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BOLÍVAR EN PERÚ
DOCENTE: ESTUDIANTE:
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INTRODUCCIÓN
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LLEGADA DE BOLÍVAR
La primera acción de Bolívar fue eliminar las fuerzas de José de la Riva Agüero,
quien fue presidente del Perú antes que Torre Tagle y se oponía a la llegada de Bolívar,
en Trujillo. Riva Agüero fue apresado en noviembre de ese año, pero logró escapar y se
fue a Inglaterra. Mientras tanto, el primer Congreso Constituyente que estaba próximo a
proclamar la primera Constitución política del Perú emite una resolución señalando que
entrarán en suspenso las disposiciones de esa carta magna que sean contrarias a las
disposiciones y deseos de Simón Bolívar. La Constitución fue jurada el 11 de noviembre
de ese año, pero nunca entró en vigencia.
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José Bernardo de Tagle y Portocarrero, marqués de Torre Tagle, fue un militar y
político peruano partícipe de la guerra de la independencia peruana, alternando su
accionar entre el bando realista y patriota. Fue comisionado en las Cortes de Cádiz en
1813 y en 1819 fue nombrado intendente de Trujillo por el virrey José de la Pezuela,
cargo que le permitió apoyar a José de San Martín y proclamar la independencia en la
ciudad, acontecida el 29 de diciembre de 1820. Durante el Protectorado, fue Supremo
Delegado de San Martín, tomando las riendas del Estado mientras éste resolvía asuntos
en el exterior. A la partida de San Martín y luego del Motín de Balconcillo, pasó a tomar
brevemente el cargo supremo de la Junta Gubernativa, pero pronto entregaría el poder a
manos de José de la Riva Agüero.
Con la llegada de Simón Bolívar a invitación del Congreso, Torre Tagle, quien
había sido designado presidente del Perú, se puso a su servicio, teniendo como encargo
erradicar la presencia de Riva-Agüero en Trujillo y vigilar a todos los golpistas que
intentaban tomar el poder ya que Bolívar en su llegada al Perú encontró al país sumergido
en un laberinto político, donde gobernaban dos presidentes, además del Congreso
Constituyente. Al día siguiente de su llegada, el Congreso lo nombra “suprema autoridad”
y poco después le encarga la dirección de la lucha contra el ejército realista disponiendo
que el mismo Torre Tagle debiera rendirle cuentas de sus acciones. Sin embargo, los
objetivos de Bolívar y Torre Tagle comenzaron a distanciarse, siendo removido del cargo
de presidente. Incluso, Bolívar intentó fusilarlo debido a las sospechas de negociaciones
entre Torre Tagle y los realistas. A finales de 1824, Torre Tagle logró refugiarse en los
Castillos del Real Felipe, capturados por los realistas, pero fue víctima de las pésimas
condiciones, hambre y enfermedades que se vivieron en el recinto, falleciendo el 26 de
setiembre de 1825 víctima del escorbuto.
BOLÍVAR DICTADOR
En junio de ese mismo año, le era concedido a Simón Bolívar todos los poderes,
o lo que es lo mismo, poderes dictatoriales. De ese modo, el primer movimiento del
general sería dar amplios poderes a Páez, fiel defensor de General y del mismo modo se
elimina la vicepresidencia de la nación.
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Entre los años 1828-1830 discurrió un sistema de gobierno que muchos
historiadores no han dudado en nombrar como un elemento dictatorial pues era el
presidente de la nación, el cual estaría en el poder de forma vitalicia, era el que además
debía de nombrar a su sucesor.
Los monasterios que habían sido cerrados durante la guerra, fueron entregados de
nuevo a sus dueños, junto con el resto de sus tierras.
Los aranceles que había antes de la independencia fueron elevados para las
importaciones al país.
Se mantuvo el tributo indígena, siendo esto uno de los elementos más chocantes,
pues durante la independencia se quiso hacer ver que los españoles eran unos tiranos que
acababan con el fruto del pueblo, y tras dejar esas tierras y haber prometido acabar con
ello lo mantuvieron. Manteniendo así la diferencia social.
