudiosos que,
desde la publicación de la edición de 1975, hicieron
contribuciones significativas en la identificación de nuevas
fuentes de manuscritos gramscianos o en la corrección de
identificaciones previas. Fue imprescindible la ayuda de los
nuevos conocimientos sobre los escritos políticos de Gramsci
anteriores a su encarcelamiento, su correspondencia y su biografía
política e intelectual adquirida en las últimas décadas, gracias al
impulso decisivo que supuso la investigación en el ámbito de la
Edición Nacional italiana. Este trabajo también fue sometido a
nuestro escrutinio crítico. Revisamos tanto las revistas
sistemáticamente deshojadas por Gramsci, como los artículos de
diarios, periódicos y libros que poseía en prisión y que ahora
custodia la Fundación que lleva su nombre, con especial atención
a los subrayados y apostillas que a veces contienen. A pesar de
todo esto, todavía quedan algunos pasajes cuya fuente no ha sido
posible identificar con certeza –o al menos con una probabilidad
razonable; en tales casos, se renunció a construir hipótesis,
señalando el vacío que esperamos se llene en el futuro.
Realizamos un control puntual de los originales de los pasajes
que Gramsci cita explícitamente, prestando atención a las
mínimas diferencias (signos de puntuación, interposiciones entre
paréntesis, saltos de palabras o frases enteras, etc.) que introduce
conscientemente o no, con el fin de reportarlos cuando son
significativos. Este trabajo también nos llevó a identificar una
serie similarmente numerosa de pasajes que, si bien no están
entrecomillados por Gramsci, son en realidad citas textuales o, al
menos, paráfrasis casi literales, que parece importante señalar.
79
GIANNI FRANCIONI
Se incluyeron algunas notas esenciales de carácter explicativo
sobre alusiones vagas o imprecisas a obras y hechos poco
conocidos por un lector de cultura media. Se prestó especial
atención a muchos de los personajes mencionados por Gramsci,
de quienes se proporciona información biográfica esencial, con el
único fin de contextualizar referencias y juicios que de otro modo
no serían fáciles de comprender.
Precisamente porque la tarea de una edición crítica no es
proponer o sugerir interpretaciones sino proporcionar al lector
todos los instrumentos para poder construirlas, frente a la edición
Gerratana hemos creído oportuno aumentar y sistematizar las
referencias a desarrollos o modificaciones de temas y conceptos,
señalando su primera aparición significativa, su recuperación en
cuadernos contemporáneos o posteriores y su entrelazamiento
tanto con las cartas como con los escritos precarcelarios. En el
comentario a los cuadernos especiales se dedican varias notas a
señalar los añadidos y cambios introducidos por Gramsci en la
reelaboración de los textos de primera redacción.
Finalmente, la nueva edición crítica va acompañada de
algunos apéndices: el Esquema de la sucesión de los cuadernos
misceláneos, el Índice de las rúbricas utilizadas y la Cronología de los
Cuadernos de la cárcel110. Estos instrumentos permiten lecturas de
los Cuadernos distintas de la lineal, manuscrito tras manuscrito:
gracias a ello es posible seguir –pasando de un cuaderno a otro–
el movimiento real del pensamiento de Gramsci, o leer todas las
notas que escribió en diferentes cuadernos el mismo período de
tiempo, o incluso comprobar la forma en que trabajaba sobre un
tema específico.
Naturalmente, a medida que el trabajo de preparación de la
edición continua, y las investigaciones ponen a prueba los
110
En esta ocasión presentamos una vista previa de la cronología en las
siguientes páginas (ver: Apéndice, p. 87).
80
CÓMO TRABAJABA GRAMSCI
resultados, la ‘red’ tiende a hacerse más estrecha, produciendo
márgenes cronológicos más precisos (como sucedió para los
Cuadernos 2111, 14112 y 17113). Como lo demuestran en modo
111
En el comentario al Cuaderno 2, Fabio Frosini identificó en una
alusión que Gramsci hace al final del § 75 [Tomo 1, p. 274] («creo haber
anotado en otro lugar su [de Michels] situación cuando estalló la guerra») un
probable redireccionamiento al Cuaderno 7, § 64 [Tomo 3, pp. 186-187], de
octubre de 1931. Lo que permite un fechado más preciso de la segunda parte
del § 75 del Cuaderno 2.
