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El feminismo es un movimiento político, social, académico, económico y cultural, que busca

crear conciencia y condiciones para transformar las relaciones sociales, lograr la igualdad
entre las personas, y eliminar cualquier forma de discriminación o violencia contra las
mujeres.

Los antecedentes del movimiento a nivel mundial se ubican a finales del siglo XVIII, pero la
actividad pública más visible se ubica en los últimos años del siglo XIX. A lo largo del tiempo,
las perspectivas del feminismo se han multiplicado y diversificado, lo que obliga a hablar de
la existencia de feminismos, en plural, y no restringir la variedad de enfoques en una sola
categoría. Por mencionar algunas de las variantes del feminismo, podemos mencionar:
feminismo liberal, feminismo radical, feminismo socialista, ecofeminismos, feminismo
cultural y de la diferencia, feminismo de la igualdad, feminismo comunitario, feminismos
afrodescendientes, entre otros.

El ecologismo (en ocasiones llamado el movimiento verde o ambientalista) es un


variado movimiento político, social y global, que defiende la protección del medio ambiente.1
Habitualmente, el ecologismo (también llamado ambientalismo) se defiende desde
posiciones antropocéntricas, es decir, para satisfacer una necesidad humana, incluyendo
necesidades de salud y sociales. En esos términos, los ecologistas hacen una crítica social más o
menos implícita, proponiendo la necesidad de reformas legales y concienciación social tanto en
gobiernos, como en empresas y colectivos sociales. El movimiento ecologista está unido con un
compromiso para mantener la salud del ser humano en equilibrio con los ecosistemas naturales, se
considera la humanidad como una parte de la naturaleza y no algo separada de ella. Una defensa
pura del ecologismo se hace desde planteamientos ecocéntricos, dando prioridad a los
ecosistemas y a las especies sobre los individuos -sean humanos o de otras especies. Este
posicionamiento se enmarca normalmente dentro del ecologismo radical.
El pacifismo es el conjunto de doctrinas encaminadas a mantener la paz entre las naciones.1 Se
opone a la guerra y a otras formas de violencia a través de un movimiento político, religioso, o
como una ideología específica. Algunos de los medios de los que se vale el pacifismo en la
búsqueda de sus fines son: la no violencia activa, la diplomacia, la desobediencia civil, el boicot,
la objeción de conciencia, las campañas de divulgación y la educación por la paz.
Por pacifista se puede entender toda corriente de pensamiento y acción que aspira a hacer posible
las condiciones para que la ausencia de guerra sea un estado permanente de las relaciones
humanas, tanto entre los Estados, naciones y pueblos como entre las personas.
Es toda labor o actividad realizada sin fines de lucro, en forma gratuita y sin vínculos ni
responsabilidad contractual. Comprende actividades de interés general para la población
(asistenciales, de servicios sociales, cívicas, de capacitación, culturales, científicas,
deportivas, sanitarias, de cooperación al desarrollo, de defensa del medio ambiente, de
defensa de la economía o de la investigación, de desarrollo de la vida asociativa, de
promoción del voluntariado y otras de naturaleza análoga, tendientes al bien común (Ley
General de Voluntariado).
El voluntariado contribuye con el desarrollo mediante la acción voluntaria, que permite a las
personas contribuir con la estabilidad y cohesión de sus comunidades y sociedades. Al
involucrar a ciudadanas y ciudadanos en las decisiones que afectan sus vidas, el voluntariado
se constituye tanto en una manifestación como en un motor de capital social y participación
ciudadana, ayudando particularmente a las poblaciones en situación de vulnerabilidad a
convertirse en agentes activos en su propio desarrollo (Informe Anual 2010 UNV – La
inspiración de los jóvenes).

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