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Planificación alimentaria
Socorro Coral Calvo Bruzos
Carmen Gómez Candela
Consuelo López Nomdedeu
Bricia López Plaza
Manual de alimentación
Planificación alimentaria
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© Socorro Coral Calvo Bruzos, Carmen Gómez Candela, Consuelo López Nomdedeu, Bricia López Plaza
ISBNFMFDUSÓOJDP: 978-84-362-
Prólogo
Capítulo 1. ALIMENTACIÓN, NUTRICIÓN Y SALUD. LOS NUEVOS ESTILOS
DE VIDA
1. Introducción y objetivos didácticos
2. Estilo de vida y sus componentes
2.1. Estilo de vida saludable
2.2. Estilo de vida hoy
3. La alimentación y la salud
3.1. Alimentación y salud en las sociedades desarrolladas
3.2. Alimentación y salud en países con menor nivel de desarrollo
4. Nuevos estilos de alimentación en las sociedades con alto nivel de desa-
rrollo
4.1. Nuevos alimentos
4.2. Determinantes sociales
5. El futuro de la alimentación
Bibliografía
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Manual de alimentación. Planificación alimentaria
Bibliografía
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Índice
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Manual de alimentación. Planificación alimentaria
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Índice
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Manual de alimentación. Planificación alimentaria
4. Minerales mayoritarios
4.1. Calcio (Ca)
4.2. Fósforo (P)
4.3. Magnesio (Mg)
5. Electrolitos
5.1. Sodio (Na)
5.2. Cloro (Cl)
5.3. Potasio (K)
6. Oligoelementos
6.1. Cobre (Cu)
6.2. Cromo (Cr)
6.3. Hierro (Fe)
6.4. Yodo (I)
6.5. Manganeso (Mn)
6.6. Molibdeno (Mo)
6.7. Selenio (Se)
6.8. Cinc (Zn)
Bibliografía
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Índice
5. Deshidratación
6. Guía de hidratación en España
Bibliografía
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Manual de alimentación. Planificación alimentaria
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Índice
5.4.2. Cereales
5.4.3. Legumbres
5.4.4. Frutas, verduras y hortalizas
5.4.5. Pescado
5.4.6. Frutos secos
5.4.7. Vino
5.5. Técnicas culinarias mediterráneas
6. La dieta mediterránea y la salud
6.1. Enfermedad cardiovascular
6.2. Diabetes mellitus
6.3. Cáncer
6.4. Alzheimer
6.5. Sobrepeso y obesidad
Bibliografía
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Manual de alimentación. Planificación alimentaria
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Índice
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Índice
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PRÓLOGO
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Capítulo 1
Resumen
*
Enfermera. Doctora por la Universidad de Valladolid. Profesora de la Facultad de Enfermería. Coinvestigadora IENVA.
Universidad de Valladolid.
**
Doctora por la Universidad de Valladolid. Coinvestigadora del Centro de Investigación de Endocrinología y
Nutrición (CIEN).
***
Profesora Facultad de Ciencias. UNED.
Manual de alimentación. Planificación alimentaria
Todos los factores que acabamos de describir van a tener inf luencia en lograr,
o no, lo que hemos dado en llamar estilo de vida saludable, entendido como un
patrón conductual beneficioso para la salud, aprendido, y que surge de una elec-
ción individual consciente, por un lado, al ser el individuo el que escoge entre
una amplia gama de conductas, e involuntario por otro, puesto que las condicio-
nes sociales y ambientales circundantes inf luyen en su elección.
El estilo de vida tiene en cuenta tanto aquellos comportamientos que impli-
can un riesgo para la salud como aquellos otros que la protegen (Figura 1) y está
caracterizado por:
1. Poseer una naturaleza conductual y observable, por eso valores y motivaciones
no forman parte de lo que consideramos estilo de vida, aunque pueden ser sus
determinantes.
2. Continuidad de estas conductas en el tiempo, persistencia, «hábito».
3. Asociación y combinación entre conductas de forma consistente.
ƐƚŝůŽĚĞǀŝĚĂƐĂůƵĚĂďůĞ
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WƌŽƚĞĐƚŽƌĞƐ ĞƌŝĞƐŐŽ WƌŽŵŽĐŝſŶ WƌĞǀĞŶĐŝſŶ
ƌĞŚĂďŝůŝƚĂĐŝſŶ
saludable no existe, afortunadamente, porque implicaría que sólo una cierta ma-
nera de afrontar diariamente la realidad en la que se vive es saludable, todos los
expertos están de acuerdo en que existen algunos componentes precisos que
siempre deben estar presentes.
La alimentación correcta, junto a la práctica de actividad física habitual, son
conductas de gran relevancia para el mantenimiento de la salud para todos y en
todas las edades.
Otras conductas son también concluyentes como las que tienen relación con
el reposo y el sueño, el nivel de estrés, el comportamiento sexual, el tabaquismo,
el consumo excesivo de bebidas alcohólicas o el uso de estupefacientes u otras
drogas, entre otros (Figura 2).
ĐŽŶƐƵŵŽĚĞ
ĚƌŽŐĂƐ͗ůĞŐĂůĞƐ͕ ƐŝƚƵĂĐŝŽŶĞƐ
ŝůĞŐĂůĞƐŽ ŐĞŶĞƌĂĚŽƌĂƐĚĞ
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ĨĂůƚĂĚĞ ƐĞdžƵĂůĚĞƌŝĞƐŐŽ͕
ĞũĞƌĐŝĐŝŽ ŵĂůƚƌĂƚŽ͕ĞƚĐ͘Ϳ
&ĂĐƚŽƌĞƐĐŽŶ ŵĂůĂ
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ĚŝĞƚĠƚŝĐŽƐĞ ŝŶĨůƵĞŶĐŝĂ
ŚŝŐŝĠŶŝĐŽƐ ƐŽďƌĞůĂ ůŽƐƐĞƌǀŝĐŝŽƐ
ƐĂůƵĚ ƐĂŶŝƚĂƌŝŽƐ
Los cambios sociales y tecnológicos producidos en los últimos años han cam-
biado aspectos de la vida en el terreno laboral, económico, social… y, conse-
cuentemente, modifican de manera considerable el estilo de vida de las personas,
afectando de diferentes formas según la realidad de cada sociedad, con repercu-
siones sobre la salud.
El desarrollo social, en el sentido amplio del término, implica cambios con
consecuencias en el entorno de las personas y su salud, y, como ya hemos ref le-
jado anteriormente, una salud precaria disminuye la capacidad laboral y la pro-
ductividad, sobre todo en trabajos que exigen un mayor esfuerzo físico. Por otra
parte afecta al desarrollo físico de los niños y a su escolarización y aprendizaje,
con las negativas consecuencias sociales futuras.
A la inversa, diferentes estudios prueban la relación que existe entre la mejo-
ra nutricional y de la salud con el incremento de la productividad, así como en la
asistencia a la escuela y por tanto el rendimiento escolar.
La buena salud contribuye al crecimiento económico de cuatro maneras: re-
duce las pérdidas de producción por enfermedad de los trabajadores; permite
utilizar recursos naturales que, debido a las enfermedades, pueden quedar total o
parcialmente inaccesibles e inexplotados; aumenta la escolarización de los niños
Alimentación, nutrición y salud. Los nuevos estilos de vida
y les permite un buen aprendizaje, y libera para diferentes usos aquellos recursos
que de otro modo sería necesario destinar al tratamiento de enfermedades.
Los programas de desarrollo social, como los de educación y alfabetización,
han contribuido decisivamente a elevar el nivel de salud de los pueblos y los in-
dividuos, al facilitar las mejoras en la alimentación, la higiene, la salud sexual y
reproductiva... El desarrollo socioeconómico, si alcanza equitativamente a toda
la población, permite mejoras en las condiciones de vida y por tanto de la salud.
En las grandes ciudades son comunes algunos problemas que favorecen un
alto nivel de enfermedades crónicas no transmisibles, pues el estrés, la alimenta-
ción no saludable, el sedentarismo o la contaminación inciden sobre las personas
y facilitan la aparición de alteraciones funcionales que tienden a degenerar y a
transformarse en crónicas.
En los países subdesarrollados se manifiestan otros problemas que condicio-
nan el incremento de la morbilidad por enfermedades infecciosas, alta mortali-
dad infantil y una baja esperanza de vida. El estilo de vida condicionado por la
pobreza, la malnutrición y la escasez de atención sanitaria, acercan y exponen a
esas comunidades a agentes patógenos y las hacen más vulnerables.
Vemos pues, cómo los cambios del modo de vida de un grupo de población
determinan cambios en las condiciones y la calidad de vida de las personas,
como individuos; por lo tanto, se modifica el proceso salud-enfermedad.
Proporcionar a la población los medios necesarios para mejorar su salud y
ejercer un mayor control sobre ésta, se convierte en la única herramienta de me-
jora. Eso es lo que se conoce como «promoción de la salud», que permitirá a cada
persona ser capaz de identificar y realizar sus aspiraciones, de satisfacer sus nece-
sidades y de cambiar o adaptarse al medio ambiente para alcanzar un buen estado
de salud.
Si miramos nuestro entorno más próximo podemos observar que España ha
alcanzado una de las esperanzas de vida más alta del mundo, 85,6 años en 2013,
según datos del Instituto Nacional de Estadística, pero convendría hablar tam-
bién de la esperanza de vida con buena salud, que es mucho menor, de manera
que en el año 2013 es ligeramente superior en los hombres (64,7 años) que en las
mujeres (63,9 años), condicionado por las enfermedades crónicas, los problemas
mentales y la discapacidad física.
Manual de alimentación. Planificación alimentaria
Mortalidad proporcional
(% total de muertes, todas las edades, ambos sexos)
Afecciones
transmisibles, Lesiones
maternas, perinatales 3%
y nutricionales
5% Enfermedades
cardiovasculares
otras ENT 31%
21%
Diabetes
3%
Enfermedades
respiratorias crónicas
9%
Cánceres
28%
Total de muertes: 398.000
Se calcula que las ENT son la causa del 92% del total de las muertes.
vados a cabo con datos agregados por las 50 provincias españolas por Tapia
Granados, y otros en los 50 estados de EE. UU. o en los Länder alemanes encon-
traron una asociación entre más desempleo y menor mortalidad general. Los
investigadores lo llamaron «evidencia contraintuitiva». Es decir, en los ciclos
económicos de expansión y recesión, la mortalidad general sería «procíclica»: a
más expansión económica, más mortalidad.
Para explicar esta paradoja, argumentaron que había evidencias de que el
desarrollo económico iba asociado a una serie de efectos perjudiciales para la
salud, por ejemplo, peores hábitos (mayor consumo de tabaco, alcohol, dieta rica
en grasas, sedentarismo, etc.), mayor exposición a riesgos ambientales y laborales,
jornadas de trabajo más intensas, más accidentes de trabajo, menos tiempo para
el ocio y las relaciones sociales, además del incremento de muertes por accidente
de tráfico y por contaminación atmosférica. Si es así, sería coherente que en
épocas de ciclo bajo de la economía estos riesgos y costes para la salud fueran
menores, ref lejándose en una menor mortalidad. Por el contrario, los suicidios
son contracíclicos, es decir, más suicidios en momentos de mayor recesión eco-
nómica.
Hay que considerar, en la base, los cambios en el estilo de vida y poner el
foco en los cuatro determinantes o factores de riesgo de enfermedad a combatir:
la alimentación poco saludable, el sedentarismo, el tabaquismo y el consumo
nocivo de alcohol, identificados por la OMS como los factores de riesgo evita-
bles que generan la mayor carga de enfermedad, y sobre los cuales sin duda hay
que actuar, de manera que en todo caso, e independientemente de las crisis eco-
nómicas o los momentos de auge que nos toque atravesar, el objetivo a lograr es
fomentar la salud de la población promoviendo entornos y estilos de vida saluda-
bles, y considerar que abordarlos de forma conjunta e integradora mejora, tanto
el impacto de las acciones de promoción y prevención como su eficiencia.
3. LA ALIMENTACIÓN Y LA SALUD
En los últimos años otras ciencias se unen a la nutrición para aunar esfuerzos
con la finalidad de mejorar la salud de las personas. Entre ellas, la genética, tra-
tando de establecer y aclarar la profunda interrelación existente entre alimenta-
ción, salud y genes, apareciendo así nuevas ciencias como la nutrigenética, que
ofrece la posibilidad de personalizar la nutrición de acuerdo con la constitución
genética de los consumidores, teniendo en cuenta el conocimiento de las varian-
tes genéticas que afectan al metabolismo de los nutrientes y a las dianas de éstos,
y la nutrigenómica que pretende proporcionar un conocimiento molecular de
los componentes de la dieta que contribuyen a la salud mediante la alteración de
la expresión y/o estructuras, según la constitución genética individual.
Por fin, considerar que la comunicación juega un papel fundamental para el
éxito de alimentos y bebidas asociados a la salud, aunque en la información que
se ofrece hay muchas posibilidades de mejora, con más claridad y mayor rigor
científico.
Manual de alimentación. Planificación alimentaria
También ejercen una gran inf luencia en los nuevos estilos de alimentación
otras causas radicalmente distintas, los determinantes sociales. Trataremos de
hacer un análisis de cuál es la situación a este respecto en España en este mo-
mento.
Entre los determinantes sociales de la alimentación hoy destacamos:
— La familia en España es en la actualidad una familia con pocos niños, con
muchos hogares donde vive una sola persona, muchas veces de avanzada edad,
hogares monoparentales y de estructuras más diversas y complejas, más fami-
lias desestructuradas…, lo que da lugar a que la comida entendida como acto
social de reunión familiar, pierda protagonismo.
— La incorporación progresiva de la mujer al ámbito laboral remunerado, con
familias cada vez más insatisfechas por la falta de la conciliación de su vida
laboral y familiar, y de las propias mujeres, que se encuentran con el problema
del doble trabajo, ante la falta de colaboración de los hombres en las tareas, lo
que condiciona así mismo nuevas formas en la compra y elaboración de ali-
mentos por falta de tiempo.
— Grandes distancias en las ciudades que impiden, a los que trabajan, acudir a
comer siempre a su domicilio.
— La oferta de alimentos industrializados (platos preparados, productos de cuar-
ta gama, etc.) y de un tipo de comercio específico muy desarrollado (grandes
superficies, servicio a domicilio, venta de alimentos en máquinas expendedo-
ras automáticas),
Alimentación, nutrición y salud. Los nuevos estilos de vida
Tomado de: Dossier Pobreza de European Anti Poverty Network (EAPN) España
Estas son algunas de las conclusiones del reciente informe «Crisis económica
y salud» elaborado por la Sociedad Española de Salud Pública y Administración
Sanitaria (SESPAS), que es una entidad con personalidad jurídica propia que tie-
ne como misión contribuir a la mejora de la salud y los servicios de atención sa-
nitaria de la población española.
En otro de los apartados de este informe se sistematiza el impacto que la cri-
sis está teniendo en la alimentación y concluye que contribuye a vulnerar el de-
recho a una alimentación sana y saludable, en especial de los colectivos en situa-
ción de pobreza o desempleo. «La crisis aumenta la inseguridad alimentaria, es
decir, las situaciones en que las personas no consumen lo suficiente para desarro-
llar una vida activa y sana», señala SESPAS, que se asocia a casos de subnutrición
(insuficiente ingesta de alimentos para satisfacer las necesidad de energía alimen-
taria), de malnutrición (desequilibrio por deficiencia o exceso de energía y nu-
trientes ingeridos) y desnutrición (como consecuencia de la falta de ingesta de
energía, proteínas, y otros nutrientes).
La Federación de Bancos de Alimentos calcula haber repartido en 2014 unas
142.000 toneladas de alimentos y atendido a 1,6 millones de personas frente a las
700.000 beneficiarios de 2007, lo que supone un incremento del reparto de co-
mida no perecedera en un 120,8 % desde que comenzara la crisis.
UNICEF estima que 2,2 millones de menores en España viven en la pobre-
za, lo que supone un claro riesgo de malnutrición.
La única solución de las familias para hacer frente a esta precaria situación es
recortar gastos en alimentación, y para ello cambian de establecimiento buscan-
do precios más asequibles, reducen la cantidad de alimentos adquiridos y eligen
productos distintos a los habituales, con un alejamiento de la tradicional dieta
mediterránea; descenso en el consumo de verduras, hortalizas, carne de vacuno
y pescado y un aumento de pollo y congelados. Esa tendencia a comprar produc-
tos menos nutritivos, procesados y con más calorías fomentan la alimentación
poco saludable, de manera que la dieta de personas con menos recursos econó-
micos puede superar las necesidades de energía, y, aunque carece de los nutrien-
tes necesarios, puede dar lugar a sobrepeso y obesidad.
También existe la tendencia opuesta, señala el informe de SESPAS, como es
el creciente interés por la alimentación ecológica que se concentra en las clases
medias con estudios.
Alimentación, nutrición y salud. Los nuevos estilos de vida
5. EL FUTURO DE LA ALIMENTACIÓN
BIBLIOGRAFÍA
[23] Reglamento Unión Europea n.º 1169/2011 del Parlamento Europeo y del Consejo de 25
de octubre de 2011 sobre la información alimentaria facilitada al consumidor. Disponible
en: http://www.boe.es/buscar/doc.php?id=DOUE-L-2011-82311
[24] Sánchez, M. Historia,Teoría y Método de la Medicina: Introducción Al Pensamiento médi-
co. Elsevier España. 1998.
[25] Tapia-Granados J. «Recessions and mortality in Spain, 1980-1997». Eur J Popul
2005; 21: 393-422.
䉴
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Capítulo 2
M. J. Bosqued;
M. A. Royo Bordonada*
Resumen
1. INTRODUCCIÓN
Los hábitos alimentarios evolucionan con el tiempo, inf luidos por muchos
factores y complejas interacciones entre estilos de vida, accesibilidad a los ali-
mentos, aspectos socioeconómicos, normas sociales y culturales, presión co-
mercial y mercados cada vez más globales. La sociedad actual ha sufrido una
evolución realmente rápida si la comparamos con la inercia a la repetición ca-
*
Instituto de Salud Carlos III. Escuela Nacional de Sanidad.
Manual de alimentación. Planificación alimentaria
Publicidad alimentaria
Fuente: Michie et al.: The behaviour change wheel: A new method for characterising and designing behaviour change interventions.
Implementation Science 2011;6:42, Pag.7, Fig.2
CAPACIDAD
Física / Psicológica
MOTIVACIÓN
Reflexiva / Automática COMPORTAMIENTO
OPORTUNIDAD
Física / Social
Adaptado de Michie et al.: The behaviour change wheel: A new method for characterising and designing behaviour change interventions.
Implementation Science 2011; 6:42.Pag.4, Fig.1.
INTERVENCIONES POLÍTICAS
HABITO
S
Reproducido con autorización de Dobbs R, Sawers C, Thompson F, Manyika J, Woetzel JR, Child P, et al. Overcoming obesity: An initial
economic analysis. McKinsey Global Institute; 2014. Pag. 31, Fig.12.
Las políticas alimentarias son acciones emprendidas por parte de las autorida-
des responsables para desplegar determinadas intervenciones dirigidas a informar
a la población sobre la relación entre la alimentación y la salud, estableciendo
directrices y recomendaciones, a desarrollar habilidades individuales para poder
llevar una dieta equilibrada, independientemente de las condiciones personales y
sociales, y a crear un entorno que facilite las elecciones alimentarias saludables,
con el objetivo final de prevenir las enfermedades relacionadas con una alimen-
tación inadecuada (obesidad, diabetes, cáncer y enfermedades cardiovasculares,
entre otras) y fomentar la salud y el bienestar personales. La interacción entre las
preferencias alimentarias y el entorno (alimentario, social y de información) en
que las mismas han sido aprendidas, expresadas y reevaluadas a nivel individual
ejerce un papel de gran relevancia en la configuración y evolución de los patro-
nes alimentarios de las poblaciones.
El desafío más importante en el diseño de políticas alimentarias es crear un
entorno que favorezca la adquisición de hábitos alimentarios saludables y desa-
rrollar estrategias eficaces para cambiar las preferencias de aprendizaje poco salu-
dables, a partir de las teorías del comportamiento y los modelos de cambio con-
ductual estudiados en el apartado anterior. Es lo que se ha dado en llamar
políticas alimentarias inteligentes.
Hábitos alimentarios del consumidor del siglo xxi
• Evaluación y adaptación
Las políticas alimentarias dirigidas a inf luir en las opciones de los consumi-
dores pueden provocar reacciones en otras partes del sistema alimentario. Por
Hábitos alimentarios del consumidor del siglo xxi
5. CONCLUSIONES
BIBLIOGRAFÍA
[1] Dobbs, R.; Sawers, C.; Thompson, F.; Manyika, J.; Woetzel, Jr.; Child, P. et al.
Overcoming obesity: An initial economic analysis. McKinsey Global Institute; 2014.
[2] Hawkes, C.; Smith, T. G.; Jewell, J.; Wardle, J.; Hammond, R. A.; Friel, S. et al.
Smart food policies for obesity prevention. The Lancet [Internet]. 2015 [citado 26 de
junio de 2015]; Disponible en: http://www.sciencedirect.com/science/article/pii/
S0140673614617451
[3] Michie, S. F.; Atkins, L.; West, R. The behaviour change wheel: a guide to designing
interventions. 2015 [citado 26 de junio de 2015]; Disponible en: http://discovery.ucl.
ac.uk/1450989/
Manual de alimentación. Planificación alimentaria
[4] Kelly, B.; King; MPsy, L.; Chapman; MND, K.; Boyland, E.; Bauman, A.E.; Baur,
L.A. «A Hierarchy of Unhealthy Food Promotion Effects: Identifying Methodological
Approaches and Knowledge Gaps.» American Journal of Public Health. Abril de
2015;105(4): e86-95.
[5] World Health Organization. Marketing of foods high in fat, salt and sugar to children:
Update 2012-2013. Copenhagen, Denmark: WHO Regional Office for Europe;
2013 pp. 1-34. Disponible en: http://www.euro.who.int/__data/assets/pdf_
file/0019/191125/e96859.pdf.
[6] Colby S. E.; Johnson, L.; Scheet, A.; Hoverson, B. «Nutrition marketing on food
labels». Journal of Nutrition Education and Behavior 2010;42:92-8.
[7] Royo Bordonada, M. A. La alimentación y el consumidor. Madrid: Escuela Nacional
de Sanidad. Instituto de Salud CarlosIII; 2013. Disponible en: http://gesdoc.isciii.
es/gesdoccontroller?action=download&id=06/11/2013-9d151ea05e
[8] Santamera, A. S. Promoción de la salud en la comunidad [Internet]. Editorial UNED;
2014 [citado 26 de junio de 2015]. Disponible en: https://books.google.es/books?
hl=es&lr=&id=xvGlBAAAQBAJ&oi=fnd&pg=PT6&dq=Promocion+de+la+sal
ud+en+la+comunidad+autor:Sarría+autor:Santamera&ots=VOWJgKZUQK&si
g=FHHdTro5tMLwdaDPBbZBCAvEPZM
[9] Phillipov, M. «Communicating health risks via the media:What can we learn from
MasterChef Australia?». The Australasian medical journal. 2012;5(11):593.
䉴
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Capítulo 3
Resumen
Abreviaturas:
*
Medico de Familia y Comunitaria (Atención Primaria).
**
Veterinario Bromatólogo.
Manual de alimentación. Planificación alimentaria
1. INTRODUCCIÓN
Son numerosos los intentos por definir y estructurar este sector, error recu-
rrente por su gran heterogeneidad, atomización, dispersión, dinamismo y adap-
tabilidad a los cambiantes estilos de vida de los consumidores. Actualmente, es
un sector que se encuentra en un importante proceso de re-evolución debido a
la actual crisis económica y cambios en los hábitos de consumo. Quizás, la única
cosa común que podemos decir del conjunto del sector es «que se dedican a dar de
comer a nuestra sociedad» (Figura 1).
Una vez dicho esto, las diferencias son inmensas entre los diferentes servicios
en numerosos aspectos; en particular, factores como la línea de aprovisionamien-
to, tipología del personal, tipología del gestor/propietario, autorizaciones admi-
nistrativas, capacidad para actualizar sus procesos productivos, capacidad de ac-
ceder a las nuevas tecnologías, capacidad de innovación, etc.
Esta gran heterogeneidad de establecimientos se ve ref lejada en el CNAE
(Código Nacional de Actividades Empresariales), donde la clave 56 que agrupa estos
establecimientos tan solo tiene en cuenta que la actividad sea «ofrecer comidas listas
para su consumo inmediato», y no el tipo de instalación que presta dicho servicio.
Debido a esta gran dispersión, una de las pocas maneras de realizar una aproxi-
mación es recogiendo los datos suministrados por las asociaciones sectoriales; aun-
que la gran atomización, así como la propia idiosincrasia del país respecto al bajo
asociacionismo hace que la obtención de datos se vea muy dificultada. Así mismo,
existen numerosas discrepancias con los datos estadísticos oficiales, tanto por la
metodología empleada como por la heterogeneidad de los mismos.
Así, es preciso hacer dos grupos diferentes entre actividades radicalmente
diferentes dentro del ámbito de empresas que elaboran comidas preparadas.
Por un lado estaría la oferta de comidas y bebidas aptas para su consumo in-
mediato, que sectorialmente sería lo considerado hostelería (agrupados empresa-
rialmente la FEHR – Federación Española de Hostelería), y que también reco-
gería las actividades de prestación de alojamiento para estancias cortas a turistas
y viajeros. Y, por el otro lado, se incluirían las actividades de elaboración de
alimentos o bebidas que, o bien no son aptos para su consumo inmediato, o se
venden a través de canales de distribución independientes; es decir, a través de
actividades de comercio al por menor o al por mayor. La preparación de estos
alimentos está clasificada en industrias manufactureras (agrupados empresarial-
mente el la FIAB – Federación de Industrias de la Alimentación y Bebidas).
Dentro del primer grupo «Hostelería» (excluyendo las actividades de aloja-
miento) las diferentes actividades se clasifican en tres grandes grupos:
— Actividades de Restauración Social (agrupadas empresarialmente entorno a
la FEADRS – Federación Española de Asociaciones dedicadas a la
Restauración Social, donde se incluyen, por ejemplo, empresas como:
Eurest, Serunion, Aramark, Sodexho, etc.).
Manual de alimentación. Planificación alimentaria
Son varias las Comunidades Autónomas que han legislado al respecto esta-
bleciendo clasificaciones y definiciones sobre las «diferentes tipologías» de esta-
blecimientos que suministran comidas preparadas, y, por ende, de sus correspon-
dientes requerimientos sanitarios; este es el caso de:
— Comunidad Autónoma de Aragón: Decreto 131/2006, de 23 de mayo, del
Gobierno de Aragón, por el que se aprueba el Reglamento sobre condicio-
nes sanitarias en los establecimientos y actividades de comidas preparadas.
— Comunidad Autónoma de Castilla La Mancha: Decreto 22/2006, de 7 de
marzo de 2006, sobre establecimientos de comidas preparadas.
— Comunidad Autónoma del País Vasco (que ha segmentado el sector con una
normativa específica para las cocinas centrales y las industrias elaboradoras
de platos preparados): Orden de 15 de marzo de 2002, del Consejero de
Sanidad, por la que se establecen las condiciones sanitarias y la clasificación
de los comedores colectivos y de los establecimientos no industriales de ela-
boración de comidas preparadas para el consumidor final en la Comunidad
Autónoma del País Vasco, y la Orden de 20 de marzo de 2003, del Consejero
de Sanidad, por la que se establecen las condiciones sanitarias y la clasifica-
ción de los establecimientos de elaboración de comidas para su distribución
a colectividades y/o venta en establecimientos minoristas y hostelería (coci-
nas centrales e industrias de platos preparados).
Además de las ya anteriormente mencionadas normativas, determinadas en-
tidades de ámbito local han legislado al respecto; como sería el caso, por ser una
de las más recientes, de la Ordenanza del Ayuntamiento de Madrid de Protección
de la Salubridad Pública. La nueva Ordenanza consta de siete libros, y en el libro
segundo se establece las condiciones sanitarias que deben cumplir los estableci-
mientos de elaboración, venta y servicio de alimentos y/o bebidas.
Como vemos, además de la gran heterogeneidad de establecimientos se esta-
blece una importante dispersión de normas de ámbito europeo, nacional, auto-
nómico y local, lo cual dificulta profundamente el desarrollo de las actividades
empresariales al no existir unidad de mercado. Un empresario que quiera abrir,
por ejemplo, una cadena de pizzerías de ámbito nacional tendrá que hacer frente
a diferentes normativas en función de la comunidad autónoma e incluso el mu-
nicipio donde se localicen sus establecimientos.
Sirva como ejemplo, la actividad tan popular en otros países de nuestro en-
torno como sería la «venta callejera en vehículos acondicionados» ( food truck,
Manual de alimentación. Planificación alimentaria
Fuente: Brotes de enfermedades transmitidas por alimentos. España, 2008-2011. Elaboración: Centro Nacional de Epidemiología. Instituto
de Salud Carlos III.
Res taurante/Hotel Ba r
19%
57%
Restauración
colectiva Es cuela /
54% Guardería
Familiar 9%
37% Geri átrico
5%
Ca mpa mento
3%
Otros col ectivos
8%
Fuente: Sistema de Brotes. RENAVE. Elaboración: Centro Nacional de Epidemiología. Instituto de Salud Carlos III.
En cuanto a la distribución estacional cabe destacar, una vez más, la inf luen-
cia del clima en la aparición de brotes durante los cálidos meses de verano (entre
mayo y septiembre). Y así, dentro de los factores contribuyentes a la aparición de
enfermedades de transmisión alimentaria, observamos el tiempo o la temperatu-
ra inadecuados con un 20,8 % de los brotes, pero es la contaminación cruzada el
principal factor con un 26,5 %.
Manual de alimentación. Planificación alimentaria
Fuente: Sistema de Brotes. RENAVE. Elaboración: Centro Nacional de Epidemiología. Instituto de Salud Carlos III.
El sector de la hostelería es, por tanto, el actor que siempre aparece ref lejado
en las estadísticas de brotes de enfermedades transmitidas por los alimentos como
lugar de adquisición de dichas enfermedades al ser el eslabón final de la cadena
alimentaria y donde el consumidor realiza la compra del los alimentos; no siendo
en muchos casos responsables directos puesto que el producto alimenticio, en un
importante número de veces, viene ya contaminado de fases previas.
los alergenos alimentarios. El sistema es lo bastante f lexible como para ser aplica-
do en diferentes procesos y en establecimientos de distintas características.
Teniendo en cuenta que los establecimientos de hostelería deben tener im-
plantado su Plan de Autocontrol (Reglamento 852/2004, artículo 1), el control
de alergenos es un peligro más que se deberá incluir en dicho plan. La finalidad
deberá ser que la empresa de hostelería garantice a los consumidores que la infor-
mación facilitada relativa a los alergenos sea veraz y les permita realizar una ade-
cuada selección y compra de alimentos.
Las empresas deberán tener implantados planes de autocontrol basados en la
aplicación del sistema de análisis de peligros y puntos de control crítico (APPCC)
o guías de prácticas correctas de higiene, por lo que la gestión de los alergenos
habrá de ser integrada dentro del plan de autocontrol existente.
El Reglamento 178/2002, por el que se establecen los principios y los requi-
sitos generales de la legislación alimentaria y se fijan procedimientos relativos a
la seguridad alimentaria, establece como requisito (art. 14.1) que no se comercia-
lizarán alimentos que no sean seguros. Así, para determinar si un alimento no es
seguro, además de los efectos nocivos sobre la salud, se deberán tener en cuenta
las condiciones normales de uso del alimento y la información facilitada a los
consumidores sobre la prevención de determinados efectos perjudiciales para su
salud.
En el Real Decreto 126/2015 se regulan las modalidades de información
alimentaria sobre la presencia de ingredientes que causan alergias e intolerancias
alimentarias, que por primera vez son exigibles en el caso de los alimentos que se
comercializan sin envasar o que se envasan en el punto de venta (comercio mi-
norista, restauración). Asimismo se permite, en determinados supuestos, que la
transmisión de dicha información se realice de forma oral previo cumplimiento
de ciertos requisitos adicionales que permitan asegurar que dicha información es
verificable, garantizando así un alto nivel de protección de los consumidores.
La información sobre alérgenos debe estar clara, legible y disponible de for-
ma escrita, bien en la propia carta o menú, o en soportes como carteles o pizarras
próximas a los alimentos. Otra opción es utilizar carteles fácilmente visibles y
accesibles que indiquen dónde se puede obtener esa información, de forma es-
crita u oral.
Importancia de la restauración colectiva en la salud de la población actual. Restauración social y de ocio
Fuente: Hábitos alimentarios de los españoles, 2013. Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.
La comida la venimos realizando con más frecuencia entre las 14 y las 15 h (la
concentración de personas haciendo lo mismo a la misma hora es mayor durante la
comida), aunque 1 de cada 4 españoles come después de las 15 h. No hay duda que
se come más temprano o más tarde dependiendo de la situación laboral.
En cuanto a la cena, la mayoría de la población española (85 %) lo hace des-
pués de las 21 h.
Con respecto a las comidas secundarias, el tentempié que como hemos
apuntado antes es la comida que en España realizamos con más frecuencia fuera
del hogar lo realiza la población española en torno a las 11 y las 12 h con un por-
centaje del 46 %, y otro 32 %, que lo tomarían entre las 12 y las 13 h. Es eviden-
te la relación que esta comida tiene con la situación laboral; en muchos casos esta
parada está regulada en el Estatuto de los Trabajadores (4. Siempre que la duración
de la jornada diaria continuada exceda de seis horas, deberá establecerse un período de des-
canso durante la misma de duración no inferior a quince minutos…).
Así mismo, este tentempié tiene un rasgo claramente femenino y más entre
las mujeres amas de casa (53 % mujeres, frente al 27 % de hombres en situación
laboral).
En el resto de los países de nuestro entorno, se realiza una actividad similar,
el Brunch, neologismo a partir de la unión de breakfast (desayuno) y lunch
(almuerzo). Este consiste en una comida realizada por la mañana entre el desayu-
no y el almuerzo. Se suele servir en un periodo de tiempo que va desde las 10 a
las 13 horas; actividad muy común especialmente en el mundo de los negocios,
congresos, reuniones, etc., en los que se hace un pequeño «descanso» o receso a
media o última hora de la mañana para tomar algo.
La merienda, tradicionalmente la hemos asociado a la población infantil
aunque los resultados de algunas encuestas indican que también es un hábito que
realizaría la población por encima de los 18 años; y, de la misma manera que el
tentempié, también la hacen más las mujeres y concretamente las amas de casa.
(4.ª y 5.ª gama). No obstante, a raíz de esta importante crisis se observan signifi-
cativos retrocesos en los consumos en hostelería. El consumidor español ha vuel-
to a comer en casa o a adquirir alimentos en los lugares tradicionales para, una
vez preparado el alimento en casa, llevárselo para consumirlo fuera.
De manera global, a medida que crece el nivel de desarrollo de un país dis-
minuye el porcentaje dedicado a la alimentación doméstica y aumenta el inverti-
do en comer fuera del hogar (Ley de Engel). Los actuales datos muestran cifras
de consumo con tendencias parecidas a los países de nuestro entorno y con im-
portante capacidad de crecimiento y desarrollo.
Todos estos datos muestran una homogeneidad en los comportamientos ali-
mentarios de los españoles tanto en la regularidad de los horarios como en el
aspecto de que mayoritariamente se realicen dentro del hogar.
Comer fuera de casa tiene una dualidad, pues no se puede precisar si se trata
de un comportamiento obligatorio o voluntario, se realiza por obligaciones la-
borales o bien como parte del ocio. No obstante, parece complicado determinar
el motivo exacto de por qué se hace.
Según los datos del estudio de hábitos alimentarios de los españoles
(Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Madrid, 2013) un
36,4 % afirma comer alguna vez fuera de casa entre semana, y un 61,8 % en el fin
de semana. Con respecto al tipo de establecimientos lo habitual es comer en es-
tablecimientos de hostelería (restaurantes, cafeterías, bares) y, en este caso, se
observa que el porcentaje se duplica los fines de semana (22 % frente al 48,5 %).