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conllevo a luchas directas con el Gobierno, pudo mantener la región de Otrora, una
antigua región realista. De igual modo, en septiembre de 1829, se dio otro levantamiento
en la zona de Antioquía, el cual fue rápidamente acallado por la fuerza. Pero las
sublevaciones ante el Gobierno prosiguieron y a finales de año, el mismo Páez, se
encontraba encabezando el movimiento.
La situación estratégica cambió en el curso del año 1824. El Ejército Real del
Perú sin ninguna ayuda desde la sublevación de Riego y aislados de España gracias a la
exitosa campaña naval peruana, a duras penas se sostenía aún en la sierra peruana. A esto
se añadió la Rebelión de Olañeta en el Alto Perú que desencadenó una guerra doméstica
que les obligó a combatir en dos frentes. Al norte, Bolívar tenía en su ejército más de
10 000 hombres, en su mayoría colombianos y peruanos, menos de 1000 chilenos y una
centena de jinetes rioplatenses. Su número era equivalente al número de realistas, pero
las tropas realistas estaban desperdigadas entre el valle del Mantaro y Alto Perú. La
sublevación en el Alto Perú del general realista Pedro Antonio Olañeta fracturó la defensa
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del virreinato, y obligó al virrey José de la Serna a luchar contra su antiguo subordinando
en el Alto Perú y mandó una parte importante de sus ejércitos, al mando de Gerónimo
Valdés, unos 5000 veteranos que tenían su base en Puno, denominado "Ejército del Sur"
con el objetivo de asegurar la base andina de recursos militares. José de Canterac,
veterano de la guerra en Venezuela, que contaba con 6.000 efectivos según los cálculos
independentistas, estaba en desacuerdo con el virrey, y le advertía de los peligros de
dividir sus fuerzas, desgastarlas y dar esta evidente ocasión a Bolívar.
Este suceso suele ser referido como el fin de las guerras de independencia en
América del Sur, no obstante que las guarniciones españolas del Real Felipe del Callao y
de Chiloé resistieron hasta 1826 y España no renunció formalmente a la soberanía de sus
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posesiones continentales americanas hasta una década más tarde, en 1836. El tratado de
paz, amistad y reconocimiento con el Perú fue firmado el 14 de agosto de 1879 en París.
A victoria en la Batalla de Junín puso fin a una serie de derrotas consecutivas del
ejército rebelde como las acontecidas en Torata y Moquegua o Zepita, las cuales
conllevaron a la ocupación de La Paz en el Alto Perú, y de Arequipa, además de haber
provocado dispersión en las fuerzas independentistas.
Ese triunfo significó una inyección de moral para las fuerzas patriotas, y un revés,
fundamentalmente de posteriores efectos psicológicos, para los realistas que además
cedieron sus posiciones y dominio estratégico en la Sierra Central peruana.
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El retroceso desordenado del ejército de Canterac provocó el abandono de armas,
pertrechos y municiones que cayeron en manos de los patriotas, además de la pérdida
posterior de unos 3.000 efectivos del ejército español por enfermedad o deserción, en su
trayecto hacia el Cuzco.
La batalla de Ayacucho, esta gesta heroica del general Antonio José de Sucre se
dio, cuando lideró uno de los enfrentamientos finales de las guerras de Independencia y
puso fin al colonialismo en América del Sur, con la decisiva victoria en la Batalla de
Ayacucho, que obtuvo el Ejército Unido Libertador sobre el Ejercito Real del Perú que
dirigía el general José de la Serna.
A pesar de que las tropas patriotas contaban sólo con 6.000 soldados y los realistas
con casi 10.000, el Ejército libertador logró que los españoles pidieran capitulación en
menos de seis horas de combate, cuando José de Canterac, en sustitución de José de la
Serna, reunió a sus generales para admitir la derrota.