112
Gerratana consideraba que una parte del Cuaderno 14 debía ser
asignada a 1935, en base a una fuente fechada en marzo de 1935 que
presumía habría sido utilizada por Gramsci en el § 71, y especialmente en
base a las «alusiones contenidas en el § 77, cuyo término de referencia es con
toda probabilidad la lucha política en la URSS» (V. GERRATANA, Descripción
de los cuadernos [Tomo 5, p. 451]). Spriano, retomando esta hipótesis, fechó el
§ 77 en marzo-abril de 1935, precisando que las «alusiones» de esa nota –
pero también las observaciones de Gramsci sobre el «parlamentarismo
negro» en los §§ 74 y 76– «podrían referirse a hechos soviéticos, arrestos y
acusaciones, por el momento “ideológicas”, que involucraron a exponentes
de la antigua oposición en la URSS, luego de la muerte de Kirov (1ro de
diciembre de 1934), secretario de organización del partido en Leningrado.
[...] Estamos en 1935, no en 1936, los monstruosos procesos de Moscú aún
no habían comenzado» (P. SPRIANO, Gramsci in carcere e il partito, cit., p. 72).
En polémica con Gerratana y Spriano (y conmigo, que a su vez me adhiero
a sus posiciones), G. Fabre (Lo scambio, cit., pp. 374-393) sostiene que
Gramsci habría escrito los §§ 74 y 76 del Cuaderno 14 no después de los
hechos inmediatamente posteriores al asesinato de Kirov, es decir, al
«comienzo de las más sensacionales represiones stalinistas», sino después del
proceso de Moscú de agosto de 1936, que terminó con el fusilamiento de
Zinov’ev, Kamenev y otros 14 exlíderes bolcheviques. Fabre cree que sea
«improbable que en 1935», en relación únicamente con el proceso por el
asesinato de Kirov, Gramsci hable de la «“liquidación” de Trotsky y los
trotskistas, término que ciertamente no es ligero. A principios de 1935 los
trotskistas, a esa altura ya derrotados durante nueve años, aún no habían sido
“liquidados”». La cosa cambia si se relacionan las páginas de Gramsci con el
81
GIANNI FRANCIONI
siempre más convincente los recientes estudios: a medida que
82
CÓMO TRABAJABA GRAMSCI
84
CÓMO TRABAJABA GRAMSCI
115
F. FROSINI, Gramsci e la filosofia, cit., p. 16.
116
G. COSPITO, Il ritmo del pensiero, cit., p. 11.
117
Cuaderno 16, § 2 [Tomo 5, p. 248].
85
Apéndice
ORDEN EDITORIAL Y DATACIÓN
DE LOS «CUADERNOS DE LA CÁRCEL»
EN LA EDICIÓN NACIONAL
Primera parte
CUADERNOS DE TRADUCCIONES (1929 - 1932)
Cuaderno A (febrero-marzo 1929)
[a] De: «Die Literarische Welt», 30 de septiembre y 14 de octubre de
1927 (febrero-marzo 1929)
[b] De: J. Grimm - W. Grimm, Fünfzig Kinder- und Hausmärchen,
primera parte (febrero-marzo 1929)
Los números arábigos que distinguen a los cuadernos son los asignados en
la edición a cargo de V. Gerratana, que se mantienen en la Edición Nacional de
los escritos de Antonio Gramsci (dejando de lado la reproducción de la
numeración en números romanos que Tatiana Schucht dió a los cuadernos
y que la edición Gerratana dejó entre paréntesis). La numeración de los
párrafos en cada cuaderno (o bloque interno de un cuaderno, marcado con
[a], [b], etc.) es, en cambio, la de la Edición Nacional. Cada cuaderno o
bloque dentro de un cuaderno se coloca en la secuencia cronológica basada
en la fecha de inicio de su composición. Esta cronología actualiza y corrige
la publicada en el apéndice de G. COSPITO, Verso l’edizione critica e integrale dei
“Quaderni del carcere”, «Studi storici», 52, 2011, n. 4, pp. 896-904. En las
concordancias, la abreviatura G precede a la numeración correspondiente de
los párrafos en la edición Gerratana.