Cuando hablamos de comer fuera de casa, no solo nos referimos a las activi-
dades realizadas en centros de hostelería, se incluye también los consumos en
casa de familiares o amigos (entre semana, el 7,3 %, y el fin de semana, 11,2 %),
o bien la comida preparada en casa para llevarla en «fiambrera» (afirman un 3 %
entre semana y desaparece el fin de semana).
La sociabilidad es otro de los aspectos que está presente en todas las comidas.
Habitualmente se come y cena en casa, pero sin embargo las comidas secunda-
rias son más solitarias y, como hemos apuntado, antes es la de media mañana o
tentempié la que realizamos más frecuentemente fuera del hogar.
Manual de alimentación. Planificación alimentaria
BIBLIOGRAFÍA
Páginas Web
http://www.magrama.gob.es/es/alimentacion/temas/consumo-y-comercia-
lizacion-y-distribucion-alimentaria/panel-de-consumo-alimentario/hosteleria-
y-restauracion/
http://aesan.msssi.gob.es/AESAN/web/registro_general_sanitario/subsec-
cion/rgsa_empresas_inscritas2.shtml
ANEXO
䉴
䉴
Capítulo 4
Resumen
*
Profesora Facultad Ciencias UNED.
**
Especialista en Educación Nutricional. Profesora de la Escuela Nacional de Sanidad.
Manual de alimentación. Planificación alimentaria
1. INTRODUCCIÓN
dividuos y grupos ante las conductas alimentarias y las decisiones de las personas
en determinadas circunstancias.
En primer lugar deberíamos indicar qué se entiende por ‘comportamiento/
conducta’, palabras utilizadas generalmente como sinónimas aunque tengan al-
gunos matices que las diferencian.
El comportamiento de un individuo puede definirse como el conjunto de
manifestaciones externas de su personalidad, siendo ésta los rasgos que lo carac-
terizan. Tanto desde el área social como educativa se habla de la necesidad de
fomentar la actitud hacia los buenos hábitos alimentarios para modificar conduc-
tas inadecuadas. Pues bien, la actitud puede definirse como la disposición, a
partir de experiencias previas que orientan las decisiones de las personas. Las
actitudes no se dan aisladas sino en un entorno social y cultural. Recordemos
que la cultura es un cuerpo complejo de normas, símbolos, ritos e imágenes que
penetran en el individuo afectando a su intimidad, estructura y a sus instintos,
además de orientar sus emociones.
La cultura alimentaria es parte esencial de nuestra cultura y constituye un
conjunto de representaciones, creencias, conocimientos y prácticas heredadas
y/o aprendidas, asociadas al consumo de alimentos y compartidas por un grupo
socialmente relacionado.
Dentro de la cultura alimentaria se generan normas sociales que tienen gran
importancia en la configuración de los hábitos alimentarios y que constituyen
prescripciones basadas en conocimientos nutricionales establecidos por la comu-
nidad científica, así como en convenciones relacionadas con la toma de alimen-
tos en un contexto establecido.
Igualmente la cultura alimentaria ref leja un conjunto de valores que orienta
actitudes y decisiones para la elección de los patrones de consumo.
Recordemos que los valores son cualidades ideales, independientes del sujeto
que se manifiestan por un acto preferencial.
Los valores tienen como función guiar la conducta, ayudar a tomar posición
frente a las normas establecidas, exigencias sociales, consejos y recomendaciones,
y, en cierto modo, tienen una función adaptativa que permite la socialización de
individuos y grupos.
Orígenes del comportamiento alimentario, su evolución y posibilidades de cambio
A nuestro juicio, pese a las dificultades que entraña conseguirlo, creemos que
es posible. Por supuesto es tanto más fácil cuanto más joven es el individuo, y por
esta razón el máximo esfuerzo hay que hacerlo en los primeros años de la vida.
Por eso la familia y la escuela tienen suma importancia. Los adultos pueden mo-
dificar sus hábitos pero sus dificultades son mayores y generalmente lo hacen por
razones de salud en situaciones límite y siempre con mayor esfuerzo.
Las tendencias en alimentación están ligadas a los nuevos estilos de vida que
pasamos a resumir a continuación.
El concepto de la «buena comida» ha cambiado. El tamaño de las raciones
excesivas no se considera un símbolo de calidad de la misma, sino un error nu-
tricional.
El consumidor actual está muy sensibilizado ante los problemas de salud que
pueden originar el uso abusivo de aditivos en los alimentos, los problemas de las
alergias alimentarias, el abuso de determinadas sustancias (ácidos grasos trans)
Orígenes del comportamiento alimentario, su evolución y posibilidades de cambio
que producen mejoras en aspectos como el sabor y la textura de los mismos pero
que crean problemas de salud cuando el consumo es excesivo. La creación de
modelos de belleza que basan su estética en la suma delgadez. La población tiene
conciencia de que muchas patologías tienen que ser tratadas, en parte, con mo-
dificaciones de su comportamiento alimentario para tener éxito (la obesidad, la
diabetes, el colesterol elevado, la hipertensión, la presencia del ácido úrico, por
ejemplo).
El consumidor critica aquellas campañas publicitarias que recomiendan ali-
mentos basándose en la exageración de sus propiedades nutritivas y en hacerles
concebir expectativas falsas alejadas de la realidad.
Pese a todo, cualquier programa de salud pública en la línea de la prevención
de la enfermedad y la promoción de la salud fracasa si no consigue su objetivo
final, que es el cambio de hábitos para que la población alcance los objetivos del
mismo haciendo que su comportamiento alimentario sea correcto en la práctica
diaria.
Parte de la complejidad del propio acto de comer que, pese a que se repite
muchas veces al día y durante toda la vida, es debida a que está ligada muy direc-
tamente a aspectos sociales y culturales que el individuo no puede controlar di-
rectamente o que sólo controla en parte.
El sistema social sanciona lo comestible de lo no comestible y la sociedad
utiliza los alimentos con fines extranutritivos:
A través de la forma de alimentarse se mantienen relaciones sociales, se ex-
presan sentimientos, identifican los grupos, se utiliza para paliar la tensión, el
estrés y la ansiedad, se establece un cierto prestigio y estatus social, se recompen-
sa o castiga, etc.
Teniendo en cuenta que el comportamiento alimentario tiene como primer
objetivo satisfacer el hambre, nutrir el organismo, prevenir enfermedades y pro-
mover la salud hay que reforzar aquellas acciones que potencien esta prioridad
sobre cualquier otra.
Manual de alimentación. Planificación alimentaria
Los actuales tiempos han traído, junto a una gran valoración de las antiguas
formas de alimentarse (alimentación de cuchara, el auge de la dieta mediterrá-
nea), nuevas formas de consumo de alimentos bien ligadas a los nuevos conoci-
mientos de nutrición, a los intercambios con diferentes países y a tendencias fi-
losóficas que conceden una parte importante de su contenido doctrinal a las
Manual de alimentación. Planificación alimentaria
Los egipcios destacaron por su enorme afición a los huevos de diversas espe-
cies: de gallina, avestruz, tortuga, cocodrilo y lagarto.
Los chinos hicieron del arroz y el mijo sus alimentos básicos acompañados de
cerdo, pollo y pato pero consumían pocos productos lácteos, que, por otra parte,
eran muy apetecidos por mongoles y tibetanos.
En la Roma imperial las clases acomodadas tuvieron una de las cocinas más
variadas, con preparaciones más excéntricas y sofisticadas. De todas formas no
hay que sacar una impresión falsa de esta afirmación y conviene que recordemos
que la historia de la alimentación nos ha llegado, generalmente a través de los
banquetes de los poderosos. La vida del hombre y los grandes acontecimientos
han estado ligados a suntuosos banquetes y grandes hambrunas.
En la Europa del siglo viii se vivieron momentos de crisis alimentarias muy
graves. La alimentación de la mayoría de la población se reducía a sopa de hierbas
y tubérculos, sucedáneos de pan, guisantes, aceitunas, castañas, raíces y frutas.
Los banquetes medievales constituían un alarde de abundancia: viandas de
todo tipo acompañadas de salsas y especias para enmascarar en parte el grado
avanzado de deterioro de algunos alimentos ante las malas condiciones higiéni-
cas de conservación de los mismos. En otras ocasiones las guerras, las malas co-
sechas y el desconocimiento de las buenas prácticas de cultivo y crianza provo-
caban hambrunas que diezmaban la población. Es famosa la intoxicación
ocasionada por el cornezuelo de centeno que provocó una enorme mortalidad
en la Edad Media.
El comercio de las especias tuvo una gran trascendencia económica, gastro-
nómica, sanitaria, social y cultural para la humanidad. La dimensión organolép-
tica de los alimentos se vio reforzada por el uso de productos aromáticos que
mejoraron el sabor y la conservación: la nuez moscada, la pimienta, el jengibre,
el clavo, la canela que fueron pagados a precio de oro. La búsqueda de estos pro-
ductos contribuyó a potenciar a los navegantes en el descubrimiento de nuevas
tierras y a la incorporación de alimentos exóticos que, al margen de sus propie-
dades culinarias, reforzaban el prestigio de sus compradores.
El descubrimiento de América incorporó alimentos de los que hoy día no
seríamos capaces de prescindir; la patata es un claro ejemplo.
Manual de alimentación. Planificación alimentaria
8. LA MODERNIDAD ALIMENTARIA
DISPONIBILIDAD DE ALIMENTOS
Estudio Disponibilidad
de salud ELECCIÓN DE ALIMENTOS económica
Tabúes
Educación religiosos Publiciad
nutricional Marco y marketing
social
Nivel cultural
y educativo
Marco familar y
preferencias alimentarias
BIBLIOGRAFÍA
䉴
䉴
Capítulo 5
Resumen
1. INTRODUCCIÓN
ne que hacer una valoración de intereses, actitudes y necesidades sentidas por los
individuos y los grupos.
Cuando nos referimos a educación no siempre lo hacemos en su correcto
significado, pues en muchas ocasiones se usa como sinónimo de información.
El término ‘educación’ es mucho más ambicioso. Desde la propia definición eti-
mológica se aprecia la diferencia: educar significa ‘conducir’, ‘guiar’, ‘orientar’,
‘extraer’, ‘dar a luz’. La educación constituye un proceso esencial para la supervi-
vencia humana en la medida en que facilita al hombre las respuestas necesarias
para afrontar los retos de la vida diaria. Una campaña sobre alimentación/nutri-
ción en los medios de comunicación no puede definirse como una acción edu-
cativa sino informativa, porque la educación se caracteriza por:
— La necesidad de la participación activa del sujeto.
— La cuidadosa definición de los objetivos, diseñados con claridad e intenciona-
lidad.
— El proceso gradual por el que discurre respetando y ajustándose a los distintos
niveles y etapas de desarrollo.
— La valoración del individuo en su integridad como un todo armónico.
— La identificación del hombre como un ser en evolución que va «creciendo»
a lo largo de las diferentes etapas de su vida.
Los programas de educación nutricional tienen como objetivo estimular ac-
titudes y conductas alimentarias y eso exige tiempo, continuidad y refuerzos
permanentes. Desgraciadamente, con cierta frecuencia, se interrumpen por falta
de resultados inmediatos (la educación es un largo proceso) y falta de financia-
ción. La educación requiere largos plazos. Pese a ello no cabe duda de que los
programas de educación nutricional son, en sí mismos, proyectos con futuro a
los que hay que atender en sus necesidades específicas: tiempo, dedicación, con-
tinuidad, ámbitos de actuación cuidadosamente elegidos y adecuadas metodolo-
gías.
Se han planificado programas y acciones de educación nutricional sobre la
base del miedo a la enfermedad y los resultados no son buenos. Actualmente se
propone actuar haciendo énfasis en los aspectos positivos de la salud, la autoesti-
ma y el autocuidado.
La salud debe ser contemplada por el individuo como un valor al que, como
tal, merece la pena dedicar el esfuerzo necesario para conseguirla.
La Educación nutricional elemento esencial de la promoción...
5.1. La familia
5.2. La escuela
5.3. La comunidad
El medio social en el que se desarrolla la vida de las gentes tiene una inf luen-
cia definitiva sobre las conductas individuales y los estilos de vida. En este medio
nos relacionamos, ejercemos un trabajo, se manifiestan nuestras aspiraciones y
aceptamos los valores que la comunidad potencia. Todas las actividades que se
llevan a cabo en la sociedad configuran las creencias y hábitos.
En el momento actual la publicidad, el marketing social y la inf luencia de un
mundo global inciden sobre las conductas de las poblaciones y orientan sus deci-
siones y el uso de los recursos disponibles. En la comunidad se crean arquetipos,
se modulan los patrones de éxito social y profesional y se promueven y proponen
las formas de lograrlo. Por todo ello, cualquier intervención sanitaria que preten-
da conseguir estilos de vida saludables tiene que contar con toda clase de institu-
ciones existentes públicas y privadas.
Manual de alimentación. Planificación alimentaria
En síntesis:
7. EL CONSEJO DIETÉTICO
La estructura del consejo dietético tiene muchas afinidades con las acciones
educativas propias de los programas de educación nutricional.
La buena comunicación es la base del éxito, por lo que hay que desarrollar
habilidades en este campo. En cualquier caso no se puede obviar que hay que
minimizar las dificultades que pueden existir en la relación sanitario/paciente. En
este sentido, son significativas las barreras culturales y la resistencia. Resistencia a
aceptar propuestas porque no se haya creado una verdadera relación de confianza
entre consejero y aconsejado.
Manual de alimentación. Planificación alimentaria
En síntesis:
BIBLIOGRAFÍA
䉴
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Capítulo 6
Resumen
1. INTRODUCCIÓN Y OBJETIVOS
como los productores y los consumidores mantengan una buena y estrecha cola-
boración a través de una rápida y transparente información, de manera que se
garantice una alimentación segura y sana a nuestra sociedad.
Objetivos:
— Comprender la importancia de la Seguridad alimentaria.
— Conocer los peligros alimentarios, los riesgos y su prevención.
— Reconocer el Marco legal del control de los alimentos.
— Entender el análisis de riesgos para controlar las crisis alimentarias.
2. SEGURIDAD ALIMENTARIA
cional, que representa un medio muy eficaz para fomentar el crecimiento y re-
ducir la pobreza.
Cuando vamos al mercado a comprar alimentos o nos sentamos en una mesa
de un restaurante, o incluso cuando vamos de vacaciones a un lejano y exótico
país y probamos su gastronomía, damos por supuesto que esos alimentos que
integran nuestro menú diario no tienen el más mínimo riesgo de causarnos al-
gún tipo de enfermedad. Pero ¿es esto cierto?
La estrategia NAOS del Ministerio de Sanidad y Consumo (Nutrición,
Actividad Física y Prevención de la Obesidad) cuenta entre sus objetivos el de
sensibilizar e informar a la población del impacto positivo que, para la salud,
tiene una alimentación equilibrada. La dieta mediterránea que todos los exper-
tos nos recomiendan es, sin lugar a dudas, un modelo alimentario rico, variado
y saludable, y también un patrimonio de la cultura de todos los pueblos de
nuestro país. Muy a menudo escuchamos y leemos a través de los medios de
comunicación las bondades del consumo de ciertos alimentos, vegetales, pro-
ductos cárnicos, etc. En resumen, decenas de trabajos, científicos y divulgati-
vos, se encargan de hacernos ver y de demostrarnos que el consumo de ciertos
alimentos beneficia, sin lugar a dudas, nuestra calidad de vida. Todo ello estaría
muy bien, pero sólo si partimos de un supuesto: que estos alimentos sean
«INOCUOS».
3. MARCO LEGAL
Reglamento CE n.º 178/2002 por el que se establecen los principios y los requisitos
generales de la legislación alimentaria, se crea la Autoridad Europea de Seguridad
Alimentaria y se fijan procedimientos relativos a la seguridad alimentaria.
Tiene por objetivo garantizar, a fin de establecer una política global e inte-
grada, la higiene de los productos alimenticios y en todas las etapas del proceso
de elaboración, desde la producción primaria hasta la venta al consumidor. Son
los agentes económicos del sector alimentario los que han de garantizar que to-
das las etapas del proceso de las que ellos sean responsables se lleven a cabo de
forma higiénica de acuerdo con lo dispuesto en el citado reglamento.
Seguridad alimentaria y crisis alimentarias
Los alimentos contienen las sustancias nutritivas que necesita el ser humano
para poder vivir de una manera sana. Desgraciadamente, también pueden vehi-
cular otras sustancias, organismos o materiales que formen parte del mismo o
hayan sido introducidas durante las operaciones de procesado y que pueden lle-
Manual de alimentación. Planificación alimentaria
dantes, etc.); para controlar los posibles efectos adversos de los aditivos sobre
los consumidores, se establecen las IDA (Ingesta Diaria Admisible), que es la
cantidad de un aditivo alimentario, expresada en mg/kg de peso corporal,
que puede ser ingerida diariamente a lo largo de una vida sin que entrañe
un riesgo apreciable para la salud. Sobre los datos toxicológicos se decide el
nivel máximo de uso legal de cada aditivo, que es el nivel más elevado de
un aditivo alimentario autorizado en los productos alimenticios para alcan-
zar el efecto tecnológico pretendido. Se prohíbe la utilización de aditivos
siempre que exista la posibilidad de lograr los mismos efectos por otros mé-
todos: si puede provocar engaño al consumidor por enmascarar la verdadera
calidad del alimento, si disminuye el valor nutritivo de los alimentos, o si los
alimentos a los que se agregan pueden ser una parte importante de la ración
de grupos vulnerables (lactantes, niños).
— Materiales en contacto con alimentos: Son todos aquellos materiales y
artículos destinados a entrar en contacto con los alimentos, incluidos los
materiales de envase, maquinaria, utensilios, etc. Cualquier material u ob-
jeto destinado a entrar en contacto con alimentos, ha de ser lo suficiente-
mente inerte como para evitar que le transfieran sustancias en cantidades
que puedan poner en peligro la salud pública, o para ocasionar alguna alte-
ración de las características organolépticas de éstos. Los nuevos tipos de
materiales que nos ofrece la moderna tecnología no son inertes por su dise-
ño, sino que están diseñados para controlar y mantener las condiciones óp-
timas de los alimentos (materiales y objetos inteligentes en contacto con los
alimentos).
— Bacterias: Pueden llegar al alimento durante su elaboración y causarnos
una enfermedad de origen alimentario. Para que se desarrollen se dan dos
condiciones, causa de un mal procedimiento: la primera es que llegue el
germen al alimento, y, la segunda, es que le demos tiempo para multiplicar-
se a una adecuada temperatura. Por eso es imprescindible una buena educa-
ción sanitaria de los manipuladores y unos hábitos higiénicos para mante-
nerlos en lugares adecuados y a temperaturas apropiadas durante toda la
vida útil del alimento.
Nota: Todos los contaminantes, bacterianos o no, y los residuos son contro-
lados por la legislación, la cual establece límites máximos en aquellos alimentos
que pudieran estar afectados o presencia/ausencia en alimentos.
Manual de alimentación. Planificación alimentaria
5. RIESGOS ALIMENTARIOS
Estos tres componentes, se aplican desde hace años, en casi todos los países.
La evaluación del riesgo efectuada por científicos debe ser de carácter cuan-
titativo y estar explicada con claridad y bien documentadas. La evaluación debe
identificar todas las incertidumbres y las lagunas de la información disponible.
Asimismo, debe identificar los posibles riesgos para las poblaciones vulnerables;
consta de cuatro elementos:
— La identificación del peligro, que es la determinación de agentes biológicos,
químicos y físicos que pueden causar efectos nocivos para la salud y que
pueden estar presentes en los alimentos.
— La caracterización del peligro, que consiste en la evaluación cualitativa y/o
cuantitativa de la naturaleza de los efectos nocivos para la salud relaciona-
dos con los agentes químicos, físicos y biológicos que pueden estar presen-
tes en los alimentos.
— El proceso de evaluación de riesgos se instauró, en un principio, para las
sustancias químicas. Su extrapolación a los patógenos microbianos plan-
tea muchas dificultades, sobre todo porque dichos agentes pueden multi-
plicarse a lo largo de la cadena alimentaria, lo que hace muy difícil eva-
luar su ingestión. Actualmente se están elaborando métodos basados en
modelos matemáticos.
Seguridad alimentaria y crisis alimentarias
6. CRISIS ALIMENTARIAS
Aunque la mayor y más grave crisis relacionada con los alimentos se vivió en
nuestro país durante la intoxicación con aceite de colza desnaturalizado, a partir
de los años noventa la UE se ha enfrentado a una serie de crisis relacionadas con
los alimentos, como la EEB, dioxinas, gripe aviar, etc., que mermaron la con-
fianza de los consumidores en el sistema de producción y distribución de ali-
mentos y pusieron en evidencia las carencias del sistema aplicado. Por ello, y para
no repetir errores en caso de que futuras crisis creasen alarma en los consumido-
res, se tomaron una serie de medidas y disposiciones legales recogidas en el cita-
do Libro Blanco.
La Comisión Europea, con ayuda de la EFSA, elabora un plan para la gestión
de crisis alimentarias en Europa que se aplica en todos los países, incluido España
(coordinado por la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición), en
el cual se indican todos los procesos necesarios para gestionarla. Para ello la
EFSA se prepara con antelación mediante cursos de formación en crisis, tanto
para su personal como para el de los Estados miembros como respuesta a casos
urgentes; todo ello enfocado a disponer de metodología adecuada y para estar
bien preparados.
Dicho plan especifica cuáles son las situaciones que entrañan riesgos para la
salud humana por consumo de alimentos y que probablemente no puedan evi-
tarse o eliminarse mediante medidas habituales. El plan prevé la creación de una
célula de crisis por parte de la comisión cuando el riesgo sea grave. También
define sus funciones, entre las que se encuentran los procedimientos para gestio-
narla y finalizarla, a parte de la estrategia de comunicación teniendo en cuenta
los principios de transparencia.
Esta célula será la encargada de recopilar y evaluar todos los datos pertinentes
y determinar las opciones disponibles para gestionar la crisis, también deberán
Seguridad alimentaria y crisis alimentarias
riesgo nunca puede eliminarse por completo, sin embargo, estableciendo unas
exigencias estrictas, evaluando constantemente y utilizando el mejor asesora-
miento científico independiente que exista, podemos asegurar la mejor y más
avanzada política de seguridad alimentaria.
Nuestra industria alimentaria, cumpliendo con la legislación vigente, está
sacando sus productos con un riesgo casi nulo para el consumidor, como lo
prueba el hecho de que cualquier caso aislado de intoxicación alimentaria gene-
ra un gran titular de prensa.
Las crisis alimentarias no aparecen cuando se quiere, sino que suelen ser in-
esperadas, surgen de repente. Es preciso tener en cuenta que siempre es mejor
planificar que improvisar, comunicar con empatía a los ciudadanos, no desinfor-
mar y dar consejos útiles. Si se niega la realidad o no se reconoce ésta, puede
llevarnos a una pérdida de confianza de los ciudadanos en sus autoridades, y, en
ese caso, se hace necesario, prioritario y urgente recuperar la confianza median-
te la actuación profesional de las autoridades, que han de adoptar las medidas
necesarias para informar de una forma clara y sin titubeos al público cuando
existan motivos razonables de que la ingestión de un alimento podría ocasionar
un riesgo para la salud de los ciudadanos.
La evolución tecnológica de la industria alimentaria, junto con los avances en
la producción, recogida, transformación, conservación, transporte y distribución
de los alimentos, ha desembocado en un amplio abanico en la oferta alimentaria
actual, cuya variedad era inimaginable hace tan sólo unos años.
la pectina —una proteína que proporciona, entre otras cosas, consistencia firme
a las frutas—, se rompa, haciendo más fácil la tarea de trocear, batir y clarificar
los zumos de frutas como el de manzana, melocotón o pera.
La pectinasa puede obtenerse de hongos microscópicos que, como en el
ejemplo de la lactasa, son modificados genéticamente para que produzcan gran-
des cantidades de la enzima que tiene un alto valor industrial para la fabricación
de alimentos.
Los alimentos funcionales, como los lácteos, con bacterias beneficiosas para
nuestro sistema digestivo, también llevan una etapa biotecnológica en su elabo-
ración. Recordemos que esas bacterias no se encuentran en la naturaleza y que,
de hecho, en muchos casos, son propiedad de la industria que elabora los alimen-
tos; han sido desarrollados en un laboratorio y son patentados como invenciones
nuevas.
Pero la biotecnología no solamente abarca el uso de microorganismos; tam-
bién puede ser utilizada para producir nuevas especies que son utilizadas como
alimento. Tal es el caso de los cereales modificados genéticamente, los cuales son
mucho más resistentes al ataque de plagas en el campo y que además contienen
mejor perfil nutricional como es el caso del maíz Bt o el famoso arroz «Golden
rice».
En cualquier caso, los organismos genéticamente modificados y los produc-
tos que se obtienen de ellos siempre están sujetos a los controles sanitarios y re-
glamentarios como cualquier otro alimento. La FAO apoya un sistema de eva-
luación de base científica que determine objetivamente los beneficios y riesgos
de cada uno de ellos. Sin lugar a dudas, los medios de comunicación y en parti-
cular las redes sociales, han generado múltiples debates respecto a temas éticos
relacionados con los transgénicos. Es importante resaltar que todo alimento,
producido por biotecnología o no y que esté disponible en el mercado, está suje-
to a los controles específicos de seguridad e inocuidad.
En el caso de los alimentos modificados o con ingredientes obtenidos por
medios biotecnológicos, los controles pueden ser incluso más estrictos, debido a
las políticas de muchos países, incluyendo Europa; estos abarcan por ejemplo
estudios de impacto ambiental para el caso de los cultivos o estudios de estabili-
dad de los genes implantados; sin embargo, a pesar de que el rigor de los ensayos
a los cuales se someten es superior al aplicado en otros alimentos, no se han ha-
llado evidencias científicas de que sean perjudiciales para los consumidores, aun-
Manual de alimentación. Planificación alimentaria
que en este caso se puede decir que es un mal ejemplo de una comunicación de
riesgos al consumidor.
Con los avances que nos ofrece la biotecnología, como envases inteligentes,
la nanotecnología y la llegada de nuevos alimentos como el consumo de insec-
tos, se puede mejorar la alimentación, la producción y la inocuidad, pero es ne-
cesario que se transmita al consumidor, después de una adecuada evaluación de
riesgos, la bondad de estas innovaciones, de manera que no se produzca un re-
chazo infundado y sin base científica en nuestra sociedad.
BIBLIOGRAFÍA
[1] Reglamento (CE) n.º 178/2002 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 28 de
enero de 2002 por el que se establecen los principios y los requisitos generales de
la legislación alimentaria, se crea la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria y
se fijan procedimientos relativos a la seguridad alimentaria.
[2] Reglamento (CE) n.º 852/2004 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 29 de
abril de 2004, relativo a la higiene de los productos alimenticios.
[3] Decisión de la Comisión de 29 de abril de 2004 Relativa a la adopción de un plan
general de gestión de crisis en el ámbito de alimentos.
[4] Royo Bordonada, Miguel Ángel. Nutrición en Salud Pública. Escuela Nacional de
Sanidad. Instituto de Salud Carlos III. 2007.
[5] Royo Bordonada, Miguel Ángel. La Alimentación y el Consumidor. Escuela Nacional
de Sanidad. Instituto de Salud Carlos III. 2013.
[6] Manual sobre cinco claves para la inocuidad de los alimentos. OMS. 2007
[7] Sistemas de calidad e inocuidad de los alimentos. FAO. 2002.
[8] Declaración de la FAO sobre Biotecnología. Organización de Naciones Unidas para la
Alimentación y la Agricultura. Marzo 2000.
[9] Medicina Preventiva y Salud Pública. Piedrola Gil. Elsevier. 2008.
[10] Análisis de riesgos relativos a la inocuidad de los alimentos. Guía para las autoridades nacio-
nales de inocuidad de los alimentos. OMS/FAO. 2007.
Páginas web
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Seguridad alimentaria y crisis alimentarias
http://www.fda.gov
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http://www.codexalimentarius.org/
http://www.fao.org/home/es/
www.fao.org/biotech/fao-statement-on-biotechnology/es/
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Capítulo 7
ETIQUETADO NUTRICIONAL
Resumen
1. INTRODUCCIÓN Y OBJETIVOS
3. LA COBERTURA LEGAL
nal cualquiera que sea la nacionalidad, domicilio o lugar en que se ubiquen los
responsables de la fabricación, distribución o venta de los alimentos.
Por último, destacamos de esta ley la consideración de infracciones a la trans-
gresión de las prohibiciones que, en materia de publicidad relacionada con los
alimentos y, en su caso, con sus propiedades nutricionales o saludables, establezca
la legislación de aplicación que veremos a continuación dentro del marco legal.
La Unión Europea, por otro lado, y a través de sus disposiciones legales ha
hecho posible que las legislaciones alimentarias de cada uno de los países que la
integran se unifiquen y actualicen a nivel de todos los países y, por ello, publica
en el Diario Oficial de la UE, unas disposiciones llamadas directivas que son de
obligado cumplimiento para todos los Estados miembros, aunque antes deberán
ser incorporadas al ordenamiento jurídico de cada uno de los países, que podrán
hacer algún cambio en el articulado siempre que no vayan en contra de lo ex-
puesto en la directiva: es decir, las directivas vinculan en cuanto al fondo, pero
no en cuanto a la forma. Otro tipo de disposición comunitaria son los Reglamentos
que «obligan» a todos los Estados miembros a cumplir todos y cada uno de sus artí-
culos; vinculan tanto en el fondo como en la forma. Entran en vigor al mismo
tiempo en toda la Unión.
Existen tres disposiciones a nivel europeo en el ámbito del etiquetado y que
recomendados ser consultadas para conocer más a fondo o casos concretos el
contenido exacto de su articulado:
1. Directiva 2006/114, del Parlamento Europeo y del Consejo sobre publicidad engañosa y
publicidad comparativa
2. Reglamento 1924/2006, del Parlamento Europeo y del Consejo relativo a las declara-
ciones nutricionales y de propiedades saludables en los alimentos.
3. Reglamento 1169/2011 del Parlamento Europeo y del Consejo, sobre la información
alimentaria facilitada al consumidor, en el que se establece la obligación de etiquetar
los alimentos de forma clara, comprensible y legible.
rren a ellas son percibidos por parte de la población como más saluda-
bles, inf luyendo así en sus opciones de compra. Sin embargo, con frecuencia
los productos que contienen declaraciones nutricionales o alegaciones de salud
autorizadas pueden mostrar un perfil nutricional poco saludable por tratarse de
productos procesados con alta densidad energética, ricos en grasas, azúcares o sal
y pobres en micronutrientes. Por ejemplo, cereales ricos en vitaminas o produc-
tos lácteos bajos en grasa presentan, sin embargo, un perfil nutricional pobre por
su alto contenido en azúcares o por su alta densidad energética.
¿Qué tipo de alegaciones nos podemos encontrar?:
— Declaraciones nutricionales: Aluden a la presencia de componentes con efec-
tos beneficiosos o ausencia o contenido reducido de los de efectos perjudicia-
les, como por ejemplo contenido reducido en grasas.
— Alegaciones de salud: Son declaraciones explícitas sobre los efectos beneficio-
sos para la salud de un alimento. Pueden referirse bien al efecto en la reduc-
ción del riesgo de una enfermedad (ej.: los fitosteroles que disminuyen el
colesterol sanguíneo), o relativas al crecimiento y desarrollo, como el calcio
y la vitamina D que son necesarios para el normal crecimiento y desarrollo
de los huesos de los niños (para ello debe ser al menos fuente de calcio y de
vitamina D), o en las funciones corporales, psicológicas y comportamentales
de las personas, como, por ejemplo, el calcio es necesario para el manteni-
miento de los huesos (para ello debe ser fuente de calcio).
— Grafismos sugerentes de producto saludable: Utilización de colores
asociados con el bienestar, como el verde, y de imágenes asociadas con la bue-
na salud: alimentos frescos, personajes de aspecto saludable, parajes naturales y
elementos propios del ámbito rural o agrícola, especialmente asociados a as-
pectos tradicionales, caseros o artesanales.
— Aval sanitario o científico: La presentación o publicidad del producto su-
giere o hace constar de forma expresa el apoyo de profesionales de la salud,
instituciones sanitarias o científicas, asociaciones de pacientes y similares,
como el Instituto Pasteur (prohibidos en el Art. 44 de la ley 17/11 de seguri-
dad alimentaria y nutrición antes citada, con excepciones).
Tanto las alegaciones nutricionales como las alegaciones de salud, deben sus-
tentarse en evidencias científicas y, en el caso de las segundas, es necesaria una
evaluación científica previa a la autorización para su uso.
Manual de alimentación. Planificación alimentaria
4. INFORMACIÓN NUTRICIONAL
aquel que puede ser leído fácilmente por un consumidor normal, con visión
(agudeza visual) y en condiciones de luminosidad adecuadas.
El siguiente paso del diseñador del etiquetado sería decidir el lugar del enva-
se o recipiente donde colocar esa información, y ello estará en función del tipo
de envase del que estemos hablando y de la forma de imprimir la información.
La enorme cantidad y formas de los envases que se usan en la actualidad en
alimentación (botellas, sobres, envases rectangulares, cilíndricos, grandes, pe-
queños, muy pequeños…) impide que pudieran existir unas normas únicas para
poder lograr un etiquetado «ideal», no obstante se puede ayudar al consumidor
con una serie de factores a la hora de informar, que se enumeran a continuación.
En el uso del color de las letras y del contraste de estas con el fondo de la
etiqueta, se hace más difícil elegir el adecuado; algunos productos del mercado
deben respetar o hacer alusión a la marca del producto, pero en general siempre
se tiende a usar el mayor contraste posible de manera que letra y fondo se puedan
leer mejor; por ejemplo, letra negra sobre fondo amarillo, se lee mejor que letra
marrón sobre fondo rojo. En envases transparentes se tendrá en cuenta el color
del contenido del producto.
6. CONCLUSIONES
Todas las acciones educativas que se desarrollen sobre ese tema favorecerán la
educación del consumidor y ayudarán a la mejor elección posible, adaptada a sus
circunstancias y necesidades y, de forma indirecta, al mantenimiento de su salud
y, por lo tanto, a la mejora de su calidad de vida.
BIBLIOGRAFÍA
[1] Ley 17/2011, de 5 de julio, de seguridad alimentaria y nutrición. BOE núm. 160,
de 6 de julio de 2011.
[2] Reglamento (CE) n.º 178/2002 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 28 de
enero de 2002 por el que se establecen los principios y los requisitos generales de
la legislación alimentaria, se crea la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria
y se fijan procedimientos relativos a la seguridad alimentaria (DOCE n.º L31,
de 1/2/2002).
[3] Directiva 2006/114, del Parlamento Europeo y del Consejo sobre publicidad enga-
ñosa y publicidad comparativa.
[4] Reglamento 1924/2006, del Parlamento Europeo y del Consejo relativo a las
declaraciones nutricionales y de propiedades saludables en los alimentos.
[5] Reglamento 1169/2011 del Parlamento Europeo y del Consejo, sobre la informa-
ción alimentaria facilitada al consumidor.
[6] Royo Bordonada, Miguel Ángel. La Alimentación y el Consumidor. Escuela Nacional
de Sanidad. Instituto de Salud Carlos III, 2013.
[7] Directrices de legibilidad en la información alimentaria al consumidor. FIAB (Federación
Española de Industrias de la Alimentación y bebidas), diciembre 2014.
Páginas web
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http://www.who.int/es/
http://www.codexalimentarius.org/
http://www.fao.org/home/es/
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Capítulo 8
Resumen
Las proteínas son macromoléculas formadas por aminoácidos que tienen
múltiples funciones y son necesarias para un correcto funcionamiento
del organismo. Existen 20 tipos de aminoácidos, siendo 9 de ellos esen-
ciales, es decir, el organismo no los puede sintetizar y hay que aportarlos
de manera exógena. Los alimentos ricos en proteínas son la carne, pesca-
dos, huevos, lácteos y derivados, legumbres, frutos secos y cereales. Las
proteínas de origen animal son de alto valor biológico, es decir, contie-
nen todos los aminoácidos esenciales, mientras que las de origen vegetal
son de bajo valor biológico.
El consumo de proteínas en la población española está por encima de las
recomendaciones, lo que está provocando un desequilibrio en la alimen-
tación con sus correspondientes consecuencias en la salud.
Palabras clave: proteínas, aminoácidos, valor biológico, alimentos proteicos,
dietas hiperproteicas.