«Soldados, de los esfuerzos de hoy depende la suerte de América del Sur; otro día
de gloria va a coronar vuestra admirable constancia. ¡Soldados! ¡Viva el Libertador!
¡Viva Bolívar, salvador del Perú!», fueron las palabras de Sucre, Gran Mariscal de
Ayacucho, a sus tropas antes de iniciar la contienda.
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Esta batalla dio paso a la Capitulación de Ayacucho, que fue firmada el mismo 9
de diciembre de 1824 por el mariscal Antonio José de Sucre y el jefe de estado mayor
realista, José de Canterac.
Este tratado disponía que el ejército realista renunciaba a seguir la lucha y fijaba
la permanencia de los últimos soldados realistas en las fronteras de la Provincia
Constitucional del Callao, ciudad situada en el centro-oeste del Perú.
Asimismo, establecía que la República del Perú debía saldar la deuda económica
y política a las naciones que ayudaron militarmente a su independencia. El Congreso del
Perú, reunido en sesión extraordinaria, otorgó el reconocimiento del Gran Mariscal de
Ayacucho y Benemérito del Perú en grado eminente a Antonio José de Sucre, por la
actuación que tuvo en Ayacucho.
BOLÍVAR EN BOLIVIA
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al Gran Mariscal. Pero, al final de cuentas, la Asamblea se realizó sin problemas porque
ni Lima ni Buenos Aires tenían objeciones quehacer. La Asamblea de Chuquisaca
determinó que el Alto Perú fuera independiente y que de ese territorio se formará una
nueva Nación con el nombre de Bolívar, en su honor. ¡Sí que era un honor, y muy grande!
Que una Nación entera llevará su nombre, supera todas las ambiciones de Bolívar. Y
Sucre, su mejor amigo, era nombrado presidente de Bolivia para toda la vida; pero su
carácter y su manera de pensar no le permitían aceptar sino por el espacio de dos años.
En Arequipa Bolívar da una serie de leyes en beneficio de los pobres indígenas, así como
en Chuquisaca se preocupar el establecimiento de escuelas públicas, colegios y, en fin,
de la instrucción en general. A la llegada al Cuzco, la humilde gente riega de Flores las
calles por donde pasa el caballo de Bolívar; “la emoción era tan gran que ya me parecía
estar otra vez en el delirio”. “Yo veía premiados con creces los esfuerzos por libertar a
los pueblos”
Aquí le ofrecieron una corona de oro, diamantes y perlas, la cual obsequió a sucre;
y las joyas que había recibido las regaló a sus edecanes. Lo que más le emocionó a Bolívar
fue lo más sencillo. Nunca había oído Palabras tan bellas y espontáneas como las que
dijera en el pequeño pueblo indígena de Pucará uno de sus moradores, José Domingo
Choquehuanca. Cuando entró a este pueblito, el 2 de agosto de 1825, el orador le recibió
así: “Quiso Dios de salvajes hacer un Imperio, y creó a Manco Capac; pecó su raza y
mandó a Pizarro. Después de tres siglos de expiación ha tenido piedad de la América, y
os ha enviado a vos. Sois, pues, hombre de un designio Providencial. Nada de lo hecho
antes que vos se parece a lo que habéis hecho; y para que alguno pueda imitarnos, será
preciso que haya un mundo por libertar. Habéis fundado varias Repúblicas que, en el
inmenso desarrollo a que están llamadas, elevarán vuestra grandeza a donde ninguno ha
llegado. Vuestra fama crecerá, así como aumenta el tiempo con el transcurso de los siglos,
y así como crece la sombra cuando el sol declina”. Palabras tan hermosas no podían brotar
sino del corazón de un hombre noble, sencillo. Dijo el Libertador Simón Bolívar.
Acciones de gobierno de Bolívar. En el proyecto de constitución presentado al Congreso
de Bolivia, El Libertador propone la adopción de principios e instituciones de gobierno
ya expuestos por él en su discurso de Angostura. En algunos casos modifica la estructura
organizativa del poder público y le atribuye funciones diferentes del esquema tradicional.