87
GIANNI FRANCIONI
Cuaderno 9 [a] (abril-junio - noviembre 1929)
De: Antologia russa de R. Gutman-Polledro y A. Polledro
88
CÓMO TRABAJABA GRAMSCI
Segunda parte
CUADERNOS MISCELÁNEOS (1929 - 1935)
Cuaderno 1, Primer cuaderno (8 de febrero 1929 - mayo 1930)
Datación: lista Temas principales: 8 febrero 1929
§§ 1-7: junio 1929
8-11: junio-julio
12: julio
13-27: julio-octubre
28-29: octubre
30-32: octubre-diciembre
33: diciembre
34-42: diciembre 1929 - febrero 1930
43-144: febrero-marzo
145-147: marzo
148: marzo-mayo
149-158: mayo 1930 (después del 20)
89
GIANNI FRANCIONI
107-126: octubre-noviembre 1930
127-130: noviembre-diciembre
131-137: diciembre
138-142: diciembre 1930 - marzo 1931
…
143-150: octubre 1931
…
151: 1933, después de enero
94
CÓMO TRABAJABA GRAMSCI
Cuaderno 15, ‹Miscelánea› (febrero-septiembre 1933)
Datación: §§ 1-8: febrero 1933
9: febrero-marzo
10: marzo
11: marzo-abril
12-14: abril
15-19: abril-mayo
20-51: mayo
52-53: mayo-junio
54-57: junio
58-65: junio-julio
66-71: julio
72: julio-septiembre
73-76: septiembre 1933
95
GIANNI FRANCIONI
Tercera parte
CUADERNOS «ESPECIALES» (1932 - 1935)
Cuaderno 10, La filosofía de Benedetto Croce (abril 1932 - junio
1935)
Concordancias:
Algunos criterios metódicos generales… [= G II,] Algunos criterios metódicos
generales…
§§ ‹1›-‹5› [= G II, §§ ‹1›-‹5›]
‹§ 6› [= G I, Puntos de referencia para un ensayo sobre B. Croce]
‹§ 6› ‹Resumen› [= G I, ‹Resumen›]
‹§ 6›.1-12 [= G I, ‹§§› 1-12]
‹§ 6.13› [= G I, ‹§ 13›]
§ ‹7›.I-IV [= G II, § ‹6›.I-IV]
§§ ‹8›-‹10› [= G II, §§ ‹7›-‹9›]
§ ‹11›.1-2 [= G II, § ‹10›]
§§ ‹12›-‹29› [= G II, §§ ‹11›-‹28›]
§ ‹30›.‹I›-II [= G II, § ‹29›.‹I›-II]
§ ‹31› [= G II, § ‹30›]
§ ‹32›.‹I›-II [= G II, § ‹31›.‹I›-II]
§ ‹33›.‹I›-III [= G II, § ‹32›.‹I›-III]
§§ ‹34›-‹37› [= G II, §§ ‹33›-‹36›]
§ ‹38›.‹I›-II [= G II, § ‹37›.‹I›-II]
§ ‹39›.‹I›-II [= G II, § ‹38›.‹I›-II]
§§ ‹40›-‹41› [= G II, §§ ‹39›-‹40›]
§ ‹42›.‹I›-XVI [= G II, § ‹41›‹I›-XVI]
§§ ‹43›-‹47› [= G II, § ‹42›-‹46›]
§ ‹48›.‹I›-‹II› [= G II, § ‹47›]
§ ‹49›.‹I›-II [= G II, § ‹48›.‹I›-II]
§ ‹50› [= G II, § ‹49›]
§ ‹51›.‹I›-II [= G II, § ‹50›.‹I›-II]
§§ ‹52›-‹59› [= G II, § ‹51›-‹58›]
§ ‹60›.‹I›-IV [= G II, § ‹59›.‹I›-IV]
§§ ‹61›-‹62› [= G II, §§ ‹60›-‹61›]
Datación: Algunos criterios... y §§ 1-5: primera quincena de abril 1932
§ 6, resumen y puntos 1-12: entre mediados de abril y mediados
de mayo 1932
96
CÓMO TRABAJABA GRAMSCI
(adiciones marginales al resumen): mediados de 1935
§ 6, punto 13: segunda quincena de mayo 1932
§§ 7-15: segunda quincena de mayo 1932
16-29: junio
30-41: junio-agosto
42.I: agosto
42.II-48: agosto-diciembre
49: diciembre
50: diciembre 1932 - febrero 1933
51-56: febrero
57-62: febrero (o: febrero-mayo) 1933
97
GIANNI FRANCIONI
‹7°›. Apuntes y referencias de carácter histórico-crítico
‹7°›, §§ ‹1›-‹11› [= G §§ ‹1›-‹11›]
Datación: 1°: junio-julio 1932
2°, §§ 1-19: julio-agosto
2°, § 20: agosto
2°, § 21 - 6°, § 21: agosto-diciembre 1932
7°, §§ 1-11: diciembre 1932
99
SOBRE EL AUTOR
100
BIBLIOGRAFÍA, ENSAYOS, ARTÍCULOS Y OTROS
TRABAJOS DE GIANNI FRANCIONI SOBRE
GRAMSCI
102
CÓMO TRABAJABA GRAMSCI
labyrinthe de papier (introduction à la philologie gramscienne), «Laboratoire
italien» (en línea), 18, 2016.