Abreviaturas:
BN balance nitrogenado
gr gramos
Kg kilogramos
Kcal kilocalorías
VC valor calórico
VCT valor calórico total
*
Unidad de Nutrición Clínica y Dietética. Hospital Universitario La Paz. Grupo de Investigación en Nutrición y
Alimentos Funcionales (NUTRINVEST). Instituto de Investigación Sanitaria del Hospital Universitario La Paz (IdiPAZ).
Universidad Autónoma de Madrid.
Manual de alimentación. Planificación alimentaria
1. INTRODUCCIÓN Y OBJETIVOS
Los aminoácidos son moléculas de bajo peso molecular con una parte en co-
mún (un grupo carboxilo y un grupo amino unidos a un mismo carbono deno-
minado carbono alfa) y otra parte variable. En la figura 1 se muestra un ejemplo
de la estructura.
Macronutrientes I. Las proteínas y sus alimentos fuente
Cuando los péptidos están formados por pocos aminoácidos (menos de diez)
se llaman oligopéptidos, y cuando son más de 10 se nombran como polipéptidos. El
nombre de proteína se utiliza cuando son polipéptidos de gran peso molecular y
con una conformación espacial determinada, aunque hay controversia en este
aspecto.
Las funciones de los aminoácidos son muy diversas, entre las que destacan:
— Formación de péptidos.
— Formación de compuestos nitrogenados, como aminoazúcares, creatina, car-
nitina, poliaminas, hormonas tiroideas, óxido nítrico, etc.
— Formación de aminas biógenas mediante una descarboxilación. Por ejemplo,
de la histidina se obtiene la histamina; de la tirosina, la tiramina, etc.
7. FUENTES DE PROTEÍNAS
Los alimentos de origen animal que contienen proteínas son las carnes, vís-
ceras, embutidos, pescados, mariscos, huevos y los lácteos. El contenido de pro-
teínas por alimentos se encuentra representado en la tabla 3.
Manual de alimentación. Planificación alimentaria
Contenido en
Alimento
proteínas en 100 g
Carne, embutido y vísceras
Buey 20
Ternera 19
Cerdo (lomo, chuleta) 15
Conejo 22
Pollo 20,5
Cordero 17
Pavo 32
Pato 22
Salchichas 20,4
Jamón York 21
Jamón serrano 17
Mortadela 19
Chorizo 18
Vísceras (excepto hígado) 15
Hígado 20
Pescados y mariscos
Atún 27
Bacalao 75
Caballa 15
Dorada 21
Gallo 16
Lubina 16
Merluza 17
Salmón 16
Sardina 21
Trucha 18
Almeja 11
Anchoas 20
Berberechos 15,4
Macronutrientes I. Las proteínas y sus alimentos fuente
Contenido en
Alimento
proteínas en 100 g
Calamar-sepia 17
Cangrejo 16
Langostinos 21
Mejillón 12
Pulpo 10,6
Huevo
Huevo entero 13
Clara 11
Lácteos
Leche de vaca entera y semidesnatada 3,5
Leche de vaca desnatada 3,6
Leche de oveja 5,3
Leche de cabra 3,9
Yogur entero 3,4
Yogur desnatado 4,5
Queso fresco 15
Queso semicurado 20
Queso curado 29
Requesón 13,6
Flan-Natillas de huevo 4,6
Cuajada 4,5
Helados lácteos 3,7
Nata 3
Carne
La carne tiene una elevada proporción de proteínas, y además, debido a su
contenido en aminoácidos y a su buena digestibilidad, dichas proteínas tienen un
alto valor biológico. Como consecuencia, la carne es considerada como una
fuente proteica completa de alta calidad capaz de cubrir los requerimientos nu-
tricionales del humano.
En ella hay tres tipos de proteínas: las proteínas sarcoplásmicas (mioglobina,
hemoglobina, enzimas), las proteínas miofibrilares (miosina, actina, etc.) que son
Manual de alimentación. Planificación alimentaria
las que generalmente se entiende por «proteínas de la carne» y las proteínas del
tejido conectivo (colágeno, elastina, etc.). Estas últimas poseen un valor biológi-
co muy inferior en comparación con las otras dos.
Vísceras
El contenido proteico de las vísceras es similar al de la carne, a excepción de
los sesos que es inferior. El hígado presenta el mejor perfil de aminoácidos; las
demás vísceras tienen un contenido muy variable.
Embutidos
Por su contenido en carne presentan una proteína de alta calidad, sin em-
bargo, los niveles de grasa y colesterol son elevados (en algunos casos llega a ser
el 70 %), por ello su consumo debe ser ocasional.
Pescado
El contenido de proteínas en los pescados es muy similar al de las carnes, y al
igual que en ésta tienen los mismos tipos de proteínas (sarcoplásmicas, miofibri-
lares y del tejido conectivo) pero en diferente proporción (las proteínas miofibri-
lares están en mayor proporción que en la carne).
También la calidad de las proteínas de pescado es elevada, aportando un ex-
celente perfil de aminoácidos esenciales.
Además, en los pescados también se aportan otros compuestos nitrogenados,
como aminoácidos libres, péptidos, urea, etc.
Marisco
La cantidad de proteínas en los mariscos es inferior a la de los pescados, pero
su valor biológico es similar.
Huevo
La clara del huevo destaca por su excelente calidad y la cantidad de proteínas,
pues posee todos los tipos de aminoácidos esenciales y en cantidades adecuadas para
cubrir las necesidades de un individuo, por eso se considera la proteína de referencia.
Lácteos
Entre los lácteos ricos en proteínas se encuentran la leche de vaca, los quesos,
los yogures y otros derivados lácteos.
Macronutrientes I. Las proteínas y sus alimentos fuente
Entre las que destacan las leguminosas, los frutos secos y los cereales. El con-
tenido en proteínas se muestra en la tabla 4.
Contenido en
Alimento
proteínas en 100 g
Leguminosas
Garbanzos 18
Guisantes 22
Habas 23
Judías 19
Lentejas 24
Soja germinada 2
Soja en grano 35
Frutos secos
Almendra 20
Avellana 15
Manual de alimentación. Planificación alimentaria
Contenido en
Alimento
proteínas en 100 g
Cacahuete 23
Nueces – piñón 15
Castaña 4
Pipas de girasol 27
Pistacho 18
Cereales
Arroz blanco 7,6
Arroz integral 8
Avena 14
Germen de trigo 25
Harina de trigo 10
Maíz 3
Pan de centeno 7
Pan de trigo blanco 7
Pan de trigo integral 8
Pasta 13
Sémola de trigo 13
Tapioca 1,5
Leguminosas
Se definen como legumbres aquellas semillas secas, limpias y sanas separadas
de las vainas, procedentes de plantas de las familias leguminosas (habichuela,
lenteja, garbanzo, guisante, haba, altramuz, soja, algarroba).
Las legumbres tienen un alto contenido en proteínas, sin embargo ninguna
posee todos los aminoácidos esenciales, por eso se dice que son de bajo valor
biológico. No obstante, si se mezclan con cereales, por ejemplo lentejas con
arroz, pueden complementarse y cubrir todos los aminoácidos esenciales.
Se debe destacar la soja, pues dentro del grupo de las legumbres es el alimen-
to que mayor contenido en proteínas tiene; sin embargo, carece de todos los
aminoácidos esenciales, principalmente de metionina y cisteína. Los alimentos
derivados de la soja, tales como la leche de soja o el yogur de soja carecen de
caseínas (proteínas de alto valor biológico), lactosa, vitaminas A, D y B12 y apor-
Macronutrientes I. Las proteínas y sus alimentos fuente
ta menos calcio, sodio y menos calorías que la leche o yogur de vaca, un aspecto
a tener en cuenta en determinadas condiciones.
Frutos secos
Los frutos secos (almendra, anacardo, avellana, castaña, cacahuete, nuez, pi-
ñón, pipas de girasol, pistachos, sésamo) tienen un elevado contenido de proteí-
nas que oscila entre 7-25 g por 100 g de alimento.
La calidad de la proteína no es tan baja como en las legumbres pero tampoco
tan alta como en las proteínas de origen animal, destacando la lisina como el
aminoácido ausente, excepto en el pistacho.
Cabe destacar que los frutos secos son ricos en arginina, precursor del óxido
nítrico, el cual ha demostrado disminuir el riesgo cardiovascular.
Cereales
Los cereales más importantes son el trigo, el arroz, el centeno, el mijo y la
cebada. El contenido en proteínas no es muy elevado y, al igual que las legumi-
nosas y los frutos secos, no poseen todos los aminoácidos esenciales, por lo que
sus proteínas son de bajo valor biológico.
En general, el aminoácido limitante de los cereales es la lisina, excepto en el
maíz, que es el triptófano.
BIBLIOGRAFÍA
[1] Gil Hernández, A., Tratado de Nutrición. Tomo I. Bases fisiológicas y bioquímicas
de la nutrición. Madrid. Ed. Médica Panamericana. 2.ª Edición 2010
[2] Aranceta, J., Serra Majem, L.; Objetivos nutricionales para la población española.
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[3] Lopez-Luzardo, M., Las dietas hiperproteicas y sus consecuencias metabólicas. An
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[4] Benito Peinado, P.J., Calvo Bruzos, S.C.; Gómez Candela C, Iglesias Rosado C.
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Universidad Nacional de Educación a Distancia; 2014:147-187.
[5] Gómez Candela, C., Loria Kohen, V.; Lourenço Nogueira, T. Guía visual de ali-
mentos y raciones. Madrid. Ed Médicos S. A. (EDIMSA). 2007
[6] De Luis Román, D.A., Bellido Guerrero, D., García Luna, P.B. Dietoterapia,
Nutrición Clínica y Metabolismo. Madrid. Ed. Díaz de Santos S. A. 2010.
Páginas Web
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Capítulo 9
Resumen
Palabras clave: lípidos, ácidos grasos, grasas vegetales, grasas animales, alimentación.
Abreviaturas:
E Energía
-COOH Grupo carboxilo
*
Unidad de Nutrición Clínica y Dietética. Hospital Universitario La Paz. Grupo de Investigación en Nutrición
y Alimentos Funcionales (NUTRINVEST). Instituto de Investigación Sanitaria del Hospital Universitario La Paz
(IdiPAZ). Universidad Autónoma de Madrid.
Manual de alimentación. Planificación alimentaria
1. INTRODUCCIÓN Y OBJETIVOS
Hace casi 200 años las grasas, junto con las proteínas y los hidratos de car-
bono, fueron reconocidas como componentes esenciales de la dieta. Aún así,
todavía hacia 1920 se creía que las grasas alimentarias no tenían una misión
esencial. Fue en esta misma época cuando Evanns y Burr demostraron que los
animales alimentados con dietas carentes de grasas sufrían alteraciones del cre-
cimiento y de la capacidad reproductiva. Así pues, sugirieron que podría existir
una nueva vitamina, la «vitamina F», y, en una serie de artículos clásicos, Burr
y Evans introdujeron el concepto de ácidos grasos esenciales, refiriéndose espe-
cíficamente al ácido linoleico como ácido graso que no podía ser sintetizado en
el organismo.
Actualmente los lípidos (las grasas) de la dieta son la fuente principal de ener-
gía cuya calidad tiene una profunda inf luencia sobre la salud. La grasa de los
alimentos está formada mayoritariamente por ácidos grasos que se encuentran en
forma de triglicéridos.
Los estudios alimentarios individuales señalan que existen elevados consu-
mos de grasa total en Europa, EE. UU., Sudáfrica, Kenia, China e India. Sin
embargo, también existen diferencias en el consumo de grasa total dentro de
cada país. En China, la ingesta media de grasa total aumentó del 18,1 %, en 1982,
a 22 % en 1992, y al 29,6 % en 2002. En India, se observaron grandes diferencias
en el consumo de grasa total, con un consumo de grasa elevado en los grupos
urbanos con alto nivel de ingresos (33,1 %) y un consumo muy bajo en barriadas
pobres (16,7 %).
Existen indicios de que el aumento en la prevalencia de la obesidad se está
produciendo más rápidamente en los países en desarrollo que en los países de
rentas altas. Aunque se ha observado un incremento en el consumo de grasa total
con la urbanización en los países en desarrollo, este es sólo uno de los aspectos de
Las grasas y sus alimentos fuentes
2.1. Grasas
2.2. Características
2.3. Estructura
Ácidos grasos. Los ácidos grasos son moléculas formadas por una larga ca-
dena lineal de hidrogeno y un número par de átomos de carbono (Figura 1). Se
caracterizan porque tienen un grupo carboxilo (-COOH) al final de la cadena.
Los ácidos grasos se clasifican en función del número de átomos de carbono que
contienen (longitud de la cadena), el número de dobles enlaces y la colocación
del primer doble enlace en la cadena (letra n o letra omega).
2.3.1. Saturados
2.3.2. Monoinsaturados
2.3.3. Poliinsaturados
Contienen dos o más dobles enlaces, como el ácido linoleico (18 átomos de
carbono, 2 dobles enlaces).
Las grasas y sus alimentos fuentes
Los lípidos pueden clasificarse desde distintos puntos de vista, teniendo en cuen-
ta su presencia en los alimentos grasos así como su función nutritiva (Tablas 1 y 2).
Capacidad saponificable
Saponificables
Simples: acilglicéridos y ceras
Compuestos Fosfolipidos y glucolípidos
Insaponificables
Terpenos
Esteroides
Fitoesteroles
Prostaglandinas
4. METABOLISMO LIPÍDICO
Los elementos claves son los ácidos grasos. Estos son usados para obtener
energía en la mayoría de los tejidos (principalmente por el músculo), aunque hay
Manual de alimentación. Planificación alimentaria
excepciones como los eritrocitos, que no los usan. En el caso del cerebro no se
utiliza tampoco los ácidos grasos, aunque se pueden usar los cuerpos cetónicos
derivados de los ácidos grasos.
Los ácidos grasos no consumidos o el exceso de azúcares, que se transforman
en ácidos grasos, se almacenan en el tejido adiposo como esteres de ácidos grasos
(triglicéridos). El tejido adiposo es el almacén energético por excelencia. Otro
tipo de almacén es en forma de glucógeno pero es de menor capacidad: por tra-
tarse de azúcares no pueden almacenarse anhidros (sustancias que no contienen
agua). Conviene saber que con respecto a las conversiones entre azúcares y gra-
sas, la transformación de ácidos grasos en azúcares no es posible en el ser huma-
no. Este hecho se debe a que los carbonos procedentes de los ácidos grasos se
pierden como CO2 en el ciclo de ácidos tricarboxílicos (ruta metabólica).
— Energética: Cada gramo de grasa aporta 9 kcal, más del doble de la energía
que aportan los hidratos de carbono o las proteínas. Además su efecto termo-
génico es menor. Cuando la ingesta calórica excede las necesidades diarias, el
organismo almacena los triglicéridos en el tejido adiposo y, en caso de necesi-
dad, constituyen la principal fuente de energía.
— Estructural: Los fosfolípidos y el colesterol son constituyentes de las membra-
nas celulares. Los ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga (a partir de 20
carbonos en la cadena) son precursores de los eicosanoides, como prostaglandi-
nas, tromboxanos y leucotrienos, compuestos que exhiben acciones biológicas
diversas. Los ácidos grasos de la serie omega-6, como el araquidónico, dan
origen a la prostaglandina E2 y tromboxano A2, que producen vasoconstric-
ción, inflamación y agregación plaquetaria. Contrariamente, los ácidos grasos
Manual de alimentación. Planificación alimentaria
— Manteca de cerdo: Procede exclusivamente del tejido adiposo del cerdo sin
otros componentes o contaminantes.
— Grasa de cerdo fundida: Se obtiene por fisión a partir de diferentes tejidos del
cerdo.
— Primeros jugos: La grasa del corazón, membranas, riñones y mesenterio de
animales bovinos (Bos taurus) en buenas condiciones sanitarias en el momento
de su sacrificio son aptos para el consumo humano.
— Sebos comestibles: Se obtiene por fusión suave a partir de tejidos animales bo-
vinos y ovinos (Ovis aries), pueden contener grasa de músculo y hueso.
— Otras grasas animales: Las grasas comestibles obtenidas de animales sanos en
el momento de captura y/o sacrificio, destacándose entre ellas las de animales
marinos, aves, caprinos, conejos, caza, etc.
Los alimentos que contienen estos tipos de grasas son: manteca de cerdo,
sebo vacuno, sebo de cordero, mantequilla, aceites marinos. Estas grasas son in-
gredientes de diferentes productos de bollería, pastelería, embutidos. Otras fuen-
tes de grasas animales habituales en la dieta son la leche y sus derivados, como
yogures, quesos, cuajadas, natas, postres lácteos, entre otros.
— Mantecas: Las principales mantecas obtenidas de frutos secos son las proce-
dentes del coco y el cacao. Son ricas en ácidos grasos saturados y tiene en co-
mún permanecer en estado sólido a temperatura ambiente.
Las grasas y sus alimentos fuentes
BIBLIOGRAFÍA
[1] Innis Sh. Lípidos esenciales alimentarios. En Ziegler, E., y Filer, L.J. Conocimientos
actuales sobre nutrición. 7ed. Washington D. C.: OPS, 1997.
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y Calidad Nutritiva de los Alimentos. 2.ª ed. Madrid: Panamericana, 2013.
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Capítulo 10
Resumen
1. INTRODUCCIÓN Y OBJETIVOS
Los hidratos de carbono son uno de los tres macronutrientes presentes en los
alimentos. Son un grupo de sustancias con particularidades químicas, físicas y
fisiológicas diversas. Los hidratos de carbono son una fuente importante de ener-
gía para todo el organismo y la fuente preferida de las neuronas presentes en el
cerebro. Se obtienen predominantemente de alimentos vegetales como frutas,
verduras, cereales y legumbres. Las plantas fabrican glucosa en un proceso cono-
*
Unidad de Nutrición Clínica y Dietética. Hospital Universitario La Paz. Grupo de Investigación en Nutrición y
Alimentos Funcionales (NUTRINVEST). Instituto de Investigación Sanitaria del Hospital Universitario La Paz (IdiPAZ).
Universidad Autónoma de Madrid.
Manual de alimentación. Planificación alimentaria
Figura 1. Disacáridos.
INTESTINO DELGADO
La amilasa pancreática
BOCA
descompone el almidón en
ESTÓMAGO
La amilasa salivar maltosa. Otras enzimas
descompone el almidón en No hay digestión (maltasa, sacarasa, lactasa)
polisacáridos pequeños y de carbohidratos descomponen los
maltosa disacáridos
en monosacáridos, que se
absorben en sangre
COLON HÍGADO
Los hidratos de carbono son una parte importante de una dieta balanceada y
saludable. Las ingestas dietéticas de referencia (IDR) para adultos de 19 años en
Los hidratos de carbono y sus alimentos fuente
adelante son 130 gramos de hidratos de carbono al día. Hay que recordar que las
IDR no cubren las cantidades de hidratos de carbono necesarias para sostener las
actividades diarias. Solo comprende la cantidad necesaria para proporcionar la
cantidad adecuada de glucosa para el cerebro.
En cambio, el Rango Aceptable de Distribución de Macronutrientes
(RADM) es el rango de ingesta asociado a un riesgo disminuido de enfermeda-
des crónicas y que para los hidratos de carbono se han establecido que estos de-
ben proveer del 55-75 % de la energía total, y que la ingesta de frutas y vegetales
(excluyendo los tubérculos, por ejemplo las patatas y la mandioca) debe ser de al
menos 400 gramos diarios.
No hay recomendaciones precisas sobre las cantidades de fibra dietética diaria
pero se recomienda que se ingieran entre 25-30 gramos/día. Se considera que las
ingestas recomendadas de frutas, vegetales, legumbres y el consumo regular de ce-
reales integrales proveerían las ingestas adecuadas de fibra dietética total. Aunque no
podemos digerir la fibra, es una sustancia importante en nuestra dieta porque nos
ayuda a mantenernos sanos además de prevenir enfermedades crónicas y digestivas.
Un límite inferior que ronde el 50 % de la energía total es aceptable. El obje-
tivo nutricional para el consumo de azúcares libres debe ser < 10 % de la energía
total. Los cereales integrales, las legumbres y las frutas son las fuentes más apro-
piadas de hidratos de carbono.
Según estadísticas recientes de Estados Unidos, aproximadamente el 13 % de
las ingestas calóricas totales de los adultos y el 16 % en niños y adolescentes pro-
vinieron de azúcares añadidos. Reportaron que la mayoría de azúcares añadidos
se obtuvieron de alimentos más que de bebidas. Informes previos demostraron
que cuando los alimentos y las bebidas se separaron en comida específica o ítems
de bebidas. Las sodas regulares son la fuente alimentaria principal de los azúcares
añadidos en adultos de entre 18 y 54 años de edad. Lo que demuestra que un
tercio de las calorías de los azúcares añadidos provinieron de bebidas. En niños y
adolescentes, el 40 % de las calorías proceden de las bebidas. Sin tener en cuenta
si los azúcares añadidos provienen de los alimentos o las bebidas en general, las
calorías de los azúcares añadidos se consumen principalmente en casa.
Las personas activas que necesitan más energía podrían beneficiarse de una
dieta que contenga hidratos de carbono simples, sin embargo, las personas mayo-
res, menos activas o con sobrepeso, deberían limitar al máximo su consumo y
enfocarse en los hidratos de carbono complejos.
Manual de alimentación. Planificación alimentaria
Las legumbres, los vegetales y ciertas frutas y cereales de grano entero parecen
conferir un beneficio particular en disminuir y enlentecer la elevación de la glu-
cemia tras la ingesta de HC, así como disminuir la elevación plasmática del coles-
terol LDL. Los alimentos con bajo índice glucémico pueden conferir beneficios
en mejorar el control glucémico en personas con diabetes. Sin embargo, no queda
claro si estos beneficios son enteramente independientes de los efectos de la fibra
dietética o del hecho de que estos alimentos con paredes celulares vegetales tien-
den a tener un índice glucémico bajo, y si algunos alimentos funcionales y manu-
facturados con bajo índice glucémico confieren los mismos beneficios a largo
plazo que los alimentos vegetales predominantemente.
6.4. Cáncer
BIBLIOGRAFÍA
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Capítulo 11
Resumen
Las vitaminas y minerales son nutrientes esenciales para el ser humano y
necesarios en pequeñas cantidades. Contribuyen al adecuado funciona-
miento de múltiples reacciones metabólicas y resultan imprescindibles
para muchas funciones del organismo (crecimiento, reproducción, res-
puesta inmunitaria…). Su deficiencia provoca la aparición de enfermeda-
des carenciales.
Las vitaminas pueden dividirse, según su naturaleza química, en hidro-
solubles (vitaminas del grupo B y vitamina C) y liposolubles (vitami-
nas A, D, E y K).
Los principales minerales esenciales son calcio, fósforo y magnesio, nece-
sarios en cantidades diarias más importantes, el sodio, cloro y potasio
que son los principales electrolitos, y los oligoelementos: cobre, cromo,
f lúor, hierro, yodo, molibdeno, manganeso, selenio y cinc.
1. INTRODUCCIÓN Y OBJETIVOS
Los micronutrientes incluyen las vitaminas y los minerales. Las vitaminas son
moléculas orgánicas, mientras que los minerales son elementos inorgánicos. Se
*
Unidad de Nutrición Clínica y Dietética. Hospital Universitario La Paz. Grupo de Investigación en Nutrición y
Alimentos Funcionales (NUTRINVEST). Instituto de Investigación Sanitaria del Hospital Universitario La Paz (IdiPAZ).
Universidad Autónoma de Madrid.
Manual de alimentación. Planificación alimentaria
2. VITAMINAS LIPOSOLUBLES
Varones
10-13 años
14-19 años
20-49 años
50-59 años
60-69 años
>70 años
Mujeres
10-13 años
14-19 años
20-49 años
50-59 años
60-69 años
>70 años
Embarazo
Lactancia
Manual de alimentación. Planificación alimentaria
porta realmente como una vitamina, puesto que su formación endógena puede
ser deficiente y dependemos de su ingesta dietética. Los países más alejados del
ecuador tienen menos meses en los que la radiación solar es suficiente para inducir
la síntesis de vitamina D. Las personas con pieles más pigmentadas o que emplean
bloqueadores solares también pueden tener síntesis de vitamina D inadecuada.
El cálculo del requerimiento diario de vitamina D es difícil sobre todo por-
que la principal fuente de vitamina D suele ser la endógena en la piel. La canti-
dad diaria recomendada para los españoles adultos es de 5 μg, equivalente a 200
Unidades Internacionales (UI) (Tabla 2).
Los alimentos en los que la vitamina D es más abundante son los pescados
grasos (sardinas, salmón, aceite de hígado de bacalao). Sin embargo, la vitamina D
no es muy abundante en la dieta y por ese motivo algunos alimentos se fortifican
con vitamina D (como la leche).
La deficiencia de vitamina D produce raquitismo u osteomalacia, ambos tér-
minos se refieren a la misma enfermedad carencial. Se llama raquitismo cuando
ocurre en niños y se manifiesta como malformaciones en los huesos (piernas
arqueadas y cráneo abombado entre otras). La osteomalacia se produce en adul-
tos y provoca huesos frágiles.
2.4. Vitamina K
3. VITAMINAS HIDROSOLUBLES
Este grupo de vitaminas comprende todas las vitaminas del grupo B (tia-
mina, ribof lavina, niacina, ácido pantoténico, piridoxina, biotina, ácido fólico
y B12) y la vitamina C. Todas ellas se caracterizan por ser solubles en agua, no
se almacenan en el organismo y no suelen producir toxicidad por sobredosifi-
cación.
Los otros nutrientes: vitaminas, minerales y oligoelementos
Ác.
Tiamina Riboflavina Niacina Piridoxina Biotina Ác. Fólico Cobalamina Vitamina C
Edad Pantoténico
mg mg mg mg Pg Pg Pg mg
mg
Varones
10-13 años
14-19 años
20-49 años
50-59 años
60-69 años
>70 años
Mujeres
10-13 años
14-19 años
20-49 años
50-59 años
60-69 años
>70 años
den variar entre individuos, entre otras cosas en función de la ingesta de hidratos
de carbono, puesto que la vitamina B1 es fundamental para su metabolismo.
La deficiencia de tiamina produce una enfermedad carencial denominada
beriberi, que se caracteriza principalmente por síntomas neuronales. La deficien-
cia de tiamina fue muy habitual en el sureste asiático, donde la base de la dieta es
el arroz descascarillado que pierde su contenido en B1. En países occidentales la
deficiencia de tiamina no es común y su presencia se suele asociar a alcoholismo.
También llamado ácido fólico, folacina. Los folatos son una familia de molé-
culas con actividad biológica similar.
Los folatos funcionan como coenzimas transportando grupos de carbono.
Intervienen en múltiples reacciones enzimáticas relacionados con el metabolis-
mo de aminoácidos y con la síntesis de ácidos nucleicos (ADN y ARN).
La ingesta dietética recomendada para adultos es de 300 μg/día (Tabla 2).
Las principales fuentes alimentarias son el hígado, las verduras de hoja como
acelgas, espinacas o escarola, los espárragos, las coles de Bruselas, el brócoli y las
legumbres. La microbiota intestinal también sintetiza folatos.
La deficiencia de folatos es una de las hipovitaminosis más frecuentes. Se pro-
duce especialmente entre poblaciones de riesgo, como mujeres embarazadas, debi-
do a un aumento en sus requerimientos. La principal consecuencia metabólica de
la deficiencia de folato son alteraciones en la síntesis del ADN, y desde un punto
de vista clínico, esto se manifiesta en las células que se dividen de forma rápida,
como las células sanguíneas y las epiteliales. La anemia megaloblástica es el princi-
pal trastorno que se produce por deficiencia de folatos. Si la deficiencia tiene lugar
durante el embarazo pueden producirse defectos en el cierre del tubo neural del
feto, como espina bífida o anencefalia. Por ese motivo, se recomienda la suplemen-
tación con ácido fólico en todas las mujeres que puedan quedarse embarazadas.
4. MINERALES MAYORITARIOS
El calcio tiene muchas y muy diversas funciones. Como parte del hueso o de
los dientes tiene función estructural, pero también es esencial para la transmisión
del impulso nervioso, para la contracción muscular y para la coagulación sanguí-
nea. El calcio funciona como mensajero transmitiendo información en todas las
células y por lo tanto es un elemento indispensable para la vida.
El calcio está sometido a un complejo sistema de regulación que permite
mantener unos niveles plasmáticos adecuados, en el que participa la vitamina D.
Los requerimientos diarios de calcio en adultos son de 800 mg (Tabla 3).
Ca P Mg Na Cl K Cu Cr F Fe I Mn Mo Se Zn
Edad
mg mg mg mg mg mg mg Pg mg mg Pg mg Pg Pg mg
Varones
10-13 años
14-19 años
20-49 años
50-59 años
60-69 años
>70 años
Mujeres
10-13 años
14-19 años
20-49 años
50-59 años
60-69 años
>70 años
Las principales fuentes dietéticas de calcio son la leche y sus derivados (queso,
yogur…), que además de aportar las mayores cantidades de calcio a la dieta tam-
bién aportan vitamina D, algunos aminoácidos y lactosa, que favorecen la absor-
ción intestinal del calcio. Otros alimentos ricos en calcio son las conservas de
pescado (que se consumen con espinas). Algunas verduras (espinaca, brócoli,
Los otros nutrientes: vitaminas, minerales y oligoelementos
acelga y col), las legumbres y los frutos secos también aportan cantidades intere-
santes de calcio, sin embargo este calcio es menos biodisponible (se absorbe me-
nos en el intestino) como consecuencia de la presencia en estos alimentos de
otras sustancias como oxalatos o fitatos.
La deficiencia de calcio en la dieta conduce a pérdidas en la mineralización
ósea, porque el calcio de los huesos sirve como almacén de calcio para el resto
del cuerpo. En los niños, la enfermedad que se produce es el raquitismo en los
adultos la ostoemalacia o la osteoporosis.
5. ELECTROLITOS
El sodio es el principal catión (ión con carga positiva) del líquido extracelu-
lar. Es el responsable de regular el tamaño del volumen plasmático y, en conse-
cuencia, la tensión sanguínea. También participa en la conducción del impulso
nervioso y en la contracción muscular.
La cantidad diaria recomendada de sodio es de 1.5 g en adultos (Tabla 3). La
ingesta diaria de sodio en los españoles se estima que está alrededor de los 6 g, muy
por encima de las necesidades. El exceso de sodio en la dieta puede producir
hipertensión arterial y pérdidas importantes de calcio por la orina: al excretar el
exceso de sodio a nivel renal también se excreta calcio.
Los alimentos naturales tienen cantidades pequeñas de sodio. Los alimentos
de origen animal tienen algo más, pero los alimentos de origen vegetal práctica-
Los otros nutrientes: vitaminas, minerales y oligoelementos
mente no tienen nada. La mayor parte del sodio ingerido en la dieta procede de
la adición de sal (cloruro sódico) a los alimentos. Los alimentos procesados in-
dustrialmente tienen cantidades muy altas de sodio, especialmente las conservas,
los embutidos, los encurtidos y las salazones.
El cloruro es el principal anión (ión con carga negativa) del líquido extrace-
lular. El ión cloruro es la forma en la que el cloro se encuentra disuelto en los
líquidos orgánicos. Junto con el sodio es responsable de mantener el equilibrio
del agua y la presión osmótica. También regula el equilibrio ácido-base en los
líquidos corporales.
La cantidad diaria recomendada es de 2.3 g en adultos (Tabla 3). La mayor
parte del cloro consumido es a partir de la sal de mesa (cloruro sódico). Los ali-
mentos aportan cantidades pequeñas de cloro, incluso el agua clorada aporta
cantidades pequeñas de cloro a la dieta.
6. OLIGOELEMENTOS
BIBLIOGRAFÍA
[1] Gil, A.; Álvarez, J.; Culebras, J.; García de Lorenzo, A. Tratado de Nutrición. 2.ª
edición. Madrid: Médica Panamericana, 2010.
[2] Kathleen, L.; Escott-Stump. Krause dietoterapia. 12.ª edición. Barcelona: Masson,
2009.
[3] Cuervo, M.; Abete, I.; Baladia, E.; Corbalán, M.; Manera, M.; Basulto, J.;
Martínez, A. Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y
Dietética (FESNAD). Ingestas dietéticas de referencia para la población española. Navarra:
Ediciones Universidad de Navarra, S. A (EUNSA); 2010
[4] United States Department of Agriculture. National Agricultural Library. Food
and Nutrition Information Center. Food composition. Minerals and vitamins.
https://fnic.nal.usda.gov/food-composition/vitamins-and-minerals.
[5] The European Food Information Council. Vitaminas: funciones y fuentes. http://
www.eufic.org/article/es/expid/vitaminas/
[6] The European Food Information Council. Minerales: funciones y fuentes. http://
www.eufic.org/article/es/expid/minerales/
䉴
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Capítulo 12
SALUD E HIDRATACIÓN
Resumen
*
Universidad Complutense de Madrid.
**
Universidad Alfonso X el Sabio.
Manual de alimentación. Planificación alimentaria
1. AGUA CORPORAL
1.2. Distribución
2.1. La sed
El balance hídrico nos da una idea del estado hídrico general de la persona
haciendo una relación en las entradas y salidas (Tabla 2) de líquido en nuestro
organismo, ya sea por exceso o por defecto, esto convierte este método en una
herramienta indispensable y muy utilizada a nivel clínico. El balance de agua en
el organismo está perfectamente regulado con muy pocas oscilaciones (+/- 0,2 %
del peso corporal) para un ciclo de 24 horas en adultos sanos y en reposo. La
medición de la ingesta es más fácil que la medición de la excreción, pero con
frecuencia sigue siendo imprecisa. La mayoría de las instituciones indican las
cantidades que contienen los recipientes de alimentos y bebidas. Las cantidades
sobrantes deben medirse y restarse del líquido total. Se ha de anotar la cantidad
de agua proveniente de trozos de hielo como la mitad de su volumen. El líquido
vaciado en un apósito o un pañal puede estimarse al pesarlo. Reste del total el
peso del material seco. Un gramo de peso equivale a 1 ml de agua. Es posible
que en una persona enferma los totales de ingesta y excreción no se equilibren
todos los días. La ingesta y excreción del paciente debe evaluarse durante un
periodo de varios días, ya que la valoración de un solo día puede conducir a per-
der de vista la perspectiva general.
Manual de alimentación. Planificación alimentaria
4. NECESIDADES DE AGUA
Factores ambientales
Actividad física y calor. La actividad física y la temperatura ambiente puede
producir una gran pérdida de agua a través de la sudoración. La sudoración en
una persona depende de las condiciones climáticas, de las ropas vestidas y de la
intensidad y duración del ejercicio o actividad física realizada.
Altitud y frío. La exposición a la altitud puede conllevar deshidratación debido
a las elevadas pérdidas respiratorias de agua (aproximadamente 200 ml día adicio-
nales a la cifra habitual de 250 ml), a la diuresis inducida por la hipoxia, al consu-
mo reducido de líquidos y la más que probable sudoración aumentada debido a las
altas tasas metabólicas requeridas para atravesar terrenos montañosos o agrestes.
Factores dietéticos
Cafeína. Se ha pensado a menudo que el consumo de bebidas con cafeína,
debido al efecto diurético de esta sustancia al actuar sobre la reabsorción de agua
en el riñón podría incrementar la deficiencia de agua corporal total. Sin embar-
go, los datos disponibles no lo confirman.
Salud e hidratación
Los niños, particularmente los lactantes y los niños más pequeños, tienen un
mayor riesgo de deshidratación que los adultos. Durante el primer año de vida se
observan importantes cambios en el agua corporal total, que son menores en la
infancia. El agua corporal se reduce gradualmente durante la infancia y la ado-
lescencia.
Manual de alimentación. Planificación alimentaria
5. DESHIDRATACIÓN
sólo produce sed y una disminución del rendimiento que afecta no solo al
rendimiento físico sino que también al rendimiento intelectual (memoria a
corto plazo, atención, fatiga, facultades aritméticas, rapidez psicomotriz, ra-
pidez de decisiones perceptivas…). La deficiencia de agua además puede em-
peorar el proceso digestivo, aumentar la probabilidad de tener infecciones y
reacciones alérgicas, provocar dolor de espalda, cabeza y articulaciones.