Pero mantiene sus puntos de vista de que el régimen que se establezca sea sencillo y fuerte
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y garantice la estabilidad de las instituciones. El Libertador insiste, además en la abolición
de la esclavitud y el establecimiento de la libertad de cultos.
Después de Ayacucho, Sucre siguió hacia el sur; cruzó con sus tropas el río
Desaguadero y ocupó el territorio del Alto Perú cuyas provincias habían dependido del
Virreinato de Río de la Plata. Según el uti possidetis, las provincias del Alto Perú debían
formar parte del gobierno de Buenos Aires. Sin embargo, este punto de vista no era
compartido por todos los sectores políticos del Alto Perú, entre los cuales había
partidarios también de formar con sus provincias una nueva república. La aspiración de
constituirse en república independiente tomó impulso a raíz de la victoria de Ayacucho;
y fue estimulada, además por la distancia y debilidad de los vínculos de estas provincias
con el gobierno de Buenos Aires. Ante esta situación política, Sucre convocó por decreto
del 9 de febrero de 1825, a las provincias del Alto Perú para que enviaran sus diputados
a una asamblea nacional que decidiera la suerte del país. Por su parte, el gobierno de
Buenos Aires, resolvió dejar en libertad a las provincias para que adoptaran el régimen
político que fuera de la voluntad popular. El Congreso del Alto Perú se instaló en
Chuquisaca, el 10 de julio de 1825, con diputados de las provincias de La Paz,
Chuquisaca, Cochabamha, Oruro y Santa Cruz, declaró la independencia de las
provincias, y formó con ellas una nueva nación que recibió el nombre de "República de
Bolívar". Por último, el Congreso pidió a El Libertador redactara el proyecto de
constitución para el nuevo Estado.
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15 del mismo mes fue celebrado un tratado entre Sucre (por Colombia) y José Joaquín de
Olmedo, Francisco Roca y Rafael Jimena, miembros de la Junta. El tratado estipulaba
que Guayaquil mantendría su soberanía, pero bajo la protección de Colombia. En aquella
oportunidad Sucre quedó facultado para abrir la campaña contra los realistas, y con tal
motivo, Guayaquil le ofreció todos los recursos disponibles.
En los primeros meses de 1825, al frente del Ejército del Sur, Sucre liberó el Alto
Perú (actual Bolivia) y convocó una Asamblea Constituyente para que sus habitantes
decidieran los destinos de dicho territorio.
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Siempre leal al Libertador, Sucre pidió a Bolívar que redactase una Constitución
para la nueva nación: la república de Bolivia. Entre otros asuntos, como presidente de
Bolivia impulsó la organización de la Hacienda Pública, promovió la libertad de los
esclavos, distribuyó tierras entre los indios y dio el empuje decisivo a la educación,
creando colegios superiores y escuelas primarias en todos los departamentos del país.
CREACIÓN DE BOLIVIA
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le recibió así: "Quiso Dios de salvajes hacer un Imperio, y creó a Manco Capac; pecó su
raza y mandó a Pizarro. Después de tres siglos de expiación ha tenido piedad de la
América, y os ha enviado a vos. Sois, pues, hombre de un designio Providencial. Nada de
lo hecho antes que vos se parece a lo que habéis hecho; y para que alguno pueda imitaros,
será preciso que haya un mundo por libertar. Habéis fundado varias Repúblicas que, en
el inmenso desarrollo a que están llamadas, elevarán vuestra grandeza a donde ninguno
ha llegado. Vuestra fama crecerá, así como aumenta el tiempo con el transcurso de los
siglos, y así como crece la sombra cuando el sol declina". Palabras tan hermosas no podían
brotar sino del corazón de un hombre noble, sencillo. Dijo el Libertador Simón Bolívar.