ANTONIO GRAMSCI, Quaderni miscellanei (1929-1935), en ID., Quaderni
del carcere, edición crítica dirigida por Gianni Francioni, vol. 2, tomo 1,
editado por Giuseppe Cospito, Gianni Francioni y Fabio Frosini,
Istituto della Enciclopedia Italiana, Roma, 2017 [«Edición Nacional de
los escritos de Antonio Gramsci» sección II].
L’eredità di Gramsci tra filosofia, filologia e politica, entrevista a Gianni
Francioni por Fabio Frosini, «Filosofia Italiana», 13, 2017, n. 2, pp.
179-190.
L'estensione del concetto di ideologia in Gramsci e la genesi delle sue articolazioni,
«Materialismo storico», 2, 2018, pp. 130- 149.
Gramsci. I quaderni del carcere e le riviste ritrovate (Catalogo della mostra,
Cesena, Biblioteca Malatestiana, 17 de enero - 31 de marzo de 2019),
editado por Gianni Francioni, Francesco Giasi y Luca Paulesu, con la
colaboración de Eleonora Lattanzi y Maria Luisa Righi, MetaMorfosi,
Roma, 2019.
I Quaderni, en Egemonia e modernità. Gramsci in Italia e nella cultura
internazionale, editado por Fabio Frosini y Francesco Giasi, Viella,
Roma, 2019, pp. 155-175.
Struttura e descrizione dei «Quaderni del carcere», «International Gramsci
Journal», vol. 3, 2019, n. 2, pp. 44-64.
Beccaria, Gramsci et les «textes en mouvement»: le regard d’un éditeur, entrevista
con Gianni Francioni por Christian Del Vento y Pierre Musitelli,
«Genesis», 49, 2019, pp. 113-122; trad. al italiano: Beccaria, Gramsci e i
“testi in movimento”: intervista a Gianni Francioni, en Gli “scartafacci” degli
scrittori. I sentieri della creazione letteraria in Italia (secc. XIV-XIX), editado
por Christian Del Vento y Pierre Musitelli, Carocci, Roma, 2022, pp.
315-336.
Un nuovo Gramsci. Biografia, temi, interpretazioni, editado por Gianni
Francioni y Francesco Giasi, Viella, Roma, 2020 [Prefazione, pp. 11-15;
103
GIANNI FRANCIONI
«La liquidazione di Leone Davidovi». Per una nuova datazione del Quaderno 14,
pp. 341-364].
Crisi e rivoluzione passiva. Gramsci interprete del Novecento, editado por
Giuseppe Cospito, Gianni Francioni y Fabio Frosini, Ibis, Como-
Pavia, 2021 [Introduzione, pp. 11-25].
Nazione, popolo, nazionale-popolare. Una costellazione gramsciana, editado por
Giuseppe Cospito, Gianni Francioni y Fabio Frosini, Ibis, Como-
Pavia, 2023 [Introduzione, pp. 11-24].
104
CONTENIDO
ADVERTENCIA ........................................................................................................ 3
APÉNDICE
ORDEN EDITORIAL Y DATACIÓN DE LOS
«CUADERNOS DE LA CÁRCEL» EN LA EDICIÓN NACIONAL .................. 87
SOBRE EL AUTOR................................................................................................100
BIBLIOGRAFÍA, ENSAYOS, ARTÍCULOS Y OTROS TRABAJOS DE
GIANNI FRANCIONI SOBRE GRAMSCI .......................................................... 101
105
Se terminó de imprimir
el mes de septiembre del 2023
El Alto – Bolivia, Imprenta «LA RIEL»
c. Raúl Salmón, No. 1520, z. 12 de octubre
Galería Litoral, of. 6, planta baja
1.000 ejemplares