Frente a una deshidratación deben reponerse gradualmente las aportaciones
hídricas, con la ingesta repetida de pequeñas tomas de alimentos de gran
contenido hídrico, infusiones y agua. También pueden utilizarse soluciones
de rehidratación.
Conforme aumenta la deshidratación, la sintomatología se va incrementan-
do hasta llegar al colapso e incluso la muerte (Tabla 3). La deshidratación au-
menta el esfuerzo cardiovascular. El cuerpo humano puede llegar a perder
hasta el 10 % del peso corporal en forma de agua con un posible pequeño au-
mento de la mortalidad, excepto si la deshidratación está acompañada de otros
fenómenos de estrés orgánico. Deshidrataciones superiores al 10 % del peso
corporal requieren asistencia médica para poder recuperarse. A partir este pun-
to, la temperatura del cuerpo aumenta rápidamente y a menudo conduce a la
muerte. La deshidratación contribuye a poner la vida en peligro en caso de
golpe de calor.
Para cubrir las diferentes necesidades de líquidos en una persona sana pueden
utilizarse diferentes combinaciones de bebidas como ya hemos dicho. Desde lue-
go, el agua potable tiene la ventaja de que prácticamente está exenta de efectos
adversos cuando es consumida en cantidades razonables.
A modo de guía para la ingesta de agua la Sociedad Española de Nutrición
Comunitaria (SENC) ha realizado una Pirámide de Hidratación Saludable
(Figura 2) que establece la recomendación de una forma sencilla y didáctica
Grupo 1. Aguas minerales, aguas de manantial o de grifo de bajo contenido
salino.
Grupo 2. Aguas minerales o del grifo con mayor contenido salino, bebidas
refrescantes sin azúcar/acalóricas, té o café sin azúcar.
Grupo 3. Bebidas con cierto contenido calórico y de nutrientes de interés,
zumos de frutas naturales, zumos de verduras (tomate, gazpacho,…) y caldos.
Zumos comerciales a base de fruta (100 %), leche o productos lácteos bajos en
grasa sin azúcar, leche o productos lácteos con azúcar, y sustitutos de leche, cer-
veza sin alcohol. bebidas para deportistas, té o café con azúcar.
Manual de alimentación. Planificación alimentaria
BIBLIOGRAFÍA
[2] Iglesias Rosado, C.; Villarino Marín, A.L.; Martínez J. A., y cols. Importancia
del agua en la hidratación de la población española: documento FESNAD 2010.
Nutr Hosp. 2011; 26(1):27-36.
[3] Martínez Álvarez, J.R.; Villarino Marín, A.L.; Polanco Allué, I.; Iglesias
Rosado, C. Recomendaciones de bebida e hidratación para la población española.
Nutr. Clín. Diet. hosp. 2008; 28(2):3-19.
[4] Jéquier, E.; Constant, F.; Water as an essential nutrient: the physiological basis of
hydration. Eur J Clin Nutr. 2010 Feb;64(2):115-23.
[5] Fernández-Martín, J.L.; Benito Cannata-Andía, J. Agua de bebida como ele-
mento de la nutrición. Barcelona Med Clin 2008; 131: 656-7.
[6] Sawka, M.N.; Cheuvront, S.N.; Carter, R. 3rd. Human water needs. Nutr Rev.
2005 Jun;63(6 Pt 2): S30-9.
[7] Jéquier, E.; Constant, F. Water as an essential nutrient: the physiological basis of
hydration. Eur J Clin Nutr. 2010 Feb;64(2):115-23.
[8] Lieberman, H.R. Hydration and cognition: a critical review and recommendations
for future research. J Am Coll Nutr. 2007 Oct; 26 (5 Suppl): 555S-561S.
[9] SENC y Observatorio de la Nutrición y Actividad Fisica. Disponible en: http://
estilsdevidasaludables.blogspot.com.es/2012/08/el-peso-de-las-bebidas-refrescan-
tes.html.
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Capítulo 13
Bricia López Plaza, Samara Palma Milla, Laura María Bermejo López, Marina
Morato Martínez, Beatriz Santamaría Jaramillo y Carmen Gómez Candela*
Resumen
Palabras clave: dieta sana, energía, nutrientes, composición corporal, dieta mediterránea.
1. INTRODUCCIÓN Y OBJETIVOS
El diseño y la planificación de una dieta, tanto para una persona como para
un colectivo, requieren conocer las características de una dieta sana.
La variedad de los alimentos es un componente esencial para llevar a cabo una
dieta sana. La variedad de la dieta se refiere a la ingestión de distintos alimentos
Diseño y planificación de dietas saludables
dieta. Estas características incluyen datos como la edad, el género, el peso, la ta-
lla, la actividad física que realiza, condiciones fisiológicas como gestación o lac-
tancia etc., que nos servirán para determinar las necesidades nutricionales.
Las necesidades nutricionales se definen como la cantidad de nutrientes que
debe consumir una persona para evitar enfermedades y mantener un estado nu-
tricional adecuado que le permita un adecuado desarrollo y crecimiento (en el
caso de los niños).
Determinar las necesidades nutricionales de una persona minimiza las posi-
bilidades de consumir un exceso o una insuficiente cantidad de energía y nu-
trientes y, como consecuencia, aumenta las probabilidades de que se mantenga
un peso saludable.
Para realizar el cálculo de las necesidades energéticas de una persona a través
de formulaciones es necesario obtener datos básicos fiables de peso, talla y edad.
Existen diferentes fórmulas para calcular las necesidades energéticas totales y, de
esta forma, determinar cuánta energía es necesaria para realizar las tareas metabó-
licas diarias (gasto energético basal: GEB), además de la derivada por la actividad
física que realiza una persona. El gasto energético total (GET) es la energía que
necesita una persona para mantener los procesos vitales (GEB), realizar la diges-
tión, absorción y utilización de los nutrientes (termogénesis alimentaria), mante-
ner la temperatura corporal y el resultante de realizar actividad física. Los compo-
nentes mayoritarios para el cálculo del GET son el GEB y la actividad física.
Una de las fórmulas más utilizadas para estimar el GEB (en kcal) de una per-
sona son las implementadas por la OMS vigentes desde 1985 (Tabla 1). Su imple-
mentación es rápida y sencilla dado que solo requiere datos de peso para realizar
los cálculos.
Una vez realizado el cálculo del GEB hay que añadir la energía requerida en
función de la actividad física que realiza la persona en condiciones normales no
patológicas. La actividad física son múltiplos del GEB. De esta forma, para calcular
las necesidades energéticas totales de una persona se aplicará la siguiente fórmula:
• GET = GEB * Actividad Física
Una dieta adecuada y saludable será aquella que satisfaga las necesidades nu-
tricionales de la persona para su mantenimiento, reparación, proceso vital, creci-
miento y desarrollo. Esto implica que los nutrientes se encuentren en las cantida-
des y proporciones ideales para cada uno de ellos.
Las ingestas recomendadas de nutrientes son la cantidad media de un nutriente
para cubrir las necesidades fisiológicas de una población sana en función de la
edad, género y/o estado fisiológico (embarazada o en lactancia). Las ingestas re-
comendadas están recogidas en tablas de referencia para la población y son elabo-
radas por grupos expertos de cada país.
Las tablas de ingestas recomendadas de energía y nutrientes surgieron tras la
necesidad de mejorar las pautas nutricionales de las personas. En un inicio se
pensaron como una herramienta para evitar las enfermedades carenciales pero
actualmente su objetivo principal es el apoyo a la prevención de enfermedades
crónico-degenerativas a través de la dieta.
Las tablas de ingestas recomendadas nos sirven para detectar deficiencias o
excesos de los macronutrientes y corregirlos a través de la dieta. Aunque se ex-
presan en cantidad de nutriente por persona y día, no necesariamente hemos de
consumir esta cantidad específica todos los días, sino que ha de interpretarse
como la media de 5 a 10 días. El no cubrir las ingestas recomendadas no signifi-
ca que exista una deficiencia manifiesta, sin embargo sí orienta en la toma de
decisiones evitando que evolucione a una deficiencia clínica.
Las ingestas recomendadas entendidas como las necesidades nutricionales
de una persona deben cubrirse a partir de una dieta variada que incluya todos
los grupos de alimentos y evitar preferentemente el uso de suplementos vita-
mínicos.
Para conocer si la alimentación está cubriendo las necesidades nutricionales
es necesario valorar la dieta y compararla con las ingestas recomendadas para
nuestra edad y género. Esto es posible a través del estudio de la dieta cuyo primer
paso estudiaremos y llevaremos a la práctica en este libro.
Antes de diseñar una dieta es importante conocer los patrones y hábitos ali-
mentarios de la persona; qué tipo de alimentos consumen (tipo, calidad, canti-
dad, forma de preparación, número de comidas al día, etc.). Esto permite no solo
Diseño y planificación de dietas saludables
Cantidad (g)
Desayuno Alimentos (ingredientes del menú)
o tamaño de las porciones
Hora de inicio:
Hora de finalización:
Lugar:
Menú:
Media mañana
Hora de inicio:
Hora de finalización:
Lugar:
Manual de alimentación. Planificación alimentaria
Cantidad (g)
Desayuno Alimentos (ingredientes del menú)
o tamaño de las porciones
Menú:
Comida
Hora de inicio:
Hora de finalización:
Lugar:
Menú:
Alimento (un plato o ración 250 g) NUNCA AÑO MES SEMANA DÍA
Tomate
Zanahoria, calabaza
Judías verdes
Berenjenas, calabacines, pepinos
Pimientos, cebolla
Remolacha, nabo
Espárragos
Gazpacho
Patatas fritas (150 g)
Patatas cocidas, asadas (150 g)
Setas, champiñones (90 g)
5. COMPOSICIÓN CORPORAL
talla. Por lo tanto, si es posible, hay que realizar la medición de la talla por la
mañana. La persona debe estar con los pies juntos y los talones, glúteos y la parte
superior de la espada en contacto con la escala con la mirada al frente. En el mo-
mento de la medición la persona tiene que estar al final de una inspiración pro-
funda. De esta forma se garantiza que la medición de la talla sea adecuada.
El peso es un buen parámetro de evaluación del estado de nutrición de una
persona. Es especialmente útil en niños para seguir su desarrollo. El peso puede
presentar variaciones diurnas de aproximadamente 1 kg en niños y hasta 2 kg en
adultos, por lo que los valores más estables son los que se obtienen a primera hora
de la mañana después de 12 horas de ayuno y después de evacuar. Hay que rea-
lizar la medida en ropa interior después de que la balanza marque cero y con el
peso distribuido equitativamente en ambos pies.
Conviene diferenciar entre el peso habitual, que es el que de manera habitual
tiene la persona; el peso actual, que es el que la persona tiene en el momento de
realizar la valoración; y el peso ideal, que se obtiene en función de la talla y la
complexión del individuo o a través de fórmulas como la de Lundh:
— Varones: 6 + [0,78 * (talla en cm – 100)] + (0,17 * edad en años)
— Mujeres: 7 + [0,71 * (talla en cm – 100)] + (0,17 * edad en años)
De esta manera es posible calcular el porcentaje de desviación del peso cor-
poral respecto al peso ideal:
— Peso (actual o habitual) / peso ideal * 100
Los cambios en el peso pueden darnos información sobre el estado nutricio-
nal de una persona. De esta forma variaciones involuntarias y recientes en el
peso superiores al ≥ 5 % en un mes o ≥ 6 kg en 6 meses nos indica un cambio
significativo en su estado nutricional (Tabla 5).
Desnutrición
Tiempo Leve Moderada Severa
1 semana 1-2 % 2% > 2%
1 mes <5% 5% >5%
2 meses 5% 5-10 % > 10 %
3 meses < 10 % 10-15 % > 15 %
Diseño y planificación de dietas saludables
Junto con la talla es posible calcular el índice de masa corporal (IMC) que se
utiliza frecuentemente para valorar el estado ponderal de una persona. Este índi-
ce nutricional solo se aplica en adultos y se calcula de la siguiente manera:
— IMC = Peso en kg / [(la talla en metros) * (talla en metros)]
Una vez calculado el IMC es posible clasificar a la persona con peso insufi-
ciente, adecuado, con sobrepeso o con obesidad (Tabla 6) y diseñar un plan die-
tético adecuado.
IMC Clasificación
< 18,5 Peso insuficiente.
18,5-24,9 Normopeso.
25-26,9 Sobrepeso grado I.
27-29,9 Sobrepeso grado II (preobesidad).
30-34,9 Obesidad de tipo I.
35-39,9 Obesidad de tipo II.
40-49,9 Obesidad de tipo III (mórbida).
> 50 Obesidad de tipo IV (extrema).
SEEDO.
Este índice ha demostrado tener una buena correlación con el riesgo cardio-
vascular. Se ha observado que valores superiores a 0,50 se asocian con elevadas
concentraciones de triglicéridos, colesterol y glucosa en sangre, así como con
hipertensión arterial. Por lo tanto, un valor ICA ≥ 0,5 indica un aumento del
riesgo cardiovascular de un individuo.
Con la valoración de estos sencillos parámetros antropométricos (peso, talla,
circunferencia de cintura) se obtiene información sobre la composición corporal
de la persona que orienta sobre cuál debe ser el diseño y la planificación dietética
del individuo. De esta forma, una persona que padece sobrepeso u obesidad ten-
drá una dieta diferente de aquella que tenga un peso normal.
Desde los años 50 se comenzó a observar que las poblaciones que viven alre-
dedor de la cuenca mediterránea tienen un modelo distinto de mortalidad y
morbilidad con respecto a otros países, especialmente en relación con la enfer-
medad cardiovascular, algunos tipos de cáncer y otras enfermedades crónico-
degenerativas.
La dieta mediterránea tradicional ha clasificado uno de los patrones de dieta
más saludable. Esta se caracteriza por utilizar el aceite de oliva como principal
grasa culinaria; tener un consumo elevado de alimentos de origen vegetal (ce-
reales, verduras y hortalizas, frutas, legumbres y frutos secos); usar frecuente es-
pecias y condimentos; consumir frecuentemente pescado; consumo moderado
de productos lácteos (consumo mayoritariamente de lácteos fermentados como
yogur y queso); ingesta moderada de alcohol con las comidas (principalmente
vino tinto); y, finalmente, bajo consumo de carnes rojas y derivados. Los alimen-
tos incluidos en la dieta mediterránea suelen ser frescos y de temporada además
de ser mínimamente procesados.
Diferentes estudios han demostrado una asociación beneficiosa entre la
adherencia a la dieta mediterránea y el riesgo cardiovascular. De hecho, sus
efectos sobre la salud permiten considerarla como una excelente propuesta
Diseño y planificación de dietas saludables
7. OBJETIVOS NUTRICIONALES
Para realizar una planificación adecuada de la dieta hay que tener en cuenta
los objetivos nutricionales pautados para la población. Estos incluyen una serie de
condiciones que pueden adaptarse a una dieta saludable:
— Los hidratos de carbono tienen que ser en su mayoría complejos y de bajo
índice glucémico. Esto quiere decir que deben ser aportados principalmente
por cereales, pastas, arroces integrales, legumbres y tubérculos. La frutas y las
verduras deben consumirse de preferencia frescas o al dente para garantizar
esta pauta.
— Una dieta sana debe garantizar la cantidad de fibra recomendada de 20-25 g/
día. Las principales fuentes de hidratos de carbono que garantizan estos apor-
tes son los cereales, frutas, verduras y legumbres.
— Se recomienda consumir al menos cinco raciones de frutas, verduras y horta-
lizas al día (> 200 g/día de frutas y > 300 g/día de verduras y hortalizas).
— Los azúcares sencillos deben ser menores al 10 % de la energía total. Este con-
sumo se refiere principalmente a azúcares añadidos a la dieta y se exceptúa a
los azúcares provenientes de frutas, verduras y lácteos.
— Los ingesta energética aportada por los lípidos (grasas) puede ser de hasta un
35 %, siempre y cuando exista un alto consumo de aceites monoinsaturados
como el aceite de oliva.
— Los ácidos grasos omega-3 deben ser de al menos 2 g/día. Esta pauta se consi-
gue con el consumo de pescados azules (de aguas profundas y frías y que
contienen un alto porcentaje de estos ácidos importantes en la salud cardio-
vascular) como salmón, caballa, arenque, atún, sardinas, anchoas o boquero-
nes, trucha de mar, salmonetes, cazón, pez espada, etc.
— El consumo de colesterol no puede ser superior a 300 mg/día.
— El alcohol es un macronutriente que no debe exceder al 10 % de la energía
total. En adultos su consumo debe ser moderado (1 copa de vino tinto en las
mujeres y hasta 2 en los varones).
— Otras recomendaciones importantes para llevar una dieta sana es moderar el
consumo de sal. Este debe ser menor a 5 g/día para que garantice un consumo
inferior a 2000 mg/día de sodio.
— Hay que consumir 1000 mg de calcio al día provenientes de productos lác-
teos.
— Hay que exponerse al sol 30 minutos al día evitando las horas de mayor inci-
dencia solar para garantizar la síntesis de vitamina D.
— Hay que consumir al menos 400 g de frutas al día y 300 g de verduras y hor-
talizas para garantizar un buen aporte de vitaminas, minerales y fibra.
Manual de alimentación. Planificación alimentaria
BIBLIOGRAFÍA
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Capítulo 14
Resumen
Palabras clave: dieta sana, método intercambios, ración, porción, menú saludable.
1. INTRODUCCIÓN Y OBJETIVOS
Junto con una actividad física regular, una dieta saludable es el principal fac-
tor de promoción y mantenimiento de una buena salud. Aunque generalmente
la palabra dieta se asocia a la realización de un dieta de restricción calórica para
reducir el peso corporal (régimen alimentario), lo cierto es que cuando hablamos
de dieta nos referimos a la cantidad de alimento que consume una persona a lo
*
Unidad de Nutrición Clínica y Dietética. Hospital Universitario La Paz. Grupo de Investigación en Nutrición y
Alimentos Funcionales (NUTRINVEST). Instituto de Investigación Sanitaria del Hospital Universitario La Paz (IdiPAZ).
Universidad Autónoma de Madrid.
Manual de alimentación. Planificación alimentaria
largo del día. La dieta, por lo tanto, está constituida por todos los alimentos y
bebidas que ingerimos a lo largo del día de manera habitual e incluye los nu-
trientes que su consumo proporciona. La dieta puede cubrir o no las necesidades
del individuo, de ahí que se hable de una dieta saludable. Hay que distinguir la
dieta del concepto de nutrición que se refiere al proceso de asimilación o aprove-
chamiento de los alimentos que van desde la absorción, digestión, metabolismo
y eliminación de los mismos.
Objetivos:
1. Consolidar el concepto de qué es una dieta sana y cuáles son sus características
principales.
2. Utilizar las fórmulas para realizar un cálculo de necesidades de energía de una
persona.
3. Conocer cuál es la distribución energética de macronutrientes más adecuada.
4. Distinguir entre los conceptos de ración, porción e intercambio.
5. Conocer y utilizar el método de intercambios para la realización de una dieta
sana.
6. Conocer y utilizar los listado de intercambios de alimentos.
7. Elaborar un menú de dieta sana.
Para que la dieta de una persona pueda ser considerada como saludable, y
sea beneficiosa para la salud, es necesario que tenga las siguientes característi-
cas:
— Adaptada a la edad, el género, la talla, la actividad física y al estado de salud
de la persona.
— Suficiente, es decir, debe contener la cantidad de alimentos para mantener el
peso dentro de los rangos de normalidad y, en caso de los niños, garantizar el
crecimiento y desarrollo.
— Variada. Debe contener los diferentes alimentos de cada uno de los grupos
(lácteos, frutas, verduras y hortalizas, cereales, legumbres, carnes y aves, pes-
cados, grasas, etc.), no solo porque con ello será más agradable, sino porque, a
mayor variedad, habrá también una mayor seguridad de suministrar todos los
nutrientes necesarios.
Pautas a seguir para elaborar una dieta
— Completa, es decir, la dieta debe aportar todos los nutrientes que necesita el
organismo, que incluye los hidratos de carbono, lípidos (grasas), proteínas,
vitaminas, minerales y agua.
— Equilibrada, es decir, todos los nutrientes de la dieta deben guardar una
proporción entre sí. Esta proporción debe cubrir las necesidades energéticas y
disminuir el riesgo de presentar enfermedades crónicas.
En una dieta sana es importante que todos los grupos de alimentos estén
representados en adecuadas proporciones. Hay que recordar que en la base de
la pirámide de la alimentación (SENC, 2004) se encuentran los cereales, tu-
bérculos y pastas, seguidos de las frutas y las verduras y hortalizas que aportan
la mayoría de los hidratos de carbono. No hay que olvidar los lácteos que,
aunque contiene otros macronutrientes, su componente mayoritario son los
hidratos de carbono. Teniendo esto en cuenta, hay que distribuir proporcio-
nalmente los gramos de hidratos de carbono en sus fuentes principales como
sigue:
— 61 % de los gramos de los hidratos de carbono deben provenir de cereales,
pastas, legumbres y tubérculos.
— 22 % deben ser aportados por frutas.
— 7 % provenientes de verduras y hortalizas, y
— 10 % de lácteos.
Pautas a seguir para elaborar una dieta
Tabla 1. Plan de alimentación para una dieta de 2130 kcal y 5 comidas al día
Hay que distinguir bien entre una ración estándar de alimento, una porción de
consumo habitual y un intercambio del listado de intercambios.
Una ración estándar es la cantidad de alimento que los expertos consideran
saludable para llevar a cabo una dieta sana. Es la cantidad de alimento que se
recomienda consumir. Su tamaño (cantidad de alimento) está definido en las
guías de alimentación saludable y se emplean para orientar a la población sobre
su consumo (Tabla 4).
Frecuencia
Grupo de alimento Peso de la ración Medida casera
recomendada
Patatas, arroz, pan, 4-6 raciones/día 60-80 g de pasta, arroz 1 plato normal
pasta 40-60 g de pan 3-4 rebanadas o un
panecillo
150-200 g de patatas 1 patata grande o 2
pequeñas
Verduras y hortalizas 2 raciones/día 150-200 g 1 plato de ensalada
variada, 1 plato de
verdura cocida,1
tomate grande, 2
zanahorias
Pautas a seguir para elaborar una dieta
Una medida útil para un mejor manejo de la dieta es transformar las unida-
des de intercambios a medidas caseras (Tabla 5). Dado que son unidades de me-
dida ampliamente utilizadas por toda la población, su uso resulta bastante útil.
Estas facilitan la planificación de dietas y el seguimiento de las mismas. Además
permite integrar el plan de alimentación al menú familiar, escolar o laboral.
Número de
Alimento Cantidad Medida casera
Intercambios
200 ml Vaso de agua 1
Leche 250 ml Taza de desayuno 1,25
350 ml Bol mediano 1,75
Yogur 125 g Unidad convencional 0,5
40 g Loncha 0,4
Queso fresco
70 g Envase individual 0,7
100-125 g Filete 2-2,5
25 g Trozo 0,5
Carnes
25 g Albóndiga 0,5
100 g Hamburguesa 2
Pescados 100-150 g Filete 2-2,5
Jamón 20 g Loncha 1
Jamón cocido 50 g Loncha 1
Quesos curados 20 g Loncha 0,5
Huevos 60 g Unidad 1
Frutos Secos 40 g Puñado 1
20 g Cucharón 1
Legumbres* 40 g Cazo 2
15 g Cucharón 1
Pasta* 30 g Cazo 2
15 g Cucharón 1
Arroz* 30 g Cazo 2
Patatas* 50 g Trozo grande 1
Galletas tipo María 5/6 Unidad 1/3
Pautas a seguir para elaborar una dieta
Número de
Alimento Cantidad Medida casera
Intercambios
Cereales desayuno 15 g Puñado 1
Azúcar 10 g Cuchara postre 1
60 g Unidad normal 5
Bollería
25 g Unidad pequeña 1,5
Piezas normales:
melocotón, pera, kiwi, manzana,
150 g 1,5
naranja, fresquilla, paraguaya
Piezas medianas:
Frutas 70 g ciruelas, albaricoques, mandarinas 0,7
50 g Puñado de cerezas, uvas 1
110 g Rodaja de melón, sandía 0,75
100 g Un plátano 2
50 g Cucharón de fresas 0,5
Plato de acelgas,
290-300 g brócoli, col, coliflor, champiñón, 1
espinaca, lombarda
Plato de berros, canónigos, endibias,
80 g 0,25
Verduras escarola, lechuga
300 g Judías verdes 1,5
Unidad de berenjena, calabacín,
150 g 0,5
espárrago, pepino, pimiento, tomate
160 g Unidad de cebolla, zanahoria 1,5
10 ml Cucharada de aceite 1
Para diseñar un menú hay que conocer los hábitos alimentarios y el modelo
dietético de la persona para quién será diseñado. Esta información puede reali-
zarse mediante el uso de encuestas alimentarias, como el recuerdo de 24 horas,
que por su facilidad es de los más ampliamente utilizados.
Es importante conocer los gustos y aversiones alimentarias, el número de
comidas que realiza a lo largo del día, los horarios, el número y tipo de platos
que se consumen, los menús y recetas más frecuentes, las técnicas culinarias ha-
bituales, etc. Conocer toda la información relacionada con la alimentación tipo de
Manual de alimentación. Planificación alimentaria
Hay que potenciar los hábitos saludables y modificar aquellos menos reco-
mendados. No hay que eliminar radicalmente los alimentos habituales ni tam-
poco introducir muchos alimentos nuevos. Los cambios deben ser realistas y en
consonancia con las características de la persona.
Manual de alimentación. Planificación alimentaria
Hay que tener en cuenta que cada comida contiene el número máximo de
intercambios por grupo de alimentos, para que se pueda variar entre los del mis-
mo grupo. Puesto que todos los intercambios tienen 10 gramos de nutriente
mayoritario, los alimentos se pueden sustituir unos por otros dentro de un mis-
mo grupo y siempre estaremos conservando el contenido de macronutrientes. Es
posible elegir todos los intercambios de un mismo alimento o completarlos con
alimentos diferentes del mismo grupo.
— También es posible que solo se consuma la pasta y se elimine el pan (15 g por
cada intercambio de pasta x 5 intercambios = 75 g de pasta x 2 = 150 g de pasta).
— Si se trata de una reunión social, por ejemplo, María podría consumir una
copa de vino (100 ml = 1 intercambio) más un plato de paella (90 g de arroz
cocido = 3 intercambios) y un trozo pequeño de pan (20 g = 1 intercambio).
De esta forma, el plan de alimentación va sustituyendo por alimentos los inter-
cambios de cada grupo de alimentos hasta completar el menú de un día (Tabla 8).
* Aportados por el grupo de cereales, pastas, tubérculos; ** aportadas por el grupo de carnes, pescados, huevos.
7. OTRAS RECOMENDACIONES
— Limita el consumo de alcohol a una copa de vino, cerveza o sidra al día, si eres
mujer, y no más de 2 si eres hombre.
— Planifica la compra periódicamente y adáptala a la elaboración de los menús.
— Elige alimentos propios de cada estación y almacénalos adecuadamente, en
lugares frescos y secos (pasta, arroz, legumbres, etc.), en el frigorífico (ver-
duras y frutas frescas, lácteos, huevos, carnes, pescados) o en el congelador
para conservar más tiempo los crudos y cocidos.
— Consulta el etiquetado que acompaña a los alimentos: es un medio muy útil
para conocer el contenido en energía y nutrientes. Evita los alimentos con
alto contenido en azúcar, en grasas saturadas, grasas trans o hidrogenadas, y
aceites de palma o coco (en bollería industrial, aperitivos salados y produc-
tos precocinados).
— Toma el sol 15 minutos al día en horas de menor incidencia con el fin de sin-
tetizar vitamina D.
Siguiendo estos sencillos consejos puede llevarse a cabo una dieta saludable y,
junto con la realización de actividad física, mantener una buena salud.
BIBLIOGRAFÍA
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[9] World Health Organization. Promoting a healthy diet for the WHO Eastern
Mediterranean Region: user-friendly guide. Regional Office for the Eastern
Mediterranean. OMS, 2012.
䉴
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Capítulo 15
Resumen
1. INTRODUCCIÓN Y OBJETIVOS
hacia un patrón de dieta saludable. Las tablas de composición de los alimentos son
una herramienta útil que nos permite valorar la dieta habitual de un individuo
para poder compararla con las ingestas recomendadas. En los últimos tiempos se
han incorporado una serie de herramientas on-line que incorporan ambos con-
ceptos en softwares para la valoración y diseño de dietas saludables.
La prevalencia de enfermedades no transmisibles como las enfermedades car-
diovasculares, la obesidad, la diabetes mellitus o el cáncer es cada vez mayor.
Treinta millones de personas mueren cada año debido a las enfermedades no
transmisibles principalmente a enfermedades cardiovasculares, cáncer, enferme-
dades respiratorias crónicas y diabetes. Cerca de 14 millones de estas muertes
ocurren en personas de 30 a 70 años de edad y el 25 % en países desarrollados.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, en su reporte de 2014
acerca de los perfiles por países sobre la prevalencia de enfermedades no transmi-
sibles, en España el 31 % de la mortalidad es debida a enfermedades cardiovascu-
lares, seguida de un 28 % debido al cáncer y un 21 % a otras enfermedades no
transmisibles (como la obesidad). La elaboración y seguimiento de una dieta sana
es una medida útil para prevenir y reducir el riesgo de padecer dichas enferme-
dades altamente prevalentes en todo el mundo.
Objetivos:
1. Conocer diferentes herramientas on-line para el diseño de dietas.
2. Conocer las características generales y recomendaciones específicas de una die-
ta sana para diferentes patologías.
3. Utilizar una herramienta on-line para el diseño de una dieta tipo.
2. HERRAMIENTAS ON-LINE
una proteína de alto valor biológico). Es importante que las proteínas no ex-
cedan el 15 % de la energía total de la dieta. La inclusión de pescados azules
como salmón, atún, sardinas, cazón, etc. es importante debido al alto conte-
nido en ácidos omega 3 implicados en la salud cardiovascular. Es preferible la
inclusión en la dieta de quesos frescos y preferir los productos semidesnatados
a los enteros.
— Hay que preferir siempre los alimentos integrales ya que aportan adecuadas
cantidades de fibra la cual es clave en la salud cardiovascular. No hay que ol-
vidar incluir en la dieta al menos cinco piezas de frutas y verduras frescas las
cuales además de fibra proporcionarán antioxidantes a la dieta.
— Se ha observado que el consumo de vino tinto con las comidas mejora la salud
cardiovascular, sin embargo, esta no debe de exceder de una copa de vino al
día en las mujeres y dos en el caso de ser varón.
— El consumo de sal debe ser limitado y no exceder 5 g/día, lo que garantizará
que no se exceda en la recomendación del consumo de sodio (<2 g/día). Otra
opción es el consumo de sal potásica.
— El colesterol a partir de la dieta debe ser inferior a 300 mg/día.
— Es importante también reducir al mínimo los alimentos procesados y optar
por alimentos frescos que contribuyen a un estilo de vida saludable.
del cáncer, la OMS recomienda que el índice de masa corpora (IMC) de los
adultos permanezca entre 21 y 23 kg/m 2. Por lo tanto, si se tiene un problema de
sobrepeso u obesidad es importante corregirlo a través de la dieta y la realización
de actividad física.
Con el objetivo de prevenir el riesgo de padecer cáncer es necesario tomar
una serie de medidas:
— Hay que limitar el consumo de alimentos de alta densidad energética y evitar
el consumo de bebidas azucaradas. Eliminar preferentemente de la dieta el
consumo de comida rápida.
— La inclusión de verduras parece ser vital en la prevención de la enfermedad.
Estás deben de consumirse preferentemente crudas, o con un mínimo de coc-
ción donde estas queden crujientes. Las frutas y las verduras deben ser consu-
midas en al menos 600 gramos al día. Esta cantidad junto con el consumo de
cereales integrales y legumbres garantizará un adecuado aporte de fibra impli-
cada en la salud gastrointestinal y relacionada en la prevención del cáncer.
También aportarán diferentes compuestos bioactivos con actividad biológica.
— Hay que limitar el consumo de alimentos altamente refinados y limitar la
ingesta de carnes rojas, principalmente las de alto contenido graso, no exce-
diendo más de 500 gramos por semana. Las carnes procesadas y embutidos
deben ser reducidos al máximo.
— Evitar el consumo de alimentos ahumados, en salazón, braseados y/o cocina-
dos directamente al fuego o humo es importante en la prevención del cáncer.
— Limitar el consumo de bebidas alcohólicas parece también estar relacionada
con la prevención del cáncer por lo que no debemos incluir en la dieta más de
dos unidades diarias si se es varón y no más de una unidad si se es mujer.
— Evitar consumir alimentos demasiado calientes o demasiado fríos. Mantener
un hábito de comidas regular en cantidad y en horario.
— Consumir líquidos suficientes a lo largo de todo el día y preferentemente en-
tre horas.
física con el objeto de lograr un mejor control metabólico y una reducción de las
complicaciones. Aunque el tratamiento es exclusivamente médico y nutricional
es posible adoptar pautas dietéticas saludables como:
— Elegir siempre alimentos con bajo índice glucémico revisados en capítulos
anteriores. Los hidratos de carbono deben aportar el 65 % de la energía total
de la dieta, las proteínas no más del 15 % y los lípidos el 30 %. Los hidratos de
carbono deben ser mayoritariamente complejos.
— No se deben realizar dietas que alteren las proporciones recomendadas entre
los macronutrientes. Habitualmente, la máxima preocupación en el control
de la dieta del diabético es la vigilancia de los hidratos de carbono por la
creencia de ser «malos», sin embargo, la dieta media española ya es muy baja en
este tipo de macronutriente acentuándose de manera importante en estos pa-
cientes. Estas medidas y creencias sobre los hidratos de carbono no es una
medida adecuada por lo que su reducción en la dieta no debe formar parte de
una dieta adecuada.
— Lo que si que hay que vigilar son los azucares simples añadidos a los alimentos
(como alta fructosa, glucosa, sacarosa, etc.) y a la dieta en general. Estos azucares
se encuentran adicionados a alimentos y bebidas por la manufacturación, por el
cocinado de los alimentos o por el mismo consumidor. Incluyen los monosacá-
ridos (glucosa, fructosa, galactosa) y disacáridos (azúcar de mesa o sacarosa,
maltosa, etc.) así como azucares presentes de manera natural en siropes, zumos
y concentrados de frutas (se excluyen de esta categoría las frutas consumidas
como piezas enteras que además de fructosa aportan fibra que reduce su efecto
sobre los picos de glucosa). El azúcar puede ser sustituido por edulcorantes y
nunca sobrepasar el 5-10 % de energía total de la dieta. El azúcar de las frutas
(fructosa) es más dulce que otros azúcares, sin embargo, se metaboliza sin la
necesidad de insulina por lo que produce una hiperglucemia menor.
— La dieta debe ser variada para aumentar las posibilidades de consumir todas las
vitaminas y minerales necesarios.
— Hay que preferir el consumo de cereales integrales y alimentos ricos en fibra.
La cantidad de fibra recomendada para personas con diabetes mellitus es simi-
lar al establecido en personas sanas, de 20-35 gramos al día. La fibra tiene un
valor terapéutico y puede reducir la prevalencia de diabetes.
— Distribuir adecuadamente los alimentos a lo largo del día. Estas pueden variar
de 5 a 6 comidas.
— Es importante mantener un peso corporal adecuado. El exceso de grasa cor-
poral favorece el empeoramiento de la enfermedad.
Manual de alimentación. Planificación alimentaria
3.4. Obesidad
MORTALIDAD 2,5
2,0
INDICE DE
— Hay que establecer objetivos realistas a largo plazo dado que la reducción sana
de peso implica que el cambio de hábitos de vida dietéticos se mantengan a lo
largo del tiempo.
— Hay que tener en cuenta que con el paso del tiempo también existen mecanis-
mos adaptativos encaminados a la conservación de la energía lo que hace nece-
sario disminuir la ingesta para mantener el peso y aumentar la actividad física.
— Los individuos sometidos a restricciones energéticas repetidamente tienden a
ganar peso nuevamente tras el cese de la dieta (efecto rebote) reduciendo de
manera progresiva las posibilidades de éxito.
— Debe reducirse al máximo el consumo de alcohol pues solo aporta calorías y
no es necesario en la dieta.