ATENTADO A SUCRE
El Presidente Sucre –que ya se había casado por poder con María Carcelén, que
le aguardaba en Quito– hubo de afrontar en su segundo año de gobierno en Bolivia, una
gigantesca revuelta organizada contra él en el Perú. Esa revuelta empezó en Chuquisaca,
el 18 de abril de 1828; a las seis de la mañana, Sucre que se encontraba en el Palacio de
Gobierno, fue informado por el doctor Luna, que casualmente pasaba por el cuartel, de
movimientos sospechosos de los militares en el interior del recinto.
En conocimiento de ello Sucre pidió que ensillaran su caballo, y con dos ayudantes
se dirigió al cuartel donde se hallaban instalados los “Granaderos de Colombia”, al
penetrar fue recibido a balazos y un proyectil le dio en el brazo derecho y otro pasó
rozando la cabeza, su acompañante, el comandante Escalona, tenía descolgado el brazo a
causa de otro disparo. El caballo de Sucre espantado salió corriendo hasta llegar al Palacio
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de Gobierno, donde, ya exánime, el Mariscal fue atendido por sus edecanes, quienes lo
trasladaron a la casa de un amigo –Miguel Antonio Tardío–. Allí fue atendido por los
doctores Terrally y Carpio, quienes le extrajeron las astillas del hueso producto del
impacto del proyectil. Confiados en que la causa estaba afianzada, los insurrectos
nombraron Prefecto del Departamento a José Antonio Asebey (un militar en Retiro).
Los gestores del complot fueron Guillermo Cainzo (argentino), Victorio Robles
(músico mayor”) y dos sargentos peruanos, siendo el cerebro de aquella siniestra
maquinación el doctor Casimiro Olañeta, boliviano que aspiraba el poder. El cuartel
quedó en poder de los amotinados y declararon prisionero a Sucre.
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Ese mismo día, dejando su renuncia y un histórico mensaje, abandonó Bolivia, llevando
en el cuerpo una herida y en la mente la ingratitud, la incomprensión y la traición artera
de los políticos y militares de entonces.
El salón donde fue celebrada dicha convención recibe el nombre de Salón Bolívar
y reposan allí una espada del Libertador, juntos con los originales “Protocolos del Istmo”,
primeros acuerdos firmados por los ministros plenipotenciarios que asistieron a esta
reunión.
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Confederación de Los Andes (Colombia, Perú y Bolivia) para oponerse a la política
imperial de Estados Unidos y a las clases dominantes.
CONVOCATORIA
PAÍSES ASISTENTES
Chile
Argentina
Las Provincias Unidas del Río de la Plata fueron también invitadas, pero
prefirieron no enviar una delegación, aunque el gobierno rioplatense de Bernardino
Rivadavia mostraba cierto interés en alianzas regionales debido a la Guerra del Brasil
por la ocupación de la Provincia Cisplatina.
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Paraguay
Brasil
Países europeos
Bolívar acordó también invitar a dos países europeos como observadores, por
causa de sus intereses comerciales en Hispanoamérica:
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apoyar expediciones a Cuba o Puerto Rico para independizarlas de España. El delegado
de los Países Bajos, Jan Van Veer, fue enviado para proponer la mediación neerlandesa
entre las repúblicas hispanoamericanas y España, pero no tuvo la acreditación necesaria;
a esto se unió que la corona no había reconocido la independencia de ninguna república
hispanoamericana, por lo cual el delegado neerlandés fue recibido sólo a título individual.
PRINCIPALES CONCLUSIONES
• Decidir sobre el apoyo a la independencia de Cuba y Puerto Rico, así como de las
islas Canarias y Filipinas.
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• Establecer las fronteras nacionales con base en el principio de uti possidetis,
tomando como base el año 1810.
Los resultados prácticos del Congreso de Panamá fueron casi nulos, pues la
mayoría de los Estados presentes no se encontraban en condiciones políticas ni
económicas de cumplir con sus acuerdos. Por otra parte, las divisiones y rivalidades entre
las naciones americanas generaron numerosos conflictos fronterizos que terminaron en
guerra.
OPINIÓN DE BOLÍVAR
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CONCLUSIÓN
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