— El agua no proporciona calorías. Es indispensable para la vida y disminuye la
sensación de hambre por lo que no debe ser olvidada como constituyente im-
prescindible de la dieta.
— El consumo de fibra a través de cereales integrales, frutas y verduras frescas o
poco cocinadas (crujientes) es importante dado que aumenta la sensación de
saciedad y tiene un efecto beneficioso sobre el control del peso.
Figura 2. Cómo utilizar una herramienta on-line para el diseño de una dieta I.
Estos datos son ingresados en la primera pestaña del programa denominada usua-
rio (Figura 2).
Note que en la actividad física hemos puesto fuerte, esto es debido a que el
alimentador considera la actividad moderada como fuerte. Sus opciones para la
actividad física son sedentaria, ligera, fuerte, muy fuerte. Una vez terminada esta
sección damos a continuar.
Seguidamente en la pestaña de su comida comenzaremos a introducir los ali-
mentos que conformarán la dieta de la persona. Para ello hemos de añadir el
tiempo de comida del cual se trata en añadir comida para posteriormente ingresar
los alimentos de la dieta. Estos alimentos los podemos encontrar en el lado iz-
quierdo de la pantalla, generalmente están organizados por grupos de alimentos
aunque también existe la opción de formato libre donde los alimentos se en-
cuentran por orden alfabéticos. El usuario puede elegir la opción más cómoda.
Una vez que hemos añadido la comida comenzamos a agregar los alimentos la
conformarán. En el lado derecho de la pantalla podemos observar un gráfico de
necesidades en el que se encuentran indicadas las recomendaciones (en verde) de
energía y algunos nutrientes como proteínas, lípidos, hidratos de carbono, fibra y
colesterol (Figura 3). Conforme vamos añadiendo alimentos se va coloreando en
rojo lo que vamos cubriendo de esta recomendación. Esto no servirá de orienta-
ción y podremos aumentar o quitar alimentos en función de las recomendaciones.
Manual de alimentación. Planificación alimentaria
Figura 3. Cómo utilizar una herramienta on-line para el diseño de una dieta II.
Figura 4. Cómo utilizar una herramienta on-line para el diseño de una dieta III.
Instrumentos para la elaboración de dietas
Figura 5. Cómo utilizar una herramienta on-line para el diseño de una dieta IV.
Manual de alimentación. Planificación alimentaria
Figura 6. Cómo utilizar una herramienta on-line para el diseño de una dieta V.
Figura 7. Cómo utilizar una herramienta on-line para el diseño de una dieta VI.
Figura 8. Cómo utilizar una herramienta on-line para el diseño de una dieta VII.
Manual de alimentación. Planificación alimentaria
Figura 9. Cómo utilizar una herramienta on-line para el diseño de una dieta VII.
BIBLIOGRAFÍA
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Capítulo 16
Resumen
Los alimentos funcionales son aquellos alimentos que además de sus cuali-
dades nutricionales, proporcionan beneficios en una o más funciones im-
portantes del organismo ya sea proporcionando un mejor estado de salud y
bienestar y/o reduciendo el riesgo de padecer alguna enfermedad. Estos
surgen por la necesidad de reducir los costes sanitarios de la población y
mejorar el estado de salud general de sus habitantes. Existen diferentes in-
gredientes funcionales que pueden dar funcionalidad a los alimentos como
los prebióticos, prebióticos, fibra, ácidos omega 3, estanoles, antioxidantes,
fibras dietéticas, etc. Sin embargo para que un alimento sea funcional es
necesario que demuestre fehacientemente a través de estudios científicos
que ejerce el efecto beneficioso que dice poseer. La EFSA es el organismo
encargado de evaluar y avalar la funcionalidad de los alimentos funcionales.
1. INTRODUCCIÓN Y OBJETIVOS
Una dieta sana es aquella que proporciona una combinación adecuada de ener-
gía y nutrientes para llevar a cabo las funciones que el organismo necesita en cada
etapa de la vida y que además ayuda a prevenir enfermedades. La salud conseguida
a través de la alimentación se considera cada vez más importante por lo que exige
*
Unidad de Nutrición Clínica y Dietética. Hospital Universitario La Paz. Grupo de Investigación en Nutrición y
Alimentos Funcionales (NUTRINVEST). Instituto de Investigación Sanitaria del Hospital Universitario La Paz (IdiPAZ).
Universidad Autónoma de Madrid.
Manual de alimentación. Planificación alimentaria
un marco regulador que proteja a los consumidores. En los últimos años los pro-
ductos han utilizado como reclamo en la decisión de compra un potencial valor
añadido sobre su aporte nutricional. Los mensajes incorporados en el etiquetado y
en las campañas publicitarias y de marketing no siempre son lo suficientemente
claros o comprensibles. Algunos no se ajustan en su totalidad a los parámetros de
evidencia científica que justifique su veracidad. Este panorama dificulta la elección
de los alimentos y crea desconfianza sobre la utilidad de muchos de ellos.
Los denominados alimentos funcionales son un gran avance en el camino
hacia una nutrición óptima personalizada que no solo cubra las ingestas reco-
mendadas de energía y nutrientes sino que mejore el riesgo de padecer enferme-
dades y prolongue la salud del individuo que los consume.
Objetivos:
1. Identificar que es un alimento funcional a través de las características que lo
definen.
2. Conocer la legislación en torno a los alimentos funcionales.
3. Identificar algunos de los ingredientes que dan funcionalidad a los alimentos.
bitos de alimentación considerados como saludables que durante años han dado
forma a la dieta mediterránea. Estos cambios han facilitado que los hábitos ali-
mentarios cambien de manera gradual hacia un consumo de alimentos menos
variados y el abandono de técnicas culinarias que requieren más tiempo. La
enorme oferta de alimentos también contribuye a que la toma de decisiones so-
bre su adquisición no siempre resulte adecuada.
Si bien los alimentos procesados hoy en día poseen las mejores garantías sani-
tarias no siempre cumplen los requisitos para ser considerados un alimento salu-
dable. Una elevada disponibilidad de alimentos no siempre garantiza que la dieta
sea adecuada. Los expertos en nutrición recomiendan seguir una dieta adecuada
la cual debe ser suficiente, variada y equilibrada como la mejor herramienta para
prevenir enfermedades y mantener la salud. De esta forma, una dieta inadecuada
será aquella que no cumpla dichas características y la cual puede convertirse en
un factor de riesgo para padecer enfermedades.
A este respecto, en los últimos años ha habido un incremento de la incidencia
de enfermedades crónicas relacionadas muy probablemente con la baja calidad de
la dieta y el estilo de vida. La asociación entre las enfermedades crónicas no
transmisibles más comunes en la población española (obesidad, enfermedades
cardiovasculares, diabetes mellitus tipo 2, etc.) parece estar fuertemente asocia-
das al consumo de alimentos (o componentes de los mismos) ya sea a favor de
evitarlas o por contribuir a su aparición.
Estas observaciones dieron lugar a que se investigara asiduamente cómo me-
jorar el riesgo de padecer enfermedades a través de la alimentación. Ya no se
trataba únicamente de reducir los alimentos cuyo exceso podría ser perjudicial,
sino de buscar aquellos alimentos que tuvieran beneficios saludables y contribu-
yeran a retrasar y/o evitar la aparición de enfermedades.
La principal función de los alimentos es la de cubrir las necesidades metabó-
licas del individuo proporcionando combustibles y de materiales plásticos para la
renovación de los tejidos. Nutrir es, pues, la principal función de los alimentos,
sin embargo, cabe pensar que otras funciones pueden obtenerse a través de una
alimentación adecuada. Es decir, cabe pensar que existen otros beneficios del
consumo de los alimentos más allá de los aspectos puramente nutricionales. Si
bien una dieta adecuada cubre todas las necesidades de energía y nutrientes, una
mala alimentación podría no contener los nutrientes que se necesitan o las canti-
dades adecuadas. Los alimentos funcionales podrían ayudar a modificar positiva-
Manual de alimentación. Planificación alimentaria
mente posibles desequilibrios alimentarios. Con la entrada del siglo xxi, se ge-
neran nuevas perspectivas y se plantea la posibilidad de promover la salud a través
de la alimentación.
La toma de conciencia por las autoridades sanitarias sobre la relación dieta-
salud/enfermedad hizo que se incrementará la necesidad de desarrollar nuevos
alimentos por parte de la industria alimentaria con características saludables que
contribuyeran a mejorar el estado de salud de los consumidores. Surgen de esta
manera los llamados alimentos funcionales.
3. ALIMENTOS FUNCIONALES
5.1. Probióticos
5.2. Prebióticos
5.3. Sinbióticos
Las grasas de los alimentos (lípidos) están clasificados en tres grandes grupos
en función de la saturación de sus enlaces en ácidos grasos saturados (AGS), áci-
dos grasos poliinsaturados (AGP) y ácidos grasos monosaturados (AGM). Los
ácidos grasos omega 3 (Ȧ-3) son AGP esenciales ya que el organismo no puede
sintetizarlos por si mismo y por ello deben ser obtenidos a través de la dieta. Los
más importantes son el ácido Į-linolénico (ALA), el ácido docosahexanoico (DHA) y
el ácido eicosapentaenoico (EPA).
Las principales fuentes de Ȧ-3 son los pescados de aguas frías como el sal-
món, la sardina, la trucha o el atún, pero también otros alimentos menos comu-
nes como las algas o el krill. Sin embargo, debido a que el consumo de este tipo
de alimentos suele ser bajo, los Ȧ-3 se han incorporado a una gran variedad de
alimentos funcionales, principalmente lácteos y huevos.
En el año 2015, el ALA aparece en el registro sobre alegaciones de salud y
nutrición autorizadas por la Comisión Europea. En él se recoge información
sobre el efecto beneficioso del consumo de 2 gramos al día sobre el manteni-
miento de los niveles normales de colesterol.
En los resultados preliminares del estudio PREDIMED, un proyecto a gran
escala en el que intervienen más de 9,000 pacientes con alto riesgo cardiovascular,
se observó que tras los tres primeros meses de intervención los participantes pre-
sentaron cifras más bajas de presión arterial y menores concentraciones en sangre
de glucosa, colesterol, triglicéridos y marcadores de inf lamación, al mismo tiem-
po que mostraban un aumento del colesterol HDL («colesterol bueno»). A este
respecto, los investigadores creen que una parte importante de los beneficios ob-
tenidos se debe al alto contenido en ácidos grasos omega-3 de las nueces consu-
midas dado que estos son capaces de reducir las cifras de triglicéridos en sangre.
De hecho, el EPA y DHA contribuyen al mantenimiento de la presión arte-
rial normal. Esta afirmación se aplica a los alimentos que puedan consumirse de
manera regular y que aporten al menos 3 gramos de EPA y DHA diariamente.
Es importante señalar que esta afirmación solo es válida en adultos y no debería
utilizarse en alimentos que van dirigidos al consumo infantil. El EPA y DHA
también contribuyen a mantener los niveles normales de triglicéridos aunque en
una dosis más baja que la que se necesita para mantener los niveles normales de
presión arterial. Los alimentos funcionales que aporten una ingesta diaria
Manual de alimentación. Planificación alimentaria
5.7. Antioxidantes
Las células del organismo producen radicales libres como parte de los proce-
sos metabólicos naturales. Estos radicales libres son neutralizados por un elabora-
do sistema de defensa antioxidante que incluye enzimas además de otro gran
número de antioxidantes no enzimáticos que incluyen micronutrientes como las
vitaminas A, E y C; y no nutrientes como los f lavonoides, etc. Todas estas sus-
tancias son capaces de retardar o prevenir la oxidación de otras moléculas.
En general, todas las frutas y las verduras contienen gran cantidad de antio-
xidantes; otras plantas como el té y el romero y, aceites como el de oliva, tam-
bién son una buena fuente de estos compuestos.
Se han diseñado alimentos que en su matriz incorporan compuestos antioxidan-
tes los cuales sirven de apoyo al sistema endógeno de defensa. La ingesta de alimen-
tos funcionales ricos en antioxidantes puede ser una buena estrategia, para prevenir
o reducir el estrés oxidativo. Muchas vitaminas tienen diversas funciones en el or-
ganismo y tienen diversas alegaciones aprobadas por la Comisión Europea (Tabla 1).
Vitamina Alegación
Contribuye al funcionamiento normal del metabolismo del hierro.
Contribuye al mantenimiento normal de la piel.
Vitamina A
Contribuye al mantenimiento normal de la visión.
Contribuye al funcionamiento normal del sistema inmune.
Contribuye a la normal absorción/utilización del calcio y el fósforo.
Contribuye al mantenimiento normal del hueso.
Vitamina D
Contribuye al mantenimiento normal del músculo.
Contribuye al mantenimiento normal de los dientes.
Vitamina E Contribuye a la protección de las células del estrés oxidativo.
Contribuye a la normal coagulación de las sangre.
Vitamina K
Contribuye al mantenimiento normal del hueso.
Contribuye a la formación normal de colágeno para la función normal.
Vitamina C Contribuye al funcionamiento normal del sistema nervioso.
Contribuye a la protección celular del daño oxidativo.
Contribuye al funcionamiento normal del sistema nervioso.
Tiamina
Contribuye al funcionamiento normal del corazón.
Necesidad de nuevos alimentos y alimentos funcionales
Vitamina Alegación
Contribuye al funcionamiento normal del sistema nervioso.
Riboflavina Contribuye al mantenimiento normal de la visión.
(Vitamina B2) Contribuye al metabolismo normal del hierro.
Contribuye la protección celular del daño oxidativo.
Contribuye al funcionamiento normal del metabolismo energético
Niacina Contribuye al funcionamiento normal del sistema nervioso.
Contribuye a la función psicológica normal.
Contribuye al funcionamiento normal del sistema nervioso.
Vitamina B6 Contribuye a la función psicológica normal.
Contribuye a la formación normal de los eritrocitos.
Contribuye al metabolismo normal de los macronutrientes.
Biotina Contribuye a la función psicológica normal.
Contribuye al mantenimiento normal de la piel.
Tiene un papel en el proceso de división celular.
Contribuye al funcionamiento normal del sistema nervioso.
Vitamina B12
Contribuye al metabolismo normal de las proteínas y el glucógeno.
Contribuye a la regulación de actividad hormonal.
Contribuye a mantenimiento normal de la síntesis de aminoácidos.
Contribuye a la formación normal de sangre.
Folato
Contribuye al funcionamiento normal del sistema inmune.
Contribuye a la reducción del cansancio y la fatiga.
Fibra Declaración
El consumo de pectinas con las comidas contribuye a
Pectinas la reducción del aumento de la glucosa sanguínea des-
pués del consumo de alimentos.
En el contexto de una dieta de restricción eneregética
Glucomanano (konjac mannan)
contribuye a la pérdida de peso.
Contribuye al mantenimiento de los niveles normales
Goma Guar
de colesterol sanguíneo.
Lactulosa Contribuye a la aceleración del tránsito intestinal.
Fibra del grano de avena Incrementa el bolo fecal.
El reemplazo de almidones digeribles por almidón
resistente en una comida contribuye a la reducción del
Almidón resistente
aumento de glucosa sanguínea tras el consumo de los
alimentos.
Fibra de centeno Contribuye a normal funcionamiento del intestino.
Fibra de trigo integral Contribuye a la aceleración del tránsito intestinal.
Fibra de trigo entero Contribuye al incremento del bolo fecal.
Fibra de la remolacha de azúcar Incrementa el bolo fecal.
6. CONSIDERACIONES FINALES
Hay que recordar que los alimentos funcionales deben consumirse dentro de
una dieta sana y en las mismas cantidades en las que habitualmente se consumen
el resto de los alimentos. Estos deben formar parte de una dieta equilibrada y en
Manual de alimentación. Planificación alimentaria
BIBLIOGRAFÍA
[1] Aranceta Batrina, J., «Alimentos funcionales y salud», en: Guía de buena práctica
clínica en alimentos funcionales. Atención Primaria de Calidad. Madrid: OMC
Organización Médica Colegial de España.
[2] Gil, A.; Álvarez, J.; Culebras, J.; García de Lorenzo, A., Tratado de Nutrición.
2.ª ed. Madrid: Médica Panamericana, 2010.
[3] Pool-Zobel, B. L.; Sauer, J., Overview of experimental data on reduction of colorectal
cancer risk by inulin-type fructans. J Nutr 2007;137(11 Suppl):2580S-2584S.
[4] Registro sobre declaraciones de salud y nutrición 2014. EU Register on nutrition
and health claims. Comisión Europea 2014.
䉴
䉴
Capítulo 17
LA DIETA MEDITERRÁNEA
Resumen
Palabras clave: dieta mediterránea, modelo alimentario, estilo de vida, cultura, salud.
Abreviaturas:
*
Unidad de Nutrición Clínica y Dietética. Hospital Universitario La Paz. Universidad Autónoma de Madrid.
Manual de alimentación. Planificación alimentaria
1. INTRODUCCIÓN Y OBJETIVOS
El mar Mediterráneo es el espacio físico que riega las costas de muchos países
diferentes, separando tres continentes con características específicas. A su vez, es
el escenario en el que se unifican las diferentes culturas y tradiciones de Europa,
Asia y África.
El espacio mediterráneo ha conformado, a través de los siglos, una tradición
alimentaria común: la dieta mediterránea. Este concepto está íntimamente rela-
cionado con su origen etimológico, pues la palabra ‘dieta’ procede del latín diae-
ta y esta, a su vez, está tomada del griego díaita, que significa «manera de vivir»
o «régimen de vida». Por otro lado, la palabra mediterráneo procede del latín medi
terraneum, cuyo significado es «en medio de las tierras». Entonces, además del
concepto alimentario, la dieta mediterránea incluye los demás factores que con-
forman el estilo de vida de los diferentes territorios que rodean este mar.
El estilo de vida al que nos referimos forma parte del patrimonio cultural de
los pueblos mediterráneos. El 16 de noviembre de 2010, la Organización de
Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) aprobó
la inscripción de la dieta mediterránea en la lista del Patrimonio Cultural
Inmaterial de la Humanidad. La candidatura fue presentada en conjunto por
España, Grecia, Italia y Marruecos.
Según expone la Unesco
«La Dieta Mediterránea es un conjunto de competencias, conocimientos, prácticas y tradiciones
relacionadas con la alimentación humana, que van desde la tierra a la mesa, abarcando los cultivos,
las cosechas y la pesca, así como la conservación, transformación y preparación de los alimentos y, en
particular, el consumo de estos. La Dieta Mediterránea está caracterizada por un modelo nutricional
que ha permanecido constante a través del tiempo y del espacio, siendo sus ingredientes principales
el aceite de oliva, los cereales, las frutas y verduras frescas o secas, una proporción moderada de carne,
pescado y productos lácteos, y abundantes condimentos y especias, cuyo consumo en la mesa se acom-
paña de vino o infusiones, respetando siempre las creencias de cada comunidad» (2010).
Manual de alimentación. Planificación alimentaria
3. ANTECEDENTES
de las contribuciones más importantes fue el estudio de los Siete Países, iniciado
en el año 1950 por un equipo de la Universidad de Minnesota liderado por el
fisiólogo Ancel Keys.
La principal hipótesis del estudio de los Siete Países fue que la tasa de enfer-
medad coronaria en diferentes poblaciones variaba en función de sus caracterís-
ticas físicas y su estilo de vida, en el cual jugaba un papel muy importante la
dieta.
Dada la hipótesis mencionada, el objetivo fundamental del estudio fue cono-
cer la relación entre la dieta, otros factores de riesgo y la incidencia de enferme-
dad coronaria. Con ello, se buscó, en términos epidemiológicos, que el estudio
fuese ecológico (se estudia la exposición global frente a un factor de riesgo en un
conjunto de individuos) y longitudinal (se realizan varias mediciones, de modo
que la exposición al factor de riesgo es anterior al evento de interés).
Durante la primera fase del estudio (1958-1983) se realizaron encuestas es-
tandarizadas sobre el estilo de vida de 12.763 participantes, divididos en 16 gru-
pos de personas o cohortes de varones de edades comprendidas entre 40 y 59
años. Estos participantes procedían de la antigua Yugoslavia, Grecia e Italia (paí-
ses mediterráneos del sur de Europa), Holanda y Finlandia (países del norte y
centro de Europa), Estados Unidos y Japón. El seguimiento se realizó a partir de
datos obtenidos al inicio del estudio y después de 5 y 10 años. También se reco-
gieron datos de mortalidad durante 25 años.
Una segunda fase del estudio (1984-1999) analizó diferentes aspectos de la
salud en personas mayores de nueve cohortes europeas.
El estudio de los Siete Países proporcionó nueva y destacada información
para el diseño de posteriores estudios. Este demostró las importantes diferencias
en la prevalencia de enfermedad coronarias entre los diferentes países selecciona-
dos relacionados con su dieta (Tabla 1). Los datos obtenidos del estudio revelaron
que los hábitos alimentarios en los países mediterráneos y en Japón se relaciona-
ban con bajas tasas de enfermedad coronaria y mortalidad. En contraposición, las
poblaciones de países como Finlandia, Holanda o Estados Unidos padecían en-
fermedades coronarias con mucha mayor frecuencia. Se observó que estos even-
tos estaban relacionados, entre otros factores, con la composición de la grasa de
la dieta, ya que los habitantes de los países mediterráneos presentaban un mayor
consumo de grasa monoinsaturada (aceite de oliva) y los de países como Finlandia
y Estados Unidos realizaban una dieta rica en colesterol y grasa saturada.
La dieta mediterránea
CHD
Cohortes N
(Muertes/1.000 habitantes)
Ferrocarril de EE.UU., EE.UU. 2.571 160 (7)
Este de Finlandia, Finlandia. 817 268 (15)
Oeste de Finlandia, Finlandia. 860 180 (13)
Zutphen, Holanda. 878 169 (13)
Crevalcore, Italia. 993 93 (9)
Montegiorgio, Italia. 719 60 (9)
Ferrocarril de Roma, Italia. 768 87 (10)
Dalmacia, antigua Yugoslavia. 671 54 (9)
Eslovenia, antigua Yugoslavia. 696 80 (10)
Velika Krsna, antigua Yugoslavia. 511 43 (9)
Zrenjanin, antigua Yugoslavia. 516 116 (14)
Belgrado, antigua Yugoslavia. 536 106 (13)
Creta, Grecia. 686 25 (6)
Corfú, Grecia. 529 48 (9)
Tanushimaru, Japón. 508 30 (8)
Ushibuka, Japón. 502 36 (8)
Modificado de: Menotti A et al. Food intake patterns and 25-year mortality from coronary heart disease: cultural
correlations in the Seven Countries Study. The Seven Countries Research Group. Eur J Epidemiol 1999;15:507-15.
Pese a que a lo largo del capítulo nos hemos referido a una única dieta me-
diterránea, lo cierto es que los hábitos alimentarios de los países de la cuenca
mediterránea no son iguales. Incluso varían de unas regiones a otras en un mis-
mo país.
A la realidad indicada se añade que, pese al creciente interés por esta forma de
alimentarse, los hábitos alimentarios han evolucionado a medida que se ha produci-
do el desarrollo de estos países. Esto ha permitido que los alimentos típicos de la
«dieta occidental», como los productos cárnicos o la bollería industrial, estén al al-
cance de todos los habitantes. Este proceso de occidentalización de la dieta es fruto
de la creciente pérdida de la cultura culinaria y de la escasez de tiempo para cocinar.
Pese a que no es fácil conocer con exactitud los cambios producidos en la
dieta de los países mediterráneos desde que apareció este nuevo término, es rela-
tivamente sencillo conocer su tendencia. En España han sido palpables las varia-
ciones en los patrones de alimentación como consecuencia de la industrializa-
ción del país. Entre estas, destaca el incremento del consumo de carne y
productos cárnicos, unido al descenso en la ingesta de aceite de oliva, lo que ha
causado el cambio en la composición de la grasa ingerida hacia un aumento de
los ácidos grasos saturados (embutidos, dulces y productos de bollería industrial).
Además, se ha observado un marcado descenso en el consumo de legumbres.
A pesar de ello, el valor obtenido al medir la adherencia de la dieta española
a la dieta mediterránea (utilizando el Mediterranean Diet Score) es relativamente
satisfactorio, principalmente en lo que respecta al consumo de frutas, verduras,
pescado y aceite de oliva (Tabla 2).
Otros alimentos que deben consumirse diariamente son los productos lác-
teos, que han de preferirse bajos en grasa, o las especias, las hierbas, el ajo y la
cebolla, que contribuyen a reducir la sal añadida a las comidas y son una opción
ideal para dar variedad de sabores y aromas a los platos. Los frutos secos, semillas
y aceitunas (fuentes de lípidos, proteínas, vitaminas, minerales y fibra) cobran
más importancia en esta representación que en la pirámide de alimentación salu-
dable, ya que son símbolo del paisaje mediterráneo.
El consumo moderado de vino es una recomendación incluida en la figura
piramidal, ya que se ha observado el efecto beneficioso de sus componentes so-
bre la enfermedad cardiovascular en determinadas poblaciones. Sin embargo, el
efecto protector del consumo moderado de vino no es aplicable en todas las per-
sonas por igual. Es más, el alcohol no suele incluirse en las recomendaciones
generales que se dan a la población, pues su consumo inadecuado (tanto por el
volumen total del alcohol consumido como por las características de la forma de
beber) ocasiona consecuencias sanitarias graves.
Continuando con las recomendaciones incluidas en la pirámide, se deben
consumir semanalmente proteínas tanto de origen animal como vegetal. Los
alimentos ricos en proteínas no suelen formar parte de los platos mediterráneos
aunque si pueden aparecer en grandes proporciones. De ahí que la frecuencia
semanal de estas fuentes proteicas: pescados y mariscos (dos o más raciones), car-
nes blancas (dos raciones), huevos (de dos a cuatro unidades) y legumbres (dos o
más raciones).
Incluidas entre las recomendaciones de consumo semanal, pero en menor
cantidad y frecuencia, se hallan los siguientes alimentos: carne roja (menos de
dos raciones, preferentemente sin grasa) y carnes procesadas (menos de una
ración).
También se incluyen en este grupo las patatas (tres o menos raciones semanales)
las cuales se recomienda consumir frescas. Suelen ser un alimento muy presente en
diferentes recetas mediterráneas como acompañamiento de carnes y pescados.
Los alimentos situados en el vértice de la pirámide son ricos en grasas y azú-
cares. Dulces, pasteles, bollos y bebidas azucaradas (zumos azucarados y refres-
cos) deben consumirse ocasionalmente.
Acompañando a las recomendaciones dietéticas, la pirámide introduce como
novedad otras referidas al estilo de vida y a la preservación de los elementos cul-
Manual de alimentación. Planificación alimentaria
100
75
50
25
5.4.2. Cereales
5.4.3. Legumbres
5.4.5. Pescado
5.4.7. Vino
Dieta control
Incidencia de complicaciones 0,06
Dieta Mediterránea,
0,05
frutos secos
cardiovasculares
0,04
0,03
Dieta Mediterránea, aceite de
0,02 oliva virgen extra
0,01
0,00
0 1 2 3 4 5
Años
Modificado de: Estruch R et al. Primary Prevention of Cardiovascular Disease with a Mediterranean Diet. N Engl J Med 2013;368:1279-90.
6.3. Cáncer
esófago, próstata, vejiga, ovario y endometrio. Múltiples estudios revelan que las
dietas ricas en cereales, hortalizas, verduras y frutas disminuyen el riesgo de pade-
cer diversos tipos de cáncer, especialmente el epitelial. Por esta razón, y en vista de
que la Dieta Mediterránea, se caracteriza por incluir estos alimentos, se considera
su relación con la prevención y la menor mortalidad por algunos de estos tumores.
6.4. Alzheimer
BIBLIOGRAFÍA
Páginas Web
䉴
䉴
Capítulo 18
Resumen
1. INTRODUCCIÓN Y OBJETIVOS
Factores psicológicos
Factores socioculturales
Este factor inf luye de forma relevante en los hábitos dietéticos y costumbres
dentro de una población. La infancia, en la que tienen lugar los procesos de so-
cialización y aprendizaje, es la etapa más adecuada para que se introduzcan pa-
trones y hábitos alimentarios saludables, ya que se van adquiriendo casi de forma
involuntaria. Además, los fenómenos de migración hacen que se generen situa-
ciones de transculturización, de tal manera que se va sustituyendo en mayor o
menor medida la cultura propia. Por otra parte, existen diversos factores sociales
que también condicionan la alimentación, entre ellos: el ritmo de trabajo, el au-
mento de la escolarización, la incorporación de las mujeres al mundo laboral o la
excesiva publicidad que existe en los medios de comunicación, el cual es un fac-
tor muy inf luyente.
Factores religiosos
Ingesta calórica
Proteínas
Grasas
Ácidos grasos w-3. Una Ingesta elevada de ácidos grasos saturados hace que
aumenten los niveles de colesterol, lo que supone un mayor riesgo de padecer
enfermedad cardiovascular, mientras que los ácidos grasos mono y poliinsatura-
dos tienen efectos beneficiosos respecto a determinados factores de riesgo car-
diovascular.
Los ácidos grasos poliinsaturados son componentes esenciales de la estructura
de las membranas, y también intervienen en numerosos procesos de comunica-
ción celular, además de tener un importante papel en la salud cardiovascular,
función visual en la infancia y el desarrollo neurológico. Los AGPI más destaca-
dos son la serie n-6 y la n-3, dentro de la cual los más importantes son el ácido
eicosapentaenoico (EPA), el docosahexaenoico (DHA) y el α-lineleico (ALA).
En comparación con las personas que no son vegetarianas, los vegetarianos y
concretamente los veganos, tienden a tener niveles más bajos de ácidos grasos
omega-3 en sangre, ácido eicosapentaenoico (EPA), y ácido docosahexaenoico
(DHA). En los vegetarianos, el aporte de EPA y DHA depende básicamente de
la conversión de ácido alfa-linoleico (ALA) en los mismos. Por eso es importan-
te optimizar la alimentación para llegar a cubrir los requerimientos: optimizan-
do la ingesta de ALA que se encuentra por ejemplo en el aceite de oliva, las se-
millas de lino, nueces, aceite de cánola, semillas de chía o soja; mediante el
consumo de alimentos enriquecidos o mediante el consumo de suplementos
de EPA, DHA o ambos derivados de fuentes vegetales como algas.
Carbohidratos. Las ingestas actuales recomendadas de carbohidratos para una
dieta saludable indican que deben aportar entre el 50-55 % de la energía. La ma-
yoría de estos carbohidratos deberían proceder de carbohidratos complejos y
otros azúcares procedentes de la leche, la fruta o las verduras.
En comparación con las dietas omnívoras, la cantidad de carbohidratos y la
proporción de energía procedente de los carbohidratos en las dietas vegetarianas
es parecido e incluso ligeramente superior, especialmente en las dietas veganas.
Respecto a la ingesta de fibra, se ha comprobado que es superior en las dietas
vegetarianas, especialmente en las veganas. Las ingestas de fibra más elevadas son
mayormente debidas a la preferencia de cereales no refinados y un mayor consu-
mo de frutas, legumbres y cereales. Un consumo de fibra demasiado alto puede
llegar a ser problemático en relación a la biodisponibilidad de algunos micronu-
trientes por el alto contenido en fitatos.
Manual de alimentación. Planificación alimentaria
Minerales
Calcio. La leche y los productos lácteos son las principales fuentes de calcio.
Mientras que algunas dietas vegetarianas los incluyen, otras los excluyen total-
mente.
Algunos componentes de los alimentos que son abundantes en las dietas ve-
getarianas, como los oxalatos y los fitatos, pueden disminuir la absorción intesti-
nal de calcio. Por otro lado, las proteínas animales aumentan la excreción renal
de calcio, por lo que el hecho de excluir las proteínas de la carne de la dieta
ayuda al ahorro de calcio. Lo mismo ocurre con el sodio, ya que las dietas vege-
tarianas suelen aportar una cantidad inferior lo que contribuye también a la re-
tención del mineral.
La ingesta de calcio varía entre los distintos tipos de dietas vegetarianas.
Mientras que los lactovegetarianos tienen una ingesta de calcio muy parecida a la
de los omnívoros, los vegetarianos más estrictos como los veganos, tienen una
ingesta de calcio bastante inferior a lo que se une también una ingesta baja de
vitamina D, por lo que debe tener una especial atención en este colectivo. Aunque
en los alimentos vegetales también se puede encontrar este mineral, su biodispo-
nibilidad es muy variable y por lo tanto su absorción es menor. Por lo tanto en las
dietas vegetarianas más estrictas se recomienda elegir alimentos enriquecidos en
calcio, como el tofu, o en vitamina D y calcio en el caso de las bebidas vegetales.
Cinc. Los alimentos animales son la principal fuente de cinc, como el maris-
co, ostras, carne, hígado o productos lácteos. Los niveles de cinc que consumen
los vegetarianos suelen ser bastante similares a los que se consumen en dietas
omnívoras, lo que posiblemente sea debido a la elevada ingesta de legumbres,
cereales, frutos secos o germen de trigo. Sin embargo, aunque la ingesta de cinc
sea muy parecida en vegetarianos y en omnívoros, los niveles séricos de los vege-
tarianos suelen ser inferiores, cuya causa más probable es la menor biodisponibi-
lidad por la presencia de fitatos y fibra de los alimentos vegetales.
Hierro. Se pueden distinguir dos clases de hierro: el hierro «hemo», que pre-
senta mayor biodisponibilidad y por lo tanto tiene un mayor nivel de absorción, y
el hierro «no hemo», que se absorbe menos, ya que su biodisponibilidad es menor.
Dentro de los alimentos vegetales se encuentran tanto sustancias que pueden
mejorar la absorción del hierro, por ejemplo la vitamina C, como otras que pue-
den dificultarla, por ejemplo los fitatos, presentes en cereales integrales o legum-
Otros patrones eficaces de alimentación no convencional
bres, los taninos o los polifenoles. Aunque el contenido de hierro de las dietas
vegerarianas puede ser muy parecido al de las dietas omnívoras, su absorción se
puede ver disminuida por la presencia de la fibra y los fitatos. De los estudios
realizados en población vegetariana, una mayoría afirman que, aunque no siem-
pre se traducen clínicamente en anemia, los niveles de ferritina o hemoglobina
suelen ser inferiores en población vegetariana.
Las recomendaciones de hierro en las dietas vegetarianas deben valorarse de
manera individual, ya que dependen de varios factores como las necesidades in-
dividuales (sexo, edad), del tipo de dieta vegetariana que se esté siguiendo (más
o menos estricta), y de la planificación de la dieta, así como las combinaciones
entre alimentos que se realicen. Además se aconseja tomar aquellos alimentos
ricos en hierro con otros que puedan mejorar su absorción, como los que son
ricos en vitamina C, y evitar consumirlos a la vez que otros que puedan dismi-
nuirla, como los que son ricos en fitatos y fibra.
Vitaminas
su principal fuente. Sin embargo, los altos valores de esta vitamina que se pueden
llegar a adquirir, pueden enmascarar los síntomas de una posible deficiencia
de B12 y retrasar su detección.
Vitamina B12. La vitamina B12 se encuentra casi exclusivamente en alimentos
de origen animal. Aunque esté presente en cereales, legumbres, verduras, algas y
alimentos fermentados, no es activa. La única fuente vegetal adecuada es la leva-
dura alimentaria cultivada (de cerveza), una cucharada sopera cubre las necesida-
des diarias (2mg/día). Es importante leer el etiquetado nutricional y asegurarse
que la levadura contiene B12 , ya que muchas de las que hay disponibles en el
mercado no la contienen.
La ingesta de vitamina B12 en algunos individuos vegetarianos puede no ser
adecuada debido a una ingesta insuficiente. Como con otros nutrientes, los ve-
getarianos más estrictos son los que pueden encontrar problemas a la hora de
cubrir estos requerimientos. Mientras que los lactoovovegetarianos tienen una
buena fuente de vitamina B12 en los huevos y los productos lácteos, los veganos
deben obtener sus requerimientos de B12 a través de alimentos enriquecidos
(como bebidas vegetales, derivados de la soja, cereales de desayuno), el consumo
de levadura de cerveza o mediante el uso de suplementos cuando sea necesario.
ta como la vegana, son también aptas para estos grupos más vulnerables; sin em-
bargo, muchos otros profesionales de la salud se posicionan en el lado opuesto de
esta opinión, recalcando la importancia de seguir una alimentación lo más varia-
da y equilibrada posible, de tal manera que se puedan cubrir los requerimientos
necesarios en cada etapa, evitando en la medida de lo posible tener que recurrir
al uso de suplementos si se puede hacer mediante una alimentación saludable.
Las características que tienen las dietas vegetarianas hacen que aporten mu-
chos beneficios para la salud, no sólo contribuyendo a mejorar el pronóstico de
ciertas enfermedades una vez instauradas, sino también reduciendo el riesgo de
padecerlas. Algunas de los efectos más significativos son:
Obesidad
Diversos estudios han demostrado que los valores del Índice de Masa Corporal
son inferiores en los vegetarianos que en población no vegetariana, y que estos
valores de IMC se van incrementando conforme aumenta el consumo de carne.
Dentro de las dietas vegetarianas, son los veganos los que tienen los valores más
bajos de IMC. Para que se puedan apreciar los beneficios que aportan las dietas
vegetarianas sobre el IMC es necesario una continuidad de al menos cinco años.
Diabetes
Los vegetarianos tienen un riesgo significativamente menor de desarrollar dia-
betes tipo 2 que los omnívoros, lo que se explica en parte porque tienen valores
Manual de alimentación. Planificación alimentaria
de IMC más bajos. Un factor asociado a un aumento del riesgo de padecer diabetes
es el consumo excesivo de carne roja o procesada. Por el contrario, la ingesta eleva-
da de alimentos vegetales como las verduras, cereales integrales, legumbres o frutos
secos se ha asociado a un riesgo sustancialmente inferior de desarrollar resistencia a
la insulina y diabetes tipo 2, así como un mejor control del índice glucémico.
Cáncer
Numerosos estudios afirman que las personas vegetarianas tienden a tener un
menor riesgo de cáncer. La obesidad es un factor significativo en el desarrollo de
ciertos tipos de cáncer, por lo que tener valores bajos de IMC contribuye a este
menor riesgo en la población vegetariana. Varios estudios epidemiológicos han
demostrado que el consumo habitual de alimentos vegetales (frutas, verduras,
legumbres) está asociado a una reducción del riesgo de desarrollar cáncer. Por
otro lado, el consumo de carne roja o procesada, así como los ahumados aumen-
ta la probabilidad de padecer ciertos tipos de cáncer.
Osteoporosis
Respecto a la densidad mineral ósea (DMO) no se han encontrado diferen-
cias entre lactoovovegetarianos y no vegetarianos, por lo que el riesgo de fractu-
ras es también muy parecido para ambos grupos. Sin embargo, sí que existen
diferencias en el riesgo de fracturas entre la población vegana, lo que se asocia a
una ingesta inadecuada de calcio y vitamina D.
de origen animal. Las dietas más avanzadas (+3 a +7) son vegetarianas exclusiva-
mente y van aumentando el contenido de cereales en grano. El último nivel, la
dieta +7 está limitada a granos de cereales triturados. También se hace una clasi-
ficación de los alimentos en ying (alimentos pasivos) y yang (alimentos activos),
entre los que debe existir una armonía para lograr la salud y el bienestar físico y
mental. Para conseguir dicha armonía debe existir una proporción 5/1 a favor
del yang. Algunos nutrientes también se clasifican en ying y yang, pero tanto
esta clasificación como la de los alimentos carecen de rigor científico.
La composición de una dieta macrobiótica típica consiste en un 50-60 % de
granos de cereales, 20-25 % de vegetales, 5-10 % de legumbres, 5 % de sopas y
aproximadamente otro 5 % de algas marinas. Se eliminan carnes, huevos, leche y
productos lácteos. Se recurren a técnicas de cocinado sencillas y recipientes espe-
cíficos. También se recomienda comer lentamente, masticar cada bocado unas 50
veces y no comer demasiado. Además esta dieta promueve una restricción de la
ingesta de líquidos, especialmente del agua de bebida, lo que puede conducir a
deshidratación; no se puede tomar café pero sí té de China natural y té japonés
con moderación. Otras recomendaciones que aconseja la dieta macrobiótica son:
no consumir alimentos procesados (como azúcar, colorantes, aditivos, especias),
consumir los alimentos que se cultivan en el mismo lugar donde se reside y no
cultivados en países alejados, elegir aquellos que sean de la temporada en la que se
producen y evitar comer hortalizas ying (tomates, patatas, berenjenas).
La dieta macrobiótica tiene un patrón muy restrictivo, especialmente en las
últimas fases, en las que se consumen exclusivamente cereales. Esta gran limita-
ción unida a la ausencia del consumo de suplementos nutricionales conlleva a la
aparición de carencias. Por lo tanto, el seguimiento de esta dieta conlleva a un
déficit proteico tanto en cantidad como en calidad; carencia de vitaminas, tanto
hidrosolubles (vitaminas C y B12) como liposolubles (vitaminas A y D); y caren-
cia de minerales como hierro y calcio, cuya absorción se ve comprometida por la
presencia de los fitatos. Como consecuencia de estos déficits pueden aparecer
enfermedades como anemia, escorbuto, hipocalcemia e hipoproteinemia.
En relación al uso de la dieta macrobiótica como terapia alternativa en algunas
enfermedades como el cáncer, carece de sentido bajo el punto de vista científico y
todo queda en el terreno de la especulación. Los pocos estudios que se han realiza-
do en esta materia coinciden en que no hay suficientes fundamentos científicos
para afirmar que una dieta macrobiótica tiene un papel importante en la preven-
ción del cáncer, ya que no sólo está inf luido por la alimentación sino por otros
Manual de alimentación. Planificación alimentaria
BIBLIOGRAFÍA
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Capítulo 19
Resumen
1. INTRODUCCIÓN
* Unidad de Nutrición Clínica y Dietética. Hospital Universitario La Paz. Grupo de Investigación en Nutrición y
Alimentos Funcionales (NUTRINVEST). Instituto de Investigación Sanitaria del Hospital Universitario La Paz (IdiPAZ).
Universidad Autónoma de Madrid.
Manual de alimentación. Planificación alimentaria
Los cambios fisiológicos, factores sociales, ambientales así como los recursos
económicos van a repercutir en la alimentación y por ende en la nutrición.
Cada etapa del ciclo vital tiene una serie de características específicas en la
nutrición que debemos satisfacer con el fin de preservar un normal estado de
salud y prevenir la aparición de ciertas enfermedades.
El presente capítulo tiene como objetivo mostrar los cambios de alimenta-
ción y requerimientos nutricionales en las diferentes etapas de la vida, así como
de enseñar pautas alimentarias con el fin de evitar carencias.
2. GESTACIÓN Y LACTANCIA
3. LACTANTE Y NIÑEZ
Tabla 4. Estimación del energético para distintos niveles de actividad física basada
en valores del gasto energético en reposo (GER x factor de corrección)
Factor
Categoría de la actividad
de corrección
Reposo:
1,0
Sueño, tumbado.
Sedentario o ligera:
Actividades que se hacen sentado o de pie, como pintar, conducir, trabajo de labora- 1,55
torio, escribir a máquina, planchar, cocinar, jugar a las cartas, tocar instrumento, ver la
televisión.
Activa o moderadamente activa:
1,75
Practicar «footing», ciclisimo, tenis, bailar, otros deportes aeróbicos.
Muy activa o intensa:
Caminar con carga cuesta arriba, cortar árboles, cavar con fuerza, baloncesto, 2,1
escalada, fútbol, rugby.
Manual de alimentación. Planificación alimentaria
Recomendaciones alimentarias
— Fraccionar las comidas en 4-5 tomas de pequeño volumen y evitar los pico-
teos.
— No ofrecer líquidos con las comidas principales, sino entre horas de las mismas.
— Enriquecer los platos para que sean más nutritivos (añadir clara de huevo o
leche en polvo a los purés, frutos secos y frutas a los batidos, triturar galletas
en la leche, etc.).
— Introducir alimentos nuevos cuidando siempre la presentación de los mismos,
negociar la cantidad mínima que se va a ingerir no cediendo a caprichos de
rechazo de ciertos alimentos. También es importante cuidar la temperatura
de los alimentos.
— Los alimentos no deben ser duros, muy condimentados, ácidos o de sabores
fuertes. Suelen ser rechazado por los niños.
— Si el niño no se termina el plato de comida, se deberá esperar un tiempo sin
llegar a sobrepasar los 30 minutos para proceder a retirar el plato. No se debe
Manual de alimentación. Planificación alimentaria
reaccionar con gritos o castigos sino se deberá esperar hasta la siguiente comi-
da para servir otro alimento. El forzar a comer a un niño puede resultar nega-
tivo y provocar rechazo hacia el alimento y el acto social de comer.
— No se deben realizar otras actividades cuando se está comiendo (TV, radio,
móvil, etc.).
— El comportamiento de la familia así como el rechazo de los mayores hacia
ciertos alimentos limitará el interés de este alimento por el niño.
— Se debe tener en cuenta las preferencias de los niños, sin llegar a sustituir los
de mayor rechazo. Se debe negociar el consumo mínimo de dicho alimento.
— Entre las comidas se debe realizar el consumo de frutas frescas y yogures y
limitar al máximo las golosinas y la bollería en general.
— Nunca se debe utilizar un alimento como premio o castigo.
4. ADOLESCENCIA
rápida, consumo de snack ricos en energía, grasas saturadas y sal, además del
consumo de bebidas azucaradas.
Del mismo modo, otro factor que contribuye al desequilibrio nutricional son
las dietas restrictivas, más común en las mujeres, que se utilizan con el fin de
bajar de peso.
5. ADULTO JOVEN
6. ADULTO MAYOR
BIBLIOGRAFÍA
[6] Pérez-Llamas, F.; Martínez, C.; Carbajal, A.; Zamora, S. «Concepto de dieta
prudente. Dieta Mediterránea. Ingestas recomendadas. Objetivos nutricionales.
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drakelloggs.com/
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24-CARBAJAL-IR-2003-ISBN-84-9773-023-2-rev2013.pdf
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Capítulo 20
Resumen
1. INTRODUCCIÓN
Aunque rara vez se cita como causa directa, la malnutrición está detrás de
más de la mitad de las muertes de niños, especialmente, en aquellos países aún en
Grupos de población con riesgo de desnutrición
3.2. Adultos
ŶĨĞƌŵĞĚĂĚ
,ƵĠƐƉĞĚ
ŶŽƌŵŽŶƵƚƌŝĚŽ
ZŝĞƐŐŽ
ŶƵƚƌŝĐŝŽŶĂů
• ƵŵĞŶƚŽĚĞůŽƐ ĞƐŶƵƚƌŝĐŝſŶ
ƌĞƋƵĞƌŝŵŝĞŶƚŽƐ ĂƐŽĐŝĂĚĂ Ă ůĂ
• ŝƐŵŝŶƵĐŝſŶĚĞůĂŝŶŐĞƐƚĂ ĞŶĨĞƌŵĞĚĂĚ
• ƵŵĞŶƚŽĚĞůĂƐƉĠƌĚŝĚĂƐ
Los sujetos con adicción a drogas y/o alcoholismo, así como aquellos con
condiciones de vida cercanas a la pobreza, y la exclusión social han de ser consi-
derados población en riesgo nutricional.
En el caso del abuso de alcohol, en concreto, interviene el hecho de que el
alcohol en sí aporta calorías, de tal forma que no es infrecuente que los alcohóli-
cos no acusen sensación de hambre y que ingieran solamente pequeñas cantida-
des de alimento. El patrón alimentario suele ser tan desequilibrado que estos
pacientes suelen presentar déficits nutricionales múltiples.
Los pacientes institucionalizados constituyen un colectivo poblacional en
riesgo nutricional y al que, por tanto, hay que monitorizar en la medida de lo
posible.
Grupos de población con riesgo de desnutrición
4. CONCLUSIONES
BIBLIOGRAFÍA
[1] Indicadores de Salud 2013. «Evolución de los indicadores del estado de salud en
España y su magnitud en el contexto de la Unión Europea». Madrid: Ministerio de
Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, 2014.
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2.ª Edición, mayo 2010.
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study» Nutr Hosp 2012;27 (4):1049-1059.
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䉴
Capítulo 21
Resumen
1. INTRODUCCIÓN
Tipo de actividad ¿Qué tipo de actividad física es la mejor para cada persona?
física La forma de participación en la actividad física puede ser de
diversos tipos: aeróbica, anaeróbica, para mejorar la fuerza, la
flexibilidad, la coordinación o el equilibrio.
Duración ¿Cuánto tiempo es necesario realizar actividad física o ejercicio?
El tiempo necesario durante el cual se debería realizar la
actividad o ejercicio para mejorar las variables fisiológicas de
la persona o mantenerse activo.
Suele estar expresado en minutos.
Frecuencia ¿Cuántas veces a la semana debo realizar esta actividad?
Suele estar expresado en días, sesiones, entrenamientos o tan-
das por semana.
Intensidad ¿Cuál es el ritmo y nivel de esfuerzo que conlleva la actividad?
Grado o magnitud del esfuerzo en que se realiza una activi-
dad y que es necesario para mejorar la salud.
Suele estar expresado en porcentaje del consumo de oxigeno
máximo, en frecuencia cardíaca, en escala de esfuerzo perci-
bida o en METs (unidad de gasto metabólico)
Volumen ¿Cuál es la cantidad de ejercicios necesarios y qué interacción
existe entre la intensidad de las tandas, la frecuencia, la duración
del programa?
El resultado total de esas características puede conceptuarse
en términos de volumen.
Cada una de estas preguntas deben ser estudiadas con detenimiento por
los médicos especializados en medicina del deporte y los licenciados en
Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, que por un lado prescribirán la
actividad física más adecuada y por otro lado, planificarán el tipo de entrena-
miento, la duración, la intensidad y el tiempo necesario para mejorar la salud
de la persona.
Los expertos en ámbito han estudiado las variables necesarias para que el
ejercicio actúe como un verdadero fármaco y mejore la salud de la población.
Incluso, han mostrado los efectos adversos que podría tener si no se hace una
correcta planificación de los mismos. Dentro de estas variables podemos destacar
las siguientes: tipo de trabajo, duración, intensidad y descanso. Estas variables se
controlarán y se utilizarán en diferentes poblaciones (niños, adultos, mayores),
La actividad física como factor determinante en la salud
para que cada uno de ellos mejore y progrese de manera adecuada. De hecho, el
control de las mismas, hará que la persona sufra un tipo de adaptaciones a nivel
cardiovascular y muscular.
Por lo tanto, es importante conocer el tipo de actividad ideal que nos pue-
de ayudar a mejorar nuestro estilo de vida, siendo el objetivo principal preve-
nir y mantener las cualidades físicas y tener una calidad de vida lo más alta
posible.
Otra de las grandes preguntas que suele hacerse la población es: ¿cuánto
tiempo es necesario realizar actividad física para mejorar la salud? La respuesta a
esta pregunta según algunos autores es clara: «Algo es mejor que nada, más es
mejor que menos». Aunque realizar cualquier tipo de actividad física es mejor
que no hacer nada, la frecuencia recomendada de ejercicio ha sido ampliamente
estudiada, mostrando que en general, cuanto mayores son los niveles de activi-
dad física, mejores son los beneficios en la salud, recomendando andar al menos
30 minutos a un ritmo moderado durante todos los días o realizar ejercicio aeró-
bico de 3 a 5 días a la semana durante 30 minutos de manera vigorosa e introdu-
cir 2 días a la semana ejercicios de fuerza que engloben a la totalidad del cuerpo
y recientemente, se han incluido ejercicios de alta intensidad. Pero como se pue-
de observar, cuando hablamos de frecuencia, es necesario determinar la intensi-
dad del ejercicio propuesto.
La Asociación Americana del Corazón en 2013 publicó una guía para eva-
luar la actividad física, en ella nos explicaban la clasificación de la intensidad
del ejercicio. Las recomendaciones que nos exponen si no tenemos ninguna
patología diagnosticada, es combinar ejercicios aeróbicos (caminar, correr sua-
ve, nadar, bici a ritmo suave), con algunas actividades de intensidad elevada.
Dentro de la gran variedad de métodos para controlar la intensidad que nos
exponen los autores y que consideramos fundamental, es la Escala de Esfuerzo
Percibido (EEP) o también llamada Escala de Börg (tabla 3). En términos ge-
nerales, es una escala fácil de utilizar, que ha sido utilizada en gran multitud de
estudios y ensayos clínicos y que nos explica que si 0 es estar tumbado o senta-
do viendo la televisión y el 10 es un esfuerzo máximo que no se puede mante-
ner debido a la intensidad del ejercicio, una actividad moderada consistirá en
mantenerse en una puntuación percibida de 4-5, y una actividad vigorosa ten-
drá una valor de 6-8. Esta misma escala existe con una variación de los valores
que va de 6 a 20. El motivo de esto fue que la puntuación 6 equivalía a 60
pulsaciones por minuto y el valor de 20 a 200 pulsaciones por minuto, por lo
Manual de alimentación. Planificación alimentaria
Para entender mejor este concepto, mostramos la figura 1 (Fig. 1) donde po-
demos observar el gasto energético total diario de tres personas que realizan di-
ferentes actividades a lo largo del día.
Figura 1. Gasto energético total diario de tres personas: sedentaria, activo y muy activo.
Manual de alimentación. Planificación alimentaria
Modificado de Turner y colaboradores. Las barras blancas muestran el grupo control. Las barras sombreadas
indican el gasto energético de la actividad física no programada, y las barras rayadas indican el gasto de ener-
gía durante el ejercicio prescrito.
Figura 3. Gasto energético diario a lo largo de 4 días de una persona con obesidad.
La actividad física como factor determinante en la salud
ción. Por otro lado, la parte lúdica de compartir por las redes sociales o los retos
que te proponen desde las propias compañías, han fomentado esta actividad que
puede ser una gran herramienta para combatir la inactividad que sufrimos en el
siglo xxi.
Aunque es cierto que en poblaciones muy sedentarias o inactivas, pequeños
episodios esporádicos de movimiento de 10 minutos podrían mejorar el fitness
cardiovascular, es necesario entender que el cuerpo va progresando y adaptándo-
se a las cargas de ejercicio y es necesario un estímulo mayor para seguir mejoran-
do. Aún así, este tipo de actividad puede ser muy interesante y una alternativa
viable y agradable para estas personas que comienzan a realizar algo de ejercicio.
tienen menor riesgo de lesiones en las primeras etapas del programa de entrena-
miento para las poblaciones que han sido sedentarias durante un espacio de tiem-
po muy prolongado.
Recientemente se ha mostrado que este tipo de ejercicio no necesariamente
se debe realizar de manera continuada y se podría fraccionar en 15 minutos por
la mañana, 20 minutos por la tarde y también tendrían el efecto deseado sobre el
organismo del cuerpo. Por lo tanto, en las planificaciones del entrenamiento, se
debería tener en cuenta este factor para individualizar las recomendaciones al
estilo y vida laboral de las personas para hacerlas más asumibles.
Por esta razón, esta metodología de trabajo es cada vez más utilizada en los
centros deportivos.
Otro tipo de actividad que nos podemos encontrar para mejorar aspectos la
f lexibilidad, la coordinación y la capacidad muscular, son el yoga, el taichi, el
Pilates y todas sus diferentes vertientes.
La f lexibilidad es la capacidad física que nos permite realizar movimientos en
toda su amplitud en las diferentes articulaciones del nuestro cuerpo. Una f lexi-
bilidad y coordinación adecuada de las estructuras óseas y musculares nos per-
miten realizar movimientos de forma segura y por lo tanto evitar lesiones. Esta
La actividad física como factor determinante en la salud
Se sabe a ciencia cierta que la mejor manera para evitar este deterioro es reali-
zar ejercicio físico de manera regular con adaptaciones individuales para cada per-
sona. Nunca es tarde para hacer ejercicio, y aunque las recomendaciones deberían
empezar a realizarse desde niños para tener una buena vejez y proteger al cuerpo,
en el caso de no haber sido así, es fundamental combatir contra este proceso dege-
nerativo mediante la actividad física. Los beneficios que se han observado son:
— Menor riesgo de muerte prematura.
— Menor riesgo de enfermedad coronaria.
— Menor riesgo de síndrome metabólico.
— Prevención de la ganancia de peso.
— Prevención de caídas.
— Reduce la depresión.
— Mejora de las funciones cognitivas.
Diferentes asociaciones plantean que la salud mundial acusa los efectos de tres
tendencias: el envejecimiento de la población, la urbanización e industrializa-
ción y la globalización tecnológica, cada una de las cuales se traduce en entornos
poco saludables y con pocas posibilidades para moverse y ser activos.
Según diferentes expertos en el ámbito con solamente 20 minutos de activi-
dad física al día se puede producir evidentes beneficios en la salud de las personas
que ahora son inactivas. Esos 20 minutos se traducirían en una disminución
de 30 % en el riesgo de muerte prematura en el grupo de los inactivos, aunque
todos podrían beneficiarse de su efecto. Por otro lado, habrá que ver el protago-
nismo que poco a poco va alcanzando la actividad física en los planteamientos de
Salud Pública actuales.
En resumen, la práctica de actividad física es la mejor prevención para retra-
sar la dependencia funcional, la fragilidad muscular y esquelética y controlar los
eventos adversos que se asocian habitualmente con el envejecimiento, mejoran-
do la calidad de vida. Por ese motivo, es necesario que médicos, dietistas-nutri-
cionistas, entrenadores, psicólogos, fisioterapeutas y enfermeros entre otros,
tengan conocimiento de estas variables y participen en la elaboración de unas
directrices correctas de hábitos de vida para el control y la mejora de la salud.
co, explicando que habría que poner especial atención entre los distintos grupos
de personas y valorar adecuadamente cuál es la mejor forma de adoptar una u
otra forma de actividad física.
Por otro lado, se sabe que el ejercicio físico funciona como un fármaco, por
lo tanto, también presenta contraindicaciones que habrá que tener en cuenta.
Algunas recomendaciones a partir de bases científicas contrastadas son las que
mostramos a continuación, teniendo en cuenta la individualidad biológica, social
y cultural de cada sujeto.
Las evidencias son claras en demonstrar que la práctica de la actividad física des-
de los primeros años de vida puede disminuir los riesgos de desarrollo de algunas
enfermedades crónicas en la fase adulta, además de aumentar la probabilidad de ser
un sujeto activo en el futuro. Ser niño ya debería implicar moverse, sin embargo, en
nuestra sociedad actual los niños y adolescentes son cada vez más sedentarios.
¿Qué actividades deben ser dirigidas a los niños?
— Actividades aeróbicas: como andar, correr, nadar, bailar, etc.
— Actividades de fortalecimiento muscular: juegos, actividades o deportes que
impliquen alguna sobrecarga, es decir, que le imponga al niño trabajar los
músculos un poco más que lo habitual en su día a día, como por ejemplo:
cargar a un compañero u objeto en una distancia predeterminada; subirse a
un árbol; colgarse en una cuerda; etc. También es posible y recomendable
hacer trabajos de levantamiento de pesos en un centro deportivo o colegios,
siempre y cuando el niño esté acompañado de un especialista.
— Actividades de fortalecimiento ósea: actividades con impactos repetidos, como
juegos con saltos (saltar a la comba; saltar escalones u obstáculos) o bien depor-
tes más específicos como el voleibol, el baloncesto, las gimnásticas, etc.). Los
tres tipos de actividades son importantes para un completo y saludable desarro-
llo en la niñez y la adolescencia.
y óseo deberían estar presentes al menos tres días a la semana. Este tiempo puede
ser alcanzado en actividades continuas o interrumpidas (como mínimo 5 minu-
tos). Se recomienda incluir algo de mayor intensidad y no sólo actividad mode-
rada. Para saber si una actividad es moderada o vigorosa se puede comparar a la
escala de Börg presentada anteriormente. Se considera como 0 el niño sentado
delante de una pantalla y como 10 el máximo esfuerzo que puede realizar. A
partir de estos valores, es posible sacar los rangos de manera individualizada,
dónde 4-6 sería el rango de la actividad física moderada y 7-9 el rango de la ac-
tividad física vigorosa. Cabe resaltar que los rangos deberían incluir tanto activi-
dades más específicas (como correr 100 metros; jugar un tiempo de un partido
de baloncesto) como también actividades de día a día del niño o adolescente
(como subir las escaleras del edificio; montar en bici para ir al colegio, etc.).
Asimismo, es importante destacar que la misma actividad puede ser moderado
para un niño y vigorosa para otro, dependiendo de su edad y condición física.
Conocer las características individuales de cada uno es imprescindible para una
correcta aplicación de las recomendaciones.
Promocionar las actividades al aire libre y el transporte activo también es de
gran importancia en esta fase de la vida, sobretodo en niñas que tienden a ser
más resistentes en la práctica de la actividad física. A los niños y adolescentes que
no cumplen las recomendaciones, se les debería motivar a que añadan poco a
poco más actividad física en su rutina diaria y aumenten la intensidad en la me-
dida que estén preparados para ello. A los que cumplen con las recomendaciones
se les deben asegurar condiciones para el mantenimiento de sus prácticas e inclu-
so aumentar sus actividades físicas diaria, para beneficios adicionales en la salud.
Finalmente, a los que exceden las recomendaciones se les deben proporcionar la
mayor variedad posible de actividades con el fin de reducir riesgos de sobre en-
trenamiento y evitar posibles lesiones musculares y óseas.
Los niños con discapacidad también deben cumplir con las recomendaciones
siempre y cuando sea posible. En aquellos casos en los cuáles sea imposible seguir
estas recomendaciones, los niños deben hacer lo máximo de actividad física se-
gún sus capacidades y evitar las actividades sedentarias.
Los niños y niñas que aún no puedan andar se les deben asegurar que pasen el
mínimo de tiempo en actividades sedentarias cuando estén despiertos. Deben
pasar menos de una hora seguida sentados o sujetos a la silla, carritos o balancines.
Los niños y niñas que ya andan se les deben promover al menos 180 minutos de
actividad física o movimiento al día y reducir al máximo el tiempo sedentario.
La actividad física como factor determinante en la salud
• Ponerte de pie en el trabajo algunos minutos en • Ir al bosque y disfrutar de la naturaleza con cami-
lugar de pasar todo el día sentado. natas largas en lugar de pasar todos los fines de
semana en casa.
• Reducir los periodos sedentarios prolongados • Jugar a la pelota con los niños en parques públicos
realizando estiramientos y calistenia suaves a cada o pasear el perro en lugar de ver TV o jugar a la
45 minutos en una misma posición. consola.
• Levantar para decir algo a algún compañero en • Frecuentar bares donde hay posibilidad de bailar
lugar de enviarle un mensaje. aunque a uno no le guste bailar. Seguro que pasa-
rá más tiempo de pie por el simple hecho de
acompañar a otras personas.
• Hacer uso de las escaleras siempre que posible, • Comprar menor cantidad de comida para poder
evitando los ascensores. ir andando al supermercado y cargar la compra.
• Aparcar el coche algunos metros antes del local • Preferir poner la conversación al día personal-
de trabajo. mente en una caminada lenta que hablando al
teléfono.
La actividad física como factor determinante en la salud
BIBLIOGRAFÍA
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Capítulo 22
Resumen
*
Unidad de Nutrición y Ensayos Clínicos. Instituto Madrileño de Estudios Avanzados en Alimentación (IMDEA-
Alimentación).
Manual de alimentación. Planificación alimentaria
1. INTRODUCCIÓN
Otros 2-7%
ϮϮϱϬ TID 6-10%
Actividad Física
<ĐĂů 15-30%
ϭϱϬϬ
Metabolismo
Basal
ϳϱϬ 60-75%
Es la cantidad de energía requerida por una persona, para mantener las fun-
ciones fisiológicas indispensables para la vida; es decir, es la energía necesaria
para que el corazón palpite, los pulmones sean capaces de obtener oxígeno del
aire y enviarlo a todas las células del cuerpo, mantener la temperatura corporal
etc. En mantener el metabolismo basal empleamos las tres cuartas partes del total
de la energía que ingerimos.
El metabolismo basal se puede medir de forma directa o indirecta; la medición
directa es difícil y la que más se utiliza es la indirecta, que consiste en medir el
consumo de oxígeno en condiciones determinadas de temperatura (20º), en repo-
so absoluto físico y psíquico y en ayuno completo de 12 horas. El ayuno es debido
Manual de alimentación. Planificación alimentaria
0HWDEROLVPR
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El tamaño corporal es otro factor que inf luye en la tasa de gasto metabólico
basal; es mayor cuanto mayor sea la superficie corporal. Las hormonas tiroideas
también regulan el metabolismo basal, de forma tal que pequeñas variaciones
Alcanzando el balance energético: ni sobrepeso ni desnutrición
industria ligera) y hasta un 100 % para actividades muy intensas (agricultor sin
medios mecánicos, leñadores, mineros).
Podemos hablar de diferentes tipos de actividad:
— Actividad física involuntaria no percibida: se trata de gestos o posiciones
que pueden modificar nuestro gasto de energía, por ejemplo, la forma de
estar sentado o las posturas adquiridas. Suelen ser actividades muy ligeras y
con un consumo energético muy reducido.
— Actividad física voluntaria no programada: como puede ser subir una esca-
lera o los desplazamientos en el trabajo, etc. siendo de mayor intensidad que
la anterior no suele ser sistematizada, sino que ocurre en función de la de-
manda laboral o fisiológica del individuo.
— Actividad física voluntaria programada: dentro de ella se incluye el propio
ejercicio programado (practicar voleivol, baloncesto, etc.) y otras activida-
des como salir a pasear. Estas actividades pueden mejorar nuestra salud,
aunque no se trate de un ejercicio dirigido por expertos.
El coste energético de la actividad física depende de factores como la compo-
sición corporal, la intensidad y duración o frecuencia del ejercicio físico, así
como de la eficacia neta del trabajo. Incluso caminando, a medida que aumenta
la intensidad en que realizamos una actividad, aumenta el gasto energético de
una forma casi lineal, hasta llegar el punto de máxima eficiencia en cada activi-
dad individual.
La medición del gasto energético durante la actividad física se expresa en la
unidad metabólica del MET: que es la cantidad de energía necesaria para que
una persona permanezca despierta y equivale a un consumo de oxígeno de 3,5 ml
de O2/kg/min. Mientras que una persona sedentaria puede alcanzar un consu-
mo de 9-11 MET, entrenada puede llegar a los 16 MET.
EĞĐĞƐŝĚĂĚĞƐ /ŶŐĞƐƚĂĚĞ
ĚĞĞŶĞƌŐşĂLJ ĞŶĞƌŐşĂLJ
ŶƵƚƌŝĞŶƚĞƐ ŶƵƚƌŝĞŶƚĞƐ
ŝĞƚĂĞƋƵŝůŝďƌĂĚĂ
Hambre Apetito
Reflejo incondicional Reflejo condicionado
Es subconsciente Es consciente
No es selectivo Es selectivo
No es modificado por estímulos Es modificado por estímulos
ambientales ambientales
Tiene manifestaciones somáticas No tiene manifestaciones somáticas
La fuente energética del organismo son los nutrientes. Estos son oxidados
para producir energía. El contenido calórico de la dieta vendrá determinado por
la proporción de hidratos de carbono (4 kcal/g), proteína (4 kcal/g), grasa
(9 kcal/g), y alcohol si se consumiera (7 kcal/g).
La composición de la dieta es un factor que modifica de forma importante el
balance energético. Las dietas que contienen ≥ 30 % de grasas favorecen la obesi-
dad en los animales de experimentación, así como en humanos. En modelos
animales, las dietas con menos del 20 % del ingreso calórico en grasa raramente
generan obesidad, con relativa independencia del ingreso calórico. Por lo tanto,
parece ser que las dietas pobres en grasa no sólo reducen el riesgo cardiovascular
al mejorar el perfil de lípidos, sino que también reducen directamente el riesgo
de ser obeso.
Alcanzando el balance energético: ni sobrepeso ni desnutrición
Los mecanismos por los que una dieta con exceso relativo de grasa favore-
cen la obesidad son aún discutidos. En general, se proponen como factores
importantes: la mayor eficiencia con la que el exceso de grasa de la dieta es
almacenado y el hecho de que la termogénesis inducida por la dieta es menor
cuando ésta es rica en grasas (se requieren menos enzimas para metabolizarlas)
que cuando lo es en hidratos de carbono. Las dietas que son ricas en hidratos
de carbono producen incrementos progresivos en la oxidación de estos nu-
trientes, así como en el GET, mientras que el exceso de grasas no aumenta su
oxidación ni el gasto de energía.
El contenido de fibra también es un factor a tener en cuenta, ya que a nivel del
estómago las fibras solubles, como consecuencia de su viscosidad, enlentecen el va-
ciamiento gástrico y aumentan su distensión prolongando la sensación de saciedad.
menta la calma y el afecto positivo. No obstante, para que surta efecto, la cantidad
y composición de los alimentos ha de estar cerca de los hábitos de la persona.
También condicionan la ingesta las inf luencias socioculturales. Nuestra cul-
tura nos dice cuáles son los ingredientes que hemos de utilizar en los platos (die-
ta mediterránea, atlántica, etc.), en qué orden han de tomarse los alimentos (al
principio, sopas, verduras, legumbres, etc.; después, carne, pescado, etc.; final-
mente, dulces, frutas, etc.).
La compañía a la hora de comer: comer solos, en familia o con amigos es un
condicionante. Factores como el tiempo disponible para preparar los alimentos y
las horas de trabajo de los miembros de la familia son factores de gran influencia
sobre las características de los alimentos consumidos por la familia y el estado nu-
tricional de sus integrantes. Comer en familia se relaciona con una alimentación
de mayor calidad nutricional que comer fuera de casa, tanto en niños como en
adultos. Varios estudios ponen de manifiesto que el comer en familia favorece un
menor consumo de energía, grasa, bebidas azucaradas y mayor de frutas y vegetales
Comer en compañía de otras personas (reuniones, eventos, etc.) condiciona
un mayor tiempo dedicado a las comidas y una mayor cantidad de alimentos
consumidos. La presencia de una persona extra en la comida se ha asociado a un
incremento del 33 % del tamaño de la ración, estos porcentajes se incrementarían
a 47 % y 58 % a medida que aumenta el número de acompañantes.
Finalmente, otros factores como la forma en que se valora la salud, los cono-
cimientos nutricionales disponibles o la inf luencia de la industria alimentaria, el
marketing y la publicidad pueden tener un peso importante sobre nuestra elec-
ción y la ingesta final.
tado (directa) con el índice de masa corporal. El desarrollo de las nuevas tecno-
logías hace que cada vez se recurra con más frecuencia a actividades de bajo
coste energético en el tiempo libre (videoconsolas, videojuegos, Internet, etc.).
Por ello, una baja participación en actividades deportivas, una ausencia de interés
en participar en la actividad física y un alto número de horas de permanencia
sentado en el trabajo, viendo la televisión o usando las nuevas tecnologías, son
predictores significativos de obesidad.
La familia, en sus diferentes estructuras, representa el mejor modelo de
aprendizaje para unos hábitos alimentarios y de estilos de vida adecuados y salu-
dables, que permitan un mejor equilibrio energético. En primer lugar la familia
como modelo de alimentación, ya hemos visto como las comidas familiares fa-
vorecen a un mayor control de la ingesta y a una mayor calidad de la misma. Por
otro lado, evitar prácticas sedentarias como la presencia de televisión en el dor-
mitorio infantil/juvenil o evitar comer viendo la televisión, al mismo tiempo
que se debería minimizar la exposición del niño-adolescente a los anuncios no
adecuados que promueven el consumo y los hábitos poco saludables.
El concepto de densidad energética de un alimento o comida es clave, ya no
se trata de cantidad, ya que cuando los alimentos tienen una densidad mayor a 4
(snacks, bollería, alimentos precocinados, etc.) su consumo debería ser esporádi-
co y restringirse sólo a situaciones especiales como celebraciones, reuniones fa-
miliares y con amigos, etc.
Finalmente destacar que todas estas pautas es necesario incorporarlas desde
edades tempranas. En estudios realizados en ratas, se ha observado que la sobrea-
limentación con dietas de cafetería produce un incremento del peso corporal que
puede ser reversible en la edad adulta, pero que no lo es cuando la sobrealimenta-
ción se produce durante el desarrollo. En el caso de los humanos, la situación es
bastante similar. Cuando en la edad adulta, debido a una pauta de alimentación
incorrecta (exceso de ingesta energética) o un déficit de actividad física o a ambas
causas a la vez, se produce un balance de energía positivo, el incremento de la
masa grasa corporal se produce fundamentalmente a expensas de un aumento del
tamaño de los adipocitos; sin embargo, cuando estas circunstancias se dan en la
infancia e incluso en la adolescencia, además del aumento del tamaño celular se
produce un importante fenómeno de proliferación adipocitaria, es decir, aumento
del número de adipocitos, lo cual supone un mal pronóstico para el futuro trata-
miento de ese exceso de grasa corporal. Del mismo modo, inculcar unos correc-
tos hábitos en las primeras etapas de la vida (tanto en materia de ingesta como en
Manual de alimentación. Planificación alimentaria
la promoción de una vida activa) no resultan tarea fácil, pero desde luego será más
útil, efectivo y rentable que revertir la enfermedad en el adulto.
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Páginas web
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http://www.fao.org/docrep/013/am289s/am289s00.pdf
http://www.nutricion.org/
䉴
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Capítulo 23
Resumen
1. INTRODUCCIÓN
Objetivos didácticos:
— Comprender la enorme complejidad de la obesidad. Se trata de una enferme-
dad multifactorial y en su desarrollo existen múltiples factores, tanto fisiológi-
cos como sociales y psicológicos. Igualmente, su tratamiento es complejo y se
basa en diferentes pilares como la dieta, el aumento del ejercicio, el tratamien-
to de las enfermedades asociadas (diabetes, hipertensión…) y de los trastornos
psicológicos (stress, ansiedad…) si están presentes.
2. ASPECTOS SOCIALES
de bajo valor nutricional, con demasiada grasa y alto contenido energético. Por
eso, también se han denominado «comida basura». Estos alimentos contienen
grasas saturadas o grasas trans además de tener un alto aporte de sal. Precisamente
es el alto contenido en grasas, sal y azúcares lo que le da a este tipo de comida
mayor palatabilidad. Por eso gusta a la gente. En nuestra sociedad actual no se
dispone de tanto tiempo para comprar y preparar la comida, con lo cual, hemos
pasado a consumir con mayor frecuencia platos precocinados, también conside-
rados comida rápida. En la mayoría de los casos, la información nutricional de
estos platos es nula o imprecisa.
2.2. El picoteo
2.3. El sedentarismo
3. ASPECTOS FISIOLÓGICOS
duos, que han presentado problemas cardiovasculares, eran precisamente los que
habían nacido con menos peso.
Se puede decir que el tamaño que se logra en el útero depende de los «servi-
cios» que la madre es capaz de proporcionar al feto, principalmente nutrientes y
oxígeno. Por ello, un bajo peso fetal para su edad gestacional es un importante
marcador de la nutrición fetal. La hipótesis propone que la obesidad y la diabetes
de tipo 2 se deben a la «plasticidad» (capacidad de adaptarse al ambiente) fetal du-
rante el desarrollo, en respuesta a una nutrición escasa. Durante la vida intrauterina
los fetos reciben señales a través de la madre que les preparan para el mundo en el
que van a vivir. Si la madre presenta una malnutrición, el feto aprende que el mun-
do en el que va a vivir va a tener escasez de comida y responde alterando su meta-
bolismo y disminuyendo su tamaño corporal. Este pequeño tamaño le va a ayudar
a sobrevivir si la comida escasea, ya que sus requerimientos nutricionales van a ser
más reducidos. En una situación adversa, los escasos nutrientes que recibe el feto
«malnutrido» se adapta y tiende a «ahorrar». Para que el cerebro pueda tener sufi-
ciente glucosa, se establece una cierta resistencia a la captación de la glucosa por el
músculo que, en la edad madura, favorecerá la aparición de diabetes tipo 2.
Otro factor importante es el crecimiento durante la infancia. Parece que las
personas que desarrollan obesidad y enfermedad cardiovascular, además de nacer
con bajo peso, seguían siendo pequeñas hasta los 3-5 años, pero a partir de esa
edad presentan una importante ganancia de peso que se ha llamado «el rebrote
adiposo». Cuando existe una malnutrición en las primeras etapas del desarrollo,
que luego se sigue de una abundancia de alimentos, se produce un crecimiento
«compensador». Por tanto, el niño que tiene mayor riesgo de diabetes tipo 2 es el
que nace pequeño y es delgado en la primera infancia, pero presenta una precoz
y rápida ganancia de peso a partir de los 6 años.
Por ello, es importante una nutrición adecuada durante el embarazo, ya que
la malnutrición fetal produce crecimiento intrauterino escaso y fetos pequeños
para su edad gestacional, así como evitar una rápida ganancia de peso a partir de
los 6 años.
Esta causa suele ser poco frecuente. Aunque, si hay otros datos de la historia
clínica que lo justifiquen, es interesante descartar causas secundarias de la obesi-
dad como por ejemplo los problemas de tiroides.
Existe un control hormonal de la ingesta que se realiza a través de ciertas
hormonas recientemente descubiertas. En el control de la ingesta alimentaria y
del gasto energético también inf luyen otros factores metabólicos y hormonales,
como son las hormonas tiroideas, los corticoides, la colecistocinina, el sulfato de
dehidroepiandrosterona (DHEA-S), las catecolaminas, la insulina y las beta en-
dorfinas. La leptina es sintetizada por el tejido graso y liberada a la sangre, y ac-
túa a nivel cerebral produciendo una disminución de la ingesta a través de otro
mediador: el neuropéptido Y. Los obesos tienen niveles altos de leptina debido a
una cierta insensibilidad a su acción. Las concentraciones séricas de leptina se
correlacionan de forma positiva con el porcentaje de grasa corporal. En los hu-
manos la administración farmacológica de esta proteína produce disminuciones
modestas de peso. La ghrelina es otra hormona liberada por el estómago y es un
potente estimulante del apetito. El otro mecanismo es a través de la llamada pro-
teína desacoplante (UCP-2 o termogenina) capaz de disipar la energía sobrante
en forma de calor.
3.4. La genética
3.5. El sueño
posible que esta disminución de sueño tenga alguna relación con la epidemia de
obesidad que nos invade. Desde hace tiempo se sabe que el sueño juega un im-
portante papel en el balance energético. En los estudios realizados en animales de
experimentación, la deprivación total de sueño provoca hiperfagia. Ello está rela-
cionado con el control hormonal de la ingesta. En un estudio se evaluaron indi-
viduos tras dos días de deprivación de sueño o de aumento del tiempo de sueño.
Los resultados demostraron que, durante el periodo de deprivación de sueño,
disminuyeron los niveles de leptina circulante en sangre y aumentaron los niveles
de la ghrelina. Estos cambios aumentan la sensación de hambre y, posiblemente,
puedan inducir, cuando se producen de forma continuada, un aumento del peso
corporal.
En otro estudio, en el que han participado más de 1.000 voluntarios, se rea-
lizó un estudio del sueño. Se encontró que las personas que dormían menos de
8 horas tenían un mayor grado de obesidad y este aumento era proporcional a la
disminución del tiempo de sueño. Además, dormir poco se asociaba a niveles de
leptina más bajos y de ghrelina más elevados. También se ha explorado este tema
utilizando la resonancia magnética funcional para examinar la activación cere-
bral en respuesta a las imágenes de comida, baja y alta en calorías, después de una
noche de deprivación total de sueño, y después de dormir 7 horas. Los partici-
pantes referían más hambre tras haber estado sin dormir por la noche y encon-
traban más apetecibles las comidas ricas en calorías. En la resonancia magnética
se producía una mayor activación de la corteza cerebral a nivel anterior de la
cíngula, en comparación con el estudio realizado tras dormir normalmente. La
cíngula es una parte del cerebro involucrada en la posible recompensa por la co-
mida y, a través de conexiones cerebrales, juega un papel en el apetito. La depri-
vación de sueño parece activar este centro de recompensa. Por lo tanto, las per-
sonas con deprivación crónica de sueño es más probable que coman en exceso y
tengan preferencia por comidas de alta densidad energética, lo que las predispone
a tener complicaciones.
Una duración del sueño inferior a 7,7 horas en los adultos es el punto de cor-
te para que se produzca un aumento de la grasa corporal.
memos continuamente, otros días casi ayunamos porque no hay tiempo ni para
comer. En un estudio reciente se demuestra que no sólo es importante lo que se
come, sino también seguir una cierta regularidad de las comidas. La irregulari-
dad de las comidas favorece una mayor ingesta de alimentos de forma involunta-
ria, un menor gasto de energía tras las comidas y, por lo tanto, favorece la obesi-
dad. Además, se producen niveles más elevados de colesterol y una cierta
resistencia a la acción de la insulina. Ambas alteraciones son conocidas como
factores de riesgo cardiovascular.
En un estudio clínico se investigó el efecto de la regularidad/irregularidad
de las comidas. Para ello se estudiaron 10 mujeres obesas. En una primera fase
estas consumieron sus alimentos habituales de forma regular en 6 tomas al día y,
en una segunda fase, se les indicó que comieran aproximadamente la misma can-
tidad de comida, pero con un patrón irregular y variable: un día sólo hacían 3
comidas, otro hacían, 4, 5, 6, 7 y hasta 9 tomas al día, mientras una dietista con-
trolaba el valor energético de lo que comían. Se evaluó el gasto energético de las
pacientes y también los niveles de glucosa e insulina y colesterol en sangre. Se
encontró que, en la fase de ingesta regular, se producía un mayor gasto energéti-
co tras las comidas, los niveles de colesterol total y de colesterol malos eran más
bajos. Por el contrario, durante la fase de «irregularidad», además de comer más
cantidad de comida, tras las comidas el gasto energético aumentaba menos, los
niveles de colesterol eran más elevados y parecía haber una disminución de la
sensibilidad a la insulina. Estas variaciones, además de favorecer la obesidad,
pueden aumentar el riesgo cardiovascular.
En nuestra sociedad de las prisas, muchas personas salen a trabajar con un café
o incluso sin tomar nada. Y lo que es peor, también muchos niños siguen el mal
ejemplo de sus padres. Es evidente que, para tener un buen rendimiento durante
el día, el cerebro y los músculos necesitan nutrientes. Si bien es cierto que, gra-
cias a los mecanismos de regulación hormonal, nuestro organismo es capaz de
liberar glucosa del hígado y otros nutrientes del músculo para superar tantas ho-
ras sin ingesta de alimentos, también es cierto que para el funcionamiento de los
diferentes órganos es mejor una adecuada nutrición.
Se podría pensar que la omisión del desayuno se podría traducir en una
reducción del consumo de calorías que favoreciese el normopeso. Sin embar-
Manual de alimentación. Planificación alimentaria
Son los grandes olvidados. Si bien es cierto que la mayoría de la gente con
sobrepeso come excesivamente en relación con lo que gasta, a menudo la causa
de esta alimentación desordenada son problemas psicológicos. Los individuos
obesos suelen tener un cierto trastorno de la percepción de la ingesta real de ali-
mentos, por lo que infravaloran la cantidad de alimentos que toman, a la vez que
sobrevaloran su actividad física. Sabemos que, en muchos pacientes con proble-
mas de obesidad y sobrepeso, no basta con recomendarles una dieta y ejercicio.
Para perder peso y no recuperarlo es importante atender a los problemas psicoló-
gicos subyacentes. También aprendemos desde niños que la comida se utiliza
para celebrar algo y las f iestas se celebran alrededor de una buena mesa.
Igualmente, la comida sirve para aliviar el aburrimiento o la depresión y para
consolarse en momentos de tristeza o angustia. Todas las personas utilizamos
Las enfermedades de nuestra época asociadas a una inadecuada alimentación: la obesidad
con cierta frecuencia estos comportamientos, como darse una pequeña recom-
pensa con un dulce, o un poco de chocolate al finalizar un trabajo. El problema
es tomarse una tableta entera de chocolate; es decir, cuando esto se hace de for-
ma excesiva, perdiendo completamente el control sobre la ingesta.
La gente come por placer o buscando una sensación de seguridad. Otras ve-
ces comen por estrés, porque están deprimidos o angustiados; otras veces comen
cuando se sienten solas. Otras comen para relajarse cuando tienen ansiedad o
están en tensión. Otras veces también comen para distraerse cuando están abu-
rridas o para recuperar energía cuando están cansadas. Otras utilizan la comida
como escapatoria a sus problemas, para evitar enfrentarse a ellos. Otras comen
por placer, cuando están felices o cuando se quieren dar una «recompensa». Por
lo tanto, para corregir la ingesta excesiva, una persona obesa o con sobrepeso
tiene que descubrir cuáles son las razones y las funciones que está satisfaciendo
con la ingesta.
De hecho, casi la mitad de las personas que acuden a una consulta para adel-
gazar tienen enfermedades psiquiátricas y psicológicas. Esta es la razón por lo
que, a menudo, las personas vuelven a coger rápidamente el peso perdido tras
haber realizado una dieta durante un tiempo, ya que no se ha tratado la causa
real que originó el exceso de peso. Por ello, para perder peso y mantenerlo a
largo plazo, se deben tratar los problemas psicológicos y cambiar los hábitos ali-
mentarios.
Otras personas comen de forma compulsiva, con episodios recurrentes de
gran voracidad con ingestión de gran cantidad de alimento en un corto periodo
de tiempo (atracones), que se asocian a falta de control sobre la ingesta. No pue-
den dominarse y reconocen que su comportamiento es desadaptado y, por ello,
se sienten deprimidos y culpables y muestran altos niveles de ansiedad frente a los
alimentos. Estos episodios agudos de ingesta compulsiva suelen estar acompaña-
dos de un estado emocional de tipo ansioso con excitación, tensión y angustia
junto a un deseo irrefrenable por comer. Pero a los pocos minutos esa sensación
es reemplazada por sentimientos de culpabilidad y frustración, y se sienten mal
consigo mismos y muestran baja autoestima. Las compulsiones se caracterizan
por la ingesta de gran cantidad de alimentos en un corto periodo de tiempo, que
se asocia a sensación de pérdida de control sobre la ingesta, comiendo rápida-
mente, sin hambre, a escondidas para ocultar la voracidad, etc. Parece que la
aparición y el mantenimiento del trastorno por atracón tienen una relación di-
rectamente proporcional a la restricción alimentaria o dietas restrictivas realiza-
Manual de alimentación. Planificación alimentaria
das previamente. Una vez que la persona comienza con este patrón alimentario
caótico, tiende a automantenerse y a cronificarse y, como consecuencia, se pro-
duce un deterioro progresivo de la calidad de vida.
Otro trastorno poco conocido es el síndrome de atracones nocturnos. Se ca-
racteriza por insomnio y episodios de ingesta voraz durante la noche, junto con
insomnio y anorexia matinal. Los pacientes refieren que se levantan al menos
una vez cada noche para comer. Es relativamente frecuente y se estima que afec-
ta al 1,5-2 % de la población general. Sin embargo, lo padecen hasta el 20-40 %
de la población que acude a una consulta de obesidad. También hay alteraciones
del estado de ánimo, con ansiedad, depresión. Los síntomas se exacerban con el
estrés.
5. TRATAMIENTO DE LA OBESIDAD
Cada día muchas personas se proponen iniciar una dieta, pero no todas las
personas han de seguir la misma dieta, ni en cuanto a calorías ni en cuanto a
alimentos se refiere. Las dietas siempre deberían ser individualizadas, adap-
tándonos a la situación clínica y enfermedades asociadas, a los gustos y prefe-
rencias alimentarias del obeso para facilitar la adherencia a largo plazo. Hay
que evitar carencias nutricionales y efectos secundarios, incluyendo los psico-
lógicos.
5.1. Dietas
las 2 primeras semanas, en las que la pérdida de peso es más rápida (2 kg/sema-
na) debida a la pérdida asociada de agua. Generalmente, no se aconsejan pérdi-
das más rápidas de peso porque ello conlleva la pérdida de tejido magro, de
músculo y de agua. Es más, las dietas muy restrictivas, aunque efectivas mien-
tras se están siguiendo, suelen tener un efecto rebote; es decir, se recupera el
peso perdido rápidamente en cuanto se suspenden. Se debe a que el organismo
trata de compensar ese déficit energético disminuyendo su gasto energético. Y
esa adaptación del organismo se mantiene durante mucho tiempo. Es más, una
restricción excesiva conlleva posteriormente una actitud compulsiva para la
comida.
Tras la primera fase de la dieta y alcanzado el peso pactado, se pasa a un dieta
de mantenimiento que debe durar al menos 6 meses, y que debe ser menos res-
trictiva pero controlando periódicamente al paciente para que no recupere el
peso perdido. En la tabla 1 se exponen los objetivos del tratamiento de la obesi-
dad. En la tabla 2 se exponen las recomendaciones para realizar una dieta para
adelgazar y en la tabla 3 las condiciones para lograr el éxito. En cualquier caso,
ninguna dieta debe ser peligrosa ni nociva para el paciente, teniendo en cuenta
incluso los aspectos psicológicos (ver capítulo correspondiente).
Conseguir una pérdida de peso mantenida en el tiempo que permita disminuir el riesgo
que el exceso de peso ocasiona para la salud del paciente.
— PRIMARIO: pérdida de grasa.
— SECUNDARIOS:
• Mantenimiento del peso perdido a largo plazo.
• Evitar que se vuelva a ganar el peso perdido.
• Mantenimiento de la masa magra.
• Corrección de los factores de riesgo cardiovascular: hipertensión, diabetes,
hiperlipidemia.
• Mejoría de la comorbilidad: síndrome de apnea del sueño, artrosis, riesgo de
desarrollo de neoplasias.
• Educación nutricional.
• Restablecimiento de una relación normal con la comida.
• Ausencia de patología psicológica.
Manual de alimentación. Planificación alimentaria
Tabla 3. Condiciones para realizar con éxito una dieta para adelgazar
La fibra dietética son polisacáridos de las paredes celulares de las plantas que
no pueden ser digeridas por el intestino humano. La llamada fibra insoluble (ce-
Las enfermedades de nuestra época asociadas a una inadecuada alimentación: la obesidad
lulosa, ciertas hemicelulosas y lignina) aumenta del volumen fecal y es útil para
el estreñimiento. La fibra soluble (pectinas, gomas, mucílagos y polisacáridos de
almacenamiento) presenta efectos positivos sobre el perfil lipídico y la glucemia
postprandial.
El posible beneficio de la fibra sobre la pérdida de peso se basa en la hipó-
tesis de que puede disminuir la ingesta de energética, desplazando otros nu-
trientes y calorías de la dieta, aumentando la masticación, por una mayor dis-
tensión gástrica y una mayor saciedad, o disminuyendo la absorción en el
intestino delgado. Para evaluar la eficacia de la fibra en el tratamiento de la
obesidad, hay que diferenciar la fibra natural presente en los alimentos, y la
fibra como suplemento, en forma de cápsulas o en comprimidos consumida
de 15 a 30 minutos antes de las comidas principales. En el Finnish Diabetes
Prevention Study, de 3 años de duración se evaluaron sujetos con sobrepeso e
intolerancia a la glucosa. Los individuos con consumo de fibra en el cuartil
superior, tenían una mayor pérdida de peso (3 vs. 0,4 kg) y a una reducción de
la circunferencia abdominal (2,9 vs. 1,6 cm) con respecto a los del cuartil infe-
rior. En cuanto a los suplementos de fibra, en las revisiones sistemáticas se ob-
serva un efecto positivo de la suplementación con fibra sobre la pérdida de
peso, aunque de escasa cuantía.
con IG bajo las frutas, las verduras, las hortalizas, las legumbres y los alimentos
integrales, pero el azúcar de mesa, las harinas refinadas, el pan blanco y el arroz
tienen un alto índice glucémico. La pasta «al dente» tiene un índice relativamen-
te bajo.
La hipótesis es que los alimentos con un alto IG inducen una mayor respues-
ta insulínica que, a su vez, podría favorecer una rápida captación de la glucosa
plasmática por parte de los tejidos y, consecuentemente, una relativa hipogluce-
mia postprandial que conduciría a una mayor ingesta calórica y mayor aumento
de peso. En contraposición, aquellos productos con menor IG favorecen el con-
trol del peso. Por lo tanto, se puede modificar el IG y la Carga Glucémica (CG)
de la dieta para disminuir la sensación de hambre, la ingesta calórica y, por últi-
mo, conseguir una mayor pérdida de peso gracias a las dietas de bajo índice glu-
cémico (DBIG). También juega un papel el IG en la posible aparición de diabe-
tes. En un estudio con más de 85.000 enfermeras estadounidenses, que hace ya
más de 20 años empezaron a registrar su ingesta, se encontró que la ingesta fre-
cuente de alimentos con alto IG se asociaba a un mayor riesgo de desarrollar una
diabetes.
En cuanto a la efectividad real de las DBIG, existen distintos datos en la lite-
ratura. En un metanálisis, que incluyó 45 publicaciones previas a 2005, se con-
cluyó que un menor IG se asociaba significativamente a una mayor pérdida de
peso. Pero la inmensa mayoría de los estudios tenían una duración inferior a 6
meses. En una reciente revisión sistemática de las Guías Dietéticas Americanas,
que incluyeron estudios hasta el 2008, se establece que existe una fuerte y con-
sistente evidencia de que el IG de la dieta no conduce a una mayor pérdida de
peso, ni tampoco a un mejor mantenimiento del peso. Es decir, que los datos no
son unánimes. En general, los estudios a largo plazo no encuentran diferencias
sobre la pérdida de peso.
controlada entre las personas «no satisfechas con su peso», están colaborando,
entre otros factores, al progresivo alejamiento de la población española de las
sólidas bases de la dieta mediterránea. Y no solo eso, en las adolescentes y en
personas con baja autoestima y poca capacidad crítica, la realización de una
dieta incorrecta o muy estricta favorece el desarrollo de los trastornos de la
conducta alimentaria. Es más, casi la mitad de las mujeres de nuestro país se
encuentra perpetuamente a dieta sin conseguir alcanzar ni mantener su peso
deseado.
A menudo se considera que todo lo «natural» es completamente saludable
e inofensivo. Pero, además de la pérdida de peso, una dieta restrictiva puede
tener otras consecuencias nocivas. Gracias a un trabajo de hace más de 50
años, el estudio Minnessotta, que por razones éticas hoy sería irrepetible,
conocemos las consecuencias negativas de la restricción alimentaria. En este
estudio, se sometió a un grupo de jóvenes voluntarios, objetores de concien-
cia norteamericanos, a una dieta restrictiva y empezaron a perder peso rápi-
damente. Sin embargo, llegado un momento, el peso se estabilizaba y para
que siguieran perdiendo peso había que reducir aún más el consumo de calo-
rías. Pero lo curioso es que los jóvenes presentaron alteraciones del estado de
ánimo y cierta obsesión con los alimentos. Cuando se reintrodujo la alimen-
tación normal, los sujetos presentaron una enorme voracidad, comiendo
todo cuanto podían. La recuperación de peso fue más rápida de lo esperado
e, incluso, algunos sujetos engordaron claramente por encima de su peso ini-
cial. Los cambios de humor se mantenían aún después de haber recuperado
el peso.
Ello ilustra ciertas circunstancias que vemos en nuestros pacientes. Tras la
pérdida inicial, cada día es más difícil perder peso debido, fundamentalmente, al
descenso del gasto energético. Para seguir bajando a partir de ese punto, sería
necesaria una restricción calórica adicional. Esto sugiere la existencia de un me-
canismo regulador del peso (teoría del setpoint).
Todos los edulcorantes autorizados han pasado serios estudios científicos para
evaluar su seguridad. Pueden ser utilizados por embarazadas y por niños, y por
enfermos con diabetes y epilepsia. Cuando se sustituye el azúcar por los edulco-
rantes hipocalóricos se reduce sustancialmente el contenido calórico de bebidas,
yogures, zumos, chicles, mermeladas.
A pesar ello, hace unos años se sugirió que los edulcorantes podrían estimu-
lar el apetito y, por lo tanto, aumentar la ingesta; es decir, que la gente que con-
sume edulcorantes hipocalóricos de alguna forma compensa las calorías «ahorra-
das», pero no se puede descartar el posible factor de confusión del mayor uso de
edulcorantes por la población obesa (causalidad reversa). En los estudios a largo
plazo se indica que el uso de edulcorantes hipocalóricos produce una menor in-
gesta energética y ayudan en el manejo de la obesidad. En un metanálisis, que
incluyó 16 estudios, se demostró que el uso de aspartamo, en vez de sacarosa,
proporcionaba una reducción significativa de la ingesta energética y del peso.
En general, el uso de edulcorantes hipocalóricos puede aumentar la adheren-
cia a los programas de pérdida de peso, al aumentar la diversidad de sabores y la
palatabilidad general de la dieta, manteniendo el sabor dulce, lo cual puede ayu-
dar al control del peso corporal. Sin embargo, en la lucha contra la obesidad es
necesario un tratamiento multidisciplinar y los edulcorantes deben siempre aso-
ciarse a una dieta saludable y equilibrada, al cambio de los hábitos de conducta y
un aumento de la actividad física.
BIBLIOGRAFÍA
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Capítulo 24
Resumen
La alimentación del siglo xxi ref leja los grandes avances en las ciencias
de la alimentación y la nutrición gracias al desarrollo del sector agroali-
mentario y de la industria, al impulso de la ingeniería genética y la bio-
tecnología que permiten satisfacer las demandas del consumidor y ofre-
cer alimentos seguros, una mayor disponibilidad alimentaria (de gran
trascendencia en zonas con escasez de alimentos), precios más competiti-
vos y nuevos alimentos con nuevas propiedades.
La información sobre alimentación es exhaustiva, eso no quiere decir
que sea precisamente clarificadora, así que en esta época de confusión es
importante desmitificar, huir de pócimas milagrosas y retomar como
puntos clave de una alimentación saludable la moderación, el equilibrio,
la variedad, y la sostenibilidad.
En realidad no sabemos bien lo que comemos, de los componentes de los
alimentos solo conocemos unas 50 sustancias nutritivas y algunas sustan-
cias no nutritivas entre las que figuran antioxidantes, f lavonoides, etc.,
pero desconocemos aun otros muchos componentes con gran repercu-
sión sobre la salud.
Se necesita seguir investigando para mejorar el conocimiento y adquirir
certezas que permitan desterrar todas las falacias que se generan en torno
a la alimentación y así mismo fomentar la educación alimentaria para
favorecer elecciones alimentarias saludables.
1. INTRODUCCIÓN Y OBJETIVOS
Para conseguir que cada persona sea capaz de realizar elecciones saludables es
fundamental fomentar la educación alimentaria y nutricional y desde el ámbito
profesional colaborar con los medios de comunicación para fomentar la transmi-
sión de mensajes objetivos basados en la evidencia científica.
A lo largo del texto intentaremos realizar un breve recorrido por las leyendas
más habituales con respecto a la alimentación.
Objetivos:
— Identificar algunos mitos nutricionales.
— Aprender a reconocer fuentes informativas con rigor científico.
— Conocer los riesgos que conlleva la implicación de la magia en la alimentación.
— Reforzar hábitos alimentarios adecuados.
— Valorar la influencia de la publicidad en la transmisión de mitos alimentarios.
Sin embargo no es cierto que todas las grasas vegetales sean adecuadas.
Muchos productos dicen en sus etiquetas que contienen «grasas o aceites vegeta-
les», lo que induce a creer que contiene aceite de oliva o de girasol que aporta
grasas insaturadas y por tanto beneficiosas. Pero entre las grasas vegetales se en-
cuentra aceite de coco y de palma, que contienen grasas saturadas.
También debemos considerar las grasas trans, grasas vegetales parcialmente
hidrogenadas que resultan tan perjudiciales o más que las grasas saturadas de
origen animal. El ejemplo más conocido es la margarina, que era la opción bara-
ta y saludable a la mantequilla, y que ha resultado no ser tan beneficiosa por su
proceso de fabricación, ya que en su elaboración hay que transformar un aceite
líquido en sólido, lo que implica la introducción de hidrógeno que hace que la
margarina se convierta en un aceite parcialmente hidrogenado que no se pone
rancio y no se deshace con el calor. Pero también contiene la famosa grasa trans,
mucho peor que la saturada.
En la actualidad la elaboración de la margarina ha mejorado mucho y ya no
lleven este tipo de grasas trans, pero sí hay muchos alimentos (bollería industrial,
precocinados, congelados, etc.) qué siguen usándola.
Asimismo con el pescado ha sucedido un cambio de paradigma y en décadas
pasadas se clasificó en: el bueno, el blanco, con poca grasa, y el menos saludable,
el azul, con mayor cantidad de grasas. Solo hacía referencia a la cantidad pero no
a la calidad de grasa. En la actualidad se sabe que el tipo de grasa que contiene el
pescado azul son ácidos grasos Omega 3 que son cardiosaludables.
Más recientemente se ha puesto de manifiesto que las grasas saturadas no son
tan malas como las pintan y empieza a no estar tan claro que sean la causa de
todos nuestros males, aunque no son las más saludables, se ha producido un va-
riación en cuanto a su consumo porque las evidencias actuales no respaldan cla-
ramente las recomendaciones que fomentan un elevado consumo de grasas po-
liinsaturadas y un muy bajo consumo de saturadas. Se ha sobredimensionado la
relevancia de la estrategia de disminuir las grasas saturadas en la prevención de
enfermedades cardiovasculares y la reducción de la ingesta de grasas saturadas
produce una pequeña, pero potencialmente importante disminución del riesgo
cardiovascular.
Manual de alimentación. Planificación alimentaria
• Bayas de Goji
El fruto milagroso de color rojo que estuvo muy de moda en años anteriores.
Se decía que era un alimento muy sano con muchas propiedades nutricionales.
Hay que sospechar de un producto que vale para todo cuando el producto pro-
mete mucho, seguramente promete demasiado y no vale para todo.
Las bayas del Goji no son del Tíbet, como se afirmaba, proceden de una zona
del norte de China. Tienen propiedades nutricionales como las tienen otras fru-
tas y vegetales: antioxidantes, aminoácidos, oligoelementos, azúcares. Un supe-
ralimento no muy diferente de nuestras pasas.
La gran ventaja de las bayas de Goji frente a otras bayas es que sus beneficios
no se pierden al desecarlas. Y las propiedades permanecen inalteradas y puede
consumirse durante todo el año en forma de zumos, infusiones, decocciones o el
mismo fruto desecado.
Entre los falsos beneficios de este fruto está que no remedia la fatiga, ni acele-
ra el metabolismo, ni modifica el tránsito intestinal más que cualquier otra fruta
ni posee propiedades curativas del cáncer, tan sólo ofrece los beneficios preventi-
vos de ciertos tipos de tumores gracias a su elevado contenido en antioxidantes.
• Avena
La avena está considerada como uno de los mejores alimentos ya que aporta
carbohidratos de absorción lenta que suministran energía y regulan los niveles de
azúcar en sangre. Está considerada como un superalimento, por su efecto reduc-
tor del colesterol, demostrado científicamente, regulador del tránsito intestinal
como otras fibras dietéticas, pero dificulta la asimilación de micronutrientes
además de aportar calorías. Por eso no hay que consumirla en grandes cantida-
des. No es la panacea de todos nuestros males, sino un alimento óptimo más,
dentro de una alimentación saludable.
• Té verde
Se le atribuyen propiedades casi mágicas, tales como anticancerígeno o ace-
lerador del metabolismo. No existen estudios científicos concluyentes sobre si
es capaz de reducir la posibilidad de desarrollar cáncer. Por otro lado, hay al-
gunos estudios que sí han puesto de manifiesto relación existente entre el té y
la prevención de enfermedades cardiovasculares por su contenido en antioxi-
dantes.
Errores y mitos en alimentación
• Espirulina
El consumo de algas se relaciona con numerosos beneficios para el organis-
mo. Concretamente al consumo del alga espirulina, se le atribuye un poder
antioxidante, reductor del colesterol, potenciador del sistema inmune, etc., sin
embargo los estudios sólo parecen confirmar, y no de forma clara, la reducción
del colesterol. Además, existe un posible riesgo de que el consumo elevado de
algas, que tienen la capacidad de absorber metales pesados como el plomo y el
mercurio, pueda resultar tóxico para el ser humano.
• Semillas de chía
Las semillas de chía en estos momentos son lo más de lo más, contienen más
ácidos grasos Omega-3 que el salmón, y son una gran fuente de hierro, fibra y
calcio. Pero no existen aún estudios consistentes que demuestren sus ‘superpode-
res’ más allá de su alto valor nutricional.
• Quinoa
Las semillas de quinoa son un alimento fundamental para los países andinos
desde hace siglos. Su popularidad en Europa y Estados Unidos está relacionada
con sus propiedades nutricionales, ricas en proteínas, fibra y vitaminas, y sin glu-
ten. La FAO la nombró «alimento del año 2013», ya que la considera un alimen-
to clave en la erradicación del hambre en el mundo. Pero (siempre parece haber
un pero), debido a su reciente popularidad, el precio de la quinoa se ha disparado
en sus países de origen, y se ha vuelto prácticamente inaccesible para aquellas
comunidades que llevan años empleándola como alimento básico.
Todos estos mal llamados «superalimentos» son productos saludables, que no
curan, sólo contribuyen al mantenimiento de la salud como otros muchos.
Aisladamente no suponen ninguna ventaja extra y hay que encuadrarlos den-
tro una dieta basada en una amplia variedad de alimentos y no basadas única-
mente en «superalimentos».
El catálogo de ficciones dietéticas es casi infinito. Las dietas para perder peso
aparecen año tras año en librerías, internet, entre amigos, prensa, televisión, re-
vistas… Aunque cada cierto tiempo salgan artículos novedosos sobre dietas, mu-
chas veces son artículos sobre dietas revisadas o redescubiertas en otros medios,
pero sobre todo en la red. En muchas ocasionas son las mismas dietas con cambio
de nombre o patrocinador, con inclusión de otros nuevos alimentos prodigiosos
pero basadas en los mismos principios, la disociación, la exclusión, el ingrediente
mágico, la restricción, dietas de un solo alimento, bajas en hidratos de carbono y
altas en proteínas y un largo etcétera.
Al hablar de «dietas mágicas» hay que referirse no únicamente a las de adel-
gazamiento, sino también a todas aquellas que pretenden incrementar la longe-
vidad y la curación de diversas patologías.
Todas estas dietas se basan en los mismos aspectos: el aporte de energía, que
suele ser bastante bajo, el que se consuma menos calorías de las habituales y que
la mayoría empieza una determinada dieta por la inf luencia de las redes sociales,
los miembros de su familia, amigos, compañeros de trabajo o personajes conoci-
dos e inf luyentes.
Manual de alimentación. Planificación alimentaria
Son aquellos que no son medicamentos y se publicitan como útiles para adel-
gazar y para otros fines. Cabe destacar: diuréticos, laxantes, productos que dis-
minuyen la absorción de grasas y los saciantes. Muchos de los productos milagro
se venden en herbolarios, mercadillos e incluso en farmacias. La recomendación
sanitaria es desconfiar de cualquier producto que prometa comer cuanto se quie-
ra, perder peso sin dejar de comer o mientras se duerme, de forma muy veloz, o
que contienen una sustancia quemagrasas. Algunos pueden ser coadyuvantes en
un tratamiento hipocalórico pero aisladamente no suponen ningún beneficio.
Hay algunos alimentos a los que se les atribuye la propiedad de devorar la
grasa como la piña, pepino, vinagre de sidra, limón, que son conocidos por ser
Manual de alimentación. Planificación alimentaria
4. CONCLUSIONES
BIBLIOGRAFÍA
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Capítulo 25
GASTRONOMÍA Y NUTRICIÓN
Resumen
1. INTRODUCCIÓN Y OBJETIVOS
3. CONCEPTO DE NUTRICIÓN
3.1.1. Nutrición innata. Aquella que se realiza para responder de forma inmedia-
ta a la necesidad de comer y beber. Se tiene hambre se come, se tiene sed, se bebe.
Manual de alimentación. Planificación alimentaria
tos como las migraciones humanas, los grandes descubrimientos, muchos avan-
ces tecnológicos, y es una inmensa fuente de riqueza. Así pues, para conocer el
presente, hay que conocer el pasado unido a la evolución del hombre.
4.1. Prehistoria
4.1.2. Entre los años 10000-7000 a. C., según las zonas, la evolución fue di-
ferente. Siguen siendo cazadores con arcos, f lechas y lanzas; recolectores de nue-
ces y frutas y pescadores en costa, en mar y en ríos navegando en canoas con
anzuelos y redes. Se afianza el sedentarismo y esto supuso la domesticación de
animales, como el perro. Pulieron y perfeccionaron los objetos de piedra como
el buril, el hacha o el cincel y así poder trabajar mejor los objetos de madera.
Al final de este periodo la agricultura supuso un hito en la alimentación del
ser humano. Se originó en el área de lo que ahora conocemos como el Próximo
Oriente. Lo primero que se cultivó fue trigo y cebada que crecían silvestres en
estas regiones que gozaban de lluvias regulares y abundantes. En otras zonas, la
agricultura llegó más tarde porque podían alimentarse de diferentes raíces vege-
tales perfectamente comestibles. Todavía no conocían la cocción de alimentos ni
la fermentación de cereales y frutas, que llegaría bastante más tarde.
4.1.3. Entre los años 7000-4000 a. C., ya existe un sedentarismo generalizado
y una agricultura bastante asentada que se compatibiliza con la recolección de
frutos silvestres y cría de ganado. Este período es muy importante por los avan-
ces en el mundo de la agricultura y la ganadería, lo cual ha perdurado hasta
nuestros días, con las innovaciones tecnológicas lógicas por el paso del tiempo.
El hombre comenzó así el proceso de intervención en el mundo que le ro-
deaba. Se empieza a organizar socialmente y a asumir actitudes más espirituales.
Los grandes grupos lingüísticos, el indoeuropeo y el semítico, estaban ya muy
desarrollados bastante antes de que hiciera su aparición la escritura.
Pero el hito más importante, que marcará en los siglos posteriores conquistas
y hasta guerras, será el cultivo de trigo y de cebada en el Próximo Oriente, y de
aquí se extendería a la mayor parte de Eurasia y África. Paralelamente en Asia
oriental se empezó a cultivar el mijo, el boniato y el arroz. En el Nuevo Mundo,
en América Central y en Perú, ya se cultivan judías, patatas, calabazas y trigo.
El cultivo y tratamiento de los cereales supuso una gran conquista en la ali-
mentación del ser humano. Se realizó en el Triángulo Fértil y el problema que
debían solucionar ahora era que los granos del trigo y de la cebada fueran más
digestivos, porque resultaban muy duros e indigestos. Se idearon dos procedi-
mientos: uno, hervir los cereales en dos cocciones sucesivas y, otro, trillar el ce-
real. Para su conservación, tostaban los granos y los molían con piedras o bien
sobre un molinillo muy rústico, manual y de piedra.
Manual de alimentación. Planificación alimentaria
El tostado y molido de los cereales fue una de las grandes invenciones culina-
rias, ya que estos procesos facilitaron su transporte y durante siglos fue el alimen-
to casi exclusivo de cazadores, marineros, viajeros… Con el molido de los cerea-
les mezclados con agua elaboraban una especie de papilla o gachas. En algún
momento, alguien puso alrededor del fuego una piedra encima de las llamas y
sobre ella una porción de gacha y la dejó cuajar; así se consiguió la primera torta.
(En el siglo xxi se siguen elaborando tortas con diferentes formas y con algún
ingrediente más, así las arepas latinas, las tortitas americanas, las crepes francesas,
las filloas gallegas, los tortos asturianos, el talo vasco.)
Además del cultivo de dos tipos de trigo y de cebada en el Próximo Oriente
se domesticaron animales como cabras, ovejas, cerdos y bovinos.
En este período también surgen, de manera muy burda, la cerveza y el vino.
Unos granos de cebada o de avena sin tostar, y guardados en un recipiente, ger-
minaron con el agua de la lluvia y se obtuvo una bebida fermentada y espesa que
les debió de gustar, seguramente porque les alegraba después de beberla. Pero
serían muchos años después cuando se elaboraría la cerveza con cierta técnica. El
vino, también, ya en esta época, tuvo sus tímidos orígenes por fermentación na-
tural de algunas frutas. Existían viñas silvestres en las zonas montañosas al norte
de las actuales Siria y Palestina y con posterioridad los esquejes de estas vides se
trasplantaron a tierras más llanas y fértiles.
En este período se consiguen otros logros ligados a la alimentación y la coci-
na; el arado, azadas y la cerámica (que se materializa en vasijas). En algunas zonas
se inicia, de forma prematura, la orfebrería con el trabajo del oro y de la plata.
Pero no hay que engañarse, la civilización como tal llegaría más tarde y su cuna
será también el Próximo Oriente.
4.1.4. Edad de los Metales. Por su importancia en la agricultura, pesca, caza y
cocina, hay que mirar a la Edad de los Metales, en tres períodos:
— Edad del Cobre (o Calcolítico): segunda mitad del iv milenio a. C.
— Edad del Bronce: ii milenio a. C.
— Edad del Hierro: i milenio a. C. (En Europa se data en el año 800 a. C.)
El cobre era un metal demasiado blando y fue sustituido por el bronce, que
era una aleación de cobre y estaño. Finalmente se impuso el hierro para todo
tipo de herramientas por su dureza. Llama la atención la metalurgia ornamental
Gastronomía y nutrición
dad hizo que obtuvieran bebidas como la cerveza y el vino, que han llegado
hasta nuestros días. El hombre sapiens ya cocinó al fuego directamente (¿barba-
coa?), sobre piedras calientes (¿plancha?), coció en recipientes de cerámica que,
para que fueran resistentes al fuego debía de haber pasado primero por una coc-
ción en algún tipo de horno. El paso de lo crudo a lo cocido demuestra cómo el
hombre prehistórico fue capaz de transformar los alimentos en función de sus
necesidades y circunstancias y, de una forma intuitiva, supieron lo que era bueno
para su organismo. Cuando terminó esta larga fase de la Prehistoria ya se habían
sentado unas bases nutritivas que surgieron, se asentaron y fueron perfeccionan-
do en paralelo a la evolución del hombre.
5.1. Mesopotamia
Es una palabra griega que significa «entre dos ríos», Tigris y Eufrates, que
nacen en las alturas de Armenia y corren hacia el sur hasta el Golfo Pérsico. Su
situación geográfica y las desembocaduras de sus ríos favoreció que estuvieran
abiertos a inf luencias externas y así mismo difundir sus conquistas y avances.
En el Neolítico (5000 a. C.) había comunidades estables que construyeron
diques, presas y canales para sacar el máximo rendimiento al agua y hacer muy
productiva su agricultura.
Gastronomía y nutrición
A pesar de todos los avances, la agricultura suponía el ochenta por ciento del
sistema fundamental de vida. Los frutos de esta agricultura servían de intercam-
bio con orfebres, alfareros (inventaron el torno para moldear y pulir la cerámica)
y mercaderes.
El paladar mesopotámico se enriqueció con la leche, la mantequilla y el que-
so. Los grandes jardines de Babilonia producían muchas verduras como las zana-
horias y el hinojo. Abundancia de peces, aves variadísimas y de ganado lanar; las
viñas crecían en abundancia pero las uvas y el vino que elaboraban sólo estaba
destinado a las clases ricas. En tiempo de los asirios (a partir de 1813 a. C.) el
cuarenta por ciento de la tierra cultivable se destinaba a producir cereales con los
que se elaboraba cerveza, que era la bebida de los pobres.
Del año 1700 a. C. datan tres tablillas de arcilla cuneiforme provenientes de
Mesopotamia (actualmente están en la Universidad de Yale) donde se menciona
como base de la alimentación de Mesopotamia unas papillas espesas tipo polenta
y otras más líquidas. Asimismo aparece una masa para galletas, la mantequilla, la
leche, el pescado fermentado, el ajo, la cebolla, el puerro y la cerveza que son los
ingredientes de casi todas las recetas restantes.
5.1.1. Nutrición en Mesopotamia. Algunos historiadores consideran que el he-
cho de que los sumerios incorporaran a su alimentación mediterránea el vino y
la cerveza, era una forma de evitar la ingesta de agua no potable y de prevenir
enfermedades.
Buscaban solución a las enfermedades a través de la alimentación. En Nippur
se encontró una tablilla con escritura cuneiforme en la que aparecen grupos de
productos, carnes y vegetales usados como medicamentos. Las clases pudientes
disponían de mucha más variedad de alimentos que las clases inferiores.
5.2. Egipto
biera varias cosechas al año sin necesidad de abonarlo artificialmente, y los egip-
cios aprovecharon este regalo de la naturaleza. Una vez que el limo quedaba al
descubierto los egipcios, que vivían en palafitos, araban rápidamente el terreno
con ayuda de sus aperos de madera tirados por bueyes.
Se sembraban los campos más alejados de las riberas del río con trigo, cebada
o lino, mientras que en las tierras cercanas al río se plantaban cebollas y pepinos.
Se recolectaban las uvas y se transportaban a las bodegas para elaborar vino. Los
burros transportaban el grano recolectado a los silos para su posterior distribu-
ción a todo el país. Los patos y las ocas se criaban para cocinarlas, por ejemplo,
con cerveza. Los rebaños de ovejas y cabras tenían su paraíso en los campos ale-
daños al Nilo.
La abundancia de cosechas, con superávit de grano que nunca cedieron ni
mercadearon, y la casi nula actividad agrícola desde el mes de noviembre al mes
de abril facilitó que se desarrollaran otras actividades que realizaban los alfareros,
hilanderos, fabricantes de cestos, orfebres, artesanos de la madera, de la piedra,
comerciantes y sacerdotes.
La máxima autoridad era el faraón y era el que controlaba cuándo había que
abrir las compuertas de los canales de riego, y también las obras a realizar, para
evitar que en la crecida del río Nilo las aguas llegasen a lugares no deseados. Era
sabedor de que su riqueza, alimentación y desarrollo de su pueblo estaban liga-
dos al Nilo.
Con una datación de 1700 años a. C. hay una larga lista de alimentos como
ocas, patos, codornices, corderos, cogollos de lechuga, nata, miel de panal, uvas,
diferentes clases de aceite (no de oliva), cerveza, vinos en ánforas, hogazas de
pan, carnes y pescados en salazón, pescado seco, sal, cebolla, ajos, frutas de per-
sea, bayas de enebro, cominos…
A partir de 1500 años a. C., además de los alimentos citados se incrementa la
despensa egipcia con varias leguminosas como altramuces, garbanzos, habas y
lentejas. Elaboran dos clases de cervezas: la rubia, que es la más común, y la ne-
gra, más alcohólica. Cultivan frutas y buscan en algunas de ellas su valor dietéti-
co y curativo, así las algarrobas, muy dulces, que son vermífugas y digestivas.
Gracias al intercambio asiático, consiguen cultivar manzanas, granadas y olivos.
Se atisba un refinamiento en sus elaboraciones, así el pan lo preparan con leva-
dura por fermentación (masa madre) o por fermentación procedente de la cerve-
za. Lo cocían sobre piedra o en horno directo. Para el pan y la cerveza utilizaban
Manual de alimentación. Planificación alimentaria
la cebada y el trigo, y la escanda la utilizaban para elaborar pan para las clases
inferiores. A la masa de pan les daban diferentes formas. Para los niños elabora-
ban una papilla, que en griego se llamaba athera, una derivación de la palabra
taret (harina en egipcio).
Otra muestra de su refinamiento era un pastel que elaboraban con masa de
pan enriquecida con mantequilla y huevos con las que hacían unas tortas. Una
vez hechas, ponían una torta, encima miel o frutas (higos, azufafa o pulpa de pal-
mera dum con aroma a jengibre) o una especie de mermelada de dátiles y miel.
Otro pan era el que elaboraban con harina de semillas de loto, leche, agua y sal.
El vino lo elaboraban con uvas negras que procedían de viñedos emparrados.
El zumo de las uvas pisadas lo guardaban en ánforas de barro, tratadas con una
resina en su superficie interior para reducir su porosidad y se sellaban con arcilla.
En las ánforas se indicaba el viñedo y el año de vendimia. También elaboraban
vino de dátiles, higos y granada, e importaban vino de Siria.
Del ganado bovino, ovino y caprino obtenían leche, mantequilla y quesos.
Horneaban los solomillos y los lomos y secaban la carne como método de con-
servación. Las ocas y pichones los comían asados y se conservaban en grasa y sal.
Para la conservación de los pescados, los salaban y los secaban. También utiliza-
ban este sistema para salar y secar las huevas de mújol, como se sigue haciendo en
muchos lugares de la costa levantina y murciana.
La miel, procedente del delta del Nilo, era oscura y clara. La envasaban en
vasijas cerradas con tapones sellados con cera. Disponían de dos clases de sala, la
del norte y la roja de los lagos situados cerca de Menfis.
Para cocinar utilizaban la grasa de oca, de cerdo o de buey para freír y aceites
de sésamo, de la nuez, del lino o de ricino así como plantas aromáticas. Tenían
hornos de barro cilíndrico, fogones bajos, y en las mansiones y palacios la cocina
era un espacio muy diferenciado con numerosos utensilios y recipientes para co-
cinar y servir, y tenían una organización muy jerarquizada. A pesar de todos
estos avances culinarios comían con los dedos; la incorporación de los cubiertos
en la mesa tardarían varios siglos más.
5.2.1. Nutrición egipcia. En la escritura jeroglífica, un mismo signo representa
tanto el acto de hablar como el de comer. (Ya se ha visto que cocinar hizo al
hombre, y la palabra es patrimonio único del ser humano, y los egipcios unifican
estas características). Establecen una relación primordial entre la vida y el ali-
Gastronomía y nutrición
Entre el año 2000 a. C. y 70 d. C., los hebreos vivían en una región del
Oriente Medio y dieron lugar a los pueblos semitas —como los árabes— y a los
israelitas, antepasados históricos y espirituales de los judíos.
Los hebreos desde su salida de Egipto hasta la llegada a la tierra prometida
de Canaán erraron por el Sinaí durante cuarenta años. Con la frase, «Un país con
arroyos de leche y miel», los hebreos designan la tierra que Dios les prometió. Lo
cierto es que la leche era su alimento básico dado que eran nómadas y pastores,
y la miel representa la dulzura de la vida. Pero, además aumenta la lista de ali-
mentos que la tierra prometida les va a ofrecer gracias a las lluvias: Ahora que
Jehová, tu Dios, te introduce en la buena tierra, tierra de arroyos, de aguas, de fuentes, de
manantiales que brotan en vegas y montes, tierra de trigo y cebada, y de vides e higueras
y granados; tierra de olivas, de aceite y de miel (…) comerás y te hartarás (Deteuronomio,8,
7-10).
La Biblia será la perfecta guía alimentaria de los hebreos, con sus normas es-
trictas sobre lo que se puede y no se puede comer. Por ejemplo, prohíbe el cerdo
porque tiene pezuñas, y es de pezuña hendida, más no rumia. (Levítico, 11,7). Los
animales prohibidos los llaman impuros y los autorizados, puros. Los animales
terrestres puros han de ser ungulados, pezuña hendida y rumiar y los peces puros
deben tener aletas y escamas. El resto de animales puros «deben moverse» (los
reptiles se consideran impuros porque se arrastran), pero además deben de cum-
plir con una norma de movimiento en función de su hábitat de origen: por
ejemplo, la gaviota está hecha para volar, pero como también anda, pues es im-
pura, no está respetando la voluntad de Dios, y si tiene alas es para volar y no
para andar.
Se preocupaban por la perfección física de los animales cuando se ofrecían en
sacrificio a Jehová y ponían en valor el estado natural de los alimentos, así se
ofrecía harina o tortas sin levadura (pan ácimo), pero jamás de pan con levadura.
En el fondo de todas las prohibiciones y autorizaciones del consumo de ali-
mentos para el pueblo hebreo, y que se describe extensamente en la Biblia, hay
una clara intención de diferenciar al pueblo hebreo del resto, proclamando su
pureza y fidelidad a la obra de Dios. La alimentación de los israelitas, lejos de
consideraciones nutritivas, médicas o gastronómicas, es esencialmente una cues-
tión de creencias y de fe.
Gastronomía y nutrición
tos. Debido a sus apuros económicos se suicidó, pero antes celebró un banquete
espléndido en calidad y cantidad.
5.4.3. La cocina y la dietética. Los médicos griegos y latinos sitúan al pan en la
cima de la escala de valores nutricionales. Encuentran en este alimento un equi-
librio perfecto de los diferentes componentes (caliente y frío, seco y húmedo)
que la dietética, según las enseñanzas de Hipócrates, reconocía los factores cons-
titutivos de cada alimento en particular y, en general, de todo lo que existe en la
naturaleza.
La ciencia dietética tiene un papel fundamental en la formación de la cultura
alimentaria y gastronómica de la Antigüedad. Se podría decir que el origen de
esta ciencia se remonta al descubrimiento del fuego y cocción de los alimentos.
El arte de la cocina consiste no sólo en hacer los alimentos más agradables al pa-
ladar, sino también en adaptarlos a las necesidades nutricionales de los hombres:
desde este punto de vista, la nutrición y la salud casi llegan a confundirse, tal y
como teorizan los autores griegos y latinos de textos dietéticos y de medicina a
partir de Hipócrates (siglos v-iv a. de C.), y que fue secundado en los siglos pos-
teriores por otros autores como: Celso (siglo i d. de C.) Galeno (siglo ii d. de C.),
Oribasios (siglo iv d. de C.) y Antimo (siglo vi d. de C.).
Siguiendo a estos autores se pueden llegar a las siguientes conclusiones:
— La cocina es un medio fundamental de corrección de la naturaleza, como un
factor decisivo del régimen de vida que cada cual está obligado a seguir en
función de sus exigencias personales.
— Sus ámbitos de estudio abarcan no sólo la alimentación, sino el deporte, los
baños, el trabajo, la actividad sexual, el vómito, la purgación; y su objetivo no
es sólo curar, sino también, y sobre todo, conservar la salud y prevenir las en-
fermedades.
— Se preocuparon por la relación de causalidad entre la alimentación y la salud,
y por las relaciones entre la dietética y las otras ramas del saber médico.
— La dieta, entendida en todas sus acepciones, designa a una parte de la medici-
na reservada esencialmente a las personas ricas y acomodadas, que podían
dedicar a su salud tiempo y dinero.
— La dieta deviene del estado de salud del individuo, oficio que practica, sexo,
edad, clima, hábitat y, junto con las condiciones subjetivas, contribuyen a de-
terminar los valores «humorales»; esos valores que se compensan gracias al
Manual de alimentación. Planificación alimentaria
5.5. El cristianismo
zonas, como el norte de Europa, en donde no les queda más remedio que cam-
biar el aceite por mantequilla y la cerveza por el vino porque no es posible el
cultivo de los olivos ni de los viñedos.
En los monasterios se impuso la orden de San Benito, que implantó la austeri-
dad y el lema Laborare est orare (trabajar es rezar). Se realizaban trabajos de agricul-
tura cultivando trigo y vides, tanto que fueron unos excelentes conservadores y
propagadores de algunas variedades de uvas que han llegado hasta nuestros días.
El cristianismo se afianza y sus tradiciones alimentarias —el pan, el vino y el acei-
te—, que eran y siguen siendo símbolo de la cultura gastronómica mediterránea,
son instrumentos indispensables para los propagadores de la nueva fe.
Los campos en la Alta Edad Media ya no son símbolo de la no-civilización, al
contrario, son verdaderos lugares de producción, tanto que la evaluación de los
ingresos se contabiliza, por ejemplo, en celemines de trigo; las viñas en ánforas de
vino; los prados en carretas de heno y los bosques se miden en «cerdos», unidad de
valor muy apreciada en el mundo germánico y como antes lo fue la civilización
celta, tanto en el aspecto mágico como en el de la producción y la alimentación.
La ocupación árabe en el siglo vii sí que altera la línea de continuidad ali-
mentaria que regía alrededor del Mediterráneo, ya que se posiciona en contra de
dos iconos de la cultura europea y de la cultura cristiana; el cerdo y el vino. El
cerdo está rechazado no sólo por el Islam, sino también por los judíos y alabado
y bendecido por los cristianos. El vino, bebida de primera importancia en las
mesas cristianas, está excluido de la mesa musulmana.
Además, introducen en Europa nuevos productos, muchos de ellos de origen
persa y que inf luyen a lo largo de los siglos en la gastronomía medieval. Algunos
de estos productos son los cítricos, berenjenas, espinacas, frutas, apio, caña de
azúcar, arroz, procedente de Sicilia y de España, pastas desde Sicilia y un gran
repertorio de dulces como frutas confitadas, mazapanes y turrones. La variedad
de especias se amplia.
Los judíos tienen sus hábitos gastronómicos relacionados con las diferentes fies-
tas religiosas, que mantienen en el siglo xxi. Las características más llamativas son:
no comen cerdo ni la sangre de los animales, cocinan con aceite de oliva, amantes
de los sabores agrios y de la mezcla de dulce-salado. Admiten y beben vino.
En España, la Edad Media comienza en el año 711, con la derrota de la
monarquía visigótica por los árabes. Su presencia generaría siglos de luchas, de-
Gastronomía y nutrición
— La caza estaba reservada a los señores feudales. La carne era sinónimo de fuer-
za y poder. Los señores cocinaban la carne asándola, insertada en grandes es-
petones. Comían mucha cantidad, también como símbolo de poder.
— Los campesinos cuando comían carne, la cocían. La base de su alimentación
eran caldos de cereales y verduras y sopas.
— En el ámbito monacal se incitaba a la frugalidad en la comida, dando priori-
dad a los vegetales, rechazo a la carne y a los grandes banquetes. Es una norma
general, porque es conocido que en muchos monasterios los monjes no consi-
guen renunciar al código alimentario de la aristocracia marcado por la abun-
dancia y la carne.
— Los banquetes, en los que se bebía y comía sin medida, se realizaban para
compartir amistad, tratar temas importantes y refrendar lazos ya existentes.
En los monasterios se celebraban igualmente banquetes con bebida y comida
sin ningún control.
— Ya se disponía de cuchillo para comer (no de tenedor); cada dos personas un
vaso o una copa, y en España se usaba la escudilla como plato y como taza.
En la Baja Edad Media hay un avance en protocolo y en las mesas había man-
teles de origen francés y sobre ellos vinagreras, saleros y candelabros de plata.
Los buenos modales, corteses y urbanos, se definen como oposición a lo villano
o aldeano y la mesa es una caja de resonancia muy eficaz. La forma de poner la
mesa, los manteles y vajillas es un signo distintivo al igual que el arte gastronó-
mico, que va refinándose en los últimos siglos de la Edad Media.
Para saber y conocer qué se cocía en España y en Europa durante esta época
medieval, es de obligada lectura el Llibre de Sent Soví (fechado en 1324) escrito en
catalán. Es una fuente histórica para conocer el origen de la cocina catalana y en
él se aprecian inf luencias romanas y árabes. El libro de Cozina de Ruperto de
Nola, escrito en 1490, es también una referencia necesaria para conocer la cocina
medieval.
Manual de alimentación. Planificación alimentaria
Los banquetes a lo largo de los siglos que duró la Edad Media se fueron refi-
nando en modos y maneras de presentar y degustar las viandas, y su celebración
devenía por motivos de diversión y de hospitalidad con motivaciones políticas o
de amistad. La hospitalidad también rigió en los monasterios, con diferente nivel
de abundancia en la comida y bebida que ofrecían, ya que en algunos sitios eran
refinados (Inglaterra) pero en la mayoría eran austeros y lo que la comunidad
religiosa comía era lo que ofrecían a quienes solicitaban su cobijo. El castillo y el
monasterio se erigieron de esta manera, eran lugares de referencia obligatoria
para los menos favorecidos, que eran la mayoría.
La dietética medieval tiene a los médicos y escritores árabes como sus mejo-
res valedores. Mantienen el valor de las especias tanto en la cocina como coadyu-
vantes de una buena digestión. Hay varios libros de recetas árabes en los que se
incide mucho, por un lado en la limpieza extrema de los alimentos y utensilios y
por otro lado, insisten en que el conocimiento de las especias es la base del arte
culinario ya que diferencian los platos y sobre todo aportan el bien y contrarres-
tan el mal. Se publicaron libros en los que se trataba única y exclusivamente del
poder correctivo de las especias sobre las propiedades de los alimentos. La pasión
por las especias venía por una admiración sin límites por todo lo que había de
Oriente y por las propiedades medicinales-preventivas que tenían. El franciscano
inglés Roger Bacon (1214-1294) escribió: Todas aquellas medicinas que procedan de
la naturaleza son estimables y reconfortan el espíritu con facilidad y rapidez, pero las espe-
cias son sin embargo los mejores tónicos conocidos.
La globalización de culturas que conviven favorece el crecimiento de la
Europa Medieval, tanto que se dice que el origen de la Escuela de Medicina de
Salerno —uno de los lugares clave para la difusión de la cultura dietética y gas-
tronómica medieval— se creó al reunirse cuatro médicos de nacionalidades y
culturas diferentes: latino, griego, árabe y judío.
En la Baja Edad Media, se produce un refinamiento en el arte gastronómico
que pone en valor el esmero y cuidado en la preparación de los alimentos y la
preocupación por su buena calidad. Gastronomía y dietética progresan en para-
lelo hasta llegar casi a integrarse, ya que se pensaba que la preparación de los
alimentos podía responder a las exigencias del equilibrio nutricional.
Gastronomía y nutrición
7.1. España
A partir del siglo xv se escriben varios libros y todos los autores tienen el ob-
jetivo de dar normas de carácter preventivo y terapeútico. A través de sus textos
querían ayudar a mantener la salud de los lectores sin vinculación con la medici-
na. Normas para mantener durante todo el día y destinadas a todo tipo de públi-
co: higiene corporal, cantidad moderada de alimento proporcional al esfuerzo
físico y se insiste en que la alimentación va destinada no a proporcionar placer
sino con la finalidad de mantener el cuerpo sano. La conveniencia de un solo
manjar y un solo vino por comida y una correcta elección de los alimentos.
Algunas de las obras más relevantes son: Vanquete de nobles caballeros (escrito
en 1530, por Luis de Lobera, médico de Carlos V) y Menor daño de la medicina
(escrito por Alfonso de Chirino, médico del rey Juan II e impreso en 1505).
Lobera en su obra planta la semilla de la rica corriente de medicina nutricionista
Manual de alimentación. Planificación alimentaria
porque contiene cultivos activos vivos, lo que significa que el yogur más natural
o artesano es un alimento probiótico. Los cultivos activos vivos más habituales
en el yogur son el Lactobacillus y el Bifidobacterium. Al llegar al intestino vivos
y junto a las bacterias que están presentes allí, constituyen una barrera de defen-
sa que refuerza el sistema inmunológico.
Hay otros alimentos probióticos que se consideran así, porque se les ha aña-
dido cultivos activos vivos.
En Estados Unidos se está dando una auténtica revolución de ventas de pro-
bióticos, pero en Europa la agencia de seguridad alimentaria, EFSA, no ha dado
alegación sobre probióticos. En la actualidad el mercado de los probióticos se está
moviendo no sólo en las grandes empresas de alimentación, sino en las farma-
ceúticas que están comprando empresas con capacidad para investigar y desarro-
llar estas nuevas generaciones de probióticos.
En muy pocos años se desarrollarán microorganismos probióticos genéricos
como suplementos nutricionales y se irán buscando probióticos específicos para di-
ferentes funcionalidades. Hacia 2025 se prevé que ya estarán disponibles los probió-
ticos no sólo en alimentos funcionales, sino en forma de producto farmacológico.
Los prebióticos en cambio no son microorganismos vivos, son simplemente
sustancias que estimulan el crecimiento de los probióticos y de las bacterias que
están en el intestino que constituyen la f lora intestinal.
Algunos alimentos que en su forma natural poseen prebióticos son por ejem-
plo, las alcachofas, los espárragos, las patatas y boniatos cocidos con piel, las le-
gumbres, las bananas, los ajos, las cebollas, los puerros, cereales integrales deriva-
dos de trigo, avena o cebada, entre otros.
Todos los científicos están de acuerdo en que todos los males que afectan a la
sociedad occidental están relacionados con la dieta. El concepto de nutrición está
cambiando. Ya no se habla de alimentación adecuada, sino óptima. A finales del
siglo xx se empezó a hablar de alimentos funcionales.
Un alimento funcional es aquel que contiene componentes capaces de gene-
rar propiedades beneficiosas para el organismo más allá de las meramente nutri-
Manual de alimentación. Planificación alimentaria
En el año 2001 se publicó por primera vez la secuencia del genoma humano,
23.000 genes interaccionando con nuestro medioambiente. Se ha seguido avan-
Gastronomía y nutrición
zando en estos años de tal manera que en dos años se podrá secuenciar el genoma
de una persona en diez minutos. Esto va a suponer, por ejemplo, que se pueda
saber la predisposición genética a tener cáncer u otra enfermedad lo que supon-
drá hacer una prevención médica y alimentaria.
Pero los avances no sólo han sido en la investigación del genoma humano,
sino también en el del genoma de los alimentos. Ya se están secuenciando el ge-
noma del pollo, el trigo, el arroz, judía, cítricos, etc. Conocer esta información
molecular permitirá mejorar las cualidades organolépticas, nutricionales y pro-
piedades físicas de los alimentos.
Con la técnicas de secuenciación genética masiva se descubren muchos más
microorganismos, pero la gran dificultad radica en que, la diversidad microbiana
que existe en el mundo es enorme y como consecuencia la casi imposibilidad de
controlarlas todas. Por ejemplo, en el vino, que es un producto muy estudiado,
hay muchas bacterias y levaduras que están en las fases iniciales y finales del pro-
ceso de su elaboración, que dan perfiles de aroma y cuerpo a ese vino, y que aún
no están controladas.
Pero lo que sí está controlado es que nuestra f lora intestinal es muy impor-
tante en el desarrollo de enfermedades. Ejemplos de la importancia de la f lora
intestinal son experimentos que se han hecho con ratones: a los que estaban «del-
gados» se les ha dado f lora intestinal de ratones «obesos» cambia su f lora intesti-
nal y engordan; y viceversa. Enfermedades como el autismo y el alzheimer, pa-
rece que microorganismos seleccionados y probióticos pueden mejorar los
síntomas. Muy interesante es lo relacionado con la alergia al gluten o celiaquis-
mo. La f lora intestinal de los celiacos es similar a la f lora intestinal de las perso-
nas que tienen 55-60 años. A partir de esta edad se produce de forma natural un
cambio en la f lora intestinal que deriva en inf lamación intestinal. Por eso en
Europa, el 50 % de los casos de celiaquía que se detectan son de personas de 55
años en adelante.
De una forma muy resumida, esto va a suponer, o eso al menos es lo que se
pretende, que iremos sabiendo cuál es el tipo de alimentación más adecuada en
cantidad y en calidad para cada uno de nosotros, lo que servirá para evitar enfer-
medades y alcanzar una mejor calidad de vida.
Esta recomendación personalizada de la alimentación al individuo será lo que
se pretende conseguir en un futuro.
Manual de alimentación. Planificación alimentaria
Junto a estos avances hay tres grandes azotes relacionados con la incorrecta
alimentación y el sedentarismo: las enfermedades cardiovasculares, la obesidad y
la diabetes.
BIBLIOGRAFÍA
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Books4pocket; 2014.
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Madrid: Alianza Editorial; 1992.
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Páginas Web
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www.mercasa.es
www.slowfood.es
www.fao.org/hunger/es
www.fao.org/docrep/004/y3557s/y3557s06.htm
䉴
䉴
Gastronomía y nutrición
ANEXOS
Anexo 1
䉴
䉴
Manual de alimentación. Planificación alimentaria
Anexo 2
Los quatro libros del arte de la confitería, escrito por Miguel Baeza e impreso
en 1592. Es el primer libro de confitería publicado en castellano. Destaca la uti-
lización del azúcar por encima de la miel, a partir de la extensión de su cultivo,
primero en las islas Canarias y después en América. Su autor dedica al azúcar
grandes alabanzas.
Opera, escrito por Bartolomeo Scappi y editado por primera vez en 1570 y
se reeditó de forma continua hasta 1643. No es un libro de cocina española, pero
es una gran obra gastronómica y su autor es el más famoso cocinero del
Renacimiento, cocinero de obispos y papas. Es un libro muy sistemático y que
sienta las bases de lo que será la cocina moderna. En sus recetas incluye ingre-
dientes traídos de América. Es también el primer libro de cocina ilustrado y
cuenta con veintiocho páginas de grabados en bronce que ilustran espcios de la
cocina y del utillaje culinario de la época.
Nuevo arte de cocina, de Juan Altamiras. Monje franciscano, fue cocinero del
convento de san Diego en Zaragoza. Su recetario permite la forma de alimentar-
se de las clases populares. Tuvo gran éxito y se reeditó en varias ocasiones.
Arte de repostería, de Juan de la Mata, repostero de la corte, fue publicado en
1791. Recetario con inf luencias italianas, francesas y portuguesas, incluyendo un
capítulo sobre el café, el té y el chocolate. Cuenta con la primera receta de la
salsa de tomate.
Carta físico-médica en la que se explica que es vino, escrito por Tomás
Aranguren y editado en 1784. El autor estudia el vino desde el punto de vista del
placer, de sus propiedades beneficiosas así como recomendaciones para evitar el
abuso y sus consecuencias. Recomienda la templanza.
La cuynera catalana, editado en 1835 , en cuatro fascículos, lo que supone
una novedad y que se afianzará en el siglo siguiente. Es un recetario práctico,
anónimo, escrito en catalán en un intento de hacer accesible la cocina catalana a
un público amplio. Una intención didáctica clara al proporcionar información
de medidas y punto de cocción. También incluye una información teórica y ge-
neral sobre orden, limpieza y utensilios de cocina. Tuvo mucho éxito y fue ree-
ditado en varias ocasiones a lo largo del siglo xix y principios del siglo xx.
El Practicón, escrito por Ángel Muro, se editó por primera vez en 1884 y se
realizaron sucesivas ediciones hasta 1928,convirtiéndose en un clásico de la coci-
na española. Su autor era un publicista, pero buen amigo de la buena mesa.
Gastronomía y nutrición
Amigo de la condesa de Pardo Bazán editó en 1892 sus dos volúmenes del
Diccionario y entre 1892 y 1895 y escribió unas conferencias culinarias de pe-
riodicidad mensual de enorme interés para conocer la cocina de la época.
Estudio de las conservas alimenticias bajo el punto de vista higiénico-militar,
escrito por Eduardo Ariosto y Baró y publicado en Madrid en 1889. Es un libro
que trata de las conservas justo cuando empezaron a tener mucha presencia en
los mercados siendo muy importante en el avituallamiento de los ejércitos , no
sólo en España sino en Europa.
La Cocina Práctica, escrito por el periodista Manuel María Puga y Parga,
«Picadillo», publicada en 1905. Es una de las obras que alcanzó mayor difusión
del siglo xx (se hicieron más de veinte ediciones) en la que recopila recetas y
comentarios que había ido publicando en el diario El Noroeste.
La cocina española antigua, escrita por Emilia Pardo Bazán y publicada en
1913. La cocina española moderna, de la misma autora y publicada en 1917. Esta
segunda obra es mucho más que un recetario de gran calidad artística, plagado
de alusiones literarias y referencias a acontecimientos de actualidad , sin eludir el
inacabable debate entre la cocina extranjera( en este caso la francesa) y la cocina
tradicional española por la que toma partido.
La cocina completa, de María Mestayer de Echagüe, Marquesa de Parabere,
publicado en 1933 y varias veces reeditado. Un amplio recetario pero con un
gran valor pedagógico en cuanto a formas, maneras de servir, presentar y coci-
nar. Escribió más libros, pero éste es el que ha logrado ser uno de los clásicos de
la cocina española.
El Gorro Blanco (revista). Dirigida por Ignacio Domenech es una de las re-
vistas más notables del momento dedicadas a temas gastronómicos y de una larga
vida . Tuvo dos épocas; Madrid, 1906-1921 y Barcelona, 1921-1945. En esta
publicación escriben los mejores cocineros de la época.
Nutrición y salud, escrito por Manuel Grande Covián y publicado por pri-
mera vez en 1988. Es una de las obras consideradas como la «biblia» sobre el tema
de la alimentación, y en la que propone, con claridad y rigor científico, un acer-
camiento a todos los elementos fundamentales implicados en una alimentación
saludable. Escribió otras obras de gran éxito y siempre con la intención clara de
divulgar todo lo relacionado con la correcta alimentación, así; Vitaminas y sis-
tema nervioso; Las vitaminas y La ciencia de la alimentación.
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䉴
Juan del Rosal, 14
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